Autor: Editora

  • Simone Weil sobre la atención como una forma de amor 

    Simone Weil sobre la atención como una forma de amor 

    Existen muchas definiciones y entendimientos memorables del amor en la literatura y en la filosofía. Seguramente el más famoso e influyente de todos es el de Platón en El banquete, el cual representa una especie de iniciación para el alma occidental. Después de que los comensales afirman que el amor es un daemon -una divinidad que enlaza el cielo con la tierra- e introducen el famoso mito del hermafrodita, de donde se deriva la idea del alma gemela, es el turno de Sócrates, quien descansa su autoridad en lo que le ha narrado Diotima, sacerdotisa de Eros. Es esta figura semilegendaria, que luego sería objeto de innumerables poemas y personificaciones, la encargada de enseñar una doctrina anagógica del amor, es decir, del amor como una escalera que eleva el alma hacia lo divino  o hacia la realidad última, en este caso, la belleza eterna. La enseñanza de Diotima será tomada por la tradición platónica como el más alto entendimiento sobre la naturaleza del amor.  Sólo el amante es «éntheos«, el que está «colmado del dios». «El amor», dice Diotima, «es el deseo de lo bueno [y bello] para siempre». Un deseo alado y fecundo. El amor del cuerpo, explica Diotima, conduce a la inmortalidad de la especie, y el amor es también para el alma la posibilidad de la inmortalidad, no negando el cuerpo sino trascendiéndolo. El eros que podemos sentir hacia un cuerpo hermoso es la plataforma que puede elevar nuestra alma -que «es guiada por la razón, pero motivada por el amor»- hacia la contemplación de la belleza eterna, del Sol del Bien que yace en la cima de la escalera; de movernos de un plano individual y particular hacia uno universal y absoluto. Pseudo Dionisio el Aeropagita, el gran neoplatónico cristiano, dice que la la divinidad «llama (kaloun) a todas las cosas de regreso, y por eso se le llama kallos, belleza.» Belleza en griego es kallos, palabra que tiene la misma raíz que llamar (kalein). La belleza para la tradición platónica es lo que nos llama hacia lo divino -el llamado que es el mundo en sí- y la energía que despierta, y que hace posible nuestra respuesta, es el eros, el mecanismo a través del cual se actualiza el telos, el propósito y finalidad de la existencia, la contemplación de lo divino… lo divino que de alguna forma se llama a sí mismo en nosotros.

    Antes también introducimos una idea budista del amor, que fue expresada por el maestro tibetano Thinley Norbu Rinpoche, quien, en su libro White Sail, escribe sucintamente que el amor es darle energía a otra persona, con el fin de conducirla a la iluminación. Esto en consonancia con la idea budista de la compasión y su relación con el bodhicitta o «espíritu del despertar». Para el budismo mahayana, la compasión -o amor- es una energía cósmica, que se visualiza como luz o sonido prístino, y con la cual se entra en resonancia al generar un estado mental de compasión. Esta misma energía cósmica existe también en el cuerpo, es el aliento que circula en la sangre y en los canales del cuerpo sutil, misma que se cristaliza como semen, que esotéricamente no es otra cosa que bodhicitta, un espíritu o una luz cristalizada (curiosamente, Aristóteles habla del semen como un pneuma «similar al calor del sol y las estrellas»). La palabra que se traduce como «compasión» en tibetano es thugs rje, literalmente. «resonancia», o «responsividad». La compasión es la respuesta natural al orden cósmico, la vibración simpática con la realidad, la sustancia misma de la que están hechos los budas, la pura irradiación de la mente impersonal del universo. En este sentido, la iluminación no es más que entrar en ritmo (y nunca perderlo). Un budista asentiría a estos versos con los cuales concluye la Divina Comedia de Dante:

    […] mas ya mi deseo y mi voluntad

    giraban suavemente como ruedas que movía

    el mismo amor que mueve al Sol y a las otras estrellas.

    *

    En esta ocasión quiero introducir las ideas sobre el amor de Simone Weil. La filósofa francesa no dejó una obra sistemática, pero en sus cuadernos meditó intensamente sobre el amor. El concepto de amor en Simone Weil abarca distintos aspectos y modos que pueden intercambiarse: la atención, la aceptación, la compasión, el sacrificio y la negación del yo y de la existencia criatural en favor de la existencia divina que se experimenta como distancia y ausencia. Weil escribe:

    Por esa razón el único órgano de contacto con la existencia es la aceptación, el amor. Por esa razón, belleza y realidad son idénticas. Por esa razón, el gozo y la sensación de realidad son idénticos. Amor puro de las criaturas: no amor en Dios, sino amor que, pasando por Dios, comienza en el fuego.

    La aceptación irá ligada a su concepto de esperar, de esperar a lo divino, de ser obediente y humilde, como es la materia con el espíritu, como es la tierra con el cielo. Y esta espera es un acto estético, de contemplación y unificación con la realidad, no a través de la voluntad sino de la atención. Así define nuestra filósofa la atención en una primera instancia:

    La atención consiste en suspender el pensamiento, en dejarlo disponible, vacío, y penetrable al objeto, manteniendo próximos al pensamiento, pero en un nivel inferior y sin contacto con él, los diversos conocimientos adquiridos que deban ser utilizados. […] Y sobre todo la mente debe estar vacía, a la espera, sin buscar nada, pero dispuesta a recibir su verdad desnuda el objeto que va a penetrar en ella.

    Esta es la actitud sagrada, tanto del santo que espera a su dios, como del amante que espera a su amado; una receptividad inmutable, que espera ser penetrada, como el valle espera la luz en la mañana.

    Roberto Calasso ya ha comparado a escritores como Kafka y Baudelaire con los antiguos rsis de la India, los poetas santos que fundaron la civilización védica. Podríamos aunar a Simone Weil dentro de esta constelación de rsis occidentales, pues Weil, quien además caviló profundamente sobre las Upanishad y la Bhagavad Gita, practicó su propia versión del tapas, el ardor de la mente inmóvil, el fuego de la atención, con el que, según el himno de la creación del Rig Veda, la divinidad había sembrado el mundo, proyectándose a sí misma sobre las aguas como en una semilla incandescente de deseo (kama, a veces traducido como «amor»), de la cual se desenvolvió el mundo, los dioses y los hombres. Los rsis, se dice, practicaron tapas –ardor ascético- y así pudieron ver los himnos de los Vedas brillando en el cielo: la luz de la Aurora que traía con ella las leyes y las liturgias del sacrificio. Weil escribe:

    En el orgulloso se da una falta de gracia (en el doble sentido del término). Por efecto de un error. En su grado más alto, la atención es lo mismo que la oración. Presupone la fe y el amor. La atención absolutamente pura y sin mezcla es oración.

    Si bien el amor es una gracia, la manera que la criatura tiene de purificarse y esperar esa gracia -el descenso de lo divino- es poniendo atención, lo cual es igual a orar. Benjamin escribió esto sobre Kafka: «Si Kafka no llegó a rezar -cosa que no sabemos-, hizo el uso más elevado de esa ‘plegaria natural del alma’ de Malebranche: la atención. En ella incluyó, como los santos en sus plegarias, a todas las criaturas». Simone Weil sí llegó a rezar, pero fue consciente de que la oración no tenía eficacia sin el cultivo de la atención: «La calidad de la oración está para muchos en la calidad de la atención… Sólo la parte más elevada de la atención entra en contacto con Dios». Weil tuvo un par de experiencias místicas rezando. Una de ellas le ocurrió leyendo el Padrenuestro:

    Todos los días, antes del trabajo, recitaba el Padrenuestro en griego y lo repetía con frecuencia en la viña […] Si durante la recitación mi atención se distrae o adormece, aunque sea de forma infinitesimal, vuelvo a empezar hasta conseguir una atención absolutamente pura.

    Llegaba a ocurrir que con sólo pronunciar las primeras palabras del griego del evangelio –Pater hemon ho en tois uranois hagiastheto to onoma sou…– su pensamiento era arrancado hacia «un lugar más allá del espacio, en el que no hay ni perspectiva ni punto de vista» y donde «esa infinitud de infinitud se llena por entero de silencio, un silencio que no es ausencia de sonido, sino el objeto de una sensación positiva».

    Su primer acercamiento al misticismo, habiendo ella recibido una educación laica de padres judíos, ocurrió después de leer, con la más cuidadosa atención, el poema de George Herbert Love (III). Simone nunca había leído a los místicos, hasta que «un joven católico inglés» que parecía revestido por «un resplandor verdaderamente angélico», después de que participara en los sacramentos, le dio a «conocer la existencia de los llamados poetas metafísicos de la Inglaterra del siglo XVII». «Lo he aprendido de memoria y a menudo, en el momento culminante de las violentas crisis de dolor de cabeza, me he dedicado a recitarlo poniendo en él toda mi atención y abriendo mi alma a la ternura que encierra». El poema inicia:

    Love bade me welcome. Yet my soul drew back
    Guilty of dust and sin.
    But quick-eyed Love, observing me grow slack
    From my first entrance in,
    Drew nearer to me, sweetly questioning,
    If I lacked any thing.

    Al recitarlo, dice Simone Weil, el poema «tenía la virtud de una oración». La gracia, que en el pensamiento de Weil se opone a la gravedad del mundo, siendo lo supernatural o celestial, descendió súbitamente sobre ella y el eterno esposo se hizo manifiesto. El poema produjo una teofanía. Estos son los últimos versos:

    A guest, I answered, worthy to be here:
    Love said, You shall be he.
    I the unkind, ungrateful? Ah my dear,
    I cannot look on thee.
    Love took my hand, and smiling did reply,
    Who made the eyes but I?

    Truth Lord, but I have marred them: let my shame
    Go where it doth deserve.
    And know you not, says Love, who bore the blame?
    My dear, then I will serve.
    You must sit down, says Love, and taste my meat:
    So I did sit and eat.

    Simone Weil se sentó a cenar con el Amor, esa «cena que recrea y enamora», como dice Juan de la Cruz, «en la noche sosegada en par de los levantes de la aurora, la música callada, la soledad sonora» (ese silencio que no es ausencia de sonido).

    *

    El amor y la atención se vuelven indistinguibles en la obra de Simone Weil. Para los místicos cristianos ardor era un término sinónimo de amor, pues era un cierto ardor el que se sentía en la oración dirigiéndose a Dios, que en el lenguaje de los místicos es el amado o esposo. En Weil se extiende esta conexión a la atención, y por ello alcanza una dimensión que no sólo está limitada al fervor religioso, si bien tiene su fundamento allí. Ya vimos que en sánscrito el término tapas, literalmente «ardor», es la cualidad de la mente ascética que se dirige unifocalmente a su objeto, en otras palabras, la atención pura o plena. Asimismo, en el Rig Veda se dice que la divinidad creó el mundo practicando ardor, tapas, concentrando su propia energía -o amor- como un fuego en las aguas. En el texto publicado póstumamente bajo el título A la espera de Dios, Weil dice que el amor es lo divino que nos llama y «desviar la mirada» (de Dios, del amado) es, como si fuere, el pecado, el extravío. «El amor es la mirada del alma; es detenerse un instante, esperar y escuchar» (poner atención). «Dios está presente en el punto en el que las miradas se encuentran», en la ignición o en la cruz de las miradas el cielo se cuela al mundo. Weil explica que una de las verdades «hoy olvidada de todos, es que lo que salva es la mirada». Como los judíos en el desierto que para salvarse de la perdición sólo necesitaron contemplar a la serpiente de bronce que había alzado el profeta… en su espera por la tierra prometida, así los amantes. «El esfuerzo por el que el alma se salva se asemeja al esfuerzo, por el que se mira, por el que se escucha, por el que una novia dice sí. Es un acto de atención y consentimiento. Por el contrario, lo que suele llamarse voluntad es algo análogo al esfuerzo muscular», dice Weil. El esfuerzo de la voluntad es como el acto del campesino que «sirve para arrancar las malas hierbas, pero sólo el sol y el agua hacen crecer el trigo». La atención es lo que presencia y, a su manera, llama el descenso del sol y del agua a la tierra, la auténtica fuerza creativa. Y de alguna manera, en ese sí que repite tácita pero firmemente, la atención invita el descenso de la divinidad que siempre está sembrando las aguas con el sol de la eternidad. Es como si la Creación -la resplandeciente manifestación de lo divino en la belleza- estuviera ocurriendo siempre, si tan sólo pusiéramos atención…

    *

    Un cuento esquimal explica así el origen de la luz: El cuervo, que en la noche eterna no podía encontrar alimento, deseó la luz y la tierra se iluminó. Si hay verdadero deseo, si el objeto del deseo es realmente la luz, el deseo de luz produce luz. Hay verdadero deseo cuando hay esfuerzo de atención.

    A la espera de Dios

    En la obra de Simone Weil se trasluce una disciplina o una práctica espiritual de la atención, algo que ella llego a llamar una «gimnasia», la cual educa el alma de la misma manera que la gimnasia y la música lo hacían en la ciudad ideal de su maestro Platón.

    Una determinada manera de hacer una traducción del latín, una determinada manera de resolver un problema de geometría (y no una manera cualquiera), constituyen la gimnasia de la atención idónea para conseguir que ésta sea más adecuada para la oración. Un método para comprender las imágenes, los símbolos, etc. No tratar de interpretarlos, sino simplemente mirarlos hasta que brote de ellos la luz.

    Se trata de una cierta mirada, una cierta consideración, un regard que permite que las cosas se revelen bajo una luz sobrenatural. Una luz sobrenatural que, sin embargo, es la realidad pura y desnuda. Esta mirada es lo que vuelve hacer la luz sobre las aguas del principio -una cierta intensidad de la mente- y es compartida tanto por el santo como por el poeta y el amante. «El poeta produce belleza por la atención fija sobre lo real. Lo mismo con el acto de amor». Como ocurre en el amor que no cierra sino abre espacio  -y que es también el fundamento de la la religión india-: «La condición es que la atención ha de ser una mirada y no un apego». Esta atención -esta mirada, este amor- no se aferra al fruto del acto, no busca un resultado. «De mí sólo se requiere la atención, esa atención que es tan plena que hace que el ‘yo’ desaparezca. Privar de la luz de la atención a todo aquello que yo denomino ‘yo’, y dirigirla a lo inconcebible.»

    La atención pura -que «comienza en el fuego»- permite una especie de percepción no-dual en la que se derriten las fronteras entre el sujeto y el objeto, entre yo y el mundo, entre la criatura y Dios. Para Weil la atención es como el fuego que usaban los alquimistas para separar los metales del oro, todo lo impuro de lo puro. Es también la cualidad del poeta, que al poner atención, sin apego, deja que la belleza del mundo -que es la presencia divina encarnada- se manifieste, ocurra con su propio dinamismo y se recreen las formas divinas, las ideas platónicas. La atención, como el amor y como la poesía, debe ser una mirada, un modo de existir y desear sin apego pero con fuego; una apertura a la luminosidad del mundo, al Otro, a Dios, al amado en el cual es posible encontrar una imagen del todo o una escalera (como la de Diotima) hacia lo eterno.

    Simone Weil nos dejó entreabierta la posibilidad de que exista un tipo de atención que nos permite entrar en comunión con el mundo y «asociar el ritmo de la vida del cuerpo con el ritmo del mundo» y por lo tanto notar una total interdependencia, una compasión, un compás: el Sol y el corazón. Nos enseñó que existe una «atención más profunda, aquella a la que el amor acompaña y que se confunde con la oración». Ésa atención -el amor- es lo divino en nosotros, es igualmente la luz de la mirada y la luz del sol y las estrellas.

    Toda la información e imágenes son de PIJAMA SURF.
    Link original: https://pijamasurf.com/2019/07/simone_weil_

  • Yulimar Rojas: “No tengo techo. Puedo conseguir lo que mi corazón y mi mente quieren”

    Yulimar Rojas: “No tengo techo. Puedo conseguir lo que mi corazón y mi mente quieren”

    No se ha visto nunca alegría en el podio como la alegría de Yulimar Rojas, quien, cuando le acercan la bandeja con la medalla de oro, a su derecha, la portuguesa Patricia Mamona, a su izquierda, su amiga Ana Peleteiro, se queda unos segundos mirándola, toda dorada, brillando refulgente al sol de la mañana que quema, como una niña ante el escaparate de una tienda de chuches, la misma mirada de placer anticipado, y la coge, la besa y se la cuelga, y luego, cuando suena el Gloria al bravo pueblo, la Marsellesa venezolana, empieza a bailar al ritmo de la música, y lo canta, aunque no se oiga, su voz tapada por la mascarilla, y levanta el puño feliz, rítmica, como haría en la escuela, de niña, cuando llega el “gritemos con brío, ¡muera la opresión!”.

    Ha saltado 15,67m (5,86m en el hop, el bote; 3,82, en el step, el pasito; 5,99m en el jump, el salto final). No hace ni 24 horas que ha batido un récord del mundo de más edad que su vida, dos meses más viejo que sus 25 años, y ya está pensando en el día siguiente. Y se ríe con un enorme jajajajajaja cuando la prensa la urge: ¿para cuándo los 16 metros? ¿Cuándo te conviertes en la primera mujer que salta 16 metros? Todo un desafío que a cualquiera asustaría y a ella le hace gracia.

    “¡Jajajajaja!”, repite. “Los 16 metros es una meta muy presente en mi vida, y ya me quedé bastante cerca. Cada día lo tengo bien fiado que se hace más patente la posible marca de 16 metros, y, mira, yo soy una atleta que no se pone límites, no tengo techo. Yo puedo conseguir lo que mi mente y mi corazón quieren. Los 16 metros es parte de mi lucha diaria”.

    Toda la información e imágenes son de EL PAÍS.
    Link original: https://elpais.com/deportes/juegos-olimpicos/2021-08-02/yulimar-rojas-no-tengo-techo-puedo-conseguir-lo-que-mi-corazon-y-mi-mente-quieren.html?utm_source=Twitter&ssm=TW_CM#Echobox=1627917444

  • La participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos, una historia de lucha

    La participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos, una historia de lucha

    Desde la Antigua Grecia, los fundadores de las Olimpiadas no permitían a las mujeres participar. Ni siquiera ir como espectadoras.

    La participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos ha sido una lucha donde ha intervenido el movimiento feminista.

    Desde la Antigua Grecia, los fundadores de las Olimpiadas no permitían a las mujeres participar. Ni siquiera ir como espectadoras, a menos de que fueran solteras.

    Debido a estar marginación, las griegas organizaron una competición femenina: los Juegos Hereos.

    Se cuenta con poca información sobre el tema, se sabe que solo participaban mujeres y se celebraba cada cuatro años.

    En la época romana se prohibieron estos juegos por considerarse «paganas», ya que no estaba vinculada a ninguna relación monoteísta como el judaísmo, cristianismo o catolicismo.

    LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEA

    Fue hasta el siglo XIX, en 1986 cuando se organizaron las primeras Olimpiadas modernas donde tampoco se aceptó la participación de las mujeres, en las siguientes ediciones su presencia ha ido aumentado poco a poco.

    El Comité Olímpico Internacional (COI) rechazaba a las mujeres porque consideraba que no eran adecuados para ellas.

    En respuesta a esa discriminación de género, un grupo de mujeres deportistas montaron unos Juegos Mundiales Femeninos en 1922 y 1926.

    El encuentro cada vez reunía a más participantes, lo que obligó al COI a rectificar y abrir los Juegos Olímpicos a atletas femeninas.

    PRIMEROS JUEGOS OLÍMPICOS

    Las mujeres participaron en los primeros Juegos Olímpicos en 1900 en París, la participación de las mujeres se consideró algo extra oficial, limitando su inclusión a deportes considerados de «naturaleza femenina».

    Las disciplinas permitidas eran el golf, el croquet o el tenis como los grandes escenarios en los que llegaron a participar un total de 22 mujeres.

    Dentro de las deportistas, destacaba la presencia de Charlotte Cooper, tenista reputada que ya había ganado Wimbledon en tres ocasiones y que se convirtió en la primera campeona olímpica de la historia.

    Uno de los personajes que se opuso a la participación de las mujeres en el deporte fue el Papa Pío XI, no lo logró ante la presión del movimiento feminista.

    Las mujeres comenzaron a incorporarse a otras disciplinas como el atletismo, la esgrima, la natación y la gimnasia.

    Los Juegos de Ámsterdam en 1928 marcaron un hito en las Olimpiadas, fue el evento en el que se inscribieron 300 mujeres, representando más del 10% de las deportistas, pese a que Pierre de Coubertin, primer presidente del COI había negado su participación.

    La participación de las mujeres en las Olimpiadas fue aumentando cada cuatro años.

    Las Olimpiadas de Atlanta en 1976 fue uno de los puntos clave para el progreso de la igualdad.

    La presencia de las mujeres en los Juegos Olímpicos fue en Londres 2012, hubo 4 mil 850 deportistas que representaron un 46% del total. En Tokio disminuyeron un 1%, este número aumentó en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 a un 49%.

    El número de mexicanas que han participan en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 son 65 mujeres.

    En las disciplinas, tiro con arco, taekwondo, clavados y sótfbol femenil, las mexicanas son las favoritas. Se esperan más medallas de ellas.

    Toda la información e imágenes son de LA SILLA ROTA.
    Link original: https://lasillarota.com/lacaderadeeva/la-participacion-de-las-mujeres-en-los-juegos-olimpicos-una-historia-de-lucha/543543?fbclid=IwAR1oLtsbA7mStKYgaML2yJJEEx1i_4-rz6HjFEbDRcMuaXGJNS9bLNb9O3w

  • Nü shu, la antigua escritura secreta de las mujeres chinas (y cómo las redes sociales la están rescatando del olvido)

    Nü shu, la antigua escritura secreta de las mujeres chinas (y cómo las redes sociales la están rescatando del olvido)

    Una mujer dibuja los caracteres de este lenguaje escrito chino exclusivo para las mujeres.

    La provincia de Hunan, en el sureste de China, es un complejo rompecabezas de picos rocosos, valles llenos de ríos profundos y campos de arroz.

    Las montañas cubren el 80% del territorio provincial, lo que ha dejado aisladas a muchas aldeas que tuvieron que desarrollarse independientemente unas de la otras.

    Y fue aquí, escondido entre pendientes y villas a la ribera de los ríos donde nació el nü shu: el único sistema de escritura en el mundo que fue creado exclusivamente para ser utilizado por las mujeres.

    Nüshu, que precisamente significa «escritura para mujeres» en chino, adquirió una gran importancia durante el siglo XIX en el condado de Jiangyong, provincia de Hunan, para darles a las mujeres han, yao y miao que allí vivían la libertad de expresión que no encontraban en las comunidades de aquel tiempo.

    Algunos expertos creen que este lenguaje fue creado durante la dinastía Song (960-1279) o incluso durante la dinastía Shang. Es decir, hace 3.000 años.

    El código escrito fue transmitido de las madres campesinas a sus hijas y fue usado entre hermanas y amigas en la sociedad feudal china, en tiempos en que a las mujeres se les negaba el acceso a la educación.

    Muchas de esas mujeres eran analfabetas y para aprender el nü shu practicaban copiar el escrito como lo veían. Con el tiempo, dio a lugar a una cultura femenina distintiva que todavía existe.

    De forma notable y durante cientos de años -o incluso miles-, esta forma de escritura permaneció desconocida en las afueras de Jiangyong y el mundo solo lo vino a descubrir en la década de 1980.

    Ahora, unos 16 años después de la muerte de la última mujer que lo hablaba con fluidez, este lenguaje escrito está viviendo una especie de renacimiento.

    Y el centro de ese resurgimiento está en la pequeña localidad de Puwei, que se encuentra rodeada por un río y a la que solo se puede acceder por un puente estrecho.

    Renacer

    De acuerdo a Xin Hu, una residente de la zona, el nü shu se usaba ampliamente en las cuatro localidades y 18 villas más cercanas a Puwei.

    Un grupo de expertos encontró a tres personas que podían escribir nüshu en esta villa de 200 habitantes y Puwei se convirtió en el eje de la investigación para conocer más de este lenguaje.

    En 2006, el nü shu fue inscrito en la lista del Patrimonio Nacional Cultural Intangible de China y, un año después, se abrió un museo en la isla de Puwei, donde Xin comenzó a trabajar como una de las siete intérpretes o «herederas» del lenguaje. Le tocó aprender a leer, escribir, cantar y bordar nü shu.

    El nü shu es una escritura fonética que se lee de derecha a izquierda y que representa una amalgama de cuatro dialectos locales que se hablan en las zonas rurales de Jiangyong.

    Cada símbolo representa una sílaba y en sus inicios, fue escrito usando ramas de bambú afiladas en las puntas y tinta artesanal que se extraía de los restos quemados que quedaban en el fondo de un wok.

    Influenciados por los caracteres chinos, su estilo es tradicionalmente más alargado y curvo, con trazos parecidos a hilos que se inclinan diagonalmente hacia abajo.

    Los habitantes de los pueblos cercanos lo han solido llamar la «escritura del mosquito», debido a su apariencia.

    El nü shu le dio a las mujeres una vía para hacer frente a las duras labores sociales y domésticas, y también para mantener una conexión con otras mujeres que vivían en distintas localidades.

    Estas amigas se bordaban palabras que hablaban de la amistad y la felicidad en bufandas, gorros para el frío y cinturones de algodón, y los intercambiaban entre ellas.

    A pesar de que este lenguaje no se hablaba, en eventos sociales las mujeres cantaban y entonaban poemas, que variaban desde rimas infantiles hasta celebraciones de cumpleaños pasando por el relato de penurias personales o quejas sobre el matrimonio utilizando frases y expresiones del nüshu.

    Las mujeres más adultas componían a menudo canciones autobiográficas para contarle a sus amigas sobre sus experiencias miserables o para promover la moralidad y dar consejo para ser una buena esposa, casta, piadosa y respetuosa.

    Además, aunque el nü shu ahora es entendido como una forma de comunicación para las mujeres que no tenían acceso a los privilegios de aprender a leer y escribir en chino, originalmente se cree que fue un código para desafiar la sociedad patriarcal de aquel tiempo.

    Históricamente, no fue socialmente aceptable para las mujeres chinas hablar de forma abierta sobre sus remordimientos, su trabajo duro en el campo o simplemente sus sentimientos de tristeza y duelo.

    Por eso el nü shu les dio una salida y les ayudó a crear un vínculo de amistad y apoyo que fue de vital importancia en una sociedad dominada por los hombres.

    Las mujeres que crearon este fuerte vínculo se les conoció como «hermanas de juramento» y eran por lo general grupos de tres o cuatro jóvenes, sin vínculo familiar que estaban unidas por una amistad sustentada en cartas escritas y cantar canciones en nüshu entre ellas.

    Mientras eran forzadas a obedecer a los hombres de su familia, las «hermanas de juramento» encontraban algo de alivio en la compañía de sus amigas. En 2000, una escuela de nüshu abrió en Puwei y Xin decidió seguir a su madre y hermana para estudiar en ella.

    Ella ahora enseña nü shu, guía a los visitantes dentro del museo y se ha convertido en el rostro del lenguaje, por lo que ha hecho viajes publicitarios a Europa y Asia.

    «Algunos receptores de esa herencia han aprendido de sus abuelas desde que eran jóvenes, como nuestra heredera nüshu mayor, He Yanxin, que tiene más de 80 años», explica Xin.

    «A la gente le gusta porque cree que esta cultura es única y quiere aprender y entenderla», agrega.

    El florecimiento

    Pero la razón detrás del origen y el florecimiento de este lenguaje escrito en China todavía es un misterio.

    «Creo que tiene que ver con una suma de factores que existen en muchos lugares del sur de China: pueblos sin la influencia han, sinización (el proceso de asimilación de comunidades étnicamente distintas bajo la influencia china), mucha distancia», explica Cathy Silber, profesora de chino en el Skidmore College de Nueva York, quien aprendió por primera vez sobre el Nüshu en 1986 y ha estado investigando desde entonces.

    Silber pasó varios meses viviendo con Yi Nianhua, una de las últimas mujeres que sabía escribir el nü shu, entre 1988 y 1989. Tradujo varias de las obras de Yi al chino estándar y dio varias clases sobre el tema.

    Hoy en día, mucho de lo que sabemos del nüshu es gracias al trabajo del investigador Zhou Shuoyi, quien supo de esta escritura en los años 50 después de que su tía se casó con un hombre que había vivido en una villa donde sus pobladores conocían el nü shu.

    Zhou comenzó a investigar el lenguaje codificado para el Centro Cultural de Jiangyong en 1954, pero la Revolución Cultural de Mao Zedong que llegó en los años 60 convirtió el trabajo de Zhou en un blanco de los censores del Estado.

    «Fui reseñado como ‘capitalista’ por el trabajo que había hecho con el lenguaje», señaló Zhou en una entrevista con el China Daily, en 2004.

    «Quemaron todos mis archivos y me enviaron a un campo de concentración hasta 1979. Pasé 21 años en aquel lugar», señaló. Como parte de la Revolución, los líderes comunistas de China estaban interesados en erradicar el pasado feudal del país y se denunció a cualquiera que se encontrara usando el nü shu.

    Y a medida que las mujeres comenzaron a recibir una educación más formal en la década de 1950, el uso del idioma disminuyó aún más. Pero después de su liberación, Zhou continuó traduciendo incansablemente el lenguaje al chino actual.

    Toda la información e imágenes son de EL HERALDO SLP-
    Link original: http://elheraldoslp.com.mx/new/nu-shu-la-antigua-escritura-secreta-de-las-mujeres-chinas-y-como-las-redes-sociales-la-estan-rescatando-del-olvido/

  • Mujeres y tecnología: por qué todavía somos minoría y qué estamos haciendo para cambiar ese escenario

    Mujeres y tecnología: por qué todavía somos minoría y qué estamos haciendo para cambiar ese escenario

    Hace 20 años, cuando me gradué como Analista en Sistemas, buscaba en el área de tecnología algo más que un trabajo. Buscaba una carrera. Y ahora, más que nunca, necesitamos hablar sobre cómo la tecnología ha impactado —e impactará cada vez más— en el mercado laboral. Esto se debe a que sabemos que las mujeres fuimos las más afectadas durante la pandemia y el sector es un potencial motor para el cambio y el desarrollo social.

    Para que se hagan una idea: más de la mitad de los usuarios de Internet en Latinoamérica son mujeres.1 Entonces, ¿por qué no tenemos más personas de género femenino que piensen en soluciones tecnológicas y trabajen en el área? El estudio “Mujeres en tecnología”, que la consultora Michael Page realizó en Latinoamérica, buscó respuestas a la pregunta en la escucha a profesionales C-Level (presidentes, vicepresidentes, directores y gerentes generales) que trabajan en empresas de tecnología, servicios financieros, comercio minorista, ingeniería y manufactura.

    Además de estos datos, sabemos que la disparidad entre géneros comienza incluso antes, en la elección de la carrera. Y esta realidad, lamentablemente, no ha cambiado mucho en los últimos años. En Argentina, casi 6 de cada 10 estudiantes universitarios son mujeres, pero solo el 25% estudian Ingeniería y Ciencias Aplicada.2 Mientras tanto, en México, solamente 8% de las mujeres eligen estudiar una carrera relacionada con las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, en contraste con el 27% de los hombres.3

    Paralelamente a mi experiencia, el estudio “Mujeres en tecnología” identifica que la falta de modelos femeninos en el área desalienta a las mujeres a participar en el sector que, además, les ofrece menos oportunidades.

    La autoexigencia de las mujeres a la hora de presentarse para un puesto también impide que muchas se permitan aceptar nuevos desafíos: se postulan un 20% menos que los hombres porque entienden que deben cumplir con el 100% de los requisitos solicitados. Por otro lado, los hombres se postulan a puestos de trabajo para los que cumplen solo con el 60% de los requisitos.2

    Las marcas, las empresas y sus líderes deben tener siempre presente que equipos diversos generan soluciones diversas, lo que genera un gran potencial para ofrecer a las empresas una mayor rentabilidad. Por lo tanto, impulsar la candidatura de mujeres en el área tecnológica, además de ofrecer oportunidades de crecimiento y liderazgo, es un compromiso que puede generar beneficios para ambas partes.

    ¿Qué estamos haciendo para cambiar ese escenario?

    Aquí en Google, mirar los números es fundamental. Nuestras decisiones siempre están respaldadas por datos. Por ejemplo, el 80% de los líderes de marketing en América latina son mujeres. Y siempre buscamos aprender más sobre diversidad y las diferentes intersecciones. La interseccionalidad es el fenómeno por el cual cada individuo es discriminado u ostenta privilegio sobre la base de su pertenencia a múltiples categorías sociales, como por ejemplo mujer, latina y negra.

    Nuestro compromiso por promover un entorno laboral más diverso e inclusivo se aplica al universo dentro de la empresa, pero también tiene consecuencias externas con iniciativas como Crece con Google, uno de nuestros programas gratuitos de formación profesional. Este año, durante el mes del Día Internacional de la Mujer, celebramos en Latinoamérica la versión de “Crece con Google para Mujeres”, orientada a los nuevos desafíos del escenario tecnológico. Más de 90.000 mujeres participaron de este programa destinado a capacitarlas y a empoderarlas en habilidades digitales y empresariales, seguridad en Internet, liderazgo y autopromoción (puedes mirar aquí los videos de capacitación).

    Para hacer correr la voz, acompañamos el programa con una campaña de marketing de influencers que reunió a más de 60 mujeres en México y Argentina, y, en ambos países, realizamos una adaptación de la película Hero, que incluyó videos de las primeras mujeres locales en liderar diferentes campos como los deportes, la ciencia, el arte y la cultura.

    Destaco también una acción desarrollada en YouTube México: como parte del compromiso de Google con ONU Mujeres, lanzamos «Mi Propio Reto». Este programa reunió a 14 creadoras, artistas y expertas, durante ocho días para hablar sobre sus desafíos para aumentar la autoestima y la confianza en sí mismas como una forma de evitar la violencia de género. Los videos alcanzaron más de 2 millones de visitas.

    Por más intención en el incentivo

    La realidad retratada en el estudio “Mujeres en tecnología” deja en claro que todavía tenemos mucho que transformar. Las acciones de Google han sido una apuesta hacia ese cambio. Es bueno para los negocios, es bueno para la sociedad y, por supuesto, es lo correcto.

    Y sabemos que debe haber un trabajo continuo para este cambio. Un esfuerzo capaz de generar espacios de trabajo más inclusivos cuando hablamos de género, pero también cuando hablamos de raza, orientación sexual o personas con discapacidad. Por eso, creo que es importante mencionar que, sin la genuina intención de los líderes de incrementar su representación en el mercado laboral, no avanzaremos.

    ¿Y cómo hacemos esto? En el caso específico del género, podemos alentar a más mujeres a seguir carreras en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas; ofrecer mayor porcentaje de contratación y brindarles oportunidades de desarrollo y crecimiento profesional.

    A dos décadas de mi graduación, puedo decir que apostar por la carrera de Analista de Sistemas fue una decisión acertada para desarrollarme profesionalmente, así como para las otras seis mujeres que se graduaron conmigo y, hasta el día de hoy, trabajan en el sector. Ahora, la idea es hacer que ese número se multiplique exponencialmente. Cuento contigo en esta misión.

    Ingresa al estudio completo «Mujeres en tecnología. ¿Qué están haciendo las organizaciones para romper barreras?” aquí.

    Toda la información e imágenes son de thinkwithgoogle.

    By Paula Bellizia

    Link original: https://www.thinkwithgoogle.com/intl/es-419/futuro-del-marketing/gestion-y-cultura/diversidad-e-inclusion/mujeres-y-tecnologia-por-que-todavia-somos-minoria-y-que-estamos-haciendo-para-cambiar-ese-escenario/

  • Ajedrez y mujeres: misterio o machismo

    Ajedrez y mujeres: misterio o machismo

    Niñas y niños de tres a cinco años con quienes se emplea el ajedrez, combinado con música y danza, como herramienta pedagógica en un tablero gigante de suelo. Es una tendencia muy exitosa en educación innovadora. Y también puede aclarar si la enorme diferencia (diez a una) entre hombres y mujeres en un deporte donde la fuerza física no influye (la resistencia, sí) es genética o fruto del machismo.

    Lo he visto en escuelas de Bogotá, Montevideo, San José de Costa Rica, Zaragoza, Madrid, Valencia, Tenerife, Budapest, y me consta que se utiliza en muchos centros de Andalucía, Cataluña, Argentina, México, Italia, Alemania, Dinamarca… Las maestras (en esa etapa, casi siempre son mujeres) están muy satisfechas: el ajedrez mezclado con música permite trabajar elementos educativos esenciales: lateralidad, psicomotricidad, geometría elemental, atención, memoria, concentración, respeto por las normas y los compañeros, control del primer impulso… Y el ajedrez es cotidiano para esas niñas.

    Por tanto, regalar un tablero y unas piezas (o un vídeo o programa de iniciación) a una niña ya no será tan raro en esas ciudades como obsequiar a un niño con una muñeca. Aún hoy, el ajedrez tiene una etiqueta de masculinidad en la mayoría de los países. Es probable que eso influya en lo que ocurre al llegar a la adolescencia: las niñas se alejan del ajedrez mucho más que los niños. Y si hablamos de ajedrez como deporte de alto nivel (no como pasatiempo), lo que no se progresa entre los 12 y los 18 es poco menos que irrecuperable.

    Ahora bien, las tres hermanas húngaras Polgar también fueron adolescentes, y sus resultados son históricos: la menor, Judit, retirada en 2014, es la única mujer que ha estado entre los diez mejores del mundo (varias veces entre 1998 y 2005; sus hijos nacieron en 2004 y 2006); Susan, la menor, fue campeona del mundo femenina; y Sofía logró resultados muy brillantes frente a hombres hasta que decidió, a los 19, que no quería ser jugadora profesional. Ninguna de las tres fue nunca al colegio, excepto para los exámenes, porque sus padres, graduados en pedagogía, las educaron en casa, con el ajedrez como una asignatura más. ¿Qué ocurriría si todas las niñas del mundo lo tuvieran incluido en su currículo escolar?

    La china Yifán Hou, única mujer hoy entre los cien mejores del mundo (79ª a los 27 años), es también muy peculiar, de talento enorme, como el de Judit; de hecho, logró en 2012 el mejor resultado de una mujer en la historia, en Gibraltar (el torneo abierto más duro del mundo), donde terminó segunda. Pero el ajedrez no es su prioridad: tras graduarse en Oxford en Relaciones Internacionales, trabaja como catedrática en la universidad de Shenzhen (China).

    China, donde el ajedrez llegó a estar prohibido durante la desgraciada Revolución Cultural (1966-1976), superó en los años noventa la hegemonía femenina de Georgia (el ajedrez era una pasión nacional en toda la Unión Soviética, desintegrada en 1991, pero sobre todo en ese país caucásico), donde, desde la Edad Media, la dote nupcial incluía un tablero y unas piezas. Sus jugadoras más brillantes son heroínas nacionales, y la diferencia de categoría entre ellas y sus mejores compatriotas masculinos es menor que en casi todo el resto del mundo.

    Anya Taylor-Joy, en un plano de uno de los capítulos de la serie 'Gambito de dama'.
    Anya Taylor-Joy, en un plano de uno de los capítulos de la serie ‘Gambito de dama’.NETFLIX

    En la Edad Media, jugar al ajedrez era la mejor excusa para que un varón de clase alta entrase en los aposentos de una dama. Pero tal igualdad se fue perdiendo en los siglos posteriores, cuando el lugar más habitual del ajedrez eran los cafés, donde las mujeres no solían entrar. La ilustración más famosa de esa discriminación es el caso de la famosa ajedrecista alemana Sonja Graf, se disfrazaba de hombre para que la dejaran jugar.

    Gracias al bombazo de Gambito de Damala serie más vista en la historia de Netflix, la demanda de ajedrez por parte de mujeres se ha disparado. Cada vez más países se plantean eliminar los campeonatos nacionales femeninos, como ha hecho España. El inconveniente es el escaso estímulo de ser campeona tras quedar, por ejemplo, la 25ª del torneo absoluto. Los Europeos y Mundiales (desde sub 8 a sub 20, y adultos) se dividen en “abiertos” (pueden participar las mujeres que lo deseen) y “femeninos”.

    Si nos atenemos al rigor científico, debemos esperar a que las diferencias entre el cerebro masculino y femenino se establezcan con total claridad. Podría descubrirse que los hombres están más dotados para ciertas actividades, y las mujeres para otras. Pero, con la información disponible hoy, mi resumen de todo lo explicado en este artículo es una sola palabra: educación.

    Toda la información e imágenes son de EL PAÍS.
    Link original: https://elpais.com/revista-de-verano/2021-08-02/ajedrez-y-mujeres-misterio-o-machismo.html

  • Mujeres al grito de guerra… medallistas y heroínas

    Mujeres al grito de guerra… medallistas y heroínas

    Como ha sido la constante en las últimas ediciones olímpicas son las mujeres quienes dan la cara y el brillo a las medallas, a la competencia,al esfuerzo por llegar a lo máximo del Olimpismo, siendo en Tokyo 2020 la misma tendencia. Lleguen o no al pódium, sus presentaciones son llenas de brillantez, de compromiso con México,con ellas mismas para cumplir sueños que hoy son realidad.

    La mexicalense Alexa Moreno es histórica con la mejor posición para México en la gimnasia olímpica, terminando en el cuarto lugar del salto de caballo, a solo 0.17 milésimas de alcanzar la medalla de bronce. Fue impecable en sus dos saltos, nunca perdió la sonrisa al quedarse a un tris del pódium, siendo siempre esa persona positiva declarando “Ahora sabrán que en México se practica la gimnasia”.

    Alexa es una triunfadora total. Superó el tremendo bullying de la afición y las lapidarias redes sociales en Río de Janeiro, por su complexión física. Alexa por un desgarre llegó con siete kilos de más, ocupando el lugar 12, pero no dio importancia a esta furia en redes declarando “Soy mexicana,luzco como mexicana, no esperen a una rubia”. Alexa se abrió camino y hoy a sus 24 años goza la gloria. Estudió arquitectura, habla japonés, es bronce en un Mundial en Doha 2018, es Premio Nacional del Deporte. Es una triunfadora de la vida.

    Aremi Fuentes Zavala, oriunda de Chiapas,se puso como meta una medalla y consiguió la de bronce en valiente competencia levantando 108 en arranque y 137 en envión para un total de 245 kilos. Nacida en Chiapas y avecindada en Mexicali, dejo sus sueños en el atletismo para mudarse a la halterofilia y hoy tiene su recompensa. En los Juegos de la Juventud en Singapur 2010 consiguió bronce.11 años después es medallista olímpica de la mano de su entrenador José Manuel Zayas quien hoy la siguió a la distancia .Inspirada en Soraya Jiménez,QEPD, oro en Sydney 2000 y de Damaris Aguirre bronce en Beijing 2008 y Luz Acosta bronce en Londres 2012, es ahora la cuarta dama con medalla olímpica en Pesas.

    Alejandra Valencia bronce en Tiro con Arco mixto, es otra de las destacadas,por su entereza y actuación en la individual donde perdió por flecha de oro el poder continuar con vida. Ale fanática de los animes japoneses dio alegrías a la delegación mexicana, como Alejandra Orozco y Gaby Agúndez en plataforma sincronizada 10 metros, para sumar los tres bronces de México.

    Con 18 años, Arantxa Vázquez logró un meritorio sexto lugar en final trampolín tres metros y el panorama que tiene por delante rumbo a París 24 es halagador.Carolina Mendoza y Lolita Hernández con buena actuación en sincronizados de ese trampolín también destacaron, así como Kenia Lechuga mejoró sus récords en Remo, Galván el récord nacional de 5000 metros, siendo la otra cara mujeres que decepcionaron como las boxeadoras Falcón, Brianda Romero y en Tae Kwan Do Briseída Acosta siendo la primera vez desde Sydney 2000 que no hay medallas para México en está disciplina.

    En los Juegos de la diversidad e igualdad de género, las mujeres brillan con luz propia para la delegación mexicana,donde todavía habrá más. Y es que la Carta Olímpica es clara “Cualquier forma de discriminación contra un país o una persona basada en consideraciones de raza, religión, política, sexo o de otro tipo es incompatible con la pertenencia al Movimiento Olímpico”.

    Toda la información e imágenes son de FORBES.
    Link original: https://www.forbes.com.mx/mujeres-al-grito-de-guerra-medallistas-y-heroinas/

  • Alexa Moreno usó su propio dinero para comprar material durante preparación rumbo a Tokyo 2020

    Alexa Moreno usó su propio dinero para comprar material durante preparación rumbo a Tokyo 2020

    Alexa Moreno habría usado el dinero que obtuvo cuando fue galardonada con el Premio Nacional de Deporte para prepararse rumbo a Tokyo 2020. Es decir, la gimnasta asumió la compra de material que necesitaba para entrenar.

    Moreno obtuvo el cuarto lugar en la final de salto de caballo en Tokyo 2020, siendo el mejor resultado para México en un final por aparatos en gimnasia artística. Sólo unas décimas la separaron de subirse al podio.

    Sin embargo, trascendió que Alexa Moreno tuvo que hacer un esfuerzo económico para poder contar con todos los instrumentos necesarios para poder prepararse y tener el resultado que obtuvo en Tokio.

    Alexa Moreno Tokyo 2020

    Alexa Moreno tras su segundo salto en la final de la especialidad en Tokyo 2020 (Imagen: Twitter @CONADE)

    De acuerdo con Frida Martínez, quien trabaja en la agencia que representa a Alexa, la gimnasta tuvo que asumir los gastos, ya que en México falta la infraestructura necesaria para atletas de alto rendimiento.

    “FACTS [Hechos] que las personas deberían de saber: Ella se compró con su premio nacional del deporte sus aparatos para poder entrenar a falta de tener los adecuados en México (Urge infraestructura para el alto rendimiento)”.

    Asimismo, Martínez añadió que Alexa Moreno tendrá que pasar por el quirófano, que ya tiene una fuerte lesión en el hombro que necesita tratar con urgencia.

    Alexa Moreno Tokyo 2020

    (Imagen: Twitter @bluedemonia)

    Esto coincide con la denuncia hecha por Javier Rojo. El gimnasta reveló las condiciones del gimnasio en el que entrena y pidió que no se juzgue con dureza a los atletas que compitieron en Tokyo 2020.

    Toda la información e imágenes son de PLUMAS ATÓMICAS.
    Link original: https://plumasatomicas.com/noticias/mexico/alexa-moreno-uso-su-propio-dinero-para-comprar-material-durante-preparacion-rumbo-a-tokyo-2020/

  • Trabajo en casa y empresas alejan a 21.6 millones de mujeres del mercado laboral

    Trabajo en casa y empresas alejan a 21.6 millones de mujeres del mercado laboral

    Exclusión por millones: en México, 16.9 millones de mujeres están atadas a tareas domésticas sin remuneración económica; otros 4.6 millones de mujeres buscan pero no son contratadas.

    Poco antes de la llegada del COVID-19 a México, Patricia González dejó su trabajo en una estancia infantil del ISSSTE, donde laboró por más de 30 años. Si bien ya alcanzaba la jubilación, la principal razón por la que tomó esta decisión era hacerse cargo de los cuidados de su mamá, doña Ernestina, de 83 años de edad.

    Una vez que la pandemia golpeó a la economía familiar —pues la jubilación aún no estaba resuelta—, Patricia intentó reincorporarse al mercado laboral, pero le ha resultado imposible.

    «Si yo salgo a buscar trabajo y encuentro, ¿quién cuida de mi mamá? Todos mis hermanos están ocupados en sus trabajos o con sus familias, unos viven lejos y les es imposible venir. Además, tengo 57 años, ¿quién me va a querer contratar?», dice en entrevista.

    Patricia es una de las 16.9 millones de mujeres en México, en edad laboral, que ni siquiera tienen oportunidad de salir a buscar trabajo por estar atadas a tareas del hogar o de cuidados sin remuneración económica.

    La organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza reporta que en México hay un total de 21.6 millones de mujeres excluidas del mercado laboral, y en la mayoría de los casos no es por la situación de desempleo, sino porque se dedican a labores domésticas.

    En entrevista con Expansión Política, Carmen Ponce, economista especializada en género, menciona que, según datos del INEGI, el trabajo doméstico no remunerado, que en su mayoría realizan las mujeres, genera hasta 5.5 billones de pesos en la economía nacional.

    «El problema es que esta carga de trabajo no les permite acceder ni buenos niveles de educación ni a mercado laboral. El otro elemento (de la exclusión laboral) es que muchas empresas le niegan el empleo a las mujeres embarazadas o las despiden», señala.

    Los quehaceres del hogar sin remuneración económica aumentaron en la pandemia, debido a las medidas de confinamiento y los despidos en los centros de trabajo, pero el problema viene de años atrás y es estructural.

    «México tiene una baja participación (de mujeres en el mercado laboral), principalmente por razones estructurales, del patriarcado, y porque no contamos con una oferta de servicios de cuidados que permita que las mujeres puedan tener a sus hijos en lugares seguros mientras ellas salen a trabajar», señala Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

    El sociólogo de la UNAM puntualiza que el problema de la exclusión laboral de las mujeres es tan estructural que afecta por igual a la región sur del país como a la norte.

    En este sentido, señala que todas las entidades se encuentran en semáforo rojo, con variaciones solo por décimas, pero destacan los estados de:

    • Sinaloa, con el 99.1% de mujeres no disponibles para trabajar por atender labores domésticas y de cuidados.
    • Chiapas, con el 99%.
    • Puebla, con el 98.2%.
    • Colima, con 97.7%.

    La falta de un sistema de cuidados

     

    En noviembre de 2020, la Cámara de Diputados aprobó reformas a los artículos 4 y 73 de la Constitución en materia de sistema de cuidados, para establecer la corresponsabilidad entre mujeres y hombres.

    En el documento, que está congelado en el Senado de la República, se cita que el 90% de las tareas de cuidado, domésticas y de crianza recaen sin paga en las mujeres.

    Muchas mujeres están impedidas de salir a trabajar por falta de escuelas de tiempo completo y estancias infantiles.

    Rogelio Gómez Hermosillo

    Rogelio Gómez y Carmen Ponce coinciden en que para eliminar la barrera laboral de las mujeres a causa de las labores domésticas es urgente la creación de un sistema nacional de cuidados, estancias infantiles y escuelas de tiempo completo, pero sobre todo que las políticas públicas se lleven a la práctica y que haya más presupuesto.

    «Un sistema nacional de cuidados funcionando permitiría cerrar la brecha, o por lo menos no ser de los peores países de América Latina, y después de algunos años (la situación laboral para las mujeres) se consolidaría y (México) podría llegar a niveles de países más desarrollados, como los europeos», expone el activista.

    «También se requieren casas de cuidado para los adultos mayores, comedores familiares, lavanderías públicas y una intensiva campaña nacional invitando a que los hombres y los miembros de la familia en general, ya sean hijas o hijos, participen en forma igualitaria en los trabajos domésticos», agrega Carmen Ponce.

    ¿Cuándo empezar para lograr romper esa barrera? «Ahorita, es algo ahorita ya debería de iniciar, porque si no se hace en estos momentos no acabará la violación al derecho de las mujeres a incorporarse al mercado laboral», enfatiza la economista.

    La desigualdad laboral

    En su más reciente informe , Acción Ciudadana también indica que del total de mujeres excluidas, solo 4.6 millones se ven afectadas directamente por el desempleo.

    Estas cifras muestran una desproporción en comparación a la de hombres, pues mientras la tasa de desempleo de mujeres es de 17.5%, en hombres apenas es del 8.5%.

    Y las mujeres que logran romper la barrera de la exclusión y acceden a un trabajo formal —solo 47% de la población femenina en México—, tienen condiciones precarias: siete de cada 10 no perciben un sueldo para adquirir por lo menos una canasta básica.

    Incluso, el 61% de las mujeres en el mercado laboral no cuentan con seguro social, 32% no tiene prestaciones, 52% trabaja sin contrato estable y 93% no tiene respaldo sindical.

    Además, la brecha salarial entre hombres y mujeres es de más de 600 pesos. Mientras los primeros perciben como mínimo 6,140 pesos mensuales, las mujeres ganan 5,472 pesos por las mismas jornadas de trabajo.

    Es decir, destaca Acción Ciudadana, que para alcanzar el promedio de ingreso de un hombre, una mujer tendría que trabajar meses de 34 días o años de 13.5 meses, y la brecha se hace más grande según el sector laboral.

    Pero la carga de trabajo para las mujeres empleadas no termina en las oficinas o fábricas, pues destinan hasta 48.8 horas semanales a las labores del hogar, esto, una vez más, sin remuneración económica.

    La disparidad vuelve a ser evidente, pues en el caso de los hombres que laboran solo destinan 16.8 horas semanales a las tareas domésticas. Es decir, las mujeres empleadas, dedican una jornada completa adicional a labores de cuidado y domésticas.

    «Todo esto es una brecha enorme, y es producto de una división sexual del trabajo. Seguimos en una cultura patriarcal y machista: a las mujeres les toca lavar los platos y a los hombres nos corresponde que nos sirvan en la mesa», expresa Carmen Ponce.

    Toda la información e imágenes son de EXPANSIÓN.
    Link original: https://politica.expansion.mx/mexico/2021/07

  • Alexa Moreno: ¿Cuándo y a qué hora es la final de salto de caballo en Tokio?

    Alexa Moreno: ¿Cuándo y a qué hora es la final de salto de caballo en Tokio?

    La mexicana competirá en la final en salto de caballo y tu apoyo será importante en este día tan especial para ella.

    Incluso desde que supimos que sería parte de la delegación mexicana que nos representaría en estos Juegos Olímpicos, estábamos ansiosos de saber cuándo y dónde podríamos ver a Alexa Moreno participar en Tokio. La fecha ha llegado y así como hemos apoyado en redes a la gimnasta mexicana, lo podremos hacer a través de diversos canales.

    La joven de Mexicali consiguió su boleto a la final de salto de caballo, una competencia en la que, si no sucede algo como lo anunciado en los últimos días, Simone Biles, la estadounidense, se estaría encontrando con ella en estas instancias. El show de Alexa Moreno en Tokio está a punto de comenzar.

    ¿Cuándo y dónde puedo ver a Alexa competir en la final de salto de caballo?

    Será este domingo 1 de agosto cuando en punto de las 03:45 de la mañana, tiempo del centro de México, la mexicana compita en la final de salto de caballo, una de las especialidades en su carrera.

    La transmisión será a través de Claro Sports tanto en televisión como a través de YouTube y su página en Internet.

    Su meta es la medalla olímpica

    Alexa Moreno, medallista de los Mundiales de gimnasia del 2018, aseguró en algún momento que su trabajo siempre ha estado encaminado a pelear por una presea en los Juegos Olímpicos y persistirá en busca de esa meta. «Quiero seguir avanzando y mi sueño es ser medallista olímpica, quiero ir a los Juegos Olímpicos y quedar completamente satisfecha con mi participación, disfrutarlos y decir, estoy contenta con lo que hice», sentenció.

    Toda la información e imágenes son de CULTURA COLECTIVA.
    Link original: https://news.culturacolectiva.com/mundo/