En las últimas dos décadas, la dinámica migratoria ha cambiado visiblemente, con un impacto particular en las mujeres, quienes pasaron de ser administradoras de remesas y responsables de la crianza, a mujeres migrantes que, aunado a los roles de género, enfrentan los peligros de la migración.
En torno a ello discurrieron especialistas y artistas durante la mesa de diálogo: Mujeres en la migración; repensar los movimientos migratorios de las mujeres, durante el festival Arte para todxs, donde, con la moderación de Verónica Loaiza, feministas y representantes de instituciones señalaron diferentes aristas del impacto migratorio en las mujeres.
Úrsula López Miranda, poeta y artista gráfica, mencionó que las mujeres están resignificando la migración, pues en los últimos 20 años se ha incrementado el flujo de mujeres en las rutas de Centroamérica hacia Estados Unidos, en que México constituye como el país de paso o de destino.
“La migración como fenómeno humano diversifica el entramado de las culturas, pero casi siempre se genera por condiciones forzadas de inseguridad, violencia, condiciones climáticas y los factores económicos, que obligan a los migrantes a salir de sus espacios sociales y culturales en cada contexto”, explicó.
Señaló que en el caso de Centroamérica, las pandillas, principalmente, generan condiciones de violencia extrema que obligan a las familias a salir de sus comunidades, dinámica que afecta de manera particular a las mujeres, quienes, a diferencia de los hombres, se ven forzadas a emigrar con sus hijos, algunos de ellos lactantes.
“Mientras que vemos que los hombres salen de manera individual, y al llegar a Estados Unidos a veces abandonan a sus familias, las mujeres migrantes tienen que transitar con una carga adicional: el rol social de la maternidad aún en la migración; muchas de ellas son mamás lactantes”, expuso.
La activista propone una nueva mirada al fenómeno migratorio, que permita una resignificación desde sus implicaciones en los roles de género en cada una de las etapas de la maternidad, no solo para las mujeres que emigran, que por su cuenta padecen la pérdida de identidad, sino las que se quedan, quienes, por su parte, enfrentan diversos agravios.
La artista Elsa Escamilla relató cómo desde la fotografía ha encontrado la manera de retratar el fenómeno migratorio, a partir de la experiencia particular de mujeres michoacanas, quienes han hallado en la colectividad una nueva forma de resignificarse desde la organización e independencia económica de sus esposos migrantes.
El activista por los derechos de los migrantes, Lenin Villegas Madrigal, discurrió en torno a las condiciones forzadas, como la precariedad económica y la violencia criminal, que obligan a emigrar, no solamente a los varones, sino ahora también a las mujeres e incluso a personas de la tercera edad en las familias, quienes en el último año aportaron a Michoacán cinco mil millones de dólares en remesas.
Fernanda Zavala Aguirre, funcionaria y activista en materia migratoria, señaló que, aunque se han hecho esfuerzos, las políticas públicas han resultado insuficientes tanto para los migrantes que salen del país, como para la atención de los que se quedan, y para cubrir necesidades de los migrantes sudamericanos que se encuentran en tránsito.
Los ponentes coincidieron en que la migración es un fenómeno que se suscita entre la indolencia y la discriminación, por lo que señalaron al arte como una manera de visibilizar y generar empatía social, aunado a la necesidad de políticas públicas y el acceso al derecho a la seguridad humana, que ponga freno a la explotación, trata y subyugación de que llegan a ser víctimas las mujeres migrantes.
El texto original de este artículo fue publicado por la Agencia Quadratín en la siguiente dirección: https://www.quadratin.com.mx/principal/mujeres-migrantes-de-los-roles-de-genero-a-una-nueva-resignificacion%EF%BF%BC/
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