Este domingo, día del voto femenino, brindemos por todas las mujeres osadas que se negaron a lo imposible y construyeron caminos de luz para todas nosotras por el bien de la humanidad.
No hay plazo que no se cumpla y este domingo conmemoramos 68 años de lograr el reconocimiento del derecho de las mexicanas a votar y ser electas.
Cumplir 68 años nos lleva a recordar que la historia no ha sido fácil. Llevó 30 años antes de llegar a 1954 para que las mexicanas votaran por primera vez.
Los medios de la época titularon de manera despectiva este hecho histórico, sin entender lo que esta apertura significaba para la democracia mexicana.
Las sufragistas de entonces tenían claro que su ciudadanía estaba incompleta, le faltaban pedazos, pero que aun así eran ciudadanas, por lo tanto, exigieron el reconocimiento de su derecho a votar y decidir quiénes podrían gobernar, y de la mano, sembraron de inmediato que las mujeres también son elegibles y pueden gobernar.
Y de las poquitas pasamos a la paridad.
De la primera diputada Federal, Aurora Jiménez Quevedo, de Baja California, que llegó en 1954 a un recinto que no contemplaba ni siquiera un baño para ella porque nunca se imaginaron que habría una diputada, construimos en 68 años la realidad de 250 legisladoras federales de la LXV legislatura.
Y de un baño improvisado para las mujeres, pasamos a las presidencias de 27 comisiones legislativas actualmente, a presidir la mesa de debates en otros momentos, a tener hoy siete gobernadoras, varias secretarias de Estado y presidentas municipales, y un largo etcétera.
Hemos construido leyes para seguir completando nuestra ciudadanía que la desigualdad cercenó y robó.
Las sufragistas de los años 20, hasta las actuales, saben que el voto y ser electas es una parte nodal de la ciudadanía de las mujeres, y que es incompleta si no tenemos un ejercicio pleno de todos nuestros derechos.
Toda la información e imágenes son de MILENIO.
Link original: https://www.milenio.com/politica/paridad-genero-gobernadoras-68-anos-voto-femenino
