De acuerdo con datos del Inegi, en México existen 21.6 millones de mujeres con alguna ocupación, es decir, que participan en la generación de un bien económico.
El fuerte crecimiento de la participación laboral femenina es uno de los cambios socioeconómicos más importantes del último medio siglo. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México existen 21.6 millones de mujeres con alguna ocupación, es decir, que participan en la generación de un bien económico o en la prestación de algún servicio. Esa cifra corresponde al 39 por ciento de la población ocupada del país.
La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), pone de ejemplo al país y en específico a las mujeres, como parte importante del desarrollo de la economía, a pesar de que sea en el sector informal.
Asimismo, un estudio de la Corporación Financiera Internacional señala que incorporar más mujeres a las empresas ayuda a proteger sus derechos. Entre sus beneficios obtenidos por contratar mujeres está el acceso al mejor talento disponible; mayor productividad e innovación; fortalecimiento de las dinámicas de equipos; menor rotación del personal y relaciones de largo plazo, así como un mejor clima laboral.
Ante estos beneficios y retos hay empresas que tienen en su planilla laboral como mayoría a mujeres, entre ellas está el Banco Santander con un 54%.
También está la gasolinera mexicana Rendichicas, Walmart de México, Banco del Bajío y Grupo Financiero Banorte, estas compañías tienen a más de la mitad de los trabajadores que son mujeres.
La contratación de más mujeres asegura que la fuerza laboral de una empresa es representativo de su base de clientes y ofrece mayores conocimientos sobre las preferencias del consumidor: a nivel mundial las mujeres influencian hasta el 80% de las decisiones de compra.
De acuerdo con el ranking de las Súper Empresas, muchas de ellas ya se dieron cuenta de que su talento es un activo y que es más valioso si es diverso. Los datos son claros: 78% de las mujeres que trabajan en las Súper Empresas se sienten apoyadas por su organización, 75% considera que su compensación es justa, 40% tienen una posición de jefe de área o superior y, hoy, 9% se encuentran en puestos directivos.
En México hay 15 millones 785 mil madres trabajadoras, que representan 72.9% de la población femenina económicamente activa en el país, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al cuarto trimestre de 2018.
En una conferencia de prensa, organizada por la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), la diputada federal por el PRI, Ana Lilia Herrera, advirtió que los recortes al Anexo 13 del presupuesto para atender el cáncer en mujeres el próximo año afectará a más de 2,400 pacientes.
Según la legisladora priista, el proyecto de presupuesto 2021 enviado por el gobierno federal, prevé 26% menos recursos para atender el cáncer de mama, y como resultado de la falta de tratamiento y atención, más de mil mujeres perderían su batalla contra la enfermedad.
“Los recursos para atender cáncer de mama disminuyen una cuarta parte, esto es igual a 342 millones de pesos”, declaró.
Pero no es el único padecimiento que ha recibido recortes presupuestales para su atención. Otros tipos de cáncer que afectan a las mujeres, como el cervicouterino, tendría 23.3% menos recursos, equivalente a 312 millones de pesos. El cáncer de endometrio, 23.3%, es decir, 13 millones; y el de ovario, 16.7%, que suman 30 millones de pesos menos para su atención.
Por su parte, siguió informando la diputada, el programa de Salud Materna, sexual y reproductiva del próximo año, tendrá un recorte de 2,027 millones menos, es decir, 20% menos que en 2019.
GUADALAJARA, JALISCO, 19OCTUBRE2019.- Miles de personas se congregaron en las inmediaciones de la Glorieta Minerva para conmemorar el mes del Cáncer de Mama y participaron en un intento de romper el Record Guinness en cuanto al Lazo Humano de Concienciación mas Grande del Mundo. FOTO: FERNANDO CARRANZA GARCIA / CUARTOSCURO.COM
Las cifras del cáncer de mama en México
En octubre, mes de la prevención del cáncer de mama, se hace evidente lo mucho que falta para vencer a esta enfermedad que todavía es la segunda causa de muerte en mujeres en nuestro país. Cada año se detectan más de23 mil nuevos casos, es decir, un promedio de 60 casos al día, que derivan en 6 mil muertes al año.
La enfermedad se presenta en un 45% en mujeres de entre 50 y 59 años, sin embargo, en 2012 fue la principal neoplasia que presentó la población mexicana de 20 años y más, principalmente mujeres. El riesgo se eleva desde los 40, momento en el que se recomienda hacer una mastografía al año y visitar al ginecólogo cada 6 meses.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel global cada año se detectan 1.38 millones de nuevos casos y fallecen 458 mil personas por esta causa.
TOLUCA, ESTADO DE MÉXICO, 16OCTUBRE2019.- En el marco de Octubre mes de la Lucha contra el Cáncer de Mama la Clínica Multidisciplinaria de Salud de la UAEM ofrece descuento el estudio de mastografía durante todo este mes al publico en general, invitando a las mujeres a que se exploren y acudan al médico a revisiones. FOTO: CRISANTA ESPINOSA AGUILAR /CUARTOSCURO.COM
La autoexploración mamaria
Otro método preventivo es la autoexploración mamaria, que debe hacerse una vez al mes para detectar cambios como:
– En la textura de aureola o pezón.
– Engrosamiento de la piel o masas debajo de ella
– Hoyos y secreción del pezón
– Piel escamosa o hinchada
Si alguno de estos síntomas aparece, será momento de acudir urgentemente al médico.
En México no existe una institución gubernamental a la que las mujeres indigentes se puedan acercar para obtener toallas sanitarias o puedan tener un lugar donde asearse.
Esto pese a que sólo en Ciudad de México se estima en 6,000 las personas en situación de calle, de las cuales 1, según las últimas cifras proporcionadas por el Gobierno de la capital mexicana. (Foto: EFE)
Cada mes, Susana González debe decidir entre comer o comprar una toalla femenina. Ella vive en la calle, lo cual ya considera una de las situaciones más complicadas por las que una persona pueda pasar, pero menstruar, dice, hace mucho más difícil su supervivencia.
“Vivir tu menstruación en la calle es bien difícil”, dice a Efe Susana, quien desde hace 24 años vive en situación de calle en Ciudad de México.
Afirma que aunque procura reservar algo del dinero que recibe por la limpieza de tubos en el trolebús de la capital mqexicana, en ocasiones es complicado para ella y algunas compañeras conseguir las compresas que les ayudan a gestionar su periodo menstrual.
Las mujeres en situación de calle, reconoce Alexia Moreno, coordinadora de la Asociación El Caracol, tienen que elegir cuando están menstruando entre utilizar el poco dinero de su trabajo para adquirir toallas sanitarias o comprar algo de comer.
En México no existe una institución gubernamental a la que las mujeres indigentes se puedan acercar para obtener toallas sanitarias o puedan tener un lugar donde asearse.
Esto pese a que sólo en Ciudad de México se estima en 6,000 las personas en situación de calle, de las cuales 1, según las últimas cifras proporcionadas por el Gobierno de la capital mexicana.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el número de personas que vivían en la calle hasta el 2011, último año del que se tienen cifras, era de más de 14.9 millones, aunque no se especifica cuántas son mujeres.
Alexia Moreno asegura que este número, debido a la crisis por coronavirus, puede estar aumentando.
SOBREVIVIR O COMPRAR TOALLAS
En general, dice Moreno, el acceso al agua es uno de los problemas más severos para las personas en situación de calle, pues deben ir a un albergue, o muchas veces la toman de fuentes o espacios públicos. (Foto: EFE)
Las mujeres que viven en la calle tienen que luchar todos los días por sobrevivir y, además, batallar durante su periodo por conseguir toallas sanitarias y un lugar dónde asearse.
Susana señala que durante su periodo acude a baños públicos para lavarse o a veces junta dinero que le alcanza para rentar la habitación de un hotel y poder darse un baño.
En general, dice Moreno, el acceso al agua es uno de los problemas más severos para las personas en situación de calle, pues deben ir a un albergue, o muchas veces la toman de fuentes o espacios públicos.
“(Tienen acceso) en puestos de comida con los que a veces colaboran y les permiten tomar agua y comer o en mercados públicos. Ahora con el tema de la COVID-19 todo está cerrado”, manifiesta.
Susana asegura que aunque trata de mantenerse limpia, el estigma es una de las barreras que impide que pueda tener acceso al agua, el cual es primordial en los días que tiene su menstruación.
“De por sí la gente te etiqueta como mugroso (sucio) pero no saben que no es que queramos estar mugrosas, sino que simplemente a veces no hay un lugar donde podamos bañarnos”, dice.
En México, el precio promedio de un paquete con diez toallas sanitarias ronda los 25 pesos (USD 1.1), el cual no alcanza para un periodo menstrual completo de 3 a 5 días pues diariamente se ocupan entre 4 y 6 compresas. (Foto: EFE)
Reconoce que en ocasiones, cuando no logra tener acceso a toallas higiénicas, ha recurrido a pedazos de tela para evitar manchar su ropa. Algo que la hace mucho más vulnerables a infecciones y enfermedades más graves.
Moreno considera que las toallas higiénicas siguen siendo artículos de lujo “y entonces son caras y es muy difícil gestionar un proyecto o gestionar un apoyo que pueda permitir que esos productos les lleguen a ellas”.
En México, el precio promedio de un paquete con diez toallas sanitarias ronda los 25 pesos (USD 1.1), el cual no alcanza para un periodo menstrual completo de 3 a 5 días pues diariamente se ocupan entre 4 y 6 compresas.
Susana comenta que, en promedio, diariamente gana entre 70 y 100 pesos (3.1 y USD 4.42 dólares), a veces un poco más, lo cual le debe alcanzar para comer, asearse y comprar sus diferentes insumos.
“La mayoría trabajamos en el metro pero ya no nos dejan trabajar y la banda tiene que andar buscando el pan y todo”, afirma.
FALTA INFORMACIÓN
Moreno destaca la importancia de colocar el tema en las agendas feministas y luego las agendas públicas para empezar a hacer visible que estas mujeres necesitan un acompañamiento diferenciado (Foto: EFE)
A decir de Alexia Moreno, la menstruación es todavía un tabú para las mujeres en situación de calle.
Gabriela Olvera Pérez vive desde los 14 años en situación de calle. Tiene cinco hijos, dos son mujeres y aunque asegura que trata de hablar con ellas sobre la menstruación, reconoce que muchas veces no sabe cómo hacerlo.
“Ya les digo que va a llegar cierta edad que les va a llegar su menstruación, que tienen que tener mucha higiene, a diario bañarse”, afirma.
Es por ello que la Asociación El Caracol ha creado cursos en los que explican a las mujeres en situación de calle que este es un proceso normal, además de que han promovido iniciativas para que el Gobierno ponga al alcance de manera gratuita este tipo de implementos para las personas más vulnerables.
Moreno destaca la importancia de colocar el tema en las agendas feministas y luego las agendas públicas para empezar a hacer visible que estas mujeres necesitan un acompañamiento diferenciado
“Es evidente que no gozan de los mismos derechos y privilegios que las que tenemos una casa, que tenemos acceso a formación académica y demás”, finaliza.
La Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México, a cargo de Ingrid Gómez Saracibar, reportó que desde que inició la actual administración al 31 de diciembre de 2019, las carpetas de investigación por delitos sexuales aumentaron 20% en comparación con el mismo periodo de 2017 y 2018.
Si bien se han presentado más denuncias, la dependencia lo atribuye a que las estrategias en materia de prevención están generando “confianza necesaria para denunciar”.
De acuerdo con el Segundo Informe de la secretaría, que se presentará hoy en el Congreso capitalino, los datos oficiales de violencia sexual, en todas sus modalidades como violación, hostigamiento y acoso, “no siempre reflejan la situación real que padecen las mujeres”, debido a que aún es difícil afrontarla, ya que se revictimiza a la persona, así como por la falta de confianza que tienen las mujeres a las instituciones de justicia.
“Según datos de la Fiscalía General de Justicia, las carpetas de investigación por delitos sexuales se incrementaron 20% comparando los periodos del 5 de diciembre de 2017 al 30 de diciembre de 2018, y el correspondiente al 5 de diciembre de 2018 al 31 de diciembre de 2019”.
Sobre el feminicidio, reconoce que sigue en aumento tanto a escala nacional y local, pese a la prevención y concientización.
Por este delito, de 2016 a 2019 se han registrado 190 feminicidios acumulados. Iztapalapa es la demarcación con mayor número de carpetas en dicho periodo, con 34; seguida por Gustavo A. Madero, con 27, y Tlalpan con 22.
Xochimilco tiene 18 carpetas; Cuauhtémoc, 12; Álvaro Obregón, 12; Miguel Hidalgo, nueve; Tláhuac, Coyoacán, Azcapotzalco, Iztacalco, con ocho respectivamente; Benito Juárez, Milpa Alta, Venustiano Carranza, con seis cada una, y Magdalena Contreras, con cinco.
En contraparte, Cuajimalpa es la alcaldía que a lo largo de este periodo únicamente ha aperturado una carpeta que correspondió a 2017.
“Estas cifras [de muertes de mujeres] representan un desafío para la secretaría, a efecto de reforzar acciones de coordinación con las alcaldías y con las diferentes dependencias del Gobierno federal y local que actuamos en materia de prevención y atención a la violencia de género. Muy particularmente con la Fiscalía Especializada para la Investigación del Delito de Feminicidio, a efecto de que tengan una eficaz protección, a la par de que los delitos de feminicidios no queden impunes”, expone.
Agrega que en 2019, el delito denunciado con mayor incidencia contra las mujeres es la violencia familiar, con 20 mil 318 víctimas; en segundo lugar, el abuso sexual, con 3 mil 725 casos; el de menor incidencia fue la privación de la libertad personal con fines sexuales, con cinco.
Las alcaldías con más denuncias de los delitos mencionados fueron: Iztapalapa, con 2 mil 103 casos; seguida por Gustavo A. Madero mil 356; Cuauhtémoc 946; Álvaro Obregón 945, y Coyoacán, con 720.
Ocupan las últimas posiciones Cuajimalpa de Morelos, con 232 casos, y Milpa Alta 192.
El 25 de noviembre del año pasado se hizo la declaratoria de Alerta de Violencia contra las Mujeres (AVM) por lo que hasta el momento, de manera interistitucional, han avanzado en acciones para grupos prioritarios, cursos para funcionarios, seguridad en el transporte, disminuir brechas de desigualdad y diseño de estrategia integral para los cuerpos policiales de perpectiva de género y derechos humanos.
Acciones en pandemia
La dependencia indicó que durante la emergencia sanitaria se concluyó el diseño del protocolo de atención telefónica a mujeres víctimas de la violencia familiar y de género.
Se entregó el apoyo económico de mil 500 pesos a 500 mujeres víctimas de violencia de género que, debido a la contingencia, se encontraban en mayor vulnerabilidad.
El año pasado la norteamericana Eleanor Davis ya se coló en la lista de esenciales de la ACDCómic con Tú, una bici y la carretera (Astiberri), en el que relataba su viaje de autodescubrimiento y superación en bicicleta desde Arizona hasta Georgia. Y este año repetirá con El difícil mañana (Astiberri), una sorprendente novela gráfica sobre una joven que planta cara a un estado policial que cada vez valora menos las libertades individuales. Una historia sobre el activismo político, la ecología y la maternidad, en la que la dura realidad contrasta con las esperanzas de la protagonista, encarnadas en su sueño de tener un bebé al que poder ofrecerle un futuro mejor.
El cómic nos cuenta la historia de Hannah, una joven que vive con su novio en una caravana. Ella quiere mejorar el mundo, auqnue no lo tenga nada fácil: cuida de una anciana, sueña con ser madre y pasa las tardes en una organización que lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, por la las libertades personales y contra el uso de las armas químicas. Mientras, su novio huye de la realidad buscando refugio en las drogas.
Una historia muy emocionante que la autora ha construido a base de retazos de su propia vida (cuidaba de una tía enferma, su propio deseo de ser madre, su actibvismo político) y que consigue llegarnos a lo más hondo gracias a sus maravillosos personajes, entre los que destaca la protagonista, que nunca pierde la esperanza de alzanzar sus sueños, por mucho que se tuerzan las cosas. Mientras algunos nos quejamos sin hacer nada contra el mundo actual, Eleanor decide plantarle cara con esta hermosa historia y consigue conmovernos y emocionarnos. Sin olvidar sus increíbles dibujos, tan bellos como llenos de vida. Un libro imprescindible que ha conquistado el prestigioso Los Angeles Times Book Price 2020.
‘Shhh’
Portada de ‘Shhh’
El título original de Shhh (Liana editorial), de Magnhild Winsnes es Shhh. El verano en el que todo cambia, lo que nos da muchas pistas de sobre qué va la obra. Se trata de una historia del paso a la madurez de dos adolescentes, en la línea de grandes clásicos como Verano del 42 o Cuenta conmigo. Cuenta la historia de Hannah que, como todos los años, va a pasar una semana de vacaciones a casa de sus tíos, con su prima Siv. pero algo ha cambiado, A Siv ya no le interesa jugar, hacer competiciones de apnea en el río o capturar insectos, sino que prefiere irse con su hermana mayor y sus amigas detrás de los chicos. Lo que se convertirá en un misterio para Hannah.
Una historia tan sencilla como irresistible en la que destacan los maravillosos dibujos y acuarelas de Magnhild Winsnes. Con páginas bellísimas y llenas de color que nos transportan inmediatamente a nuestra niñez, haciendo de este libro una gozada para los sentidos ya que llega a sugerirnos los olores del verano, la temperatura o incluso la luz estival, gracias a su fantástica paleta de tonos. Si eso lo combinamos con sus maravillosos personajes y la expresividad de que los dota la autora, os garantizamos que una vez que paseis la primera página os será imposible dejar el libro hasta el final.
Uno de los libros más premiados de 2017 cuando consiguió, entre otros, el Primer Premio del Ministerio de Cultura, el Premio de la Crítica al Mejor Libro Infantil y Juvenil o el premio visual GRAFFILL y ORO al Mejor Libro Infantil de 2018. Más que una lectura, Shhhes casi una experiencia para los sentidos.
‘Tarde en McBurger’s’
Portada de ‘Tarde en McBurger’s’
A Ana Galvañ el mundo normal se le queda pequeño. Por eso no duda en mezclarlo con otras dimensiones retrofuturistas donde la tecnología marca el camino. Pero siempre hablando de relaciones humanas y de los problemas del presente. Ya nos maravilló con Pulse enter para continuar (APA-APA, 2019), una de las obras esenciales de 2019 con la que analizaba la sociedad actual en clave de ciencia ficción y gracias a la que está nominada a un premio Ignatz, uno de los galardones más importantes del cómic norteamericano. Y ahora vuelve a dejarnos con la boca abierta con Tarde en McBurguer’s (APA-APA).
Este nuevo cómic nos cuenta las peripecias de un grupo de amigas de 11 años que van a una hamburguesería en busca de un premio que, literalmente, les hace viajar por el espacio-tiempo, de forma que pueden ver su futuro. Una historia que también nos habla de ese paso de la infancia a la madurez pero añadiendo la adrenalina de Regreso al futuro, un poco de psicodelia y mucho misterio, en un cóctel realmente explosivo.
Cualquier cosa puede pasar en esta dimensión que vuelve a estar dominada por los alucinantes colores de Ana y sus arriesgadas composiciones de página, que a veces nos hacen pensar que tengamos un «viaje» de ácido, pero que siempre nos devuelven a la realidad con nuevas experiencias y mucho en lo que pensar. Porque eso es lo que consigue Ana con este cómic, que descubramos fascinantes mundos que nos hagan reflexionar sobre nuestra propia realidad y que tengamos ganas de volver a acompañarla en su siguiente viaje a lo desconocido.
‘Las dos vidas de Penélope’
Portada de ‘Las dos vidas de Penélope’
Cuando se narra la historia de Ulises, el rey de Ítaca, prácticamente solo se habla de sus aventuras en la Guerra de Troya, con el cíclope o con las sirenas, pero casi siempre olvidamos que mientras el estaba 20 años de juerga con sus amigotes, su esposa Penélope fue la que consiguió mantener a raya a los que pretendían usurpar su reino y casarse con ella. Y lo hizo usando su inteligencia. Ahora un estupendo cómic nos ofrece una versión moderna y feminista de la historia: Las dos vidas de Penélope (Astiberri), de Judith Vanistendael.
Esta Penélope es una cirujana que lleva diez años (los mismos que duró la guerra de Troya) yendo y viniendo de países en guerra donde trata de salvar vidas en misiones humanitarias. En casa le esperan un marido cariñoso y una hija que está a punto de cumplir 18 años (aunque ella sabe que no estará ahí para celebrarlo). El problema es que penélope es incapaz de dejar atrás a las víctimas de la guerra, a los niños que no logra salvar, que se le aparecen en forma de fantasmas que le inpiden ser feliz en su hogra donde, en teoría lo tiene todo.
Una interesante reflexión a sobre la vida de las mujeres modernas, que luchan sus propias batallas dentro y fuera de casa (sin necesidad de un Ulises), aun a riesgo de no poder lograr todo lo que quieren debido a ese doble trabajo. Una emocionante reflexión sobre la familia, la vocación de ayudar a los demás, la maternidad y la dedicadión en el trabajo, que destaca por las bellas acuarelas de Judith, una artista que ya nos sorprendiól consu anterior obra: Salto (Astiberri) con guion de Mark Bellido.
‘Khalat’
Portada de ‘Khalat’
Por último, aunque no menos importante, os recomendamos la novela gráfica Khalat (Liana editorial), de la artista italiana Giulia Pex, que ha adaptado el relato del escritor y cooperante italiano Davide Coltri (Dov’è casa mia, Minimumfax, 2019), basado en la historia real de una refugiada siria (Khalat) que tuvo que huir por la guerra y atravesó ocho fronteras, desde Siria a Europa, en busca de una oportunidad. Un viaje muy duro pero que todavía fue peor al tratarse de una mujer, ya que sufrió acoso y desprecio por parte de los hombres. Incluso su propio padre estaba obsesionado por que se casara con cualquier hombre (porque eso le daría protección y podía ser lo único que evitase evitar que la violaran o la maltrataran).
Una reflexión sobre la identidad femenina en el mundo actual, sobre la diferencia de la vida de las mujeres en el primer mundo y en el resto del planeta (donde a veces no tienen ni el más mínimo derecho), y el retrato de toda una generación siria que ha tenido que huir de su país, de sus casas, para evitar la muerte (el hermano de la protagonista fue asesinado por negarse a matar a inocentes). Sin olvidar que muchas veces los refugiados se encuentran con el recelo e incluso el rechazo de los europeos que los miramos como si fueran parásitos que vienen a quitarnos lo nuestro, en vez de seres humanos a los que les han arrebatado todo, incluso su futuro.
Desgraciadamente ya estamos tan acostumbrados a las imágenes de refugiados de los telediarios que nos hemos inmunizado y casi ni los vemos como seres humanos. Por eso son necesarios cómics y obras como esta, que nos recuerden que en esos campos de refugiados hay un montón de serres humanos iguales a nosotros que solo buscan una oportunidad de tener una vida mejor. Destacar los dibujos de Giulia, casi fotográficos, que contribuyen a que nos identifiquemos con la protagonista. Y el mensaje de esperanza del relato que nos demuestra que un mundo posible es mejor y que todos podemos contribuir a ello.
Puede que sea la pandemia, sus estragos, la visión agudizada que procura, lo he comprobado. Vemos más: lo que sucede, lo que dábamos por hecho, lo que no estaba previsto, lo que no sabíamos que pensábamos, ni lo que sentíamos. Pero a menudo giramos la vista. Un exceso de realidad desasosiega. A algo así te enfrenta Clarice Lispector, esa escritora rara e indomable nacida hace 100 años, efeméride que reaviva su obra. Lo pienso leyendo Restes de carnaval, primera traducción catalana de sus cuentos, relatos raros. O no. Tan raros como lo que estamos viviendo. Una extrañeza, insólita y desconcertante, y a la vez muy cercana, que, por la acogida que está teniendo el volumen, los lectores reconocen. ¿No es así lo que vivimos, insólito y desconcertante?
Lo raro es vivir, decía otra escritora distinta y a la vez no lejos de ella, Carmen Martín Gaite, y así tituló su novela. Lo raro puede ser lo que sale bien cuando todo puede ir mal. Este parece el caso de Restes de carnaval: un editor, Jordi Puig, que se mete él mismo a escoger los relatos de Lispector que quiere publicar y se diría que el confinamiento de marzo le fue la mar de bien para terminar de componer el libro (los editores pudieron leer tanto como necesitan, entonces, sin estar sometidos a las presiones de la promoción). Dos traductores, Josep Domènech Ponsatí i Pere Comellas Casanova, que trasladan a cuatro manos a esta escritora de culto que escribe como una poeta y prosista pegada a su propia piel, en una lengua, el portugués de Brasil, que de tan sencilla te sumerge en un mar de dudas y ya no sabes si eres francés o brasileño o catalán. ¿Lo habré entendido? ¿Es eso lo que quiere decir? Cada frase de Lispector resuena, es un universo, advierte la siempre sutil Tina Vallès en el epílogo, “o si queréis una caja, una unidad que funciona sola y que unida a las otras compone un cuento tejido y no cosido, sin costuras, de una sola pieza”. Empiezas a leer, en efecto, y no puedes parar hasta el final, al mismo ritmo que Lispector, siguiendo las frases, que de forma orgánica, como si fuera la respiración del cuerpo de la escritora y la tuya propia, te llegan sin más. Y por si fuera poco, la señora tiene un humor descacharrante.
Austera en el uso de las palabras, de temas cotidianamente aburridos y sin alzar la voz, su humor es fino como una brisa. Sea en “La mujer más pequeña del mundo”, ironía sobre el exotismo étnico en literatura y en la vida. Al cabo, Lispector publica en los años del boom y sus selvas. Así habla la Pequeña Flor de la selva, en palabras que traslado desde esta traducción catalana excelente: “Hay un viejo equívoco sobre la palabra amor, y, si muchos hijos nacen de este equívoco, muchos otros han perdido el instante único de nacer solo por culpa de una susceptibilidad que exige que sea yo, ¡yo!, quien guste, y no mi dinero. Pero en la humedad de la selva no existen estos refinamientos crueles, y el amor es no ser comido, amor es encontrar bonita una bota, amor es que te guste el color raro de un hombre que no es negro, amor es reír de amor a un anillo que brilla”. Pues: “No ser devorado es el sentimiento más perfecto. No ser devorado es el objetivo secreto de toda una vida”. A que sí.
Lispector parece escribir danzando, en trance. Al protagonista de una de sus novelas le hace decir: “Escribo con el cuerpo”. Y en una de las prosas breves incluidas en este volumen, “Aventura”, remacha: escribir es “una manera de no mentir el sentimiento”. A partir de ahí levanta su misterio: no mentir el sentimiento. Hace pensar en Mercè Rodoreda, las dos tienen esos trazos. Lo que escribes sale de dentro, como tus pinturas, parecen decirse la una a la otra, pues ambas, escritoras extremadamente originales, pintaron. Es tal vez ese lenguaje del cuerpo cuando se pinta lo que convierte las historias de Lispector en una danza. Sobre todo los cuentos. No sé si es mejor en cuento que en novela (también en eso las semejanzas con Rodoreda están ahí), pero en el cuento se advierte bien su danza escrita por dentro. Decía Virginia Woolf, antecesora de las dos, que escribir no sale solo de los dedos: “Parece que escribimos con todo nuestro ser. El nervio que gobierna la pluma se enreda en cada fibra de nuestro ser, entra en el corazón, traspasa el hígado”. Hasta llegar al cuerpo del lector.
Clarice Lispector sabe lo que dice con extraña precisión, lo último que pretende es domar su rareza. Puede que hoy la comprendamos mejor, ella que hizo gala del “don de no entender”. En sus frases y relatos reconocemos más y más lo que nos pasa, sobre todo ahora.
Una buena idea para lograr acercarnos con nuestras hijas para hablar de temas algo complicados puede ser a través de los cuentos. Existen varios que tocan temáticas importantes como igualdad de género o machismo, y que hacen la reflexión sobre lo que no está bien.
Y es que las niñas tienen todo el derecho de crecer con libertad, igualdad, y por supuesto es muy importante que crezcan empoderadas y seguras de sí mismas.
Si buscas dar este mensaje a tu hija o cualquier otra niña a través de un cuento, aquí te comparto algunas ideas interesantes. Son cuentos maravillosos y con mucho poder.
Este es un cuento infantil que habla sobre la igualdad de género. Busca la reflexión sobre el papel de las niñas y mujeres para olvidar estereotipos que se viven en la sociedad como que el color de la ropa de las niñas debe ser rosa, que sus juguetes son las muñecas o que son unas princesas que buscan solo a su príncipe azul.
Este cuento contiene el mensaje para las niñas de que nadie te puede decir qué puedes hacer o no, sino que tú misma tienes el poder para tomar tus propias decisiones desde la confianza, pues la jirafa ‘Chufa’ tiene el sueño de bailar para participar en el baile de la selva, pero le dicen que no puede hacerlo.
Un cuento para niñas y niños y que también deben leer los adultos. La historia enseña a las niñas la igualdad entre hombres y mujeres como postura básica de la vida y existencia humana.
La historia de una bruja que está muy entusiasmada por la cita que tiene con ‘Ogre’ y por eso le cuenta a todos. Las personas le dicen que debe cambiar algo de su aspecto y ella comienza a dudar a pesar de sentirse guapa y que Ogre también la quiere tal cual es, pero las opiniones de los demás son distintas.
Este es un clásico cuento de origen sueco que contiene varias historias de las aventuras de la niña Pippi, quien es huérfana y sabe sobre todas las labores, pero también es muy fuerte y es capaz de levantar cualquier cosa.
Este cuento narra una cruda realidad que pueden vivir las niñas y niños de muchos hogares.
El niño de la historia descubre que no en todas las familias existe la armonía y deja la reflexión sobre que la desigualdad y la masculinidad tóxica no está bien.
Una niña contestataria, pacifista, antifascista, en pugna constante por la igualdad: un icono querido y punzante, un cerebrito lleno de preguntas.
Mafalda no era de esas niñas que estaban “más guapas calladitas”: Mafalda ni siquiera necesitaba ser guapa porque pensaba, y porque pensaba largo, y porque sabía expresar lo que antes había rumiado en su cerebrito. Era una cría contestataria de los setenta, una rebelde de su tiempo y del nuestro, una punk diminuta que no envejeció en cincuenta años de viñetas, que jamás pasó por el aro, que jamás se acomodó al discurso dominante. Un ser lleno de preguntas y de reveses. Puro combate dialéctico. Puro pensamiento diáfano. Siempre cuestionó lo que no hace tanto parecía incuestionable: la maternidad por norma, la guerra como respuesta a los conflictos, la niñez como espacio de inocencia -de la imbecilidad-.
Irónica, corrosiva, directa al pecho como una bala en palabras sencillas. Su personaje nació el 29 de septiembre de 1964 y habitó el lápiz del divino Quino hasta 1973, aunque su leyenda sobrevive tan vigorosa que parece que sacó la cabeza hoy. Su autor dijo entonces que la dejó por cansancio, por no manosear las verdades limpias de la chica, pero quizá hubo algo más: recuerden que cinco días antes de la última tira se produjo la masacre de Ezeiza. Argentina -tres meses antes del golpe de Pinochet en Chile- también acariciaba las violencias, a su manera, de las dictaduras militares de América en los setenta.
Quino diría mucho después, en 2014, y en Montevideo, que si seguía dándole el soplo de vida a Mafalda «me pegaban uno o cuatro tiros». Casi nada. Mafalda dejó de decir cosas nuevas, pero lo cierto es que había dicho lo suficiente, lo cierto es que ya había puesto el dedo en la llaga de varias generaciones: fue una pionera que puso en tela de juicio el papel de la mujer en la sociedad
Véase esa viñeta maravillosa en la que la cría empieza a preguntar, a voz en grito: “Mamá, ¿vos qué futuro le ves a ese movimiento por la liberación de la muj…?”. No acaba la frase. Empieza a buscar a su madre en el salón, pero no la halla. Hasta que la encuentra debajo del escritorio, reclinada, de rodillas, fregando el suelo. Y acaba diciendo: “Nada, olvídalo”.
Otra: “Aprovecho el día de la madre para saludar a todas las mamás. Y para recordarles a algunas sacrificadas que fregar, planchar, cocinar y todo eso… no quiere decir fregarse la vida, plancharse las inquietudes, freírse la personalidad y todo eso, ¿saben?”. Para merendar.
Viñeta de Quino.Edición de Lumen.
El pensamiento de Mafalda trascendía al corsé que el machismo le había impuesto a la mujer de la época: no más que un ser dedicado a los cuidados, al hogar y a la reproducción. Ella sabía que había mucho más tras ese sacrificio que muchos llamaban “vocación” u “obligación”. Era una imposición social. Era una manera de minimizar la voz de las hembras. Una manera gratuita de esclavizarlas y de arrebatarles todo reconocimiento, toda opinión, todo prestigio.
Las ‘fregonas’ de la historia
Realmente transgresora la viñeta en la que Mafalda atiende en clase al dictado en la pizarra de la profesora. Las frases a escribir: “Mi mamá me mima”. “Mi mamá me ama”. Se acerca la niña a la maestra, le da la mano y le dice: “La felicito, señorita, veo que tiene usted una mamá excelente”. Vuelve a su sitio y remata la jugada: “Y ahora, por favor, enséñenos cosas realmente importantes”.
Viñeta de Quino.Edición Lumen.
Aquí Mafalda contra la figura de la madre como ente dedicado al amor y a la dádiva; no tan lejos la consigna del momento de esa reciente publicidad de El Corte Inglés que rezaba: 97% entregada, 3% egoísmo, 0% quejas, 100% madre. Vaya porcentajes. ¿Qué queda para una?
En otra escena, Mafalda estaba en la playa acompañada por un hombre que se queda embobado, absorto, contemplando a unas mujeres bañándose. Ella se acerca a la bolsa a coger un clínex y se lo restriega en la cara: “Eh, ¿qué haces?”, pregunta él. “Nada, es que te había entrado un bikini en el ojo”, reprende ella, contra la hipersexualización masculina. “Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre”, arremetía en otra intervención, al respecto a lo que hoy conocemos como “patriarcado”.
Viñeta de Quino.
Quino, su dibujante y su ideólogo, era más agudo y más subterráneo que las enormes proclamas, que los gigantes tecnicismos: sin calificar, simplemente describiendo y preguntando, disparaba todas sus balas. No hablaba de “nueva masculinidad” ni de “derribar arquetipos de género”, pero ponía a Mafalda a pelearse con un compañero cuando él criticaba que “dejarse el pelo largo no es de hombre”. Cuando la niña recordaba la figura de las mujeres que ocupaban su vida, pensaba en ellas tejiendo, barriendo, tendiendo la ropa, siempre cuidando los textiles, y se decía a sí misma: “¡Claro…! Lo malo es que la mujer, en lugar de jugar un papel, ha jugado un trapo en la historia de la humanidad”.
Mafalda contra todo
Mafalda contra las cremas de belleza. Mafalda contra la ridiculización de los niños -a los que comparaban en los anuncios de la tele con las mujeres, por su “torpeza”-, Mafalda contra los estereotipos hasta en los juegos infantiles. Ahí cuando echaba la tarde con Susanita y se vestían de señoras, fingían tomar té y conversaban. Susanita decía: “Dígame, ¿tiene algún chimentito sobre qué nos trae la moda para esta temporada?”. Ella decía: “Bueno, según he leído… parece que se sigue llevando mucho la injusticia, claro que con unas bestialidades muy monas, eso sí”. O lo mismo se acercaba a la porra de un policía y expresaba: “¿Ven? Este es el palito de abolir ideologías”.
Quino, por si quedaba alguna duda, se declaró simpatizante de la lucha feminista: “Siempre he acompañado las causas de los derechos humanos en general, y la de los derechos de las mujeres en particular, a quienes les deseo suerte en sus reivindicaciones”, alegó.
De hecho, cuando hace tres años, en la campaña contra el aborto legal en Argentina, usaron a Mafalda como su defensora, Quino montó en armas: “Se han difundido imágenes de Mafalda con el pañuelo azul que simboliza la oposición a la ley de interrupción voluntaria del embarazo. No la he autorizado, no refleja mi posición y solicito sea removida”, subrayó.
Mafalda antifascista
No fue la primera vez que a Mafalda intentaron alistarla los ‘contrarios’ al pensamiento de su autor. En 1985, empezaron a venderse pegatinas de Guille, el hermano pequeño de Mafalda, con la bandera de España con el escudo franquista: café para muy cafeteros. Quino manifestó estar “profundamente molesto”, ya que sus personajes “están a favor de la democracia, y son, desde luego, antifascistas”. Más claro, agua.
“No pasarán”: aquí sí, Mafalda con una enorme pancarta. “¡Orquestas! ¡Si en lugar de tropas el mundo estuviera lleno de orquestas sería una maravilla!”, sonreía en otra. “¿Qué habrán hecho algunos pobres sures para merecer ciertos nortes?”, se preguntaba frente a un globo terráqueo, contrariada. O, en una cola de la enfermería, le decía a la sanitaria: “Venimos por la vacuna contra el despotismo, por favor”.
Viñeta de Quino.Lumen.
Igual se ponía de pie en una silla y gritaba: “¡Desde esta humilde sillita formulo un emotivo llamado a la paz mundial! ¡Total…! Parece que hoy en día el Vaticano, la ONU y mi sillita tienen el mismo poder de convicción”. Bofetada a dos manos.
Desde su trazo, Mafalda apoyó, ya casi como un ente propio y autónomo, casi como un símbolo en sí misma y una mujer de carne y hueso, el deseo de algunas amas de casa de estudiar, los temas variados en conversaciones femeninas -más allá de la moda, el marido y los hijos- o la posibilidad de que una mujer fuera presidenta. Quizás esto último es lo único que ha cambiado radicalmente desde entonces.
Mafalda fue libertad, democracia, ecologismo, antiautoritarismo. Quino se va -descansa en paz, amigo-, pero ella seguirá aquí, dando guerra.
Se han unido a estas marchas para exigir justicia no solo por los estudiantes de aquel entonces, sino también para pedir un alto a la violencia que viven de manera diaria las mujeres.
Como cada año el 2 de octubre se recuerda la matanza de Tlatelolco, de la cual hasta la fecha no se tiene el número exacto de personas que fallecieron, pero ahora a 52 años del suceso, los colectivos feministas también se han unido a estas marchas para exigir justicia no solo por los estudiantes de aquel entonces, sino también para pedir un alto a la violencia que viven de manera diaria las mujeres.
En entrevista para MILENIO, Flora, quien es miembro del colectivo Pan y Rosas, comentó que desde hace ya varios años ellas participan en la marcha del 2 de octubre y a través de esta, buscan generar unidad con diversos movimientos sociales, en la lucha común por el reconocimiento de los derechos humanos y el no olvido de los crímenes de estado.
“Son situaciones que se siguen viviendo y hay que reivindicar porque olvidarlo no nos permitiría exigir la justicia que sigue pendiente y va a seguir pendiente hasta que los crímenes y la violencia se termine” expresó.
Además comentó que pese a lo ocurrido en las manifestaciones del pasado 28 de septiembre ellas están convencidas de seguirse movilizando, mostrando en alto las banderas, playeras y mantas mora y verde que las distinguen como colectivo, porque ante la situación actual que se vive en el país, es necesario alzar la voz en las demandas de las mujeres dentro de cualquier espacio sin dejar de lado el significado de este día.
“No puede haber perdón tiene que haber justicia y lo mismo decimos en el caso del 68, con cada compañera que nos arrebatan al día y hacia cada situación de violencia que vivimos, no se puede olvidar tiene que haber justicia” precisó.
MUJERES EN LA LUCHA DEL 68
Las mujeres tuvimos un gran papel dentro de la movilización del 68, así lo señaló Ana Ignacia La Nacha Rodríguez Márquez durante su participación en la conferencia Las Mujeres en el 68 que fue realizada en 2018; cabe destacar que La Nacha fue una activista destacada y parte los líderes estudiantiles de ese entonces.
De acuerdo con un nota publicada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la participación de las mujeres en el movimiento del 68 fue paritaria, a través de diversos testimonios algunas mujeres que formaron parte de este movimiento, se reconoció el papel de la mujeres.
Dentro de esta documento, Carola García Calderón, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mencionó la participación de 30 mujeres en el Consejo Nacional de Huelga, lo cual para ese tiempo era un número bastante significativo.
Además, este tipo de movimientos generaron un rompimiento grande en los roles de género, lo cual permitió a las mujeres tener una participación mucho mayor y hacer cosas que antes no se concebían dentro del país, “Las mujeres podíamos participar, y ningún hombre jamás le dijo a una mujer que no podía hacerlo”, señaló Adriana Corona Vargas, representante de la Preparatoria 6 de la UNAM durante el 68.
Grupo de feministas pidieron a López Obrador mayor empatía hacia el feminismo y responsabilidad con respecto a la información que proporciona a los mexicanos.
Aumenta la tensión entre las autoridades mexicanas y el fuerte movimiento feminista de la capital del país por la actuación policial en las manifestaciones de los últimos días por el abortoy la ocupación de una sede de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que lleva un mes tomada por madres de víctimas de feminicidios.
“No hay agresión sin respuesta, y eso les debe quedar claro”, dijo este miércoles a EFE una de las participantes en la ocupación de la CNDH. “Si tocan a una, van a responder todas y si tenemos que dar el cuerpo lo voy a dar por mis hermanas, y si tengo que dar la vida la voy a dar también”, añadió una de sus compañeras.
El pasado domingo, centenares de policías, en su gran mayoría mujeres, rodearon a un grupo de feministas durante la marcha a favor de la legalización del aborto en todo el país y se dieron enfrentamientos que terminaron en golpes e incluso muchas de las presentes aseguraron haber sido rociadas con gas lacrimógeno, algo que las autoridades negaron.
La jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, expresó este miércoles que las policías trataron de contener la marcha feminista para evitar que llegaran a la céntrica plaza del Zócalo porque ahí se encuentra un campamento del movimiento ultraconservador Frente Nacional Anti Andrés Manuel López Obrador (Frena) con el que podría haber conflictos.
Además, la alcaldesa mostró un video en el que las manifestantes llamaban “gata” (vulgar) a algunas de las policías, lo que calificó como “clasismo”.
“Debemos terminar con la discriminación. Es el lenguaje machista en mujeres, el lenguaje patriarcal en mujeres, el clasismo, contra mujeres que decidieron en este caso dedicar su vida a la protección de otras mujeres. (…) ¿Eso es feminismo? ¿Eso es lo que reivindicamos?”, expresó.
Sheinbaum, quien se declaró “feminista”, también criticó el martes la ocupación de la CNDH e incluso aseguró que la toma estaba “financiada” por empresarios.
Es la misma postura que mantuvo el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, del mismo partido que Sheinbaum, al advertir que el movimiento feminista tiene “infiltrados” elementos de la oposición que azuzan la violencia para desestabilizar al Gobierno.
No, esta policía de Ciudad de México no lloraba por ser golpeada por mujeres que participaban en la marcha del #28S.
Sin embargo, varias mujeres participantes en la ocupación dijeron a EFE que su lucha nada tiene que ver con eso.
“Del otro lado no lo van a entender. Si dicen que nos financian o esas cosas, que vean cómo vivimos, no tenemos lujos, no tenemos regaderas para bañarnos, pero seguimos resistiendo y brindando lo poquito que tenemos a las compañeras aquí refugiadas”, expresó una de ellas.
En este sentido, también pidieron a López Obrador mayor empatía hacia el feminismo y responsabilidad con respecto a la información que proporciona a los mexicanos.
“Si López Obrador no tiene la capacidad de entender lo que sus mujeres mexicanas necesitan, que le pida a alguien que le de cursos, talleres o clases de género para que el señor presidente deje de hacer ese tipo de comentarios que en vez de ayudar lo perjudican más y nos pone más enojadas” añadió otra de las mujeres desde la CNDH.
Sin embargo, las participantes en la toma de la que era la sede la este organismo permanecen allí desde el pasado 4 de septiembre buscando, comentan, cumplir sus objetivos de crear un espacio seguro para mujeres donde las que hayan sufrido violencia puedan acudir y recibir apoyo.
También están impartiendo diversos talleres y recibiendo donaciones que ofrecen no solo a víctimas de violencia machista, sino también, aseguraron, a vecinos que están pasando por momentos complicados debido a la pandemia mundial de coronavirus.
“Esto no se nos ocurrió de la noche a la mañana, llevamos años queriendo espacio para hacer nuestras actividades y que no afecte tanto a nuestra economía. (…) Para nosotras es un regalo, es algo que nos merecemos y nos deben”, consideraron.
Con todo, los acercamientos entre el movimiento feminista y las autoridades siguen siendo escasos, a pesar de la espiral de violencia en México, donde cada día 10 mujeres son asesinadas.