Autor: Editora

  • 7 de cada 10 mujeres en México han experimentado alguna situación de violencia

    7 de cada 10 mujeres en México han experimentado alguna situación de violencia

    Las mujeres experimentan agresiones en todos los ámbitos de su vida: el comunitario, en sus relaciones de pareja, en la escuela y en el trabajo. Y la llegada de la Covid-19 y la crisis que provocó sí incrementó los niveles de violencia que perciben las mujeres en México.

    En México 7 de cada 10 mujeres mayores de 15 años han enfrentado, al menos, situación de violencia a lo largo de sus vidas. La violencia psicológica y la violencia sexual son las más prevalentes entre la población.

    Las mujeres experimentan agresiones en todos los ámbitos de su vida: el comunitario, en sus relaciones de pareja, en la escuela y en el trabajo. Y la llegada de la Covid-19 y la crisis que provocó sí incrementó los niveles de violencia que perciben las mujeres en México.

    De acuerdo con cifras de la ENDIREH (Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares), en el 2016 el 66.1% de las mujeres dijo haber sido víctima de algún tipo de violencia a lo largo de su vida y para el levantamiento de 2021, esta cifra escaló a 70.1 por ciento.

    Las mujeres percibieron que sí hubo un impacto de la pandemia en sus dinámicas y relaciones; 8.5% de las mujeres mayores de 15 años dijo que los conflictos en el ámbito familiar iniciaron o se intensificaron desde que inició la emergencia sanitaria. Y el 5.2% percibió este cambio en el ámbito de pareja.

    Esta perspectiva de las propias mujeres confirma otros indicadores que se han analizado desde el inicio de la pandemia en México, como las llamadas de emergencia, las solicitudes en refugios para víctimas de violencia, los homicidios dolosos de mujeres y los feminicidios, que no han logrado ceder.

    Ana Karen García

  • Mujeres de entre 15 y 19, las que más desaparecen

    Mujeres de entre 15 y 19, las que más desaparecen

    Las mujeres entre 15 y 19 años son las que más han desparecido en lo que va de la administración federal, pues una de cada tres (el 33.2 por ciento del total de desparecidos) corresponde a este grupo, principalmente por temas relacionados a la trata de personas con fines de explotación sexual.

    “La desaparición forzada de personas es considerada una de las más graves violaciones a los derechos humanos. Vulnera no sólo a las víctimas, en su mayoría mujeres, sino también a su familia, y afecta también a la sociedad, ya que crea una incertidumbre casi permanente sobre el paradero y seguridad de las mujeres”, destacó Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios (RNR).

    “Por ello, desde el feminismo, una de las consignas es que, al salir a la calle, no queremos ser valientes, queremos ser libres y llegar a casa”, señaló.

    La activista detalló que las propias víctimas y sus familiares en México tienen que enfrentarse a una “total impunidad e inacción” de las autoridades y aparatos de justicia, porque, dijo, los gobiernos de México han sido renuentes a aceptar la existencia de esta crisis de derechos humanos, la cual tiene un carácter sistemático y generalizado.

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    .Gráfico: La Razón de México

    De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de la Secretaría de Gobernación (Segob), de los 31 mil 385 reportes de mujeres desaparecidas del 1 de diciembre del 2018 al 27 de agosto de 2022, 61.5 por ciento corresponden a tres sectores etarios: de 10 a 14 años son cinco mil 539; de 15 a 19 están registrados 10 mil 434, y de 20 a 24, tres mil 330 casos.

    Respecto a los delitos, la trata de personas cuenta con mil 781 carpetas de investigación iniciadas, lo que significa que, por cada 17.6 desapariciones, se abre una por ese delito, en promedio, respecto al total de desapariciones del género femenino a nivel nacional.

    En torno al secuestro, hay 972 carpetas, lo que significa que por cada 32.2 desapariciones, hay una por plagio, con datos del reporte especializado de violencia contra las mujeres del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

    Además, por tráfico de personas se tiene un registro de 38 carpetas iniciadas, lo que también representa que por cada 826 mujeres que desaparecen, en promedio se inicia una averiguación.

    Berenice Macías Zamora desapareció el 14 de septiembre del 2016 en la alcaldía Venustiano Carranza, cuando tenía 22 años, luego de que salió de su hogar para presentarse en su trabajo; sin embargo, nunca llegó y hasta ahora su madre sigue buscándola.

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    .Gráfico: La Razón de México

    “No me importa hasta dónde llegue, incluso dar mi vida, porque como madre es un dolor muy fuerte perder a una hija. He estado esperando hasta la madrugada algún reporte en la fiscalía, pero hasta el momento no hay nada. La lucha va a ser hasta que yo muera; tengo mucha fe y seguiré tocando puertas hasta encontrarla; esa es mi lucha en la vida”, explicó María Zamora, madre de Berenice, a La Razón.

    Al salir de su casa, camino a su trabajo, Berenice Macías pasó primero a comprar una placa para arreglarse los dientes, pero horas después le llamaron a su mamá para informarle que ese día no se presentó a laborar.

    A pesar de las denuncias presentadas, dijo que los policías que investigaban su caso la criminalizaron, al indicar que se había ido a una fiesta, pero al paso de los meses el caso se fue olvidando por la falta de interés de las autoridades, de acuerdo con la madre de la víctima.

    Ante las sospechas de la mamá de Berenice sobre el novio de su hija, a éste nunca se le investigó, a pesar de que se les pidió a los agentes encargados del caso, como parte de la indagatoria.

    Teresa Ulloa directora de la Coalición Nacional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, explicó que no hay políticas para combatir la trata de personas, ya que no está en la agenda del Gobierno federal, pues ya casi se cierra el cuarto año de la administración actual y aún no se tiene avance en esta materia.

    Sólo 21% de tratantes tiene sentencia

    Durante los últimos cuatro años, sólo 20.7 por ciento de las personas que han sido sujetas a un proceso penal por el delito de tráfico de personas han recibido sentencia.

    De acuerdo con la información que dio a conocer el titular de la Fiscalía Especializada de Control Regional, Germán Adolfo Castillo Banuet, durante la II Conferencia Nacional de Migración, dos mil 286 personas han sido sometidas a un proceso judicial por este delito entre 2018 y lo que va de 2022.

    Precisó que mil 653 han sido vinculadas a proceso, 729 están sujetas a prisión preventiva y 475 han sido sentenciadas.

    De igual forma, dio a conocer que de diciembre de 2018 hasta el mes en curso se han iniciado cuatro mil 707 carpetas de investigación.

    En cuanto a la clasificación geográfica, detalló que el mayor número se concentraron en los estados de Nuevo León con 858; Chiapas, 729; Veracruz, 649; Tabasco, 510; Oaxaca, 315; Tamaulipas, 251, y Coahuila, 236.

    Castillo Banuet también detalló que en el mismo periodo se ha logrado el rescate de 77 mil 498 personas de las redes de traficantes, aunque no precisó si las víctimas pertenecían a la comunidad migrante.

    Especificó que en 2018 se rescató a 533 personas; en 2019, 22 mil 189; en 2020, seis mil 249; en 2021, 28 mil 804, y en lo que va de 2022 suman 19 mil 723.

    El evento fue organizado por el Instituto Nacional de Migración, con el objetivo de intercambiar propuestas en temas migratorios junto a países como Guatemala, Honduras, El Salvador y Cuba, así como con la sociedad civil.

    El fiscal subrayó la necesidad de acciones legislativas para agilizar las investigaciones desde la detención, puesta a disposición y hasta obtener una sentencia contra los probables responsables, por lo que propuso reformas a la Ley de Migración.

  • Síndrome de la impostora: qué es, causas y cómo superarlo

    Síndrome de la impostora: qué es, causas y cómo superarlo

    ‘El síndrome de la impostora. Por qué las mujeres siguen sin creer en ellas mismas’ (Península), de la periodista Elisabeth Cadoche y la psicoterapeuta Anne de Montarlot, es un libro que ahonda en las causas psicológicas del fenómeno, explica cómo líderes y creadoras –Michelle Obama, Angela Merkel o Margaret Atwood- lo han sufrido, y da herramientas para aprender a creer en una misma.

    ¿Por qué carecemos de tanta confianza en nosotras mismas?

    Esta es precisamente la pregunta que dio origen al libro de estas dos autoras. Cadoche y Montarlot focalizan este fenómeno en las mujeres porque, por desgracia, nosotras lo sufrimos más. Una falta de confianza que no sólo abarca la vida profesional, sino que también implica que dejemos de ser personas seguras en el plano personal.

    Así lo explican en el libro: “Para obtener un puesto de responsabilidad, en general, un hombre se posiciona como experto y aprende después. No hay escrúpulos; más bien tiende incluso a sobrestimar sus capacidades y su rendimiento. Por el contrario, la mayoría de las veces, una mujer habrá reflexionado mucho antes de lanzarse, de enviar su currículum o manifestar su interés por el puesto. Luego deberá sentirse sumamente ‘preparada’ para atribuirse a sí misma tan solo el derecho de atreverse a solicitarlo».

    Pero como dicen las dos expertas, “cuando se instala la duda, empieza el trabajo de zapa, incluso si la mujer está demasiado cualificada. La idea de no merecer totalmente el puesto de responsabilidad que desea u ocupa, debérselo a la suerte, temer en todo momento que la descubran y la juzguen perpetúa estas creencias limitadoras”. Algo que nos lleva a la importancia actual de la figura del ‘coach’ en el ámbito de trabajo para encontrar el equilibrio entre las diferentes áreas de nuestra vida.

    ¿Te suena? Por desgracia, a nosotras también. Por eso quisimos hablar con estas dos mujeres para ahondar en este “síndrome de la impostora” y, sobre todo, para saber cómo controlarlo y poder disfrutar sin miedo, sintiendo que sí los merecemos, de nuestros éxitos laborales y personales.

    https://www.instagram.com/p/CL7G6TQqd4a/?utm_source=ig_embed&ig_rid=0387d7f5-0cce-497d-b218-009ae86d3980

    Qué es el síndrome de la impostora

    “¿Por qué en el colegio las chicas creen que no han estudiado lo suficiente y en cambio los chicos piensan que «el examen era muy difícil»? ¿Por qué en la actualidad, aunque las estadísticas continúen mostrando que ellas sacan mejores notas, sigue faltándoles confianza (cosa que además influirá profundamente en su desarrollo profesional)? ¿Por qué la mayoría de mujeres sienten que son un fraude en su trabajo y que sus éxitos son solo fruto de la buena suerte?”, se preguntan Cadoche y Montarlot en su libro. Y, como añaden, “esto es lo que se conoce como el síndrome de la impostora: una falta de autoestima que te lleva a dudar constantemente de tu potencial”. “La mujer con un sentimiento de impostora tiene la impresión de no merecer su éxito, que atribuye a la suerte o al azar. Nunca a sus propios méritos”. Y el problema, es que este síndrome puede durar toda la vida.

    El síndrome de la impostora, como nos cuentan las autoras, gira en torno a la falta de autoestima. ¿Por qué? “La autoestima está ligada al sentimiento de armonía, a la forma en que nos vemos, a cómo nos evaluamos. Esta es la base sobre la que reposa la confianza en uno mismo, que es la confianza en sus habilidades, en sus competencias”, nos explican. “Si tienes una baja autoestima, estás por supuesto más expuesto a tener falta de confianza y a sufrir el síndrome de la impostora”, dicen.

    Como apuntan las dos autoras, “cuando una carece de confianza en sí misma, aún puede recuperarla a través de la buena voluntad, la diligencia y la acción. Por contra, el síndrome de la impostora es un sentimiento paralizante, una falta particular de confianza en nosotros por la cual vivimos constantemente con miedo a ser expuestos. Al sufrir el síndrome, la imagen que tenemos de nosotros mismos está distorsionada. Nos percibimos como incompetentes, somos incapaces de interiorizar el éxito”.

    Como cuentan en el libro las autoras, en 1978 las psicólogas estadounidenses Pauline Rose Clance y Suzanne Imes bautizan este fenómeno particular y extremo de duda de uno mismo como “síndrome del impostor”. Pero, como aclaran, “la experiencia de la impostura no es un trastorno mental (no forma parte del manual psiquiátrico de trastornos mentales, el DSM-5). Revela, sin embargo, una forma de pensar paralizadora que solo favorece unas determinadas creencias sobre uno mismo”.

    Respecto a este sentimiento tan terrible, llama mucho la atención un testimonio del libro: “Aún tengo algo de síndrome de la impostora; no se acaba nunca, ni siquiera en este instante en que ustedes me van a escuchar; no me abandona, este sentimiento de que no deberían tomarme en serio. ¿Qué sé yo? Lo comparto con ustedes porque todos dudamos de nuestras capacidades, de nuestro poder y de qué es ese poder”. Como cuentan Cadoche y Montarlot, esta frase fue pronunciada por la mismísima ¡Michelle Obama! durante la presentación de su libro ‘Mi historia’ en una escuela a rebosar del norte de Londres.

    Como subrayan las autoras, “al final, la falta de confianza en sí mismas es común en muchas mujeres. Todas la hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas. Especialmente durante los períodos de transición”.

    el síndrome de la impostora
    CARLOS CIUDAD PHOTOSGETTY IMAGES

    Este síndrome parece tener su origen en la infancia. Como explican las autoras de ‘El síndrome de la impostora’, “hay que tener en cuenta que los niños están ‘condicionados’ por buscar la aprobación de sus padres. Si uno ha recibido duras críticas, indiferencia, frialdad, una mirada condicional sujeta a criterios de valor (te querremos si lo logras), un estilo de apego que no es realmente tranquilizador, será complicado: porque en el fondo, vamos a sentirnos personas poco válidas, no tan buenas, personas que se dicen a sí mismas ‘si me trataron así… es porque en cierto modo… ¡me lo merecía!’”.

    También influye a veces el hecho, como explican las dos autoras, de “ser etiquetado dentro de la familia como ‘el inteligente’, ‘el habilidoso’, etc., lo que también afecta a la integridad del niño y lo encierra en una definición que lo frena y puede llevarlo a dudar de sí mismo”.

    “Además, alternar críticas negativas con elogios crea un desajuste que luego hará que a ese niño o niña le sea difícil atribuirse el mérito de los éxitos e internalizar sus habilidades”, afirman. “25 años después, la misma persona tendrá dificultades para creer que su jefe pueda considerarla para tal o cual promoción y se dirá a sí misma: ‘él cree que soy capaz, pero no es así; ¡es solo cuestión de tiempo para que se dé cuenta!’», añaden.

    ¿Por qué este síndrome afecta más a las mujeres? Como argumentan Cadoche y Montarlot, “las mujeres tienen una herencia histórica y social muy importante. Han sido criadas durante siglos en la fragilidad, bajo la dominación masculina. Durante mucho tiempo han estado confinadas al ámbito privado: a cuidar de sus familias, casarse, tener hijos. Y la sociedad las bombardea con un mandato a la belleza, al rendimiento, a la perfección”.

    Así, según las autoras, “hemos internalizado todos los estereotipos vinculados a esta herencia. A pesar de que las cosas han cambiado en los últimos cincuenta años, los clichés tardan en morir, están casi escritos en nuestro ADN. Por supuesto, también puede haber razones familiares: así como la sociedad otorga a las mujeres esta mirada condicional, integrada sin su conocimiento, el papel de las creencias educativas y parentales también ayuda a establecer un terreno fértil para la inseguridad crónica”.

    síndrome de la impostora
    JOERG STEFFENSGETTY IMAGES
    Cómo nos afecta en el trabajo el síndrome de la impostora

    Como cuentan Cadoche y Montarlot en su libro, hay una variante “delicada y perversa” del síndrome de la impostora que describen de la siguiente forma: “Cuanto más éxito tiene la persona, más duda de lo que ha conseguido. Es ahí donde reside el dolor de este fenómeno: persiste y se alimenta, paradójicamente, de los logros que la persona puede acumular. Cuanto más presente está el éxito, más crece el sentimiento de ansiedadTriunfar aprisiona a la persona en un círculo vicioso y la incita a pensar de forma sesgada: ‘¡Uf! He engañado de nuevo a todo el mundo sin que me hayan descubierto; me he salido con la mía esta vez’”.

    “Para quienes tienen un sentimiento de impostura, las causas del éxito son solo externas (por consiguiente, inestables y que escapan a su control). Estas causas externas pueden ser la suerte, la gentileza de los demás o sus errores de juicio. Nunca sus propios méritos”, dicen las expertas.

    Este síndrome, como añaden Cadoche y Montarlot, “es una combinación de autocrítica, de duda de uno mismo y de miedo al fracaso, unido a unos cambios constantes y extraños que nos hacen dudar entre sobrecargarnos de trabajo y procrastinar”.

    ¿Te ocurre algo similar respecto a tu trabajo? Como explican las expertas, “en el caso del perfeccionismo, trabajaremos en exceso, no contaremos nuestras horas y si tenemos éxito, ‘culparemos’ de nuestro éxito a este arduo trabajo, no a nuestras habilidades. Y trabajaremos aún más en la próxima misión, lo que nos podría conducir al agotamiento”. La otra estrategia compensatoria, como añaden, será la de postergar las cosas y el autosabotaje. “Como nos sentimos incapaces de tener éxito, hacemos todo lo posible para fracasar”.

    ¿Y en lo personal, cómo se manifiesta este síndrome? “En nuestra vida personal, el síndrome de la impostora puede manifestarse como un aborrecimiento de uno mismo o del propio cuerpo. Si no nos amamos y alguien nos ama, no le creeremos, no nos sentimos a la altura y nos imaginamos que el otro se dará cuenta de su error y nos abandonará. Así que estamos haciendo todo lo posible para acelerar la separación y sabotearemos nuestra relación”, cuentan.

    síndrome de la impostora
    WESTEND61GETTY IMAGES

    “A veces no nos damos cuenta de que estamos sufriendo el síndrome de la impostora, no logramos poner nombre a este sufrimiento, a esta duda crónica”, dicen Cadoche y Montarlot. “Desarrollamos una especie de vergüenza que hace que no podamos hablar de ello con nadie, y por tanto que no podamos salir de él”, añaden.

    Según las autoras de ‘El síndrome de la impostora’, identificarlo, hablar de él es muy liberador y nos permite sacudirnos la culpa. “Entender lo que nos afecta directamente nos ayudará a mejorar. Luego, si una está lista para deconstruir, revisar ciertas creencias limitantes, es probable que logre deshacerse de ellas”. Cadoche y Montarlot dan buenas pistas en esta dirección en el libro. Pero, si el sentimiento es demasiado destructivo, subrayan la importancia de buscar ayuda psicológica.

    ¿Cómo superarlo? Como dicen Cadoche y Montarlot “creemos firmemente en la política de los pequeños pasos: si es difícil desafiar ciertos comportamientos de la noche a la mañana, una puede intentar salir de su zona de confort dando un paso detrás de otro”. También puede ser interesante, como apuntan, anotar todos tus logros, todos tus éxitos en un cuaderno. “Cuando comenzamos a perder la confianza en nosotros mismos, podemos releer nuestras ‘hazañas’ y darnos cuenta de todo lo que hemos logrado”, añaden. Las autoras de ‘El síndrome de la impostora’ también recalcan lo importante que es “rodearse bien, tener mujeres cariñosas a tu alrededor y modelos a seguir que nos inspiren y nos potencien”.

    Para terminar, una última reflexión extraída de ‘El síndrome de la impostora’: “No podemos vivir en una sociedad en la que una minoría de las mujeres accede a cargos importantes, donde la gran mayoría se atiene a sus funciones, sus salarios y sus puestos totalmente resignadas y en profesiones menos valoradas -erróneamente-, como la salud, la educación, lo social…”. Ciertamente, no lo tenemos fácil… por eso es el momento de romper con clichés, techos de cristal y estereotipos para demostrar nuestra valía y de una vez por todas creer en nosotras mismas, sin peros ni autosabotajes.

  • Inegi: hombres predominan sobre mujeres también en bienes y empleo

    Inegi: hombres predominan sobre mujeres también en bienes y empleo

    La propiedad privada es predominantemente masculina. Entre las viviendas habitadas por sus dueños, hasta 57.9 por ciento son de hombres. También son ellos quienes ocupan una mayor proporción de los empleos formales y, casi en automático, los que tienen un mayor acceso a créditos hipotecarios, muestran datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

    La construcción de la pobreza alrededor de las mujeres viene de siglos, explica en entrevista Nelly Lara Chávez, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG). Desde que se conforma la posibilidad de acceder a la propiedad privada, se cimienta esta primera desigualdad a favor de los hombres.

    El Inegi reporta que entre los hogares habitados por la persona propietaria, 40.6 por ciento es de mujeres, en otro 1.6 por ciento no se especifica el género, y en el resto los dueños son hombres. Una vez que se consulta por escrituras a su nombre, estas proporciones no se modifican de manera importante, con 40.9 por ciento, 0.6 y 58.4 por ciento, respectivamente.

    El cambio se vuelve más notorio cuando se consulta a las personas propietarias si las escrituras están a nombre de otra persona, donde esta proporción escala a 45.1 por ciento en el caso de las mujeres, a 7.6 por ciento en las personas que no especificaron un género y sólo se reduce en el caso de los varones, a 47.4 por ciento.

    “Hay mujeres que consiguen hacerse de una casa o de un departamento, pero en México nos encontramos con que hombres cercanos terminan por disponer de ese espacio”, comenta Lara Chávez.

    La investigadora explica que desde finales del siglo XVIII se permite a los hombres ser propietarios y esta posibilidad queda vedada para las mujeres, quienes en el marco de una familia “terminaban siendo parte de la propiedad de los hombres”.

    Uno de los cuestionamientos más importantes a estos esquemas vino con el movimiento sufragista, y las vertientes a su alrededor, detalla Lara Chávez. El que una mayor cantidad de mujeres lograran acceder al divorcio evidenció que al separarse “no tienen absolutamente nada, ningún bien, que la casa no les pertenece”.

    En el caso mexicano, con la Revolución, el reparto agrario y una división sexual del trabajo que tenía a las mujeres replegadas en el hogar, la consigna “la tierra es de quien la trabaja” terminó por dejar el territorio en manos de los hombres. “Esto agravó mucho más la situación en cómo construir la autonomía vinculada a la ciudadanía de las mujeres y cómo se iba acentuando la desigualdad”.

    Información recuperada por el Instituto Nacional de las Mujeres refleja que sólo tres de cada 10 personas ejidatarias son mujeres. Y aún es menor su participación en los espacios de representación. Datos de 2019 evidencian que de los 14.6 mil ejidos y comunidades con órganos de ese tipo sólo 7.4 por ciento fue presidido por una mujer.

  • Este es el primer vehículo en el mundo fabricado 100 % por mujeres. Y sí, fue hecho en México

    Este es el primer vehículo en el mundo fabricado 100 % por mujeres. Y sí, fue hecho en México

    El primer automóvil en el mundo que fue fabricado al 100% por mujeres, fue hecho en México, en la planta de Ford, en Cuautitlán.

    El Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, compartió una fotografía del vehículo a través de redes sociales.

    “Este es el primer vehículo en el mundo fabricado al 100 % por mujeres. Sí, en la planta Ford, Cuautitlán, a iniciativa de las trabajadoras que también son las más eficientes del mundo. Son orgullo de México”, escribió en Twitter.

    El vehículo, ensamblado en la planta de Cuautitlán en el Estado de México, es un Ford Mustang Mach-E, una camioneta SUV completamente eléctrica.

    Tiene un batería de 91 kWh que proporciona una autonomía de hasta 402 kilómetros. Asimismo, alcanza una velocidad de 0 a 100 kilómetros en 3.6 segundos.

    El coche que aparece en la fotografía compartida por el diplomático es una edición conmemorativa que fue ensamblada, pintada e intervenida por mujeres artistas.

    En sus laterales, cuenta con un diseño que tiene tres elementos principales que buscan transmitir un mensaje del poder de las mujeres y su fuerza colectiva, detalló la artista a Ford.

    Por un lado, hay una mujer, que retoma el traje del ‘caballero águila’ pero reinterpretado que representa la importancia de este sector en la planta.

    Igualmente, hace un guiño y reconocimiento a todas las mujeres que luchan todos los días contra el cáncer de mama. Por último, tiene unos girasoles, que representan fortaleza.

    El canciller también celebró que en Cuautitlán también se manufacturan las baterías de los Fords Mustang eléctricos. Esta fue la primera planta en fabricar un vehículo eléctrico de manera masiva en México, según la compañía.

    De acuerdo con Ford, desde 2020 se producen hasta 305 unidades Mustang por día, que se exportan a más de 20 países.

    “Son un gran éxito en Noruega, Suecia y Alemania”, subrayó el diplomático.

  • Las mujeres cargan el mundo

    Las mujeres cargan el mundo

    Millones de mujeres cargan millones de kilos a lo largo de millones de kilómetros. Desde hace siglos, día tras día, cumplen esa labor titánica y esencial, jamás reconocida como tal y por lo tanto invisible.

    En medio del verano parisino canicular, sin embargo, el Museo del Homme de esta ciudad les rinde el homenaje que merecen con la exposición Les Femmes Portent le Monde, un conjunto de 50 retratos de mujeres que “nadie ve, de las que nadie habla y que no le importa a nadie…”, realizados en Bután, India, Kenia, Mongolia, Namibia, Ruanda y Tanzanía por Lekha Singh, fotógrafa, cineasta y productora estadunidense nacida en la India.

    “Cada mujer a su manera carga una parte del mundo, pero nadie se percata de ello”, escribe la artista en el texto de presentación de la muestra que, inexplicadamente, no incluye una sola mujer de América Latina.

    Kenia 2004. Fotos de: Lekha Singh / Musée de l’Homme

    “A lo largo de mis viajes por el mundo me di cuenta de que todas esas mujeres son vistas como ‘maquinitas’ capaces de desplegar suficientes esfuerzos para transportar cargas sumamente pesadas a muy largas distancias –agrega–. Es ‘ese modo de transporte’ sin ruedas ni motor que se utiliza lo más a menudo para el trabajo pesado en la India, en Vietnam o en Kenia, entre otros tantos países…”

    Lekha Singh evoca mujeres de la India levantadas al alba para ir a trabajar en hornos de ladrillos que transportan su producción sobre la cabeza hasta bodegas. Menciona las miles de mujeres marroquíes, muchas de avanzada edad, recorriendo llanos y dunas bajo un sol aplastante soportando en sus espaldas bultos de mercancías de varias decenas de kilos entre sus casas y el enclave español de Melilla. Habla de las africanas que atraviesan zonas áridas llevando pesados fardos de leña, gruesas ramas de árboles e inclusive arbustos.

    Kenia 2006

    “En total, las mujeres del planeta transportan anualmente un mínimo de 900,000,000 de metros cúbicos de madera”, recuerda citando datos de la ONU.

    Pero más que los comentarios de la artista, son sus impecables fotos a color las que devuelven existencia, identidad y dignidad a cada una de las retratadas, y a través de ellas a las millones de mujeres “invisibles”.

    India 2005

    La inextinguible energía vital que emana de las 50 protagonistas de la muestra hace vibrar el Atrium Paul Rivet, espacio de 400 metros cuadrados dedicado a las exposiciones temporales del museo.

    India 2005

    Tan fuerte es la presencia de estas mujeres adolescentes, ancianas, de  horizontes distintos, caminando por senderos estrechos, a la orilla de carreteras polvorientas y ríos lodosos, subiendo montes y bajando colinas, atravesando paisajes desérticos, llegando y saliendo de mercados, fábricas, campos, ciudades, pueblos, aldeas, cargando en la cabeza, en los hombros, en la espalda, en los brazos, niños, agua, leña, piedras, ladrillos, racimos de plátanos, enormes, bolsos de limones, cebollas, yucas, jitomates, cajas, baúles, canastos, ollas de barro…

    Tan impresionante es su determinación, tan inagotable parece ser su resistencia, que los visitantes recorren la sala a pasos lentos, en silencio, absortos, meditabundos.

    Ruanda 2004

    Fotografiadas con sumo respeto y honda empatía, pero sin concesiones estetizantes ni sentimentalismo impropio por Lekha Singh, todas esas mujeres, cualquiera que sea su edad, son de una belleza singular, a menudo luminosa, a veces austera, en ciertos casos trágica o hermética, y siempre de una autenticidad abrumadora.

    Muy pocas se fijan en la cámara. Están en lo suyo, pero es obvio que la fotógrafa sabe acercarse a ellas con tacto y sencillez. De vez en cuando se asoma una complicidad sigilosa entre la artista y sus “efímeros modelos”. Pero en ningún momento desaparece lo esencial: el peso descomunal del mundo que van cargando.

    Rajasthan 2010

    Destaca una extraña foto totalmente negra en medio de los colores vivos de los saris o de los largos vestidos de las africanas y de sus paños artísticamente atados en la cabeza.

    En un cartelito firmado por Lekha Singh se lee:

    “Esa fotografía monocromática rinde homenaje a todas las mujeres cuya labor agotadora rompe espalda y nuca. A las mujeres cuyos cuerpos se doblegan cada día más bajo cargas inconmensurables. A las mujeres olvidadas,  menospreciadas, tan a menudo explotadas, cuya labor nunca fue ni será plasmada en fotografías.”

  • #Data | El 30% de las mujeres asesinadas están en sus 20

    #Data | El 30% de las mujeres asesinadas están en sus 20

    En 1990 el 22% de las mujeres que fueron asesinadas tenían entre 20 y 29 años, esta proporción se ha duplicado desde entonces y en 2021 representó el 30%. Mientras los asesinatos de mujeres adultas jóvenes son más comunes, los de niñas y ancianas han ido descendiendo. El Inegi reporta casi 4 mil asesinatos de mujeres en 2021, el dato en sus registros en los últimos 30 años.

  • París y las mujeres que hicieron historia: invisibles o demonizadas

    París y las mujeres que hicieron historia: invisibles o demonizadas

    Una mañana soleada en París. La guía turística Mina Briant pasa con un grupo de visitantes por el legendario café «Les deux Magots”, y por la Iglesia de Saint-Germain-des-Prés. Pero no se detiene allí, sino que dobla hacia un patio con jardines en una calle lateral. Ese oasis verde es el domicilio de «Éspace des femmes”, la primera editorial de mujeres, fundada a comienzos de los años 70 por Antoinette Fouque. Mina Briant trabaja para la agencia «Women of Paris”, y explica cómo se creó esa editorial.

    Colette, George Sand, Simone de Beauvoir

    «Era una época de protestas en Francia contra un manifiesto a favor del aborto que fue redactado, entre otras, por la escritora feminista Simone de Beauvoir”. Hasta hoy, en la editorial, que incluye una librería, se presentan las obras de la famosa autora.

    Es el inicio exitoso de un recorrido que tiene como tema las luchas y las conquistas de las mujeres -escritoras y editoras- en la capital gala. Algunas calles más allá, Briant muestra el departamento donde vivió la escritora Sidonie-Gabrielle Colette, más conocida como Colette, en 1890, junto con su primer esposo, Willy, un editor. «Willy encerraba a Colette durante horas en una habitación, para que se pudiera concentrar en su trabajo, y, en lo posible, escribiera mucho, ya que él ganaba dinero con su talento”, explica.

    Visitas temáticas guiadas por París Women of Paris. Reflejos de obras de escritoras en una librería parisina.Visitas temáticas guiadas por París «Women of Paris». Reflejos de obras de escritoras en una librería parisina.

    En otra esquina poco vistosa, la guía turística señala la casa en la que vivió durante un tiempo la escritora George Sand, nacida en 1804 como Amantine Aurore Lucile Dupin. Fue la primera mujer que trabajó para el periódico «Le Figaro”. Escribió más de 80 novelas y cuentos cortos, y era conocida por sus numerosas relaciones amorosas, tanto con hombres como con mujeres, entre otros, con el pianista Frédéric Chopin. La autora adoptó un nombre masculino porque su editor le dijo que así vendería más ejemplares. «Y ella vivió su alter ego al máximo”, dice Briant. «Se vestía con ropa masculina, fumaba pipa en público y logró obtener una licencia para travestirse, lo cual era ilegal en ese momento”.

    Las mujeres, «invisibles” o «demonizadas”

    El barrio de Saint-Germain-des-Prés se asocia, por lo general, con nombres como Jean-Paul Sartre, o Ernest Hemingway, y los de otros intelectuales que se reunían en los cafés. También surgen siempre personalidades históricas como Enrique IV, Napoleón Bonaparte, Víctor Hugo, o Luis XVI, explica a DW Heidi Evans, fundadora de «Women of Paris”: «Pero eso es solo un lado de la historia, y en él se trata de glorificar a los hombres y demonizar a las mujeres, como María Antonieta [última reina de Francia antes de la revolución de 1789], o Catalina de Médici [reina consorte de Francia de 1547 a 1559, N. de la R.], difamadas casi siempre por los guías de turismo como monarcas maléficas y ávidas de sangre. Algunas mujeres incluso solo se mencionan como amantes o musas «. Heidi Evans se mudó de Londres a París luego de estudiar Literatura Francesa y comenzó su trabajo como guía turística en 2014, profundizando su investigación sobre el rol de las mujeres en la historia de la capital francesa.

    Heidi Evans, experta en Literatura Francesa y creadora de los recorridos turísticos Mujeres de París.Heidi Evans, experta en Literatura Francesa y creadora de los recorridos turísticos «Mujeres de París».

    En 2016, Evans inició los recorridos «Mujeres de París”, el primero de varios paseos temáticos dedicados a la historia de las mujeres y su influencia decisiva en las artes, el teatro, la literatura, la cultura y la política de la ciudad. «Las mujeres han sido invisibles durante siglos en la historia de Francia», dice Evans. «En Londres eso es muy diferente. Allí, la reina es la mayor atracción turística; las figuras más populares de la monarquía eran mujeres. Me resultó aún más sorprendente lo negativa que era la visión de Francia de sus reinas”.

    Sepulturas en el Panteón y nombres de calles

    También en el Panteón, el mausoleo más grande del país, sobre una colina en el Quartier Latin, se ve cuán poco honra Francia a sus mujeres. Allí hay pocas mujeres importantes sepultadas. La física y Premio Nobel Marie Curie fue la primera en ser enterrada allí, póstumamente, en 1995. También descansan allí los restos de la sobreviviente al Holocausto e ícono feminista Simone Veil. En 2021, Francia le rindió homenaje a Josephine Baker, cantante, bailarina y activista por los derechos civiles, al sepultarla en el Panteón. Un panorama similar se observa en los museos, por ejemplo, en el Louvre, donde solo unas 300 de 500.000 obras de arte son de artistas mujeres, señala Evans.

    De las 6.000 calles de París, 4.000 llevan nombres de hombres, y solo 300 de mujeres. También la mayoría de los monumentos de la ciudad recuerdan casi exclusivamente a hombres. Mina Briant cuenta que recién en 2017 -luego de varias peticiones- se incluyó a la primera escritora francesa, Madame de la Fayette, en la lista de lecturas obligatorias en los planes escolares del bachillerato, junto a autores como Víctor Hugo, Gustave Flaubert y Honoré de Balzac. Este año ingresó a la lista la dramaturga y activista política Olympe de Gouges, conocida por su «Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”, de 1791. «Escritoras como Colette y George Sand eran consideradas livianas y demasiado frívolas. No fue sino hasta mucho más tarde, en el siglo XX, que se respetó la escritura de las mujeres», dice Briant.

  • 200 mujeres buscan ser líderes bomberas

    200 mujeres buscan ser líderes bomberas

    El Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México emprendió la capacitación de 200 mujeres, quienes podrán aspirar a ser líderes de células de emergencias, jefas de estación y otros cargos que impliquen toma de decisiones y altas responsabilidades.

    Se trata de la primera ocasión en los 135 años de la corporación que las mujeres bomberas podrán acceder a este tipo de cargos, luego de que los puestos tradicionalmente los ocupaban hombres, informó el director Juan Manuel Pérez Cova.

    La mayoría de las aspirantes ya trabajaban en la corporación, pero sólo en puestos administrativos o monitoreando las emergencias en los radios.

    Ahora podrán liderar las células de bomberos que atienden siniestros como incendios, inundaciones, derrumbes, entre otros. Lo que implica tomar decisiones en el sitio de las emergencias con el objetivo de salvar las vidas de las víctimas.

    Para nosotros era importante que las mujeres se sumarán y que llegaran hasta donde ellas quisieran y, próximamente vamos a tener en las células de bomberos, como células operativas, ya dirigentes mujeres, es decir, tomadoras de decisiones, no sólo bastaba con reconocerles sus derechos, sino llevarlos a los hechos”, expresó Pérez Cova.

    La búsqueda de equidad de género en los bomberos surgió a raíz de las exigencias de las mujeres de que se respetaran sus derechos dentro de la corporación en donde históricamente los hombres prevalecían y obtenían los mejores ascensos.

    En la estación Cuauhtémoc comandante Eulalio Mújica Pérez, las mujeres se capacitan en las aulas y con ejercicios físicos.

    Las bomberas lograron que, a principios de la administración, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México emitiera una recomendación para que se respetaran los derechos de las mujeres, reconoció Pérez Cova.

    Ahora, las mujeres ya se capacitan para alcanzar los puestos líderes y de mando.

    Las 200 mujeres ya reciben instrucción teórica, física y operativa en la estación Cuauhtémoc comandante Eulalio Mújica Pérez.

    Se capacitan en grupos y en diferentes turnos para no descuidar su trabajo cotidiano.

    Excélsior asistió a observar el proceso de capacitación de las bomberas, las cuales realizan las mismas actividades que los hombres, tanto dentro de las aulas como en los ejercicios al aire libre o en el gimnasio.

    Yo creo que cualquier persona que tenga la visión tiene la capacidad, sea mujer o sea hombre, en este caso tratamos o tratan de impulsarnos como mujeres para poder tomar decisiones y seguir adelante, no solamente en esta institución, yo creo que en cualquiera”, dijo Sandra de la Cruz, bombera raso.

  • Mafalda, crítica de los roles de género

    Mafalda, crítica de los roles de género

    Perspicaz, crítica y rebelde son algunas palabras que pudieran describir al personaje de Mafalda, una niña de seis años que trascendió las viñetas de una tira cómica para convertirse en un símbolo de la defensa de la paz y de los derechos humanos.

     

    Si bien Mafalda fue creada en 1964 por el caricaturista argentino Joaquín Salvador Lavado, mejor conocido como Quino, en un contexto histórico en el que Argentina vivía autoritarismo por el golpe de Estado y en el mundo los movimientos feministas –denominados como su segunda ola o sufragismos– inundaban las calles, sobre todo en Estados Unidos.

    “Tenemos que enmarcar a Mafalda en un contexto social y político de los años 60 y 70 del siglo pasado, que para el mo-vimiento feminista es muy importante, porque marca también la reivindicación de los derechos de la mujer, sobre todo en la parte de los derechos sexuales y reproductivos, la crítica de los roles y los mandatos de género socialmente convencionales”, indicó Karla Amozurrutia Nava, directora del Área de Gestión Comunitaria y Erradicación de las Violencias de la Coordinación para la Igualdad de Género.

    Añadió que este personaje hace además una crítica interesante a los roles de género porque se preocupa por todo el mundo, pero en su familia sobre todo por su mamá, a quien constantemente la ve en un rol tradicional en la casa y en las tareas de cuidados; un papel que ha sido asignado a las mujeres durante mucho tiempo en el espacio privado, y es una beta de análisis y reflexión feminista.

    “Mafalda no necesita decir que es feminista para serlo y hacer la crítica que todas las feministas hacemos todos los días; es quien siempre estará del lado de las causas sociales como los derechos de las mu-
    jeres y de la niñez. Ella nos aproxima a estos temas que son relevantes para lograr una igualdad social entre todas las personas, pero además por los derechos de las mujeres quienes también somos parte del mundo”, aseveró.

    Pero desde lo cotidiano, la pequeña identifica cosas que no le hacen “match”, que le
    generan un poco de conflicto, como que la mujer tiene que ser mamá… “¿Como para qué?”, y reflexiona si esa es la meta. Es una cuestionadora por excelencia, porque sin el cuestionamiento no se pueden entender las luchas feministas, y Mafalda ayuda a comprender la complejidad de la interacción entre hombres y mujeres.

    Los personajes

    Ha sido interesante, dijo la especialista en violencia y perspectiva de género, saber cómo Quino fue creando el mundo de Mafalda a través de más de mil 900 tiras en las que fueron apareciendo el resto de los personajes como Susanita, Libertad, Miguelito, Felipe, Guille y Manolito, ya que cada uno representa a un grupo o ideología específica de la sociedad.

    “Susanita es la antítesis de Mafalda, porque ella sí tiene muy claro cuál es su rol: quiere ser mamá y tener ‘hijitos’, pero no quiere ser una máquina de reproducción; de alguna manera ella introduce la crítica de la maternidad por elección. Mientras que Libertad, una niña más pequeña que Mafalda, metáfora simbólica, es quien eleva la reflexión de Mafalda porque construye ideas más complejas y dice que se puede tener un mundo mejor para todas las personas no como una aspiración, sino como algo que puede ser real”, explicó.

    De tal manera que la mamá de Mafalda y Susanita simbolizan a aquellas mujeres que cumplen el rol tradicional dentro de casa; pero Libertad tiene una visión futurista y filosófica de la democracia en igualdad.

    Pero también Quino refleja la crítica al machismo en la historieta a través de frases dichas por personajes como Miguelito, Felipe y Manolito (amigos de Mafalda): “Son igual que todas” o “Estas cosas de mecánica no me gusta discutirlas con mujeres”.

    Para Amozurrutia Nava, Mafalda es un agente social transformador en su cotidianidad, en su práctica, y eso reivindica la idea de que el feminismo no sólo se piensa, sino que se hace todos los días como una forma de vida.

    “Recordemos que Mafalda fue creada dentro de un contexto latinoamericano, en el cual Argentina vivía un ambiente de autoritarismo, de golpe militar y de desigualdades de género. Sin embargo, a más de 50 años de su creación existen temas que siguen vigentes hoy en día en México y en el mundo; hablamos de la democracia, de la desigualdad social, de alcanzar la paz mundial, de clasismo como uno de los peores cánceres, los derechos de las infancias”, subrayó.

    Pero también sigue siendo importante vincular a las mujeres jóvenes que hoy viven un contexto más fuerte en términos de la violencia, dijo. Quizá Mafalda no ahondó en este tema, pero el feminismo sigue hablando sobre esas violencias que se viven todos los días y están relacionadas con la subordinación y las desigualdades de género.

    “Mafalda es el guiño para las niñas, las adolescentes, mujeres adultas y ancianas, porque sigue siendo un personaje que vale la pena leer para entender todavía complejidades del mundo en el que vivimos. Si ella viviera ahora en 2022, seguramente también haría una crítica fuerte al uso de las redes sociales; pero también encontraría bondades en ellas en términos de generar colectividad y sororidad, que es lo que ella hace cotidianamente con sus amistades: tratar de tener condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, donde todas las personas seamos libres”, expresó la universitaria.

    Agregó que Quino era un conven-
    cido de la igualdad entre géneros, que para poder alcanzar una vida de bienestar, libertad y paz social es necesario entender la situación en la que se vive. Se puede decir que él practicaba las ideas del feminismo, porque aunque Mafalda se creó desde un pensamiento masculino, ella está muy consciente de su condición y lo que debe cambiarse en la sociedad para las mujeres. Por eso es mejor no hablar de aliados, pero sí de hombres aprendiendo del feminismo y que sean críticos de sus roles, que entiendan lo importante de transformar esa masculinidad hegemónica para el bienestar social.

    “¿Qué se preguntaría Mafalda ahora? Creo que seguiría cuestionando ¿dónde están las mujeres?, y que sería una gran aliada de los movimientos feministas en esta ola-marea-terremoto del feminismo en México; pero también sería una ferviente admiradora de las jóvenes feministas que con valor y coraje salen al espacio público a alzar la voz y decir: ‘¡Basta!’”, enfatizó Amozurrutia Nava.

    Miradas

    Del 19 de agosto al 18 de diciembre de 2022, la niña a la que no le gusta la sopa estará de visita en la UNAM, en la nueva exposición temporal del Museo de las Constituciones (MuCo), Mafalda: Miradas a “lo femenino”, que está abierto a todo público con entrada gratuita.

    Esta exhibición será un espacio de reflexión sobre la importancia del respeto y ejercicio de derechos de todas las personas, en especial de las niñas y mujeres, para reducir las brechas de desigualdad de género y cuestionar sus roles y estereotipos, los cuales las fundamentan, las normalizan y las ahondan.

    A partir de una selección de viñetas surgen miradas actuales de lo que Mafalda veía hace más de 50 años sobre “lo femenino” y la complejidad de las desigualdades entre hombres y mujeres. Desde la perspectiva de este personaje, la muestra busca provocar la reflexión ante las desigualdades, las múltiples caras de la discriminación y los retos que todavía enfrentan las sociedades actuales en materia de derechos humanos.

    Esta exposición que se realizó con la colaboración de los sucesores de Joaquín Salvador Lavado (Quino) y la curadora invitada Mireya del Pino Pacheco, directora de Estudios y Políticas Públicas del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, se podrá disfrutar de miércoles a domingo de 10 a 17 horas en el MuCo, ubicado en el Centro Histórico de Ciudad de México.