En una nueva guía, el CEDAW denuncia las numerosas violaciones y abusos de las garantías fundamentales que aún sufren las mujeres y niñas indígenas y considera inaceptable la discriminación que sufren y que les impide gozar de libertades y servicios tan básicos como el acceso a la salud o la educación.
La presidenta del Comité, Gladys Acosta-Vargas, sostuvo que las mujeres y niñas indígenas se ven afectadas de manera desproporcionada por la violencia de género, la desigualdad y la discriminación.
“Y siguen acosadas por un acceso limitado a la justicia, la educación, el empleo digno y la atención médica, simplemente por ser quienes son”, lamentó Acosta-Vargas.
Los censos más recientes indican que la población indígena mundial es de 476,6 millones y que más de la mitad, o 238,4 millones, son mujeres y niñas.
PNUD
Violencia de género
El Comité señaló que esas mujeres padecen formas cruzadas de discriminación vinculadas al sexo, género, condición indígena y otras características y factores, y destacó la violencia como una de las principales manifestaciones de esa discriminación.
Especificó que la violencia de género contra las mujeres y niñas indígenas abarca la violencia psicológica, física, sexual, económica, espiritual, política y ambiental.
Detalló que estas mujeres enfrentan violencia intrafamiliar y violencia en el ámbito laboral, público e institucional, y que se les agrede mientras reciben servicios de salud y navegan los sistemas de bienestar infantil, al igual que cuando participan como líderes en la vida política y comunitaria o cuando defienden los derechos humanos. Los atropellos también ocurren cuando se les priva de la libertad o les confina en instituciones.
Riesgo excesivo de violación y acoso sexual
Los 23 integrantes del Comité alertaron de que las mujeres y niñas indígenas corren un riesgo excesivo de violación y acoso sexual; homicidios y feminicidios por motivos de género; desapariciones y secuestros; trata de personas; formas contemporáneas de esclavitud; explotación; prostitución; esclavitud sexual; trabajo forzado; embarazos forzados; y políticas estatales que ordenan la anticoncepción forzada, entre otros abusos.
Para el CEDAW, la discriminación contra las mujeres y niñas indígenas está anclada en la falta de implementación de sus derechos a la libre determinación y autonomía, y cita como ejemplo de ello el continuo despojo de tierras, territorios y recursos naturales a las que son sometidas.
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Falta de participación y asimilación forzada
“El Comité reconoce que el vínculo entre las mujeres indígenas y sus tierras a menudo es la base de su cultura, identidad, espiritualidad, conocimiento ancestral y supervivencia”, apunta el documento y agrega que los gobiernos y otros actores suelen emprender proyectos de inversión, infraestructura, desarrollo o explotación de recursos en su territorios sin asegurar la participación efectiva ni obtener el consentimiento de los pueblos originarios afectados.
También enumera la lucha de las mujeres y niñas indígenas contra las políticas de asimilación forzada y otras violaciones de derechos humanos a gran escala, que en ciertos casos pueden equivaler a genocidio.
Obligaciones de los Estados
En este sentido, el Comité argumentó que es fundamental que los Estados aborden las consecuencias de las injusticias históricas y brinden apoyo y reparación a las comunidades afectadas “como parte de la justicia, la reconciliación y el proceso de construcción de sociedades libres de discriminación y violencia de género contra las mujeres y niñas indígenas”.
Del mismo modo, enfatiza la necesidad de que los Estados dediquen especial atención a la protección de los derechos de ese grupo poblacional cuando éste viva en entornos urbanos, ya que eso aumenta la exposición al racismo, la discriminación, las políticas de asimilación y la violencia de género.
El CEDAW pide asimismo la participación efectiva de las mujeres y niñas indígenas en la toma de decisiones y aboga por su inclusión en las instituciones estatales, respetando siempre sus culturas, identidades y tradiciones.
“La discriminación contra las mujeres y niñas indígenas es inaceptable y todos los Estados deben abordarla de manera sustantiva eliminando todas las barreras estructurales a las que se enfrentan y asegurando que sus derechos individuales y colectivos se respeten plenamente”, recalcó el Comité.
A partir del jueves 3 de noviembre y hasta el 10 de diciembre, las ciudades de México, Querétaro y Guanajuato serán sede del del XXVII Encuentro Internacional – XVII Iberoamericano de Mujeres en el Arte.
Organizado por el Colectivo Mujeres en la Música AC y Coordinadora Internacional de Mujeres en el Arte (ComuArte), sus actividades tendrán como tema “El patriarcado es la pandemia” y contarán con la participación de especialistas y artistas nacionales, así como de Costa Rica y España.
El programa está dedicado a la memoria de la compositora mexicana Graciela Agudelo (1945-2018) y consta de un seminario, conciertos, exposiciones plásticas, presentaciones editoriales y conferencias.
Destaca la realización del primer Congreso Arquitecturas sonoras, creación ex Novo y transversalidades, que se efectuará los días 3 y 4 de noviembre en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), así como en el Teatro de la Ciudad y Centro de las Artes de esas ciudad.
Esta iniciativa académica, cultural y artística es posible en esta ocasión gracias al apoyo de las secretarías de Cultura federal, de la Ciudad de México y de Querétaro, así como de la Universidad de Guanajuato y de la UAQ, y su realización tiene como marco el Día Internacional de la Erradicación de la Violencia hacia las Mujeres, que se conmemora el 25 de noviembre.
De acuerdo con la compositora y feminista Leticia Armijo, directora general de ComuArte, este encuentro responde a la convicción de que la problemática de las mujeres no puede erradicarse simplemente por decreto, debido a que el patriarcado es resultado de los usos y costumbres a lo largo de los siglos
“La sociedad tiene que transformarse desde sus raíces. Y creemos que el arte, la cultura, las ciencias y las nuevas tecnologías nos pueden ayudar a que esta sociedad sea más más justa y equitativa”.
Sobre el porqué del tema “El patriarcado es la pandemia”, la también investigadora destaca que tiene que ver con el aumento de los feminicidios y el recrudecimiento de la violencia contra las mujeres en la emergencia sanitaria provocada por el covid-19.
El programa completo del XXVII Encuentro Internacional – XVII Iberoamericano de Mujeres en el Arte está disponible en el sitio web www.comuArte.org y en la cuenta de Facebook de ComuArte Internacional.
México se encuentra entre los 10 países de América Latina con mayor población de mujeres que no percibe ingresos propios.
En Guatemala, que encabeza la lista, la mitad de las mujeres no tiene ingresos propios, según cifras de la Cepal (Comisión Económica para América Latina).
Otros países de Centroamérica están entre los primeros lugares: Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá.
Colombia, México y Brasil son de las economías más grandes e importantes de la región y todavía tienen 39.4, 29.4 y 23.4% de sus poblaciones femeninas sin ingresos propios respectivamente.
En todos los países del ranking son significativamente menores los niveles de hombres que no perciben ingresos propios.
La actriz Alyssa Milano interviene durante la protesta contra el nombramiento del juez ultraconservador Brett Kavanaugh delante del Supremo de EEUU el 28 de septiembre de 2018.ALEX WONG (GETTY IMAGES)
Ambas, la desigualdad y la violencia, históricas, confluyeron aquel día en esas dos palabras, pero la reflexión sobre ellas existía desde hacía siglos; los cambios más profundos venían fraguándose desde hacía décadas, lentamente; y la necesidad de que se produjeran se volvió urgente en los últimos años. “No hay duda de que estamos en medio de una nueva ola, si no la más importante, del movimiento feminista”, afirma Chiara Bottici, directora de Estudios de Género y profesora asociada de filosofía en The New School de Nueva York.
La más extendida, sí: “Pero no porque haya llegado a diferentes partes del planeta, sino porque existe la clara conciencia de ser parte de un movimiento global”. En “el fomento de esa conciencia”, destaca Bottici, internet ha jugado un papel central, y el Me Too ha sido “fundamental para desencadenar efectos de bola de nieve, mostrando el potencial del activismo en las redes sociales y el alcance verdaderamente global del movimiento feminista”.
Un acelerón visible, por ejemplo, en las hemerotecas de los medios. La primera pieza etiquetada en este periódico con “feminismo” es del 5 de mayo de 1976, solo un día después del nacimiento del diario; desde entonces, esa etiqueta ha generado 270 páginas, y más de la mitad (166) corresponden a noticias a partir del 15 de octubre de 2017, el día del tuit viral de Alyssa Milano. EnThe Washington Post, abierto desde 1877, de sus 1.137 resultados con la palabra feminismo, 513 son artículos generados desde aquella jornada. En The New York Times, con su primer número en 1851, lo son 2.476 de las 11.703 entradas con ese término. Y en Le Monde, con 131 páginas de artículos etiquetados con feminismo, la primera en 1944, un cuarto son del último quinquenio.
A principios de este año, en Icon se publicó una entrevista a la cineasta inglesa Joanna Hogg. “Hace cinco años me sentía una pionera. Ahora ya no lo soy gracias al Me Too”, dijo. Pero el Me Too no llegó de la nada. Para Begoña Leyra, doctora en Antropología especializada en género y directora del Área de Género del Instituto Complutense de Estudios Internacionales, el avance ha sido “a distintas velocidades según la realidad geográfica y el contexto”, sin ser del todo “uniforme”, pero en cualquier caso, “fruto de un largo proceso previo que ha ido dando sus frutos”.
Un pasado “importante”, según la activista argentina Thelma Fardin: “Podemos tener ahora los debates que tenemos gracias a las conquistas pasadas de muchas otras mujeres. Nos toca a nosotras avanzar y dejar la costa después a las siguientes generaciones. Quedarán muchas batallas, pero que al menos no sean las mismas”. Fardin tiene 29 años, y todas las generaciones anteriores a la suya en su región han tenido la misma batalla: la violencia.
Latinoamérica vivía, lo ha hecho siempre y aún lo hace, en un pulso constante contra ella. El año previo al Me Too no fue una excepción. En Brasil, en 2016, la violación grupal de 33 hombres a una menor de 16 años fue colgada en redes sociales y desató una oleada de protestas e indignación en todo el país; y en Argentina, el miércoles 19 de octubre de aquel año fue el Miércoles Negro, paros de una hora y manifestaciones de miles de mujeres por el asesinato de Lucía Pérez, una adolescente de Mar del Plata que fue primero drogada, después torturada y violada, y finalmente empalada. “En Argentina”, concreta Fardin, “el feminismo aprendió mucho de las madres y las abuelas de la plaza de Mayo”. Les enseñaron “a salir y tomar las calles”. “Y a poner el cuerpo en disputa. Lo ponemos en la calle, todas juntas, y construimos así la manera de resistir a la violencia”, explica.
“Donal Trump fue claramente uno de los detonantes en el contexto estadounidense”, apunta Bottici. La llegada de Trump a la Casa Blanca fue con el recuerdo de una frase que se hizo viral en medio de la campaña de aquel 2016 y que también tenía que ver con la violencia: “Cuando eres una estrella, puedes hacer lo que quieras. Agarrarlas por el coño. Lo que sea”. A las 48 horas de ocupar el cargo, Washington se llenó con la primera Marcha de las Mujeres para protestar contra un poder que reconocían como machista. Esa manifestación se replicó en diversas ciudades estadounidenses y de otros países —fueron más de 600 las convocatorias— con una participación total de alrededor de dos millones de personas. Apenas dos meses después, el 8-M de aquel año, el movimiento feminista en varios puntos del planeta hizo el primer ensayo de huelga, en muchos casos con cifras que desbordaron las previsiones incluso de las organizadoras. En octubre de 2017, The New York Times y The New Yorker publicaron decenas de acusaciones de abuso sexual contra el célebre productor Harvey Weinsteinpor acoso, abuso sexual y violaciones. A estas siguieron otras y fue expulsado de su compañía y de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. Tres años después fue sentenciado a 23 años de prisión.
La conciencia común ya estaba presente, y aunque mucho más evolucionada, tenía una semilla en la conciousness raising o awareness raising, que podríamos traducir como autoconciencia feminista, un concepto acuñado durante la segunda ola del feminismo en Estados Unidos que surgió de reuniones de grupos de mujeres donde contaban sus experiencias individuales; al hacerlo, descubrían que no eran únicamente suyas, sino comunes, y por ende estructurales.
La cuarta ola del feminismo
¿La diferencia en los últimos cinco años? La resumía en Feminismo 4.0. La cuarta ola (Ediciones B, 2019), Nuria Varela: “La cuarta ola del feminismo, alimentada por las tres anteriores, las redes sociales y la toma de conciencia de las generaciones más jóvenes, está removiendo los cimientos patriarcales como nunca antes”. Ya al teléfono, la ahora directora de Igualdad en Asturias y en 2008 la directora de Gabinete de la que fue la primera ministra de Igualdad en España, Bibiana Aído, tiene dos reflexiones.
Una, que “ha sido gozoso ver cómo algunas cuestiones planteadas hace cinco años y calificadas como ‘locuras’, que es el término más habitual del patriarcado para descalificar el pensamiento de las mujeres, hoy forman parte del ‘sentido común”. La otra, sobre lo que ha provocado: “La última reacción patriarcal es más violenta y reactiva que en épocas anteriores”. Siempre que se produce un avance, coinciden todas las expertas, surgirá una oposición, que será mayor cuanto más profundo y rápido sea ese avance.
La manifestación del 8M de 2018, vista desde la azotea de la Casa de América en Madrid.CARLOS ROSILLO
Bottici recuerda “el surgimiento de movimientos neoautoritarios y neofascistas en todo el mundo, movimientos que no son simplemente conservadores, sino re-accionarios en el sentido literal del término, porque están tratando de traer de vuelta la rueda de la historia”. La caída de Roe contras Wade en EE UU el pasado junio, que supuso el final de la protección nacional al derecho al aborto, es el caso más reciente y más concreto de ese regreso al pasado. Según Bottici, “no es casualidad que el género se haya convertido en un campo de batalla tan crucial para la política contemporánea, porque todas las formas contemporáneas de neoautoritarismo adquieren rasgos machistas, a veces incluso caricaturescos”.
Mete en la lista a Trump, Jair Bolsonaro o Matteo Salvini. También a Giorgia Meloni, que “es un claro ejemplo de que el feminismo no significa que las mujeres ocupen el lugar de los hombres autoritarios: significa que no haya autoritarismo”.
El avance es un hecho, aunque a veces, casi siempre, todos los progresos tienen “peros”, otro lado que no cambia. “Es una cebolla”, lanza la antropóloga Leyra. Se refiere a las representaciones sociales del psicólogo Serge Moscovici: “Aparentemente, de cara a la galería, el feminismo se ha extendido. Ahora queda guay llevar una camiseta de ‘yo soy feminista’ y por supuesto empresas como Zara y H&M se han subido a ese mercado, porque siempre hay intereses económicos. Pero si vamos quitando capas, en el núcleo duro, queda mucho por recorrer y modificar”.
El camino al centro de esa “cebolla” es a veces lento, a veces complicado y otras, ocurre de forma natural. En Argentina, cuenta Fardin, la lucha por despenalizar el aborto “hizo que toda la sociedad se viera interpelada”, en gran parte, “por las pibas, las más jóvenes, sentadas en las mesas de las casas planteando y mostrando su posicionamiento”. Y aquel debate que empezó por el aborto, las llevó más allá: “Nos hizo pensar en todas las formas de violencia a las que habíamos sido sometidas y la importancia de la libertad de decidir sobre nuestras vidas y nuestros proyectos”.
Futuribles muy distintos, condicionados por el territorio, la política, la etnia o la clase social, pero con la desigualdad y la violencia como trasfondo común. “Se han generalizado frases como “interseccionalidad”, “transfeminismo”: existe la conciencia de que uno tiene que situar su propia lucha dentro de las muchas luchas feministas que tienen lugar en todo el mundo”, apunta Bottici, que cree que donde se “ha podido alcanzar los resultados concretos más importantes es allí donde el feminismo ha podido cruzarse con otras luchas, como contra el racismo y la explotación capitalista”. Para ella, “el espíritu de los movimientos feministas con más éxito” de la actualidad es “anarcofeminista”. “No porque las activistas feministas sean anarquistas, sino en el sentido de que muestran conciencia de que no se puede luchar contra el sexismo sin abordar también otras formas de opresión como la dominación racial y económica”.
Esa variedad de caminos, “esa complejidad que ha traído la cuarta ola”, dice Leyra, la antropóloga, “enriquece los debates y la heterogeneidad”, pero también ha provocado “escisiones y conflictos”. “En realidad siempre han existido, pero también en realidad siempre han jugado en nuestra contra, cuando no hay un discurso unificado es más difícil construir agendas comunes”. Hay dos cuestiones que siguen estando en esas agendas, las mismas con las que empezó el Me Too y que lo trascendieron, la base, en realidad, de toda la agenda: la violencia y la desigualdad. Frente a ellas, el movimiento feminista, apunta Bottici, “como un río kárstico” que nunca se ha ido: “Ahora lo que presenciamos es cómo estalla e inunda las calles, desde Buenos Aires hasta Teherán”.
Cinco años de hitos tras el ‘Me Too’
2018
Las gimnastas alzan la voz
Juicio a Larry Nassar, que acabó condenado a 175 años de cárcel por abusar de gimnastas en EE UU.MATTHEW DAE SMITH (CORDON PRESS)
El juicio a Larry Nassar, el médico de la Federación de Gimnasia de Estados Unidos, acusado de abusar de cientos de niñas y mujeres jóvenes, se cerró con 175 años de cárcel. La potencia de los testimonios de las 80 gimnastas que en principio iban a comparecer, hizo que acabara siendo casi 160. Justo antes de leer la condena, la jueza Rosemarie Aquilina de Lansing dijo: “Acabo de firmar tu sentencia de muerte. No has hecho nada para que merezcas andar libre nunca más”.
Irlanda despenaliza el aborto
La católica Irlanda rompió con su pasado, culminó su modernización social y emitió un poderoso mensaje al mundo en el histórico referéndum celebrado en mayo de 2018 en el que aprobó, por un contundente 66,4%, la legalización del aborto.
La joven salvadoreña Imelda Cortez, acusada de un intento de aborto.RODRIGO SURA
Después de un año y medio encarcelada, la justicia salvadoreña absolvió a Imelda Cortez, la joven de 21 años que se había convertido en un símbolo de la lucha feminista. Había sido llevada a prisión por un supuesto intento de homicidio agravado en contra de su hija recién nacida —como se tipifica el aborto en El Salvador—; cuando tenía 18, parió en una letrina de su casa y, aunque el bebé nació sano, ella fue encontrada casi inconsciente tras desangrarse. El embarazo era fruto de una de las violaciones de Pablo Dolores Hernández, de 60 años, la expareja de su madre y el hombre que la había violado desde que Cortez tenía diez.
De izquierda a derecha, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Christine Lagarde, primera mujer frente al Banco Central Europeo.THIERRY MONASSE (GETTY IMAGES)
Las llamaron Kandakas, el título que recibían las reinas nubias del antiguo Sudán. Eran las mujeres, la mayoría muy jóvenes, convertidas en una pieza clave de las revueltas en Sudán. La imagen de Alaa Salah, una estudiante de Arquitectura de 22 años, capturada por la fotógrafa sudanesa Lana H. Haroum, subida al techo de un coche y vestida con una túnica blanca de algodón, dedo en alto, rodeada de cientos de personas, dio la vuelta al mundo. Y se convirtió en el símbolo de la revolución que derrocó a Omar al Bashir.
Tras dos años de lucha, la ONG Plan International en Reino Unido consiguió la creación del emoji que simboliza la menstruación, algo que, según la portavoz de la organización dijo en aquel momento, Carmen Barlow, “podría ayudar a normalizar los períodos en las conversaciones diarias”.
La zurda de oro contra la descriminación salarial en el fútbol
Las jugadoras de EE UU celebran el Mundial de Fútbol tras derrotar a Holanda en Lion, en 2019.RICHARD HEATHCOTE (GETTY IMAGES)
Alex Morgan, la zurda de oro de la selección de Estados Unidos, se erigió en 2019 como una voz por la igualdad con especial impacto en Estados Unidos, donde la selección femenina es tan conocida como la masculina. Aquel 8-M, Morgan y sus compañeras de la selección nacional presentaron en un juzgado de Los Ángeles una demanda contra la federación de fútbol de Estados Unidos por discriminación salarial.
Manifestación a favor del aborto en Argentina, en febrero de 2020.MATÍAS BAGLIETTO (GETTY)
El Senado argentino aprueba en diciembre de 2020 la legalización del aborto hasta la semana 14. El país entierra la ley que, desde 1921, lo consideraba un delito excepto en caso de violación o riesgo para la vida de la madre. En las calles, una marea verde feminista estalla de alegría.
Paso atrás en Polonia
El Tribunal Constitucional polaco falló que el aborto por malformación del feto o enfermedad irreversible era inconstitucional. Hasta ese momento, ese era uno de los tres supuestos permitidos en la legislación polaca y representaba en torno al 97% de los 1.110 abortos practicados de manera legal en el país durante el año anterior.
Escocia: productos de salud femenina gratis
El Parlamento de Escocia aprueba por unanimidad el acceso gratuito universal a los productos de higiene para la menstruación. Escocia es pionera en el mundo. Estos productos ya se facilitaban sin coste a estudiantes de secundaria y universidad
Paola Guzmán se suicidó con 16 años, hace ahora dos décadas, después de enterarse de que estaba embarazada del vicerrector de su escuela en Guayaquil, Ecuador. El hombre, que tenía 65, llevaba más de un año abusando de una niña que era 50 años menor. La Corte Interamericana de Derechos Humanos, sentenció y castigó en 2020 al Estado ecuatoriano por falta de diligencia para evitar la violencia sexual, primero, y para perseguir a los responsables, después.
2021
La ley Olimpia, en México
La ley Olimpia se aprobó a nivel nacional en México. Se trata de un conjunto de reformas que modifican el Código Penal Federal y la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para reconocer las agresiones de género digitales y castigar las prácticas que vulneran la privacidad e intimidad sexual de las personas, especialmente niñas y mujeres.
India subió la edad de matrimonio de las mujeres de 18 a 21 años, equiparándola con la de los hombres. En 2019 lo hizo Indonesia, subiéndola de los 16 a los 19 y ese mismo año Tanzania prohibió el matrimonio de niñas menores de 15 y ordenó la subida de la edad mínima a los 18.
Deporte de élite, mujeres y salud mental
La gimnasta estadounidense Simon Biles, en julio durante los Juegos Olímpicos de Tokio.TIM CLAYTON (GETTY)
En 2021, la tenista Naomi Osaka en Roland Garros y la gimnasta Simone Biles se convirtieron en las voces del reconocimiento social de los problemas de salud mental y la importancia de atenderlos y hablarlo sin prejuicios.
2022
Colombia depenaliza el aborto
La decisión de la Corte Constitucional de Colombia de despenalizar el aborto marca un hito en la región. Una vez más, es la justicia la que se pone al frente de los derechos de las mujeres y da la razón a las organizaciones feministas, que han encontrado en los magistrados mejores aliados que en los gobernantes.
Chile: Gobierno feminista
El presidente Gabriel Boris (en el centro, con barba) posa junto al Palacio de la Moneda con los miembros de su nuevo Consejo de Ministros, el pasado septiembre.SEBASTIÁN VIVALLO OÑATE (GETTY)
El Tribunal Supremo de Estados Unidos derogó el pasado junio el derecho al aborto. Una mayoría de seis jueces contra tres decidió tumbar el precedente de ‘Roe conta’, un fallo que en 1973 convirtió en constitucional la interrupción voluntaria del embarazo. Su protección ha quedado desde entonces en manos de cada uno de los 50 Estados.
La afrenta al régimen iraní no es nueva. El feminismo lleva más de una década enfrentándose a su represión, pero sí ha sido ahora el momento de la revolución. Es la indumentaria que les cubre el pelo, sí, pero de fondo y de base están también los derechos que se les niegan y las desigualdades, básicas, a las que aún están sometidas.
Una mujer iraní muestra una pancarta con la imagen de Masha Amini, la joven muerta a manos de la policía del país por no llevar bien puesto el velo.MARKUS SCHREIBER (AP)
ISABEL VALDÉS.
“Tenía un acceso muy limitado a salir fuera de la celda porque las mujeres solo contamos con un bloque de la cárcel. No es fácil cuando está tan masificada, y con hombres. Si quieres dormir en una cama en lugar de en el suelo tienes que pagar… Es muy duro”, resume Rosma Karlina, a sus 45 años, desde Indonesia, donde estuvo presa en una cárcel en 2005 durante 18 meses por un caso de drogas. Su vivencia sumó un número más a una cifra que mancha las políticas penitenciarias mundiales: la población femenina ha aumentado un 60% desde el año 2000; la masculina, alrededor de un 22%. Son las conclusiones de la quinta edición de la Lista mundial de mujeres encarceladas, publicada por el proyecto World Prison Brief del Instituto para la Investigación de Políticas de Crimen y Justicia (ICPR, por sus siglas en inglés) de Birkbeck (Universidad de Londres).
“Los datos son extremadamente preocupantes. Estamos viendo una criminalización de la pobreza. Si las mujeres tuvieran más apoyos y no vivieran situaciones tan vulnerables, no alcanzaríamos estas cifras que lastran también a sus familias. La inmensa mayoría de ellas no cometen grandes delitos y se percibe una gran incidencia de abusadas y con problemas de salud mental”, concluye en líneas generales Catherine Heard, directora del Programa Mundial de Investigación en Prisiones de la entidad. El informe recoge que unas 740.000 mujeres y niñas están hoy encarceladas en el mundo, lo que supone el 6,9% de la población reclusa global (10.722.407 personas). En América, el porcentaje asciende al 8%, y en Asia al 7,2%; en Oceanía se queda en un 6,7%; en Europa baja al 5,9% y en África desciende al 3,3%. En el año 2000 eran 465.900 las reclusas, el 5,4% de los 8.664.300 reos en el mundo.
Las expertas coinciden en que las feroces políticas contra el tráfico de drogas toman un protagonismo extraordinario en regiones como Latinoamérica o Asia, donde se detiene a miles de mujeres forzadas a delinquir, que recurren al menudeo ante la falta de oportunidades, o que quedan atrapadas en Estados ausentes. Andrea Casamento es miembro del Subcomité de Prevención de la Tortura de la ONU, lleva 18 años visitando cárceles y atestigua el resultado del informe, en el que no ha participado. “Cercenamos la vida de las mujeres, y sus hijos terminan también en las cárceles. Hay una media de dos a tres niños afectados por cada una de ellas. ¿Qué les proponemos? ¿Qué ofrece el Estado?”, cuestiona en retahíla.
En su discurso predomina la palabra “disparate” por doquier. Hace referencia al impacto que tiene en los familiares y abuelos hacerse cargo de varios menores sin madre, “que en su mayoría son cabeza de familia”; en la dificultad de trabajar bajo arresto domiciliario; en “las altísimas condenas por microtráfico de drogas”; en la cantidad de presas con más de 60 años y problemas de salud; en la masificación de los centros; o en el exceso de prisión preventiva.
Cuestiones algunas que también afectan a los hombres convictos. “Encerrar a un ser humano en una jaula tiene consecuencias. Y hay que hacerse cargo de ello”, sentencia. A la crítica se suma Claudia Cardona, que tras pasar más de nueve años en una cárcel de Colombia, ahora en libertad, a los 45, dirige la ONG Mujeres Libres, centrada en la incidencia política penitenciaria con enfoque de género, en el que reconoce el papel de ellas como cuidadoras y proveedoras en los hogares. “Las políticas contra las drogas no se centran en capturar a los más grandes. Ellas, en cambio, están expuestas en las calles, son más vulnerables, de fácil detención y reemplazo. No se incide nada en la estructura criminal”.
Nathalie Alvarado, coordinadora del área de seguridad ciudadana y justicia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) incide en el daño que supone el narcotráfico y detalla que el perfil delictivo de las mujeres en “la región más violenta del mundo” responde a delitos cometidos sin armas y sin herir a sus víctimas. “Son faltas menores que se podrían resolver con trabajos comunitarios”, propone Alvarado, que detalla que la reincidencia de las mujeres en la región se sitúa en un 17%, mientras que la de los hombres alcanza un 33%.
Las reglas de Bangkok
Cardona cuenta que durante su reclusión aprendió lo que eran las llamadas Reglas de Bangkok de la ONU, que pretenden evitar las malas condiciones de vida y servicios en cárceles para las mujeres. Ahí comenzó su activismo. Resalta que tienen que luchar por el derecho a suficientes toallitas higiénicas, a ginecología, a que las faltas disciplinarias no se sancionen sin ver a los hijos o a que no practiquen histerectomías para evitar problemas uterinos.
Su colega Coletta Youngers, que es asesora principal de la organización Washington Office on Latin America (WOLA) sobre derechos humanos en Latinoamérica, puede entrar a visitar algunas prisiones en la región y con rostro de consternación, por videoconferencia, expresa: “Es horrible, encuentras humedades, baños estropeados, agua sucia, alimentos incomestibles… Hay centros masificados donde se cometen abusos. Es inhumano”.
“Las Reglas de Bangkok no se cumplen en Latinoamérica. Es una tarea pendiente en la región”, dice tajante Alvarado. Y destaca las deficientes instalaciones, si las hay, de las salas de lactancia que serían “necesarias” además por el bien superior del menor. Con los datos que maneja, estima que el 39% de las mujeres detenidas tienen a su pareja en la cárcel, mientras que ese porcentaje para los hombres es del 5%. “Y esto impacta en los cuidados de los hijos”, añade. Resalta también la falta de enfoque de género para el tratamiento de la salud mental de ellas, “con historiales de abusos distintos a los de los hombres” y para la rehabilitación y la reinserción. “Tradicionalmente está pensado todo para ellos, y a lo mejor se imparte algún taller de peluquería o algo estereotipado. Pero no es eso lo que ellas necesitan. La formación no puede estar alejada de sus capacidades o de la demanda del mercado. Tienen que aprender de empoderamiento, de emprendimiento”, añade Alvarado, muy preocupada por la falta de perspectivas tras las salidas de la prisión.
La prevención como alternativa
Cardona muestra también desasosiego por esas perspectivas de las presas al salir de la cárcel. “Abren la puerta y no saben a dónde ir. Pueden caer en volver donde estaban violentadas”. Detalla que se les niegan préstamos, alquileres, trabajos, estudios… Y que pierden la figura de autoridad. En un momento detiene su declaración y exhorta a quien le oiga: “¡Sociedad, no me exijas si no me das oportunidades, no me pidas que no haya reincidencia si no hay nada que hacer!”. Por eso encuentra respuestas en el trabajo preventivo.
Catherine Heard coincide: “Las mejores estrategias para poner fin a la sobrecriminalización de las mujeres incluyen un enfoque de reducción de daños, con el objetivo de prevenir, no castigar. Hemos visto que esta estrategia funciona para delitos de drogas en Portugal, donde se ofrece apoyo y tratamiento, en lugar de arrestos y encarcelamiento. Si se brinda el apoyo adecuado, se desviarían del enjuiciamiento y, como resultado, disminuiría el número de reclusas”. Según el informe, Europa no solo es la única región del mundo en la que no ha aumentado la cifra de encarceladas, sino que ha decrecido desde el 2000, en un 12,6%.
En África han pasado de ser 24.000 reclusas en el año 2000 a 37.314 a principios de este agosto y su análisis “es más complejo por las diferencias entre cada país”, apunta Heard, que resalta la insalubridad y peligrosidad de sus prisiones. Y en Asia y Oceanía se ha más que duplicado la población reclusa en esta horquilla. En concreto, en Indonesia ha aumentado en más de siete veces y media. Y Rosma Karlina lo corrobora: “La situación no mejora”. Desde que fue liberada vuelve a la misma prisión, pero ahora para impartir formación sobre género, derechos humanos y políticas de estupefacientes. También hace talleres en las calles para difundir que el Gobierno tiene un programa de rehabilitación al que deben mandarte los agentes antes de enviarte a la cárcel, algo que, asegura, no pasa siempre por las posibles corrupciones en el sistema. “Mi ambición es que la experiencia que viví acabe en mí. No quiero que haya ninguna Rosma más. Ninguna más”. Ella previene.
Una joven decidió tejer su propio vestido de XV años al estilo crochet y el resultado final se robó la atención de los usuarios de TikTok, plataforma donde compartió el paso a paso hasta obtener el resultado final.
Se trata de Noemí, una adolescente que festejó sus XV años como muchas otras jovencitas, pero con un singular distintivo: su vestido tejido. Esta característica la destacó de muchas otras festejadas que optan por comprar su atuendo.
Sin embargo, en su caso, no sólo creó su vestimenta desde cero, sino que además la complementó con una crinolina que le dio el volumen deseado y un cinturón en color rosa que resaltó sobre el tono azul.
La joven confeccionó su vestido con crochet desde cero | TikTok @no3mi.142
Vestido se vuelve viral
En una serie de nueve videos, Noemí mostró a sus seguidores todo el proceso de confeccionamiento, desde la selección de estambres y ganchos, hasta la forma que iba obteniendo luego de horas y horas de trabajo.
Conforme avanzaba en la creación de su atuendo, la adolescente también ganaba público en su perfil de TikTok hasta que se volvió viral. E interactuaba con los usuarios que le preguntaban en comentarios los detalles sobre cómo aprendió a tejer o por qué decidió hacer su propio diseño.
El éxito fue tal que obtuvo más de 3 millones de reproducciones en promedio durante toda la serie de clips previos a su fiesta. Así como recibió felicitaciones y comentarios positivos cuando mostró el resultado final, entre los que mencionaron, “es una artista“.
Lo usó el día de su festejo de XV años y se volvió viral | TikTok @no3mi.142
Noemí optó por lucir su vestido de XV años con un par de tenis Converse de color y portó un ramo de flores de colores que también estaban hechas de estambre completando su vestuario que cautivó a los usuarios de TikTok.
El gobierno federal ratificó la declaratoria de Alerta por Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) en 11 municipios del Estado de México, donde desde 2015 se implantó ese mecanismo ante los altos niveles de feminicidios, asesinatos de mujeres y otras violencias que se registraban desde entonces en esas demarcaciones.
Tras una nueva reunión del grupo interinstitucional y multidisciplinario encargado del seguimiento de la declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres y de evaluar los resultados alcanzados hasta ahora, así como las acciones instrumentadas por los gobiernos municipales en respuesta a las declaratorias, finalmente se determinó la continuidad de esta política.
Los municipios donde deberá continuarse la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres son: Chalco, Chimalhuacán, Cuautitlán Izcalli, Ixtapaluca, Naucalpan de Juárez, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla de Baz, Toluca, Tultitlán, Valle de Chalco Solidaridad y Ecatepec.
La determinación se hizo durante la décima novena sesión ordinaria del organismo evaluador, confirmaron autoridades municipales de Ecatepec, uno de los municipios que aplica esta política para combatir la violencia contra las mujeres en la entidad.
Al respecto, el ayuntamiento de Ecatepec informó que a seis años de la implementación de la declaratoria de Violencia de Género, se evaluó el estatus y avance en medidas de prevención, seguridad, justicia y reparación planteadas en la resolución.
Cabe recordar que el 31 de julio de 2015 fue implementada la Declaratoria de Alerta en los 11 municipios del Estado de México, mientras que en octubre de 2019 se hizo una segunda declaratoria por desaparición de mujeres en siete de esos 11 municipios: Toluca, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Cuautitlán Izcalli, Chimalhuacán, Ixtapaluca y Valle de Chalco.
Tan sólo en lo que va de este año y de acuerdo al Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública (SENSP), entre enero y septiembre se han registrado 695 feminicidios a nivel nacional, mientras que de estos en Edomex se reportan 101 casos, por lo que ocupa el primer lugar en números absolutos, seguido de Nuevo León, con 79 casos; Veracruz, con 55; CDMX, con 52, y Chiapas, con 32.
No obstante al número de población, el primer lugar en feminicidios a nivel nacional lo ocuparía Colima, con una tasa de 3.69 feminicidios por cada 100 mil habitantes; seguido de Nuevo León, con 2.74 casos por cada 100 mil habitantes; mientras que Morelos se ubicaría en tercer lugar, con 2.42 por cada 100 mil habitantes. En este sentido, la tasa de Edomex es de 1.11 casos por cada 100 mil habitantes, la misma que le correspondería a la Ciudad de México.
Actualmente la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM) ha realizado un total de 25 declaratorias por violencia de género en municipios o entidades completas, como ocurre en el caso de Zacatecas o Veracruz; además de que hay otras 11 declaratorias bajo estudio.
Por tradición los hombres han sido los encargados de llevar el café de especialidad en las fincas, una actividad que, en su mayoría, es heredada.
Martina Luna y Elvira Trejo ahora son las encargadas de llevar las fincas de sus familias y recibieron la taza de plata en el Concurso Nacional de Calidad de Taza.
Por tradición los hombres han sido los encargados de llevar el café de especialidad en las fincas; esta es una actividad que, en su mayoría, es heredada de generación en generación y ahora las mujeres se abren paso.
Como Martina Luna y Elvira Trejo, quienes ganaron la taza de plata en la categoría de naturales y Honeys, y lavado, respectivamente, en la 5ta edición del Concurso Nacional de Calidad de Taza.
En entrevista con Business Insider México, ambas reconocieron los retos que han sorteado para llegar hasta donde están y qué viene para el café de especialidad del país.
Una taza de plata desde el primer sorbo
Martina Luna
Martina Luna de la Finca Tapula, de Zongozotla, Puebla, confiesa que uno de sus mayores retos fue poder migrar del maíz al café, luego de que por generaciones en su familia el campo fuera destinado al maíz.
Por los cambios climáticos, el grano del maíz ya no se adaptó a las tierras de su familia, por lo que el suegro de Martina inició la siembra del café pero por distintas plagas y enfermedades, tuvieron que dejarlo.
Sin embargo, cuando las tierras pasaron a manos de Martina y de su esposo, ambos inician con plantaciones de estilo Marsellesa.
A pesar de desconocer el procedimiento del café de especialidad, Martina decidió participar por primera vez en el concurso y se llevó la taza de plata.
«Como productores buscamos un mejor precio para así poder llevar y crecer nuestras parcelas», dijo Martina en entrevista.
El café de Martina se produce a una altura de 900 metros sobre el nivel del mar y han logrado un café de especialidad con distinción de catadores QGraders.
Un café de especialidad de 1,800 metros de altura de Chiapas
Elvira Trejo
Por otro lado, la historia de Elvira Trejo es una herencia desde sus bisabuelos, quienes iniciaron con la siembra de café en la Finca San Juan del Vesubio en el muncipio de Yajalón, Chiapas.
A 1,800 metros sobre el nivel del mar, la finca volvió a tomar la ruta del café cuando Elvira heredó las tierras de sus padres. «Desde siempre se ha cultivado café de calidad», asegura Elvira.
Ahora como la siguiente generación en la finca, Elvira quiere posicionar su café como uno de especialidad y llevar su trabajo como mujer dentro de una industria, donde solo el 30% de participación es de mujeres.
«Queremos dar a conocer que las mujeres estamos en el mundo del café, que las mujeres tenemos la capacidad y la decisión de también dedicarnos al campo, principalmente del café», dijo.
Elvira habla del café como si fuera su hijo, cuidar de él como lo hace con su familia y con la atención que esta requiere, desde la selección de los granos hasta cuando es lavado.
«(El mundo del café) es todo un conjunto de retos, de los cuales podemos salir adelante las mujeres», dijo.
María Teresa Hernández Catadora y Jueza 5to Concurso Nacional de Café del Yara Champion Program Coffee
María Teresa Hernández, catadora Q Grader y jueza en la 5ta edición del Concurso Nacional de Calidad de Taza, asegura que la falta de representación femenina en el campo se debe al peso de la tradición y costumbres.
Sin embargo, nuevas generaciones como Elvira y Martina se ven más involucradas en el campo, gracias a las capacitaciones que se les otorga. No obstante la catadora sostiene que se necesitan más iniciativas de empoderamiento.
«Considero que para incentivar la participación de mujeres en el campo debemos de promover mayor difusión de aquellos cafés donde está involucrada la mano de la mujer productora de café», dijo.
Además, en algunas localidades existen cooperativas que producen nanolotes o microlotes de café con productoras mujeres.
¿Cómo saber que se está tomando un café de especialidad?
Hernández asegura que los procesos de un café de especialidad son más detallistas en los cuidados, por lo que se necesita más capacitación en la cadena productiva.
Y es que según la experta, el corte del café debe ser selectivo en una maduración más óptima, a diferencia de lo comercial donde se cortan todos los granos, ya sean verdes, maduros o rojos.
Después, se requieren otros procesos de lavado —dependiendo si es natural o no— y finalmente se lleva al proceso de tostado.
La catadora asegura que para el consumidor final es difícil distinguir una taza de café de especialidad, sin embargo pueden acudir con baristas y especialista para lograr distinguir los sabores.
Los precios del café de especialidad pueden ir desde los 600 a 700 pesos por kilo, uno de los obstáculos que enfrentan los productores de café.
«Tenemos el deber de difundir estos cafés y de educar al consumidor final
para que valoren el proceso que conlleva (…) realizar una taza de café de especialidad», concluyó.
Las brechas de género en las secretarías del gobierno mexicano persisten en la actual administración federal, así lo detectó el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) tras un análisis de las diferencias de ingresos y niveles de puesto que existen entre hombres y mujeres.
El IMCO analizó el puesto y el nivel de ingresos 158 mil personas que trabajan en la secretarías del gobierno del Estado mexicano, y encontró, entre los datos más alarmantes, que se dejó de lado la paridad de género y que la brecha salarial no ha podido ser erradicada en la esfera de política.
En las secretarías de Estado, la diferencia de ingresos promedio entre hombres y mujeres es de 8% en los puestos de mando medio y superior. Si bien el instituto aclara que esto representa una disminución de dos puntos porcentuales con respecto a 2021, también se encontró una menor participación de las mujeres en los puestos más altos hecho que impactó en los ingresos que las mujeres reciben.
En ocho de cada 10 secretarías, los ingresos promedio de las mujeres son menores que los ingresos de los hombres en los puestos de mando.
Cabe señalar que si bien actualmente son 9 las gobernadoras estatales en las secretarias de gobierno aún no se ha alcanzado la paridad de género. (Foto: especial)
Entre 2021 y 2022 la brecha salarial aumentó en siete secretarías de Estado. De acuerdo con el IMCO, Turismo es la secretaría con la mayor diferencia de ingresos, pues por cada 100 pesos que ganan los hombres las mujeres ganan, en promedio, 64 pesos.
Cabe señalar que a esto se suma que solo 13% de los puestos de jefatura de unidad en el mayor nivel de ingreso (159 mil 724 pesos al mes) son encabezados por una mujer.
“La falta de servidoras públicas en los niveles más altos del tabulador refleja los retos que enfrentan para crecer dentro de la estructura laboral”, expresa el instituto.
Además, seis titulares de las secretarías de Estado reciben un ingreso mensual mayor al establecido en el tabulador. Esta diferencia de ingresos ocasiona una brecha salarial de género negativa, es decir, las titulares de secretarías de Estado perciben un ingreso (-)1% menor que los secretarios de Estado.
Cabe señalar que en México, la paridad de género es un principio constitucional que se refiere a la participación equilibrada, justa, y legal, el cual fue decretado en 2019, sin embargo, los reusltados sobre la marcha aún no son los esperados.
Y es que a pesar del incremento en la participación de las mujeres en puestos como direcciones generales y de área, su representación en los puestos directivos (31%) y de titularidad media (44%) de las secretarías de Estado aún es baja comparación con el porcentaje de mujeres en la plantilla laboral (49%).
33% de las direcciones generales son ocupadas por mujeres. Este porcentaje disminuye a 28% para las jefaturas de unidad, el tercer puesto de mando más alto.
La representación femenina en las jefaturas de unidad de las secretarías de Estado se mantuvo igual entre 2021 y 2022. En 38% de las secretarías el porcentaje de mujeres en las jefaturas de unidad disminuyó y en 25% se mantuvo sin cambios.
En la Secretaría de Educación Pública no hay mujeres al frente de las jefaturas de unidad.La Secretaría de Trabajo y Previsión Social cuenta con el mayor número de mujeres en las direcciones generales (45%) y 10 secretarías más aumentaron la participación de las mujeres en este puesto.