Purnina, Kamama, Beata, Vinita y Regina son la muestra de las millones de mujeres y niñas que en el mundo se han visto empoderadas para tomar las riendas de su propio destino. Poner el foco en ellas es un primer paso para corregir la desigualdad: una niña que ha desarrollado la confianza en sus propias capacidades y acciones puede abrirle la puerta a todas aquellas también en situación de vulnerabilidad. La ONG World Vision recopila algunos de los testimonios de estas jóvenes.
Purnima || © Reinhardt World Vision
¿Qué es para ti ser fuerte? le preguntó Laura Reinhardt, fotógrafa de World Vision, a Purnima, una niña de 11 años. Ella sonrió, levantó los brazos y los flexiono. Así con un gesto sencillo, quería hacer ver que ella es lo suficientemente fuerte para luchar con todo lo que se ponga por delante.
Purnina, Kamama, Beata, Vinita y Regina son la muestra de las millones de mujeres y niñas que en el mundo se han visto empoderadas para tomar las riendas de su propio destino. Poner el foco en ellas es un primer paso para corregir la desigualdad: una niña que ha desarrollado la confianza en sus propias capacidades y acciones puede abrirle la puerta a todas aquellas también en situación de vulnerabilidad. La ONG World Vision recopila algunos de los testimonios de estas jóvenes.
Mariane || © Jeff Arnold World Vision
El futuro tiene cara y nombre de niña. Una niña que ha tenido la oportunidad de estudiar. Mariane asiste a una escuela en Tonguia, Senegal. Según UNICEF, solo el 56% de las mujeres saben leer y escribir en Senegal. Pero esta tasa está cambiando en Tonguia a través de un enfoque educativo innovador para mejorar las habilidades de lectura, basado en tres puntos clave: capacitación y equipamiento de maestros, creación de clubes comunitarios de lectura y capacitación de voluntarios comunitarios para apoyar la escolarización con las familias.
Vinita || © Jim Wungramyao Kasom World Vision
Vinita tenía 17 años cuando se enteró de que sus padres estaban planeando su matrimonio. Ella vive en India, hogar de más novias infantiles que cualquier otro país del mundo. Pero Vinita tenía otros planes para ella misma y desde pequeña soñaba con ser enfermera. Tras 12 años de ser una niña apadrinada, tenía contacto directo con el personal de World Vision en India y no dudo en acudir a ellos para pedir ayuda. Fueron ellos quienes convencieron a sus padres para que la dejaran ir a la escuela de enfermería. Hoy trabaja en el hospital infantil de su ciudad.
Purnina, Kamama, Beata, Vinita y Regina son la muestra de las millones de mujeres y niñas que en el mundo se han visto empoderadas para tomar las riendas de su propio destino. Poner el foco en ellas es un primer paso para corregir la desigualdad: una niña que ha desarrollado la confianza en sus propias capacidades y acciones puede abrirle la puerta a todas aquellas también en situación de vulnerabilidad. La ONG World Vision recopila algunos de los testimonios de estas jóvenes.
Regina || © John Warren World Vision
En Uganda, trabajadores de salud capacitados están brindando a las nuevas madres y a las embarazadas el asesoramiento y apoyo que necesitaban. Para Regina, la ayuda que recibió de su trabajador de salud, Matthew, sencillamente le ha cambiado la vida. Después de perder a su hijo Peter a las tres semanas de nacer, tenía mucho miedo cuando se volvió a quedar embarazada. Matthew la animó a tener esta vez a su hijo en un hospital. Y así lo hizo. Su hija, Tina, nació sana y sin complicaciones. Hoy Matthew continúa a su lado, asesorándola sobre nutrición infantil.
Kanama || © John Warren World Vision
En 2015, World Vision trabajó con la comunidad de Kamama, en Kenia, para llevar agua limpia a 880 hogares, además de escuelas, iglesias y centros de salud. La madre de Kamama dice que el agua limpia lo cambió todo: «Ahora mi hija puede ir a la escuela temprano y estudiar sin estar cansada a causa del acarreo de agua, llevar ropa limpia y no enfermar por beber agua sucia». El 11% de la población mundial no tiene acceso a una fuente de agua limpia y generalmente las mujeres se llevan la peor parte. Actualmente, la distancia media que recorren las niñas y mujeres africanas o asiáticas para buscar agua es de 6 kilómetros y lo hacen cargando en la cabeza recipientes de unos 20 litros.
Beata || © Eugene Lee World Vision
La falta de oportunidades educativas, laborales y económicas de mujeres y niñas implican un círculo de pobreza del que parece imposible salir. Las microfinanzas parecen la clave para que mujeres de todo el mundo se empoderen a través de préstamos para lanzar sus pequeñas empresas. Precisamente a esto se dedica VisionFund, organismo encargado de gestionar las microfinanzas de World Vision. Beata (a la derecha) obtuvo un préstamo para expandir su negocio de costura. Hoy es una emprendedora de éxito que ha enseñado a 82 mujeres necesitadas a coser, incluidas 15 refugiadas que regresaron del genocidio de Ruanda y que ya han abierto sus propias tiendas.

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Link original: https://ethic.es/galerias/el-futuro-es-femenino/