Autor: Editora

  • El costo de la violencia contra las mujeres para las empresas

    El costo de la violencia contra las mujeres para las empresas

    Cuando hablamos de violencia de género de acuerdo con ONU Mujeres, se refiere a los actos dañinos de violencia física, sexual o mental dirigidos contra una persona o un grupo de personas debido a su género y se puede producir en la vida pública como privada. Este tipo de violencia tiene origen en la desigualdad de género y el abuso del poder, y si bien es cierto que las mujeres son la población que más situaciones de violencia recibe, la violencia de género también impacta a otros grupos en situación de vulnerabilidad.

    Los actos de violencia contra la mujer no solo tienen altos costos emocionales, familiares y de desarrollo de las sociedades, sino también derivan en implicaciones relacionadas a la productividad y a la economía de un país, provocan altos gastos relacionados con la atención a personas afectadas por la violencia, así como la pérdida de ingresos por ausencia laboral, pérdida de calidad de vida de la víctima y traumas personales que afectan el ecosistema familiar a nivel físico, psicológico y legal.

    Esto da como resultado un costo de la violencia contra las mujeres de más de 245 mil millones de pesos cada año en México, según datos de 2015 del estudio El Costo de la Violencia contra las Mujeres en México. Esta cifra considera solo 13% de las mujeres violentadas que denuncia, lo que nos indica que, en realidad, el costo es todavía mucho mayor.

    Ahora bien, desde el punto de vista laboral, debido a la violencia contra las mujeres se pierden en México poco más de 14 mil 600 millones de pesos anuales en descuentos por retardos, fluctuación del personal, bajo rendimiento, ausentismo y bajas laborales.

    Entonces, las repercusiones sociales y económicas que trae consigo la violencia hacia la mujer son muy altas porque las mujeres pueden verse aisladas o incapacitadas para trabajar, perder su trabajo o alejarse de las actividades cotidianas, así como minimizar sus fuerzas para cuidar de sí mismas y/o de sus hijos e hijas.

    De acuerdo con un informe de la Organización Internacional de Trabajo, en el entorno laboral la violencia rebasa las fronteras de los países, los ámbitos de trabajo y las categorías profesionales. Además, en algunos lugares de trabajo y ocupaciones existe un grado de riesgo mayor de ser violentada o violentado. Tal es el caso de las personas taxistas, el personal de los servicios sanitarios, el personal docente, las y los trabajadores sociales, el servicio doméstico en países extranjeros o el trabajo solitario, sobre todo en los turnos de noche, en éstos últimos el riesgo es aun mayor para las mujeres.

    Entonces, erradicar la violencia contra las mujeres es en principio un tema de respeto a los derechos humanos de las personas, Por otra parte, lograr ese objetivos se traduciría en un mejor desempeño empresarial y en una mayor calidad de vida para todas las familias y las sociedades. Existen estudios del Foro Económico Mundial que destacan que los países más competitivos tienen mayor equidad de género y menos violencia.

    Además, es bien sabido que la presencia de mujeres en puestos directivos genera mejores resultados financieros en las compañías; a veces, hasta 43% de retorno en ventas. Por otro lado, lograr la paridad de género podría generar un crecimiento de 25% en el Producto Interno Bruto (PIB) a escala mundial; esto equivaldría a que China y Estados Unidos aportaran dos veces su PIB, de acuerdo con investigaciones realizadas por la consultora McKinsey.

    Por ello, resulta importante que la mujer cuente con un entorno libre de violencia, no solo en ámbitos laborales, en los que deben existir mecanismos de denuncia adecuados y seguros para levantar la voz ante la violencia, sino en todo aspecto en el que se desenvuelve la mujer.

    También es importante que las empresas inviertan en el empoderamiento de las mujeres y les brinden las herramientas de trabajo y de desarrollo para desempeñarse de forma óptima en todos los sectores y niveles de la actividad económica, pues la participación de la mujer resulta fundamental para construir economías fuertes, establecer sociedades más estables y justas y, con ello, contribuir a mejorar la calidad de vida de las mujeres, hombres, familias y comunidades.

    Por eso, te sugiero estas cuatro medidas para hacer frente a la violencia en el entorno laboral:

    • Medidas preventivas, que tomen en consideración las raíces de la violencia y no sólo sus efectos. • Medidas específicas, dado que cada forma de violencia exige intervenciones distintas. • Medidas inmediatas, es decir, hay que establecer con anticipación un plan de intervención inmediata para contener los efectos de la violencia. • Medidas favorables a la participación de todas las personas directa o indirectamente afectadas, incluidos los familiares, las y los directivos de la empresa, las y los colaboradores y las propias víctimas.

  • México: un infierno para las mujeres

    México: un infierno para las mujeres

    Basta entrar a redes sociales o acercarse a los medios para corroborar que, pese a los discursos triunfalistas de autoridades locales y federales, la violencia contra mujeres y niñas sigue sembrando muerte y destrucción. No es exagerado decir que México es un infierno para las mujeres, tampoco afirmar que los gobiernos mantienen una negligencia criminal, aun cuando resuelvan algún caso, en general por presión mediática. Si con la pandemia la situación laboral y económica de las mujeres ha retrocedido de 10 a 20 años (CEPAL), la persistencia de las violencias machistas agrava el deterioro de su vida personal y social.

    Imposible e insoportable sería trazar aquí un panorama exhaustivo de las violencias cotidianas que degradan la vida y el bienestar de las mujeres. Llevamos años acumulando datos, analizando distintas manifestaciones de agresión, abuso y crueldad, planteando la urgencia de dar prioridad a la prevención para frenar esta espiral demoledora. ¿Cómo se responde a las denuncias y señalamientos? Con aseveraciones falsas sobre la dimensión de los delitos, con iniciativas punitivistas o con nuevas leyes, que de poco servirán mientras no cambien las fiscalías, no se castigue a los agresores y a funcionarios omisos o corruptos, y no se actúe de manera integral contra la normalización de la violencia en el ámbito laboral y escolar, en la casa y en la calle, en los medios y en el discurso oficial.

    Veamos sólo algunos ejemplos. A unos meses del feminicidio de Debanhi, que causó particular indignación por la usual culpabilización de la víctima por medios y autoridades, Ariadna, asesinada en la Ciudad de México y tirada en Morelos, fue revictimizada por diversos medios y usada como botín político por la máxima autoridad capitalina. ¿Dónde queda la justicia?

    El feminicidio sigue siendo un delito negado, ocultado como homicidio doloso, culposo o suicidio, para no “alertar” a la sociedad. Quienes denuncian un intento de feminicidio o maltrato grave se siguen topando con MPs que les aconsejan no exagerar porque siguen vivas. Si quieren justicia, ellas, como las familias de chicas asesinadas, pasarán meses o años en procesos judiciales tortuosos. La madre de Ingrid Escamilla tuvo que perseverar más de dos años para que se dictara sentencia contra el asesino de su hija; Irinea Buendía ha esperado más de 12 años y aún no hay justicia para Mariana Lima. Ambos son casos mediáticos; del segundo se deriva una Sentencia de la SCJN (2015) que obliga a investigar toda muerte violenta de mujer como feminicidio. Como afirma el OCNF, “justicia no expedita no es justicia”.

    La negligencia de las autoridades ante el feminicidio desde los años 90, y la expansión de la violencia extrema, han favorecido su generalización e impunidad. Las consecuencias de la omisión o colusión ante el crimen son tan evidentes que indigna que el Estado pretenda seguir ocultando la magnitud de las violencias machistas y se aferre a “estrategias de seguridad” que no frenan ni al crimen organizado ni al “común”. Así, lo mismo que el feminicidio, se van multiplicando las desapariciones de niñas y adolescentes ante autoridades omisas, incapaces o desbordadas. Algunos casos recientes en la CDMX sugieren que, cuando la sociedad presiona, las autoridades logran ubicar a las víctimas. La semana pasada, por fortuna, encontraron con vida a tres de cuatro niñas desaparecidas en Álvaro Obregón. ¿A cuántas más no han siquiera buscado? ¿En cuántos casos habrán argumentado que se fueron “por su propia voluntad”? Lo mismo se decía de las chicas desaparecidas en Cd. Juárez. Luego se les encontraba cruelmente asesinadas.

    En vez de descalificar y desoír las exigencias de justicia que sin duda resonarán en las calles del país este viernes #25N, las autoridades deberían reconocer el hoyo negro que han contribuido a cavar, abandonar su fallida “estrategia de seguridad”, acabar con la impunidad de criminales y funcionarios/as omisos/as, dar prioridad a la prevención con políticas eficaces.

    Lucía Melgar

  • Cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora por alguien de su propia familia

    Cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora por alguien de su propia familia

    El hogar es un lugar mortal para muchas mujeres y niñas, según muestra un informe llevado a cabo por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y ONU Mujeres, publicado este martes en vísperas del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra anualmente el 25 de noviembre.

    De acuerdo con el estudio, en 2021, una media de más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas cada hora por alguien de su propia familia. De las 81.000 mujeres y niñas asesinadas intencionadamente el año pasado, 45.000 -alrededor del 56%- murieron a manos de sus parejas u otros familiares.

    El estudio indica que el porcentaje de homicidios masculinos que se perpetran en el ámbito privado es del 11%.

    Individuos, no estadísticas

    «Detrás de cada estadística de feminicidio está la historia de una mujer o niña individual a la que se le ha fallado. Estas muertes se pueden prevenir: ya existen las herramientas y los conocimientos para hacerlo», dijo Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres al dar a conocer el informe.

    Las cifras también muestran que el número total de homicidios de mujeres se ha mantenido prácticamente sin cambios en la última década, lo que subraya la urgencia de una acción más fuerte en materia de prevención y respuesta.

    El documento es un terrible recordatorio de que la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más generalizadas en todo el mundo.

    Contabilizar a todas las víctimas

    Según el informe, todavía hay demasiadas víctimas que no se contabilizan. Aunque aproximadamente cinco de cada diez mujeres y niñas fueron asesinadas intencionadamente en 2021, no existe suficiente información para identificarlas como feminicidios.

    «Ninguna mujer o niña debe temer por su vida por ser quien es», dijo Ghada Waly, directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

    «Para poner fin a todas las formas de asesinatos de mujeres y niñas relacionados con el género, necesitamos contar a todas las víctimas, en todas partes, y mejorar la comprensión de los riesgos y los impulsores del feminicidio para que podamos diseñar respuestas de prevención y justicia penal mejores y más eficaces».

    Un problema en todas partes

    La violencia contra la mujer y el feminicidio es un problema en todos los países del planeta, aunque el informe señala la existencia de disparidades regionales.

    Por ejemplo, en África las mujeres y las niñas corren más riesgo de ser asesinadas por sus parejas u otros miembros de la familia.

    El año pasado, la tasa de asesinatos relacionados con el género en el ámbito del hogar se estimó en 2,5 por cada 100.000 mujeres en África. La tasa fue de 1,4 en América, 1,2 en Oceanía, 0,8 en Asia y 0,6 en Europa.

    Los resultados también sugieren que el inicio de la pandemia de COVID-19 en 2020 coincidió con un aumento significativo de los asesinatos relacionados con el género en la esfera privada en América del Norte, y en cierta medida en Europa Occidental y del Sur.

    Prevención y acción

    Sin embargo, los asesinatos relacionados con el género, así como otras formas de violencia contra las mujeres y las niñas, no son inevitables, subraya el informe.

    Estos crímenes pueden y deben prevenirse con una combinación de medidas como la identificación temprana de las mujeres afectadas por la violencia, y el acceso a un apoyo y protección centrados en las supervivientes.

    Otras recomendaciones se referían a abordar las causas profundas, entre ellas la transformación de las masculinidades y normas sociales perjudiciales, y la eliminación de las desigualdades estructurales de género.

    Reforzar la recopilación de datos sobre los feminicidios es también un paso

    El Secretario General, António Guterres, habla con las mujeres desplazadas en Ouallam.
    ONU/Eskinder Debebe
    El Secretario General, António Guterres, habla con las mujeres desplazadas en Ouallam.

    Guterres: un coste muy elevado

    Para el Secretario General de la ONU, esta discriminación, violencia y abuso contra la mitad de la humanidad tiene un coste muy elevado.

    «Limita la participación de las mujeres y las niñas en todos los ámbitos de la vida, niega sus derechos y libertades básicas, y bloquea la recuperación económica equitativa y el crecimiento sostenible que nuestro mundo necesita», dijo António Guterres en un mensaje con motivo del Día Internacional.

    El máximo responsable de la ONU esbozó lo que hay que hacer cuando dijo, entre otras cosas, que los gobiernos diseñen, financien y apliquen planes de acción nacionales para hacer frente a esta lacra.

    Además, los grupos de base y de la sociedad civil deben participar en todas las fases de la toma de decisiones y todas las leyes deben aplicarse y respetarse, para que las supervivientes puedan ver defendidos sus derechos a la justicia y al apoyo.

    También instó a todos a apoyar las campañas públicas que desafían las normas patriarcales y promueven diferentes formas de masculinidad que rechazan la misoginia y la violencia.

    «Hago un llamamiento a los gobiernos para que aumenten la financiación en un 50% a las organizaciones y movimientos por los derechos de las mujeres para 2026«, declaró.

    Para terminar, el Secretario General abogó por que el mundo «adopte una postura y alce la voz en apoyo de los derechos de las mujeres… [y] declare con orgullo: Todos somos feministas».

     

    fundamental para fundamentar las políticas y los programas correspondientes.

    «Las organizaciones de derechos de la mujer ya están supervisando los datos y abogando por el cambio de políticas y la rendición de cuentas», señaló Bahous, que añadió: «Ahora necesitamos la acción concertada de toda la sociedad que haga realidad el derecho de las mujeres y las niñas a sentirse y estar seguras, en casa, en la calle y en todas partes».

    El informe servirá de base para los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, la campaña internacional anual que comienza el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y se extiende hasta el Día de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre.

  • Sólo 13.1% de mujeres denuncia agresiones

    Sólo 13.1% de mujeres denuncia agresiones

    En el ámbito comunitario, 68.3 % de las mujeres mexicanas de 15 años y más han contado a alguien las experiencias de violencia que han vivido a lo largo de su vida, y de las mujeres que experimentaron violencia física y/ o sexual en el ámbito de pareja, 13.1 % (promedio nacional) interpuso una queja o denuncia ante alguna autoridad, revela la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021.

    Levantado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el sondeo hecho público a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se conmemorará mañana, refiere que después del ámbito comunitario, en el familiar y laboral es donde más mujeres mexicanas (65.4 y 65.1 %, respectivamente) contaron a alguien su vivencia de violencia.

    Con respecto a la presentación de denuncias o quejas ante alguna autoridad, 7.8, 7.1, 6.5 y 4.3 % de las mujeres que vivieron violencia física y/o sexual en los ámbitos escolar, familiar, laboral y comunitario, respectivamente, lo hizo, en promedio, a nivel nacional.

    En total, 21 millones de mujeres del ámbito comunitario que experimentaron violencia física o sexual no buscaron ayuda, atención o no denunciaron ante ninguna institución o autoridad, mientras que, en los ámbitos escolar, de pareja, laboral y familiar no lo hicieron 12, 7, 6 y dos millones, respectivamente.

    Del total de mujeres violentadas física o sexualmente, en el ámbito escolar 43.1% no denunció ni buscó ayuda por considerar que “se trató de algo sin importancia que no le afectó’’.

    Por la misma razón, no lo hizo 42.4, 31.6, 31.4 y 27.7% de las mujeres que sufrieron el mismo tipo de agresiones, respectivamente, en los ámbitos comunitario, laboral, familiar y de pareja.

    En el ámbito familiar, 22.8% no acudió a institución o autoridad alguna por “miedo a las consecuencias o a las amenazas’’; 22.2% en los ámbitos de pareja y laboral se abstuvo por la misma razón.

    El análisis de las diferencias entre mujeres de diversos grupos de edad apunta a que las mujeres más jóvenes, de 15 a 24 años, vivieron mayor prevalencia de violencia (58.3 %) y que la violencia sexual fue la más frecuente (42.0 %).

    rolando.ramos@eleconomista.mx

     

  • ‘Feminicidios son una emergencia de salud pública’: ONU Mujeres

    ‘Feminicidios son una emergencia de salud pública’: ONU Mujeres

    Los feminicidios constituyen una emergencia de salud pública y deberían comenzar a tratarse como tal si se quiere por fin atajar este problema global, asegura en una entrevista con EFE la directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres, Anita Bhatia.

    “Hay tanta violencia doméstica y tanta violencia contra las mujeres que el mundo de alguna forma lo ha normalizado y no reacciona con el horror que esto merece”, explica Bhatia, que ve necesario buscar formas “creativas” de llamar la atención sobre este drama.

    “Si algo te está matando, eso es una emergencia sanitaria”, insiste para pedir que también desde el punto de vista de la salud se puedan aportar recursos para combatir la violencia machista.

    Según datos presentados hoy por ONU Mujeres, un 56% de las alrededor de 81,000 mujeres y niñas asesinadas en 2021 en todo el mundo murieron a manos de sus parejas o de otros familiares.

    “Si uno se para un minuto a pensa en esto, es un número impactante”, señala Bhatia, quien recalca el hecho de que un alto número de mujeres “no puede confiar en las personas con las que viven a diario”.

    FALTA LIDERAZGO POLÍTICO

    La responsable de ONU Mujeres llama la atención además sobre el poco progreso que se ha logrado en la última década, pues la cifra de homicidios de este tipo es hoy muy parecida a la de hace diez años.

    La causa, en su opinión, es que el problema no se ha tratado de forma prioritaria en términos de financiación y de atención pública.

    “Necesitamos más líderes políticos que digan: ‘la violencia contra la mujer es una violación absoluta de los derechos humanos, es incorrecta moralmente y por tanto tenemos que asegurar que no exista”, explica Bhatia, que también ve importante que los Gobiernos expliquen que eliminar este problema es fundamental para ser un país más desarrollado y próspero.

    ‘Los feminicidios son una emergencia de salud pública’, alerta ONU Mujeres

    Para ONU Mujeres, a la hora de combatir la violencia machista es clave trabajar mucho más en el ámbito educativo desde muy pronto y “cambiar mentalidades y actitudes culturales”, pues “en partes del mundo es aceptable culturalmente”.

    Además, Bhatia cree que hay que hacer frente a la reacción que se está viendo al feminismo y al avance de los derechos de la mujer, un fenómeno que vincula al auge de líderes autoritarios.

    Sobre las medidas en el ámbito jurídico, la responsable de ONU Mujeres cree que el primer paso es acabar con toda ley que discrimine a la mujer o le dé menos derechos para ejecutar un marco legal con igualdad de género y luego centrarse en la implementación.

    “Puedes tener las mejores leyes, pero si no se aplican no valen para nada, así que hay que centrase en la rendición de cuentas y la implementación”, señala.

    En ese sentido, defiende la creación de tribunales especiales para violencia de género como uno de los instrumentos que ha demostrado funcionar mejor al acelerar los procesos y llevar a los responsables ante la Justicia sin grandes retrasos.

    “Creo que es muy importante que los países consideren mecanismos, tribunales y fiscales especiales, y envíen una señal muy importante de que hay tolerancia cero contra el feminicidio y la violencia contra las mujeres. Pero lamentablemente esto no pasa en muchas partes del mundo”, apunta.

  • 1 de cada 3 mujeres víctimas de violencia no denuncian: INEGI

    1 de cada 3 mujeres víctimas de violencia no denuncian: INEGI

    Una tercera parte de las mujeres que han sufrido violencia no denuncian; entre las principales razones se encuentra el miedo y la falta de información, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), quien compartió los datos en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

    La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021 reveló que 51.6% de las mujeres sufrieron violencia psicológica, 34.7% física, 49.7% sexual y 27.4% económica o patrimonial.

    El 45.6% de los casos ocurrieron en entornos comunitarios, 39.9% con su pareja, 32.2% en la escuela y 27.9% en el trabajo, mientras que 11.4% fueron registrados en la familia.

    No obstante, cerca de una tercera parte de las encuestadas no había compartido con nadie esta vivencia hasta antes de responder el cuestionario. Entre las principales razones para no buscar ayuda o no denunciar la violencia experimentada en todos los ámbitos fue porque no sabía cómo y dónde denunciar, o bien, por miedo a las consecuencias o a las amenazas, así como porque se trató de algo sin importancia que no le afectó.

    Los datos indican que casi cuatro de cada diez mujeres que han vivido violencia en la escuela o con la pareja y tres de cada diez en el trabajo, la comunidad o la familia, contaron por primera vez sus experiencias durante el proceso de la encuesta.

    Solo el 68.3% de quienes la sufrieron en el ámbito comunitario verbalizaron sus experiencias, mientras que en el familiar solo 65.4% lo hicieron, en el laboral solo 65.1% y en el escolar solo 58.8%.

    En contraste, 41.2% de las víctimas en las escuelas no le contaron a nadie, mientras que ese fue el caso para el 34.9% de los casos en el trabajo, 31.7% en lo comunitario, 34.6% en lo familiar y 44.7% cuando el perpetrador fue su pareja.

    Las personas a quienes más recurrieron fueron algún familiar (80.7 %, 61.5 %, 80.5 % en los ámbitos escolar, laboral y de pareja, respectivamente) y a amigas, amigos, compañeras o compañeros (39.6 %, 46.8 % y 41.0 % en los ámbitos escolar, laboral y de pareja, respectivamente). En los ámbitos comunitario y familiar fueron el esposo, novio o pareja (40.0 % y 40.2 %) y algún familiar (78.0 % y 79.4 %).

    Lo anterior refleja que, en todos los casos, el círculo de apoyo más cercano se encuentra en los integrantes de la familia. Sin embargo, los datos también muestran que los principales agresores son familiares.

    Por su parte, el último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) alerta que las mujeres y las niñas corren más riesgo de ser asesinadas en el hogar. En concreto, recoge que, en promedio, más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas cada hora por parejas íntimas u otros miembros de la familia en 2021.

    El estudio determina que, de todas las mujeres y las niñas asesinadas intencionalmente el año pasado, alrededor del 56% fueron asesinadas por parejas íntimas u otros miembros de la familia (45,000 de 81,000), lo que, según los expertos, demuestra que “el hogar no es un lugar seguro para muchas de ellas”.

    El INEGI también reveló que, si se toma como universo únicamente a las mujeres que experimentaron violencia física y/ o sexual en el ámbito de pareja, solo 13.1% presentó una queja o denuncia ante alguna autoridad. En el ámbito escolar el porcentaje fue 7.8 %, en el familiar 7.1, %, en el laboral 6.5 % y en el comunitario 4.3%.

    Por el contrario, las cifras para quienes no presentaron una denuncia sube a 91.2% en el ámbito escolar, 92% en el laboral, 94.7% en el comunitario, 89.9% en familiar y 78.3% cuando ocurrió en su relación de pareja.

    En la escuela, el 90.2% de las quejas o denuncias fueron ante las autoridades escolares, mientras que en el trabajo 69.2 % las presentaron ante las autoridades de sus empleos o del sindicato.

    Ahora bien, la Fiscalía, Procuraduría, Ministerio Público fueron las autoridades a las que más recurrieron en los ámbitos comunitario (49.3%), familiar (62.6 %) y también, cuando la violencia ocurrió en la relación de pareja (55.3%).

    A su vez, solo 0.9% de las víctimas en el ámbito escolar solicitaron apoyo a una institución, 1.4% en el laboral, 1% en el comunitario, 3% en familiar y 7.4% cuando ocurrió en su relación de pareja.

    La Defensoría Pública fue la institución a la que más se acercaron para pedir apoyo en el ámbito comunitario (34.4 %), el Instituto de las Mujeres fue el más visitado para el ámbito familiar (21.9 %) y el DIF fue la institución más buscada cuando la violencia ocurría en la relación de pareja (35.2 %).

    En México, 7 de cada 10 mujeres de 15 años y más han sufrido algún tipo de violencia al menos una vez en su vida, mientras que el 49.7 % han sido violentadas sexualmente, según el INEGI.

    Del casi 40% de las mujeres que ha experimentado algún tipo de violencia en su relación actual o última, 18.5%, es decir 8.7 millones, han sufrido violencia física y/ o sexual por parte de su pareja.

    En total, 35.2 % tuvo daños físicos como consecuencia, incluidos moretones o hinchazón (30.3 %), hemorragias o sangrado (4.9 %), cortadas, quemaduras o pérdida de dientes (4.4 %), hospitalizaciones u operación (3.5 %) y fracturas (3.0 %).

    La ENDIREH también estima que 21.1 millones de mujeres, es decir, 41.8% de las mujeres en México, sufrieron violencia durante su infancia y 6.4 millones fueron abusadas sexualmente en su niñez.

    Este miércoles, Belén Sanz Luque, representante de ONU Mujeres en México, señaló durante entrevista en Aristegui en Vivo que, a pesar de esfuerzos, la violencia contra las mujeres y las niñas es la violación contra Derechos Humanos más extendida, generalizada y más tolerada. Por lo tanto, denunció que se trata de una crisis de DDHH.

    Según la representante del organismo de las Naciones Unidas, 1 de cada 3 mujeres o niñas en el mundo ha sido víctima a lo largo de su vida de distintas formas de violencia, incluida física, sexual, verbal, patrimonial, psicológica, entre otras, es decir, mil 300 millones. Esto equivale a casi 10 veces la población de México.

    Sanz Luque recalcó que no es un fenómeno aislado, sino que está vinculado a la discriminación de género y la desigualdad entre mujeres y hombres que provoca que las primeras no tengan las mismas oportunidades, condiciones y derechos garantizados que los segundos.

    En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas definió el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Desde entonces, se conmemora este día con el fin de prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y niñas en todo el mundo.

  • La humanidad supera los 8.000 millones de personas

    La humanidad supera los 8.000 millones de personas

    En lo que usted tarda en leer esta frase, se han producido 65 nacimientos en el mundo. En ese mismo tiempo, 32 personas habrán fallecido. Eso supone un crecimiento poblacional de 33 humanos más en una oración de unos 15 segundos. Y así, a razón de 70 millones personas adicionales al año, la humanidad alcanza este 15 de noviembre de 2022 un total de 8.000 millones de almas sobre el planeta. Según los datos de la ONU, el 80% de este incremento demográfico se da en los países en desarrollo. La causa principal es que es donde las mujeres carecen en mayor medida de servicios de planificación familiar y, en la práctica, no tienen poder de decisión sobre si tener hijos, cuándo ni cuántos.

    Las consecuencias de este crecimiento, advierten los expertos, pueden ser devastadoras si no se satisfacen las necesidades básicas de todos los que estamos y los que vendrán; teniendo en cuenta a la vez los perjuicios al medio ambiente. La ONU ha planteado esta fecha como una “oportunidad” para atraer la atención ante el reto demográfico. Evita calificar el rápido crecimiento poblacional de problema, pero subraya que pone en riesgo el desarrollo sostenible y coloca en el centro del debate la igualdad de género. “Los 46 países menos adelantados se encuentran entre los de más rápido crecimiento del mundo. Se prevé que muchos de ellos dupliquen su población entre 2022 y 2050, lo que supondrá una presión adicional sobre los recursos y un reto para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, advierten los autores del último informe del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).

    “Mucha gente vive en la pobreza, no tiene trabajo ni seguridad alimentaria, y ahora nacen más personas. Eso aumenta el desafío de satisfacer las necesidades básicas de todos”, analiza Michael Herrmann, asesor de economía y demografía en UNFPA. Para conseguirlo, añade el experto, aumentará el consumo, lo que requerirá un incremento de la producción. “Con el modelo actual, eso tendrá un enorme y dramático impacto medioambiental”. Pero no hacerlo implicará más conflictos y migraciones masivas, sostiene.

    La familia humana tardó 125 años en pasar de mil a dos mil millones. En 1952, hace 70 años, el planeta era ya habitado por 2.500 millones de personas. Desde entonces, la especie no ha dejado de multiplicarse y cada vez lo hace más aceleradamente. Los últimos 1.000 millones adicionales se han sumado en solo 12 años. India fue el que más contribuyó, y superará a China como país más poblado en 2023, a pesar de que este ocupa la segunda posición en términos de incremento, seguido de Nigeria. Se espera que los siguientes mil millones tarden aproximadamente 14,5 años (2037). Y más de la mitad del incremento hasta 2050 se concentrará en ocho naciones: la República Democrática del Congo, Egipto, Etiopía, India, Nigeria, Pakistán, Filipinas y Tanzania.

    El Sahel ofrece un buen ejemplo de los desafíos que plantea el crecimiento demográfico, en opinión de Kathleen Mogelgaard, presidenta del Population Institute, con sede en Estados Unidos. “Muchos actores están preocupados por la seguridad en la región y se preguntan cómo garantizarla en el largo plazo. Los demógrafos señalan que, cuando se tiene una estructura de edad tan joven, con la mitad de la población menor de 15 años, es muy difícil para los gobiernos mantener los servicios básicos, y la gente estará en constante movimiento para tratar de sobrevivir y buscar una vida mejor para sus familias. Es una respuesta completamente comprensible si se vive en condiciones peligrosas, en las que no puedes satisfacer tus necesidades”.

    Luis Simoes, consultor de World Data Lab, cree, sin embargo, que hay motivos para el optimismo. Según sus datos, la mitad de los 8.000 millones de personas sobre la Tierra hoy son “clase consumidora”, es decir, disponen de más de 12 dólares al día (casi misma cantidad de euros al cambio actual). En 15 años, habrá 1.000 millones de humanos más, pero el número de consumidores aumentará en 2.000 millones. “Eso es una buena noticia, significa que va a haber más gente que sale de la pobreza”, interpreta. “Con la guerra, la covid o la inflación estamos con la moral baja, pero en algo más de una década, la gente que va a comprar productos y servicios será un 50% más que en la actualidad”.

    El desarrollo sostenible es satisfacer las necesidades de la gente que vive y de la que nacerá, sin destruir el medio ambiente. Y únicamente se puede lograr si se cambia hacia formas más ecológicas de producir y maneras más conscientes de consumir

    Michael Hermann, UNFPA

    Esta “novedad positiva” que habla de un futuro con menos pobres, en términos de Simoes, puede acarrear problemas de degradación ambiental si aumenta la producción con el actual modelo, reconoce. “Las industrias y Gobiernos tendrán que plantear sistemas que sean sostenibles”. Para Hermann, de UNFPA, ese es precisamente “el corazón del reto del desarrollo sostenible: satisfacer las necesidades de la gente que vive y de la que nacerá, sin destruir el medio ambiente. Y únicamente se puede lograr si se cambia hacia formas mucho más ecológicas de producir cosas, y maneras mucho más conscientes de consumir”.

    Más salud sexual y reproductiva

    Para afrontar lo que la ONU califica de reto o transición demográfica, no bastará con inventos productivos ecológicos, sino que se tiene que estabilizar el crecimiento poblacional. El boom de las últimas décadas se explica parcialmente por el aumento de la esperanza de vida (nueve años más que en 1990), que tiene que ver con mejores condiciones sanitarias y de desarrollo en el Sur Global, así como la efectividad de los programas contra la mortalidad materna e infantil en las últimas décadas. “Esta es la parte buena de la historia”, señala Herrmann. La otra cara es la de la desigualdad de género global, que se traduce en pocas o nulas opciones de elección por parte de las mujeres a la hora de decidir sobre la maternidad.

    “Sabemos que aproximadamente la mitad de los embarazos en el mundo no son deseados”, analiza Mogelgaard. Esto significa, que 121 millones de mujeres al año no querían ni planeaban tener esos hijos. “Los esfuerzos por proporcionarles acceso a servicios de planificación familiar no son suficientes para que puedan determinar si quieren tener hijos, el número de ellos y cuándo”, lamenta la presidenta del Population Institute.

    La mitad de los embarazos en el mundo, unos 121 millones, no son deseados

    Lo corrobora la estadística de UNFPA, 257 millones de mujeres que quieren evitar un embarazo no utilizan métodos anticonceptivos modernos y seguros por falta de acceso. Casi una cuarta parte de la población femenina del mundo no tiene ni la opción de decir no a las relaciones sexuales. Ante estas trabas para ejercer el control de sus propios cuerpos y la maternidad, el 60% de los embarazos no deseados acaban en abortos, de los que casi la mitad son inseguros. “Si preguntas cuántos hijos quieren tener a las mujeres de algunos de los países donde tienen muchos, probablemente te dirán que dos, quizás tres. Y ahora mismo tienen más de lo que desean”, asegura Herrmann.

    La falta de poder de decisión para evitar tener hijos es una violación de los derechos humanos de las mujeres, como lo es el control de la fertilidad (prohibirles tenerlos) para frenar la explosión demográfica, sentencia Herrmann. La respuesta respetuosa para reducir la tasa de natalidad en los países donde es elevada es facilitar servicios de planificación familiar, salud sexual y reproductiva, que las mujeres necesitan. En definitiva, cubrir una demanda insatisfecha. Coincide Mogelgaard, que recuerda que la desigualdad de género en sentido amplio es la tarea pendiente para abordar el boom demográfico. “Las niñas con menos años de escolarización tienen mayor riesgo de ser víctimas de matrimonios precoces y embarazos tempranos”, afirma. La educación y la autonomía económica son, en su opinión, fundamentales para garantizar que ellas podrán tomar las decisiones sobre sus cuerpos.

    Con esta receta –más educación, autonomía económica y servicios de salud sexual y reproductiva–, hay buenos ejemplos de reducción de la tasa de fertilidad (cantidad promedio de hijos por mujer). “Lo hemos visto en Guatemala: el número medio de hijos era más de cinco por mujer en los ochenta. Hoy es de alrededor de 2,3. En las últimas décadas se ha producido un descenso espectacular de la fecundidad gracias a un esfuerzo concertado del Gobierno y las organizaciones no gubernamentales para ampliar y priorizar los servicios de planificación familiar”, relata Mogelgaard. Así, el país centroamericano está cerca de la llamada tasa de reposición (2,1).

    “Etiopía es otro buen ejemplo”, asegura la experta. Allí, los programas conjuntos de las autoridades y la sociedad civil no solo han logrado mejorar los indicadores de salud materna e infantil, sino que la tasa de fertilidad se ha reducido de siete hijos por mujer en los noventa a unos cuatro en la actualidad. “De nuevo, es una agenda inacabada, pero vemos los progresos”, celebra la máxima responsable del Population Institute.

    Los datos confirman que globalmente las tasa de fertilidad está bajando, sin embargo, la población sigue aumentando pues, con 2,3 nacidos vivos por mujer, todavía se supera la llamada tasa de reposición (2,1 hijos por mujer), con la que la humanidad se mantendría en un número estable. “Al ver las cifras, puede haber quien piense que los programas de salud sexual y reproductiva no sirven, pero sí funcionan”, asegura el demógrafo de UNFPA. África tiene el mayor porcentaje de crecimiento demográfico del mundo –un 2,5% anual– debido a su elevada fertilidad. La región subsahariana, donde se espera que la población se duplique para 2050, los nacimientos por mujer han descendido de 6,5 a 4,7 en los últimos 30 años. Una bajada, pero todavía muy por encima de la media.

    Dos tercios de la población mundial vive, no obstante, en un país o zona donde la fecundidad es inferior a 2,1 nacimientos por mujer, principalmente en territorios desarrollados. De tal modo que la población global seguirá creciendo, impulsada por las elevadas tasas de Asia y África, pero a un menor ritmo. En 2080 se alcanzará un pico de 10.400 millones de personas, calcula la ONU. Una cantidad que se mantendrá estable hasta 2100.

    Para que las estimaciones más favorables sean una realidad y la humanidad no fagocite hasta la extinción los recursos naturales, financiar e impulsar la agenda de la igualdad de género es clave, insiste Mogelgaard. “Estados Unidos solía ser un líder mundial en el apoyo a programas de todo el mundo que proporcionaban servicios de planificación familiar voluntaria a mujeres y niñas. Y en cierto modo hemos renunciado a ese liderazgo”, lamenta. Herrmann cree que, en general, países del norte (como donantes) y del sur (como implementadores de políticas facilitadoras de la salud sexual y reproductiva) se dan cuenta de que la igualdad de género es un mandato importante. Pero matiza: “No estoy seguro de que todos sean conscientes de que la demografía importa mucho para evitar conflictos y situaciones dramáticas. En algún momento, tendrán que reconocerlo”.

    Alejandra Agudo

  • Inclusión financiera vs violencia de género

    Inclusión financiera vs violencia de género

    Las probabilidades de erradicar la violencia de género atraviesan por escenarios multifactoriales, entre los cuales la inclusión financiera es fundamental para garantizar la igualdad de oportunidades e independencia económica de las mujeres.

    El origen de esa brecha está en factores sociales y culturales que normalizan la desigualdad y la violencia en cualquiera de sus cinco manifestaciones contenidas en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia: psicológica, física, patrimonial, económica y sexual.

    La industria de servicios financieros puede ser tanto catalizador como termómetro de igualdad. Un acceso equitativo a la variedad de prestaciones y la educación financiera contribuirá al empoderamiento social y económico de las mujeres.

    La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera del INEGI reporta que el 69.1% de las mujeres del país tiene al menos un producto financiero, mientras que en los hombres ese porcentaje es del 74.3%. Esa diferencia se acentúa casi en 20 puntos en Estado de México, Morelos, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y Veracruz.

    La noción del hombre proveedor —como lo definía desde 1918 Alexandra Kolontai— y la mujer dedicada al hogar y la familia, lleva a que ellas tengan menores herramientas para el ahorro. Según el INEGI, el 41.3% de los varones cuenta con ahorro a través de nómina o pensión, por el 24.2% de mujeres, mientras que ellas dependen más de los apoyos del gobierno.

    Hace 104 años, la feminista rusa escribía que el salario del hombre se había vuelto entonces insuficiente y obligado a la mujer a buscar trabajo remunerado. Hoy, en México hay 34.5 millones de hombres empleados por 23.1 millones de mujeres.

    Ya sea que trabajen en el hogar o fuera de él, en empleo formal o por cuenta propia, la inclusión financiera proporcionará a las mujeres herramientas para gestionar riesgos. Por ejemplo, hay una brecha de 4 puntos porcentuales en el acceso a una tarjeta de crédito bancaria, de 5 puntos en un seguro de vida o de ¡18 puntos! en una Afore.

    Ante la conmemoración este 25 de noviembre del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, hay que tener presente que esas ausencias las coloca en situación de vulnerabilidad ante la violencia familiar ejercida en más de un 90% de los casos por hombres, con los que en un 80% están o estuvieron relacionadas sentimentalmente.

    Los reportes que el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México recibe de todo el país indican que 86% padece violencia psicológica, 66% física, 25% económica, 13% patrimonial y 8% sexual, y 68% más de una.

    Carecer de accesos a servicios financieros las pone también en riesgo de recurrir a esquemas informales de préstamos cuya cobranza se realiza de manera ilegítima y por medios extorsivos, como los montadedudas. En el 58% de los casos atendidos por el Consejo las víctimas son mujeres.

    Su empoderamiento a través de la inclusión financiera es un componente esencial de la promoción de la Agenda de Trabajo Decente de la OIT, en el que organismos empresariales y ciudadanos tenemos un pendiente.

    Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

  • ONG crea carné para incentivar denuncias de violencia de género

    ONG crea carné para incentivar denuncias de violencia de género

    Impunidad Cero presentó este martes en México el Carné de Denuncia de Violencia de Género, para condensar en un solo documento la información necesaria para que las mujeres que sufren este tipo de violencia puedan iniciar trámites legales, en un país donde la inmensa mayoría de estos delitos no se denuncian.

    Catalina Khüne, directora ejecutiva de Impunidad Cero, explicó en conferencia de prensa virtual, que esta herramienta surge como una necesidad ante los alarmantes datos de violencia de género en México, un país donde cada día son asesinadas en promedio más de 10 mujeres.

    Por otra parte, 7 de cada 10 mujeres mayores de 15 años han experimentado una situación de violencia en su vida, según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) de 2021, mientras que el 93% de las mujeres que sufren violencia física o sexual deciden no denunciar, detallaron en conferencia.

    Y precisamente el objetivo de Impunidad Cero es disminuir esa cifra negra y que más personas denuncien, por ello que crearon este carné, que tenía como precedente uno creado en 2020 en Hidalgo. Ahora, se rediseñó y se actualizó.

    Con él se pretende que las mujeres puedan estar acompañadas en el proceso de la denuncia y puedan acceder de manera más sencilla a toda la información que les pueda ser de ayuda.

    El carné se puede descargar, imprimir y llevar para el momento de presentar la denuncia. Inicia con un espacio para colocar todos los datos de la denunciante y continúa con un cuestionario para identificar el delito del que está siendo víctima.

    Asimismo, hay una sección que explica como reunir las pruebas y otra que pormenoriza sobre el proceso de denuncia, así como un apartado que enumera los delitos relacionados con los temas de género. Por último, se encuentra un apartado con los derechos del denunciante y un capítulo sobre las órdenes de protección.

    El carné termina con un glosario de terminología jurídica y un directorio nacional de instituciones dedicadas a atender la violencia de género.

  • Anuncian amplia agenda sobre asuntos de género

    Anuncian amplia agenda sobre asuntos de género

    Para conmemorar la Semana por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, las autoridades capitalinas anunciaron una serie de actividades, entre las que se incluyen charlas y mesas de trabajo, para dar información a las mujeres en materia de sus derechos.

    La secretaria de las Mujeres, Ingrid Gómez Saracíbar, destacó que el 23 de noviembre a las 11:00 de la mañana se llevará a cabo la Jornada de Atención y Prevención de la Violencia en Santa Cruz Acalpixca, Xochimilco, y el 24 de noviembre, a la misma hora, se presentará el Tercer Informe Anual de la Alerta por Violencia contra las Mujeres, en el Museo de la Ciudad de México.

    Mientras que el próximo 25 de noviembre arrancará el programa de 16 Días de Activismo, que se desarrollará hasta el 10 de diciembre, con la intención de concientizar a la ciudadanía.

    “Vamos a tener un programa basto, con una participación también interinstitucional importante en las 16 alcaldías, con diferentes estrategias: conversatorios, charlas, va a haber jornadas, mesas de servicios”, indicó.

    Como parte de estas actividades, explicó que este año se incorporará el trabajo de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario, por lo que también se realizarán actividades en los centros de reclusión de Santa Martha Acatitla y de Tepepan.

    Desde el Palacio del Ayuntamiento, la vicepresidenta de la Colectiva CAM-CAI, Dulce Mildred Sainz Torres, aseguró que de aprobarse la reforma que reconoce la violencia vicaria en la Ciudad de México, la capital se convertirá en un referente nacional y será ejemplo para otras entidades del país.

    En su turno, Natalia Lococo, integrante del Frente Nacional de Mujeres, afirmó que reconocer este tipo de violencia “será una victoria” y mandará un mensaje contundente de que hay “cero tolerancia” respecto al fenómeno.