El Foro Económico Mundial señala que alcanzar la equidad laboral podría tardar hasta 170 años.
Lo anterior pese a que las mujeres representan más del 50% de fuerza laboral en el mundo, de hecho menos del 25% accede a puestos de alta gerencia. Así lo reveló ManpowerGroup en su estudio “7 pasos hacia una inclusión consciente”.
La empresa apuntó que de cuerdo con las líderes empresariales encuestadas en el estudio, estos son los pasos que las organizaciones pueden seguir para llevar a la figura femenina hacia puestos de liderazgo:
Cambia tú primero
Es importante creer en que esto se puede lograr, de lo contrario no funcionará si el cambio no es auténtico.
Los líderes tienen que hacer suyo el compromiso, no delegarlo
La equidad de género no se puede delegar al departamento de recursos humanos, debe estar alineada con la estrategia de negocios y fluir desde arriba, desde el equipo de liderazgo.
Cambia el cuestionamiento “¿por qué no?”
Al momento de elaborar la planeación, en lugar de decir “ella no tiene la experiencia”, es mejor plantearse “¿qué necesitamos para que funcione?”.
Contrata personas que valoren a las personas
Si contratamos personas que valoren a los otros, encontrarán la forma de optimizar todo el potencial humano, incluidas las mujeres.
Promueve una cultura de inclusión consciente
Los programas por sí solos no funcionan, la rendición de cuentas se sitúa en los líderes de altos niveles y los tomadores de decisiones para promover una cultura de inclusión consciente.
Sé explícito
Hombres y mujeres deben estar representados en todos los niveles y en cada unidad de negocio. Los líderes deben saber exactamente dónde necesitan que estén las mujeres. Observar los números macro no es suficiente; esto genera sociedades rosas en donde se posiciona a las mujeres en áreas de recursos humanos, comunicaciones y funciones de apoyo, en lugar de puestos relacionados con pérdidas y ganancias.
Toma las riendas y establece objetivos alcanzables y medibles
Cada decisión de contratación y promoción se puede justificar, pero si ello no se acerca hacia el punto de inflexión, la inclusión consciente y la equidad de género simplemente no sucederán. Hay que planear para ello como si fuera una inversión o prioridad de negocio estratégica. El verdadero cambio requiere tiempo, atención y disciplina.
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