En la mitad de embarazos en niñas y adolescentes, los padres son adultos: Inegi

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de 2012 a 2017 se convirtieron en madres 62 mil 340 niñas y adolescentes. De dicha cifra, en la mitad de los casos el padre del bebé tenía entre 17 y 20 años.

Fernanda Díaz de León Ballesteros, de la organización Ipas México, señaló que estos datos pueden ser indicadores de abuso: “A partir de las edades registradas por los responsables, encontramos que están siendo forzadas o coercionadas por adultos“. En la mitad de los casos de embarazos en menores, los padres tenían entre cuatro y ocho años más que ellas. (Vía: El Universal)

El problema del embarazo en menores no es solo la poca o nula educación sexual, sino la situación de desigualdad generalizada que coloca a niñas y adolescentes en una posición de vulnerabilidad y sujetas a las decisiones que otras personas toman sobre sus cuerpos:

“No es solo el acceso a la información, sino una consecuencia de la violencia de género en lo macro, la cual se traduce en la imposibilidad de tomar decisiones”, señaló Díaz de León Ballesteros.

Como señala El Universal, el embarazo infantil es resultado de la violencia estructural: se trata de niñas que viven en entornos donde no se les permite expresar sus deseos ni tomar decisiones. Tener hijos a temprana edad limita sus opciones de desarrollo y pone su salud en riesgo.

De acuerdo con Ipas, las niñas y adolescentes menores de 15 años corren más riesgo de padecer eclampsia, anemia, hemorragia postparto, endometritis puerperal, fístula obstétrica y depresión postparto. Además, el riesgo de mortalidad infantil es 50% mayor en hijos de madres adolescentes, en comparación con madres mayores de 20 años.

En cuanto aquellas que deciden interrumpir el embarazo, es más probable que lo hagan en etapas más avanzadas, con métodos insegurosy en condiciones de clandestinidad.

Como señala el informe, en la gran mayoría de los casos de embarazo infantil y adolescente no se trata de una decisión tomada por ellas:

“En el caso de las adolescentes en general y de las menores de 15 años en particular, contrario a lo que tradicionalmente se ha pensado, el embarazo no es resultado de una decisión o un acto deliberado; en la mayoría de los casos es consecuencia de la falta de poder para la toma de decisiones, así como de circunstancias que están fuera del control de niñas y adolescentes“.

 

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