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  • 2.700 millones de mujeres en desigualdad: solo seis países ofrecen los mismos derechos laborales a ambos sexos

    2.700 millones de mujeres en desigualdad: solo seis países ofrecen los mismos derechos laborales a ambos sexos

    Las mujeres gozan solo de tres cuartas partes de los derechos legales que tienen los hombres y solo seis países del mundo ofrecen los mismos derechos a ambos sexos. Así lo indica un informe del Banco Mundial publicado el pasado 27 de febrero.

    El estudio analizó la discriminación de género en 187 países siguiendo de cerca los cambios legales al respecto en los últimos 10 años. Fueron utilizados ocho indicadores para evaluar el equilibrio de derechos otorgados a hombres y mujeres en su vida laboral; y la posibilidad de obtener el mismo cargo, un pago equitativo y una pensión justa, entre muchos otros.

    Los resultados demostraron que a nivel mundial se ha producido «un gran progreso» hacia la igualdad legal de género. En una escala de 0 a 100 el puntaje promedio ha aumentado de 70 a 75, en gran medida gracias a que 131 economías han realizado 274 reformas a leyes y regulaciones.

    «Esto incluye las 35 economías que implementaron leyes sobre acoso sexual en el lugar de trabajo, protegiendo a casi 2.000 millones más de mujeres que hace una década», resalta el documento.

    A nivel regional el sur de Asia tuvo la mayor mejora en su puntaje promedio, mientras que los países de Oriente Medio y África del Norte registraron el menor progreso. De los 39 países que alcanzaron 90 o más puntos, ocho se encuentran en Europa, entre ellos, Reino Unido, España, Alemania, Países Bajos, Italia y Austria. En Latinoamérica, Paraguay y Perú registraron las mejores cifras, con 94 y 95 respectivamente.

    Сambios insuficientes

    Bélgica, Dinamarca, Francia, Letonia, Luxemburgo y Suecia fueron las únicas naciones en obtener la máxima calificación al conseguir consagrar la igualdad de género en sus leyes laborales. Un logro que hace una década ninguna economía habría podido alcanzar.

    «El cambio está ocurriendo, pero no lo suficientemente rápido, y a 2.700 millones de mujeres todavía se les prohíbe legalmente tener los mismos puestos de trabajo que los hombres», asegura Kristalina Georgieva, presidenta interina del Banco Mundial.

    Georgieva resalta que en muchas partes del mundo las mujeres aún enfrentan leyes y regulaciones discriminatorias: «56 países no aprobaron ninguna reforma para mejorar la igualdad de oportunidades en este periodo de tiempo».

    «Si las mujeres tuvieran las mismas oportunidades para alcanzar su potencial máximo, el mundo no solo sería más justo, sino también más próspero», asevera Georgieva.

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  • Los números de la desigualdad en España

    Los números de la desigualdad en España

    Un año después de la primera huelga general feminista, la igualdad real entre hombres y mujeres es una quimera y siguen siendo ellas las que cobran menos, las que padecen mayor precariedad laboral, las que menos presencia tienen en la vida pública y las que más violencia sufren por el hecho de ser mujer.

    Una desigualdad que se sustenta en unas cifras que apenas han variado en los últimos doce meses:

    EMPLEO

    – Tasa de paro: mujeres (19 %), hombres (15,7 %). Brecha de género: 3,3 %

    – Salario medio anual: mujeres, 20.131 euros; hombres, 25.924 euros. Una brecha salarial que se sitúa en 5.793 euros, lo que significa que las mujeres ganan un 22,3 % menos que los hombres.

    – Pensión de jubilación media: mujeres (715,46 euros), hombres (1.137,19).

    – Sector de cuidado a las personas dependientes: 92 % son mujeres.

    – Puestos contables, administrativos o de oficina: 70,47 % de mujeres.

    – Ocupaciones elementales: 63,77 % de mujeres.

    – Restauración y venta: 64 % de mujeres.

    – Cargos directivos y gerentes: 35 % de mujeres.

    – Trabajadores de la Administración Pública del Estado: 159.530 son mujeres (31 %) y 354.842 hombres (69 %).

    – 838 mujeres en el nivel 30 (el más alto de la administración) frente a 1.286 hombres

    EMPRESA PRIVADA

    – 24,1 % de mujeres en los Consejos de Administración de las empresas que forman parte del Ibex 35.

    – Sólo 110 de los 457 consejeros son mujeres.

    – El 11,62 % de las empresas del mercado continuo no tienen ni una sola consejera -todas las del Ibex tienen presencia femenina- y el 38,8 % de las 129 cotizadas cuentan con menos de dos mujeres en sus máximos órganos decisorios.

    – 33 compañías (sin Ibex) sólo tienen una mujer en el Consejo.

    – El Ibex 35 mantiene congelada en 3,09 su media de consejeras por empresa -hay dos empresas con una única mujer- y el mercado continuo al completo tiene 2,07.

    – El sector financiero es el que cuenta con mayor presencia femenina (3 mujeres de media por empresa) frente al de servicios inmobiliarios (1,67) e industria (1,71 mujeres).

    CONCILIACIÓN

    – La tasa de empleo femenino disminuye con el número de hijos y la de los hombres permanece idéntica:

    – Mujeres, tasa empleo con un hijo (68,6 %) y con dos (66 %).

    – Hombres, tasa empleo con un hijo (88,4 %) y con dos (88,4 %).

    – El 95,4 % de las personas que trabajan a tiempo parcial para cuidar de sus hijos y el 91 % de las que lo hacen para el cuidado de personas dependientes son mujeres.

    – El 94,3 % de las personas que no buscan empleo por este mismo motivo son mujeres.

    – Excedencias para cuidado familiar en 2018: mujeres (51.036), hombres (6.021).

    – Bajas de maternidad solo para la madre en 2018: 247.975.

    – Bajas compartidas por el padre y la madre: 4.731.

    POLÍTICA

    – Ministras en el Gobierno: 11 de 18.

    – Altos cargos de la Administración General del Estado: 103 mujeres de 250.

    – Presidentas autonómicas: 2 de 19.

    – Gobierno autonómicos con más mujeres que hombres: Extremadura, Baleares, Aragón, Navarra y Comunidad Valenciana.

    – Alcaldesas: 1.604 de 8.228 (19,5 %). En 1979, eran 104 las mujeres que ocupaban una alcaldía (1,23 %) y hasta 1999 no se superó el 10 %, con 886.

    – Dos mujeres al frente de las dos ciudades más grandes de España (Madrid y Barcelona).

    – Una mujer preside el Congreso, un hombre el Senado.

    – Los parlamentos autonómicos están presididos en su mayoría por mujeres: 10.

    – Congreso: 146 diputadas de 350. (41,71 %).

    – Senado: 98 senadoras de 266. (36,8 %).

    – Consejo de Estado: 10 consejeras de un total de 29, incluida su presidenta. (34,48 %).

    – Embajadas: 21 mujeres, 94 hombres.

    PODER JUDICIAL

    – 64,5 % de juezas y 51,6 % de magistradas.

    – Las mujeres son mayoría también entre los letrados de la Administración de Justicia (67,6 %) aunque su presencia disminuye en los puestos de más categoría.

    – Entre los fiscales también hay mayoría de mujeres: 63,79 %.

    – Consejo General del Poder Judicial: 9 mujeres de 20 vocales.

    – Tribunal Supremo: 16 mujeres de 79.

    – Ninguna mujer preside alguna de las cinco salas jurisdiccionales del Supremo y ninguna forma parte de su sala de gobierno.

    – Sólo una mujer preside un Tribunal Superior de Justicia de una comunidad autónoma (C.Valenciana).

    – Tribunal Constitucional: 2 mujeres, 10 hombres.

    REALES ACADEMIAS

    – 2 presidentas en once Reales Academias (Farmacia e Historia)

    – 63 mujeres de 539 miembros (11,7 %)

    – Sólo 13 mujeres de 97 académicos están presentes en las Juntas directivas.

    FUERZAS ARMADAS

    – 31 años de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas.

    – 14.997 mujeres de los 117.761 miembros del Ejército (12,74 %)

    – Un 6,16 % de mujeres en los mandos de las Fuerzas Armadas; un 16,6 % en Tropa y Marinería Profesionales; un 13,8 % en el Ejército del Aire; un 12,9 % en la Armada; un 11,8 % en el Ejército de Tierra y un 25,86 en los Cuerpos Comunes.

    – Máximo rango de una mujer: coronel; 1 frente a 1.045 coroneles.

    – Teniente coronel: 133 mujeres, 3.133 hombres (4,07 %).

    – Comandante: 241 mujeres, 3.525 hombres (6,39 %).

    – Capitán: 504 mujeres, 4.073 hombres (11,01 %).

    – Teniente: 392 mujeres, 2.030 hombres (16,18 %).

    FUERZAS DE SEGURIDAD

    – 31 años de la incorporación de la mujer a la Guardia Civil y 36 de su entrada en la Policía.

    – De los más de 75.000 miembros que integran el Instituto Armado, hay 5.530 mujeres (7,25 %).

    – Hay 121 oficiales, de las que 4 son capitán, 2 tenientes coroneles y una teniente. Y 193 son suboficiales.

    – 9.071 mujeres en la Policía Nacional (14,4 %).

    – Hay 7 mujeres comisarios principales frente a 110 hombres.

    – Hay 28 comisarias frente a 279 comisarios; 161 inspectoras jefe frente a 1.409 inspectores jefe, y 677 inspectoras frente a 3.191 inspectores.

    EDUCACIÓN

    – El 55,12 % de los matriculados en enseñanzas universitarias son mujeres.

    – Nota media del expediente académico de los estudiantes de grado: mujeres (7,34), hombres (7,05).

    – El 54,76 % de los matriculados en máster son mujeres

    – Nota media del máster: mujeres (8,22), hombres (8,09).

    – Carreras de Ciencias: 49,14 % son mujeres.

    – Carreras de Ciencias Sociales: 61,44 % son mujeres.

    – Carreras de Artes y Humanidades: 62,73 % son mujeres.

    – Carreras de Negocios y Derecho: 53 % son mujeres.

    – Carreras de Ciencias de la Salud: 70,7 % son mujeres.

    – Ingenierías y Arquitectura: 28,15 % son mujeres.

    – El personal docente e investigador universitario está formado por 122.910 personas: 71.533 hombres y 51.377 mujeres y 49.660 mujeres, un 41,8 %.

    – Ellas solo ocupan el 21,3 % de las cátedras.

    – En 2018, 17 de los 83 rectores españoles eran mujeres, el 20,5 %.

    – Las mujeres representaban hace dos cursos el 71,9 % dentro del profesorado de enseñanzas no universitarias; en los centros de infantil son el 97,6 % y en los de primaria el 81,44 %.

    SANIDAD

    – El 68,07 % de los profesionales sanitarios colegiados en España son mujeres.

    – Logopedas, matronas y terapeutas ocupacionales son las profesiones en las que el porcentaje de mujeres supera el 90 %, frente al 28,3 % de mujeres que son protésicas dentales y el 31,7 % físicas.

    – La mitad de los médicos colegiados son mujeres.

    – Sólo 22 mujeres presiden las juntas directivas de 75 sociedades médicas (se excluyen las de farmacia, enfermería, odontología, fisioterapia y psicología), lo que suponen un 29,3 %.

    – De 52 colegios de médicos solo 7 están presididos por mujeres.

    DEPORTE

    – De los 3.586.000 de licencias deportivas federadas que hay en España, 799.678 corresponden a mujeres (22,3 %) y 2.786.322 s hombres (77,7 %).

    – 1.698 mujeres son deportistas de alto nivel (36,4 %) frente a 2.962 hombres (63,6 %).

    VIOLENCIA MACHISTA

    – 984 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003. Los niños muertos por crímenes machistas se incluyeron en 2013, y desde entonces han sido asesinados 27 menores y 233 han quedado huérfanos.

    – El 84,32 % de denuncias por delitos contra la libertad sexual como abusos o acoso son por hechos perpetrados contra mujeres.

    – El 96 % de los investigados o detenidos por estos delitos son hombres.

    Toda la información e imágenes son de EFE.
    Link original: https://www.efe.com

  • Teoría King Kong, de Virginie Despentes

    Teoría King Kong, de Virginie Despentes

    La escritora francesa, Virginie Despentes, publicó Teoría King Kong por primera vez en el 2006. Este 2019 tuvo su reedición con Literatura Random House, con la espléndida traducción revisada de Paul B. Preciado. Este es uno de los grandes libros de referencia del feminismo y de la teoría de género, un incisivo ensayo en el que Despentes comparte su propia experiencia para hablarnos sin tapujos ni concesiones sobre la prostitución, la violación, la represión del deseo y la pornografía, y para contribuir al derrumbe de los cimientos patriarcales de la sociedad actual.

    Este es el capítulo primero del libro.


    Tenientas corruptas

    Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las in­follables, las histéricas, las taradas, todas las exclui­das del gran mercado de la buena chica. Y empie­zo por aquí para que las cosas queden claras: no me disculpo de nada, ni vengo a quejarme.No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque ser Virginie Despentes me parece un asunto más interesante que ningún otro.

    Me parece formidable que haya también mujeres a las que les guste seducir, que sepan seducir, y otras que sepan casarse, que haya mujeres que huelan a sexo y otras a la merienda de los niños que salen del colegio. Formidable que las haya muy dulces, otras contentas en su feminidad, que las haya jóve­nes, muy guapas, otras coquetas y radiantes. Fran­camente, me alegro por todas a las que les convie­nen las cosas tal y como son. Lo digo sin la menor ironía. Simplemente, yo no formo parte de ellas. Seguramente yo no escribiría lo que escribo si fuera guapa, tan guapa como para cambiar la ac­titud de todos los hombres con los que me cruzo. Yo hablo como proletaria de la feminidad, desde aquí hablé hasta ahora y desde aquí vuelvo a em­pezar hoy. Cuando estaba en el paro no sentía ver­güenza alguna de ser una paria, sólo rabia. Siento lo mismo como mujer: no siento ninguna ver­güenza de no ser una tía buena. Sin embargo, como chica por la que los hombres se interesan poco estoy rabiosa, mientras todos me explican que ni siquiera debería estar ahí. Pero siempre hemos existido. Aunque nunca se habla de nosotras en las novelas de hombres, que sólo imaginan muje­res con las que querrían acostarse. Siempre hemos existido, pero nunca hemos hablado. Incluso hoy que las mujeres publican muchas novelas, raramente encontramos personajes femeninos cuyo aspecto físico sea desagradable o mediocre, inca­ paces de amar a los hombres o de ser amadas. Por el contrario, a las heroínas de la literatura contem­poránea les gustan los hombres, los encuentran fá­cilmente, se acuestan con ellos en dos capítulos, se corren en cuatro líneas y a todas les gusta el sexo. La figura de la desgraciada de la feminidad me resul­ta más que simpática: es esencial. Del mismo modo que la figura del perdedor social, económico o po­lítico.

    Prefiero los que no consiguen lo que quie­ren, por la buena y simple razón de que yo misma tampoco lo logro. Y porque, en general, el humor y la invención están de nuestro lado. cuando no se tiene lo que hay que tener para chulearse, se es a menudo más creativo. Yo, como chica, soy más bien King Kong que Kate Moss. Yo soy ese tipo de mujer con la que no se casan, con la que no tienen hijos, hablo de mi lugar como mujer siem­pre excesiva, demasiado agresiva, demasiado ruido­sa, demasiado gorda, demasiado brutal, demasiado hirsuta, demasiado viril, me dicen. Son, sin embargo, mis cualidades viriles las que hacen de mí algo distinto de un caso social entre otros. Todo lo que me gusta de mi vida, todo lo que me ha salvado, lo debo a mi virilidad. Así que escribo aquí como mujer incapaz de llamar la atención masculina, de satisfacer el deseo masculino y de contentarme con un lugar en la sombra. Escribo desde aquí, como mujer poco seductora pero ambiciosa, atraída por el dinero que gano yo misma, atraída por el poder de hacer y de rechazar, atraída por la ciudad más que por el interior, siempre excitada por las expe­riencias e incapaz de contentarme con la narración que otros me harán de ellas. No me interesa ponér­sela dura a hombres que no me hacen soñar. Nun­ca me ha parecido evidente que las chicas seducto­ras se lo pasen tan bien. Siempre me he sentido fea, pero tanto mejor porque esto me ha servido para librarme de una vida de mierda junto a tipos ama­bles que nunca me habrían llevado más allá de la puerta de mi casa. Me alegro de lo que soy, de cómo soy, más deseante que deseable.Escribo desde aquí, desde las invendibles, las torcidas, las que lle­van la cabeza rapada, las que no saben vestirse, las que tienen miedo de oler mal, las que tienen los dientes podridos, las que no saben cómo montár­selo, esas a las que los hombres no les hacen regalos, esas que follarían con cualquiera que quisiera ha­cérselo con ellas, las más zorras, las putitas, las mu­jeres que siempre tienen el coño seco, las que tie­nen tripa, las que querrían ser hombres, las que se creen hombres, las que sueñan con ser actrices porno, a las que les dan igual los hombres pero a las que sus amigas interesan, las que tienen el culo gor­do, las que tienen vello duro y negro que no se depilan, las mujeres brutales, ruidosas, las que lo rompen todo cuando pasan, a las que no les gustan las perfumerías, las que llevan los labios demasiado rojos, las que están demasiado mal hechas como para poder vestirse como perritas calentonas pero que se mueren de ganas, las que quieren vestirse como hombres y llevar barba por la calle, las que quieren enseñarlo todo, las que son púdicas porque están acomplejadas, las que no saben decir que no, a las que se encierra para poder domesticarlas, las que dan miedo, las que dan pena, las que no dan ganas, las que tienen la piel flácida, la cara llena de arrugas, las que sueñan con hacerse un lifting, una liposucción, con cambiar de nariz pero que no tie­nen dinero para hacerlo, las que están desgastadas, las que no tienen a nadie que las proteja excepto ellas mismas, las que no saben proteger, esas a las que sus hijos les dan igual, esas a las que les gusta beber en los bares hasta caerse al suelo, las que no saben guardar las apariencias; pero también escri­bo para los hombres que no tienen ganas de proteger, para los que querrían hacerlo pero no saben cómo, los que no saben pelearse, los que lloran con faci­lidad, los que no son ambiciosos, ni competitivos, los que no la tienen grande, ni son agresivos, los que tienen miedo, los que son tímidos, vulnerables, los que prefieren ocuparse de la casa que ir a tra­bajar, los que son delicados, calvos, demasiado po­bres como para gustar, los que tienen ganas de que les den por el culo, los que no quieren que nadie cuente con ellos, los que tienen miedo por la no­ che cuando están solos.


    Porque el ideal de la mujer blanca, seductora pero no puta, bien casada pero no a la sombra, que trabaja pero sin demasiado éxito para no aplastar a su hombre, delgada pero no obsesionada con la alimentación, que parece indefinidamente joven pero sin dejarse desfigurar por la cirugía estética, madre realizada pero no desbordada por los paña­les y por las tareas del colegio, buen ama de casa pero no sirvienta, cultivada pero menos que un hombre, esta mujer blanca feliz que nos ponen delante de los ojos, esa a la que deberíamos hacer el esfuerzo de parecernos, a parte del hecho de que parece romperse la crisma por poca cosa, nun­ca me la he encontrado en ninguna parte. Es po­sible incluso que no exista. 

    Toda la información e imágenes son de Gatopardo.
    Link original: https://gatopardo.com

  • Una comuna solo para mujeres que huyeron del ISIS en Siria: «Ahora somos libres»

    Una comuna solo para mujeres que huyeron del ISIS en Siria: «Ahora somos libres»

    Berivan, cuyo tradicional vestido dorado refleja los rayos de luz del invierno, se apresura a unirse al baile. Esta joven yazidí de 15 años toma la mano de su mejor amiga y se une a la fila de mujeres que bailan al son de una canción pop kurda.

    Berivan y su madre proceden de la ciudad iraquí de Sinjar, la tierra natal de los yazidíes, pero como miles de mujeres de esta comunidad, fueron secuestradas por ISIS en 2014, cuando el grupo entró en el país por la frontera con Siria.

    Lejos de esta comuna, ISIS prácticamente ha perdido el control sobre su último bastión, la localidad de Baghuz. A pesar de su retroceso, 3.000 mujeres y niñas yazidíes siguen en paradero desconocido.

    Durante el genocidio, los hombres yazidíes fueron acorralados, fusilados y arrojados a fosas comunes. A las mujeres las llevaron a los mercados de esclavos del grupo terrorista. Muchas de ellas han ido pasando de combatiente a combatiente y han sido víctimas de abusos físicos y sexuales.

    A los niños yazidíes se les ha lavado el cerebro y las organizaciones de derechos humanos señalan que el suicidio entre los cautivos es frecuente. Aquellos que tras años de esclavitud y violación consiguen escapar, tienen dificultades para subsistir sin ingresos ni documentos de identidad.

    Berivan y su madre han perdido al resto de su familia. Sin embargo, la nueva comuna de mujeres situada cerca de Qamishli, en el noreste de Siria, les brinda la oportunidad de empezar de nuevo. «Me gusta este sitio», indica Berivan. «Me encanta ir a la escuela y estudiar matemáticas. De mayor quiero ser peluquera».

    Jinwar es una comunidad integrada exclusivamente por mujeres. Ha sido impulsada por las mujeres de la administración local, gestionada por los kurdos, con el objetivo de crear un espacio en el que las mujeres puedan vivir «sin las limitaciones que imponen las estructuras de poder opresivas del patriarcado y del capitalismo». La comuna abrió sus puertas en noviembre y en estos momentos 12 de sus 30 casas de ladrillos de adobe se han convertido en el hogar de mujeres kurdas, yazidíes y árabes.

    Una mujer en Jinwar imparte una clase a otras residentes de la aldea.
    Una mujer en Jinwar imparte una clase a otras residentes de la aldea.

    Las mujeres construyen las casas, hacen el pan y cuidan de las tierras y del ganado. Cocinan y comen juntas. Un sábado, las mujeres de la comuna invitaron a los habitantes de las aldeas vecinas a la ceremonia de graduación de un grupo de mujeres que completaron un curso sobre medicina natural en el centro de formación de Jinwar. Además de compartir con ellos pollo con arroz, y más tarde canciones y danzas, también pudieron explicarles cómo les va con los albaricoqueros, granados y olivos que acaban de plantar.

    «Nosotras hemos levantado este sitio, ladrillo a ladrillo», indica Barwa Darwish, una mujer de 35 años que llegó a Jinwar con sus siete hijos después de que ISIS perdiera el control sobre su pueblo, situado en la provincia de Deir Ezzor. Su marido, que se unió a la lucha contra el grupo, murió en el campo de batalla.

    «El Estado Islámico nos oprimía y ahora somos libres. Aunque lo cierto es que incluso antes de su llegada, las mujeres nos quedábamos en casa. No salíamos a trabajar. En Jinwar he aprendido que podemos apañarnos solas», cuenta.

    Jinwar es el resultado de la ideología democrática que propició el nacimiento de Rojava, un miniestado situado en el noreste de Siria y dirigido por los kurdos desde que estalló la guerra civil en 2011.

    La zona ha conseguido prosperar a pesar de la cercanía de fuerzas hostiles, como el ejército sirio, ISIS y Turquía, que considera que los combatientes kurdos son una organización terrorista.

    La revolución de las mujeres, así es como lo llaman, es una parte importante de la filosofía de Rojava. Indignadas por las atrocidades cometidas por ISIS, las mujeres kurdas formaron sus propias unidades de combate. Más tarde, las reclutas árabes y yazidíes se unieron a ellas en el frente para liberar a sus hermanas.

    Sin embargo, lo cierto es que gran parte de la sociedad kurda sigue siendo profundamente conservadora. Algunas de las mujeres que ahora están en Jinwar han huido de matrimonios pactados y del abuso doméstico. El objetivo es que en la comuna aprendan a salir de esa dinámica y que también dejen atrás el legado de la brutal guerra de ocho años de Siria.

    Una mujer de Jinwar trabaja la tierra en la aldea siria.
    Una mujer de Jinwar trabaja la tierra en la aldea siria.

    «Cuando las familias llegaron a la comunidad, los niños árabes no querían jugar con los niños kurdos», explica Nujin, uno de los voluntarios internacionales que trabaja en la aldea. «Han pasado dos meses y ya se puede ver el cambio. Los niños son mucho más felices».

    Cuando llegó a Jinwar, la madre de Berivan, Darsim, no hablaba como efecto secundario del trauma que había sufrido. Poco a poco, ha comenzado a pronunciar algunas palabras. «Vivir en esta aldea es la mejor rehabilitación para las terribles experiencias que estas familias han vivido», indica Nujin.

    Todavía queda trabajo por hacer; flores que plantar y una biblioteca con estanterías vacías y a la espera de que lleguen los libros. La comunidad todavía debate qué proyectos deben impulsarse. Detrás del centro de formación se esconde una piscina que en verano se llenará de agua. La mayoría de las mujeres de la comuna se bañarán en una piscina por primera vez, ya que en gran parte de Oriente Medio es un espacio reservado a los hombres. Las mujeres también han votado a favor de ofrecer clases de conducir y empezar un taller de costura.

    Hay planes para fundar una segunda comuna en Deir Ezzor, una provincia árabe que sigue siendo escenario de feroces luchas contra ISIS. A la vez, también tienen la sensación de que lo que se ha construido en Jinwar es frágil y podrían arrebatárselo.

    No está claro qué sucederá cuando las tropas estadounidenses abandonen la zona dentro de unos meses. Existe la posibilidad de que se reanuden los enfrentamientos.

    «Este lugar es pacífico y un refugio de la guerra», afirma Nujin. «¿Cómo podemos traer armas aquí si necesitamos defendernos? Espero que Jinwar nunca se encuentre ante esta situación».

    Toda la información e imágenes son de EL DIARIO.ES
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  • La desigualdad tiene cara de mujer

    La desigualdad tiene cara de mujer

    La desigualdad de género impone desventajas en perjuicio de niñas y mujeres por el simple hecho de serlo, restringiendo el cumplimiento de sus derechos. Las potosinas no son la excepción y enfrentan cada día un sinnúmero de retos que evidencian las inicuas brechas entre hombres y mujeres.

    Brechas irreductibles

    La lucha por la igualdad de género data de hace siglos. Frente a ello, la ONU declaró el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer a fin de promover el empoderamiento de niñas y mujeres, pues la inequidad de género está presente en casi todos los ámbitos de las sociedades.

    Los roles de género, respaldados por ancestrales estereotipos entre lo masculino y lo femenino, impiden la plena autonomía de las mujeres y entrañan una lógica misógina y discriminatoria que en su punto más extremo llega a los feminicidios.

    Sobrevivir en un mundo de hombres

    Las diferencias entre hombres y mujeres van más allá del núcleo familiar: en el ámbito laboral, los hombres suelen tener mejores puestos, y las mujeres participan menos y perciben ingresos más bajos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi, la tasa de participación económica femenina para marzo del año pasado de San Luis Potosí se ubicó en apenas en el 39 por ciento.

    Esa cifra significa que únicamente el 39% de las mujeres potosinas que están en edad de trabajar se encuentran trabajando o buscando empleo, es decir, solo ese porcentaje de mujeres forma parte de la Población Económicamente Activa de nuestro estado.

    Comparado con la participación económica de los hombres, de 77%, la participación de las mujeres en el mundo laboral se encuentra a 37 puntos porcentuales de desventaja: esta brecha de género es la octava más alta de todo el país.

    Lo anterior quiere decir que el 61% de las potosinas no se incorporan al mercado laboral, lo cual refleja una fuerte problemática que puede deberse a factores como que dependan económicamente de alguien más o que no encuentren condiciones óptimas para poder incorporarse al mundo laboral, por los bajos salarios, las pocas prestaciones para la maternidad y las dificultades que enfrentan en relación con el cuidado de los hijos, entre otras.

    Trabajar igual, ganar menos

    Las mujeres trabajadoras suelen tener una desventaja salarial frente a los hombres.

    Mientras que un 39% de la población masculina que trabaja recibe hasta dos salarios mínimos, la proporción de trabajadoras con este mismo nivel de ingresos fue de 48 por ciento.

    De igual forma, un 30% de los hombres trabajadores percibían entre dos y cinco salarios mínimos, comparado con un 25% de mujeres en ese mismo nivel de ingresos.

    En el nivel de cinco o más salarios mínimos, la proporción de trabajadores masculinos que se encuentran en ese nivel de ingresos es del 5%, comparado con un 4% de mujeres.

    En suma, el 56% de las mujeres que trabajan dos o menos salarios mínimos (incluyendo a las trabajadoras que no reciben pago alguno por su trabajo), mientras que en los trabajadores del sexo masculino, esta misma proporción es del 49 por ciento.

    El ineludible trabajo en casa

    Las labores del hogar continúan siendo una actividad predominantemente llevada a cabo por mujeres: la Encuesta Intercensal reveló que las mujeres potosinas dedican un total de 50.1 horas por semana a trabajos dentro del hogar no remunerados, comparado con las 19.5 horas que dedican los hombres.

    Esta diferencia representa una brecha de género de 30.7 horas, misma que se encuentra 1.7 horas por arriba del registro nacional de 29 horas.

    Lo mismo sucede con los puestos de toma decisiones y la participación femenina en la política. La brecha más grande en este ámbito se encuentra en las presidencias municipales, ya que en 2017 el 90% de los presidentes municipales de San Luis Potosí eran hombres. Para las elecciones de 2018, un total de 17 mujeres fueron electas para ocupar este cargo, apenas un 29% del total.

    Las más vulnerables

    Existe un consenso entre la comunidad científica sobre la fuerte relación entre la brecha de género y la situación de pobreza, por lo que la condición de desventaja de las mujeres frente a los hombres, constituye también una barrera para la disminución de la pobreza.

    Cabe señalar que la pobreza y la desigualdad de género no son causantes ni consecuencia una de la otra: es un fenómeno que está presente en toda la sociedad más allá de las condiciones socioeconómicas de las personas.

    Sin embargo, el rezago educativo, la asignación exclusiva del trabajo doméstico, la falta de autonomía y sufrir violencia, entre otras, son manifestaciones de la desigualdad de género que complican la superación de la pobreza.

    Derivado de la desventaja a la que se enfrentan las mujeres en el ámbito laboral, se explica, en parte, que una mayor proporción de población femenina sea vulnerable por ingresos; es decir, no tienen carencias sociales, pero sus ingresos son inferiores a la línea de bienestar.

    Estos ingresos son insuficientes para adquirir la canasta alimentaria más una serie de servicios como el mantenimiento de la vivienda, el transporte público, entre otros.

    De acuerdo con el Atlas de Género del Inegi, en todo el país un 7.5% de la población femenina es vulnerable por ingresos, comparado con un 6.5% de la población masculina.

    En San Luis Potosí, la población vulnerable por ingresos es superior a la que se registró a nivel nacional. En la entidad, el 8.4% de la población femenina se encuentra en esta situación, comparado con un 6.8% de hombres.

    La brecha de género se agudiza cuando el jefe del hogar es mujer y se encuentra en situación de pobreza. De acuerdo con la Encuesta Intercensal de 2015 de Inegi, en San Luis Potosí las mujeres son jefas de familia de 191 mil 193 viviendas de las 710 mil 233 que hay en el estado, el equivalente al 27 por ciento.

    Por su parte, el Atlas de Género reveló que por cada 100 jefes de hogar que se encuentran en pobreza, existen 34 hogares con jefatura femenina en pobreza, y en este indicador, San Luis Potosí ocupa el lugar 14 en su comparativo nacional.

    La precariedad laboral a la que con mayor frecuencia se enfrentan las mujeres se refleja incluso en la alimentación. En el 11% de las viviendas que tienen jefatura femenina alguna vez algún adulto dejó de desayunar, comer o cenar por falta de dinero, situación se presentó en el 10% de los hogares con jefatura masculina.

    Esta brecha de género implica que hay una mayor probabilidad de que en los hogares con jefatura femenina algún miembro de la vivienda se tenga que enfrentar a esta situación.

    Sin casa propia

    Además de la situación de pobreza y de las condiciones laborales, también destaca la asignación de los bienes materiales, es decir, la distribución de la riqueza por sexo. En especial, en la tenencia de las viviendas existe una brecha de gran relevancia.

    De acuerdo con la Encuesta Intercensal de 2015 de Inegi, en 521 mil 105 viviendas, el dueño habitaba en ella. En únicamente el 25% de estas viviendas el dueño era mujer, contra un 75% de hombres propietarios.

    Las brechas de género y la consecuente trasgresión de sus derechos son una realidad para miles de mujeres San Luis Potosí. Erradicar estas injusticias es requisito indispensable para lograr el desarrollo y la igualdad que nuestra entidad y nuestras mujeres necesitan con urgencia.

    Toda la información e imágenes son de Newsweekespanol.
    Link original: https://newsweekespanol.com

  • Feminicidios, parte de la crisis en México: AI

    Feminicidios, parte de la crisis en México: AI

    “Es indispensable empezar a ver los feminicidios y los homicidios de mujeres como parte de la crisis de derechos humanos que hay en México”, señaló Tania Reneaum Panszi, directora ejecutiva de Amnistía Internacional México.

    En entrevista con EL UNIVERSAL, la también doctora en Derecho indicó que es prioritario que los crímenes contra mujeres sean considerados tan importantes como la desaparición forzada, ya que el Estado, además de generar políticas públicas que no responden al alza de delitos contra las mujeres, tampoco garantiza la procuración de justicia.

    “Es fundamental entender que las violencias machistas, que pueden ocurrir en el ámbito privado o público, son parte de la crisis de derechos humanos, porque el Estado falla en su deber de prevención, de investigación y conducción. Si no entendemos esto dejamos a las mujeres lejos de la emergencia nacional que vivimos”, indicó Reneaum Panszi.

    Ayer, esta casa editorial publicó que tan sólo el primer mes del año, alrededor de 10 mujeres fueron asesinadas por día en el país. Eso no es todo, de enero de 2015 al mismo mes de 2019 se cometieron 12 mil 193 asesinatos en los que ellas fueron víctimas; de estos crímenes, sólo 22% han sido considerados en carpetas de investigación como probables delitos de feminicidio.

    En este sentido, Tania Reneaum explicó que “la clasificación del feminicidio la hace el Ministerio Público (MP) con elementos probatorios y una idea del caso, pero los MP tienen también una concepción patriarcal derivada de una sociedad machista. Es obvio que no van a acabar de entender que estamos frente a delitos relacionados con el género”.

    Asimismo, aseguró que “cuando hablamos de que en México 98% de los delitos están en la impunidad, también debemos pensar que entre éstos se encuentran los relacionados a la violencia contra las mujeres”.

    Los otros crímenes. Pero las mujeres no son sólo asesinadas, sino también violadas, secuestradas y acosadas. En este sentido, Reneaum comentó que estos crímenes no pueden ser considerados como el resto, ya que impera toda una construcción social que las pone en peligro.

    “Es una violencia selectiva, basada en el hecho de ser mujer: desaparecerlas, violarlas, torturarlas sexualmente y matarlas, tiene que ver con una construcción de cómo estamos las mujeres en este país (…) Vemos que sus cuerpos están vinculados a una apropiación totalmente machista”, indicó la directora ejecutiva de AI para México.

    Por lo tanto, resalta la especialista, es fundamental realizar acciones de prevención, que muestren a la sociedad que los daños a las mujeres no son menores. En Amnistía Internacional, por ejemplo, se prepara el relanzamiento de una campaña preventiva dirigida sobre todo a jóvenes, a través de medios digitales.

    De acuerdo con el reporte Información sobre violencia contra las mujeres, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en enero pasado, al menos 42 mujeres fueron secuestradas en el país; asimismo, se abrieron 112 carpetas de investigación por el delito de trata de personas en contra de víctimas del sexo femenino.

    En tanto, de acuerdo con un registro de llamadas al número de emergencias 911, al menos 12 mil 579 personas solicitaron apoyo por situaciones de violencia contra la mujer, lo que quiere decir que al día fueron violentadas al menos mil 48 mujeres en toda la República.

    El enemigo en casa. Sobre los espacios donde las mujeres son violentadas, Reneaum Panszi explica que “muchas de las violencias que ocurren en contra de ellas suceden con personas de su ámbito privado. Que estos delitos no tengan teoría del caso adecuada y una persecución idónea, ciertamente habla de un Estado que falla”.

    La postura de la especialista se refuerza con los datos del SESNSP, que indican que en enero de 2019 se recibieron 49 mil 796 llamadas relacionadas con incidentes de violencia familiar en todo el país, lo que representa mil 600 al día.

    El mismo reporte indica, por separado, la atención de 22 mil 444 llamadas de emergencia relacionadas a incidentes de violencia en pareja, unas 724 cada 24 horas.

    Reneaum aseguró que “en este sentido también aplica la narrativa del Estado, cuando se piensa que es mucho más importante investigar delitos como secuestro u homicidio en lugar de la vida de las mujeres”.

    Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo ayer que lanzará un plan para el apoyo, atención y protección de mujeres, que se presentará el 8 de marzo.

    Toda la información e imágenes son de EL UNIVERSAL.
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  • Carga mental: la tarea invisible de las mujeres de la que nadie habla

    Carga mental: la tarea invisible de las mujeres de la que nadie habla

    Hay un chiste que circula por ahí en el que un marido le dice a otro: “Yo también lavo los platos, hago la compra y paso la aspiradora, pero mi mujer aún pretende que sea a mí a quien se le ocurran esas estúpidas ideas!”. Sí, algunos hombres ya ayudan (o así lo sienten al hablar sobre la corresponsabilidad de las tareas) en casa, pero la mayoría se limita a ejecutar órdenes que, a menudo, deben ser verbalizadas más de una vez y de forma convincente.

    El 63% de las madres españolas afirman que todos los días tienen en mente un listado infinito de cosas por hacer, frente al 25% de padres que experimentan esta misma sensación. FOTO: CORDON PRESS

    En el mundo laboral los hombres siguen siendo, en mayoría, los que ostentan el poder, los que planifican y dictan estrategias. Esos directivos y cabezas pensantes de las empresas, en casa, ese género masculino en las parejas heterosexuales tiene alergia al mando y a la toma de grandes decisiones que deja, casi siempre, en manos de las mujeres. Si comparamos el hogar con una gran compañía veremos que, en la gran mayoría de los casos, ellas son las que programan, prevén, diseñan planes, adelantan posibles fallos o problemas y tienen en cuenta todos los detalles y la interacción de las partes. Pero, además ,de esta labor de ejecutivo, las amas de casa realizan también los trabajos reservados a los empleados, a la mano de obra: cocinan, limpian, cuidan a otros, ponen lavadoras, hacen la compra o bajan la basura.

    Una labor invisible y poco valorada hace que las cabezas de las féminas no paren de trabajar mientras sus parejas se relajan frente al televisor. La carga mental, es decir, la cantidad de esfuerzo no físico y deliberado que debe realizarse para conseguir un resultado concreto, la asumen casi siempre ellas. La marca de productos para el hogar, Procter & Gamble acaba de publicar una encuesta sobre el tema con datos muy reveladores. En España, 3 de cada 4 mujeres sufre carga mental, aunque un 40% de ellas desconoce el concepto y el 45% nunca ha hablado de con nadie de este asunto.

    “El problema está en que hay una falta de conciencia absoluta respecto a esta cuestión”, afirma Violeta Alcocer, psicóloga con consulta en Madrid, que ha supervisado este estudio. “Dentro de esta investigación se incluye un experimento en el que se le pide a varias parejas reales que apunten en sus teléfonos móviles todas las tareas de casa que han hecho durante una semana. Aunque el 46% de las parejas creen que comparten estas labores, el resultado es revelador porque los hombres hacen muy pocas anotaciones. Son muchos y muchas los que nunca han oído hablar de este concepto y se sorprenden cuando descubren que sobre ellas recae no solo la mayor parte de las tareas, sino también la labor de estrategia”, afirma esta psicóloga.

    Una carga silenciosa, doblemente pesada

    La carga mental es silenciosa, y esa cualidad la hace doblemente pesada. La sociedad no la reconoce porque no valora ni remunera los cuidados domésticos, a pesar de ser un pilar fundamental de la economía. Históricamente, además, la gestión del hogar ha sido entendida como algo esencialmente femenino, que ellas hacen casi por instinto. Y la reciente asunción de tareas domésticas por parte de los varones, les ha proporcionado la coartada perfecta para demostrar su corresponsabilidad y dar el tema por zanjado.

    La ilustradora francesa Emma Clit fue una de las primeras en poner el dedo en la llaga con su cómic Me lo podías haber pedido, en el que habla de esta asignación, casi bíblica, de tareas femeninas. En una entrevista a El Periódico Clit declaraba, “no hay nada biológico que lleve a las mujeres a ejercer ese papel, pero interesa que sigan haciendo ese trabajo gratis. Es lo que permite mantener el sistema. La crianza de los hijos y el trabajo doméstico sitúan a la mujer en ese esquema gracias al patriarcado. Una sociedad dominada por la clase masculina, que ha tenido el poder político y religioso durante siglos y ha mantenido el control sobre las mujeres, especialmente sobre su capacidad reproductiva, que es un poder esencial”.

    Maite (40 años) pareja de Toni (42), es madre de dos niños, de 6 y 4 años, y vive en Palma de Mallorca. Aunque ambos desconocían el término de carga mental, estaban al tanto de la problemática, solo que con términos distintos. Era “el runrún obsesivo” de ella, la “master & commander”, en palabras de Toni, y “la habilidad innata para el escaqueo” o, directamente, “el morro” de él, según Maite. Pero la cosa estalló con el nacimiento de su segundo hijo. “Entonces yo tenía más responsabilidad en el trabajo y se me juntó todo”, cuenta Maite, “tenía mucho estrés, me sentía sola pero pensaba: no debe ser para tanto. Hay muchas madres que también trabajan. Tras peleas y disputas, la solución pasó por el reparto, no solo de tareas sino también de asuntos. Creamos unos ‘ministerios’ y cada uno se ocupaba de todo lo relativo al mismo. Por ejemplo, el ministro de salud debía gestionar los asuntos médicos de los miembros de la familia. Estar al tanto de visitas, revisiones, compra de medicinas, etc. Aunque si alguien necesitaba ayuda, por supuesto, podía pedirla. Otro de los aspectos que no me gustaba del régimen anterior es que el hombre se suele quedar con las faenas más glamurosas, que yo siempre ejemplifico con el símil de la barbacoa. La organización recaía siempre sobre mi (invitar a la gente, hacer comida, comprar, limpiar), mientras que él se limitaba a cocinar la carne. Resultado: él siempre recibía elogios; yo jamás, porque mi trabajo era invisible”, cuenta Maite.

    Madres, las campeonas en levantamiento de carga

    En opinión de Alcocer, “la carga mental está detrás de muchas peleas, crisis de pareja y hasta rupturas, ya que genera mucha desigualdad y descontento. Sentimientos de angustia que no se saben muy bien de dónde vienen. En parejas sin hijos, es común que estas disputas se tapen contratando a una persona que venga a limpiar unos días a la semana. Es una forma de ocultar el problema, pero cuando llegan los niños es ya más complicado, porque es más difícil delegar en otro la crianza y educación de los hijos. Hay momentos clave en la vida de las personas donde la carga mental se hace evidente. La post-maternidad, o cuando los padres se hacen mayores y requieren más cuidados, o incluso vienen a vivir a casa. No es casualidad que las mujeres consuman más antidepresivos y ansiolíticos que los hombres”.

    En el equipo femenino, las madres son el grupo que más carga mental soporta. Según el estudio anterior, el 63% de las mamás españolas afirman que todos los días tienen en mente un listado infinito de cosas por hacer, frente al 25% de padres que experimentan esta misma sensación. Un 87% de las madres se pintan como las principales responsables de que todo fluya adecuadamente en la casa, y un 69% reconoce que sus parejas colaboran, pero que hace falta pedírselo. Los hijos perciben también de forma inconsciente esta desigualdad de tareas; ya que solo un 12% de los padres afirman que son las personas de referencia para las necesidades diarias de sus hijos, frente al 70% de las madres. Otro dato curioso es que solo el 14% de los padres están en el chat del colegio, frente al 65% de las mamás.

    “La carga mental de las madres hace que el verbo conciliar sea más difícil de conjugar para ellas, e influye en la desigualdad por géneros del mundo laboral”, apunta Maite Egoscozabal, socióloga del Club de Malasmadres. “Según nuestro estudio Somos Equipo (2017), que ahonda en las causas de la imposibilidad de conciliar”, continúa Maite, “el 58% de las mujeres, después de ser madres, toman decisiones que implican una cierta renuncia (reducción de la jornada labora, excedencia o abandono del trabajo) en su carrera profesional, frente al 6,2% de los hombres. Y en estas actitudes hay dos causas, los factores externos, sociales y legales, que favorecen que la mujer aparque su trabajo en aras de sus hijos; y las barreras internas, que ellas mismas se autoimponen. Porque, incluso antes de tener hijos, ya saben que ellas son las que van a cuidarlos y, aunque los dos ganen igual (siempre está la excusa de que mi marido gana por, por eso renuncio yo a mi trabajo), es casi siempre ella la que recorta su vida profesional”.

    Estrategias para repartir el peso

    Antes que nada, hay que sacar del armario a ese peso invisible, esa labor incorpórea que vaga como un fantasma, ensombreciendo la vida del que la soporta. “En su mayoría mujeres, aunque también hay casos de hombres que son los que llevan la carga mental, pero en menor medida”, señala Violeta Alcocer. Un ejercicio útil, como propone el estudio de Procter & Gamble, “es visualizar el hogar como una empresa en la que hay diferentes departamentos: de ropa, comida, limpieza, educación o decoración. Acto seguido hay que cuestionarse quién dirige y coordina cada uno (aunque luego todos aporten su granito de arena en el ejercicio de las tareas), quién conoce lo que se hace en ellos y quién es más probable que diga cosas como: “He pensado que hay que hacer esto”, “¡Acuérdate de comprar tal o cual cosa!” o “¿Hiciste lo que te pedí?”.

    “Una vez que se ha detectado a la persona que soporta más carga mental, el primer paso lo debe dar el que está más cómodo y comprometerse a ser más activo en la parte estructural y organizativa”, señala Alcocer. “Pero esto va a necesitar de un periodo de ajuste y, es probable que la persona que entra en juego se equivoque y cometa fallos, por lo que hay que tener paciencia y darle su tiempo”.

    Saber delegar es una cualidad que no todo el mundo posee. Según el estudio anterior, solo un 24% de las mujeres son capaces de olvidarse de la tarea que han dejado para otros, mientras que el 72% declara que critica y supervisa cómo los demás hacen las cosas. “¡Déjalo!, ya lo hago yo, que acabo antes”, “me voy, pero os he dejado comida preparada en la nevera”, “ si no sabes dónde está algo, llámame” deberían se frases prohibidas en el vocabulario de cualquier aspirante a tirar por la borda su carga mental. “Aunque también hay mujeres que pueden ver en la equidad una pérdida de poder. Al menos, en la casa mandan ellas. Pueden ser perfiles de gente con trabajos poco gratificantes o valorados; que sienten que, al menos en casa, son imprescindibles”, señala esta psicóloga. 

    Toda la información e imágenes son de EL PAÍS.
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  • Girl power mexa: escucha el compilado Feminoise México, un material de altos decibeles y afiladas propuestas

    Girl power mexa: escucha el compilado Feminoise México, un material de altos decibeles y afiladas propuestas

    Fuerza, garra, valor, resistencia, deconstrucción, revalorización… todos y cada uno de esos adjetivos podrían describir lo que representa para las morritas en México y Latinoamérica desarrollar una labor creativa. Para hacer el camino un poco más fácil, el movimiento Feminoise Latinoamérica visibiliza y da voz a esa labor que desde hace tiempo está gritando y conquistando mayores espacios en un medio comúnmente dominado por hombres.

    Feminoise Latinoamérica es una plataforma que a través de una red de “feminoisers latinoamericanas”, genera espacios para la exposición del trabajo musical y creativo de las mujeres en el continente, y en conjunto con el sello Sisters Triangla, lanza periódicamente compilados en los que exponen las grandes virtudes de talentos musicales y productoras en los diferentes rincones de latinoamérica. Esta vez el turno de demostrar el talento fue para nuestro país y a través del Compilado Feminoise México, foro y material que lanzó una poderosa selección que resume parte importante de la labor que las morritas mexicanas están realizando desde la trinchera de la independencia.

    A lo largo de los 29 tracks que conforman compilado y que retratan las diferentes formas de sentir y ver la vida, el Compilado Feminoise México se convierte en un mágico punto de encuentro en el que cabe la electrónica, los sintetizadores,el circuit bending, las guitarras, el garage y el punk, pero también la experimentación y la música tradicional.

    La ecléctica selección musical corrió a cargo de Libertad Figueroa, Piaka Roela y Maia Koening, y entre los nombres del talento que construye el mar de géneros y propuestas musicales, están Mabe FrattiCecilia MoodzConcepción HuertaAlina Sánchez y bandas como NorwayyPeach CreeksMEELT y Sexores. El crédito de la portada, que habla por sí misma, es para Mone Crimson y Piaka Roela.

    Ponle play y recibe el poderoso y fresco golpe de mexican girl power:


    Toda la información e imágenes son de Ultramarinos.CO
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  • Dos mil millones de mujeres sufren desigualdad laboral: Banco Mundial

    Dos mil millones de mujeres sufren desigualdad laboral: Banco Mundial

    México se ubica en el número 54, entre 187 economías, en cuanto al reconocimiento de derechos laborales a la mujeres, expone un informe del Banco Mundial. De acuerdo con el organismo, en el mundo de cuatro derechos legales que gozan los hombres en materia laboral, a las mujeres se reconocen tres.

    “El cambio está ocurriendo, pero no lo suficientemente rápido, y a 2 mil 700 millones de mujeres se les sigue limitando legalmente el acceso a los mismos empleos que los hombres”, comentó al respecto Kristalina Georgieva, directora general del Banco Mundial.

    En el informe Mujer, Empresa y el Derecho 2019: Una Década de Reformas se analiza el avance realizado por los países en la cobertura de derechos y oportunidades laborales, desde que comienza su vida laboral, hasta su jubilación.

    Se miden ocho indicadores para dar una puntuación de 0 a 100, donde 100 registra las mejores condiciones de igualdad para el trabajo independientemente del género. La media mundial avanzó de 70 a 75 puntos a lo largo de 10 años.

    En dicho indicador, México se ubica en 86.25 puntos. El Banco Mundial destaca que un avance en esta década fue la puesta en ley de proteger del despido a trabajadoras embarazadas y los permisos de paternidad. Pero persisten rezagos en la igualdad salarios, el acceso a una pensión.

    De acuerdo con el informe del Banco Mundial, únicamente seis economías de las 187 evaluadas —Bélgica, Dinamarca, Francia, Letonia, Luxemburgo y Suecia— obtuvieron un marcaje de 100 puntos, que significa una cancha pareja en materia legal para el trabajo de hombres y mujeres. En perspectiva, eso significa que en solo 3.2 de los países que integran la economía global, las oportunidades y derechos laborales son equitativas para todos.

    Pese al dato, para el Banco Mundial el consuelo es que “Hace una década, ninguna economía podía otorgarse ese logro”. Aunque el mismo reporte indica que en varias partes del mundo, las mujeres aún enfrentan leyes y reglamentaciones discriminatorias en cada una de las etapas de su vida laboral.

    En 56 países —pertenecientes a todas las regiones y niveles de ingreso del mundo— no se adoptó ningún tipo de reforma para mejorar la igualdad de oportunidades de las mujeres durante el periodo de 10 años. El ritmo de reformas más lento fue registrado en la categoría de Gestión de activos, que examina las diferencias de género en los derechos de propiedad.

    El Banco Mundial indica que el cierre de las brechas laborales entre hombres y mujeres aún dista de lograrse, pero las reformas legales y regulatorias pueden ayudar.

    Toda la información e imágenes son de La Jornada.
    Link original: http://www.jornada.com.mx

  • Mataron a 10 mujeres al día durante enero

    Mataron a 10 mujeres al día durante enero

    En enero de este año, al menos 304 mujeres fueron asesinadas en el país, con un promedio de 10 crímenes por día, y de ese total sólo 75 casos fueron catalogados como presuntos feminicidios, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

    El reporte Información sobre violencia contra las mujeres, del SESNSP, indica que el Estado de México, Jalisco, Guanajuato, Chihuahua, Baja California Sur y la Ciudad de México son las entidades que concentraron la mayor incidencia de presuntos feminicidios y homicidios dolosos, cuyas víctimas son del sexo femenino.

    En un desglose entidad por entidad, el Estado de México sumó 37 casos; Jalisco, 33; Guanajuato, 24; Chihuahua, 22, mientras que Baja California y la Ciudad de México registraron 21 cada uno.

    A estos estados le siguen Oaxaca, con 19; Guerrero, 13; Puebla y Michoacán, con 12, así como Veracruz, con 11. En contraste, según el Secretariado, sólo en Campeche, Durango y Yucatán ninguna mujer fue asesinada en el primer mes de 2019.

    Asimismo, el SESNSP destaca que de las 304 mujeres asesinadas, 28 tenían entre cero y 17 años.

    Tendencia al alza. En un comparativo con enero del año pasado, los asesinatos de mujeres se incrementaron 9%. Así, en el primer mes de 2018 se reportaron 279 presuntas víctimas de feminicidio y homicidios dolosos contra mujeres, es decir, 25 menos que este 2019.

    Pero la tendencia al alza no es cuestión de un año o un mes, al menos desde 2015 —fecha más antigua registrada en el reporte— los asesinatos de mujeres se han incrementado.

    Por ejemplo, según el SESNSP, en enero de 2015 se registraron 150 homicidios dolosos de mujeres y feminicidios; en el mismo mes pero de 2016 hubo 189, y en 2017 fueron 199. Al hacer un recuento de las cifras totales por año, de enero de 2015 a enero de 2019, 12 mil 193 mujeres han sido asesinadas en el país, es decir, un promedio de ocho por día. De estos crímenes, sólo 2 mil 753 han sido considerados en carpetas de investigación como probables delitos de feminicidio, lo que representa 22%.

    Al respecto, el SESNSP precisa que “la contabilidad del delito de feminicidio se realiza conforme a su tipificación en las entidades federativas, la cual se ha dado de forma gradual durante los últimos siete años, completándose las 32 entidades federativas en octubre de 2017”.

    En ese sentido, llama la atención que Jalisco y Guanajuato, que ocupan el segundo y tercer lugar en asesinatos de mujeres en enero de 2019, no reporten la apertura de ninguna carpeta de investigación por feminicidio.

    El Secretariado precisa que todos estos casos de víctimas mortales han sido catalogados de manera temporal como homicidio doloso o feminicidio, pero esto podría cambiar conforme avancen las investigaciones.

    Señalan subregistro de casos. Las estadísticas que publica el SESNSP tienen un problema: un subregistro que te deja sin saber realmente cuántos homicidios dolosos de mujeres están ocurriendo. “Las autoridades muchas veces están dejando [muchos asesinatos] como crimen organizado y simplemente no investigan (…), entonces su cifra va bajando”, asegura María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.

    “Además hace falta un dato relevante, quién está privando de la vida a las mujeres. Al final aparecen asesinatos, pero ¿quiénes son los victimarios? Las autoridades sólo los identifican cuando son cercanos a la mujer”, señala la experta.

    Esta organización ha detectado como focos rojos a Jalisco, Estado de México, Veracruz y Guerrero. Ahí han identificado a grupos delictivos que ponen en riesgo a las mujeres; sin embargo, “la misma autoridad no se siente en condiciones para enfrentar estos contextos criminales. No tienen el equipo, las herramientas ni la protección de la propia fiscalía”, indica Estrada.

    Diferenciar entre homicidios dolosos y feminicidios es una cuestión sin sentido para las organizaciones civiles, pues derivado de la sentencia de Mariana Lima, “toda muerte violenta debe iniciarse con la investigación con perspectiva de género, y al final es investigarlos como feminicidios”.

    Pero lo que falta es voluntad política. La autoridad no está dispuesta a entrar en un tema en el que las mujeres son asesinadas en un contexto criminal, afirma la experta. Además de que la impunidad es otra de las barreras. “Nos enfrentamos a sistemas de justicia que están colapsando por la corrupción”, ya sea por los peritajes o las malas diligencias, dice.

    Destaca que la relevancia de visibilizar los feminicidios en el país es que al entender quién está asesinando a las mujeres se van a poder crear políticas de prevención del delito para evitar esta violencia extrema. “Estamos teniendo un contexto de estructuras criminales que secuestran a mujeres, las matan, las violan, las obligan a vender droga y que trafican con sus cuerpos, es un contexto muy grave”, dice Estrada.

    En tanto, todos los días se suman casos a estas estadísticas macabras. Ayer, en Aguascalientes decenas de personas marcharon para exigir justicia para Laura Angélica Lozano, una estudiante de 17 años que estaba embarazada y que fue asesinada presuntamente por su novio el viernes pasado. Su familia quiere justicia y que su caso no quede sólo en un registro para las cifras de febrero. Con información de Xóchitl Álvarez.

    Toda la información e imágenes son de EL UNIVERSAL.
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