Sobresale trabajo fílmico de las mexicanas Lila Avilés (coproducción entre México, Dinamarca y Francia) y Tatiana Huezo en la 73 edición del Festival Internacional de Berlín, donde la primera obtuvo el premio del Jurado Ecuménico por su cinta Tótem, al mismo tiempo que Huezo fue reconocida como Mejor directora por su documentalEl eco, como parte de la sección “Encounters”.
Por su parte, Huezo, cuyo documental fue proyectado un día después de la inauguración de la Berlinale, retrata un pequeño pueblo en Puebla, en el que captura la cotidianidad de dicha comunidad y su labor en el campo. El premio llega justo meses después de recibir excelentes críticas por su película Noche de fuego (Netflix).
El argumento del jurado para premiar el trabajo de Huezo. Foto: Captura de pantalla Berlinale
Cabe señalar que la autora del Tempestad, fue galardonada por “la dulce confianza y honestidad intransigente en la dirección, la cual magnifica tanto las poderosas cualidades humanas de sus protagonistas, como su conexión con la naturaleza”, expresaron los críticos en la 73 edición del Festival Internacional de Berlín.
Por otro lado, Avilés estrenó su obra el pasado lunes 20 de febrero en la capital alemana, como parte de la Selección Oficial en Competencia del Festival Internacional de Berlín, donde su trabajo fílmico cautivó a los críticos: “El jurado quedó realmente impresionado por la manera compleja y sensible de ilustrar el amor que mantiene unida a esta familia, ni falsa ni idealizada. También destaca cómo la cultura mexicana lidia con la muerte y celebra la vida al mismo tiempo”, indicaron sobre la película que en breve será distribuida en México por CineCANÍBAL.
Tótem es protagonizada por Naíma Sentíes, Montserrat Marañón, Marisol Gasé, Saori Gurza, Mateo García Elizondo, Teresita Sánchez, Juan Francisco Maldonado, Iazua Larios y Alberto Amador, quienes relatan la historia de “una niña de siete años que pasa el día en casa de su abuelo ayudando con los preparativos de una fiesta sorpresa para su padre. Poco a poco todo comienza a volverse más caótico, fracturando los cimientos familiares”, subraya la sinopsis.
La mexicana Avilés también triunfó en Berlín. Foto: Captura de pantalla Berlinale
Es importante señalar que Tótem, de Avilés, creadora de la multipremiada cinta La Camarista, fotografía la vida cotidiana desde un punto de vista muy íntimo, y así lo señaló la propia directora: “Me gustan los microcosmos, la esencia de las cosas, las matrioskas, las pirámides, las cosas que contienen otras cosas. Como el tema central era el concepto de la casa, el hogar. Los lugares que habitamos y la interacción tan diversa que hay en un micronúcleo, como la familia. Por lo tanto, también sabía que tenía que hacer hincapié en los personajes y en la forma en que se relacionan y comunican, el poder de las palabras”, dijo.
“Hay algo ahí que ya contiene su propia carga de transformación lingüística, las palabras que se convierten en micro universos dentro del propio lenguaje. La mayoría de las familias tienen formas de comunicarse que son casi como un nuevo idioma. No le hablas a tu padre igual que a tu madre o a tu perro. La comunicación y el arte son códigos que generan vínculos, posibilidades de habitar entre los seres. Cada vez que se pierde una especie animal o una lengua, perdemos una pieza del gran rompecabezas y abandonamos una forma de pensar”, añadió la ganadora del Ariel a Mejor Ópera Prima por La Camarista, protagonizada por la guerrerense Gabriela Cartol, seleccionada por la Academia (AMACC) para representar a México en los Oscares y Goya 2019.
Eliminar los estereotipos y sesgos inconscientes en el ámbito laboral ayudará a incluir a más mujeres en puestos de liderazgo y que las empresas desarrollen mayor innovación y rentabilidad en sus operaciones.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, para 2030 el Producto Interno Bruto podría crecer 15% si el gobierno y el sector privado trabajan en conjunto para tomar acciones específicas que sumen a ocho millones de mujeres a la economía del país.
Las empresas que cuentan mujeres en puestos de liderazgo tienden a incrementar hasta en un 15% la rentabilidad de sus operaciones; sin embargo, en los consejos de administración sólo el 11% de esas posiciones están ocupados por ellas.
“Más mujeres en la economía significa más autonomía para ellas, mayores ingresos y ahorro para los hogares, mayor rentabilidad y talento para las empresas, pero, sobre todo, significa crecimiento e innovación para México”. comentó Teresa Gutiérrez, gerente general de Rappi México en el Foro “Liderazgo femenino y mujeres en tecnología”.
Destacó que se requieren construir y escalar iniciativas que impulsan las oportunidades laborales y de crecimiento económico local a través de la tecnología innovadora y ayudar a crear comunidades sostenibles, respetuosas e inclusivas.
Sesgos inconscientes y brecha salarial
Durante el foro también se habló sobre la importancia de eliminar los sesgos inconscientes, que son complejos fenómenos derivados de una sociedad que se ha sustentado en los roles que se le asignan a cada género.
Estos estereotipos generan una división de actividades según las capacidades de hombres y mujeres, lo cual se traduce en la perdida de talento de mujeres en áreas como las matemáticas, ingenierías o tecnología.
Estos estereotipos provocan que pocas mujeres lleguen a puestos de liderazgo en las empresas, lo que acrecienta la desigualdad en oportunidades laborales y la brecha salarial. Actualmente en México se estima que las mujeres perciben un 34% menos salario que los hombres por hacer la misma actividad.
“La cultura en la que estamos, lidiar con todos los estereotipos que existen no es fácil. En la empresa debe de haber un desarrollo interno de las mujeres, para ellos las mentorías son básicas y crear grupos de networking, dar la oportunidad de conocer el desarrollo de diferentes mujeres en puestos de liderazgo. Fomentar muchas mentorías, mucho coaching y mucho networking que ayuden a su desarrollo”, finalizó Loperena.
Condiciones laborales y confianza
Diana Dávila Ruíz, profesora e investigadora de la Universidad Anáhuac comentó que es importante que gobierno e iniciativa privada tomen acciones muy específicas que faciliten el ingreso de las mujeres al mercado laboral, pues seis de cada diez mujeres que trabajan lo hacen de manera informal, esto se debe a que la distribución del trabajo doméstico no es equitativa.
Así mismo, es fundamental que las empresas puedan potenciar la confianza y el liderazgo en las mujeres, haciendo que participen de forma más activa en la toma de decisiones. Catalina Irurita, VP de Marketing, Comunicaciones y Relaciones Corporativas para Latinoamérica de Ericsson, destacó que las mentorías son fundamentales en este proceso, así como tener canales donde las mujeres puedan pedir ayuda, expresar sus dudas y recibir consejos.
Crear un entorno seguro y de confianza en lo laboral para ellas será clave para que la inclusión crezca e impulse su crecimiento personal y profesional.
“Entrar a una empresa que tiene una gran cultura de inclusión te da la seguridad para ser tú mismo. Es un repetir y repetir la cultura de la inclusión, que tengan cursos de mandatorias que estén enfocados en respeto con mucho foco en género”, mencionó Lupina Loperena directora de Filantropía, Microsoft México.
Las especialistas coincidieron que estas son acciones que deben tomarse de manera inmediata, pues de acuerdo con el Foro Económico Mundial tomará 132 años alcanzar la igualdad de género en el mundo, un retroceso de las evaluaciones previas a la pandemia, cuando se estimaba que sería de por lo menos 100 años.
Estamos en el momento justo para que las mujeres terminen de dar ese salto y tomen mayores roles de liderazgo que muchas veces implican un desarrollo de carrera internacional. ¿Por qué no está sucediendo a un ritmo veloz.
Menos del 13% de las empresas argentinas son lideradas por una CEO mujer y este número se ha estancado en los últimos años, sin un crecimiento notable. Además, la pandemia produjo una marcha atrás en el terreno que habían ganado las mujeres. En muchas empresas internacionales es condición sine qua non que una persona sea expatriada por varios años, y en diferentes geografías, antes de poder volver a la Argentina y ocupar un rol de CEO. Es decir, no puede acceder a ser CEO de esa empresa sin primero trabajar para esa misma empresa en diferentes oficinas del mundo.
Históricamente los hombres eran los que traían el pan a la casa y las mujeres se concentraban en atender al hombre y los hijos del matrimonio. El hombre accedía a carreras corporativas internacionales y se trasladaba con la familia a diferentes países, a medida que iba creciendo en su carrera profesional, y la mujer acompañaba en esa aventura. A medida que la mujer fue accediendo a una educación más formal pudimos ocupar posiciones de mayor relevancia en las organizaciones. Por lo tanto, el cuidado de la casa y los niños fue más parejo y compartido. Pero, ¿es realmente así?
27 Febrero de 2023 11.58
Estamos en el momento justo para que las mujeres terminen de dar ese salto y tomen mayores roles de liderazgo que muchas veces implican un desarrollo de carrera internacional. ¿Por qué no está sucediendo a un ritmo veloz.
Menos del 13% de las empresas argentinas son lideradas por una CEO mujer y este número se ha estancado en los últimos años, sin un crecimiento notable. Además, la pandemia produjo una marcha atrás en el terreno que habían ganado las mujeres. En muchas empresas internacionales es condición sine qua non que una persona sea expatriada por varios años, y en diferentes geografías, antes de poder volver a la Argentina y ocupar un rol de CEO. Es decir, no puede acceder a ser CEO de esa empresa sin primero trabajar para esa misma empresa en diferentes oficinas del mundo.
Históricamente los hombres eran los que traían el pan a la casa y las mujeres se concentraban en atender al hombre y los hijos del matrimonio. El hombre accedía a carreras corporativas internacionales y se trasladaba con la familia a diferentes países, a medida que iba creciendo en su carrera profesional, y la mujer acompañaba en esa aventura. A medida que la mujer fue accediendo a una educación más formal pudimos ocupar posiciones de mayor relevancia en las organizaciones. Por lo tanto, el cuidado de la casa y los niños fue más parejo y compartido. Pero, ¿es realmente así?
Claro, algunos cambios se fueron dando a lo largo de los años. Pero, lo que todavía existe, y se hizo más evidente en la pandemia, es que el peso de la casa, los hijos y el cuidado de mayores todavía recae mayormente sobre la mujer. Muchas veces la carrera de la mujer es la secundaria en el hogar y no tiene la misma posibilidad de desarrollo que la del hombre. Por lo tanto, su carrera se ve estancada al no tener un cónyuge que la acompañe en esas oportunidades de crecimiento que implican un cambio de geografía.
Hace años que me dedico al headhunting y, cada vez que tengo un proceso de búsqueda, aseguro sumar mujeres a la lista de candidatos a presentar tanto para la Argentina como para el exterior. Internamente, Bäcker & Partners tiene un KPI que mide el porcentaje de mujeres como placements en los procesos. Nuestra meta es lograr un 50%/50%.
Esto me trae al tema que me preocupa, y mucho. A la hora de abordar mujeres ejecutivas y ofrecerles roles como expatriadas que significarían un potencial crecimiento, me encuentro con más negativas por parte de las mujeres que de los hombres. Los comentarios que recibo por lo que no eligen sumarse al proceso son:
“¿Si nos mudamos, quién cuidaría de mis hijos?”
“Mi marido no quiere mudarse, le gusta su vida acá.”
“Mi marido viaja mucho y yo no puedo tomar un rol con más responsabilidades.”
¿Será que sienten que han llegado a un punto en sus carreras donde están acostumbradas y todo está acomodado? ¿Tendrán miedo de salir de esa zona de confort? ¿Tendrán quien las acompañe en armar ese nuevo tetris que significa las agendas de hijos y las casas?
No hay mejor cosa que lograr un buen balance trabajo y vida personal. Eso es un lujo total. Pero, lo que sí me preocupa es cuando recibo respuestas que tienen como protagonistas a las carreras laborales de los hombres en vez de las mujeres con las que estoy hablando.
Últimamente, estamos trabajando mucho con clientes en el exterior que buscan talento argentino. El ejecutivo argentino es súper valorado por su potencial, creatividad, desempeño, resiliencia y adaptabilidad. En el último año interactué mucho con hombres y mujeres ofreciendo posiciones en el exterior que significarían crecimiento de carrera y, obviamente, una gran diferencia en paquete económico. Si hago un balance al llamar candidatos, los hombres son más abiertos a explorar salir de la Argentina por unos años que las mujeres.Las mujeres rechazan las ofertas para mudarse con sus familias mucho más que los hombres y citan la carrera de su pareja como la prioridad familiar.
¿Pero esto ocurre en todos lados? Conocí mujeres extranjeras viviendo en Argentina que comparten los desafíos de mudarse al exterior con otra filosofía. Se turnan con sus cónyuges, puro y simple. ¿Cómo funciona? Uno de los dos acepta un rol en el exterior y el otro apoya el desarrollo de su pareja. Por un par de años trabajan online, juegan al tenis y golf, llevan y traen chicos al colegio y están activos en los chats escolares. Lo hacen ambos de forma rotativa y, si al otro le llega una propuesta superadora o simplemente es su turno para trabajar, arman valijas, buscan colegios y se ponen en marcha.
¿Habrá algo que puedan aportar las organizaciones para ayudar a mitigar la brecha que existe? Recuerdo una conversación profunda con un CEO de una empresa extranjera en Argentina enfocado a las mujeres. Se dieron cuenta que había pocas mujeres en posiciones de liderazgo y se cuestionaron ese gran desfasaje. ¿Cómo podía ser? ¿Qué les pasaba como organización que tenían a hombres en posiciones que diseñaban productos que iban a ser consumidos mayormente por mujeres? Entonces, al abrirse oportunidades pusieron foco en ofrecer esas posiciones a mujeres dentro de la organización para que fueran parte de la estrategia corporativa, la mesa chica y la cercanía con el CEO. La respuesta inicial fue una negativa constante hasta que se dieron cuenta que tenían que transformarse para convertirse en una organización más flexible. Las mujeres líderes necesitan poder compatibilizar su vida laboral con la personal. Al brindarles flexibilidad horaria pudieron sumar mujeres potentes a la mesa chica y así lograr la transformación que buscaban.
Entonces, la pregunta a las organizaciones sería: ¿Qué cosas están faltando para poder brindar un espacio seguro a las mujeres de su organización para que puedan crecer sin dejar de lado su vida personal?
Si hablamos con la generación de chicas sub 30 lo más probable es que encontremos que no busca tener hijos ya que sienten que eso es sinónimo a renunciar a sus vidas profesionales. Ezeiza está lleno de chicas jóvenes yéndose al exterior.
¿Cuál fue la enseñanza que dejamos a las generaciones más grandes? Mientras nos preocupábamos por ese tetris que significó congeniar nuestras vidas profesionales con las personales quedó en evidencia una complejidad que las más jóvenes no tienen ganas de replicar.
Estamos en un momento bisagra. ¿Podremos aprender de los países del norte donde las mujeres priorizan sus carreras laborales? ¿Y si pensamos que se puede tener todo: familia y carrera exitosa internacional?
Se me ocurren algunas propuestas para las organizaciones:
En Europa ya existe la licencia por paternidad (tres meses para el padre durante el primer año de vida de su hijo) y ambos padres se turnan para poder ocuparse de acompañar los primeros meses de los hijos.
Crear programas de mentores internos para acompañar a las mujeres en estrategizar sus carreras profesionales.
Dar visibilidad a esta brecha para que se puedan tener conversaciones honestas a todo nivel.
Acompañar a mujeres de alto potencial, desde temprano en sus carreras, y darles herramientas que las ayuden a crear un entorno familiar que fomente su desarrollo profesional.
Al momento de expatriarse, que la ejecutiva cuente con una buena propuesta de agencia de expatriación que de servicio en todos los temas logísticos que implican una mudanza internacional. Esto la liberará de mucho estrés y facilitará todo desde embalar de la casa hasta la elección de barrios residenciales, vivienda y colegios.
Entonces, me queda solo una pregunta: ¿Conseguiremos, como sociedad, hacer un cambio de mindset para que las mujeres podamos sentirnos más acompañadas cuando llega esa oferta internacional que impulsaría nuestro crecimiento y nos llenaría de felicidad?
Ayudemos a potenciar y empoderar a las mujeres para que puedan llegar a lo más alto de sus aspiraciones y que sientan que tuvieron un entorno seguro y justo para poder desarrollarse. Lo importante es que no quede en solamente una idea, sino que se materialice en una nueva realidad.
*La columna fue escrita por Sandra Olive, Managing Partner de Executive Search en Bäckers & Partners. Especializada en la búsqueda de Ejecutivos para la Alta Gerencia y Consultoría de Cultura y Liderazgo en el mercado local y latinoamericano.
Las mujeres son protagonistas indudables de los mercados laborales en América Latina y el Caribe, pero continúan siendo perjudicadas por una brecha salarial que inhibe su aporte económico y preserva condiciones de desigualdad.
La explicación para esta disparidad es compleja, pero algunos factores implican que las mujeres dedican más del doble de tiempo a actividades no remuneradas (como limpiar la casa, cuidar a los niños y ancianos) que les dejan menos horas para dedicarse a sus actividades profesionales y también las limitan a lograr un mayor nivel educativo que les permita aspirar a un mejor sueldo.
Según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), las mujeres deben trabajar 51 días extras para tener el mismo sueldo que los hombres.
A este escenario hay que sumarle que la pandemia ha evidenciado las desigualdades. De acuerdo con el INEGI, la ocupación laboral de mujeres disminuyó más del 30%; es decir, por cada empleo perdido de un hombre, se pierde el de 2 mujeres.
Antes de la crisis sanitaria, México, era el quinto país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con mayores diferencias en el ingreso entre mujeres y hombres. La brecha salarial México era del 18.8%. Esto significa que cada 100 pesos que percibían los hombres mensualmente, las mujeres ganaban solo 85. A partir del Covid-19 las transformaciones en el mundo laboral fueron significativas, uno de los cambios más notorios se dio en los ingresos percibidos por hombres y mujeres. Sin embargo, esta condición ha afectado más a las trabajadoras, su tasa de desocupación pasó de 3.5% a 6.3% en el mes de julio de 2020. Más de 5 millones perdieron su trabajo, lo que eliminó sus ingresos.
En la práctica, los avances en la reducción de las brechas salariales de género están siendo demasiado lentos. Por ello es preciso adoptar medidas más dinámicas y decisivas. Cuando logramos visibilizar los salarios desde el interior de las compañías y viene desde el propio gobierno, hay un cambio muy positivo.
Un primer paso es que las mismas mujeres empiecen a pedir análisis de estudios internos de salario para que el proceso de contratación sea transparente. Con el fin de que haya equidad tiene que haber un proceso interno y uno externo.
Con el inicio del periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, el senador morenista Ovidio Salvador Peralta Suárez, propuso en la Cámara Alta prohibir a patrones o a sus representantes permitir la brecha salarial entre las y los trabajadores que se desempeñen en puestos, jornadas y condiciones de eficiencia iguales. Dicha iniciativa ya está en la agenda del Grupo Parlamentario mayoritario y se espera que continúe su proceso legislativo y discusión en los próximos meses.
El Instituto Mexicano para la Competitividad, indicó que México tiene una brecha de ingresos de 14%, que resulta menor a la de diversos países, lo que no implica que exista una mejoría en la equidad en el mercado laboral. Lo anterior, porque aproximadamente 70% ganan menos de dos salarios mínimos y no logran trascendencia en su trayectoria profesional.
Hoy en día la sensibilidad hacia la igualdad entre hombres y mujeres en el trabajo ha estado muy presente en los debates públicos nacionales e internacionales. Es por ello que se debe aprovechar esta coyuntura para erradicar la brecha salarial y solo queda hacerlo desde dentro de las organizaciones.
Analizar y cuantificar la diferencia salarial entre mujeres y hombres plantea importantes retos, pero lo que es un hecho es que es imperante reducir y eliminar esta brecha para lograr la igualdad en la remuneración por trabajo de igual valor.
Autor: Catalina Irurita Gómez, KOL Marketing y empoderamiento femenino
El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, en donde, se exigen derechos, justicia e igualdad los 365 días del año (aunque todavía no se ha logrado totalmente el objetivo).
A continuación, mencionaremos algunos refranes y discursos para recordar la razón por la cual luchamos las mujeres.
¡Estas son las frases y discursos más inspiradores!
Thomas Barwick
Día Internacional de la Mujer
A menudo es una sola frase anima a seguir luchando, a exigir los propios derechos y a actuar contra la desigualdad. ‘Harry habría muerto sin Hermione en el Volumen 1’ es una de ellas, pero muchas mujeres famosas han dicho muy buenas frases que en pocas palabras resumen exactamente eso, el coraje, la tenacidad, la feminidad.
Los refranes y citas más inspiradores
La libertad es siempre la libertad de los que piensan diferente. (Rosa Luxemburgo)
¡No dejes que te depriman! ¡Sé audaz y única! (Astrid Lindgren)
Un hombre puede llevar lo que quiera, pero sigue siendo sólo un accesorio de una mujer. (Coco Chanel)
No se nace mujer, se llega a serlo. (Simone de Beauvoir)
Las mujeres son las verdaderas artífices de una sociedad. (Cher)
Tenemos que levantarnos como mujeres y tomar la iniciativa. (Beyoncé)
Las mujeres con buenos modales rara vez hacen historia. (Eleanor Roosevelt)
No conozco a ninguna mujer que esté viva y no sea valiente. (Reese Witherspoon)
Los mejores extractos de discursos de grandes mujeres
Pero las mujeres pueden hacer algo más que frases sencillas, por supuesto. Pueden pronunciar grandes e importantes discursos, exponer su punto de vista de forma creíble y hacer que la gente piense de forma diferente, no sólo en el Día Internacional de la Mujer.
La Reina Isabel I, antes de la batalla contra la Armada Española
Uno de los primeros grandes discursos pronunciados por una mujer lo pronunció la Reina Isabel I cuando se enfrentó a la Armada Española en 1588 y tomó juramento al ejército, compuesto exclusivamente por hombres, en el campo de batalla para una lucha brutal. Ella, la Reina, consiguió formar a su ejército en una unidad con su discurso, ya que la ‘Reina Virgen’ soltera aseguró a miles de soldados que no estaban ‘por placer y diversión’, sino porque estaba decidida a ‘vivir o morir con [ellos] en el tumulto de la batalla’. Por supuesto, los consejeros habían advertido a Isabel I antes de su aparición en el campo de batalla que se presentará como mujer y reina ante todo un ejército armado. Pero ella no dio importancia a las precauciones de seguridad, pues sus propias convicciones, su pueblo, eran más importantes para ella. Los tiranos debían temerla a pesar de su ‘cuerpo de mujer débil y endeble’, pues ella misma tomaría las armas y asumiría el mando si fuera necesario.
¿Qué ocurrió entonces? La Armada española se hundió frente a las costas inglesas, Isabel I se retiró a palacio como la reina británica más gloriosa, valiente y quizá con más poder de la historia.
Ruth Bader Ginsburg en el caso ‘Frontiero contra Richardson’ (1973)
Es una de las mujeres más importantes de la historia de Estados Unidos. Gracias a ella, los asuntos de la mujer se tomaron más en serio que nunca en el poder legislativo. RBG, una de las nueve mujeres que estudiaron Derecho, comenzó sus estudios en Harvard. Se la considera pionera en la lucha contra la discriminación por el color de la piel o el sexo, y en 1973 acudió a los tribunales como defensora de Sharron Frontiero, oficial de las Fuerzas Aéreas. El caso se refería a prestaciones sociales de cónyuges dependientes que podían interpretarse a favor de la mujer. Bader Ginsburg declaró ante el tribunal: ‘el género, como el color de la piel, es una característica visible e inmutable que no dice necesariamente nada sobre la capacidad. Las mujeres se enfrentan hoy a una discriminación en el lugar de trabajo tan profunda, aunque aún más sutil, que la que sufren las minorías’.
La que fuera juez del Tribunal Federal e icono absoluto del movimiento feminista concluyó su alegato con una cita en sí misma mega poderosa de la antiesclavista Sarah Grimké: ‘No exijo privilegios para mi sexo’. Pero esta cita seguía describiendo la situación tan bien en 1973 como en 1837, cuando Sarah Grimké la pronunció por primera vez.
Ruth Bader Ginsburg luchó por su cliente, Sharron Frontiero, y obtuvo justicia. No sólo eso, sino que el presidente del tribunal, William Brennan, llegó a señalar en su sentencia que la discriminación existente sería a menudo glorificada, como una especie de ‘paternalismo romántico’. Sin embargo, esto no pondría a las mujeres en un pedestal, sino en una jaula. La sentencia, como tantas en las que estuvo implicada Ruth Bader Ginsburg, se considera pionera en la judicatura estadounidense.
Sylvia Rivera, 1973
Es una activista LGBTQIA+ que causó sensación en 1973, cuando subió al escenario en las celebraciones del Christopher Street Day de Nueva York y pronunció un emotivo discurso. En él, la persona trans y drag queen dijo: ‘estuve en la cárcel, me violaron, y fui golpeada por hombres. ¿Pero hicieron algo por mí? No. Me dicen que huya y que me esconda el pene entre las piernas. No voy a aguantar más esta situación’.
Discurso de Hillary Clinton en la Cuarta Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, 1995
Fue Primera Dama en la Casa Blanca en 1995, cuando su marido Bill Clinton gobernaba Estados Unidos. Sin embargo, Hillary también participó activamente en política, aunque siempre y durante mucho tiempo a la sombra de su marido presidencial. En 1995, aprovechó la Conferencia Mundial de la ONU sobre la Mujer para pronunciar el que quizá sea su mejor discurso hasta la fecha, en el que afirmó: ‘ya no es aceptable separar los derechos de la mujer de los derechos humanos’. Según ella, se ha permitido que persistan los abusos porque la historia de las mujeres ha sido durante demasiado tiempo una historia de silencio, una historia en la que se silencia a las protagonistas y a las narradoras.
En su emotivo discurso, Hillary Clinton enumeró las violaciones de los derechos humanos que sólo podía ocurrirles a las mujeres por su género: mutilación genital, asesinato por haber nacido niña, violación como medio de guerra, violencia contra la mujer en la familia y en la sociedad, abortos forzados y trata de seres humanos. Las dos frases finales siguen presentes hoy, palabras aladas: ‘los derechos humanos son derechos de las mujeres, y los derechos de las mujeres son derechos humanos’.
Julia Gillard, 2012
Como primera mujer primer ministro de Australia, Julia Gillard causó revuelo por su discurso contra la misoginia. Inicialmente se refería a la destitución del Presidente del Parlamento que había enviado mensajes sexistas. Pronto, sin embargo, un intercambio directo de golpes entre Julia Gillard y el líder de la oposición, Tony Abbott, ocupó el centro de la escena. Abbott, cuando era ministro de Sanidad en Australia, había calificado el ‘aborto como la solución más conveniente’ y fantaseado con las extrañamente no emancipadas amas de casa australianas, pero luego quiso ser visto como un luchador contra el sexismo: Gillard le llamó hipócrita a pesar de los abucheos de las filas parlamentarias.
La política afirmó: ‘no voy a soportar que este hombre me diga nada sobre sexismo y misoginia, desde luego que no. Ni hoy ni en el futuro. […] El líder de la oposición me ha tirado debajo del autobús cuando se puso fuera de la Casa del Parlamento junto a un cartel que decía ‘deshazte de la bruja. Ahora mira el reloj porque, al parecer, una mujer ha hablado durante demasiado tiempo’.
El discurso de Gillard se subió a Youtube y se hizo viral: hasta la fecha, el clip ha generado más de cinco millones y medio de visitas.
Malala Yousafzai, 2014
Ella pasó a la historia por ser la ganadora al Premio Nobel de la Paz más joven del mundo. Cuando la entonces estudiante de 15 años volvía a casa del colegio en un autobús en Pakistán, militantes talibanes asaltaron el autobús y dispararon a Malala en la cabeza. Sobrevivió y fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2014, dos años después del ataque. Porque a pesar del atentado contra su vida, la adolescente siguió haciendo campaña en favor de la escolarización de las niñas.
En su discurso de aceptación, Malala Yousafzai dijo, entre otras cosas: lLa gente me describe de muchas maneras: para algunos soy la niña a la que dispararon los talibanes, otros me llaman Premio Nobel, para mis hermanos soy la hermana mayor molesta. Simplemente soy una persona comprometida e incluso testaruda que quiere que todos los niños reciban una buena educación, que quiere que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres y que quiere que la paz reine en todo el mundo. […] Sólo tenía diez años cuando 400 escuelas fueron destruidas en Swat, mi ciudad natal. Las mujeres eran azotadas. […] De repente, la educación dejó de ser un derecho para convertirse en un delito. A las niñas se les impedía ir a la escuela’.
Malala decidió no quedarse callada mientras ella y sus amigas se veían privadas del derecho a la educación, sino que optó por alzar la voz… y quizás ser asesinada por ello. ‘Cuento mi historia, no porque sea única, sino porque no lo es. Es la historia de muchas niñas. […] Yo soy esos 66 millones de niñas que se vieron privadas de la oportunidad de recibir educación, y hoy no hablo como una sola persona, sino que hablo con 66 millones de voces’, concluyó su discurso con una apasionada súplica: ‘1ue sea la última vez que se obliga a una niña a contraer matrimonio infantil. Que sea la última vez que una niña tenga que dar su vida en la guerra. Que sea la última vez que vemos a una niña que no puede ir a la escuela’.
Greta Thunberg en la Cumbre del Clima de la ONU, 2019
Ella inició el movimiento Fridays for Future faltando a clase los viernes y manifestándose en silencio por el clima, por un futuro mejor. Millones de personas de todo el mundo siguieron su valiente ejemplo y se unieron a las protestas por el clima. Cuando Thunberg fue invitada a la Cumbre Mundial sobre el Clima en Nueva York en 2019, dejó atónitos a todos con su discurso valiente, intrépido y acusador
Cuando le preguntaron qué mensaje tenía para los líderes dentro del mundo libre, empezó a hablar sin mostrar nerviosismo, pero visiblemente molesta y decepcionada: ‘me robaron mis sueños y mi infancia con sus promesas vacías, ¡y sigo siendo una de los afortunadas! La gente sufre. y muere. Ecosistemas enteros están colapsando; estamos al principio de extinciones masivas, y tú sólo hablas de dinero y del cuento de hadas de un crecimiento económico cada vez mayor. ¿Cómo se atreven?’.
Las autoridades mexicanas informaron que en 2022 hubo un aumento del 34.1% de eventos de mujeres en situación migratoria en México, con respecto a las cifras que se registraron durante 2021.
Según datos de la publicación Migración y Movilidad Internacional de Mujeres en México, en el país, entre enero y diciembre de 2022, se registraron 136,080 eventos de mujeres con una situación migratoria irregular, 34,613 casos más en comparación con los 101,467 que se presentaron durante el mismo periodo de 2021.
La entidad que más eventos registró fue Chiapas con 46,184, 113.8% más que los 21,596 casos de mujeres de 2021; le siguió Baja California que en el mismo periodo registró un aumento de 21.4% con los 17,968 eventos migrantes, 3,170 más en comparación a las 14,798 de 2021.
En tercer lugar, se ubicó Tabasco con 13,207 eventos. En la entidad se presentó una disminución del 25.6%, ya que tuvo 4,538 casos menos que los 17,745 que se presentaron hace dos años.
Por otro lado, según datos emitidos por la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas, entre enero y diciembre pasado, en México se emitieron 32% más de tarjetas de residencia temporal a mujeres extranjeras. La cifra que se alcanzó en el lapso de tiempo señalado fue de 26,937 tarjetas de residencia.
Con respecto a las que se emitieron durante los 12 meses de 2021 en todo el país (20,356), el número del año pasado representó 6,581 documentos más.
En el caso de las tarjetas de residencia temporal renovadas, la cifra pasó de 24,808 a 28,275 en un año, lo que significó un aumento del 14% en la cantidad de trámites realizados.
Otra cifra que mostró un aumento entre los dos periodos de tiempo comparados, son las refugiadas, ya que al pasar de 8,944 a 9,578 de 2021 a 2022 aumentó 7.1 por ciento.
Eventos de mujeres menores
La Unidad de Política Migratoria, Registró e Identidad de Personas, de la Segob, señaló que, de un total de 21,632 de eventos relacionados con mujeres devueltas por autoridades migratorias mexicanas, el 14% se trataron de casos de menores de 18 años de edad.
Esto significa que 3,030 eventos estuvieron relacionados con personas menores de edad.
De este número de eventos, el 61.7% (1,870) se trataron de niñas y adolescentes que no estuvieron acompañadas durante su retorno asistido a su lugar de origen.
Los restantes 1,160 (38.3%) eventos se trataron de menores que estuvieron acompañadas, según las cifras de la publicación de Gobernación.
Del total de los eventos de menores que fueron detenidas y no estaban acompañadas, el 84.1% se trataron de mujeres en un rango de edad entre los 12 y 17 años de edad. El 15.4% restante de los eventos estuvieron relacionados con niñas que tenían como edad máxima 11 años.
Casos de connacionales suben 95.6%
La cantidad de eventos de mujeres mexicanas que han sido deportadas por parte de autoridades estadounidenses entre enero y diciembre de 2022 ha aumentado un 95.5% en comparación con el mismo periodo de 2021.
Según las cifras de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación, en los 12 meses anteriores se registraron 36,411 eventos; 17,793 más que los 18,618 que se presentaron en 2021.
Del total de eventos, la entidad que más casos registró, según cifras preliminares, fue Baja California que, durante el año anterior, sumó 15,758 casos.
Le siguieron Sonora con 10,126% de eventos de devolución de personas del sexo femenino, Tamaulipas con 6,095 eventos, Coahuila que sumó 2,705, Chihuahua, 1,593, CDMX reportó 79 y Jalisco presentó un evento.
Del total de eventos, se dio a conocer que 3,957 (10.9% del total) estuvieron relacionados con mujeres menores de edad.
Se indicó que 2,368 eventos fueron menores que no estuvieron acompañadas durante su repatriación. Los restantes 1,589 eventos estuvieron acompañadas.
Las mujeres en Aserradores sienten una conexión especial con los manglares de Nicaragua. Como una comunidad pesquera al noroeste del país, sobreviven con los moluscos que extraen todos los días del fango. Salen por la mañana con sus juncos vacíos, y regresan a casa a la hora de la comida para preparar aguachile, ceviche y otros platillos típicos de la zona con el producto de la jornada.
Las playas de Aserradores reciben a madres de todo tipo cada año. Las tortugas carey y negras, por ejemplo, escogen esta costa nicaragüense para desovar. En ese mismo fango, las mujeres hunden las piernas hasta las rodillas para extraer conchas oscuras que, al interior, contienen el sustento económico y alimenticio de las familias locales. Ésta es su historia.
‘Conchar’ con las piernas metidas en el fango
Elena Martínez, residente del pueblo de Aserradores, recolecta moluscos con las manos | Crédito: OSWALDO RIVAS / AFP
Aunque podría parecer una tradición milenaria, según la cobertura de la AFP, esta práctica es más bien reciente. Conocida como ‘conchar’, es la acción de extraer con palas o con las manos a los moluscos de la tierra húmeda. Algunas de ellas lo han hecho desde niñas. Especialmente en El Viejo, el municipio a 150 kilómetros de la capital al que sólo se puede acceder con juncos pequeños de madera.
En esta zona de la Costa del Pacífico de Nicaragua, decenas de embarcaciones pesqueras pequeñas se enfilan para ingresar a los manglares. Una vez ahí, residentes como Elena Martínez se quitan los zapatos y esquivan las ramas gruesas para ‘conchar’. Ella aprendió de las mujeres mayores a una muy temprana edad, que salían cada ciertos días antes del amanecer para sumergirse en el lodo.
Mujeres de Aserradores llegando a la zona de manglares en Nicaragua | Crédito: OSWALDO RIVAS / AFP
Para llegar a los manglares de Nicaragua, tienen que remar a lo largo de 2 kilómetros. Ya ahí, amarran el bote a las ramas de los árboles y se abren camino entre las raíces. Con esta acción, las mujeres locales cumplen una doble función, explica el periodista Oswaldo Rivas:
«MIENTRAS MANTIENEN LA COMIDA EN LA MESA, LAS MUJERES TAMBIÉN AYUDAN A CONSERVAR LOS MANGLARES, UNA BARRERA NATURAL QUE ALBERGA INNUMERABLES ESPECIES ANIMALES Y PROTEGE LOS ASENTAMIENTOS COSTEROS COMO EL SUYO DE INUNDACIONES, MAREMOTOS Y VIENTOS HURACANADOS», ESCRIBE PARA LA AFP.
Una barrera natural contra desastres meterológicos
Elena Martínez, mostrando las manos colmadas de moluscos | Crédito: OSWALDO RIVAS / AFP
Los manglares de Nicaragua son una barrera natural contra inundaciones, maremotos y huracanes. Al mismo tiempo, es hogar para cientos de especies nativas, que dependen de los árboles y sus raíces para subsistir. Al ‘conchar’, las mujeres locales están también limpiando la tierra para que las raíces puedan expandirse en un entorno saludable.
Aunque es común que se lastimen los brazos y se arañen la piel expuesta, a las mujeres de Aserradores no les molesta ensuciarse. De hecho, es bien sabido que los hombres locales no participan en las jornadas de ‘conchar’, porque no quieren enlodarse, dicen las pescadoras.
OSWALDO RIVAS / AFP
Con cada jornada, Elena y sus compañeras regresan a casa con las manos y las balsas colmadas de moluscos:
«PARA NOSOTROS ES ALGO BIEN IMPORTANTE», DICE MARTÍNEZ A LA AFP. «AQUÍ VENIMOS A ENCONTRAR 10 DOCENAS O 12 DOCENAS, PERO ES SEGURO PARA LLEVAR EL SUSTENTO A NUESTRO HOGAR».
No sólo eso. Las mujeres se dedican a sembrar y reforestar el área que ha sido destruida en favor de la expansión urbana y la agricultura. Según Martínez, lo hacen pensando en su comunidad y las generaciones venideras: finalmente, éste es el sustento que les garantiza una fuente de ingreso fundamental y el bienestar alimenticio.
En el marco del día 8 de Marzo, la UNAM realiza la convocatoria para el Segundo Concurso de Canción Feminista con las siguientes bases:
La convocatoria va dirigida a mujeres feministas y personas feministas con identidades sexo-género disidentes, creadoras individuales o colectivas, nacionales o extranjeras, que sean mayores de edad.
Deberán mandar sus propuestas a partir del 8 de febrero y hasta las 23:59 horas del 19 de marzo del 2023.
La canción deberá presentarse en formato MP3, ser inédita, de género e instrumentación libre y que se asuma feminista, ya sea por su letra, por cómo fue creada o por lo que enuncia vocal o composicionalmente, de una duración mínima de dos y máxima de siete minutos.
Deberán presentar sólo una solicitud de participación. De no cumplirse con este punto, sólo se tomará en cuenta la primera solicitud que se haya ingresado.
Se debe comprobar, a través del registro de derechos de autor (INDAUTOR o el equivalente para países extranjeros), la pertenencia de la canción propuesta.
El jurado, conformado por tres destacadas profesionales de la música y reunido especialmente para esta convocatoria, elegirá tres canciones finalistas.
Las interesadas deberán mandar sus propuestas hasta las 23:59 horas del 19 de marzo de 2023 a través del registro en línea que está disponible aquí.
Los premios son los siguientes:
Primer lugar: 10 mil pesos.
Segundo lugar: 5 mil pesos.
Tercer lugar: 3 mil pesos.
Las finalistas realizarán una presentación en vivo el próximo 13 de mayo y para tomar la decisión de la canción ganadora del concurso, se realizará la presentación en el Foro Alicia Urreta de Casa del Lago de la máxima casa de estudios.
La persona ganadora o ganadoras, estrenarán la canción que haya sido elegida en la barra de programación de Radio UNAM y Violeta Radio como estreno mundial.
María, de siete años, agarra un vaso de papel con sus dos manos para calentarse. Al otro lado de su madre, Valentina, está Irina, de 12, que se recuesta sobre su mamá buscando un lugar donde descansar. Las tres están solas ante un destino incierto en la estación de Záhony, en la frontera de Ucrania con Hungría. Acaban de salir del país en tren, a la espera de que un amigo lejano de la familia que viene desde Alemania se acerque a recogerlas para llevarlas a un país para ellas desconocido.
Cuando esto pasó era 7 de marzo, casi el punto de arranque desde que el presidente ruso Vladimir Putin ordenó, bajo el pretexto de su «operación militar especial», atacar al país vecino. Pasaron solo 12 días entre el inicio de la guerra y la huida de esta familia de mujeres, para las que en aquellos días pasó una vida entera.
Antes, estuvieron varias noches en el corredor del apartamento conteniendo el aliento para que el edificio no fuera alcanzado por los militares rusos. Horas y horas en la tumultuosa estación de ferrocarriles de Járkiv –noreste de Ucrania– en busca de un sitio en cualquier tren que las sacara de allí y las trasladara al oeste de Ucrania, que entonces permanecía alejada de los cohetes y los misiles de Moscú. Y también lejos de las caravanas de tanques que intentaban tomar el control de Kiev, la capital, y otras ciudades del país.
Ancianas ucranianas sentadas en el autobús durante una evacuación de civiles en Soledar, región de Donetsk, Ucrania, martes 24 de mayo de 2022.AP – Andriy Andriyenko
Antes de tomar la determinación de salir, lo más triste fue dejar atrás su colegio, sus amigas, su cuarto… y especialmente a su padre. “Me hace mucha falta, no sé cuándo lo voy a volver a ver”, decía entonces María, la hija menor, mientras se agarraba a ese vaso con té caliente que le dieron los voluntarios que, como en otros puntos fronterizos ucranianos, se desplegaron para asistir a las cientos de miles de mujeres y niños de todas las edades que dejaban el país.
La ley marcial ordenada por Zelenski que separó a las familias
A ellas las acompañaban solo jóvenes menores de 18 años y hombres mayores de 60: la ley marcial decretada inmediatamente por el Gobierno de Zelenski impidió a los demás hombres salir del terreno, con el objetivo de que se sumaran al frente para combatir en una guerra aún más incierta de lo que es hoy, un año después.
A Valentina, el inicio de la guerra la tomó junto a sus hijas en Járkiv. Su marido no estaba junto a ellas porque trabajaba en el Donbass –región del este de Ucrania actualmente en disputa entre Rusia y Ucrania– en una de las decenas de minas que hay en el territorio.
Al inicio de la guerra, allí seguían explorando en las profundidades de la tierra, a pesar de que se pensó que entre las intenciones predilectas del Kremlin estaría atacar esa área del oriente ucraniano, que ya llevaba ocho años inmersa en un conflicto armado silencioso, ajeno, en parte, al resto del mundo.
Unas mujeres se cogen de la mano mientras caminan tras recibir su ayuda alimentaria humanitaria del ayuntamiento de Selidove, en el óblast de Donetsk, en el este de Ucrania, el viernes 15 de julio de 2022.AP – Nariman El-Mofty
En marzo de 2022 las provincias de Lugansk y Donetsk, en el Donbass, ya estaban bajo control de las fuerzas separatistas prorrusas. Entonces, parecía inminente una ofensiva para tomar el control total de la región. Un temor materializado en la actualidad, cuando los combates llevan meses intensificándose bajo la voluntad de Putin de hacerse con todo el territorio luego de decretar la independencia de ambas «repúblicas» a finales de septiembre del pasado año mediante referendos catalogados de «ilegales» por la comunidad internacional.
«Tenemos que salir adelante»
“Tengo que ser fuerte, no tengo otra opción”, dice Valentina mientras abraza a su hija mayor en una de las bancas. Ucrania entonces se llenó de ‘Valentinas‘. Mujeres con niños pequeños que trataban de buscar sitios en los trenes de estaciones ferroviarias reconvertidas en centros de recepción y acogida de migrantes. Todas en situaciones similares: solas, con sus hijos o padres mayores a cargo, enfrentándose a una realidad desconocida y con la tristeza de dejar atrás a sus parejas, maridos, padres e hijos mayores en edad de combatir.
“Ahora ellas solo me tienen a mí y tenemos que salir adelante”, contaba mientras se le aguaban los ojos, como a las otras madres que terminaron por cruzar la frontera. En ese momento, al terror de la guerra se sumaba el horror de convertirse en refugiadas.
El equipo de France 24 hizo el camino inverso: cruzó a Ucrania para contar estas historias. Solo entonces se pudo dimensionar la serie de dificultades por las que pasaron las mujeres en su periplo de salida.
Mujeres recogen pertenencias en su apartamento destruido por un ataque aéreo ruso en Bakhmut, región de Donetsk, Ucrania, el sábado 7 de mayo de 2022.AP – Evgeniy Maloletka
Las estaciones de tren eran un infierno donde la angustia, el miedo y el dolor materializaban sus significados. Siempre mujeres partiendo, hombres diciendo adiós, niños aterrados sin entender qué pasaba.
Las carreteras estaban tan congestionadas que tardaban días en hacer trayectos que en una situación normal no se demoraban más de un par de horas. El horror de lo que dejaban atrás se veía en pequeños detalles: parabrisas rotos, carros agujereados, letreros con la palabra «niños» como elemento disuasor de los ataques.
Ellas saben que son las que tienen que sostener la sociedad mientras los hombres defienden
En cada ciudad del occidente y del centro de Ucrania se abrieron centros de ayuda para quienes iban en camino al extranjero o buscaban refugio en una zona que entonces era más segura.
En Ivano-Frankivsk, urbe importante del oeste ucraniano, Valentina, psicóloga de profesión, corre de un lado para otro en una escuela convertida en centro de atención. Reparte ropa, comida y carros de juguete para niños. Junto con otras colegas ofrecen apoyo a mujeres que tuvieron que huir de las bombas. Muchas lo perdieron todo.
“Tienen que sacar fuerza, ellas saben que son las que tienen que sostener la sociedad mientras los hombres defienden”, relata Valentina.
Las distintas luchas de las mujeres, la otra guerra en Ucrania
Irina, madre soltera, trabajaba en la cocina de un restaurante antes de la guerra. No tenía a nadie que la defendiera. Decidió recibir entrenamiento militar bajo la nieve, en la calle. A falta de armas reales, usaba reproducciones de madera que cargaba como si le fuera a salvar la vida. “Lo hago porque tengo que estar preparada para defender a mi hijo, nadie más lo hará por mí”, dijo esta mujer, que decidió quedarse en el país.
Su propósito: estar lista para defender a su hijo si algo llegaba a pasar. Ella permaneció como civil, pero otras miles de mujeres dieron un paso adelante y se alistaron para ir al frente.
Una mujer de pie en una cama improvisada dentro de un refugio antiaéreo, donde ha estado durmiendo durante más de 8 meses junto con otros diez residentes permanentes, en la planta baja de su edificio en el centro de Mykolaiv, Ucrania, lunes, 24 de octubre de 2022.AP – Emilio Morenatti
María también decidió permanecer en Mikolaiv, una ciudad del suroccidente del país que estuvo a punto de ser tomada por las tropas rusas que llegaron a la entrada de lo que en tiempos de la Unión Soviética fue el principal astillero del Mar Negro. Allí pasó noches enteras en los refugios subterráneos con el miedo de no saber qué iba a encontrar en las calles cuando saliera.
La misma escena se repetía en otros refugios de la urbe, donde mujeres con niños, pero sobre todo personas mayores, pasaban las horas en medio de la incertidumbre. Los ataques rusos eran motivo de evacuaciones constantes de civiles, pero había quien, pese a todo, se resistía a abandonar su casa.
Un grupo de mujeres espera el comienzo de un servicio religioso para conmemorar a los caídos durante la ocupación rusa en Zdvyzhivka, a las afueras de Kiev, el sábado 30 de abril de 2022.AP – Emilio Morenatti
Entre tanto, el Ejército de Kiev acaba de lograr la gran victoria, en el marco de su contraofensiva otoñal, haciendo retroceder a las tropas rusas hacia las cercanías de Jersón –sur–, la única capital de provincia que antes había caído en manos de los militares del Kremlin. No obstante, el precio que se estaba pagando por esa osadía era gigante. Entre tanto, María lloraba a las afueras de la morgue. En los cuartos se acumulaban los cadáveres. Tantos, que los forenses no daban abasto.
Resiliencia pese a las bombas
Tal vez algún día se sepa con precisión cuántas mujeres y hombres murieron, pero en la morgue de Mikolaiv se vieron muchos cuerpos cubiertos con uniformes, civiles, de mujeres y niños. María buscaba a su padre, que había desaparecido mientras ayudaba en un colegio-refugio que había sido atacado por los rusos días antes. Minutos después de llegar, su hermano salió con las manos en la cara: allí estaba el cuerpo de su padre. Había muerto abatido por un misil.
Ante la crudeza de la realidad, María se replanteó el futuro: dijo que marcharía y buscaría refugio en el oeste del país. María viajó en dirección contraria a la de su homónima, de 65 años que, como miles de mujeres mayores estaba dispuesta a vivir en el infierno antes que abandonar su casa y empezar una nueva vida en un lugar desconocido, a pesar de los constantes bombardeos rusos que llegaron a alcanzar lugares muy próximos a su hogar, hasta que irrumpieron en su apartamento.
Fue una bomba racimo. Las ventanas de su casa quedaron en mil pedazos, como las de muchas de sus vecinas. Varias de ellas buscaron refugio en el sótano del edificio, donde la única compañía eran los gatos. Para entonces vivían allí no solo por el temor a un nuevo ataque, sino por el frío.
“Yo soy rusa, mi padre era ruso, pero ahora dicen que vienen a salvarnos… ¿A salvarnos de qué? ¿Qué es este tipo de salvación?”
Ella, como otros miles de ucranianos mayores, había crecido en tiempos de la Unión Soviética y aún tienen un fuerte vínculo con el ruso y la cultura del país vecino. “Tengo mucha rabia. ¿Cómo nos hacen esto?”, exclamaba entonces María al tiempo que se quitaba las gafas para secarse las lágrimas.
El sótano donde se refugió tenía el piso de tierra: allí, junto a sus vecinas, pasaba las horas sentada en sillones que habían logrado bajar desde sus casas, junto con algunos colchones esparcidos en el suelo que protegían de la humedad con plástico y cartones.
Una anciana espera a ser evacuada de un hospicio en la ciudad de Chasiv Yar, distrito de Donetsk, Ucrania, el lunes 18 de abril de 2022.AP – Petros Giannakouris
Las señoras sobrevivían gracias a la comida y productos de aseo que les iban llevando los grupos de voluntarios. Entonces, María se quejaba de que se habían agotado las medicinas. Pero ninguna vicisitud la llevó a dejar su casa.
“¿A dónde voy a ir? Este es el lugar al que pertenezco”
Ha sido una de las respuestas más comunes que se han escuchado durante este último año en toda Ucrania, especialmente en los lugares donde la guerra se ha asentado con mayor crudeza, como Severodonetsk, Lysychansk, y posteriormente en Bakhmut –todas urbes ubicadas en la región del Donbass–, donde miles de mujeres decidieron quedarse pese a los riesgos intrínsecos de la guerra.
“Muchas noches pienso que me tengo que ir, que no puedo más, pero cuando amanece y empieza un nuevo día no soy capaz de hacerlo”, exclamaba Natalia en enero de 2023 en Bakhmut, mientras al lado se seguía escuchando el rugir de las explosiones.
Una tras otra: escenario habitual desde el verano, cuando Moscú, y especialmente sus paramilitares del Grupo Wagner lanzaron una ofensiva para hacerse con el control de esta ciudad en el centro del Donbass. “Aquí tengo mi casa, no tengo a nadie”, relataba María. Su única compañía es su perro, que la seguía hacia el centro de distribución de alimentos.
Allí, en una casa convertida en centro de atención, un grupo de mujeres atienden a decenas de personas que llegan en busca de un poco de comida y medicinas.
Mujeres locales se reúnen en la entrada de un edificio de apartamentos dañado por los intensos combates en una zona controlada por las fuerzas separatistas apoyadas por Rusia en Mariupol, Ucrania, martes 26 de abril de 2022.AP – Alexei Alexandrov
“He decidido que no me iré de aquí hasta que el Ejército me diga que tengo que hacerlo. Que si no me voy me quedaré encerrada aquí con los rusos. Hasta entonces ayudaré a esta gente”, explica Irina, una mujer de 36 años que decidió quedarse para apoyar a los casi 6.000 habitantes que aún no han salido.
Otra Irina, ya en sus 40, decidió partir meses atrás a pesar de sus promesas anteriores de permanecer. Pero el supermercado en el que trabajaba cerró y su casa quedó dañada tras un ataque. En los últimos meses se trasladó a un pueblo cercano, donde comparte vivienda con una amiga.
Su sueño era poder regresar a Bakhmut, pero con el pasar de los días se torna un deseo improbable en medio de los combates. Si los ucranianos logran retenerla finalmente –escenario complicado en la actualidad–, tomará mucho tiempo volver a una ciudad en ruinas, sin agua ni electricidad.
Aún frente a esta perspectiva de futuro, Irina no pierde el optimismo. Reconoce que por momentos se siente triste y con rabia, pero confía en que todo acabará con una victoria para Ucrania. “Ese día tiene que venir a celebrar con nosotros”, dice al despedirse con un abrazo.
Firme, entera y determinada, como millones de mujeres ucranianas que saben bien que una buena parte de la responsabilidad de levantar el país dependerá de ellas.
Siete mujeres fueron asesinadas diariamente en enero en el país, esto es una más que en el mismo periodo del año pasado.
El mes anterior hubo 230 víctimas mujeres de homicidio doloso, lo que representa un incremento de 8 por ciento en este delito con respecto a las 213 de enero de 2022, según cifras del informe sobre Violencia contra las Mujeres del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Si se suman las 72 víctimas de feminicidio de enero con los 230 asesinatos señalados, da un total de 302 mujeres que perdieron la vida de manera intencional en el primer mes de 2023. Cabe destacar que las fiscalías o procuradurías estatales clasificaron y reportaron al SESNSP, 396 víctimas mujeres de homicidio culposo ocurridas durante enero; la cifra más alta desde 2015 que se publicó el registro de incidencia delictiva.
La mayoría de las mujeres asesinadas en el país tienen 18 años o más, y en víctimas por cada 100 mil habitantes encabezan la lista Colima, 3; Zacatecas, 2: Baja California, 1; Guanajuato 1; Chihuahua, 1. En números absolutos, Estado de México ocupa el primer lugar en enero, con 34 víctimas; Guanajuato, 32; Baja California, 22; Zacatecas, 20; Chihuahua, 16; Jalisco, 14; Michoacán, 14; Colima, 12; Sonora, 12.