La labor de cuidados de mujeres abrió la industria del cannabis en México

Mayela Benavides, madre de Grace Elizalde, fue un caso paradigmático en el desarrollo de una industria pujante en el país pese a los obstáculos regulatorios.

El pasado 8 de abril, el morenista Ricardo Monreal decidió que el Senado patearía de nuevo la discusión sobre la regulación del cannabis en México, justo casi cuatro años después de que la Cámara de Diputados aprobara su uso fines medicinales y terapéutico (con 301 votos a favor). Dicho dictamen se logró gracias a ciudadanos que promovieron -en primera instancia- recursos jurídicos como amparos para ellos, entre ellos destacan mujeres que también eran madres de familia y que fueron cruciales para visibilidad la necesidad médica de regular este uso en México.

Uno de esos casos fue Mayela Benavides, madre de Grace, una niña mexicana de tres años, que dejó de sufrir ataques epilépticos cada hora desde que hace cinco años que empezó a tomar una medicina basada en cannabis. Desde entonces, sus crisis son más breves, más esporádicas y menos intensas.

Grace, que padece el síndrome de Lennox-Gastaut, fue la primera persona con acceso legal a este tipo de medicamento en México gracias a que Mayela emprendió una batalla legal que ganaron en agosto 2016 y que obligó a las autoridades sanitarias mexicanas a garantizarles la obtención de cannabidiol (CBD), un aceite terapéutico para reducir los ataques de su hija.

Su historial, que se basó en una necesidad de atender labores de cuidado muy específicos y que no recibió antes la atención del Estado -y por ley- ni de ningún privado, despertó la esperanza e interés entre familias que padecen casos similares. Y ahora, en una segunda etapa, también en mujeres que buscan capitalizar toda su formación y documentación que originalmente les sirvió para cuidar de un familiar.

En entrevista con Expansión, Hugo y Alfredo Álvarez quienes son fundadores de Canncura Pharma, destacan la la incidencia de las mujeres en este escenario y cómo podrían influir para seguir impulsando una regulación más general del activo.

“Madres de familia han sido parte toral en la búsqueda de amparos porque fueron madres quienes se encargaban de los cuidados de sus hijos con epilepsia, por poner un ejemplo. Y eso derivó en la regulación del uso medicinal del cannabis en México”, dijo Alfredo Álvarez.

Por su parte, Hugo ve en esta coyuntura en la que existe un dictamen específico a discutir en el Senado de la República, una gran oportunidad en la industria para las mujeres.

“Por cómo se han gestado los cambios rumbo a la legalización de una industria, las mujeres han tomando un rol interesante, porque están capitalizando todo el conocimiento y documentación que hicieron alrededor del cannabis, primero como una medida para proteger a los suyos, y ahora en vísperas de su legalización.

Además, en el sector nos conocemos y te diría que hay un 50-50 de participación de hombres y mujeres”, abundó.

Las mujeres líderes y emprendedoras

“Los negocios en la industria cannábica se han hecho distinto. En el tema de cannabis, primero surgió un tema de necesidad y por ello nació el activismo. Y en función de la necesidad, se creó un ecosistema con perspectiva de género”, dijo Alfredo.

Pero ese escenario ya no es suficiente acumular amparos y conocimiento, los capitales quieren entrar y hay una gran ventana de participación, incluso extranjera. Para ellos, ambos emprendedores coinciden en que es necesario que exista un marco jurídico adecuado.