La brecha digital, de género, las carencias educativas, el cambio climático… Son los retos a los que se enfrentan cada día las mujeres que viven y trabajan en zonas rurales en todo el mundo. Aportan más del 40% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo. Sin embargo, menos del 15% de los propietarios de tierras en el mundo son mujeres, según ha destacado Naciones Unidas en el Día Internacional de la Mujer Rural.
En sus 15 años de vida, la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) ha acercado la tecnología a zonas remotas llevando conectividad y formación hasta los lugares donde trabajan estas mujeres, además de proporcionarles productos y servicios adaptados a sus necesidades. El trabajo de la FMBBVA para mejorar las condiciones de vida de las mujeres rurales y sus familias ha hecho posible también la puesta en marcha de nuevos negocios. Todo desde un enfoque sostenible desde el punto de vista social, económico y medioambiental.
MARÍA PILAR SERRA – República Dominicana
María Pilar Serra se dedica a la fabricación artesanal de casabe, una torta a base de pulpa de yuca típica de la cocina dominicana. Una tradición familiar a la que esta emprendedora no ha querido renunciar.
Lleva más de 45 años siguiendo las recetas que heredó de sus padres y abuelos.
ÁNGELA ZAPATA, Colombia
Ángela Zapata, emprendedora colombiana, cultiva alimentos orgánicos y cría ganado. Aprendió a trabajar la tierra como jornalera. Ahora es dueña de su propia producción, de diferentes variedades de fresas.
Es también cabeza de familia, y su negocio le permite mantener a sus dos hijos.
GABRIELA MORÁN – Panamá
La panameña Gabriela Morán es una enamorada de la tierra. Siempre tuvo claro que quería ser propietaria de sus terrenos. No haber podido ir a la escuela no puso freno a sus deseos, ha logrado su sueño y además de a sus cultivos, se dedica a la cría de cerdos y gallinas.
También es consciente de la necesidad de cuidar el medioambiente y protege sus cosechas contra las sequía.
GRACIELA VELÁSQUEZ – Perú
Graciela Velásquez tiene, junto a su marido, un negocio de cría artesanal de truchas en el lago Titicaca. Esta peruana de la etnia aimara se encarga de la venta del producto en los mercados locales, y del cuidado de sus dos hijos.
A Graciela le gusta hablar en la lengua de sus ancestros para mantenerla viva y no perder sus tradiciones, pero en su negocio cuenta con la asistencia técnica de un ingeniero que les ayuda a mejorar el rendimiento del criadero y cuidar el medioambiente.
LETICIA SANDOVAL – Chile
Leticia Sandoval vende tortillas de rescoldo, un tipo de pan campesino propio de la cocina chilena. También harina tostada, pan con chicharrones… productos que hace ella misma en su horno de leña. «Al rescoldo» significa que se cocina directo entre las brasas y cenizas. Aspira a tener su propia tienda para vender también la artesanía que ella misma fabrica.
Vive en Futrono (en mapudungun: futronhue ‘lugar de humos’), una comuna de la provincia del Ranco, en la Región de Los Ríos (Chile), con una densidad de población de 6,47 hab/km².
NINFA HERRERA – Colombia
Ninfa Herrera es propietaria de un restaurante llamado Espacio Cultural Ancestral y Gastronómico, donde ha rescatado del olvido los platos típicos de la gastronomía del pueblo indígena Murui Muina, o huitoto, al que pertenece. Ninfa vive en el municipio de Florencia, en el valle del río Cauca, en Colombia, y está orgullosa de sus orígenes indígenas.
Pero al tiempo ha aprendido a utilizar las redes sociales y las plataformas digitales para impulsar su negocio y dar a conocer sus productos.
Las manifestaciones para exigir justicia tras la muerte de Masha Amini a manos de la policía moral, y en reclamo de libertad, continúan en Irán, igual que las muestras de solidaridad.
La actriz Elnaaz Norousi, de 30 años y quien participa en la serie de Netflix «Juegos Sagrados», decidió sumarse al apoyo de una manera peculiar: en su cuenta de Instagram publicó un video donde aparece tapada de pies a cabeza, con un mensaje que dice: “Si esta es tu opción, ¡está bien!”. Luego se quita el cubrebocas, con el mismo mensaje.
Poco a poco, la actriz se va quitando todas y cada una de las prendas de vestir que lleva, hasta quedar en ropa interior. “Y si esta es tu opción, ¡También está bien! Mi cuerpo, mi decisión”, señala, antes de quitarse el top y taparse el pecho con los brazos. “Mujer, vida, libertad”, señala el video.
Poco después, Instagram lo eliminó, a pesar de que no incumplía norma alguna. Pero periodistas como Sujeet Swami lo recuperaron y publicaron en Twitter.
La actriz también ha posteado en Facebook su apoyo a las iraníes que han tomado las calles desde la muerte de Masha Amini, la joven de 22 años que fue detenida por llevar mal puesto el velo islámico y murió bajo custodia policial, el 16 de septiembre.
En las protestas, las iraníes se han quitado el velo; en algunos casos le han prendido fuego. Otras han optado por cortarse un mechón de cabello, en señal de protesta y duelo.
Según la investigación de las autoridades iraníes, Amini murió por una enfermedad preexistente y no por la golpiza que recibió al ser detenida.
Norousi expresó su decepción porque el mundo no se ha solidarizado con las protestas iraníes como lo hizo tras la muerte del afroestadounidense George Floyd. Sin embargo, se declaró orgullosa de la “unidad de mi pueblo, en Irán.
Y no sólo allí: en Toronto, San Francisco, Los Ángeles, Frankfurt, Berlín, París”, enumeró. También ha elogiado la valentía de las mujeres iraníes.
No todos están de acuerdo con lo que hizo Norousi. La activista Zeenat Shaukat, por ejemplo, dijo que la actriz cruzó la línea. “Se trata de decencia sin importar que sea tu cuerpo no puedes mostrárselo al mundo sin ropa”, dijo en una entrevista a Indian Today.
Las protestas
Este miércoles, las fuerzas de seguridad iraníes dispersaron con balas y gases lacrimógenos nuevas manifestaciones. Las ONGs estiman que las protestas que comenzaron hace casi un mes habrían dejado al menos 108 muertos, muchos de ellos menores.
Los cantos de los manifestantes fueron interrumpidos por los sonidos de bala en las ciudades de Isfahán y Karaj, así como en la ciudad natal de Amini Saqez, según vídeos difundidos por dos organizaciones por los derechos humanos basadas en Noruega.
Los disparos se oyeron en Isfahán en medio de las “protestas y huelgas a nivel nacional”, dijo Iran Human Rights (IHR) en un video que colgó en Twitter, y en Saqez, según el grupo por los derechos kurdos Hengaw, que reportó que después “las fuerzas de seguridad huyeron”.
En Teherán, las fuerzas del orden lanzaron gas lacrimógeno para dispersar una manifestación de abogados que coreaban «Mujer, vida libertad», según imágenes difundidas por IHR. Al menos tres abogados fueron detenidos, según el diario reformador Shargh.
Se llaman Las Diablillas. Son madres y esposas, hermanas e hijas. Pilares de su comunidad en Hondzonot, un pequeño pueblo maya en el estado de Quintana Roo en México. Son cocineras y costureras, agricultoras y pastoras. Y, desde hace unos años, estas mujeres indígenas también se han vuelto famosas en México como jugadores de sóftbol, quienes consciente y deliberadamente están desafiando los roles tradicionales de los géneros cada vez que hacen swing o se deslizan o tiran la bola.
Se debe a que practicar deportes no está considerado parte de la vida de una mujer en su cultura maya tradicional. De hecho, no siempre se ve con buenos ojos. Pero eso es algo que ellas están cambiando al formar un equipo de sóftbol, Las Diablillas, que le ha dado a mujeres de todas las edades en este caluroso rincón de la Península Yucatán una oportunidad de compenetrarse como amigas, mantenerse activas físicamente y sumar otra dimensión a sus identidades.
“La pregunta no es, ‘¿quién me dará permiso?’. Es, ‘¿quién me lo va a impedir?’”, dijo Geimi Santa Ofelia May Dzib, la jardinera izquierda del equipo, en las primeras escenas del nuevo cortometraje de MLB Originals llamado “Las Diablillas”, que explora cómo estas mujeres se han empoderado por medio del deporte.
El cortometraje, que está disponible en mlb.com/originals, muestra a las mujeres en acción y también da un vistazo a cómo Las Diablillas hacen los hipiles — vestidos tradicionales utilizados por las mujeres indígenas en México y otras partes de las Américas — que usan como uniformes y que refleja su orgullo en sus raíces. Cada hipil está bordado detalladamente con flores que representan la diversidad de la flora en la región. Y no les hace falta calzado.
“Aquí en Hondzonot, el suelo es rojo y caliente, pero tenemos la costumbre de andar descalzas”, dice Jerónima May Uh, quien juega la tercera base. “Así caminamos más rápido. Nos gusta sentir la tierra caliente bajo los pies”.
Yupi Segura, la directora del cortometraje, optó por entrevistar a las mujeres en su idioma maya, una de docenas de lenguas indígenas que se hablan en México.
“Era importante contar la historia de la perspectiva comunitaria, mediante la voz del equipo, y no solamente una o dos”, dijo Segura, agregando, “Tenerlas hablando en su lengua natal frente a la cámara creó un ambiente más cómodo y les permitió expresar sus ideas y pensamientos de una manera más fluente. Esto fue importante para tener un retrato auténtico de su estilo de vida y su historia”.
Todo equipo necesita un oponente, por supuesto. Las Diablillas suelen disputar partidos amistosos con otro equipo de mujeres indígenas de la región, las Amazonas de Yaxunah. Y no importa lo que diga el marcador al final de un partido. Todas estas deportistas salen ganando.
“Estamos en el mismo equipo con futuras generaciones”, dijo Juana Ay A, capitana y jardinera central del equipo, “porque hemos abierto una puerta por la que pueden pasar para brillar”.
Más de 50 mujeres y niñas fueron víctimas de violación en barrios vulnerables de Haití donde se asientan los grupos armados, denunció ayer la organización Kri Fanm Ayiti (Grito de mujeres haitianas).
La plataforma defensora de los derechos humanos deploró que las niñas y mujeres sean usualmente víctimas de abusos sexuales y malos tratos por individuos armados, especialmente en la zona metropolitana de la capital, como Cité Soleil, Croix des Bouquets, La Saline y Canaan.
“Estos atroces crímenes dejarán secuelas sicológicas”, dijo la organización en un comunicado, y culpó al Estado por irrespetar sus obligaciones en materia de seguridad y protección de los ciudadanos.
Kri Fanm Ayiti alentó a presentar denuncias y llamó a la fiscalía, Oficina de Protección del Ciudadanos y otras instancias a realizar acciones públicas contra los autores y cómplices de los actos criminales. Los casos de violencia sexual aumentaron en Haití ante el crecimiento y enfrentamiento de las pandillas por el control territorial.
En agosto, la Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos denunció que 52 mujeres y niñas fueron violadas durante los enfrentamientos de las pandillas en Haití, entre ellas una adolescente de 14 años. Cuatro embarazadas también fueron agredidas y casi la mitad de las víctimas denunciaron que los asaltos ocurrieron en presencia de sus hijos, padres o parejas.
Se acentúa la crisis
La crisis en el país se acentuó luego de que el gobierno decretó un alza en los precios de los combustibles, lo que se suma a la violencia generada por las pandillas.
Miles de haitianos tomaron las calles el lunes para exigir la revocación del aumento de los precios de los combustibles, medida adoptada a mediados de septiembre, pero que no han podido aplicar por el bloqueo de las pandillas a la principal terminal petrolera del país.
El primer ministro, Ariel Henry, pidió a la comunidad internacional desplegar una fuerza militar de intervención, lo que fue rechazado antier por el Senado.
Haití lleva años en una crisis multifacética que se agravó tras el asesinato del presidente Jovenel Möise (2017-2021), mientras las bandas afianzaron su poder en zonas estratégicas.
La batalla por la Glorieta de las mujeres que luchan se recrudece justo cuando México conmemora el Día de la Raza o Día de la Resistencia Indígena, en memoria de los pueblos indígenas invadidos por Cristóbal Colón un 12 de octubre de 1492. Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, anunció esta semana su voluntad de inaugurar en ese lugar la estatua de La joven de Amajac, en nombre de las mujeres indígenas “que históricamente han tenido menos voz”, y con las que, según ella, habló para conocer su voluntad “hace ya cerca de un año”. El problema al que se enfrenta es que, para conseguirlo, tendría que quitar la estatua de la chica de color morado con el puño en alto que ahora mismo preside el pedestal de la glorieta. Varias mujeres, apoyadas por diversos colectivos de víctimas de feminicidios, han acampado en la base para impedirlo.
Rodeadas por el humo y los pitidos de los coches, Nivani y Fernanda, dos chicas jóvenes de la capital, están ahí sentadas, sobre taburetes de plástico y alrededor de los rescoldos de un fuego que utilizan para calentarse. Reflexionan sobre lo que significa para ellas este lugar, que se inauguró el 25 de septiembre de 2021, tiempo después de que el Gobierno bajase a Cristóbal Colón, cuya estatua se encontraba antes allí. “Este es un espacio donde mirarse juntas, porque es muy difícil ver todos los procesos de búsqueda de justicia para mujeres a la vez. Desde el primer momento, aquí se juntaron todos”, asegura Nivani. Detrás suyo, la valla negra que rodea a la chica con el puño en alto está llena de nombres: “Aquí han pintado todas, las madres buscadoras de hijos desaparecidos, las madres de feminicidios, y hasta las mujeres indígenas con las que compartimos lucha”.
Sin embargo, Sheinbaum quiere quitar ese antimonumento, nombre que reciben las esculturas de protesta repartidas por el Paseo de la Reforma, que con su creación (sin la aprobación de las autoridades) buscan fijar un momento histórico particular. Suele ser un evento trágico para el país, como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa o los 72 migrantes de San Fernando (Coahuila) asesinados por el cartel de los Zetas, cuyo crimen quedó impune. En el lugar del antimonumento Vivas nos queremos quiere colocar una réplica de seis metros de altura de La Joven de Amajac, una escultura de origen indígena tallada en piedra. Tiene los brazos pegados al cuerpo y las manos apoyadas sobre el vientre, y fue descubierta en el patio de una familia de agricultores veracruzanos. Se cree que la estatua representa a una “mujer de élite, posiblemente gobernante por su postura y atavíos”, según ha explicado Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
La jefa de Gobierno de la capital se escuda en que la solicitud viene de las mujeres indígenas de diversos lugares del país, aunque Navani y Fernanda no conocen ninguna petición expresa por parte de esos grupos con respecto a la glorieta. “Tuvimos un evento con mujeres indígenas hace ya cerca de un año, en donde vinieron de Guerrero, Oaxaca, Veracruz, a solicitar que esta glorieta se dedicara a las mujeres indígenas”, aseguró Sheinbaum en rueda de prensa. Sin embargo, Fernanda cuenta una versión diferente: “Es cierto que hubo una reunión, pero el tema de la glorieta no era central y se mencionó de pasada al final”. Grupos como el Congreso Nacional Indígena no se han referido a la estatua en todo este tiempo.
La Glorieta se llama “de las mujeres que luchan”, precisamente porque “existen muchas diferencias entre los pensamientos, las luchas, que pueden hacer las mujeres que vienen acá”, asegura Fernanda, al borde de la lágrima después de un rato conversando sobre las mujeres que han puesto ahí su firma. “No sólo es la idea de la estatua, sino también la del jardín Somos memoria, la idea de la toma del lugar, la idea de pintar las vallas con los nombres de las mujeres víctimas de feminicidio, la idea del tendedero… son ideas colectivas que buscan hacer de esto un espacio seguro para cualquier grupo de mujeres”, asegura. A su lado, también emocionada, Ninive dice que este lugar “es como hacerse casita, hay un acuerpamiento, un sentimiento de hacerse casita colectivamente, que no hay en ningún otro lugar de la ciudad”.
¿Qué mujer no ha sentido miedo volviendo a casa por la noche por una calle mal iluminada o ha evitado pasar por un parque vacío? Desarrollar ciudades seguras gana cada vez más peso después de que durante décadas las ciudades fueran diseñadas por y para los hombres.
Las ciudades se construyeron pensando en los hombres debido a la división sociosexual del trabajo, asignándoles a los varones las tareas productivas y a las mujeres las reproductivas.
Como respuesta a esta práctica, surgió el urbanismo feminista, que busca incluir a las mujeres y protegerlas en su día a día.
Pero va más allá de evitar la escasa iluminación, aumentar la vigilancia o mejorar el mantenimiento: busca invertir en estructuras urbanas que sean inclusivas para crear así espacios en los que las personas pasen tiempo generando de esta manera una seguridad pasiva. Cuanta más gente haya en un lugar, más seguro se volverá.
Urbanismo con perspectiva de género
La cuestión es que todo el mundo se sienta cómodo en el espacio urbano, en cualquier lugar y a cualquier hora. Esta aspiración es lo que sociólogos denominan la «democratización del espacio urbano».
La capital de Austria, Viena, lleva décadas aplicándolo, pero cada vez son más las ciudades que se suman a este movimiento.
«El urbanismo feminista lo que viene a buscar es la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Se trata de reducir toda discriminación que exista todavía en la práctica», le explica a BBC Mundo la arquitecta española Alexandra Delgado del estudio AD arquitectura urbana.
«Un urbanismo feminista en el fondo es un urbanismo que nos beneficia a todos, porque nos da un mejor espacio público, más igualdad de oportunidades, mejor acceso a equipamientos, mejor transporte público… es un urbanismo de la oportunidad», agrega.
Los inicios se remontan a los años 60, cuando feministas del ámbito de la arquitectura, el urbanismo y la geografía comenzaron a demostrar que el urbanismo no es neutro y que es necesario incluir en él a las mujeres.
Esta perspectiva aporta una visión amplia de las personas al plantear que las mujeres y los hombres viven y experimentan el espacio de maneras diferentes. Esta visión ha cobrado fuerza debido al incremento de población de las ciudades.
Hoy, poco más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, según datos de la ONU. Además, se prevé que, para 2050, ese número aumente a 68%. Mientras, para 2030, se espera que el mundo tenga 43 megaciudades de más de 10 millones de personas, la mayoría de ellas en el hemisferio sur.
«Ciudades seguras» de la ONU
«Cuando las mujeres y las niñas no pueden caminar tranquilas por las calles de la ciudad, vender y comprar en los mercados, desplazarse en el transporte público o simplemente usar aseos comunitarios, esto tiene un impacto tremendo en sus vidas. Tanto la amenaza como la experiencia de la violencia afectan su acceso a las actividades sociales, la educación, el empleo y las oportunidades de liderazgo», explica la ONU Mujeres en el marco de la iniciativa internacional de «Ciudades seguras y espacios públicos seguros».
Desde 2011, esta Iniciativa mundial proporciona apoyo a gobiernos, organizaciones de derechos de las mujeres, organizaciones no gubernamentales (ONG), el sector privado y otros asociados con el objetivo de crear espacios públicos seguros con y para las mujeres y las niñas en entornos urbanos, rurales y de otro tipo.
«Se trata de tener espacio público iluminado, cuidado, con zonas verdes, con equipamientos. Estas cosas son las que dan seguridad diaria», explica Delgado sobre el programa de la ONU que promueve, entre otras cosas, inversión en la seguridad de los espacios públicos.
Diseñar pensando en las mujeres en España
En España la ley para la igualdad efectiva de hombres y mujeres recoge un punto específico de urbanismo.
En la práctica esto significa que cualquier proyecto que se presente en el ámbito del desarrollo urbano debe incluir obligatoriamente una memoria de impacto de género en la que se explique siempre la seguridad peatonal y la seguridad de los espacios diurnos y nocturnos. Esto se traduce en una mayor iluminación de las calles, ausencia de zonas oscuras o parques sin vegetación que pueda hacer de barrera como un gran número de árboles frondosos.
Países como España han reconocido la necesidad de renovar su diseño urbano para hacer los espacios públicos inclusivos, seguros y recceptivosa las necesidades de las mujeres y hombres.
«Esto es tan importante que ha habido planes urbanísticos que se han anulado por no tenerla», explica la arquitecta española. «Si no se incluye, por ejemplo, una buena iluminación los proyectos no pasan las evaluaciones de memoria de impacto de género».
«Normalmente se traduce en una mejora del espacio público, la iluminación del mismo, el acceso al transporte… Hay algunas cuestiones, sobre todo, en el espacio público, en el que el plan presentado debe decir por qué no causa desigualdad en las mujeres, por su diseño», indica. «Es un urbanismo que no perjudica a nadie, sino que nos beneficia a todos», afirma Delgado.
En opinión de la arquitecta española, si bien no se lleva aplicando tanto tiempo como para decir que haya mejorado la seguridad de las mujeres en las ciudades, «sí que por lo menos ha visibilizado unas problemáticas en las que antes ni siquiera pensabas».
«Solamente el hecho de poner sobre la mesa y cuestionar: ¿estás pensando en la seguridad en el espacio público? ¿Estás pensando en la seguridad por la noche? Es algo positivo. En este sentido sí que se va en la buena dirección», agrega.
Viena: una ciudad para mujeres
A principios de la década de 1990 Viena desarrolló el que es el mayor proyecto de vivienda en Europa hasta la fecha construido por y para mujeres.
«La facilitación de las tareas domésticas y familiares, el fomento de la vecindad y un entorno vital en el que los residentes también puedan caminar con seguridad fueron los objetivos centrales del proyecto modelo Frauen-Werk-Stadt I», explican a BBC Mundo desde la Oficina de Urbanismo de Viena.
La Frauen-Werk-Stadt I, en la calle Donaufelder 95-97 del distrito 21 de Viena, es el mayor ejemplo de vivienda y urbanismo adaptado a las mujeres en Europa.
El proyecto de 357 viviendas liderado por la arquitecta Franziska Ullmann tenía el objetivo también de promover la participación de las mujeres profesionales en el desarrollo urbano y especialmente en el diseño de la expansión urbana.
Terminado en 1997, este diseño se convirtió en toda una referencia para los estudios de arquitectura de todo el mundo.
«Es muy interesante como referencia por cuestiones prácticas como, por ejemplo, como que haya vínculos visuales interior-exterior, entre el apartamento, el hueco de la escalera, el patio, el jardín, las plazas, las calles. Eso al final es la vigilancia pasiva», indica Delgado.
Esta ciudad de mujeres también cuenta con una planta baja abierta y los garajes tienen una estructura abierta con iluminación natural, debajo de los apartamentos, con acceso directo desde las escaleras para mejorar la seguridad.
«Senderos seguros» de México
En América Latina, la violencia contra las mujeres y las niñas marca el día a día de la vida de numerosas ciudades. Según datos de la ONU, en México 7 de cada 10 mujeres enfrentaron algún tipo de violencia en 2020.
De acuerdo con la Encuesta Origen Destino en Hogares de la Zona Metropolitana del Valle de México (EOD-HOGARES) de 2017, el 61.4% de los trayectos que se hacen caminando en la Ciudad de México son llevados a cabo por mujeres para realizar actividades de cuidado, principalmente.
No obstante, en 2018, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) dio a conocer que tan solo 14.3% de las mujeres mayores de 18 años reportaba sentirse segura en la calle, mientras que 17 mil 799 mujeres por cada 100.000 habitantes había sido víctima de robo o asalto en la calle o en el transporte público.
Entre las medidas implementadas para luchar contra esto en lugares como Ciudad de México destaca el programa «Senderos Seguros: Camina libre, camina segura», creado en 2019 para mejorar las zonas con mayor incidencia delictiva contra las mujeres, fomentar el disfrute del espacio público y prevenir la incidencia delictiva.
En México, se han registrado en lo que va de año cerca de 600 feminicidios y 1.905 homicidios dolosos contra mujeres, lo que significaría cerca de 2.505 mujeres asesinadas en el 2022.
Esta acción implica un incremento del alumbrado público con tecnología LED, limpieza y rehabilitación de áreas verdes, instalación de tótems con cámaras de videovigilancia y botones de auxilio conectados con las autoridades.
«El programa propone diseño universal con perspectiva feminista para crear rutas seguras utilizando elementos amortiguadores de violencia e integrados a una imagen urbana que incremente la percepción de seguridad», le explican a BBC Mundo desde la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México, responsable del programa.
De 2019 a la fecha se han intervenido 510 kilómetros de senderos seguros y para el cierre de 2022 se planea llegar a los 710 kilómetros. Asimismo, actualmente se cuentan con más de 65 mil cámaras de video vigilancia y 11 mil botones de auxilio.
Según datos de las autoridades mexicanas, los delitos contra las mujeres en el espacio público han disminuido en un 28,8% en los lugares que han sido intervenidos como Senderos Seguros desde 2019.
«Pensar en las mujeres a la hora de diseñar las ciudades es algo que ayuda. Esa es una de las razones por las que se lanzaron los senderos seguros, para que esas zonas donde las mujeres no podían transitar o sentían peligro fueran rehabilitadas para que las mujeres pudieran pasar por ahí», explican, por su parte, desde la Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México.
«Son medidas superficiales»
Sin embargo, si bien los expertos apuntan que se va por el buen camino, aún queda mucho por hacer en la lucha contra la violencia contra las mujeres en las ciudades.
«El concepto de arquitectura de género en México y todos los conceptos relacionados son superficiales, son maquillaje. Sin duda sirven, el maquillaje siempre sirve, pero tapa solo huecos, no arregla el problema», indica a BBC Mundo la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao.
«Estas medidas son superficiales por muchas razones. La primera es porque realmente no hay una política de defensa de los derechos de las mujeres en profundidad. Lo que no se protege en México es la vida de las mujeres. En México matan a muchas mujeres», critica.
«Por eso por más que se haya pensado en iluminación de calles, espacios abiertos y demás medidas no es suficiente. A las mujeres las matan en la calle a plena luz. Por eso creo que las acciones que se están haciendo de ese tipo son superficiales», agrega.
No obstante, Bilbao reconoce que todo ayuda. En su opinión hay estrategias de urbanismo que funcionan mejor como crear espacios donde se socialicen las labores de cuidado.
«Los callejones existen, pero si empiezas de cero hay que pensar en cómo hacer espacios que socialmente puedan ser mucho más seguros, porque tienen gente, porque están abiertos… que ponerle luz a un callejón oscuro. Pero bueno, si existen callejones oscuros hay que hacer algo contra ellos, sin duda. Creo que va en paralelo todo».
Un festival de código virtual donde se dan talleres de tecnología de manera gratuita para niñas de entre 9 y 17 años de edad.
Foto: @girltechfestmx
¡Ah! Y también hay espacio para las familias, papás y mamás que quieran saber cómo incentivar estos conocimientos entre sus hijas.
Girl Tech Fest México 2022: El festival que acerca a las niñas a la tecnología
Para la edición del Girl Tech Fest México de este 2022 los talleres sobre la intro a las Ciencias de Computación para el desarrollo de software se llevarán a cabo en línea.
Foto: Girl Tech
Los papás o las mamás (tutores y tutoras) también tendrán chance de sumarse mediante una confe sobre “cómo fomentar el uso de la tecnología con propósitos de educación y aprendizaje en sus hijas”. Ahora, ¿cómo se pueden sumar?
¿Cuándo?
El Girl Tech Fest México 2022 se llevará a cabo este 15 de octubre de 9 a las 10:10 de la mañana (hora de verano del centro de norteamérica y hora de CDMX)
Recuerden que todo será en línea y pueden inscribirse en ESTE enlace —con la opción de hacer una donación por 100 pesos, como una manera de ayudar a reducir la brecha de género y que se sigan organizando más ediciones.
Foto: @girltechfestmx
De todas maneras, la inscripción es gratuita y ojo acá porque el registro debe ser con el consentimiento del papá, la mamá o tutor, tutora con una cuenta de correo de gmail.
Foto: @girltechfestmx
El cupo es limitado, para 300 personas —150 niñas y adolescentes y otros 150 para familias.
“Yo quería que estudiase más. Sabría leer y escribir, y hablar inglés, y podría ganar […] Tengo la esperanza de que esta hija llegue a ser algo y que mantenga a la familia. Desde luego, si no abren la escuela, tendré que casarla”.
Son palabras de una madre afgana tras verse obligada anteriormente a casar a su otra hija de 13 años con un vecino de 30 a cambio de 60.000 afganis (alrededor de 670 dólares estadounidenses) para poder vivir. Estas palabras reflejan muy bien la situación que muchas niñas están viviendo actualmente a lo largo del mundo. Por eso hoy, Día Internacional de la Niña, ponemos el foco en todos los retos a los que se tienen que enfrentar y que más afectan a su desarrollo vital.
Según datos de Unicef, hay en el mundo más de 600 millones de niñas adolescentes que han conseguido romper los límites y las barreras que conllevan los estereotipos. Y han demostrado que, con las oportunidades y habilidades necesarias, así como un entorno propicio que fomente su potencial, una niña puede emprender y convertirse en una auténtica líder.
Sin embargo, y en pleno siglo XXI, las niñas siguen sufriendo grandes desventajas en muchas esferas como la salud, la educación, la participación política y las oportunidades económicas que se han visto agravadas por las crisis concurrentes de la COVID-19, del cambio climático y las crisis migratorias.
El desempleo generalizado y la inseguridad económica, sumados a las importantes interrupciones de los servicios relacionados con la salud sexual, reproductiva y la nutrición, han debilitado los sistemas y redes de protección y bienestar en todo el mundo y han hecho que logros importantes alcanzados en el último decenio hayan involucionado. Como resultado, se estima que, en un futuro, 11 millones de niñas no podrán volver a la escuela y más de 42 millones de niñas y adolescentes terminirán por no acudir a la misma, teniendo tres veces más probabilidades de casarse antes de los 18 años.
En el Día Internacional de la Niña apostamos por la igualdad. @ Rodnae Productions by Pexels
A pesar de los avances en el acceso a la educación, 1 de cada 4 niñas adolescentes en África Occidental y Central no saben leer ni escribir y 9 de cada 10 adolescentes en países en desarrollo se deben conformar con trabajar en sectores terciarios donde cobran muy poco, además de ser sometidas a maltrato y explotación laboral.
No debemos olvidar tampoco las niñas que viven en entornos de conflicto armado, así como las desplazadas y refugiadas, que son las que menos posibilidades tienen de ir a la escuela, a diferencia de los niños. Como está ocurriendo en Afganistán, que tras la tomar de poder de los talibanes en agosto de 2021 y el restablecimiento de la ley sharía, se han recortado nuevamente los derechos de las niñas. Algo parecido ocurre en Níger, donde el Estado Islámico en el Gran Sáhara y el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (afiliado de Al Qaeda) han provocado el cierre de 377 escuelas.
Todo esto hace que aumenten las cifras del matrimonio infantil. Alrededor de 650 millones de mujeres que viven en la actualidad contrajeron matrimonio antes de los 18 años, y se prevé que, en el año 2030, 150 millones de niñas se habrán casado en el mundo.
Pero el futuro de las niñas no solo se ve amenazado por el matrimonio forzado, sino también por los embarazos precoces. Acorde con el testimonio de un psicólogo clínico, quien declaro “La maternidad es una decisión, y no un destino” a raíz del informe: Son #NiñasNoMadres: Medidas para poner fin a la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes y a la maternidad forzada de niñas en Paraguay. Se pone de manifiesto que cientos de menores merecen tener una infancia sin ser obligadas a ser madres. Recordemos, que tanto el embarazo como el parto actualmente constituyen la segunda causa principal de muerte en niñas y en adolescentes en el mundo. Alrededor de 3,9 millones de niñas de entre 15 y 19 años recurren a abortos en condiciones de riesgo que ponen en peligro sus vidas y su salud.
En relación con esto último, hay que estremecerse con las cifras concernientes a la mutilación genital femenina (MGF), una terrible práctica que atenta directamente contra sus derechos. Más de 200 millones de niñas y adolescentes la han sufrido y más de tres millones están en riesgo de padecerla cada año.
Otro de los desafíos a los que se tienen que enfrentar, es la violencia sexual. El 72% de las víctimas de explotación sexual detectadas son niñas. A nivel mundial, unos 120 millones de niñas han sido víctimas de relaciones sexuales forzadas y otras agresiones sexuales, normalmente por parte de alguien cercano a ellas. Mientras que 1 de cada 3 estudiantes de 11 a 15 años ha experimentado acoso escolar por parte de sus compañeros o compañeras.
Son precisamente todos estos retos los que hacen que veamos la importancia que tienen los derechos de las niñas y adolescentes, y de tener que defenderlos. Proteger la infancia de las niñas, salvaguardar sus derechos y garantizar que tengan un futuro debe de ser prioritario en cualquier parte del mundo.
El emprendimiento femenino en América Latina llega al 50%, según datos del Banco Mundial, y en países como Guatemala, Colombia o México las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de poseer un negocio, lo que ha provocado la necesidad de aumentar el apoyo en las capacitaciones, la inclusión y financiamiento para que sean visibles y exitosas.
En la región existen 17,217,911 pequeñas y medianas empresas y la mitad de ellas son fundadas y dirigidas por mujeres, contribuyendo al producto interno bruto (PIB) en un 25%, como lo indica el estudio de 2021 de Global Report del GEM (Global Entrepreneurship Monitor).
La falta de oportunidades laborales y la pandemia abrieron un espacio para que las mujeres fueran dueñas de su propio negocio, con casos de éxito, y muchas de ellas ahora cuentan con apoyo de empresas financieras, de mensajería, tecnología o startups, pero no siempre el camino es fácil para acceder a préstamos.
DE AYUDAR A UNA MAMÁ A EXPORTAR CAFÉ
En Guatemala Maritza Roque soñaba con ser una gran productora de café y, luego de superar un cáncer, regresó a los cafetales pero los precios y la ganancia no llenaban sus expectativas.
Ante esa situación su hijo, Josué, junto con otros socios se dieron a la tarea de estudiar el mercado en EE.UU. en donde el consumidor paga de 3 a 5 dólares por una taza de café. Tras pruebas y ensayos se enfocaron en ofrecer grano tostado de alta calidad, además de ayudar a las mujeres caficultoras.
Abbigail Graupner, una estadounidense afincada en Guatemala y que conoció la situación de las productoras, se interesó por esta historia y junto con su amiga Alene Seiler-Martinez fundaron Chica Bean, una pequeña empresa de mujeres que ahora exporta café tostado a EE.UU., Asia y Europa.
“Probamos con el café oro, pero no era rentable así que decidimos tostarlo en Guatemala para que toda la cadena de valor y las ganancias se quedaran aquí”, explicó.
Así se enfocaron en “clientes que están acostumbrados a pagar un buen precio por un café de alta calidad”. Tras una experiencia previa de Graupner en el mercado de las flores, y al tener como referencia el modelo de mensajería internacional de UPS, lograron contactos para llegar con su producto a EE.UU.
En este proceso conocieron el programa bandera “Orgullosamente Imparables” de UPS, que apoya a emprendedoras y mypimes con asesorías, programas de educación financiera y envíos para que sus productos puedan trascender y ser exitosos.
Lo que en un principio fue trabajar con 6 productoras de café y 4 en la empresa hoy su fuerza laboral está en 19 mujeres, más una cooperativa, 8 personas en el área administrativa y una tienda de café.
“Nuestro cuerpo es un tributo”, afirma la colombiana Viviana Millán, gerente general y cofundadora de Fajas Tributo, que no solo se enfoca en mujeres con tratamientos quirúrgicos sino que ahora le apuesta a la inclusión con su producto para la comunidad LGTBI.
Millán, que se dedicó por un tiempo a diseñar trajes de baño a la medida en Cali, cambió el nicho de su negocio cuando llegó a Cúcuta y se enfocó en fajas a la medida para tratamientos de belleza y cirugía.
“En menos de un mes ya tenía la mayoría de contactos de médicos en Cúcuta y me fue muy bien por este plus que se le puso” una faja personalizada con tallas reales. A partir de ese éxito, en Bogotá creó su marca en 2009 para luego abrir, en 2018, un e-commerce con EE.UU.
De la mano con su hija, Valentina Ramírez, jefe de comunicaciones y marketing de la empresa, hoy su producto está en el mercado europeo, en Kenia (África) y hasta en Australia con una salida de 4.500 fajas personalizadas al mes con el apoyo de UPS.
Una puerta más se les abrió como empresarias cuando una cliente, Giordin, les escribió porque comenzaba con un proceso de reasignación de sexo y necesitaba una faja que se le adaptara al cuerpo.
“Como era una faja nueva empezamos a hacer ensayos, a tomar medidas, a tener una comunicación más directa y a la tercera prueba de la faja dimos con el punto que era. Ella luego nos dijo que cuando se puso su faja Tributo y sintió sus curvas, por primera vez se identificó como mujer”, dijo Millán dando pie a que crearan las fajas Ken Doll.
“Estas fajas nacieron producto de una comunicación muy inclusiva en Instagram con contenido generado por el usuario y empezamos a publicar lo que nos enviaban los no binarios dándoles la bienvenida a Tributo”, explicó Ramírez.
A partir de esa experiencia y la difusión en redes esto generó una gran acogida en la marcha del orgullo LGBTIQ+ de Nueva York, en donde varios de sus clientes salieron a las calles con las fajas puestas con cada color representativo de la bandera de esta comunidad.
VENCER MITOS Y MIEDOS PARA EMPRENDER
Experiencias como las de Chica Bean, en Guatemala, o Fajas Tributo, en Colombia, son la muestra de cómo las mujeres pueden emprender de manera exitosa, pero el camino no es sencillo a la hora de crear una empresa: no solo basta con la idea también hay que romper con el miedo a no lograrlo.
“Además de pensar que porque eres mujer no se puede, lo cual es mentira, uno de los retos más grandes es el acceso al capital”, señaló la cofundadora de Chica Bean, algo que comparte Millán, además de la logística.
Por eso, uno de los llamados de ONU Mujeres para que muchas más se involucren y manejen su propia economía, pasa por facilitar el acceso al crédito, ayudarlas a permanecer y prosperar en los sectores dominados por hombres.
La directora de marketing para UPS México y Latinoamérica, Rosalva Rivera, explicó que desde 2018 la Fundación UPS se enfocó en el empoderamiento y soporte “para poder incentivar y fomentar el desarrollo de las empresas dándoles las herramientas y que se sintieran más cómodas a la hora de emprender”.
Ante el auge del comercio electrónico, producto de la pandemia, crearon una plataforma de capacitación en materia de comercio exterior, que inició en México y ahora está en 14 países de la región con “Orgullosamente Imparables”.
“Lo hacemos a través de alianzas tanto con instituciones privadas como con entidades de Gobierno que nos ayudan a darle promoción y amplitud al programa como también darle crecimiento al contenido y este año con el Tecnológico de Monterrey contamos con una capacitación en línea y hacemos webinar”, aseguró Rivera.
Indicó que la prioridad es “impulsar el desarrollo de las importaciones en las pymes y abrirles la oportunidad de que puedan llegar más allá” rompiendo con los miedos que tienen las mujeres a la hora de sacar su producto al exterior, pues para Rivera todo parte de tener confianza.
Ejemplos como los de UPS hacen parte de las iniciativas que se han generado en Latinoamérica como la plataforma TodasConectadas, anunciada por ONU Mujeres, con la que buscan ampliar las oportunidades de formación, emprendimiento y trabajo en red a 3.8 millones de mujeres en la región.
Los periodistas Ale del Castillo y Moisés Castillo, autores del libro Siempre estuve en riesgo: Mujeres que narran sus historias de violencia, aseguran que en el país no solo hay una falta de justicia e impunidad en muchos casos de violencia de género, sino que también como sociedad y país atravesamos un retroceso en donde se ha normalizado cada una de las violencias que viven las mujeres, desde los micromachismos hasta los feminicidios.
Por ello, en este libro, en el que dan voz a las mujeres víctimas de violencia que rompen el silencio y hablan de lo que han vivido, es que los autores buscan abrir el diálogo y encaminar este debate a la creación de políticas públicas que ayuden a mejorar el entorno de las mujeres.
En entrevista para Expansión Política, Ale del Castilloseñala que una de las políticas públicas que considera urgente en México es educar y trabajar con los hombres para sensibilizarnos respecto al tema.
Mientras que Moisés Castillo hace hincapié en que se debe acabar con la impunidad y buscar que en la impartición de justicia se tenga perspectiva de género, pues desde su punto de vista, en el país hay un retroceso en donde desde el gobierno federal no se escucha a las mujeres ni se les garantiza el acceso a la justicia.
«Tenemos que trabajar en ese sentido, en escuchar la voz de las mujeres, y en Palacio Nacional lo digo abiertamente, hay una cerrazón total porque se les desprecia por querer un diálogo frontal y tomar medidas radicales», afirma.
Ale del Castillo cuenta que pese a que ahora se plantea el tema de la revictimización, escribieron este libro porque las mujeres quieren hablar, por lo que es importante que «su voz sea la que deba ser escuchada, desde dónde lo vivieron, cómo lo resolvieron, gestionaron, entendieron, procesaron o enfrentaron».
Creo que en la voz de otras mujeres nosotras y nosotres también podemos encontrarnos»
Moisés Castillosostiene que afortunadamente encontraron la forma de escribir de una «manera honesta, sin caer en el amarillismo ni en el morbo, siempre escribiendo desde la empatía» para poder contar las historias de las víctimas.
Abrir la puerta para que las mujeres sean escuchadas
Desde su primer libro, Amar a madrazos, en el que abordaron la violencia en el noviazgo entre los jóvenes, Ale del Castillo considera que abrieron una «puerta a darle voz a las mujeres», y actualmente han sucedido cosas como que ya se puede etiquetar o nombrar la violencia en casos muy específicos como el mansplaining, por lo que buscan con el libro es señalar otras violencias para que las mujeres compartan sus experiencias.
«Cuando me preguntas por qué leer este libro, mi respuesta es porque creo que podemos encontrarnos en la otra, creo que podemos hacer un ejercicio personal sobre lo que hay de mí en esas historias, que hay de mi amiga, mi madre, mi hermana y cualquier otra mujer que me es cercana», dice.
La periodista comenta que esperan que el libro sea muchas cosas a la vez, una lectura, información, así como una herramienta preventiva. «Que te tome de la mano para cuestionarte directamente en dónde estás y qué quieres hacer y las mujeres tengan clara la opción de decidir cuándo terminar con estos tipos de violencias, pero para que eso suceda primero tienes que identificarla», señala.
La alfabetización de la violencia tiene que ver con desnormalizarla y desnaturalizarla, la cosa es que hay que empezar a verlas, ya que empiezas a verlas no puedes parar»
Aquí un fragmento de la entrevista.
Ahora que en muchos espacios y ámbitos se habla de la violencia hacia las mujeres, ¿cómo creen qué vamos tanto como país y sociedad?
Moisés Castillo: Yo creo que vamos muy mal. Desde que Ale y yo empezamos a escribir acerca de estos temas, hace ya 10 años, el tiempo ha pasado y las cosas han empeorado: 10 u 11 mujeres son asesinadas diariamente en este país.
Además, desde Palacio Nacional hay un monólogo donde se desprecia y se ningunea a la mujer, entonces yo creo que este tipo de temas son usados por la clase política de una forma electoral, todos dicen que están a favor de la mujer, a favor de acabar con la violencia hacia las mujeres, pero los hechos ahí están.
Como sociedad estamos pasmados, inactivos, también de este lado estamos fallando, cada asesinato de una mujer es un fracaso más de esta sociedad.
Y este libro también invita al diálogo y la discusión sobre cuál es el futuro para las mujeres y para las jóvenes de este país, y es que cada día vemos y leemos casos de desapariciones o asesinatos y no pasa nada, normalizamos la violencia, estamos dando pasos regresivos, estamos en una regresión total.
En el libro tenemos varias instituciones a las que las mujeres pueden acudir, pero cómo las atienden, las protegen, les dan seguimiento, yo creo que en eso también estamos mal, estamos en un pañal, todavía no se cuidan a las mujeres, no se cuidan los procesos y no se atiende el tema del acceso a la justicia.
En el libro señalan que uno de los objetivos es que se abra el diálogo que nos lleve a crear políticas públicas, en este sentido, ¿cuál creen que es la política pública más urgente?
Ale del Castillo: Para mí sería el trabajo con los hombres porque se habla de violencia contra las mujeres, pero dónde está el elemento del violentador, de parar este continuo, de formar diferentes masculinidades, de hablar de deconstrucción, de respeto… por eso mi primera línea de acción sería trabajar con los hombres.
Moisés Castillo: Para mí también sería trabajar con la impunidad de este país, no se juzga con perspectiva de género. Hemos visto últimamente las liberaciones de mujeres que se han dado en Santa Martha Acatitla, y que estaban ahí porque que eran novias o tenían relación con un delincuente, ellas eran quiénes pagaban los platos rotos, desde esa perspectiva como país también estamos mal y se debe trabajar muchísimo.
Y pues ahora también en las políticas públicas del gobierno federal y de los gobiernos estatales se piensa que es regalar dinero y yo creo que ahí también estamos mal. Tenemos que trabajar en ese sentido, en escuchar la voz de las mujeres, y en Palacio Nacional lo digo abiertamente, hay una cerrazón total porque se les desprecia por querer un diálogo frontal y tomar medidas radicales.