Autor: Editora

  • 100 mujeres más poderosas de México: 10 años de Mujeres Poderosas

    100 mujeres más poderosas de México: 10 años de Mujeres Poderosas

    La primera vez que publicamos un listado de “Mujeres Poderosas” fue en 2012. Ese año, en México se inauguró la polémica Estela de Luz como parte de las celebraciones del bicentenario de la Independencia de México. También hubo elecciones presidenciales. Contendieron por el máximo cargo de representación de la República Josefina Vázquez Mota (primera vez que el Partido Acción Nacional postulaba para la presidencia a una mujer), Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri. En aquel año, también se inauguró la Línea 12 del Metro y Miguel Ángel Mancera tomó protesta como jefe de Gobierno del Distrito Federal, hoy Ciudad de México.

    Ese año, cuando comenzaron a escribirse las páginas de Forbes México, se tomó la decisión de publicar este ejercicio con el objetivo de visibilizar el liderazgo de las mujeres en diversos ámbitos de la vida nacional; dar a conocer cómo habían alcanzado posiciones profesionales relevantes, sus éxitos, también sus fracasos, y conocer cómo habían superado barreras. Ese primer listado (todavía de 50 mujeres) estuvo encabezado por alguien polémico: Elba Esther Gordillo. En aquel momento, era secretaria general del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) y la mujer más poderosa de la política mexicana. Un año después fue acusada de lavado de dinero y fraude fiscal. Purgó parte de su condena en su domicilio, debido a problemas de salud. Este mismo año contrajo nuevas nupcias y ha expresado su intención de volver a la política.

    También formó parte de ese listado Carmen Aristegui, quien, en ese momento, iniciaba operaciones de su canal de noticias en internet, Aristegui Noticias. María Asunción Aramburuzabala ya era la mujer más rica de México (en ese momento, su fortuna alcanzaba los 2,000 mdd. Actualmente es de 6,180 mdd, de acuerdo con nuestro ranking de millonarios más reciente). Además, formaron parte de ese listado Marisela Morales, quien era encargada de la Procuraduría General de la República; Olga Sánchez Cordero, aún ministra de la Suprema Corte; y Cintia Angulo, que entonces presidía Grupo Alstom, entre otras mujeres que en aquel momento estaban haciendo la diferencia (y que hoy continúan marcando tendencia).

    La primera vez que convocamos a las mujeres para generar una fotografía grupal fue en 2013, en la Biblioteca de México, en la Plaza de la Ciudadela. Tener a poco más de 10 mujeres poderosas reunidas es un ejercicio excepcional y retador. Excepcional, porque es un deleite presenciar cómo surgen las conversaciones entre ellas y cómo, aunque perteneciendo a sectores tan diversos, inmediatamente intercambian contactos, hacen planes para reunirse y generar proyectos conjuntos. También es un ejercicio retador, porque no es fácil empatar las agendas de todas.

    Frente a la lente de nuestro director de fotografía, Fernando Luna, han desfilado figuras como Arely Gómez, procuradora general de la República de 2015 al 2016 (actualmente es Contralora del Consejo de la Judicatura Federal); Samantha Ricciardi, quien en 2015 fue directora de BlackRock México; la actriz Karla Souza (protagonista de la película Voy a pasármelo bien); Mayra González, la primera presidenta y directora general de Nissan Mexicana (asumió el cargo en 2016 y, desde 2019, es directora general de Ventas Globales de Nissan en Japón); la actriz Ludwika Paleta, la cantante Eugenia León y la célebre escritora Elena Poniatowska, entre otras decenas de mujeres poderosas.

    En cada una de estas ediciones, en Forbes México hemos puesto de manifiesto los avances en temas de género en el país. Hemos dado cuenta de cómo las mujeres han ganado cada vez mayores posiciones de liderazgo en las empresas, en la vida política, cómo han incrementado su participación en la vida económica y en sectores que tradicionalmente habían sido dominados por hombres. También hemos hecho hincapié en los temas que obstaculizan el desarrollo pleno de las mujeres en el ámbito social y profesional. Hemos hablado de cómo la trata y el tráfico de personas afecta cada año a cientos de mujeres (de acuerdo con un reportaje publicado en El Economista, en el año 2020 se detectaron más de 620 víctimas de este delito), de cómo la pobreza sigue impactando severamente al género femenino (según el Coneval, en el año 2020, 44.4% de las mujeres en México se encontró en situación de pobreza, contra 43.4% de los hombres) y de cómo, aunque las mujeres alcanzan mayores niveles educativos, existe una brecha salarial de entre 27% y 30%.

    Sin duda, durante estos 10 años los cambios han sido notables. No obstante, hay muchos temas pendientes de género en el país. Entre ellos, uno de los más dolorosos es el feminicidio. De acuerdo con datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, en 2021 fueron asesinadas 3,750 mujeres y, en el mismo año, desaparecieron 10,032 mujeres, niñas y adolescentes. Esta realidad, imperiosa, definitivamente, tiene que cambiar.

    A través de este ejercicio editorial, en Forbes México continuaremos contribuyendo a que cada vez más mujeres mexicanas conozcan otras realidades, los retos a los que se han enfrentado personas de su mismo sexo para alcanzar las posiciones que hoy ostentan, los sectores en los que se desempeñan y sus metas. Esto tiene como objetivo visibilizar a mujeres poderosas para que inspiren a otras y exploten el poder que llevamos dentro las más de 64 millones de mujeres en México, esto es, más del 50% de la población del país.

     

  • Refugios para mujeres en la incertidumbre: Solo 3 de los 75 centros recibieron los recursos para operar

    Refugios para mujeres en la incertidumbre: Solo 3 de los 75 centros recibieron los recursos para operar

    Tras cinco meses de incertidumbre, tres de los 75 refugios para mujeres víctimas de violencia que integran la Red Nacional recibieron su presupuesto.

    Los centros restantes se mantienen sin recursos y no tienen fecha para que se los den.

    “Apenas comenzaron a caer estos recursos; sin embargo, el 85% de los proyectos todavía no están siendo financiados; en algunos casos ni siquiera se han firmado los convenios con la Secretaría de Gobernación, lo que significa que la solicitud para que Hacienda libere el presupuesto ni siquiera ha sido atendida”, explicó en entrevista Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios (RNR).

    Pese a la falta de recursos, todos los refugios están operando, aunque “en varios ya no tenemos suministros y las compañeras que trabajan sin recibir un salario están muy desgastadas. No podemos seguir dando la atención, incluso hemos limitado el ingreso de víctimas que buscan nuestro apoyo”, comentó en entrevista.

    La directora de la RNR desmintió que la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) haya aumentado el monto que se da para el funcionamiento de estos espacios.

    “El monto que se les depositó equivale al 60% de lo que tienen autorizado para el año. Pero cabe mencionar que lo que Conavim destinó para ellos no fue el 100% de lo que pidieron. Hubo una reducción, aún cuando las autoridades lo niegan”, indicó.

    “Se ha dicho por parte de las autoridades que han dado más presupuesto que en 2021, pero esto no es así. El dinero viene a cuentagotas y, en el caso de los tres refugios que ya recibieron recursos, observamos que tendrán menos que el año pasado”, detalló la también psicóloga feminista.

    Animal Político consultó a la Conavim sobre las fechas de entrega de los recursos para los refugios de mujeres víctimas de violencia faltantes, sin que hasta el momento de la publicación haya tenido respuesta.

    Refugios: No se atiende la emergencia nacional

    Según la cuenta que lleva la RNR, este lunes los refugios cumplen 69 días operando sin presupuesto debido a los cambios administrativos en el gobierno federal que determinaron que la Conavim debe operar el Programa de Apoyo para Refugios Especializados para Víctimas de Violencia de Género, sus Hijas e Hijos, antes a cargo del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol).

    Además, la RNR ha señalado que la Conavim ha requerido a los refugios -gubernamentales y de la sociedad civil- contar con “cuentas productivas” y una carta expedida por cada institución bancaria que las certifique para hacer las transferencias de recursos, lo que no ha sido sencillo de conseguir. De acuerdo con Figueroa, estos requisitos no se encuentran en los lineamientos del programa.

    “Los requisitos a modo y la lentitud con la que están actuando muestran que no están priorizando los derechos humanos. No se dan cuenta de lo que implica un solo día de retraso, están poniendo en una situación bastante delicada a los refugios y no se está atendiendo la emergencia nacional por violencias machistas”, sentenció Figueroa.

    Tan solo en los primeros cuatro meses de 2022, en México fueron asesinadas mil 167 mujeres, de las cuales 319 fueron consideradas por las autoridades como víctimas de feminicidio, mientras 848 casos se investigan como homicidios dolosos.

    Para la directora de la Red, lo que ocurre “es bastante lamentable, porque no solo no se atiende la emergencia nacional, sino que tampoco hay voluntad para reconocer las fallas, y si no se da ese reconocimiento tampoco se pueden implementar estrategias para agilizar los procesos y que esto ya no suceda”.

    En la incertidumbre

    El pasado 1 de junio, la Conavim informó que desde el 25 de mayo inició la formalización de convenios para la transferencia de recursos a refugios para mujeres víctimas de violencia.

    Sin aclarar cuando, la Conavim afirmó que los 420 millones 203 mil 440 pesos etiquetados para el programa serán entregados en su totalidad a los refugios, con lo que aseguró que se cubren los rubros de gasto integrados en cada proyecto presentado.

    De acuerdo con la dependencia, al 31 de mayo se formalizaron convenios de transferencia de recursos para refugios de Aguascalientes, Baja California, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Coahuila, Morelos, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa y Tlaxcala.

    La Conavim anunció que visitará refugios de todo el país para buscar áreas de oportunidad que permitan potencializar el uso del recurso público para ampliar y fortalecer estos espacios.

    “En los hechos, los refugios están en la incertidumbre, aún cuando según asesores de la Conavim los expedientes están completos. Nos dicen que ya los tiene el área legal de la Segob para que los valide y después pida a la Secretaría de Hacienda que libere los recursos. O sea, que va para largo”, concluyó Figueroa.

    Por Eréndira Aquino / @ere_aquino
  • Los mejores consejos para mujeres que viajan solas por primera vez

    Los mejores consejos para mujeres que viajan solas por primera vez

    “Hazlo, y si te da miedo, hazlo con miedo”. Cuando escuché por primera vez esta frase me hizo eco. Justamente así emprendí mi primer viaje sola: con temor, incertidumbre y poniendo en duda mi capacidad de resolver problemas estando en un país lejano. Además de mis inseguridades, tuve que sortear las de mis conocidos y enfrentarme a comentarios como: “No viajes sola, es riesgoso”. No los culpo; los estereotipos, la brecha de género y la vulnerabilidad a la que se enfrentan las mujeres en ciertos países nos lleva a reforzar este tipo de prejuicios, al punto de convertir nuestras creencias en limitaciones.

    Mariel Galán navegando por el mar de Guadalupe después de cumplir el sueño de conocer la isla Marie-Galante.
    Mariel Galán navegando por el mar de Guadalupe después de cumplir el sueño de conocer la isla Marie-Galante.

    Las mujeres han viajado solas desde épocas remotas y las adversidades siempre han estado presentes, aunque algunas han variado. A pesar de esto, hay algo que nos distingue: nunca nos hemos detenido. Las estadísticas lo comprueban. Según Statista, portal estadístico internacional, el 70% de los viajeros del mundo son mujeres, y de acuerdo con una investigación hecha por Booking.com el 62% de las latinoamericanas han realizado por lo menos un viaje internacional sin compañía.

    Mis primeras aventuras comenzaron por México. Años más tarde pisé lo que me restaba de América (de norte a sur), Europa, África, Asia y países del Caribe. De mis experiencias tengo un cúmulo de consejos que resumo en estas líneas.

     Elige tu destino

    ¿Cómo te imaginas tu primer viaje sola? ¿Caminando en un bosque, recorriendo una antigua ciudad, descubriendo una cultura nueva? Piénsalo y valora qué tan viable es emprenderlo con base a tu presupuesto, tiempo y experiencia. Si eres primeriza, comienza haciendo viajes de proximidad o visita países en los que te sientas cómoda con el idioma y la cultura.

     La agencia Ampersand Travel, especializada en expediciones de lujo por Asia y África, lanzó la guía mundial Wander Women Index 2020. A través de una lista reveló los mejores destinos para viajar sola basándose en cuestiones como las facilidades que esos países le ofrecen al turismo femenino o en la seguridad, derechos de las mujeres. Según este registro, los seis países más seguros, por orden de mención, son: Nueva Zelanda, Países Bajos, Francia, el Reino Unido, Suiza y Canadá.

    La información es poder

    Creo que el conocimiento me protege de lo peligroso que es estar desinformada. Me tomo un buen tiempo para planear y averiguar cuáles son los mejores sitios para hospedarme, cómo es la cultura, qué tan complejo es el medio de transporte, etcétera.

    El hospedaje es clave

    Para el alojamiento busco opciones céntricas y cercanas a estaciones de metro. Mi máxima es leer los comentarios de otras viajeras. Hay muchos buscadores, pero algunos de los que más uso son Booking.comHoteles.comExpedia y Airbnb (en caso de que el anfitrión viva en el mismo espacio, prefiero que sea mujer y que tenga buena calificación).

    Un ‘selfie’ frente al Coliseo de Roma.
    Un ‘selfie’ frente al Coliseo de Roma. M. G.
    Implementa estas medidas de seguridad

    Una de mis reglas de oro es ser tan prevenida como lo soy en mi propia ciudad. Estas son algunas de mis consideraciones básicas: nunca camino de noche estando sola, no me quedo dormida en ningún medio de transporte, siempre que conozco a alguien en mi viaje me mantengo en sitios públicos y no suelo decirles en dónde me hospedo. Además, guardo mi dinero en más de un sitio, mantengo informada a mi familia de mis actividades y elijo a uno de mis contactos para compartirle mi ubicación en tiempo real. Para complementar, cuelgo un silbato en el cierre de mi mochila y lo tengo a mano para hacerlo sonar en caso de emergencia. Si quiero salir de la noche, planeo cómo regresar a mi alojamiento, procuro no llevar bolsa y me mantengo pendiente de mis bebidas. Finalmente, confío en mi intuición, esa corazonada que me alerta e indica si es mejor retroceder, actuar o irme de un lugar.

    Haz uso de la tecnología

    Tener internet cuando viajas sola es imprescindible. Lo que me funciona mejor es comprar un chip de alguna compañía local del país o continente al que llego. A pesar de que mi número original es de México, sigo manteniendo mis contactos de WhatsApp, pero me aseguro de tener desbloqueado mi teléfono. Otra opción es comprar tarjetas internacionales o un hotspot con internet móvil. Las aplicaciones también son de gran ayuda, utilizo el Traductor de GoogleGoogle Find My Device y la VPN Surfshark (una red privada virtual con la que me conecto de forma segura a wifi público y que evita el robo de mis datos).

    Asegúrate

    Contratar un seguro de viajes es algo que hay que hacer por responsabilidad y prevención. Existen compañías que ofrecen asistencias al viajero, un servicio que es más completo que un seguro médico internacional.

    Contrata experiencias

    Buscar experiencias viajeras en el destino es para mí la mejor manera de hacer amigos. En muchos países he conocido gente, pero recuerdo con cariño a María, una española que se convirtió en una gran aliada luego de coincidir en una excursión de barranquismo en Ecuador o al grupo de amigos que hice en Colombia después de tomar una clase de vallenato.

    Viaja ligera

    Empacar liviano tiene muchas ventajas: te dará mayor movilidad, te ahorrará cansancio, tiempo, distracciones… Respondiendo a la pregunta: ¿mochila o maleta? Me siento más cómoda con una mochila porque me es más práctico caminar y subir al transporte público, pero esto es cuestión de gustos. La mía es de 50 litros, tiene suficientes compartimentos y tirantes acolchonados.

    Posando con mujeres Emberás de la comunidad indígena Tusipono, en Panamá.
    Posando con mujeres Emberás de la comunidad indígena Tusipono, en Panamá. M. G.

    Adéntrate en la vida local

    Convivir con un lugareño me hace sentir cobijada y cercana a la cultura del país que esté recorriendo. Los locales suelen darme los mejores consejos para visitar sitios pocos turísticos y vivir viajes más auténtico. Fue gracias a Héctor, un pescador con el que platiqué en Ixtapa Zihuatanejo, que descubrí la mejor marisquería de mi país.

    El temor de viajar sola se me quitó viajando, aunque suene redundante. Sin miedo o con él, somos una ola creciente de exploradoras, que al encontrarnos, creamos comunidad y nos reforzamos. Si me lees, te repetiré lo que digo en mis vídeos: “Viaja, no estás sola”.

    Mariel Galán es creadora del canal de YouTube Mariel de Viaje y del blog marieldeviaje.com. A través de sus vídeos y reportajes da consejos útiles de viajes e inspira a la gente a recorrer el mundo.

  • ONU retrata en un libro la lucha de mujeres convertidas en defensoras de derechos humanos

    ONU retrata en un libro la lucha de mujeres convertidas en defensoras de derechos humanos

    Psicólogas, economistas, teólogas, campesinas, abogadas, trabajadoras del hogar, entre otras, todas ellas mujeres convertidas en defensoras de derechos humanos a fuerza de la necesidad imperante en México, han compartido sus testimonios al equipo de la oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) para formar parte del libro “Las valientes aventuras de mujeres defensoras. Relatos para niños y niñas de todas las edades”.

    Presentado por la propia Alta Comisionada de la ONU, Michelle Bachelet, las 25 historias que comprenden este proyecto, serán puestas a disposición del público en general en un libro y en una plataforma de libre acceso, este 15 de junio.

    “Defender os derechos humanos significa no quedarse callados ante las injusticias, no dejar que te hagan bullying en la escuela o que se lo hagan a alguien más, significa que todas las niñas y todos los niños, que todos los jóvenes y todas las jóvenes puedan tener una buena educación, salud, casa, comida, diversión y armonía. Tú puedes defender los derechos humanos desde cualquier espacio: tu salón de clases, sea presencial o virtual, con tus amigos y amigas, en tu familia, en tu cuadra, en tu comunidad”, dice Bachellet en su invitación a leer las 25 historias.

    “La Alta Comisionada tiene su corazón en México, es solidaria con la causa de las mujeres defensoras, particularmente, de las madres que buscan a sus hijos e hijas desaparecidas, son temas que están en el corazón de ella y respondió pronto y positivamente”, explica en entrevista el representante adjunto de ONU-DH, Jesús Peña Palacios, supervisor editorial y coordinador del prólogo.

    Con la colaboración  de ilustradoras -Katia González, Cintia Bolio, Frida Kdavre, Eréndira Dervez, Adriana Flores Mercado y Rafaela López Bravo- el libro dedicado a niñas y niños, el equipo de la ONU-DH en México culmina dos años de trabajo intenso editorial y gráfico, basado en entrevistas de las defensoras seleccionadas, quienes a su vez revisaron a detalle las versiones finales que ahora se dan a conocer.

    Mujeres dedicadas a la búsqueda de personas desaparecidas, a la búsqueda de justicia en los casos de feminicidios, a defensa de los derechos sexuales y reproductivos, de la población LGBTI+, mujeres que luchan por los derechos de las trabajadoras del hogar, por los derechos de los mineros sepultados en la mina de Pasta de Conchos en Coahuila o por los derechos a las personas a recuperar su identidad tras estar en fosas comunes o clandestinas, son algunas de las historias que conforman “Las valientes aventuras de mujeres defensoras”.

    En lo que va de 2022, la ONU-DH ha documentado cinco casos de defensores de derechos humanos asesinados, por lo que las historias pretenden respaldar el trabajo que realizan los defensores y contribuir a erradicar la estigmatización que en ocasiones se traduce en ataques, dice el representante adjunto.

    Al recordar que las mujeres “son un poco más de la población mundial”, Peña Palacios advierte que a pesar de ello “hay una invisibilización de su trabajo como defensoras, de su importante aporte, por lo que el reto es mostrar, dar a conocer la gran diversidad que hay y ayudar a la legitimidad de las mujeres defensoras, además de que tenemos la responsabilidad de trabajar para combatir esos esquemas que llevan a una presencia mayoritaria, en términos generales de los hombres, en la vida pública, social, política, económica”, apunta el funcionario de la ONU-DH.

    Con un lenguaje sencillo, “para que cualquier persona pueda comprender”,  el equipo encargado del trabajo editorial presenta historias de defensoras como Irinea Buendía, madre de Mariana Lima Buendía, víctima de feminicidio, de Mercedes Doretti, integrante del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), de Marcelina Bautista, defensora de las trabajadoras del hogar, Cristina Bautista, mamá de uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos, o de Cristina Auerbach, representante de familias de mineros sepultados en Pasta de Conchos.

    El libro cuenta con un glosario para que, sobre todo, el público infantil pueda comprender algunos términos poco comunes en la vida cotidiana, para adentrarse en la “lucha y vida” de las 25 mujeres defensoras, que han dedicado su vida a defender derechos convencidas en que han hecho lo que les correspondía, en un país de injusticias.

    “Es un libro que se queda corto pensando en todas las mujeres defensoras que hay en México, es una primera muestra de la historia pensada a partir de mujeres a las que admiramos, respetamos profundamente y de las cuales hemos aprendido brutalmente”, resalta el funcionario de la ONU-DH al resaltar que se pretende publicar otras ediciones “en las que haya nuevas historias, más historias diferentes, de trabajos diferentes, de luchas diferentes”.

    Al señalar que otras oficinas de la ONU en México con mayor contacto con niñas y niños podrán compartir el libro, Peña Palacios puntualiza que “Las valientes aventuras de mujeres defensoras”, pretende ser una contribución en la formación de la población infantil.

    “Las historias permiten que las niñas y los niños puedan entender y apropiarse de sus propios derechos, de entender qué significa no sólo la labor de defender los derechos humanos, sino que puedan decir ‘esto es por algo por lo que hay que luchar’.

    “Abona también a este mensaje de protección de las personas defensoras, de prevención frente a las agresiones, de combatir los prejuicios hacia las personas defensoras de DH, y un mensaje de que no están solas las mujeres defensoras y que queremos dar a conocer a la sociedad mexicana la legitima labor que realizan con el objetivo de disminuir las agresiones que puedan darse, que se dan en México y en otros países”, resalta Jesús Peña Palacios.

  • La violencia contra las mujeres en América Latina: el reto de modernizar la región para salvar vidas

    La violencia contra las mujeres en América Latina: el reto de modernizar la región para salvar vidas

    La discriminación y la violencia contra las mujeres en América Latina siguen estando a la orden del día. La región es una de las más violentas para las mujeres, lo que ha llevado a activistas y defensoras de los Derechos Humanos a exigir medidas contundentes por parte de los gobiernos para educar y exigir una vida plena y libre de violencia.

    Con países que registran un promedio de once feminicidos al día, la situación es calificada como «inaceptable» por agencias y organizaciones de la sociedad civil, que estiman necesario que los Estados y la Justicia aboguen por modernizarse y actualizar su legislación para garantizar la protección de las mujeres.

    La directora de ONU Mujeres para América Latina, María-Noel Vaeza, ha recalcado en una entrevista concedida a Europa Press que la cultura de la violencia «no se acaba solo con la denuncia» y ha incidido en que la lucha a favor de los derechos de las mujeres «pasa por tratar de cambiar el comportamiento que reproduce la violencia machista».

    Para ella, es necesario también transformar las actitudes y conductas de aquellos que ejercen la violencia» en aras de una «transformación cultural a través de un esfuerzo educativo». «No podemos seguir viviendo en sociedades que reproducen la violencia contra las mujeres», ha manifestado al tiempo que ha aplaudido los avances legislativos que tipifican el feminicidio como delito.

    A la hora de luchar contra la violencia machista desde las instituciones es importante lograr un «esfuerzo conjunto de los gobiernos y la sociedad civil», un trabajo que, según Vaeza, «da frutos». «Así lo demuestran algunas leyes que se han aprobado en Europa y en América Latina a favor de la igualdad de género y en contra de la violencia hacia las mujeres. Y eso ha sido posible, precisamente, gracias a las demandas de la sociedad civil y al trabajo de las instituciones que articulan y dan forma a esas aspiraciones», ha aseverado.

    En América Latina cada país se enfrenta a su propio reto en materia de defensa de los derechos de las mujeres. «Está claro que hay que seguir trabajando con toda la sociedad para que los avances cosechados se consoliden y no haya retrocesos», ha puntualizado la uruguaya, que también ha trabajado como directora de Programas de ONU Mujeres.

    En este sentido, Vaeza ha recalcado la importancia de una sociedad civil «vigilante y activa» y ha aprovechado la ocasión para llamar la atención a los gobiernos, especialmente a causa de la pandemia de coronavirus. «Esta pandemia ha supuesto un retroceso de entre 15 y 18 años en relación con los derechos de las mujeres», ha lamentado antes de referirse al aspecto laboral.

    «Esto solo ha agravado la pandemia de violencia que ya existía previamente contra las mujeres», ha manifestado al tiempo que ha reivindicado la paridad a pesar de que América Latina sea la región con mayor número de mujeres parlamentarias. «Todavía estamos lejos de ocupar la mitad de las sillas en los congresos, en las directivas de las empresas y ni siquiera llegamos a ocupar la mitad de las secciones de opinión en los diarios», ha insistido.

    ACOSO LABORAL

    Vaeza ha subrayado, además, que para hacer frente a la violencia contra las mujeres es necesario «denunciar, educar, exigir que se aprueben leyes efectivas» y también «velando por el derecho de las mujeres a trabajar y a formarse».

    Ante el alto nivel de acoso laboral, ha hecho hincapié en que los agentes estatales deben jugar un papel importante y «garantizar la plena aplicación, el control y el cumplimiento de las leyes contra el acoso».

    «Los gobiernos tienen un papel en la promoción del cambio social y la legislación debe complementarse con políticas globales y medidas prácticas que aborden las causas fundamentales de la violencia y el acoso mediante el cambio de las normas sociales, incluso dentro de las instituciones y en el mundo del trabajo», ha especificado.

    Llegados a este punto, ha señalado, los actores del mundo laboral, como empresas y sindicatos, «deben contribuir a que las leyes sean pertinentes y facilitar su aplicación en los lugares de trabajo».

    Ya en 2021 la Organización Internacional del Trabajo y ONU Mujeres pidieron a los países de América Latina y el Caribe ratificar el ‘Convenio 190 sobre la Violencia y el Acoso’ tras su entrada en vigor.

    Sin embargo, después de un año son pocos los países que lo han ratificado: Argentina, Ecuador, Perú y Uruguay. Chile, por su parte, se ha comprometido a convertirlo en ley próximamente. Si bien son pocos países, tal y como ha denunciado Vaeza, «América Latina sigue siendo la región en la que más países han ratificado el convenio», que reconoce el derecho de todas las personas a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso.

    «El convenio, por su propia naturaleza, requiere ser implementado por el Estado, el sector privado y los sindicatos. Lograr el consenso entre esos tres actores es un proceso que toma tiempo», ha afirmado al enumerar algunas de las problemáticas con las que se ha topado la ratificación del documento.

    El ‘Convenio 190’ compromete a los Estados a desarrollar y aplicar de forma efectiva leyes que garanticen el propósito del mismo: acabar con la violencia y la discriminación en todos los lugares de trabajo.

    CONFLICTOS ARMADOS

    Sobre la situación de las mujeres a nivel global y en un contexto de guerra, ha aclarado que antes del conflicto ucraniano «tuvimos Afganistán», además de muchas zonas en Latino América donde la violencia impacta en mujeres y niñas.

    «En muchos casos las mujeres se quedan solas a cargo de la familia, expuestas a la amenaza del hambre, la explotación y el tráfico de personas», ha sostenido antes de alertar de que la «violación se vuelve a utilizar como un arma de guerra».

    Así, cuando las mujeres tienen que desplazarse, «muchas veces en condición de refugiadas o migrantes, pueden ser víctimas de la violencia sexual, discriminación y prejuicios», ha puntualizado.

    No obstante, ha advertido que con la guerra de Ucrania «todos los recursos, esfuerzos y atención mediática se centran en la guerra», lo que lleva a «olvidamos de las mujeres». «Los impactos de esta guerra a nivel internacional, en cuanto a las múltiples crisis que se viven (…) son muy preocupantes para todo el planeta y especialmente para los países en vías de desarrollo», ha dicho.

    DESIGUALDAD Y CUIDADOS

    En algunos países de América Latina los cuidados, realizados en su mayoría por mujeres, suponen una de las principales causas de desigualdad y constituyen hasta el 15 por ciento del PIB de algunos Estados.

    «El trabajo de cuidados hecho por las mujeres, invisibilizado y no valorado es, en muchos casos, la principal actividad económica de un país», ha apuntado Vaeza, que ha recordado que las mujeres «son cuidadoras de sus hijos, de las personas mayores y de los enfermos». «Estamos toda la vida cuidando», ha añadido.

    Por ello, desde ONU Mujeres han instado a adoptar políticas de cuidados para el desarrollo de sistemas integrales; «por el desarrollo de una industria de los cuidados y porque a través de la redistribución del cuidado las mujeres pueden incorporarse al mercado laboral».

    «Esto viene acompañado de una esfuerzo por promover la corresponsabilidad, que es un concepto que va más allá del ámbito privado. No se trata solamente de aliviar la carga de cuidados de las mujeres en el seno de las familias sino de que las sociedades se den cuenta de que los cuidados son una responsabilidad social y actúen en consecuencia», ha explicado.

    Todavía con numerosas deudas pendientes con las mujeres, América Latina tiene ante sí el reto de modernizar la región para transformar la sociedad y, en última instancia, acabar con la violencia.

  • En #Cuba, las mujeres DJ siguen siendo pocas, pero han encontrado un público

    En #Cuba, las mujeres DJ siguen siendo pocas, pero han encontrado un público

    En la azotea de un restaurante en el corazón de la Habana vieja, el dúo Pauza mezcla sonidos tradicionales cubanos con música electrónica. En Cuba, las mujeres DJ siguen siendo pocas, pero han encontrado su público.

    En un ambiente chic que contrasta con la pobreza del barrio, los clientes, principalmente cubanos provenientes de una nueva clase media con mayor poder adquisitivo, se menean delante de las dos jóvenes de 29 años, reconocibles por su larga melena negra e idénticos trajes y sombreros.

    De repente, un trompetista y un percusionista entran en escena y sus acordes se mezclan con los ritmos de fondo que salen de la mezcladora digital.

    “Nosotros somos Cuba, nosotros tenemos que sonar a Cuba”, explica Paula Fernández, fundadora de Pauza junto con Zahira Sánchez. “Tienes un país donde lo que más existe son músicos, o sea, tenemos un talento increíble desde el punto de vista musical”, acota.

    Ambas descubrieron el oficio de DJ hace 10 años, en un “curso que hicieron solo para muchachas, para chicas”, recuerda Sánchez.

    EN CUBA APRENDIERON EL ABC DE LA PROFESIÓN

    Durante cuatro meses aprendieron el ABC de la profesión. “Al principio, era absolutamente un hobby, pero nos empezó a gustar un montón”, comenta Fernández. Ella destaca cómo no tardaron en tomar la decisión de “ser el primer dúo y único de mujeres DJ en Cuba”.

    Un decenio después, las cubanas DJ siguen siendo pocas. “No sentimos nunca ninguna presión machista”, asegura Fernández. “Obviamente no es lo que abunda en Cuba ni en el mundo. Es decir, es una escena realmente más de hombres, pero creo que también el ser pocas nos hace especiales”, anota.

    Y han tenido éxito. Estas jóvenes, que al comienzo eran conocidas como “las chicas de los sombreros”, ahora animan muchas fiestas cubanas. Incluso, han sido invitadas a actuar en Turquía y México.

    A sus 23 años, Sally Beltrán dice haber encontrado más obstáculos en su camino. En una isla donde todavía impera el sexismo y domina la salsa como género musical.

    “Hay mucho machismo y hay muy pocas DJ en Cuba, entonces siempre exigen más a (…) la mujer DJ”. Y “tenemos que esforzarnos más y hacer mucho más que un hombre”, precisa.

    VESTIMENTA ASIÁTICA Y ANTIFACES MULTICOLORES

    Beltrán, que en sus presentaciones suele llevar vestimenta asiática y antifaces multicolores, ha conseguido vivir de su profesión. “Al inicio de mi carrera muchas personas no creían en mí (…), y al final les demostré que sí, que podía lograrlo y aquí estoy ahora”, dice orgullosa.

    Mientras trabaja en un bar sobre el Malecón, la famosa costanera de La Habana, Beltrán disfruta que “al público le gusta bastante (ver a una mujer DJ)”. Porque “es algo inusual y es bastante atractivo”.

    Tocando la guitarra eléctrica, se formó en la profesión a los 16 años, pero admite que no fue fácil. “Lo más difícil en el inicio de mi carrera fue aprender”. Pues “al no tener máquinas (mesa de mezcla) en mi casa, fue bastante complicado”. Es como un instrumento musical que requiere práctica.

    En una isla golpeada por la escasez de productos de primera necesidad, convertirse en DJ profesional es un sueño. Muchos tienen que alquilar o pedir prestados sus equipos para poder trabajar.

    “AQUÍ SER DJ NO ESE FÁCIL, NO ES NADA FÁCIL”

    “Aquí ser DJ no ese fácil, no es nada fácil porque no hay material” ni tiendas donde comprarlos, explica Alexander Leal, un experimentado DJ de 46 años, conocido como Xander. Black, que dirige un curso para mujeres en una azotea de La Habana, el primero en una década.

    Harto de ver al oficio “gobernado por hombres”, Leal tuvo la idea de organizar este taller con 10 alumnas durante dos meses. “En el mundo, serán 70 por ciento de hombres y 30 por ciento de mujeres, y en Cuba, 90 por ciento de hombres” y “muy pocas (mujeres)”.

    Entre ellas está Alexandra García, una estudiante de 20 años. “Encuentro en la música un método de expresarme. Quise acercarme más a aprender todo que tiene que ver con el mundo del DJ”, explica la joven que espera “romper la monotonía” y contribuir a feminizar la profesión.

    Katell Abiven/AFP

  • Menos de una tercera parte de las académicas de cine en América Latina son mujeres

    Menos de una tercera parte de las académicas de cine en América Latina son mujeres

    Realizan en FICG-37 el IV Encuentro FIACINE Mujeres «SOMOS DIVERSAS”

    Menos de una tercera parte de quienes pertenecen a las academias de cine en 13 países son mujeres, afirmó María Fernanda Céspedes, durante la presentación de un estudio en el que se identificó la participación de las mujeres en las 13 academias cinematográficas que conforman la Federación Iberoamericana de Academias de Artes y Ciencias Cinematográficas (FIACINE).

    Durante el IV Encuentro FIACINE Mujeres «SOMOS DIVERSAS – Mujeres Diversas en el Audiovisual Iberoamericanos», Céspedes, directora de esa organización detalló que de los más de 7 mil 600 asociados, 30.4 por ciento son mujeres lo que significa que por cada 10 miembros, solo tres son mujeres.

    La federación cuenta con más de mil 600 asociados que se dedican a las labores de dirección, de los cuales 19 por ciento son mujeres, mientras que en el área de producción, de 851 asociados, 24 por ciento son mujeres.

    Del universo de guionistas 23 por ciento son mujeres y en el área de actuación o interpretación se cuenta con la cifra más alta de 45 por ciento de mujeres, es decir, casi la mitad de los mil 900 asociados. En dirección de fotografía, las mujeres representan 6.9 por ciento del total, en tanto que dirección de arte son 36.9 por ciento.

    Jaime Tenorio, secretario ejecutivo de la Conferencia de Autoridades Cinematográficas que aglutina a todos los países de América Latina, además de Portugal y España, afirmó que han impulsado políticas de inclusión de las mujeres en el ámbito del cine, pero también de grupos minoritarios como la comunidad LGBTQ+, las comunidades indígenas y las personas con discapacidad, debido a que las historias han sido por muchas décadas narradas por hombres blancos, occidentales y heterosexuales.

    Leticia Huijara, presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, afirmó que aunque las mujeres son el grupo más grande de población en el mundo, son tratadas como minoría en todos los ámbitos incluído el cine y es el paradigma contra el que muchas organizaciones y academias están tratando de erradicar.

    Señaló que esta organización ha trabajado para incluir a las comunidades indígenas que, a diferencia de otros países, no son una minoría, sino un grupo con fuerza propia.

    Texto: Mariana González-Márquez
    Fotografía: Gustavo Alfonzo

  • La violencia contra las mujeres en América Latina: el reto de modernizar la región para salvar vidas

    La violencia contra las mujeres en América Latina: el reto de modernizar la región para salvar vidas

    La discriminación y la violencia contra las mujeres en América Latina siguen estando a la orden del día. La región es una de las más violentas para las mujeres, lo que ha llevado a activistas y defensoras de los Derechos Humanos a exigir medidas contundentes por parte de los gobiernos para educar y exigir una vida plena y libre de violencia.

    Con países que registran un promedio de once femicidios al día, la situación es calificada como “inaceptable” por agencias y organizaciones de la sociedad civil, que estiman necesario que los Estados y la Justicia aboguen por modernizarse y actualizar su legislación para garantizar la protección de las mujeres.

    La directora de ONU Mujeres para América Latina, María-Noel Vaeza, ha recalcado en una entrevista concedida a Europa Press que la cultura de la violencia “no se acaba solo con la denuncia” y ha incidido en que la lucha a favor de los derechos de las mujeres “pasa por tratar de cambiar el comportamiento que reproduce la violencia machista”.

    Para ella, es necesario también transformar las actitudes y conductas de aquellos que ejercen la violencia” en aras de una “transformación cultural a través de un esfuerzo educativo”. “No podemos seguir viviendo en sociedades que reproducen la violencia contra las mujeres”, ha manifestado al tiempo que ha aplaudido los avances legislativos que tipifican el feminicidio como delito.

    A la hora de luchar contra la violencia machista desde las instituciones es importante lograr un “esfuerzo conjunto de los gobiernos y la sociedad civil”, un trabajo que, según Vaeza, “da frutos”. “Así lo demuestran algunas leyes que se han aprobado en Europa y en América Latina a favor de la igualdad de género y en contra de la violencia hacia las mujeres. Y eso ha sido posible, precisamente, gracias a las demandas de la sociedad civil y al trabajo de las instituciones que articulan y dan forma a esas aspiraciones”, ha aseverado.

    En América Latina cada país se enfrenta a su propio reto en materia de defensa de los derechos de las mujeres. “Está claro que hay que seguir trabajando con toda la sociedad para que los avances cosechados se consoliden y no haya retrocesos”, ha puntualizado la uruguaya, que también ha trabajado como directora de Programas de ONU Mujeres.

    “Esta pandemia ha supuesto un retroceso de entre 15 y 18 años en relación con los derechos de las mujeres”. EFE/Elvis González
“Esta pandemia ha supuesto un retroceso de entre 15 y 18 años en relación con los derechos de las mujeres”. EFE/Elvis González

    En este sentido, Vaeza ha recalcado la importancia de una sociedad civil “vigilante y activa” y ha aprovechado la ocasión para llamar la atención a los gobiernos, especialmente a causa de la pandemia de coronavirus. “Esta pandemia ha supuesto un retroceso de entre 15 y 18 años en relación con los derechos de las mujeres”, ha lamentado antes de referirse al aspecto laboral.

    “Esto solo ha agravado la pandemia de violencia que ya existía previamente contra las mujeres”, ha manifestado al tiempo que ha reivindicado la paridad a pesar de que América Latina sea la región con mayor número de mujeres parlamentarias. “Todavía estamos lejos de ocupar la mitad de las sillas en los congresos, en las directivas de las empresas y ni siquiera llegamos a ocupar la mitad de las secciones de opinión en los diarios”, ha insistido.

    ACOSO LABORAL

    Vaeza ha subrayado, además, que para hacer frente a la violencia contra las mujeres es necesario “denunciar, educar, exigir que se aprueben leyes efectivas” y también “velando por el derecho de las mujeres a trabajar y a formarse”.

    Ante el alto nivel de acoso laboral, ha hecho hincapié en que los agentes estatales deben jugar un papel importante y “garantizar la plena aplicación, el control y el cumplimiento de las leyes contra el acoso”.

    “Los gobiernos tienen un papel en la promoción del cambio social y la legislación debe complementarse con políticas globales y medidas prácticas que aborden las causas fundamentales de la violencia y el acoso mediante el cambio de las normas sociales, incluso dentro de las instituciones y en el mundo del trabajo”, ha especificado.

    Llegados a este punto, ha señalado, los actores del mundo laboral, como empresas y sindicatos, “deben contribuir a que las leyes sean pertinentes y facilitar su aplicación en los lugares de trabajo”.

    El ‘Convenio 190′ compromete a los Estados a desarrollar y aplicar de forma efectiva leyes que garanticen el propósito del mismo: acabar con la violencia y la discriminación en todos los lugares de trabajo. (Foto: Pixabay)El ‘Convenio 190′ compromete a los Estados a desarrollar y aplicar de forma efectiva leyes que garanticen el propósito del mismo: acabar con la violencia y la discriminación en todos los lugares de trabajo. (Foto: Pixabay)

    Ya en 2021 la Organización Internacional del Trabajo y ONU Mujeres pidieron a los países de América Latina y el Caribe ratificar el ‘Convenio 190 sobre la Violencia y el Acoso’ tras su entrada en vigor.

    Sin embargo, después de un año son pocos los países que lo han ratificado: Argentina, Ecuador, Perú y Uruguay. Chile, por su parte, se ha comprometido a convertirlo en ley próximamente. Si bien son pocos países, tal y como ha denunciado Vaeza, “América Latina sigue siendo la región en la que más países han ratificado el convenio”, que reconoce el derecho de todas las personas a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso.

    “El convenio, por su propia naturaleza, requiere ser implementado por el Estado, el sector privado y los sindicatos. Lograr el consenso entre esos tres actores es un proceso que toma tiempo”, ha afirmado al enumerar algunas de las problemáticas con las que se ha topado la ratificación del documento.

    El ‘Convenio 190′ compromete a los Estados a desarrollar y aplicar de forma efectiva leyes que garanticen el propósito del mismo: acabar con la violencia y la discriminación en todos los lugares de trabajo.

    CONFLICTOS ARMADOS

    Sobre la situación de las mujeres a nivel global y en un contexto de guerra, ha aclarado que antes del conflicto ucraniano “tuvimos Afganistán”, además de muchas zonas en Latino América donde la violencia impacta en mujeres y niñas.

    “En muchos casos las mujeres se quedan solas a cargo de la familia, expuestas a la amenaza del hambre, la explotación y el tráfico de personas”, ha sostenido antes de alertar de que la “violación se vuelve a utilizar como un arma de guerra”.

    En algunos países de América Latina los cuidados, realizados en su mayoría por mujeres, suponen una de las principales causas de desigualdad y constituyen hasta el 15 por ciento del PIB de algunos Estados. (AP Foto/Ariana Cubillos)En algunos países de América Latina los cuidados, realizados en su mayoría por mujeres, suponen una de las principales causas de desigualdad y constituyen hasta el 15 por ciento del PIB de algunos Estados. (AP Foto/Ariana Cubillos)

    Así, cuando las mujeres tienen que desplazarse, “muchas veces en condición de refugiadas o migrantes, pueden ser víctimas de la violencia sexual, discriminación y prejuicios”, ha puntualizado.

    No obstante, ha advertido que con la guerra de Ucrania “todos los recursos, esfuerzos y atención mediática se centran en la guerra”, lo que lleva a “olvidamos de las mujeres”. “Los impactos de esta guerra a nivel internacional, en cuanto a las múltiples crisis que se viven (…) son muy preocupantes para todo el planeta y especialmente para los países en vías de desarrollo”, ha dicho.

    DESIGUALDAD Y CUIDADOS

    En algunos países de América Latina los cuidados, realizados en su mayoría por mujeres, suponen una de las principales causas de desigualdad y constituyen hasta el 15 por ciento del PIB de algunos Estados.

    “El trabajo de cuidados hecho por las mujeres, invisibilizado y no valorado es, en muchos casos, la principal actividad económica de un país”, ha apuntado Vaeza, que ha recordado que las mujeres “son cuidadoras de sus hijos, de las personas mayores y de los enfermos”. “Estamos toda la vida cuidando”, ha añadido.

    Por ello, desde ONU Mujeres han instado a adoptar políticas de cuidados para el desarrollo de sistemas integrales; “por el desarrollo de una industria de los cuidados y porque a través de la redistribución del cuidado las mujeres pueden incorporarse al mercado laboral”.

    “Esto viene acompañado de una esfuerzo por promover la corresponsabilidad, que es un concepto que va más allá del ámbito privado. No se trata solamente de aliviar la carga de cuidados de las mujeres en el seno de las familias sino de que las sociedades se den cuenta de que los cuidados son una responsabilidad social y actúen en consecuencia”, ha explicado.

    Todavía con numerosas deudas pendientes con las mujeres, América Latina tiene ante sí el reto de modernizar la región para transformar la sociedad y, en última instancia, acabar con la violencia. EFE/Roberto Escobar
Todavía con numerosas deudas pendientes con las mujeres, América Latina tiene ante sí el reto de modernizar la región para transformar la sociedad y, en última instancia, acabar con la violencia. EFE/Roberto Escobar

    Todavía con numerosas deudas pendientes con las mujeres, América Latina tiene ante sí el reto de modernizar la región para transformar la sociedad y, en última instancia, acabar con la violencia.

    (con información de EP)

  • La cara femenina del movimiento antiguerra: ¿Por qué protestan las mujeres?

    La cara femenina del movimiento antiguerra: ¿Por qué protestan las mujeres?

    Desde el comienzo de la guerra abierta en Ucrania y la instauración consiguiente de la ley marcial en  Rusia, mucha gente rusa se ha manifestado en contra de la guerra. Pese a que esta protesta es débil y está fragmentada y se expone a la represión por parte del gobierno, sigue viva en muchas ciudades, grandes y pequeñas. No solo incluye manifestaciones y piquetes en las calles, sino también formas de resistencia menos visibles, como sabotajes en los lugares de trabajo o diferentes mecanismos de difusión de información sobre la guerra, eludiendo la férrea censura.

    Después de casi un mes de protestas, ya está claro que las mujeres desempeñan un papel muy activo en el movimiento contra la guerra. Uno de los primeros grupos antiguerra rusos, que apareció ya en el segundo día de la guerra, lo organizaron feministas: la Resistencia Feministra Antiguerra (FAS), de la que me honro formar parte. Hoy, el canal de coordinación en Telegram de la FAS reúne a más de 29.000 activistas de toda Rusia y del extranjero. La iniciativa de la FAS en el Día Internacional de la Mujer, organizada en recuerdo de las personas ucranianas muertas en la guerra, comportó acciones en 112 ciudades, pueblos y aldeas de Rusia y otros países.

    No solo protestan activistas feministas. Mujeres de todas las orientaciones políticas participan en manifestaciones y piquetes. Representantes femeninas en las entidades municipales son conocidas oponentes a la guerra. El 16 de marzo, Helga Pirogova, política de la oposición liberal y concejal del ayuntamiento de Novosibirsk, acudió al trabajo vestida con la tradicional camisa vyshyvanka bordada con los colores de la bandera ucraniana. Este pequeño gesto causó un enorme escándalo en el consistorio, y otros concejales comenzaron a atacar verbalmente a Pirogova y propusieron retirarle el mandato.

    Nina Belyayeva, miembro del Consejo del distrito de Semiluksky, en la región de Voronesh, condenó la guerra en una reunión del Consejo del 22 de marzo. Calificó públicamente las acciones de las autoridades rusas de crimen de guerra. Belyayeva fue expulsada inmediatamente del Partido Comunista de la Federación Rusa y ahora la fiscalía local sopesa la posibilidad de presentar una querella contra ella. Hay muchos más ejemplos como estos y todos los días se conocen nuevos.

    ¿Por qué el movimiento antiguerra en Rusia tiene rostro femenino? Para responder a esta pregunta es preciso analizar la evolución del feminismo ruso a lo largo de los últimos diez años. En este periodo, el feminismo en Rusia ha conocido un renacimiento. De un movimiento local y relativamente marginal, concentrado en pequeños círculos, el feminismo ha pasado a ser una cuestión ampliamente debatida o incluso una especie de moda. Ha dado pie al crecimiento extensivo del número de grupos feministas y creado un nuevo tipo de acción política femenina en  Rusia.

    El feminismo en la era postsoviética

    El feminismo y el pensamiento feminista en Rusia tiene una larga historia, con sus lógicos altibajos. Comenzó a mediados del siglo XIX en el contexto de las reformas liberales del zar Alejandro II. El momento crucial que predeterminó toda su evolución posterior fue el año 1930, cuando el mismísimo Stalin proclamó que la cuestión de la mujer estaba resuelta gracias a las autoridades soviéticas y que no había ninguna necesidad de que siguieran existiendo organizaciones independientes de mujeres.

    Se suprimieron todos los grupos feministas de base de la Unión Soviética. Solo a finales de la década de 1970 y en la de 1980 volvieron a brotar, aunque únicamente en los círculos disidentes e intelectuales. Se trataba de pequeños grupos con una influencia muy limitada, pero a pesar de todo fueron perseguidos con saña por las autoridades y los servicios especiales. Por ejemplo, casi todas las creadoras más destacadas del almanaque autoeditado feminista Mujeres y Rusia (1979) tuvieron que salir de la URSS por presiones de la KGB.

    Después de 1991 comenzó un nuevo capítulo de la historia del movimiento feminista ruso. Al principio hubo dos acontecimientos significativos: los Foros Independientes de Mujeres de 1991 y 1992, que tuvieron lugar en la ciudad de Dubna. Rusia estaba experimentando profundas transformaciones, tanto económicas como políticas. Democracia sin mujeres no es democracia, fue el lema de los Foros. Sus participantes esperaban que las mujeres fueran protagonistas de la democratización de la Rusia postsoviética.

    Por desgracia, esto solo ocurrió parcialmente. La transición a una economía de mercado creó nuevos problemas de género en las sociedades poscomunistas. Incrementó la desigualdad laboral,  justificó la comercialización de los cuerpos femeninos e impulsó el declive de los servicios sociales, que afectaban principalmente a las mujeres y otros grupos vulnerables.

    A pesar de todos estos problemas, la agenda feminista siguió siendo relativamente marginal, escribió Anastasia Posadskaya, una de las primeras académicas que estudiaron la cuestión de género en la era postsoviética. Según Posadskaya, en la década de 1990 las elites y el público en general atribuían la emancipación de las mujeres a la ideología soviética, que había explotado esta cuestión a escala interna e internacional. Preconizaban nuevos valores políticos nacionalistas con una visión bastante tradicionalista de los papeles de género. Por eso el feminismo no se extendió; tan solo los pequeños círculos se tomaban en serio la agenda feminista. Las nuevas feministas y los nuevos estudios de género tenían una influencia limitada.

    La situación cambió drásticamente en la década de 2010, y tal vez esta inflexión obedeciera a múltiples razones. Una de ellas radica en los rasgos específicos del giro conservador que adoptó la política interior y exterior rusa. A comienzos de aquella década, las autoridades y los medios gubernamentales comenzaron a promover activamente la idea de los valores tradicionales. Ensalzaron el ideal de una familia tradicional rusa: heterosexual, multigeneracional, con tres o más hijas e hijos. La familia tradicional pasó a ser el reflejo de la idea de un Estado soberano ruso, y en la propaganda se presentó a ambos por oposición a todo lo occidental. Portavoces y medio estatales situaron la política de la OTAN y de Naciones Unidas en la misma línea que los movimientos LGBTQ+, el matrimonio gay y los derechos humanos. Toda influencia externa pasó a calificarse de peligro para la independencia de Rusia y su estilo de vida, incluidas las familias.

    Rusia dejó de colaborar con organizaciones internacionales en cuestiones de género. Por ejemplo, se negó a ratificar el Convenio de Estambul de 2011 (Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica). En 2013, las autoridades rusas adoptaron una ley que prohíbe la “promoción de relaciones familiares no tradicionales” entre menores. Por “relaciones familiares no tradicionales” se entienden sobre todo las familias LGBTQ+, aunque el término es vago y está abierto a otras posibles interpretaciones.

    Сontrariamente a las expectativas de las autoridades, la propaganda obsesiva en torno a los valores tradicionales no despertó tantas simpatías y mucha gente vio en ella el deseo de interferir en sus asuntos personales, como sucedía en tiempos de la Unión Soviética. Otros factores también estimularon el interés por el programa feminista, como por ejemplo la famosa acción de Pussy Riot en el interior de la catedral de Cristo Salvador en 2012 o el auge en redes sociales y la divulgación por internet de campañas feministas como #metoo.

    El comienzo de la década de 2010 también fue testigo de masivas protestas de oposición y movilizaciones políticas en toda Rusia. Los grupos de oposición de entonces eran igual de machistas y jerárquicos que los defensores del régimen. Sin embargo, el aumento del interés público por la política afectó a las mujeres. Muchas de ellas se implicaron en la política y al mismo tiempo comenzaron a reflexionar sobre las jerarquías en los círculos políticos.

    A resultas de ello, en la última década ha crecido el movimiento feminista ruso, a pesar de las represiones que siguieron a las protestas de 2011-2013 y de todos los factores concomitantes. El programa feminista se ha difundido más allá de los grupos locales y ha llegado a los medios, incluidas las revistas de moda y publicaciones políticas que nunca habían escrito nada sobre estos temas. Los actos sobre feminismo y los estudios de género se convirtieron en una parte ineludible de la vida cultural e intelectual en muchas ciudades grandes y pequeñas.

    Es interesante el hecho de que durante un tiempo las autoridades no consideraron que los derechos de las mujeres fueran tan peligrosos como otras cuestiones políticas. Es más, las políticas feministas permanecieron invisibles, en la medida en que los servicios secretos y de seguridad se interesaban más por las actividades de destacados políticos masculinos como Alexéy Navalny. En contraste con otros grupos de oposición, el feminismo en Rusia se desarrolló como movimiento horizontal sin jerarquías estrictas ni líderes individuales. Parece que durante un tiempo las autoridades no lo consideraban suficientemente revolucionario.

    Tampoco lo consideraban tan peligrosos para los valores tradicionales como, por ejemplo, los derechos de las personas homosexuales. Así, era posible celebrar actos feministas incluso en entidades públicas como bibliotecas, museos y galerías de arte. Yo personalmente fui una de las organizadoras de un festival feminista en una de las bibliotecas públicas más grandes de Moscú en 2017. En ese festival participaron activistas, académicas y blogueras feministas, y no recibimos ninguna presión por parte de la administración de la biblioteca ni de las autoridades municipales.

    Dos efectos de la divulgación del feminismo en la década de 2010

    La divulgación de la agenda feminista en Rusia tuvo dos efectos principales. El primero fue la proliferación de organizaciones feministas de base. De acuerdo con mi propio seguimiento, que llevo a cabo desde 2019, el número de grupos feministas de base ha crecido en los últimos años. Al comenzar la guerra funcionaban más de 45 de estos grupos en todo el país. Digo más de 45 porque sé que hay varios de estos grupos en el Cáucaso norte. Operan clandestinamente, pues sus miembras arriesgan la vida si revelan su identidad, y yo no dispongo de protocolos seguros para tratar de pedirles detalles. Muchos grupos feministas operan en Moscú y San Petersburgo, pero no solo se concentran en estas ciudades. También existen grupos activos en Novosibirsk y Kaliningrado, Krasnodar y Jabarovsk, Murmansk y Ulan-Ude, y muchos otros lugares.

    El segundo efecto es más complejo y requiere una investigación más amplia. Supongo que la divulgación de la agenda feminista generó una nueva comprensión de la actividad política de las mujeres en la Rusia moderna. Aunque este país cuenta con una rica historia de participación de las mujeres en la vida social y política, tanto en el periodo soviético como en el postsoviético, las mujeres no llegaron a tener estar suficientemente representadas en los niveles superiores de la administración del Estado. Solo conocemos casos aislados de mujeres que fueron ministras u ocuparon otros altos cargos ejecutivos. Durante mucho tiempo, la política y especialmente los asuntos militares fueron “asuntos no para mujeres” (“неженское дело”) para muchos rusos y las propias mujeres.

    El programa feminista resultó ser un instrumentos potente de politización de las mujeres y alcanzó incluso a las que inicialmente apenas se interesaban por la política. En general, la población rusa mantiene una actitud negativa ante cualquier colectividad, asociándola con la violenta politización de los tiempos soviéticos. Las autoridades rusas han aprovechado con éxito este individualismo durante años, demostrando una y otra vez que el ciudadano medio no puede cambiar nada y que debería abstenerse de participar en el juego sucio de la política. El régimen descansa en la apatía e indiferencia de la población.

    Por esta razón, no es extraño que en Rusia la opinión de que es imposible influir en el Estado sea bastante común: la gente cree que solo puede influir, como máximo, en el círculo familiar y en las amistades más cercanas. El feminismo, con su fórmula de lo personal es político, se convirtió en una amenaza para este estado de cosas. Muchas activistas feministas que conozco acudieron al  feminismo para hallar respuestas a cuestiones relativas a sus cuerpos o a asuntos domésticos, y más adelante estas cuestiones dieron pie a debates sobre la democracia representativa y la dictadura y a un replanteamiento de la política y la protesta y el lugar de las mujeres en ellas.

    A resultas de ello, hoy vemos a mujeres en las calles y mujeres organizando la resistencia, y estas mujeres hacen gala de una confianza absoluta en que su voz es importante y debe tomarse en serio. No dudan en juntarse, defender su posición y criticar a otros activistas políticos y a periodistas si estos las ningunean o subestiman. Lamentablemente, muchas de estas mujeres corren un grave peligro. La amenaza no solo proviene del Estado, que reprime a la gente que se manifiesta contra la guerra o revela la verdad acerca de ella. Incluso antes de la guerra, las feministas y mujeres políticamente activas recibían cientos de amenazas de muerte de gente corriente, furiosa por el hecho de que al denunciar simplemente en voz alta los estereotipos de género o la violencia de género o al participar en política, estas mujeres violaban el orden patriarcal tácito.

    Portavoces públicos se dedicaron a deshumanizar a las feministas, calificándolas de diablas y animales o comparándolas con los nazis. Me temo que los soldados rusos que pronto o tarde vuelvan de Ucrania compartirán esta actitud cuando descubran que muchas mujeres rusas no los consideran héroes y salvadores, sino que los maldicen y tildan de criminales de guerra. Esos hombres, que han perpetrado verdaderas atrocidades en los alrededores de Kyiv, no tolerarán esas voces y puede que se venguen a costa de quienes hubieran revelado la verdad, y no estoy segura de que el público en general, acostumbrado a la violencia o en su mayoría todavía hostil a las feministas, les plante cara.

    Traducción: viento sur

    Ella Rossman es estudiante de doctorado en la Escuela de Estudios Eslavos y de Europa del Este de la Universidad de Londres (UCL) y activista feminista.

  • Narrativa y activismo de mujeres

    Narrativa y activismo de mujeres

    Pintar los muros del espacio público desde siempre ha estado bajo el escrutinio de autoridades locales y los habitantes, una condición natural de la propia naturaleza compleja y multidimensional de los entornos; pero sin duda, el arte público realizado por mujeres ha sido doblemente observado con incredulidad. Después de un periodo de investigación sobre arte urbano y mural en la ciudad de México en 2018, creció la urgencia de escuchar de las propias fuentes orales la narración de su trayectoria y trabajo realizado. Dentro de las posibilidades de entrevista, pude adentrarme al relato de vida de Diana Bama, Romina Becker, Denisse Escobedo “India” y Eva Bracamontes y fue a través de su mirada en retrospectiva que se abrió un esquema muy amplio de conocimiento, desde lo más general hasta lo particular. En la mayoría de los casos fue recurrente el tema de la brecha de género, sobre la duda de sus capacidades físicas y técnicas y del acoso en varios niveles en sus inicios.

    Esta investigación que estuvo a punto de publicarse como libro, se planteó como un acercamiento académico a las muchas complejidades que encaran los creadores de la plástica urbana en su quehacer diario, mientras que la mayoría de los varones se enfrentaron a lo que he llamado “el estigma del creador del arte” (la reticencia en el círculo familiar inmediato cuando algún integrante elige una carrera en artes o diseño), para las mujeres hay una doble y hasta triple carga para “demostrar” que tienen el nivel de realización, en ocasiones superior al de los hombres; hay que demostrarle a la familia, a los clientes privados, curadores, y/o de instituciones públicas. La brecha de género está en la academia, en las galerías, en el espacio público, en los andamios, al momento de trazar narrativas, cuando exigen pautas de seguridad en los encuentros y en el marco de la celebración del 8 de marzo proliferan festivales y actividades, pero llama la atención cómo ya se han puesto en marcha eventos en el espacio público exclusivos para mujeres o bien, encuentros académicos con una amplia participación de las nuevas generaciones de muralistas mas allá del mes de marzo.

    Entre el 29 de abril y el 1ro de mayo del año que transcurre, se desarrolló el encuentro internacional “Juntas hacemos más” que congregó a aproximadamente 100 realizadoras de grafiti y arte urbano, de los primeros eventos masivos con perspectiva de género en el país y Latinoamérica. Creadoras de Colombia, Argentina, Brasil, España y EU hicieron manifiesta la red de coparticipación entre mujeres que va creciendo con enorme expectativa. Esta iniciativa que surge como un proyecto de colaboración entre la sociedad civil, instituciones y el sector privado, tuvo entre sus principales objetivos garantizar la libertad de creación para la intervención de la barda perimetral del Centro de Atención y Cuidado Infantil (CACI), también para la muestra de obra de autoras y la impartición de talleres en la periferia de la delegación política Venustiano Carranza. La convivencia que ocurre durante la realización es la esencia misma de los festivales, la interacción entre los peatones o curiosos, ya sea que comenten o compartan algún alimento es lo que le da el verdadero sentido; para Denisse Escobedo “India” no sólo se trata de la retribución material que pueda ofrecer el festival, sino las pautas de interacción con el entorno y con los demás actores sociales.

    No obstante, la participación de las mujeres en la plástica no es nada nuevo. Apenas la semana anterior, el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), vivió una amplia jornada sobre las muralistas siglo XX y XXI en el coloquio Mujer creadora – Mujer imaginada. El reto de las muralistas en los andamios en el Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes (Cenart). Este 1, 2 y 3 de junio se fusionaron la experiencia con la juventud de distintas escuelas, desde la buhardilla independiente de México, Honduras y Argentina, para recuperar parte de la historia que “no ha sido contada” (Anzoátegui, 2022) y con ello continuar con la reivindicación histórica de las grandes muralistas como Aurora Reyes, Rina Lazo, María Izquierdo, Olga Costa, Mercedes Burciaga, las hermanas Greenwood, Elena Huerta. Siendo los primeros nombres que aparecen en el evento, se abre una pauta amplísima como línea de investigación emprendida por la Mtra. Guillermina Guadarrama Peña del Cenidiap.

    Coloquio Mujer creadora – Mujer imaginada. El reto de las muralistas en los andamios, en el Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

    Las ponencias desarrolladas en su mayoría por investigadoras y muralistas jóvenes y con una amplia trayectoria, mostraron el velo que históricamente ha presentado a la mujer únicamente como “musa”, como colaboradora o ayudante de los varones en menoscabo de su obra. El coloquio abrió camino para mostrar a las muralistas como la mano ejecutora, como la mujer creadora de narrativas, cronista e interlocutora de sus tiempos, que han sido muchas, fuertes, con voz y con todas las capacidades técnicas y de perspectiva en su quehacer. La avidez por la participación sí ocurrió, aunque sabemos, la poca historia pública que ha sido contada con menosprecio, marginación e inaceptación. En las mesas de participación integradas, especialistas de distintas escuelas de arte e investigación, autodidactas y de varias generaciones tomaron la palabra para imaginar y construir nuevas mapaduras y de diálogo intercultural en la academia, en el espacio público, espacio vivencial, donde se teje otro sentido identitario. A cien años del inicio del muralismo mexicano se presenta “Xibalbá, el inframundo de los mayas” de la autora Rina Lazo en el Museo del Palacio de Bellas Artes, convirtiéndose en la primera muralista en la historia en exponer la que fue su última creación en el recinto.

    Los dos eventos que me he dado a la tarea de narrar “Juntas hacemos más” y “Mujer creadora – Mujer imaginada” (2022), ocurren en medio del clamor por el posicionamiento político en las pintas en el espacio público para jóvenes realizadoras y en foros especializados, como una exigencia a las autoridades académicas e institucionales de coparticipación y de reivindicación histórica. Es momento, de honrar a aquellas mujeres que han desafiado al patriarcado, en palabras de Verónica Herrera del Colegio de San Ildefonso, “es tiempo de escribir nuevos recuerdos”, y tal como lo planteó Grecia Pérez Calderón (FCPyS) desde el día uno del coloquio, “nunca más una historia sin nosotras”.

    “Muda, Juntas Hacemos más”. Ugalde, D. A. (1 de mayo de 2022). Demonia. [Archivo]. Ciudad de México.
    • Entrevista
    • Anzoátegui, D. (2022). El arte como resistencia, experiencias en México y Argentina / Entrevistada por Rubí Ramírez.
    • FE DE ERRATAS: En “Retorno a los actores sociales para la investigación” publicado el 10 de abril de 2022 el cargo que ejerce actualmente Gustavo López alias Rest es de jefe del Centro Municipal de Nezahualcóyotl.

     

    Rubí Celia Ramírez Núñez
    Politóloga y Maestra en Gobierno y Asuntos Públicos por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Apoyo en la Coordinación de Investigación del Instituto Mora. Explora las líneas de investigación de espacio público, ciudadanía e instituciones de gobiernos locales. Sus publicaciones “El grafiti, un nuevo muralismo” y “Nuevos muralistas exhiben el coraje del personal de salud”, en la Revista Bicentenario, son resultado del acercamiento a los actores sociales contemporáneos en cultura a través de la historia oral.