Un grupo de señoras mayores suizas obtuvo la primera victoria en un caso climático en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Las mujeres, en su mayoría de unos 70 años, dijeron que su edad y género las hacían particularmente vulnerables a los efectos de las olas de calor relacionadas con el cambio climático.
El tribunal dijo que los esfuerzos de Suiza para cumplir sus objetivos de reducción de emisiones habían sido inadecuados.
Esta es la primera vez que el poderoso tribunal se pronuncia sobre el calentamiento global.
La activista sueca Greta Thunberg se unió a las activistas que celebraron en el tribunal de Estrasburgo este martes.
«Todavía no podemos creerlo. Seguimos preguntando a nuestros abogados: ‘¿Es así?’», dijo Rosemarie Wydler-Walti, una de las líderes del grupo suizo, a la agencia de noticias Reuters.
«Y nos dicen que es lo máximo que se podía haber tenido. La mayor victoria posible«, agregó.
El fallo es vinculante y puede influir en la normativa de 46 países y territorios de Europa.
El tribunal dictaminó que Suiza había «incumplido sus obligaciones en virtud de la Convención sobre el cambio climático» y que había violado el derecho al respeto de la vida privada y familiar.
También encontró que «ha habido brechas críticas» en las políticas del país para abordar el cambio climático, incluida la falta de cuantificar las reducciones de los gases de efecto invernadero, que calientan la atmósfera de la Tierra cuando se queman combustibles fósiles como petróleo, carbón y gas.
Pie de foto,La activista Greta Thunberg acompañó a las demandantes suizas.
Las mujeres, llamadas Ancianas por el clima en Suiza (KlimaSeniorinnen), argumentaron que no pueden salir de sus casas y sufren problemas de salud durante las olas de calor en su país.
El Servicio de Cambio Climático de Copernicus, de la Unión Europea, informó este martes que el mes pasado fue el marzo más cálido registrado en el mundo, lo que significa que los récords de temperatura han superado diez meses seguidos.
Más de 2.000 mujeres forman parte del grupo Ancianas por el clima. Iniciaron la causa judicial hace nueve años en busca de una mejor protección de la salud de las mujeres en relación con el cambio climático.
La presidenta de Suiza, Viola Amherd, dijo en conferencia de prensa que necesitaba leer la sentencia en detalle antes de hacer comentarios, informó Reuters.
«La sostenibilidad es muy importante para Suiza, la biodiversidad es muy importante para Suiza, el objetivo de cero emisiones netas es muy importante para Suiza», sostuvo.
El tribunal desestimó otros dos casos presentados por seis jóvenes portugueses y un exalcalde francés.
En ambas demandas se argumentaba que los gobiernos europeos no habían abordado el cambio climático con la suficiente rapidez y que, por ende, violaron sus derechos.
«No estamos hechas para sentarnos en una mecedora y tejer»
Elisabeth Stern, de 76 años e integrante de Ancianas por el clima, dijo a la BBC que ha visto cómo ha cambiado el clima en Suiza desde que era una niña que crecía en una granja.
Cuando se le preguntó sobre su compromiso con el caso, dijo: «Algunas de nosotras simplemente estamos hechas de esa manera. No estamos hechas para sentarnos en una mecedora y tejer».
«Sabemos estadísticamente que en 10 años desapareceremos. Así que hagamos lo que hagamos ahora, no lo haremos por nosotras mismas, sino por el bien de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos», añadió.
Jóvenes activistas de todo el mundo esperaban que los seis jóvenes de Portugal, de entre 12 y 24 años, también ganaran su caso contra 33 gobiernos europeos.
Los portugueses habían argumentado que las olas de calor cada vez más extremas y los incendios forestales los dejaban sin poder salir a jugar, ir a la escuela y que sufrían ansiedad climática.
Pero el tribunal sostuvo que el caso debe tratarse primero en Portugal.
Los seis jóvenes portugueses que demandaron a su país y a otros 32 Estados por su responsabilidad en el cambio climático tienen entre 12 y 24 años.
Sofia Oliveira, de 19 años y parte del grupo demandante, dijo a la BBC que estaba decepcionada, pero que el triunfo de las mujeres suizas también es una victoria para ellos y «para todos».
Una tercera demanda, presentada por el exalcalde francés Damien Carême, afirmaba que la inacción del gobierno de Francia hacía que su ciudad corriera el riesgo de quedar sumergida en el mar del Norte.
La causa fue desestimada porque Carême ya no vive en Francia y los demandantes deben demostrar que son víctimas directas de violaciones de derechos humanos.
Las decisiones tomadas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos influyen en la legislación de sus 46 estados miembros.
«(La sentencia) desestima por completo el argumento de que los tribunales no pueden pronunciarse sobre obligaciones legales climáticas porque el cambio climático es un fenómeno global o porque la acción de un Estado es solo una ‘gota en el océano’», dijo la abogada Estelle Dehon KC a la BBC.
Gobiernos de todo el mundo se han comprometido a reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero científicos y activistas dicen que el progreso es demasiado lento y que el mundo no está en camino de cumplir el objetivo crucial de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C.
Inicialmente, Claudia* no había pedido dinero a cambio de su hija adolescente cuando esta decidió casarse. Pero al verla tan delgada y desmejorada poco después de la boda, pensó que “venderla” haría que el marido de la joven y su familia con quienes vive “la valoraran más”.
Aunque esta negociación suele hacerse antes de la boda y no después, Claudia habló entonces con los padres de su yerno y recibió de ellos 100.000 pesos mexicanos (unos US$6.000) por su hija.
“Si la hubiéramos regalado, la habrían echado de la casa a la primera y le habrían dicho que no vale nada por no haber pagado por ella”, dice convencida esta madre que, con solo 35 años, ya tiene cinco hijos y cinco hijas.
Con el mayor de los varones vivió esta práctica a la inversa. Cuando él se casó, tuvieron que pagar a los padres de la novia 180.000 pesos (casi US$11.000). “Si no, la familia de ella lo habría discriminado y preguntado por qué no pagaba, si es que era pobre… Así es la costumbre aquí”, cuenta.
Podría pensarse que la venta de niñas y adolescentes para casarse solo ocurre en casos aislados y países lejanos. Pero el “aquí” al que se refiere Claudia es La Montaña de Guerrero, una región en el sur de México donde pueblos indígenas realizan esta práctica desde hace muchísimos años en base a sus usos y costumbres.
La Montaña sobrevive como puede a una asfixiante extrema pobreza y a la falta de oportunidades. Claudia, de hecho, tuvo que pedir prestado y viajar con parte de su familia al norte de México para trabajar en el campo durante varios meses para pagar la cantidad que pedían los suegros de su hijo.
Estas ventas para el matrimonio afectan principalmente a adolescentes, pero se han registrado casos de incluso niñas de 9 y 10 años. Sin embargo, en algunas comunidades las cosas comienzan a cambiar y las jóvenes empiezan a poder decidir sobre su propio futuro.
Hasta US$18.000
Llegar hasta Itia Zuti, la comunidad del municipio de Metlatónoc en la que vive Claudia, no es tarea fácil.
Son unas 7 horas de viaje en auto desde Chilpancingo, la capital de Guerrero, por una carretera llena de curvas que rompe las majestuosas montañas y en la que se recorren decenas de kilómetros sin ver ni un alma.
Para una persona foránea, ingresar a la comunidad tampoco es sencillo sin tratar antes con las autoridades locales. Y mucho menos para hablar de un tema, el de la venta de niñas y adolescentes, que resulta complejo e incómodo para muchos habitantes, que principalmente se comunican en lengua mixteca.
Bien lo sabe Benito Mendoza, facilitador de talleres que la ONG Yo Quiero, Yo puedo lleva impartiendo en la zona desde 2015 con la finalidad, entre otras, de erradicar esta práctica y el matrimonio infantil forzado.
“Estábamos dando una charla en una escuela y cuando un adulto escuchó a una niña decir que tenía derecho de elegir libremente con quién casarse, se alborotaron y nos ‘invitaron a salir’ de la comunidad”, recuerda de estas actividades a donde muchos vecinos llegan sin ser en absoluto conscientes de que esta práctica vulnera los derechos de las mujeres.
Tradicionalmente, muchas niñas eran vendidas a hombres mayores, en ocasiones incluso desconocidos, para quienes acaban desempeñando labores domésticas a cambio de una cantidad para su familia que puede oscilar entre los US$1.200 y los US$18.000.
Cuanto más joven es la niña, mayor suele ser el pago. Al ser vendidas, generalmente ingresan a un hogar en el que no tendrán ninguna independencia económica al no poder estudiar ni trabajar.
FUENTE DE LA IMAGEN,MARCOS GONZÁLEZ / BBC
La comunidad de Itia Zuti, abajo a la derecha en la imagen, está enclavada en medio de las majestuosas montañas de Guerrero.
Hoy, algunos jóvenes sí se conocen previamente —en muchos casos, a través del débil y caro internet que llega a la comunidad— y están de acuerdo en casarse, pero sus padres continúan por lo general negociando un acuerdo económico.
“Con la llegada del crimen organizado, incluso personas de fuera de la comunidad llegaron a comprar niñas. Entonces ellas salen de su entorno y se les pierde la pista, lo que puede hacerlas terminar en otros fenómenos como trata de mujeres, explotación infantil, violencia física o sexual…”, alerta Karina Estrada, psicóloga y trabajadora social de Yo Quiero, Yo Puedo.
La venta es vista como un salvavidas económico para muchas familias que viven sumidas en la pobreza y subsisten con el cultivo para autoconsumo de maíz, frijol o plátano. No son pocos quienes optan por migrar al norte de México y Estados Unidos ante la total ausencia de oportunidades de trabajo en el pueblo.
El municipio de Metlatónoc, de hecho, fue durante años el más pobre de México. Hoy, el 97,7% de su población vive en la pobreza (el 67,8% en pobreza extrema) dentro de un estado, Guerrero, que también es uno de los más pobres del país y que, durante décadas, fue una de las principales zonas de cultivo de la amapola con la que se produce heroína.
En los últimos años, sin embargo, el precio de esta flor cayó en picado tras la llegada del fentanilo, un opioide sintético, al mercado de drogas estadounidense. Comunidades que sobrevivían de cultivar amapola vieron cómo se esfumaba su principal y casi única fuente de ingresos.
Pero además de la falta de recursos económicos, otro de los factores que perpetúan esta práctica en la región son los estereotipos de género sobre las mujeres.
“No se concibe que la mujer pueda hacer algo más allá de reproducirse o cuidar del hogar. Cuando se decide quién va a la escuela, los padres mandan sobre todo a los niños”, subraya Georgina García, psicóloga también de Yo Quiero, Yo Puedo.
Por estas creencias tan arraigadas, las propias jóvenes llegan a normalizar su venta al relacionar su propio valor con la cantidad que se paga por ellas. Incluso se han registrado casos de mujeres que regalan a sus hijos varones, al no poder sacar beneficio económico de ellos con su venta.
García recuerda cómo una mujer le llegó a decir que “si se eliminaba la venta, les quitarían su valor y les quitarían todo, porque es para lo único que existen en la comunidad”.
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Prácticamente la totalidad de los habitantes de Metlatónoc vive en la pobreza.
Las mujeres del cambio
Pero algunas de las mujeres de la comunidad no piensan igual y están protagonizando un cambio, lento pero constante, gracias al apoyo imprescindible de sus familiares.
Norma* es parte de la primera generación de mujeres en su familia que no fue vendida. “Cuando yo me junté con mi mi marido, mi padre dijo que no me vendería porque cuando lo haces, te pueden maltratar o hacer daño. Hizo muy bien”, explica con una sonrisa.
Asegura que el no haber pagado facilitaría que, si llegara a ser necesario, pudiera abandonar la casa conyugal para regresar con su familia sin mayor problema. “Pero una vez que pagan por ti, como que no puedes escapar de tu marido y te obligan a quedarte”, dice.
Las supuestas ventajas e inconvenientes de esta práctica son ciertamente contradictorias porque, a la vez, Norma cuenta que “los hombres que pagan se supone que tienen que respetar a sus esposas; pero cuando no se paga, dicen que eso les da derecho a irse con otras o no hacer caso a su mujer”.
Dado lo arraigado de esta práctica, erradicarla en la comunidad no será fácil. De hecho, tan solo hablar de ello es complicado y Norma pide no ser fotografiada. “Los que sí cobran por las niñas podrían tomar represalias”, responde su madre, presente en la entrevista.
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Norma, partidaria de eliminar la práctica de la venta de niñas en la comunidad, prefirió no mostrar su imagen.
Soyla, una risueña joven de 21 años que acaba de anunciar que se casará con un joven que conoció en la comunidad, cuenta igual de satisfecha que sus padres no cobrarán por ella.
“Estoy feliz y orgullosa porque pensaron en mí, en que yo pueda lograr lo que quiera con mi pareja. Porque algunos matrimonios que se cobran tienen problemas, no sabes cómo puede acabar, el hombre empieza a regañar con ella… y luego se divorcian”, dice.
Sabe que casarse a su edad es toda una rareza en el pueblo, pero reitera que fue su decisión esperar. Al igual que cuando terminó la secundaria con 15 años y decidió no seguir estudiando, pese a que sus padres siempre le dijeron que la apoyarían.
En su futuro, se ve dedicándose al hogar y tejiendo artesanías mientras su marido trabaja en el campo. Sabe que quiere tener hijos, y a ellos les dará la misma oportunidad que sus padres le dieron a ella de elegir cuándo y con quién casarse.
Su madre Cecilia, que acaba de cocinar caldo de gallina y unas enormes tortillas, explica su decisión. “Muchos venden a sus hijas, pero las consecuencias son para ellas. Algunos les dicen: ‘Levántate temprano, haz de comer, lava mi ropa, que para eso te compré’… Eso mismo me reforzó para no vender a Soyla”.
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Cecilia, madre de Soyla, tuvo claro siempre que no vendería a su hija.
Jaime, el padre de la joven, recuerda que ella le pidió dejarla crecer y no tener la responsabilidad de ocuparse del hogar conyugal tan pequeña. “Y yo lo hice, también porque tenía la capacidad de seguir manteniéndola. Muchos no pueden y es cuando las mandan a buscar marido”, cuenta.
“A mí me parece mal esto de la venta porque cuando mis otros dos hijos varones se casen, me la pueden aplicar y pedir dinero por sus novias. Pero al menos no me echarán en cara que yo vendí a mi hija a tanto, que por qué no quiero ahora pagar o si estoy regateando”, subraya.
Algunas de las consecuencias de estas ventas y matrimonios de menores de edad — México es el octavo país con mayor índice de matrimonio infantil en el mundo, según la ONU— son el abandono de la escuela por parte de muchas jóvenes y las altas tasas de embarazos adolescentes.
“La educación sexual aquí es tabú total. Hay quienes entienden el embarazo en adolescentes, y cuando sus hijos se casan, los traen para que planifiquen. Pero son una minoría. Vemos muchos de estos embarazos en niñas de entre 14 y 16 años”, cuenta Celia Ortiz, enfermera del pequeño centro de salud de la comunidad que no cuenta con un médico.
“Son ellas las que generalmente planifican. Y hasta ahí interviene mucho el suegro, porque como son compradas, la familia de él es la que manda”, añade antes de continuar recorriendo los caminos de la comunidad bajo un sol abrasador para vacunar de rabia a los perros en algunas viviendas. “Es que si no, la gente no viene al centro médico”.
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Celia Ortiz (primera por la derecha) es uno de los dos únicos trabajadores fijos en el centro de salud de la comunidad junto a Julia Guevara (segunda por la izquierda).
Opiniones divididas
Aunque en comunidades como esta se sabe que la venta de niñas es algo muy habitual, resulta imposible cuantificar el número de casos que se dan en México.
Un dato a tener en cuenta sería el del Censo de Población de 2020, que concluyó que el 4% de adolescentes de 12 a 17 años en México está o estuvo en algún tipo de unión conyugal, principalmente en los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Yucatán.
Sin embargo, dado que el Código Civil del país prohíbe desde 2019 los matrimonios entre menores de 18 años y los castiga desde el año pasado con penas de entre 8 y 15 años de cárcel, organizaciones consideran que las uniones informales de adolescentes aumentaron desde entonces, lo que contribuye al subregistro y a que la realidad no se refleje en cifras.
Sentado en la puerta de la comisaría municipal para sobrellevar el sofocante calor, el comisario (líder comunitario) de Itia Zuti, Félix Hernández, mira hacia la cancha de deportes que luce completamente vacía justo delante de la iglesia del pueblo.
Es un hombre de 65 años, aunque luce mayor. Tiene problemas de audición, no sabe leer ni escribir, y dice que el no hablar español le dificulta negociar mejoras para el pueblo como instalar drenaje, mejorar los caminos o construir un mercado y un centro de salud bien equipado.
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Félix Hernández, a la izquierda, es comisario de Itia Zuti. A su lado, el segundo comisario de la comunidad, Natalio Ortiz.
Cuando lo visitamos, la localidad lleva tres días sin suministro eléctrico. Reconoce que accedió al cargo —por el que no cobra un peso— porque los pocos vecinos que cuentan con estudios acaban abandonando la comunidad.
Opina que la venta de niñas es un tema «complicado» sobre el que la gente está dividida. «Para mí está mal, pero cuando cuestionas a las familias de las jóvenes te dicen que ellas las mantuvieron y que solo ellas tienen la capacidad de decidir por sus hijas”.
Admite también que si una joven llegara a plantearle un problema en el marco de un matrimonio forzado, su papel junto al resto de autoridades locales sería el de ofrecerle consejo y, solo en el caso de que no haya solución al conflicto de pareja, abogar para que la chica volviera a su casa y sus padres devolvieran el dinero de la venta.
De hecho, aunque en su comunidad se firmó un acta de acuerdo para prohibir la venta de niñas justo un mes antes de que él asumiera su cargo, el comisario reconoce que no sabía de la existencia de dicho documento.
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La postura de los vecinos de la comunidad respecto a la venta de niñas y el matrimonio infantil va cambiando poco a poco.
“Las leyes están ahí, pero es importante aterrizarlas y armonizarlas con las realidades de nuestras comunidades. Sin tener en cuenta el contexto a la hora de aplicar las normas, llenaríamos las cárceles de personas indígenas”, reflexiona Martha Ramírez, jefa del Centro Coordinador del gubernamental Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) de Tlapa de Comonfort, en Guerrero.
Además, subraya en entrevista con BBC Mundo, es importante no solo responsabilizar de esta práctica a las comunidades.
“El Estado tiene que garantizar los derechos fundamentales de las mujeres para tener una vida libre y sin violencia. No puedes hablar de erradicar el matrimonio forzado en un lugar donde las niñas no tienen ni acta de nacimiento, ni educación…”, afirma.
Mientras las cosas van cambiando muy poco a poco, Claudia, la mujer que acabó vendiendo a su hija con la esperanza de que mejoraría la relación con su marido, reconoce que nada ha cambiado y que no descarta traerla de vuelta a casa si ve que el maltrato de la joven, ahora embarazada de dos meses, va en aumento.
“Lo que tengo es una tristeza muy grande porque ella vive lejos de nuestra comunidad. Y me preocupa que su hermana cumple 15 años y también se podría marchar, pero ella me dice que quiere ir a Estados Unidos para trabajar y hacerme una casa. Que no se quiere casar por ahora”.
* Sus nombres fueron cambiados a petición de las entrevistadas.
Un nuevo informe ha revelado que la mitad de las mujeres en la industria musical han experimentado algún tipo de discriminación.
Realizado por el Censo de Músicos del Reino Unido de Help Musicians y el Sindicato de Músicos, el informe revela que las mujeres tienen más probabilidades de enfrentar desafíos en la industria, incluyendo discriminación, acoso y barreras profesionales.
Basado en las respuestas de más de 2526 músicos del Reino Unido que se identificaron como mujeres, de un total de casi 6000 músicos, estos hallazgos marcan el primer censo de músicos del Reino Unido y es la encuesta más grande de su tipo realizada por Help Musicians y el Musicians’ Union. Women in CTRL, un movimiento dedicado a derribar barreras y fomentar la inclusión en la industria, también contribuyó al informe.
El 51% de las mujeres informaron haber experimentado discriminación de género mientras trabajaban como músicos. Tenían ocho veces más probabilidades de experimentar esto que sus homólogos masculinos, y sólo el 6% de los hombres informaron tal discriminación.
Mientras tanto, el 33% de las mujeres informaron haber experimentado acoso sexual mientras trabajaban como músicos, y una cuarta parte informó haber sido testigo de acoso sexual hacia otras personas en la industria de la música.
Las mujeres representaron dos tercios, el 62%, de quienes identificaron el abuso o acoso relacionado con el trabajo como una barrera profesional, y el 60% de quienes sintieron que la discriminación era una barrera para su progresión profesional.
El informe también subraya un problema de brecha salarial de género, ya que el ingreso anual promedio de una mujer músico es de £19,850, en comparación con £21,750 para los hombres, lo que indica que las mujeres ganan casi una décima parte menos. Además, las mujeres constituyen sólo el 19% de las personas en el nivel de ingresos más alto.
El género también sigue influyendo en los tipos de roles y géneros que desempeñan los músicos. Si bien el 79% de las mujeres son músicos, están notablemente infrarrepresentadas en otras áreas: representan el 29% de los DJ y el 24% de los productores. Sólo el 15% de las mujeres eran ingenieras de sonido en vivo y el 12% eran ingenieras de estudio/masterización.
¿Qué opinas al respecto?¿Cuántas mujeres DJ y productoras vemos en el LineUp de los festivales internacionales en comparación con el número de varones?
En entrevista para Enfoque Noticias, Marcela Millán, gerente senior de comunicaciones de América Latina de Bumble habló sobre la reciente encuesta de Bumble sobre igualdad financiera.
Señaló que el reporte arrojó que la gran mayoría de las mujeres encuestadas, creen que todavía no se alcanza una igualdad financiera.
Con el objetivo de promover la independencia financiera de las mujeres mexicanas y unirse a la lucha por la equidad de género en todos los ámbitos, ha surgido el Proyecto Minerva. Esta iniciativa nació con el propósito de llevar educación financiera a un mayor número de mujeres en México.
La necesidad de contar con mujeres financieramente independientes
Este programa surge de la necesidad de proporcionar a las mujeres del país información y herramientas que les permitan acceder, comparar y elegir los servicios financieros más adecuados para ellas, sus familias e incluso sus negocios.
Una colaboración perfecta
La colaboración entre la Condusef y la AMIS dio origen a esta herramienta que busca fomentar la perspectiva de género y fortalecer las capacidades financieras de las mujeres. Esto les permitirá participar de manera más activa en actividades económicas y tomar decisiones que conduzcan a su empoderamiento y al desarrollo personal, familiar, profesional y comunitario.
¿Por qué Proyecto Minerva podría ser una opción asombrosa para las finanzas de las mujeres en México?
Este proyecto puede ayudar a las mujeres mexicanas a:
Administrar sus ingresos mediante la elaboración de un presupuesto.
Establecer metas de ahorro claras y alcanzables.
Diferenciar entre deudas beneficiosas y perjudiciales.
Identificar el seguro adecuado para sus necesidades específicas.
Tomar decisiones financieras informadas y conscientes.
Planificar su futuro financiero con mayor certeza y confianza.
Proyecto Minerva representa un paso significativo hacia la autonomía financiera de las mujeres en México, brindándoles las herramientas necesarias para tomar el control de sus finanzas y alcanzar sus objetivos económicos con mayor eficacia y seguridad.
De acuerdo con un estudio realizado por la Dirección General de Análisis Legislativo del Instituto Belisario Domínguez (IBD), entre 2015 y 2022, México registró un alarmante número de 27 mil 133 asesinatos de mujeres y niñas, es decir que en siete años 10.61 murieron de forma violenta.
De esta cifra total, se determinó que 6 mil 689 casos (25 por ciento) correspondieron a feminicidios, mientras que los restantes 20 mil 444 delitos (75 por ciento) fueron catalogados como homicidios intencionales.
La investigación denominada “Feminicidios y homicidios intencionales de niñas y adolescentes en México”, a cargo de la investigadora Irma Kánter Coronel, pone de manifiesto que la mayoría de los crímenes, específicamente el 80 por ciento, se perpetraron contra mujeres de 18 años en adelante.
Por otro lado, 2 mil 166 delitos, equivalente a el 8 por ciento del total, afectaron a niñas y adolescentes de entre 0 y 17 años. Este estudio resalta la grave situación de violencia contra mujeres y niñas en el país.
Además, se identificó que el 49 por ciento de todos estos crímenes tuvo lugar en siete entidades federativas, siendo el Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Chihuahua, Veracruz, y Zacatecas los estados con las tasas más elevadas de asesinatos de mujeres.
Feminicidio de policía en Veracruz
Estos datos refuerzan la preocupación existente respecto a la seguridad y protección de las mujeres en ciertas regiones de México, urgiendo a medidas más efectivas para combatir esta problemática.
El análisis exhaustivo de esta situación, realizado por el Instituto Belisario Domínguez, no solo pone en evidencia la magnitud del problema de la violencia contra mujeres y niñas en México, sino que también subraya la necesidad de políticas públicas más eficientes y específicas para erradicar tanto los feminicidios como los homicidios intencionales.
La información recabada sirve como un llamado urgente a las autoridades y a la sociedad en su conjunto para tomar acciones concretas y evitar que este tipo de delitos sigan incrementando.
Gracias a sus investigaciones sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez (caso Campo Algodonero) se logró instaurar el delito de feminicidio en el Código Penal Federal. Foto: X/@museodelamujer
Las menores son asesinadas con mayor crueldad, según estudio
Entre 2015 y 2022, el 64.6% de los feminicidios de niñas y adolescentes menores de 18 años en México se realizaron con métodos que no incluían armas blancas ni de fuego, revelando una espeluznante predisposición hacia la crueldad extrema en estos crímenes.
Métodos como golpes, estrangulaciones, asfixias y envenenamientos destacan entre las formas en que estas jóvenes perdieron la vida, según datos recopilados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Este mismo informe detalla que en un 5.2% de los casos se emplearon armas blancas, incluyendo cuchillos o navajas, mientras que el uso de armas de fuego se registró en 13.6% de los incidentes.
Esta distribución de métodos ilustra no solo la variedad de medios utilizados para cometer estos actos atroces sino también la intención de provocar sufrimiento prolongado a las víctimas.
Caso de Ayelín, niña asesinada en Guerrero
Flora Marcelo Rojas, madre de Ayelín Iczae Gutiérrez Marcelo, una niña de 13 años brutalmente asesinada en 2020, ha manifestado su apoyo a la candidata presidencial Xóchitl Gálvez. Desde un campamento en las proximidades de la Secretaría de Gobernación, Marcelo Rojas solicitó a Gálvez intervención para conseguir justicia por el feminicidio de su hija.
La trágica perdida de Ayelín, quien fue “secuestrada, violada y mutilada”, resalta no solo la violencia de género en México sino también la lucha de las familias afectadas por tales actos.
A más de tres años del homicidio, Marcelo Rojas denunció haber sido víctima de amenazas y desplazamiento forzado hacia Ciudad de México, como resultado de su exigencia de justicia.
“Llevo tres años viviendo en la calle en un plantón que está fuera de la Secretaría de Gobernación he ido de dependencia en dependencia buscando ayuda buscando justicia, pero no he tenido respuesta en el gobierno de López Obrador (…) Xóchitl me dirijo a ti porque estoy segura que eres la mejor”, argumentó la madre en en un video.
Ni citas, ni sexo, ni bodas, ni hijos. Las mujeres en Corea del Sur consideran que la misoginia está tan dentro de las estructuras sociales, políticas y económicas, que la única manera de que exista una sociedad igualitaria, es erradicándolo. Antes que tener cualquier vínculo con los varones, prefieren extinguirse.
Esto es lo que creen y predican las mujeres que forman parte del movimiento feminista “4B” en Corea del Sur. Su nombre responde a las palabras surcoreanas “bihon”, “bichulsa”, biyeonae” y “biseksu”, sus traducciones reflejan las cuatro áreas fundamentales en las que accionan, que son la sexualidad, las relaciones, el matrimonio y la reproducción.
En un contexto en donde la violencia y discriminación han oprimido históricamente a las mujeres y vulnerado sus derechos, este movimiento crece con mayor fuerza desde 1980. Se estima que actualmente hay 50,000 mujeres siguiendo los principios de este movimiento.
Las principales reglas del movimiento son:
No a las citas o vínculos afectivos con hombres (biyeonae)
No a las relaciones sexuales con hombres (biseksu)
No al matrimonio heterosexual (bihon)
No a tener hijos (bichulsa)
Al seguir estos principios, las mujeres consideran que alteran las estructuras de misoginia y, al mismo tiempo, logran construir vidas más seguras sólo entre mujeres.
¿Cómo viven las mujeres en Corea del Sur?
Aunque no existen muchos datos sobre la violencia y la discriminación con perspectiva de género, estimaciones de organizaciones internacionales muestran que en todos los ámbitos de la vida (social, económico y político) hay profundas brechas de género.
Por ejemplo, Corea del Sur tiene la brecha de ingresos laborales más amplia entre hombres y mujeres de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y Crecimiento Económico): ellas ganan, en promedio, 37% menos que sus pares hombres.
Por otro lado, de los puestos gerenciales y directivos, las mujeres representan apenas el 2%, para dimensionar esta problemática observar que en economías similares la representación de mujeres asciende hasta 20 por ciento.
En el trabajo, 8 de cada 10 mujeres han sido víctimas de acoso u hostigamiento; las mujeres no consideran que sus lugares de empleo sean espacios seguros.
Otra de las expresiones de violencia más claras en este país es la opresión sobre las mujeres debido a los estándares de belleza inalcanzables, así como a la normalización de intervenciones quirúrgicas e incluso dietas insalubres que llevan las mujeres con tal de no sentirse juzgadas.
La violencia doméstica y familiar también es otra de las denuncias que hacen las mujeres surcoreanas.
Corea del Sur tiene una de las tasas más bajas de natalidad en el mundo, apenas 0.72 hijos nacen por cada mujer. Para dimensionar: la de México asciende a 1.90 hijos por cada mujer, de acuerdo con cifras del Banco Mundial.
Esta tasa se alinea con el total absoluto de nacimientos al año, y en los recientes, la tendencia a la baja se ha profundizado.
Las mujeres y las personas con capacidad de gestar están decidiendo esquivar el camino de la maternidad; se estima que 6 de cada 10 mujeres que están activas en el mercado laboral rechazan la maternidad.
En conjunto, esto refleja que incluso sin saberlo y sin conocer los principios del movimiento feminista 4B, son muchas las mujeres en Corea del Sur que están priorizando sus estudios, carreras o trabajos, y desafiando los prejuicios y expectativas que la sociedad pone sobre ellas.
Por otro lado, las mujeres que se adhieren explícitamente al 4B se inclinan por vivir en comunidades cooperativas y de organización colectiva desde la concinecia. También, desde este lugar, participan en actividades exclusivas de mujeres a modo de resistencia.
El movimiento feminista 4B en Corea del Sur está desempeñando un papel crucial en la lucha por la igualdad de género y la justicia social en todas las esferas de la vida y ha captado la atención del mundo entero, por la contundencia de sus principios y la convicción de quienes lo abanderan.
A medida que gana impulso y apoyo, se espera que tenga un impacto positivo en la transformación de la sociedad surcoreana hacia la igualdad y justicia. Los cambios se esperan no sólo desde la creación y modificación de las políticas públicas, sino desde la reflexión y deconstrucción de la población misma.
Las mujeres en Corea del Sur y el resto del mundo están luchando por sus derechos.
Virginia fue considerada una de las escritoras referentes del modernismo vanguardista del siglo xx y del movimiento feminista, nacida en Londres el 25 de enero de 1882, le tocó vivir en un mundo de hombres pues era la única mujer entre sus cuatro hermanos.
La infancia de Virginia estuvo rodeada de intelectualidad por los cuatro costados, en su casa se respiraba arte, política y un ambiente tan liberal como complejo. A pesar de esto, fueron sus hermanos varones los únicos que pudieron estudiar en la Universidad, ya que en aquella época se consideraba que las mujeres de la familia debían quedarse en casa para cuidar de su padre y, por lo tanto, ser educadas por un tutor.
Los recuerdos de infancia de Virginia se enmarcan en sus visitas veraniegas a la zona de Cornualles donde su familia se trasladaba en verano. A los trece años, Virginia sufrió un duro golpe del cual no se recuperaría jamás, ya que el 5 de mayo de 1895 su madre murió repentinamente, lo que provocó en Virginia su primera crisis depresiva.
Durante el periodo de entreguerras fue una figura significativa en la sociedad literaria de Londres y miembro del Círculo de Bloomsbury, el cual era un conjunto de intelectuales británicos que durante el primer tercio del siglo XX destacaron en el terreno literario, artístico y social.
Fue revolucionaria en su narrativa y precursora en sus ideas, que la ubican como una pionera del feminismo y la crítica acérrima del patriarcado. Se autodefinido como la “hija de un hombre educado”. La expresión quedó plasmada en su obra Tres Guineas, y esconde un mensaje anti patriarcal con el que la novelista atacaba la situación de la mujer en la vieja sociedad victoriana.
Dueña de una narrativa y una poética exquisita que dejó un legado valioso en la literatura universal de todos los tiempos.
Pese al éxito de sus obras, una posición económica cómoda y una vida social demandante, atravesó depresiones profundas que la atormentaron y ahogaron en oscuros tormentos que la orillaban a cometer seguidos intentos de suicidio que le resultaron falidos.
Hoy en día se considera que Virginia Woolf padeció un trastorno bipolar con fases depresivas severas, a pesar de su inestabilidad mental, contrajo matrimonio con Leonard Woolf, un teórico político, escritor, editor y antiguo funcionario público británico, mismo a quien dejó su última carta antes de suicidarse.
“Querido, estoy segura de que estoy enloqueciendo otra vez. Siento que no podemos volver a atravesar aquellos tiempos terribles otra vez. Y no me recuperaré esta vez. Empiezo a oír voces y no me puedo concentrar. Así que estoy haciendo lo que pareciera ser lo mejor que puedo hacer. Me has dado la mayor felicidad posible. Has estado en todos los sentidos todo cuanto se pudiera.No creo que dos personas hubieran podido estar más felices hasta que llegó esta terrible enfermedad. No puedo pelear más.Sé que estoy arruinando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y sé que lo harás. Ya ves que ni siquiera puedo escribir esto correctamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno.Si alguien me hubiera salvado habrías sido tú. Ya no puedo seguir arruinando tu vida. No creo que dos personas hubieran podido ser más felices de lo que hemos sido nosotros. V”.
Virginia, una mujer sensible y nostálgica, se suicidó el 28 de marzo de 1941, sumergiéndose en el río Ouse.
El Museo Nacional de la Estampa (Munae) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) llevará a cabo la primera sesión del Círculo de bordado feminista el sábado 30 de marzo de las 11:00 a las 14:00 h, en el cual el público podrá realizar un grabado en placa de linóleo, imprimir su diseño sobre tela e intervenirlo con bordado, como un medio para construir memoria y exigir una vida libre de violencias.
De este modo, el Munae se suma a la iniciativa del Observatorio de Mujeres Raquel Padilla Ramos, integrado por mujeres trabajadoras de museos, apoyado por la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con la intención de abrir espacios seguros y libres de violencias para las mujeres dentro de estos recintos, a través de actividades como el bordado que les permita compartir saberes, señala Alma Laura Amaya, responsable del área de Mediación y Servicios Educativos del Munae.
El material que utilizarán en esta actividad es una placa de linóleo de diversos tamaños, gubias para linóleo, un diseño elaborado a lápiz en papel albanene, hoja calca, tela manta prelavada de 30 x 30 cm y materiales básicos de bordado.
“Entre puntadas e historia del bordado, las participantes podrán compartir saberes sobre la historia de las mujeres, explorar las posibilidades del bordado feminista como un medio para construir memoria, imaginar y crear la vida que queremos”, señala Alma Laura.
Para la tallerista, el feminismo es un tema importante, porque “como mujer he sido atravesada por distintas formas de violencia de género y sé que muchas mujeres también, por lo cual no puedo ser ajena o indiferente ante estas situaciones, como lo leí en algún cartel en una marcha feminista: Una se hace feminista por su propia historia”.
Asimismo, afirma que como pedagoga dedicada a la educación en museos ha tratado de accionar actividades y espacios donde el arte gráfico, el grabado, la estampa y la perspectiva de género se entretejan para ser un medio de expresión libre y seguro, y que el público no piense que los museos son espacios únicamente para el deleite, la investigación y la conservación de arte u objetos de gran valor patrimonial, sino que son lugares dispuestos a ser habitados, en este caso por mujeres, con sus narrativas, sentires y vivencias.
Esperamos que más mujeres se sumen al círculo de bordado feminista del Munae, para hacer de la gráfica y el bordado un medio de expresión, demanda, memoria y exigencia de vidas libres de violencias de género.
Alma Laura Amaya es egresada del Colegio de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con 17 años de experiencia en accionar con pasión la pedagogía en museos.
Ha desarrollado propuestas educativas en pro de una vida libre de violencias para las mujeres y con perspectiva de género, mediadora educativa, tallerista y voluntaria en museos como Papalote, Museo del Niño y Universum, Museo de las Ciencias- UNAM. Asimismo, ha colaborado en la investigación y elaboración de contenidos para personas mediadoras y educadoras del programa Un museo para ti del Inbal.
Para participar se requiere registro previo en munae.serveducativos@inba.gob.mx. El cupo es para 15 personas, con entrada libre. El Museo Nacional de la Estampa y el Observatorio de Museos Raquel Padilla Ramos organizan esta actividad en la que la gráfica y el arte textil se convierten en un instrumento de lucha.
La capital mexicana se prepara para modificar los nombres masculinos de algunas calles y avenidas por nombres de mujeres destacadas del país y del mundo, en un ejercicio de reivindicación del legado femenino y para borrar a personajes que han “agraviado a la sociedad”. El Gobierno de Ciudad de México ha lanzado una plataforma en la que la ciudadanía puede emitir su voto y también hacer otras propuestas. Por ahora la fecha límite para participar es el 25 de marzo.
“El nombre de las calles de la Ciudad de México es preponderantemente, abrumadoramente, abusivamente masculino: son más del 90% de las calles, calles que llevan nombres de hombres. La labor, la lucha de muchas mujeres destacadas de México y del mundo ha sido invisibilizada, ha sido borrada”, ha dicho el jefe de Gobierno de la capital, Martí Batres, en una conferencia de medios el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en la que presentó la iniciativa La Ciudad de las Heroínas.
Batres ha explicado que decenas de calles se llaman Gustavo Díaz Ordaz (1911-1979), el presidente mexicano responsable de la matanza de Tlatelolco en 1968. “Ninguna calle debería llevar ese nombre, y hay también calles que se llaman, por ejemplo, Antonio López de Santa Anna”, afirmó. “La idea es que el nombre de mujeres destacadas pueda sustituir nombres de hombres que han agraviado a la sociedad y que, sin embargo, aparecen en diversas calles o avenidas”.
El proceso
Las votaciones ya están abiertas en el sitio web de la plataforma, donde cada personaje cuenta con una breve biografía elaborada por la la Secretaría de las Mujeres. Los resultados serán analizados por la Comisión de Nomenclatura de Ciudad de México, que sesionará de manera permanente para determinar los cambios.
El criterio para que una mujer pueda ser votada, además de que pueda ser considerada “heroína”, es que hayan pasado por lo menos cinco años de su fallecimiento. “Algunos nombres que nos hubiera gustado poner en la mesa como propuestas, como el de Rosario Ibarra [de Piedra] o el de Cristina Pacheco, entre otros, aún no cumplen esa temporalidad”, ha asegurado Inti Muñoz Santini, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda capitalino, en la conferencia.
Así van los votos
Revolucionarias, activistas, escritoras o artistas están entre las figuras propuestas por el Gobierno. Algunos nombres a elegir son: Adela Velarde, creadora del grupo revolucionario de Las Adelitas; Matilde Montoya, médica y promotora de la salud de las mujeres, la escritora Pita Amor, la pintora Leonora Carrington, la feminista Rosa Luxemburgo, las cantantes Nina Simone, Aretha Franklin, Amparo Ochoa, Chavela Vargas, Mercedes Sosa, entre otras.
Entre los nombres que hasta ahora acumulan más votos están: Rita Guerrero, vocalista de Santa Sabina y activista (3.410); Adela Salazar, lideresa del movimiento del 68 (1.712); Benita Galeana, escritora, sufragista y sindicalista (1.385), o Elvira Carrillo Puerto, primera mujer electa como diputada en Yucatán (879).
Durante la presentación, Íngrid Gómez Saracíbar, secretaria de las Mujeres en Ciudad de México, ejemplificó el predominio de los nombres masculinos con una colonia popular. “Tenemos una colonia de los Doctores, así en masculino, porque además hay puras calles de hombres. No está Matilde Montoya, que fue la primera médica de la ciudad y del país y que, además, abrió brecha a que otras mujeres se incorporaran a hacer medicina”.
Martí Batres y Eduardo Clark, titular de la Agencia Digital de Innovación Pública, la responsable de la logística de la plataforma, han enfatizado que esta iniciativa busca contribuir al cambio de la cultura y el pensamiento patriarcal por una cultura de la igualdad.