Autor: Editora

  • El festival de cine que sí quiere a las mujeres

    El festival de cine que sí quiere a las mujeres

    El Festival Internacional Cine Invisible Film Sozialak de Bilbao, que acaba de celebrar su 11ª edición con películas de 38 nacionalidades, apuesta por priorizar la mirada femenina.

    El número de directoras de largometrajes en España es muy inferior al de directores (29% de películas con liderazgo femenino frente al 71% masculino); las películas realizadas por mujeres suponen un 50% de monto económico inferior al de sus compañeros directores; ellas acceden a menos ayudas públicas para sus trabajos, y estas son más puntuales; y la brecha digital es, en este sector, de una gran anchura. Estos datos arrojados por la Asociación de Mujeres Cineastas y del Audiovisual (CIMA) en su informe de 2018 ponen sobre la mesa la gravedad del panorama cinematográfico en España en materia de género.

    Pese al jarro de agua fría que supone esta información, que concluye que el sector sigue estando fuertemente masculinizado, los de 2018 son los mejores datos de los últimos cuatro años. Así que en ese sentido, algo se está trabajando.

    El Festival Internacional de Cine Invisible “Film Sozialak” de Bilbao es prueba de ello. De carácter social, el certamen, organizado por la ONGD Kultura, Comunicación y Desarrollo (KCD) desde hace 11 ediciones, se define feminista y desde sus inicios ha puesto en marcha una serie de medidas positivas para la promoción de las mujeres en el cine.

    “Nuestro certamen se define por rescatar voces desoídas, porque las personas y comunidades cuenten sus propias historias, así que es imperativo promocionar la participación femenina. No se puede obviar que hombres y mujeres tienen cuerpos, vidas y problemáticas diferentes por lo que a la hora de hacer cine su visión, narrativas e historias son distintas y es un deber escucharlas”, explica Juan Carlos Vázquez, director del Festival.

    Siembran en lugar propicio, pues el País Vasco cuenta con instituciones sensibles al tema, como el Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde. Sin embargo Vázquez señala que desde su organización se sigue haciendo un gran trabajo de sensibilización para que se entienda el desarrollo sostenible como algo más allá de la perspectiva económica, incluyendo la equidad de género pero también la interculturalidad y los derechos humanos como parte indisociable, y que conforman los ejes del festival.

    ¿Cómo se hace?

    “Hablar de transversalizar el género y de promoción de las mujeres está quizás ahora de moda, pero no hace 11 años cuando empezamos; es una apuesta política”, dice Vázquez. Desde sus inicios, el festival aplica acciones positivas de equidad en la selección de las obras, en su difusión, en la presencia de mujeres cineastas y la conformación del jurado entre otras medidas como facilitar la conciliación ofreciendo un servicio de cuidado de niños y niñas durante los pases de películas.

    “Los asuntos que tratan las mujeres suelen estar más enfocados a temáticas que son invisibles o invisibilizadas, como el cuidado, la maternidad… pero no siempre», dice Greta Frankenfeld, técnica de KCD

    “El principal riesgo era no recibir obras realizadas por mujeres, pero el hecho de estar abiertos a todo tipo de géneros —ficción, animación, documental— facilitó el acceso a cineastas”, explica, pues como confirma el CIMA, el documental suele ser el formato preferido de las mujeres, al ser más flexible en rodaje y más barato en costes.

    El certamen recibe un promedio de un 30% de trabajos realizados por mujeres (este año 442 sobre 1.343 obras recibidas), pero haciendo de esto un criterio positivo en la selección de las películas que entrarán en competición, se consigue que un 46% del total de obras seleccionadas sean femeninas. “No solo intentamos que haya obras de mujeres sino que el número de pases de sus películas en las 24 sedes (12 salas y 12 institutos y centros de formación profesional) en los que estamos presentes durante la semana que dura el festival, sea similar al de aquellas realizadas por hombres, lo que es un juego de aritmética, teniendo en cuenta otros factores de programación como el lugar, el público, la duración, etc”, comenta Greta Frankefeld, técnica de KCD-ONGD.

    También se hace una discriminación positiva a la hora de invitar a realizadoras a presentar sus películas al festival, ya que desde KCD afirman que la valoración del público cambia “radicalmente” cuando el director o la directora participa al foro de debate organizado tras el visionado. “No se podían creer que una chica joven delgadita y rubita como yo hubiese sido capaz de habitar la tundra rusa durante dos meses, en un lugar perdido adonde he tenido que llegar en helicóptero, para filmar la vida de los renos”, explica Iuliia Kushnarenko, realizadora rusa, que ha sido galardonada con una mención especial por su documental Terra.

    “El público del cine social es mayoritariamente femenino, por lo que el trabajo de género en este sentido se centra en atraer a más hombres”, explica Frankenfeld, que afirma tener una representatividad masculina media cercana al 40% de los casi 11.000 espectadores con los que cuenta cada año. “El cine de autor y de género en Europa sobrevive gracias a las mujeres”, completa Vázquez, por lo que cree que esto lo hace más sensible a las temáticas que a ellas preocupan.

    “Los asuntos que tratan las mujeres suelen estar más enfocados a temáticas que son invisibles o invisibilizadas, como el cuidado, la maternidad… pero no siempre: cada vez tocan más temas generales pero desde una perspectiva diferente, una mirada que pone el foco en otra cosa” comenta Frankefeld. Esto explica Marie-Clémence Andriamonta Paes, realizadora del documental Fahavalo Madagascar 1947, que trata sobre la rebelión que hubo en la isla africana contra la ocupación francesa: “Una de las mayores críticas que he recibido por parte sobre todo de hombres es que no muestro escenas de las matanzas, de las represiones. Yo creo que no hace falta, cuando hay testimonios que hablan de camiones de muertos no hace falta verlo, uno se puede imaginar la gran cantidad de gente que eso supone: mi intención es llegar al corazón no a la víscera, y eso creo que es un punto de vista femenino”.

    El Invisible propone un jurado por cada premio compuesto por dos mujeres y un hombre identificados por su recorrido en el sector que se premia —derechos humanos, interculturalidad, sostenibilidad—. Según Frankefeld esta medida “no garantiza nada pero asegura que haya una reflexión desde el punto de vista femenino sobre la temática y el tratamiento de la película”.

    “Este año, de 11 premios, seis han sido entregados a obras realizadas por mujeres. Es decir, un 54%, pero el promedio varía cada año entre el 31% y el 72%”, explica, insistiendo en que “jurado y público,-que cuenta con un premio propio, es soberano”, por lo que los galardones al trabajo de las mujeres no está asegurado, recordando un año en que tan solo uno de los premios recayó en una.

    El certamen dedica un premio específico a la mejor obra realizada por una mujer, financiado por el Instituto Vasco de la Mujer- Emakunde con 2.000 euros y un premio al mejor trabajo en la promoción de la equidad de género (y por tanto abierto también a hombres), dotado por el mismo monto gracias al Ayuntamiento de Bilbao. Las obras de esta sección deben provocar la reflexión sobre las desigualdades de género o proponer modelos alternativos al sistema patriarcal.

    Para Vázquez una de las conclusiones de esta década de trabajo es que las nuevas generaciones de chicas tienen ganas de contar sus propias historias o al menos eso percibe en institutos y centros de formación profesional en los que dan talleres durante todo el curso. Para Frankefeld la alta frecuencia de premios que se otorgan a las mujeres cineastas (número de ellos entre número de obras presentadas por estas), dato que coincide también con los vertidos por el informe del CIMA, quiere decir que “si se les da el espacio, las mujeres presentan un cine de calidad”.

    EN BUSCA DE UN ESPACIO

    Marilyn Solaya junto a Juan Carlos Vázquez.
    Marilyn Solaya junto a Juan Carlos Vázquez. MAMADOU DIA L.F.

    Marilyn Solaya es una realizadora, actriz, guionista y productora cubana. No es la primera vez que pisa Bilbao: es una de las “conspiradoras” con las que la ONGD KCD teje hilos desde hace años en ese compromiso de transformar la sociedad desde una óptica violeta.

    Solata es una de las ocho directoras de cine cubanas que han logrado hacer un único largometraje en el país, lo que ella justifica por la carestía de la industria cinematográfica y el difícil acceso de las mujeres. “Mientras mis colegas varones han hecho ya dos o tres películas, yo he logrado solo una. Pero es que, por muy formadas y profesionalizadas que estemos, sigue recayendo en nosotras las labores de cuidado familiar”, observa.

    Solaya es activista por los derechos de las mujeres y forma parte de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades, compromiso que deja patente en su trabajo como cineasta dedicado a los asuntos más invisibilizados que conciernen a la igualdad de género.

    El proyecto Todas pretende sacar a la luz la contribución femenina a la ciudadanía y a la nación cubana en un periodo invisibilizado de la historia que coincide con la República, de 1901 a 1959, previa a la Revolución social. Según la cineasta, en ese periodo Cuba, pese a ser una pequeña isla en medio del Caribe, fue “pionera en la consecución de los derechos de las mujeres en todo el mundo”. Y da datos: En 1912 se conformó el primer partido sufragista; en 1917 se aprobó la ley de la patria potestad; en 1918 se firmó la primera ley del divorcio de toda América Latina, el derecho al voto se adquirió en 1934, años antes que en muchos países de Europa que estaba en época de entreguerras, la ley del aborto data del 36…

    “Con la Revolución en Cuba se dejó de hablar de feminismo relegando las reivindicaciones de las mujeres a un segundo plano. Sin embargo yo creo que no es contrarrevolucionario rescatar el feminismo, sino todo lo contrario. No me vale la excusa de que el patriarcado está presente en todo el mundo: nosotros hicimos la revolución social para tener una historia diferente, mejor”, afirma.

    Para conseguir ser referente de las siguientes generaciones cuenta con diferentes herramientas. Las primeras son el documental “En busca de un espacio” y la exposición fotográfica homónima. Son el resumen del proyecto de investigación que precede a la película de ficción que se rodará el año que viene, financiada en parte por el Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográfica (ICAIC).

    El documental de 52 minutos centra su atención en los clubes femeninos que organizaron tres Congresos Nacionales de Mujeres en 1923, 1925 y 1939 de alto nivel de reflexión y compromiso al que asistieron mayoritariamente mujeres blancas de clase alta, muchas de ellas universitarias, pero también de otros sectores como la prensa, ciencia o deporte. En él se destacan las diferencias sociales que existían entre ellas durante los primeros años del siglo pasado. «Las mujeres blancas luchan porque quieren trabajar; las negras siempre han trabajado, por lo que luchan por sus derechos, por tener un lugar en la sociedad», comenta una de las entrevistadas. Los testimonios se mezclan con fotografías de época, escenas de ficción que adelanta planos de la película y caricaturas tanto históricas como actuales, hechas expresamente para el filme como un guiño a este recurso tan usado en la cuarta ola del feminismo. Incluso se pueden reconocer de fondo cánticos grabados en las manifestaciones de Madrid del 8M.

    Como guiño y vínculo con España, Solaya desvela que una de las protagonistas de la película de ficción que seguirá a este trabajo será la primera fotógrafa de Cuba, que fue una vasca. “Además en las subtramas aparecerá un grupo de pelotaris vascas y se contará la historia de la trata de mujeres gallegas en la isla”. La pieza documental recibió un galardón del Invisible, en Bilbao, certamen en el que Marilyn Solaya ya había sido premiada en anteriores ocasiones. “Mi obra es compleja, comprometida, incómoda para los festivales de alfombra, pero no para aquí”, afirma, pese a haber estado nominada a un Goya con su anterior largometraje de ficción, Vestido de novia.

    Toda la información e imágenes EL PAIS.
    Link original: https://elpais.com/elpais/2019/10/28/planeta_futuro/1572262420_987281.html?fbclid=IwAR1bRNuxGvRc1xy5LzLOeyw66mEQXoAkjh0FYjKlDVoz3bpZNa82_QuTFhA

  • Hannah Herbst, la joven que diseña vendas inspiradas en la piel de tiburón

    Hannah Herbst, la joven que diseña vendas inspiradas en la piel de tiburón

    A los 14 años creó una turbina que utiliza las corrientes marinas para producir electricidad. Hoy, con 19, se ha inspirado en la piel del tiburón para diseñar unas vendas sanitarias antibacterianas y reciclables.

    Tres clics en la cabeza de Hannah Herbst (Florida, 2000) sellaron su destino. Y en menos de un lustro, esta joven estadounidense que fantaseaba con ser actriz se ha convertido en una prometedora científica. Tenaz y soñadora, con solo 19 años atesora galardones como el de Mejor científica joven de Estados Unidos (2015) y su nombre aparece en la lista Forbes 2018 de los 30 jóvenes menores de 30 más destacados del país.

    El primer clic fue el que despertó en su cabeza de artista la pasión por la ciencia. Tenía 13 años. Sus padres la apuntaron a un campamento de robótica “para que probase otras cosas antes de decantarse por la interpretación”. Y se enganchó. Desde entonces, no pudo dejar de matricularse en cursos de ingeniería e investigación.

    Su fe (“Dios me ha hecho sentir que debo ayudar a otras personas”) la condujo hasta el segundo clic. En su comunidad cristiana, en la localidad de Boca Ratón (Florida), donde ha pasado toda su vida, tienen un programa que pone en contacto a niños estadounidenses con niños de países subdesarrollados. Así conoció a su amiga Ruth, de Eritrea, con quien inició una relación por carta. “Cuando me contó que no llegaba la electricidad a su pueblo, pensé que debía hacer algo”, dice en Unleash 2019, un encuentro de jóvenes talentos que la empresa española Trivu organiza cada año en Madrid.

    Formaba parte de un programa de ingeniería y descubrió que había barcos que se movían con energía producida por el agua. “Si eso funcionaba, ¿por qué no podíamos aplicar los mismos principios para crear electricidad en el pueblo costero de Ruth?”. Con ayuda de sus mentores científicos empezó a trabajar duramente en su objetivo y con 14 años presentó Beacon (las siglas en inglés para “Llevando acceso eléctrico a ciudades a través de la energía oceánica”): una turbina que se introduce en el agua y transforma la energía de las corrientes marinas en electricidad a través de un generador.

    A su madre, Julie, aún se le empañan los ojos cuando recuerda el empeño de su hija por sacar adelante su proyecto. “Durante esos dos años tuve miedo de que fracasara. Lo intentaba con tantas ganas una y otra vez…, que fue maravilloso ver cómo lo conseguía”. Herbst lleva desde entonces luchando por comercializar Beacon, pero las trabas burocráticas se lo han impedido. “Incluso intentó ponerlo a disposición de otros investigadores de forma gratuita, pero de momento no ha habido suerte”, dice su madre.

    Herbst trabaja con su ordenador después de dar una conferencia en Unleash 2019, el encuentro de jóvenes talentos del mundo que la ha traído a Madrid esa mañana.
    Herbst trabaja con su ordenador después de dar una conferencia en Unleash 2019, el encuentro de jóvenes talentos del mundo que la ha traído a Madrid esa mañana. LUPE DE LA VALLINA
    El año pasado, el cáncer de su padre activó un tercer clic. Durante un posoperatorio, la herida se infectó. “Pensé: ‘¿Cómo puede pasar esto en EE UU, que tenemos recursos?”, exclama indignada Herbst. Y fue así cómo su mente privilegiada comenzó a maquinar de nuevo. “En mi grupo de ciencias estábamos estudiando las propiedades del tiburón. Su piel está compuesta por capas que forman una malla resistente al agua y que impide el paso de las bacterias. Decidí intentar replicarlo en vendas para hacer curas”. Y lo hizo. “Son vendas antibacterianas porque las construimos con PDMS [el polidimetilsiloxano es una especie de silicona transparente e inerte, es decir, que en ella no se generan microorganismos como sucede en el agua] y además son reutilizables, por lo que resultan muy económicas”, dice Herbst con entusiasmo. Ahora acaba de crear la compañía Tiburones Technologies —saldrá a la luz en 2020, a la espera de una patente— con la intención de comercializar sus vendas por todo el mundo. “Espero que esta vez sí lo consigamos”.
  • María Moliner, la mujer que enseñó a leer a media España (a pesar de Franco)

    María Moliner, la mujer que enseñó a leer a media España (a pesar de Franco)

    María Moliner todos los estudiantes la conocen por su famoso diccionario. Esa recopilación de palabras que escribió a mano, llenó de anotaciones y entregó a todo el mundo. Generación tras generación se convirtió en ese libro de referencia para aprender a leer y escribir. «Dos veces mejor que el de la RAE», como lo describió García Márquez, y hecho por y para el pueblo. Moliner se olvidó del elitismo de los intelectuales de la época para conseguir el objetivo por el que luchó toda la vida, que los españoles fueran cultos, preparados y con capacidad crítica.

    Donde el diccionario académico acababa, llegaba el de María Moliner para solucionar el problema. La vida y la obra de esta mujer que fue olvidada durante décadas es el centro del documental María Moliner, tendiendo palabras, de Vicky Calavia que se proyecta fuera de concurso en la sección Doc. España. Lo hace el mismo año que se cumplen 50 años de su famosa obra, pero lo que este trabajo recupera es una labor que ha pasado desapercibida y que fue igual de importante. Moliner participó en las misiones pedagógicas de la Segunda República, que se encargaban de visitar los pueblos para dar a conocer la cultura y alfabetizar a una sociedad que vivía de espaldas al progreso.

    Maria Moliner Tendiendo palabras TEASER

    Un trabajo que no se queda ahí, también participó en el programa que logró la apertura de 5.000 bibliotecas públicas en toda España. Cultura gratis y para todos. Un lema que, por desgracia, se fue perdiendo. Para su directora, Moliner es una de esas “grandes olvidadas” que son las mujeres. Ella se ha especializado en rescatarlas del olvido con su trabajo documental, y ahora le ha tocado el turno a una persona con la que, sin saberlo, tenia una deuda pendiente. “Mi madre era maestra, y ella lo que me enseñó fue a usar un diccionario de mi abuelo. De mayor me di cuenta de que mi vocabulario y muchas cosas que conocía eran por ese diccionario”, cuenta Vicky Calavia a EL ESPAÑOL.

    Documentándose descubrió que si esa publicación “fue su obra magna”, toda su labor anterior era igual o más importante, pero mucho más desconocida. “Hizo tanto durante la Segunda República en favor de la cultura … la llevó a los pueblos más desfavorecidos, a los analfabetos. Participó en las misiones pedagógicas, en la creación de la red de bibliotecas españolas… en tantas cosas”, añade la realizador con entusiasmo. El objetivo de todo ello era enseñar a leer a escribir a toda España. Lo cuenta el académico José Manuel Blecua en el documental, recuerda esa frase que era el leitmovit de María Moliner: «cualquier libro, en cualquier lugar, para cualquier persona».

    Hizo tanto durante la segunda república en favor de la cultura… la llevó a los pueblos más desfavorecidos, a los analfabetos

    A pesar de toda esa tarea, Moliner se encuentra de frente con la Guerra Civil, y después con el franquismo. Su labor durante la república hace que la dictadura la degrade 18 cargos dentro del cuerpo de funcionarios, donde fue una de las primeras mujeres en sacar la plaza. La bibliotecaria se queda en España, donde sufre lo que se llamó un “exilio interior”, y donde ve cómo Franco acaba con parte de todo su trabajo cuando después del conflicto ordena quemar libros y bibliotecas para acabar con esa cultura que ella defendía a capa y espada.

    “La cultura te hace más inteligente, más crítico y más poderoso, y cualquier dictadura, de izquierdas o de derechas, quiere el sometimiento del pueblo, así que la dictadura se va a cargar la cultura, los libros, el cine… lo va a mediatizar para contar la historia según su criterio”, opina Calavia que cree que, por desgracia, el espíritu de María Moliner de ‘Cultura para todos’, se ha perdido.

    “La edad dorada del cine, de la literatura.. de todo fue la segunda república. Luego ha habido 40 años de nada. Era una España muy dura. Y superar eso es muy complicado. Ese nivel de amor a la cultura y de desprendimiento y de generosidad, de gente librepensadora que sólo eran personas que amaba la cultura y que pensaba que nos hacían más libres, eso se ha acabado en España, aunque haya conatos de gente que quiere resucitar eso, sobre todo gente de la educación”, añade la realizadora.

    La cultura te hace más inteligente, más crítico y más poderoso, y cualquier dictadura quiere el sometimiento del pueblo, así que se va a cargar la cultura, los libros, el cine…

    La figura de las mujeres en la Segunda República se ha reivindicado en los últimos años, especialmente desde el género documental, y es que la importancia de generaciones como la del 27, “había mujeres en las tertulias, y ellas no salen en los libros de historia”. “Las mujeres no existían para nadie, y como dice Rosa Montero en un artículo de El País, buscar el rastro de las personas del siglo XX es muy complicado, pero si era mujer es imposible, porque no existe, n hay documentación de ellas. Son personajes a rescatar, pero eso requiere mucho tiempo de investigación y mucha voluntad, y faltan iniciativas así”, opina Calavia.

    María Moliner sufrió también el machismo de una España gris. Ella nunca entró en la Real Academia Española, una institución que años después la quiso hacer un homenaje que ella rechazó. Muchos quisieron ver en este acto, la última forma de rebelión de la lingüista, aunque detrás había una realidad más triste, ya que el alzheimer ya hacía mella en su memoria y no se veía capaz de hacer el discurso de agradecimiento, como recuerda la directora del documental: “se le olvidó todo lo que sabía, la persona que creó un diccionario luego no se acordaba de esas palabras, una triste paradoja”.

    Toda la información e imágenes EL ESPAÑOL.
    Link original: https://www.elespanol.com/cultura/cine/20171022/256224815_0.html?fbclid=IwAR0AoA0fp16Iey_2VKFK-H3rab0wcmjzZyZc2nQ17igpCgXyP9Q1Os8kmI4

  • Libros para ampliar el boom

    Libros para ampliar el boom

    1.- La amortajada (1938). María Luisa Bombal 

    Conocí esta novela siendo estudiante, como parte de las lecturas obligatorias. En un contexto en el que se me enseñaba una literatura chilena exclusivamente escrita por hombres, con un registro muy realista, de pronto apareció una voz que jugaba con lo fantástico. Una muerta narraba su propio funeral y su historia desde el ataúd. El relato rompía las lógicas racionales y temporales de la causa y del efecto, cuestionando lo real, haciendo empeño por narrar el enigma, por enunciarlo, por tocar lo invisible. Ana María, la protagonista, es una mujer que debió responder a códigos femeninos estereotipados y conservadores. Como todas las heroínas de la Bombal, encarna matrimonios y maternidades mediocres, vidas llenas de frustración, escindidas entre lo que deben ser y lo que desean ser. Hay algo ingobernable en estas mujeres que no encaja con lo que se les exige socialmente. La grieta de lo fantástico, de lo onírico, de lo irreal, es una vía de escape para tratar de sobrevivir. Es como si esos cuerpos femeninos fuesen una especie de cárcel para esas mujeres fantasmagóricas de sus escritos. En La amortajada, Ana María parece decirnos que solo muerta, con su cuerpo a punto de ser enterrado, puede hacer una real reflexión de su vida. Como si antes hubiera estado secuestrada. Fuera de sí misma. La lectura de género es, sin duda, un punto de enfoque y de reactualización para leer esta gran novela.

    POR NONA FERNÁNDEZ SILANES. CHILE. AUTORA DE LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA

    2.- Canción de la verdad sencilla (1939). Julia de Burgos 

    Cuando tenía 14 años, mi maestra me puso este libro en las manos. No sabía yo que me iniciaba en la lectura de un libro que cambió de manera radical mi vida y los rumbos de la literatura escrita por mujeres en todo el hemisferio de las Américas. Publicado por Julia de Burgos (poeta, ensayista, 1914-1953) a los 25 años, el poemario causó revuelos en todo el Caribe. Primero, porque con dicho libro De Burgos se convirtió en la primera mujer puertorriqueña en ganar el Premio Nacional de Literatura. Segundo, porque los poemas que componían el libro eran y todavía son una exploración profunda e íntima de las luchas superpuestas que confronta una mujer que se aleja del proyecto “doméstico” para incursionar en la literatura y en “el mundo político”. En Canción de la verdad sencilla, le da voz a esta marginalidad yuxta­puesta en poemas tales como ‘Yo misma fui mi ruta’, ‘Ay, ay, ay de la grifa negra’ y ‘A Julia de Burgos’. En muchos de sus textos, Julia propone un discurso que se quiebra en un yo dividido entre la mujer social y la mujer “natural”, la mujer sexual, la racializada y la mujer política. También muestra el conflicto de cómo se da el amor en un mundo patriarcal, pero desde la cosmovisión, ética y estética de una mujer. Junto a Gabriela Mistral, quien fue su maestra mientras Julia de Burgos estudió en la Universidad de Puerto Rico, ambas poetas y sus obras abrieron las puertas para todas las otras escritoras de todos los géneros en Latinoamérica. Ciertamente, la abrió para mí. Canción de la verdad sencilla es lectura obligada para todos aquellos que quieren explorar a fondo cómo se arma bloque a bloque un canon de literatura latinoamericana inclusivo, justo. Y si quieren oírla cantada, busquen las musicalizaciones de muchos de los poemas de Julia que La Discreta ha hecho desde España.

    POR MAYRA SANTOS-FEBRES. PUERTO RICO. AUTORA DE NUESTRA SEÑORA DE LA NOCHE

    La mujer desnuda es una novela deslumbrante, no sólo por su exquisita y a la vez rara prosa, sino por su capacidad de conjugar lo fantástico con una perspectiva feminista y filosófica en torno al eros. Tenemos a una protagonista, Rebeca Linke, que se despierta en su cumpleaños número 30, se arranca la cabeza, se la vuelve a poner, y se interna desnuda en el bosque. Esta mujer irá encontrándose hombres, poblados, violencia, deseo, hambre, en una historia apoteósica, publicada en 1950, que roza el delirio. Muy adelantada a su tiempo, algunos la encontraron obscena, no tanto por su tratamiento de la sexualidad como por la rabiosa crítica social que se hace a través de los tabús. La escritura poética de Somers creó una atmósfera de exploración, miedo y emancipación. Rebeca se decapita para cortar con las ideas sobre sí misma y su cuerpo impuestas por otros, y se la coloca otra vez, pero asumiendo la dislocación y la cicatriz. Luego se desnuda para entrar en lo primitivo y original, para desprenderse del traje de la civilización, pero también de la vergüenza atávica por el cuerpo; para quitarse “el velo de gracia” y ver su desnudez no como un castigo, sino como una posibilidad de descubrimiento y reconocimiento: “Ven, toca, estoy desnuda. Tomé mi libertad y salí. He dejado los códigos atrás, las zarzas me arañaron por eso. (…) Y yo quisiera saber cómo soy, cómo seríamos en ti las mujeres intactas que me habitan”. Somers es una de las grandes escritoras latino­americanas del siglo XX que fueron pasadas por alto o, mejor dicho, ignoradas por el mundillo literario. Al final de su vida pudo encontrar lectores fieles y buenas críticas, pero recién ahora su obra está traduciéndose y valorándose por lo que realmente es: original, desafiante, experimental, poética y plástica. Hay que leerla. Lo digo sin miedo: es un clásico a descubrir.
    3.- La mujer desnuda (1950) Armonía Somers 

    La mujer desnuda es una novela deslumbrante, no sólo por su exquisita y a la vez rara prosa, sino por su capacidad de conjugar lo fantástico con una perspectiva feminista y filosófica en torno al eros. Tenemos a una protagonista, Rebeca Linke, que se despierta en su cumpleaños número 30, se arranca la cabeza, se la vuelve a poner, y se interna desnuda en el bosque. Esta mujer irá encontrándose hombres, poblados, violencia, deseo, hambre, en una historia apoteósica, publicada en 1950, que roza el delirio. Muy adelantada a su tiempo, algunos la encontraron obscena, no tanto por su tratamiento de la sexualidad como por la rabiosa crítica social que se hace a través de los tabús. La escritura poética de Somers creó una atmósfera de exploración, miedo y emancipación. Rebeca se decapita para cortar con las ideas sobre sí misma y su cuerpo impuestas por otros, y se la coloca otra vez, pero asumiendo la dislocación y la cicatriz. Luego se desnuda para entrar en lo primitivo y original, para desprenderse del traje de la civilización, pero también de la vergüenza atávica por el cuerpo; para quitarse “el velo de gracia” y ver su desnudez no como un castigo, sino como una posibilidad de descubrimiento y reconocimiento: “Ven, toca, estoy desnuda. Tomé mi libertad y salí. He dejado los códigos atrás, las zarzas me arañaron por eso. (…) Y yo quisiera saber cómo soy, cómo seríamos en ti las mujeres intactas que me habitan”. Somers es una de las grandes escritoras latino­americanas del siglo XX que fueron pasadas por alto o, mejor dicho, ignoradas por el mundillo literario. Al final de su vida pudo encontrar lectores fieles y buenas críticas, pero recién ahora su obra está traduciéndose y valorándose por lo que realmente es: original, desafiante, experimental, poética y plástica. Hay que leerla. Lo digo sin miedo: es un clásico a descubrir.POR MÓNICA OJEDA. ECUADOR. AUTORA DE MANDÍBULA

    Bárbara pegó su cara pálida a los barrotes de hierro y miró a través de ellos. Automóviles pintados de verde y amarillo, hombres afeitados y mujeres sonrientes, pasaban muy cerca, en un claro desfile cortado a iguales tramos por el entrecruzamiento de lanzas de la reja. Al fondo estaba el mar”. Jardín, la extraordinaria novela de Dulce María Loynaz, escrita entre 1928 y 1935 en su mansión de la calle Línea, El Vedado, describe lo que pocos han sabido narrar, los filosos y complejos contornos interiores, enrejados y silenciados de una Habana que este noviembre cumple 500 años. La casona de amplísimos patios con capilla familiar y las fuentes naturales humedeciendo el caluroso escenario de la novela, La Habana posando, siempre en segundo plano, haciéndonos quedar mal cuando contamos que algo de este luminoso Caribe nos duele o nos molesta. ¿Qué puede aquejar a esa Bárbara inadaptada que todo lo tiene? El paraíso visto como cárcel, una trama centrada en sucesos empalmados en la cabeza delirante de una mujer aislada, en un exilio interior que en ella duró toda la vida y en muchas autoras cubanas parecería eternizarse. El epistolario de amor entre Bárbara, Enrique de Quesada y Pablo Cañas, publicado por Ediciones Aguilar, España, en 1951 y en Cuba por Letras Cubanas, 1993, devela en clave de prosa poética la misteriosa intimidad de Dulce María Loynaz, quien solo salió de su jardín tres décadas más tarde, para recibir en Madrid el Premio Cervantes de Literatura de 1992.
    4 .- Jardín (1951). Dulce María Loynaz 

    Bárbara pegó su cara pálida a los barrotes de hierro y miró a través de ellos. Automóviles pintados de verde y amarillo, hombres afeitados y mujeres sonrientes, pasaban muy cerca, en un claro desfile cortado a iguales tramos por el entrecruzamiento de lanzas de la reja. Al fondo estaba el mar”. Jardín, la extraordinaria novela de Dulce María Loynaz, escrita entre 1928 y 1935 en su mansión de la calle Línea, El Vedado, describe lo que pocos han sabido narrar, los filosos y complejos contornos interiores, enrejados y silenciados de una Habana que este noviembre cumple 500 años. La casona de amplísimos patios con capilla familiar y las fuentes naturales humedeciendo el caluroso escenario de la novela, La Habana posando, siempre en segundo plano, haciéndonos quedar mal cuando contamos que algo de este luminoso Caribe nos duele o nos molesta. ¿Qué puede aquejar a esa Bárbara inadaptada que todo lo tiene? El paraíso visto como cárcel, una trama centrada en sucesos empalmados en la cabeza delirante de una mujer aislada, en un exilio interior que en ella duró toda la vida y en muchas autoras cubanas parecería eternizarse. El epistolario de amor entre Bárbara, Enrique de Quesada y Pablo Cañas, publicado por Ediciones Aguilar, España, en 1951 y en Cuba por Letras Cubanas, 1993, devela en clave de prosa poética la misteriosa intimidad de Dulce María Loynaz, quien solo salió de su jardín tres décadas más tarde, para recibir en Madrid el Premio Cervantes de Literatura de 1992.POR WENDY GUERRA. CUBA. AUTORA DE NUNCA FUI PRIMERA DAMA

    No es casualidad que Balún Canán haya sido reconocida por la crítica como una obra fundamental de la literatura latinoamericana, pues reúne todas las características que harían triunfar a otras novelas dentro de la corriente del boom latinoamericano. Sin embargo, publicada a finales de la década de los cincuenta, y además por una mujer, no corrió la misma suerte en el mercado editorial que las obras de García Márquez y Vargas Llosa. El hecho de haber debutado como poeta, y luego pasado a la narrativa con esta novela de tintes autobiográficos, le permitió a Rosario Castellanos crear una atmósfera colmada de metáforas, en la que confluyen elementos que no pierden vigencia: el poder, la muerte, la soledad, la culpa, entretejidos magistralmente con la cosmogonía indígena y los conflictos sociales, incluyendo el patriarcado. Balún Canán es una historia de opuestos: lo indígena y lo blanco, la infancia y la adultez, el sometimiento y la opresión, pero también es una historia de lo no dicho, lo silenciado, lo invisible, desde la protagonista misma, que a los ojos de los demás es “un grano de anís”. Creo firmemente que Balún Canán tiene mucha responsabilidad en que yo de niña haya comenzado a escribir historias. Porque leyéndola pude decir: “He conocido el viento”. Parte o no del boom, Rosario Castellanos logró con esta novela recuperar lo que en las primeras líneas el personaje de la nana refiere como despojo: “La palabra, que es el arca de la memoria”.
    5.- Balún Canán (1957). Rosario Castellanos 

    No es casualidad que Balún Canán haya sido reconocida por la crítica como una obra fundamental de la literatura latinoamericana, pues reúne todas las características que harían triunfar a otras novelas dentro de la corriente del boom latinoamericano. Sin embargo, publicada a finales de la década de los cincuenta, y además por una mujer, no corrió la misma suerte en el mercado editorial que las obras de García Márquez y Vargas Llosa. El hecho de haber debutado como poeta, y luego pasado a la narrativa con esta novela de tintes autobiográficos, le permitió a Rosario Castellanos crear una atmósfera colmada de metáforas, en la que confluyen elementos que no pierden vigencia: el poder, la muerte, la soledad, la culpa, entretejidos magistralmente con la cosmogonía indígena y los conflictos sociales, incluyendo el patriarcado. Balún Canán es una historia de opuestos: lo indígena y lo blanco, la infancia y la adultez, el sometimiento y la opresión, pero también es una historia de lo no dicho, lo silenciado, lo invisible, desde la protagonista misma, que a los ojos de los demás es “un grano de anís”. Creo firmemente que Balún Canán tiene mucha responsabilidad en que yo de niña haya comenzado a escribir historias. Porque leyéndola pude decir: “He conocido el viento”. Parte o no del boom, Rosario Castellanos logró con esta novela recuperar lo que en las primeras líneas el personaje de la nana refiere como despojo: “La palabra, que es el arca de la memoria”.POR MARÍA EUGENIA RAMOS. HONDURAS. AUTORA DE UNA CIERTA NOSTALGIA

    Casada antes de cumplir la mayoría de edad con un poeta egocéntrico, Elena Garro padeció muchas inseguridades y con frecuencia destruyó sus manuscritos. Debemos a la hermana de la autora, quien la rescató de las llamas, la gran suerte de poder leer Los recuerdos del porvenir. Dentro de los temas más interesantes que aborda esta novela (junto con el abuso de poder, la circularidad de la historia, la lucha entre el pueblo y el Estado) está la situación de las mujeres. La novela retrata con minuciosidad la desigualdad de género y la violencia doméstica, los feminicidios y la violación como forma de reprimir y humillar a toda una comunidad. Isabel Moncada, la protagonista de esta historia, es una mujer inconforme, que toda su vida deseó haber nacido varón para poder ser libre como sus hermanos, estudiar, trabajar y no tener que casarse. Le interesaban el teatro, la política y las luchas sociales. Sin embargo, esos anhelos se vieron muy pronto truncados por las costumbres de su pueblo y los valores de su familia. Los personajes masculinos luchan por convertir a las mujeres en objetos de su propiedad, por controlar sus acciones y sus pensamientos, pero ellas constantemente se liberan del yugo, aunque eso les cueste la vida. Garro fue feminista antes de asumirse como tal. Debido también a su identificación con los marginales, durante muchos años se le atribuyó una supuesta locura y se la trató con un desprecio infinito. Los recuerdos del porvenir, junto con Pedro Páramo, es probablemente la mejor novela mexicana escrita en el siglo XX. Sin embargo, la historia de la literatura no ha dado aún a la obra de Elena Garro el reconocimiento que le corresponde. Su brillo seguirá emergiendo como lo ha hecho hasta ahora, paulatinamente.
    6.- Los recuerdos del porvenir (1963). Elena Garro

    Casada antes de cumplir la mayoría de edad con un poeta egocéntrico, Elena Garro padeció muchas inseguridades y con frecuencia destruyó sus manuscritos. Debemos a la hermana de la autora, quien la rescató de las llamas, la gran suerte de poder leer Los recuerdos del porvenir. Dentro de los temas más interesantes que aborda esta novela (junto con el abuso de poder, la circularidad de la historia, la lucha entre el pueblo y el Estado) está la situación de las mujeres. La novela retrata con minuciosidad la desigualdad de género y la violencia doméstica, los feminicidios y la violación como forma de reprimir y humillar a toda una comunidad. Isabel Moncada, la protagonista de esta historia, es una mujer inconforme, que toda su vida deseó haber nacido varón para poder ser libre como sus hermanos, estudiar, trabajar y no tener que casarse. Le interesaban el teatro, la política y las luchas sociales. Sin embargo, esos anhelos se vieron muy pronto truncados por las costumbres de su pueblo y los valores de su familia. Los personajes masculinos luchan por convertir a las mujeres en objetos de su propiedad, por controlar sus acciones y sus pensamientos, pero ellas constantemente se liberan del yugo, aunque eso les cueste la vida. Garro fue feminista antes de asumirse como tal. Debido también a su identificación con los marginales, durante muchos años se le atribuyó una supuesta locura y se la trató con un desprecio infinito. Los recuerdos del porvenir, junto con Pedro Páramo, es probablemente la mejor novela mexicana escrita en el siglo XX. Sin embargo, la historia de la literatura no ha dado aún a la obra de Elena Garro el reconocimiento que le corresponde. Su brillo seguirá emergiendo como lo ha hecho hasta ahora, paulatinamente.
    POR GUADALUPE NETTEL. MÉXICO. AUTORA DE DESPUÉS DEL INVIERNO

    Eisejuaz (1971) es una novela escrita en estado de gracia. Sara Gallardo se instala en las fisuras del lenguaje para crear a Eisejuaz, uno de los personajes más enigmáticos e inolvidables de la literatura latinoamericana: un indio mataco (wichí) que escucha la voz de Dios en una lagartija y que renuncia a todo para seguir un llamado de consecuencias desastrosas para su comunidad. Es una novela fronteriza en más de un sentido: se sumerge en el paisaje del norte argentino y en el mundo indígena arrasado por el extractivismo, y evade los lugares comunes del regionalismo a través de la creación de una lengua fascinante y llena de alteraciones gramaticales (“No se comemos”, “nadie no me contestó”). Eisejuaz “barbariza” el cristianismo con su cosmovisión indígena en la que Dios tiene rostro animal; su yo es curiosamente descentrado y está compuesto por muchos otros, pues “un animal demasiado solitario se come a sí mismo”. Gallardo se inspiró en un viaje a Salta en 1967, al que partió buscando historias para su columna en un semanario. En un hotel de Embarcación —a un costado del río Bermejo— conoció al cacique wichí Lisandro Vega, con quien pasó horas conversando y que le sirvió de modelo para Eisejuaz. Resulta inexplicable que esta novela haya sido olvidada durante tantas décadas; afortunadamente, esa injusticia ha sido reparada en los últimos años a partir de la reedición de los libros de Gallardo y del renovado interés por su obra. Eisejuaz me impresionó de tal modo que fue el libro por el que me hice editora.
    7.- Eisejuaz (1971). Sara Gallardo 

    Eisejuaz (1971) es una novela escrita en estado de gracia. Sara Gallardo se instala en las fisuras del lenguaje para crear a Eisejuaz, uno de los personajes más enigmáticos e inolvidables de la literatura latinoamericana: un indio mataco (wichí) que escucha la voz de Dios en una lagartija y que renuncia a todo para seguir un llamado de consecuencias desastrosas para su comunidad. Es una novela fronteriza en más de un sentido: se sumerge en el paisaje del norte argentino y en el mundo indígena arrasado por el extractivismo, y evade los lugares comunes del regionalismo a través de la creación de una lengua fascinante y llena de alteraciones gramaticales (“No se comemos”, “nadie no me contestó”). Eisejuaz “barbariza” el cristianismo con su cosmovisión indígena en la que Dios tiene rostro animal; su yo es curiosamente descentrado y está compuesto por muchos otros, pues “un animal demasiado solitario se come a sí mismo”. Gallardo se inspiró en un viaje a Salta en 1967, al que partió buscando historias para su columna en un semanario. En un hotel de Embarcación —a un costado del río Bermejo— conoció al cacique wichí Lisandro Vega, con quien pasó horas conversando y que le sirvió de modelo para Eisejuaz. Resulta inexplicable que esta novela haya sido olvidada durante tantas décadas; afortunadamente, esa injusticia ha sido reparada en los últimos años a partir de la reedición de los libros de Gallardo y del renovado interés por su obra. Eisejuaz me impresionó de tal modo que fue el libro por el que me hice editora.POR LILIANA COLANZI. BOLIVIA. AUTORA DE NUESTRO MUNDO MUERTO

     

    Cuando la puertorriqueña Rosario Ferré escribió Papeles de Pandora, pensó un subtítulo provisional para la obra: Puta y señora. La primera edición de su obra, sin embargo, se quedó sin ese sonoro apellido al aparecer publicada en 1976 gracias a una editorial de México. Si lo pensamos bien, el subtítulo es lo de menos, la obra ya es transgresora de por sí en cuanto a fondo y forma. Aunque puede leerse como novela — una esencialmente sobre las hipocresías de la clase burguesa—, también es una antología de poemas, de cuentos o de relatos más extensos, escritos con desparpajo, con humor, con ira, y, hay que decirlo, con una lengua un poco cabrona. Quiero pensar que a Ferré no le importaría que yo la llame cabrona. A lo que me refiero es a su inteligencia: a su capacidad de burlarse de quienes a menudo machacan a las clases obreras, a su manera de señalar los comportamientos misóginos de la sociedad en la que creció, y también a su ritmo delirante a la hora de trabajar el lenguaje, rompiendo también el español, quizá en su gesto más transgresor. En España, por cierto, hemos tenido que esperar hasta 2018 para que una de las obras más interesantes de la literatura latinoamericana llegara a nuestras librerías de la mano de La Navaja Suiza. Diría eso de que “la espera ha valido la pena”, pero no quiero que nadie piense que la deliberada misoginia con la que se había ocultado a Ferré del canon merece ovación.
    8.- Papeles de Pandora (1976). Rosario Ferré 

    Cuando la puertorriqueña Rosario Ferré escribió Papeles de Pandora, pensó un subtítulo provisional para la obra: Puta y señora. La primera edición de su obra, sin embargo, se quedó sin ese sonoro apellido al aparecer publicada en 1976 gracias a una editorial de México. Si lo pensamos bien, el subtítulo es lo de menos, la obra ya es transgresora de por sí en cuanto a fondo y forma. Aunque puede leerse como novela — una esencialmente sobre las hipocresías de la clase burguesa—, también es una antología de poemas, de cuentos o de relatos más extensos, escritos con desparpajo, con humor, con ira, y, hay que decirlo, con una lengua un poco cabrona. Quiero pensar que a Ferré no le importaría que yo la llame cabrona. A lo que me refiero es a su inteligencia: a su capacidad de burlarse de quienes a menudo machacan a las clases obreras, a su manera de señalar los comportamientos misóginos de la sociedad en la que creció, y también a su ritmo delirante a la hora de trabajar el lenguaje, rompiendo también el español, quizá en su gesto más transgresor. En España, por cierto, hemos tenido que esperar hasta 2018 para que una de las obras más interesantes de la literatura latinoamericana llegara a nuestras librerías de la mano de La Navaja Suiza. Diría eso de que “la espera ha valido la pena”, pero no quiero que nadie piense que la deliberada misoginia con la que se había ocultado a Ferré del canon merece ovación.POR LUNA MIGUEL. ESPAÑA. AUTORA DE EL COLOQUIO DE LAS PERRAS

    Quizá inventara el existencial femenino (o feminista) a base de soltar ante el espejo abyecciones sobre sus orgasmos, sus vaciados uterinos y el movimiento de sus intestinos, mientras se empeñaba en retorcer la tradición, la vanguardia, la hegemonía, la norma sexual y moral, y en flagelar a un puñado de contemporáneos, teóricos del ser y la nada, para fundar una lengua maldita como se funda una habitación propia, o el nuevo mundo: “Algunos sufren su phatos lo acarician lubrican con él ¿El amoniaco de los pañales no es la lírica del orín?”. Cuando un libro lo trasciende todo, lo transgrede todo, las que vendrán, las que leerán, se habrán salvado, por lo menos, de la trivialidad. Eso fuees Noches de adrenalina (1981) para una generación de mujeres en Perú, la rebeldía de la desnudez absoluta, la posibilidad del discurso y del poder: “¿Por qué el psicoanálisis olvida el problema del ser o no ser gorda pequeña imberbe velluda transparente raquítica ojerosa…?”. La poeta sudaca Carmen Ollé había limpiado demasiado baños parisienses para cuando encontró que podía meter palabras como se mete la carne en una picadora. La carne era su cuerpo y en esa consciencia desmenuzada, en esa identidad naciente, brota la mística y la política del yo íntimo en su radical impureza. Como chutes de adrenalina, hormona y neurotransmisor que alerta del peligro, las noches de escritura son ejercicios indudables para la autodefensa. Porque en esos lugares donde “todo se confabula para que otros hablen de nuestro deseo”, ya no íbamos a ser más las “inválidas”, “presas fáciles” o “encantadoras hadas”. Estaba hace mucho declarada la guerra a las que se miran, a las que hablan de sí mismas, pero quedan todavía otros tantos campos minados por delante que solo podremos sortear con la adrenalina de Ollé recorriéndonos enteras.
    9.- Noches de adrenalina (1981). Carmen Ollé 

    Quizá inventara el existencial femenino (o feminista) a base de soltar ante el espejo abyecciones sobre sus orgasmos, sus vaciados uterinos y el movimiento de sus intestinos, mientras se empeñaba en retorcer la tradición, la vanguardia, la hegemonía, la norma sexual y moral, y en flagelar a un puñado de contemporáneos, teóricos del ser y la nada, para fundar una lengua maldita como se funda una habitación propia, o el nuevo mundo: “Algunos sufren su phatos lo acarician lubrican con él / ¿El amoniaco de los pañales no es la lírica del orín?”. Cuando un libro lo trasciende todo, lo transgrede todo, las que vendrán, las que leerán, se habrán salvado, por lo menos, de la trivialidad. Eso fue/es Noches de adrenalina (1981) para una generación de mujeres en Perú, la rebeldía de la desnudez absoluta, la posibilidad del discurso y del poder: “¿Por qué el psicoanálisis olvida el problema del ser o no ser gorda / pequeña / imberbe / velluda / transparente / raquítica / ojerosa…?”. La poeta sudaca Carmen Ollé había limpiado demasiado baños parisienses para cuando encontró que podía meter palabras como se mete la carne en una picadora. La carne era su cuerpo y en esa consciencia desmenuzada, en esa identidad naciente, brota la mística y la política del yo íntimo en su radical impureza. Como chutes de adrenalina, hormona y neurotransmisor que alerta del peligro, las noches de escritura son ejercicios indudables para la autodefensa. Porque en esos lugares donde “todo se confabula para que otros hablen de nuestro deseo”, ya no íbamos a ser más las “inválidas”, “presas fáciles” o “encantadoras hadas”. Estaba hace mucho declarada la guerra a las que se miran, a las que hablan de sí mismas, pero quedan todavía otros tantos campos minados por delante que solo podremos sortear con la adrenalina de Ollé recorriéndonos enteras.POR GABRIELA WIENER. PERÚ. AUTORA DE DICEN DE MÍ

    Amenudo se nos olvida que Latinoamérica empieza no en el río Bravo, sino por ahí donde los bosques de Nuevo Hampshire, y que Estados Unidos es en número de hablantes del español el segundo país del mundo; en él viven más de 60 millones de hispanoparlantes. La mayoría de esos hispanos son bilingües, y quizá trilingües, si consideramos la convergencia del español y del inglés como el principio quizá de una nueva derivación de la lengua. ¿A qué idioma pertenece la frase “Se frizó la wata” (Se congeló el agua) o las palabras clecha, chorra, hyna, güacha, yonka, safo? Sobre esa lengua y desde esa lengua escribe la poeta y ensayista chicana Gloria Anzaldúa, cuyo obra Borderlands La frontera (1987, publicado en 2016 por Capitán Swing) es un libro poco leído en español, aunque mucho más rico y complejo que, por ejemplo, El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, que habla también de la identidad híbrida de los mexicanos que viven “del otro lado”. Borderlands La frontera es un ensayo híbrido, compuesto de pedacería: poemas, citas y una prosa a ratos llena de rabia, a ratos nostálgica, a ratos llena de humor.
    10.- La frontera (1987). Gloria Anzaldúa 

    A menudo se nos olvida que Latinoamérica empieza no en el río Bravo, sino por ahí donde los bosques de Nuevo Hampshire, y que Estados Unidos es en número de hablantes del español el segundo país del mundo; en él viven más de 60 millones de hispanoparlantes. La mayoría de esos hispanos son bilingües, y quizá trilingües, si consideramos la convergencia del español y del inglés como el principio quizá de una nueva derivación de la lengua. ¿A qué idioma pertenece la frase “Se frizó la wata” (Se congeló el agua) o las palabras clecha, chorra, hyna, güacha, yonka, safo? Sobre esa lengua y desde esa lengua escribe la poeta y ensayista chicana Gloria Anzaldúa, cuyo obra Borderlands / La frontera (1987, publicado en 2016 por Capitán Swing) es un libro poco leído en español, aunque mucho más rico y complejo que, por ejemplo, El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, que habla también de la identidad híbrida de los mexicanos que viven “del otro lado”. Borderlands / La frontera es un ensayo híbrido, compuesto de pedacería: poemas, citas y una prosa a ratos llena de rabia, a ratos nostálgica, a ratos llena de humor.POR VALERIA LUISELLI. MÉXICO. AUTORA DE DESIERTO SONORO

     

    Qué es escribir si no esa disrupción de la experiencia, ese ir y venir entre lenguas, esos cortes en el tiempo. Qué es escribir si no ese dar cuenta musicalmente de la experiencia del destierro, de la experiencia de la infancia, de la experiencia del deseo. Molloy escribe ese sujeto imposible con esa identidad imposible que portamos todos como el saco de un condenado. Vivir entre lenguas, relato autobiográfico escrito no en español sino desde el español, no rinde culto al plurilingüismo, ni es condescendiente con los plurihablantes y el cosmopolitismo, este libro no adopta la pose que conviene al ojo de la época aunque parezca un libro muy contemporáneo. Vivir entre lenguas habita los desvíos lingüísticos, los efectos catastróficos y paliativos de quien vive varias lenguas a la vez desde la intimidad, porque escribir es siempre algo vergonzante (¿honteux diría Molloy?). Este libro y toda la obra de Molloy me parece fundamental porque da cuenta de la elección radical y definitiva que tiene que hacer todo escritor: en qué lengua va a escribir, allí donde hierve toda la verdad y toda la falsedad de la que es capaz, ahí donde sella su destino. Este libro, como si desarmara un piano en medio de una sonata para ver qué misterio hay ahí dentro, interroga cómo puede ser que algo como las palabras y los fonemas, cómo puede ser que las estructuras gramaticales y los neologismos nos permitan traer de nuevo a los muertos y tener otra vez siete años.
    11.- Vivir entre lenguas (2016). Sylvia Molloy 

    Qué es escribir si no esa disrupción de la experiencia, ese ir y venir entre lenguas, esos cortes en el tiempo. Qué es escribir si no ese dar cuenta musicalmente de la experiencia del destierro, de la experiencia de la infancia, de la experiencia del deseo. Molloy escribe ese sujeto imposible con esa identidad imposible que portamos todos como el saco de un condenado. Vivir entre lenguas, relato autobiográfico escrito no en español sino desde el español, no rinde culto al plurilingüismo, ni es condescendiente con los plurihablantes y el cosmopolitismo, este libro no adopta la pose que conviene al ojo de la época aunque parezca un libro muy contemporáneo. Vivir entre lenguas habita los desvíos lingüísticos, los efectos catastróficos y paliativos de quien vive varias lenguas a la vez desde la intimidad, porque escribir es siempre algo vergonzante (¿honteux diría Molloy?). Este libro y toda la obra de Molloy me parece fundamental porque da cuenta de la elección radical y definitiva que tiene que hacer todo escritor: en qué lengua va a escribir, allí donde hierve toda la verdad y toda la falsedad de la que es capaz, ahí donde sella su destino. Este libro, como si desarmara un piano en medio de una sonata para ver qué misterio hay ahí dentro, interroga cómo puede ser que algo como las palabras y los fonemas, cómo puede ser que las estructuras gramaticales y los neologismos nos permitan traer de nuevo a los muertos y tener otra vez siete años.POR ARIANA HARWICZ. ARGENTINA. AUTORA DE DEGENERADO

    Recomiendo Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enriquez, porque me parece la autora contemporánea más original y sólida. Mariana leyó todo lo que hay que leer para ser una maestra de ese género en el que se mueve con solvencia, pero que, en su caso, no es estrictamente el terror ni lo fantástico, sino el horror tan característico de esta parte del mundo que — llevado a un borde que a veces es imperceptible— desem­boca en un territorio que se le escapa al raciocinio y entonces se lo llama “sobrenatural”. En este libro hay historias, escenarios, personajes que puedo reconocer incluso cuando tocan ese borde difuso. Para mí Mariana es una escritora supremamente realista que se vale de un género y un lenguaje que domina a la perfección para hablar de temas que le son muy cercanos. Una de las virtudes que más respeto en un escritor es la de usar su oficio para dar cuenta del tiempo que transita, y Mariana hace eso fabulosamente. Sin atajos, sin exagerar, con sofisticación y simpleza nos habla de su tiempo, o mejor todavía: nos habla del estado mental de su tiempo. Por eso (y por tanto más) merece un lugar privilegiado en el canon de la literatura latinoamericana actual, y en el de cualquier otra literatura.

    12.-
    Recomiendo Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enriquez, porque me parece la autora contemporánea más original y sólida. Mariana leyó todo lo que hay que leer para ser una maestra de ese género en el que se mueve con solvencia, pero que, en su caso, no es estrictamente el terror ni lo fantástico, sino el horror tan característico de esta parte del mundo que — llevado a un borde que a veces es imperceptible— desem­boca en un territorio que se le escapa al raciocinio y entonces se lo llama “sobrenatural”. En este libro hay historias, escenarios, personajes que puedo reconocer incluso cuando tocan ese borde difuso. Para mí Mariana es una escritora supremamente realista que se vale de un género y un lenguaje que domina a la perfección para hablar de temas que le son muy cercanos. Una de las virtudes que más respeto en un escritor es la de usar su oficio para dar cuenta del tiempo que transita, y Mariana hace eso fabulosamente. Sin atajos, sin exagerar, con sofisticación y simpleza nos habla de su tiempo, o mejor todavía: nos habla del estado mental de su tiempo. Por eso (y por tanto más) merece un lugar privilegiado en el canon de la literatura latinoamericana actual, y en el de cualquier otra literatura.

    POR MARGARITA GARCÍA ROBAYO. COLOMBIA. AUTORA DE PRIMERA PERSONA
    Dice Brecht que “el que se ríe no ha escuchado todavía las terribles noticias”, y por eso en la novela Mandíbula, de Mónica Ojeda, nadie se ríe o, al menos, nadie lo hace sin mostrar dientes canallas que brillan de amenazas. Ojeda tiene colmillos en los ojos. No se explica de otro modo una forma de ver el mundo —y escribirlo— tan cargada de intimidación. Los personajes de Mandíbula, larvas violentas de mujeres violentas, tienen una capacidad de espeluznar que radica precisamente en que son humanas y no monstruos (ah, el monstruo humano, señor de las criaturas dañadas y dañinas). Ojeda tiene colmillos en las manos. No se explica de otro modo que agarre a dentelladas lo más terrorífico de la poesía: la sugerencia, bruma blanca que esconde todas las perversidades, y lo mezcle con una narrativa que, de Mary Shelley a Lovecraft, pasando por Mariana Enríquez y Stephen King, ya ha demostrado que apuñala donde hay que apuñalar. Lo que se entrevé da más miedo que lo que se ve y las fronteras siempre son más espeluznantes que los centros. Ojeda tiene colmillos en la boca y los usa con brillantez. Roe poco a poco para que no nos demos cuenta de que de la epidermis ya pasó al músculo y ha llegado al hueso, al tuétano del hueso, a lo blando de lo impenetrable: su historia de jovencitas de un colegio de élite haciendo y haciéndose daño en honor al Dios Blanco marca la carne como un mordisco. Ese culto que inventan las niñas, digo, y que termina siendo terror sadomasoquista (secuestro a profesora incluido, guiño a Misery), pasará a la historia de la literatura latinoamericana como una de sus mejores novelas de terror.
    13.- Mandíbula (2018). Mónica Ojeda 

    Dice Brecht que “el que se ríe no ha escuchado todavía las terribles noticias”, y por eso en la novela Mandíbula, de Mónica Ojeda, nadie se ríe o, al menos, nadie lo hace sin mostrar dientes canallas que brillan de amenazas. Ojeda tiene colmillos en los ojos. No se explica de otro modo una forma de ver el mundo —y escribirlo— tan cargada de intimidación. Los personajes de Mandíbula, larvas violentas de mujeres violentas, tienen una capacidad de espeluznar que radica precisamente en que son humanas y no monstruos (ah, el monstruo humano, señor de las criaturas dañadas y dañinas). Ojeda tiene colmillos en las manos. No se explica de otro modo que agarre a dentelladas lo más terrorífico de la poesía: la sugerencia, bruma blanca que esconde todas las perversidades, y lo mezcle con una narrativa que, de Mary Shelley a Lovecraft, pasando por Mariana Enríquez y Stephen King, ya ha demostrado que apuñala donde hay que apuñalar. Lo que se entrevé da más miedo que lo que se ve y las fronteras siempre son más espeluznantes que los centros. Ojeda tiene colmillos en la boca y los usa con brillantez. Roe poco a poco para que no nos demos cuenta de que de la epidermis ya pasó al músculo y ha llegado al hueso, al tuétano del hueso, a lo blando de lo impenetrable: su historia de jovencitas de un colegio de élite haciendo y haciéndose daño en honor al Dios Blanco marca la carne como un mordisco. Ese culto que inventan las niñas, digo, y que termina siendo terror sadomasoquista (secuestro a profesora incluido, guiño a Misery), pasará a la historia de la literatura latinoamericana como una de sus mejores novelas de terror.POR MARÍA FERNANDA AMPUERO. ECUADOR. AUTORA DE PELEA DE GALLOS

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  • Etiopía elige a su primera presidenta, la única en África

    Etiopía elige a su primera presidenta, la única en África

    Etiopía hizo este jueves historia al nombrar a la diplomática Sahlework Zewde presidenta del país, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar la jefatura de Estado etíope y la única actualmente en ese cargo en toda Africa. «Necesitamos construir una sociedad que rechace la opresión hacia las mujeres», afirmó Sahlework, tras ser elegida por unanimidad en una sesión conjunta de las dos cámaras del Parlamento. «Si alguien piensa que hablo mucho sobre mujeres, que espere a escuchar todo lo que tengo que decir», subrayó la flamante presidenta. «Cuando no hay paz en el país, las madres se sienten frustradas, por lo que tenemos que trabajar a favor de la paz por el bien de nuestras madres», agregó Sahlework al jurar el cargo, en aparente alusión a la reciente violencia étnica que azotó Etiopía.

    La designación de Sahlework, hasta ahora representante especial del secretario general de la ONU, António Guterres, ante la Unión Africana (UA), se produjo tras la dimisión de su predecesor, Mulatu Teshome, que ocupaba desde 2013 un cargo que en Etiopía tiene un alto valor representativo pero no poderes ejecutivos.

    La elección ocurrió una semana después de que el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, aprobara una histórica reforma de su gabinete en la que reducía el número de carteras y establecía que la mitad estuvieran ocupadas por mujeres. Desde la semana pasada, 10 de los 20 miembros del nuevo Gobierno de Etiopía son mujeres, incluida por primera vez la ministra de Defensa, una cartera que tradicionalmente ocupaban sólo hombres.

    «La elección de la embajadora Shalework Zewde como nueva presidenta de Etiopía es un movimiento histórico. Trae consigo las competencias y la experiencia correcta», señaló el jefe de la oficina del primer ministro, Fitsum Arega, en su cuenta de Twitter. Fitsum remarcó también que, en una «sociedad patriarcal» como la etíope, «la elección de una mujer en la jefatura del Estado no sólo establece un estándar para el futuro, sino que también normaliza el establecimiento de las mujeres como las encargadas de tomar decisiones en la vida pública».

    El primer ministro ha establecido que la mitad de las carteras estén ocupadas por mujeres. 

    Con una amplia carrera diplomática, Sahlework fue directora general de la ONU en sus oficinas en Nairobi hasta que asumió el papel de representante especial del secretario general de las Naciones Unidas ante la UA. Fue precisamente en la capital keniana donde conoció a Abiy, durante un viaje del primer ministro etíope en mayo pasado —apenas un mes después de que el mandatario asumiera el cargo— en el que también visitó la oficina de la ONU que ella dirigía. La diplomática había renunciado a sus funciones en la ONU a principios de esta semana, para allanar el camino para su elección como presidenta de Etiopía. Esta designación resulta acorde con una serie de reformas democráticas adoptadas por Abiy, pero también busca, según algunos observadores, apaciguar la ola de violencia étnica que azotó en las últimas semanas a este país del Cuerno de Africa. Mientras que Mulatu, el primer ministro y el ministro de Asuntos Exteriores etíope, Workneh Gebeyehu, pertenecen a la etnia Oromo, Sahlework es Amhara, por lo que esto garantizaría una composición étnica más armónica entre los altos cargos de la política etíope.

    Según la biografía de Sahlework publicada por la ONU, durante las tres décadas de trabajó con este organismo, la diplomática pasó por puestos de responsabilidad que abarcan la jefatura de un proyecto de paz en la República Centroafricana o labores de representación en la Unesco. En su trabajo como diplomática etíope, la nueva jefa de Estado también se desempeñó como directora general de Asuntos Africanos en el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país, así como fue embajadora de Etiopía en Francia y Yibuti.

    «La elección como nueva presidenta de Etiopía es un movimiento histórico. Trae consigo las competencias y la experiencia correcta», señala el jefe de la oficina del primer ministro. 

    La presidenta de Etiopía asume el cargo después de que la jefa de Estado de Mauricio Ameenah Gurib-Fakim dimitiera el pasado marzo tras un escándalo de corrupción financiera. La prevalencia de prácticas tradicionales y culturales en la mayoría de países africanos se cita a menudo como una de las grandes barreras para que las mujeres se impliquen en política, así como la intimidación, el acoso y la violencia que sufren cuando dan el paso. Entre las excepciones a esa realidad destacan la premio Nobel de la Paz Ellen Johnson-Sirleaf, la primera mujer en alcanzar una jefatura de Estado en Africa, que gobernó Liberia entre 2006 y 2018; así como Joyce Banda, segunda mujer en asumir ese puesto en el continente y primera en su país, Malaui, de 2012 a 2014.

    Toda la información e imágenes EL PAÍS.
    Link original: https://elpais.com/elpais/2018/10/25/africa_no_es_un_pais/1540481676_769249.html?fbclid=IwAR1ZqTkLKKA01wtp6yyRHBkuyB9KcbyJKHj_XQL7IbbZgYBholmWpAIE2fQ

  • Indispensable capacitar a las autoridades para implementar Ley Olimpia y atender a las víctimas

    Indispensable capacitar a las autoridades para implementar Ley Olimpia y atender a las víctimas

    Urge la capacitación de ministerios públicos y demás personal involucrado en atender a víctimas de delitos digitales, así como la publicación de las reformas al código penal, y foros de información a la ciudadanía sobre violencia digital, señaló Yolitzin Jaimes Rendón, integrante de la colectiva “Las Revueltas”, luego de impartir un curso de capacitación a personal de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG), sobre la denominada “Ley Olimpia”.

    La capacitación fue impartida por las activistas Sagrario Rosas y Yolitzin Jaimes Rendón, dirigida a personal de la CDHEG principalmente, luego de la recién aprobación por parte del Congreso del Estado, de dos reformas al Código Penal del Estado de Guerrero, con las que se sanciona el delito de ciber acoso y difusión de contenido íntimo sin consentimiento hasta con seis años de cárcel.

    Comete delito de ciber acoso, quien cometa conducta reiterada, insulte,  hostigue, moleste o amenace por medio de las nuevas tecnologías de la información y tele comunicación, redes sociales, correo electrónico o cualquier espacio digital,  cause daño o sufrimiento a la dignidad.

    Mientras que comete delito de difusión de contenido íntimo sin consentimiento al que publique grabe, difunda, distribuya y comercialice contenido de índole sexual sin consentimiento de las personas con o sin fines de lucro, por medio de las nuevas tecnologías de la información y comunicación redes sociales correo electrónico cualquier espacio digital e cause daño o sufrimiento a su dignidad, refirió Sagrario Rosas.

    También abordaron el tema de la violencia digital, la última de las reformas que integran la Ley Olimpia, pendiente por aprobarse por parte de los diputados, que plantea reconocer la violencia digital como una de las modalidades de la violencia contra las mujeres, y que se encuentra en análisis en la Comisión para la Igualdad de Género.

    Yolitzin Jaimes Rendón, reconoció la confusión que generan estos temas relativamente nuevos en Guerrero, de ahí la importancia subrayó, que los defensores de los derechos humanos, conozcan y puedan representar y acompañar a las víctimas de estas violencias “no es nuestra obligación capacitar, pero queremos que derechos humanos ´nos eche la mano con las víctimas´, con su atención”, que les den la atención adecuada.

    Refirió que este tipo de violencia es real, que por mucho tiempo atrás, con la aparición de las redes sociales se ha venido dando, sin embargo, no estaba reconocida mucho menos sancionada, y que ha llevado a las víctimas incluso al suicidio o intento de suicidio, se recluyen en sus casas, dejan de ir a trabajar, a la escuela, entre otras consecuencias.

    Señaló que prevalece la cultura de responsabilizar a la víctima de lo que pasó, de que se dejó tomar fotos o el video, y si no lo hubiera hecho, no hubiera pasado eso, y son las mujeres, las más afectadas  y los instigadores son hombres; y se responsabiliza porque no se ve el contexto en el que se da.

    Jaimes Rendó urgió la capacitación para ministerios públicos, jueces, juezas, defensores públicos y defensores se derechos humanos “es crucial su capacitación”, reiteró, debido a que deben entender el contexto de la violencia digital, y el tipo penal “no se puede defender a alguien de algo que no se sabe cómo viene, como se ejerce ahí el poder, el abuso de poder de parte del agresor, como la violencia va escalando”.

    También mencionó la urgencia de la publicación de las reformas al Código Penal, en el periódico oficial del Estado, y puedan los casos, ser atendidos en las agencias del ministerio público, señaló la resistencia que hay de parte de funcionarios públicos para atender las distintas violencias en contra de mujeres y niñas, de ahí la insistencia de su publicación para comenzar a aplicarse. En ese mismo sentido dijo que continúan pendientes los foros regionales sobre violencia digital que ofreció realizar el Congreso del Estado en las distintas regiones del Estado,  que aún no se han realizado.

    Toda la información e imágenes SEMMÉXICO.
    Link original: https://www.semmexico.mx/?p=13419&fbclid=IwAR1IWsDckfCJtjos1x6yO4Qk8biq6utGsotc4XsHj8gm5tE64RPNsSTGHvE

  • En Oaxaca, mujeres se heredan el arte textil para su preservación

    En Oaxaca, mujeres se heredan el arte textil para su preservación

    Mujeres zapotecas de la localidad de San Blas Atempa están compartiendo sus saberes para preservar el arte textil de la cadenilla, esta labor comenzó hace más de una década cuando se dieron cuenta que cada vez eran menos las artesanas que realizaban este tipo de prendas, Isabel Pacheco Guerra es una de ellas, primero fue alumna y ahora es maestra.

    El sonido peculiar que hacen los pies de Isabel al contacto con el pedal de la maquina de coser invade su casa que lo adaptó y lo convirtió en su taller, iniciativa que surgió hace cinco años y desde entonces todos los días se comparten los saberes de esta técnica que representa a la vestimenta tradicional de la mujer zapoteca.

    Las clases no tienen costo y la enseñanza es por dos años, durante el primero se les enseña a usar la maquina, modelos y técnica, y para el segundo año la estudiante brinda el servicio social a la maestra, es decir las enaguas y huipiles que se confeccionan forman parte de la retribución económica para la instructora.

    Isabel aprendió a los 19 años, hoy tiene 30 años y ha enseñado a por lo menos a cinco jóvenes, actualmente Cynthia Melissa Vásquez Sarabia de 15 años es la próxima artesana quién también creará un taller en su casa.

    “Llevo 8 años como artesana, y me siento muy contenta de compartir lo que aprendí, porque ese es mi sueño, que nuestro arte y cultura no muera, muchas mujeres usan nuestros atuendos, aquí los confeccionamos todos los días, llegan las aprendices y ellas después tendrán también talleres, aquí hemos aprendido a heredar y compartir lo que sabemos”, explicó Isabel.

    Heredar esta tradición de costura es parte de la cotidianidad en San Blas Atempa, y las artesanas lo hacen por que quieren que las mujeres jóvenes que por algún motivo no estudian una carrera profesional aprendan un oficio y qué mejor que emplearse para conservar la vestimenta de las suyas.

    “Las abuelas nos dicen que debemos emplearnos en algo, y ese algo sin saber ha sido conservar nuestro atuendo tradicional, he tenido a cinco alumnas y ahora son maestras en la costura y así vamos a continuar reproduciendo esto que nos ha costado mucho conservar”, dijo.

    En el taller de Isabel que tiene 8 años de fundarse, entran y salen los clientes diariamente a dejar telas para que se han tejidas, llegan de diferentes comunidades algunas del Istmo y otras veces del interior de la república mexicana.

    Hilos, variedad de telas, agujas, tijeras y mucha alegría son los ingredientes principales para que la vestimenta se confeccione, las artesanas mientras muevan los pies con las manos sienten las texturas y con el corazón plasman los diseños.

    “Cuando confeccionamos pensamos en nuestra familia, en nosotras, en las ideas, en la combinación de colores, por que costurar es parte de nuestra vida, y nos gusta, nos agrada que los diseños vistan a otras mujeres , y esas mujeres hereden sus prendas a otras y así sucesivamente, por eso creo que nosotras somos indispensables y con nuestra ropa también reconstruimos nuestras vidas”, indicaron.

    Las artesanas no tienen descanso, y mientras costuran platican, se desahogan, para ellas elaborar enaguas y huipiles además de ser una fuente de ingreso personal y familiar, es terapia y su mayor sueño es que se conserve la cadenilla como símbolo textil de una cultura, la zapoteca.

    Toda la información e imágenes LA JORNADA.
    Link original: https://www.jornada.com.mx/ultimas/sociedad/2019/10/27/en-oaxaca-mujeres-se-heredan-el-arte-textil-para-su-preservacion-6913.html

  • Lila Downs: La música es un instrumento para el cambio y el desarrollo

    Lila Downs: La música es un instrumento para el cambio y el desarrollo

    La cantante, compositora, productora, actriz y antropóloga​ mexicana Lila Downs visitó recientemente el Centro de Información de las Naciones Unidas en México, donde conversó con Noticias ONU sobre migración, igualdad de género, desarrollo sostenible y la música como un instrumento de cambio.

    Lila Downs ha tenido el privilegio de ser una migrante con documentos, de ir y venir, y de cruzar fronteras, sin embargo, a pesar de ese privilegio, afrontado problemas derivados de la falta de comprensión.

    “Me he encontrado con muchos problemas a pesar de esos privilegios porque he encontrado que hay una falta de comunicación y de traducción -en mi caso- entre mi raíz indígena, mi raíz mestiza nacional mexicana y la raíz norteamericana”, comenta la cantautora mexicano-estadounidense.

    “Nuestra música tiene que ver con cruzar esos puentes”, asegura Downs, quien también menciona que las personas biculturales y triculturales o aquellas que tienen hasta cuatro culturas tienen la responsabilidad de mostrar al mundo los beneficios de la “mixtura de razas”.

    En el marco de la promoción de su nuevo álbum titulado “Al Chile”, Lila Downs comenta que una de las piezas que integran la producción discográfica es Clandestino, del cantautor franco-español Manu Chao, que describe el sufrimiento de los inmigrantes, los problemas migratorios, para los que las autoridades gubernamentales no consiguen solución.

    Nuestra música tiene que ver con cruzar esos puentes.

    Siempre dedicamos una canción a las fronteras, incluso uno de mis discos se llama Borderline (La Línea) esto es a raíz de una experiencia personal, cuando vivía en Tlaxiaco, Oaxaca, de dónde soy originaria. Una persona indígena que no sabía leer me pidió que le leyera un documento.  Era el acta de defunción de su hijo que había intentado cruzar la frontera entre México y Estados Unidos”.

    Lila Downs comenta que en su nueva producción escogió Clandestino, que fue compuesto hace más de 20 años porque el tema sigue siendo más pertinente hoy en día.

    “Es muy pertinente el día de hoy y agregamos los nombres de los y las migrantes que ahora son muchas mujeres y niños, eso no pasaba hace 20 años”.

    Igualdad de género

    ONU/Luis
    La cantante Lila Downs, de origen indígena,

    Durante su visita a la sede de la ONU en México, la cantante platicó con nosotros sobre la importancia de la implementación de la Agenda 2030 y de sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, en especial del Objetivo 5 sobre la igualdad de género.

    “La igualdad de género siempre ha sido importante para mí, culturalmente, y también porque es una lucha de respeto, porque creo que el respeto es lo primero”.

    Alianzas para el cambio

    Lila Downs también habló de la necesidad de crear las alianzas y buscar aliados para lograr los Objetivos poniendo como ejemplo el alcance que tiene el trabajo conjunto en las comunidades indígenas de su natal Oaxaca.

    “Yo me identifico con las alianzas porque yo vengo de una comunidad indígena en la Mixteca Alta de Oaxaca donde tenemos una educación de trabajo voluntario desde que somos pequeños y esto parte de la filosofía indígena de compartir”.

    Durante la visita, Lila Downs ofreció un pequeño recital al staff de la ONU en México e invitó a todos y todas a sumarse a la Agenda 2030 para poder así cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

    Siempre fue mi ideal hacer algo con el canto, algo útil y me ha traído a la ONU con personas que están en esa constante lucha de coordinar y adelantar los esfuerzos para unirnos y mejorar este planeta maravilloso que tenemos, así que les agradezco sus horas y su corazón”, concluyó.

    Toda la información e imágenes NOTICIAS ONU.
    Link original: https://news.un.org/es/interview/2019/10/1463552

  • Las mujeres siguen excluidas en los procesos políticos o de paz

    Las mujeres siguen excluidas en los procesos políticos o de paz

    Pese al amplio consenso internacional que genera la inclusión de la mujer en asuntos de paz y seguridad, ya sea mediante resoluciones aprobadas en el Consejo de Seguridad o a través del reconocimiento mundial del papel central que deben desempeñar las mujeres en la prevención y resolución de conflictos, la realidad no se traduce en avances reales.

    Así lo expresó el Secretario General de las Naciones Unidas en un debate del Consejo dedicada al rol de la mujer en escenarios de paz y seguridad. La discusión busca específicamente pasar de los compromisos a los resultados en preparación de la conmemoración del vigésimo aniversario de la resolución 1325 del Consejo, que versa sobre la promoción y participación de la mujer en la esfera política.

    António Guterres, manifestó su preocupación por la falta de avances en este campo.

    “Con un apoyo tan fuerte y un consenso tan generalizado, un observador podría pensar que las cosas están mejorando sustancialmente. Pero lo triste es -y debemos ser francos al respecto- que el compromiso que siempre se refleja en torno a esta mesa no se traduce en un cambio real en todo el mundo.  No está llegando lo suficientemente rápido o lo suficientemente lejos”, analizó.

    Guterres destacó que casi dos décadas después de la aprobación de la resolución 1325, las mujeres continúan excluidas de los procesos políticos y de paz.

    Como muestra de ello destacó que los acuerdos de paz se adoptan sin tener en cuenta las necesidades y prioridades de las mujeres y las niñas, que solamente un 0,2% de la ayuda bilateral en situaciones de conflictos se destina a organizaciones de mujeres, que crece el número de ataques a las defensoras de los derechos humanos y que perdura la violencia sexual como arma de guerra.

    No obstante este escenario, el Secretario General recordó que el tema es una prioridad absoluta en su agenda y reportó avances en Yemen, Guinea-Bissau y Siria.

    En Guinea-Bissau destacó que las mujeres lideraron una movilización sin precedentes en favor de las leyes de paridad que se tradujo en un número de candidatas y votantes nunca antes visto en el país que logró la paridad en los puestos ministeriales.

    Con relación a Siria, señaló que alrededor del 30% de los miembros del nuevo Comité Constitucional son mujeres.

    La ONU predica con el ejemplo

    En cuanto a las acciones emprendidas por la Organización, señaló haber dado instrucciones concretas a todos los jefes de misiones políticas y a sus enviados especiales de informar sobre sus esfuerzos para promover la participación directa de la mujer en todas las etapas de los procesos de paz.

    Del mismo modo, destacó que se trabaja para acabar con la explotación y los abusos sexuales en las operaciones de mantenimiento de la paz y que se busca incrementar la participación de la mujer en las mismas.

    “Los incidentes de explotación y abuso sexual se han reducido a la mitad, y finalmente estamos cambiando el porcentaje de mujeres en el componente militar y policial de nuestras operaciones. He nombrado a muchas más mujeres como jefas y subjefas de misión, y estamos adoptando medidas de emergencia para lograr la paridad de género”, informó Guterres.

    ONU/Eskinder Debebe
    La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, durante una reunión del Consejo de Seguridad sobre la Mujer y la Paz y la Seguridad.

    Hay que pasar de las palabras a los hechos

    Por su parte, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, destacó que el cambio necesario “no es tan real como debería ser” y “que debemos tratar de cerrar la brecha entre las palabras y la acción”, tal como lo expresó previamente el Secretario General.

    Igualmente reiteró su posición formulada el año pasado de que ni las Naciones Unidas ni los Estados miembros deberían apoyar los procesos de paz que excluyen a las mujeres “porque si se adopta una posición al respecto, las cosas cambiarán”.

    Toda la información e imágenes NOTICIAS ONU.
    Link original: https://news.un.org/es/story/2019/10/1464541

  • ¿Por qué ser mujer en las series ya no es lo que era?

    Y tú tampoco… Lo que ayer era excepcional hoy es aluvión. Personajes complejos, hondos, sinceros, desafiantes, frágiles y de hierro protagonizan las mejores series y reescriben la narrativa del universo femenino. ¿Qué podemos aprender sobre supervivencia, feminismo y sororidad en la piel de sus heroínas?
    Ya en la primera temporada de la galardonada Fleabag –gran triunfadora en los últimos Emmy—, la guionista, productora, directora y actriz de la serie, Phoebe Waller-Bridge, dejaba claro de qué iba la cosa: “Oh, joder, siempre tengo esa horrible sensación de que soy una tía codiciosa, pervertida, egoísta, apática, cínica, depravada y moralmente rota que ni siquiera puede llamarse a sí misma feminista”.

    La protagonista de Fleabag es mala hija, mala amiga, mala feminista…, pero la adoramos.
    En la diana. Porque quizá una de las diferencias entre la llamada cuarta ola feminista y sus predecesoras es que su propia ubicuidad —inevitable en un mundo globalizado como el nuestro, en el que el entretenimiento ya no tarda nada en reflejar los dilemas sociales… y viceversa– genera una presión adicional sobre las propias mujeres, un cuestionamiento constante, una permanente revisión para evitar la pérdida de puntos del carnet de “buena feminista”. La puesta en escena de Fleabag nos hace partícipes de su neurosis (mala feminista, mala hermana, mala hija…). Y hacia el final de la segunda temporada queda claro que es precisamente esa conciencia de estar en constante observación —de tener que representar siempre un papel ante el mundo— uno de los grandes dilemas de la protagonista.

    En la diana
    Pero como cualquier otro gran producto de la cultura popular, la relativa complejidad de su mensaje no excluye un altísimo nivel de entretenimiento. De ahí el éxito no solo de Fleabag sino de muchas otras series con sesgo feminista que han tomado por asalto la televisión del último lustro. Las historias protagonizadas e impulsadas por mujeres no solo copan los menús de las plataformas y de las candidaturas de los Emmy, sino que recorren varios géneros: comedia, thriller, drama, ciencia ficción… En una industria cuyos puestos ejecutivos han estado siempre ocupados por hombres, el éxito de las nuevas series incide en las cuentas bancarias de otras mujeres, las showrunners, término empleado en la industria para los creadores televisivos, mitad productores mitad guionistas: Jenji Kohan (Weeds, Orange is the New Black), Sally Wainwright (Gentleman Jack, Happy Valley), Jill Solloway (Transparent) o Liz Feldman (Dead to Me) son algunas de las mujeres que hacen realidad grandes historias feministas que gustan a todos. Hemos seleccionado cinco de ellas, tan comprometidas como vibrantes, inteligentes y adictivas.

    1. Fleabag (Amazon Prime Vídeo)
    Sigue la vida de una treinteañera que regenta un café y cuya vida podría mezclarse en un cóctel donde caben la escatología, el sarcasmo, una madrastra peor que la de Cenicienta, vaginas de plástico, el amor entre hermanas, y, sobre todo, un viaje hacia el autodescubrimiento sin necesidad de coach o receta buenista ni posmoderna.

    Lecciones de vida
    -Lo personal es político: El feminismo de esta serie no está tanto en los propios personajes como en su evolución, es decir, en lo que esconden. La protagonista viaja desde el consumo de cuerpos en serie hacia una historia de amor nada carnal. Redescubre la sororidad y el calor del hogar con una hermana más fría que el invierno en Finlandia. Vuelve a creer en la amistad gracias a un prestamista acusado de acoso laboral.

    -Las mujeres también pueden ser antihéroes (o antiheroínas): ¿Qué pasaría si pudiésemos decir y/o hacer todo lo que nos apeteciese? ¿Si los tabúes cayeran y pudiésemos actuar como “siempre lo han hecho” los hombres? La protagonista se masturba con vídeos de Obama, es egoísta, se enamora de un cura, sepulta sus problemas a base de cinismo e irreverencia. Es patética y aún así nos enamora.

    -El silencio perjudica la salud: La protagonista no solo no se calla nunca, sino que constantemente rompe la cuarta pared del espectador, que ya derribó Bertolt Brecht para hablar con nosotros. Toda una declaración de intenciones en una serie que no solo quiere emocionarnos o divertirnos, sino invitarnos a salir de nuestra propia pasividad alienada.

    Te gustará si…
    Es imposible que no te guste porque es la serie más atrevida, inteligente, feminista y cruda de hoy. Además, su showrunner y actriz (creadora también de Killing Eve) es la mezcla física perfecta entre Scully de Expediente X y June de El cuento de la criada.

    2. Fosse/Verdon (HBO)
    Cuenta la historia de amor atípica y compleja de una bailarina de Broadway (Gwen Verdon) y un bailarín frustrado (Bob Fosse) reconvertido en cineasta a los 40, cuando dirigió Cabaret (y ganó todos los Óscars posibles). Un retrato sobre lo que implica cumplir años para un artista: ocaso para ella (a la que no se le permite madurar ante las cámaras) y explosión y reconocimiento para él. Paradójicamente, a mayor deterioro físico, mental y moral de Bob Fosse, mayor fue su éxito.


    Lecciones de vida
    -Piénsatelo dos veces antes de casarte con un artista: Algunas de las mejores lecciones de lo que no deberíamos aguantar se esconden detrás de las vidas de Vera Nabokov, Sofia Tolstói, Clara Schumann, Alma Hitchcock o Zelda Fitzgerald. No es exagerado afirmar que, sin el apoyo incondicional de Verdon, nunca habría existido el éxito de Fosse, totalmente dependiente de ella en lo psicológico y lo profesional .

    -La libertad creativa no justifica una infidelidad: Más que una lección, una pregunta. ¿Existe una la relación directa, científicamente justificada, entre el tamaño de la genialidad del artista y la cornamenta de la esposa? La la imaginación es el principio de la creación. Si Jane Austen parió su obra célibe y sin salir de casa, ¿por qué esa necesidad permanente de los grandes hombres de ser infieles?

    Te gustará sí…
    Amas el cine y los musicales, quizá el género más venerado por el cinéfilo clásico (y visceralmente odiado por el espectador moderno). O si ya disfrutaste de grandes series sobre hombres difíciles: Don Draper, Tony Soprano o Noah Solloway de The Affair, otro estupendo retrato de las mujeres-satélite y el creador.

    3. Glow (Netflix)
    Basada libremente en un programa de la televisión americana de la era Reagan, cita en el mismo ring a 14 mujeres, un productor (niño rico) de 25 años y un director en decadencia (sexista y cocainómano), que en realidad es un pedazo de pan.

    Lecciones de vida
    -El camino de la sororidad, como el de la felicidad, es difícil pero necesario: Del latín soror, hermana, cuya primera acepción debemos a Unamuno y que no fue aceptado por la RAE hasta… ¡2018! Reconforta ver a 14 mujeres que conviven, se apoyan, se traicionan y se perdonan un contexto tan poco feminista como el de la lucha libre.

    -El feminismo será antirracista o no será: Como las reclusas de Orange is the new black, las heroínas de G.L.O.W. forman una paleta multicultural. En la era de los repartos con atención a la diversidad, las guionistas logran que reflexionemos sobre los estereotipos raciales a través de caricaturas pop.

    -Ojo con la letra pequeña: Campo de estudio en auge desde, precisamente, los años 80, la discriminación laboral juega un papel importante en el microcosmos de GLOW y aporta valiosas lecciones:siempre hay que leer la letra pequeña del contrato; entre el trabajo más satisfactorio de tu vida y un tío, ya quedaréis otro día; si una mujer quiere poder no le bastará con tener dinero (su opinión puede seguir siendo ignorada aunque esté por derecho propio en el despacho de dirección).

    Te gustará si…
    Por los tiernos ojos de tu infancia se coló Pressing Catch, programa matinal (surrealista) de gran éxito en el Telecinco de los 90. Es decir, si alucinaste con las caídas de esos señores con hipertrofia muscular y diste por sentado que lo que quiera que fuera aquello, no era para ti.

    4. El cuento de la criada (HBO)
    Margaret Atwood imaginó un EE.UU. reconvertido en una dictadura ultrarreligiosa, donde las primeras víctimas serían mujeres, esclavizadas y reconvertidas en “criadas”, cuyas tareas incluyen ser violadas y engendrar hijos.

    Lecciones de vida
    -No es no: Las escenas de tortura y violación en la serie han sido criticadas por estar rodadas con un estilo publicitario, coreografiado y extrañamente estético. Sin embargo, son muchas las voces que alaban su valentía a la hora de romper tabúes y mostrar víctimas resilientes que no solo sobreviven sino que luchan por todos y cada uno de sus hijos, deseados o no.

    -Gilead existe: Tal vez una de las mayores lecciones que hemos podido extraer de esta ficción prospectiva es la conciencia de que, en efecto, esto está pasando. El debate sobre la gestación subrogada está vigente. Las violaciones sistemáticas ocurren en muchas partes del mundo. Lo mismo que el cautiverio y la esclavitud sexual.

    -No dejes que los bastardos… La experiencia del dolor compartido desde la sororidad y el empoderamiento es un hallazgo de la serie. Nolite te bastardes carborundorum [“No dejes que los bastardos te jodan”] es el mensaje que le llega a June de parte de una antecesora en el infierno.

    Te gustará si…
    Te da miedo el futuro y, a ratos, también el presente.

    5. Stranger Things (Netflix)
    Un grupo de cuatro chicos y dos chicas de la América profunda se enfrenta a dos retos terroríficos: la adolescencia y un monstruo interdimensional. Entre noviazgos y discusiones, tendrán que encontrar tiempo para salvar el mundo. Paradoja que nos recuerda a la inolvidable representante del feminismo juvenil catódico: Buffy Cazavampiros.

    Lecciones de vida
    -Las madres solteras son heroínas modernas: Winona Ryder, actriz que vivió en primera persona los estragos de Hollywood, interpreta a Joyce Byers, madre coraje capaz de trabajar dos turnos, luchar contra juntas médicas, ver morir a sus parejas y cuidar de sus hijos. En esta serie, los sacrificios maternos incluyen ir a buscar a su hijo Will al infierno (literalmente) y volver para contarlo. Otras familias biparentales de la serie, estables, suburbanas y aparentemente perfectas no durarán juntas, o ni siquiera vivas, ni dos capítulos.

    -La amistad (no sexual) entre hombre y mujer sí es posible: La comedia romántica adolescente de los 90 hizo caja con la trama de chica rara que se enamora del chico popular del instituto y, tras florecer y lograr normalizarse, le conquista. Una versión moderna y más optimista del patito feo convertido en cisne, de muy dudoso feminismo. En la tercera temporada de Stranger things, la relación entre Steve y Robin, uno de los puntos fuertes de la trama, no solo desmonta el topicazo sino que representa una maravillosa historia de amistad culminada en el putrefacto suelo del baño de unos multicines.

    Te gustará si…
    De pequeña disfrutaste las películas de aventuras y ciencia ficción de Spielberg o Stephen King, y de mayor te diste cuenta que todos los personajes femeninos eran meros acompañantes secundarios y/o intereses sexuales del protagonista.