Las mujeres ahorran menos para el retiro y la solución es sencilla

Valeria Archundia es una joven egresada de la carrera de Economía. Para ella, ha sido complicado conseguir un empleo debido a la pandemia; sin embargo, ya tiene pensando que su plan de retiro: seguir un plan de inversión en acciones de empresas privadas para tener ganancias a corto plazo bajo sus propios criterios de beneficio y también en el gobierno en CETES (bonos de deuda del gobierno) para obtener ganancias por otro lado. Pero para ello, lo prioritario es trabajar lo antes posible para empezar a cotizar y buscar una buena afore con los mejores rendimientos.

Liliana Corona es periodista y dice que su mamá le inculcó la importancia de ahorrar, sobre todo al ser mujer, para no depender de alguien más que de ella para sortear cualquier emergencia que pueda tener. “Yo empecé a trabajar en 1999 y ya en 2013 inicié con mi plan de ahorro para el retiro, que es un plan personal de retiro (PPR). Inicié con Actinver porque una asesora me atendió muy bien, pero me cambié a Sura porque la gente que continuó con mi atención no le echó ganas a mi portafolio y mis rendimientos eran muy bajos”, explica.

Mariana Camacho, química, lleva cuatro años trabajando y aún no cuenta con un plan específico de ahorro para su retiro más que tener su dinero en CETES, sin embargo planea contratar uno en este año.

Así como ellas, 48% de las mujeres en México ahorran y sólo 28% ahorran para su retiro, en contraste con el 55% y 40%, respectivamente, de los hombres, de acuerdo con cifras de Asociación Mexicana de AFORES (Amafore).

Bernardo González, director de Amafore, explica que los principales factores que generan diferencias en el nivel de participación en el ahorro entre mujeres y hombres es el funcionamiento del mercado laboral en México.

“Primero, por la diferencia entre los sueldos que perciben hombres y mujeres, pues aunque las mujeres desempeñan las mismas funciones o responsabilidades que un hombre, ganan menos”, afirma respecto a la brecha salarial que persiste en México y que, según cifras de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social es de 12%.

El segundo factor cultural que González atribuye es que las mujeres necesitan más flexibilidad para asumir labores de cuidados no remunerados y por eso recurren al trabajo informal, donde no hay patrón que haga la retención o que aporte a una afore. De acuerdo con el INEGI, alrededor de 60% de la población mexicana participa en el mercado informal, lo que impacta en el nivel de bancarización, que es de 28% entre hombres y 17% en mujeres

Por último, la ausencia de un sistema nacional de cuidados con presupuesto e infraestructura gubernamental, lo que orilla a gran parte de las mujeres a abandonar sus empleos por periodos, lo que hace que no logren acumular las semanas que por ley se deben cumplir, que en el Instituto Mexicano del Seguro Social son de 1,250.