Autor: Editora

  • 98 de cada 100 mujeres indígenas en México nunca han cotizado en seguridad social

    98 de cada 100 mujeres indígenas en México nunca han cotizado en seguridad social

    Las restricciones que implica vivir en una zona rural pueden potenciar los niveles de pobreza, en particular en países con poco desarrollo industrial. México, siendo un país centralizado, es un claro ejemplo de ello.

    Entre los sectores más desfavorecidos en la sociedad están las mujeres, los jóvenes, los pobres y los habitantes de las zonas rurales, una combinación de estas características arroja cifras alarmantes en países como México, así lo dio a conocer el pasado 13 de octubre el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en su estudio de Desigualdad en la mujeres indígenas rurales.

    Pobreza rural y pobreza urbana

    Antes que nada, se tiene que hacer una distinción entre la pobreza rural, es decir, de las zonas más alejadas del país, y la pobreza urbana, es decir, en núcleos urbanos. Se presentan como opuestos, pues la primera está destinada a tareas de escaso valor añadido, por lo que el nivel de vida es inferior.

    Además, esto se agudizó con la emigración del campo a la ciudad a partir de la década de los 60, lo que se dio principalmente en gran parte de los países desarrollados.

    Desigualdad en las mujeres indígenas rurales de México

    A propósito de la conmemoración del Día de Internacional de las Mujeres Rurales, el CONEVAL dio a conocer los siguientes datos que visibilizan las brechas de este grupo:

    • El 79.7% de las mujeres indígenas rurales se encuentra en pobreza; el 35.4% de los hombres no indígenas urbanos está en la misma situación.
    • 6 de cada 100 mujeres no indígenas urbanas habitan en viviendas precarias sin acceso a agua entubada, o donde cocinan con carbón o leña sin tener chimenea. En el ámbito rural, esta relación asciende a 75 de cada 100 mujeres indígenas.
    • Únicamente el 38.7% de las mujeres indígenas rurales concluyeron el nivel educativo obligatorio de acuerdo con su generación de nacimiento. Este porcentaje se ubica en 80% para mujeres no indígenas urbanas.
    • 98 de cada 100 mujeres indígenas que viven en el ámbito rural nunca han cotizado en una institución de seguridad social. Mientras que 71 de cada 100 mujeres no indígenas que viven en el ámbito urbano se encuentran en la misma situación.
    mujeres-indigenas

    Cuartoscuro

    *ERV – Con información de CONEVAL y DICC.

    Toda la información e imágenes son de DINERO EN IMAGEN.
    Link original: https://www.dineroenimagen.com/management/98-de-cada-100-mujeres-indigenas-en-mexico-nunca-han-cotizado-en-seguridad-social/127777

  • El avance de las mujeres hacia la igualdad de género se estanca

    El avance de las mujeres hacia la igualdad de género se estanca

    Menos del 50% de las mujeres en edad de trabajar están en el mercado laboral, una cifra que apenas ha cambiado durante los últimos 25 años, asegura un nuevo informe de las Naciones Unidas.

    El estudio advierte que el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados todavía recae de manera desproporcionada en las mujeres, lo que limita su potencial económico. La pandemia COVID-19 ha afectado aún más los medios de vida de las mujeres.

    “Veinticinco años después de la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, el progreso hacia la igualdad de poder y los mismos derechos para las mujeres sigue siendo difícil de alcanzar. Ningún país ha logrado la igualdad de género y la crisis del COVID-19 amenaza con erosionar los limitados logros que se han alcanzado”, asegura el Secretario General de la ONU en la presentación del informe.

    Demet Özer Yakut
    Una mujer con un vestido tradicional en Turquía.

    Los datos del informe

    El informe de la ONU, que se visualiza de manera interactiva en su sitio web, reúne 100 datos estadísticos sobre seis temas relacionados a la igualdad de género: población y familias; salud; educación; empoderamiento económico y propiedad de activos; poder y toma de decisiones; y violencia contra la mujer y la niña, así como el impacto del COVID-19.

    El trabajo doméstico y de cuidados no remunerado frena a las mujeres

    Las mujeres en todo el mundo cada día dedican aproximadamente una media de tres veces más horas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres (4,2 horas en comparación con 1,7). En el norte de África y Asia occidental, la brecha de género es aún mayor, y las mujeres invierten siete veces más tiempo que los hombres en estas actividades.

    En 2020, solo el 47% de las mujeres en edad de trabajar participaron en el mercado laboral, en comparación con el 74% de los hombres, una brecha de género que se ha mantenido relativamente constante desde 1995.

    Tanto en Asia meridional y occidental  como en África septentrional el número es aún menor, con menos del 30% de mujeres participando en el mercado laboral. Y se espera que la pandemia exacerbe estas disparidades de género, ya que muchas mujeres trabajan en los subsectores más afectados por COVID-19 y las medidas de confinamiento, como el trabajo doméstico remunerado, los servicios de alojamiento y alimentación, y el comercio minorista.

    Las mujeres también representan más del 70% de los trabajadores en el sector de la salud, por lo que se enfrentan a mayores riesgos de infección que los hombres en el lugar de trabajo.

    ONU/Kim Haughton
    La canciller alemana Ángela Merkel conversa con la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, en la Asamblea General de la ONU en 2019.

    Poder y toma de decisiones

    Las mujeres ocupaban solo el 28% de los puestos gerenciales a nivel mundial en 2019, casi la misma proporción que en 1995, y solo el 18% de las empresas encuestadas tenían una directora ejecutiva en 2020.

    Entre la lista de 500 empresas estadounidenses que figuran en la revista Fortune  solo el 7,4 %, o 37 consejeros delegados, eran mujeres.

    En la vida política, si bien la representación de las mujeres en el parlamento se ha más que duplicado a nivel mundial, todavía no ha cruzado la barrera del 25% de los escaños parlamentarios este 2020.

    La representación de las mujeres entre los ministros del gabinete se ha cuadruplicado en los últimos 25 años, pero sigue estando muy por debajo de la paridad en un 22%.

    UNICEF / Josue Mulala
    Estudiantes con mascarilla en una escuela de la República Democrática del Congo

    Educación

    El estudio indica que el mundo ha logrado avances sustanciales en el logro de la educación primaria universal, y las niñas y los niños participan por igual en la educación primaria en la mayoría de las regiones.

    Si bien es probable que los cierres de escuelas relacionados con COVID-19 retrasen el progreso en el acceso a la educación, la evidencia muestra que las niñas, una vez que tienen acceso a la escuela, suelen tener mejores resultados que los niños en términos de rendimiento académico. En la educación terciaria, las mujeres superan en número a los hombres y la matriculación está aumentando más rápidamente entre las mujeres que entre los hombres.

    Sin embargo, las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas y representan solo un poco más del 35% de los graduados en estas áreas.

    Las mujeres también son una minoría en las áreas de investigación y el desarrollo científico, y representan menos de un tercio de los investigadores del mundo.

    Agência Brasil/Elza Fiuza
    Durante la pandemia del coronavirus han aumentado los casos de violencia contra las mujeres y las niñas.

    La violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo un problema mundial

    Durante el confinamiento del COVID-19, muchas mujeres y niñas se han aislado en entornos inseguros donde corren un mayor riesgo de sufrir violencia a manos de su pareja.

    Alrededor de un tercio de las mujeres en todo el mundo han sufrido violencia física y / o sexual por parte de sus parejas; y el 18% ha experimentado este tipo de violencia en los últimos 12 meses.

    En los casos más extremos, la violencia contra la mujer es letal: a nivel mundial, se estima que 137 mujeres son asesinadas diariamente por su pareja o un miembro de la familia.

    Si bien la mutilación genital femenina se está volviendo menos común en algunos países, al menos 200 millones de niñas y mujeres vivas en la actualidad han sido sometidas a esta forma específica de violencia en África y el Medio Oriente.

    Como dato positivo cabe destacar que la aceptación social de  las mujeres  golpeadas por sus parejas disminuyó en casi el 75% de los países con datos de los últimos siete años. Sin embargo, las leyes para abordar la violencia doméstica aún no están disponibles universalmente, y solo 153 países las aplican.

    Las brechas son mayores en África del Norte y subsahariana y en  Asia Occidental y donde el 43% y el 35% de los países, respectivamente, no han aprobado leyes al respecto.

    Antonio Herrera
    Una niña en el campo de Colombia.

    Los datos confiables y oportunos son fundamentales

    Según los autores del informe, se necesitan de manera crítica datos confiables, oportunos y desglosados, particularmente cuando la comunidad internacional responde a la pandemia de COVID-19, para medir de manera efectiva el progreso en el logro de la igualdad de género. Es fundamental cerrar las brechas de datos y pruebas mediante la recopilación y el uso regulares de estadísticas de género.

    “Hago un llamado a todos los países para acelerar los esfuerzos hacia el empoderamiento de las mujeres y las niñas y para mejorar la base de evidencia para monitorear el progreso: es necesario llenar las brechas de datos en la cobertura de temas clave de género”, dijo Liu Zhenmin, subsecretario de la ONU General de Asuntos Económicos y Sociales.

    “Es necesario mejorar la puntualidad y la comparabilidad de los datos a lo largo del tiempo y entre países, y el desglose y la difusión de datos por edad, sexo, ubicación y otras variables clave deben convertirse en una prioridad para medir y abordar plenamente las desigualdades entrecruzadas, responder a las crisis, y garantizar la igualdad de género para 2030”, concluyó.

    Según António Guterres la Década de Acción para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los esfuerzos para recuperarse mejor de la pandemia ofrecen una oportunidad para transformar las vidas de las mujeres y las niñas.

    © UNFPA Myanmar/Yenny Gamming
    Se esperan más casos de violencia, matrimonio infantil y mutilación femenina durante la pandemia de COVID-19.

    Otros datos del informe

    • Un 20% de las mujeres entre 20 y 24 años se casaron antes o a los 18 años.
    • Las mujeres representan el 75% de los padres solteros.
    • Un 9,2% de las mujeres entre 45 y 49 años nunca tuvieron hijos.
    • Las mujeres tienen una media de esperanza de vida de 18,3 años después de los 65, en comparación con 15,6 de los hombres.
    • En 20 años se ha logrado reducir en un 27% el embarazo adolescente.
    • Solo un 50% de las mujeres en el mundo pueden decidir sobre el uso de anticonceptivos, o negarse a sostener relaciones íntimas.
    • Solo un 48% de las mujeres tiene acceso o utiliza internet, comparado con el 58% de los hombres.
    • Solo el 65% de las mujeres tienen acceso a servicios financieros, comparadas con el 72% de los hombres.
    • Solo 20 mujeres son jefas de Estado o de Gobierno.
    • Un 40% de los jueces del mundo son mujeres.
    • Solo un 13% de los policías del mundo son mujeres.
    • Un 58% de los asesinatos cometidos contra mujeres son perpetrados por sus parejas o familiares.
    • El 80% de los asesinatos de parejas íntimas son cometidos por hombres.

    Toda la información e imágenes son de NOTICIAS ONU.
    Link original: https://news.un.org/es/story/2020/10/1482722

  • Cocineras tradicionales: en las mujeres vive la gastronomía mexicana

    Cocineras tradicionales: en las mujeres vive la gastronomía mexicana

    Aunque mucho se habla de gastronomía de vanguardia, las cocineras tradicionales son la columna vertebral de la cocina mexicana. No sólo por dedicar su vida al nixtamal y al humo, sino por guardar conocimientos en sus memorias y transformar con sus manos los sabores de su tierra.

    Estas figuras de nuestra cultura son clave para entender la forma en la que la sociedad ha evolucionado. Con recetas heredadas de madres, tías y abuelas, las mujeres de comunidades rurales poseen el patrimonio gastronómico del país.

    No se requiere ningún estudio ni profesionalización para ampliar el espectro de las cocineras tradicionales, más bien, todo lo contrario. Su aprendizaje se compone de experiencias y saberes que obtienen en los fogones de cada una de sus casas.

    COCINERAS TRADICIONALES: EL PILAR DE LA GASTRONOMÍA Y DE LA SOCIEDAD

    Desde épocas prehispánicas, eran las mujeres las encargadas de transformar el maíz y producir tortillas. También eran ellas las que cuidaban la milpa y con sus frutos activaban el comercio y alimentaban a sus familias.

    Con el paso del tiempo, la mujer permaneció en la cocina pero no sólo yacían ahí todas sus responsabilidades. En la mayoría de los casos se encargaba de cuidar el ganado, integrar a la familia y velar por el bienestar común.

    Las mujeres recibían desde pequeñas una serie de saberes que debían desarrollar para ganarse su lugar en la sociedad. En sus manos recaía la tradición ancestral del buen gusto en la comida y en muchas de las artesanías suntuosas que llenaban de belleza la vida cotidiana.

    Por este motivo, las cocineras tradicionales en México son multidisciplinarias: conocen la tierra y sus productos; saben de técnicas ancestrales para transformarlo y también pueden hacer que la magia perdure en el tiempo.

    Y aunque esa magia tiene mucha belleza en fondo y forma, la realidad de estas mujeres dista mucho de los cuentos de hadas que les cuentan a sus hijos antes de dormir. En la mayoría de los casos son víctimas de violencia en su entorno y de la falta de oportunidades.

    Pero ¿quiénes son en realidad? Hablar de cocineras tradicionales puede prestarse a generalizaciones pero cada mujer tiene una historia, una lucha y sobre todo, un motivo para amar a su oficio sobre cualquier otro.

    Benedicta Alejo, COCINERA DE MICHOACÁN

    Mole de queso

    BENEDICTA APRENDIÓ A COCINAR CON SU ABUELA Y AHORA ELLA TRANSMITE SUS CONOCIMIENTOS A SUS NIETAS CON ORGULLO. // FOTO: ESPECIAL.

    Para entender quién es Benedicta Alejo hay que observar cómo funciona su entorno. Nació en San Lorenzo, un pueblo de 4,000 habitantes, en 1966, cuando aún no había luz ni gas en la casa.

    Todavía jugaba a las cocinitas cuando la casaron con un hombre 10 años mayor que ella, teniendo apenas trece.

    Empezó a cocinar por gusto en un lugar en el que las mujeres lo hacían por obligación, y cuando salió a vender sus atápakuas en Uruapan, le miraban mal, porque allí las mujeres no trabajaban, o al menos no fuera de casa.

    Aprendió su segundo idioma, español, antes de aprender a escribir, y nunca se quejó de que las otras cocineras le copiaran sus recetas para vender tanto como ella, sino que siguió innovando y rescatando más recuerdos.

    Ella considera un privilegio compartir con tantas personas los platillos que heredó de su abuela, quien le enseñó desde niña a usar el metate, preparar atoles y muchos otros secretos que hoy en día la han convertido en la maestra cocinera más reconocida del estado.

    Juana Bravo, de Michoacán

    Juanita Juana Bravo

    JUANITA BRAVO CON SU METATE Y EN SU COCINA. // FOTO: ÉRIKA CHOPERENA.

    Juanita -como es conocida- nació en Angahuan y pasó la mayor parte de su vida hablando solamente Purépecha; hace apenas 10 años aprendió español “con mucha paciencia y escuchando”.

    Su pueblo tiene varias características. La primera es que es una comunidad principalmente de mujeres. Gran parte de los hombres se van a Estados Unidos a probar suerte y allá se quedan, como es el caso de uno de sus hijos.

    El metate prácticamente es una extensión de sus manos. Lo conoce a la perfección y por otro lado no deja de mezclar su nixtamal mientras platica de una cosa y de otra.

    No utiliza prensa para darle forma a las tortillas; su experiencia se ve reflejada al lograr un círculo perfecto y ponerlo en el comal. Usa su propio maíz, tiene variedades blanca y azul.

    Juanita Bravo es experta en cocinar atápakua, uno de los platillos clave de las tradiciones michoacanas. Se prepara con chiles, masa (para espesar), condimentos y carne de res, cerdo o pescado.

    Antes del nombramiento a la cocina michoacana como Patrimonio de la Humanidad, Juanita no salía mucho de su pueblo. Esto cambió, en la última década ha viajado a varios países para exponer no sólo la tradición gastronómica michoacana sino también la mexicana ante el mundo.

    Maura López Cruz y Anita Bello Rivera de Tlaxcala

    cocineras tradicionales de Tlaxcala

    ANITA BELLO Y MAURA LÓPEZ, COCINERAS TRADICIONALES DE TLAXCALA. // FOTO: ÉRIKA CHOPERENA.

    Actualmente hay alrededor de 80 cocineras tradicionales de Tlaxcala, cada una con conocimientos tan únicos como sus historias. Maura y Anita son las abanderadas de su estado, orgullosas de sus mixiotes y sus tlatlapas.

    Entre todo lo que se puede encontrar en el estado están los moles y hay de distintos tipos, ya sea más picosos o más bien dulces; son el platillo estrella de las bodas y un pretexto para juntarse entre comadres a convivir y a platicar.

    Mujeres de humo EN VERACRUZ

    mujeres de humo

    MARTHA ATZÍN CON EL LIBRO MUJERES DE HUMO.

    Las Mujeres de Humo han rescatado más de 500 recetas tradicionales de la región Totonaca de Veracruz. El Totonacapan se extiende al sur hasta Tecolutla y tiene otras ciudades conocidas como Papantla.

    La cultura en esta zona de Veracruz es imprescindible ya que conjuga comida y arte, tanto que en 2012 se creó el Centro de las Artes Indígenas (CAI). Fue en el marco de éste justamente donde ellas, las Mujeres de Humo, comenzaron a laborar en la Casa de la Cocina Tradicional.

    Entre los alimentos y platillos tradicionales de los totonacas destacan el atole de maíz morado, de tortilla quemada y de dulce con chile. También el pipián de flor de izote, los frijoles en guatape, las jaibas en chileajo y las enchiladas de semilla de mamey.

    Rosalba González, MAYORA OAXAQUEÑA

    cocineras tradicionales

    Rosalba González es heredera de un linaje de cocineras tradicionales de Oaxaca y aprendió a cocinar con las mujeres de su familia siendo niña.

    Siendo adolescente comenzó a trabajar en un restaurante en la CDMX. La sólida educación familiar le fue asegurando su posición en la cocina: en poco tiempo su disciplina y orden le permitieron ganarse la confianza de los chefs para los que trabajaba, quienes le fueron abriendo los secretos del sabor y las sazones delicadas de todo el mundo.

    Y fue así que se convirtió en una cocinera, huica tlacuali, de los señores. Pues al restaurante acudían comensales en busca de los platillos que ella ayudaba a preparar y servir.

    Celia Florián, LA ABANDERADA EN OAXACA

    La vida de Celia Florián es cocinar, sí, pero también compartir, enseñar y presumir la cocina de su amado estado, Oaxaca.

    Celia creció rodeada de animales, árboles frutales, plantaciones de maíz, y con una madre y una abuela diestras en la cocina, mujeres que todos los días preparaban la comida para los mozos que trabajaban en la hacienda familiar.

    A los 7 años, ya se encargaba de preparar el atole para los empleados; ya más grande, los tamalitos.

    ¿Quién iba a pensar que Celia cambiaría su trabajo en un banco por entrar de lleno a la cocina y abrir un restaurante? Pero la cocina llama, la cocina es destino.

    Antes de tomar la decisión de abandonar el banco, Celia pensaba que le gustaría tener un restaurante oaxaqueño para lograr un mole negro como el de su mamá y su abuela, “limpio, sin grasa, impecable”, un mole perfecto.

    Y lo logró. Celia abrió Las Quince Letras en 1992.

    MARÍA SUSANA LÓPEZ DE TACOTALPA, Tabasco

    cocineras tradicionales

    MONE DE CERDO CON HOJA DE MOMO. // FOTO: CLAUDIA GARCÍA.

    Vas a animarte a probar todo lo que no has saboreado porque la cocina de Tabasco es un edén. Su sazón exótico y sus platillos son casi espirituales, preservados de generación en generación gracias a las cocineras tradicionales.

    María Susana cocina con toda clase de ingredientes endémicos. Utiliza pejelagarto, caracoles de río, pato y armadillo en diferentes guisados.

    Uno de ellos es el mone, un plato envuelto a manera de tamal con hoja de plátano y hoja santa -conocida como momo-, relleno de pescado o carne.

    Todos los días, doña Susana nixtamaliza el maíz para hacer sus tortillas y el pozol. Puede molerlo con frijol, semilla de calabaza en polvo y yuca.

    CLAUDIA RUIZ DE San Juan Chamula, CHIAPAS

    san juan chamula

    CLAUDIA RUIZ, CHEF Y COCINERA TRADICIONAL TZOTZIL. // FOTO: RODRIGO CRESPO

    Claudia Ruiz creció entre San Cristóbal y San Juan. Su familia, conservadora y tradicionalista, buscaba una vida tranquila para ella donde la cocina de humo fuera, como en -casi- todos los casos de las mujeres tzotztiles, el epicentro de su vida.

    Aquí las mujeres visten faldas negras hechas por ellas mismas con lana de las ovejas que pastorean. Las blusas son de colores brillantes y generalmente se peinan de trenza. Son ellas también las que cuidan la milpa y las que, con sus manos, transforman los frutos de su tierra en delicias gastronómicas.

    Pero ella buscaba algo distinto. El aroma de las tortillas recién hechas y del atole salado llenaban su corazón tanto que quiso salir de su pueblo y estudiar gastronomía para perfeccionar su técnica y enseñar la cocina de su cultura al mundo.

    Así es como llegó la tradición tzotzil hasta las cocinas de Pujol y Máximo Bistrot; Claudia realizó prácticas profesionales en los mejores restaurantes de la Ciudad de México para volver a San Cristóbal y poner en alto la cocina indígena chiapaneca.

    Septiembre es la temporada en la que se cosechan elotes, flores y guías de frijol de la milpa. Aquí todo se aprovecha y los sabores de cada elemento dan lugar a uno de los platillos más emblemáticos de todo Chiapas: el vok ich.

    Muy parecido al atole pero en una versión salada, este es un plato principal que se come a medio día. Con la masa resultante del nixtamal -que se prepara cada mañana antes de que salga el sol- le dan cuerpo a un potaje que llena de energía a toda la cultura tzotzil.

    CONSUELITO VENANCIO DE COMONFORT, GUANAJUATO

    FOTO CORTESÍA DE SECTUR GUANAJUATO

    Los sellos ceremoniales son una tradición de las comunidades con raíces otomíes en el Bajío. Las mujeres heredan una superficie tallada en madera con diferentes formas -las cuales representan a sus familias y sus celebraciones- y la pintan con tintas extraídas naturalmente para después plasmar las imágenes en las tortillas que preparan.

    Consuelito Venancio, cocinera tradicional de Guanajuato, heredó de su madre la responsabilidad de cuidar el sello familiar. Con éste y otros que ha ido labrando,se dedica a cocinar y hacer tortillas en su lugar de origen, un pueblo llamado Delgado de Abajo, en el municipio de Comonfort.

    Consuelito busca en el campo unas flores llamadas toritos o muicle, las cuales muele e infusiona para hacer un tinte que pinta de rosa o morado los sellos.

    Una vez que están listas, las tortillas se sirven en la mesa.

    Tradicionalmente, las comunidades otomíes buscan en los campos diferentes ingredientes con los que cocinan platillos que llenarán esas tortillas.

    En celebraciones especiales se comen escamoles, chapulines y gusanos, pero también es común encontrar palomas rellenas, nopales guisados en distintas salsas, conejo en mole y preparaciones elaboradas con xoconostle.

    Toda la información e imágenes son de ANIMAL GOURMET.
    Link original: https://www.animalgourmet.com/2020/03/03/compendio-cocineras-tradicionales/

  • Empoderar a mujeres jóvenes, arma contra el cambio climático: Fuentes

    Empoderar a mujeres jóvenes, arma contra el cambio climático: Fuentes

    La empresaria mexicana Angélica Fuentes propuso durante el panel de Cambio Climático SOCAP 2020 tomar acciones que permitan empoderar a niñas y jóvenes en el combate del cambio climático y la restauración del medio ambiente.

    Destacó que la única forma de trabajar en pro a este objetivo será por medio de la educación, el acceso a la salud sexual y reproductiva, así como aprendizajes para producir alimentos en las distintas prácticas de agricultura, lo que podría reflejarse en una reducción de 51.48 gigotoneladas de dióxido de carbono para el año 2050.

    “La planificación familiar y el acceso de las niñas y jóvenes a la educación, están altamente relacionados. Ambos factores inciden de manera determinante en el cambio climático: 58.6 toneladas de dióxido de carbono equivalentes por año, por niño. El conocimiento es poder y necesitamos ponerlo en manos de niñas y jóvenes”, resaltó la inversionista Angélica Fuentes.

    Su posición estuvo alineada a datos de Drawdown, que han resaltado que una de las iniciativas más importantes a nivel mundial para revertir el calentamiento global es la planificación familiar, ya que un mejor control representaría una reducción de 119.2 gigatoneladas de dióxido de carbono.

    En otro sentido, Angélica Fuentes mencionó que las mujeres representan el 51% de la población global, sin embargo, solo el 12% de los ministerios de medio ambiente es encabezado por una mujer, por lo cual se necesitará trabajar en incluir la visión femenina en estos temas.

    “Las mujeres somos quienes más sufrimos los embates del cambio climático, pero no tenemos suficiente representación en la toma de desiciones para combatirlo. Esa ecuación debe cambiar”, enfatizó la empresaria mexicana.

    Durante la celebración de este panel internacional, Fuentes estuvo acompañada de Rick Parnell, CEO de la Foundation for Climate Restoration, Brent Constantz, CEO de Blue Planet, y de David Antoniolli, CEO de Verra.

    El panel internacional SOCAP 2020 terminará el 23 de octubre y abordará temas como la economía global post Covid-19, políticas públicas medioambientales, responsabilidad de las empresas en la “nueva normalidad” e inversiones de alto impacto.

    Toda la información e imágenes son de LA JORNADA.
    Link original: https://www.jornada.com.mx/ultimas/

  • Más créditos a mujeres, clave para acelerar la recuperación en Latinoamérica

    Más créditos a mujeres, clave para acelerar la recuperación en Latinoamérica

    La principal barrera para el empoderamiento económico femenino y el emprendimiento es el acceso a financiación.

    La recuperación en América Latina será «más lenta» y «más difícil» si las mujeres no se empoderan económicamente y no se mejora su acceso al crédito, pues son casi la mitad de la población activa de la región y, sin embargo, están acusando más la crisis que los hombres.

     

    Esa fue la conclusión del foro virtual organizado este martes por la oficina de ONU Mujeres para las Américas y la Agencia Efe, que se centró en el rol de las mujeres en la gran recesión que va a sufrir Latinoamérica este año, que Cepal estima en un 9.1 % y es la mayor en un siglo.

    «Somos una energía transformadora y si no cuentan con nosotras para salir de la crisis económica, este continente va a demorar mucho más años en recuperarse. Es el momento de las mujeres latinoamericanas, somos solución, no una población vulnerable», dijo la directora regional de ONU Mujeres, María Noel Vaeza.

    Con más de 10 millones de casos y cerca de 370,000 muertos, Latinoamérica es la región más afectada por la pandemia, que remite en la mayoría de los países, pero no termina de darse por controlada.

    Tras largas cuarentenas, los países han empezado a poner en marcha sus melladas economías con el reto de no perder los grandes avances sociales conseguidos en los últimos años en la región, que con 626 millones de personas es la más desigual del mundo.

    De acuerdo a la Cepal, el parón económico provocará el cierre de 2.7 millones de empresas en Latinoamérica, elevará la tasa de desempleo regional al 13.5 % y llevará a la pobreza a los niveles de 2005.

    La brecha se agranda

    Las mujeres jóvenes son las peor paradas: en el tramo de edad de 25 a 34 años habrá 117 mujeres en extrema pobreza por cada 100 hombres, según ONU.

    «En el primer semestre del año, el 62.9 % de las mujeres en Latinoamérica entraron en inactividad laboral, lo que quiere decir que también dejaron de liderar sus empresas», aseguró Nadia Sánchez, creadora de «She Is», una fundación sin ánimo de lucro que en cinco años ha beneficiado a más de 7,500 mujeres y niñas de la región.

    «La brecha de género se ha agudizado con la pandemia», agregó Sánchez, quien también es promotora de la edición latinoamericana del Women Economic Forum (WEF).

    La principal barrera para el empoderamiento económico femenino y el emprendimiento es el acceso a financiación, y eso que las mujeres son más cumplidoras que los hombres y pagan más del 95 % de los créditos que reciben, frente al 70 % de los hombres, de acuerdo a distintos organismos.

    Un estudio reciente del Banco Interamericano del Desarrollo (BID) y el Banco de desarrollo de América Latina (CAF) reveló que las chilenas tienen un 18 % menos de probabilidades que los hombres de que les aprueben créditos, lo que implica que el crédito perdido podría ascender a 12,000 millones de dólares.

    «El negocio está en las mujeres, en los emprendimientos femeninos y la recuperación tiene que tener cara de mujer», afirmó el economista jefe y gerente general de Investigación del BID, Eric Parrado Herrera, durante el encuentro «Las mujeres, en el centro de la recuperación económica de América Latina».

    «Necesitamos inversión de mayor calibre, más allá del microcrédito en el que se encasilla a la mujer. Estamos haciendo un llamado a los grandes inversores del mundo, que son los fondos de pensiones y las compañías aseguradoras, para que entiendan que invertir en género es un buen negocio», añadió Vaeza.

    Para Fernando Fascioli, presidente de McCann Worldgroup para América Latina y el Caribe y el último participante en el foro, «estamos frente a una oportunidad única» para acabar con la brecha de género no solo desde las instituciones públicas, sino también desde la esfera privada, donde «tenemos que reconocer nuestros sesgos inconscientes».

    Más de 100 millones de mujeres pueden salir de la pobreza si los gobiernos invierten en su empoderamiento mediante políticas orientadas a mejorar el acceso a la educación, la planificación familiar y el salario equitativo, mientras que el PIB mundial podría aumentar en 5,3 billones de dólares si acabará con la brecha de género, según ONU.

    Toda la información e imágenes son de ECONOMÍA HOY.
    Link original: https://www.economiahoy.mx/economia

  • Mujeres cerveceras en acción: agua, malta, lúpulo, levadura y ¡salud!

    Mujeres cerveceras en acción: agua, malta, lúpulo, levadura y ¡salud!

    La Comunidad de Mujeres Cerveceras de Latinoamérica nuclea a sommeliers, científicas, productoras y consumidoras. Buscan visibilizar a la mujer en el mundo de la tradicional bebida.

    Son mujeres. Son cerveceras. Y son pioneras. Decidieron unirse para apoyarse, para crecer, y mostrar que existen. Algunas de ellas son sommeliers, otras científicas, las hay productoras y también dueñas de cervecerías. Sus historias cambian, pero las une su pasión por la cerveza.

    “La cerveza para mí fue un camino de ida, porque es todo lo que amo: ciencia, arte, cultura e historia”, dice a DW Karen Borensztein, fundadora de la Comunidad de Mujeres Cerveceras que las nuclea.

    “Queremos visibilizar a las mujeres dentro de la cultura cervecera”, explica. Y sigue: “Si yo no veo que hay otras mujeres cerveceras, que se emplean dentro de esta cultura, que es posible catar y hacer cerveza, cómo voy a querer ser cervecera?”, se pregunta.

    Así fue que decidieron agruparse en esta red, única en su tipo, que hoy cuenta con representantes en Argentina, Bolivia, Guatemala, Brasil, Chile, Venezuela, Colombia y Uruguay.

    Están en contacto permanente, organizan capacitaciones, intercambian saberes y experiencias. También información y proyectos. Pero sobre todo, hacen hincapié en la sororidad.

    “Somos una organización con una mirada feminista, entonces, no vamos a exigirnos entre nosotras una responsabilidad más de las que, ya de por sí, tenemos”, afirma Borensztein desde Buenos Aires.

    El arte de domesticar levaduras

    Y ciertamente responsabilidades y logros no les faltan. Victoria Lobos, nacida en Santiago de Chile, es ingeniera agrónoma especializada en microbiología cervecera y vitivinícola.

    Tras varios años de investigación,logró aislar las primeras levaduras para la industria cervecera en Latinoamérica, y paliar así la tradicional dependencia del continente de la importación de este insumo desde el hemisferio norte.

    Así describe el proceso en diálogo con DW: “Yo colecté microorganismos de todo tipo en la Cordillera de los Andes, en la Patagonia chilena, los aislé en laboratorio, y luego los domestiqué, es decir, les enseñé qué tienen que comer y cómo se tienen que comportar, para poder hacer cervezas estandarizadas”.

    Hoy la joven científica provee de microorganismos al continente y ha ganado reconocimiento internacional. “Es un mundo fascinante, donde nunca dejas de aprender”, sostiene con el entusiasmo intacto.

    Produciendo cerveza desde casa

    “Cada cerveza es una experiencia sensorial distinta”, afirma por su parte Andrea Aneiva a DW, desde La Paz, Bolivia. Y cuenta: “Soy home brewer, es decir, cocino cerveza desde mi casa en pequeños lotes de 20 litros por vez, implementando todas las medidas y herramientas para que mi cerveza sea de calidad”, indica orgullosa.

    Similar es la experiencia de la colombiana Jennifer Ramírez. “Siempre compraba cervezas importadas, pero luego de un viaje a Brasil, donde la cultura cervecera es enorme, llegué con inmensas ganas de hacer cerveza en mi casa, y así arranqué”, rememora.

    “Disfruto todo, desde comprar las materias primas, cocinar y embotellar hasta ver a las personas tomando el producto que preparé”, sostiene en diálogo con DW.

    “La cerveza es un arte, y como tal, yo me expreso con maltas y lúpulos”, dice poéticamente, a su turno, la productora guatemalteca Aunne Schadd. “Yo les llamo aromas de cambio”, cuenta a este medio.

    Mujeres haciendo historia

    “La cerveza es un antes y un después en mi vida”, confía a este medio la uruguaya Alejandra Carrasco. “Me sumergí en este mundo, y lo que comenzó como un hobby de fin de semana se fue transformando en un proyecto de vida”, relata. Hoy es cofundadora del certamen “Copa Uruguaya de Cervezas” y de la primera Escuela de Cervezas del Uruguay, y ambas iniciativas gozan de excelente salud.

    Quien también recorre caminos bien propios es la sommelier de cerveza Natalia Urzúa. “Si ya somos pocos los sommeliers en Chile, las mujeres somos aún menos”, dice a DW.

    “Históricamente, la cerveza era una bebida que era fabricada por mujeres, a nivel casero, y que, paulatinamente, fue perdiendo su espacio frente a la industrialización”, explica Urzúa desde su Santiago de Chile natal. “Por otro lado, muchas de las antiguas deidades relacionadas a su elaboración eran figuras femeninas”, sigue.

    “La historia de la cerveza se entrelaza mucho con la mujer. Hoy queremos que ese nexo sea más fuerte que nunca”, concluye.
    Y en esa dirección avanza la Comunidad de Mujeres Cerveceras. Con tantas dosis de levadura como de pasión por la tarea.

    Este contenido se publicó originalmente en DW.COM 

    Toda la información e imágenes son de FORBES.
    Link original: https://www.forbes.com.mx/mujeres-cerveceras-en-accion-agua-malta-lupulo-levadura-y-salud/

  • Mujeres, en el centro de la recuperación económica de Latam: ONU

    Mujeres, en el centro de la recuperación económica de Latam: ONU

    ONU Mujeres explicó que el PIB mundial podría aumentar en 5.3 billones de dólares si se acabara con la brecha de género.

    La aportación a la fuerza laboral y la asunción de puestos de liderazgo de las mujeres como una oportunidad para reactivar la golpeada economía de América Latina será este martes el tema nuclear de un foro virtual impulsado por la oficina de ONU Mujeres para las Américas y la Agencia EFE.

    El evento contará con la participación de representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la organización regional del Women Economic Forum, la empresa privada y la comunicación.

    Titulado “Las mujeres, en el centro de la recuperación económica de América Latina”, el foro tiene lugar en medio de una crisis económica y social en la región agravada por el severo impacto de la pandemia del Covid-19, que puede llevar, según las proyecciones de ONU Mujeres, a que en el tramo de edad de 25 a 34 años se registren 117 mujeres en extrema pobreza por cada 100 hombres.

    Destacadas y destacados panelistas del mundo de la política, las finanzas y la sociedad analizarán cómo las empresas, los gobiernos y la sociedad civil pueden incentivar el financiamiento del emprendimiento y los negocios de las mujeres, impulsar la actividad económica y, al mismo tiempo, avanzar hacia la equidad de género.

    ¿Por qué la brecha de género empobrece aún más a América Latina? ¿Cómo se comporta la economía cuando se apoya el emprendimiento y los negocios de las mujeres? Son sólo algunas de las muchas cuestiones que se abordarán en la oportunidad.

    Lee también: El impacto de la pandemia de Covid-19 en las mujeres ejecutivas de PepsiCo

    “Invertir en el empoderamiento económico de las mujeres establece un camino directo hacia la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico inclusivo”, dijo a EFE la directora regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres, María-Noel Vaeza, quien será una de las panelistas en el evento.

    El foro comenzará a las 15:00 GMT de este martes 20 de octubre y podrá seguirse en directo por el canal de EFE en Youtube.

    Un panel de altura

    Además de Vaeza, el foto contará con la participación de la empresaria, administradora y filántropa Nadia Sánchez Gómez, creadora de la fundación “She Is”, que ella misma preside, una institución sin ánimo de lucro que en sus cinco años de recorrido ha beneficiado a más de 7,500 mujeres y niñas de América Latina.

    Sánchez también organizó con éxito en 2019 la primera edición del Women Economic Forum Latam, en el que participaron más de 1,600 mujeres y hombres de 309 países.

    El economista jefe y gerente general de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Eric Parrado Herrera, y el presidente de McCann Worldgroup para América Latina y el Caribe, Fernando Fascioli, completan el plantel de participantes en el foro.

    La conversación estará moderada por el director general de la Agencia EFE para Suramérica, Manuel Fuentes.

    “Si se acaba con la brecha de género aumenta el PIB mundial”

    Según datos de ONU Mujeres, más de 100 millones de mujeres pueden salir de la pobreza si los gobiernos invierten en su empoderamiento mediante de políticas orientadas a mejorar el acceso a la educación, la planificación familiar, un salario equitativo, y las transferencias sociales.

    “Para el 2025 el PIB mundial podría aumentar en 5.3 billones de dólares si se acabara con la brecha de género”, aseveró Vaeza.

    La representante de ONU apuntó también que “fortalecer la inversión pública y privada en de los sistemas nacionales de cuidados puede ser un motor de empleo y recuperación económica”.

    Para ello, según el organismo de Naciones Unidas, es necesario fomentar una mejor distribución de las responsabilidades de cuidado entre hombres y mujeres, generando un cambio cultural sobre las responsabilidades domésticas.

    Toda la información e imágenes son de FORBES.
    Link original: https://www.forbes.com.mx/women-mujeres-centro-recuperacion-economica-latam-onu/

  • Son mujeres, aquellas que fortalecen la economía del país.

    Son mujeres, aquellas que fortalecen la economía del país.

    Las mujeres marcan una diferencia económica en los hogares de nuestro país, ellas han ido cambiando y dejando atrás las obligaciones y actividades del hogar a las que se les etiquetaba, no obstante, además de ser amas de casa son trabajadoras que buscan salir adelante para ser el pilar de sus familias. Estadísticas del Instituto Nacional de las Mujeres, afirman que en nuestro país el 44% de ellas tienen una participación en la economía, del cual un segmento significativo de este porcentaje se desenvuelve en el rubro comercial, ya sea de manera formal o informal, en negocios como tienditas, tortillerías, peluquerías, entre otros; son el patrimonio y fuente de ingreso principal de millones de jefas de familia; que lamentablemente en los últimos meses se han visto afectadas por los estragos de la pandemia mundial; poniendo en riesgo su economía, la de sus familias y la de todo el país.

    Pro Mujer, en alianza con Fundación Coca-Cola y el sistema que integra la Industria Mexicana de Coca-Cola, crearon un programa de soporte que otorga ayuda económica a 4 mil personas y acompañamiento empresarial a través de medios digitales a más de 12 mil mujeres, logrando que las dueñas de pequeños comercios como las tienditas, puedan seguir manteniendo sus puertas abiertas, para seguir ofreciendo sus productos y servicios.

     

    De acuerdo con Pro Mujer, institución que combina las microfinanzas con la salud y el empoderamiento de mujeres en situaciones vulnerables, sumadas a las estructuras de género, las consecuencias de la pandemia tienen un impacto determinante para el éxito o el fracaso de estos negocios, pues los escenarios que plantea la contingencia incrementan la carga de labores de cuidado para las mujeres en el hogar; las tensiones interpersonales escalan los niveles de violencia intrafamiliar. Estos emprendimientos difícilmente cuentan con un soporte económico, que les permita atenuar los efectos de la crisis; poniendo en riesgo el crecimiento de las tienditas y la calidad de vida de quienes dependen de su funcionamiento.

    Ante la llegada de la denominada “nueva normalidad”, la suma de los esfuerzos de organizaciones de la sociedad civil y universidades ha sido fundamental en el fortalecimiento de la economía. “A través de 30 años de experiencia, en Pro Mujer hemos comprobado que al invertir en las mujeres 90% del beneficio tiene retorno en la familia, y esto convierte a todas las beneficiadas en agentes de cambio de gran alcance” asegura Natalia Wills, Representante País de dicha ONG.

    Fundación Coca-Cola México y la Industria Mexicana de Coca-Cola, han colaborado desde el 2012, con diversas organizaciones para impulsar iniciativas en pro del empoderamiento económico de las mujeres, impulsando acciones que hasta hoy, han beneficiado a más de 179 mil mujeres mexicanas, en el ámbito personal, económico y social, en la alianza con el Tecnológico Nacional de México y sus distintas sedes en todo el país.

    Gracias a acciones como brindar herramientas digitales, personales, comerciales y financieras, apoyamos a disminuir la brecha de género y al mismo tiempo impulsamos el flujo económico, pues ellas son el motor de sus familias y del país, poniendo todo su empeño para que sus negocios y sus familias salgan a flote. No cabe duda de que juntos saldremos adelante, apoyemos hoy a las mujeres dueñas de tienditas.

    Toda la información e imágenes son de LA JORNADA.
    Link original: https://www.jornada.com.mx/ultimas

  • La atención médica a mujeres embarazadas cae y la muerte materna crece 46% | COVID-19: La pandemia que agravó la desigualdad de género

    La atención médica a mujeres embarazadas cae y la muerte materna crece 46% | COVID-19: La pandemia que agravó la desigualdad de género

    Con la pandemia de COVID-19, México retrocedió casi una década en mortalidad materna: comparados los primeros nueve meses de este año con las cifras de 2019, ha aumentado 46% la tasa de fallecimientos de mujeres embarazadas, o que mueren durante y después del parto.

    Pero no todas han fallecido por COVID. Solo una de cada cinco puede atribuirse a esta causa, mientras que el resto han sido por las llamadas causas tradicionales de muerte materna, como son la enfermedad hipertensiva o la hemorragia obstétrica, que en México solo se dan entre las mujeres más pobres y sin atención médica oportuna.

    Las muertes registradas por esas últimas dos causas al cierre de 2019 tenían una reducción de 20 y 10%, respectivamente, pero ahora registran aumentos del 29% y el 25%.

    Hay una primera explicación: las consultas para seguimiento prenatal disminuyeron casi la mitad en el sector salud durante el primer semestre de 2020.

    Los datos de la Secretaría de Salud indican que, a principios de octubre, 149 mujeres embarazadas murieron por el virus SARS-CoV-2, pero hay otras 528 que lo hicieron por otras causas e, incluso, se reconocen 27 muertes maternas que, aunque se clasificaron como “probable COVID-19”, no resultaron positivas al virus en las pruebas clínicas, por lo que siguen siendo fallecimientos sin causa específica.

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    Falta de atención y miedo a contagiarse

    Para David Meléndez, secretario técnico del Comité por una Maternidad Segura, el aumento en las causas tradicionales de muerte materna se explica por las dificultades que las mujeres embarazadas han tenido para acceder a atención médica, tanto para cuidados prenatales como para el parto, ahora que los servicios públicos de salud se han concentrado en atender COVID-19.

    “Los servicios de salud se redujeron en muchos lugares y las mujeres ya no van. Las mujeres embarazadas son las más olvidadas de los olvidados”, considera.

    En México, la atención a mujeres embarazadas o en posparto se desplomó tras la declaración de la pandemia. Datos del Sistema de Información de la Secretaría de Salud señalan que el número de consultas prenatales en el sector público se redujo 44% en el primer semestre del año, en comparación con 2019.

    Mientras que en el primer semestre de ese año se dieron 4.7 millones de consultas a mujeres embarazadas, para el mismo periodo de 2020 fueron solo 2.6 millones.

    Los datos de las consultas registradas antes del arranque de la pandemia en México también reflejan la crisis en la falta de atención. En enero de 2020, los servicios de salud daban 566 mil consultas al mes, pero en abril, cuando ya se había declarado la contingencia sanitaria, solo se notificaron 341 mil.

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    En todo el país, unos 900 centros de salud fueron reconvertidos para atender solamente casos de COVID-19, y a la falta de opciones de servicios médicos se suma el miedo que provoca ir a un hospital para seguimiento prenatal.

    En la zona cafetalera de Chiapas, por ejemplo, hay veces en que las mujeres deben pasar hasta cinco horas en una ambulancia para encontrar un médico que las ayude a parir. Desde marzo, cuando los centros de salud cerraron y los hospitales cercanos se saturaron con pacientes con COVID-19 la situación empeoró, pues resultó más difícil encontrar un especialista o centro médico dispuesto a recibirlas.

    De atención prenatal ya ni hablamos, por eso muchas llegan a punto de parir a las casas de salud materna que son atendidas por parteras, quienes tienen que tratar casos graves aunque no siempre cuenten con especialistas o insumos suficientes.

    “En los centros de salud la atención está muy rezagada, si antes (de la pandemia) no se hacía ahora menos, las mujeres tienen un desconocimiento total sobre la atención del parto, sobre las complicaciones, llegan con nosotros sin (estudios de) laboratorio, sin ultrasonido, sin nada que nos dé una base para la atención oportuna, sin poder anticiparnos a advertir factores de riesgo”, relata Fabiola Ortiz, quien hasta hace unas semanas trabajaba como partera en la Casa Materna de Jaltenango, en Chiapas.

    Los médicos escasean porque muchos prefieren no tratar pacientes por miedo al contagio, los que se quedaron atienden pocas horas a la semana, además se interrumpieron los estudios diagnósticos.

    “Las mujeres están abandonadas aún más… el rechazo (en los hospitales) es ahora más frecuente y es más difícil que acepten a una mujer porque tiene que ver con la saturación de los hospitales”, agrega.

    Soraya Ortega, su colega en la casa materna, estima que de los 10 centros de salud que se encuentran en las comunidades cercanas a la pequeña clínica, nueve cerraron desde el inicio de la contingencia, lo que no solo deja a las mujeres embarazadas sin atención, sino también a sus hijos recién nacidos a los que no les practican ni el tamiz neonatal para detectar enfermedades oportunamente, ni les aplican las primeras vacunas.

    Hilda Argüello, secretaria técnica del Observatorio de Mortalidad Materna, indica que hasta el 35% del personal de salud de Chiapas se dio de baja tras la declaración de la pandemia argumentando ser población de riesgo por edad o por tener padecimientos como obesidad y diabetes.

    “Hubo hospitales, por ejemplo, el Hospital de la Mujer, que redujeron su personal en 40% y la federación tuvo que afrontar la contratación de personal para poder cubrirlos, pero obviamente no se pudo cubrir a todos. No es un factor menor que el sistema de salud esté operando con menos personal, es un reto para un sistema de salud bastante deteriorado y con muchas carencias, se han agudizado los contextos desfavorables”, afirma.

    Servicios esenciales que fallan

    Esta situación también es frecuente en las grandes urbes. A unas semanas de parir, a Paola López le cerraron la clínica del IMSS de Ecatepec en donde daban seguimiento a su embarazo y ya no recibió más consultas ni los estudios de laboratorio faltantes. No volvió a ver al ginecólogo que la atendía y no sabía en dónde iba a nacer su hijo.

    Como la fecha del parto era dos días después de que terminara el convenio que suscribieron las autoridades de salud con iniciativa privada, ya no pudo acceder a uno de los hospitales privados en los que durante las primeras semanas de la pandemia se refería a las mujeres embarazadas para que no tuvieran riesgo de contagiarse de COVID-19, por ser atendidas en sector público ahora reconvertido para tratar la epidemia.

    Confundida, después de horas de espera en las afueras de su clínica sin recibir información, le avisaron que tenía que parir en el Hospital General de zona, el cual recibía a pacientes de COVID-19, lo que rechazó de inmediato. El problema es que por su colonia no hay ninguna clínica especializada en maternidad y los médicos privados le cobraban hasta 40 mil pesos por el parto, por lo que ella y su esposo decidieron realizar el parto en casa con la asistencia de una partera.

    “Esta pandemia nos ha desnudado a muchos de los sistemas de salud respecto a lo mal preparados que estaban, a lo mal financiados”, destaca David Meléndez, secretario técnico del Comité por una Maternidad Segura.

    El 20 de julio pasado la Secretaría de Salud emitió los Lineamientos para la prevención y mitigación de COVID-19 en la atención del embarazo, parto y puerperio y de la persona recién nacida, en donde establece que los servicios de atención materna son considerados esenciales y no deben suspenderse “debido a que las complicaciones asociadas al embarazo, parto y puerperio son una de las principales causas de morbilidad y mortalidad de mujeres en edad productiva”.

    Para garantizarlo, el documento instruye al primer nivel de atención en salud a priorizar a estas mujeres e incluso atender partos en pacientes de bajo riesgo, pero esto no ha ocurrido.

    De acuerdo con la partera Fabiola Ortiz, los centros de salud prefieren referir a las mujeres embarazadas a un hospital argumentando que ahí no cuentan ni con el personal ni los insumos suficientes, y menos si se presenta una emergencia obstétrica.

    “Podrían hacerlo y con apoyo de las parteras tradicionales, pero luego a ellas las amenazan con mandarlas a la cárcel si atienden un parto o a las mujeres les dicen que si se atienden con parteras no les van a dar el certificado de nacimiento o no las van a volver a atender. En los centros de salud les da miedo que se complique porque no tienen material, a veces no tienen ni gasas”, indica.

    Por su parte, Argüello señala que estos lineamientos federales no se han traducido en planes locales para atender el embarazo y el parto en tiempos de pandemia.

    En total, la Secretaría de Salud reporta 6 mil 56 mujeres que han tenido COVID-19 en el embarazo, parto o puerperio, siendo las más afectadas las que cursan el tercer trimestre de gestación, cuando son más vulnerables a enfermedades respiratorias.

    Si bien la OMS declaró en agosto pasado que esta población puede tener mayores complicaciones en caso de contraer la infección, la atención médica sí puede hacer una diferencia. Muestra de ello son los resultados del Instituto Nacional de Perinatología, que entre abril y junio detectó que el 27% de sus pacientes eran positivas a COVID y, sin embargo, no tenía una sola muerte materna ni por esta ni por ninguna otra causa. El director médico del Instituto, Manuel Cortés, señaló en un foro organizado por el Fondo de Población de Naciones Unidas que este hospital tenía por política realizar una prueba de COVID-19 a todas las mujeres ingresadas, a diferencia de lo que ocurre en el resto del sector salud.

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    Toda la información e imágenes son de ANIMAL POLÍTICO.
    Link original: https://mujeres-covid-mexico.animalpolitico.com/muerte-materna-aumenta-covid
  • ‘Mujeres de hierro’ luchan contra el cáncer de mama, los estigmas y la discriminación

    ‘Mujeres de hierro’ luchan contra el cáncer de mama, los estigmas y la discriminación

    Este lunes 19 de octubre es el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama. Una lucha que, como cuentan las mujeres entrevistadas para este reportaje, va mucho más allá de combatir a contrarreloj una enfermedad.

    Se trata también, o tal vez sobre todo, de una lucha contra los estigmas y el desconocimiento y contra la discriminación laboral que, en tiempos de crisis económica por la pandemia de Covid, ha empeorado aun más la situación de miles de mujeres que han tenido que aprender a la fuerza a sobrevivir y a ser unas ‘mujeres de hierro’.

    “¿Tienes cáncer? Ya te llamamos nosotros”

    Anayanci Álvarez dice que desde que le diagnosticaron cáncer de mama en abril de 2018 nunca ha tratado de ocultar su enfermedad. Al contrario, asegura la mujer de 35 años. Saliendo de la consulta se enjuagó las lágrimas, se abrazó a su marido, y lo primero que hizo al llegar a casa fue comunicar a sus hijos la noticia.

    “Aún son pequeños, tienen 9 y 11 años. Pero siempre he sido muy franca con ellos. Les expliqué que el cáncer es una enfermedad muy mala, pero que la voy a vencer”.

    Después, cuando comenzaron las sesiones de quimioterapia y las cejas y el cabello se cayeron, y las ojeras comenzaron a anidarse en las bolsas de los ojos, Anayanci tampoco se refugió en la cama, a pesar de que el tratamiento la dejaba completamente agotada.

    Tampoco permitió que la depresión se apoderara de la imagen que le devolvía el espejo. Ni que las miradas indiscretas sobre el pecho extirpado, ni los comentarios del tipo ‘tengo una amiga que también se murió de cáncer’, afectaran su estado de ánimo y autoestima.

    “Yo salgo a la calle con mi calva y me siento bien, y muy orgullosa por toda la lucha que estoy haciendo. Pienso: ‘tengo una enfermedad muy complicada, es cierto’. Pero yo me veo bien y me siento bien. ¿Cuál es el problema?”.

    Anayanci se responde de inmediato que ninguno, obvio. Por eso, aceptó la invitación para ser una de las modelos de la exposición del fotógrafo Gerardo Cárdenas ‘Mujeres de Hierro’, que se presenta de manera virtual este lunes 19 de octubre, y que tiene como objetivo mostrar que en la lucha contra el cáncer tambien hay vida y belleza. Y por eso, añade tajante, se niega a mentir en una entrevista de trabajo cuando le preguntan por qué lleva un año desempleada.

    “Les explico que es por el cáncer, claro. Pero les digo que ya puedo trabajar porque pasé las quimios y la radioterapia, y que ahora solo estoy en la fase de revisión cada seis meses”.

    Sin embargo, a pesar de contar con amplia experiencia en el sector de las exportaciones comerciales, la respuesta en las últimas diez entrevistas ha sido siempre la misma: ‘ya te llamamos nosotros’.

    “Es muy frustrante -dice con voz cansada al otro lado de la línea telefónica-. Me quitaron un seno, pero puedo pensar igual que lo hacía antes. Puedo escribir, puedo estar detrás de un escritorio, y puedo hacer muchas cosas. Sin embargo, las dos opciones que me están dejando son: o no decir en las entrevistas que estoy luchando contra el cáncer, y llevármela como pueda si tengo que ir a una revisión. O decirlo abiertamente y esperar un milagro”.

    En espera de esa oportunidad laboral, Anayanci vive con su modesto negocio en internet de venta de ropa y bolsas. No le deja mucho, pero ante la falta de empresas que den oportunidades, es lo que junto al trabajo de su marido les permite sacar adelante a sus hijos.

    “Ahora, con el mes del cáncer de mama, todas las empresas se ponen la camiseta y el listón rosa de ‘estamos con ellas, las apoyamos’. Pero la verdad es que, más allá de quedar bien, deberían ser mucho más empáticas. Está bien que se pongan el listón rosa, ¿pero y los trabajos? ¿Y las oportunidades?”, se pregunta Anayanci.

    “Con el Covid todo ha empeorado”

    Yahel Leguel es psicóloga y fotógrafa, y fue diagnosticada con cáncer de mama en marzo de 2017.

    Precisamente hace un año, en octubre de 2019, denunció en un reportaje publicado por Animal Político la discriminación laboral que padecen las mujeres con cáncer de mama y otros pacientes oncológicos.

    “Cuando buscas empleo y ven en tu currículum que en los dos últimos años de tu vida te dedicaste a un tratamiento de cáncer… Pues, aunque no te lo digan a la cara, no te contratan porque lo que piensan es: ‘bueno, para qué voy a contratar a esta mujer si ya se va a morir”, narraba en aquel reportaje.

    Ahora, un año después, Yahel sigue sin empleo formal, al margen de participar como psicóloga voluntaria en la organización civil Oncoayuda, donde ayuda dando terapias a pacientes oncológicos.

    “En todo este tiempo no he visto mejoría, ni ninguna empatía en las empresas. Al contrario, con el Covid 19, todo ha empeorado”, lamenta la psicóloga que explica que, si ya antes era muy complicado encontrar un trabajo siendo paciente oncológico, ahora lo es todavía más porque: uno, los empleos cayeron en picada con la pandemia; y dos, porque son personas especialmente vulnerables al nuevo virus.

    Por ejemplo, en su caso, además de destruirle el tumor, la radioterapia le quemó parte del pulmón. Y puesto que el nuevo coronavirus ataca principalmente el aparato respiratorio, contraerlo podría resultar mucho más rápido y letal que el cáncer con el que lleva años batallando.

    “Estamos en una situación en la que, o sales a la calle a buscar trabajo arriesgándote mucho porque tienes un factor de riesgo muy elevado, o te quedas en casa y a ver cómo le haces”, plantea.

    Y a esta disyuntiva hay que añadir otra complicación, apunta: la pandemia está acaparando buena parte de los esfuerzos y recursos del sistema de salud, dejando rezagada la atención de otros padecimientos y enfermedades graves, como el cáncer. Lo cual provoca retrasos en los tratamientos contra una enfermedad que no espera ni un solo día.

    “Hay hospitales, como el mío, donde han seguido dando atención oncológica, a pesar del Covid. Sin embargo, hay muchos servicios que sí se han visto afectados. Por ejemplo, por mi afectación en el pulmón, tendría que verme un neumólogo. Pero los neumólogos están concentrados en atender la pandemia”, explica Yahel, que lleva un mes y medio en espera de que la llamen para hacerse un escaneo de cuerpo completo, luego de que los últimos estudios arrojaran marcadores tumorales elevados en la sangre.

    “Un mes y medio en tiempo cáncer es una eternidad -subraya-. Pero tampoco puedo borrar el Covid, ni ir a los hospitales a apresurar a los doctores”.

    Y tampoco puede hacerse los estudios en un laboratorio privado, añade, porque cuestan como 45 mil pesos.

    “Sin un trabajo fijo, y con la situación económica por la pandemia, a muchos pacientes oncológicos no nos queda más remedio que esperar a que nos atiendan”.

    “¿Por qué mejor no renuncias?”

    Elisa Lorena Estrada pasó por todo un periplo de hospitales públicos, estudios, y ultrasonidos, cuando a sus apenas 22 años una bolita de unos pocos centímetros apareció en su seno.

    En todas las clínicas le dijeron lo mismo: no tienes nada / a tu edad es normal / sigue con tu vida.

    Pero Lorena no podía seguir.

    Algo en su interior, más el antecedente de su abuela que falleció por cáncer de mama, no la dejaba tranquila. Así que acudió a la Fundación Cáncer de Mama (FUCAM), una organización civil especializada en la detección y el tratamiento especializado en cáncer de mama.

    Allí, tras hacerle una biopsia, el diagnóstico confirmó su terrible intuición: tenía un tumor maligno expandiéndose por el seno que, a pesar de lo que aseguran los otros diagnósticos fallidos, ya estaba en etapa avanzada.

    Así que tenía que empezar de inmediato con las quimios.

    “Cuando te dan el diagnóstico es como una bomba que te cae encima. Piensas: ‘Me voy a morir’. Pero luego, cuando pasa un poco el shock, te dices: ‘No, tengo que seguir adelante. Quiero ver crecer a mi hija’. Y empiezas a sacar fuerzas de donde no sabías que las tenías, porque, en realidad, somos mucho más fuertes de lo que pensamos”.

    En su caso, la sospecha lejana de que algo no andaba bien con esa bolita también la ayudó a digerir más rápido la noticia. Por eso, una vez pasado el impacto, su principal interés fue “iniciar cuanto antes la batalla”.

    Y lo hizo: tres semanas después del diagnóstico, inició con las sesiones de quimio, que duraron dede septiembre del año pasado hasta marzo de este 2020. Y ya en abril, la operaron para extirparle el seno afectado “en una masectomía radical”. En septiembre empezó con las radiaciones, y ahora sigue en tratamiento de inmunoterapia que durará al menos otros seis meses.

    Lorena está ganando la batalla a la enfermedad. Pero, como contaron Anayanancy y Yahel, ahora su otra batalla está siendo el empleo.

    Precisamente, poco después de terminar con las quimios en marzo encontró trabajo en una instancia gubernamental, de la que prefiere omitir su nombre. Antes de comenzar, les dijo que tenía cáncer de mama, que ya había superado las quimios, que estaba en la fase de radioterapias para terminar de eliminarlo, y que el oncólogo le había dado luz verde para volver a trabajar.

    “Con la pandemia está siendo muy difícil encontrar un trabajo. Así que pensé: qué bueno que me aceptaron aquí”.

    Pero pronto surgieron las complicaciones. Lorena acudía a las 7 de la mañana a sus radioterapias, a una clínica ubicada en Coapa, en el sur de la Ciudad de México, y de ahí se tenía que trasladar hasta Santa Fe, a unos 30 kilómetros de distancia en el extremo poniente. Un océano de distancia en términos capitalinos.

    Pronto, comenzaron los toques de atención por los retrasos y las sugerencias de que mejor lo dejara “porque no iba a poder sacar adelante el trabajo”.

    “Me parece ilógico, porque yo fui honesta desde el inicio con mi cáncer, y solo les pedía llegar un poco tarde porque mis radiaciones eran a las siete y muy lejos del lugar de trabajo”.

    En abril, cuando la pandemia de Covid empezó a arreciar en México, dos personas de su oficina resultaron positivas. Y a la par, ella comenzó a tener dolor de cabeza, cansancio y fiebre. Su oncólogo le dijo que, muy probablemente, era un efecto pasajero de la radioterapia. Pero por precaución le pidió que se aislara un par de semanas. Y esa fue la gota que derramó la paciencia de sus jefes.

    “Me dijeron que, si me aislaba, quién iba a hacer mi trabajo. Y como decían que el trabajo requería gente al 100%, y como mi contrato además era temporal, pues me quedé sin empleo”.

    Ahora, Lorena se mantiene gracias al apoyo de su familia y de su pareja. Se siente frustrada porque no ha vuelto a encontrar trabajo -a ella también le aplican la de ‘ya te llamaremos’ cuando menciona la palabra cáncer-, pero dice que se mantiene positiva y optimista, porque, paradógicamente, la enfermedad que la amenaza es la que le ha enseñado a no derrumbarse. A mantenerse firme y fuerte, como una ‘mujer de hierro’.

    Toda la información e imágenes son de ANIMAL POLÍTICO.
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