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  • Endometriosis: un enfermedad común entre las mujeres y, sin embargo, tan poco estudiada; ¿qué soluciones existen?

    Endometriosis: un enfermedad común entre las mujeres y, sin embargo, tan poco estudiada; ¿qué soluciones existen?

    A los 16 años, los periodos menstruales de Karin Gaudet-Asmus eran tan dolorosos que solía faltar varios días al colegio cada mes. A los 20 años aparecieron más síntomas, como náuseas, vómitos, hinchazón abdominal, diarrea y fatiga extrema. Los médicos le diagnosticaron alergias, intestino irritable y síndrome de ovario poliquístico, y le recetaron medicamentos que en gran medida no le ayudaron.

    Varios años después, mientras estudiaba Derecho, un dolor agudo se instaló en su hombro, que un fisioterapeuta atribuyó a llevar demasiados libros. En la treintena, Gaudet-Asmus tuvo dificultades para quedarse embarazada y abortó dos veces. Ahora, ex abogada de 39 años del oeste de Texas, necesitó una infección de la vesícula biliar hace dos años para encontrar por fin el alivio que buscaba. Mientras se preparaba para que le extirparan ese órgano en la Clínica Mayo de Phoenix (Arizona), a Gaudet-Asmus también le diagnosticaron correctamente endometriosis.

    El ministerio de Sanidad define la endometriosis como «la implantación y crecimiento benigno de tejido endometrial fuera del útero, siendo las localizaciones más frecuentes afectadas por la endometriosis el peritoneo pélvico y los ovarios». Se calcula que afecta a 190 millones de mujeres en todo el mundo (en España la padecen entre el 10 y el 15% de las mujeres, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO)), y se produce cuando un tejido similar al que compone el revestimiento uterino, o endometrio, crece en el interior del torso. Estos quistes o lesiones pueden causar un dolor insoportable, sobre todo en la época de la menstruación, y, en ocasiones, infertilidad. La endometriosis afecta sobre todo durante la edad fértil, porque el tejido es sensible a la hormona estrógeno. En algunos casos, las lesiones son superficiales; en otros, crecen profunda y abundantemente, infiltrándose en uno o varios órganos y aplastándolos.

    El inicio del cambio en el diagnóstico de la endometriosis

    A pesar de su prevalencia, la experiencia de Gaudet-Asmus es común, y los estudios demuestran que pasan entre siete y 10 años de media antes de que las mujeres sean diagnosticadas correctamente. Los expertos afirman que esto puede estar empezando a cambiar, gracias a un creciente cuerpo de investigación y a un pequeño pero creciente ejército de cirujanos con formación avanzada en cirugía ginecológica mínimamente invasiva, conocida como MIGS.

    En las dos décadas transcurridas desde la creación de un programa nacional formalizado de becas MIGS en Estados Unidos, varios centenares de médicos MIGS han aprendido a examinar a las pacientes con un instrumento diminuto llamado laparoscopio y a utilizarlo para extirpar cuidadosamente el tejido no deseado. Estos conocimientos quirúrgicos avanzados son especialmente cruciales para tratar casos graves de una enfermedad que puede ser muy compleja, afirma Olga Bougie, cirujana formada en MIGS e investigadora de la Universidad Queen’s de Kingston (Ontario; Canadá).

    En la operación de seis horas para extirpar las numerosas lesiones endometriales de Gaudet-Asmus se extirpó tejido de la pared abdominal y de alrededor de los ovarios, del apéndice, del intestino grueso y del diafragma (la causa probable del dolor en el hombro). Casi de inmediato desaparecieron los síntomas que la habían atormentado durante tanto tiempo. Sin embargo, su alivio se vio diluido por la rabia que le produjo el retraso en el diagnóstico y el tratamiento. «Esta enfermedad me ha quitado mucho tiempo de vida. Podría haber hecho muchas cosas en lugar de estar en la cama mes tras mes», dice.

    Desinformación, ignorancia y tratamientos inútiles de la endometriosis

    La endometriosis es diagnosticada erróneamente de forma rutinaria incluso por ginecólogos cuya formación se centra en personas en edad reproductiva, afirma Iris Kerin Orbuch, cirujana de MIGS en Beverly Hills (California; Estados Unidos). Uno de los motivos es que los principales síntomas se solapan con los de otras enfermedades. Quienes padecen endometriosis suelen experimentar menstruaciones dolorosas y abundantes y dolor durante las relaciones sexuales que, por ejemplo, también puede darse con los miomas. La hinchazón, el estreñimiento y la fatiga pueden ser síntomas de la enfermedad del intestino irritable.

    Kerin Orbuch también culpa a las antiguas actitudes de los médicos, que consideran normales las menstruaciones dolorosas. Y por razones que aún no están claras, los médicos a menudo no consideran la endometriosis como un diagnóstico potencial, por lo que pueden asumir que la paciente está exagerando. «A las mujeres se les dice que no les pasa nada», aunque su constelación de síntomas sea compatible con la endometriosis, afirma.

    Durante la formación ginecológica básica, los médicos reciben información incorrecta sobre la endometriosis, dice Nicole Donnellan, médico de MIGS en el Hospital Magee-Womens, afiliado a la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos). Por ejemplo, aprendió que las lesiones de endometriosis tienen un aspecto «negro como la pólvora», pero en realidad pueden ser rojas, amarillas, blancas o incluso transparentes. Muchos médicos tampoco saben que es necesario realizar una biopsia laparoscópica del tejido para obtener un diagnóstico definitivo.

    Según Donnellan, sería útil que los médicos comprendieran mejor la causa de la endometriosis, y por qué la enfermedad es mucho más agresiva en unas mujeres que en otras. Las directrices actuales para médicos publicadas por la principal organización ginecológica de Estados Unidos, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, postulan varias teorías posibles, entre ellas que las células endometriales se transportan a través de la sangre o los ganglios linfáticos, o (una creencia especialmente extendida) que se dispersan cuando la sangre menstrual retrocede en el cuerpo, un proceso conocido como menstruación retrógrada.

    En 2013, un informe titulado Guía de atención a las mujeres con endometriosis en el Sistema Nacional de Salud (SNS) del Ministerio de Sanidad de España señalaba que «se trata de una enfermedad crónica cuya causa se desconoce, aunque se ha comprobado una cierta predisposición genética». Mientras que en otra publicación de 2020 el mismo organismo hablaba de que «se trata de una enfermedad de causa desconocida y cuya evolución y pronóstico es muy varia».

    Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de que «se cree que el origen exacto de la endometriosis es multifactorial, lo que significa que su presentación se debe a la combinación de muchos factores diferentes. Se han propuesto varias hipótesis para explicar el origen de la endometriosis». La OMS señala entre estas hipótesis: la metaplasia celular, la proliferación de células precursoras y la menstruación retrógrada.

    Kerin Orbuch afirma que esto último es especialmente improbable, dado que algunas desarrollan la enfermedad antes de la pubertad, mientras que otras siguen padeciéndola después de dejar de sangrar en la menopausia. Las autopsias practicadas a un centenar de fetos femeninos fallecidos han revelado que la mitad de ellos presentaban endometriosis en estadios tempranos, lo que indica que las células que producen las lesiones se depositan antes del nacimiento.

    La cirugía es eficaz para muchas pacientes

    Una vez diagnosticada correctamente la enfermedad, los médicos suelen intentar reducir los niveles de estrógenos, principalmente recetando píldoras anticonceptivas. En pacientes con casos leves, esto puede bastar para mitigar el dolor, afirma Donnellan. Pero se necesitan más estudios para determinar si esto es realmente efectivo, según una revisión publicada en 2018 en la Base de Datos Cochrane de Revisiones Sistemáticas.

    Si la terapia hormonal no funciona, los médicos a menudo recomiendan la ablación, en la que se usa un láser u otro dispositivo de calentamiento para destruir el tejido endometrial. Para la enfermedad leve en áreas de fácil acceso, «la ablación puede ser suficiente», concluyeron los expertos de Cleveland Clinic estadounidense en un editorial de 2018 en el Journal of Minimally Invasive Gynecology. Sin embargo, después de quemar las lesiones, a menudo vuelven a crecer, dice Megan Wasson, presidenta de ginecología médica y quirúrgica de la Clínica Mayo, y cirujana entrenada en MIGS de Gaudet-Asmus. «La endometriosis es casi como una mala hierba. Si sólo se queman las hojas, queda la raíz, así que volverá a aparecer», afirma.

    Por eso Wasson y otros consideran que una operación que elimine todo rastro de la enfermedad, conocida como escisión, es la norma a seguir. «En este momento, la escisión es el tratamiento estándar», afirma Wasson. Esta cirugía es preferente para quienes padecen una enfermedad avanzada, conocida como endometriosis infiltrante profunda, en la que el tejido rebelde se infiltra o se adhiere a otros órganos. «Es como un superglue«, dice Donnellan, y por eso a menudo se necesitan equipos de cirujanos especializados en los distintos órganos para eliminar por completo la telaraña pegajosa.

    Las investigaciones de la última década han empezado a documentar la eficacia de la escisión. Uno de los estudios de mayor envergadura realizó un seguimiento de casi 200 mujeres que se sometieron a la escisión o al tratamiento de ablación con láser. Se descubrió que, al cabo de cinco años, las que se habían sometido a la escisión presentaban tasas más bajas de dolor durante las relaciones sexuales y menos necesidad de tratamientos médicos adicionales. Sin embargo, una revisión de estudios publicada en 2020 reclamaba estudios aún más amplios antes de extraer conclusiones firmes.

    Uno de los que se están realizando actualmente pretende comparar los resultados de las mujeres con endometriosis leve que se someten a cirugía de escisión con las que no se operan o se someten a un procedimiento placebo en el que se operan pero no se extirpa ninguna lesión. Este estudio permitirá a los investigadores determinar si las mejoras se deben a la extirpación del tejido, a las fluctuaciones naturales del dolor o a la influencia de la mente en el dolor, afirma Henrik Marschall, estudiante de doctorado de la Universidad danesa de Aarhus que dirige la investigación. Los resultados se esperan para dentro de unos años.

    Ted Anderson, ex presidente del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos y experto en endometriosis del grupo, afirma que sigue siendo una incógnita cómo afecta la cirugía de escisión a la fertilidad de las mujeres que desean tener hijos. «Con una intervención quirúrgica extensa, existe el riesgo de que se produzcan daños colaterales en los tejidos y se formen adherencias que podrían afectar negativamente a la fertilidad», afirma. Sin embargo, en un pequeño estudio reciente, las mujeres infértiles con endometriosis grave que se sometieron a la intervención quirúrgica antes de la fecundación in vitro tuvieron el doble de éxito que las que recurrieron directamente a la tecnología reproductiva.

    No es una cura para todos

    En los últimos años, los médicos de MIGS y los defensores de las pacientes se han esforzado por dar más visibilidad a la endometriosis. Kerin Orbuch aparece en un documental, Below the Belt, que se emitirá en la televisión pública estadounidense a finales de este mes. Y el grupo de Facebook Nancy’s Nook Endometriosis Education, fundado por Nancy Petersen, una enfermera jubilada que trabajó con un pionero de la escisión, destaca la cirugía de escisión para sus 170 000 miembros.

    Sin embargo, incluso entre quienes reciben el mejor tratamiento disponible, la cirugía no siempre tiene éxito. Mientras que muchas personas, como Gaudet-Asmus, experimentan una gran mejoría tras una sola intervención, otras tienen una enfermedad más persistente y necesitan pasar repetidamente por el quirófano.

    Jami Carder es un ejemplo. Una enfermera registrada de 51 años en Yarmouth Port, Massachusetts (Estados Unidos), se sometió a una extensa cirugía de escisión con un especialista en MIGS en 2019 después de décadas de tratamiento fallido con píldoras anticonceptivas y, finalmente, una histerectomía. Un año después, el dolor regresó y necesitó una segunda operación para extirpar nuevas lesiones alrededor del colon y el diafragma.

    Seis meses después, el dolor empezó a reaparecer, y pronto Carder empezó a tener deposiciones insoportablemente dolorosas en la época de la menstruación. No obstante, está contenta de haberse sometido a las dos operaciones. «Antes me dolía mucho, desde las rodillas hasta el pecho, pero ahora ya no. Puedo funcionar mucho mejor en general», dice Carder.

    En un amplio estudio de cohortes de 85 000 mujeres canadienses, el 20% de ellas necesitó una intervención quirúrgica adicional tras la primera extirpación durante los 16 años de seguimiento. Sólo unas pocas del 10% que se habían sometido a una histerectomía necesitaron una operación de seguimiento. Sin embargo, la histerectomía no ayuda a aquellas cuya endometriosis no afecta al útero, por lo que el dolor puede persistir; además, la extirpación del útero es una forma radical de tratar la endometriosis y no es apropiada para las mujeres que desean quedarse embarazadas. Según Olga Bougie, autora principal del estudio, la histerectomía puede ser especialmente eficaz para aliviar el dolor provocado por una afección relacionada, la adenomiosis (en la que el tejido endometrial se infiltra en las paredes musculares uterinas), que suele darse en personas que también padecen endometriosis.

    Incluso cuando no requieren una operación adicional, muchas personas con la enfermedad de larga duración necesitan fisioterapia exhaustiva u otros tratamientos tras la extirpación, para contrarrestar los años en los que el tejido endometrial se adhirió y deformó diversos órganos y el suelo pélvico. Otras siguen tomando medicamentos que mantienen suprimidos los niveles hormonales.

    Lo más importante para quienes padecen endometriosis es hablar con un experto para que les aconseje el mejor tratamiento, dice Donnellan. «Nunca está de más acudir a un cirujano especializado en MIGS, aunque al final no se requiera cirugía», dice. «A veces me refiero a mí mismo como el médico de cabecera de la pelvis».

  • Persiste brecha de mujeres en ciencia, tecnología y matemáticas

    Persiste brecha de mujeres en ciencia, tecnología y matemáticas

    Aún persiste la brecha entre mujeres y hombres en conocimiento de ciencia, tecnología y matemáticas, al resultar que sólo tres de cada 10 profesionales de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres. De persistir esa diferencia y no tomarse medidas de equidad, tomaría 37 años poder alcanzar un equilibrio entre ambos sexos.

    Al promover en distintas instancias públicas y privadas, la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, Claudia María Rincón, fundadora de Factoría IT y de Soluciones Tecnológicas Especializada, convocó al sector empresarial para que promuevan el apoyo y respaldo a las mujeres incorporándolas en tomas de decisión, en la academia, gobierno y expertos en la materia, con el objetivo de aminorar la brecha de género.

    “Los indicadores más recientes del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) revelaron que de seguir la tendencia, a nuestro país le tomaría unos 37 años que la injerencia de mujeres se equipare a la de los hombres en el nicho conocido como STEM (por sus siglas en inglés), por lo que desde el sector nos corresponde unir fuerzas con autoridades e instituciones a fin de acelerar la meta.”

    La empresaria promotora de la igualdad de género el terreno de la ciencia y los tecnólogos, precisó que la situación debe indagarse en cada área del país, uno de los ejemplos, las regiones enfocadas a actividades productivas primarias y secundarias.

    “De acuerdo con los estudios solo seis entidades concentran el 50 por ciento de los estudiantes en STEM, se trata de Ciudad de México, Edomex, Nuevo León, Guanajuato, Puebla y Veracruz. Todavía tenemos mucho por hacer en la coordinación, apertura de diálogo y diseño de acciones en la materia”.

    Al pasar la conmemoración de la lucha de las mujeres, y al acudir a una reunión en la secretaría de Gobernación, celebró el éxito de plataformas como “#TodasConectadas”, que ha coordinado a autoridades internacionales con representantes de la sociedad civil mundial para innovar y transitar hacia un futuro digital junto con las niñas, jóvenes y mujeres de Latinoamérica.

    “En el marco del Día Internacional de la Mujer, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la NIña en la Ciencia, así como del próximo Día Internacional de las Niñas en las TIC, es necesario tener una visión global sobre las áreas de oportunidad para conseguir terrenos de igualdad y empoderamiento del género femenino.”

    También recordó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha expuesto que las personas de sexo femenino consiguen estímulos financieros de investigación que sus colegas masculinos; sin olvidar que al quedar de lado la falta de manos especializadas en campos de la Cuarta Revolución Industrial, únicamente el 28 por ciento de los licenciados en ingeniería son mujeres, y el 40 por ciento se han inclinado por informática y computación.

    “Todavía tenemos que contribuir a gran escala en los índices en la materia, pues la propia ONU ha revelado que, en campos de vanguardia como la inteligencia artificial, de cada cinco profesionales, una es mujer”.

  • 5 estrategias para impulsar el éxito de la mujer en el trabajo

    5 estrategias para impulsar el éxito de la mujer en el trabajo

    Para muchas mujeres, la experiencia laboral está plagada de barreras y retos. Las mujeres luchan por encontrar trabajo y con factores como la falta de apoyo y desigualdad salarial.

    Por supuesto, proporcionar a las mujeres igualdad de acceso a las oportunidades es fundamental para ellas, pero también para la sociedad en su conjunto. Crear las condiciones para que las mujeres tengan éxito y prosperen es una cuestión tanto social como moral. Además, dado que las mujeres constituyen aproximadamente la mitad de la población mundial en edad de trabajar, su bienestar, su salud y sus logros económicos afectan también a la economía mundial.

    Sin embargo, la situación sigue siendo cuesta arriba para las mujeres, según muchos datos recientes. Pero hay acciones significativas que los individuos, los equipos, los líderes y las organizaciones pueden llevar a cabo para crear las condiciones necesarias para que las mujeres tengan éxito y prosperen.

    Definiciones de éxito
    Es importante destacar que las mujeres deben definir el éxito por sí mismas y que existen múltiples respuestas correctas a la forma en que cualquier mujer navega por la vida, el trabajo, la familia y todas las cosas que aportan plenitud. La investigación ha demostrado que no existe un modelo óptimo de trabajo y vida para las mujeres; por ejemplo, trabajar a tiempo completo, trabajar a tiempo parcial o no trabajar fuera de casa. En cambio, lo ideal es que las mujeres hagan lo que prefieran.

    Las mujeres y las familias tienden a lograr la mayor satisfacción y plenitud con la alineación; por ejemplo, una mujer prefiere trabajar a tiempo completo y lo hace. O una mujer quiere dedicarse a la crianza de los hijos a tiempo completo y lo hace, o trabaja a tiempo parcial y es una gran opción para ella. Éstas son las condiciones más ideales y, en consecuencia, el apoyo a las mujeres debe comenzar con lo que cualquier mujer descubre que es lo mejor para sí misma y para su familia, en lugar de una norma externa.

    También es importante reconocer el flujo de las necesidades a lo largo de las etapas de la vida. Lo que una mujer prioriza cuando tiene 20 años será diferente que cuando tiene 40 o 60 años. Y las necesidades también cambian a lo largo de las estaciones. Si una mujer tiene hijos, la forma en que emplee su tiempo o gestione sus distintas responsabilidades cambiará en función de cuándo haya colegio y de si la guardería está abierta, o cambiará en función de las edades o etapas de sus hijos.

    1 – Contratar, promover y alimentar el crecimiento profesional de las mujeres
    Las mujeres no reciben las mismas oportunidades de contratación o promoción. De hecho, al 18% de las mujeres se les ha preguntado si tienen hijos o piensan tenerlos en el proceso de contratación, según un estudio de Applied. Y una encuesta de HiBob reveló que el 22% de las mujeres y el 35% de los hombres creían que las mujeres eran ascendidas con menos frecuencia que los hombres. Además, el 15% de las mujeres y el 23% de los hombres creían que las mujeres recibían menos ventajas profesionales en comparación con los hombres.

    Las prácticas de reclutamiento, selección, contratación, promoción y crecimiento profesional deben ofrecer igualdad de oportunidades a las mujeres, y éstas deben ser sistemáticas en una cultura, no dejarse al azar. El patrocinio y la tutoría son también aspectos importantes de un sistema que apoya a las mujeres, tanto a las mujeres que apoyan a las mujeres como a los hombres que apoyan también a las mujeres.

    2 – Valorar las trayectorias profesionales y las aptitudes de las mujeres
    La mayoría de las mujeres tienen hijos y la mayoría de las mujeres que trabajan tienen hijos. El porcentaje de mujeres que participan en la población activa ha descendido como consecuencia de la pandemia, pero la mayor proporción de mujeres trabajadoras son madres trabajadoras.

    Esta realidad puede traducirse en lagunas en los currículos e historiales laborales de las mujeres, porque se han apartado del crecimiento profesional para centrarse en la familia. También puede derivarse de las mujeres que se toman tiempo libre para cuidar de sus hijos. En los datos de Applied, el 38% de las mujeres que se habían tomado una pausa en su carrera de seis meses o más dijeron que se debía a la necesidad de cuidar de los hijos. Esto se comparó con sólo el 11% de los hombres que tuvieron una interrupción similar de su carrera. Además, el 53% de las personas con interrupciones en su carrera creían que existía un estigma asociado a dichas interrupciones y preferían no decírselo a posibles empleadores.

    Sin embargo, la prestación de cuidados puede ser una fuente importante de recompensa personal y también de desarrollo de aptitudes, ya que fomenta talentos que son transferibles al trabajo. El 53% de las mujeres que participaron en la encuesta de Applied creían que habían adquirido habilidades nuevas o relevantes para el trabajo, gracias al tiempo que habían dedicado al cuidado de otras personas.

    Una brillante encuesta de (In)Credible descubrió que, efectivamente, las mujeres adquieren habilidades valiosas en el proceso de proporcionar cuidados. Entre ellas se incluyen la empatía (70% declarado), la tolerancia al estrés (63%), la gestión del tiempo (54%), las habilidades de comunicación (63%), las habilidades de defensa (47%), la gestión de conflictos (42%), la motivación de los demás (30%) y el liderazgo (20%).

    Las organizaciones pueden aceptar las contribuciones de las mujeres independientemente de la brecha en los currículos y especialmente a la luz de las habilidades que desarrollan en el cuidado de otras personas.

    3 – Proporcionar un trabajo significativo
    Muchos padres están dispuestos a hacer sacrificios en sus trabajos por sus hijos, por lo que ofrecer un trabajo significativo es una forma especialmente poderosa de apoyar a las madres.

    En una encuesta reciente realizada por KinderCare y The Harris Poll, la gente está dispuesta a tomar decisiones difíciles en apoyo de sus hijos y de la experiencia familiar. En concreto, están dispuestas a cambiar de trabajo (74%), asumir un papel menos exigente (73%), reducir la jornada laboral (70%), trasladarse a una nueva ciudad o localidad (65%), buscar un trabajo por cuenta propia (64%), aceptar un trabajo menos remunerado con más flexibilidad (62%), hacer una pausa en su carrera profesional (62%), permanecer en un trabajo con el que no están satisfechos (59%) o aplazar un ascenso (55%).

    Los padres están dispuestos a sacrificar la satisfacción y la realización que obtienen de su trabajo, pero mejor si no tuvieran que hacerlo. El apoyo sustantivo a las madres proporcionaría un trabajo significativo que se ajustara bien a las habilidades actuales de las personas, así como a su contribución futura. Un gran trabajo contaría con expectativas y propósitos claros, un liderazgo empático y culturas respetuosas. El trabajo positivo también incluiría oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Todo ello reduciría la necesidad de sacrificio y contribuiría a una mejor crianza de los hijos y a una mejor contribución laboral.

    4 – Proporcionar prestaciones y flexibilidad para el cuidado de los hijos
    Las organizaciones también pueden apoyar a las mujeres proporcionándoles prestaciones que aborden las necesidades de cuidado infantil. Cuando se pidió a las personas que consideraran qué prestaciones les influirían para permanecer en su empresa actual, el 46% de las personas situaron las prestaciones para el cuidado de los hijos entre las tres primeras y el 69% entre las cinco primeras, según los datos de KinderCare/Harris Poll.

    Desgraciadamente, el 61% cree que existe una desconexión entre los empleadores y las ayudas para el cuidado de los hijos y el 50% afirma que reunir una cobertura adecuada para el cuidado de los hijos es una fuente importante de estrés. Las organizaciones pueden proporcionar una variedad de beneficios que satisfagan las necesidades: desde beneficios antes de impuestos y guarderías a demanda o de emergencia/respaldo hasta cuidados proporcionados por el empleador, cuidados in situ o guarderías subvencionadas.

    Otra forma de apoyar a los padres, incluidas las madres, es que las organizaciones proporcionen flexibilidad en los horarios y lugares de trabajo cuando ello sea posible. La encuesta de KinderCare/Harris descubrió que el 68% de los encuestados podían implicarse más en la vida de sus hijos cuando su horario de trabajo era más flexible. Y el 67% estuvo de acuerdo en que tener más tiempo para pasar con sus hijos aumentó su confianza como padres. Para el 60%, tener un acceso constante a una cobertura de guardería de alta calidad les permitiría estar más presentes para sus hijos.

    Cuando las personas son más felices dentro de su trabajo, experimentan más alegría fuera de él. Pero lo contrario también es cierto: cuando las personas son más felices fuera del trabajo, perciben más satisfacción dentro de su trabajo y pueden aportar más energía, concentración y esfuerzo discrecional. Proporcionar beneficios y flexibilidad es bueno para las madres, pero también para las organizaciones.

    5 – Pague a las mujeres de forma equitativa y justa
    Sigue existiendo una brecha salarial entre hombres y mujeres y el crecimiento de los ingresos de las mujeres se ha ralentizado en las dos últimas décadas, según datos del Pew Research Center. En los datos de HiBob, sólo el 58% de los profesionales creían que las mujeres y los hombres recibían la misma remuneración por el mismo puesto en sus empresas.

    Además, las mujeres están preocupadas por las finanzas. En un estudio de Fidelity, el 53% había recortado gastos no esenciales y de ocio en el último año. Las mujeres estaban estresadas sobre todo por la inflación (71%), los costes de lo esencial (65%) y no tener ahorrado lo suficiente para emergencias (58%). Las más estresadas fueron las mujeres de la Generación Z, por el coste de la educación (55%), el pago de los préstamos estudiantiles (44%) y la falta de conocimientos sobre cómo invertir eficazmente (46%).

    Las organizaciones pueden ayudar educando a los empleados. De hecho, según los datos de Fidelity, las mujeres están interesadas en aprender a gestionar las deudas y el crédito (27%), a ceñirse a un presupuesto (25%) y a ahorrar (24%).

    Pero en general, las mujeres necesitan ser -deben ser- igual de remuneradas por igual trabajo.

    También es bueno para las empresas
    Crear las condiciones para que las mujeres tengan éxito y prosperen no es tan difícil y es lo que hay que hacer. Apoyar a las mujeres y fomentar sus logros –dentro de su propia definición de éxito– es bueno para las mujeres, las familias y la sociedad, y también es bueno para las empresas.

  • Lanza el IMSS programa de defensa personal para mujeres

    Lanza el IMSS programa de defensa personal para mujeres

    La ex atleta de alto rendimiento Débora Sáenz, coordinadora técnica del fideicomiso para el deporte en el IMSS, habla de la importancia de implementar el programa denominado MARIA (Mujeres Aliadas por el Respeto, la Integridad y la Autodefensa), para protegerse ante la ola de feminicidios y la violencia de género.

    “Vamos a lanzar el programa MARIA de defensa personal para las mujeres. Debido a los feminicidios y los abusos que existen en México estamos perdiendo más de 2 mil 500 mujeres al año, siete al día; tan sólo en la Ciudad de México, 400. Es como si estuviéramos en guerra”, asentó en entrevista la actual subdirectora del Fideicomiso del Deporte del Instituto Mexicano del Seguro Social, desde donde se administran todas las instalaciones deportivas del IMSS a escala nacional.

    “Este proyecto es muy importante porque aparte de que van a aprender a defenderse, cuando se hace deporte te cambia totalmente el chip, hasta la postura al caminar; empiezas a cuidar la alimentación. Queremos lograr un proyecto integral, en el que aparte de entrenamiento, las mujeres tengan nutriólogos, sicólogos y todo un equipo multidisciplinario para que podamos fortalecer sus vidas y que no sigan sucediendo esos actos de violencia hacia nosotras”.

    Detalló que para aplicar el programa en todo el país, se hará uso de las instalaciones del IMSS, y resaltó que la institución de salud ostenta la infraestructura deportiva más grande en Latinoamérica.

    “En el instituto vamos a empezar a capacitar a nuestras entrenadoras para que den las clases a nivel nacional”, asentó la ex corredora de 400 metros y 400 con vallas.

    En el marco del Foro Mujeres Transformando el Deporte, realizado esta semana, la doctora en sicología deportiva Margarita Cerviño comentó que ojalá no fuera necesario acudir a la defensa personal para combatir la violencia y los abusos, sino acudir a la reducación y al respeto entre las personas.

    Al respecto, Débora Sáenz considera que la defensa personal es necesaria “por lo menos tener una herramienta para distraer al atacante y salvar tu vida. A lo mejor nunca lo ocupas y está perfecto, pero si tienes una emergencia, ya sabes cómo defenderte”, dijo.

    Descartó por completo el riesgo de que al capacitarse en defensa personal las mujeres se tornen violentas. “Yo creo que el deporte es una disciplina que te cambia. Practicarlo desde pequeña me ha hecho una persona disciplinada, muy profesional.

    “Casi estoy segura que sería al revés, las motivará a ser mejores; sería un herramienta blanca que ellas tendrán a la mano, sin violencia y sin ningún otro objetivo. Se puede lograr sin problema”, sostuvo.

    La dirigente destacó también las tareas del proyecto Promoción para la Salud, del que se deriva el programa Parques y Jardines. “Estamos saliendo con los entrenadores del instituto a los parques y jardines de la Ciudad de México.

    “Después de esta emergencia que tuvimos con el covid-19, la gente que perdimos básicamente fue porque no hacía ejercicio y no comía adecuadamente. Derivado de esto comenzamos dicho programa en octubre del año pasado. Cada fin de semana a las 9 de la mañana acudimos a los parques y jardines. Ya hemos impactado a más de 10 mil personas con el proyecto”, comentó Sáenz.

  • Naciones Unidas insta a eliminar las brechas que privan a mujeres y niñas a acceder plenamente a la era digital

    Naciones Unidas insta a eliminar las brechas que privan a mujeres y niñas a acceder plenamente a la era digital

    • En América Latina, 40% de las mujeres, más de 89 millones, no están conectadas o no pueden costear el contar con Internet.
    • En México, 63% de las mujeres que no usan Internet reportan que la principal razón por la cual no lo hacen es que no tienen los conocimientos.
    • A nivel global, los hombres tienen 25% más probabilidad de contar con los conocimientos y habilidades para usar la tecnología que las mujeres.
    • Para avanzar hacia la igualdad de género y el empoderamiento de las niñas y las mujeres, es fundamental reconocer, prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra mujeres y niñas en el espacio digital.

    Las tecnologías digitales están transformando rápidamente las sociedades a nivel global, lo cual permite avances sin precedentes para mejorar nuestros entornos y las vidas de las mujeres y las niñas. Sin embargo, también dan lugar a nuevos desafíos que pueden perpetuar y profundizar las desigualdades entre hombres y mujeres.

    A nivel global, los hombres tienen 25% mayor probabilidad de adquirir los conocimientos y habilidades para usar la tecnología que las mujeres[1]. En América Latina, 40% de las mujeres no están conectadas o no pueden pagar el acceso a Internet. Estos retos son particularmente agudos si además se consideran otras circunstancias y condiciones de vulneración como la pobreza, discriminación, racismo y situación migratoria, entre otras.

    Estamos frente a una oportunidad única para conformar un presente en el que la tecnología contribuya a cambiar las normas sociales que perpetúan roles y estereotipos de género, y ampliar las voces de las mujeres y niñas para fortalecer su empoderamiento político y socioeconómico. Para ello, es preciso distribuir equitativamente los beneficios de la transformación digital con inclusión, desde todos los entornos de aprendizaje y con el apoyo de estrategias como la Alfabetización Mediática e Informacional.

    Es por esto que, en el marco del Día Internacional de la Mujer y bajo el lema “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”, Naciones Unidas hace un llamado a todos los sectores a eliminar las brechas que privan a mujeres y niñas a acceder plenamente a la era digital, y a realizar acciones para que la tecnología promueva y facilite su participación en la ciencia, innovación y en los propios desarrollos tecnológicos, contribuyendo así a ampliar las oportunidades de las mujeres y niñas en toda su diversidad.

    Si bien el acceso a Internet y a dispositivos electrónicos es una condición necesaria en la vida diaria de las personas, éste no es suficiente para obtener los beneficios de las tecnologías digitales. La brecha digital también implica la falta de habilidades para acceder, consultar, producir y analizar datos, información y contenidos, lo cual se ha convertido en una nueva forma de exclusión social equivalente a lo que hace 30 años era no saber leer y escribir. De igual forma, la distribución desproporcionada en las labores de cuidado, que en su mayoría desempeñan mujeres y niñas, obstaculiza sus posibilidades de participar en el mercado laboral del mañana, que cada vez es más digital y está más vinculado a la tecnología.

    La realidad actual confirma que las desigualdades en el campo de la tecnología impactan de manera desproporcionada a las mujeres. En México, 63% de las mujeres que no usan Internet reportan que la principal razón es que no tienen los conocimientos para hacerlo[2]. Además, en el ciclo escolar 2021-2022, solo 23.67% de personas inscritas en licenciaturas del área de Tecnologías de la Información y Comunicación, fueron mujeres.[3]

    Asimismo, ante un mundo que cambia velozmente por la transformación tecnológica, se debe reconocer, prevenir, y eliminar todas las formas de violencia que se generan en el espacio digital en contra de las mujeres y las niñas.

    La violencia digital comprende diversas formas, trae consigo graves consecuencias y puede conducir a otras formas de violencia en el mundo real, las cuales afectan de manera desproporcionada y especialmente a mujeres y niñas: violencia física, sexual y psicológica, acoso en la calle o en la escuela, estigmatización, aislamiento, incluso feminicidios y suicidios. Además, las plataformas digitales de trabajo, como las de entregas a domicilio, suelen brindar poco acceso a la protección social y exponen a riesgos en materia de salud y seguridad principalmente a las mujeres[4].

    En todo el mundo, 40% de las mujeres ha experimentado violencia digital[5], y en México, tres de cada 10 mujeres usuarias de Internet han sido víctimas de ciberacoso, lo que representa 10 millones de mujeres.[6] Por su parte, las mujeres con voz pública, especialmente las periodistas, comunicadoras y defensoras de los derechos humanos, están expuestas a sufrir violencia de género en línea de manera sistemática, incluida la vigilancia selectiva sin autorización judicial, lo que impide su participación plena e igualitaria en la vida pública y conlleva graves repercusiones en todos los ámbitos de sus vidas y en las sociedades en general.

    Este 8 de marzo, Naciones Unidas llama a priorizar la inclusión y educación digital de las mujeres y las niñas, incorporando su mirada en las políticas, programas y estrategias de digitalización; impulsando la producción, análisis y uso de datos y estadísticas para la igualdad de género en el cambio tecnológico; aumentando el financiamiento público y privado para su inclusión y educación digital; estableciendo marcos regulatorios con perspectiva de género, y garantizando la transparencia y la rendición de cuentas en el desarrollo y uso de la tecnología.

    La digitalización tiene el potencial de beneficiar la vida de muchas personas en áreas como la educación, la salud, el acceso a empleo decente, repuesta al cambio climático, la erradicación de la pobreza, la seguridad alimentaria y nutricional, la prevención del delito, la respuesta ante las emergencias humanitarias, la participación en la vida pública y el fortalecimiento de la democracia.

    Por ello, es absolutamente necesario abogar por una educación digital, científica y tecnológica que erradique las desigualdades de género y que promueva la participación, el empleo y el liderazgo de las mujeres en la tecnología y en la innovación.

  • El premio «Diversity in Architecture-DIVIA» dedicado a mujeres arquitectas selecciona a cinco finalistas

    El premio «Diversity in Architecture-DIVIA» dedicado a mujeres arquitectas selecciona a cinco finalistas

    El Diversity in Architecture Award (DIVIA) ha seleccionado a sus 5 finalistas, de una lista de 29 nominadas: Tosin Oshinowo (Nigeria), May al-Ibrashy (Egipto), Marta Maccaglia (Perú), Noella Nibakuze (Ruanda) y Katherine Clarke y Liza Fior (Reino Unido). El premio dedicado a las mujeres arquitectas, celebra las figuras femeninas premiando y validando su trabajo. Con sede en Berlín, la plataforma de premios promueve la igualdad entre hombres y mujeres, haciendo que la disciplina sea observable para todos y sentando un ejemplo para la próxima generación de arquitectas más jóvenes.

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    Nursery School, Alto Anapati. Image © Eleazar Cuadros
     

    Este año, la ganadora del premio de 20.000 euros fue nominada a lo largo de varios pasos. Los miembros del jurado, Rahul Mehrotra (India/EE. UU.), Odile Decq (Francia), Martha Thorne (España) y Sol Camacho (Brasil), seleccionaron a cinco mujeres de una lista de 29 nominadas. El trabajo de estas cinco arquitectas se exhibirá en el ANCB The Aedes Metropolitan Laboratory de Berlín a partir del 6 de mayo. En la noche de apertura del evento, una de las cinco finalistas será anunciada como la ganadora del premio. Además, será homenajeada durante una recepción en el Palazzo Contarini Polignac el 19 de mayo, durante la primera semana de la 18ª edición anual de La Biennale di Venezia.

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    Rwanda Institute for Conservation Agriculture. Image © Iwan Baan
     

    La visibilidad de las mujeres en la arquitectura y las disciplinas urbanas solo puede fomentarse con un cierto nivel de reconocimiento público. El Premio a la Diversidad en la Arquitectura intenta acelerar este proceso a través de una celebración del trabajo de las mujeres arquitectas. Sigue leyendo para conocer a las finalistas.

    Tosin Oshinowo – Nigeria

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    © Spark Creative
     

    Nacida en 1980 en NigeriaOshinowo se educó en el Reino Unido y ha tenido experiencia laboral en muchas empresas de Europa y África. Después de regresar a Lagos en 2009 inspirada por la libertad creativa y el potencial de la ciudad, desempeñó un papel clave en el desarrollo de la capital hasta convertirla en el centro de diseño que es hoy. En 2012, Oshinowo estableció cmDesign Atelier, una práctica que trabaja principalmente en Nigeria, curando un estilo «verdaderamente africano» que nombró afro-minimalismo. El estudio es responsable de muchos proyectos, incluido The Maryland Mall en Lagos y la reconstrucción de la aldea de Ngarannam en cooperación con el PNUD.

    May Al-Ibrashy – Egypt

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    © Athar Lina
     

    Con sede en El Cairo, May Al Ibrashy trabaja dentro del patrimonio cultural y la conservación del Cairo histórico. Actualmente se encuentra trabajando para revolucionar la comprensión común de la práctica en general. Su estudio de arquitectura sin fines de lucro, Megawra, se estableció en 2011, enraizado en el patrimonio cultural como principal impulsor del progreso. El trabajo de Ibrashy se enfoca en cambiar comunidades y crear tejidos urbanos a las preferencias de la localidad. Al ver el patrimonio como un recurso en lugar de una carga, su objetivo es reavivar la relación entre el pueblo egipcio y su patrimonio, alentándolos a convertirse en cocreadores de su ciudad.

    Marta Maccaglia – Peru

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    © Eleazar Cuadros
     

    La arquitecta italiana Marta Maccaglia, nacida en 1983, estableció su organización arquitectónica sin fines de lucro solo tres años después de su llegada al Perú. El estudio construye escuelas y espacios públicos en los espacios más remotos de la selva peruana. Con sede en Pangoa, Lima y San Ignacio, Maccaglia dirige su organización con un equipo interdisciplinario de arquitectos, constructores y artesanos. Ejecuta sus proyectos colaborando con instituciones gubernamentales y educativas. Además, Maccaglia cree en absorber las voces de las comunidades indígenas en cada etapa participativa del proceso de construcción. Su fuerte sentido del trabajo colaborativo es la base para una comunidad social armoniosa.

    Noella Nibakuze – Rwanda

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    © Roger Biziyaremye
     

    Nacida en 1985 en Ruanda, Noelle Nibakuze se esfuerza por desarrollar una narrativa arquitectónica auténticamente ruandesa. En 2012, después de estudiar arquitectura en Sudáfrica, regresó a su país de origen, donde se convirtió en una de las primeras cincuenta arquitectas certificadas a nivel nacional en Ruanda. En su papel como directora de diseño de la oficina de Kigali de MASS Design Group, Nibazuke cree en promover el uso de materiales y mano de obra local para crear justicia y dignidad humana. Con un fuerte enfoque en el diseño arquitectónico, la construcción, la tecnología de la construcción y la sostenibilidad, alienta a las mujeres jóvenes a seguir carreras en STEM y diseño. Además, actúa como mentora para estudiantes de arquitectura y jóvenes profesionales que ingresan al campo.

    Katherine Clarke & Liza Fior – United Kingdom

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    Courtesy of muf
     

    Fundado en 1995 en Londres, muf architecture/art es un estudio de arquitectura transdisciplinario establecido por Katherine Clarke y Liza Fior. El estudio trabaja con una intención simple: crear un espacio público genuino. Desde esquemas de diseño urbano hasta intervenciones temporales y paisajes, su estudio está en constante diálogo entre los detalles y la estrategia. Katherine Clarke es artista y Liza Fior es la arquitecta del estudio, que trabaja principalmente en Londres e internacionalmente en las ciudades de Pittsburgh, Malmö y Gotemburgo. El proceso de la organización se basa en una gran cantidad de investigación, entrevistas inspiradoras y discusiones con usuarios, desarrolladores e instituciones para lograr los resultados más impactantes.

  • Mujeres aportan 36% de la recaudación total de ISR de personas físicas

    Mujeres aportan 36% de la recaudación total de ISR de personas físicas

    En México, las mujeres aportan alrededor de 36% de la recaudación del Impuesto sobre la Renta (ISR) de personas físicas, de acuerdo con cálculos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

    La proporción de ingresos que aportan las mujeres representa alrededor de 2.1% del Producto Interno Bruto (PIB), y es mucho menor a lo que la fuerza laboral masculina aporta.

    Los hombres aportan alrededor de 64% de los ingresos de ISR de personas físicas y asalariadas, lo que representó 3.8% del PIB en el 2022.

    “La brecha entre la recaudación por ISR para personas físicas y asalariadas entre hombres y mujeres es 1.7 % el valor del PIB. Esta brecha se debe, en parte, a la falta de igualdad de oportunidades para que las mujeres ingresen al mercado laboral formal”, indicó el CIEP.

    En este sentido, apuntó que reconocer, redistribuir, remunerar y formalizar la carga del trabajo no remunerado, que principalmente recae en las mujeres, podría contribuir a un incremento en la recaudación de impuestos.

    De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, si la participación de las mujeres en el trabajo remunerado fuera igual que la de los hombres, habría una ganancia de alrededor de 22% del PIB per cápita en México.

    Baja participación y cuidados

    La incorporación de las mujeres al mercado laboral ha provocado una disminución en el tiempo disponible de las mujeres. Hay un incremento de su participación en el trabajo remunerado mientras que la carga de cuidados no disminuye”, destacó el CIEP.

    De acuerdo con datos al último trimestre del 2022, 91% de las mujeres ocupadas declararon que trabajaban y realizaban tareas domésticas, mientras que sólo 2.1% declararon dedicarse únicamente al trabajo remunerado.

    Por su parte, 59.3% de los hombres ocupados realizan tareas domésticas, mientras que 21% se dedica únicamente al trabajo remunerado.

    “La baja participación de las mujeres en los mercados laborales remunerados y formales representa una pérdida económica para el país. Por un lado, se pierde el valor de la producción que pudo ser generado por ellas. Por otro lado, se pierden ingresos fiscales potenciales”, destacó la organización.

    EL SNC

    El CIEP apuntó que algo necesario para cerrar las brechas entre hombres y mujeres, así como para incrementar la recaudación e incluso impulsar la actividad económica, es un nuevo pacto social que considere el trabajo de cuidados.

    Uno de los grandes pendientes en México es la implementación de un Sistema Nacional de Cuidados (SNC), el cual ayudaría a que más mujeres participaran en el mercado laboral formal, mejorando sus condiciones de vida.

    Cálculos de la Organización de la Naciones Unidad (ONU) señalaron que un aumento de inversión en el sistema de cuidados de 1.16% del PIB provocaría un aumento de 3.9% el total del empleo con respecto a la población ocupada del 2019.

    Lo anterior provocaría un incremento en la recaudación de impuestos, que representaría alrededor de 0.29% del PIB en el país.

    Si bien la actual administración ha reconocido los beneficios sociales y económicos de la implementación del SNC, aún no se ha hecho realidad. Sin embargo, en el Paquete Económico 2023, se vislumbra un avance en el tema.

    De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación, para este año el gobierno contempla que, a través del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se lleve a cabo la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados.

    El CIEP destacó que en el PEF 2023 se prevén avances para un SNC a través del Inegi e Inmujeres.

    Se requieren recursos para un SNC, que incluya población sin seguridad social, que contribuya a la equidad intergeneracional y atienda a las personas históricamente vulneradas”.

    De acuerdo con su análisis, el gasto en economía de cuidados –considerando los recursos a primera infancia, mujeres e hijos, niñez, adultos mayores, adolescencia y personas con discapacidad– representa sólo 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB), con recursos por 39,242 millones de pesos.

    El trabajo de cuidados hace posible la reproducción del sistema económico a través del mantenimiento de la fuerza de trabajo, que a su vez genera valor económico; no obstante, este trabajo usualmente no es remunerado.

    De acuerdo con cifras del Inegi, de 84 millones de personas que realizan esta labor, sólo 2.2 millones reciben ingresos.

  • Tres de cada cuatro mujeres experimentan el ‘síndrome de la impostora’ en algún momento de sus carreras

    Tres de cada cuatro mujeres experimentan el ‘síndrome de la impostora’ en algún momento de sus carreras

    El síndrome del impostor es un trastorno psicológico que nos hace sentirnos equivocadamente indignos de los éxitos que logramos, movidos por la creencia de que no estamos a la altura de las circunstancias o de que lo que conseguimos sucede más por azar que por méritos propios. Un fenómeno que “suele afectar más a las mujeres que a los hombres por la inequidad que, aún en la actualidad, enfrentamos en el mundo laboral”, afirma Cecilia Mansilla, experta en liderazgo y desarrollo personal de Udemy, y que si persiste en el tiempo puede llegar a provocar ansiedad, baja autoestima e incluso aislamiento social. Tres de cada cuatro ejecutivas confiesan haber experimentado este síndrome en algún momento de sus carreras, según se desprende de una encuesta realizada por KPMG. Ahora bien, ¿por qué sucede así y cómo podemos combatirlo?

    Al igual que con otros aspectos relacionados con la igualdad de género, el origen de este trastorno se encuentra tanto en la educación recibida como en la persistencia de sesgos, creencias adquiridas y la certeza de tener que realizar un esfuerzo adicional para mostrar el valor de lo que se hace. “Los estereotipos de género interiorizados desde la niñez tienen mucho que ver al respecto. Tradicionalmente se ha enseñado a los niños a que sean fuertes y competitivos, mientras que las niñas debían mantener un perfil bajo, ser cuidadosas y sutiles y apoyar al hombre en sus éxitos profesionales”, esgrime Ana Sánchez de Miguel, directora de Recursos Humanos en Cigna España. En la edad adulta, añade, son muchas las mujeres que incluso presentan sentimientos de culpa por resaltar más que sus parejas masculinas, “y esto hace que se planteen si pueden asumir ciertos retos y que consideren sus éxitos como una cuestión de suerte o de discriminación positiva, más que un fruto de su esfuerzo, sus habilidades y su trabajo”, añade.

    Vivir en una sociedad como la actual, donde se magnifica el concepto de éxito y se penaliza el fracaso, puede también contribuir a generar un pensamiento infundado de que no somos lo suficientemente buenos. El contexto social, familiar y profesional juega por eso un papel muy relevante en la aparición del síndrome del impostor, ya que las mujeres tienen, en general, que hacer frente a una mayor presión laboral que menoscaba su seguridad, según sostiene el psicólogo y miembro de Top Doctors Javier Álvarez: “En muchos casos, la sensación de tener que demostrar más valía y profesionalidad conlleva un estrés laboral y una sensación de que “nunca es suficiente”. Verse en determinados puestos directivos donde existe una mayor prevalencia masculina es otro de los aspectos que pueden contribuir a sentirse fuera de lugar: “Existen estudios donde está comprobado que las mujeres tenemos, en general, la autoestima más baja que los hombres, y esa es precisamente la mejor defensa ante este trastorno”, recuerda por su parte Mar Cárdenas, directora del máster en Recursos Humanos de ESIC.

    ¿En qué sectores es más relevante?

    Aunque el síndrome del impostor se da prácticamente en cualquier ámbito laboral, los expertos consultados señalan con mayor énfasis a aquellos puestos de responsabilidad y dirección, principalmente de empresas tecnológicas, donde las mujeres están infrarrepresentadas; contextos de emprendimiento; y entornos académicos. “Bajo mi experiencia, es más anecdótico encontrar a un hombre que dude de su capacidad para desempeñarse en un puesto retador, mientras que de una mujer es más frecuente obtener una reacción de “no sé si podré hacerlo bien” o “no sé si soy la persona adecuada”, esgrime Sánchez de Miguel. Más allá de ámbitos específicos, Cárdenas señala de una manera general a las organizaciones donde persiste una cultura de desconfianza, “con valores que ponen el foco en los procesos más que en las personas, y líderes que son miopes ante el talento”.

    Para Andrea Acha, formadora de emprendedoras, se trata de un fenómeno común acentuado por la incertidumbre de los entornos de emprendimiento y el hecho de que la cultura del éxito de la mujer no esté tan integrada en la sociedad como la del hombre, con menos referentes en las familias, en los grupos de amigos y en todos los sectores en general: “Con frecuencia, las mujeres emprendedoras tienen cierta falta de confianza en sí mismas; necesitamos tener todo perfecto o una validación externa para pensar que estamos a la altura”, sostiene. La formación constante es por eso fundamental, si bien “el problema ocurre cuando no aceptamos que estamos aprendiendo, y que todo crecimiento conlleva un proceso en el que el fracaso es una parte natural del mismo. Si no tenemos lecturas amables de nuestros avances, nos podemos acabar sintiendo un fraude”. Acha recomienda también buscar una red de emprendedoras que sirvan de apoyo y no analizar demasiado a la competencia, “porque si nos centramos en lo que otras marcas tienen y a nosotros nos falta, es un autosabotaje que no favorece en nada a la mentalidad de éxito”.

    Cómo prevenir (y superar) el síndrome del impostor

    El sentimiento de considerarse un fraude o no ser suficientemente buena puede llegar a bloquear la carrera profesional de una mujer e impedir su crecimiento, al no ser capaz de tomar decisiones importantes o de aprovechar las nuevas oportunidades que puedan surgir. Algo que se refleja, a su vez, en la aceptación de salarios más bajos, no solicitar aumentos, no poner límites o conformarse con menos promociones que otros colegas masculinos con similares capacidades y experiencia. Y, a nivel de salud mental, implica enfrentarse a una insatisfacción constante por pensar que nada de lo que se hace es suficiente y por desconfiar de nuestro criterio, lo que lleva a situaciones de inseguridad, ansiedad, tristeza constante, depresión, falta de autoestima, trastornos obsesivos compulsivos e incluso aislamiento social entre compañeros, para que no detecten esa sensación de no valía.

    Por eso Mansilla comparte, desde Udemy, cuatro consejos para evitarlo: promover espacios de trabajo colaborativos donde se pueda desarrollar nuestra confianza y seguridad; reconocer tanto los logros propios como los ajenos; ofrecer un feedback constructivo a todas las personas de un equipo; y promover prácticas diversas, equitativas e inclusivas en el trabajo. Pero, sobre todo, “aprender a gestionar hechos concretos, ya que la mayoría de las veces “el impostor” se centra en especulaciones y proyecciones catastrofistas, en vez de tomar decisiones en base a evidencias concretas”, añade Cárdenas.

    Pero ¿qué puede hacerse una vez se haya producido? El psicólogo Javier Álvarez recomienda una serie de cinco pautas:

    • Tener muy presente que una cosa es cómo me siento y otra la realidad. No se trata de invalidar nuestras emociones, sino de corroborar los hechos con evidencias objetivas sobre nuestro trabajo.
    • Conviene recordarnos a nosotros mismos que formamos parte de un equipo profesional después de haber superado un proceso de selección: no estamos allí por azar.
    • Verbalizar y compartir cómo nos sentimos sirve para darse cuenta de que son sensaciones habituales y comunes entre otros compañeros.
    • Plantearnos cuál es nuestro diálogo interno respecto a nuestra profesionalidad. El cómo nos sentimos depende en gran medida de lo que nos estemos diciendo a nosotros mismos.
    • Evitar las comparaciones, ya que suelen ser trampas sesgadas: ver cualquier punto fuerte en otra persona que hace que invalidemos los nuestros.
  • El trabajo del hogar se recarga desproporcionalmente en las mujeres

    El trabajo del hogar se recarga desproporcionalmente en las mujeres

    En México y el mundo las mujeres trabajan significativamente más que sus pares hombres. Dentro y fuera de sus casas, en el país las jornadas que dedican al trabajo de sus propios hogares casi son de la misma duración de sus jornadas de trabajo remunerado.

    Esto refleja que pese a todos los esfuerzos por revalorizar el trabajo del hogar y redistribuirlo, todavía existe una amplia brecha de género en la realización de estas tareas.

    Según cifras del Inegi, las mujeres se encargan del 74% de las tareas de limpieza, cocina, organización, compras, mantenimiento y cuidados en el hogar, mientras que los hombres sólo hacen el 26% de este trabajo en sus viviendas.

    Como históricamente se ha recargado esta labor en las mujeres, no sorprende que el 91% de las trabajadoras del hogar sean mujeres y sólo el 9% sean hombres (jardineros, choferes o personal de mantenimiento).

    Casi el total de estas trabajadoras del hogar están en la informalidad, y muchos de sus derechos laborales son violentados.

    Es fundamental repensar el trabajo del hogar y generar políticas públicas e iniciativas que garanticen una repartición de estas tareas más justa e igualitaria y condiciones dignas para quienes se emplean en estas actividades.

     

  • Tres mujeres estadounidenses están desaparecidas en México desde febrero: FBI

    Tres mujeres estadounidenses están desaparecidas en México desde febrero: FBI

    Tres mujeres hispanas de Texas desaparecieron en México en febrero tras cruzar la frontera para vender ropa en un mercado, informaron medios de Estados Unidos.

    Según los datos recabados por el FBI, se trata de dos hermanas y una amiga de la localidad fronteriza de Peñitas, a las afueras de McAllen, quienes viajaron en un vehículo a México el 24 de febrero para vender en un mercadillo de Montemorelos, en el estado de Nuevo León.

    Los nombre se las mujeres son Maritza Rios, Marina Rios y Dora Saenz.

    La poca atención mediática que ha recibido este caso contrasta con el de los cuatro estadounidenses secuestrados la semana pasada en el norte de México.

    Dos fueron hallados muertos y los otros dos con vida tras la enorme presión que ejerció Estados Unidos para que el Gobierno mexicano resolviera el caso.

    El jefe de policía de Peñitas, Roel Bermea, aseguró que está en contacto con las autoridades mexicanas para investigar la desaparición de las tres mujeres de Texas.

    La voz de alarma la dio el esposo de una de las mujeres, que habló por teléfono con ella mientras viajaban por México pero después perdió la comunicación.

    La tensión ha aumentado entre Estados Unidos y México a raíz del secuestro a plena luz del día de cuatro estadounidenses, dos de ellos asesinados, que habían viajado a Tamaulipas presuntamente para una operación estética —aunque después se supo que tenían antecedentes penales relacionados con drogas– y que aparentemente fueron atacados por error por el Cártel del Golfo.

    La oposición republicana pidió declarar terroristas a los cárteles mexicanos y propuso una intervención militar en territorio mexicano, algo que enfureció al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien calificó a los republicanos de “mequetrefes” e “intervencionistas”.

    Aunque la Casa Blanca ha descartado el plan de los republicanos, diferentes voces del Gobierno de Joe Biden han expresado desde hace semanas que México debería hacer más contra los cárteles y contra el tráfico de fentanilo, causante de decenas de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos.

    La rapidez con la que México halló a los cuatro estadounidenses contrasta con la crisis de desapariciones que sufre el país, con más de 112.000 personas no localizadas.