El Congreso de Oaxaca aprobó reformas y adiciones que garantizan los derechos políticos de las mujeres en condición de igualdad y seguridad.
En Oaxaca se anularán elecciones cuando exista violencia política contra mujeres
El Congreso de Oaxaca aprobó reformas y adiciones que garantizan los derechos políticos de las mujeres en condición de igualdad y seguridad.
En sesión extraordinaria y con 30 votos a favor, el Congreso de la LIXV legislatura de Oaxaca aprobó reformas y adiciones al artículo 114 Bis de la Constitución Política del Estado de Oaxaca, y al Artículo 9 de la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado, que garantizan la participación de las mujeres en procesos electorales, y en su caso, sancionar actos de violencia política por razón de género.
Previo a la votación, las y los legisladores oaxaqueños a petición del presidente de la Mesa Directiva del Congreso, Jorge Octavio Villacaña Jiménez, se dedicó un minuto de silencio por las víctimas de la pandemia por la Covid-19 en esta entidad.
Al aprobar dichas reformas y adiciones quedó establecido como causal para decretar la nulidad de una elección, cuando se acredite violencia política en razón de género, siempre y cuando el candidato que cometió el acto haya resultado ganador.
En este mismo contexto, la representación popular reformó la Ley Estatal de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, con el objetivo de regular hechos y conductas que, tradicionalmente, no fueron contempladas o sancionadas por la Ley.
También, otorga facultades adicionales a la Fiscalía General de Oaxaca, al Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO) y al Tribunal Estatal Electoral de Oaxaca (TEEO), con el objetivo de prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia política en razón de género.
El Instituto y el Tribunal electoral, podrán solicitar a las autoridades competentes órdenes o medidas de protección y reparación para las mujeres víctimas de violencia política.
Asimismo, la Fiscalía tendrá la responsabilidad de investigar, bajo perspectiva de género, en los casos de violencia política contra las mujeres en razón de género. Además, creará, actualizará y administrará el Registro de Casos de Violencia Política contra las mujeres.
Otra reforma a esta misma legislación, permitió la creación del Banco Estatal de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres, al ser el análisis de datos recopilados un factor indispensable para la transversalización de las políticas públicas que atiendan y prevengan factores de riesgo para las mujeres.
Anabel López Hernández, feminista oaxaqueña, a través de su red social reconoció a las diputadas que pusieron todo su empeño para este paso, el cual dijo garantiza la paridad y el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres en condición de igualdad y seguridad.
La abogada e investigadora Aleida Hernández comenta que las mujeres actualmente se organizan y realizan propuestas para disminuir el impacto de la crisis por coronavirus.
En meses recientes, el movimiento feminista en México logró un alto poder de convocatoria, que fue visible con la megamarcha del 8 de marzo en la Ciudad de México, movimiento replicado en la mayoría de las principales ciudades del país.
Para la feminista y activista Aleida Hernández Cervantes, este movimiento con la marcha citada hizo un llamado social muy fuerte a deslegitimar el ejercicio de la violencia masculina hacia las mujeres, fue un fenómeno disruptivo e histórico para el movimiento feminista, tal como lo es ahora la pandemia en el mundo.
El coronavirus puso en inactividad muchas aspectos de la vida cotidiana, impactando también la lucha feminista, pero no paralizándola. Hernández comenta a EL DEBATE que sus integrantes están en adaptación ante los cambios generados al combatir la contingencia epidemiológica, pero continúan observando, manifestándose de nuevas formas y ejerciendo presión para consolidar políticas públicas que ayuden a disminuir la brecha de desigualdad para las mujeres en el país.
Periodo de adaptación
Para Aleida Hernández Cervantes, doctora en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), apenas en abril las feministas empiezan a rearticularse y a reorganizarse a razón de las necesidades que surgieron con la pandemia; sin embargo, nunca han estado inactivas, sino moviéndose hacia las nuevas condiciones de vida y buscando solución a distintos problemas, dando seguimiento a los temas de violencia contra la mujer, en un contexto de readaptación a la cuarentena, entendiendo qué es lo que pasa a nivel individual y social, dentro de una realidad en la que ellas mismas como feministas también se encuentran inmersas, una situación que abraza a todas las mujeres en México.
El acoso sexual ha sido denunciado por colectivas de mujeres en todo el país. Foto: El Debate / Cristina Félix
Hernández comentó que están atentas a situaciones como el aumento de violencia que se ha registrado en los hogares y hacia las mujeres: «Ya había una estructura de desigualdad entre hombres y mujeres y ya había un panorama en el tema de la violencia contra las mujeres en nuestro país. En el confinamiento, el estrés ocupacional, psicológico, económico y laboral agudiza la violencia, y pone en una situación de mayor vulnerabilidad a las mujeres, a los niños y niñas», destacó Aleida, por lo que trabajan en iniciativas para combatir el problema.
Activismo en redes sociales
Una de las formas de seguir activas en la manifestación y la difusión social es dando visibilidad a estos problemas mediante las tecnologías y las redes sociales.
De acuerdo con la investigadora, son el espacio público por excelencia, donde se muestra la discordia, pero también donde es posible lanzar información relevante mediante mesas de análisis, infografías, estudios y discusiones sobre lo que viven las mujeres ahora durante el confinamiento y la pandemia: «Estamos tratando como de analizar este panorama de la violencia contra las mujeres. Lo importante es que no disminuya y no vayamos hacia atrás con lo que se ha avanzado en el debate público y en el análisis de estos temas como prioritarios, porque si bien las políticas en torno a la pandemia son prioritarios, también lo es la vida de las mujeres, que ahora están viviendo más violencia contra ellas», destacó.
Confrontan y revisan datos
Hernández Cervantes comentó que con el movimiento Nosotras Tenemos Otros Datos, que se avivó en redes el pasado 25 de marzo, han estado confrontando cifras oficiales en México, contra las que generan organizaciones civiles y de apoyo a la mujer, nacionales e internacionales: «Hemos llamando la atención a las instituciones gubernamentales para que no dejen en el olvido y no dejen de tener como prioridad la atención y la investigación de la violencia contra las mujeres», dijo, ya que a ella le parece que el plan de atención a las mujeres no se ha llevado a cabo en ningún momento de forma integral, y ahora con la pandemia se desdibuja ante los contratiempos que surgen para dar atención a las mujeres.
La legista destaca que actualmente no se han tomado medidas especiales para disminuir la desigualdad entre hombres y mujeres en el contexto de la pandemia, y sugiere que las políticas públicas deben encaminarse a evitar que los efectos de la pandemia no refuercen la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres y se resuelva el problema actual de violencia en los hogares. Esto es por lo que luchan mediante iniciativas dentro de las organizaciones civiles.
Periodo de adaptación
La investigadora explicó que dentro de estos asuntos a resolver está el hecho de que en el confinamiento una mujer en presencia de un agresor tiene menos márgenes de acción, no puede recurrir a sus redes de apoyo, y a su vez las mujeres que integran sus redes de apoyo tienen menos movilidad, al mismo tiempo las mujeres violentadas se ven forzadas a disminuir su comunicación, tanto por la situación de cuarentena, como por la coacción de quien las agrede, viéndose limitadas incluso para hacer una denuncia, pues la única forma es una llamada, sugiriendo que se debería instalar un sistema de mensajes de texto que les sea más accesible a las mujeres en tal situación: «Las redes afectivas, las redes de contención, están operando de manera distinta durante el confinamiento», destacó Aleida.
Poca atención a la violencia
La escritora en temas jurídicos observa que se necesita propiciar que las situaciones de violencia sean bien atendidas, por ejemplo agilizando las órdenes de protección a mujeres agredidas, ya que durante la cuarentena una gran parte de los poderes judiciales quedaron fuera de los primeros meses en atención a los órganos de protección, y solo siete de los poderes judiciales de las entidades atendían el tema de forma abierta la posibilidad: «Eso fue gravísimo porque las dejó en una desprotección total a las mujeres que están viviendo violencia, ahora incluso más con el confinamiento y la pandemia», lamentó Hernández.
Mujeres en casa
A la anterior dificultad se suma el hecho de que muchas mujeres recientemente han perdido su empleo, y ante tal situación el Gobierno debería estar implementando un plan de subvenciones económicas para disminuir la precariedad, explicó Hernández.
Por otra parte, las mujeres en casa que conservaron el trabajo están además confrontando una jornada laboral que puede llegar no solo a duplicarse, sino a triplicarse, debido a que dan seguimiento escolar a los niños en casa, atienden la jornada laboral vía remota y cumplen con el trabajo doméstico.
Hasta ahora ella observa que no han sido diseñadas políticas escolares ni laborales apropiadas en este contexto y que las secretarías correspondientes deberían tomar cartas en el asunto, un asunto de valoración del trabajo no remunerado que la mujer ejerce en casa, pero también en el papel fundamental para el desarrollo que representa que las mujeres incursiones en la vida laboral remunerada, donde pueden desplegar sus talentos.
Impacto de las luchas
Aleida Hernández afirma que frente a la pandemia y sus retos, la lucha continúa. En una entrevista cercana al Día Internacional de la Mujer, comentó que lo que se mostró en la marcha masiva del 8 de marzo en la Ciudad de México fue el fruto de múltiples luchas anteriores y que la manifestación resaltó la organización de las mujeres feministas y su poder de convocatoria.
De acuerdo con Hernández, la marcha es el resultado de todas las mujeres que se organizan, no solo para hacer una marcha, sino para incidir en la esfera pública, y que más allá del imaginario público que hace visible solamente a las mujeres dentro de las manifestaciones, ellas se organizan para responder ante las necesidades de sus congéneres en México para exigir respuesta a sus problemas: «Tienen décadas haciendo propuestas. De hecho, la Ley General para el Acceso a una Vida Libre de Violencia, la más importante en torno a sancionar e institucionalizar la atención de las violencias, es producto del movimiento feminista, y eso fue desde el 2007. La Ley de Igualdad para las Mujeres y los Hombres es un producto del movimiento feminista, y creo que lo que viene ahora es una serie de transformaciones en tres niveles, el cultural social e institucional», comentó.
Periodo de adaptación
La abogada Hernández además comentó que la marcha del 8 de marzo fue muy particular, con mucha intensidad y efervescencia masiva —en sus palabras—, una marcha intergeneracional, con personas de todas las edades; una manifestación interclasista, con mujeres de diferentes estratos sociales y de todos los sectores: amas de casa, estudiantes, comerciantes e incluso trabajadoras sexuales. «Había una gran multiplicidad de voces femeninas, eso la hizo una marcha que aglutinaba todos los tipos de mujeres que podemos imaginar y que existen en el país», comentó, y que eso la hace emblemática. De acuerdo con la investigadora, la marcha puso en el centro de la atención mediática la lucha por el respeto de los derechos de la mujeres de manera muy creativa y con múltiples formas de manifestación.
Feminismo trasciende las marchas
Si bien la marcha puso al descubierto el hartazgo femenino ante la ola creciente de feminicidios en el país y la agudización de las violencias, también puso en tela de juicio el papel de los medios de comunicación, que resaltaron las acciones de las mujeres que optaron por la acción directa, o aquellas que fueron más disruptivas, cuando este tipo de manifestaciones no son exclusivas de las feministas, sino que están presentes en todos los movimientos sociales a lo largo de la historia: «Solo concentrarse en eso me parece que también desdibuja y nulifica a todas las demás mujeres que están también protestando de otras maneras», y que son muchas de ellas las que siguen al frente buscando la mejora de las condiciones de vida de las mujeres, incluso frente a la pandemia, destacó.
«El movimiento feminista se está rearticulando, no perdió sus demandas ni el llamado a las reivindicaciones de los derechos de las mujeres, y además ha sumado otras exigencias, en el contexto actual, por lo que me parece que es muy interesante este momento que estamos viviendo».
Denuncian inacción de autoridades en Sinaloa contra violencia de género
Las autoridades no están atendiendo a las víctimas de la violencia familiar en esta cuarentena como lo dicen de forma pública, contó a este medio de comunicación una mujer violentada en Culiacán, quien pidió el anonimato. Indicó que tras recibir una agresión en días pasados por parte de su expareja, llamó al 9-1-1, y al lugar llegó una patrulla, pero los agentes le dijeron que no podían detener al agresor, pese a que el mismo se encontraba cerca.
Acudió a hacer la denuncia a la agencia del Ministerio Público por haber sufrido agresiones físicas, verbales y amenazas. Expresó que la hicieron esperar horas. Al ser atendida, la única opción que le dieron fue ir a un albergue, cuando ella considera que no es la solución, porque tiene poco más de un año que denunció a su expareja por violencia, y nunca lo citaron a declarar.
Previo al COVID-19, indica que tenía una orden de protección, pero nunca vio una patrulla dando recorridos por su casa. Preguntó por qué no se le brindaba la seguridad adecuada, y la ministerio público le contestó que no podía estar una patrulla afuera de su casa todo el tiempo.
Esta mujer expresa que desde hace un año vive con miedo de salir a la calle, incluso de estar en su casa, porque no sabe en qué momento su expareja la va a agredir.
La víctima considera que el que no detengan a su expareja le da más poder, porque ahora siente que puede agredirla las veces que él quiera, y no le va a pasar nada. Pide a las autoridades encargadas de atender la violencia familiar que den soluciones, porque es un infierno vivir con miedo todo el tiempo. Por Angelina Corral
Un tercio es la proporción de mujeres en todo el mundo que antes de la propagación mundial del COVID-19 experimentaba alguna forma de violencia en su vida (ONU, 2020).
Buscar apoyo: En el mundo, menos del 40 % de las mujeres que sufren violencia busca algún tipo de ayuda, y menos del 10 % de quienes lo hacen recurre a la Policía (ONU, 2020).
166 feminicidios: Entre enero y febrero del 2020 se ha registrado esa cantidad de presuntas víctimas de feminicidio, de acuerdo con Endireh.
Los datos sobre la violencia de género
Abusos: De acuerdo con la ONU, las presiones económicas y sociales provocadas por la pandemia, así como las restricciones de movimiento, han aumentado drásticamente el número de mujeres y niñas que se enfrentan a abusos de manera global.
Lesiones: En México, en los primeros dos meses del 2020 se han contabilizado 9941 presuntas víctimas mujeres de lesiones dolosas. Entre enero y febrero del 2020 han sido atendidas 40 910 llamadas de emergencia al 9-1-1 relacionadas con incidentes de violencia contra las mujeres (Endireh, 2020).
Mujeres que reciben apoyo por ser víctimas de violencia señalan que la campaña ‘Cuenta hasta 10’ no sirve porque los agresores no se detienen a contar.
Mujeres víctimas de violencia piensan que la campaña ‘Cuenta hasta 10’, presentada por el gobierno federal para frenar las agresiones familiares durante el confinamiento, “invisibiliza la violencia, promueve el silencio” y no funciona, porque los agresores “no se van a detener a contar”.
Consultadas por la Red Nacional de Refugios, ocho mujeres coincidieron en que esta estrategia “omite la responsabilidad del gobierno en la defensa y protección” de personas que se encuentran vulnerables ante sus agresores por el confinamiento, y que “no sirve sacar una bandera blanca y contar hasta 10”.
“Contar hasta 10 quita la violencia es un pensamiento de alguien que no ha sido agredida”, mencionó una de las entrevistadas.
Otra de las mujeres usuarias de los refugios para víctimas señaló que este anuncio es un “intento patético de querer frenar la violencia”, y una más expresó que si se le ocurriera sacar una bandera blanca con su agresor “me mandaría con mi banderita blanca, con golpes y arrastras”.
📣Para la Red Nacional de Refugios A.C. las voces de las mujeres NO DEBEN SER SILENCIADAS, por eso hacemos eco de su voz
— Red Nacional de Refugios, AC (@RNRoficial) May 27, 2020
Gobierno defiende la campaña
Este martes, Jesús Ramírez, vocero de la oficina de la Presidencia de la República, dijo en entrevista con Animal Político que el mensaje ‘cuenta hasta 10’ es un “método antiguo, pero muy sabio, y además muy eficaz para contener las actitudes impulsivas o las pasiones que se desbordan”.
De acuerdo con el funcionario, la campaña tiene el objetivo de abordar la violencia sin “clichés a los que estamos acostumbrados cuando se aborda el tema de las mujeres”.
Tras las críticas a la campaña realizadas por diversas activistas, la titular del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman, defendió la campaña y dijo que es una más de las acciones del gobierno para prevenir la violencia durante la cuarentena.
“Esta campaña la tenemos que ver en el contexto de todo lo que hemos estado haciendo durante todo este tiempo. Si tú ves lo que el Inmujeres, la Conavim, Conapred ha estado promoviendo durante este confinamiento, ha sido una serie de campañas donde estamos hablando de estos temas, del cuidado, de los roles, los estereotipos, la solidaridad, estar pendientes las unas con las otras”, dijo en entrevista con el medio.
Grazna reconoció que la campaña no está específicamente enfocada en mujeres, pero adelantó que están por lanzar otra que sí está dirigida a ellas.
La maestra invirtió de 3 a 4 horas para poder hacer a cada uno de sus alumnos cuidando hasta el más mínimo detalle
Una dedicada maestra en Haarlem, Países Bajos, tocó el corazón de miles de personas al compartir los muñecos que ella misma creo de todos sus alumnos, a quienes ha tenido que dejar de ver a raíz de la suspensión de clases por la pandemia de Covid-19.
La profesora de nombre Ingeborg Van der Duin señaló que sus alumnos son todo para ella, y que está muy acostumbrada a su contacto diario, sus juegos, responder a sus inquietudes y escuchar sus voces, por lo que este periodo de aislamiento social la hizo sentirse nostálgica.
Aunque la maestra ha realizado con sus alumnos clases en línea, aún sentía esa necesidad de cercanía por lo que ideó una estrategia que contagiara amor y afecto.
Ávida en las manualidades, Ingeborg decidió tejer a cada uno de sus alumnos y personalizar un muñequito para tener a su clase junta en casa.
La mujer invirtió de 3 a 4 horas para poder hacer a cada uno de sus alumnos cuidando hasta el más mínimo detalle como los lentes, las pecas y la ropa que regularmente utilizan.
El tierno gesto fue compartido por la maestra hacia sus alumnos y padres quienes de inmediato se identificaron con los muñequitos, inclusive profesores de otras regiones le pidieron a la mujer que realizara las imágenes de sus alumnos para también tenerlos en casa.
Sin embargo, el trabajo que se le dedicó a esta personalización fue tanto, que la maestra se ha negado por el momento y sólo ha dicho que será para sus alumnos.
La secretaria Olga Sánchez Cordero dijo que se está buscando a embajadas extranjeras y a la representación de la Unión Europea para conseguir fondos y así mantener las Casas de la Mujer Indígena y Afromexicana.
Apenas la semana pasada, Francisca de la Cruz recibió un llamado de auxilio de una mujer violentada en la comunidad de Cochoapa, de solo 4 mil habitantes, en el municipio Ometepec, Guerrero. Llamó al comisario para asegurarse de que atendiera la denuncia, que el marido se saliera de la casa porque violentaba a su esposa cuando bebía alcohol, y que garantizara la seguridad de ella, que por las restricciones de movilidad ante el COVID-19 no podía ir a ningún otro lado.
Francisca hizo todo por teléfono, porque ya la conocen: es la coordinadora de la asociación para mujeres indígenas “Manos Unidas”, fundada en 2003 y pionera del modelo de Casas de la Mujer Indígena y Afromexicana (CAMIs). Un modelo que se ha reproducido en 35 casas por todo el país y que desde entonces se financia con subsidios federales… hasta este año, que la Secretaría de Hacienda decidió reservar el dinero que tenían etiquetado a través del Programa de Derechos Indígenas del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), para redestinarlo a atender la emergencia sanitaria.
La primera víctima de este recorte de presupuesto es justamente la CAMI de Ometepec, la pionera, que cerró sus puertas al no tener recursos para darle comida y albergue temporal a quienes huían de la violencia machista o iban a tener a sus bebés con una partera, y que ahora tienen que ser redirigidas a un hospital, en pleno riesgo de contagios de coronavirus.
Aunque las seis mujeres de Ometepec que estaban de planta ayudando a mujeres indígenas han seguido haciendo lo que pueden por teléfono, la decisión es que sin subsidios no pueden volver a abrir.
Pero no es la única CAMI en estado crítico. De acuerdo con un reporte de la red nacional de Casas de la Mujer Indígena, han alertado que ya no pueden sostenerse las casas de San Mateo del Mar, Oaxaca, que durante la contingencia ha atendido a 212 mujeres; de Pátzcuaro y Zitácuaro, Michoacán, que han atendido a 100 y 30 mujeres; de Tijuana y San Quintín, Baja California, que han recibido 60 mujeres en estos dos meses; de Zongolica, Veracruz, a 35; Matías Romero, Estado de México, a 26 mujeres; y la de Monterrey, a 11.
También han reportado que solo pueden resistir dos semanas o un mes más las de Tolimán, Querétaro, que ha atendido a 100 mujeres durante la contingencia; la de Siho, Yucatán, que recibió a 85; Huejutrla, Hidalgo, a 72; las de Nelys Palomo y Acatepec, Guerrero, a 28 y 8 mujeres cada una; y de La Paloma, Sonora, a 6 mujeres.
Cinco que eran nuevas se quedaron con las instalaciones perfectamente montadas pero sin poder abrir para empezar a dar servicios, y en al menos una hubo un brote de COVID-19 que ni el INPI ni ninguna otra autoridad atendió.
La representante de la red de CAMIs, Nelsy Maricela Ku, detalló en entrevista con Animal Político que en San Felipe del Progreso, municipio mazahua del Estado de México, la coordinadora se contagió de COVID-19. Otras dos colaboradoras, de las ocho que son, empezaron a presentar síntomas de la enfermedad, así que la casa cerró y dejó de dar atenciones a las mujeres indígenas de la zona. Tuvieron que aislarse y entre otras mujeres de la red y activistas hicieron una colecta para apoyarlas.
Ku detalló que en Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca y el Estado de México había casas que el año pasado habían obtenido subsidios por primera vez pero ya no pudieron arrancar su operación. El programa tiene tres fases: en la primera, llamada “inicial”, se otorgan hasta 700 mil pesos para acondicionar un espacio; para la segunda o de fortalecimiento se otorgan hasta 850 mil pesos; y la tercera o de consolidación implica subsidios hasta por un millón de pesos.
Las CAMI son parte de un programa más grande, el Programa de Derechos Indígenas, que para 2020 tenía etiquetado en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) poco menos de 200 millones de pesos, que quedaron suspendidos el 3 de abril.
Mientras que el fin de semana el gobierno anunció 250 millones de pesos para repartir en premios por la atención de COVID-19, el viernes la Secretaría de Gobernación confirmó a asociaciones civiles que se habían cancelado los menos de 200 millones con los que sobrevivían las CAMI.
Buscan dinero en el extranjero
El pasado 6 de mayo, un grupo de organizaciones de la sociedad civil, encabezado por Amnistía Internacional México, Equis Justicia para las Mujeres y la Red Nacional de Refugios para mujeres víctimas de violencia, envió al gobierno federal una carta exigiendo transparentar si las medidas de austeridad ordenadas para enfrentar la crisis provocada por COVID-19 dejarían sin recursos a programas destinados a protección de las mujeres.
Hasta dos semanas después, la Secretaría de Gobernación (Segob) las convocó junto a otras dependencias como el Instituto Nacional para las Mujeres (Inmujeres) y la Comisión Nacional para Para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) a una reunión para hablar del tema.
Este lunes, las organizaciones lamentaron que su pregunta sobre dónde está el dinero para atender la violencia de género se quedó sin respuesta, ya que las funcionarias les dieron cifras de mujeres beneficiadas por los programas considerados “insignia” del nuevo gobierno, como Jóvenes Construyendo el Futuro o Tandas del Bienestar, pero no aclararon a qué programas se les recortó el presupuesto.
Solo hubo confirmación desde Segob de que el Programa de Derechos Indígenas es uno de los que quedó cancelado. Para sustituir los subsidios que daba el gobierno mexicano, la secretaria Olga Sánchez Cordero informó que se está buscando a embajadas extranjeras y la representación de la Unión Europea para conseguir fondos para mantener las Casas de la Mujer Indígena y Afromexicana.
Este martes, en su conferencia mensual sobre el tema de violencia de género, se le preguntó bajo qué modalidad se busca dinero en el extranjero para las indígenas mexicanas y por qué este cambio si originalmente ya estaba etiquetado en el PEF 2020. A lo que la secretaria contestó que “el presupuesto pues siempre sufre ajustes” y que ya está en pláticas para que las CAMIs reciban dinero de gobiernos de otros países.
“Yo sí quiero decirles que para mí son tan importantes que por eso precisamente voy a luchar por sus recursos. Y segundo, hay embajadas que se nos han acercado a nosotros, y que nos han dicho: tenemos presupuesto de nuestros gobiernos en el tema de violencia contra las mujeres. Entonces no estoy inventándolo, ya se acercaron varias embajadas a decirnos: oigan, nosotros queremos participar, tenemos estos recursos, en qué forma y de qué manera podemos apoyar nosotros a estos temas de mujeres, porque además, si no hacemos uso de esos recursos, pues los recursos simplemente no se van a utilizar ni se van a ejercer”, comentó.
El temor a la transmisión de COVID-19 está eclipsando la importancia de la lactancia materna, y en muchos países las madres y los bebés se están separando.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un comunicado en el que alertó por la crisis que se vive a consecuencia de la pandemia del COVID-19, misma que ha amenazado, incluso, la lactancia materna.
El organismo, y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), señalaron que a medida que los sistemas de salud se debilitan la industria de los sustitutos de lechematerna ha puesto en duda la lactancia materna al comenzar una campaña en contra de esta.
En el comunicado, los organismos explicaron que los servicios de atención médica destinados a ayudar a las madres a amamantar, incluido el asesoramiento y el apoyo especializado en lactancia, son tensos como resultado de la crisis de COVID-19.
Además, las medidas de prevención de infecciones, como el distanciamiento físico, han dificultado la consejería comunitaria y los servicios de apoyo de madre a madre, lo que abrió una oportunidad para que la industria de sustitutos de leche materna disminuyera la confianza en la lactancia.
En la actualidad, sólo 41 por ciento de los menores de cero a seis meses de edad reciben lactancia materna exclusiva, una tasa que los Estados Miembros de la OMS se han comprometido a aumentar al menos 50 por ciento para 2025.
Agregaron que a pesar de que el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna prohíbe todas las formas de promoción de sustitutos de la leche materna, sólo 136 países de 194 analizados han implementado alguna forma de medida legal relacionada con éste.
Además, sólo 79 países prohíben la promoción de sustitutos de la leche materna en los establecimientos de salud, y 51 tienen disposiciones que impiden la distribución de suministros gratuitos o de bajo costo dentro del sistema de atención médica.
Y 19 países han prohibido el patrocinio de reuniones de asociaciones científicas y de profesionales de la salud por parte de fabricantes de sustitutos de la leche materna, según un nuevo informe de la OMS, Unicef y la Red Internacional de Acción de Alimentos para Bebés (IBFAN).
“El temor a la transmisión de COVID-19 está eclipsando la importancia de la lactancia materna, y en muchos países las madres y los bebés se están separando al nacer, lo que hace que la lactancia y el contacto piel con piel sean difíciles, si no imposibles”, señaló la OMS.
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Debido al sexismo de su época, la compositora alemana nunca vio sus piezas publicadas.
“Lo que me escribiste en una de tus cartas sobre tus actividades musicales en relación a Felix está tan bien pensado, como lo está escrito. Quizás para él la música se convierta en su profesión, mientras que para ti siempre permanecerá como un ornamento; nunca podrá ni deberá convertirse en la base de tu existencia y vida diaria”, decía la carta que el padre de Fanny Mendelssohn le escribió cuando ella cumplió los quince años de edad. Esta carta, además, la exhortaba a no perder su femineidad que se creía le otorgaban sus prodigiosos conocimientos en piano.
En cambio, cuando Felix Mendelssohn, hermano de Fanny, cumplió 16 años de edad, recibió una carta del escritor alemán, Johann Wolfgang von Goethe felicitándolo por el concierto para cuarteto que le había compuesto. El escritor le mandaba saludos a sus padres, a su maestro y a su “igualmente talentosa hermana”.
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Fanny Mendelssohn-Hensel nació el 14 de noviembre de 1805 y era cinco años más grande que Felix. Los dos fueron educados en el piano por su madre y luego por el maestro Ludwig Berger. Ambos entraron a la sociedad musical en Berlín a muy temprana edad y recibieron educación en teoría y composición musical por parte de Carl Friedric Zelter, el hombre responsable de moldear la escena en Berlín entre 1810 y 1820, y quien introdujo a la familia Mendelssohn con Goethe.
Mientras Fanny vio a su hermano convertirse en director de orquesta –llenar conciertos, conocer a la Reina Victoria y fundar el Conservatorio de Leipzig–, ella, aquejada por el sexismo de su época, se tuvo que limitar a dar conciertos en privado, dirigidos a su familia y conocidos. Ante esta situación, los hermanos Mendelssohn, quienes se admiraban mutuamente debieron optar por una solución que en ese momento benefició a ambos, pero que con el tiempo terminó por perjudicar, durante siglos, la carrera de Fanny: Felix firmaría con su nombre varias de las obras compuestas por Fanny con el fin de sacarlas a la luz.
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La educación musical que recibieron los Medelssohn fue excepcional desde la niñez y fue altamente deseada por músicos como Robert Schumann y Richard Wagner. Los Mendelssohn eran una familia alemana de clase alta, banqueros pudientes que tuvieron acceso a una enseñanza de vanguardia.
Durante sus primeros años de formación, Fanny fue quien recibió más ovaciones: destacaba por su virtuosismo en ejecución musical. Cuando nació, su madre, al estudiar sus manos, dijo que tenía “dedos de fugas de Bach”, afirma la investigadora Sarah Rothenberg en El viaje inconcluso de Fanny Mendelssohn-Hensel. Este augurio, apenas Fanny cumplió trece años, se convirtió en realidad cuando interpretó los preludios completos de El clavecín bien templado y más tarde, a sus 14 años, le dedicó su primera composición a su padre, con motivo de un cumpleaños. Poco tiempo después vino la carta en el que él le haría saber a ella las expectativas familiares que tenían de ella. Se convertiría en esposa, viviría un estilo de vida de clase alta, y dejaría la música de manera pública, pues de lo contrario se le criticaría.
Quien pudo visitar a Goethe fue su hermano Felix en 1821, con quien el escritor alemán entabló una amistad. Fanny sentía envidia de los conocimientos que su hermano adquiriría con el escritor, sin embargo, al siguiente año, ella también pudo visitarlo. Esta vez acompañada por sus padres y demás hermanos, y solo como parte de un viaje que harían hacia Italia. Después del viaje, Fanny le escribió a su prima Marianne una postal sobre los paisajes en Italia, pero parecía que hablaba metafóricamente sobre su inconformidad con tomar el lugar de esposa y ama de casa.
“Al ver la grandiosa naturaleza de Dios, mi corazón tiembla de emoción y veneración, pero cuando mi entusiasmo disminuye, y veo lo que la humanidad considera lo más hermoso y encantador al detenerme en la frontera de Italia, entonces mi destino decreta: ‘Hasta aquí, pero no más lejos’. Nunca, nunca tuve esa sensación. El anhelo por saber lo que había detrás de las montañas parece un objetivo para mi futura vida”, escribió Fanny a sus 17 años de edad.
Las mujeres en su familia, algunas intelectuales, gozaron de una educación de alto prestigio, sin embargo, ninguna de ellas pudo hacer una exhibición pública de su conocimiento. El género era un obstáculo para Fanny, pero también su clase social. La pianista Clara Schumann, su contemporánea y de clase media, parecía no tener problema con ser públicamente admirada desde niña por ser una música prodigio. Clara aparecía en público en conciertos, viajaba por el continente europeo sin su esposo, y, en algún punto, lo hizo solo con el fin de sostenerse financieramente.
La vida de Fanny en paralelo con la de su hermano coincide en temporalidades. Mientras ella se forjaba una vida de mujer recatada, Felix salía a las salas de conciertos, publicaba sus obras y era elogiado por ellas. En 1829, Felix partió a Londres en donde fue presentado en la sociedad musical inglesa, un evento clave para el éxito en su carrera. Fanny, por su parte, formalizó su compromiso con el pintor Wilhelm Hensel. Un año difícil porque además de decirle adiós a su hermano, con quien tenía una relación de completa fraternidad, le dió la bienvenida al matrimonio.
Hasta entonces los hermanos Mendelssohn habían sido inseparables y uno era el confidente del otro. Felix, después de todo, motivaba a su hermana a continuar su carrera musical aunque fuera en privado.
Ese octubre ella se casó con Wilhelm, aunque Felix se encontraba en Inglaterra. En cartas que intercambió con ambos se puede leer el apego que Fanny tenía con su hermano. “Los amo a los dos de forma tan diferente y al mismo tiempo tan igual, que me parece imposible vivir felizmente sin alguno de los dos”, le escribe Fanny a Wilhelm finalizando la carta pidiendo que ojalá pronto él se sienta en unidad con él, como un equipo.
Mientras Fanny mostraba dependencia hacia su hermano y un anhelo por obtener su constante aprobación en cuestiones musicales, Felix también dejaba en evidencia que vivía bajo la sombra del talento de su hermana, aún cuando ella ni siquiera podía demostrar sus conocimientos musicales en sociedad.
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Al ver la frustración de Fanny de no poder realizarse completamente, Felix y sus padres la exhortaron a abrir las puertas de su casa en un círculo íntimo para que la oyeran tocar. En 1831, los conciertos dominicales se convirtieron en reuniones privilegiadas que contaban con la presencia de músicos del talle de Paganini, Weber, Liszt, Clara Schumann, así como de otros intelectuales de las artes como Goethe, Humboldt y hasta Hegel.
Fanny le mostraba sus obras a Felix. Ella le insistía en que quería publicar sus obras con su propio nombre, pero su hermano se resistía. Las composiciones de Fanny únicamente viajaban entre su casa y la de Felix, quien le mandaba notas o felicitaciones según el caso. En cuestión de creaciones para orquesta, por ejemplo, Felix la desalentó de hacerlo y era compresible, pues pese al talento de Fanny, ella jamás había tenido la experiencia de trabajar con múltiples instrumentistas. Ella escribió más de 400 obras durante su carrera y ninguna fue dada a conocer mientras vivía, aún cuando Hensel aprobó, como se requería en ese entonces entonces, que Fanny Mendelssohn diera a conocer su música.
El acuerdo al que los dos hermanos Mendelssohn llegaron era que seis conciertos de piano escritos por Fanny serían incluidos en las Opus 8 y 9 de Felix, pero al publicar las obras no se le dio el debido crédito a su hermana. Fanny no tuvo problema con ello, porque todavía se sentía insegura de que su nombre apareciera.
En 1842 Felix visitó el Palacio de Buckingham en donde tendría una audiencia con la Reina Victoria y el Príncipe Albert. La reina de Inglaterra le pidió que la oyera cantar la pieza “Italien” incluida en su Opus 8. En la correspondencia de Felix de los días siguientes, él admitió que tuvo que aclararle a la Reina Victoria que la autoría de esa canción era de su hermana Fanny, “lo cual se me dificultó mucho, pero el orgullo debe caer”, confesó a su madre. Después le pidió a la Reina que cantara alguna canción de su autoría.
Esa no fue la única pieza que le fue adjudicada a Felix. La Sonata de Pascuas, escrita por Fanny cuando tenía 23 años, fue presentada a su familia y amigos en su momento, pero no recibió el reconocimiento merecido. Por décadas, se creyó que esta sonata era de Felix aunque a nadie se le atribuye la confusión. En 2010 Angela Mace Christian, una profesora de historia musical en la Universidad de Colorado, viajó a Francia para estudiar el manuscrito de la sonata. Ella sospechaba que el crédito de la pieza era erróneo y después de analizar el manuscrito, cartas y diarios de Fanny, la profesora concluyó que se trataba de un trabajo de la pianista y no de su hermano.
La Sonata de Pascua es una de las piezas que marcaron el final de la educación de Fanny Mendelssohn por ser una obra ambiciosa y que denota su perfección musical. Fanny pensaba publicar toda su obra en 1846 cuando ella tenía 41 años de edad y después de la muerte de su padre. Su trabajo no pudo ser publicado porque ella murió un año después y Felix, quien podría haber contribuido a la correcta curaduría de esta información, falleció seis meses después de su hermana. Hasta 2017, por primera vez, la orquesta del Royal College of Art en Londres ejecutó la Sonata de Pascuas bajo la correcta autoría de Fanny Mendelssohn y fue presentada a un público más amplio que sus amigos cercanos y su familia.
Aunque a veces dejaba por largos periodos la composición, Fanny siempre encontró aliento en sus amistades cercanas. Uno de estos amigos era el diplomático Karl Klingemann a quien conocía desde la adolescencia. En una carta que Fanny le escribe, le agradece que haya alguien en Londres que se interese en sus obras y lamenta la falta de público en Berlín, donde vivía. “Una vez al año, quizás, alguien me copiará una pieza o me pedirá que toque algo especial. Con certeza, no será frecuente”, escribió Fanny sin saber el reconocimiento que adquiriría siglos después. Lejos. Más lejos de lo que creyó ver de las montañas.
“La nueva normalidad tiene que ser la igualdad de género” afirmó la vicepresidente de Costa Rica, Ebsy Campbell Barr, en los “Diálogos con Iberoamérica para vencer el COVID-19: la igualdad de género en la gestión de la crisis”. Campbell, junto a otras ministras de instituciones de las mujeres en Iberoamérica compartieron este 25 de mayo las políticas que emprenden para mitigar el impacto del COVID-19 desde una perspectiva de género.
La brecha económica, han coincido las políticas, será el más grande reto. La ministra de Asuntos Exterior de la Unión Europea y Cooperación del gobierno español, Arrancha González Laya, apuntó que la desigualdad económica es la que hace que los derechos de las mujeres no se puedan ejercer; afecta la capacidad de acceder a derechos sexuales y reproductivos, la educación de las niñas, entre otras problemáticas.
Las mujeres entonces deben estar en el centro de las políticas de respuesta al COVID-19, concuerdan. En esto ha trabajado el gobierno de Costa Rica. Ebsy Campbell, la primera mujer afrodescendiente vicepresidenta en América Latina, compartió que crearon un consejo conformado por 13 mujeres de diversos sectores (sociedad civil, organizaciones, académicas y economistas), cuya misión es evaluar y guiar las decisiones que toma el Estado desde la perspectiva de género.
Por ejemplo, al comenzar con el reparto del llamado “bono proteger”, un subsidio en Costa Rica para las personas que han sido desempleadas o perdido parte de sus ingresos por el COVID-19 , han notado que son menos las mujeres que buscan este recurso. Parte la problemática se encuentra en la falta a la conectividad o acceso a la información oportuna que desde antes enfrentaban las mujeres.
“Es un espacio para pensar lo que sigue después de la crisis ¿Cuáles son las medidas en materia económica, social y de cuidados? Una de las áreas es el de la salud mental, de las mujeres en particular, temas que se habían visto separados al bienestar social”, dijo sobre el consejo de mujeres, la vicepresidenta.
Otros países como Argentina han colocado como prioridad una política de cuidados que se acrecentaron en esta pandemia e históricamente han recaído en las mujeres. La Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la República de Argentina, Elizabeth Gómez Alcorta, dijo tienen en su agenda como eje central “una organización del cuidado más justa”, ya que la actual desigualdad de estas tareas está conectada con la feminización de la pobreza, permutación de las situaciones de violencia y autonomía económica de las mujeres.
Este Ministerio relativamente joven, pues se fundó el año pasado como resultado del movimiento feminista, creó una “mesa interministerial de políticas de cuidado” para planificar al respecto, se involucran las Secretarías de Economía, Educación, Salud, Trabajo y Desarrollo Social.
“Lejos de posponer la agenda -la pandemia-, cobró el cuidado un protagonismo social, se produjo una reorganización del trabajo que si no se media puede terminar en una crisis de cuidados”, advirtió González Alcorta.
Entre otras políticas, Argentina ha impulsado otorgamientos de licencias para el cuidado de la niñez, así como el “ingreso familiar de emergencia” que busca compensar la pérdida o disminución de ingresos de personas afectadas por la pandemia de coronavirus. Según la ministra, se han beneficiado nueve millones de personas de los 44 millones de habitantes que tiene el país, es decir, un total de 14 millones de hogares.
En el tema de violencia de género y la prevención de un posible incremento de casos por las medidas de aislamiento en los hogares, se colocó como ejemplo el gobierno de España. “No hay confinamiento que valga cuando tu vida peligro”, dijo la Ministra de Igualdad de España, Irene Montero.
El ministerio que dirige creó un plan de contingencia para reforzar las medidas de protección a mujeres víctimas de violencia. En una segunda fase ampliaron sus objetivos también a quienes son víctimas de trata y explotación sexual comercial. Montero explicó que los servicios de atención a mujeres se mantienen funcionado con normalidad pero a la vez han intentado conciliarlos con los derechos de las trabajadoras.
Ejemplificó que a las trabajadoras de la línea de emergencia se les permitió el teletrabajo, se realizan turnos para estar disponibles las 24 horas y habilitaron un servicio de la aplicación de mensajería WhatsApp pensando en las mujeres que necesitan ayuda pero no se podrían comunicar por teléfono porque conviven con su agresor. Además de un APP con un botón de emergencia que al sólo pulsarlo permite tener la localización de la víctima.
México se planteó en este diálogo organizado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) como el ejemplo en una política que atiende las necesidades particulares de mujeres indígenas, afrodescendientes, rurales y con discapacidad en el contexto del COVID-19, a través de la participación de la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman Zylbermann.
Gasman aseguró que han impulsado la participación de estos sectores en el Plan Nacional de Igualdad de Mujeres y Hombres, que es el rector en política de género del país, sin embargo este plan no se ha publicado de manera oficial y sectores como las mujeres indígenas y afrodescendientes se han visto afectadas por los recortes presupuestales del gobierno, cabe recordar que se canceló el presupuesto para las Casas de las Mujeres Indígenas.
Finalmente la directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres, Asa Regner, recordó que es crítica la cooperación Iberoamericana frente a la crisis del COVID-19. Asimismo que el organismo ha llamado a los países a colocar a las mujeres en el centro de la respuesta a la pandemia, ya que son devastadores los impactos en las mujeres, quienes representan la primera línea de defensa. “Nos salvan la vida”, dijo Regner.
Los asesinatos clasificados como “feminicidio” tuvieron una baja de 10%, mientras que los homicidios dolosos de mujeres en abril subieron 5.1% respecto a marzo.
El 9 de abril fue encontrado el cuerpo de una mujer con signos de violencia, heridas de arma blanca y abandonado en un barranco en el municipio de Cadereyta de Montes, Querétaro. Pero este crimen no fue reportado como “feminicidio” en las estadísticas del estado, que se mantiene como el segundo con la menor tasa de ese delito, con apenas un caso en lo que va del año. De hecho, a nivel nacional se ha informado que los feminicidios van a la baja desde febrero, mientras que, en contraste, los homicidios dolosos de mujeres alcanzaron el mes pasado un máximo histórico.
En abril de 2020 se abrieron 267 carpetas de investigación por homicidio doloso de una mujer, la cifra más alta del año y la más alta desde 2015, de acuerdo con el último reporte sobre violencia contra las mujeres del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), publicado este lunes.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que la violencia contra las mujeres no ha aumentado durante el confinamiento en los hogares por la pandemia de COVID-19 y apenas el pasado 20 de mayo presumió disminuciones en los feminicidios.
Pero mientras los asesinatos clasificados como “feminicidio” tuvieron una baja de 10%, al pasar de 78 víctimas a 70 el último mes, los homicidios de mujeres subieron 5.1% respecto a marzo y 14.1% respecto a abril de 2019.
En total, 337 mujeres fueron asesinadas en abril pasado, la cifra más alta en lo que va de 2020 y que significa un promedio de 11.2 asesinadas cada día.
Activistas de las organizaciones sociales Amnistía Internacional, Equis Justicia para las Mujeres y la Red Nacional de Refugios coincidieron en que hay un subregistro de feminicidios, porque muchas veces el delito no se clasifica así de inicio, por lo que el aumento de homicidios dolosos debe ser una señal de alerta.
“Los homicidios dolosos de mujeres sí son un indicador sobre violencia de género. El tema de cómo se lleva a cabo la investigación es mucho más complejo y va un poquito después, y después se puede clasificar como feminicidio, se pueden iniciar las investigaciones como feminicidio, pero el dato de incidencia es un dato bruto de lo que acaba de pasar, no de cuál es el resultado de la investigación”, señaló la subdirectora de Equis Justicia, Maïssa Hubert, en conferencia de prensa.
Llamadas de emergencia al 911 siguen por encima del promedio
Los homicidios dolosos, que se investigan de oficio, fueron el único delito con un aumento de carpetas de investigación durante abril, mientras que del resto de delitos, que requieren que se interponga una denuncia formal, tuvieron fuertes caídas.
Sin embargo, no pasó lo mismo con las llamadas de emergencia al 911 por parte de mujeres, que durante el segundo mes de confinamiento por la pandemia de COVID-19 siguen en niveles más altos que al iniciar el año o que el promedio registrado durante 2019. Esto considerando solo llamadas efectivas y no “falsas” que, como se explica aquí, no son consideradas en las estadísticas.
En el caso de “llamadas por incidentes de violencia familiar”, en abril hubo 60 mil 543; eso son alrededor de 4 mil menos que en marzo, pero 8 mil más que en febrero. La discrepancia con las investigaciones abiertas formalmente por este delito es amplia: mientras que las llamadas bajaron solo 6.6%, las carpetas de investigación fueron 28% menos a nivel nacional.
Hubert, de Equis Justicia, aseguró que su organización ha recibido quejas de mujeres que no han sido atendidas cuando intentan poner una denuncia o no han podido estar acompañadas por un abogado o abogada, lo que obstruye su acceso a la justicia.
“El confinamiento, la reducción de la movilidad, la crisis económica, el aislamiento desde tus redes de apoyo, son factores que aumentan la incidencia de violencia intrafamiliar, pero que también complican muchísimo el acceso a servicios del Estado para las mujeres que podrían necesitarlo. Es más complicado tener información sobre los horarios disponibles, es más peligroso salir a la calle y es mucho más complicado para mujeres víctimas de violencia intrafamiliar hasta hacer una simple llamada para tener acceso a esta información”, detalló.
En el caso de llamadas por “violencia en la pareja”, en abril pasado se reportaron 19 mil 692, menos que en marzo pero más que en enero y febrero. Y registradas como “incidentes de violencia contra la mujer” hubo 21 mil 722, que es 32% más que el promedio mensual de llamadas con este motivo en 2019.
La directora ejecutiva de Amnistía Internacional México, Tania Reneaum, también explicó que las cifras de violencia de género son muy complejas y hay que analizarlas en su contexto, porque hay distintos factores que pueden influir, como que con el confinamiento total que hubo en abril, se complicara para las mujeres incluso tomar el teléfono para hacer una llamada de denuncia.
“Tenemos indicios claros de que probablemente la prevalencia de la violencia se ha mantenido, y en algunas manifestaciones de la violencia, ha aumentado. No es casual que las llamadas al 911 por violencia intrafamiliar aumentaron tanto en marzo, que empezó el confinamiento, y que puede haber otros fenómenos, por ejemplo, puede ocurrir que aumentaron con todas las movilizaciones del 8 y 9 de marzo, que la sensibilidad estaba más a flor de piel, y puede ser que hayan disminuido en abril porque el agresor estaba cerca y no pueden hablar, o porque las mujeres hacen sus propias estrategias de sobrevivencia para no estar en el riesgo de una violencia mucho más fuerte, y están en espacios de menos libertad y más sometimiento”, comentó.
Ante estas cifras, las organizaciones civiles hicieron un llamado al gobierno federal a hacer menos esfuerzos en dar distintas interpretaciones a los datos y más en tomar acciones contundentes para prevenir la violencia contra las mujeres y garantizar su acceso a la justicia.
Funcionarios federales advirtieron que la pandemia de coronavirus “ha acentuado” la violencia contra las mujeres y, durante abril, se recibieron a más mujeres y menores de edad en refugios. Al mismo tiempo, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dijo que solicitará a la Secretaría de Hacienda garantice los recursos de los programas para la mujer porque forman parte de los derechos humanos de género.
En conferencia de prensa, Gemma Santana Medina, directora de la Agenda 2030 en la jefatura de la Oficina de la Presidencia de la República, dijo que el país cuenta con plan de acción, bajo el reconocimiento que “México vive una emergencia de violencia contra las mujeres adolescentes y niñas”.
Tan sólo en abril, precisó, los centros de refugio atendieron 77 por ciento más de niñas, niños y mujeres, comparado con el mismo nivel que en 2019. Durante todo 2020, indicó, se realizaron 19 rescates de mujeres, mientras que en tiempos “sin emergencia” se realiza un rescate al mes.
“Por tanto, hay que reconocer que la pandemia, no sólo en México sino en el mundo, ha acentuado y aumentado las violencias de género que nos duelen a todos y nos deben ocupar a todos”. Comentó que lo anterior se da en una nación en la que 24.4 millones de mujeres se ubican en condiciones de pobreza.
A su vez, Fabiola Alanis Sámano, directora general Para una Vida Libre de Violencia del Instituto Nacional de las Mujeres, destacó la importancia de tener de primera mano información para conocer la magnitud de la violencia contra las mujeres, y hacer efectiva la intervención de los tres niveles de gobierno.
Dijo que los 48 Centros de Justicia para las Mujeres (CJM), ubicados en todo el país, registraron en el primer cuatrimestre del año en curso la atención, en conjunto, a 60 mil 140 personas, particularmente en Jalisco, Estado de México, Coahuila, Ciudad de México y Coahuila.
Mientras tanto,en los refugios operados por la secretaría de Bienestar, se atendió en abril a 3 mil 305 mujeres.
El reporte del gobierno federal apunta que Seis de cada 10 mujeres atendidas en distintos centros de atención tienen entre 20 a 39 años de edad.
Aseveró que las mujeres de todo el país tienen la posibilidad de ser atendidas en el momento en que soliciten el respaldo institucional, y los refugios – añadió- tienen capacidad para atender a quien así lo requieran.
En tanto, añadió, el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) registró entre abril y mayo el apoyo directo a 2 mil 215 niñas, niños y adolescentes que viven violencia y requieren de protección institucional.
En su turno, Leonel Cota, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, instancia que compila la estadística en materia de violencia contra las mujeres, dio los más recientes datos emitidos por este organismo.
De enero a abril se recibió en el sistema de emergencia 911, 22 millones 805 mil 882 llamadas, de las cuales fue procedente el 5 por ciento (5.4 millones), de las cuales, 7.38 corresponden a violencia contra las mujeres, esto es, un promedio de 403 mil llamadas de emergencia relacionadas con esta incidencia.
En tanto, Jesús Ramírez, director de comunicación social y vocero del gobierno de México, dio a conocer una campaña institucional frente a la violencia contra las mujeres, cuyo objetivo es visualizar la tensión en familia y evitar los actos impulsivos. “Cuenta hasta 10 y saca la bandera blanca de la paz”, son algunos de los elementos que contendrá la campaña.
El propósito es avanzar hacia la igualdad de género, y buscar una armonía y convivencia social en términos amorosos y convivencia respetuoso.