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  • La apuesta del Gobierno colombiano por evitar que los empleadores abusen de las mujeres

    La apuesta del Gobierno colombiano por evitar que los empleadores abusen de las mujeres

    Con un equipo inicial de cincuenta mujeres entre abogadas, ingenieras, economistas y administradoras, el Ministerio de Trabajo lanzó hoy el piloto del grupo élite de inspección laboral con enfoque de género. En un evento que dio inicio a las diferentes actividades en conmemoración del 25 de noviembre, día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez presentó la iniciativa que cuenta pocos con antecedentes similares en la región. Como muestra de su relevancia, la acompañaron el presidente Gustavo Petro, la consejera presidencial para la equidad de la mujer, Clemencia Carabali, y otras mujeres del gabinete.

    Las primeras acciones de inspección, que son las que hace el Ministerio para verificar que en los lugares de trabajo se respeten las normas, se llevarán a cabo en el marco de los 16 días de activismo contra la violencia de género, una campaña anual propuesta por el Instituto para el Liderazgo Global de las Mujeres. La delegación hará presencia en diferentes departamentos, siempre integrada por mujeres diversas, como indígenas, afro, transgénero y jóvenes, que cuentan con formación en género.

    Sus labores tendrán un fuerte énfasis pedagógico, con las sanciones como último recurso. Buscan principalmente promover ambientes laborales seguros y que permitan enfrentar las brechas laborales y concientizar sobre las numerosas violencias contra la mujer que se dan en los ámbitos laborales. — formales e informales — tales como menor remuneración por igual o más trabajo que el de sus pares varones o la sobrecarga laboral. “Cuando pensamos en violencia en el ámbito laboral lo que piensan es en el acoso sexual, sin embargo, queremos ampliar la mirada y abarcar los diferentes tipos de violencias que se ejercen contra las mujeres, como lo detalla la Ley 1257″, aseguró Magda Alberto, asesora en temas de género del Ministerio.

    Gustavo Petro da un discurso durante el evento.
    Gustavo Petro da un discurso durante el evento.GOBIERNO DE COLOMBIA

    Precisamente, varios de los obstáculos que sufren las mujeres fueron registrados en el segundo informe ‘Mujeres y hombres: brechas de género en Colombia’ publicado el pasado 17 de noviembre por ONU MUJERES y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). El informe presenta datos alarmantes como que la proporción de mujeres rurales mayores de 15 años sin ingresos propios pasó de 35,9% a 51,8% en el último año, profundizando la feminización de la pobreza.

    El piloto es parte del objetivo del Ministerio de promover políticas públicas que fomenten la equidad de género, que espera que incorporen los demás equipos de inspección laboral. El Ministerio también impulsará herramientas que permitan aumentar la formalización laboral y el acceso al trabajo de las mujeres, pues son dos de las barreras más agudas que enfrentan en Colombia. Para ello busca que Colombia ratifique el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que “reconoce el derecho de toda persona a un ambiente de trabajo libre de violencia y acoso, incluidos la violencia y el acoso por razón de género”.

    Magda Alberto, explica que el Ministerio enfrenta retos para hacerle frente a los problemas de desigualdad: “Encontramos un ministerio debilitado en relación con la transversalización del enfoque de género. En el período del expresidente Santos se habían iniciado algunas acciones en términos de equidad laboral, pero quedaron abandonadas por el gobierno anterior de Iván Duque”. Eso, aunado a la crisis sociosanitaria por la pandemia, empeoró el panorama laboral para las mujeres: según los datos más recientes del DANE, su tasa de desempleo es del 13,3% versus un 8,8 % de los hombres. Con la delegación piloto, Colombia se une a Costa Rica y Uruguay para ser uno de los apenas tres países en la región que cuentan con equipos de inspección laboral con enfoque de género. En el cierre del evento de lanzamiento, la ministra Ramírez dijo que busca cerrar la brecha salarial de género y redistribuir las labores de cuidado no remunerado que empobrecen de manera particular a las mujeres y población LGBTIQ+. “Es una apuesta feminista por un trabajo decente, sin miedo y sin violencias de género. El cambio está siendo con las mujeres”, concluyó.

  • Refugios enfrentan falta de recursos; atención a Mujeres

    Refugios enfrentan falta de recursos; atención a Mujeres

    La violencia contra las mujeres no cede. En tanto, en la Ciudad de México sólo hay dos refugios de la sociedad civil para estas víctimas de violencia y enfrentan una situación crítica porque no llegan los recursos a tiempo o, peor aún, no hay tales.

    “Este año Conavim (Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres) nos dio el dinero hasta junio, o sea, que de enero a mayo estuvimos sin recursos”, dijo a Excélsior Marilú Rasso, directora de Espacio Mujeres para una Vida Digna Libre de Violencia A.C., uno de esos dos centros de la sociedad civil.

    Sobre ese escenario, consideró la conveniencia de allegarse de recursos del gobierno local, como ya está sucediendo en otras entidades del país.

    “Antes, la Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México abría convocatoria para proyectos de coinversión, pero este año ya no la abrieron, no sabemos por qué”, dijo.

    La presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso local, Ana Francis López Bayghen (Morena) comentó al respecto: “Sé que los refugios de la sociedad civil han hecho un trabajo extraordinario, pero creo que debería ser la Secretaría de la Mujer la que tendría que analizar el tema  y definir donde se necesitan más los recursos, si en estos refugios de sociedad civil o en las Lunas (unidades territoriales de atención y prevención de la violencia de género del gobierno de la ciudad) para que amplíen su horario”, pues sólo dan atención de las 09:00 a las 17:00 horas.

    Rasso respondió: “Eso es entender muy poco la problemática de violencia contra las mujeres, pues los refugios son el mecanismo más eficiente en la prevención de feminicidios y nosotras tenemos centros de atención externa y refugio: muchísimas de las mujeres que llegan con nosotras son referidas de los centros de justicia y de las Lunas.

    “Porque las mujeres saben que pueden confiar en las organizaciones de la sociedad civil, que las vamos a recibir sin cuestionarlas, sin dudar de ellas, sin revictimizarlas y eso desgraciadamente no sucede con las instancias de gobierno, en los refugios (tres casas de pernocta) de gobierno tiene que haber una denuncia ante la fiscalía para que las reciban, y en los refugios de las organizaciones civiles no se requiere la denuncia”.

    Daniela Álvarez, diputada local de la Asociación Parlamentaria Ciudadana coincidió con Rasso: “El servicio que otorgan las Lunas ha sido muy deficiente y considero que el Congreso de la Ciudad de México sí tendría que contemplar en el presupuesto de 2023 recursos para los refugios de la sociedad civil; nosotros sí apoyaríamos esa iniciativa”.

    En el caso de Fortaleza Centro de Atención Integral a la Mujer, IAP, su directora, Leticia Hernández, narró que “fue el primer refugio de sociedad civil en la ciudad, se fundó hace 28 años y hemos venido creciendo, pero con cada cambio de administración -federal- ha habido más incertidumbre en la entrega de los recursos.

    “Por un tema administrativo no hemos podido acceder a recursos federales en 2021 ni en 2022, por lo que ha sido difícil la operación”.

    Espacio Mujeres tiene un Centro de Atención Externa (CAE), donde otorgan terapia sicológica y asesoría jurídica a mujeres víctima de violencia; un refugio para mujeres que necesitan estar protegidas de su agresor y contar con un espacio seguro, y una casa de transición, donde se les prepara para ser autosuficientes y volver a hacer su vida fuera del refugio.

    En el refugio recibieron el año pasado a 28 mujeres, 18 niñas y 16 niños. Este año han recibido a 20 mujeres, 14 niñas, 10 niños y dos adolescentes.

    En 2021 recibieron nueve millones 154 mil pesos federales y 350 mil pesos de fondos de coinversión de la Secretaría de las Mujeres. Este año recibieron menos recursos federales: nueve millones 107 mil 692 pesos y cero pesos de la secretaría.

    En Fortaleza Centro de Atención Integral tienen dos inmuebles propios, en los que tienen un centro de atención externa, donde se da atención sicológica y asesoría jurídica; una Casa de Emergencia que trabaja las 24 horas, los 7 días de la semana, y un refugio donde las mujeres y sus hijos pueden permanecer hasta tres meses.

    En 2021 dieron atención a 213 mujeres y a sus hijos, además la alcaldía Álvaro Obregón abrió un refugio en alianza con esta IAP.

  • El fútbol como herramienta para que las mujeres nos apropiemos de espacios y así se reduzca la violencia

    El fútbol como herramienta para que las mujeres nos apropiemos de espacios y así se reduzca la violencia

    Durante 2021, la mayor prevalencia de violencia contra las mujeres de 15 años y más a lo largo de la vida se registró en el Estado de México (78.7 %), de acuerdo con cifras del INEGI. Incluso hay números que señalan a Ecatepec como el municipio más peligroso en el país para ser mujer.

    Los actos de violencia contra las mujeres se dan en diferentes espacios, incluso públicos, con lo que, de acuerdo con la asociación civil Más Sueños,  se crean sentimientos de temor e inseguridad.

    Esas violencias hacia las mujeres y los roles de género influyen en la apropiación y configuración de los espacios públicos de la ciudad, y esos sentimientos de temor en la vida adulta pueden tener consecuencias como la limitación de libertades y derechos como ciudadanas.

    Ante ese panorama de violencia en espacios públicos, Más Sueños tiene una propuesta para que la mujeres se apropien de espacios que históricamente se le han negado: las canchas de fútbol.

    El proyecto se llama Torneo Violeta, iniciativa que combina un evento deportivo de fútbol, una jornada informativa y de salud, así como talleres y capacitaciones, dirigidos a mujeres de comunidades con altos índices de violencia, marginalidad y pobreza.

    Torneo Violeta

    Facebook de Más Sueños A. C.

    Desde 2019 se han realizado 11 ediciones del Torneo Violeta, llegando a comunidades como San Juan Ixhuatepec en Tlalnepantla, San Pedro Xalostoc en Ecatepec, Teotihuacan, las alcaldías Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero en CDMX, y Pachuca en Hidalgo.

    En cada torneo se impacta directamente a alrededor de 1,000 personas, incluyendo niñas, niños, adolescentes y mujeres trans.

    Durante el evento también se realiza una feria de información, en la que aproximadamente 30 asociaciones civiles ofrecen recursos y material para las mujeres y sus familias, donde aprenden sobre derechos humanos, la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, así como salud sexual y reproductiva, entre otros temas.

    Torneo Violeta

    Y, para ampliar el proyecto y llevarlo a más lugares, Más Sueños se alió con Uber. Para 2023, Torneo Violeta se expandirá a tres eventos en los que se espera que en cada uno participen hasta 30 equipos de mujeres de todas las edades.

    El próximo Torneo Violeta se realizará en marzo de 2023 en la alcaldía Milpa Alta de la CDMX. Para inscribir a tu equipo en algún evento puedes consultar las redes de Más Sueños.

  • Mujeres, las más afectadas por violencia docente

    Mujeres, las más afectadas por violencia docente

    La violencia docente, que se presenta en la mayoría de los casos como acoso y hostigamiento sexual, es un problema que persiste y afecta a una gran parte de la población estudiantil en México, particularmente a las mujeres, advirtió el Senado.

    Para atender esta problemática, la Cámara Alta pidió a los 32 congresos estatales revisar y, en su caso, armonizar su legislación para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia en el ámbito docente, especialmente el acoso y hostigamiento contra estudiantes, dentro y fuera de las instalaciones educativas.

    La priista Verónica Martínez García recordó que, en 2019, en México se llevó a cabo un movimiento de denuncia anónima, denominado #MeToo, para casos de acoso y violencia contra las mujeres, que tuvo un impacto en el ámbito académico, ya que en menos de un mes se recibieron denuncias en contra de 349 personas, de las cuales 36 pertenecían al nivel medio superior y 313 a universidades, lo que evidenció que los canales formales e institucionales de denuncia no están sirviendo, además de que las instituciones de educación no cuentan con protocolos que orienten a las estudiantes sobre cómo presentar una denuncia.

    Por ello, el dictamen aprobado pide a los congresos estatales incluir, en su caso, la creación de unidades de género en las diversas entidades de educación pública, con protocolos y personal especializado en la atención de este tipo de delitos, con el fin de atender y abatir el fenómeno del hostigamiento y acoso en contra de las y los estudiantes.

    El dictamen destaca que el acoso escolar se caracteriza por actos premeditados para provocar un daño, que se repiten y prolongan durante un tiempo, con un desequilibrio y desigualdad de fuerzas entre la persona agresora y la víctima, y que generalmente ocurren frente a otros compañeros, espectadores o cómplices que legitiman el comportamiento de la persona agresora. Señala que se trata de una problemática que afecta más a las mujeres, pues, de acuerdo con el Inegi, 25.3% del total de mujeres de 15 años o más que asistieron a la escuela alguna vez en su vida sufrieron algún acto de violencia.

    La UNESCO reportó que niñas y adolescentes tienen más probabilidades de sufrir ciberacoso respecto a los niños.

  • Quién fue Adela Velarde, la mujer que dio nombre a las mujeres de la Revolución mexicana conocidas como “adelitas”

    Quién fue Adela Velarde, la mujer que dio nombre a las mujeres de la Revolución mexicana conocidas como “adelitas”

    Toda revolución necesita un héroe y una musa.

    Adela Velarde Pérez fue las dos cosas.

    Pero, como sucede con todos los mitos identitarios, en la historia de esta mujer que posiblemente inspiró el corrido más famoso de la revolución mexicana y dio nombre a las «adelitas», se entreteje la memoria y la leyenda.

    La imagen de Adela Velarde, jovencísima, de ojos grandes, mirando intensamente a la cámara bajo su enorme sombrero, agarrando una bandera mexicana en una mano y una espada en la otra, su diminuto cuerpo cruzado por un cinturón de balas, encarna la esencia de un espíritu nacional, de una identidad mexicana valiente y revolucionaria.

    Ella representa a las miles de mujeres anónimas que se unieron a la Revolución mexicana (1910-1920) a las que se conoce como «adelitas», y que consiguieron derrocar la dictadura de Porfirio Díaz.

    El corrido de «La Adelita», quizás el más famoso de toda la época de la revolución, se cantaba obsesivamente en los frentes y hoy se sigue escuchando, popularizado por cantantes como Jorge Negrete o Amparo Ochoa.

    Sin embargo, la historia de la «Adelita» original sigue siendo en parte un misterio.

    Qué sabemos de la «Adelita» real

    Se sabe que nació en el estado de Chihuahua, probablemente en Ciudad Juárez, en el año 1900, en el seno de una familia acomodada.

    Según la biografía que el gobierno de México tiene sobre ella, fue nieta del destacado general juarista Rafael Velarde, que luchó contra las tropas francesas.

    Siendo aún adolescente se unió a las filas de la revolución, apoyando a la Asociación Mexicana de la Cruz Blanca en labores de enfermería.

    Formó parte de la División del Norte del Ejército Constitucionalista, y posteriormente se incorporó al Cuerpo de Ejército del Noreste.

    El 22 de febrero de 1941, Velarde fue reconocida como «Veterana de la Revolución» por la Secretaría de Defensa Nacional mexicana y, según el Museo de la Mujer, fue nombrada miembro de la Legión de Honor Mexicana en 1962.

    Al acabar la revolución trabajó en Ciudad de México como mecanógrafa en la administración de Correos. En 1965 se reencontró con un coronel que había conocido en sus años de lucha, Alfredo Villegas, con quien se casó en 1965.

    Poco después, la pareja se mudó a Estados Unidos, donde vivió hasta su muerte en 1971, debido a un cáncer de ovario. Sus restos yacen en el cementerio de San Felipe, en Del Río, Texas.

    Mujeres y hombres sacan agua de un pozo durante la revolución mexicana.

    Getty Images

    Estas es, practicamente, casi la única información contrastada que se tiene de ella.

    A partir de ahí, casi todo son relatos, más o menos fabulados, inspirados por el romanticismo de su personaje.

    El mito la retrata como una muchacha valiente y bella, cuyos ideales revolucionarios la convirtieron en un ejemplo para otras mujeres que se unieron al alzamiento, a las que hoy se conoce como «adelitas» y que desempeñaron un papel fundamental en las guerrillas.

    Las «adelitas»

    Pocos han descrito el papel de las «adelitas» de una forma más hermosa que la escritora Elena Poniatowska en su libro «Las indómitas».

    «Yo te doy agua. Yo llevo las ollas y las cazuelas para hacerte tu comida. Yo te despiojo. Yo te lío tu petate. Yo te lavo tu ropa. Yo junto la leña para hacer lumbre. Yo te aceito tu fusil. Yo te prendo tu cigarrito, y si no hay tabaco, te hago uno de macuche, aquí tengo hojas de maíz. Yo cargo tu Mauser y tus cartuchos. Yo cuido de que no se moje la pólvora. Yo te hago casa en el campo de batalla. Yo soy tu colchón de tripas. Yo tengo a tu hijo en la trinchera».

    Cartel antiguo sobre las mujeres de la revolución mexicana.

    Getty Images

    Sin ellas, afirma la autora mexicana, no habría habido revolución. Muchas fueron llevadas por sus hombres, esposos, padres o hijos, al combate como apoyo. Otras fueron obligadas a participar por la fuerza y, aunque la mayoría ejercía apoyos básicos y de enfermería, algunas llegaron a tener cargos importantes.

    Después de haber dado sangre, sudor y lágrimas en la batalla, con el fin de la guerra la mayor parte de estas mujeres regresaron a los antiguos roles que la sociedad les deparaba, y sus hisotrias de olvidaron.

    Solo un puñado de nombres de «adelitas» han sobrevivido al anonimato de la Historia, entre ellos el de Adela Velarde, en gran parte gracias al corrido que lleva su nombre.

    Mujeres, niños y hombres en una plaza de Tampico durante la revolución mexicana.

    Getty Images
    Tras la revolución, gran parte de las mujeres volvieron a sus roles tradicionales.

    La versión más edulcorada de la historia de esta famosa canción, que se convirtió en símbolo de la revolución y responsable de que medio mundo hispanohablante no pueda escuchar la palabra «Adelita» sin tararear «se fuera con otro…», la narra el historiador mexicano José Alberto Galindo.

    La leyenda

    Galindo es el autor del libro «Un cielo lleno de metrallas: La verdadera historia de la Adelita», en el que relata la siguiente historia:

    Velarde entró en el ejército revolucionario como enfermera, por lo que fue repudiada por su familia, que consideraba, como otras de su época, que las mujeres solo podían abandonar el hogar de su familia para casarse.

    Al poco de unirse a la revolución, la joven conoció a Antonio Gil Del Río Armenta, sargento del ejército de Pancho Villa, y ambos mantuvieron un tórrido romance.

    De acuerdo con algunos relatos no corroborados, ambos tuvieron un hijo, que más tarde moriría en la Segunda Guerra Mundial.

    La historia de amor tuvo también un final trágico.

    Hombres y mujeres marchan durante la revolución mexicana.

    Getty Images

    El sargento fue alcanzado por una bala en la ciudadad de Gómez Palacio, y murió en los brazos de su amada. Sin embargo, antes de fallecer, le pidió a su enamorada que mirara dentro de su petate, donde Velarde encontró un papel con la letra de la canción que se convertiría en un himno nacional revolucionario. Ella había sido su musa y sería su último amor.

    ¿Demasiado perfecto? Pues hay más.

    Según Galindo, la letra de la canción no estaba completa, por lo que Gil Del Río Armenta le cantó allí mismo, y con su aliento postrero, la última estrofa, que Adelita apuntó en el papel de su puño y letra.

    Algunas versiones dicen que esta última estrofa dictada al borde de la muerte fue la que dice: «Si acaso yo muero en campaña /y mi cadáver lo van a sepultar, /Adelita por Dios te lo ruego /que con tus ojos me vayas a llorar«.

    Sin embargo, en una entrevista con el diario «Excélsior» en 1948, la propia Velarde confirmó que fue ella quien inspiró al compositor, aunque el corrido original solo contaba con tres estrofas:

    «Popular entre la tropa era Adelita, /la mujer que el sargento idolatraba, /porque a más de ser valiente era bonita /que hasta el mismo coronel la respetaba.

    Y si Adelita se fuera con otro/ la seguiría por tierra y por mar; /si por mar, en un buque de guerra /si por tierra, en un tren militar.

    Si Adelita quisiera ser mi esposa, /si Adelita fuera mi mujer, /le compraría su vestido de seda /para llevarla a bailar al cuartel«.

    El historiador Galindo afirma, además, que el «coronel» que menciona la canción es, para rizar más el rizo, hombre con el que finalmente se casó Adela Velarde en 1965, Alfredo Villegas.

    Sin embargo, existen difrentes versiones sobre el origen de la canción que, según la Secretaría de Defensa Nacional (SDN) mexicana, fue difundida por la División del Norte entre 1914 y 1915.

    Según el libro «Las Fuerzas Armadas en la Revolución Mexicana», editado por la SDN en 2013, algunos atribuyen su autoría al joven capitán Elías Cortázar Ramírez, otros a un tal Ángel Viderique.

    Otra interpretación afirma que se trata de una canción anónima que el general Domingo Arrieta y sus tropas escucharon en el estado de Sinaloa, y otra más que el mismo general Arrieta se la encomendó a un maestro de su banda militar, Julián S. Reyes, para que la escribiera y la instrumentara.

    Pero en la creación de los mitos el relato es importante, y una buena historia de amor trágico siempre será más potente que un anodino encargo.

  • Optimización de las micro y pequeñas empresas, de la mano de las mujeres mexicanas

    Optimización de las micro y pequeñas empresas, de la mano de las mujeres mexicanas

    La pandemia de Covid-19 visibilizó las dificultades de los pequeños empresarios para sostenerse en una economía golpeada y, aquellos que lograron recuperarse, utilizaron la tecnología que tenían en sus manos para expandir su campo y captar a más clientes. Por esto, se hizo más eficiente el trato entre el consumidor y el comerciante, además del auge de los servicios de delivery que aumentaron significativamente con el confinamiento.

    El informe “Strive México: caminos hacia la resiliencia de las MYPES”, presentado el 8 de noviembre en la Ciudad de México, demostró que 86% de las microempresas reportaron afectaciones económicas por la Covid-19, siendo éstas las que tienen menos herramientas para prepararse y enfrentar una emergencia sanitaria como la de 2020.

    Una de cada tres micro y pequeñas empresas en México es liderada por una mujer y el informe apunta que hay bajos niveles de digitalización en sus procesos, lo que genera un acceso limitado a productos y servicios financieros.

    Strive México, que cuenta con la alianza de la consultora BFA Global y la Fundación Capital, es una iniciativa que busca apoyar a 400 mil micro y pequeñas empresas de manera personalizada en el país durante los próximos tres años, mediante herramientas para digitalizar sus operaciones.

    El Centro para el Crecimiento Inclusivo es el brazo de impacto social de Mastercard, financia programas con enfoque en la inclusión financiera y tiene un equipo de investigación para compartir datos y experiencias entre pequeños empresarios.

    Luz Gómez, vicepresidenta del Centro para el Crecimiento Inclusivo de Mastercard aseguró que la pandemia intensificó la carga para las mujeres entre el hogar y el trabajo. “Muchas empresarias tenían que estar en casa con sus niños. Hemos visto que por esa doble carga no invirtieron en sus negocios o en nuevas estrategias digitales para poder ser más resilientes en la fuerza laboral. Queremos ir cerrando esa brecha con este tipo de programas, acompañar a las mujeres y trabajar con otras mujeres que hayan digitalizado sus negocios”.

    Existe una cantidad importante de herramientas digitales que ayudarán a las MYPES en este proceso. Irina Valassi, Product Management de Mastercard, explicó en qué consistirán estos instrumentos. “En el proyecto habrá muchas herramientas: de conciliación de pagos, de administración financiera, para poder crear una página web y poder hacer ventas a través de esta página, tener presencia en redes sociales y que esa herramienta se traduzca en ventas.

    Mauricio Schwartzmann, Country Manager de Mastercard México, confía en el compromiso de inclusión financiera para alcanzar las metas en 2025. “Durante los próximos tres años nos vamos a estar acercando a 400 mil MYPES en México, muchas de ellas lideradas por mujeres para brindarle la capacidad de vender online”.

    Además, aseguró que desde 2015 al cierre de 2021, las iniciativas de digitalización global incorporaron más de 675 millones de personas a la economía digital. De esas, 25 millones son micro y medianas empresas.

    “La pandemia nos adelantó por lo menos cinco años en términos de la aceleración digital. En el mundo, los pagos sin contacto crecieron de manera brutal. En México todavía es una agenda pendiente y es parte de las iniciativas que nosotros presentamos a nivel local, ver cómo incrementamos esas capacidades digitales. No sólo en el mundo online, sino también en el mundo físico”.

    Las micro y pequeñas empresas concentran una gran parte de la generación de empleo en México. Su optimización traerá mayor competitividad en el mercado y hará de la economía global un espacio óptimo e inclusivo para todos los pequeños empresarios del país.

  • Ley Brazos Vacíos, la iniciativa para proteger derechos de mujeres que vivieron muerte fetal

    Ley Brazos Vacíos, la iniciativa para proteger derechos de mujeres que vivieron muerte fetal

    Eréndira tuvo un embarazo perfecto, médicamente cuidado y con buen pronóstico; sin embargo, como sucede con uno de cada cuatro bebés, su hija Briana perdió la vida en el quirófano, a causa de un padecimiento congénito.
    Sin embargo, Eréndira no pudo llevar a cabo su duelo dignamente, debido a los vacíos legales que invisibilizan a las mamás como ella, lo que desencadena múltiples injusticias para quienes perdieron a sus hijos e hijas durante el embarazo, al nacer o en los primeros días de vida.
    sto, a pesar de que tenía autorizada la licencia de maternidad en su trabajo, ésta le fue retirada bajo el argumento de que al morir su pequeña, ya no era mamá, por lo que tuvo que presentarse a laborar a las tres semanas de su cesárea, ya que tanto el IMSS como del ISSSTE sólo contemplan las incapacidades por maternidad, pero no por puerperio.

    La propuesta busca adicionar un permiso de 60 días para las mujeres que sufran muerte fetal. | Araceli López “No hay una incapacidad que abarque tu recuperación, tu estabilidad física, emocional y psicológica, que te adaptes nuevamente a tu trabajo, no hay algo que te proteja”, comenta Paola, víctima de despido injustificado tras la muerte de su bebé, César. 
    Luego de practicarle un aborto por riesgo de muerte, la empresa que al enterarse del embarazo intentó despedirla, logró su cometido sin que la Ley Federal del Trabajo la respaldara.
    Ambas activistas impulsaron la iniciativa de Ley de Brazos Vacíos que busca reconocer sus derechos laborales, de salud y sobre todo humanos, ante una situación invisibilizada pese a los altos índices de mortalidad perinatal.
    Con ella, piden que en la Ley Federal de Trabajo se incorpore un permiso especial por 60 días para su recuperación física, emocional y psicológica, además de que se otorgue un descanso de cinco días por luto a sus parejas.
    Violencia obstétrica
    La propuesta también pretende combatir la violencia obstétrica con un espacio exclusivo para ellas en los hospitales, pues no hay normativas que orienten al personal de salud sobre el trato digno que merecen, por lo que son obligadas a permanecer en el mismo espacio con otras mamás cuyos bebés nacen sanos, sin considerar el dolor que representa para ellas.
    “Lo que vivimos nosotras es un trauma, y un trauma se detona con los estímulos y todo el tiempo hay estímulos: ves a una mamá embarazada, ves un bebé, ves comerciales, todo relacionado con la maternidad”, refirió Eréndira.
    Aunque los médicos sabían que tenían que practicar el aborto, tuvieron a Paola durante tres días con su hijo vivo en el vientre, expuesta a otras mamás, por lo que acusó que “no hay separación de mamás que están teniendo a sus bebés y de nosotras que lamentablemente ya tenemos la noticia de que nuestros bebés no van a vivir”.
    La propuesta busca garantizar los derechos laborales de las mujeres. | EFE
    “Este tipo de torturas, esta violencia institucional que se les está ejerciendo es necesario erradicarla totalmente, como todas las formas de violencia contra las mujeres”, aseveró Mildret Sainz, cofundadora de la Unidad de Madres Protectora Caminemos Juntas.
    De aprobarse la Ley de Brazos Vacíos, la siguiente partida presupuestal destinaría un recurso para la creación de bancos de leche materna, con el objetivo de que las mamás que recién perdieron un bebé tengan la libertad de donar la leche que siguen produciendo sin necesidad de recurrir a medicación para cortarla.
    “Sales del hospital, no hay información sobre la donación de leche, de lactancia… cuando voy a la consulta normal, me dicen ‘pues te voy a tener que dar medicamento’, cortaron el proceso y es como arrancarte otra parte de ti, porque es algo que tú contabas para darle a tu bebé y el bebé no está”, describió Paola.
    “Al cuarto día que estaba yo acostada en la madrugada, me desperté porque estaba empapada, y fue horrible, era la leche. Al otro día le marqué a mi ginecóloga y me dijo: toma tal medicamento, a tales horas y véndate los pechos”, agregó Eréndira.
    Ante estos casos, la legislación representaría una reducción en los riesgos de salud que conlleva cortar la producción de leche químicamente, mientras que respetaría el derecho de ellas a decidir sobre su cuerpo y al mismo tiempo el de otros bebés a la lactancia materna.
  • “Escaleras rotas”: cuáles son los obstáculos que encuentran las mujeres en el sistema de salud

    “Escaleras rotas”: cuáles son los obstáculos que encuentran las mujeres en el sistema de salud

    Con la metáfora del techo de cristal se intenta explicar y visibilizar los diferentes obstáculos que impiden a las mujeres llegar a lugares de poder y de decisión, en la mayoría de los ámbitos laborales y profesiones.

    En los estudios de género, se denomina así a la limitación velada del ascenso laboral de las personas de sexo femenino dentro de las organizaciones. Se trata de un techo que limita sus carreras profesionales, difícil de traspasar y que les impide seguir avanzando. Es invisible porque en realidad no existen leyes o dispositivos sociales establecidos y oficiales que impongan una limitación explícita en la carrera laboral a las mujeres.

    Sin embargo, poco se conoce acerca de las “escaleras rotas”, a pesar de que la gran mayoría de las mujeres lo padece o ha padecido en su carrera profesional. Se trata ni más ni menos de un concepto que se refiere a las interrupciones en las trayectorias de la vida laboral de las mujeres.

    Es una de las tres categorías que identificó la ONU para explicar la brecha salarial y por qué no es igual el salario que perciben un hombre y una mujer por el mismo trabajo y los varones ganan más.

    Pese a que más del 70% de los alumnos en la carrera de medicina son mujeres, en los cargos directivos y de decisión en las entidades de salud las mujeres ocupan el 25% (picjumbo.com de Pexels)Pese a que más del 70% de los alumnos en la carrera de medicina son mujeres, en los cargos directivos y de decisión en las entidades de salud las mujeres ocupan el 25% (picjumbo.com de Pexels)

    Fundamentalmente, se refiere a las mujeres que están tratando de subir una imaginaria escalera laboral pero, por ejemplo, luego de ser madres revierten su ascenso o no logran avanzar. Las escaleras rotas aparecen en mujeres que padecen dificultades para conciliar su trabajo fuera de casa con su trabajo doméstico y el trabajo de cuidado de los hijos.

    O sea, en casi todas, si se tienen en cuenta los resultados de una encuesta dada a conocer durante la pandemia, según la que las mujeres -en relación a los varones- dedican casi dos horas por día más al cuidado de hijos/as, destinan cerca de una hora más a acompañar a hijos/as en sus tareas escolares y casi una hora más que los varones a cocinar y limpiar.

    En total, las mujeres le dedican a las tareas de cuidado y domésticas no remuneradas, un promedio de diez horas y 24 minutos por día, mientras que los varones les destinan seis horas y 48 minutos. En los hogares con hijos/as menores de 12 años, las horas de cuidado alcanzan las 13 horas en el caso de las mujeres y nueve horas 24 minutos para los varones.

    Y si bien la tendencia se presenta en la mayoría de los ámbitos laborales, llama la atención lo que sucede en la medicina, una carrera totalmente feminizada, en la que más del 70% de los alumnos en la carrera son mujeres, una vez recibidas, en los cargos directivos y de decisión en las entidades de salud las mujeres ocupan el 25%.

    Según el último informe de PNUD, “las brechas en el acceso a puestos de decisión son especialmente marcadas entre las y los médicos" (Getty)Según el último informe de PNUD, “las brechas en el acceso a puestos de decisión son especialmente marcadas entre las y los médicos» (Getty)

    Veronica Schiavina es médica patóloga, y secretaria de Hacienda de Femeba, una de las federaciones médicas más importantes de la provincia de Buenos Aires, conformada por 111 entidades médicas y con presencia en 121 municipios.

    Ocupa su cargo desde hace 20 años y es la primera -y la única- mujer en la mesa ejecutiva de la federación. Cuenta con una maestría en sistemas de salud, además de formación en coaching y liderazgo -una de las últimas capacitaciones la realizó en la Fundación Liderazgos y Organizaciones Responsables (Flor)-, y pese a eso,en diálogo con Infobae reconoció con pesar que “es muy baja la representatividad femenina en el Consejo Directivo de Femeba (menos del 15%)” y que “sólo 20% de las entidades médicas tienen presidentas mujeres”.

    La suya no es una apreciación aislada: el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de 2018 da cuenta del fenómeno y destaca que “la exclusión o la subrepresentación de las mujeres distorsiona y sesga el desarrollo, ya que implica una diferenciación sistemática entre las oportunidades de las mujeres y los varones para expandir sus capacidades y decidir sobre sus propias trayectorias de vida”.

    El concepto de “escaleras rotas” se refiere a las interrupciones en las trayectorias de la vida laboral de las mujeres (Getty)El concepto de “escaleras rotas” se refiere a las interrupciones en las trayectorias de la vida laboral de las mujeres (Getty)

    “En este contexto, el sector salud plantea interrogantes y desafíos particularmente relevantes por su incidencia en el conjunto de la población ocupada, por prestar uno de los servicios fundamentales para alcanzar el desarrollo sustentable y haber sido un sector históricamente feminizado -continúa el documento-. A estos factores se suma la transformación que ha experimentado la naturaleza de su feminización: desde una presencia mayoritaria de mujeres entre sus técnicos y operativos a una presencia también mayoritaria entre sus profesionales, impulsada por el aumento de mujeres médicas. En otras palabras, hoy el sector salud presenta un fenómeno de ‘feminización profesionalizada’, es decir un proceso que convergió en la participación mayoritaria de mujeres en el desempeño de ocupaciones que requieren (generalmente) como condición sine qua non estudios universitarios completos”.

    Pese a esto, el trabajo plantea que no necesariamente la feminización profesionalizada se tradujo en una mejora en la inserción y condiciones de las trabajadoras de la salud, y en una mayor participación y representación en el sector. Tampoco facilitó el desarrollo de trayectorias laborales en áreas de especialización tradicionalmente masculinas, ni redujo las brechas de ingreso y el acceso a puestos directivos.

    Para Schiavina, “dentro de la medicina hay especialidades netamente masculinas en las que es muy difícil hacer la residencia y trabajar, como las quirúrgicas o traumatología”. “La medicina siempre fue un ámbito más masculino porque se creía que el hombre tiene más control, más manejo de riesgo y mejores cualidades de liderazgo que las mujeres -analizó la médica-. En la actualidad, en varios estudios se vio que las mujeres tienen mejores herramientas para la comunicación y el liderazgo”.

    Durante años, el rol de la mujer era exclusivamente el de cuidar a los hijos y ocuparse de las tareas de la casa Durante años, el rol de la mujer era exclusivamente el de cuidar a los hijos y ocuparse de las tareas de la casa

    “Además, la pluralidad enriquece a las instituciones; hay un sesgo de afinidad que se da en las mesas de decisiones”, consideró la entrevistada, para quien “si es una minoría la que piensa distinto siempre queda opacada”.

    Y tras resaltar que en el ámbito de la medicina y la salud “se ve claramente el fenómeno de la escalera rota”, Schiavina resumió: “Abajo hay muchas mujeres pero al intentar subir los peldaños se encuentran con escalones averiados que dificultan su ascenso”.

    Sobre estereotipos muy arraigados y cómo revertir el fenómeno

    “Es muy complejo poder disminuir la brecha y dar oportunidades de crecimiento a las mujeres -analizó Schiavina-. Ahora hay una mayor apertura en muchos ámbitos, pero el cambio no se refleja aún en el sector de la salud”.

    Es muy baja la representatividad femenina en la mayoría de las empresas, y el ámbito de la salud no es la excepción (Getty)Es muy baja la representatividad femenina en la mayoría de las empresas, y el ámbito de la salud no es la excepción (Getty)

    En otros países, según contó, “se debate si deben instalarse o no los cupos femeninos para lograr la tan necesaria paridad”. Pero ella cree que “hay otras maneras de alcanzarlo sin tener que imponerlo desde un cupo”. Y en ese sentido, amplió: “Son necesarias políticas que refuercen la posibilidad de carreras directivas para las mujeres, ser conscientes de que existe un techo para eliminarlo, pero tiene que ser un convencimiento y un trabajo a futuro”.

    Consultada acerca de si el cambio que, muy de a poco, se viene dando en cada casa y que ubica a los hombres ya no en un rol secundario, por ejemplo, en la crianza de los hijos podría trasladarse a las esferas laborales de manera natural, la mujer observó: “Hay estereotipos muy arraigados en los que siempre existió inequidad en el cuidado de la familia y el hogar. Si madre y padre son dos trabajadores en relación de dependencia y un hijo se enferma o hay una reunión en el colegio, cae de maduro que la que se ausenta de su puesto es la mujer. Esa situación no igualitaria en la casa se mantuvo a lo largo de mucho tiempo y para que el cambio de mirada se lleve a lo laboral puede llevar décadas si en el medio no se visibiliza lo que sucede y se dan opciones de crecimiento a las mujeres”.

    Schiavina resaltó que revertir esta situación requiere un gran esfuerzo de todas las partes. “Debemos esforzarnos, primero visibilizar lo que sucede y tomar conciencia para poder modificarlo, eliminar los prejuicios sobre lo que es la mujer en su carrera y darle posibilidades para que se capacite en liderazgo y conducción -enumeró-. Entender que la pluralidad enriquece y que es más saludable para las instituciones dar oportunidad a las mujeres, y empoderarlas a ellas para que formen redes de apoyo y sepan que pueden lograrlo”.

    Para finalizar, el informe de PNUD refleja que “las brechas en el acceso a puestos de decisión son especialmente marcadas entre las y los médicos. Si bien aún no se ha sistematizado la información sobre cargos directivos a nivel nacional en instituciones hospitalarias, está disponible la información de la provincia de Buenos Aires, la jurisdicción con el mayor número de trabajadores del sector salud en el país”. “En el Ministerio de la Nación y los ministerios provinciales, las mujeres también son minoría en los cargos de mayor responsabilidad. Incluso entre las universidades, las principales carreras de Medicina están lideradas en su gran mayoría por varones”, continúa el documento, que destaca que “las asociaciones médicas y los gremios presentan un patrón similar, con una baja participación generalizada de mujeres. Los datos de la provincia de Buenos Aires son elocuentes: las mujeres solo ocupan el 25% de las direcciones ejecutivas en las instituciones hospitalarias. Es decir, menos de tres de cada diez cargos”.

  • Basta a la violencia contra las mujeres: INAI

    Basta a la violencia contra las mujeres: INAI

    Con un “basta a la violencia contra las mujeres”, la Comisionada Presidenta del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), Blanca Lilia Ibarra Cadena, inauguró, en el Museo de la Mujer, la exposición “En otra piel”, de la artista plástica Aisha Ascóniga, como parte de las actividades del órgano garante nacional para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

    “Quiero reconocer el trabajo y el esfuerzo de la artista plástica, que hoy facilita y pone a disposición de todas las personas más de 20 obras que nos transmiten, a través del arte, el sentimiento y el corazón de una mujer joven, como Aisha, lo que todas queremos gritar: basta de violencia contra las mujeres”, expresó.

    Consulta el video #INAIalMomento

    Ibarra Cadena señaló que, a nivel global, se estima que 736 millones de mujeres, es decir, una de cada tres, ha experimentado alguna vez en su vida violencia física o sexual; en el caso de México, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, entre enero y agosto de este año, se han registrado 594 feminicidios.

    “Ante los feminicidios perpetuados de manera reciente en nuestro país, cobran particular relevancia reclamos públicos como el ‘Nos queremos vivas’, ‘Este cuerpo es mío’ o ‘No es No’, llamados sociales que nos obligan a exigir justicia por Ariadna, Debanhi, Nayeli, Yrma Lydya, Lucero Yazmín, Julissa y decenas y decenas de mujeres que han pasado lamentablemente por terribles escenarios de violencia, llegando hasta el feminicidio.

    “Por todas las mujeres de México, por todas las niñas, por todas las que se han ido por estos hechos lamentables, rendimos a ellas este homenaje, a través de esta exposición”, manifestó la Comisionada Presidenta, en representación del Pleno del INAI.

    La artista plástica y autora de las obras que integran la exposición, “En otra Piel” Aisha Ascóniga, explicó que el propósito es expresar la manera en que viven las mujeres cuando sienten que su cuerpo no les pertenece, particularmente cuando otra persona ejerce poder sobre ella, así como la manera en que se enfrenta a la violencia; lo anterior, a través de imágenes femeninas y representaciones gráficas de estas, plasmadas en fotografías y linograbados.

    “El arte es una oportunidad para poder visibilizar todos los problemas que aún tenemos que vivir por el simple hecho de ser mujer. Quiero agradecerle al INAI, a todos quienes han ayudado a que esto sea posible, también al Museo de la Mujer por esta oportunidad”, indicó.

    En su mensaje, Michael Chamberlin, presidente de Consultora Solidaria A.C., reconoció los esfuerzos del INAI, del Museo de la Mujer y de la UNAM, que con esta exposición ofrecen la oportunidad de encontrar palabras y caminos de dignidad para todas y todos, lo que subraya el compromiso de estas instituciones, para eliminar la violencia contra las mujeres.

    “Nos hacen falta narrativas que nos expliquen los fenómenos, más comisiones de esclarecimiento que fiscalías, porque en su celoso y miope sigilo e investigaciones interminables nos secuestran la verdad; más todavía nos hacen falta narrativas que nos regresen la palabra, también secuestrada por la violencia”, concluyó.

    En el acto inaugural estuvieron presentes Guadalupe Valdés Osorio, Vocal Nacional de la Federación Mexicana de Universitarias; Sandro Baldarrago Silva, Consejero Agregado Cultural de Perú en México; Griselda Sánchez Carranza, titular del Órgano Interno de Control del Instituto Federal de Telecomunicaciones; Ileana Hidalgo Rioja, Secretaria de Acceso a la Información del INAI; Ana Yadira Alarcón Márquez, Secretaria Técnica del Pleno, y Consuelo Olvera Treviño, Directora de Derechos Humanos de este Instituto.

  • Las iraníes ganan una batalla al régimen: “Cada vez hay más mujeres sin velo. Ya no tenemos miedo”

    Las iraníes ganan una batalla al régimen: “Cada vez hay más mujeres sin velo. Ya no tenemos miedo”

    El velo con el que las iraníes están obligadas a cubrirse es “la bandera de la República Islámica de Irán”. Marjane, nombre ficticio de una iraní de 46 años, alude así a lo que describe también como un “símbolo de la opresión”, la marca de una “teocracia” en la que la vida de una mujer vale por ley la mitad que la de un hombre. Ese régimen que ha convertido esa prenda en un pilar de su identidad ha encajado una derrota desde el 16 de septiembre, según el relato que esta iraní hace a este diario desde un lugar que no precisa de su país. Desde ese día, cuando la joven Mahsa Amini murió bajo custodia policial tras ser detenida por mostrar unos mechones de su cabello, los iraníes que participan en las manifestaciones contra el régimen “han perdido el miedo”, subraya Marjane. “Es increíble cómo muchas mujeres, sobre todo las jóvenes, salen a la calle sin velo. Lo nuestro es una revolución, pero nuestra lucha no es solo por esa prenda. Queremos una democracia laica. Luchamos por la libertad”, afirma esta mujer, una más de las que cada día desafía a la represión al quitarse el pañuelo islámico.

    Marjane ha sufrido en carne propia la violencia de un sistema que define como “una mafia dictatorial y criminal”. Hace unos días, cuando había salido a manifestarse, como hace cada tarde desde la muerte de Amini, unos policías apalearon a una anciana que se había quitado el velo. Esta mujer se interpuso y un policía le pegó una paliza con su porra que le ha dejado un brazo maltrecho. Otro día, cuando huía de los agentes, los policías la golpearon en un pie, que también tiene magullado. “Estoy muy dolorida, pero sigo saliendo cada noche a la calle. Lo hago por mi país, por mi gente y por mi libertad”, sostiene.

    Otros manifestantes, como los 342 que han muerto a manos de las fuerzas de seguridad, según Iran Human Rights, o los al menos 14.000 que han sido detenidos, de acuerdo con Naciones Unidas, han corrido peor suerte. Al menos cinco de ellos han sido condenados a la horca. Marjane subraya que el régimen “sigue matando, robando, torturando y violando”. Esta profesional con estudios universitarios, que trabaja en una empresa privada, cuenta que las autoridades “han retirado a la policía de la moral de las calles” porque “el régimen tiene miedo de la gente”. Agentes de ese cuerpo de seguridad detuvieron y, según ONG de derechos humanos, presuntamente mataron a golpes a la joven Amini, de 22 años, en Teherán.

    Las autoridades han prohibido además a los milicianos Basij, que a menudo ejercen de brazo ejecutor de la policía de la moral, que obliguen a las mujeres a ponerse el velo, según consta en un memorando firmado a principios de noviembre por el poder judicial iraní y esa milicia, al que EL PAÍS ha tenido acceso. Los basiyís son una rama de la Guardia Revolucionaria, el ejército paralelo al regular cuyo fin es proteger a la República Islámica y a sus líderes. En ese documento, se ordena a esos paramilitares que se limiten a intervenir contra “quienes siembren el caos y perturben la paz”, una alusión a las protestas que augura que la represión no va a cesar.

    En las calles de ciudades como Teherán es cada vez más frecuente ver a mujeres sin el pañuelo islámico, como en esta imagen del 16 de noviembre.
    En las calles de ciudades como Teherán es cada vez más frecuente ver a mujeres sin el pañuelo islámico, como en esta imagen del 16 de noviembre.ANADOLU AGENCY (ANADOLU AGENCY VIA GETTY IMAGES)

    Para Ali Alfoneh, politólogo iraní residente en Estados Unidos, la razón de lo que apunta a un paso atrás, al menos de momento, en la imposición del código de vestimenta islámico es que “el velo obligatorio es una batalla que el régimen ya ha perdido”. Lo que está en juego ahora “va mucho más allá del hiyab, asegura este experto. También recalca que, aunque quienes ocupan el poder en Irán desde 1979 “no tengan el valor de derogar la ley del velo, los servicios de seguridad del régimen no parecen dispuestos a crear más tensiones obligando a [las mujeres] a acatar esa legislación”.

    El artículo 638 del Código Penal del país castiga con un máximo de dos meses de cárcel el que una mujer se muestre en público sin velo, pero, en el pasado, iraníes que han descubierto su cabello en la calle o en el metro han sido condenadas a penas mucho más duras, acusadas de delitos como el de fomentar la prostitución o incluso el de atentar contra la seguridad nacional. En 2019, una abogada, Nasrin Sotoudeh, fue condenada a 38 años de cárcel y 148 latigazos por defender a mujeres que se habían quitado el pañuelo y quitárselo ella misma ante un tribunal.

    Alfoneh cree posible un escenario futuro en el que las autoridades iraníes toleren el uso voluntario del velo. Pero sin cambiar la ley, algo que “verían como una claudicación ante los manifestantes”, señala, por su parte, el analista político hispano-iraní Daniel Bashandeh. Este experto coincide en que las fuerzas de seguridad “están haciendo la vista gorda” ante las mujeres sin velo, pero se pregunta hasta cuándo.

    Humillación

    Marjane asegura que “el objetivo del velo es humillar y discriminar a las mujeres. Es la marca del control; el signo exterior de que no eres un ser humano libre, una mujer libre. Detrás viene todo lo demás: las iraníes heredamos la mitad que los hombres [esta norma está vigente en la mayoría de países musulmanes] y a las niñas las pueden casar sus padres [desde los 13 años o incluso antes con autorización judicial]. Necesitamos permiso del padre o del marido para trabajar, obtener un pasaporte, viajar, e incluso operarnos. Si una mujer se queda viuda, su suegra tiene preferencia en la custodia de los hijos. No podemos divorciarnos ni abortar libremente y tampoco entrar en los estadios”, asegura. Obligadas a velarse desde los nueve años, las mujeres en Irán, lamenta Marjane, ni siquiera pueden “montar en bicicleta ni en moto”.

    Dos iraníes sin velo, en una calle de Teherán el 14 de noviembre.
    Dos iraníes sin velo, en una calle de Teherán el 14 de noviembre.VAHID SALEMI (AP)

    Como esta iraní, más del 50% de los graduados universitarios del país son mujeres, pero el 70% de ellas no tiene trabajo, de acuerdo con cifras oficiales. Este dato y su escaso peso en el mercado laboral —el 18% en 2019, un porcentaje que cayó al 14% en 2020 a causa de la covid-19— da idea de su marginación en la economía del país. La discriminación que sufren, el hecho de precisar del permiso de un varón para prácticamente todo, tiene mucho que ver con esas cifras. En 2017, Human Rights Watch reveló que es una práctica habitual en Irán anunciar empleos solo para hombres y exigir a las mujeres que van a ser contratadas que aporten un consentimiento de su marido o novio. En noviembre de 2021, una ley prohibió la ligadura de trompas voluntaria y la distribución gratuita de anticonceptivos en el sistema público de salud.

    El velo, coincide Daniel Bashandeh, “es el símbolo de la imposición de normas siempre más severas para ellas. Quitárselo es rechazar los códigos impuestos por el régimen. Esa prenda simboliza que la iraní es una ciudadana de segunda clase”. Reducir los problemas de las iraníes a una prenda de vestir es “ridículo y simplista”, critica Marjane. “Muchos países, incluido España, son cómplices de esta teocracia al mantener las relaciones diplomáticas con ella. Les pedimos que no cierren los ojos ante lo que está sucediendo en Irán”.