En México, dos de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja y, según las cifras oficiales sobre feminicidios, en 2021 se registraron 966 homicidios contra la mujer por razones de género, el número más alto desde 2015. 1
La violencia de género transgrede los derechos humanos, es un acto de desigualdad y subordinación, una acción reprobable que tendría que ser erradicada urgentemente. Sin embargo, este tipo de violencia es un hecho altamente arraigado y aceptado por nuestra sociedad. Por un lado, las mujeres pueden verse obligadas a permanecer en ese contexto debido al miedo, a las amenazas, por dependencia económica, entre otros factores. En este caso, resulta razonable que las estrategias para erradicar o aminorar este problema se enfoquen en atender a las mujeres que enfrentan esta situación con el fin de luchar contra las condiciones que permiten que la violencia de género sea aceptada.
Pero por otro lado, vivimos en un mundo en donde las normas sociales determinan gran parte de nuestro comportamiento y muchas veces éstas promueven y aceptan este delito, en este caso para aminorar la problemática se tendría que trabajar con las normas sociales y los estereotipos de género. Esto puede resultar difícil, sin embargo no es imposible. Diversos movimientos feministas, organismos internacionales e incluso países más desarrollados llevan a cabo estrategias para visibilizar y sensibilizar, tanto a mujeres como a hombres, sobre esta problemática. 2 De acuerdo con el estudio Análisis de estrategias de prevención de la violencia doméstica y de pareja contra mujeres, que incluyen a hombres y niños, el cambiar las normas sociales puede ser posible si se diseñan intervenciones que involucren a los hombres desde edades tempranas. La experiencia internacional ha demostrado que esto es necesario por diversas razones: 1) son ellos quienes cometen los actos de violencia contra mujeres y niñas (en su mayoría), 2) muchas de las estrategias han demostrado ser efectivas para lograr una disminución de violencia de género, 3) no incluir a los hombres pondría todo el peso de la solución a un problema global en las mujeres; además, no incluir a los hombres podría propiciar la implementación de programas menos eficaces, y 4) los hombres deben comprender que su involucramiento en prevenir y erradicar la violencia de género los beneficia a ellos, a sus familias, a sus hijas, a otras mujeres a las que quieren, entre otros beneficios.
En 2021, Simetría elaboró una guía práctica que contiene los elementos básicos para que las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y cualquier institución dedicada a la prevención y atención a la violencia de género (doméstica y de pareja) puedan diseñar e implementar estrategias integrales y eficaces con la participación y atención de hombres adultos, adolescentes y niños.
Esta guía consideró el trabajo, metodología y recomendaciones de algunas OSC que en México ya trabajan con hombres para prevenir y atender la violencia doméstica. Así, las OSC enfatizan la importancia de incluir a los hombres y niños en sus programas de atención y prevención de la violencia de género debido a que se dieron cuenta de la importancia de trabajar con la persona que ejerce la violencia; porque las mujeres víctimas de violencia lo solicitaron y porque es necesario fomentar la prevención, entre otras razones. También estas OSC indicaron algunos beneficios que ofrece a los hombres este tipo de programas: control de la ira, mejor manejo de emociones, mayor autocontrol, identificación de la violencia, sentirse acompañados y terminar con los estereotipos de género.
Sin embargo, cabe decir que las organizaciones que trabajan para prevenir y erradicar la violencia de género y que incluyen a niños y hombres en sus estrategias para cumplir con su misión enfrentan importantes barreras que limitan los resultados obtenidos; las principales tienen que ver con la falta de presupuesto y la falta de interés por parte de funcionarios e instituciones públicas.
La disminución de la violencia de género es responsabilidad de todos y todas. Es un tema multifactorial y complejo, por lo que su solución debe ser integral, coordinada y corresponsable entre toda la sociedad. Para ello, resulta importante contar con una normatividad adecuada; con políticas públicas y privadas eficaces de prevención y atención a este delito, se deben poner en práctica acciones dentro de las escuelas, dentro del sector salud y del sistema judicial, que ayuden a prevenir la violencia contra la mujer, que hagan que los perpetradores rindan cuentas y se obtenga justicia y apoyo para las víctimas de la violencia.
1 Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Disponible aquí.