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  • Fechas clave en la historia para conseguir el voto femenino

    Fechas clave en la historia para conseguir el voto femenino

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    El primer voto. Litografía publicada en «The Sphere» el 21 de diciembre de 1918

    Las elecciones de 1918 en Gran Bretaña

    Se celebraron el 14 de diciembre, un mes después de que Alemania firmara el armisticio y cesaran los combates en Europa. En ellas pudieron votar por primera vez las mujeres, aunque sólo las mayores de 30 años, mientras que el voto masculino se amplió a los mayores de 21 años.

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    Hucha británica de 1913

    Se activaba mediante un mecanismo: al caer la moneda se abría la caja y aparecía una joven con una pancarta y un collar en pro del voto femenino. Diez años más tarde del primer voto de una mujer, en 1928, el sufragio femenino se extiende a todas las mujeres mayores de 21 años, en pie de igualdad con los hombres.

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    Banderín por el voto femenino hecho por las sufragistas estadounidenses en 1910-1920

    En agosto de 1920 fue ratificada la Decimonovena Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, que consagra el sufragio femenino. Hasta ese momento las mujeres podían votar en aquellos Estados que así lo permitían; el primero en autorizar el voto femenino había sido Wyoming, en 1869.

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    Estatuilla en cerámica de una sufragista de comienzos del siglo XX

    Las mujeres de Australia lograron el derecho al voto en el año 1902. Este país y su vecina Nueva Zelanda eran dominios de la Corona británica, pero gozaban de una gran autonomía política que favoreció la adopción de esta medida.

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    «La mujer debe votar». Cartel francés llamando a la mujer a luchar por sus derechos, 1925-1930.

    En 1946 Francia, recién liberada de la ocupación hitleriana, concedió el derecho de voto a la mujer, que había sido rechazado por el Parlamento en 1919 y 1922. El sufragio constituyó un reconocimiento implícito al papel de la mujer en la Resistencia.

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    Insignia de la WSPU

    Esta famosa insignia fue diseñada por Sylvia Pankhurst. En ella vemos como una doncella sale de la cárcel vestida de blanco (símbolo de pureza), con los grilletes rotos a sus pies.

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    Sufragistas estadounidenses a bordo de un remolcador durante una de sus campañas

    Conscientes de la necesidad de organizarse para ejercer presión y ganar apoyos, en 1897 diferentes organizaciones sufragistas constituyeron la Unión Nacional de Sociedades por el Sufragio Femenino (NUWSS en inglés) en Gran Bretaña, de la mano de Millicent Fawcett. Llevaban a cabo acciones y campañas para influenciar en la opinión pública y conseguir la mayor cantidad de apoyo posibile.

    1893. El 19 de septiembre de este añoNueva Zelanda concede el derecho de voto a las mujeres mayores de 21 años, aunque hasta 1916 no obtendrán el derecho a ser elegidas.

    1902.Las mujeres de Australia logran el derecho al voto. Este país y su vecina Nueva Zelanda eran dominios de la Corona británica, pero gozaban de una gran autonomía política que favoreció la adopción de esta medida.

    1906. El día 1 de junio, Finlandia se convierte en el primer país del mundo que permite a las mujeres ser elegidas al Parlamento, gracias a una ley que consagra el sufragio universal tanto masculino como femenino.

    1917. Tras la Revolución de Febrero en Rusia y la caída del zar, el jefe del gobierno provisional, príncipe Lvov, concede el sufragio femenino después de que 40.000 mujeres se manifiesten en las calles de San Petersburgo, la capital del país.

    1918. Las mujeres del Reino Unido pueden votar por primera vez. El sufragio se limita a las mayores de 30 años, que deben satisfacer determinados requisitos de propiedad. Diez años más tarde, en 1928, el sufragio femenino se extiende a todas las mujeres mayores de 21 años, en pie de igualdad con los hombres.

    1919. Entre el fin del Imperio ruso y la conquista bolchevique de este territorio, Azerbaiyán deviene el primer país de mayoría islámica que se convierte en una república parlamentaria y que concede el voto a la mujer.

    1920. En agosto es ratificada la Decimonovena Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, que consagra el sufragio femenino. Hasta ese momento las mujeres podían votar en aquellos Estados que así lo permitían; el primero en autorizar el voto femenino había sido Wyoming, en 1869.

    1929.Ecuador se convierte en el primer país de América Latina que pone en práctica el sufragio femenino en unas elecciones.

    1931 En España, las Cortes aprueban la nueva Constitución de la República el 9 de diciembre de 1931, que reconoce el derecho de voto a la mujer. En los debates sobre esta cuestión desempeñan un papel destacado las diputadas Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken; paradójicamente, las mujeres podían ser elegidas aunque no pudieran votar. Las españolas no ejercerán este derecho hasta el 19 de noviembre de 1933, cuando se celebren las siguientes elecciones generales. Después de los comicios de 1936 las mujeres ya no podrán volver a votar libremente hasta 1977, una vez finalizado el régimen franquista.

    1934 En el marco de la progresiva occidentalización y transformación del país, la República de Turquía, dirigida por Mustafá Kemal, reconoce el sufragio femenino en las elecciones nacionales, aunque las mujeres ya podían votar en los comicios locales desde 1930.

    1946Francia, recién liberada de la ocupación hitleriana, concede el derecho de voto a la mujer, que había sido rechazado por el Parlamento en 1919 y 1922. El sufragio constituye un reconocimiento implícito al papel de la mujer en la Resistencia.

    1947 La Constitución de la India, que acaba de adquirir la independencia respecto de Gran Bretaña, establece el sufragio femenino. En las dos décadas siguientes, los países de África y Asia que se emancipen de la tutela colonial reconocerán el derecho a voto de la mujer.

    1971Las mujeres de Suiza obtienen el derecho a votar en las elecciones federales; entre 1959 y 1991 habían visto reconocido su derecho en las elecciones de los diferentes cantones.

    1984 El principado de Liechtenstein se convierte en el último país europeo que aprueba el sufragio femenino, que se ejercerá en las elecciones generales de 1986.

    2015 Por primera vez desde la fundación del reino en 1932, las mujeres de Arabia Saudita pueden participar y ser candidatas en unas elecciones.

  • 69 aniversario del reconocimiento del derecho al voto para las mujeres mexicanas

    69 aniversario del reconocimiento del derecho al voto para las mujeres mexicanas

    El derecho al voto de la mujer en México comenzó el 12 de febrero de 1947, con la publicación en el Diario Oficial de la Federación del Decreto de adición al artículo 115 para permitirles la participación como votantes y como candidatas, quedando establecido que: “En las elecciones municipales participarán las mujeres, en igualdad de condición que los varones, con el derecho de votar y ser votadas”.

    Sin embargo, fue el 3 de julio de 1955, hace 64 años, cuando las mujeres en México sufragaron por primera vez en una elección federal. Lo anterior, derivado de la promesa de campaña que hiciera dos años antes el entonces candidato presidencial Adolfo Ruiz Cortines.

    Fue el 17 de octubre de 1953, una vez superado el trámite legislativo, el Presidente Ruiz Cortines promulgó las reformas constitucionales para que las mexicanas gozaran de la ciudadanía plena.

    En las elecciones federales de 1955, las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto. En esa ocasión se elegía a diputados federales para la XLIII Legislatura. Pese a la importancia que tenía este evento histórico, por ser el primer ejercicio de libertad de decisión de la mujer, la verdadera democratización de la ciudadanía tardó muchos años más en germinar, ya que la tradición estaba aún arraigada en nuestro país.

    Es por ello que tuvieron que pasar 24 años de que se reconociera el sufragio de la mujer, para que en 1979 México tuviera a la primera gobernadora estatal (de Colima), Griselda Álvarez.

    El sufragio femenino significó el reconocimiento a la igualdad en la participación política. A partir de entonces ha continuado la lucha de las mujeres por sus derechos a participar en la toma de decisiones del país.

    Municipios de México continuemos esforzándonos y trabajando en implementar políticas públicas que fomenten la participación de la mujer en la toma de decisiones en todos los ámbitos, en especial el municipal, para construir juntos un México justo, equitativo para toda la población.

  • Cómo están cambiando las ciudades para ser más seguras para las mujeres

    Cómo están cambiando las ciudades para ser más seguras para las mujeres

    ¿Qué mujer no ha sentido miedo volviendo a casa por la noche por una calle mal iluminada o ha evitado pasar por un parque vacío? Desarrollar ciudades seguras gana cada vez más peso después de que durante décadas las ciudades fueran diseñadas por y para los hombres.

    Las ciudades se construyeron pensando en los hombres debido a la división sociosexual del trabajo, asignándoles a los varones las tareas productivas y a las mujeres las reproductivas.

    Como respuesta a esta práctica, surgió el urbanismo feminista, que busca incluir a las mujeres y protegerlas en su día a día.

    Pero va más allá de evitar la escasa iluminación, aumentar la vigilancia o mejorar el mantenimiento: busca invertir en estructuras urbanas que sean inclusivas para crear así espacios en los que las personas pasen tiempo generando de esta manera una seguridad pasiva. Cuanta más gente haya en un lugar, más seguro se volverá.

    Urbanismo con perspectiva de género

    La cuestión es que todo el mundo se sienta cómodo en el espacio urbano, en cualquier lugar y a cualquier hora. Esta aspiración es lo que sociólogos denominan la «democratización del espacio urbano».

    La capital de Austria, Viena, lleva décadas aplicándolo, pero cada vez son más las ciudades que se suman a este movimiento.

    «El urbanismo feminista lo que viene a buscar es la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Se trata de reducir toda discriminación que exista todavía en la práctica», le explica a BBC Mundo la arquitecta española Alexandra Delgado del estudio AD arquitectura urbana.

    «Un urbanismo feminista en el fondo es un urbanismo que nos beneficia a todos, porque nos da un mejor espacio público, más igualdad de oportunidades, mejor acceso a equipamientos, mejor transporte público… es un urbanismo de la oportunidad», agrega.

    Los inicios se remontan a los años 60, cuando feministas del ámbito de la arquitectura, el urbanismo y la geografía comenzaron a demostrar que el urbanismo no es neutro y que es necesario incluir en él a las mujeres.

    GETTY IMAGES

    Esta perspectiva aporta una visión amplia de las personas al plantear que las mujeres y los hombres viven y experimentan el espacio de maneras diferentes. Esta visión ha cobrado fuerza debido al incremento de población de las ciudades.

    Hoy, poco más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, según datos de la ONU. Además, se prevé que, para 2050, ese número aumente a 68 %. Mientras, para 2030, se espera que el mundo tenga 43 megaciudades de más de 10 millones de personas, la mayoría de ellas en el hemisferio sur.

    «Ciudades seguras» de la ONU

    «Cuando las mujeres y las niñas no pueden caminar tranquilas por las calles de la ciudad, vender y comprar en los mercados, desplazarse en el transporte público o simplemente usar aseos comunitarios, esto tiene un impacto tremendo en sus vidas. Tanto la amenaza como la experiencia de la violencia afectan su acceso a las actividades sociales, la educación, el empleo y las oportunidades de liderazgo», explica la ONU Mujeres en el marco de la iniciativa internacional de «Ciudades seguras y espacios públicos seguros».

    Desde 2011, esta Iniciativa mundial proporciona apoyo a gobiernos, organizaciones de derechos de las mujeres, organizaciones no gubernamentales (ONG), el sector privado y otros asociados con el objetivo de crear espacios públicos seguros con y para las mujeres y las niñas en entornos urbanos, rurales y de otro tipo.

    «Se trata de tener espacio público iluminado, cuidado, con zonas verdes, con equipamientos. Estas cosas son las que dan seguridad diaria», explica Delgado sobre el programa de la ONU que promueve, entre otras cosas, inversión en la seguridad de los espacios públicos.

    Diseñar pensando en las mujeres en España

    En España la ley para la igualdad efectiva de hombres y mujeres recoge un punto específico de urbanismo.

    En la práctica esto significa que cualquier proyecto que se presente en el ámbito del desarrollo urbano debe incluir obligatoriamente una memoria de impacto de género en la que se explique siempre la seguridad peatonal y la seguridad de los espacios diurnos y nocturnos. Esto se traduce en una mayor iluminación de las calles, ausencia de zonas oscuras o parques sin vegetación que pueda hacer de barrera como un gran número de árboles frondosos.

    Países como España han reconocido la necesidad de renovar su diseño urbano para hacer los espacios públicos inclusivos, seguros y receptivosa las necesidades de las mujeres y hombres. GETTY IMAGES

    «Esto es tan importante que ha habido planes urbanísticos que se han anulado por no tenerla», explica la arquitecta española. «Si no se incluye, por ejemplo, una buena iluminación los proyectos no pasan las evaluaciones de memoria de impacto de género».

    «Normalmente se traduce en una mejora del espacio público, la iluminación del mismo, el acceso al transporte… Hay algunas cuestiones, sobre todo, en el espacio público, en el que el plan presentado debe decir por qué no causa desigualdad en las mujeres, por su diseño», indica. «Es un urbanismo que no perjudica a nadie, sino que nos beneficia a todos», afirma Delgado.

    En opinión de la arquitecta española, si bien no se lleva aplicando tanto tiempo como para decir que haya mejorado la seguridad de las mujeres en las ciudades, «sí que por lo menos ha visibilizado unas problemáticas en las que antes ni siquiera pensabas».

    «Solamente el hecho de poner sobre la mesa y cuestionar: ¿estás pensando en la seguridad en el espacio público? ¿Estás pensando en la seguridad por la noche? Es algo positivo. En este sentido sí que se va en la buena dirección», agrega.

    Viena: una ciudad para mujeres

    A principios de la década de 1990 Viena desarrolló el que es el mayor proyecto de vivienda en Europa hasta la fecha construido por y para mujeres.

    «La facilitación de las tareas domésticas y familiares, el fomento de la vecindad y un entorno vital en el que los residentes también puedan caminar con seguridad fueron los objetivos centrales del proyecto modelo Frauen-Werk-Stadt I», explican a BBC Mundo desde la Oficina de Urbanismo de Viena.

    La Frauen-Werk-Stadt I, en la calle Donaufelder 95-97 del distrito 21 de Viena, es el mayor ejemplo de vivienda y urbanismo adaptado a las mujeres en Europa. CORTESÍA DE LA OFICINA DE URBANISMO DE VIENA

    El proyecto de 357 viviendas liderado por la arquitecta Franziska Ullmann tenía el objetivo también de promover la participación de las mujeres profesionales en el desarrollo urbano y especialmente en el diseño de la expansión urbana.

    Terminado en 1997, este diseño se convirtió en toda una referencia para los estudios de arquitectura de todo el mundo.

    «Es muy interesante como referencia por cuestiones prácticas como, por ejemplo, como que haya vínculos visuales interior-exterior, entre el apartamento, el hueco de la escalera, el patio, el jardín, las plazas, las calles. Eso al final es la vigilancia pasiva», indica Delgado.

    Esta ciudad de mujeres también cuenta con una planta baja abierta y los garajes tienen una estructura abierta con iluminación natural, debajo de los apartamentos, con acceso directo desde las escaleras para mejorar la seguridad.

    «Senderos seguros» de México

    En América Latina, la violencia contra las mujeres y las niñas marca el día a día de la vida de numerosas ciudades. Según datos de la ONU, en México 7 de cada 10 mujeres enfrentaron algún tipo de violencia en 2020.

    De acuerdo con la Encuesta Origen Destino en Hogares de la Zona Metropolitana del Valle de México (EOD-HOGARES) de 2017, el 61,4 % de los trayectos que se hacen caminando en la Ciudad de México son llevados a cabo por mujeres para realizar actividades de cuidado, principalmente.

    No obstante, en 2018, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) dio a conocer que tan solo 14,3% de las mujeres mayores de 18 años reportaba sentirse segura en la calle, mientras que 17.799 mujeres por cada 100.000 habitantes había sido víctima de robo o asalto en la calle o en el transporte público.

    Entre las medidas implementadas para luchar contra esto en lugares como Ciudad de México destaca el programa «Senderos Seguros: Camina libre, camina segura», creado en 2019 para mejorar las zonas con mayor incidencia delictiva contra las mujeres, fomentar el disfrute del espacio público y prevenir la incidencia delictiva.

    Esta acción implica un incremento del alumbrado público con tecnología LED, limpieza y rehabilitación de áreas verdes, instalación de tótems con cámaras de videovigilancia y botones de auxilio conectados con las autoridades.

    «El programa propone diseño universal con perspectiva feminista para crear rutas seguras utilizando elementos amortiguadores de violencia e integrados a una imagen urbana que incremente la percepción de seguridad», le explican a BBC Mundo desde la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México, responsable del programa.

    De 2019 a la fecha se han intervenido 510 kilómetros de senderos seguros y para el cierre de 2022 se planea llegar a los 710 kilómetros. Asimismo, actualmente se cuentan con más de 65.000 cámaras de video vigilancia y 11 mil botones de auxilio.

    Según datos de las autoridades mexicanas, los delitos contra las mujeres en el espacio público han disminuido en un 28,8% en los lugares que han sido intervenidos como Senderos Seguros desde 2019.

    «Pensar en las mujeres a la hora de diseñar las ciudades es algo que ayuda. Esa es una de las razones por las que se lanzaron los senderos seguros, para que esas zonas donde las mujeres no podían transitar o sentían peligro fueran rehabilitadas para que las mujeres pudieran pasar por ahí», explican, por su parte, desde la Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México.

    «Son medidas superficiales»

    Sin embargo, si bien los expertos apuntan que se va por el buen camino, aún queda mucho por hacer en la lucha contra la violencia contra las mujeres en las ciudades.

    «El concepto de arquitectura de género en México y todos los conceptos relacionados son superficiales, son maquillaje. Sin duda sirven, el maquillaje siempre sirve, pero tapa solo huecos, no arregla el problema», indica a BBC Mundo la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao.

    «Estas medidas son superficiales por muchas razones. La primera es porque realmente no hay una política de defensa de los derechos de las mujeres en profundidad. Lo que no se protege en México es la vida de las mujeres. En México matan a muchas mujeres», critica.

    «Por eso por más que se haya pensado en iluminación de calles, espacios abiertos y demás medidas no es suficiente. A las mujeres las matan en la calle a plena luz. Por eso creo que las acciones que se están haciendo de ese tipo son superficiales», agrega.

    No obstante, Bilbao reconoce que todo ayuda. En su opinión hay estrategias de urbanismo que funcionan mejor como crear espacios donde se socialicen las labores de cuidado.

    «Los callejones existen, pero si empiezas de cero hay que pensar en cómo hacer espacios que socialmente puedan ser mucho más seguros, porque tienen gente, porque están abiertos… que ponerle luz a un callejón oscuro. Pero bueno, si existen callejones oscuros hay que hacer algo contra ellos, sin duda. Creo que va en paralelo todo».

  • Para las escritoras latinoamericanas, el terror y la fantasía plasman la lucha cotidiana

    Para las escritoras latinoamericanas, el terror y la fantasía plasman la lucha cotidiana

    En un artículo publicado en 1960 en The New York Times, el traductor y crítico José Vázquez Amaral reportaba “sorprendentes noticias literarias de México y América Central”: las escritoras iban “progresando”.

    Entre las escritoras que estaban a la vanguardia mencionaba a Amparo Dávila y Guadalupe Dueñas, autoras mexicanas cuyos cuentos escalofriantes combinaban sucesos fantásticos con experiencias cotidianas y cuestionaban las limitaciones diarias impuestas a las mujeres en esa época. Antes de pasar a “un informe un tanto menos entusiasta” sobre las andanzas literarias de los varones, Vázquez destacaba que, gracias a las mujeres, ningún otro periodo de la historia latinoamericana había visto “aparecer tantos escritores excelentes de manera tan sorpresiva y triunfante”.

    Seis décadas más tarde, el linaje literario de Dávila y Dueñas —por no decir el de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y José Eustasio Rivera— sigue vigente y goza de buena salud. En México, Argentina, Ecuador y otros países más, un número notable de escritoras recurren a la fantasía, el horror y lo desconocido para inquietar a los lectores y expresar críticas sobre los problemas sociales. Varios comités de premios, dentro y fuera de América Latina, tienen los ojos puestos en ellas.

    “Es algo que estamos observando en toda la región, una nueva sensibilidad”, aseveró Carmen Alemany Bay, profesora de literatura en la Universidad de Alicante, en España, quien acuñó el término “narrativa de lo inusual” para describir la corriente actual de producción literaria en la región.

    “Presentan situaciones”, explicó Alemany Bay, “en que el lector es quien finalmente decide si aquello es posible o no. De allí la riqueza de este tipo de literatura”.

    Quizá no sea ninguna sorpresa que las escritoras, en particular, sean quienes recorren los rincones más sombríos de la ficción latinoamericana actual, ahora que aumenta la frustración en torno a las restricciones a los derechos de las mujeres y la creciente violencia de género. Por toda la región, los movimientos de protesta impulsados por mujeres se han vuelto habituales en el paisaje político reciente.

    Sin embargo, estas historias tienen más en común que coincidencias insólitas y sobresaltos nocturnos, afirmó Alemany Bay. La “narrativa de lo inusual” por lo general está atenta al entorno social, explora la femineidad de manera íntima y nada convencional, y cuestiona la naturaleza de nuestras relaciones personales más cercanas, mencionó. Las representaciones de la vida normal no intentan resaltar el efecto de lo fantástico o sobrenatural; más bien, lo irreal se utiliza para agudizar la perspectiva del lector sobre lo que es verdad.

    “Muchas veces cuando se habla de este tipo de escritoras actuales que se salen de lo real, y particularmente latinoamericanas, entonces es ‘realismo mágico’. Y esto es un error muy grave, muy grave”, señaló Alemany Bay. “Estas autoras a veces también utilizan elementos mágicos, pero como un instrumento”.

    De hecho, el éxito reciente de estas autoras ya ha ensanchado la definición de la gran literatura latinoamericana, cuyo boom de los años 60 y 70 nos regaló realistas mágicos como Gabriel García Márquez. Este mes se anunció que, tras ser galardonadas en España y América Latina, la colección de cuentos de Samanta Schweblin Siete casas vacías (Seven Empty Houses que saldrá en inglés con Riverhead para el 18 de octubre) y la novela Mandíbula de Mónica Ojeda (que Coffee House Press lanzará con el título Jawbone en febrero) se encuentran entre las finalistas del premio estadounidense National Book Award en la categoría de literatura traducida.

    Siete casas vacías es menos fantasía pura que la colección previa de Schweblin, Pájaros en la boca. No obstante, sus historias son igual de aterradoras. El libro, escrito en la época en que Schweblin se mudó de Argentina a Berlín —en primera instancia por un tiempo, y más tarde de manera permanente— gira en torno al sentido de desplazamiento: una mujer en sus años de vejez decide embalar su vida; una niña se va con un extraño; una madre y su hija se cuelan en casas de personas ricas y cambian de lugar los muebles. En todas las historias, Schweblin parece decidida a resquebrajar el sentido de permanencia del lector.

    “La idea era estirar esto lo más posible a un realismo, o sea todo lo que pasa es posible y, sin embargo, la sensación de extrañamiento es muy fuerte”, dijo Schweblin. “Me gusta jugar y ver cómo cruzo esos límites, me gusta ver hasta dónde puedo cruzarlos y hasta dónde cruzarlos significa lastimar y hasta dónde de pronto eran una cosa arbitraria”.

    Para Schweblin, nuestra fascinación como sociedad por las historias de terror refleja una pérdida: una conexión menguante con los momentos “sublimes” del arte y la vida que “desarman” todo lo que llevamos dentro y que hemos ido “cancelando”, dijo. “Ha quedado el horror como una herramienta para esa conexión, casi de olla de presión”.

    Si bien es sorprendente, la obra de Schweblin también está impregnada de crítica social: en Siete casas vacías los prejuicios y las divisiones de clase son los elementos más destacados. Su novela de 2017 preseleccionada para los premios Man Booker, Distancia de rescate (en inglés, Fever Dream), ofrece una perspectiva literaria sobre la fumigación de plantíos con glifosato, un pesticida asociado con defectos de nacimiento, en zonas de toda Argentina donde hay cultivos de soya, como en el caso de Aviá Teraí, pueblo cercano a la frontera con Paraguay.

    “La literatura es súper política, pero cuando mejor sale es en un espacio donde ninguna otra política puede meterse: en el espacio más delicado que no tiene la precisión de ‘vamos a hablar del glifosato porque alguien tiene que hablar de eso’”, comentó Schweblin.

    Fiel a su costumbre, la crónica social de Schweblin en Distancia de rescate abarca el espacio entre lo fantástico y lo cotidiano y está estructurada completamente como un diálogo entre una mujer moribunda y un niño que podría ser real o imaginario. De manera similar, Mandíbula, de Ojeda, presenta a una joven secuestrada por una maestra obsesiva y emplea el horror para explorar las ansiedades de la adolescencia y la femineidad en Ecuador en la época moderna.

    “Siempre ligamos el miedo a la fealdad, pero yo creo que sobre todo está ligado a la belleza”, explicó Ojeda en un correo electrónico. “El miedo más grande que podemos experimentar es el de perder la belleza. Me pareció natural pensar la adolescencia desde allí”.

    Al igual que Dueñas y Dávila antes que ellas, Ojeda y otras escritoras contemporáneas de América Latina utilizan diferentes elementos para confrontar las realidades cargadas de tensión que viven las mujeres de la región. Pero, a diferencia de ellas, su forma de feminismo, en sí, representa una “evolución” de la narrativa del siglo pasado, afirmó Alemany Bay.

    “Escritoras como Ámparo Dávila van a incorporar al mundo interior. Ese es el mundo de la pesadilla, el mundo de la locura. Utilizan mucho la psicología interior, que podría ser una característica de la literatura escrita por mujeres”, comentó Alemany Bay. “Las escritoras actuales también incorporan ese mundo interno, pero están en otro estadio, en el que no tienen que hacer una reivindicación como mujeres. Y creo que allí hay también un paso adelante en esta escritura”.

    Esa forma más personal de feminismo, considera Schweblin, ha necesitado tiempo para ser comprendida plenamente.

    “Con Pájaros en la boca, todos los temas de los que se está ocupando el feminismo en los últimos 10 años están allí, en un libro de la ingenuidad de una persona que tenía 18 años”, dijo. “Realmente no sé si es feminista o no, pero la necesidad, la bronca, estaba allí”.

    Aun así, reconocer esas realidades puede resultar chocante. Schweblin dijo que cuando se mudó por primera vez a Berlín, no entendía por qué la llenaba de felicidad volver a casa en bicicleta sola por la noche sin preocuparse de que hubiera consecuencias. Sus amigos no entendían por qué les enviaba mensajes de texto después de volver tarde.

    “Nadie me contestaba, me costaba entender que lo que estaba diciendo era: llegué viva”, dice Schweblin.

    <em>Brujas</em>, de Brenda Lozano, utiliza elementos surrealistas para explorar la violencia contra las mujeres en México.

    Credit…Gladys Serrano/El País

    En Argentina, el año pasado se registraron 251 feminicidios —asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres—, según datos oficiales. En México, la cifra fue de 1004. En Brujas, publicada en inglés por Catapult con el título de Witches en agosto, la escritora mexicana Brenda Lozano utilizó el espacio entre lo real y lo imaginario para explorar “diferentes niveles” de violencia contra las mujeres, desde las expectativas de los roles de género hasta el abuso y el feminicidio.

    La “bruja” de la novela de Lozano desafía las premisas sobre lo que deben ser las mujeres, y usa el lenguaje (y hongos silvestres) para sanar a los enfermos de un modo que la medicina moderna no puede hacerlo.

    “Mi superhéroe sería una mujer capaz de todo a través de la palabra, pero todo: cambiar cualquier narrativa, casi como un poema imposible, un poema que lo vea todo”, afirmó Lozano. “Creo que eso solo era posible en su imposibilidad, solo era posible a través de la ficción”.

    Fragmentos de obras de escritoras latinoamericanas:

    (…) una vez, la Oscuridad, a través de él, le había arrancado un brazo, desde el hombro, a un chico de diez años. La madre, en vez de tener la habitual reacción extática de los Iniciados, se había puesto histérica, había amenazado con sacar todo a la luz, con denunciarlos. Florence no toleraba ese tipo de rebelión. La mujer había sido arrojada, con piedras en los pies, al río Paraná. A que fuera parte de todos los muertos que se esconden en los lechos de los ríos argentinos.

    Fernanda abre los ojos y ve a Annelise que ya no tiene una cabeza, sino una mandíbula que piensa. “Saborearás a Dios en la carroña”, dice y le pone un pájaro muerto sobre las manos. Las demás levantan las suyas en el aire. Saben que se acerca el momento. “Saborearás a Dios en la carroña”, corean. Y las paredes gotean.

    El ruido fue cercano y sutil, dentro del cuarto. Si abría los ojos, se dijo a sí misma, podría tener que enfrentar algo terrible. Se concentró en controlar los párpados. Estaba lista para la muerte, qué alivio sería si solo se hubiera tratado de la muerte, no quería sufrir, no quería que la lastimaran, y otra vez el ruido sobre la madera del piso, inconfundiblemente humano. ¿Sería él? No, se dijo en silencio. Él estaba muerto. Abrió los ojos. El chico estaba parado a los pies de la cama.

  • Manu Buffara: Mejor Chef de Latinoamérica 2022

    Manu Buffara: Mejor Chef de Latinoamérica 2022

    Desde sus primeros bocados, conectar con los ingredientes a través de todos los sentidos formó la memoria gustativa de Manu Buffara, chef del restaurante brasileño Manu y quien este año es galardonada como la Mejor Cocinera de América Latina.

    “Mi abuelo materno Nelson tuvo mucha influencia en mi percepción de la comida. Para él era muy importante el tacto, tocar los alimentos y estar verdaderamente presente en la mesa, decía que era necesario prestar atención a los sabores y las texturas al llevar un alimento a la boca. En mi familia sentarse en la mesa es un acto muy importante”.

    Manu Buffara, chef del restaurante brasileño Manu
    IG: @restaurantemanu

    De raíces italiana y libanesa, Manu comprendió la importancia del producto mucho antes de que el fine dining lo introdujera a la conversación.

    “Mi abuela siempre me dijo: ‘no se mata al ingrediente dos veces, se mató una vez para que lo cocinaras; tienes que pensar muy bien, hacer las cosas con calma para aprovecharlo y prepararlo perfectamente’”, cita Buffara.

    Una corta estancia laboral en Estados Unidos pausaría su formación como periodista. Manu, de 17 años, regresó a Brasil con la firme idea de cambiar las letras por los fogones.

    «Cuando volví, hablé con mis papás; quería una carrera de hospitalidad. Ellos no, porque en Brasil esa no era una profesión, me pidieron finalizar periodismo y me dijeron que podía ir a una escuela de hostelería por la noche. Me fui a Italia y terminé la universidad siete años después.

    “Los periodistas se expresan a través de las palabras, nosotros a través del alimento; ambas profesiones están muy unidas”.

    RETRIBUIR A LA SOCIEDAD
    Foto: Henrique Schmeil

    Manu admite que no todo ha sido miel sobre hojuelas, al principio tuvo que lidiar con sus emociones, contener el llanto frente a la rudeza castrense que aflora en las horas pico frente al fogón.

    “Después me di cuenta de que también funciona a la inversa: una buena comida cambia un mal día”, agrega.

    El cocinero danés René Redzepi, a quien conoció en 2006, refrescaría su forma de ver al ingrediente, a los productores y a la dinámica dentro de una cocina.

    “René conecta con los productos y los productores; sus platos son muy limpios, muestran los ingredientes. Me encantó esa expresión, que era muy nueva para el mundo”.

    “De Noma me llevé la idea de que las cocinas pueden no ser militares, sino un trabajo mucho más humano. Como cocineros y líderes, tenemos que entender la forma de lidiar con todo el que llega a nosotros, como lo hace René”.

    Buffara está convencida de que las cocinas pueden ser un lugar feliz y la comida un importante agente del cambio positivo. Ella es una activista involucrada en varias iniciativas sociales que van desde el empoderamiento femenino hasta la conservación de la biodiversidad y la seguridad alimentaria.

    “Todo lo ganamos de la sociedad y deberíamos devolverlo de alguna forma; dar todos esos premios de vuelta. Es responsabilidad de un chef devolver, como parte de un ciclo que tiene que ver con ética”.

    “Desde nuestro conocimiento, con tanto estudio y viaje, podemos hacer la diferencia para otros. Una cocina social no es trabajar para quienes no tienen, sino para generar un cambio en la sociedad y en el planeta”.

    IMPULSAR EL CAMBIO

    Para Manu no se trata sólo de alimentar seres humanos, sino de abonar al planeta, entender la biodiversidad y tener más consciencia sobre el futuro de la alimentación, la regeneración.

    “A través de la cocina expreso todo lo que viví, pero también los cambios que quiero hacer en la sociedad. Muchas veces me preguntan por qué no tengo caviar y la respuesta es muy sencilla: porque prefiero servir los mejores productos de mi tierra. Quiero que las personas encuentren en mi menú información y educación”.

    Liderar un futuro sostenible y de responsabilidad ambiental es parte de su filosofía. Los poderes, señala, están en el cambio de la alimentación, la basura producida, la generación de composta, la separación de plástico y papel…

    “El fine dining es la referencia. Quienes tenemos la voz, los micrófonos debemos usarlos para promover el cambio. Somos ejemplo para muchos de los que están empezando, que vean las buenas prácticas, somos referencia para estudiantes de todo el mundo, para que las personas también hagan cambios en sus casas”.

    LO QUE VIENE

    Este 2023 traerá para la cocinera la culminación de dos grandes proyectos: la apertura de un restaurante en el corazón de Nueva York y la publicación de un libro.

    Restaurante Manu

    “Nueva York es un paso muy grande, es una ciudad algo difícil, pero estoy muy feliz de que esté pasando, es una forma de elevar la bandera culinaria brasileña».

    “El próximo verano también publicaré un libro con Phaidon y eso también me hace muy feliz, porque significa contar una historia de vida”.

    Manu Buffara, chef del restaurante brasileño Manu

    LA COCINA DE MANU

    Situado en Curitiba, el restaurante Manu sirve un menú de degustación inspirado en la historia de la chef, su equipo y productores. Los ejes que definen los platillos son productos marinos de pesca sustentable y artesanal, ingredientes de la huerta provenientes de agricultores urbanos en los alrededores y carnes de producción sostenible.
    Ubicado en Alameda Dom Pedro II 317, el restaurante sólo ofrece servicio de cena de miércoles a sábado de 19:00 a 22:30 horas.
    Nayeli Estrada
    Fotos: Cortesía Hernique Schmeil, Rubens Kato y Helena Peixoto para Latin America 50 Best Restaurants
    Edición y diseño: Rodolfo G. Zubieta
  • #Jalisco – Sólo investigan como feminicidio 15% de asesinatos de mujeres

    #Jalisco – Sólo investigan como feminicidio 15% de asesinatos de mujeres

    La comisionada Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, Fabiola Alanís, destacó que en Jalisco sólo el 15% de los asesinatos de mujeres se investigan bajo el protocolo internacional de feminicidio.

    “Esa ya no es competencia del gobernador sino de la Fiscalía, en términos de que es un ente autónomo. En términos de procuración de justicia, están obligados a iniciar la investigación con el protocolo de feminicidio en toda muerte violenta de una mujer”, dijo.

    Indicó que se busca más acercamiento con la dependencia para apoyarla en los procesos de investigación y para analizar en dónde se encuentran las fallas que ocasionan el rezago.

    Al respecto, el gobernador de Jalisco afirmó que sí se aplica el protocolo de feminicidio en los asesinatos de mujeres.

    Piden al Gobierno estatal crear Fiscalía en Feminicidios

    La titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), Fabiola Alanís, instó al Gobernador de Jalisco a la creación de una Fiscalía Autónoma Especializa en Feminicidios, que se señala en la Alerta de Violencia de Género emitida para la Entidad, el lugar de la Unidad Especial en la materia con la que cuenta la Fiscalía Estatal.

    Esto, debido a los homicidios de mujeres en la Entidad. Por ejemplo, el pasado 1 de octubre, una mujer fue hallada dentro de una maleta verde en la colonia Hacienda Santa Fe, en Tlajomulco de Zúñiga.

    Solamente un día después, en el fraccionamiento Chulavista, del mismo municipio, se halló el cadáver de otra mujer, pero ahora envuelta en bolsas de plástico. Después, el 6 de octubre, se encontró el cuerpo de otra mujer en el mismo barrio.

    Tan sólo entre el 1 y el 8 de octubre se notificaron los asesinatos de seis mujeres en Jalisco, cuyas muertes, debieron ser investigadas bajo el protocolo de feminicidio.

    Asesinan a cuatro cada semana

    Entre enero y agosto pasado, en Jalisco se registraron 137 muertes violentas de mujeres, de acuerdo con la información más reciente del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

    Lo anterior quiere decir que, en promedio, en nuestro Estado han sido asesinadas 17 mujeres cada mes en el periodo referido, lo cual se traduce en al menos cuatro mujeres asesinadas cada semana.

    La comisionada Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, Fabiola Alanís, indicó que, con esta cifra, actualmente Jalisco es el sexto lugar nacional con más muertes violentas de mujeres.

    SECRETARÍA DE IGUALDAD SUSTANTIVA

    Proponen acciones directas y crear red de apoyo

    Paola Lazo, titular de la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres (SISEMH), precisó que para avanzar en la erradicación de la violencia de género se requiere la integridad de las acciones directas y la vigencia de una política de gobierno de cara a las mujeres y en favor de sus derechos humanos.

    Añadió que “la invitación es a repensar juntos los procesos de atención que cada dependencia ofrece y que estos estén enfocados a propiciar la eliminación de la violencia y hacer la red para la creación de nuevas condiciones para niñas, mujeres y hombres. Nos exige una transformación institucional desde la cual se hagan los mecanismos necesarios para lograr cambios de género en las mentalidades de quienes formamos parte de las instituciones”.

    Por último, el gobernador recordó que fue a partir de un análisis hecho al inicio de su administración que se pudo conocer las necesidades que se tenían en el sistema para reducir la violencia contra las mujeres y los feminicidios, entre ellos la exigencia de más Centros de Justicia, refugios y casas de medio camino en todo el Estado.

    Para ello, dijo, es que se ha establecido coordinación estrecha con la Conavim, sin dejar de lado la reconstrucción y reingeniería del sistema de atención a las violencias contra las mujeres que se ha ido implementando de manera gradual, y con sus respectivos ajustes.

    Ven algunos avances en Jalisco

    Si bien todavía hay pendientes por parte de las autoridades y secretarías encargadas de la prevención y la atención de la violencia contra las mujeres, la titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), Fabiola Alanís, celebró algunos avances.

    Durante su visita a Jalisco para la reunión “Somos tu Red de Apoyo”, la comisionada reconoció, por ejemplo, los esfuerzos para contar con la infraestructura necesaria, así como instrumentar políticas públicas y programas para hacer frente a la violencia contra las mujeres.

    Alanís dijo que Jalisco es el tercer Estado en tener más Centros de Justicia para las Mujeres en operación y en planes de construcción (Guadalajara, Tlajomulco de Zúñiga, Tonalá, Colotlán y Puerto Vallarta), y que el ubicado en la capital del Estado es el que más mujeres atiende a nivel nacional.

    “En Jalisco no hemos terminado, tenemos que seguir mejorando nuestro andamiaje institucional, por supuesto nuestro andamiaje jurídico. Las políticas que se desarrollan desde el espacio de la Secretaría de Igualdad Sustantiva y entender que los avances que llevamos son importantes, pero nunca podemos pensar que son suficientes”, expresó la comisionada.

    Entre los pendientes existentes, remarcó la titular de la Conavim, es que Jalisco todavía se encuentra dentro de las 10 Entidades con más víctimas de este delito, ocupando el sexto lugar nacional.

    PARA SABER

    “Desafortunada”, la criminalización de Luz Raquel: Fabiola Alanís

    Fabiola Alanís consideró que la criminalización y revictimización hecha contra Luz Raquel, la mujer que murió tras ser quemada viva el pasado 16 de julio, fue muy desafortunada. “Cuando ocurre un delito contra una mujer por razones de género no podemos seguir estigmatizando y seguir concentrándose en lo que era la víctima. Nadie ha hablado del presunto victimario, nadie ha hablado de la historia de vida del presunto victimario, todo lo que hemos escuchado es lo que era Raquel, y eso es revictimizar”, lamentó.

  • Las mujeres son más vulnerables, pero también agentes de cambio

    Las mujeres son más vulnerables, pero también agentes de cambio

    La producción de alimentos, el agua y la salud son aspectos que se agudizan en tiempos de cambio climático, y las mujeres, principalmente de zonas rurales, han sido relevantes en estos temas.

    El agua, por ejemplo, es un tema en el que las mujeres están directamente involucradas, no sólo por los quehaceres de la casa, sino por el cuidado de la familia y la producción de los alimentos en la huerta del hogar, comenta la doctora Úrsula Oswald Spring, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.

    Por otro lado, están las enfermedades transmitidas por vectores (dengue, chikungunya, zika) y organismos vivos que propagan enfermedades infecciosas. Son precisamente las mujeres quienes se encargan de cuidar a los enfermos, lo que aumenta su jornada de trabajo.

    Diferencias de impacto

    El agua es crucial en términos de género en México, uno de los países más afectados por el cambio climático, debido a que estamos entre dos océanos en los que constantemente aumenta la temperatura.

    “Estamos excesivamente expuestos a los fenómenos hidrometeorológicos que ocasionan desastres por huracanes o sequías y como consecuencia esto incide en la seguridad alimentaria”, señala la investigadora.

    Las mujeres no sólo están expuestas, sino también son agentes de cambio, ya que tienen la capacidad de asumir liderazgos locales, regionales, nacionales e internacionales.

    Lo crucial del cambio climático, agregó, es que los impactos son diferenciales de acuerdo a si se trata de hombres o mujeres; por lo tanto, también las políticas públicas deben tener en cuenta ambos aspectos.

    La doctora en antropología social con especialidad en ecología hizo énfasis en que aproximadamente, entre un 68 y un 87 por ciento de las muertes en un desastre son mujeres y niñas.

    “No sólo son víctimas por la vulnerabilidad social y la discriminación de género, sino porque la mayoría muere otras vidas; se les ha inculcado cuidar a los demás y es un rol que se auto asume en la vida cotidiana.”

    Mujeres frente al cambio

    En México, la tala y los incendios forestales ocasionados tanto por sequía como por intereses creados, traen consigo escasez de agua afectando el ciclo hídrico, los bosques, el cultivo, la alimentación y por ende, la salud.

    La agricultura climáticamente inteligente puede ahorrar en nuestro país hasta 32 por ciento de los gases de efecto invernadero, pero para eso, se necesita promover desde el Estado en conjunto con la iniciativa privada, la sociedad y especialmente las mujeres, una política de agricultura de traspatio con eficiencia productiva que permitiera producir los alimentos”, sugiere la  investigadora.

    Cabe destacar, que aproximadamente el 65 por ciento de los alimentos que se consumen en nuestro país, es producido por mujeres en pequeñas parcelas y huertos. Aún a nivel mundial, la mitad de los alimentos para consumo humano es producida por mujeres, precisó.

    Las mujeres son elementos clave en la vida diaria, la integración familiar, los procesos de reproducción, el manejo ambiental y la estabilidad psicológica en situaciones de conflictos, así como durante y después de desastres, y por supuesto, para la mitigación y adaptación al cambio climático.

    Las mujeres del campo pueden desempeñar un papel destacado en las acciones de mitigación del cambio climático, pues son quienes preservan un enorme saber sobre el manejo de nuestra riqueza biológica. Sobre todo, en comunidades donde la mayoría de los hombres han migrado a las ciudades.

    Si deseas profundizar en este tema, te recomendamos la lectura del libro Cambio climático. Miradas de género, editado en 2015en el que participa  Úrsula Oswald Spring y otras académicas e investigadoras. Se trata de una aportación que analiza cuatro de los temas más delicados en la actualidad: los bosques, el agua, la salud y la seguridad alimentaria.

  • El agotamiento emocional aumenta en las mujeres de Latinoamérica

    El agotamiento emocional aumenta en las mujeres de Latinoamérica

    «¡No aguanto más!», se repetía mentalmente Diana Pino Villaroel, durante la etapa más restrictiva del confinamiento en Chile en el 2020, al ocuparse de su trabajo y hogar al mismo tiempo, ella es una de las muchas mujeres que en Latinoamérica padeció «burnout», más conocido como agotamiento emocional extremo.

    El síndrome de «burnout» cada vez está afectando a más mujeres, en especial a aquellas que se dedican a trabajar desde la casa o en la oficina, a la crianza de los hijos y a las distintas labores de cuidado a las que se enfrentan cada día.

    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el «burnout» se ha manifestado como el síndrome del trabajador quemado, pero en las mujeres esto llega a un desgate emocional. Un síndrome que figurará en la próxima Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) relacionado con estrés crónico, desgaste físico, despersonalización de las tareas, bajo rendimiento y cuadros de depresión y ansiedad.

    Durante la pandemia se incrementaron las tareas que realizaba la mujer. Cifras de ONU Mujeres señalan que, a nivel mundial, antes de la covid-19 ya hacían al menos dos veces y media más tareas domésticas y de cuidados no remunerados que los hombres.

    El informe Women in the Workplace 2021 (Mujeres en el lugar de trabajo 2021), de la firma Mckinsey&Company, muestra que el 42 % a nivel mundial padece agotamiento frente al 35 % de los hombres. En el 2020, el 32 % de las mujeres se sintieron en estado de «burnout», en comparación con el 28% de los hombres. En el 2021 la diferencia creció a 7 puntos porcentuales.

    Agotamiento en las mujeres en Latinoamérica

    «Fue acostarme una noche a dormir y sentía mucho dolor de cabeza y tensión en el ojo izquierdo. Cuando me desperté al día siguiente mi ojo estaba totalmente rojo e inflamado, se me había estallado una venita», recuerda Diana.

    Para ella al principio era una maravilla poder tener a sus hijos y a su marido en casa todo el tiempo, pero luego todo se multiplicó y empezó a requerir más atención, lo que se mezcló con el trabajo y fue aumentando la saturación.

    «Me daban ganas de llorar ante cualquier crítica», comenta esta chilena que teletrabaja para una compañía española de 2:00 a.m. a 10:00 a.m., es ama de casa y cría dos niños (uno de 7 años y el mayor de 16 con un nivel medio de discapacidad mental). Llegó al límite cuando su ojo izquierdo le advertía de un derrame.

    «Todos los días dormía muy poco y al estar pendiente de los niños, que se conectaran a clase, la comida y demás me ponía muy ansiosa. Cuando me desperté con el ojo rojo fuimos a urgencias y el médico me dijo que mi sistema nervioso había colapsado», cuenta.

    No son «supermujeres», necesitan apoyo

    En América Latina un 76 % de la población padece el síndrome de «burnout». En un estudio de la OCDE «¿Cómo va la vida en América Latina?» de 2021, México es el primer país del mundo en «burnout» laboral con un 75 % en donde 8 de cada 10 mujeres lo padecen superando a países como China (73 %) y Estados Unidos (59 %).

    La Unesco resalta la necesidad de visibilizar los problemas que atraviesan las mujeres, el apoyo de las instituciones y seguir insistiendo en que se repartan las tareas del hogar con los hombres.

    «La carga adicional de trabajo doméstico, de cuidado a niños y otros miembros de la familia no ha cambiado, preocupa muchísimo la salud mental», explica Mary Guinn Delaney, asesora regional del organismo para América Latina y el Caribe.

    Además la incertidumbre económica también afecta su bienestar pues las presiones vienen a nivel social, laboral y familiar al querer que sean «supermujeres», como asegura Delaney, y «no podemos seguir exigiéndonos más si no tenemos un sistema equitativo en la casa que apoye a la mujer».

    El psicólogo clínico Pedro Pablo Ochoa señala que se debe «cambiar el rol de que el hombre solo trabaja, para que las mujeres puedan acceder a otros espacios». Además de que se estigmatiza aún más el papel de la mujer cuando se sienten mal anímicamente: «vivimos en un medio que nos demanda todo el tiempo que tenemos que estar bien y no siempre podemos estar bien».

    La crianza y el cuidado es trabajo

    Ana Lucía Pinzón, una colombiana madre de mellizas, sufrió este síndrome cuando la crianza, trabajar en la casa y el temor ante la covid-19 le generaron cuadros de ansiedad.

    «En ese momento yo asumí el papel de mamá y niñera de dos niñas de meses, cuando empiezas a vivir todos los días la misma rutina y sumado a la pandemia sentí que se me desconectó la cabeza del corazón y del cuerpo», dice esta mujer que decidió dejar su carrera de publicidad y mercadeo para dedicarse a la crianza y el hogar, mientras su marido siguió ejerciendo de médico.

    «Se me olvidó ser mujer, esposa, amiga y todo se redujo a ser una cuidadora, lo que me obligó a buscar ayuda», cuenta.

    Su rol le llevó a entender que cuidar del hogar no debe ser algo discriminatorio porque «la gente cree somos unas mantenidas, que no hacemos nada y nadie sabe el trabajo que hay en un hogar», señala Ana Lucía, quien armó un proyecto en Instagram con el que quiere empoderar a las amas de casa: «@amadecasaentacones»

    Para ella, el hecho de que los hombres participen pasa por la educación: «Eso mismo hice con mi esposo, mostrarle cómo funciona. Es aprender a involucrarlos, hay que hablarlo y es necesario».

    Cambiar las normas de género

    Según ONU Mujeres, el desbalance de tareas no remuneradas sumado a un contexto económico adverso explica por qué muchas mujeres han regresado al mercado laboral bajo esquemas más flexibles o permanecen en sus empleos, pero con un desgaste emocional mayor, que las lleva a padecer «burnout» o a la tendencia de la renuncia silenciosa.

    «Si no abordamos las diversas causas estructurales de esta sobreexigencia seguiremos viendo mujeres con problemas de depresión y demás causas. ¿Cómo prevenirlo? Es un proyecto de largo aliento que empieza por cambiar esas normas de género que van reproduciendo este modelo para construir hogares más equitativos», explica Delaney.

  • Más de 400.000 niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años se casaron en Colombia en 2020

    Más de 400.000 niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años se casaron en Colombia en 2020

    Algunas ni siquiera tenían aún la regla. Otras quisieran haber seguido estudiando. La mayoría probablemente no sabía que el matrimonio no debería ser una opción a su edad. En Colombia, una de cada cinco jóvenes entre 15 y 19 años se casó en 2020, el 20%. Y una de cada 50 lo hizo con menos de 14 años. Así lo arroja el Análisis de situación de los matrimonios infantiles y las uniones tempranas en Colombia (2010-2020), un estudio de Unicef que unifica datos de organizaciones y Gobiernos locales, encuestas nacionales y entrevistas propias de la entidad.

    Aunque el informe no da números absolutos, atendiendo a las últimas cifras de población oficiales del país, eso implicaría que, en 2020 se casaron algo más de 375.000 niñas y jóvenes de entre 15 y 19 años y más de 31.718 de entre 10 y 14 años, una edad a la que el matrimonio todavía no es legal en ese país. Este martes, en el Día Internacional de la Niña, Unicef publicó este estudio que revela la prevalencia de una práctica nociva para la infancia, pero en algunos casos avalada por la justicia (a partir de los 14 años con el consentimiento paterno). Y las tendencias no han variado apenas en los últimos 25 años. En Colombia y otros cinco países de la región —Anguila, Argentina, Cuba, Guyana y Saint Kits and Nevis— los niños de 14 años pueden casarse con autorización de los padres.

    En Colombia, en los últimos 14 años se han presentado siete iniciativas legislativas que buscaban eliminar la excepción de la ley de matrimonios del código civil que permite las uniones tempranas mediante el permiso de los tutores legales de los menores. Pero ninguna ha salido adelante, amparándose en la “libertad para discernir” de las adolescentes, afirmó Andrea Tague, oficial de Género de Unicef, en la presentación de este estudio que se elaboró en colaboración con el fondo de población de la ONU y Plan Internacional.

    Aunque pueda ser consentido, los expertos aseguran que no existe el matrimonio infantil basado en la libertad de decisión de los menores de edad, a quienes les separa entre seis y diez años de sus parejas como media, según el informe. “La falta de simetría de edad conlleva también a una jerarquía de poder”, ha asegurado Tague. “Hablar de libertad hace que se siga normalizando esta forma de violencia a la infancia”, ha añadido. En el mundo, la cifra de mujeres y niñas casadas antes de cumplir los 18 años alcanza los 650 millones; 60 millones de ellas viven en América Latina y el Caribe.

    Entre el 1 de enero del 2019 y el 31 de julio del 2022 se abrieron más de 400 procesos administrativos para permitir la unión temprana de niños en el país, según las declaraciones de Andrés Camelo, subdirector encargado de Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF. “En la gran mayoría de los casos, las menores de edad son ellas. Y también hemos registrado un mayor número de violencias hacia ellas después del matrimonio”, ha apuntado. De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda, en 2018 cerca de 340.083 niñas (8,6%) y 133.293 niños (3,2%) estaban casados o lo habían estado. “Es una violencia que no se puede despegar del género”, insistió Tague.

    Madres antes de ser mujeres

    Otro ejemplo de que esta práctica afecta a las niñas son los embarazos adolescentes. Según los datos de Estadísticas Vitales del departamento colombiano de estadísticas DANE, entre 2010 y 2021 se registraron 1.137.796 nacimientos por parte de niñas y adolescentes menores de 19 años en unión o matrimonio y otros 422.104 partos de niñas solteras. En el caso de las niñas de entre 10 y 14 años, se sumaron 65.959 embarazos. De acuerdo a mandatos familiares y culturales —sobre todo en comunidades indígenas— la edad para establecer matrimonios y uniones tempranas está relacionada con la primera menstruación, mientras que para los varones, se empieza a hablar de matrimonios cuando empiezan a trabajar.

    “Yo hice hasta quinto, lo hice así, como hasta los 11 años, ya me desistí, yo dije: “No vuelvo a estudiar. Porque, de verdad, para qué voy a estudiar si voy a criar hijos, si voy a ser mamá, si voy a tener marido. Para qué…”. Este es uno de los múltiples testimonios que recoge la investigación y que muestran cómo el abandono escolar suele ser causa y también consecuencia de las uniones tempranas. En Colombia, la mayor tasa de deserción se da en los niveles de básica secundaria, que coincide con las edades en las que existe una mayor incidencia de estas prácticas. La educación, sin embargo, también podría ser una solución. Según la Unesco, si todas las niñas terminaran la escuela primaria, el matrimonio infantil se reduciría en un 14%. Y si todas acabaran los cursos de secundaria, se desplomaría un 64%.

    La consecuencia de que haya niñas obligadas a preparar su ajuar es a veces la primera ficha del dominó. Le suelen seguir otras violencias como la intrafamiliar y la de género. El 64% de las mujeres de entre 15 y 49 años que se casó antes de tiempo reportó violencia psicológica y, el 31,9%, violencia física, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud. “Es un problema de salud pública”, zanjó Laura Pabón, directora de desarrollo social del Departamento Nacional de Planeación. “Y es un problema interseccional que afecta sobre todo a las niñas de la ruralidad y a las más empobrecidas. Este fenómeno propicia y perpetua otras muchas desigualdades”, aseguró.

    La ruralidad suele ser un denominador común. Vichada (5,3%), Amazonas (4,3%), Chocó (4,2%) y La Guajira (3,9%) son los departamentos en los que es más común encontrar más niñas menores de 14 años obligadas a casarse. Para aquellas entre los 15 y 19 años, los departamentos de mayor prevalencia son Vichada (29,8%), Magdalena (24,5%), Arauca (24,0%), César (23,8%), y La Guajira (23,2%). En estas regiones, de enormes tasas de desigualdad y pobreza, conviven otras amenazas a la infancia como el conflicto armado y el narcotráfico. Las carencias económicas en la familia y la coerción de hombres armados suelen ser detonantes para que estas adolescentes dejen el colegio y se conviertan en amas de casa y madres antes de tiempo.

  • Eligen a cuatro mujeres británicas para dirigir la oficina de correos en la Antártida

    Eligen a cuatro mujeres británicas para dirigir la oficina de correos en la Antártida

    El UK Antarctic Heritage Trust ha seleccionado esta semana a Clare Ballantyne, Mairi Hilton, Natalie Corbett y Lucy Bruzzone como las primeras mujeres británicas que se encargarán de diversas tareas durante varios meses desde la pandemia de coronavirus en el islote Goudier de la Antártida. Las mujeres son cuatro de las 6.000 personas que solicitaron el puesto, según la agencia de noticias británica PA.

    «¿A quién no le gustaría pasar cinco meses en una isla llena de pingüinos en uno de los lugares más remotos del mundo?», dice Natalie Corbett, de 31 años y recién casada, que deja atrás a su marido para una «luna de miel en solitario» a casi 14.500 kilómetros de distancia.

    El interior de una cabaña de madera en Port Lockroy, en la isla de Goudier, está amueblado de forma muy espartana.El interior de una cabaña de madera en Port Lockroy, en la isla de Goudier, está amueblado de forma muy espartana.

    Observar y contar los pingüinos

    La bióloga conservacionista Mairi Hilton se encargará de observar y contar los pingüinos papúa residentes en la isla, y está deseando verlos por sí misma. Con una luz diurna casi continua, temperaturas bajo cero y sin acceso a agua corriente, las mujeres se enfrentan a condiciones de vida extremas.

    «Ni siquiera sé qué esperar: ¿cuánto frío hará? ¿Cómo llegaremos a la oficina de correos a través de la nieve?», se pregunta Hilton.

    El centro de la isla es la base de Port Lockroy, que incluye un museo y la oficina de correos, de la que también se encargan las mujeres. Cada año se envían desde allí unas 80.000 postales a más de 100 países.

    Pingüinos en tierra frente a una barca de tres mástiles amarrada en el agua frente a una pared de hielo en Port Lockroy, en la isla Goudier.Pingüinos en tierra frente a una barca de tres mástiles amarrada en el agua frente a una pared de hielo en Port Lockroy, en la isla Goudier.

    Durante las primeras diez semanas, las mujeres cuentan con el apoyo de Vicky Inglis, del UK Antarctic Heritage Trust, que conoce bien la isla y las introduce en las tareas. Según el Trust, Port Lockroy ha servido de base a científicos, marineros, biólogos y aventureros durante más de un siglo. También es conocido como un destino popular para los visitantes.

    El sitio no ha tenido visitantes desde hace más de dos años a causa del COVID-19, pero suele recibir a unas 18.000 personas al año, entre noviembre y marzo, el verano antártico.

    FEW (dpa, UK Antarctic Heritage, The Guardian)