Autor: Editora

  • La brecha de género sale cara

    La brecha de género sale cara

    El mundo sumaría 23 billones de euros a su PIB si se suprimiera la desigualdad entre el hombre y la mujer, que la crisis provocada por la covid está ahondando.

    Las mujeres sostienen la mitad del cielo. Suponen 3.850 millones de almas de las 7.700 que habitan la Tierra. El escritor Nikos Kazantzakis escribió que “todas las mujeres son la misma mujer, pero con distinto rostro”. Un error. Cada una es un universo tan imprescindible que resulta doloroso justificar con números la equidad que le debe la existencia. Si la brecha de género desapareciera, se añadiría al PIB mundial entre 12 y 28 billones de dólares en 2025. De 9,8 a 22,9 billones de euros. Este último número es la suma de la riqueza de China y Estados Unidos. Son los cálculos de Bank of America. Pero la horquilla es tan inmensa como la presa de las Tres Gargantas china. Porque durante años no ha habido interés por calcular la desventaja económica de ser mujer. Muchos expertos se quejan de la carencia de cifras históricas fiables. Quedan frases suficientes para escribir titulares, y demasiados proceden del diccionario de las palabras olvidadas. El Banco Mundial calcula que seguir manteniendo esta fractura abierta genera unas pérdidas de 160 billones de dólares o que al ritmo actual tardaremos 257 años en suturar la herida económica.

    Pero los números asaltan la vida y la brecha de género puede ser la última baja de la pandemia. En abril —uno de los meses más duros de la crisis sanitaria— el 55% de los 20,5 millones de puestos de trabajo perdidos en un mercado laboral muy flexible, como el estadounidense, correspondió a mujeres. La fragilidad es escarcha y algunos economistas ya hablan de shecession (un neologismo que mezcla she, ella, y recession, recesión) frente al mancession del crack financiero de 2008. Todo suena tan contradictorio como ahogarse en llamas o arder en el agua. Hay que buscar explicaciones. La principal razón, reflexiona Stefania Albanesi, profesora de Economía en la Universidad de Pittsburgh, es que “los esfuerzos para mitigar los efectos de la covid-19 han reducido muchos empleos en hostelería, ocio, cuidados personales y servicios sanitarios, que están ocupados, sobre todo, por mujeres”. Ahora la clave, subraya Alfonso Arellano, economista de BBVA Research, “es si este golpe se va a mantener en el tiempo”. Pues la crisis ha ampliado la brecha. Y la mujer no puede sentirse el hueso que el tablajero arroja al muladar.

    Porque la inequidad contra ellas también es una pandemia. En Israel, por ejemplo, las mujeres son una minoría en el mundo laboral, pero el 56% ha perdido su empleo desde que comenzó la crisis. “La covid-19 ha tenido un impacto masivo en la inequidad dentro de los países y, más aún, en economías ricas y en desarrollo. También ha producido un retroceso masivo en la desigualdad de género, lo que evidencia que se necesita un cambio social mucho más profundo”, advierte Kenneth Rogoff, ex economista jefe del FMI y profesor de Economía en la Universidad de Harvard.

    Por la tierra circula una corriente eléctrica que transmite la sensación de que las mujeres han perdido una década frente a lo conquistado. Y los informes que publican bancos de inversión, casas de Bolsa o consultoras se leen con la fiabilidad histórica del Antiguo Testamento. McKinsey estima en 30 billones de dólares el valor de la “economía de la mujer” (mayor que cualquier país del mundo); The Boston Consulting Group (BCG) cree que si hombres y mujeres tuvieran el mismo nivel de emprendimiento la economía de esta esfera azul crecería entre 2,5 y 5 billones, y PwC avanza que cerrar la brecha salarial puede añadir dos billones. ¿Quién se cree hoy este álgebra? Quizá haya que recurrir a la física y no a las matemáticas.

    Dos fuerzas en lucha

    Pugnan fuerzas centrípetas y centrífugas. Se sienten. “Por un lado, en muchos países, incluido España, las mujeres sufrieron más la pérdida de empleo durante la pandemia, en parte por los trabajos que tenían, y por el aumento de las responsabilidades de cuidar a los niños durante el cierre de las escuelas. A corto plazo, la igualdad de género en el trabajo ha sufrido un retroceso”, narra Matthias Doepke, profesor de Economía en la Universidad Northwestern, quien en agosto publicó un ensayo sobre este tema. “En el otro extremo, la crisis sanitaria ha aumentado la flexibilidad del puesto de trabajo y la capacidad de trabajar desde casa cuando resulta necesario”. Esto debería ayudar a la conciliación y a la corresponsabilidad en las tareas. Otro error. “Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar donde se levanta”, se lee en el Antiguo Testamento.

    Todo retorna al mismo sitio. Es innecesaria la econometría: solo hace falta mirar otras vidas. “Para una mujer, los hijos tienen un impacto brutal en términos de pérdida de salario y de horas trabajadas”, lanza Margarita Torre Fernández, profesora de Sociología de la Universidad Carlos III de Madrid. ¿O familia o carrera? Porque la corresponsabilidad (real) es trigo aventado en una era. Un trabajo preliminar de la Universidad Complutense de Madrid descubrió que las investigadoras antes de la pandemia dedicaban 6,2 horas semanales a trabajar en sus publicaciones (donde se gana el prestigio académico), pero durante la crisis cayeron a 1,6 horas. Por el contrario, en los hombres el tiempo aumentó de 7 a 8,1 horas. ¿Quién cuida del hogar orillando su futuro laboral?

    La respuesta resulta fácil. El problema hiende a los frágiles. “En Estados Unidos, la pérdida de puestos de trabajo se concentró en los empleados con salarios bajos, las mujeres y las minorías”, recuerda Kristen Broady, decana de la Facultad de Negocios de la Universidad de Dillard (Nueva Orleans). En cualquier situación. Incluso en noviembre pasado —cuando se levantaron algo las restricciones— el paro entre las mujeres negras se mantuvo en el 9%, un 2,3% más alto que la media nacional de ese mes. “Pero la inequidad no termina en el desempleo”, alerta la docente. “La situación socioeconómica de la mujer negra en este país es imposible de contextualizar sin tener presente la marginación de sus identidades raciales dentro de una minoría que históricamente ha combatido la opresión y el sometimiento cuando hablamos de empleo, propiedad de la vivienda, educación, representación política e ingresos”. De hecho, la riqueza media de los hombres blancos solteros menores de 35 años (22.640 dólares) es 224,2 veces mayor que la de las mujeres negras solteras (101 dólares).

    En términos geológicos, las mujeres viven sobre una falla y en cualquier momento pueden abismarse por mil fisuras. En Goldman Sachs reconocen que “no han sido capaces de encontrar una relación entre más mujeres en una empresa y un ROE (return on equity, rentabilidad sobre recursos propios) mayor. Tampoco, más bajo”. Idéntico destino al que llegó un trabajo titulado ¿La diversidad de género de los consejos mejora los resultados de la empresa?, publicado en 2017 por la escuela de negocios Wharton. Esta suma da cero o es inexistente. Algunos analistas dudan de la calidad de las series históricas utilizadas. Otros buscan un discurso que cambie el Excel por el transcurso de los días.

    “Desde 2009 vemos que la cotización de las acciones de aquellas compañías que más mujeres han incorporado en sus consejos han tenido una mayor revalorización respecto a las que están en la franja baja de paridad de género en los órganos de gestión”, reflexiona Sharon Bell, estratega sénior de Goldman Sachs. Y añade: “El rendimiento fue bastante significativo: entre dos o tres puntos porcentuales al año”. Aunque estas empresas —admite— no tuvieron más rentabilidad, beneficios por acción o crecimiento de las ventas. Pero tampoco fue inferior. Tablas de nuevo. Urge salvar la reina. En 2005, el 9% de los consejeros del índice Stoxx 600 eran mujeres, el año pasado un 31%. Muchas sociedades aún no han interiorizado que no cerrar la falla lleva hacia una caída del PIB, menor innovación, una demografía sesgada y, sobre todo, perder esa mitad del cielo. “Y con ella, su creatividad, su sensibilidad, su fuerte conciencia social en materias como el medio ambiente, la habilidad para trabajar en equipo (con menos ego que los hombres) o la facilidad para comunicarse y crear plantillas muy comprometidas”, detalla una alta ejecutiva. “No se trata de dilucidar quién es mejor gestionando, sino de recordar que hombres y mujeres aportan distintos puntos de vista”, apostilla Ana Fernández, socia responsable de Diversidad de KPMG en España. Sin embargo, hay que blindar la perspectiva de mujer.

    Bastantes países europeos tienen leyes o cuotas en sus consejos. Francia las implantó en 2011 y hoy suma una presencia del 40% de mujeres; en Estados Unidos, analiza Schroders, “la lentitud del progreso es especialmente llamativa. El porcentaje de mujeres directivas que se suman a los consejos de administración ha aumentado solo el 3,2% desde 2012”, mientras, en España, un 31% de los miembros decisivos del Ibex 35 son “ellas”. “No creo en las cuotas obligatorias, creo en los méritos”, defendió —en una comida sin periodistas— el presidente de una de las cinco compañías más grandes de España antes de la pandemia. Esta idea está soterrada en muchos consejos masculinizados, que necesitan una renovación de edad y pensamiento. “A los 18 años las convicciones son montañas desde las que vemos la vida, a los 45 años, cavernas en las que nos escondemos”, enseñó F. Scott Fitzgerald. “Los hombres se protegen entre ellos en las empresas y las mujeres no sobrevivimos en organizaciones masculinas”, avisa Margarita Torre Fernández.

    Aunque aparecen patrones demográficos que tejen esperanza. En 2000, las mujeres españolas de entre 55 y 64 años que trabajaban eran muy pocas: apenas el 22%. Un porcentaje —cuenta Goldman Sachs— que se había mantenido casi inalterable en las últimas tres décadas. Ahora, la tasa de participación es del 53%. Una edad de jubilación más alta y la legislación contra la discriminación justifican esta entrada. Sin embargo (siempre existe un adverbio que resta lo conquistado), todavía ser “madre penaliza”. Un informe del Instituto de Estudios Fiscales (IFS, por sus siglas en inglés) muestra que en los 12 años siguientes a tener su primer hijo, la remuneración de la mujer cae un 33% la hora frente al hombre. Y volver al mismo puesto que dejó tras la pandemia es atrapar un espejismo.

    En la tercera década del siglo XXI todavía hay un polvo negro, como ese que se pegaba a la piel de los mineros a la salida del pozo, en la mentalidad del hombre. Cuando un trabajador acepta un trabajo tradicionalmente femenino —sintetiza la socióloga Torre Fernández— es más probable que en el primer momento que pueda vuelva a uno masculino. Otras veces lo rechaza, prefiere el paro. ¿Por qué? “Tenemos que considerar incentivos no económicos”, desgrana Paula England, profesora de Sociología de la Universidad de Nueva York. “Los hombres a menudo se sienten estigmatizados por desempeñar cualquier función o trabajo asociado con las mujeres. Esta es una parte del sexismo que a menudo no se reconoce. El sexismo no es solo que los varones mantengan a las mujeres fuera del trabajo de los hombres. También es una devaluación cultural de todo lo asociado con ellas, y una idea cultural de que los hombres valen menos si asumen algún papel relacionado con las mujeres”.

    Aunque si comparamos la crisis sanitaria con una película de terror, siempre existen escenas en las que el guionista concede un respiro al espectador. Durante el confinamiento, en los hogares de dos padres con madres que trabajaban a tiempo completo, se vivió la situación de que los hombres se involucraron mucho más en la atención de los hijos, y bajó el tiempo que tuvieron que dedicarle las madres. Esta idea —resumida— colisionaría contra la experiencia de los días vividos si no partiera de Claudia Goldin (Nueva York, 74 años), pionera en el análisis de la brecha de género, primera mujer en acceder como fija al departamento de Economía de Harvard y candidata habitual en las quinielas para ganar el Nobel. “Pero existen razones para creer que la equidad no se mantendrá”, lamenta.

    Vuelta a la oficina

    “A medida que los centros laborales se abran y las normas del confinamiento se levanten, la pregunta es quién volverá a la oficina, a los negocios, a la construcción, sobre todo si las escuelas abren completamente. En Estados Unidos, los colegios han abierto, cerrado, reabierto y vuelto a cerrar. ¿Quién se encargará de las tareas de la casa? No tenemos mucha información, pero la que manejamos indica que es más la madre que el padre. La falta de equidad no se debe por completo a normas sociales. También a quién trae los mayores ingresos en el retorno a la oficina, los negocios, la construcción. De esta forma, las desigualdades del pasado pueden producir desigualdades futuras”.

    Goldin siempre cuenta que ella no descubrió la brecha salarial, “ya estaba en el Antiguo Testamento”. Quizá en el Libro de Isaías: “Todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran”. En la OCDE, las mujeres ganan de media un 15% menos que su contraparte masculina. Esta cifra la afina Mónica Guardado, socia directora de AFI Escuela de Finanzas, “al 13% en España”. Porcentajes que apenas han cambiado en una década. Pues si la participación en el mercado laboral de la mujer redujera su ausencia el 25% durante 2025 —según lo pactado por el G-20— podría añadir un punto porcentual al crecimiento del PIB de la OCDE entre 2013 y 2025. Pero están atrapadas. Efectúan al menos 2,5 veces más trabajos relacionados con los cuidados y la casa no remunerados que los hombres.

    Y el futuro funde a negro. “Es probable que la pandemia aumente la brecha salarial de género en las sociedades occidentales en los meses y años venideros”, augura Caitlyn Collins, profesora de Sociología y Género de la Universidad Washington de San Luis. ¿Las causas? Las de “siempre”. ¿Quién cuida la familia? Pese a todo, el 69% de la brecha salarial en Europa, sostiene Eurostat, está sin explicar. No será por falta de tiempo. La idea de la igualdad salarial procede de 1919, cuando se incorporó al Tratado de Versalles. Hace ya un siglo.

    Pero las mujeres continúan siendo ese murmullo de hojarasca que el viento arrastra en los bulevares. Y aún tienen que justificar lo que “valen” con cifras. En los próximos 40 años heredarán dos tercios de la mayor transferencia de la historia (30 billones de dólares) y durante 2025 poseerán una riqueza financiera de 110 billones. Ahora —acorde con BCG— controlan el 32% del patrimonio del mundo, unos 72 billones de dólares (58,7 billones de euros). Bancos de inversión, gestores y consultoras han encontrado una nueva tierra prometida para el capital. Solo el universo FemTech (tecnología dirigida a la mujer) es un espacio valorado en 50.000 millones de dólares (40.600 millones de euros). “El año pasado pensamos que movió 670 millones de dólares [aún tienen que ajustar los cálculos por la pandemia] y durante 2024 superará los 1.000 millones”, prevé Siddharth Shah, experto en transformación de la salud de la consultora Frost & Sullivan.

    Brecha financiera

    Sin embargo, esa tierra son arenas movedizas en las finanzas. Las mujeres solo representan el 15% de los puestos ejecutivos en banca, únicamente un 10% de los responsables de gestores de fondos y apenas manejan entre un 1% y el 3,5% de los activos bajo gestión del mundo. Heredarán billones, pero el presente, y el cambio, crece tan lento para ellas como los anillos de una secuoya. “Las mujeres son más propensas a mantener su dinero en efectivo y asumir un riesgo medio o bajo en sus inversiones. En un mundo de tipos de interés reducidos durante bastante tiempo, estarán en desventaja si no tienen suficientes acciones en su cartera”, describe Nannette Hechler-Fayd’herbe, directora global de Economía e Investigación de Credit Suisse. Otra brecha, la de la inversión.

    Pese a la geología en contra, ha llegado su tiempo. En marzo de 2017, unos 70 países tenían una mujer como jefe de Estado o de Gobierno. El feminismo es, quizá, la transformación social más importante de las últimas décadas, y chicas (y chicos) jóvenes tienen en Greta Thunberg (activista del cambio climático), Malala Yousafzai (premio Nobel de la Paz e impulsora de la educación femenina), Kamala Harris (vicepresidenta de Estados Unidos), Jacinda Ardern (primera ministra de Nueva Zelanda) o Ursula von der Leyen (presidenta de la Comisión Europa) imágenes con las que forrar las carpetas del instituto. Las mujeres no sostienen solo la mitad del cielo sino casi todo nuestro futuro.

    RECETAS PARA DESTROZAR EL TECHO DE CRISTAL

    Todo se aprende en la infancia; el resto de la vida es memoria. ¿También la imagen de un techo de cristal invisible e infranqueable para la mujer? ¿La falta de una pareja corresponsable es un cielo sólido? Cristina Garmendia (San Sebastián, 1962), consejera independiente de CaixaBank, ministra de Ciencia e Innovación de 2008 a 2011, presidenta de la Fundación Cotec para la innovación, recurre a los recuerdos. Su padre nació en 1915 y le enseñó el valor de la independencia. “Decía que para ser feliz una persona tenía que ser libre y que iba a procurar por todos los medios que fuera una persona independiente. Se lo agradezco tanto, fue un visionario”.

    —¿Y su marido [el ingeniero Rubén Celaya] lo entendió en aquella España que sabía aún a Soberano y era “cosa de hombres”?

    —Por supuesto, no hubiera imaginado tener una pareja con otra cultura. Hubiera sido casi imposible la convivencia. Esa es mi realidad.

    Sin embargo, sabe que no es la realidad mayoritaria. “No de las mujeres de mi generación. Tengo muchas amigas que no han estudiado una carrera por la educación que han recibido en casa. Distinta entre hombres y mujeres. El techo de cristal en España es un problema estructural”, admite Garmendia. “Y las consecuencias las padecen las mujeres, pero también los hombres”. Suena a ese verso de César Vallejo: “¡Cuídate, España, de tu propia España!”.
    La ecuación es “sencilla”, llega un momento en el que las mujeres se ven obligadas a decidir entre familia y trabajo y los hombres aún ganan más que ellas. La brecha salarial engulle su futuro y su memoria. Además, la pandemia aumentará esta desigualdad. De los cerca de 1.100.000 personas de 20 años y más que salió del mercado laboral en Estados Unidos entre agosto y septiembre del año pasado, unas 800.000 fueron mujeres. En el mismo espacio de tiempo, solo 216.000 hombres dejaron el empleo.
    Aunque otras voces traen recuerdos con renovada esperanza. “Llevo más de 30 años casada, tengo dos hijos y los límites a veces no los impone el hombre ni nuestra pareja, sino nosotras mismas por falta de correlación entre lo personal y lo familiar”, defiende María Luisa Jordá (Madrid, 1963), consejera independiente de Bankinter y de Merlin Properties. “En ocasiones te involucras en proyectos que necesitan mucha dedicación, viajes, un gran esfuerzo y dejamos esas posiciones por no desestabilizar la vida familiar”. Alguien recordará aquellas palabras de Ortega y Gasset cuando advertía que los españoles ofrecen a la vida un corazón blindado de rencor. Ya no. “Antes la mujer sacrificaba su ámbito profesional. Ahora está, en parte, superado, lo que no quiere decir que en la práctica haya situaciones de este tipo”, reflexiona la consejera.
    Sin duda urge cambiar. Ese techo debe ser protector y no de cristal. Carlos Martín, responsable del Gabinete Económico de CC OO, lanza propuestas que saltan igual que esquirlas de aluminio sobre un torno. Reservar plazas para mujeres en las carreras universitarias masculinizadas; prohibir el presentismo, sancionando fuertemente el incumplimiento de horarios; bonificar a las empresas que asciendan a las mujeres en los tres años posteriores al alumbramiento o la adopción; reformar el contrato a tiempo parcial para convertirlo en uno que de verdad permita conciliar la vida laboral y personal; facilitar la formación online a la carta durante la baja maternal y un sistema de enseñanza que eduque en valores feministas desde el principio, es decir, en la igualdad de género. Porque la infancia es la memoria compartida de hombres y mujeres.

    Toda la información e imágenes son de EL PAÍS.
    Link original: https://elpais.com/economia/2021-01-23/la-brecha-de-genero-sale-cara.html

     

  • Impacta embarazo adolescente a oportunidades laborales y educativas de las mujeres

    Impacta embarazo adolescente a oportunidades laborales y educativas de las mujeres

    • Las mujeres que fueron madres en la adolescencia tuvieron tres veces menos oportunidades de obtener un título universitario

    • La región de América Latina y el Caribe registra la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes en el mundo.

    Ciudad de México, 24 enero de 2021. El embarazo adolescente podría ser uno de los mayores desafíos sociales, políticos y económicos para los países de América Latina y el Caribe. Debido a que, cuando una mujer adolescente se convierte en madre, sus derechos sexuales y reproductivos, así como su derecho a la salud y educación podrían verse impactados a corto, mediano o largo plazo.

    De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la región de América Latina y el Caribe registra la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes en el mundo, estimando, además, que casi el 18% de los nacimientos de esta región corresponden a madres menores de 20 años. Esta situación, podría impactar de distintas formas la vida de quienes experimentan un embarazo adolescente.

    Un ejemplo de ello es el acceso a la educación, pues las mujeres que fueron madres en la adolescencia tuvieron tres veces menos oportunidades de obtener un título universitario, que las que decidieron postergar su maternidad a la vida adulta, de acuerdo a datos de UNFPA.

    Para el caso de México, se encontró que el nivel de estudios máximo alcanzado por madres adolescentes fue:
    • 30.7% tuvo acceso a nivel primaria.
    • 62.6% tuvo una educación secundaria.
    • Únicamente el 6.7% logró acceder a una educación terciaria.
    Por otra parte, un embarazo adolescente también podría generar un impacto económico significativo para las mujeres. De acuerdo con UNFPA, en nuestro país, el 79% del costo de oportunidad relacionado con el embarazo adolescente recae sobre la mujer y su entorno, dejando únicamente el 21% del costo a cargo del Estado. Dos tercios del costo de oportunidad del embarazo en la adolescencia pueden derivarse de los menores ingresos laborales que obtienen quienes son madres a temprana edad.

    Aunado a esta situación, el UNFPA encontró que quienes fueron madres a temprana edad, ganan en promedio 24% menos que quienes fueron madres en edad adulta, esto derivado de las brechas educativas que existen entre las madres adolescentes y madres en edad adulta. En 2018, el costo per cápita promedio que las madres adolescentes tuvieron debido a la brecha educativa, se estimó en 573 dólares anuales para el año 2018.

    Ante este panorama, el UNFPA reconoce como una prioridad garantizar los derechos sexuales y reproductivos de los adolescentes, siendo necesario que éstos puedan decidir con suficiente información y libertad sobre su sexualidad y reproducción, para evitar maternidades tempranas o forzadas.

    Referencia:
    1 Fondo de Población de las Naciones Unidas, Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia América Latina y el Caribe en seis países de América Latina y el Caribe. Disponible en: https://lac.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/unfpa_consecuencias_en_6_paises_espanol_1.pdf consultado el 19/11/20

    AMX/AMG

    Toda la información e imágenes son de AL MOMENTO.
    Link original: https://almomento.mx/impacta-embarazo-adolescente-a-oportunidades-laborales-y-educativas-de-las-mujeres/

  • La covid-19 le sienta mal a los derechos de las mujeres

    La covid-19 le sienta mal a los derechos de las mujeres

    Una iniciativa global aborda el impacto de la pandemia en las brechas de género y propone medidas para combatirlo.

    Se ha convertido en una verdad aceptada el que la pandemia ha disparado inequidades existentes. En el caso de las ya intolerables brechas de género, esta idea no podía ser más cierta. La covid-19 ha caído como una bomba de racimo sobre la realidad de millones de mujeres en todo el planeta, especialmente en las regiones más pobres. Son ellas las que están sobrerrepresentadas en el trabajo no remunerado y los sectores informales de la economía, primera línea en el frente de la crisis. Su vulnerabilidad legal y personal las deja expuestas a los desahucios masivos o a la pérdida de tierras. Se multiplican las cargas por cuidados y estrés financiero, disparando las consecuencias para la salud mental. Su exposición en situaciones de conflicto y desplazamiento se hace aún más evidente por las dificultades para hacer llegar asistencia humanitaria.

    Solo en la categoría de la pobreza de ingreso, los números son escalofriantes. Un estudio conjunto de varias agencias de Naciones Unidas estimaba en septiembre del año pasado en 47 millones el número de mujeres y niñas empujadas a la pobreza extrema en 2021 como consecuencia de la covid-19. La cifra total se elevará a 435 millones de seres humanos.

    Como en el caso de otros grupos sociales, las mujeres son al mismo tiempo víctima y solución de la crisis. Siete de cada diez profesionales de la salud en el planeta son mujeres, que doblan muy a menudo los cuidados en casa y en los centros sanitarios. Esta situación les expone de manera desproporcionada al contagio, como explicaba ISGlobal en un informe basado en datos oficiales de España: durante los meses de la primera ola de la pandemia, los contagios de sanitarias multiplicaron por tres los de los sanitarios.

    Todas estas son buenas razones para seguir de cerca el impacto de la pandemia en la crisis de género del planeta, estableciendo medidas específicas para atajarlo. Y eso es precisamente lo que se ha propuesto el think tank internacional Center for Global Development (CGD), una de las referencias en su campo. La Iniciativa sobre Género y Desarrollo en la covid-19 supone un esfuerzo de largo aliento para informar a los responsables políticos nacionales e internacionales, fomentando respuestas prácticas que promuevan la equidad de género y la prosperidad general.

    La iniciativa –focalizada en los países de ingreso medio y bajo– cubre todo el espectro de la toma de decisiones: ¿Cuál es el impacto de la pandemia en la salud, la economía y el bienestar de las mujeres? ¿Cuál es la respuesta de los donantes y de los gobiernos en los países afectados? ¿Qué medidas son necesarias para una recuperación incluyente? El análisis de expertos propios y ajenos cubre tres grandes ámbitos de las políticas públicas: salud (incluyendo los daños colaterales sobre salud sexual y reproductiva), protección social y desarrollo económico.

    Si sea asoman a la web recién estrenada, comprobarán el extraordinario potencial de este nuevo proyecto del CGD. Las primeras publicaciones tocan asuntos como el impacto de la pandemia en la violencia contra mujeres y niñas; o el papel de las transferencias de efectivo como red de seguridad para las mujeres en este tiempo. También despliega la habitual caja de herramientas de este centro, que incluye blogs, entrevistas, testimonios, eventos públicos y papeles de posicionamiento.

    La covid-19 es una tragedia temporal para todos. Para muchas mujeres, puede convertirse en la causa que arruinó sus vidas para siempre.

    Toda la información e imágenes son de EL PAÍS.
    Link original: https://elpais.com/elpais/2021/01/22/3500_millones/1611297413_552465.html

  • 10 películas dirigidas por mujeres que han hecho historia

    10 películas dirigidas por mujeres que han hecho historia

    Han sido años de resistencia para integrar a las mujeres cineastas, estudios que rechazan financiar sus proyectos, sin embargo, hoy en día podemos encontrar grandes cintas que han hecho historia.

    No es novedad la falta de mujeres nominadas en la categoría de mejor dirección cinematográfica y aunque cada año escuchamos más nombres, continúa siendo una minoría. Pese a que las mujeres de Hollywood han alzado la voz, todavía queda mucho por recorrer; poco a poco se han abierto camino en la industria, ocupando lugares importantes y haciendo historia a través de la crítica, premios y taquilla.

    Trazar el camino no ha sido sencillo y obtener el reconocimiento se ha convertido en un muro que ladrillo por ladrillo han tenido que tirar, sin embargo, nada de esto ha impedido que logren sobresalir con grandes filmes, las cuales no sólo han sido reconocidas en Hollywood, también en festivales internacionales.

    Expectante a las grandes cintas dirigidas por mujeres que se estrenarán en 2021, te comparto 10 películas que no puedes dejar de ver.

    1. Perdidos en Tokio (2003)

    Directora: Sofia Coppola. Elenco: Scarlett Johansson, Bill Murray, Ana Faris, Giovanni Ribisi. País: Estados Unidos.

    Bob (Bill Murray) es una estrella de cine que está experimentando una crisis existencial viaja a Tokio para rodar un comercial y escapar de su mundo; Charlotte (Scarlett Johansson), una mujer casada acompaña a su esposo, un fotógrafo que viaja por trabajo. Una noche de insomnio se conocen en el bar del hotel y surge una conexión inesperada, que pese a sus diferencias se sienten unidos por la soledad.

    2. Retrato de una Mujer en Llamas (2018)

    Directora: Céline Sciamma. Elenco: Noémie Merlant y Adéle Haenel. País: Francia.

    La película se sitúa en Francia, 1770. Marianne (Noémie Merlant), una joven pintora debe retratar a Héloïse (Adéle Haenel), quien acaba de salir del convento y próxima a casarse contra su voluntad. ¿El reto? El retrato de bodas de la prometida debe pintarse sin que ella lo sepa.

    La película fue nominada a mejor película extranjera en los Globos de Oro de 2019.

    3. Lady Bird (2017)

    Directora: Greta Gerwig. Elenco: Saorsie Ronan, Laurie Metcalf, Tracy Letts, Timothée Chalamet. País: Estados Unidos.

    Lady Bird (Saoirse Ronan) es una adolescente de 17 años que busca aventuras y oportunidades, las cuales no encuentra en su escuela católica de Sacramento. La historia se desarrolla durante su último año de preparatoria, mostrando su vida en el amor, la amistad, la familia, la escuela y sus experiencias.

    La ópera prima de Greta Gerwig fue nominada a mejor director y mejor película en los Oscar de 2018 y mejor película en los Globos de Oro de 2018.

    https://youtu.be/NBarS8525-s

    4. Vuelven (2017)

    Directora: Issa López. Elenco: Paola Lara, Ramón López, Tenoch Huerta. País: México.

    Estrella (Paola Lara) es una niña de 10 años que queda huérfana luego de que su madre es asesinada por un cártel, sin esperanzas, se une a un grupo de niños liderados por Shine (Juan Ramón López). No sólo tendrán la tarea difícil de enfrentar a los narcotraficantes tras robar un celular con contenido importante, también a un espectro que sigue a Estrella tras pedir el deseo de que su mamá regrese.

    La cinta recibió elogios del director mexicano Guillermo del Toro y el escritor Stephen King. Issa López fue nominada a mejor dirección y mejor guión en los Premios Ariel 2018.

    5. Divines (2016)

    Directora: Houda Benyamina. Elenco: Oulaya Amamra, Déborah Lukumuena. País: Francia, Qatar.

    Dounia (Oulaya Amamra) es una adolescente que vive en las afueras de París. En un intento por mejorar su vida y volverse rica, comienza a seguir los pasos junto con su mejor amiga, Maimouna (Déborah Lukumuena), de una destacada narcotraficante, envolviéndose en el mundo de las drogas. Una película que muestra la cruda realidad de la búsqueda por una mejor vida que no siempre termina en un final feliz.

    Houda Benyamina ganó la Cámara de Oro por mejor ópera prima en el Festival de cine de Cannes y la cinta fue nominada a mejor película extranjera en los Globos de Oro de 2017.

     

    6. Selma (2014)

    Directora: Ava DuVernay. Elenco: David Oyelowo, Carmen Ejogo, Tom Wilkinson, Oprah Winfrey. País: Estados Unidos.

    Basada en las marchas por los derechos civiles que cambiaron a EU. La historia de Martin Luther King (David Oyelowo) para asegurar los derechos de voto para todas las personas; una campaña que culminó con la marcha épica de Selma a Montgomery y llevó a que el presidente Lyndon B. Johnson (Tom Wilkinson) a promulgar la Ley de Derecho al Voto de 1965.

    La película por Ava DuVernay fue nominada a mejor película y mejor director en los Globos de Oro de 2015.

    7. La Camarista (2019)

    Directora: Lila Avilés. Elenco: Gabriela Cartol. País: México

    Una cinta mexicana que relata la vida de Eve (Gabriela Cartol) una madre joven que trabaja en uno de los hoteles más lujosos de la Ciudad de México y que prácticamente se convierte en su segundo hogar. Eve se esfuerza por tener un mejor futuro pero se da cuenta que muchas veces no es lo que los de arriba toman en cuenta. La historia refleja un trabajo que no es muy visibilizado por los demás.

    La cinta dirigida por Lila Avilés debutó en el Festival Internacional de Cine de Toronto y fue

    nominada a mejor película y mejor dirección en los Premios Ariel 2019. Lila Avilés ganó el Ariel de Plata como mejor ópera prima. Fue nominada para representar a México como mejor película extranjera en la preselección de los Oscar 2020, pero no lo logró.

    8. Tenemos que hablar de Kevin (2011)

    Directora: Lyme Ramsay. Elenco: Tilda Swinton, Ezra Miller, John C. Reilly. País: Estados Unidos.

    Basada en la novela de la escritora Lionel Shriver, cuenta la historia de Kevin (Ezra Miller), un joven que está en la cárcel tras cometer varios asesinatos y su madre, Eva (Tilda Swinton), quien trata de hacer frente a la ira y hostilidad de sus vecinos tras lo ocurrido.

    La historia nos lleva a recorrer el camino de Kevin, a tratar de entender las circunstancias de sus acciones, la frustración de una madre y todo lo que conlleva a los terribles asesinatos.

    Lyme Ramsay fue nominada a mejor director en los premios BAFTA de 2011.

    9. Cafarnaúm (2018)

    Directora: Nadine Labaki. Elenco: Zain Al Rafeea. País:  Líbano.

    Una cinta libanesa que relata la historia de Zain (Zain Al Rafeea), un niño de 12 años de los barrios marginales de Beirut, quien cumple una condena de cinco años en prisión por apuñalar a un hombre. Se desarrolla meses antes de que Zain fuera arrestado, mostrando la dura vida que lleva, finalmente toma la decisión de demandar a sus padres, expresando que ellos son los culpables de su dura infancia y su vida conflictiva y caótica.

    La cinta escrita y dirigida por Nadine Labaki fue nominada a mejor película extranjera en los Globos de Oro de 2019.

    10. Zona de Miedo (2008)

    Directora: Kathryn Bigelow. Elenco: Jeremy Renner, Guy Pearce, Anthony Mackie. País: Estados Unidos.

    Retrata el intenso día a día de una brigada de soldados de élite que tienen uno de los trabajos más peligrosos: desarmar explosivos durante la guerra de Irak. James (Jeremy Renner) es enviado a reemplazar al sargento Thompson (Guy Pearce), recientemente asesinado por un explosivo improvisado en Bagdad, quien al llegar no tarda en alarmar a sus compañeros de escuadrón. Mientras el sargento J. T. Sanborn (Anthony Mackie) y el especialista Eldridge (Brian Geraghty) solo quieren sobrevivir, el imprudente comportamiento de James los lleva a un juego mortal.

    La película dirigida por Kathryn Bigelow fue nominada a mejor película y director en los Oscar, los Globos de Oro y los BAFTA de 2009. La cinta se llevó la estatuilla de los Oscar y BAFTA en ambas categorías. Kathryn Bigelow fue la primera mujer en ganar un Oscar como directora.

    Toda la información e imágenes son de EL ECONOMISTA/Jessica García.
    Link original: https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/10-peliculas-dirigidas-por-mujeres-que-han-hecho-historia-20210123-0002.html

     

  • Mujeres en los eSports: la pelea contra los prejuicios para que el hobby se transforme en profesión

    Mujeres en los eSports: la pelea contra los prejuicios para que el hobby se transforme en profesión

    Isurus Gaming a la final!», exclama el caster del partido. Las jugadoras, Sol Checa «Solxiz», Juana Giménez «Lady», Evelin Denisse Acuña «Chjna» y Julieta Grillia «Khizha» se levantan, se sacan los auriculares, y gritan. Una audiencia con cotillón futbolero las alienta. Ellas saltan, lloran y se funden en un clásico abrazo de gol con su coach, Joaquín Cuevas Abasolo «lokomotioN», vestido con la misma camiseta deportiva azul metalizado. Mientras tanto, los fotógrafos inmortalizan el momento en el que equipo femenino argentino de Counter Strike Global Offensive (CS:GO) clasifica para la final del Girl Gamer Festival que se realizó en San Pablo, Brasil. Quedará grabado en sus mentes, pero también en la historia de los esports de la Argentina: esla primera vez que un equipo femenino se clasifica para la final en un torneo internacional de esports.

    ¿Y por qué el dato debería llamar la atención? A diferencia de los deportes tradicionales, los esports son intrínsecamente igualadores. El desempeño de un jugador no depende ni de su capacidad o destreza físicas. Esto supone que el género tampoco es una característica diferenciadora. Siguiendo esta lógica, hombres y mujeres deberían poder formar equipos mixtos y entrenar juntos. También deberían poder competir unos contra otros. Sin embargo, esto casi no ocurre hoy en día.

    ¿Por qué una mujer no podría competir de igual a igual con un hombre en los eSports?
    ¿Por qué una mujer no podría competir de igual a igual con un hombre en los eSports? Crédito: Shutterstock

    Mientras que la industria de los deportes electrónicos crece de manera exponencial a nivel mundial, la inclusión y diversidad asoman cada vez con más fuerza. Creadores de contenidos digitales, jugadoras independientes, empresas privadas y otros actores acompañan este fenómeno, que empezó como un nicho en la industria del entretenimiento y hoy tiene un alcance masivo que resiste a los prejuicios.

    El esport es una competencia multijugador en un formato organizado -un torneo o liga- con un objetivo: ganar un título de campeón o un premio en metálico, donde hay una clara distinción entre jugadores y equipos que compiten entre sí.

    Esta industria fue una de las pocas que se vio beneficiada durante la crisis económica global de la pandemia del coronavirus en 2020. Un reciente reporte de la consultora Newzoo indica que las ganancias de los eSports en 2020 fueron de 1.1 billones de dólares, que implica un crecimiento del 15.7% interanual.

    Esports: mucho más que un pasatiempo

    Según un estudio de Newzoo, más de mil millones de mujeres consumen, juegan o pasan el tiempo con videojuegos, y así representan el 46% de entusiastas de esta nueva forma de entretenimiento. La investigación de la organización France esports de 2019 indica que, si bien las mujeres representan casi la mitad de los jugadores amateurs de videojuegos en Francia, un 90% de las personas que compiten en ligas o torneos son hombres. En España, según el libro blanco de la Asociación Española de Videojuegos, alrededor de un 30% de los seguidores de videojuegos son mujeres, pero su presencia no se da en la escena competitiva, «donde muy pocas han competido a alto nivel», según se indica en la publicación.

    En 2019, el argentino Thiago Lapp (K1ng), de tan solo 13 años de edad, compitió en la Copa del Mundo de Fortnite, se ubicó en el quinto lugar y ganó casi un millón de dólares representando al equipo de 9z team. El hecho de que alguien de esa edad ganara esa magnitud de dinero de una sola vez, hizo que los esports cobraran mucha cobertura mediática en la Argentina. Entre los cien finalistas de esta competencia, no había ninguna mujer.

    En la escena competitiva argentina, hay mucha diferencia en cuanto a participación de mujeres y hombres. Sin embargo, de a poco, los clubes de esports van sumando equipos femeninos, o mujeres a sus equipos de hombres. Evelin Denisse Acuña es una de las pocas jugadoras profesionales de esports que hay en el país. Todos se refieren a ella por su alias en el juego, «La China». El 26 de marzo de 2018, Isurus Gaming presentó su primera escuadra femenina, entre quienes estaba ella. «Estuve 15 años jugando un videojuego por diversión en mis tiempos libres y hoy en día es mi trabajo. Si alguien quiere dedicarse a lo mismo, no se den por vencidos. Es difícil, pero la satisfacción de lograrlo no te la saca nadie en la vida», expresa.

     

    La China Acuña, una de las pocas profesionales argentinas de eSports.
    La China Acuña, una de las pocas profesionales argentinas de eSports.

    El último club al que perteneció la China fue 9z team, y aunque no forma más parte de esa organización, sigue trabajando con sus compañeras de equipo, Julieta «Khizha» Grillia, Florencia Gaitán «Flossie», Josiane Santos «Josi», Camila Naper «Naper» y su coach, Julián Acosta «Zote». Se preparan para un nuevo objetivo, la semifinal del torneo World Electronic Sports Games (WESG), que se disputará el 19 de febrero de 2021. Los ganadores viajan a China, donde se disputa presencialmente la final.

    Guillermo Coria, el ex top ten mundial de tenis, es uno de los deportistas de renombre que ingresó al mundo del gaming, como co fundador del equipo de esports «New Pampas», lanzado en septiembre de 2020. Según Coria, las mujeres «aportan una mirada distinta que ayuda a nutrir la competencia». Respecto de la actual situación de las jugadoras, comenta que la escena latinoamericana femenina todavía no está tan desarrollada como en otras partes del mundo, y es desfavorable en algunos aspectos. Por eso considera que el tema de las oportunidades es algo para prestarle atención, y que deben trabajar sobre ello de manera conjunta todas las partes que conforman el ecosistema de los esports. También rescata que recientemente hubo muchos cambios positivos en relación a las posibilidades de las mujeres, y que en el futuro el tiempo y el involucramiento serán claves para que este tema avance.

     

    Guillermo Coria apuesta por los eSports con su equipo New Pampas.
    Guillermo Coria apuesta por los eSports con su equipo New Pampas. Fuente: Archivo

     

    Al hablarle directamente a las protagonistas de esta historia, las Gamers, Coria hace hincapié en su experiencia personal: «La única manera de hacer crecer algo es involucrándose, en mi caso fue primero con el tenis cuando tenía 13 años, y ahora me pasa con los deportes electrónicos». Agrega: «Obstáculos y prejuicios siempre van a haber en el camino, lo importante es seguir firme con tu objetivo». Y enfatiza: «Jugadora profesional, amateur, caster, streamer o lo que decidas hacer, no lo dudes y hacelo».

    La unión hace la diferencia

    Hoy en día muchos juegan a favor de la inclusión y la diversidad en la industria de los esports. Este es el caso de los creadores de contenido digital e Influencers, quienes lo hacen a través de sus cuentas en las plataformas más populares: Twitch, YouTube e Instagram.

    Carolina «Carolo» Vázquez soñaba de chica jugar fútbol profesionalmente, pero no tuvo opciones de entrenar en un club y lo hacía solo entre amigos. Durante muchos años se desempeñó como creativa publicitaria; después de vencer miedos e inseguridades, decidió dejar su trabajo para dedicarse a su pasión: el fútbol. Específicamente, al FIFA, un videojuego que comúnmente es asociado con los hombres, y al que ella conoció gracias a su hermano.

    En su canal de YouTube «Pibas jugando al FIFA» entrevistó a futbolistas profesionales de la escena local mientras juegan un partido de FIFA. Este canal busca difundir la participación de las mujeres en los videojuegos, y también apoyar el fútbol profesional femenino. Carolo cree que la mejor manera de abrir camino a las mujeres en los esports es dando un mensaje de forma creativa, no confrontativa.

    https://www.instagram.com/p/CCZNRwJA3mX/?utm_source=ig_web_copy_link

    Las organizaciones internacionales juegan un papel importante a la hora de visibilizar el rol de la mujer en esta industria. Por ejemplo, Women in Games (WIGJ) es un ente sin fines de lucro con sede en Inglaterra. Desde fines de 2019, Jorgelina Peciña es una de las embajadoras de nuestro país y según comentó, buscará crear espacios de networking y difusión de temas. Jorgelina está en la industria del gaming desde el 2007, y ha visto su crecimiento «meteórico» en los últimos años. La ubica bajo el paraguas del entretenimiento, junto a la música y el cine.

    Sobre esta temática, Jorgelina destaca fenómenos alentadores, como las creadoras de contenido que promueven la visibilidad de las jugadoras, o el hecho de que las mujeres ya no deban esconderse bajo un apodo masculino o neutral, como sí lo hacían antes por miedo a no poder jugar o a ser acosadas.

    El arte es otro modo de darle voz a la mujer en esta industria. Game on! son eventos donde se busca mostrar otro tipo de videojuegos, dar cuenta de que hay nuevas posibilidades y caminos a explorar más allá de los géneros estandarizados y las producciones comerciales. Su creadora es María Luján Oulton, quien integra además el Comité de eventos en Women in Games Argentina.

    https://www.instagram.com/p/B2UjZKrp7u_/?utm_source=ig_web_copy_link

    Además de las exhibiciones, Game on! organiza Game jams, charlas y acciones que buscan ampliar el concepto de los videojuegos, y también se trabaja con artistas y desarrolladoras mujeres. «Estamos en un momento de visibilizar las diferencias y en el que las mujeres se animan a hacerse escuchar», explica María Luján.

    También hace referencia a un momento de fuerte llegada del feminismo, el cual se está haciendo sentir notoriamente en toda el área de tecnología, acompañado por varias asociaciones y agrupaciones. Los videojuegos se han sumado a esta ola. Este es ciertamente el camino para que el salto del hobby a la profesión en los esports sea cada vez menos difícil para las mujeres.

    Toda la información e imágenes son de LA NACIÓN.
    Link original: https://www.lanacion.com.ar/deportes/esports-mujeres-dificil-salto-del-hobby-profesion-nid2578170

  • Las reuniones por videollamada perpetúan las dificultades de las mujeres para ser escuchadas

    Las reuniones por videollamada perpetúan las dificultades de las mujeres para ser escuchadas

    Un estudio realizado entre directivas señala que al 45% les resulta más difícil hablar durante los encuentros virtuales. Una de cada cinco se sintió directamente ignorada.

    esde que se extendió el teletrabajo al inicio de la pandemia cada vez más investigaciones analizan los cambios sociales que ha traído este tipo de actividad al mundo laboral: desde las dificultades para conciliar hasta sus efectos emocionales en los empleados. También hay un enfoque de género: ¿cómo ha afectado a la situación de las mujeres con su entorno laboral? El Foro Económico Mundial recoge en un informe publicado recientemente que a casi la mitad de las líderes empresariales estadounidenses les resulta más difícil hablar durante las reuniones virtuales en plataformas como Zoom, mientras que una de cada cinco sintió que directamente son ignoradas en esas llamadas.

    El trabajo, realizado en conjunto con la ONG Catalyst, que trabaja para reforzar el liderazgo de las mujeres, encontró también que tres de cada cinco empleadas están convencidas de que sus perspectivas de obtener un ascenso son peores en su nuevo entorno de trabajo remoto. Este temor es mayor para ellas que para ellos.

    Las investigaciones previas avalan estas conclusiones. Hasta ahora, varios estudios han señalado que ya se pasaba por alto las opiniones de las mujeres durante las reuniones en persona. Algunos investigadores acuñaron términos como manterrupting, cuando una mujer es continuamente interrumpida por un hombre; mansplaining, cuando un hombre explica ideas a las mujeres dando por sentado que no las saben, y bropropriating, cuando un hombre se apropia de la idea de una mujer. «En las reuniones, incluso cuando son informales, las mujeres tienen más dificultad para discrepar y exponer su opinión. Es una señal de la socialización que han tenido a lo largo de su vida por su género», explica Concepción Fernández, profesora de psicología social de la Universidad Complutense de Madrid.

    Ahora, dado que el trabajo remoto es el escenario común para muchos empleados, esta dinámica se ha trasladado al mundo digital. En opinión de Fernández, no es la tecnología la que ha provocado estas dificultades, tampoco está ayudando a resolverlas, sino que las perpetúa. «Esta situación se está reproduciendo también en el entorno digital simplemente porque ahora es ahí donde se hacen las reuniones», explica Fernández.

    Hay algunos aspectos concretos en los que puede ser un poco más complicado expresar ideas durante una videollamada. «Es fácil ser ignorado o silenciado durante una llamada o una reunión de Zoom, donde los demás no pueden leer tu lenguaje corporal e intuir si tienes una pregunta o quieres intervenir», explica Dafne Cataluña, psicóloga y fundadora del Instituto Europeo de Psicología Positiva. «Y es más fácil también que suceda a personas cuya opinión se suele tener menos en cuenta en esos entornos, como es el caso de las mujeres».

    Otras habilidades personales también influyen, como la directividad, es decir, la capacidad de poder plantear un objetivo y conseguir que los demás te acompañen para lograrlo. «La investigación en psicología ha mostrado que esta fortaleza está más desarrollada en hombres», cuenta Cataluña. «Esto explicaría en parte que no nos comuniquemos con la misma confianza o autoridad con la que suelen hacerlo ellos». La directividad tiene mucho que ver con la confianza que se tiene en uno mismo y con los procesos de socialización.

    «Las mujeres son vistas sistemáticamente como con menos autoridad, su influencia es menor. Hablan menos y cuando lo hacen no se les escucha tanto y se les interrumpe más», explica Jessica Preece, profesora asociada de ciencias políticas la Universidad Brigham Young (EE UU). Su equipo de investigación descubrió el año pasado que, a pesar de los avances, las dinámicas sociales que ponían por debajo a las mujeres seguían prevaleciendo, «incluso en los entornos mejor intencionados». «El problema no es necesariamente intencional, es un problema sistémico. Hemos sido socializados durante años para descartar la experiencia y las perspectivas femeninas con más facilidad que las masculinas», asegura Preece.

    La tecnología no ha arreglado este problema, simplemente ha hecho que se le preste un poco más de atención. «Hasta que no hemos tenido que teletrabajar, nadie se ha preguntado si las mujeres también son menos escuchadas en las videollamadas», explica Cataluña.

    ¿Soluciones?

    Para que se tenga más en cuenta la opinión de las mujeres, tanto en el mundo analógico como en el digital, el consejo más señalado por las expertas es que tanto ellas como el resto de compañeros presentes denuncien este comportamiento en el momento en que sucede. Para ello, señala Cataluña, es necesario tener un nivel adecuado de asertividad, «ser capaz de comunicarse expresando nuestra opinión claramente. Cuando llevamos mucho tiempo queriendo decir algo y no nos hemos sentido capaces de hacerlo, tendemos a ir al extremo opuesto y pedir las cosas enfadados, pero no es lo recomendable».

    También es importante que los líderes de la empresa hagan su parte para garantizar que no se perpetúa una cultura en la que lo habitual es interrumpir a las compañeras o apropiarse de sus ideas. «Los jefes deben estimular la participación de las mujeres, no deben dejar que se imponga por sistema la opinión de quien más participa o de quién más se hace oír», aconseja Cataluña.

    Toda la información e imágenes son de RETINA EL PAIS.
    Link original: https://retina.elpais.com/retina/2021/01/22/talento/1611341248_370001.html

  • Durante la pandemia continúa el acoso a mujeres en espacios públicos

    Durante la pandemia continúa el acoso a mujeres en espacios públicos

    A pesar del confinamiento por la pandemia por el Covid-19, el acoso o violencia sexual hacia las mujeres no para. Según un informe de Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU), un 21% de mujeres mayores de 18 años fueron víctimas de acoso en espacios públicos.

    La encuesta fue realizada por Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), esto para poder medir la percepción inseguridad de las mujeres en 2020. El resultado arroja que los números de acoso redujeron en comparación con el primer trimestre del 2019, cuando 27 de cada 100 mujeres mayores de edad se sintieron hostigadas sexualmente en lugares públicos.

    La misma encuesta nacional refiere que hasta diciembre de 2020, 68.1% de la población de 70 ciudades de México, mayor de 18 años, consideró que “vivir en su ciudad es inseguro”. Porcentaje a penas menor a diciembre de 2019, cuando 72.9 por ciento de los adultos consideraba que sus ciudades eran riesgosas.

    El informe publicado en Proceso señala que a diciembre de 2020 la percepción de inseguridad entre las mujeres alcanzó 72.6% de la población, mientras que entre los hombres fue de 62.7 por ciento.

    Además, la mayoría de los encuestados consideraron que las ciudades más peligrosas para vivir son: Fresnillo, Ecatepec de Morelos, Coatzacoalcos, Cancún y San Luis Potosí.

    Mientras que las ciudades donde la percepción de inseguridad es menor son: San Pedro Garza García, Los Cabos, Mérida, Saltillo, La Paz y San Nicolás de los Garza.

    Toda la información e imágenes son de PLUMAS ATÓMICAS.
    Link original: https://plumasatomicas.com/noticias/violencia-noticias/durante-la-pandemia-continua-el-acoso-a-mujeres-en-espacios-publicos/

     

  • 7 de cada 10 mujeres consideran que les costará progresar en sus carreras a causa de la pandemia

    7 de cada 10 mujeres consideran que les costará progresar en sus carreras a causa de la pandemia

    Un 23% de las consultadas por Deloitte Global respondió que tienen temor de que en algún momento, tendrán que elegir entre sus responsabilidades personales y sus carreras.

    La forma en la que muchas mujeres trabajan y viven cambió drásticamente a causa de la pandemia del COVID-19, por lo que de acuerdo con un estudio realizado por Deloitte Global, siete de cada diez mujeres consideran que les costará trabajo progresar en sus carreras.

    El estudio detalló que al 82 por ciento de las mujeres encuestadas les afectó negativamente la pandemia ya que han encontrado dificultades para equilibrar su vida laboral y personal, situación que ha terminado por mermar su bienestar general.

    Como resultado de la pandemia, el 65 por ciento de las mujeres encuestadas ha tenido que adoptar más responsabilidades dentro del hogar.

    Además, un 23 por ciento respondió que tienen temor de que en algún momento, tendrán que elegir entre sus responsabilidades personales y sus carreras.

    Para Zulima González, socia de la firma Pérez, Correa y González, las mujeres han demostrado que pueden hacer grandes cosas en puestos de liderazgo y que, afortunadamente, la legislación mexicana ha avanzado, pero aún hay muchas cosas por hacer a favor de la inclusión femenina en el mercado laboral.

    “La pandemia afectó el progreso que se había logrado en materia de inclusión, por ejemplo, los roles de género han generado que durante el home office las mujeres sean las responsables de atender a los niños en sus clases en línea, lo que ha obligado a que tengan que elegir entre responsabilidades del hogar y su trabajo”, dijo.

    Ante esta problemática, Tatiana Clouthier, secretaria de Economía, destacó en su plan de reactivación económica el apoyo a las mujeres, por lo que a partir de febrero se destinarán 20 mil créditos de 25 mil pesos para las mujeres que estén al mando de un micronegocio.

    “En el tema de las mujeres, creo fundamental, y esto está sucediendo en el mundo entero, entrar a una reconversión de las habilidades de mujeres, dependiendo de las edades y de los sectores, para que no se siga quedando este sector de la población atrás y tener todavía una desventaja mayor al no tener el uso de la tecnología y la actualización de las nuevas herramientas”, dijo.

    Agregó que las mujeres jugarán un papel preponderante en la recuperación económica, por lo que la dependencia que encabeza buscará brindar capacitaciones para que miles de mujeres puedan enfrentarse al escenario de trabajar y tener a hijos en casa.

    Toda la información e imágenes son de EL FINANCIERO.
    Link original: https://www.elfinanciero.com.mx/economia/7-de-cada-10-mujeres-consideran-que-les-costara-progresar-en-sus-carreras-a-causa-de-la-pandemia

  • Pensar con perspectiva de género requiere una visión general indispensable: Marcela Lagarde

    Pensar con perspectiva de género requiere una visión general indispensable: Marcela Lagarde

    Una de las voces más potentes del feminismo latinoamericano asegura que la condición de genero no es natural sino producto de la sociedad.

    “Las mujeres vivimos nuestra condición de genero de acuerdo con nuestro entorno social, la época, la sociedad en la que vivimos, pero también de acuerdo con el estamento de clase, etnia, edad, capacidades y discapacidades, y condiciones biográficas a las que pertenecemos. Por ello es importante tener una perspectiva organizacional para poder impulsar acciones concretas hacia la igualdad entre mujeres y hombres. Esto como un principio estructurador de toda la participación”, asegura la doctora Marcela Lagarde en el primer miércoles para la igualdad del 2021, organizado por la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM.

    En una conferencia magistral, la etnóloga, antropóloga, profesora universitaria por 40 años, fundadora de varios espacios académicos y de investigación dedicados al feminismo, exdiputada promotora de la Ley General de Acceso a las Mujeres a una vida Libre de Violencia y la tipificación del delito de feminicidio, compartió conceptos clave para enfrentar el desafío de la igualdad de género.

    Para poder pensar con perspectiva de género, dijo, se requiere una visión general indispensable por lo que citó diversos elementos:

    “Hay ideologías dominantes que han insistido durante mucho tiempo en normalizar un tipo de condición de genero como si fuera natural y no como hoy sabemos que es, producto de la sociedad”. Ante ello se introduce el concepto de diversidad para aprender de esa diferencia.

    Esto surge con activistas en los años 50, con la participación de artistas como Frida Kahlo, María Izquierdo, o Nahui Olin.

    Marcela Lagarde y de los Ríos explicó que tener un pensamiento progresista sobre la condición de la mujer y de las mujeres requería una base ideológica en general de izquierda, en las universidades pasó lo mismo, “con el acceso a las mujeres a espacios mixtos, pero no igualitarios confundíamos la igualdad con la mixtura, hemos tardado años para convencernos y a otros, de la enorme desigualdad que hay en el país e instituciones entre personas por razón de género”.

    Para poder trabajar a favor de la igualdad es necesario tener conciencia de la desigualdad, dijo, “si no sabemos en qué consiste y por qué hay, con mucha dificultad podremos participar”.

    El problema es que continúan esas desigualdades, incluso surgen formas nuevas contra las mujeres y niñas. No se accede de la misma forma a los recursos y a las oportunidades, que en muchos casos son parciales. “Hay ahora mucho discurso, pero la desigualdad es estructural y forma parte de los mecanismos de reproducción social, si las palabras no van acompañadas de las acciones y se dejan pasar los hechos se sigue siendo cómplice de una política de desigualdad”.

    Un siguiente paso es tener una interpretación científica sobre las causas de esta desigualdad y los mecanismos para eliminarla, en este sentido, instituciones como la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por su sigla en inglés) plantea que es posible y urgente eliminar la desigualdad de género y para ello lleva décadas impulsando la igualdad como un principio de organización social y de la cultura que sea vigente en todo el mundo.

    “En el planeta los países más igualitarios tienen una relación entre democracia, desarrollo e igualdad de género. En estos lugares el modelo de desarrollo social contiene una construcción de la condición de género, por ello si queremos cambiar esas particularidades, tenemos que intervenir en el desarrollo integral de la sociedad para conducir acciones que eliminen estas brechas”. 

    Un siguiente concepto clave es que la igualdad no significa identidad, significa paridad frente a la Ley, que esta sea igual para ambos y que haya condiciones favorables para la incorporación de las mujeres en ámbitos sociales, en la economía, política, cultura, leyes, normas y preceptos.

    “La igualdad entonces es ante la Ley, no nos queremos volver como los hombres, no se trata de eso y precisamente lo movimientos feministas en su mayoría lo que han planteado es una crítica al poder patriarcal monopolizado y personificado por hombres en una sociedad supremacista, se ha planteado una crítica a ese tipo de poder de expropiación, mando y control”. Ese conjunto de características del poder patriarcal lo conocemos con Michel Foucault como poder de dominio.

    La especialista concluyó que el trabajo, educación, ingreso y salud, son los ejes del desarrollo humano sustentable y si lo incorporamos con perspectiva de género tendremos las claves fundamentales que se han ido construyendo desde la segunda mitad del siglo XX . “Llevamos todo ese tiempo generando crítica social, conocimiento, teorías, perspectivas, pero falta comprender todavía más esta complejidad del género, pues tiene diversas causas, se reproduce de diversas maneras y tienen diversas teorías”.

    Toda la información e imágenes son de EL ECONOMISTA.
    Link original: https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/Pensar-con-perspectiva-de-genero-requiere-una-vision-general-indispensable-Marcela-Lagarde-20210121-0167.html

  • Publican antología que reivindica a 20 mujeres cuentistas de AL

    Publican antología que reivindica a 20 mujeres cuentistas de AL

    La obra de algunas fue ignorada y otras fueron olvidadas, pero la UNAM y Páginas de Espuma se unieron al trabajo de rescate por parte de escritoras, académicas e investigadoras de la literatura.

    Las 20 escritoras de singularísima voz reunidas en la antología Vindictas. Cuentistas latinoamericanas, entre ellas María Luisa Puga, de México; Mimí Díaz Lozano, de Honduras; Mirta Yáñez, de Cuba; Gilda Holst, de Ecuador; Marvel Moreno, de Colombia; Armonía Somers, de Uruguay; Mercedes Gordillo, de Nicaragua, y María Luisa Elío, de España, no estaban debajo de una piedra o escondidas en una cueva, estaban y están escribiendo, pero en muchos casos han sido ignoradas.

    Hoy, esas 20 voces con narrativas diversas y una apuesta literaria variada han sido reunidas en una antología que edita la Dirección de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM y Páginas de Espuma, con la edición de Socorro Venegas y Juan Casamayor, pero en la que han participado un gran grupo de escritoras, académicas, investigadoras y estudiosas de la literatura en México y en diversos países.

    “Estás 20 mujeres estaban escribiendo como cualquier otro autor para publicar, para ser leídas y fueron simplemente ignoradas; en este momento en el que toca reconocer la lucha feminista, toca reconocer cuál es el linaje literario que nos corresponde a las escritoras, dónde están esas autoras que abrieron un camino tan importante para nosotras y esa es una lucha constante y permanente que nunca podemos dar por ganada”, afirma Venegas, directora de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM.

    La editora y escritora asegura que el del reconocimiento es un camino arduo y largo, pero han empezado con esta obra.

    “Lo que quisiéramos es que un libro como este no sea necesario dentro de 20 o 50 años; la presencia de las mujeres es permanente, es visible y debe ser visible su trabajo y su obra, la creación de las mujeres debe ser tan presente como la vemos en el hogar, tiene que extenderse absolutamente a todas las esferas de la vida pública”, afirma.

    Juan Casamayor, el editor español, dice que a muchas de estas escritoras, muchas reconocidas y con trayectoria importante, en un momento se les fracturó su visibilidad como creadoras.

    “Esa es una constante, entonces estamos dando una vitalidad a todo el discurso, en este caso desde las escritoras que empezaron a consolidarse en los años 50 y 60”, señala el editor.

    Juan Casamayor agrega: “Lo que no me da la gana es que mis nietos tengan que descubrir a Socorro Venegas o a Guadalupe Nettel o a Samanta Schweblin o a Andrea Jeftanovic o a quien sea de las escritoras contemporáneas… ese el problema que podemos llegar a tener y ahora somos más conscientes porque ese estado crónico nos ha dado cierta madurez sociológica, cultural, literaria y política”

    Venegas dice que algo en lo que coinciden Juan y ella al hacer esta antología, es justo confirmar que la invisibilización de las escritoras es una de las más terribles formas de violencia que se puede ejercer contra la mujer.

    Por ello emprendieron este compromiso colectivo para reivindicar a varias escritoras, “aquí vemos 20 autoras, no son todas, no son las únicas autoras del siglo pasado a las que hay que leer, estamos en el umbral y sabemos que hay un camino extenso por recorrer con otras colegas”.

    Afirma que el objetivo de la antología más que hacer una selección como destino es la creación de un concepto que alumbra la necesidad de mostrar que había y hay todavía una gran cantidad de cuentistas que no estaban siendo leídas ni eran conocidas, o muchas un poco olvidadas.

    “Con la búsqueda que inició en diciembre de 2019 nos fuimos dando cuenta que eran autoras con ediciones efímeras y las editoriales las publicaron en tiraje muy breves; en muchos momentos te sentías abrumado por los hallazgos, este concepto de antologar lo vas borrando porque te das cuenta de todo lo que queda por hacer, ves cuánto queda por trabajar y a partir de ahí se delineó este libro”, señala el fundador de Páginas de Espuma.

    Vindictas. Cuentistas latinoamericanas es parte del proyecto Vindictas de la UNAM, que ha propiciado el encuentro entre escritoras de distintas generaciones y de ahí han recuperado grandes novelas y memorias escritas por mujeres en una colección literaria que se ha extendido a todas las disciplinas artísticas.

    Toda la información e imágenes son de EL UNIVERSAL.
    Link original: https://www.eluniversal.com.mx/cultura/publican-antologia-que-reivindica-20-mujeres-cuentistas-de-al