“Desafíos y oportunidades en el logro de la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas rurales” es el tema de las Consultas regional para América Latina y el Caribe, previa a la Sexagésima Segunda Sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de Naciones Unidas (CSW62, por sus siglas en inglés), que reúnen aquí, hoy y mañana, a 26 ministras de la Mujer y más de 40 representantes de organizaciones no gubernamentales y redes feministas.
“Durante generaciones, las mujeres y las niñas rurales han visto postergados sus derechos humanos y acceso al desarrollo social, con relación a la situación de los hombres rurales y las mujeres y niñas de las zonas urbanas”, declaró la ministra de la Mujer dominicana y copresidenta de las Consultas, Janet Camilo, al abrir las sesiones de trabajo.
La reunión tiene como objetivo llevar una posición consensuada a la CSW62 —la cual se celebrará en Nueva York, del 12 al 23 de marzo próximo— que da seguimiento a la Declaración y Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Entre las voces autorizadas de la región que presiden este período de sesiones, se encuentra Mariella Mazzotti, directora del Instituto Nacional de las Mujeres del Uruguay y copresidenta de las Consultas previas a CSW62, quien subrayó que las mujeres y niñas que viven en las líneas rurales sufren de mayor desigualdad, la cual “no es coyuntural”.
En ese marco de la ruralidad, la cultura patriarcal se reproduce con mayor fuerza: “Necesitamos avanzar con nuestras políticas de género, sustanciales para lograr que se cumplan los derechos humanos de esas mujeres. Sin ese protagonismo, no es posible ser ciudadanas plenas”, señaló.
Este período centró sus análisis en las desigualdades de género en los territorios rurales, que impiden el bienestar y el disfrute pleno de los derechos humanos de las mujeres y las niñas, así como la situación actual en la región, con énfasis en los problemas estructurales que necesitan ser desmontados y en los desafíos de la época, con la acelerada aplicación de medios tecnológicos y el creciente cambio climático que origina condiciones que no pueden ser enfrentadas de manera individual.
“Aunque nuestra región es vasta y diversa, estamos unidos por lazos de raíces comunes, de varias índoles y, sobretodo, donde enfrentamos las problemáticas que trae consigo situaciones que son intrínsecas de nuestra región, como son los huracanes en el mar Caribe y el océano Pacífico, los deslizamientos de tierra, las inundaciones y las sequías producto del cambio climático, así como los desplazamientos migratorios por causas económicas y conflictos internos, situaciones que afectan de manera particular a las mujeres y a las niñas rurales”, expuso la ministra Camilo.
Entre las y los integrantes del presídium estuvieron el representante Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para América Latina y el Caribe, Julio A. Berdegué; la directora Regional Adjunta del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Alzira Ferreira; la directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Luiza Carvalho; el representante del Programa de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Carmelo Gallardo, así como representantes de los mecanismos para el adelanto de las mujeres de América Latina y el Caribe.
Documento base para la discusión
En la segunda parte del desarrollo del evento, Luiza Carvalho presentó el documento base para las Consultas regionales previas a CSW62, en el cual se destacan tres ejes temáticos: El derecho a un estándar de vida adecuado, garantizando la seguridad en los ingresos y la protección social; el derecho a la alimentación, la seguridad alimentaria y la nutrición, y el derecho a la tierra y a los recursos productivos.
Enriquecido con las experiencias de las líderes de los movimientos de mujeres de América Latina y el Caribe y de organizaciones de la sociedad civil como las rurales e indígenas —representadas aquí—, el texto permite encauzar los desafíos necesarios para el empoderamiento de las mujeres y niñas rurales, desde la heterogeneidad y diversas experiencias.
“Se trata de un documento base que pone sobre la mesa un enfoque de democracia y desarrollo, que identifique a las mujeres rurales en su papel más amplia de diversidad y como agentes de desarrollo”, apuntó Mariella Mazzotti.
Carvalho precisó que las mujeres rurales son quienes llevan a cabo “una significativa contribución al desarrollo y la seguridad alimentaria, asumiendo funciones productivas, reproductivas y sociales en una triple jornada de trabajo que en su mayoría no está remunerada y es escasamente valorada. Pese a su papel en la economía y el bienestar de sus comunidades, enfrentan más obstáculos que los hombres para acceder a los recursos productivos fundamentales, sufren discriminación salarial en los mercados de trabajo y suelen trabajar sin remuneración en las parcelas y negocios familiares”.
En tanto, la ministra de la Mujer dominicana concluyó: “Tenemos que impulsar políticas públicas que favorezcan el acceso pleno a sus derechos, tales como el acceso a la tierra, al crédito oportuno y de calidad, a los mercados y a la tecnología e innovaciones, capacitación, asistencia técnica, infraestructura productiva y social, así como a una vida libre de todo tipo de violencia y de discriminación”.
El cónclave finaliza mañana 7 de febrero, con la Declaración de Santo Domingo, donde las ministras y altas autoridades de los mecanismos nacionales reafirmarán sus compromisos de trabajar para la garantía y pleno ejercicio de los derechos civiles, políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, sexuales, reproductivos y ambientales para todas las mujeres, con una observación particular para el disfrute de los derechos humanos y el logro de la igualdad de género de las mujeres y niñas rurales.
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