Categoría: Noticias

  • Pendientes, más de 500 iniciativas vs violencia a mujeres

    Pendientes, más de 500 iniciativas vs violencia a mujeres

    Solo durante la actual LXV Legislatura del Congreso de la Unión, que inició el 1 de septiembre de 2021, en las cámaras de Senadores y de Diputados hay más de 500 iniciativas promovidas por legisladores de los ocho partidos políticos representados en su seno, y sin partido, pendiente de concreción para frenar algún tipo de violencia contra las mujeres.

    En la Comisión para la Igualdad de Género de la Cámara alta, las iniciativas de reformas en la materia a distintas leyes suman 464, entre las que se encuentran algunas ya aprobadas pero cuyo trámite legislativo aún no concluye porque toca revisarlas a la Cámara baja y aquellas que, por acuerdo de la Mesa Directiva del Senado, se consideró concluido su desahogo al haber pasado mucho tiempo sin ser dictaminadas.

    Suman 77 las iniciativas del tipo que se encuentran pendientes de discusión en la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputados.

    La Ley General de Acceso de las mujeres a una Vida Libre de Violencia define que violencia contra las mujeres es: “Cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público”.

    Durante la sesión ordinaria del pleno cameral de ayer 8 de marzo, en el Senado, los morenistas Blanca Piña y José Narro, Patricia Mercado (MC), Martha Márquez (PT), María Gaitán (PVEM), Nuvia Mayorga (PRI) y Nancy de la Sierra (sin partido) coincidieron en urgir, en ocasión de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, a que “más allá de los discursos” se generen los acuerdos que permitan “sacar de la congeladora” las iniciativas pendientes de concretar para “cumplir con las demandas de las mujeres en las calles”.

    Miguel Ángel Osorio Chong, coordinador de los senadores del PRI, propuso reformar la Constitución a fin de elevar a rango constitucional el Sistema Nacional de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres, con el propósito de obligar “a acelerar el paso y a homologar, de una vez y por todas, el feminicidio y los delitos en razón de género en todo el país y que nos permita atender los vacíos legales que dan paso a la impunidad; porque la ley no puede seguir siendo pretexto para que las mujeres no reciban justicia”.

    La iniciativa del priista ya forma parte de los pendientes en la materia.

    Congeladora legislativa

    Forma parte de los temas pendientes de concreción la propuesta de la senadora Guadalupe Covarrubias (Morena) para reformar los artículos 85 y 325 del Código Penal Federal; sugiere incluir en el catálogo de delitos el tipo penal denominado “Feminicidio a mujeres menores de dieciocho años” e imponer a quien lo cometa prisión de 55 a 60 años y de 1,000 a 1,500 días multa.

    Sus correligionarias Olga Sánchez Cordero y Gabriela López promueven enmendar el Código Penal Federal y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia a fin de reestructurar el tipo penal de feminicidio, mediante la implementación de nuevas penas y sanciones a quienes cometan el delito.

    En la congeladora legislativa está también la iniciativa del senador perredista Miguel Ángel Mancera por la que propone reformar los artículos 15 y 309 del Código Penal Federal; 10, del Código Nacional de Procedimientos Penales y adicionar un artículo 6 Bis a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para excluir del delito repeler una agresión continuada o permanente en protección de bienes jurídicos propios o ajenos siempre que medie necesidad de la defensa. La causa de exclusión será aplicable cuando la víctima prive de la vida a la persona agresora.

    Esther Mandujano Tinajero, diputado federal del PAN, propuso desde octubre del año pasado reformar la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para agregar un capítulo denominado “De la violencia en el noviazgo”, que incluya su definición y consideraciones a aplicar por parte de la Federación, entidades federativas y municipios.

  • Mujeres con discapacidad: olvidadas por el sistema de justicia

    Mujeres con discapacidad: olvidadas por el sistema de justicia

    Ilustración: Kathia Recio

    Marzo ha llegado y, mientras que gran parte de la Ciudad de México comienza a pintarse de morado por las jacarandas, todo el país se pinta de morado por los miles de mujeres que saldremos a marchar por nuestros derechos. El 8M es un día en el que las mujeres alzamos la voz y tomamos las calles para protestar contra las injusticias que vivimos día a día. Salarios más bajos, despidos injustificados por embarazo, lugares donde se nos sigue criminalizando por abortar y, por si fuera poco, el número creciente de feminicidios. Este es el pan de cada día para las mujeres de este país. Sin embargo, todas estas injusticias se agravan en contra de algunas en específico: mujeres con discapacidad, mujeres indígenas, mujeres afromexicanas y mujeres pertenecientes a la comunidad LGBTQ+, por mencionar solo a algunas. La discriminación y la opresión que vivimos las mujeres no es igual para todas. Factores como el color de piel, los recursos económicos o la diversidad funcional ocasionan que algunas mujeres enfrenten mayores obstáculos al momento de ejercer sus derechos.

    En este artículo me enfocaré en un grupo de mujeres que viven una situación especialmente vulnerable: aquellas que viven con una u otra discapacidad. En particular, quisiera prestar atención a la violencia sexual que viven estas las mujeres, así como en las formas en las que nuestro sistema de justicia las ha olvidado.

    De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2020 vivían en  6.2 millones de personas con una u otra discapacidad, de las cuales 53 % —unos 3.2 millones— son mujeres. Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2021), mientras que 66.7 % de las mujeres mayores de quince años que no viven con discapacidades han sufrido, la cifra equivalente para aquellas que sí viven con discapacidades es de 72.6 %, una diferencia de seis puntos porcentuales.  Al revisar el tipo específico de violencia que aqueja a las mujeres con discapacidades, descubrimos que 58.2 % había sufrido violencia psicológica; 44.6 %, violencia física;  48.7 %, violencia sexual; y 34.9 %, violencia económica o patrimonial. Estos datos son alarmantes, pues demuestran que la violencia es común en la vida de las niñas y mujeres con discapacidad.

    Resulta especialmente grave que casi la mitad de las mujeres que viven con discapacidad en México haya experimentado violencia sexual. De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, las niñas y los niños con discapacidad tienen casi cuatro veces más probabilidades de ser víctimas de violencia en comparación con las que no y casi tres veces mayor probabilidad de sufrir algún tipo de violencia sexual. El riesgo aumenta en el caso de las niñas con discapacidad, quienes constantemente se encuentran en riesgo de sufrir víctimas de violencia sexual en todos los ámbitos: familiar, comunitario o institucional. Dentro de esta última categoría cabe resaltar la prevalencia de la violencia obstétrica: en 2015 las organizaciones no-gubernamentales Disability Rights International y Colectivo Chuhcan publicaron un informe que concluyó que 43 % de las mujeres que viven con discapacidades que participaron en el estudio había sufrido algún tipo de abuso al visitar a un ginecólogo; de estas, la mitad expresó haber sufrido abuso sexual.

    Todas estas cifras son preocupantes, pero es casi una certeza que se quedan cortas: muchos de estos casos de violencia sexual no son denunciados ni visibilizados. Más grave todavía es que diversas figuras de autoridad, en lugar de investigar y sancionar los actos de violencia sexual contra de niñas y mujeres con discapacidad, han optado por implementar medidas que afectan los derechos humanos de estas personas. El informe citado menciona que en algunos casos los y las tutoras de estas niñas y mujeres vulnerables, así como el personal médico que las atiende, han optado por la esterilización y anticoncepción forzada como una medida para proteger a estas personas; todo para que no puedan quedar embarazadas en caso de que sean víctimas de una violación. Estas medidas resultan reveladoras: en lugar de prevenir la violencia sexual, atentan en contra de los derechos sexuales y reproductivos de niñas y mujeres en situación de vulnerabilidad.

    Tal discriminación existe también en el Poder Judicial. Cuando estos casos son llevados ante la justicia, los diversos actores del sistema con frecuencia revictimizan y vuelven a vulnerar los derechos humanos de las niñas y mujeres que viven con discapacidades. La organización no-gubernamental Equis Justicia para las Mujeres, por ejemplo, documentó y acompañó el caso de Leti, una mujer indígena con discapacidad intelectual de Yucatán, quien a los 19 años fue víctima de una violación, resultó embarazada y fue amenazada por su agresor para que no dijera nada sobre lo sucedido. En 2014 Leti comenzó un proceso penal en contra de su agresor, pero, el juez encargado del caso no hizo otra cosa que vulnerar de nuevo los derechos humanos de Leti. El juez consideró que, debido a la discapacidad de Leti, ella carecía de autonomía y voluntad, “lo cual permitió que se consumara la violación de la que fue víctima”. Además, el juez expresó que la discapacidad de Leti le impedía “tomar decisiones, en razón de que no sabe distinguir entre lo bueno y lo malo, lo correcto o lo opuesto, por lo que carece de capacidad para decidir sobre su sexualidad”. Lo anterior es una muestra de un sistema de justicia basado en prácticas estigmatizantes y discriminatorias en contra de las personas con discapacidad y, en especial, contra las mujeres con discapacidad.

    El caso de Leti demuestra que muchos actores de nuestro sistema judicial no saben juzgar con perspectiva de género, mucho menos con perspectiva de discapacidad. Desafortunadamente, este no es un caso aislado: los distintos poderes judiciales han llevado a cabo pocos o nulos esfuerzos para capacitar y sensibilizar a su personal sobre cómo juzgar con perspectiva de derechos humanos en un caso que involucre a una persona con discapacidad. Equis Justicia para las Mujeres documentó que, entre 2008 y 2017, el gasto a nivel nacional en capacitación judicial ascendió a más de 600 millones de pesos. Sin embargo, sólo el 0.13 % fue utilizado para la capacitación sobre derechos humanos de las personas con discapacidad. En este periodo de diez años, entidades como Aguascalientes, Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Jalisco, Puebla, San Luis Potosí, Tabasco y Zacatecas no destinaron ni un peso de su presupuesto para capacitar a sus poderes judiciales en materia de discapacidad.

    El resultado es que, si una persona tapatía con discapacidad acudió a la justicia entre 2008 y 2017, es muy probable que se haya encontrado con personas juzgadoras mal equipadas para resolver su caso desde una perspectiva de derechos humanos. Si agregamos a la ecuación la variable del género, la situación es aún más preocupante: entre 2008 y 2017 sólo dos tribunales superiores de justicia capacitaron a su personal sobre temas de género, derechos de las personas con discapacidad y acceso a la justicia.

    Esta  evidencia refleja un hecho preocupante: los poderes judiciales de México por lo general no están preparados para proteger los derechos de las personas con discapacidad, menos aún de las mujeres y niñas que viven con discapacidad. Al contrario: pareciera que la regla es que estos casos son juzgados de forma discriminatoria y estigmatizante, además de sexista. El resultado es que, cuando una mujer con discapacidad busca justicia, el sistema le da la espalda.

    Así, es urgente que el sistema de justicia considere con seriedad su labor en defensa de las personas —y en especial de las mujeres y niñas— con discapacidad. Resulta fundamental que las personas con discapacidad sean consultadas antes de llevar a cabo acciones de política pública o cambios legales que puedan afectarles de forma directa o indirecta; que las autoridades escuchen sus deseos y necesidades. En el marco de este 8M,  es pertinente que las mujeres nos pongamos los lentes de la interseccionalidad y analicemos los distintos tipos de opresiones que diferentes mujeres vivimos. Es claro que una mujer blanca y sin discapacidades con recursos económicos no vivirá la misma opresión que una mujer racializada que vive con discapacidad. Hagámonos cargo de nuestros privilegios desde el feminismo y recordemos la valiosa frase de la lucha por los derechos de las personas con discapacidad: “Nada sobre nosotras sin nosotras”.

    Diana García
    Licenciada en Derecho por el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE.

  • Lo que la ciencia sabe del ‘ghosting’: es peor que el rechazo directo e igual de doloroso si el que se esfuma es un amigo

    Lo que la ciencia sabe del ‘ghosting’: es peor que el rechazo directo e igual de doloroso si el que se esfuma es un amigo

    En inglés lo llaman ghosting, y en español, a falta de un término equivalente, también. Es la magia de esfumarse, de dejar “en visto” un mensaje en redes, de desaparecer abruptamente con la inestimable ayuda de la tecnología. Así ghosting ghostear han entrado por la puerta grande en nuestro léxico sentimental.

    El ghosting, una práctica lamentable, pero conveniente, es ya la norma, indisoluble a la búsqueda de pareja en apps que propician el volumen de las interacciones y aniquilan la singularidad del objeto de deseo. Todos somos sustituibles y desechables. Eso dicen los académicos que observan el fenómeno en varias universidades del mundo. Si estás buscando pareja te tocará tarde o temprano, esfumarte, o ser la víctima de alguien que se disuelve abruptamente y sin dar explicaciones. Todo a la vez en todas partes, como la candidata a los Oscar.

    EL PAÍS ha hablado con académicos que investigan el asunto y revisado los estudios publicados sobre esta estrategia de fuga y esto es lo que hemos sacado en claro:

    Es más doloroso que ser rechazado abiertamente

    Este es el hallazgo de una investigación de la Universidad de Georgia. “En nuestro estudio, dos de cada tres participantes, todos adultos jóvenes, habían hecho ghosting y también habían sido víctimas de esta práctica en repetidas ocasiones. La mayoría lo consideraba una estrategia ventajosa porque era fácil, evitaba la confrontación y les parecía más educado que un rechazo duro y frontal”, cuenta Christina Leckfor, autora principal del trabajo. Sin embargo, las conclusiones de su estudio mostraron que la huella del ghosting sobre la salud mental es más profunda que la del rechazo abierto. “Al cabo del tiempo el recuerdo de haber sufrido ghosting era más doloroso que el de una ruptura directa. Es muy posible que los que optan por esta salida no sean muy conscientes del daño que provocan a la otra parte”, dice Leckfor, que califica la práctica de “estrategia dolorosa de ruptura”.

    ¿Quiénes son más proclives a ejercer ‘ghosting’?

    Los académicos han intentado trazar un perfil de asiduos a esta práctica, aun cuando reconocen que está muy generalizada. En el estudio de la Universidad de Georgia, el resultado fue verdaderamente curioso: los que más sufrían por el ghosting eran también los que con más frecuencia lo ejercían. “Suelen ser personas con una gran necesidad de cerrar puertas y pasar página, con poca tolerancia a la incertidumbre”, define Leckfor, y añade: “Necesitan respuestas firmes, no importa si son o no correctas, para evitar situaciones inciertas. Y aunque el ghosting puede dejar una relación en la ambigüedad, quien lo ejerce pone un sonoro punto final”.

    Es un perfil que se apresura y se esfuma dejando al otro colgado. Cuando le hacen lo mismo, sufre amargamente, mucho más que los que no tienen la necesidad urgente de cierre. Esta circunstancia dejó perplejos a los investigadores.

    En esta investigación de 2019, los autores identificaron que las personas con fuertes creencias en el destino, aquellos que confían en que en algún lugar del mundo les está esperando su media naranja para completarlos, solían disolver sus relaciones con esta estrategia, una vez que decidían que no estaban ante la persona adecuada. Este trabajo apunta que muchas personas optan por el ghosting cuando deciden que una relación está condenada y ya no hay nada que hacer para salvarla.

    Razones para hacer ‘ghosting’

    En la misma investigación dirigida por Gili Freedman, investigadora del Dartmouth College y Darsey Powell, del Roanoke College, algunos participantes reconocieron carecer de “habilidades comunicativas para tener una conversación honesta, ya fuera cara a cara, por mensajes o por email”. Dar la cara les generaba “ansiedad social”, refirieron. Otros preferían esfumarse porque creían que un encuentro físico podría llevar la relación sexual y emocional “al siguiente nivel”, y ellos no estaban interesados.

    Muchas mujeres adujeron “razones de seguridad”. El 45% dijo que con el ghosting probablemente se habían evitado “situaciones incómodas y tóxicas”. “Es muy fácil chatear con absolutos desconocidos, desaparecer es una manera de protegerse cuando un tío pide cosas raras, por ejemplo, una foto desnuda”, confesó una chica de 19 años. Otra razón que se aduce es “proteger los sentimientos del otro” porque se asume erróneamente que desaparecer sin avisar es más cortés que el rechazo frontal.

    Hacer ghosting después del sexo mereció una categoría aparte en este trabajo. Los participantes consideraron “normal” en el contexto de la cultura del hook up (sexo casual) que si una de las partes solo buscaba sexo, desapareciera una vez que lo ha conseguido. “Después de todo, seguir hablando con esa persona podría mandar la señal equivocada de que se busca más intimidad emocional”, dijo un participante.

    Una encuesta de la app de citas Bumble entre usuarios de Singapur reveló que la razón principal para el ghosting era “la falta de conexión”, la mayoría de las mujeres dijeron que habían decidido esfumarse después de que en una primera cita se hubiera dicho algo “repugnante”. Otros motivos alegados fueron “estar muy ocupados” y “evitar una conversación desagradable para poner fin a la relación”.

    Los mileniales, más de ‘ghosting’ que la Generación Zeta

    En la encuesta de Bumble los miembros de la Generación Zeta mostraron una fuerte postura antighosting. El 69% dijo que era “una práctica inadecuada”. En cambio, el 60% de los mileniales no tenía ningún inconveniente en disolver unilateralmente una conexión sin dar explicaciones si no había química en el primer encuentro. El 38% creía que era “un fenómeno normal”. Solo el 20% de los mileniales pensaba lo mismo.

    Los amigos también hacen ‘ghosting’, y es casi peor

    Cuenta Christina Leckfor que ella y su equipo centraron su trabajo en el ghosting como estrategia de cierre de relaciones o citas románticas. Sin embargo, más de la mitad de las personas investigadas contó espontáneamente una experiencia de una amistad rota con un episodio de esta naturaleza. “Para nuestra sorpresa en los adultos jóvenes no había diferencias, dolía tanto que una pareja o una cita romántica se esfumara cerrando todas las vías de contacto como que lo hiciera un amigo”. Otro ámbito inesperado donde el ghosting campa a sus anchas es la selección de personal y las entrevistas de trabajo. Después de una o dos entrevistas, muchos reclutadores desaparecen y dejan en ascuas al que ya se consideraba candidato. Una circunstancia que el equipo de Leckfor se propone estudiar, pero que ya puede avanzar que es mucho más dañino que el típico email de rechazo.

    ¿Quién lo pasa peor?

    La respuesta puede parecer obvia, pero los investigadores quisieron confirmarla. En el estudio de Bumble, aquellos que habían sufrido uno o más episodios de ghosting se mostraron desalentados (42%), desconfiados (38%) y recelosos (34%) en su siguiente cita. En particular, los hombres tenían menos confianza en que las cosas fueran a ir mejor en su próximo intento. El estudio cualitativo Disappearing in the Age of Hypervisibility: Definition, Context and Perceived Psychological Consequences of Social Media Ghosting también constata las consecuencias negativas de esta estrategia.

    A corto plazo, los que la habían sufrido sentían confusión y “un rechazo abrumador”, todo mezclado con baja autoestima. Parte del problema era “la falta de claridad, no entender por qué la relación se había cortado abruptamente”, dicen los autores, que describieron ciertos rasgos de paranoia cuando el afectado intentaba buscarle un sentido a la situación. A largo plazo estas personas, dice el estudio, desarrollaron una desconfianza que llevaron a sus próximas relaciones.

    ¿Y los que ejercen ghosting qué sienten? Pues, según este trabajo, la mitad tuvo cierto remordimiento y algo de culpa, el resto no reportó ninguna emoción. Una conclusión que a los investigadores les parece coherente con otros trabajos que han demostrado que quien inicia una ruptura experimenta menos malestar que la otra parte. Estos fueron los primeros autores que pusieron por escrito que el ghosting ya era un hábito.

    ¿Por qué duele tanto que alguien desaparezca por donde llegó: una ‘app’?

    Según Christina Leckfor, la tecnología amplifica nuestra disponibilidad del otro, y con ello la ilusión de haber encontrado a alguien, pero, cuando se esfuma, hace muy evidente su volatilidad. “Es fácil escribir o llamar a un amigo, o a una pareja romántica, no importa lo lejos que esté. Somos tan accesibles y es tan fácil dar con nosotros que, cuando alguien decide desaparecer, es desgarrador. La mayoría de las personas lleva el teléfono encima todo el tiempo, cuando alguien sufre ghosting, le es muy fácil imaginar cómo del otro lado alguien ve sus mensajes y los ignora deliberadamente”. En la era de la hipervisibilidad que no te vean es un golpe bajo.

  • Sondeo: dos de cada tres mujeres se sienten inseguras en México

    Sondeo: dos de cada tres mujeres se sienten inseguras en México

    Casi dos de cada tres mujeres, el 63 % del total, se sienten inseguras en México, y menos de la mitad considera tener las mismas oportunidades que los hombres, según reveló este miércoles (08.03.2023) una encuesta de la agencia Poligrama en el Día Internacional de la Mujer.

    El lugar en el que las mexicanas perciben mayor inseguridad es en la calle, con 38 % del total que lo considera así, seguida por el transporte público, con 32 %, según detalló el sondeo. La lista la completan el trabajo (9 %), la casa (4 %), la escuela (2 %), y otros lugares no especificados (15 %).

    El estudio de la casa encuestadora Poligrama se realizó el 5 y 6 de marzo a 1.000 mujeres mayores de 15 años a nivel nacional vía telefónica, con un nivel de confianza del 95 % y un margen de error del 3,1 %.

    Por otra parte, el sondeo descubrió que sólo el 48 % de las encuestadas piensa que «en México las mujeres tienen las mismas oportunidades que los hombres para acceder a un empleo». Aun así, el 47 % coincide que en los últimos tres años han «mejorado» las oportunidades de empleo para las mujeres, mientras que 41 % piensa que «siguen igual» y 12 % que han «empeorado».

    Sobre política, más de ocho de cada 10 mexicanas, el 81 %, opina que «México está listo para ser gobernado por una mujer». Pero menos de dos tercios de las mujeres, el 62 %, cree que «las mujeres tienen las mismas oportunidades que los hombres para acceder a puestos de Gobierno como alcaldesas, diputadas y gobernadoras».

    ama (efe, forbes)

  • 10 gráficos sobre la participación de las mujeres en la economía de México

    10 gráficos sobre la participación de las mujeres en la economía de México

    Aunque para garantizar que las mujeres y los hombres vivan en condiciones de igualdad todavía falta un camino largo, lo cierto es que la lucha de las mujeres por sus derechos ha conseguido dar pasos importantes.

    En México, las mujeres tienen una participación activa fundamental en el sector educativo, la salud, los cuidados, el mercado laboral, las tareas del hogar, la ciencia y tecnología y, por su puesto, el mercado laboral.

    Aquí 10 gráficos sobre las mujeres mexicanas y su participación socioeconómica:

    1. Mujeres que trabajan

    La mitad de las mujeres en México forman parte de la fuerza laboral. Al corte del cuatro trimestre del 2022 se registró una tasa de participación femenina de 45.6%, de acuerdo con cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi.

    Este nivel de participación laboral refleja una reintegración consolidada de las mujeres a sus empleos, después de la crisis de trabajo provocada por la Covid-19.

    Pese a la recuperación pospandemia, las cifras muestran un estancamiento importante: en 10 años, la tasa de participación femenina no ha logrado incrementar apenas dos puntos. Esto podría explicarse debido a que muchas mujeres no tienen acceso efectivo a derechos básicos como la educación o el desarrollo profesional, además de que destinan mucho más tiempo que los hombres a las tareas del hogar.

    2. Mujeres que cuidan, limpian y organizan

    Históricamente el trabajo del hogar ha sido minimizado e invisibilizado, aún siendo una de las actividades fundamentales en el funcionamiento de la sociedad y la economía. Y pese a que la lucha de las mujeres —que son quienes desproporcionalmente realizan este trabajo— ha conseguido revolarizarlo, todavía existe una profunda desigualdad.

    Hay dos tipos de trabajo del hogar: el que se realiza en el hogar propio y el que se realiza como empleo en otros hogares de manera remunerada.

    En México, las mujeres realizan el 74% de las tareas de limpieza, organización y cuidados dentro de sus hogares, de acuerdo con cifras del Inegi. Y representan el 91% del total de trabajadores remunerados del hogar.

    3. Mujeres en cargos directivos

    La discriminación y los estigmas de género son una realidad que deja a las mujeres en desigualdad de oportunidades laborales respecto de sus pares hombres. La brecha de desigualdad se amplía conforme más alto es el rango del puesto.

    Por ejemplo, en México, las mujeres representan el 63.9% de los trabajadores de la educación y el 55.7% de los oficinistas, pero si se consideran los funcionarios y directivos las mujeres son apenas el 39.2% del total, según las más recientes cifras de la ENOE.

    8. Mujeres haciendo ciencia y tecnología

    La investigación científica es uno de los rubros en los que las mujeres y sus aportes han sido más invisibilizados históricamente. Esta situación ha cambiado en los años recientes, pero va a paso lento.

    Por eso, es importantísimo abrir espacios que reconozcan el trabajo de las mujeres que hacen ciencia. En México, las mujeres representan cerca del 38% del total de investigadores en el SNI (Sistema Nacional de Investigadores) del Conacyt.

    Las ciencias sociales y de humanidades son las principales áreas de estudio de las investigadoras, pero un 17.3% se encuentran haciendo ciencia biológica y química, un 8.8% se especializa en física, matemáticas y ciencias de la tierra y otro 8.5% en las ingenierías.

    9. Mujeres jefas de hogar y sus ingresos

    Los ingresos por trabajo representan apenas la mitad de los ingresos totales en hogares dirigidos por una mujer, el 50% restante se divide entre transferencias de otras personas o del gobierno, alquiler de vivienda o rentas de otras propiedades, de acuerdo con cifras de la ENIGH (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares) del Inegi.

    Esto es importante porque refleja que la mitad del dinero que tienen las familias con jefatura de una mujer no dependen sólo de su trabajo; son ingresos inciertos. Esta vulnerabilidad puede profundizarse si se considera a la población más pobre o rural.

    10. Mujeres jefas de hogar y sus gastos

    Las familias con una jefa mujer gastan 4 de cada 10 pesos que tienen (37.9%) sólo en alimentación del hogar, su principal destino de gasto.

    Otro 17.4% se va gastos en transporte público o privado, un 12.0% a la vivienda y los servicios básicos como agua, gas y luz y el 8.5% a artículos de higiene y cuidado personal.

    Esto refleja que, en total, los hogares con jefatura de una mujer destinan 76 de cada 100 pesos que ingresan sólo a bienes y servicios de la canasta mínima. Esto implica que si una familia de este grupo ingresa 1,000 pesos a la semana sólo tendría 240 disponibles para utilizar en educación, salud, entretenimiento o cultura.

    Todavía hay camino por recorrer

    La participación de las mujeres en la sociedad y economía es enorme, pero las condiciones en las que viven, estudian, trabajan y se desarrollan todavía son profundamente desiguales. Adicionalmente, hay mujeres significativamente más vulnerables que otras. El camino para garantizar igualdad de oportunidades todavía es largo, pero es importante visibilizar los pasos avanzados.

    Ana Karen García

     

  • La marea morada une a miles de mujeres y diversas agendas en pro de la igualdad

    La marea morada une a miles de mujeres y diversas agendas en pro de la igualdad

    Gabriela no había ido nunca antes a la marcha del 8M, pero hace apenas dos meses tuvo una bebé. Ella fue su inspiración. Conmovida, confiesa que, cuando era una niña, sufrió un abuso sexual. Y determinada, asegura: “Esta es mi primera marcha, vengo con mi nena, porque cuando fui pequeña abusaron de mí, y no quiero que mi hija pase eso también”.

    Rosy fue a marchar con su hija y su nieta: iban tres generaciones. “Hay que dignificar a la mujer de nuestra familia”, llevaban como consigna. Ellas no fueron las únicas: ese acompañamiento era una constante en los distintos contingentes. Muchas mamás iban con sus hijas y marchaban con ellas. A su lado, también había grupos de amigas adultas mayores.

    Llena de mujeres como ellas, que asistieron por primera vez pensando en el futuro de sus hijas —o convencidas por ellas mismas, como Evolet, de 10 años, que le pidió a su mamá llevarla y accedió, a pesar de que nunca antes había ido—, y de las más diversas agendas que han puesto énfasis en los pendientes para lograr la igualdad, la marcha de este 8M reunió a miles que partieron desde diferentes puntos y en horarios escalonados, pero con la misma energía y reclamos compartidos.

    Las manifestaciones de este día fueron incluso más numerosas que las de 2020, cuando se tuvo la cifra oficial más alta: ese año las asistentes fueron 80 mil y este fueron 90 mil, de acuerdo con las autoridades, aunque quienes acudieron sostienen que fueron muchas más.

    Desde antes de las 14:00 horas, grupos y colectivos se reunieron en respuesta a diferentes convocatorias en puntos como el Zócalo capitalino, el Monumento a la Revolución, la Glorieta de las Mujeres que Luchan y el Ángel de la Independencia.

    La mayoría arrancó antes del tiempo previsto. A la cabeza iban contingentes de madres de víctimas y personas desaparecidas, y en la marcha se hicieron presentes las exigencias y consignas en torno a la falta de justicia en casos de feminicidio, violencias y acosos sexuales a las infancias, la despenalización del aborto, las disidencias sexuales, el rechazo a la gordofobia, las mujeres con discapacidad y las indígenas, el respeto a los cuerpos diversos, las expresiones para sensibilizar sobre el cáncer de mama y las reivindicaciones de las mujeres iraníes.

    Aunque en la Glorieta de las Mujeres que Luchan las asistentes que encabezaban aclaraban a quienes llegaban que el primer contingente saldría a las 16:00 horas, al poco tiempo, debido a la asistencia, decidieron avanzar sobre Reforma flanqueadas por ambos lados por mujeres policías. La organización Marabunta tuvo que intervenir varias veces para que la policía conservara su línea, después de que el cerco se estrechara en un par de ocasiones y se dieran algunas tensiones.

    Alrededor de las 15:00 horas, un contingente de mujeres con discapacidad partió del monumento del Caballito, con la consigna “Por las que no pueden salir de casa, por las que están en los hospitales, por todas las cuidadoras, por todas las aliadas, por todas las mujeres con discapacidad, ¡presentes!”.

    Acompañadas de traductoras en lengua de señas, cuidadoras, familiares y aliadas, recorrieron la avenida Juárez y la calle 5 de Mayo para llegar al Zócalo, algunas apoyadas con bastón o en silla de ruedas. Al llegar a la plaza principal, el grupo de aproximadamente 50 personas gritó a coro “No queremos tu compasión, eso también es patriarcado” y se tomó una fotografía para el recuerdo antes de partir.

    Mientras tanto, en avenida Juárez, frente a la Alameda Central, un grupo de jóvenes con capuchas de colores fosforescentes que estaban realizando pintas abrazó a una mujer, quien a través de una pancarta denunció su violación. Se colocaron enfrente de ella y con el puño en alto le gritaron “¡No estás sola!” y “¡Mujer, hermana, acá está tu manada!”.

     

    Más adelante, en otro contingente, Estela denunció que hace 15 días asesinaron a su sobrina y que ella la encontró en un terreno baldío. “Yo quiero que se haga justicia, porque ni un policía fue para ayudarnos. La encontré yo con mi familia. Hasta la semana pasada me dieron su cuerpo”, dijo, mientras otras mujeres exigían justicia.

    Había manifestantes de todas las edades. Pequeñas, jóvenes y adultas mayores, como Catalina Alegría. “Estamos aquí por mí, por mis hijas, por mis nietas y por todas las mujeres que son violentadas. Ahora tenemos la forma de manifestarnos en las calles, porque antes nos tenían con un candado en la boca”, reclamó.

    La Transcontingenta

    “No borramos mujeres, reconocemos la existencia de mujeres diversas”. Esa fue la consigna con la que la Transcontingenta hizo un llamado a “La pintada de mujeres”, una intervención artística en la plancha del Zócalo como forma de resistencia contra la transfobia.

    “Marchamos por los 11 feminicidios diarios, por cada transfeminicidio que hay, porque la violencia está a todo volumen; nos están desapareciendo, nos están matando y estamos saliendo a exigir nuestros derechos”, destacó Aznik Pepper, activista que participó en la intervención.

    “Transfobia no es feminismo”, señaló Olivia Linares, quien explicó que discriminar a alguien en razón de su expresión de género es violencia. “Marchamos porque merecemos vivir libres de violencias, sin ser acosadas, no importa si eres cis, trans o no binaria”, agregó. Según la organización Transgender Europe, México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en asesinatos a personas transgénero.

    “No somos musas, somos artistas”

    Con bodies color piel para aparentar que estaban desnudas, las integrantes del Movimiento de Modelos en Resistencia se instalaron frente a la Fuente de la Diana Cazadora. Para ellas, el desnudo femenino no tiene por único significado la sexualidad.

    El movimiento es una agrupación que surgió hace apenas un año, el 8 de marzo de 2022, pues no existía una similar. Su propósito es dignificar la profesión del modelaje artístico y generar comunidad entre el gremio para exigir condiciones laborales dignas.

    “Hoy dejamos el anonimato, renunciamos al lugar tras bambalinas. No están nuestros nombres ni nuestras biografías”, mencionó Isabel Juárez, una de las integrantes, en el manifiesto que presentaron.

    Las modelos pretenden revalorizar las aportaciones históricas de este gremio. Para su performance, portaban los retratos de sus ancestras, como Nahui Ollin. Cada una leyó una frase y, cuando le tocó su turno, dejó ver su rostro que antes estaba cubierto. Protestaron desde el arte, pues en paletas de pintura mujeres artistas realizaron retratos.

    “Hoy exigimos juntas y gritando que pare la violencia sexual. Queremos que modelar deje de ser un acto de riesgo, no queremos sentirnos afortunadas por no haber sido violadas en una sesión”, explicaron sobre el tendedero de denuncias que se quedó colgado mientras ellas se dirigían al Zócalo.

    El cuerpo, el origen étnico y el color de piel 

    Guadalupe Gatica, activista contra la gordofobia y diseñadora, aseguró que es necesario incorporar ese tema en las marchas del 8M, pues “el cuerpo nos acompaña a todos lados y es agredido constantemente cuando nos objetivizan por nuestra imagen”.

    Socialmente, dijo, a las mujeres gordas les quitan espacios y las obligan a esconder sus cuerpos: “Ser gorda es un tema de vergüenza, siempre nos dicen que es un tema de salud pero no se ponen a pensar si nos hacen más daño hablando de nuestro cuerpo. Es importante que en espacios feministas se hable de estos temas”.

    En tanto, para el Movimiento de Mujeres Indígenas y Afrodescendientes, fue la primera vez en la historia en la que salió un contingente de 600 mujeres indígenas.

    “Las mujeres indígenas enfrentamos violencias desde hace 500 años, violencias físicas, económicas, sociales y culturales. Vivimos sometidas a racismo y clasismo y ahora un desplazamiento a nuestra memoria histórica”, reclamó Rocío Márquez, presidenta de la coordinadora nacional indígena e integrante del movimiento de mujeres indígenas y afrodescendientes.

    Para ellas, marchar fue importante para que se vilisibizara que “existimos en la Ciudad de México y que no se les olvide que somos parte del tejido social de la capital”.

    El Zócalo, donde confluyen dolor, digna rabia y esperanza

    Desde antes de las 16:00 horas, las agendas, diversidades, asistentes primerizas y perfiles de todo tipo que llenaron las calles de Reforma, Juárez y 5 de Mayo comenzaron a confluir en el Zócalo. Al menos en tres ocasiones, hubo silencio. Incluso quienes intentaban derribar las vallas que resguardaban la Catedral y Palacio Nacional pararon por unos minutos para buscar a jóvenes y niñas perdidas.

    Cientos de mujeres en el Zócalo se organizaron para hallar a quienes llegaban a extraviarse: todas se agachaban, levantaban un puño y permanecían en absoluto silencio, mientras algunas gritaban el nombre de la persona buscada hasta encontrarla.

    El contingente que había encabezado desde la Glorieta de las Mujeres que Luchan también había llegado. Solo con una camioneta y un megáfono, representantes de diferentes colectivos, grupos y organizaciones reclamaron los altos índices de violencia, las fallas de las autoridades para la investigación, la falta de justicia en casos de violaciones y la lucha que sigue siendo necesaria no solo el 8M, sino todos los días.

    “Las mujeres, luchando, al país están cambiando” y “No estamos todas, pero no estamos solas”, recordaron.

    Para quienes prefirieron felicitar en este día, también llegó a la plancha del Zócalo una asistente que había sostenido fijamente una pancarta de pie, sobre 5 de Mayo, con este mensaje: “Feliz el día que no nos falte ninguna”.

  • 9 de marzo Día sin mujeres: ¿Habrá paro nacional este 2023?

    9 de marzo Día sin mujeres: ¿Habrá paro nacional este 2023?

    Como cada año, up downs este miércoles 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, fecha en la que las mujeres “toman” las calles para exigir sus derechos y mejores condiciones de vida en ámbitos privados y públicos.

    Además, desde el 9 de marzo de 2020, las mujeres mexicanas llevan a cabo un paro de actividades a nivel nacional lo que ha llevado a algunas personas a preguntarse si se suspenderán actividades el próximo jueves.

    ¿Cuál es el objetivo del paro del 9 de marzo?

    El paro del 9 de marzo tiene el objetivo de mostrar a la sociedad el impacto que traería a la economía y al desarrollo de la vida misma en un día sin la fuerza de trabajo remunerado y no remunerado de las mujeres en México.

    El simbolismo de esta fecha, que lleva como lema “Un día sin nosotras” y “El nueve nadie se mueve” también plantea la necesidad de pensar y proponer soluciones colectivas ante las desapariciones de miles de mujeres en nuestro país, ante los feminicidios y las brechas de género que impiden que las mujeres sean reconocidas en el ámbito intelectual, político, doméstico, laboral, educativa y de cuidados, señala la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM.

    ¿Habrá paro el 9 de marzo de 2023?

    Como cada año, las mujeres mexicanas podrán decidir de manera voluntaria si participan o no en el paro de actividades del 9M, sin que por ello tengan repercusiones académicas o laborales.

    Algunas instituciones, como el caso de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han convocado a sumarse a las actividades que se desarrollan en estas fechas para hacer consciencia sobre la lucha de las mujeres.

    ¿Habrá clases este miércoles 8 de marzo? Esto dice la SEP

    De acuerdo con el calendario escolar de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el 8 de marzo se llevarán con normalidad las actividades dentro de las escuelas de preescolar, primaria y secundaria, por lo que los alumnos deberán asistir a clases.

  • Marcha #8M: cómo y cuándo se llevarán a cabo las manifestaciones por el Día de la mujer en Ciudad de México

    Marcha #8M: cómo y cuándo se llevarán a cabo las manifestaciones por el Día de la mujer en Ciudad de México

    La violencia nos atraviesa a todas. De 2015 a enero de 2023 ha habido 6.543 muertes clasificadas como feminicidios. Ciudad de México ocupó el tercer lugar durante 2022, con 75 feminicidios.

    Este 8 de marzo las mujeres nos manifestamos para decir “ni una más, ni una menos” y luchar contra la violencia machista, la desigualdad de género y la brecha de oportunidades. Si vives en Ciudad de México, estos serán los puntos de reunión y la logística para este día de la mujer.

    Dónde son los diferentes puntos de reunión y qué colectivos estarán

    A partir de las 12.00 horas habrá una concentración en el Monumento a la Revolución, entre quienes convocan a reunirse en este sitio están la colectiva Maternidades Feministas; Amorras y Flores de Acero que han citado a las 14.00 horas; y la Red Nacional de Refugios, quienes partirán a las 15.00 horas.

    María Elena Ríos, saxofonista oaxaqueña atacada con ácido, ha convocado en el mismo sitio a las 14.30 horas a aquellas mujeres que quieran marchar y no tengan contingente. Muy cerca del punto, en el Frontón México, la Red Nacional de Refugios convoca a partir de las 14.00 horas para comenzar a marchar a las 15.00 horas.

    El colectivo Disturbias Violetas se reunirá de 13.00 a 15.00 horas en la glorieta del metro Insurgentes. Cerca del metrobús Plaza de la República se reunirán quienes quieran marchar con la organización Lleca, con un grupo transincluyente.

    Amnistía Internacional y Coordinación 8M convocan para llegar a la Glorieta de las Mujeres que luchan, sobre Paseo de la Reforma a partir de las 15.30 horas. La organización ha abierto un registro para confirmar la asistencia que partirá a las 16.00 horas. En la glorieta también se reunirá el colectivo Malvestida y Volcánicas, exactamente en la calle de Versalles esquina con Paseo de la Reforma. Womens on Fire se reunirá en la Estela de Luz a las 15.00 horas y Romper la Regla MX impulsará temas de menstruación consciente en el Caballito, donde se reunirán a las 15.00 horas para hacer carteles y marchar a partir de las 16.30 horas.

    En otros puntos de la Ciudad, como el sur de la Ciudad, el colectivo Mujeres de Maíz Milpa Alta Chicomecoatl ha convocado para reunirse a las 13.00 horas en el monumento a Luz Jiménez en la alcaldía Milpa Alta.

    Marcha el 11 de marzo

    Por otro lado, se han organizado más contingentes para marchar el sábado, en caso de que las mujeres que trabajan no puedan asistir. De este modo, el Comité Feminista Organizador ha convocado la acción para salir del Monumento a la Revolución y terminar en la Antimonumenta en avenida Juárez. La Casa Comunitaria Itzpapálotl ha citado a una “Marcha carnaval de lucha” cuya cita es el 11 de marzo en la estación de metrobús Tláhuac.

    Cuál será la ruta de la marcha

    La marcha transitará por Paseo de la Reforma, seguirá por Avenida Juárez, eje central Lázaro Cárdenas, calle 5 de mayo y terminará en el Zócalo.

    Policías que desplegará la Ciudad de México

    De acuerdo con Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana, habrá 800 mujeres policías y 1.700 de reserva. Según el secretario, no habrá detenciones sino encauzamientos.

    Julieta Sanguino

  • La brecha de género en el mundo laboral es mayor de lo pensado: OIT

    La brecha de género en el mundo laboral es mayor de lo pensado: OIT

    Las mujeres sufren más dificultades para acceder al mundo del trabajo de lo que se pensaba, y la brecha de salarios y condiciones se ha mantenido casi sin cambios en las últimas dos décadas, advirtió la ONU este lunes.

    La Organización Internacional del Trabajo (OIT) dijo que desarrolló un nuevo indicador que mide mejor la tasa de desempleo y que detecta a todas las personas sin empleo que buscan una actividad.

    Esto proyecta «un panorama mucho más sombrío de la situación de las mujeres en el mundo laboral que la tasa de desempleo, más comúnmente utilizada», dijo esta agencia de la ONU en un comunicado, a dos días del Día Internacional de la Mujer.

    «Los nuevos datos muestran que las mujeres siguen teniendo muchas más dificultades para encontrar trabajo que los hombres», señaló el organismo.

    Según los datos de la OIT, un 15% de las mujeres en edad de trabajar en todo el mundo quisiera tener un empleo, pero no lo tiene, frente un 10.5% de los hombres.

    «Esta brecha de género se ha mantenido prácticamente invariable durante dos décadas», señaló la organización.

    En contraste, las tasas oficiales de desempleo de hombres y mujeres son muy similares.

    Esto se debe, según la OIT, a que el criterio utilizado para determinar si alguien debe ser considerado oficialmente desempleado tiende a excluir de forma desproporcionada a las mujeres.

    Según el informe, las responsabilidades personales y familiares, incluyendo el trabajo no remunerado de cuidados, afectan de forma desproporcionada a las mujeres.

    Este tipo de actividades, impiden que las mujeres trabajen, que busquen empleo de forma activa o que estén disponibles con poca antelación.

    «La brecha laboral es especialmente grave en los países en desarrollo, donde la proporción de mujeres que no pueden encontrar un empleo alcanza el 24,9% en los países de renta baja», dijo el organismo.

    El acceso al empleo no es el único problema. La OIT señaló que las mujeres tienden a estar sobrerrepresentadas en algunos trabajos vulnerables, incluyendo la ayuda en negocios familiares.

    «Esta vulnerabilidad, unida a unas tasas de empleo más bajas, repercute en los ingresos de las mujeres», dijo el organismo.

    La OIT concluyó que «a nivel mundial, por cada dólar de ingresos laborales que ganan los hombres, las mujeres ganan sólo 51 céntimos».

  • La exclusión laboral de las mujeres en México: #8M

    La exclusión laboral de las mujeres en México: #8M

    México es el segundo peor país de Latinoamérica para la inserción laboral de mujeres, según Oxfam, algo que se atribuye a la desigualdad salarial, la violencia en el trabajo y a que las labores del hogar y de cuidados recaen sobre ellas, advirtieron expertas este Día Internacional de la Mujer.

    “(En México) hay una brecha salarial entre los hombres y las mujeres, pero además están expuestas a situaciones de acoso, de hostigamiento, de violencia,”, dijo en una entrevista con la agencia EFE Alexandra Haas, directora ejecutiva de Oxfam México.

    Foto: Cuartoscuro

    La también abogada precisó que la principal razón por la que México ocupa el penúltimo lugar de la región, con apenas 45% de las mujeres en edad de trabajar en el mercado laboral, es el reducido acceso que tienen a trabajos formales porque se ven orilladas a buscar horarios flexibles para cumplir con los cuidados del hogar.

    Explicó que las tareas de cuidados se adjudican principalmente a las mujeres, que las realizan 2.5 veces más que los hombres, lo que repercute sobre su proyecto de vida, su independencia económica y su autonomía.

    “Ellas no nada más son responsables de su propio ingreso y de su propia autonomía, sino que en general tienen la carga muchas veces no nada más de cuidado, sino también económica de hijos o personas dependientes”, detalló.

    No obstante, afirmó, las redes de cuidado son las que sostienen las posibilidades de toda la economía del país.

    Exclusión e injusticia 

    Paulina Gutiérrez, integrante de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, destacó que las mujeres son el sector más excluido del sistema laboral, el más violentado en sus derechos a un trabajo digno y sin ingresos suficientes para superar la pobreza.

    “Los datos muestran que las mujeres en el sistema laboral mexicano sufren de mucha exclusión, mucha injusticia, pero además enfrentan barreras de género para su inclusión económica y padecen mayor precariedad laboral”, apuntó la especialista.

    Foto: Cuartoscuro

    Detalló que en México hay 21.5 millones de mujeres en edad de trabajar excluidas del trabajo, de las que 4.4 millones están desempleadas, buscando trabajo o disponibles y sin impedimento para trabajar.

    Además, hay 17 millones que no están disponibles porque realizan labores de cuidado y domésticas, sin remuneración.

    Estas labores no remuneradas tienen un valor económico equivalente a 26 puntos del producto interno bruto (PIB) del país, y aún así se les cataloga como población “no económicamente activa”.

    “El 93% de las personas que no están disponibles es porque están realizando este tipo de labores, y todas son mujeres. Esto nos parece el punto central de la exclusión de las mujeres”, aseveró.

    Indicó que este tipo de desigualdades afectan el acceso a la salud, a una vivienda digna, a tener un tiempo libre para desarrollar la personalidad, a la participación ciudadana y política “y además violan los derechos humanos.

    Sin autonomía económica 

    Las especialistas coincidieron en que esta situación evita que las mujeres mexicanas tengan una autonomía económica, lo que las hace vulnerables a entornos de violencia y esto se recrudece al llegar a la tercera edad.

    “Ellas no tienen un ingreso, no tienen una pensión autónoma, no tienen la capacidad de tomar sus propias decisiones y de ejercer su autonomía”, lamentó Haas.

    Ante este panorama, organizaciones como Oxfam y Acción Ciudadana Frente a la Pobreza aseguran que en México es importante construir un sistema de cuidados, público y de calidad, progresivo e integral, que permita la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado.

    “Se va a tener que, forzosamente, ir construyendo alternativas laborales que se adapten a las necesidades sociales y que transiten de un modelo muy patriarcal, muy basado en un salario para toda una familia con el rol dividido entre hombres y mujeres, a una combinación de ingresos”, manifestó Haas.

    Finalmente, Gutiérrez dijo que se debe reconocer al cuidado como un trabajo que debe “ser bien remunerado e intentar que todas las cuidadoras entren en esta industria”.

    (EFE)