Autor: Editora

  • La dificultad de ser madre trabajadora en plena pandemia

    La dificultad de ser madre trabajadora en plena pandemia

    Una de cada cuatro madres con empleo está pensando en reducir su jornada laboral o, incluso, irse del trabajo.

    La pandemia está siendo difícil para todos, pero en el mundo de la empresa, quienes están sufriéndolo especialmente son las madres con niños pequeños. Así lo revela un reciente análisis realizado en Estados Unidos por la consultora McKinsey y la Fundación Lean In. La necesidad de compatibilizar la vida familiar y profesional, con la convivencia en casa, el trabajo del hogar o la educación online, está creando momentos de mucha tensión. Tanto que, según el citado informe, una de cada cuatro madres con empleo (25%) está pensando en reducir su jornada laboral o, incluso, en irse del trabajo. En el caso de los padres, esta situación solo supone un problema para el 11% de los encuestados.

    Las dificultades son superiores en aquellas mujeres que tienen niños pequeños, según el estudio y la experiencia de muchas mujeres que se encuentra en esa situación. De hecho, el 76% de las mujeres con niños menores de 10 años reconocen que el cuidado de los pequeños ha sido una de las tres dificultades principales a las que se han enfrentado durante la pandemia, en comparación con el 54% de los padres en una situación similar. Los motivos son varios. Por un lado, las mujeres afrontan una doble jornada: deben afanarse en tareas tanto en el trabajo como en casa. Según el informe, las mujeres tienen 1,5 más probabilidades que los hombres de dedicar tres horas o más al día a las tareas del hogar y al cuidado de los hijos, lo que equivale a 20 horas a la semana. Ese tiempo supondría media jornada laboral.

    Las mujeres encuestadas afirmaron que otro miedo que les acecha es el derivado de la culpa por no alcanzar un buen desempeño o a ser juzgadas negativamente en el trabajo por culpa de las responsabilidades en casa (un 24% de ellas lo reconocieron, frente al 11% de los hombres). La presión es más intensa para las madres que ocupan cargos directivos o mandos intermedios. Casi tres de cada cuatro madres con cargos de responsabilidad reconocen sufrir el síndrome de burnout o de estar quemadas. Además, cuentan con hasta 1,5 más de posibilidades de dejar el trabajo o dar un paso atrás en su carrera profesional que los hombres.

    Si algo está consiguiendo la pandemia es ayudar a replantearnos muchas cosas, tanto a nivel personal como profesional. Este ejercicio debería realizarse también dentro de las empresas para que las madres y los padres puedan desarrollar su talento en el marco en el que las condiciones personales se lo permita. El informe incluye algunas recomendaciones para que eso sea posible. Veamos algunas de ellas:

    1. Plantear objetivos más realistas. Muchas compañías implantaron ayudas al empleado, pero pocas revisaron los niveles de productividad o su nivel de exigencia en los objetivos individuales, según el estudio. Esto es especialmente relevante, incluso en las evaluaciones del desempeño. En momentos de confinamiento, cuando muchas personas deben afanarse en la educación de sus hijos en casa, ni los padres ni las madres están al 100% de sus posibilidades y la empresa debe crear valor a la sociedad cuidando a sus empleados.

    Toda la información e imágenes son de EL PAÍS.
    Link original: https://elpais.com/elpais/2020/10/13/laboratori

  • Clara Campoamor: 89 años de un discurso que logró el voto femenino

    Clara Campoamor: 89 años de un discurso que logró el voto femenino

    El 1 de octubre de 1931, la abogada defendía en el Parlamento el sufragio universal en una alocución que presentaba a las mujeres como ciudadanas de pleno derecho.

    Con la profunda convicción de que era ciudadana antes que mujer, Clara Campoamor consiguió hace 89 años que España aprobara el voto femenino: tantas décadas después, el país sigue en deuda con el legado de esta abogada pionera que tanto luchó por alcanzar la democracia y la igualdad plenas.

    El 1 de octubre de 1931, la diputada Campoamor defendía en el Parlamento el sufragio universal en un discurso que presentaba a las mujeres como ciudadanas de pleno derecho, al igual que los hombres, como sujetos que debían incorporarse a las leyes: la República no podía construir una democracia sin contar con las mujeres.

    «Os disteis a vosotros mismos las leyes; pero no porque tengáis un derecho natural para poner al margen a la mujer. Yo, señores diputados, me siento ciudadano antes que mujer, y considero que sería un profundo error político dejar a la mujer al margen de ese derecho, a la mujer que espera y confía en vosotros», clamaba Campoamor. Dispuesta a defender «hasta la muerte su ideal», puso la «cabeza y el corazón» en la consecución del voto femenino.

    “Dejad que la mujer se manifieste y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo”

    Casi 90 años después de aquel discurso, la actual presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, reconoce a Campoamor como la promotora y defensora del sufragio universal, «elemento fundamental de la democracia» de España. «Hizo que, por primera vez, España fuera una democracia plena y la situó, en su momento, entre las más avanzadas del mundo. Contribuyó a mejorar nuestra sociedad, a hacerla más digna y más justa», destaca Batet a Efe.

    También la ministra de Igualdad, Irene Montero, incide en que es la figura icónica ligada a la pelea de las mujeres por ser consideradas ciudadanas de pleno derecho, no sólo por reivindicar el voto femenino, también otros derechos fundamentales y garantías de libertad.

    Clara Campoamor defendió el sufragio femenino frente a su propio partido en un célebre debate en las Cortes, celebrado el 1 de octubre de 1931

    Clara Campoamor defendió el sufragio femenino frente a su propio partido en un célebre debate en las Cortes, celebrado el 1 de octubre de 1931 (LV)

    Campoamor desafiaba intelectualmente a sus compañeros diputados (en 1931, sólo tres de los 470 parlamentarios eran mujeres) asegurándoles que carecían del derecho fundamental «que se basa en el respeto a todo ser humano» y que se limitaban a detentar el poder. «Dejad que la mujer se manifieste y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo», alentaba.

    Vindica Irene Montero la «complejidad y la riqueza» del pensamiento de Campoamor, así como su contribución, como jurista, a la consideración jurídica de las mujeres en todos los planos de la vida socioeconómica, política y cultural del país: más allá del derecho al voto, logró incluir el derecho al divorcio en la constitución. «Sin duda fue una aportación trascendental» a un concepto de ciudadanía que tenía que ver con «articular un republicanismo radicalmente democrático», un concepto que iba más allá del voto y la papeleta, apunta la ministra. Así, además de por el divorcio, peleó por eliminar el delito de adulterio femenino. Su visión de la igualdad era «amplia y rica».

    Sus compañeros del Partido Radical la dejaron sola: votaron en contra del sufragio femenino

    «La historia de Clara Campoamor es la del compromiso por una sociedad de hombres y mujeres por igual, con los mismos derechos, las mismas responsabilidades y las mismas libertades. (…) Representa el espíritu de transformación de la sociedad», coincide la presidenta del Congreso.

    El periodista Isaías Lafuente, autor de La mujer olvidada: Clara Campoamor y su lucha por el voto femenino, define a la diputada republicana como unan «pionera a nivel mundial» por su lucha por la igualdad plena de los derechos civiles.

    «Su historia es apasionante. Si en vez de ser española hubiera sido estadounidense, habría tenido tres o cuatro películas que nos hubieran recordado su historia y se la habría conocido en todo el mundo. Era una ciudadana extraordinaria, una mujer que ponía sus principios por delante de su trayectoria política. Al defender el voto femenino se estaba jugando su carrera política», considera Lafuente. De hecho, sus compañeros del Partido Radical la dejaron sola y votaron en contra del sufragio femenino aquel 1 de octubre.

    Batet, Montero y Lafuente están de acuerdo en que su figura aún resulta desconocida para parte de la sociedad española, que está «en deuda con ella». La dictadura franquista contribuyó a ese olvido, además de obligar a la política a vivir en el exilio hasta su muerte en 1972.

    Su logro más renombrado, el derecho al voto de la mujer, no fue reconocido ni por su partido ni en las urnas

    Costurera, telegrafista, abogada, escritora, diputada, masona. Su logro más renombrado, el derecho al voto de la mujer, no fue reconocido ni por su partido ni en las urnas (en 1933 no resultó reelegida como diputada). Después llegó la tristeza del exilio y el olvido.

    «Pagar esa deuda, con Campoamor y con las mujeres que hasta 1936 empujaron la lucha feminista en España, pasa por reconocerlas y estudiarlas, por incorporarlas a nuestro presente como país. El Franquismo fue especialmente beligerante con el modelo de mujer ciudadana de la República y debemos abordar esa violencia específica restañando nuestro vínculo con el pasado desde las aulas», aboga la ministra de Igualdad.

    CLARA CAMPOAMOR, una de las mujeres protagonistas de la serie de televisión 'Mujeres en la historia'

    CLARA CAMPOAMOR, una de las mujeres protagonistas de la serie de televisión ‘Mujeres en la historia’ (LA 2)

    Batet lamenta que «aún hoy, quien debería ser una de las figuras políticas más ilustres de la historia de España del siglo XX, permanece casi invisible», por lo que señala como una obligación reivindicar su trascendencia, honrar su memoria y su legado y reconocer su aportación fundamental a la construcción de la democracia española.

    «Clara Campoamor merecería que levantáramos uno de los leones del Congreso y pusiéramos una estatua suya», subraya Lafuente, que pide que sus restos, que reposan en San Sebastián, sean trasladados al Panteón de Hombres Ilustres, «que tendría que ser renombrado como el Panteón de las Personas Ilustres».

    El legado de Campoamor, revivido con la democracia constitucional, aún resuena en el Congreso de los Diputados. Batet pide que su voz se vuelva a oír: «Ella dijo ‘no cometáis el error histórico de dejar al margen a la mujer, no podéis construir una democracia sólo con la mitad de la ciudadanía’». Un mandato que sigue vivo.

    Toda la información e imágenes son de LA VANGUARDIA.
    Link original: https://www.lavanguardia.com/politica/20201017/484114523114/portugal-sigue-dando-ejemplo-gestion-pandemia.html

  • #LaAgendaDeLasMujeres Del sufragio femenino a la paridad total

    #LaAgendaDeLasMujeres Del sufragio femenino a la paridad total

    El 17 de octubre –aniversario del reconocimiento legal del derecho al voto de las mujeres en México- suele ser un día para echar las campanas al vuelo y celebrar por todo lo alto el pase de las mujeres a la democracia.

    Pero aunque sin duda esta fecha marca un parteaguas en la admisión de un derecho que fue negado hasta que resultó imposible continuar haciéndolo, es necesario recuperar la memoria para colocar los hechos en su justa dimensión.

    El reconocimiento del derecho al voto femenino en México sucedió en 1953, más de una década después de que se propusiera reformar el artículo 34 de la Constitución y que no fue promulgado debido a la oposición de los grupos conservadores que presionaron a más de un Presidente, recomendándoles esperar porque había el riesgo de que las mujeres no votasen como sus maridos les sugerían.

    Esa circunstancia en sí misma es la más clara evidencia de las enormes resistencias del sistema político patriarcal mexicano a abrirse a la participación política femenina, como quedó evidenciado en los años posteriores en que con absoluta lentitud tuvo lugar la incursión de las pioneras. Fue hasta 1955 que cuatro mujeres se convirtieron en las primeras diputadas federales y ocho años más tarde, en 1963, se eligió a las primeras mujeres senadoras, siendo hasta 1979 que fue electa la primera Gobernadora, cuyo número total hasta el día de hoy sigue siendo mínimo.

    La enorme lentitud en el acceso de las mujeres a los cargos públicos hizo necesario adoptar medidas especiales que forzaran a los partidos a otorgar un número mayor de candidaturas femeninas, lo que había sido contemplado desde las reformas electorales de 1993 y 1996 sin lograr repercusión efectiva en los hechos.

    Hasta el proceso electoral del año 2003 fue que los partidos debieron destinar 30 por ciento de sus candidaturas a las mujeres, incrementando la “cuota” a 40 por ciento en 2006. A estas medidas les encontraron su “cláusula de excepción”, pues –como es sabido– cumplieron con el porcentaje requerido, pero confinando a las mujeres al rol de suplentes de titulares hombres.

    Estas claras violencias de parte del sistema de partidos, al que no le gusta compartir el poder, dieron lugar al penoso episodio conocido como “las juanitas”, que en 2011 mostró públicamente la misoginia a la que se puede llegar con tal de no abrir los espacios de poder, colocando a hombres como suplentes de mujeres quienes –una vez que tomaban protesta luego de haber ganado sus curules– eran obligadas a pedir licencia para que los hombres se hicieran también de esos espacios de representación.

    Las muchas violencias que se cometen para impedir la participación política plena de las mujeres van desde el hecho de imponer como candidatas a mujeres con escasa o nula trayectoria política, o a esposas, novias, amantes o figuras externas sin ninguna militancia; hasta el hecho de enviarlas a contender en plazas perdidas, en donde no tienen ninguna posibilidad real de obtener el triunfo; pasando, por el hecho de limitarles los recursos para campañas dignas, tanto en lo económico como en cuanto a los apoyos institucionales, ya sean legales, políticos, tecnológicos o fiscales. Literalmente, las dejan solas.

    También hay violencia a la inversa. Hoy que la paridad es ley y que hay un poderoso despertar del movimiento feminista que se asume como la resistencia y la oposición más auténtica al poder político imperante, la intención de los partidos y de otros actores políticos es utilizar mujeres para aparentar una falsa inclusión, una igualdad a conveniencia, que resultan en realidad soberanas imposturas que solo buscan perpetuar el mismo patriarcado que, desde luego, no discrimina sexos, como sistema totalitario que es.

    Cuidado. “Cuerpo de mujer no garantiza conciencia de género”. No olvidemos ni por un minuto que el largo camino para acceder al espacio público y que las mujeres participemos en los procesos de toma de decisiones jamás ha buscado solo sustituir a los hombres de los puestos públicos. La lucha que inició desde Olympe de Gouges al Séneca Fall y de las Sufragistas hasta nuestros días, ha tenido como meta llegar al poder para desde ahí dar poder a las mujeres que no lo tienen.

    Por ello es indispensable que celebremos el aniversario del sufragio femenino conscientes de que ese derecho y la paridad que hoy alcanzamos es producto de la lucha de nuestras ancestras y que hoy necesitamos fortalecer nuestros liderazgos y nuestra sororidad para juntas dar la batalla histórica a la que nos enfrentaremos en 2021.

    Participar en un proceso electoral es colocarse en una vitrina que exhibe y expone ante la ciudadanía un proyecto político. Es altamente probable que las resistencias del sistema de partidos y del propio sistema patriarcal provoquen que la violencia política en contra de las mujeres se agrave, cobrando de esa manera la osadía de salir de lo privado hacia lo público.

    Ese riesgo hace indispensable que garanticemos que este avance en la representación no signifique un retroceso en derechos y libertades. La paridad no se obtendrá solo con las reformas políticas aprobadas. Necesitamos garantizarla en la práctica, haciendo que los partidos políticos la asuman plenamente y que la ciudadanía ejerza su voto superando los estereotipos sexistas.

    Si para que la democracia exista se necesitan demócratas, para que la igualdad se concrete se necesita el compromiso de todas y todos.

    Por: Mónica Mendoza Madrigal

    Toda la información e imágenes son de DIARIO EL MUNDO.
    Link original: https://www.diarioelmundo.com.mx/index.php/2020/10/17/laagendadelasmujeres-del-sufragio-femenino-a-la-paridad-total/

  • Ni un paso atrás por nuestro derecho a votar y ser electas

    Ni un paso atrás por nuestro derecho a votar y ser electas

    Hace 67 años, las mujeres mexicanas lograron el reconocimiento de su derecho ciudadano a votar y ser votadas. A pesar de la oposición que recibió la propuesta, el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines cumplió en 1953 con la demanda que las mujeres iniciaron incluso antes de la RevoluciónMexicana.

    Más de un siglo después de que la idea del sufragio femenino en México tomara forma por primera vez en la revista feminista Las violetas del Anáhuac, finalmente contamos con una legislatura paritaria.

    Hoy, a casi siete décadas de conseguir el derecho al voto, gracias a la incansable lucha y
    perseverancia de las mexicanas, tenemos el compromiso de concretar en el 2021 la paridad en todo.

    Sin embargo, aún restan grandes desafíos para hacer realidad el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres en condiciones de igualdad y seguridad, un reto especialmente complejo para las mujeres rurales, las indígenas, las afromexicanas, entre otros grupos que, al no considerarse electoralmente significativas siguen siendo ignoradas. En nuestra democracia, aún no se reflejan los sueños y aspiraciones de muchas mujeres y su camino todavía está lleno de obstáculos para dirigir y representar a otras personas.

    Si bien la reforma constitucional de 2014 garantizó la paridad de género en el registro de las candidaturas, aún persisten prácticas que limitan la participación de las mujeres.
    La expresión más dramática de la discriminación es la violencia política contra las mujeres porrazones de género. Por ello, la reforma más reciente, del 13 de abril de 2020, dispuso mecanismos jurídicos y partidarios que sancionan este tipo de violencia.

    La gran prueba será en este 2020-2021, que se llevará a cabo la elección más grande de la historia de México: más de 21 mil cargos de elección popular estarán en las boletas y la mitad de esas candidaturas tendrán que ser mujeres.
    En esa mitad de candidaturas es indispensable generar las condiciones para que todas las mujeres en sus diversidades estén representadas, con énfasis en que las mujeres indígenas y afromexicanas formen parte de la toma de decisiones que transforman al país.

    2
    Desde el Inmujeres reiteramos la confianza en que los Organismos Públicos Electorales diseñen y apliquen acciones afirmativas que garanticen que estas poblaciones clave puedan acceder a candidaturas en diputaciones y ayuntamientos municipales.
    Es impostergable que los partidos políticos promuevan la participación de las mujeres indígenas y afromexicanas, asegurándoles todas las condiciones para que su inclusión sea libre de todo tipo de violencia política por razón de género y se aplique el principio de paridad, ingredientes indispensables para una verdadera democracia.

    No podemos negar que las democracias actuales han promovido mayores niveles de inclusión y pluralismo en sus procesos, pero aún tenemos deudas irrenunciables, y justamente una es reducir la desigualdad política en un país multicultural, porque sin la representación de los grupos que históricamente han sido excluidos y marginados, es impensable que se pueda lograr la igualdad sustantiva.

    Sumar a más mujeres diversas representa para los partidos políticos la posibilidad de representar a México en toda su amplitud. Incorporar a estos grupos no solo es un deber, si no que es la oportunidad para aprovechar en la vida pública los saberes y la experiencia de las mujeres históricamente excluidas. Sumar una riqueza de la que nos hemos perdido.

    Nadine Gasman Zylbermann*

    Toda la información e imágenes son de LA JORNADA.
    Link original: https://www.jornada.com.mx/ultimas/sociedad/2020/10/17/ni-un-paso-atras-por-nuestro-derecho-a-votar-y-ser-electas-9809.html

  • Google dedica el doodle del día a la activista, feminista y periodista Claudia Jones

    Google dedica el doodle del día a la activista, feminista y periodista Claudia Jones

    Google además de ser el buscador más consultado a nivel mundial, muestra a todos sus usuarios en cada fecha especial un doodle conmemorativo alusivo a la celebración.

    Y es que desde el 20 de agosto de 1998Google cambia su ya clásico logotipo por un doodle, esta palabra es originaria de la lengua inglesa y que al traducirla al español tiene como significado “garabato”.

    El doodle de hoy

    Es por eso que este miércoles 14 de octubre está dedicado a la activista, feminista, periodista, oradora y organizadora comunitaria Claudia Jones.

    Claudia Jones nació el 21 de febrero de 1915 en Puerto España, Trinidad y Tobago. A los 8 años, se mudó con su familia al barrio de Harlem de la ciudad de Nueva York. Apasionada por la escritura.

    A lo largo de su vida, Jones defendió incansablemente temas como los derechos civiles, la igualdad de género y la descolonización a través del periodismo, la organización comunitaria y la oratoria. Concentró gran parte de su trabajo en la liberación de las mujeres negras de todo el mundo de la discriminación a la que se enfrentaban debido a una combinación de clasismo, racismo y sexismo. 

    La actividad política de Jones la llevó a múltiples encarcelamientos y, finalmente, a su deportación al Reino Unido en 1955, pero se negó a ser disuadida. Al comenzar un nuevo capítulo de su vida en Gran Bretaña, prestó especial atención a los problemas que enfrenta la comunidad de inmigrantes antillanos de Londres. En un esfuerzo por contrarrestar las tensiones raciales, inauguró un carnaval caribeño anual, cuyo espíritu sigue vivo hoy como símbolo de comunidad e inclusión.

    Si quieres consultar un doodle en específico, puedes ingresar a la galería oficial de google o bien solo haz click AQUÍ para buscar tu favorito.

    Toda la información e imágenes son de EL HERALDO DE MÉXICO.
    Link original: https://heraldodemexico.com.mx/tendencias

  • Mujeres que lucharon por el voto femenino en México

    Mujeres que lucharon por el voto femenino en México

    Las mujeres que lucharon activamente por el sufragio femenino son a quienes debemos los derechos y obligaciones ciudadanas que ahora poseemos.

    El 17 de octubre de 1953 se reconoció el derecho al voto de las mujeres mexicanas. Después de un largo proceso que inició entre 1884 y 1887, cuando la revista «Violetas Anáhuac» demandó el derecho al sufragio femenino.

    A 67 años del reconocimiento de los derechos político-electorales de las mujeres en México, aún se pelea por un piso igualitario para hombres y mujeres en la esfera política.

    Las mujeres que lucharon activamente por el sufragio femenino son a quienes debemos los derechos y obligaciones ciudadanas que ahora poseemos, y por las cuales, hoy se exige la paridad de género como principio para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres al acceso a puestos de representación política.

    A esas luchadoras sociales que rompieron paradigmas les debemos la adquisición de ciertos derechos y la posibilidad de actuar activamente para defenderlos. Por ello, aquí te hablamos de las mujeres mexicanas que influyeron en el voto femenino.

    Hermila Galindo

    Hermila Galindo de Topete fue una maestra revolucionaria, feminista, política mexicana oradora y periodista.

    En 1915 fundó y dirigió el semanario Mujer Moderna, a través del cual promovió la educación laica, la educación sexual y la igualdad entre hombres y mujeres.

    Su ponencia «La mujer del porvenir», en el Primer Congreso Feminista de Yucatán, causó revuelo entre las propias feministas mexicanas de la época, por plantear la igualdad general entre hombres y mujeres, incluyendo los derechos sexuales y políticos.

    En 1916 Hermila Galindo envío al Congreso Constituyente un texto en el que solicitaba los derechos políticos de las mujeres. A pesar de ello, el Congreso decidió no incluir el voto femenino en la nueva Constitución.

    Inconforme por el nulo reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres, Hermila se atrevió a desafiar la ley electoral en 1918, y se presentó como candidata al Congreso de la Unión por el 5to. Distrito Electoral de la Capital. A pesar de obtener la mayoría de votos fue rechazada por el Colegio Electoral.

    Hermila no se rindió, siguió preparándose y, por fin, en 1952, se convirtió en la primera mujer congresista federal de México.

    Benita Galeana

    Escritora feminista, sufragista, sindicalista y activista mexicana que luchó por los derechos de las mujeres y los trabajadores. Fue parte del Partido Comunista Mexicano y el Partido Socialista Único de México.

    Fue pionera en el movimiento feminista socialista, y luchó por el voto femenino, el derecho al abirto y el derecho al descanso materno. Fue parte de grupos feministas que fundaron organizaciones como el Frente Único Pro-Derechos de la Mujer, cuyo trabajo principal era la reivindicación de la igualdad de los derechos políticos de las mujeres.

    Esther Chapa Tijerina

    La tampiqueña, Esther Chapa, nació en 1904. Fue una médica, escritora, feminista, sufragista, sindicalista y activista mexicana en pro de los derechos de las mujeres. Fue pionera en el movimiento feminista mexicanos, y apoyó fervientemente el derecho al sufrago femenino, cuya motivación que quedó plasmada en su texto El derecho al voto para la mujer de 1936. Desde su perspectiva, el derecho al voto femenino era el primer paso para la autonomía femenina.

    Amalia González Caballero de Don Castillo

    Nació en Tamaulipas durante 1898, y se convirtió en la primera mujer embajadora de México y la primera mujer en formar parte del gabinete presidencial (de Adolfo Ruiz Cortines). A través de sus actividades como parte del Ateneo Mexicano de Mujeres y el Club Internacional de Mujeres, luchó en favor del derecho de las mujeres a votar y ser votadas.

    Su lucha, junto con la de sus compañeras feministas sufragistas, rindió fruto en el periodo presidencial de Ruiz Cortines, cuando, el 17 de octubre de 1953, se reconoció el derecho de las mujeres a votar.

    Elvia Carrillo Puerto

    La feminista Elvia Carrillo nació en Yucatán en 1881. Fue una luchadora social que, en 1919, fundó la liga feminista «Rita Cetina Gutierrez» con la intención de impulsar la discusión sobre el voto femenino.

    Hizo frente a las leyes de su Estado, y en 1922, bajo el argumento de que la Constitución no lo prohibía expresamente, fue elegida como regidora de Mérida. Tras su triunfo desafiando la normativa electoral, otras mujeres lograron tener puestos de representación popular. Un año después de su elección, Beatriz Peniche Barrera y Raquel Dzib Cicero  se convirtieron en diputadas del congreso local. Ellas tres son las primeras mujeres electas en México.

    Maria del Refugio García Martinez

    Profesora, feminista, sufragista y activista mexicana en favor de los derechos de las mujeres. María García Martinez nació en 1889 en Michoacán. A través de la organización con otras mujeres del Frente Único Pro-Derechos de la Mujer, luchó por la inclusión de las mujeres como ciudadanas en la Carta Magna.

    También fue candidata a diputada por el distrito de Michoacán. Aunque resultó electa por un amplio margen, no se le permitió asumir dicho cargo, bajo el pretexto de que la Constitución necesitaba ser modificada. Como respuesta, inició una huelga de hambre frente a la residencia del entonces presidente Lázaro Cárdenas.

    La respuesta del presidente fue comprometerse a cambiar el artículo 34 de la Constitución.

    Gracias a la lucha de estas mujeres y de muchas otras, tanto las que quedaron en el anonimato como las que la historia aún no les hace justicia, en 1953 el Congreso y gobierno de Adolfo Ruiz Cortines aprobó la reforma al artículo 43 Constitucional, con lo que quedó asentado en la Carta Magna mexicana:

    «Son ciudadanos de la República los varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan además los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años de edad, siendo casados, o 21, si no lo son, y tener un modo honesto de vivir».

    Toda la información e imágenes son de LA SILLA ROTA.
    Link original: https://lasillarota.com/lacaderadeeva/

  • Mujeres periodistas y activistas en México, ante una realidad misógina y feminicida

    Mujeres periodistas y activistas en México, ante una realidad misógina y feminicida

    Periodistas y activistas narran en un nuevo libro cómo cualquier tipo de violencia termina impactando a las mujeres.

    “Cualquier violencia que se ejerza sobre algo vivo siempre se decanta por el cuerpo de las mujeres”, afirmó este jueves en entrevista con Efe la periodista Daniela Rea, editora del libro “Ya no somos las mismas y aquí sigue la guerra”, una recopilación de historias de dolor, pero también de triunfos, de mujeres mexicanas.

    Esta obra, que reúne textos escritos por mujeres periodistas y activistas, se creó con el objetivo de relatar la lucha contra la violencia desde sus cuerpos que, según explicó Rea, siempre terminan por acoger esta parte tan significativa de México.

    “La primera idea fue entender que cualquier violencia que se ejerza sobre algo vivo siempre decanta sobre el cuerpo de las mujeres. Por ejemplo, si un hombre es detenido siempre va a decantar en la mujer que va a ir a verlo a la cárcel o va a alimentar a sus hijos porque por cuestiones históricas y sociales las mujeres sostienen la vida”, expresó la periodista.

    El libro deriva de un proyecto que surgió alrededor de 2016 cuando la periodista y algunas de sus compañeras se preguntaron cómo contar la década desde la elección del presidente Felipe Calderón (2006-2012) que estuvo empapada en violencia debido a la militarización de la seguridad.

    Percibieron que había muchos ejercicios o proyectos que se centraban en hacer conteos, estadísticas y mapas de la violencia, pero para ellas era necesario “cambiar el lugar desde donde se contaba” esta problemática.

    Si preguntas una historia de violencia a una mujer, te va a contar una narrativa totalmente distinta a las que se cuentan desde la perspectiva de los hombres de quien ganó, quien somete, quien tiene más fuerza o sobre la sangre y todo eso”, detalló la periodista.

    Resignificación del proyecto

    Después de una primera parte del proyecto mediante una web en la que contaron historias relacionadas con la violencia de diversas mujeres −una especie de “registro del daño”−, decidieron hacer el libro y añadir en este una segunda parte que pusiese en el centro las acciones de las mujeres para responder ante esta violencia.

    Lograron crear una especie de “cajita de herramientas” con las armas que las mujeres con las que hablaron crearon para sobrellevar sus circunstancias, muchas veces inconscientemente.

    A la vez, verbos como acuerpar, cuidar, confiar o abrazar, que titulan cada historia, cobraron otro significado para las autoras del libro a partir de las entrevistas realizadas.

    “Es muy bonito, por ejemplo, ver que acompañar, si lo vemos en la definición estricta del verbo, es estar al lado de algo. Pero si lo vemos a partir de lo que aprendimos con el libro nos damos cuenta de algo bien potente, que es que cuando acompañamos nunca estamos solas porque siempre hay una especie de reciprocidad en eso”, ejemplificó la editora.

    Sin embargo, a pesar de las herramientas que describieron y que implican un cambio de perspectiva en algunas de las historias, Rea explicó que no querrían dar sensación de final feliz.

    La editora se refirió a las luchas y horrores que relatan como algo cíclico, por lo que, cuando cuentan una vida con un pequeño triunfo o alegría no significa que sea un final feliz y ahí termine la historia.

    En ese sentido, la editora añadió que tampoco buscaban presentar “soluciones fáciles o románticas” porque sería borrar toda la violencia, que va más allá de tiempos políticos o de la organización política y social actual.

    Es por esto que, aunque se centran en historias sobre el sexenio de Calderón y añaden las consecuencias y malas decisiones del mandato de Enrique Peña Nieto (2012-2018), el proyecto incluso alcanza a registrar “advertencias de este nuevo sexenio”, bajo la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador.

    El proyecto original se llamaba ‘Mujeres ante la guerra’, y como pareciera ser que eso quedó en el pasado, para nosotras era importante que el título quedara explícito que no, y por eso se llama ‘Ya no somos las mismas y aquí sigue la guerra’”, matizó Rea.

    Por último, añadió que ni el proyecto inicial ni el libro fueron pensados como algo eminentemente feminista y, aunque sí hubo fundamentos teóricos que aprendieron de compañeras feministas con las que se sienten agradecidas, el trabajo está contado desde la experiencia de las mujeres, de las cuales seguramente, aseveró, muchas de ellas no se suscriben a este movimiento.

    Toda la información e imágenes son de FORBES.
    Link original: https://www.forbes.com.mx/noticias-mujeres-periodistas-activistas-realidad-misogina-feminicida/

  • Sólo 27% de mujeres rurales es propietaria de la tierra en el país: Sedatu

    Sólo 27% de mujeres rurales es propietaria de la tierra en el país: Sedatu

    El Registro Agrario Nacional, órgano desconcentrado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, dio a conocer que las mujeres representan el 34% de la fuerza laboral.

    De acuerdo con el Registro Agrario Nacional sólo el 27 por ciento de un millón 400 mil mujeres ejidatarias, comuneras posesionarias y avecindarias que habitan en localidades rurales tiene en sus manos la propiedad social de la tierra. En México, de los 61.5 millones de mujeres, 23 por ciento habita en localidades rurales, representando así el 34 por ciento de la fuerza laboral.

    “Es importante mostrar la valía de estas mujeres y cerrar las brechas de desigualdad que existen entre las mujeres rurales con sus pares urbanas, pero también con sus pares los hombres que habitan en las comunidades rurales”, comentó Natividad Díaz, directora de ordenamiento de mercado de la Subsecretaría de Autosuficiencia durante la conferencia Productoras del campo y cocineras tradicionales.

    En ese sentido, Díaz señaló que en las zonas rurales las mujeres trabajan a la par de los hombres sean o no titulares de la tierra, es decir, son responsables del 50 por ciento de la producción de alimentos en el país.

    “La gran parte de nosotras dependemos de los compañeros hombres que en su mayoría tienen el poder de la tierra, pero considero que si están produciendo y tenemos alimentos es porque también las mujeres apoyamos bastante”, comentó Alicia Sarmiento, agricultora y fundadora del Mercado Alternativo de Tlaxcala.

    En el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales, Natividad Díaz destacó la importancia de programas de Fertilizantes, Bienpesca y Producción para el Bienestar, en este último explicó que aunque tres de cada 10 beneficiarios de este programa son mujeres, quiene se benefician en granos básicos para que obtener mayor liquidez en sus predios.

    Además, destacó que de un total de 668 mil 500 mujeres, con un total de un millón 876 hectáreas, han recibido apoyos para el bienestar este año, rebasando así la meta establecida en el Presupuesto de Egresos de la Federación Ejercicio Fiscal 2020.

    Por último, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Suárez Carrera, reconoció el valor de las mujeres en las zonas rurales del país.

    “Me da mucha felicidad saber que cada vez tenemos en el campo más mujeres que están tomando liderazgos, se están empoderando tomando elementos de poder”, finalizó el subsecretario.

    Toda la información e imágenes son de MILENIO.
    Link original: https://www.milenio.com/politica/comunidad/mujeres-solo-el-27-son-propietarias-de-la-tierra-en-el-pais-sedatu

  • Mujeres dan la cara con trabajo ante la falta de apoyos para el campo

    Mujeres dan la cara con trabajo ante la falta de apoyos para el campo

    Según las estadísticas reveladas por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), las mujeres rurales producen más del 50 por ciento de los alimentos en México.

    Rostro curtido por el sol y las manos encallecidas, huellas de años y años de laborar en las faenas del campo, las mujeres rurales de La Laguna enfrentan una difícil situación ante la falta de oportunidades y créditos que les permitan trabajar la tierra, misma que muchas veces no es de su propiedad, contrariando la frase inmortal del caudillo del sur: “La tierra es de quien la trabaja”.

    Según las estadísticas reveladas por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), a través del portal del Gobierno de México, las mujeres rurales producen más del 50 por ciento de los alimentos en México.

    En el país, el 23 por ciento de los 61.5 millones de mujeres, habita en zonas rurales. Además constituyen el 34 por ciento de la fuerza laboral, sin embargo, son evidentes los retos a vencer para un pleno ejercicio de sus derechos.

    “Cuca”, una mujer empoderada

    Fue difícil encontrarla para la entrevista, la fama de mujer trabajadora le precede y sus ocupaciones diarias no le permitían un espacio. Las distancias que recorre entre los ejidos del sur de Matamoros, son largas y ubicarla en cualquiera de las diez hectáreas que tiene en producción de melón, calabaza y pepino, parecía imposible. Refugia Arreola Torres, de 42 años, durante más 17 años participa en las labores del campo, labrando la tierra por la que expresa un profundo amor y respeto. La rutina de la señora “Cuca” comienza a las 6:00 a.m. todos los días, como dice, para ella no hay días festivos ni descansos, va directo a las parcelas de melón y dependiendo de la madurez de la fruta la hora de salida será hasta que esta sea llevada a las meloneras para su venta, alrededor de la una o dos de la tarde.

    Su esposo emigró por trabajo a Estados Unidos, y desde entonces ha estado a cargo de la producción en las tierras que renta, las cuales a pesar de no ser suyas, las quiere como tal.

    Las diez hectáreas sembradas hacen de Cuca una de las que más producen en los ejidos, lo que le permite dar empleo a diez personas durante todo el año en tres etapas, dice que no paró durante la pandemia porque “hay diez familias que dependen de este trabajo”. “He enseñado a mis hijos a querer la tierra, a respetarla. Por eso los traigo a que me ayuden”.

    Cuca finaliza con una frase que define como ha sido su vida desde que se enamoró del trabajo del campo: “para tener, hay que trabajar, hay que ahorrar y hay que sufrirla, así me he ganado el respeto de los productores”.

    María de Jesús Monsiváis Silva, Comisariada ejidal de La Rosita

    Desde joven ha trabajado en las labores del campo y ahora participa en su comunidad como comisariada, junto a otras dos mujeres están en la mesa directiva del ejido, con cargos importantes como tesorera y secretaria, representando la autoridad.

    Sus tierras son de temporal y mientras había agua en el Río Aguanaval y tenían los recursos sí sembraron. El apoyo del gobierno hace dos años fue retirado. La señora María afirma que los jóvenes ya no quieren trabajar en el campo ante la falta de recursos para invertir, por eso muchos se han ido a las ciudades donde están las maquilas en las que prefieren trabajar.

    Margarita Estrada Sandoval, ejidataria

    La ejidataria de la Rosita posee 11 hectáreas de tierra que no trabaja por falta de agua para regarlas, afirma que en años anteriores eran regadas con agua de las norias, pero cuando se vendieron las norias, no les quedó de otra más que regar por temporal, con las avenidas del río Aguanaval.

    Margarita heredó de sus padres la propiedad de sus parcelas y dice que a partir de que entró el nuevo gobierno federal se les retiraron los apoyos. Están a la espera que se reactive el proyecto ‘Parque solar’, que ya habían empezado a platicar con la empresa para rentar las tierras, pero todo se detuvo ante la circunstancia de la pandemia.

    María Elena Gómez Martínez, productora de melón

    La señora María se dedica a la siembra de melón con riego de temporal, y como jefa de familia se encarga de todo el proceso de siembra y cosecha. Desde que compraron las tierras, su familia y ella misma las han trabajado.

    Cuando su marido se va a trabajar a EU ella se ha quedado a cargo de todo el proceso. Por ahora el melón tardío aún no se puede cosechar, por lo que esperan lluvias para que llegue a su madurez plena y que pueda ser levantado.

    Si el clima es propicio dice, se dará muy bien, sino asumirán el riesgo, una helada, granizo, una plaga o cualquier otra circunstancia pueden acabar con la cosecha y se perdería la inversión.

    Toda la información e imágenes son de MILENIO.
    Link original: https://www.milenio.com/estados/en-coahuila-mujeres-empoderadas-trabajan-sin-apoyo-para-el-campo

  • Equidad de género en la transformación digital

    Equidad de género en la transformación digital

    La primera vez que recibí una invitación para participar en un grupo de mujeres y tecnología, pensé que no era lo más adecuado, y que, si queríamos lograr la equidad de género, no debíamos promover nosotras mismas esa separación.

    Esta forma de pensar tenía mucho que ver con mi historia personal. Estudié Ingeniería en Sistemas Electrónicos, una carrera (en general, las ingenierías) poblada, en su mayoría, por hombres; y en el Instituto de Investigaciones Eléctricas, donde inicié mi trayectoria laboral, donde la aplastante mayoría de los investigadores eran hombres.

    Esto se convirtió para mí en algo normal; y, para reforzarlo, tuve dos hijos que han sido, además de mi mayor orgullo, mis coaches. Siempre tuve la suerte de ser tratada igual que mis compañeros y nunca enfrenté traba alguna por ser mujer. Al menos, no lo sentí así.

    También fui afortunada por crecer dentro de Estafeta, una empresa que siempre ofrece oportunidades por igual, y donde me tocó ser la primera mujer en ocupar una Dirección Corporativa (hoy somos el 50%).

    Después de rechazar varias invitaciones, decidí participar y entendí que, en pleno siglo XXI, todavía hay limitaciones, desventajas e, inclusive, mal trato hacia las mujeres, y por eso se requiere seguir trabajando por la equidad de género.

    Me parece que hemos avanzado en varias aristas, pero, dados los resultados, aún falta camino por recorrer. Ha crecido la matrícula en carreras STEM; sin embargo, el porcentaje de mujeres cio no pasa de 10%. ¿Por qué no hemos mejorado en los últimos 10 años, y en qué debemos seguir trabajando? Lo divido en tres aspectos:

    • Factores organizacionales
    • Cultura
    • Limitaciones individuales

    En muchas empresas, se implementan políticas de inclusión y se establecen cuotas, pero creo que se debe ofrecer la misma oportunidad a todos, asegurar compensaciones similares y ganarse las posiciones por mérito propio, no por cuota.

    Sin embargo, respeto que, en algunas organizaciones, éste sea el disparador del cambio, al menos al inicio. Otras políticas están enfocadas a igualar beneficios de maternidad y lactancia, que son de gran valor para ambos géneros.

    Respecto a la cultura, los estereotipos generan comportamientos que son transmitidos de generación en generación, fomentando actitudes, juegos, vestimenta e, inclusive, ocupaciones que una sociedad asume como propias de cada género, encasillando a las personas en una determinada forma de ver la realidad.

    Esto se transmite desde la familia, como primer agente socializador, y se continúa en la escuela. Y, finalmente, las mujeres que ocupamos posiciones directivas tenemos la obligación de impulsar a otras mujeres, ayudando a romper sus propias limitaciones.

    Ser mentoras y un modelo a seguir para que puedan confiar en sus capacidades y se lancen a competir por nuevas oportunidades, generando redes de apoyo y compartiendo cómo sobrepasaron situaciones difíciles. Es imposible amar la ciencia si no se la conoce ni se practica.

    Una encuesta a niñas de secundaria reveló que, para ellas, el campo STEM no impulsa la creatividad o no permite una relación social activa. Nos toca a nosotros cambiar esa percepción y demostrar que este campo funciona en todas las áreas de la organización.

    En CIO Club, creemos firmemente que la inclusión y diversidad tienen un alto impacto en la transformación digital de las empresas, sobre todo en esta época de cambios tan acelerados.

    Y uno de nuestros ejes estratégicos es fomentar la incorporación de más mujeres a la tecnología y construir una cultura de equidad basada en la solidaridad, la colaboración y el reconocimiento.

    Por: Adriana Islas, CIO de Estafeta y presidenta de Cio Club

    Toda la información e imágenes son de FORBES.
    Link original: https://www.forbes.com.mx/revista-impresa-equidad-de-genero-en-la-transformacion-digital/