Los conflictos bélicos y las tensiones en algunas regiones del Mediterráneo dificultan el día a día de su habitantes, en especial de las mujeres emprendedoras, como es el caso de Ayah Awwad, representante de la Asociación EmpresarialPalestina (ASALA), a quien el cierre entre ciudades o los controles de carretera en la zona de Cisjordania, les impiden llevar a cabo sus actividades.
“Cambiamos la formación de presencial a virtual. Además, la situación económica es muy difícil, especialmente para las PYMEs, porque los precios de las materias primas han aumentado y no pueden intercambiar productos entre ellas”, ha explicado en una entrevista a la Agencia EFE.
La cofundadora de REFORM Studios, Maryam Hazem en el evento de cierre del programa CREACT4MED. EFE/Marta Pérez
De esta forma, Awwad ha agradecido la posibilidad de participar en el programa CREACT4MED, cofinanciado por la Unión Europea, a través del cual han recibido formación más de 400 personas para desarrollar sus negocios en la industria cultural y creativa de los países del sur de Mediterráneo.
En ASALA se han centrado en lograr que 30 mujeres emprendedoras pudiesen acceder a financiación para actividades de ‘marketing’ digital, alfabetización financiera o comercio electrónico.
Mujeres emprendedoras del sur del Mediterráneo
Otro ejemplo de mujer emprendedora beneficiaria de este programa es Maryam Hazem, cofundadora de Reform Studio, una marca de estilo de vida que promueve la sostenibilidad mediante la elaboración de un tejido 100 % ecológico hecho de bolsas de plástico y joyas desechadas y con hilos de algodón.
“También es 100 % artesanal. Gracias a esta iniciativa hemos podido expandir nuestra marca en el extranjero. Estamos tratando de revivir una antigua artesanía, así que pensamos que todo el programa encajaba al 100 % con el objetivo de nuestra marca”, ha comentado Hazem.
CREACT4MED ha finalizado sus cuatro años de recorrido con un evento final celebrado en Barcelona, en el que la Agencia EFE participó como medio colaborador, y una red de emprendedores, en su mayoría mujeres y jóvenes, distribuida por Egipto, Jordania, Líbano, Marruecos, Palestina y Túnez.
Meta del programa CREACT4MED
La directora de CREACT4MED y presidenta de Euro-Mediterranean Economists Association (EMEA), Rym Ayadi, ha asegurado que estos dos grupos poblacionales tienen el potencial para “aprender de verdad” y para crear sinergias entre diferentes culturas e intentar desarrollar actividades que creen puestos de trabajo.
Para ella, la cultura y la creatividad son pilares para la transformación económica y el bienestar social: “Obviamente, cuando hay tensiones, cuando hay dificultades políticas y sociales, se reduce la prosperidad y se reduce la paz. Así que lo que necesitamos es prevenir esta tendencia destructiva y convertirla en constructiva”.
En este sentido, la coordinadora principal del proyecto y miembro de EMEA, María Ruiz de Cossío, ha puesto en valor la comunidad de más de 1.200 “mentes creativas” que pretenden preservar la herencia del Mediterráneo.
“Hablamos de la región con un índice mayor de población joven en el mundo, eso hace que sean lugares muy vibrantes. Las industrias culturales y creativas cohesionan a las comunidades, facilitan el diálogo entre personas que no tienen nada que ver”, ha concluido Ruiz de Cossío sobre el carácter de cohesión del programa. EFE
Mientras la temperatura exterior sigue subiendo, mucha personas que trabajan en oficinas se ven obligadas a hacer acopio de jerséis y mantas. Los lugares de trabajo excesivamente climatizados hacen que muchos trabajadores (en su mayoría mujeres) descubran que el calor del verano ha dado paso a lo que algunos llaman «el invierno de las mujeres».
En lugar de pantalones cortos y sandalias, el excesivo frío interior se traduce en calefactores y calcetines peludos. Aunque el fenómeno ha dado lugar a un sinfín de divertidos vídeos en TikTok, el tema no es ninguna broma.
«Si la gente no está cómoda, no va a rendir tanto como podría», afirma Thomas Chang, economista de empresa de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos); «suena obvio hasta la estupidez, pero es lo que constatamos».
El trabajo de Chang y otros demostró que las mujeres tienden a declarar sentirse más cómodas a una temperatura más cálida que la media de los hombres. Y no sólo en las oficinas. Tanto en el exterior como en el interior, en casa o en el trabajo, los estudios han demostrado que las mujeres son más sensibles al frío.
Parte de ello, según Chang, puede deberse a las diferencias en la vestimenta. Tener que llevar un traje de tres piezas con corbata dejará a una persona más caliente que si llevara un vestido de verano y sandalias. Pero la otra razón es que las mujeres, por término medio, queman menos calorías en reposo que los hombres, lo que genera menos calor interno.
Pero puede que no sea tan sencillo. Según un estudio publicado en abril de 2024 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el tamaño y la composición corporal de una persona son más importantes que su sexo a la hora de determinar cuándo empieza a tener frío. Esto es lo que dice la ciencia sobre las personas sensibles al frío y cómo puede afectar a su salud y productividad.
El metabolismo determina la temperatura corporal
Al igual que otros animales de sangre caliente, los seres humanos invierten mucha energía y esfuerzo en mantener su temperatura corporal a un nivel adecuado. Muchas especies modifican su comportamiento para adaptarse a condiciones térmicas extremas, como volverse nocturnas para soportar el calor del desierto o desarrollar una gruesa capa de pelo para sobrevivir a inviernos gélidos.
Pero al igual que los humanos variamos en estatura y forma corporal, también variamos en nuestra determinación de la temperatura ideal. Algunas personas se sienten cómodas con pantalones cortos y sandalias incluso en invierno, mientras que otras pasamos frío invariablemente sin gorro y jersey. Nuestras preferencias en cuanto a la temperatura exterior están directamente relacionadas con la intensidad de nuestro fuego metabólico.
Las personas con más masa muscular y cuerpos más grandes tienden a quemar más calorías en reposo que los individuos más pequeños. Y aunque la grasa es aislante (sólo hay que preguntar a las focas y osos polares del Ártico), también puede impedir que el calor generado en nuestro núcleo llegue a las manos y los pies.
Como resultado, las preferencias de temperatura pueden tener algo que ver con el género, afirma Boris Kingma, científico especializado en rendimiento térmico humano del Instituto Holandés de Tecnología Aplicada. Pero advierte que no es tan sencillo como «las mujeres prefieren temperaturas más cálidas».
Por un lado, señala el enorme solapamiento de temperaturas ideales entre hombres y mujeres. Las diferencias que existen son bastante sutiles, dice Kingma. Por otro, nuestra temperatura preferida varía en función de nuestro nivel de actividad y nuestra ropa. Para Kingma, el género de estas variables marca una diferencia mayor que el metabolismo.
Los datos del reciente estudio publicado en PNAS respaldan estas conclusiones. Un equipo de científicos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos descubrió que lo que más importaba a la hora de determinar la temperatura ideal de una persona era la interacción entre la tasa metabólica, la superficie corporal y el porcentaje de grasa corporal.
«Si tienes una tasa metabólica similar, da igual que seas hombre, mujer, anciano, lo que sea. Preferirás el mismo ambiente», afirma Kingma.
Cómo afecta la temperatura a tu cuerpo
El interés de Chang por la relación entre la temperatura y la productividad de los trabajadores comenzó cuando empezó a trabajar en una oficina excesivamente calurosa. Hizo tantos cambios como pudo (mangas cortas en lugar de largas, café helado en lugar de caliente), pero nada cambió el hecho de que a menudo tenía demasiado calor para concentrarse en su trabajo. En la oficina, Chang sólo pensaba en formas de refrescarse.
Esto no es sorprendente, dice Kingma, ya que tener que generar o disipar el exceso de calor corporal es físicamente estresante. Cuando se tiene demasiado calor, los vasos sanguíneos de las extremidades se dilatan para que el cuerpo libere más calor. Si eso no es suficiente, se empieza a sudar. Mientras tanto, la exposición al frío hace que los vasos sanguíneos de las manos y los pies se contraigan para evitar la pérdida de calor. Si la temperatura corporal baja demasiado, los escalofríos pueden ayudar a generar el calor necesario. Ambos extremos requieren un gasto extra de energía, afirma Kingma.
Mientras que la hipotermia y la congelación son ejemplos de exposición excesiva al frío, afecciones como la enfermedad de Raynaud empiezan a aparecer a temperaturas menos extremas. La enfermedad de Raynaud se produce cuando los pequeños vasos sanguíneos de los dedos de manos y pies sufren espasmos y se cierran, lo que da a las extremidades un tinte blanco o azulado. Afecta desproporcionadamente a las mujeres y a quienes viven en climas fríos, y se cree que es una forma extrema de sensibilidad al frío. La afección es reversible al calentarse, pero puede resultar incómoda y molesta.
A lo largo del tiempo, los humanos han desarrollado una serie de medidas para adaptarse a algunos de los climas más extremos del planeta. Desde estrategias básicas como el fuego y las pieles de animales para calentarse, hasta opciones de alta tecnología como los tejidos aislantes que pueden reflejar el calor corporal y las chaquetas térmicas a pilas, estas opciones permiten a los humanos vivir casi en cualquier parte.
«La única razón por la que los humanos pudimos poblar el planeta fue nuestra capacidad de adaptarnos al entorno con tecnología», afirma Kingma. Y esa tecnología incluye algo más que el aire acondicionado, señala.
Muchas de estas tecnologías no están pensadas para mantener a los humanos a la temperatura «perfecta», sino para evitar que pasen frío o calor.
Cómo afecta la temperatura a la productividad
Chang quería saber en qué medida afecta a la productividad el estrés provocado por el frío o el calor excesivos. En colaboración con Agne Kajackaite, del Centro de Ciencias Sociales WZB de Berlín (Alemania), hicieron pruebas con un grupo de estudiantes universitarios alemanes para determinar cómo cambiaba su capacidad de trabajo cuando tenían demasiado frío o demasiado calor.
Descubrieron que las alumnas rendían mejor en tareas verbales y matemáticas cuando la temperatura era más cálida, pero que los varones lo hacían mejor cuando hacía más frío. La diferencia era significativa, aunque aparentemente sutil: apenas unos puntos porcentuales. A primera vista no parece mucho, pero a muchos directivos les encantaría aumentar la productividad de sus trabajadores en esa cantidad, afirma Chang.
«Todo lo que hay que hacer es asegurarse de que los trabajadores estén cómodos. Parece una obviedad», afirma.
Stefano Schiavon, arquitecto e ingeniero medioambiental de la Universidad de California (Estados Unidos), no está convencido. Schiavon realizó un metaanálisis de estudios sobre la relación entre productividad y temperatura, recopilando datos de 35 estudios distintos, incluido el de Chang. Cuando analizó los datos colectivamente, descubrió que sólo en las temperaturas extremas se reducía significativamente el rendimiento. Alguien puede tener un poco de calor o un poco de frío, pero eso no influye realmente en su rendimiento, afirma Schiavon.
Pero, en última instancia, la solución al invierno femenino parece sencilla: basta con bajar el aire acondicionado. Se trata de una medida de ahorro de costes y energía cada vez más importante a medida que la quema de combustibles fósiles calienta el planeta, dice Schiavon. Ajustar la refrigeración interior y permitir a los trabajadores personalizar su vestuario y espacio de trabajo para poder trabajar a su temperatura óptima contribuiría en gran medida a resolver ambos problemas, afirma.
«Estamos utilizando mucha energía cara para que la gente se sienta desgraciada», afirma Schiavon.
México se posiciona como la tercera economía con menor brecha de género en programación, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), sólo detrás de Grecia y Brasil. Esto refleja el avance alcanzado en el país, pero plantea interrogantes sobre si este progreso se refleja en el resto del escenario STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés).
Samantha Penilla, directora de operaciones de Laboratoria, señala que en los últimos cinco años la demanda de talento en el área de tecnología ha aumentado considerablemente. Y las mujeres han liderado los esfuerzos para cubrir la necesidad de perfiles especializados.
Por otra parte, Graciela Rojas, presidenta y fundadora de Movimiento STEM+, destaca que desde 2017 hay un cambio significativo con líderes mundiales como Angela Merkel y Michelle Obama, quienes han puesto la agenda de género en primer plano.
“Noté un cambio radical con el surgimiento de organizaciones y movimientos que impulsan la inclusión de mujeres en STEM. Esto no sólo es un esfuerzo local, sino global”, afirma Rojas.
A decir de las especialistas, las claves que han permitido a México avanzar en el cierre de la brecha de género en programación son:
Oportunidades en el mercado laboral relacionadas con STEM
Cuestionamientos sobre los roles sociales de las mujeres en áreas tecnológicas
El boom tecnológico y el acceso al internet
Samantha Penilla considera que lo anterior ha sido un impulso importante. «En resumen, diría que el acceso a la tecnología y el cuestionamiento de los sesgos de género han sido clave para el aumento de mujeres en tecnología”.
Sin embargo, este avance aparentemente positivo para la industria tecnológica sigue enfrentando numerosas barreras. Por ejemplo, según el estudio Women in Tech de BeriesDev, las postulaciones de mujeres a trabajos en tecnología alcanzaron el 40% durante el período de 2020-2021, liderado por Latinoamérica. No obstante, la especialista menciona obstáculos significativos en los procesos de selección y en la percepción de capacidades.
A pesar del incremento en las postulaciones de mujeres para puestos laborales en tecnología, Penilla indica que en México en el campo de STEM, hay sólo tres mujeres por cada 10 perfiles.
En tanto, Rojas advierte que la brecha sigue presente en otras áreas STEM. Por ejemplo, en ciencias relacionadas con el cuidado, donde la participación de mujeres es del 30%, y en específico en áreas tecnológicas e ingenierías, con una representación de sólo 3 por ciento.
“Las áreas tecnológicas y de ingeniería todavía tienen una percepción más masculinizada. Sin embargo, hemos visto un cambio en áreas como ingeniería química e industrial, donde la participación de mujeres ha aumentado”, comparte la fundadora de Movimiento STEM+.
Aunque hay más mujeres en tecnología, Penilla señala que menos del 25% ocupa cargos técnicos y de liderazgo. Por ejemplo, en inteligencia artificial (IA), sólo el 22% de los profesionales son mujeres y únicamente el 14% escribe artículos sobre IA. “Existe una brecha no solo en representación, sino también en el tipo de roles y en la producción de conocimiento”.
“Al ser operadora en un bootcamp de mujeres, es común que nos pregunten cómo nos llevamos trabajando juntas, lo cual demuestra los sesgos que aún existen en la industria; hay una necesidad y una subrepresentación de mujeres en estas áreas. Hacer visible esta oportunidad ha sido importante para abrir camino”, expone.
Cambio en el discurso, clave para seguir con el avance
Para Graciela Rojas, el talento no tiene género, por lo que considera que cerrar la brecha de género ayuda a abordar la problemática de escasez de talento en tecnología, aunque todavía falta cubrir espacios especializados en el país.
“Para cubrir la demanda de talento en estas áreas, es fundamental que participen tanto hombres como mujeres. Los equipos diversos son más productivos e innovadores. El cierre de la brecha de género en programación ayuda a enfrentar la escasez de talento, ya que se necesita la participación de ambos géneros”.
En ese sentido, las especialistas coinciden en la percepción de que la paridad de género en programación tiene un impacto positivo, este se manifiesta en una mayor contratación de mujeres. Sin embargo, la brecha no sólo se limita a un tema de números, también se vincula con la diversidad de experiencia y perspectivas en las empresas.
“En cuanto a estrategias, más que una, diría que es importante cuestionar los sesgos. No sólo en términos de género, sino también de edad, maternidad, etc. Es crucial que la sociedad e industria se sumen a este esfuerzo”, opina Penilla.
Graciela Rojas menciona que las estrategias comienzan con el cambio de narrativas para hacer consciencia de que las áreas STEM también son para mujeres, así como con la orientación vocacional con perspectiva de género y la actualización del contexto laboral que enfrentan los estudiantes o el nuevo talento.
Además, la especialista destaca la importancia de asignar presupuestos con perspectiva de género y medir los resultados desagregados por género.
Para combatir la escasez de talento, las especialistas señalan que pese a la existencia de políticas públicas para la paridad de género, es necesario pasar a la acción. En ese tenor, consideran fundamental abrir espacios y recursos para que más mujeres exploren la tecnología, cambiar los estereotipos y la narrativa para acercar a las niñas a la tecnología desde temprana edad. Cuestionarse cuántas mujeres ocupan cargos importantes en las áreas STEM podría contribuir significativamente a la escasez de talento no sólo en México, sino en todo el mundo.
En la literatura, existen libros que han cambiado el movimiento del feminismo, y uno de ellos es la obra de Simone de Beauvoir llamada «El segundo sexo» o “The Second Sex” en inglés, donde compartía sus reflexiones sobre ser mujer, un relato que hasta el día de hoy es tema de conversación influyendo en el feminismo de México y el mundo.
¿De qué trata «El segundo sexo» de Simone de Beauvoir?
Esta obra fue escrita en 1949, donde Simone de Beauvoir habla sobre la construcción social y cultural de la mujer, tocando temas filosóficos, psicológicos e históricos, aportando momentos cruciales de su propia vida.
En esta obra, la feminista trata de definir puntos clave hablando sobre el concepto de mujer, la maternidad y la sexualidad, cuestionando todo lo que se le imponía en ese tiempo y tratando de encontrar su propia liberación, probando que las mujeres no solo son el segundo sexo, sino que tienen su propia identidad.
En las págins de su libro la escritora pide libertad respecto de los anticonceptivos y el aborto.
Foto: Amazon
La historia detrás del libro “El segundo sexo”
La filósofa francesa tenía 41 años cuando salió su obra maestra, a lo largo de su vida había visto a la mujer ser tratada como un personaje secundario.
Vio sufrir a su madre en una relación desigual con su padre, presenció la muerte de su íntima amiga tras una disputa por la dote, los bienes y el amor. Vio a otras amigas enfrentar infecciones y hospitalizaciones después de abortos ilegales, y se dio cuenta de que muchas mujeres ni siquiera entendían los conceptos básicos de sus propios cuerpos.
«El segundo sexo» tiene una de las frases que hasta el día de hoy sigue siendo utilizada en el movimiento feminista actual: «No nacemos mujeres, nos convertimos en ellas». Esta y muchas obras son parte del camino que ha llevado a Francia a ser un país que protege los derechos reproductivos de las mujeres.
Simone de Beauvoir falleció el 14 de abril de 1986
Foto: Ig @simone__de_beauvoir
¿Por qué «El segundo sexo» es importante en el feminismo?
Esto no es solamente una recapitulación de momentos traumáticos pero esenciales que vivió la escritora, sino que también cuestiona los estereotipos femeninos sobre la carrera, el matrimonio y la familia.
Ella misma vivía su vida de acuerdo a como la predicaba. Cambió por completo los roles que tenía asignados, convirtiéndose en profesora de filosofía y activista en lugar de ama de casa. Firmó un contrato informal de relación abierta con su pareja; en lugar de convertirse en madre, se dedicó por completo a cuestiones sociales, personales y profesionales.
¿Por qué «El segundo sexo» fue tan controversial?
El impacto de esta obra fue tan grande que en sus primeras semanas vendió 22,000 ejemplares en Francia y, con el pasar de los años, alcanzaría la cifra de un millón. Las letras de Simone de Beauvoir empezaron a resonar en la mente de las mujeres, dándole tanto admiradores como enemigos.
Quienes estaban en contra de su escrito eran en parte la comunidad cristiana, por hablar de ateísmo y cuestionar la religión. Fue uno de los libros prohibidos por el Vaticano. Su postura sobre la maternidad fue considerada una traición a su patria, ya que Francia, después de la Segunda Guerra Mundial, necesitaba más nacimientos y la obra de Simone era una barrera para alcanzar ese objetivo.
La obra se convirtió en una piedra angular del feminismo de la segunda ola.
Foto: Ig @simone__de_beauvoir
En el momento de la publicación del primer volumen, Simone de Beauvoir recibió en París a su compañero romántico el escritor estadounidense Nelson Algren. Ambos eran objeto de susurros y miradas nocivas por las personas que reconocían a la mente creativa detrás de la Biblia del feminismo.
«El segundo sexo» de Simone de Beauvoir será por siempre una obra que cambió la vida de las mujeres en todo el mundo. Hoy se considera uno de los libros básicos a leer cuando queremos entender más sobre el movimiento y nos acerca a la mente de aquellas personas que vivían en 1949. Siendo una especie de espejo de lo que se vive en la actualidad, este libro definitivamente tiene que estar en tu lista de lecturas obligatorias.
«No nacemos mujeres, nos convertimos en ellas» frase de su libro «El segundo sexo»
Foto: Ig @simone.de_beauvoir
Texto original: Natacha Cortêz Traducción: Bianca Cosulich
Artículo originalmente publicado por Marie Claire Brasil
Un estudio liderado por el Instituto Global de Salud de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación La Caixa, identificó diferencias de sexo y de género en la resiliencia ante la enfermedad del Alzheimer, informó este viernes en un comunicado.
El trabajo, publicado en ‘Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association’, incluye una declaración de consenso de varios expertos internacionales que pide que se incorporen las disparidades de sexo y género en el Alzheimer en futuras investigaciones.
La investigadora de ISGlobal Eider Arenaza-Urquijo explicó que evaluar cómo interactúan el sexo y el género es «crucial para comprender los mecanismos que mantienen la función cognitiva y reducen la acumulación de patologías en el envejecimiento y la enfermedad de Alzheimer, es decir, los factores de resiliencia y resistencia».
FACTORES BIOLÓGICOS Y SOCIALES
El estudio revisó una «gran cantidad de literatura» detectando que la mayoría de investigaciones se centran en los comportamientos individuales sin tener en cuenta cómo los factores sociales y culturales influyen en el riesgo de demencia y la resiliencia.
Arenaza-Urquijo afirmó que «los factores de protección, como la educación, pueden tener efectos diferentes en hombres y mujeres» y ha insistido en la necesidad de comprender la complejidad de las interacciones entre factores biológicos y sociales para entender la resiliencia del Alzheimer.
La mayoría de las personas con Alzheimer son mujeres, ya que tienen doble riesgo de padecer esta enfermedad y presentan un deterioro cognitivo «más rápido» que el de los hombres con Alzheimer a medida que avanza el desarrollo de esta patología, que produce atrofia cerebral y perjudica la función cognitiva.
PROPUESTAS
Los autores del estudio abogan por un enfoque de la resiliencia que «tenga en cuenta el sexo y el género para comprender mejor la compleja interacción de los determinantes biológicos y sociales».
También proponen «explorar cómo interactúan los factores de sexo y género en las distintas culturas», teniendo en cuenta las diferencias demográficas, genéticas, sociales y clínicas que influyen en el riesgo de demencia.
Insisten en la importancia de considerar el sexo y el género de forma no binaria para incluir a las poblaciones LGTBIQ+ en los estudios, que «suelen estar infrarrepresentadas y se enfrentan a una mayor carga de enfermedades crónicas».
Además, los investigadores han señalado que las disparidades de sexo en las características cerebrales, como la conectividad cerebral, «siguen sin estudiarse como factores de resistencia» al Alzheimer que pueden minimizar el impacto de esta patología en la cognición.
Representantes de 51 países acordaronimpulsar los instrumentos de derechos humanos de las mujeres, como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, así como la importancia de desarrollar sistemas económicos y sociales con enfoque responsivo al género.
Luego de tres días de trabajo, la Tercera Cumbre sobre Políticas Exterior Feministas adoptó una declaración en la además se comprometieron a impulsar la relevancia del rol de las mujeres en la resolución de conflictos, en la paz y la seguridad internacionales.
La declaración fue firmada por 18 países incluida Alemania, Bolivia, Colombia, Canadá, Costa Rica, Cuba, Chile, Eslovenia, España, Francia, Honduras, Irlanda, Lituania, Mongolia, Noruega, Nueva Zelandia, Rumanía y Uruguay.
A través de un comunicado, la cancillería mexicana, anfitrión del encuentro, informó que la declaración estará abierta para endoso a todos los Estados que deseen sumarse hasta la realización de la Cumbre del Futuro, a efectuarse en septiembre próximo, en Nueva York.
La ceremonia de clausura fue encabezada por la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena Ibarra; la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman Zylbermann; y la directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, María Noel Vaeza.
Cuando una mujer avanza y transforma, avanzamos todos; cuando avanzan las mujeres, progresa la sociedad.Alicia Bárcena.
Bárcena llama a pacto generacional y de género
Bárcena pidió apostar por un pacto generacional y de género y que pueda incluir fundamentos normativos y legales y el empoderamiento de las mujeres en los foros internacionales.
“Justamente lo que tenemos que lograr es que no haya retrocesos. Nosotros, que estamos proclamando una Política Exterior Feminista (PEF), luchemos porque no haya retrocesos en los foros multilaterales, en las agendas políticas. Estamos aquí para hacer la revolución de las conciencias”, enfatizó.
Por su parte, la presidenta del Inmujeres, Nadine Gasman, subrayó que “esta conferencia da cuenta del importante momento en el que nos encontramos y de la relevancia de seguir avanzando y poniéndonos de acuerdo sobre las Políticas Exteriores Feministas y su papel indispensable como herramienta para alcanzar la igualdad de género.
“Es muy importante recordar los pasos que hemos dado, que nos han traído hoy, y hablar sobre la situación, y conversar sobre los pasos futuros que daremos para continuar avanzando en la implementación de la PEF, en el marco de la Cumbre del Futuro”, puntualizó.
COMUNICADO CONJUNTO. “México presenta declaración sobre derechos de la mujer en la III Conferencia Ministerial sobre Políticas Exteriores Feministas”.
Este día concluyó la III Conferencia Ministerial sobre Políticas Exteriores Feministas “Soluciones para un mejor mañana", con la… pic.twitter.com/7CmcjowfHu
Kate Winslet insiste en que sigue siendo «difícil hacer películas como mujer» y «sobre mujeres».
La actriz de 48 años protagoniza y coproduce el próximo drama biográfico ‘Lee’, sobre la vida de la modelo y fotógrafa de guerra, Lee Miller.
Winslet estuvo vinculada al proyecto durante ocho años y, tras hacerse cargo de la producción, contrató a la directora de fotografía Ellen Kuras -con quien había trabajado en ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’- para que debutara en la dirección de la película.
Durante su comparecencia en el estreno europeo de ‘Lee’ en el Festival Internacional de Cine de Múnich, Kate habló de cómo el largo viaje de la película hasta la pantalla demuestra por qué sigue siendo difícil contar historias importantes sobre mujeres en la pantalla.
Afirmó: «Decidimos retrasar el estreno de ‘Lee’ debido a la huelga y porque quería poder hablar del verdadero trabajo de amor que supuso para mí y para mi socia Kate Solomon hacer esta película. Es difícil hacer películas como mujer y es difícil hacer películas sobre mujeres. Espero que con esta cinta la gente sea más receptiva y tenga los ojos más abiertos para querer absorber historias de figuras históricas fenomenalmente importantes como la formidable Lee Miller».
Miller había sido modelo de moda en Nueva York en la década de 1920 antes de marcharse a París (Francia) para aprender a ser fotógrafa de moda y bellas artes y después convertirse en corresponsal de guerra para Vogue al estallar la II Guerra Mundial en 1939.
La fotoperiodista -que vivía en Hampstead, Londres, cuando comenzó el conflicto- formó equipo con David E. Scherman, interpretado por Andy Samberg en la película, para cubrir acontecimientos como el bombardeo de Londres y la liberación de París.
Sus imágenes, a menudo estremecedoras, contribuyeron a dar a conocer al mundo las verdaderas atrocidades de los nazis, en particular los campos de concentración de Buchenwald y Dachau.
Winslet admitió además que las escenas que muestran el trabajo de Miller en los campos fueron especialmente difíciles de rodar.
Indicó: «La parte más difícil de rodar fue la de Dachau; fue muy duro para Andy Samberg, que no quería ver el set hasta que le vimos [en la película]. Toda su reacción cuando entramos es realmente su reacción. Para nosotros era muy importante asegurarnos de que no intentábamos emular las imágenes de los campos de concentración que otros cineastas habían hecho de forma brillante en el pasado. Tuvimos que estar realmente decididos a asegurarnos de que sólo lo veíamos a través de los ojos [de Miller y Scherman]».
En el marco del debate por la reforma al Poder Judicial, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hace un balance sobre las acciones emprendidas en materia prevención, atención y seguimiento a casos de violencia de género dentro de la Corte.
La Corte reconoce que el acoso sexual, la violencia sexual y la violencia por razón de género son consecuencia de la desigualdad estructural que viven las mujeres y las personas de la diversidad sexual, es por ello que, considerando la obligación de brindar una atención accesible, diligente, oportuna y eficaz a través de la Dirección General de Prevención, Atención y Seguimiento a Casos de Violencia de Género (DGPASCVG) en sustitución de la UGIG, asume las atribuciones de prevención, atención y seguimiento a casos de violencia de género que pudieran suscitarse al interior del máximo tribunal.
La Corte señala que en los 17 meses en los que funcionó la Unidad General de Igualdad de Género de la Suprema Corte (UGIG), quien tuvo facultades para la prevención y combate del acoso sexual implementó del 18 de octubre de 2021 al 31 de marzo de 2023, brindó acompañamiento en materia de violencia de género, brindó acompañamiento a 31 personas, de las cuales se concluyeron 15 y 16 se encuentran en trámite.
Mientras que desde le creación de la DGPASCVG del 1 de abril de 2023 al 28 de junio de 2024, derivado de la difusión, sensibilización, confianza y promoción a una cultura de la denuncia, esta Dirección General ha atendido 126 asuntos, de los cuales 16 se encontraban en trámite por la entonces UGIG. Asimismo a emprendido acciones para la promoción, reconocimiento e inclusión de la población de la diversidad sexual, con un impacto en 3,470 personas.
Además, es importante resaltar que del total de asuntos, 62 se encuentran concluidos y 64 continúan en trámite.
Dentro de la atención a casos de violencia de género, tanto la UGIG como la DGPASCVG brindaron acompañamiento psicológico, jurídico y de justicia restaurativa.
Entre las acciones en materia de prevención y sensibilización, el máximo tribunal a impulsado las siguientes medidas:
Acciones de promoción, reconocimiento e inclusión de la población de la diversidad sexual.
Ferias informativas por la no discriminación y el derecho a una vida libre de violencia de género
Atención a casos externos
Protocolo de Coordinación Interna para la Atención Ciudadana y de Víctimas
Atención a ciudadanía externa
Además, la DGPASCVG tiene participación de dos proyectos en el Comité Interinstitucional de Igualdad de Género dentro del Poder Judicial con dos programas:
Repositorio de criterios institucionales en materia de atención a casos de violencia en razón de género al interior del PJF, el cual tiene como objetivo contar con un espacio de difusión permanente sobre las prácticas institucionales en materia de género desde las funciones jurisdiccionales y administrativas del PJF.
Así como la difusión homologada sobre riesgos institucionales en la atención de casos de violencia en razón de género, la cual consiste en diseñar una guía ejecutiva que permita a los Titulares de Órganos Jurisdiccionales y Mandos Directivos identificar los riesgos individuales e institucionales frente a un posible caso de violencia de género.
La deportista afgana Manizha Talash huyó de Kabul a Pakistán “con una túnica negra hasta los tobillos y una máscara en la cabeza” para escapar de la represión que le esperaba con el regreso de los talibanes en agosto de 2021 y poder seguir practicando su pasión, el break dance o baile deportivo. Ahora, seleccionada para el Equipo Olímpico de Refugiados para competir en los Juegos Olímpicos que comienzan el 26 de julio en Francia, se entrena seis días a la semana en el escenario del auditorio de las Trece Rosas, en el centro de Vallecas Villa (Madrid). Su historia es similar a la de Dorsa Yavarivafa (Teherán, 20 años), una joven jugadora de bádminton que vive en el Reino Unido desde hace cuatro años, a donde llegó tras un arduo viaje por Europa desde su Irán natal cuando era aún una adolescente y durante el que fue separada de su madre y detenida tres veces. Su selección como miembro del Equipo Olímpico de Refugiados le ha enseñado que no hay meta que no pueda alcanzar. “No importa de dónde venimos, lo que importa es que todos somos seres humanos y no debemos renunciar a nuestros sueños”, afirma.
La dos mujeres forman parte del grupo de 36 atletas de 11 países diferentes que representarán en París a los más de 43 millones de refugiados que hay en el mundo, según Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados. Este equipo, creado por el Comité Olímpico Internacional (COI) por primera vez con el apoyo de Naciones Unidas en 2015 ante las crecientes crisis migratorias, permite competir a deportistas que no pueden participar en representación de su país de origen, donde son perseguidos. De todos ellos, solo la boxeadora camerunesa Cindy Ngamba logró superar las pruebas clasificatorias para los juegos, mientras que el resto recibió una invitación por su “rendimiento deportivo”, si bien el comité también tuvo en cuenta para la composición del equipo lograr “una representación equilibrada” de deportes, género y países de origen.
Manizha Talash, durante un descanso de su entrenamiento.JUAN BARBOSA
“Llegar a este sueño fue muy difícil. No solo voy a competir. Voy a decir quién soy, de dónde soy, cómo pude llegar hasta aquí”, explica Talash, que usa como nombre de guerra b-girl Talash. Y quiere que lo sepan las chicas que “ahora están en Afganistán y no pueden hacer nada”. “No pueden estudiar, que es muy importante. No pueden salir de casa. No pueden escuchar música. No pueden bailar. Pero yo estoy aquí para que todo el mundo sepa cómo están las chicas en Afganistán”, clama.
Llegar a este sueño fue muy difícil. No solo voy a competir. Voy a decir quién soy
Manizha Talash, deportista de ‘breaking dance’
Becada por el COI, Talash “se está preparando para las batallas que llegarán, aunque su nivel es aún medio”, explica David Vento, el bailarín y entrenador que ha puesto a su disposición la Federación Española de Baile Deportivo, una disciplina que compite por primera vez en los Juegos Olímpicos. “En cierta forma, Manizha devuelve al breaking a sus orígenes, a las calles del Bronx de los años setenta, como un medio de expresión y rebeldía social de una juventud marginada”, añade.
“Pero aunque llamemos batallas a las competiciones de breaking, uno contra uno, yo no compito para ganar. Me gusta la cultura del hip-hop como forma de expresión”, dice la b-girl afgana en un descanso en la repetición constante de freezes, footwalks, moonwalks, powermoves, toprocks, 6steps, drops, headspins y demás movimientos que forman la base del baile. “La verdad, mi vida fue muy dura. Una chica en Afganistán, cuando no tiene padre, tiene que ser un brazo para su madre, y tiene que trabajar, y también tiene que estudiar, pero al encontrar el breakdance, mi vida cambió mucho. Cuando bailo, soy feliz, no pienso en mis problemas”. Lo descubrió “viendo un video en Facebook de un chico afgano que estaba girando sobre su cabeza”. “Al principio, yo pensé que no era real. Pero después de buscar y ver en Google y YouTube, vi que se podía y decidí aprender y bailarlo”, cuenta.
De las 56 personas que practicaban breaking en su club en Kabul, Talash era la única mujer. “Yo no entendía por qué no había chicas, porque no se rebelaban más, por qué se quedaban en casa. Al final llegamos a ser seis, y yo formé mi propio grupo, Reunion Crew, y estábamos también con un grupo de rap, AK13, con letras que hablaban de Afganistán, de nuestra cultura, nuestra vida. Una historia nuestra”, añade.
Sin embargo, su mundo de sueños de libertad se hundió en agosto de 2021 cuando los talibanes tomaron Kabul 20 años después de haber sido derrotados. “A los talibanes no les gusta que las chicas hagan algo. Cuando yo vivía en Afganistán, pusieron tres bombas cerca de nuestro club. Es muy difícil para todos la vida allí. Cuando sales de casa piensas siempre que quizás no vas a volver, porque los talibanes no dicen nada, tú no puedes pensar qué están pensando, pero sabes que cuando no les gustas, te matan”, afirma. Fue entonces cuando todo su equipo de breaking decidió huir. “Llevé conmigo a mi hermano pequeño, de 12 años. Entramos ilegales en Pakistán, yo con mi burka negro y los chicos enmascarando sus tatuajes con maquillaje”. Tras pasar un año en lslamabad, la capital paquistaní, donde llegó a convivir con otras 21 personas en una misma habitación, el único miembro del equipo que aún conservaba el pasaporte afgano logró llegar a España. “Envió una carta al Gobierno. Unos meses después pudimos venir los demás, aunque nos dispersamos y estamos muy lejos unos de otros. Dos están en Murcia, dos en Huesca y dos estamos en Madrid”, relata la deportista. Aunque antes, ella también recaló en Huesca, donde aprendió español y trabajó en una peluquería.
A Vallecas llegó por la intervención del Comité Olímpico Español (COE), según explica su presidente, Alejandro Blanco. “Nos hizo una llamada el COI en marzo pasado, contándonos que Manizha era deportista, estaba en Huesca y tenía estatus de refugiada. Nos movimos, conseguimos para ella la beca de solidaridad olímpica y hasta pudimos atender a su petición de conseguir que su madre y sus hermanos vinieran a Madrid, lo que logramos hablando con la embajada en Pakistán”, explica a este diario.
Yavarivafa: “Mi padre no podía verme jugar al bádminton”
Yavarivafa, que será la segunda atleta refugiada en competir en la especialidad de bádminton en la historia de los Juegos Olímpicos, habla con una sonrisa en el London Stock Exchange (el edificio de la Bolsa de Londres). Sostiene que es muy difícil entrenar en países autoritarios, pero pide que “nunca renuncies a tus metas. Si entrenas duro, estoy segura de que llegarás a un lugar muy alto en tu carrera”, sentencia. Esta convicción viene de su propia experiencia: aprendió a jugar al bádminton en Teherán, a los 10 años. A los 15 ya había ganado numerosos torneos en su país, pero el equipo nacional la rechazaba sin explicaciones, algo que la familia atribuía a una forma de represión por las ideas políticas de su madre. Por estas dos razones, ambas dejaron el país.
La jugadora de bádminton iraní Dorsa Yavarivafa, fotografiada el 24 de mayo en Londres.EQUIPO OLÍMPICO BRITÁNICO (TEAM GB / TOM SHAW)
Tampoco las condiciones para jugar en Irán eran fáciles: ningún hombre podía entrenarla, ni verla competir. Además de que para hacerlo, tenía que usar hiyab (pañuelo islámico), recuerda. “Mi padre no podía verme jugar al bádminton. La primera vez que me vio jugando fue cuando tenía 19 años”, cuenta. Fue en un torneo celebrado en Middlesex (Reino Unido) en octubre de 2023, a donde viajó su padre, que todavía sigue viviendo en Irán. Era su primer reencuentro en cinco años. “Creo que estaba más estresado que yo. Me emocioné mucho”, relató entonces al medio especializado en este deporte Development.
En 2019, las autoridades iraníes permitieron puntualmente, por primera vez en 40 años, el acceso de 4.000 mujeres iraníes a un estadio de fútbol, separadas de los hombres. En 2022, bajo la presión de la FIFA, el régimen pareció abrir más la mano para que las iraníes pudiesen asistir a los partidos, aunque organizaciones como Open Stadiums, que trabaja por el acceso de las espectadoras a los estadios, se quejan de que siguen vendiéndose entradas de forma limitada a las mujeres.
La primera vez que mi padre pudo verme jugar yo ya tenía 19 años, y tuvimos que usar hiyab (pañuelo islámico) en el partido
En Inglaterra, Yavarivafa pudo seguir entrenando y estudiando, y hoy compagina su pasión por la raqueta con la carrera de Ciencias del Deporte en la Universidad Middlesex de Londres. En 2023 consiguió entrar en el Programa de Becas para Atletas Refugiados gracias a que su exentrenador la puso en contacto con el jugador de bádminton iraní Kaveh Mehrabi, que participó en los Juegos de Pekín 2008 y la ayudó a postularse.
Yavarivafa, “agradecida y emocionada”, no ha podido dejar de sonreír desde que supo que iba a participar por primera vez en unos Juegos Olímpicos. “Es una oportunidad increíble para una atleta, el sueño de todo deportista. Fue una gran sorpresa, pero estaba lista: creo en mí misma, me preparé para esto”, subraya. De estos Juegos quiere ganar experiencia y conocer a sus ídolos: “Estoy muy emocionada de ver a mi mayor ídolo, la española Carolina Marín”.
La violencia de género afecta a la salud sexual, reproductiva y general de las víctimas, mujeres que de media ven adelantada su menopausia 20 meses, que sufren más síntomas y que, en uno de cada cinco casos, se enfrentan a una menopausia precoz, según una investigación de expertos españoles.
El estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Granada (UGR, sur), evidencia que el maltrato afecta a nuevas esferas de la salud de las víctimas.
El informe de los investigadores de la UGR, Loreto Mendoza Huertas, Nicolás Mendoza, del departamento de Obstetricia y Ginecología, y Débora Godoy Izquierdo, del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico, asocia el maltrato a más y peores síntomas de la menopausia y a una peor calidad de vida.
De hecho, las mujeres expuestas a la violencia llegaron a la menopausia aproximadamente 20 meses antes que las mujeres de un grupo de control sin maltrato.
Además, un 20,7 % de las víctimas desarrollaron una insuficiencia ovárica prematura, lo que se considera una menopausia precoz, una tasa muy por encima del grupo control y de la población general.
La investigación se realizó con mujeres víctimas de violencia psicológica y económica; el 75 % declaró haber sufrido violencia física, el 57,1 % violencia sexual y casi un 40 % todos los tipos de violencia.
El estudio, publicado en la revista más importante de salud post-reproductiva en el ámbito internacional, ´Maturitas´, confirma que los antecedentes en las víctimas empeoran los síntomas, las condiciones físicas y la salud sexual y psicológica después de la menopausia.
«Es fundamental considerar estos antecedentes como parte de nuestra práctica clínica habitual a la hora de tratar a mujeres menopáusicas con síntomas excesivos y advertir de los riesgos generales para la salud a largo plazo a los que se enfrentan todas las mujeres que han sufrido un episodio de violencia de género», apuntaron los investigadores.
El trabajo, que es un estudio transversal en víctimas de violencia machista, constata que el problema afecta a todas las mujeres por igual, independientemente de su edad, condición, origen social o educación.