Los claroscuros de la Ley para la Igualdad entre mujeres y hombres

Aunque la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres se ha reformado 9 veces en el periodo 2013-2018, en ninguna de esas ocasiones se ha emitido el reglamento. El vacío se ha ido pasando año tras año y la política de igualdad no termina de contar con todos los elementos para cuajar.

El término igualdad sustantiva se ha puesto de moda desde hace tiempo. Pero ¿qué significa? Básicamente, se refiere a que mujeres y hombres tengan acceso al mismo trato y oportunidades, para que ambos puedan gozar de sus derechos humanos y libertades fundamentales.

En 2006 se publicó la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (LGIMH) en nuestro país. ¿Cuál es el objetivo de esta ley? Precisamente trata de regular y garantizar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, además servir de referente para proponer nuevas reglas y mecanismos que permitan alcanzar la igualdad sustantiva.

Al ser una ley general, debe aplicarse por el gobierno a nivel federal, así como por los estados y los municipios. Cuando se aprobó la ley fue muy aplaudida pues con ella se pretendía que la lucha por la igualdad llegará a todos los rincones del país, con medidas claras de rectoría y coordinación.

A casi 15 años de su publicación, hay vacíos que han afectado la implementación de la ley. ¿Cuáles son estos?

Uno de los principales lo señaló la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su revisión de la política de igualdad en 2017. La ASF dijo: nunca se expidió el reglamento de la LGIMH. Este faltante preocupa pues eso ha derivado en una incorrecta aplicación de la ley y, lo más grave, ha afectado la implementación de la política pública para la igualdad, pues no se señala la forma de operar la política. Un ejemplo es el papel de la Comisión Nacional de Derechos de Humanos, que es la encargada de llevar a cabo la observancia y monitoreo de la política de igualdad. Está tarea se vio limitada pues la LGIMH no define en qué consiste el seguimiento, evaluación y monitoreo para la observancia de la política de igualdad, tampoco se definen los procesos que se deben implementar.

En papel, la ley fortaleció al Estado Mexicano para atender los problemas que enfrentan las mujeres. También le dio liderazgo, porque INMUJERES junto con la Federación son los encargados de orientar al país en un mismo compromiso de igualdad. Sin embargo, se observa que los esfuerzos realizados por las instancias de mujeres y de derechos humanos de todos los niveles de gobierno están fragmentados. La rectoría de INMUJERES se ha quedado corta, comparado con las expectativas que la ley preveía en su origen, especialmente en lo que se refiere a su rol de rector y coordinador de acciones y mecanismos de vinculación institucional, social y con el sector privado para impulsar la política de igualdad.

Aunque la ley se ha reformado 9 veces en el periodo 2013-2018, en ninguna de esas ocasiones se ha emitido el reglamento. El vacío se ha ido pasando año tras año y la política de igualdad no termina de contar con todos los elementos para cuajar.

Hasta ahora, la ley no ha sido suficiente para que la rectoría de la política de igualdad funcione. La oportunidad para emitir un reglamento sigue ahí. ¿Será prioridad de este gobierno analizar esta ausencia y proceder a repararla?

Toda la información e imágenes son de ANIMAL POLÍTICO / @simetriamx .
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