Autor: Editora

  • La frustración y el enojo: la ruta para denunciar el abuso sexual en México

    La frustración y el enojo: la ruta para denunciar el abuso sexual en México

    Cuatro mujeres relatan las dificultades para llevar ante la justicia sus casos de abuso sexual.

    Amyra, Eloísa, Itxaro y Priscila no se conocen. Algunas se han visto una vez en la vida. Pueden haber coincidido en alguna manifestación. Sin embargo, están unidas por el hilo invisible de la violencia de género en México, un país donde el 66% de las mayores de 15 años ha sido víctima de violencia, según una encuesta de 2016 sobre relaciones en el hogar. La mayoría nunca denunció lo que le sucedió, algo similar a lo que sucede con el resto de delitos en un sistema de justicia que permite una alta impunidad. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el Inegi, afirma que el 64% de la población no confía en la policía y considera que el proceso de denuncia es una pérdida de tiempo.

    Ellas cuatro forman parte del 10% que decide llevar la violencia de género ante la justicia. Denunciar en el país de América Latina con la mayor tasa de feminicidios, según Amnistía Internacional, puede ser largo, costoso, desgastante y decepcionante. El 93% de todos los delitos quedan sin resolverse. Incluidos los sexuales, cuya denuncia ha aumentado un 20% en lo que va de 2019, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).

    Mientras la frustración y el agotamiento se acumulan por un sistema de justicia colapsado, la rabia y el enojo se condensan en las calles y dan paso a los gritos desgarrados, los cristales rotos y las paredes pintadas. El 3 de agosto una adolescente de 17 años aseguró haber sido violada por policías de la Ciudad de México cuando volvía a su casa de una fiesta. La fiscalía local afirmó que el ministerio público examinó a la joven cuatro días después de los hechos por lo que se perdieron las pruebas de la violación. La forma errática en que las autoridades han manejado el caso pone en duda la eficacia de la investigación.

    Hace dos años, Amyra Lira tuvo una sensación similar cuando le dijeron que la carpeta de investigación donde estaba su caso de violación se había perdido por obras en el edificio. Ella había denunciado al que era su jefe, un importante director teatral, de haberla violado reiteradamente. Cuenta a EL PAÍS que pese a tener todas las pruebas a su favor, incluido el peritaje psicológico que certificaba que era víctima de violación, la justicia desestimó el caso. “No me imaginé que iba a ser tan duro contar tu testimonio a cinco personas distintas. Primero te recibe un funcionario del Ministerio Público, después pasas al peritaje psicológico, luego con la policía de investigación, después tienes que contarlo en la parte médica y luego otra vez con el Ministerio Público. Recuerdo que estuve más de seis horas denunciando”, dice Lira.

    Una manifestación de mujeres, en Chiapas.
    Una manifestación de mujeres, en Chiapas.CARLOS LÓPEZ EFE

    La directora de la organización Equis Justicia, Ana Pecova, considera que incluso con una denuncia las posibilidades que el caso llegue a un tribunal son muy bajas. “En violaciones, solo en el 11% de los casos se abre una carpeta de investigación y de esto, solo el 2.4% resulta en alguna sentencia”, explica. La abogada experta en género, Estefanía Vela, considera que el problema de fiscalías y autoridades de justicia es multifactorial. “No solo tenemos fiscalías machistas que revictimizan. Tenemos instituciones que se están cayendo a pedazos. Falta capacidad técnica y presupuestaria”, dice Vela, quien insiste en que, además de la vía penal, hay que buscar justicia en el derecho laboral, civil y administrativo para prevenir la discriminación. “La impunidad no solo tiene que ver con la incapacidad de las instituciones para responder, sino con la incapacidad de la ciudadanía para acercarse a las instituciones”, agrega Pecova.

    Eloísa Farrera acudió con el departamento de recursos humanos del periódico en el que trabajaba para denunciar el acoso y hostigamiento que había sufrido por parte de su jefe durante tres años. “Cuando hice la primera queja avisaron a mi acosador y me regresaron a mi puesto sin protección”, explica la periodista. “Quise agotar la vía institucional para llegar a una solución, pero su investigación interna determinó que no había acoso”, agrega. Meses después y sin trabajar junto al hombre que la agredió, la empresa despidió a Eloísa, quien lleva dos años peleando su caso en la vía administrativa. “En un país en el que asesinan a nueve mujeres cada día, es clave que haya medios donde se haga periodismo incluyente, humano, sin sexismo, sin machismo y sin violencias”, dice Farrera.

    Su señalamiento fue uno de tantos que se hicieron públicos mediante el movimiento #MeToo en marzo de 2019. Miles de acusaciones por abuso y acoso sexual explotaron en redes sociales y agitaron el mundo de la música, el cine, el periodismo, el arte y la literatura, exponiendo los diferentes tipos de violencia que viven las mujeres en el ámbito laboral y personal en México.

    Itxaro Arteta también expuso a su acosador a través de las redes. Su intento de denuncia por la vía penal se frustró cuando en el ministerio público le explicaron que pese a que su acosador enviaba fotos íntimas suyas a su trabajo con insultos y calumnias, no era constituyente de delito porque no era una amenaza. “Cuando te dicen: ‘¿por qué no denuncias?’, pues porque no es cosa fácil denunciar. No tenía duda de que era él, pero no podía acusarle. Fue muy desgastante, mina tu estabilidad emocional y tu confianza”, responde Arteta.

    Priscila Alvarado también recurrió a las redes sociales para señalar que el director académico de su universidad la había besado sin su consentimiento y la acosaba a través de redes sociales. Dos años antes había acudido a las autoridades de la institución, sin éxito. “No creí que dar la cara doliera tanto”, responde Alvarado a este periódico. “Cuando un hombre te toca, te besa y abusa de ti, hay muchas cosas que cambian en tu interior. Han intentado descalificarme con que tengo un problema mental o que yo lo provoqué y sí tengo miedo, pero estoy decidida a que las cosas tienen que ser diferentes por todas las chicas que vienen detrás”, responde Priscila. La joven denunció su caso a través de la vía de los derechos humanos y por la justicia civil.

    Después de que archivaran el caso de Amyra el único recurso que le quedó fue “hacer denuncia social” como ella lo llama junto con otras 22 mujeres abusadas por el director teatral. “Me di cuenta de que todo el proceso por el que pasé para pedir justicia no fue suficiente y tuve una crisis muy fuerte de desconfianza en las autoridades”, explica. “Merecemos sanar y que la gente se entere de lo que me pasó me ha hecho sentir más fuerte. No creo que sea una víctima, soy una sobreviviente”.

    Toda la información e imágenes son de EL PAÍS.
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  • ¿Qué es la alerta de violencia de género contra las mujeres?

    ¿Qué es la alerta de violencia de género contra las mujeres?

    Luego de conocerse varios casos recientemente sobre mujeres violentadas en la Ciudad de México, distintas organizaciones pidieron que en la capital del país se declare la alerta de violencia de género, aunque si el gobierno local aplica 17 medidas de prevención esta declaratoria no sería necesaria.

    “La alerta consiste en un conjunto de acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida y/o la existencia de un agravio comparado que impida el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres, en un territorio determinado (municipio o entidad federativa); la violencia contra las mujeres la pueden ejercer los individuos o la propia comunidad”, explica el Instituto Nacional de la Mujeres.

    Cuando se declara dicha alerta se pretende que las niñas y mujeres tengan una vida sin violencia, conforme lo establece el artículo 23 de la Ley general de acceso de las mujeres a una libre de violencia.

    Dicho artículo establece:

    La alerta de violencia de género contra las mujeres tendrá como objetivo fundamental garantizar la seguridad de las mismas, el cese de la violencia en su contra y eliminar las desigualdades producidas por una legislación que agravia sus derechos humanos, por lo que se deberá:

    • Establecer un grupo interinstitucional y multidisciplinario con perspectiva de género que dé el seguimiento respectivo
    • Implementar las acciones preventivas, de seguridad y justicia, para enfrentar y abatir la violencia feminicida
    • Elaborar reportes especiales sobre la zona y el comportamiento de los indicadores de la violencia contra las mujeres
    • Asignar los recursos presupuestales necesarios para hacer frente a la contingencia de alerta de violencia de género contra las mujeres
    • Hacer del conocimiento público el motivo de la alerta de violencia de género contra las mujeres, y la zona territorial que abarcan las medidas a implementar

    De acuerdo con el Instituto de las Mujeres, hasta octubre del año pasado se emitieron 13 alertas de género en distintas entidades del país:

    • Estado de México: Se declaró el 31 de julio de 2015 en 11 municipios: Ecatepec de Morelos, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla de Baz, Toluca de Lerdo, Chalco, Chimalhuacán, Naucalpan de Juárez, Tultitlán, Ixtapaluca, Valle de Chalco y Cuautitlán Izcallí.
    • Morelos: Se declaró el 10 de agosto de 2015 para ocho municipios: Cuautla, Cuernavaca, Emiliano Zapata, Jiutepec, Puente de Ixtla, Temixco, Xochitepec y Yautepec.
    • Michoacán: Se declaró el 27 de junio de 2016 para 14 municipios: Morelia, Uruapan, Lázaro Cárdenas, Zamora, Apatzingán, Zitácuaro, Los Reyes, Pátzcuaro, Tacámbaro, Hidalgo, Huétamo, La Piedad, Sahuayo y Maravatío.
    • Chiapas: Se declaró el 18 de noviembre en 7 municipios del estado: Comitán de Domínguez, Chiapa de Corzo, San Cristóbal de las Casas, Tapachula, Tonalá, Tuxtla Gutiérrez y Villaflores. Asimismo, requiere acciones específicas para la región de los Altos de Chiapas, la cual incluye los municipios de Aldama, Amatenango del Valle, Chalchihuitán, Chamula, Shanal, Chenalhó, Huiztán, Larráinzar, Mitontic, Oxchuc, Pantelhó, San Cristóbal de las Casas, San Juan Cancuc, Santiago El Pinar, Tenejapa, Teopisca y Zinacantán.
    • Nuevo León: Se declaró el 18 de noviembre en 5 municipios del estado: Apodaca, Cadereyta Jiménez, Guadalupe, Juárez y Monterrey.
    • Veracruz: Se declaró el 23 de noviembre de 2016 en 11 municipios: Boca del Río, Coatzacoalcos, Córdoba, Las Choapas, Martínez de la Torre, Minatitlán, Orizaba, Poza Rica de Hidalgo, Tuxpan, Veracruz y Xalapa.
    • Sinaloa: Se declaró el 31 de marzo de 2017 en 5 municipios:  Ahome, Culiacán, Guasave, Mazatlán y Navolato.
    • Colima: Se declaró el 20 de junio de 2017 en 5 municipios: Colima, Coquimatlán, Cuauhtémoc, Tecomán y Villa de Álvarez.
    • San Luis Potosí: Se declaró el 21 de junio de 2017 en 6 municipios: Ciudad Valles, Matehuala, San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez, Tamazunchale y Tamuín.
    • Guerrero: Se declaró el 22 de junio de 2017 en 8 municipios: Acapulco de Juárez, Ayutla de los Libres, Chilpancingo de los Bravo, Coyuca de Catalán, Iguala de la Independencia, José Azueta, Ometepec y Tlapa de Comonfort.
    • Quintana Roo: Se declaró el 7 de julio de 2017 en tres municipios: Benito Juárez, Cozumel y Solidaridad. Asimismo, requiere acciones específicas para el municipio de Lázaro Cárdenas, municipio de población indígena.
    • Nayarit: Se declaró el 4 de agosto de 2017 en siete municipios: Acaponeta, Bahía de Banderas, Del Nayar, Ixtlán del Río, Santiago Ixcuintla, Tecuala y Tepic. Asimismo, establece acciones específicas para los municipios con predominante población indígena: Del Nayar, La Yesca y Huajicori.
    • Veracruz: Se declaró el 13 de diciembre de 2017 por agravio comparado a los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

    DECLARAR LA ALERTA TARDA MÁS DE 30 DÍAS

    La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) es el organismo que emite la alerta de género; sin embargo, ésta tarda más de 30 días en activarse, pues pasa por una mesa de análisis en donde se revisa cada caso.

    La titular de la Conavim, María Candelaria Ochoa, explica que el proceso para activar una alerta empieza por la recepción de la solicitud de cada entidad, municipio o alcaldía, la cual debe comprobarse con información o a través de una asociación civil o una comisión de derechos humanos. Posteriormente la Conavim hace una revisión de las condiciones en materia de feminicidios y se realiza un diagnóstico con especialistas para determinar la situación; dicho proceso puede tardar más de 30 días hábiles.

    “(Hasta el momento) no se ha quitado ni una alerta de género, pero nosotros aspiramos a no tener más y a atender a las entidades que la tienen, con el fin de que no se detonen más”, indicó.

    Toda la información e imágenes son de PUBLIMETRO.
    Link original: https://www.publimetro.com.mx/

  • Piden restauradoras no retirar pintas del Ángel hasta resolver violencia contra mujeres

    Piden restauradoras no retirar pintas del Ángel hasta resolver violencia contra mujeres

    Un grupo de más de cien mujeres especialistas en restauración y conservación del patrimonio cultural pidieron dejar las pintas en la columna del Ángel de la Independencia realizadas el pasado viernes.

    En un escrito, dirigido a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, el colectivo «Restauradoras con Glitter» afirmó que de ninguna manera deberían retirarse los mensajes hasta que no se atienda y se resuelva el problema de inseguridad que padecen las mujeres.

    “El patrimonio cultural puede ser restaurado, sin embargo, las mujeres violentadas, abusadas sexualmente y torturadas nunca volverán a ser las mismas; las desaparecidas seguirán siendo esperadas por sus dolientes y las asesinadas jamás regresarán a casa. Las vidas perdidas no pueden restaurarse, el tejido social sí”, explica.

    El texto señala  que el patrimonio no es es estático y que con él se expresan ideas que generan identidad y sentido.

    “Consideramos que por su alta reelevancia social, histórica y simbólica, las pintas deben ser documentadas minuciosamente, con el objetivo de enfatizar y mantener viva la memoria colectiva sobre este acontecimiento y sus causas”.

    Se informó que el colectivo entregará la carta este jueves a la jefa de Gobierno, en una visita que realizarán este jueves a las 6:00 horas.

    Toda la información e imágenes son de EL UNIVERSAL
    Link original: https://www.eluniversal.com.mx/

  • Estamos en una nueva fase de luchas feministas: Segundo Congreso Feminista de Chiapas

    Estamos en una nueva fase de luchas feministas: Segundo Congreso Feminista de Chiapas

    Las mujeres del Segundo Congreso Feminista de Chiapas respaldan el movimiento feminista y sus diversas expresiones del pasado 16 de agosto en 18 estados del país, así como a las jóvenes de la Ciudad de México y señalan que estamos en una nueva fase de las luchas feministas.

    Exigen a los tres niveles de gobierno –federal, estatal y municipal- implementar medidas inmediatas y efectivas para detener esta barbarie.

    Exigen respeto a las mujeres que han sido amenazadas como el Colectivo Feminista Mar Violeta del municipio de Tonalá, y el seguimiento a la denuncia pública realizada por la misma colectiva.

    Consideran que toda amenaza puede poner en riesgo o grave peligro la vida de las mujeres, muestran su preocupación por las amenazas hacia las mujeres, sean abiertas o veladas, privadas o públicas, muchas de ellas expresadas profusamente en las redes sociales.

    Atrás de las cifras alarmantes están los nombres propios de niñas y adolescentes que se pierden, mientras que sus familiares lloran sus muertes.

    En el contexto actual, de acuerdo con el Observatorio Feminista Contra la Violencia a las Mujeres de Chiapas, del primero de enero al 31 de julio, tan sólo en la entidad, han ocurrido 120 muertes violentas de mujeres, de las cuales 49 son feminicidios consumados.

    México es el primer país de América Latina en número de feminicidios ocurridos de enero a junio de 2019, con 1,120 muertes violentas de mujeres.

    La violencia sexual contra las mujeres y la desaparición de niñas de entre 12 y 17 años –como ha reconocido el propio Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, la UNICEF- ha tomado dimensiones alarmantes.

    El registro lleva consigo 12 feminicidios infantiles desde que se emitió la Alerta Violencia de Género el 18 de noviembre del 2016 a la fecha, suicidios sospechosos, mujeres migrantes sin nombre y violaciones sexuales en su mayoría a niñas y adolescentes.

    Al referirse “al caso reciente de la joven violada por cuatro policías preventivos en la Ciudad de México –nosotras, sí te creemos-, y la respuesta inadecuada del gobierno capitalino, ha dado lugar a una de las más importantes manifestaciones feministas contra la violencia en la última década.”

    Cuestionaron lo hecho por los gobiernos desde 1993 cuando se encendieron las primeras alarmas por los feminicidios en Ciudad Juárez, y por qué no han tenido efecto las Alertas de Género en los estados.

    Estamos en una nueva fase de las luchas feministas, afirmaron, por lo que expresaron su solidaridad a las jóvenes que se han manifestado bajo formas nuevas y nos sumamos a su esfuerzo bajo las nuevas estrategias:

    “Convocatorias en las redes sociales, pronunciamientos a cada instante en las mismas, manifestaciones en distintos puntos del país el mismo día, y, esta vez, con actos que revelan el intento por hacer justicia con la propia mano”. Frente al silencio, el grito. Frente a la impunidad, el grito.

    Violencia es la indiferencia. Violencia es la impunidad, afirmaron tras señalar que las feministas gritan contra el Patriarcado e intentan romper cada una de sus estructuras porque nadie sino nosotras daremos soluciones a los grandes problemas que nos aquejan: las violencias a las mujeres, los feminicidios. Nadie sino nosotras daremos pasos firmes para acabar con las violencias en todas sus formas: tenemos que ir a la raíz de ellas.

    Señalaron que comprenden la polarización en la sociedad frente a los sucesos recientes, pero también expresaron que el hartazgo se entiende.

    “Durante cuatro décadas hemos intentado todo: organizarnos, hacer movilizaciones, cabildeo institucional, leyes, denuncias, talleres, monitoreo, acompañamiento a las víctimas y sus familias…. Todos esos intentos no han rendido frutos, las violencias contra las mujeres no cesa, al contrario, incrementa día con día”.

    Cada día, a través de los medios de comunicación, nos enteramos con profundo dolor, pero también indignación y coraje, sobre miles de casos de violencia contra las mujeres en todos sus tipos y modalidades.

    Entre las integrantes del Segundo Congreso Feminista de Chiapas se encuentran Inés Castro Apreza, Karla L. Somosa Ibarra, Tatiana Jiménez Domínguez, Selene Domínguez, Saila Aguilar, Alejandra Soriano, Candelaria Rodríguez, Claudia Trujillo Rincón, GelitzlyPacheco Montero, Delia Estrada Sánchez, Guadalupe Coutiño Pereyra.

    Toda la información e imágenes son de SEMMEXICO.
    Link original: https://www.semmexico.mx/?

  • Qué es el urbanismo feminista y qué propone para las ciudades

    Qué es el urbanismo feminista y qué propone para las ciudades

    Las ciudades parecen haber sido hechas para hombres y no para todos: mujeres, niños, jóvenes, ancianos, discapacitados, comunidad diversa, etc. Este es uno de los postulados del urbanismo feminista, una forma de planear las ciudades más allá de los “valores patriarcales”.

    Por eso, varios colectivos analizan las distintas formas de vivir la ciudad para, al final, fortalecer la equidad en las experiencias urbanas para todo tipo de edades, trabajos y hasta inclinaciones sexuales. Aunque, claro, el énfasis se hace en las mujeres.

    Fonseca, colombiana y arquitecta, ha recorrido las calles de Barcelona y otras ciudades junto a sus compañeras preguntando cómo se vive y percibe la ciudad. Asegura que el diálogo con las comunidades es clave a la hora de construir una ciudad realmente equitativa. “El urbanismo actual se enfoca en la esfera productiva: prioriza los viajes distantes, el carro particular, la economía, pero desatiende los derechos sexuales y el cuidado. Queremos utilizar la experiencia de las personas para enriquecer los proyectos y poner la vida cotidiana en el centro de las decisiones urbanas. Queremos reclamar que el urbanismo actual es neutro y desconoce la diversidad”, afirma.

    Por eso, Punt 6, además de hacer diálogo comunitario para entender las falencias del urbanismo, realiza auditorías con perspectivas de género en planes urbanísticos.

    Urbanismo feminista

    Así son los diálogos y mapeos comunitarios que hace Punt 6 en Barcelona.

    Foto:

    Cortesía Punt 6

    Ahora, la pregunta es casi obvia: ¿cómo una ciudad reproduce ‘valores patriarcales’ y afecta a mujeres y otras poblaciones? Fonseca explica que todo comienza por ignorar el valor del cuidado y las labores cotidianas que suelen hacer las mujeres.

    Reconocerlas “implica hacer posible su acceso a un transporte público seguro, que sus trabajos no estén alejados del hogar y solo ubicados en polígonos industriales, que haya infraestructura para ir con coches o sillas de ruedas, o que haya más baños públicos”, enumera, aunque hace una salvedad: “No significa perpetuar su labor cuidadora. Hay que compartir las cargas. Pero, mientras sucede, queremos hacerles más fácil la vida”.

    No inventamos el urbanismo feminista. Pero sí unimos partes de un puzle desde la geografía, la historia, la sociología y el urbanismo para reivindicar a la mujer en la ciudad

    Uno de los mayores obstáculos para vivir la ciudad, siendo mujer, es la noche. Tales y tantas son las dificultades que significan transitar por las calles a altas horas que el colectivo hizo un juicioso análisis al respecto y produjo una guía en 2017: ‘Nocturnas: La vida cotidiana de las mujeres que trabajan de noche en el área metropolitana de Barcelona’.

    El drama tiene múltiples caras: acoso sexual, atracos, miedo e inseguridad, menos opciones de movilidad, cambios de rutas y mayores gastos.

    Según el estudio de caso, hay opciones para mejorar la situación: 
    ajustar la frecuencia y cobertura del transporte público para que llegue a todos los puntos, crear más señalización para encontrar rutas, mayor vigilancia, fortalecer la presencia de espacios comerciales abiertos, conocer el sector, iluminar zonas peatonales, eliminar espacios donde puedan ocultarse atacantes y limpiar el espacio público.

    Estudios como este han sido exitosos en el caso de Punt 6 porque se cobijan bajo la Ley de Barrios (2004) en su punto seis, que impulsa la equidad de género en el uso del espacio urbano y los equipamientos. Desde el Estado hubo voluntad de hablar de género.Pero otros colectivos en el mundo aún tienen un largo camino por recorrer.

    Ciudad Feminista (Chile)

    Hace poco más de un año, un grupo de académicas de la Universidad de Chile logró consolidar la plataforma Ciudad Feminista, un proyecto académico, político y territorial que cruza el urbanismo, la geografía y el feminismo. Pero, en este caso, con las particularidades y retos del contexto latinoamericano.

    “Aquí, el concepto de urbanismo feminista se ha desarrollado hace muy poco. Por eso queremos hablar de él, para pensar soluciones efectivas que no vengan de afuera, sino de las voces de nuestra gente”, dice Patricia Retamal, Magíster en Estudios de Género y cofundadora del colectivo.

    Como sus colegas de Barcelona, las integrantes de ‘Ciudad Feminista’ insisten en que las ciudades se han pensado para un sujeto único “masculino, blanco, sano y joven”, y se desconoce un enfoque intersecciónal que ponga en el centro la vida cotidiana y que comprenda tres aspectos clave: seguridad, movilidad y economía.

    Aunque algunos de los retos suelen ser universales, Retamal y su grupo han identificado puntos de riesgo particulares en su ciudad: cómo las grandes construcciones y proyectos inmobiliarios en Chile, que han avanzado de forma desmedida y sin mayor regulación, los que alteran a las comunidades y en espacial los trayectos de las mujeres y las niñas y las ponen en situaciones de riesgo, por ejemplo.

    Aquí, el urbanismo feminista se ha desarrollado hace muy poco. Por eso queremos hablar de él, para pensar soluciones efectivas que vengan de las voces de nuestra gente

    “Mientras se construye, se crean caminos peatonales alternativos (más estrechos y oscuros), hay escombros en las calles, las rutas de buses cambian y las mujeres tienen que interactuar con estos nuevos obstáculos”, detalla Retamal, quien también ha hecho hallazgos significativos de los riesgos para las mujeres en las zonas periféricas de la ciudad. “Quienes viven lejos no se desenvuelven con la misma seguridad que mujeres que viven en barrios más tranquilos y de clases acomodadas. Para llegar a casa toman varios transportes, ya sea porqué los recorridos no son adecuados o porque simplemente temen caminar”.

    ‘Ciudad Feminista’ ha hecho reconocimiento en calle, auditorías y ha desarrollado cursos en la Universidad de Chile. “En clases intentamos sembrar una semilla a los y las estudiantes para que desarrollen proyectos que involucren problemáticas urbanas con perspectiva feminista”, indica Retamal.

    Urbanismo feminista

    Uno de los más recientes trabajos de ‘Ciudad Feminista’ se hizo en la línea 6 del metro de Santiago de Chile.

    Foto:

    Cortesía Ciudad Feminista

    Reconociendo que es difícil promover con tan pocos ejemplos. “Actualmente hay resistencia, ya que se omite la perspectiva de genero y la vida cotidiana en los proyectos urbanos. Si no hay un cambio desde ahí, vamos a seguir reproduciendo desigualdades”, comenta Retamal y lamenta que, aunque hayan auditorías y espacios consultivos con la comunidad para hacer más equitativos y diversos los proyectos, no siempre las conclusiones son vinculantes y las ciudades se siguen construyendo bajo un modelo patriarcal.

    Esto, como en España, se irá resolviendo poco a poco. Fonseca, de Punt 6, reconoce que es clave la voluntad política.

    Por ahora, lo cierto es que las mujeres ya dan pasos de gigante en las ciudades. Con carteles en el suelo, mujeres, ancianos y niños de España y Chile ya pintan la ciudad que se imaginan. En Barcelona ya hay bancos para los mayores, caminos escolares seguros para las niñas y patios donde puedan practicar deportes que antes solo eran para niños. En Chile ya se realizan intervenciones en barrios específicos para promover estrategias de seguridad colectiva entre mujeres y exigir cambios.

    Las ciudades pueden ser feministas. Y el asunto puede favorecer a todos sus habitantes.

    ANA PUENTES

    Toda la información e imágenes son de El Tiempo.
    Link original: https://www.eltiempo.com/bogota

  • Según este estudio, el uso de términos neutrales de género sí que favorece la igualdad de género.

    Según este estudio, el uso de términos neutrales de género sí que favorece la igualdad de género.

    En su estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, Margit Tavits y Efrén Pérez describen experimentos que realizaron con voluntarios suecos.

    Según un nuevo estudio sueco, hay evidencia que sugiere que el uso de términos neutrales de género para describir a las personas promueve la igualdad de género.

    En su estudio publicado en Proceedings of the National Academy of SciencesMargit Tavits y Efrén Pérez describen experimentos que realizaron con voluntarios suecos.

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    En 2012, los suecos empezaron a debatir la adición de una nueva palabra a su idioma para describir a las personas de manera neutral en cuanto al género. El idioma ya tenía las palabras hon y han, para él y ella respectivamente, pero la palabra «hen» fue propuesta para describir a las personas sin referirse a su género.

    Hacia el 2015, el uso de la nueva palabra se había convertido en algo común y se agregó al glosario de la Academia Sueca. Para averiguar si la inclusión de este término había reducio el sesgo sexual, se realizaron tres experimentos con más de 3 000 voluntarios.

    En el primer experimento, los voluntarios miraron una imagen que mostraba a un personaje andrógino paseando a un perro. A cada uno se le pidió que usara el conocido hon o han o la nueva palabra, hen, para describir la acción en la imagen. En el segundo experimento, los voluntarios completaron una historia corta sobre una persona de género desconocido que se postula para un cargo. El experimento final consistió en solicitar opiniones de personas LGBT y no binarias.

    Las personas que usaron la nueva palabra, hen, para describir la imagen de quien paseaba al perro tenían menor probabilidad de usar un nombre masculino para su personaje. También descubrieron que las personas se tomaban la misma cantidad de tiempo para escribir la historia sobre la persona que se postulaba para un cargo, independientemente del término que usaban para describirlas. También mostraban mayor aceptación hacia las personas LGBT.

    Los investigadores concluyen sugiriendo que la introducción de la nueva palabra en el léxico sueco ha llevado a un lenguaje más inclusivo de género. Sugieren además que tal inclusión podría estar conduciendo a un menor sesgo de género y la promoción de la igualdad de género.

    Naturalmente, es todavía prematuro establecer una relación de causa-efecto: el lenguaje tiene un impacto muy débil en nuestro pensamiento y en nuestros prejuicios (a pesar de las hipótesis periclitadas de Sapir-Whorf), y más bien hay más evidencia de que todo funciona exactamente al revés: cambiamos el lenguaje cuando cambia nuestra percepción de la realidad.

    Toda la información e imágenes son de SEMMÉXICO.
    Link original: https://www.semmexico.mx/

  • Un pequeño paso para las astronautas en órbita requiere de un gran salto en la Tierra

    Un pequeño paso para las astronautas en órbita requiere de un gran salto en la Tierra

    Este año que se conmemora el quincuagésimo aniversario del alunizaje de la misión Apolo 11, la NASA lanzó Artemisa, programa que pretende “regresar a los astronautas a la superficie lunar para 2024, entre ellas la primera mujer y el siguiente hombre”.

    Habrá grandes obstáculos para quienes participen en el proyecto, pero la mujer que resulte la primera tendrá retos adicionales sencillamente por el hecho de que todo lo que tiene que ver con el espacio en Estados Unidos carga con el legado de Apolo. Y ese programa fue diseñado por y para hombres.

    No deliberadamente para hombres, tal vez, pero a las mujeres no se les permitió ser parte del programa de astronautas sino hasta finales de los años setenta y ninguna voló en condiciones reales hasta 1983, cuando Sally Ride se volvió la primera estadounidense en el espacio. Para entonces, el programa espacial ya había sido construido a partir del cuerpo de los varones.

    Si no reconocemos que había un sesgo en los inicios del programa espacial, nos será difícil hacer avances para revertirlo. Una de las cuestiones más interesantes de la NASA es su manera de pensar los fracasos: no son castigados, sino valuados, porque presentan una oportunidad de aprendizaje para salvar vidas o recursos en el futuro. Bobak Ferdowski, ingeniero de sistemas del Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL), alguna vez dijo: “Nuestros mejores errores son aquellos de los que podemos aprender”.

    Entonces, ¿qué lecciones nos dejan los errores de la NASA por los cuales las astronautas se quedaron en tierra en la era de Apolo?

    La más reciente data de abril, cuando la NASA tenía programada una caminata espacial que, casi por accidente, iban a realizar dos astronautas mujeres. La agencia tuvo que hacer cambios porque solamente había un traje espacial que fuera del tamaño correcto para el uso de las dos mujeres.

    Esto no es para condenar a la NASA de 2019, pero es muestra de una cadena causal que empezó con el programa de Apolo y que aún se siente hoy en las selecciones de personal.

    La ingeniera de vuelo Christina Koch, a bordo de la Estación Espacial Internacional. En marzo iba a estar en la primera caminata espacial de dos mujeres, pero no pudo participar debido a su traje.
    CreditNASA vía Associated Press

    Los trajes, llamados unidad de movilidad extravehicular, fueron diseñados hace más de cuarenta años a partir de los trajes diseñados para las misiones de Apolo, en un momento en el que todos los astronautas estadounidenses eran varones. Solamente cuatro de los dieciocho trajes todavía tienen una clasificación de aptos para volar y esos cuatro están en la Estación Espacial Internacional.

    En un inicio, NASA planeaba tener trajes de tamaño extrachico, pequeño, mediano, grande y extragrande. Por razones presupuestales, se abandonaron los planes para los extrachicos, pequeños y extragrandes. Sin embargo, muchos de los astronautas varones no cabían en los trajes grandes, así que sí se fabricaron los extragrandes. Los trajes chicos, no.

    Cady Coleman, astronauta que ha volado en dos trasbordadores y ha ido hasta la Estación Espacial Internacional, mide 1,62 metros; es, hasta la fecha, la persona de menor altura en hacer una caminata espacial. Cuando estaba capacitándose para ello, en el Laboratorio de Flotabilidad Neutral de la NASA, tuvo que improvisar para rellenar todo el espacio de sobra dentro de su traje.

    Dentro del traje, además, los astronautas usan las prendas de ventilación y de refrigeración líquida. Las prendas son como ropa interior larga cubierta por varios metros de tubos. De ahí se mueve agua para que los astronautas estabilicen su temperatura corporal. Los hombres y las mujeres usan la misma prenda a pesar de que biológicamente tenemos distintos patrones de transpiración.

    Los hombres sudan más que las mujeres entre quienes tienen un estado físico comparable; las zonas donde más transpiran los hombres son partes corporales distintas de las de las mujeres. Es decir: hay necesidades distintas para la vestimenta que ayuda a mantener la temperatura del cuerpo de los y las astronautas.

    Es algo que ya sabemos en temas como los termostatos y el aire acondicionado en oficinas: en varios casos se ponen a temperaturas más bajas, que son tolerables para los hombres mientras que a las mujeres les parece muy frío.

    A las mujeres se les pide hacer concesiones de cosas que parecerían pequeñas solo para que puedan participar. Y cada vez que hacemos eso perpetuamos la situación hacia el futuro.

    Vale la pena recordar la década de 1950, cuando parecía que a las mujeres iban a ser incluidas en el programa espacial estadounidense inicial.

    En los años cincuenta, antes de que alguien siquiera llegara al espacio, el experto en medicina aeroespacial Randolph Lovelace se preguntó qué tal les iría a las mujeres. Había diseñado las pruebas para astronautas del programa Mercury e incluyó a diecinueve mujeres para que hicieran la primera ronda de exámenes; trece los aprobaron. De hecho, Lovelace descubrió con las “primeras damas astronautas en entrenamiento” que a las mujeres podría irles mejor que a los hombres en el espacio.

    Eran más pequeñas, lo que reduciría el peso de la bodega de carga. Mostraban una salud cardiovascular mejor y un menor consumo de oxígeno. Además, toleraban mejor la fuerza centrífuga y tenían mejores resultados que los hombres en las pruebas de manejo del estrés y del aislamiento. (Una de las mujeres de Mercury era madre de ocho hijos; me imagino que revisó estas pruebas y, en comparación con su experiencia, pensó: “¿Y esto cuándo se va a poner difícil?”).

    Las candidatas al programa de trasbordadores de la NASA: Rhea Seddon, Kathryn D. Sullivan, Judith A. Resnik, Sally K. Ride, Anna L. Fisher y Shannon W. Lucid, en 1979
    CreditNASA
    La astronauta Cady Coleman en entrenamiento en el Laboratorio de Flotabilidad Neutral de la NASA, en 2010
    CreditNASA
    La aviadora Jerry Cobb en 1961. Fue parte de las Mercury 13, mujeres que recibieron capacitación de vuelo hasta que se decidió que ya no participarían.
    CreditNASA

    A pesar de ello, se puso fin a las pruebas. Las mujeres, después apodadas las Mercury 13 (las trece de las cápsulas Mercury), fueron ante el congreso estadounidense para intentar revertir la decisión pero, para entonces, Estados Unidos ya estaba en la carrera a la Luna. La idea de enviar a una mujer al espacio fue considerada una distracción, en parte porque la Unión Soviética ya lo había hecho con Valentina Tereshkova, en lo que muchos menospreciaron como tan solo un truco publicitario.

    La decisión contra las Mercury 13 significó que, para 1962, ya era una política de la NASA no capacitar a mujeres, como lo dijo un funcionario de la agencia especial en una carta a una joven que dijo estar interesada en ser astronauta. “No tenemos planes por el momento de darles empleos a mujeres en vuelos espaciales por los niveles requeridos de entrenamiento científico y de vuelo, así como las características físicas necesarias”.

    A los ojos modernos, esa declaración es claramente sesgada.

    Durante el proyecto Mercury, a los astronautas no se les exigía tener entrenamiento científico: necesitaban tan solo una licenciatura o un grado equivalente. John Glenn (el primer estadounidense en orbitar la Luna) ni siquiera se graduó de la universidad.

    Ahora, respecto al entrenamiento de vuelo: para el proyecto Mercury los astronautas necesitaban ser graduados de un colegio de pilotos, con un mínimo de 1500 horas de vuelo, y tener la calificación de piloto de jet.

    Era un requisito lógico porque se trataba de aeronaves experimentales y los pilotos de enfrentamiento ya tenían la experiencia de tomar notas de todo lo que sucede y dar reportes al respecto. Claro que en ese entonces los únicos colegios de pilotos eran militares y no aceptaban a las mujeres reclutas.

    Kari Love, experta en robótica y exdiseñadora de trajes espaciales, una vez me dijo: “Podemos mirar atrás y lograr entender por qué nadie del ámbito aeroespacial reparó en las mujeres, pero a estas alturas estamos frente a un riesgo total de que esa omisión se mantenga para la era de vuelos espaciales comerciales”.

    La astronauta Sunita Williams sale de un compartimento de la Estación Espacial Internacional en 2012. Williams es parte del equipo de viajes comerciales de la NASA.
    CreditNASA

    Los diseños de la aeronave y la plataforma lunar de las misiones Artemisa, si no se toma conciencia, reproducirán selecciones de diseño de la era Apolo, cuando solo había astronautas varones.

    El espacio entre peldaños de las escaleras será pensado para optimizar únicamente la distancia requerida por un varón promedio. La empuñadura del taladro inalámbrico que se usa en el espacio está pensada para la mano de los hombres.

    Y luego hay cuestiones que todavía ni siquiera podemos contestar por la falta de datos.

    Desde 1961, cuando Yuri Gagarin se volvió el primer hombre en llegar al espacio, más de quinientas personas han hecho ese viaje; 64 han sido mujeres. Se sabe que los astronautas reciben una mayor radiación cuando están en el espacio. Según estudios, en la Tierra la radiación puede afectar a las mujeres diez veces más que a los hombres. ¿Sucede lo mismo en el espacio?

    Al repasar los cincuenta años del hito de la misión Apolo y ahora que nos movemos hacia Artemisa, es importante examinar los sesgos iniciales del programa espacial para que los errores sean aquellos de los que se puede aprender. Si queremos que una mujer llegue por primera vez a la Luna debemos asegurarnos de que lo haga con herramientas que se desarrollaron tomándola en cuenta. Eliminar el legado de los sesgos previos es tan solo un pequeño primer paso para que se pueda dar un gran salto.

    Mary Robinette Kowal, ganadora del permio Hugo a obras de ciencia ficción y fantasía, es autora de las series The Glamourist Histories, de Ghost Talkers y de las novelas Lady Astronaut. Ha publicado trabajos en las revistas Uncanny, Cosmos y Asimov’s.

    Toda la información e imágenes son de NY Times.
    Link original: https://www.nytimes.com/es

  • Infobae incorpora la figura de editora de género y capacita a su equipo completo

    Infobae incorpora la figura de editora de género y capacita a su equipo completo

    En sintonía con un momento histórico en el mundo, resultado de la enorme potencia del movimiento de mujeres y los feminismos, Infobae ha decidido incorporar la figura de «editora de género». El objetivo de crear un cargo que hasta hace poco más de un año no existía en ningún medio del mundo es asegurar la perspectiva de género en todas las áreas del medio.

    Quien estará a cargo de ese trabajo será Gisele Sousa Dias, periodista especializada en género y diversidad, que trabaja en Infobae desde hace más de dos años. Sousa Dias dictó talleres para periodistas sobre el tratamiento de la violencia contra las mujeres en los medios y es magíster en Periodismo. Su tesis, próxima a publicarse en formato de libro, se titula «Sobrevivientes: el después de la violencia de género«. En 2014 obtuvo el premio ADEPA en la categoría «Derechos Humanos» por sus notas sobre violencia contras las mujeres.

    Su trabajo será transversal a todas las secciones de Infobae. No se trata de hacer «más temas de mujeres hechos por mujeres» sino de sacar a las mujeres de la invisibilidaden las coberturas, impulsar la igualdad y garantizar un tratamiento responsable de las distintas formas de violencia contra las mujeres cis, trans y travestis, niñas y adolescentes.

    En este contexto, Infobae convocó a Mariana Carbajal, periodista de referencia en la temática en Argentina, para capacitar a su equipo completo. Carbajal es, además, docente y autora de varios libros, entre ellos «El aborto en debate», «Maltratadas: Violencia de género en las relaciones de pareja» y «Yo te creo hermana».

    Ayer, durante la capacitación que comenzó en Infobae

    Ayer, durante la capacitación que comenzó en Infobae

    El ciclo -llamado «¿Cómo hacer periodismo con perspectiva de género?» comenzó ayer, se extenderá a lo largo de varios meses y tiene una particularidad: es transversal para todos los que hacemos Infobae, es decir, para las y los periodistas y también para la Gerencia General, Comercial, Administración y Finanzas, Recursos Humanos, Marketing y Branded Content.

    Infobae se suma a una decisión que, hasta el momento, sólo han asumido los medios más importantes del mundo. En enero de 2018, el New York Times designó a una periodista en el rol de editora de género, luego el diario El País, de España, y en junio de este año se sumó Clarín, en Argentina.

    Nuestro compromiso, además, es promover un cambio cultural para romper lo que se conoce como «techo de cristal», un obstáculo invisible en la carrera laboral de las mujeres que les impide llegar a cargos de liderazgo. Infobae es un ejemplo de ello, porque son mujeres quienes dirigen áreas vitales, tanto dentro como fuera del área periodística.

    Mariana Carbajal, periodista especializada en género, está a cargo del ciclo de capacitaciones.

    Mariana Carbajal, periodista especializada en género, está a cargo del ciclo de capacitaciones.

    Son mujeres la Editora de Cultura, Hinde Pomeraniec; la Editora de Tendencias, Daniela Blanco; la Editora general de fines de semana, Claudia Peiró; la Editora de Sociedad, Agustina Larrea; la Jefa de redes sociales, Jimena Marseillan y la Jefa de audiencias, Noel Scanarotti. También la directora periodística, Valeria Cavallo y la Directora editorial, Gabriela Cociffi.

    Son mujeres la Gerenta General de Infobae, Andrea López Barrios; la Directora comercial, Priscila Pipman; la Gerenta de Administración y Finanzas, Patricia Tupa; la Jefa de Recursos Humanos, Victoria Miliano; la Gerenta de Marketing, Verónica Forcinito y la Gerenta de Branded Content, Mariana Genolet.

    Próximamente, además, la empresa reafirmará su compromiso y sellará un pacto con el programa «Ganar-Ganar: La igualdad de género es un buen negocio», implementado por ONU Mujeres en asociación con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para promover la igualdad de género en el sector privado.

    Toda la información e imágenes son de INFOBAE.
    Link original: https://www.infobae.com/sociedad/2019

  • ¿Por qué están enojadas las mujeres?

    ¿Por qué están enojadas las mujeres?

    Tal vez usted, lector de sexo masculino, vio las imágenes de la marcha de mujeres del pasado viernes en la Ciudad de México. Tal vez se sorprendió con la furia de las manifestantes. Tal vez se preguntó por el origen de esa rabia. Tal vez necesite considerar los siguientes datos:

    1. En 2018, de acuerdo con datos del Inegi, fueron asesinadas 3,663 mujeres. Ese número es 157% mayor que el total de 2008 y 54% más que en 2015.

    2. En el estudio Patrones y Tendencias de los Homicidios en México, publicado por el Inegi hace tres meses, se señala lo siguiente: “Al analizar los casos en los que se conoce la relación de la víctima con las personas que presumiblemente cometieron el homicidio, se encontró que alrededor de 40% de los homicidios de mujeres fueron cometidos por sus parejas”.

    3. En 2017, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (Envipe), 12.9 millones de mujeres mayores de 18 años fueron víctimas de 16.8 millones de delitos. De ese total de delitos, las víctimas estuvieron presentes en el 56% de los incidentes. Y en más de un millón de casos, la víctima fue agredida físicamente durante la comisión del delito.

    4. También de acuerdo con la Envipe 2018, solo 16.1% de las mujeres afirmó sentirse segura en su entidad federativa. En la Ciudad de México, el porcentaje fue 9.8%. En el Estado de México, 6.8% (Nota: los porcentajes para hombres fueron 22.2%, 12.3% y 8.8%, respectivamente).

    5. De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (Endireh), 66.1% de las mujeres mayores de 15 años han sufrido al menos un incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o discriminación a lo largo de su vida.

    6. Según la misma fuente, cuatro de cada diez mujeres mayores de 15 años han sufrido, en el transcurso de su vida, al menos un incidente de violencia sexual y la tercera parte ha enfrentado algún tipo de agresión física.

    7. Siguiendo con la Endireh, 9.4 millones de mujeres sufrieron en el ámbito comunitario al menos un incidente de violencia sexual en los doce meses previos al levantamiento de la encuesta. Eso equivale a una de cada cinco mujeres. Casi 200 mil mujeres enfrentaron al menos un intento de violación en el mismo periodo y 71 mil fueron obligadas a sostener relaciones sexuales sin su consentimiento.

    8. Considerando la identidad de los agresores, vale la pena resaltar un dato: aproximadamente 670 mil mujeres sufrieron en los doce meses previos al levantamiento de la Endireh algún acto de violencia por parte de un agente de seguridad, policía, militar o marino. En casi 60% de esos casos, hubo una agresión de tipo sexual (desde insultos hasta violación, pasando por manoseo o tocamientos).

    9. El hogar tampoco ofrece mucha seguridad a las mujeres. De acuerdo con la Endireh, 4.8 millones de mujeres mayores de 15 años enfrentaron al menos un incidente de violencia en su ámbito familiar en el año previo a la encuesta. De ese total, 1.3 millones sufrieron una agresión física. Casi 600 mil recibieron patadas o golpes con el puño y más de 100 mil fueron atacadas con navaja, puñal o arma de fuego.

    10. Un último dato, tomado igualmente de la Endireh: 4.4 millones de mujeres de 15 años o más sufrieron abuso sexual en la infancia. De ese total, la cuarta parte (algo más de un millón de mujeres) fue violada en su etapa infantil.

    Dado esos datos, tal vez se entienda por qué están enojadas las mujeres. Tal vez.

    Toda la información e imágenes son de EL UNIVERSAL.
    Link original: https://www.eluniversal.com.mx/

  • Violencia. Aumentan delitos contra mujeres

    Violencia. Aumentan delitos contra mujeres

    Durango

    El cadáver de Dafne Michelle Gómez Vargas, de 18 años, fue hallado enterrado el 30 de julio en un terreno sobre la carretera a Parral, Chihuahua. Dafne había desaparecido desde el 8 de julio, cuando salió para asistir a una fiesta.

    El 19 de julio Wendy Janeth González Licón, también de 18 años, fue asesinada de un disparo en el cráneo cuando se dirigía a la localidad de Sapioriz, en el municipio de Lerdo. Según la fiscalía de Durango, Wendy abordó un vehículo donde iban Benjamín y Luis Andrés, de 28 y 22 años respectivamente, pero en algún momento detuvieron la marcha y Benjamín desenfundó el arma para matarla.

    En ambos casos, el de Dafne y Wendy, los presuntos responsables están detenidos, pero reflejan un aumento en la violencia feminicida en el estado, a pesar de que hace casi nueve meses fue emitida la Alerta de Violencia de Género para seis municipios. El 7 de noviembre de 2018, la Secretaría de Gobernación (Segob) anunció que, a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres  (Conavim), se emitía la declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres  (AVGM) en los municipios de Durango, Gómez Palacio, Lerdo, Mezquital, Pueblo Nuevo, Poanas, Tamazula, Canatlán, General Simón Bolívar, Mapimí, Nombre de Dios, Rodeo, Tlahualilo, Vicente Guerrero, Santiago Papasquiaro y Guadalupe Victoria.

    El objetivo, informó Segob, fue para que se implementaran “las medidas necesarias para cesar la violencia contra las mujeres  en la entidad, atendiendo las condiciones culturales, sociales e institucionales que obstaculizan el libre ejercicio de sus derechos humanos, particularmente del derecho a una vida libre de violencia y discriminación en razón del género”.

    La presidenta del organismo civil Sí hay mujeres en Durango, Julieta Hernández Camargo, recordó que la alerta inició por el tema de la violencia familiar y sexual. Sin embargo, refirió que en lo que va del año suman 14 homicidios de mujeres, aunque hasta el primer semestre sólo se reconocían cinco casos de feminicidio en el estado, uno más que todo lo contabilizado en 2018, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

    Hernández Camargo criticó que hasta la fecha ninguno de los 16 municipios con AVGM han contribuido en hacer algo para combatir la violencia hacia la mujer.

    Para Selene Name, presidenta de la asociación Nosotras, Nosotros, todos los asesinatos deben de investigarse con los protocolos de feminicidio desde que se decretó la alerta de género, y señaló que en el caso de la muerte de Dafne, el propio hecho que haya sido desaparecida es ya una característica de esta tipificación. “Pero no he escuchado a las autoridades que lo hagan”, indicó.

    Name pidió que se integren bien las carpetas de investigación y que se aplique la letra, pues afirmó que muchas veces las mismas autoridades “le sacan la vuelta” a la tipificación de feminicidio y terminan revictimizando a las mujeres.

    Aumentan delitos sexuales

    Las denuncias por delitos sexuales también aumentaron en este primer semestre del año en Durango, pese al decreto de alerta de género. Según datos del SESNSP, en el primer semestre se denunciaron 450 delitos sexuales, un aumento de 26.4%, en comparación con el primer semestre de 2018.

    Las denuncias por abuso sexual incrementaron 33.6%, en comparación del primer semestre de 2018; las denuncias por violación simple, un 34.7%, y las denuncias por acoso sexual, un 900%.

    Julieta Hernández Camargo, presidenta de Sí hay mujeres en Durango, consideró que uno de los grandes problemas en la entidad es la violencia sexual, sobre todo porque, indicó, Durango es un estado conservador donde muchos de los problemas de violencia familiar se quedan, precisamente, en “secreto de familia”.

    La activista enfatizó que se ha trabajado poco a poco en la promoción para que las mujeres se animen a denunciar y refirió el caso de una mujer de la sierra que supo que estaba siendo violada por su marido hasta que conoció a la asociación, pues ella creía que tenía que hacer sexualmente lo que el esposo quisiera.

    Hernández Camargo indicó que su organización estima que 80% de los delitos sexuales son cometidos en el círculo cercano de la víctima, por eso no se denuncian y alertó que la cifra negra debe ser altísima: “A veces, vemos casos donde hay embarazos producto de la violencia”, comentó.

    Recordó el caso de una jovencita que parió en un callejón de la capital y abandonó el producto. “Toda la violencia sexual causa los embarazos adolescentes y ahí está el problema”, afirmó.

    Pero el caso que refiere Julieta no es el único. El 27 de julio fue localizado un feto, de ocho a 12 semanas de gestación, en un camino de terracería en el ejido Benito Juárez, de la ciudad de Durango. El 4 de julio fue abandonada una recién nacida en el fraccionamiento Villas de Guadiana; cerca del lugar estaba la placenta.

    El 1 de junio otro feto fue encontrado en un terreno baldío del poblado El Conejo, al sur de Durango. Asimismo, el 1 de abril fue hallado un feto en una caja de zapatos en el panteón Valle de los Sabinos de la capital.

    Adriana Romo, de la Red de Mujeres de la Laguna, añadió que se ha presentado mucho el incremento en delitos sexuales en niños y niñas, y criticó que la sociedad cierra los ojos “ante una realidad tan cruda y lacerante”.

    “Es algo tan cruel que muchas personas prefieren voltear para otro lado y vemos niñas de 12, 13, 14 años pariendo”, lamentó.

    Repartición de recursos

    Julieta Hernández Camargo criticó la repartición que hizo la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), pues la mayor parte (11 millones 200 mil pesos) será destinada al programa Esmeralda de la Secretaría de Seguridad Pública, el cual consiste en atender a las mujeres que son violentadas y llevadas a un refugio.

    Se canalizarán también 400 mil pesos a un programa de empoderamiento económico del Instituto Estatal de las Mujeres y 265 mil pesos para la atención multidisciplinaria e integral de mujeres y niñas en situación de violencia de género y violaciones a derechos humanos, que forma parte de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas.

    Para Hernández Camargo, el presupuesto está “muy cargado”, pues se deberían apostar más recursos al tema de la prevención, “porque no se gana fortaleciendo el programa Esmeralda si continúan los panteones de mujeres muertas”. Agregó que en el estado únicamente hay un refugio para mujeres en la capital, cuando deberían de existir al menos cuatro en la entidad.

    “El programa Esmeralda es bueno, pero debemos considerar invertir en prevención. Cuando se educa a un niño se educa a futuro, pasa como con la ecología. Se tiene que acabar con los obstáculos culturales que son los más difíciles”, expresó.

    Selene Name, de la asociación civil Nosotras, Nosotros, también respaldó que no debe dejarse de largo el tema de la prevención de la violencia, pues expuso que se necesitan programas integrales para la prevención.

    Subrayó que, como asociaciones que promovieron la alerta de género, tienen que sentarse para buscar la forma de presionar para no dejar de lado la prevención de la violencia.

    Toda la información e imágenes son de EL UNIVERSAL.
    Link original: https://www.eluniversal.com.mx/