Los ingresos de los hombres superan a los de las mujeres en todos los rangos de edad y durante el 2022, la brecha fue de 14 mil 628 pesos al trimestre, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares Estacional (ENIGH E) del INEGI.
“En 2022, el ingreso promedio trimestral monetario por persona fue de 26 mil 860 pesos. Para los hombres, este monto fue de 33 mil 964 pesos; para las mujeres, de 19 mil 336. Las cifras representan una brecha entre ambos sexos de 14 mil 628 pesos al trimestre”, indicó el Instituto.
Esto significan una brecha de 58 mil 512 pesos al año.
Si bien en todos los rangos de edad las percepciones de los hombres son mayores a los de las mujeres, en el grupo de 60 años y más, la diferencia llegó a ser de 35 mil 479 pesos al trimestre; ya que los hombres perciben 53 mil 742 pesos en promedio y las mujeres 18 mil 263 pesos.
Entre los 40 y 49 años, la brecha fue de 15 mil 97 pesos al trimestre; de 30 a 39 años, de 13 mil 481 pesos, y de 50 a 59 años, de 13 mil 90 pesos.
Los rangos de edad que mostraron los menores ingresos fueron los de 12 a 19 años, en el que los hombres perciben 7 mil 501 pesos al trimestre y las mujeres 5 mil 85 pesos; es decir, una brecha de 2 mil 416 pesos.
Mientras que, de 20 a 29 años los hombres tienen ingresos promedio por 26 mil 151 pesos y las mujeres, 17 mil 617 pesos, equivalente a una brecha de 8 mil 534 pesos.
“Al desglosar por número de hijas o hijos, el mayor ingreso promedio trimestral monetario se encontró entre las mujeres que tenían una hija o hijo, con 22 mil 610 pesos. El menor ingreso promedio trimestral monetario lo percibió el grupo de mujeres con cuatro hijas o hijos o más, con 13 mil ,468 pesos”, según la ENIGH E.
En contraste, los hombres con dos hijos o hijas tuvieron un ingreso promedio de 39 mil 103 pesos al trimestre y aquellos con más de cuatro hijos o hijas fue de 25 mil 812 pesos, recursos por encima del de las mujeres.
Un estudio liderado por FIFPro Sudamérica en colaboración con sindicatos de la región divulgado esta semana arrojó que apenas el 46% de las jugadoras del continente tiene un contrato laboral formal, en tanto que cerca de un tercio de lasfutbolistas profesionales de Primera División no recibe ninguna remuneración.
En la investigación participó también el Observatorio de Gestión de Personas de la Facultad de Economía y Negocios de laUniversidad de Chile, y se realizó a través de una encuesta a 1.100 futbolistas de 103 clubes de Primera División de Argentina, Chile, Colombia, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Los resultados revelan que la precarización en el futbol femenino sudamericano persiste, y evidencian los desafíos financieros y laborales que enfrentan las jugadoras.
Camila García, vicepresidenta de FIFPro y directora de la Asociación de jugadoras de Chile (ANJUFF), explicó:
Este estudio tiene como espíritu ser un llamado a la acción y generar un diálogo para crear cambios y un entorno más profesional en general.
Las diferencias más señaladas entre el futbol femenino y masculino como la brecha salarial y la diferencia de condicionesde trabajo siguen siendo el rasgo principal. Esos problemas subrayan el bajo nivel de formalidad de las relaciones profesionales en esta rama del deporte.
El sondeo reveló que un 27% de las jugadoras no recibe remuneración, aunque es una cifra que varía dependiendo del país del continente en el que desarrollan su actividad. Estos datos explican que el sólo el 24% de las deportistas se dedicaexclusivamente a jugar fútbol.
Hay mucha diversidad dentro de la región, por eso estamos llamando a generar estándares mínimos dentro de la CONMEBOL para que tanto la Copa Libertadores y los campeonatos nacionales sean más atractivos.
La realidad de la jugadora sudamericana dicta que el 86% dedica entre cinco o más días a la semana para el entrenamiento de futbol, pero que más de tres cuartos de ellas enfrenta una doble o triple jornada atendiendo estudios, trabajo, carrera deportiva y otras ocupaciones.
La mitad del universo de futbolistas en Sudamérica gana menos del mínimo legal, expuso Carla Rojas, autora del estudio y coordinadora de Inclusión y Género del Observatorio de Gestión de Personas de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile.
La investigación abordó diversas áreas para el análisis como infraestructura en la que se desarrolla el futbol femenino, las prestaciones de salud, situaciones de acoso y la salud mental, entre otras.
En ese sentido, un 73% de las encuestadas manifestó haber experimentado algún tipo de acoso sexual en su carrera deportiva y 36% declara haber sido testigo de alguna de estas circunstancias. En tanto que el 85% ha vivido circunstancias que implican discriminación de género.
Estas situaciones se desenvuelven en un ambiente de poca confianza en los canales de denuncia, ya que más de la mitad de las futbolistas no cree en el apoyo o justicia que puedan conseguir ante estas circunstancias por estas vías en sus clubes.
La Cámara de Diputados aprobó una reforma para reconocer como violencia laboral el trato desigual en un empleo en contra de mujeres y personas con capacidad de gestar por su condición de embarazo o por su maternidad. Estas conductas serán equiparadas a la discriminación y, por lo tanto, consideradas un delito.
Por unanimidad, con 436 votos a favor, el pleno de la Cámara Baja avaló cambios a diversos artículos de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) en esta materia, iniciativa propuesta por la diputada Julieta Vences Valencia (Morena).
La iniciativa “pretende establecer que constituye violencia laboral cuando existe discriminación, distinción, exclusión o restricción en contra de una mujer solicitante de empleo, debido a su maternidad, a su embarazo o a su lactancia. Porque hemos escuchado miles de testimonios que, aun cuando la ley lo prohíbe, te piden prueba de embarazo” en muchas empresas, dijo la legisladora en tribuna.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), al 2% de las mujeres mayores de 15 años que han trabajado alguna vez en su vida le han pedido una prueba de embarazo como requisito para trabajar. Ese porcentaje equivale a casi 2.5 millones de mujeres.
A más de 740,800 mujeres le pidieron prueba de embarazo como requisito para continuar en su trabajo o renovarle el contrato; a casi 272,000 las despidieron por embarazarse; a cerca de 219,000 ya no les renovaron el contrato por ese mismo motivo y a 144,947 le bajaron el salario por ejercer su derecho a gestar.
“Aun cuando no debería ser importante, si no tienes hijos te preguntan si piensas o planeas ser madre. Yo les preguntaría a mis compañeros diputados o a los hombres que nos escuchan allá afuera, si en algún momento en alguna entrevista de trabajo les preguntan si próximamente planean ser padres. La respuesta sería: no. Que nadie les pregunta ni les juzga a ellos por realizar su paternidad en plenitud, pero a las mujeres sí se nos juzga y sí se nos pregunta”, dijo la diputada.
La reforma pasó al Senado de la República para su revisión.
¿Cómo se configura la violencia laboral?
Afectar los derechos que tienen las mujeres trabajadoras “a la maternidad, el embarazo y la lactancia” es considerado violencia laboral y docente, según quedó establecido en el dictamen aprobado. La modificación fue al artículo 10 de la LGAMVLV.
Esto es reiterado en el artículo 11, donde queda asentado que es violencia laboral la negativa ilegal a contratar, a respetar la permanencia o condiciones generales de trabajo en razón de la maternidad, embarazo o lactancia.
Se establece también que “la discriminación, distinción, exclusión o restricción en contra de una mujer solicitante de empleo o empleada” por esos mismos motivos será violencia laboral.
La prevención, investigación, atención y sanción de este delito corresponde a diferentes autoridades federales y locales. Las sanciones a las empresas por discriminar a mujeres y personas con capacidad de gestar que estén embarazadas o estén ejerciendo su maternidad pueden ir desde lo administrativo hasta lo penal.
Por ejemplo, a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) se le ordena “realizar las acciones necesarias, para que las autoridades competentes, lleven a cabo registros homologados, confiables y desagregados sobre los casos de discriminación, permitiendo identificar el tipo de conducta de la que se trata, los derechos que se vulneraron y el perfil del agresor”.
Pero, además, un agregado a la fracción VII del artículo 15 de dicho marco legal indica que las autoridades deberán sancionar al superior jerárquico de la persona discriminadora en el centro laboral.
Protección laboral para las embarazadas
Una adición más al artículo 15 de la LGAMVLV señala como obligación de los tres órdenes de gobierno “proporcionar, de manera especializada y gratuita, atención legal y de salud integral, incluyendo servicios de salud mental, a quien sea víctima de discriminación”, así como de hostigamiento o acoso sexual.
De ser aprobada esta reforma por el Senado, las víctimas de discriminación por embarazo podrán recurrir a una orden de protección emitida por las autoridades administrativas, el Ministerio Público o el órgano jurisdiccional competente.
Las órdenes de protección son medidas que necesita de manera urgente la víctima, según el daño ocasionado. De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), hay tres tipos:
De emergencia, para el caso de mujeres cuya vida peligra.
Preventivas, como el auxilio policiaco de reacción inmediata para quienes están amenazadas.
De protección de naturaleza civil, como la obligación del agresor de proveer gastos alimentarios.
De acuerdo con el texto de la reforma impulsada por la diputada Julieta Vences, las órdenes de protección se otorgarán según necesidades que se deriven de cada caso en particular, analizando diversas situaciones, como la maternidad. Por ejemplo, una orden de emergencia podría ser que a la víctima le restituyan su puesto de trabajo.
Cada año, al menos 40 millones de mujeres probablemente padezcan un problema de salud a largo plazo causado por el parto, según un nuevo estudio que se publica hoy en The Lancet Global Health. El estudio, que forma parte de una serie especial sobre salud materna, pone de manifiesto que existe una elevada carga de afecciones posnatales que se prolongan durante meses, o incluso años, después del parto. Entre ellas se incluyen el dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia), que afecta a más de un tercio (35%) de las mujeres durante el puerperio, el dolor lumbar (32%), la incontinencia anal (19%), la incontinencia urinaria (8%-31%), la ansiedad (9%-24%), la depresión (11%-17%), el dolor perineal (11%), el miedo al parto (tocofobia) (6%-15%) y la infecundidad secundaria (11%).
Los autores del artículo reclaman que el sistema de salud reconozca en mayor medida estos problemas habituales, muchos de los cuales se producen después del momento en que las mujeres suelen perder el acceso a los servicios posnatales. Los autores también argumentan que una atención eficaz a lo largo del embarazo y el parto también es un factor de prevención crítico para poder detectar riesgos y evitar complicaciones que puedan derivar en problemas de salud duraderos después de dar a luz.
«Muchas afecciones de la etapa puerperal provocan un sufrimiento importante a las mujeres en su vida cotidiana que se prolonga hasta mucho después del parto, tanto a nivel emocional como físico, y sin embargo esas dolencias se valoran, reconocen y notifican menos de lo que conveniente», afirmó la Dra. Pascale Allotey, Directora de Salud Sexual y Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS. «A lo largo de su vida, y más allá de la maternidad, las mujeres necesitan acceder a una serie de servicios de atención de la salud que escuchen sus preocupaciones y satisfagan sus necesidades, a fin de que, no solo sobrevivan al parto, sino que también puedan disfrutar de buena salud y calidad de vida.»
En el artículo se señala que la investigación clínica, la práctica y la política han descuidado en gran medida estas afecciones, a pesar de su prevalencia. Al llevar a cabo una revisión de la bibliografía de los últimos 12 años, los autores no encontraron ningún documento de directrices reciente y de alta calidad sobre tratamiento eficaz para el 40% de las 32 afecciones prioritarias analizadas en su estudio, y tampoco hallaron ni un solo documento de directrices de alta calidad de algún país de ingreso bajo o mediano. Las deficiencias en materia de datos también son importantes: no había estudios nacionales representativos ni de alcance mundial sobre ninguna de las afecciones identificadas a través de la investigación.
La serie, titulada «Maternal health in the perinatal period and beyond» (Salud materna durante el periodo perinatal y más allá), en su conjunto reclama más atención para la salud a largo plazo de las mujeres y las niñas, tanto después como antes del embarazo.
En su artículo de apertura se defiende la necesidad de aplicar un enfoque holístico para reducir las muertes maternas, que no solo se centre en sus causas biomédicas inmediatas, sino también en la compleja interacción de las condiciones sociales, económicas y medioambientales de mayor alcance que repercuten en la salud de las mujeres, entre ellas las desigualdades por razones de raza o de género, así como el contexto económico, la nutrición, el saneamiento, los riesgos ambientales o la exposición a violencia y conflictos. Según el artículo, la falta de atención a estos temas fundamentales ayuda a explicar por qué 121 países de entre 185 no han logrado avances significativos en la reducción de las muertes maternas durante las dos últimas décadas.
«La salud materna no es algo de lo que debamos empezar a preocuparnos solo cuando aparece el bulto del embarazo,» dijo Joao Paulo Souza, Director del Centro Latinoamericano y del Caribe para Información en Ciencias de la Salud (BIREME) para la OPS/OMS y uno de los autores del primer artículo. «Hay un gran número de factores que condicionan la probabilidad de que una mujer tenga un embarazo saludable, desde el entorno que la rodea hasta los sistemas políticos y económicos en los que vive, pasando por el acceso a alimentos nutritivos y el nivel de decisión que mantiene sobre su vida. Para mejorar la salud de las mujeres deben abordarse todos estos condicionantes, así como el acceso a una atención de la salud de calidad durante toda la vida.»
Básicamente, la serie aboga por dotarse de un sistema de salud fuerte y multidisciplinar, que no solo brinde servicios de maternidad respetuosos y de calidad, sino que también prevenga la mala salud y mitigue el impacto de las desigualdades en un sentido amplio, incluso mediante intervenciones específicas orientadas a las mujeres y niñas más vulnerables.
La serie se publica en The Lancet Global Health y eClinicalMedicine. Ha contado con el apoyo del Programa Especial de las Naciones Unidas sobre Reproducción Humana (HRP), la OMS y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. La serie consta de cuatro artículos:
A global analysis of the determinants of maternal health and transitions in maternal mortality (Análisis global de los determinantes de la salud de la madre y los cambios en la mortalidad materna)
Vulnerabilities and reparative strategies during pregnancy, childbirth, and the postpartum period: moving from rhetoric to action (Vulnerabilidades y estrategias de reparación durante el embarazo, parto y puerperio: de las palabras a los hechos)
Neglected medium-term and long-term consequences of labour and childbirth: a systematic analysis of the burden, recommended practices, and a way forward (Desatención de determinadas consecuencias a medio y largo plazo del trabajo de parto y del parto: análisis sistemático de la carga, prácticas recomendadas y camino a seguir)
Towards a better tomorrow: Addressing intersectional gender power relations to eradicate inequities in maternal health (Hacia un mañana mejor: abordar las relaciones de poder interseccionales basadas en el género para erradicar las desigualdades en la salud materna)
Acerca de los datos
En el tercer documento, las afecciones puerperales de larga duración se definen como aquellas que tienen lugar más de seis semanas después del parto, que es el tiempo que suele durar la atención posnatal. El estudio abarca las afecciones que están directa o principalmente relacionadas con las repercusiones del trabajo de parto y el parto. Las causas pueden estar relacionadas con intervenciones médicas efectuadas durante el trabajo de parto y el parto, como la cesárea o la episiotomía, pero también pueden producirse independientemente de la forma de dar a luz y sin que se produzcan otras complicaciones.
Dada la ausencia de encuestas representativas a nivel nacional, los datos sobre la prevalencia de las afecciones identificadas se obtuvieron principalmente de encuestas de hogares representativas o de grandes registros de maternidad; 46 fueron revisiones sistemáticas. Los datos disponibles se limitaron en gran medida a países de ingreso alto, y las cifras totales podrían subestimar la verdadera carga de estas afecciones.
Para abordar el tema, comenzaron a desarrollarse diversas políticas inclusivas, entre ellas protocolos de respuesta a la violencia contra mujeres periodistas, tanto on line como off line.
Según el estudio The Chilling (UNESCO), “los protocolos existentes tienen varias carencias: falta de lente interseccional, de comprensión de las características de la violencia digital y de apoyo de las autoridades en su implementación”.
En respuesta a esta situación el proyecto “Protocolos de Violencia de género contra Mujeres Periodistas en América Latina – ¿Qué hacen y qué deberían hacer las organizaciones de medios?” busca dar cuenta de la existencia, o no, de protocolos o instancias de abordaje de la violencia de género en las redacciones de medios de comunicación de América Latina.
El proyecto buscará generar un diagnóstico sobre cómo los medios tradicionales están abordando las formas de violencia on line y off line, construir herramientas para abordarla, y sensibilizar a la población sobre este tema que limita la libertad de expresión de las periodistas y, por ende, afecta la democracia.
A través de esta instancia se relevarán los protocolos de violencia de género existentes en 6 países de la región, considerando, entre otros temas,
el marco de derechos humanos,
los tipos de violencia abordados,
la perspectiva de los género y de interseccionalidad considerada,
la atención de situaciones de prevención, etc.
Al mismo tiempo se realizarán 15 entrevistas con periodistas y directivas y directivos de medios, con quienes buscaremos indagar cómo los medios están abordando las diferentes formas de violencia de género que aparecen en las redacciones.
A su vez, el proyecto busca construir de forma participativa -junto a los medios con los que se articularán- un Protocolo Marco de Violencia de Género que pueda ser de utilidad a futuro tanto para las organizaciones de medios como para los sindicatos que aún no dispongan de esta herramienta.
Con todos estos materiales se construirá un informe final y los resultados serán difundidos a través de una campaña de prensa y de redes sociales en la que “buscaremos sensibilizar a las organizaciones de medios y a la población en general sobre la necesidad de atender las situaciones de violencia de género, tanto on line y off line”, destacan desde la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad.
En la cumbre del clima COP28 de Dubái, parecería que el género es un tema marginal. Es fuera de los salones de negociación, en los pabellones y en los pasillos en donde se escuchan palabras como economía del cuidado, justicia climática y llamados que recuerdan que sin el feminismo no hay lucha contra el cambio climático.
“Nuestra búsqueda, la del movimiento de mujeres y de género, es que estos espacios sirvan para realmente lograr una transformación sistémica”, explica la colombiana Gina Cortes, miembro del Gender and Women Constituency, uno de los nueve grupos de observadores oficiales de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). “Sí, las mujeres somos más vulnerables ante el cambio climático, pero no porque espontáneamente sea así, sino porque el sistema nos ha vuelto más vulnerables”.
Las interrelaciones entre el género y el cambio climático son varias. Pero siendo esta una COP donde se está hablando bastante sobre la financiación, vale la pena dar alguna información sobre cómo los recursos para enfrentar el cambio climático llegan escasamente a las mujeres. Según datos compilados en un reporte delGlobal Gender and Climate Alliance, solo el 0,01% de toda la financiación mundial apoya proyectos que abordan al tiempo el cambio climático y los derechos de las mujeres, y, para 2015, la representación femenina de los principales fondos para el clima apenas alcanzaba el 22%.
Otros informes, como los publicados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), también hacen una advertencia en la misma vía. “Los medios de subsistencia individuales se han visto afectados, por ejemplo, por la destrucción de viviendas e infraestructuras y la pérdida de propiedades e ingresos, salud humana y seguridad alimentaria, con efectos adversos sobre la equidad social y de género”.
En los países de América Latina, la situación incluso podría ser más crítica. En la región, el cambio climático acentúa otros problemas que ya viven las mujeres como la pobreza, el poco acceso a la salud y a la educación, la migración e, incluso, hace más difícil el trabajo en el campo. “Las mujeres, sobre todo las indígenas, muchas veces desconocemos que estos fondos financieros climáticos existen porque la información no llega”, cuenta Sara Omi, abogada e indígena embera de Panamá. Por eso, una de las misiones que tiene el movimiento durante esta cumbre es asegurarse de que, por lo menos, en los principales textos de decisión que produzca la COP28 se reconozca que las mujeres son uno de los grupos más vulnerables al cambio climático, así como que se hable de acciones con enfoque de género.
El género en los textos
En el mundo de las negociaciones climáticas parece existir una obsesión sobre qué palabras se incluyen o se borran de los documentos finales. No en vano, uno de los puntos más álgidos que aún se está debatiendo durante esta COP28 es si se hará mención a abandonar los combustibles fósiles (conocido en inglés como phase out), disminuirlos (phase down), o si, para sorpresa de muchos, no se mencionara nada al respecto. ¿Pero cómo se ha colado el tema de género en las negociaciones climáticas, por lo menos en los textos?
Una indígena wayúu descansa en la comunidad Witka, en zona rural de Manaure (Colombia) en agosto de 2022.CARLOS ORTEGA (EFE)
En el borrador del Balance Mundial publicado el 8 de diciembre, que se podría interpretar como el documento más esperado de esta COP28 ya que no solo dirá qué tan atrasada está la acción climática desde que se firmó el famoso Acuerdo de París, sino que apuntará a cómo mejorarla, la palabra género aparece seis veces: en el preámbulo del documento, en adaptación, en pérdidas y daños (dos veces), en cooperación internacional, y en la parte del texto que da recomendaciones sobre cómo seguir adelante. Esta última parte, sin embargo, comenta la ruandesa Scovia Ampumuza, facilitadora del programa Resonate, es la que tiene más opciones de ser eliminada del texto. Específicamente, dice que “alienta a las partes a aplicar políticas y medidas climáticas que tengan en cuenta las cuestiones de género, respeten plenamente los derechos humanos y empoderen a los jóvenes y los niños”.
Pero no siempre fue así. La CMNUCC, algo así como la “cuna” donde se albergan estas negociaciones y que se creó en 1992, fue calificada como “ciega ante el género”. En su texto, que supera las 20 páginas, las palabras género o mujer jamás se mencionan. Con el tiempo, sin embargo, el lenguaje empezó a cambiar. La organización Gender Climate Tracker ha hecho un análisis juicioso del asunto. Tras rastrear varios documentos, han encontrado que en 120 de las decisiones que se han tomado bajo esta Convención se menciona la palabra género o mujeres: en el área que más aparece, paradójicamente, es en financiamiento (con 30 decisiones), y en la que menos sucede es en adaptación (con 23 decisiones).
El problema, como comenta la jamaiquina Ayesha Constable, fundadora de GirlsCare y miembro del Global Fund for Women, es que el número de veces que aparecen estas palabras en un texto no son necesariamente un indicador de que exista un avance. “Aunque hemos visto que en los textos las palabras como género y mujeres se utilizan más, esto no se refleja en la forma cómo se están tomando las decisiones a nivel internacional o dentro de los mismos países”. La historia, también cuenta, se ha repetido en los compromisos climáticos que los países elevan ante las Naciones Unidas. “Vemos la palabra hasta 50 veces en los textos, que podría ser hasta el doble que hace diez años, pero pareciera que es simplemente una palabra que lanzan en los documentos, sin tener un real impacto”.
Más renovables, menos combustibles y más género
La COP28 llevaba apenas tres días de haber comenzado, cuando se conoció que más de 100 países se habían comprometido a triplicar la capacidad mundial de energías renovables para 2030, una meta que el mismo presidente de la COP28, Sultán al Jaber, había puesto sobre la mesa y que, por lo menos, de forma no vinculante, parece haber logrado. Casi al mismo tiempo, pero con muchos menos reflectores y apenas respaldada por 60 países, en la COP28 también se lanzó la Asociación de Transiciones Justas y Acción por el Clima con perspectiva de género, un documento que, hasta ahora, ha sido firmado por sólo 12 países de América Latina y el Caribe.
“Desde la COP27, en Egipto, se venía presionando para que se hablara de una transición justa y con enfoque de género”, explica Micaela Guillen Ramírez, coordinadora del Movimiento Ciudadano de Intercambio Climático de Perú y parte del Climate Action Network para Latinoamérica. “La Organización Internacional del Trabajo calcula que alrededor de 1.200 millones de puestos de trabajo, que representan el 40% de la mano de obra del mundo, están en peligro por el cambio climático. Y se prevé que las mujeres serían las más afectadas”.
La asociación que fue anunciada y cuya implementación deberá ser revisada en tres años –durante la COP30– tiene tres pilares: “lograr crear datos de mejor calidad para apoyar la toma de decisiones en la planificación de la transición, obtener flujos de financiación más eficaces para las regiones más afectadas por el cambio climático, y garantizar acceso a la educación, formación y capacitación para apoyar el compromiso individual en las transiciones”.
Se trata, de nuevo, de algo que aún podría quedarse corto. De un anuncio que, al final, lo que da simplemente es una brújula política. “Lo que quisiéramos es que en el Balance Mundial no solo se reconozcan los efectos diferenciados de las mujeres por el cambio climático, sino que se dé señales para que cualquier transición energética que se haga tenga enfoque de género”, comenta Cortés. “Lo ideal es que cualquier texto que hable de triplicar las energías renovables y abandonar los combustibles fósiles tenga también menciones de economía del cuidado y protecciones sociales”. Algo que, por el momento, no está sobre el texto.
Las estructuras de las cumbres siguen siendo masculinas
La historia se repite en todas las cumbres del clima. A la hora de tomar lo que llaman “la foto de familia”, en la que se reúne a los líderes mundiales que asisten a las COP durante los primeros días, queda en evidencia que la mayoría son hombres. Y esta COP28 no fue la excepción: de los 133 líderes que llegaron, sólo 15 eran mujeres. “Aunque no hay datos oficiales sobre las delegaciones, también se cree que las mujeres son una minoría, lo que no ayuda a impulsar la agenda de género”.
Activistas participan en una protesta el 9 de diciembre en Dubái.MARTIN DIVISEK (EFE)
No se trata de algo a lo que Naciones Unidas, a pesar de todo, no le haya puesto la cara. Desde 2014, se lanzó un programa para promover el equilibrio de género en las negociaciones climáticas y, durante la COP25, que se terminó realizando en Madrid en 2019, se renovó esta idea al proponer la creación del Plan de Acción de Género que, en teoría, deberá ser revisado en la COP29.
El último documento sobre este plan, firmado en la COP27, hace referencia a estos vacíos en el corazón de las propias cumbres. Por ejemplo, se “invita” a las futuras presidencias de las COP a que “propicien un mayor equilibrio de género en las delegaciones nacionales” y a los organizadores de eventos a que “promuevan una participación equilibrada en cuanto al género”. También “alientan” a los países, entidades públicas y privadas a que refuercen la receptividad de la financiación para el clima a las cuestiones de género”.
Los datos, por el otro lado, apuntan a que no ha existido mucho avance. La participación va a pasos pequeños. Gender Climate Tracker también reporta que mientras en 2009 el 30% de las delegadas eran mujeres, la cifra solo subió a 38% para 2021, e incluso cayó ligeramente el año pasado, en la COP27, con 35% mujeres delegadas.
Desde que se firmó el Acuerdo de París – en el que sí se habla de temas de género, mencionando esta palabra tres veces – solo una mujer ha sido nombrada presidenta de estas cumbres: la chilena Carolina Schmidt Zaldivar, quien lideró las negociaciones durante la COP25.
En los primeros meses de 2023, las filas de las mujeres más poderosas del mundo disminuyeron. Entre enero y abril, las líderes políticas Sanna Marin, Jacinda Ardern y Nicola Sturgeon perdieron o renunciaron a sus puestos de supervisión de Finlandia, Nueva Zelanda y Escocia. Susan Wojcicki renunció como directora ejecutiva de YouTube después de nueve años al frente. Lo mismo hizo Martina Merz, directora ejecutiva del conglomerado alemán Thyssenkrupp. Cada uno de ellos fue reemplazado por un hombre.
“No siempre vas a ser seguido por una mujer sólo porque una mujer estuvo en el puesto”, dijo Hillary Rodham Clinton a Forbes en marzo. “Todavía tenemos trabajo por hacer para [poner] a las mujeres en condiciones de asumir roles de liderazgo”.Cuando las estaciones cambiaron al verano, la historia del poder femenino comenzó a calentarse. En mayo, Robyn Grew se convirtió en la primera mujer en liderar Man Group, un fondo de cobertura con 161 mil millones de dólares en activos y cuyo nombre refleja la composición de género de su industria. La veterana del ejército estadounidense Debra Crew tomó el mando del gigante del alcohol Diageo en junio, convirtiéndose en una de las pocas mujeres directoras ejecutivas de las 100 empresas más grandes de la Bolsa de Valores de Londres. Y, por supuesto, el triunvirato de Taylor Swift, Beyoncé y Barbie generó miles de millones de dólares en gasto de los consumidores. Su influencia sobre los consumidores fue tan poderosa que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se refirió a ella en una conferencia de prensa en julio.
Como resultado de esa influencia, ese trío, incluida Barbie, ocupa un lugar en la lista de 2023 de las 100 mujeres más poderosas del mundo. Swift hace su aparición más alta en el puesto 5, mientras que Beyoncé saltó al puesto 36, frente al 80 en 2022; Crew debuta en el puesto 79 y Grew llega al puesto 83. Barbie ocupa el puesto 100, la posición asignada cada año a una figura que no es la imagen tradicional de poder pero que, sin embargo, ha llegado a definir un año. .
Esas luchas incluyen la autonomía reproductiva de las mujeres en Estados Unidos; el acceso de las niñas a la educación en Afganistán y los derechos personales en Irán; protección contra la violencia de género en zonas de conflicto como Ucrania y Gaza; y una política climática viable que proteja la salud y el bienestar de las mujeres en economías de bajos ingresos y basadas en la agricultura.
“Aún no hemos llegado lo suficientemente lejos en ninguna parte del mundo”, dijo a Forbes la filántropa multimillonaria Melinda French Gates. Su receta para 2024 y años posteriores es, por tanto, sencilla. “Las cosas empiezan a cambiar cuando se consigue que las mujeres ocupen puestos de poder en múltiples lugares del mundo”.
Informe editado por Moira Forbes, Maggie McGrath con Nicolette Jopnes y Erika Burho.
HIGHLIGHTS DEL 2023
BEYONCE
La superestrella salió de gira con su gira “Renaissance” este verano y el resultado fue un fenómeno. Vendió 2,7 millones de entradas y recaudó casi 600 millones de dólares en 56 espectáculos, según Pollstar. También convirtió Renaissance en una línea de moda con la casa de alta costura Balmain y una película. Renaissance: A Film by Beyoncé se estrenó el 1 de diciembre y recaudó 21 millones de dólares a nivel nacional en su primer fin de semana, el mejor estreno para una película de principios de diciembre en dos décadas. Nada de este éxito es sorprendente. Después de todo, como dijo la propia reina Bey: ella es una de uno.
SANDY RAN XU
Después de desempeñarse como directora financiera del gigante chino del comercio electrónico JD.com durante tres años, Sandy Ran Xu se convirtió en directora ejecutiva de la empresa en mayo de 2023. Es la primera mujer en ocupar el puesto. Al anunciar su ascenso, el presidente de JD.com, Richard Qiangdong Liu, reconoció que Xu había sido un factor clave en el crecimiento de la compañía en los últimos años (registró 152 mil millones de dólares en ingresos en 2022). A finales de noviembre, Xu también fue nombrado miembro de la junta directiva de la empresa tecnológica china Baidu.
TARCIANA MEDEIROS
Tarciana Medeiros comenzó 2023 rompiendo un importante techo de cristal: en enero, se convirtió en la primera mujer en tomar el mando del Banco de Brasil, el banco de 215 años de antigüedad que es el más antiguo de Brasil y el segundo más grande de América Latina. Medeiros, defensora de mejores políticas ambientales, está utilizando su posición de poder para resaltar el papel que los bancos pueden desempeñar en la lucha contra el cambio climático. “Creo firmemente que las instituciones financieras desempeñan un papel crucial en la transición hacia una economía baja en carbono”, escribió en septiembre. “Para contrarrestar la deforestación, debemos crear oportunidades económicas sostenibles para los habitantes del Amazonas”.
KAREN LYNCH
Desde que ascendió a la dirección de CVS, una empresa de atención sanitaria de 88.000 millones de dólares (capitalización de mercado) en 2021, Karen Lynch ha estado trabajando para convertir la empresa en la “ventanilla única” de los consumidores para todas las necesidades médicas. Ese plan dio un gran paso en 2023 cuando CVS gastó $10 mil millones para adquirir Oak Street Health, una red de atención primaria dirigida principalmente a adultos mayores que usan Medicare, y otros $8 mil millones para comprar Signify Health, una red con 10,000 médicos. “Debido a que somos tan centrales en la vida de las personas, tenemos la capacidad de ser aún más centrales en la vida de las personas”, dijo.
LA LISTA COMPLETA DE LAS 100 MUJERES MÁS PODEROSAS DEL MUNDO
Las mujeres y niñas son las víctimas en el 70 % de los homicidios en los que el agresor es la pareja o expareja íntima, según un informe de la ONU que advierte de que el número de feminicidios puede ser mayor y que prevenirlos requiere disponer de más datos para comprender la magnitud y complejidad de estos crímenes
En su Estudio Global sobre Homicidios, publicado este viernes en Viena, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) denuncia que “las mujeres y las niñas se ven desproporcionadamente afectadas por la violencia homicida en la familia, perpetrada por la pareja u otros miembros de la familia”.
Así, el 56 % de todas las mujeres asesinadas lo fueron a manos de parejas, exparejas o familiares, un porcentaje que puede ser mucho más alto, dado que casi en la mitad de los homicidios registrados en los que la mujer es la víctima no se especifica qué tipo de relación tenía con el agresor.
De hecho, la ONUDD reconoce que los feminicidios, es decir el “asesinato de mujeres y niñas por razones de género”, muchas veces no son registrados como tales.
“Para prevenir y poner fin a los asesinatos de mujeres y niñas por razones de género, es necesario comprender la magnitud de este delito y desentrañar su complejidad”, indica.
Además, el estudio señala que la “dimensión de género” en la violencia dentro de la familia es aún más evidente si se consideran sólo los homicidios cometidos por parejas o exparejas.
Mujeres son víctimas en el 70% de los homicidios cometidos por la pareja
“En estos casos, las mujeres y las niñas soportan una carga aún más desproporcionada, ya que representan una media de 7 de cada 10 (71 %) de todas las víctimas de homicidios cometidos por la pareja en los 75 países y territorios sobre los que se dispone de datos”, sentencia la ONUDD en su análisis.
Ese dato contrasta con que las mujeres son víctimas en sólo el 20 % de homicidios en términos generales, lo que confirma que el propio hogar sigue siendo el lugar más peligroso para mujeres y niñas.
En su informe, la ONUDD señala que la brecha entre las cifras de hombres y mujeres víctimas de homicidios depende en gran medida de los factores o motivos que impulsan esos crímenes en cada país.
Así, en países con elevadas tasas de homicidios, los asesinatos de hombres a manos de otros hombres se producen a menudo entre miembros de grupos criminales y suelen ser el principal tipo de violencia homicida.
Por contra, en zonas con tasas bajas de homicidio, las muertes dentro de la pareja o de la familia suelen suponer un porcentaje mayor de los asesinatos en general.
Este tipo de homicidio es predominantemente el resultado de la violencia de hombres contra mujeres, dice la ONU, que indica que es un fenómeno que se repite en todas las regiones del mundo.
La transformación digital en Latinoamérica es uno de los retos que enfrenta la región, donde alrededor del 80% de las empresas enfrentan dificultades para cubrir las vacantes necesarias en el área tecnológica, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La brecha que hay en la región es preocupante, de acuerdo con especialistas que se presentaron en el foro regional LAC ICT Talent 2023 “Delving into Digital Talent Development in the Smart Era”, llevado a cabo el pasado 4 y 5 de diciembre en Bogotá, Colombia.
También, la brecha digital de género que hay en la región y en México fue uno de lo temas abordados, durante el foro organizado porHuawei, UNESCO, APC, GIZ y EFE, por Gloria Sandoval Salas, directora ejecutiva de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID).
Sandoval Salas consideró que reducir y eliminar la brecha de género es la clave en Latinoamérica para impulsar la digitalización y dijo que desde la AMEXCID se trabaja para lograrlo.
“La convocatoria ha tenido una gran aceptación en el mundo laboral y en este sector que demanda cada día mas especialistas”, explicó la funcionaria, quien a su vez destacó que el 74% de los participantes han sido mujeres y 26% hombres.
Indicó que la AMEXCID busca acelerar el empoderamiento de la mujeres y “darles un lugar en una industria que en su mayoría es liderada por hombres”.
Nadine Gasman Zilbermann , presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), reconoció que, en el primer semestre de este año, hubo un incremento de hasta el 43% en la migración de mujeres , con respecto al mismo periodo del año anterior. Además, se dio a conocer que del total de solicitudes de asilo que hay en el país, el 41,7% corresponde a mujeres.
“De acuerdo a las cifras de la unidad de política migratoria, en el primer semestre de este año los registros de mujeres en situación migratoria irregular aumentaron 43 por ciento”, detalló la funcionaria titular de Inmujeres durante el Foro las mujeres en movilidad migrante en México .
Gasman Zilbermann detalló que las mujeres migran por diversas razones y que algunas de ellas no tienen otra opción, lo que las coloca en una situación vulnerable, debido a desigualdades de género. En respuesta a estos desafíos, dijo que Inmujeres ha implementado el proyecto especial Mujeres Migrantes , Frontera, Sus Derechos Contigo, desde 2021, que tiene como objetivo brindar atención integral y de calidad a través de tres ejes de trabajo: acciones estratégicas en el territorio, fortalecimiento institucional y promoción de derechos humanos.
Cynthia Galicia Mendoza , directora general de Gestión Estratégica para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos, comentó que, del total de solicitudes recibidas por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, entre enero y octubre de este año, el 41.27% fueron realizadas por mujeres.
“De enero a octubre de 2023 52,737 fueron las solicitudes de condición de refugiado en México por parte de mujeres, lo que representa el 41.27% del total de solicitudes. La Comar ha documentado que las mujeres migrantes enfrentan violencia de género en distintas etapas de su tránsito desde su país de origen hasta su destino y retorno o repatriación”, detalló la directora general.
Por su parte, Gerardo Camarena representante de ONU Mujeres México , destacó que las crisis de seguridad, el cambio climático y la inestabilidad política impactan de manera diferenciada a mujeres y niñas y son factores para que abandonen sus lugares de origen; Debido a esto, resaltó que es importante reconocer y abordar los desafíos específicos que enfrentan las mujeres migrantes, ya que las afectaciones y condiciones no son neutras al género.
También, el representante de ONU Mujeres México expresó que es necesario abordar la discriminación de género, la segregación laboral y las dificultades para acceder a sistemas financieros que enfrentan las mujeres migrantes .