Recibimos multitud de respuestas y, aunque por motivos de reiteración no hemos incluido todas, precisamente esta repetición es digna de mención.
Las mujeres que nos han respondido se quejan principalmente de la normalización y naturalización que determinados tipos de acoso (en el transporte público, en el instituto, en la discoteca) tienen en nuestra sociedad. Esta normalización de acciones que son acoso provocan que nadie suela tomar la iniciativa o haga algo para frenar la situación. La mayoría de nuestras lectoras han descrito que esta inacción de las personas a su alrededor siempre ha provocado que se sientan terriblemente solas. Lo que les hubiera gustado a todas y cada una de las mujeres que respondieron a nuestro cuestionario fue que alguien interviniese en su favor en una situación de acoso. Numerosas respuestas también muestran cómo es mucho más probable que otras mujeres intervengan por razones de empatía antes que cualquier hombre.
Otra de las quejas que más se ha repetido por parte de nuestras lectoras es que, cuando ellas han tomado finalmente acción frente a un acosador, este se haya victimizado y buscado apoyos a su alrededor y que, al final, sean ellas quienes sean juzgadas por «armar escándalos» en público o tachadas de exageradas al narrar sus experiencias. Y, por último, otra de las quejas más repetidas es la forma en que la sociedad, a posteriori, le quita hierro a este tipo de comportamientos abusivos con las mujeres calificándolos de «broma», de «tontería» o de «cosas que pasan».
Estas son algunas de las respuestas.
1.
«Hubiera deseado ayuda durante el acoso. Y después apoyo. Que no se tratase como algo normal que debo ‘dejar pasar’. En el caso del instituto, que no lo hubieran tratado como cosas de niños. Bromitas y nada más. Para mí esos tocamientos no eran ninguna broma».
Ana.
2.
«Acercarse y hacer acto de presencia para que quien me estaba molestando viera, o al menos pensara, que no estaba sola».
Afri.
3.
«Me gustaría que el acoso se tomase con la seriedad que merece. Yo me siento intimidada e incómoda. Más de una vez he tenido que discutir (con hombres) el hecho de que me haga sentir de esa forma que se me griten cosas por la calle. Ya no sé si es cuestión de tomárselo con seriedad o tener cierta empatía, la cuestión es que en muchos casos te sientes sola y ya no solo en tu círculo sino en la calle, cuando ven que estas siendo acosada y la gente solo mira. Me gustaría que se tomase una actitud más activa a través de la cual te puedas sentir en cierto modo protegida».
M.
4.
«Me hubiera gustado que alguien hiciese ver a la persona que me estaba acosando que ese tipo de comportamiento no está bien, no hay que normalizarlo. Que se condenara públicamente eso, porque nadie tiene por qué aguantar el acoso».
Lorena.
5.
«Normalmente, la gente desconocida no hace nada. Y mucho menos si es un caso que no llama mucho la atención, lo ignoran o no le dan importancia porque es algo que se asume como normal.
Pero sí que es verdad que las chicas nos respaldamos más con estas cosas. Por ejemplo, con el típico pesado de la discoteca, si vemos que no se está quieto o retiramos a la chica de ahí o nos cambiamos de sitio.
Yo una vez estaba comprando en el supermercado y un señor mayor se puso a perseguirme. La cajera vino y se puso a colocar cosas donde yo estaba. Al principio no me di cuenta de que lo había hecho por eso, pero luego hablando con ella me explicó que lo hace con más chicas y por eso me echó un vistazo para que no me hiciera nada. Pocas veces los chicos hacen ese tipo de cosas, si son amigos míos sí suelen hacerlo, pero si no les da un poco igual, y bueno, supongo a veces ellos no captan esas cosas o no tienen empatía la misma empatía, pero deberían empezar a hacerlo: les puede pasar a alguien que ellos conocen o incluso a ellos mismos».
Celia.
6.
«Actuar. Siempre actuar. Decir algo. Parar a ese o esos que me gritan o me intentan tocar. Nadie nunca hace nada. Ni amigos, ni parejas. Y cuando lo cuentas minimizan la situación, no dan importancia o te tratan de exagerada o loca».
Ratita.
7.
«Que no ignoren la situación, que no es un hombre cortejando, es un hombre (o varios) intimidando. No hace falta mucho, solo acercarse y alejar a la persona de los acosadores y preguntar como está y si necesita algo».
Anna.
8.
«Reaccionar. Que no hubieran hecho como si no pasara nada o como si fuera una broma».
Eva.
9.
«Me hubiese gustado que no le riesen su acción ya que así aprendería que no hace gracia a nadie. Y que, además, se hubiesen disculpado por el comportamiento de su amigo. Me parece algo tan básico que suena ridículo pero al mismo tiempo es tan difícil de que lo comprendan».
Sara.
10.
«Reprochar BIEN ALTO el hecho o actitud delante todo el mundo».
Koukla.
11.
«Me hubiera gustado que me creyesen sin ‘peros’ y sin cuestionarme el porqué me podría haber pasado eso. También que no pensasen que podía habérmelo buscado; eso duele».
Len.
12.
«Ayudarme a que el acosador me dejara tranquila para no sentirme sola y con miedo».
Laura Lecuna.
13.
«Que no me juzgaran con la mirada. Alguna vez, incluso en pleno 2018, me rebelo contra un tío que me acosa o me agrede y a la que miran mal es a mí por montar escándalo».
Carla.
14.
«Me hubiese gustado que actuaran para ayudarme. No tengo porque sentirme incómoda cuando voy sola por la calle o en transporte público, pero en ese momento no solo me sentí incómoda sino que también me sentía sola, porque a pesar de que había más personas alrededor que se daban cuenta de la situación nadie hizo nada y cuando plante cara a mi acosador me dejaron por loca, ya que había gritado lo que ese señor hacía y no me había mantenido callada».
María.
15.
«Ayudarme al ver que yo me quedaba en blanco y con cara de miedo en vez de ignorar por completo la situación».
Vir.
16.
«Estando de fiesta, unos chicos que acababa de conocer querían algo conmigo, a lo que me negué. Me acorralaron entre los tres junto a un muro y uno de ellos me tocó un pecho. Estábamos rodeados de gente. Le dije a mi grupo lo que había pasado. Me gustaría que no se lo hubieran tomado a broma sino como un asunto serio, pero todo el mundo se rió en lugar de reprochárselo o echarles la bronca. Alguien debería haberles hecho mostrame respeto o disculparse, ya que a mí no me hicieron caso».
Aquario.
17.
«Que mis amigas no hubiesen disfrazado de coqueteo y fichas lo que yo sentía como acoso. Y no me hubiesen dejado sola con ese chico».
BiCosmica.
18.
«Me habría gustado que la gente, en vez de hacerse la sorda, hubiera intervenido la segunda vez que me negué a darle el teléfono».
Megara.
19.
«Plantar cara cuando dije a mi agresor que no por quinta vez delante de todo el mundo, o sacarme de allí con excusa de ir al baño, o llamar a la policía. No hay que hacerse el valiente, solo buscar soluciones».
Trastinka.
20.
«Creerme. Eso lo primero. Porque me sentí muy sola cuando no lo hicieron, cuando yo era la mala y el pobre chico solo estaba enamoradito de mí.
Si la situación ocurre en público y estás viendo que la otra persona lo está pasando mal: 1. Preguntar ‘¿estás bien? ¿Necesitas algo?’ 2. Decir algo a la persona que la está acosando: para, déjala en paz (sobre todo si gozas del privilegio de ser un hombre, porque te van a echar más cuenta, se van a ver más intimidados)».
Pregnenolona.
21.
«Un día al salir del trabajo a las ocho de la tarde empezó a seguirme un tipo diciéndome que me iba a violar y llamarme ‘puta’. Me crucé con mucha gente, nadie hizo nada a pesar de que yo tenía 18 años y se notaba. Llegué a casa y cerré el portal lo más deprisa que pude. El tío se quedó en la calle. Yo subí a oscuras por las escaleras y entré sin encender ninguna luz en casa por miedo a que supiera dónde vivía exactamente. Llamé a mis padres para contarles lo sucedido. Estaba acojonada. Mi padre llegó a casa en cinco minutos con la intención de plantarle cara al cabrón que me seguía. Ojalá todos reaccionaran así y no tener que ir con miedo por la calle ni andar escondiéndonos».
Lili.
22.
«Que le hubieran recriminado qué narices estaba haciendo y que me hubieran preguntado a mí que tal estaba, si necesitaba algo o si quería denunciar. Y que se hubieran ofrecido a ayudarme para que lo denunciara si yo quería».
Celia.
23.
«Cuando tenía once años iba caminando con mi mamá, llevaba uniforme de escuela y un viejo que venía detrás mío me agarró una nalga y aceleró el paso. Lo único que yo llevaba en la mano era una sombrilla. Se la reventé en la cabeza y le dije ‘viejo hijueputa’. El tipo se volvió agresivamente hacia mí como para pegarme. Yo ya le iba a dar otro sombrillazo cuando un vendedor de frutas que tenía su puesto en la acera lo increpó. Le dijo algo así como ‘¿le vas a pegar a una niña? Si yo vi lo que hiciste’. El tipo lo negó, pero cuando la gente empezó a rodearlo se fue rápidamente.
Cuento el caso porque ese es el tipo de actitud que me gustaría ver ante ataques sexuales: que las víctimas se defiendan y que quienes están a su alrededor las apoyen».
Emma.
24.
«Acercarse a mí y alejarme de mi acosador».
HormingAtómica.
25.
«Me hubiera gustado que otros a mi alrededor hubieran apoyado mi rechazo y sacado la cara por mi. A veces te sientes sola en este tipo de situaciones y piensas que igual estás exagerando o malentendiendo algo, pero no es así. Si te lo preguntas es que llevas razón».
Tuilla.
26.
«Avergonzar al tipo. Ponerse a mi lado. Tomar partido por mí».
Raquel.
27.
«Que alguien le hubiera dicho al acosador que ese comportamiento está mal, preferiblemente alguno de sus amigos o alguien a quien él considere su igual».
holgamaria.
28.
«Ya ni pido que le digan nada al acosador, solo con venir a preguntar si estoy bien o hacer ver que me conocen para alejarme del acosador disimuladamente me conformo».
Ariadna.
29.
«Ojalá me hubiesen escuchado. Me hubiese gustado que no pensasen que los acosadores eran solamente unos locos. Nunca se le ha dado mayor transcendencia a las situaciones de acoso que he sufrido porque ‘no fueron a más’».
Laura.
30.
«Me hubiese gustado que juzgasen al agresor en vez de a mí».
pirpal.
31.
«Solamente que se acercara alguien a preguntarme si estaba bien o si podía ayudarme en algo me hubiera bastado. Saber que hay alguien al lado si las cosas se ponen más feas y que entienden que es un mal momento para nosotras cambia mucho la situación, al mismo tiempo que nos fortalece frente al acosador».
Paula.
32.
«Cuando iba a segundo de la ESO un compañero de instituto comenzó a mandarme mensajes por WhatsApp sin yo haberle dado mi número. Era un compañero con el que nunca había hablado y al principio le seguía el rollo, pero con el paso del tiempo se puso muy pesado (no paraba de mandarme mensajes, de decirme de quedar, de preguntarme si quería tener novio o si tenía…) y yo le dije que me dejaste en paz, pero no lo hizo. Yo me sentía acosada, era tener un mensaje suyo cada 15 minutos. Se lo conté a quienes creía que eran mis amigas, pero ellas se reían y le quitaban importancia. Me hubiese gustado que mis amigas me apoyasen porque yo me sentía muy incómoda en esa situación y ellas solo alimentaban ese malestar tachando los actos de este chico de ‘románticos’. El chico siguió escribiéndome durante dos años hasta que conseguí cortar toda relación. Ninguna amiga que conocía la situación me apoyó».
Anne.
33.
«Escucharme, reaccionar y no decir que exagero cuando me siento asqueada, odiando mi propio cuerpo, odiando ser mujer».
Cam.
34.
«Mi ex novio me estuvo acosando durante un año, en persona y en redes sociales. Lo que más eché de menos fue encontrar a alguien que no me cuestionase y, simplemente sin hacer preguntas, intentase ayudarme. Sé que a veces es muy dificil ayudar sin saber los motivos, pero preguntar para cuestionar si de verdad está pasándote lo que tú misma estás viviendo o si estás exagerando solo te hace dudar si de verdad las cosas son así».
Elisa.
35.
«Me hubiera gustado recibir apoyo en ese momento, personas que cuestionaran la actitud de esa persona. O si no se cuestiona porque no se conoce la situación completa, algún tipo de apoyo después: simplemente el preguntar sobre la situación vivida da pie a expresarlo, a tomar conciencia del problema y de las posibles soluciones».
Iris.
36.
«Meterse y ayudarme. No quedarse indiferentes».
Roro.
37.
«En situaciones de acoso en espacios públicos, como un autobús por ejemplo, me hubiera gustado sentirme apoyada, que la gente recriminase ese tipo de comportamiento y no solo la persona que lo sufre. El silencio te hace cómplice».
Ana.
38.
«Que le plantasen cara, le llamasen la atención y eso hiciera que se sintiera fatal con lo que estaban haciendo. Y a ver si, con suerte, sirviese para que no lo volviese a hacer jamás con ninguna otra mujer».
Irene.
39.
«Intervenir de alguna forma, ya fuera diciéndole que me dejara en paz a quien me acosaba, hablándome y excluyéndolo hasta que se fuera, o llevandome a otro sitio para apartarme de él».
Sar.
40.
«Me hubiera gustado que en vez de mirar y hacer como si nada, hicieran algo, aunque solo fuera decirle que me dejara en paz. Me hubiera gustado que no me hubieran llamado exagerada después de ver lo que estaba pasando. Me hubiera gustado que no me defendieran solo mujeres porque se sentían identificadas conmigo, sino que me hubieran ayudado también hombres porque entienden que es una situación intolerable.
Creo que no es nada fácil ni sencillo de conseguir pero también creo que somos muchas y somos fuertes, no estamos solas, no lo vamos a estar y si los señoros no son capaces de ver que es lo que pasa, la sororidad va a ser nuestra mejor arma».
Karmele.
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