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  • Cómo era la vida de las mujeres en Irán antes de la Revolución Islámica

    Cómo era la vida de las mujeres en Irán antes de la Revolución Islámica

    «Vi muchas fotos de mi abuela de antes de la revolución, ella con el velo y mi mamá con una minifalda, viviendo en armonía, una al lado de la otra».

    Lo que recuerda Rana Rahimpour, presentadora iraní-británica del servicio persa de la BBC, no se circunscribe únicamente a su familia.

    En Irán, antes de la Revolución Islámica de 1979, no existía el estricto código de vestimenta que actualmente obliga a las mujeres, por ley, a llevar el velo y ropa modesta «islámica».

    «Irán era un país liberal. A las mujeres se les permitía vestir lo que querían», cuenta.

    Su testimonio es relevante mientras en decenas de ciudades iraníes se suceden las protestas por la reciente muerte de una joven de 22 años que había sido detenida por «la policía de la moral», que se encarga de hacer cumplir los códigos de vestimenta islámicos.

    Rahimpour nació después de la revolución, pero la experiencia de sus padres y familiares y su trabajo periodístico le han permitido profundizar en la transformación que vivió su país tras la caída del Sha.

    Una transformación que, en los primeros años, fue más allá de la ropa, como también le cuenta a BBC Mundo la periodista iraní Feranak Amidi, reportera de Asuntos de la Mujer para la región del Cercano Oriente del Servicio Mundial de la BBC.

    «No teníamos segregación de género antes de la revolución. Pero después de 1979, las escuelas fueron segregadas y los hombres y mujeres que no tenían parentesco eran arrestados si los sorprendían socializando entre ellos».

    «Cuando era adolescente en Irán, la policía moral me arrestó por estar en una pizzería con un grupo de amigos y amigas».

    «Antes de 1979, había discotecas y locales de entretenimiento y la gente era libre de socializar como quisiera».

    Las películas previas a la revolución también son testimonio de una época en las que las mujeres podían escoger si vestir atuendos occidentales o más conservadores.

    «Veías una variedad de formas de vestir. Algunas usaban el velo negro o chador, pero no de la manera en la que el gobierno en la actualidad exige».

    Una dinastía

    Antes de la revolución de 1979, Irán fue gobernado por la dinastía Pahlaví, que se inició tras un golpe de Estado.

    Asistentes a la celebración del cumpleaños del sha de Irán, en el estadio de Abadan, en la década de 1970.

    FUENTE DE LA IMAGEN,PAOLO KOCH/GAMMA-RAPHO VÍA GETTY IMAGES

    Asistentes a la celebración del cumpleaños del sha de Irán, en el estadio de Abadan, en la década de 1970.

    En 1926, el líder del golpe, Reza Khan, fue coronado Reza Sha Pahlaví y su hijo Mohamed Reza Pahleví fue proclamado príncipe heredero. Después, él se convertiría en el último Sha.

    En un artículo, de 1997, el centro de estudios Wilson Center reprodujo una entrevista de su programa de radio Dialogue con Haleh Esfandiari, autora de Reconstructed Lives: Women and Iran’s Islamic Revolution («Vidas reconstruidas: las mujeres y las Revolución Islámica de Irán»).

    Esfandiari dejó Irán en 1978 y regresó 14 años después para investigar el impacto de la revolución en las mujeres.

    En esa entrevista, la periodista contó que «el movimiento de mujeres en Irán comenzó a fines del siglo XIX, cuando las mujeres salieron a las calles durante la revolución constitucional».

    Después de eso, muchas de ellas empezaron proyectos sociales como abrir escuelas para niñas y publicar revistas para mujeres.

    A esa red, que comenzó en la capital, Teherán, se trataron de vincular otras provincias y eso llevó «al desarrollo del movimiento de mujeres».

    El velo

    La ropa de las mujeres ya había sido un tema en la agenda del liderazgo del país a inicios del siglo XX.

    «El velo no se abolió oficialmente en Irán hasta 1936, durante la era de Reza Shah Pahlaví, el padre del Irán moderno», indicó la autora.

    Coreografía en el marco de los festejos por el cumpleaños del sha.

    FUENTE DE LA IMAGEN,PAOLO KOCH/GAMMA-RAPHO VÍA GETTY IMAGES)

    Coreografía en el marco de los festejos por el cumpleaños del sha en los 70.

    Años antes, el líder había alentado a las mujeres a no llevar el velo en público o «a usar un pañuelo en vez del tradicional velo largo».

    «Cuando finalmente se abolió oficialmente el velo, fue sin duda una victoria para las mujeres, pero también una tragedia, porque se les quitó el derecho a elegir, tal como sucedió durante la República Islámica cuando se reintrodujo oficialmente el velo en 1979».

    Muchas mujeres «se vieron obligadas a abandonar el velo y salir a la calle sintiéndose humilladas y expuestas«.

    Aún así, Esfandiari reconoce que el padre del último sha emprendió algunos cambios que tuvieron un impacto positivo en las mujeres.

    La Revolución Blanca

    En 1941, su hijo, Mohamed Reza, asumió el poder.

    Durante ese reinado, «comenzó la modernización del país», señala Amidi.

    Una calle de Teherán el 23 de julio de 1964.

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    Una calle de Teherán el 23 de julio de 1964.

    Ese proceso se conoció como la Revolución Blanca y les dio a las mujeres el derecho al voto en 1963 y los mismos derechos políticos que tenían los hombres.

    Además se trató de mejorar el acceso a la educación en las provincias periféricas.

    En su reinado se aprobó la ley de protección de la familia que se ocupaba de diferentes áreas, entre ellas el matrimonio y el divorcio.

    La legislación, explica Amidi, expandió los derechos de las mujeres.

    «La ley de protección de la familia aumentó la edad mínima para el matrimonio de las niñas de 13 a 18 años, y también dio a las mujeres más influencia para pedir el divorcio«.

    También limitó hizo que los hombres solo pudieran tener una esposa.

    «Todo esto fue bastante progresista en comparación con otros países de la región».

    Y es que el Sha, aunque autócrata, era un líder progresista y le gustaba la cultura occidental.

    Así, estableció un programa de secularización.

    El día a día

    Las mujeres llegaron a ocupar posiciones de poder. «Tuvimos mujeres ministras, juezas», recuerda Rahimpour.

    Mujeres comprando ropa en una calle de Teherán el 26 de agosto de 1978

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    Comprando ropa en una calle de Teherán el 26 de agosto de 1978.

    Sin embargo, pese a las promesas de la Revolución Blanca, «las mujeres todavía estaban confinadas a los roles tradicionales», indica Amidi.

    Y aunque destaca que «había mujeres en el Parlamento», considera que «las mujeres no tenían una gran participación en la esfera política.

    Pero debemos tener en cuenta que eso fue hace casi medio siglo y las mujeres de todo el mundo en ese tiempo no tenían mucho poder político».

    Aún así reconoce que sus compatriotas estaban empezando a desempeñar un rol cada vez más social: «Tenían una presencia vibrante en la sociedad».

    Preocupación de las mujeres

    Amidi resalta «el gran impacto» que tuvo la reina Farah Pahlaví, esposa de Mohamed Reza, en las artes y la cultura.

    La reconocida artista Nahid Hagigat en Nueva York en 2012.

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    La reconocida artista Nahid Hagigat en Nueva York en 2012.

    De hecho, un ensayo de Maryam Ekhtiar y Julia Rooney, del departamento de Arte Islámico del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, aborda «el florecimiento artístico en Irán», que comenzó en los años 50 y continuó en los 60 y 70.

    «Estas décadas vieron la apertura de Irán a la escena artística internacional».

    Gran parte de esa creciente actividad artística se debió a la prosperidad económica que experimentaba el país.

    Y es que Irán poseía mucho petróleo, pero la vasta mayoría de iraníes no se estaban beneficiando de esa riqueza.

    Pese al apoyo del Sha y su esposa al ámbito de las artes, los artistas no eran ciegos a esa realidad y tampoco a la represión del régimen contra quienes se oponían.

    Nahid Hagigat, indican las autoras, «fue una de las pocas artistas que expresó las preocupaciones de las mujeres durante los años previos a la revolución».

    «En sus grabados, capturó el sentimiento de tensión y miedo en una sociedad dominada por hombres bajo el escrutinio del gobierno».

    Codo a codo

    Para 1971, Mohammad Reza, que se había autodeclarado «shahanshah», «el Rey de los Reyes», no sólo era uno de los hombres más ricos del mundo sino el líder absoluto de Irán.

    Su régimen era cada vez más represivo contra los disidentes políticos.

    El sha junto al entonces presidente de EE.UU. Richard Nixon y su esposa Pati (de rosado), quien conversaba con la reina Farah.

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    Una cena de Estado en el palacio del Sha, en Teherán, al que asistieron el entonces presidente de EE.UU. Richard Nixon y su esposa Pati (de rosado), quien conversaba con la reina Farah.

    «En el régimen anterior (a la revolución) la gente tenía libertades sociales, pero cero libertades políticas«, evoca Rahimpour.

    «Eso fue un gran problema. Todos los partidos estaban controlados por el rey, era una sociedad vigilada, no había libertad de prensa, cualquier tipo de activismo político podía terminar en prisión».

    El descontento social tomó las calles y en 1978 se registraron protestas masivas contra el régimen del Sha.

    De acuerdo con Esfandiari, el progreso conseguido por las mujeres durante su reinado se desestabilizó hacia el final.

    «En reacción a los elementos tradicionalistas cada vez más vocales en la sociedad, el Sha retiró drásticamente su apoyo a una mayor participación de las mujeres en los puestos de toma de decisiones».

    La Revolución Islámica fue apoyada por muchos iraníes que «no eran necesariamente religiosos», explica Rahimpour. Muchos solo clamaban una «democracia verdadera».

    «Contó con el respaldo de todos los grupos, con los liberales, los comunistas y los religiosos».

    Las mujeres, independientemente de lo que quisieran vestir o de su grado de religiosidad, fueron parte de esa fuerza que terminó provocando la caída del Sha en 1979.

    «En las marchas que llevaron a la revolución, había mujeres profesionales sin pañuelo y mujeres de origen conservador con el tradicional velo negro; había mujeres de familias de clase baja y media con sus hijos.

    Todas estas mujeres caminaron hombro con hombro, esperando que la revolución les trajera una mejora en su estatus económico y una mejora en su estatus social. Y sobre todo una mejora en su estatus legal», recordó Esfandiari.

    Diferentes visiones

    Amidi no cree que las mujeres «se sintieran necesariamente más independientes» antes de la Revolución Islámica.

    Mujeres en una movilización a favor del gobierno de Irán

    FUENTE DE LA IMAGEN,ABEDIN TAHERKENAREH/EPA-EFE/REX/SHUTTERSTOCK

    Una movilización popular a favor del gobierno de Irán el 23 de septiembre.

    «Irán todavía era una sociedad religiosa muy conservadora. Pero en ese entonces había voluntad política para romper ese molde tradicional y conservador, y permitir que las mujeres florecieran y ocuparan más espacios en la sociedad».

    Dicho florecimiento, aclara, nunca llegó a suceder plenamente.

    De acuerdo con Rahimpour, existen ideas opuestas sobre si las mujeres se sentían más independientes y empoderadas antes de la Revolución Islámica.

    «Las mujeres religiosas dirían que se sentían más cómodas a la hora de salir después de la revolución, pero las mujeres liberales no estarían de acuerdo con ellas».

    «No hay que olvidar que hay una parte de la sociedad iraní que es muy religiosa».

    De ahí que hayan mujeres que están de acuerdo con aspectos del sistema.

    Al ver fotos de archivo de mujeres en Irán con ropa occidental y sin velo, una señora iraní me hacía notar que esas imágenes no son representativas de la vida de las mujeres en general antes de la revolución.

    Muchas mujeres, de diferentes edades, eligieron usar la hiyab o el velo y ropa más conservadora porque «la sociedad era posiblemente mucho más conservadora y religiosa en comparación con la actual».

    Protestas

    Muchos iraníes participaron en la revolución con la idea de tener libertad, pero, dice Rahimpour, rápidamente vieron sus ilusiones frustradas.

    Protestas

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    Las protestas por la muerte de Mahsa Amini se han extendido a decenas de ciudades de Irán.

    «Después de la revolución, nos dimos cuenta de que muchas personas religiosas se sentían incómodas con las minifaldas y con las libertades que hombres y mujeres tenían, y por eso también estuvieron de acuerdo con la revolución».

    Sin embargo, dice que mucha gente que es «profundamente religiosa» en Irán piensa que llevar el velo «tiene que ser una elección».

    «Deja de ser religión cuando se obliga».

    Irán vive un estallido de protestas en todo el país tras la muerte, en custodia policial, de una mujer de 22 años por presuntamente no cumplir con las reglas de la hiyab.

    Las autoridades aseguran que Mahsa Amini murió por razones de salud subyacentes, pero su familia y muchos iraníes creen que murió tras haber sido golpeada.

    Las protestas parecen ser el desafío más serio al que se han enfrentado los líderes de Irán en los últimos años.

    Y un nuevo capítulo de movilizaciones populares en Irán.

  • CNDH pide garantizar el aborto seguro a mujeres encarceladas

    CNDH pide garantizar el aborto seguro a mujeres encarceladas

    Con motivo del “Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal, Seguro y Gratuito”, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) exhortó a las autoridades en garantizar el derecho de la interrupción legal del embarazo y calificó como discriminación jurídica que las mujeres tengan más o menos derechos de acceder a un aborto bajo un marco legal de acuerdo con su lugar de residencia.

    El organismo también enfatizó que en todo el territorio nacional existe una causal que permite la interrupción legal del embarazo por violencia sexual para mujeres y niñas. De igual forma, la CNDH señaló que las instituciones públicas prestadoras de servicios de atención médica deben otorgar servicios de aborto y brindar información a la víctima para que pueda tomar una decisión.

    “La progresividad de los derechos humanos de las mujeres y la igualdad entre mujeres y hombres contribuyen a una cultura de paz, por lo que la CNDH se pronuncia porque las entidades federativas armonicen sus leyes en función del marco de constitucionalidad del que es parte, para garantizar el acceso al aborto voluntario, legal, seguro y gratuito a las mujeres”, añade la Comisión en su comunicado.

    El organismo nacional hizo un llamado a las autoridades penitenciarias federales, estatales así como militares a garantizar a las mujeres en reclusión el acceso oportuno a métodos antifecundativos, de emergencia, y en su caso, a la interrupción del embarazo.

    Llamó a observar especialmente los casos de mujeres que han sido víctimas de agresiones sexuales, de violencia sexual en pareja, del retiro secreto de preservativos por parte de sus parejas sexuales, conocido como stealthing, y en el contexto de actos de tortura durante su detención, traslado, presentación o permanencia ante una instancia o autoridad, centro penitenciario o durante su estancia en dichos establecimientos.

    Indicó que de acuerdo con las cifras más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), diariamente mueren 800 mujeres por causas relacionadas con el embarazo y el parto, como la eclampsia y preeclampsia, las hemorragias, las infecciones y los abortos inseguros, y se calcula que anualmente se practican 25 millones de interrupciones de embarazos inseguras.

    Destacó que según la organización sin fines de lucro, Telefem, en 2021 hubo unas 6 mil 700 muertes de mujeres relacionadas con abortos inseguros en el país, y durante la primera etapa de la pandemia se estima que los embarazos no planeados se elevaron 30 por ciento.

     

  • La triple lucha contra la discriminación de una mujer indígena en Costa Rica

    La triple lucha contra la discriminación de una mujer indígena en Costa Rica

    Faustina Torres parece estar enojada. Pero esa mirada intensa recoge más bien un reclamo histórico y una llamada a la acción por los derechos de las personas pertenecientes a los pueblos originarios.

    Ella alza la voz para reafirmar que sus vidas son más duras que las del habitante promedio de su país.

    “La sociedad costarricense no nos enseña que hay indígenas en este país. Es una forma de discriminación, invisibilizar la existencia de los pueblos indígenas”, comenta.

    Mujer indígena bribri, Faustina se define como madre, abuela, hermana y tía. Pero, sobre todo, es una transmisora de herencias ancestrales y defensora de los derechos, que aprendió a luchar contra la discriminación desde niña.

    “Creo que las mujeres indígenas tenemos triple discriminación por ser mujer, por ser indígena y por tener una escolaridad también muy baja”, asegura.

    Portada del libro Soy indígena en Costa Rica y esta es mi historia.
    ONU/Costa Rica
    Portada del libro Soy indígena en Costa Rica y esta es mi historia.

    El machismo en su propia familia

    “Desde mi infancia, me marca la vida entre hermanos. Éramos tres hermanas y un varón, entonces prevalecía la preferencia en el varón. Sin embargo, yo lo transformé de forma positiva para defenderme y reducir estas prácticas machistas”, afirma.

    Ese combate hacia el machismo se extendió luego a la comunidad: “Hubo siempre mucha discriminación y violencia de parte de los varones indígenas. No querían que se organizaran las mujeres. Ante esta situación, tuvimos que repensar sobre la vivencia indígena, el papel de mujeres culturalmente y las funciones que tienen las mujeres dentro de la cultura”.

    De ahí saltó a luchas más amplias que implicaban la protesta social para reclamar los derechos de su pueblo ante la sociedad costarricense.

    “En aquel momento, yo inicié las luchas a través de manifestaciones que se hacían en San José y aprendí a luchar por lo que una quiere. Me involucré en la lucha sobre la tenencia de tierra, la educación indígena, sobre la ley de autonomía, la minería, la represa hidroeléctrica y el Tratado de Libre Comercio. Esta lucha no es fácil, pero el conocimiento me ha ayudado mucho”, explica.

    Su anhelo ahora es que se hagan realidad los derechos de muchas personas: “La esperanza es que se mantenga la cultura intacta y también el conocimiento académico. Un sueño es que mis hijos y nietos vivan en un lugar seguro”.

    Soy indígena y esta es mi historia

    El relato de Faustina Torres, junto con el de otras 29 personas indígenas, se encuentra recogido en un libro recientemente publicado por la ONU en Costa Rica, titulado Soy indígena en Costa Rica y esta es mi historia.

    Esta publicación quiere precisamente visibilizar la situación de personas y grupos específicos para que puedan ser conocidos sus anhelos, luchas, experiencias y grandes enseñanzas de vida.

    Pero ¿qué significa ser una persona indígena en Costa Rica?

    En Costa Rica, residen más de 104.000 personas indígenas, pertenecientes a ocho pueblos, de las cuales 36.000 habitan en 24 territorios. Bribris, Cabécares, Malekus, Chorotegas, Huetares, Ngäbes, Bruncas y Térrabas, conforman los pueblos indígenas del país.

    Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, el 70% de hogares indígenas presentan necesidades básicas insatisfechas en temas imprescindibles como salud, educación y vivienda, mientras que el promedio nacional llega apenas al 24%.

    En todo el país, la pobreza alcanza al 23% de los hogares. Sin embargo, en el caso de los pueblos indígenas, las cifras son desproporcionadas: en el pueblo Cabécar es del 94%; en el pueblo Ngäbe 87 % y en el pueblo Brörán 85%; por citar solo algunos.

    Asimismo, el porcentaje de mujeres adolescentes indígenas que son madres supera el doble del total nacional. Y respecto a la educación, solamente el 13% de los indígenas se gradúa del colegio.

    Abrir los ojos

    Allegra Baiocchi, máxima representante de las Naciones Unidas en Costa Rica, destacó que este libro de historias abre los ojos a la vivencia en comunidad, a las costumbres, cosmovisiones y a tradiciones llenas de significado y amor por la tierra y por el entorno.

    “Para hacer este libro viajamos hasta sus territorios para que nos contaran lo que significa ser una persona indígena en Costa Rica, y con ello profundizar en su cotidianidad, entender el sentido humano de sus luchas, sus esperanzas y en especial, esa transmisión del conocimiento tradicional a través de las generaciones. Nos ha resultado sumamente valiosa la oportunidad de conocerlos como personas, la oportunidad de ponernos en su piel, y considerarles en su máxima expresión como seres humanos esenciales, únicos y valiosos que forman parte de esta Costa Rica multiétnica y pluricultural”, dijo Baiocchi.

    También, desde las Naciones Unidas se ha visto con preocupación el aumento de tensiones en territorios indígenas a causa del incumplimiento de la legislación que establece que los pueblos indígenas tienen asegurados para sus territorios cerca de 3300 kilómetros cuadrados, aproximadamente un 7% del país, pero más de un tercio de dichos territorios están ocupados por personas no indígenas.

    Estas tensiones han propiciado que Francisco Cali Tzay, relator especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, haya visitado Costa Rica y expresado amplias preocupaciones por el estado de cumplimiento de sus derechos.

    Hiqui Morera es una indígena maleku que también contó su historia en la publicación de ONU Costa Rica. Ella contó que aprendió a hacer todo aquello que alguna vez alguien dijo que no podría llegar a lograr.
    Hiqui Morera
    Hiqui Morera es una indígena maleku que también contó su historia en la publicación de ONU Costa Rica. Ella contó que aprendió a hacer todo aquello que alguna vez alguien dijo que no podría llegar a lograr.

    El papel de la ONU

    Las Naciones Unidas han destacado que una de sus principales misiones en el país es la de acompañar a los pueblos indígenas en la promoción y protección de sus derechos, en especial:

    • la autodeterminación
    • la tenencia segura de sus tierras colectivas
    • la consulta libre, previa e informada
    • la protección de los defensores y las defensoras de derechos humanos
    • la justicia pronta, eficaz y con pertinencia cultural
    • el acceso a servicios básicos y a oportunidades de desarrollo

    También, han expresado preocupación y han dado seguimiento en el terreno a las tensiones sociales y situaciones de violencia que se generan en los territorios indígenas por los problemas de tierras.

    La ONU se ha coordinado de manera estrecha con las autoridades del Estado, y con los líderes y lideresas de los territorios indígenas y sus organizaciones representativas, con el objetivo de reconocer la validez de la diversidad de sus voces, anhelos y demandas.

    Para apoyar la respuesta y búsqueda de soluciones a estos desafíos, la ONU, por medio de sus agencias especializadas en Costa Rica, ha construido un Plan Estratégico para Pueblos Indígenas, basado en la recomendaciones de los mecanismos de derechos humanos, que impulsa entre otros aspectos:

    • la prevención y protección de los pueblos indígenas, en especial de las mujeres
    • el seguimiento y apoyo durante la pandemia por COVID-19
    • el apoyo para asegurar el acceso a la justicia
    • el apoyo para asegurar el derecho a la consulta y a la participación
    • la protección del medioambiente
    • la protección de los derechos sexuales y reproductivos
    • el fortalecimiento de los derechos económicos, sociales y culturales
    • la lucha contra la discriminación y el racismo
    • el seguimiento a las recomendaciones de los mecanismos de derechos humanos
    La historia de Rosa, indígena boruca de Costa Rica, es parte del libro “Soy Indígena en Costa Rica y esta es mi Historia”.
    Rosa Fernández
    La historia de Rosa, indígena boruca de Costa Rica, es parte del libro “Soy Indígena en Costa Rica y esta es mi Historia”.

    Llamamiento a la acción

    Las Naciones Unidas han reconoció la intención y buena voluntad de las autoridades gubernamentales para resolver los grandes desafíos que enfrentan los pueblos indígenas.

    La Organización ha hecho, además, un llamado a toda Costa Rica, país en cuya Constitución Política se reconoce su identidad multiétnica y pluricultural, y reafirma su histórica vocación por los derechos, la igualdad y la inclusión, profundizando su voluntad para el diálogo y acelerando la acción para resolver los grandes rezagos que enfrentan los pueblos indígenas.

    Al final de su relato, Faustina Torres nos deja a todos una enseñanza: “Creo que aprendí que hacer bien las cosas tiene retribuciones, es decir, sembrar buenas acciones y prácticas tienen buenos resultados. También he aprendido que las experiencias exitosas es muy importante compartirlas porque ahí está conocimiento. Se puede servir para el bien de una comunidad”.

    Este artículo fue elaborado por Danilo Mora Díaz, oficial de Comunicaciones de la ONU en Costa Rica.

  • Las mujeres iraníes se han levantado contra de la dictadura en su país

    Las mujeres iraníes se han levantado contra de la dictadura en su país

    Las mujeres iraníes están quemando sus mandatorios hiyabs y protestando en contra de las opresiones que sufren debido a la dictadura en su país. Exigen libertad, justicia y un alto a la impunidad ante la violencia. Las consignas que se escuchan en las calles de Irán buscan el fin de la dictadura y con ella, las represiones que impone sobre la población.

    Durante las manifestaciones mujeres queman las telas que cubrían sus cabezas, acto sumamente valiente en un régimen tan estricto como el de el Estado Iraní. Desde el año de 1979 se considera un delito no usar un hiyab, debido a las restricciones que –según algunas interpretaciones– establece el Corán, libro sagrado de los y las musulmanas.

    ¿Qué detonó las protestas?

    Protestas en Canadá por la muerte de Mahsa Amini / Mert Alper Dervis/Anadolu Agency via Getty Images

    El 14 de septiembre de este año la policía de la moral, organismo que se encarga de controlar la decencia pública, arrestó a Mahsa Amina. Mahsa era una mujer kurda de 22 años que fue detenida por presuntamente atentar contra la moral con su vestimenta. Sin embargo, no existen pruebas de que los cargos en su contra fueran ciertos.

    A pesar de que su detención fue breve, su vida también. Al salir de la detención fue directo al hospital, pues según las autoridades que la custodiaban había tenido un ataque al corazón pero la familia de la joven asegura que estaba en perfecto estado de salud y que fue la policía quien la agredió y la dejó en coma, lo que terminó con su vida.

    La consecuencias

    Protesta en Irán / AFP

    A raíz de las protestas, las autoridades iraníes han tomado medidas represivas extremas. De acuerdo con la organización Derechos Humanos de Iránal menos 76 personas han muerto a manos de las fuerzas armadas que han intentado, sin éxito, detener las protestas civiles. También hicieron uso de gas lacrimógeno y se enfrentaron a golpes con las manifestantes.

    «EL RIESGO DE TORTURA Y MALTRATO DE LAS MANIFESTANTES ES SERIO Y EL USO DE MUNICIONES REALES EN CONTRA DE ELLAS ES UN CRIMEN INTERNACIONAL», DICE MAHMOOD AMIRY-MOGHADDAM, DIRECTOR DE LA INSTANCIA. «EL MUNDO DEBE DEFENDER LAS DEMANDAS DE LA GENTE IRANÍ POR SUS DERECHOS FUNDAMENTALES»

    Asimismo, Irán ha cortado la comunicación con el exterior, dejando sin internet a Teherán y Kurdistán, dos de los principales centros de las protestas. El propósito es detener la rápida difusión que han tenido los sucesos alrededor de la muerte de Mahsa Amina.

    «EL BLOQUEO DEL INTERNET DEBE ENTENDERSE COMO UNA EXTENSIÓN DE LA VIOLENCIA Y DE LA REPRESIÓN QUE OCURRE EN EL ESPACIO FÍSICO», MENCIONA AZADEH AKBARI, EXPERTO EN CYBERVIGILANCIA. «LAS REDES SOCIALES SON INDISPENSABLES PARA LA MOVILIZACIÓN DE MANIFESTANTES, NO SÓLO PARA COORDINAR SUS ENCUENTROS PERO TAMBIÉN PARA AMPLIFICAR LOS ACTOS DE RESISTENCIA,» MENCIONA EL INVESTIGADOR DE LA UNIVERSIDAD DE TWENTE, EN PAÍSES BAJOS.

    Las mujeres iraníes movilizaron al mundo

    Protesta frente al consulado iraní en Estambul, Turquía
    Protesta frente al consulado iraní en Estambul, Turquía / Getty Images

    Aunque los hechos se dieron en Irán, personas de todo el mundo se han unido a las protestas para buscar justicia por Mahsa. Desde Austria hasta Chile, las movilizaciones buscan apoyar a las iraníes en su búsqueda de libertad. Mujeres de todos los continentes han cortado sus cabellos y organizado manifestaciones en muestra de solidaridad con la imposición del uso del hiyab. Las protestas mundiales apoyando a Irán sólo van en aumento.

  • Más de 70 por ciento de las víctimas atendidas por emergencias en México durante 2021, fueron mujeres

    Más de 70 por ciento de las víctimas atendidas por emergencias en México durante 2021, fueron mujeres

    El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados del Censo Nacional de Seguridad Pública Estatal (CNSPE) 2022 con información sobre la gestión y desempeño de las instituciones encargadas de la seguridad en cada uno de las 32 entidades del país. En él, destacan datos como que durante 2021 el 71.2 % de las víctimas atendidas fueron mujeres, colocándose como el grupo de mayor vulnerabilidad.

    De acuerdo con el informe, los organismos estatales asistieron a un total de 164 mil 431 víctimas, de las cuales segmentas por sexo, 116 mil 985 fueron mujeres. Mientras que 36 mil 061 fueron hombres (21%) y en el caso de 11 mil 385 personas no se identificó el sexo (6.9%). En un desglose por grupos vulnerables, 105 mil 833 correspondieron al de mujeres, que fue por lejos el de mayor incidencia.

    En el segundo puesto aparece el grupo de niñas, niños y adolescentes con 8 mil 419 víctimas. Luego le siguen las juventudes con 3 mil 491 afectados y los adultos mayores con 2 mil 821 afectados. Ya en mucha menor cantidad están población en situación de pobreza (111), población en contexto de movilidad (110), periodistas, defensores civiles de derechos humanos y sindicalistas (99), personas con discapacidad (64), personas en situación de calle (33), pueblos y comunidades indígenas (10) y población de la diversidad sexual (2).

    Los datos presentados por el Inegi revelaron la prevalencia de la violencia contra las mujeres en distintos ámbitos. (FOTO: CÉSAR GÓMEZ/CUARTOSCURO)Los datos presentados por el Inegi revelaron la prevalencia de la violencia contra las mujeres en distintos ámbitos. (FOTO: CÉSAR GÓMEZ/CUARTOSCURO)

    Llamadas de emergencia

    De acuerdo con la CNSPE, las instituciones de seguridad pública estatales recibieron 63 millones 187 mil 634 de llamadas mediante los sistemas telefónicos para la atención de emergencias. No obstante, la gran mayoría fueron improcedentes, es decir, a llamadas falsas, incompletas, bromas u otras similares: 45 millones 199 mil 925 (el 71.5 %).

    Del total, sólo 15 millones 998 mil 381 (25.3 %) fueron procedentes, que implicaron un proceso de atención, y finalmente un millón 989 mil 328 correspondieron a otro tipo de llamadas. Por segundo año consecutivo, esta cifra registra una tendencia al alza pues en 2019 el número fue de 15 millones, en 2020 fueron 15.7 millones y en 2021 los ya mencionados 15.9 millones.

    En cuanto a cantidad, las entidades que recibieron el mayor número de llamadas procedentes fueron Nuevo León con un millón 958 mil 521, la Ciudad de México con un millón 781 mil 712 y Guanajuato con un millón 405 476. En contraste, los estados con menos incidencia fueron Querétaro con 41 mil 738, Michoacán con 61 mil 101, Tlaxcala con 91 mil 362 y Tabasco con 104 mil 746.

    En 2021 se recibieron 63 millones 187 mil 634 de llamadas de emergencia. Foto: EFE/Daniel SánchezEn 2021 se recibieron 63 millones 187 mil 634 de llamadas de emergencia. Foto: EFE/Daniel Sánchez

    En los tipos incidentes de seguridad que se registraron a través de llamadas procedentes por el sistema 911 (el 97.7%, el resto fue por el sistema 089 y otro), prevaleció la atención por ruido excesivo con 796 mil 908 casos. En segundo lugar hechos por el reporte de una persona agresiva con 766 mil 557 sucesos, luego siguieron por una persona sospechosa, violencia familiarviolencia contra la mujer, alteración del orden público por persona alcoholizada y violencia de pareja.

  • Los Estados deben garantizar el acceso de las mujeres y niñas a anticonceptivos seguros y eficaces

    Los Estados deben garantizar el acceso de las mujeres y niñas a anticonceptivos seguros y eficaces

    Brindar a las mujeres y las niñas el acceso a métodos anticonceptivos seguros forma parte de las responsabilidades de los Estados de garantizar el más alto nivel posible de salud física y mental para todos, subrayaron este viernes tres relatores especiales y un grupo de trabajo de derechos humanos de la ONU*.

    En una declaración conjunta, los expertos se refirieron a los retrocesos registrados en algunos países que afectan el derecho a la salud sexual y reproductiva, incluido el derecho al aborto, y recalcaron que las decisiones autónomas de las mujeres y niñas deben ser respetadas.

    “Las leyes de derechos humanos estipulan que las mujeres deben ser libres de decidir cuándo quedar embarazadas, cuántos hijos tener y cómo espaciar los embarazos. El pleno disfrute de las garantías de salud sexual y reproductiva es indispensable para que las mujeres y las niñas puedan ejercer todos los demás derechos humanos y para lograr la igualdad de género”, afirmaron.

    Sostuvieron también que las leyes y políticas que niegan a las mujeres y las niñas sus derechos de salud sexual y reproductiva son “inherentemente discriminatorias”.

    Priorizar la salud sexual y reproductiva

    La declaración de los expertos se produce con motivo del Día Mundial de la Anticoncepción, por celebrarse el 26 de septiembre, y el Día Internacional del Aborto Seguro, el 28 de septiembre, fechas que los expertos aprovechan para instar a los Estados y sus instituciones “a priorizar los derechos a la salud sexual y reproductiva, y a adoptar legislaciones, políticas y decisiones que aseguren a las mujeres y niñas el pleno ejercicio de su derecho al acceso a la salud sexual y reproductiva y a servicios sanitarios -incluido el aborto seguro-, sin temor a la intimidación, el estigma o la penalización, de conformidad con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos”.

    Los relatores destacaron los efectos negativos de las restricciones legales a los anticonceptivos por motivos ideológicos y de la interrupción de servicios de salud sexual y reproductiva debidos a la pandemia del COVID-19 en los grupos de población femenina históricamente discriminados, como las niñas, mujeres negras y afrodescendientes, indígenas, migrantes, refugiadas y desplazadas, entre otros colectivos.

    La declaración cita los datos de la Organización Mundial de la Salud que indican que cada año mueren hasta 39.000 mujeres por falta de servicios de aborto seguro y recalca la importancia de prevenir embarazos no deseados a través del acceso a métodos anticonceptivos, servicios de aborto seguro y atención postaborto de calidad.

    La falta de información o de conciencia sobre la salud sexual y reproductiva dio lugar a un embarazo no deseado de una adolescente de 18 años en Timor-Leste.
    Fondo de Población/Ruth Carr
    La falta de información o de conciencia sobre la salud sexual y reproductiva dio lugar a un embarazo no deseado de una adolescente de 18 años en Timor-Leste.

    La religión y la cultura no deben ser pretexto de discriminación

    “Las mujeres y las niñas no deben ser instrumentalizadas para servir a ideologías fundamentalistas y agendas populistas. La religión y la cultura no deben utilizarse indebidamente para discriminarlas y oprimirlas aún más en un contexto mundial de graves reacciones contra la igualdad de género”, apuntaron los expertos.

    Insistieron en que todas las mujeres y niñas deben tener un acceso adecuado a métodos anticonceptivos seguros, eficaces y asequibles de su elección, incluidos los anticonceptivos modernos de acción corta y prolongada y otros métodos como la anticoncepción de emergencia, así como cualquier otro método para evitar embarazos forzados.

    Decisiones autónomas

    Los relatores explicaron que al garantizar este derecho, los Estados deben respetar la capacidad de las mujeres y las niñas para la toma de decisiones autónomas y no limitar el acceso a los anticonceptivos a la obtención de la autorización de los esposos, parejas o padres.

    Asimismo, argumentaron que las estrategias de salud sexual y reproductiva deben tener en cuenta las necesidades de las mujeres lesbianas y bisexuales, los hombres trans y todas las personas de género diverso para quienes son relevantes.

    Advirtieron que los Estados son responsables de cualquier acto, incluidos los actos de omisión, que viole los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas por parte de actores estatales y no estatales.

    Esta responsabilidad abarca el deber de investigar, juzgar y sancionar tales actos, acotaron.

    Los relatores llamaron a los Estados a trabajar arduamente para desmantelar todas las barreras prácticas ancladas en la falta de regulaciones oficiales, como la objeción de conciencia y la imposición de un requisito de consentimiento conyugal, incluso cuando no lo exija la ley.

    Los especialistas en derechos humanos encomiaron el reconocimiento constitucional de los derechos sexuales y reproductivos que han hecho algunos países y exhortaron a todos los Estados a adherirse a seguir ese camino.

    Los firmantes de la declaración son:

    Tlaleng Mofokeng, relatora especial sobre el derecho a la salud; Reem Alsalem, relatora especial sobre la violencia contra las mujeres y las niñas; Victor Madrigal-Borloz, experto independiente sobre la orientación sexual y la identidad de género; y el Grupo de Trabajo sobre la discriminación de las mujeres y las niñas.

    Los relatores especiales, los expertos independientes y los grupos de trabajo forman parte de lo que se conoce como procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos. Los Procedimientos Especiales, el mayor órgano de expertos independientes del sistema de derechos humanos de la ONU, es el nombre general de los mecanismos independientes de investigación y supervisión del Consejo que se ocupan de situaciones específicas de países o de cuestiones temáticas en todo el mundo. Los expertos de los Procedimientos Especiales trabajan de forma voluntaria; no son personal de la ONU y no reciben un salario por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno u organización y prestan sus servicios a título individual.

  • En promedio, mataron a 10 mujeres por mes en la CDMX; 37 casos fueron feminicidios

    En promedio, mataron a 10 mujeres por mes en la CDMX; 37 casos fueron feminicidios

    En los primeros ocho meses del año se registraron 83 muertes violentas de mujeres en la Ciudad de México; es decir, 10.3 por mes en promedio, lo que representan una reducción de 27% en comparación con las 114 del mismo periodo de 2020, según la fiscal general de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), Ernestina Godoy.

    De esos 83 casos, 37 fueron clasificadas como feminicidios y 46, como homicidios dolosos, agregó durante el informe mensual de la Alerta por Violencia contra las Mujeres en la CDMX, en el que no asistió la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, como lo hace normalmente.

    Según Godoy Ramos, en ese periodo se registró un aumento de 55% en el número de agresores detenidos y vinculados a proceso por el delito de feminicidio. Además de que la incidencia de ese delito bajó 18%.

    En el Museo de la Ciudad de México, la secretaria de las Mujeres, Ingrid Gómez, destacó que desde que se lanzó la línea telefónica “Mujeres SOS: *765”, se han recibido 15 mil 413 llamadas totales, de las cuales 11 mil 273 han sido de emergencias por casos de violencia de género y 4 mil 140 por orientación. Éstas, agregó, permitieron la detención de 899 presuntos agresores.

    La secretaria de las Mujeres (Semujeres), Ingrid Gómez Saracíbar, presentó el Informe Mensual de Resultados de la Alerta por Violencia contra las Mujeres en la Ciudad de México, donde se reporta que en la capital del país se han reducido las muertes violentas de mujeres en un 27 por ciento y que gracias a la Línea SOS Mujeres *765 se han efectuado 899 detenciones por agresiones.

    Agregó que en lo que va del 2022, en los espacios conocidos como LUNAS se han brindado 61 mil 225 atenciones -110% más que en el mismo periodo del 2020-, mientras que las Abogadas de las Mujeres han otorgado 10 mil 972 acompañamientos para iniciar carpetas de investigación por delitos contra las mujeres y niñas.

    Se han tramitado 2 mil 393 medidas de protección y en 52 casos el agresor ha salido de casa.

    La subsecretaria de Desarrollo Institucional de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Marcela Figueroa, informó que 2 mil 662 cadetes de la Universidad de la Policía están formación inicial en materia de perspectiva de género; 13 mil 410 en formación continua (talleres y cursos sobre atención en casos de violencia); y 267 en formación especializada (actuación policial y atención a víctimas).

  • El fuerte impacto de la violencia de género contra las mujeres con discapacidad en México

    El fuerte impacto de la violencia de género contra las mujeres con discapacidad en México

    Las mujeres mexicanas con discapacidad experimentan índices de violencia doméstica estremecedores, según lo concluye una nueva encuesta. Es la primera vez que la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), incluye a mujeres y niñas con discapacidad como una categoría diferenciada desde que, en 2003, empezó a registrar y analizar datos de violencia contra mujeres y niñas de 15 años de edad o más.

    Según la edición 2021 de la encuesta, que se divulgó en agosto de 2022, el 11,9% de las mujeres y niñas de al menos 15 años de edad en México, que son más de seis millones, tiene alguna discapacidad. La encuesta confirma que, a lo largo de su vida, la totalidad de las mujeres y niñas enfrentan un índice de violencia alto, del 70,1%. Pero para las mujeres y niñas con discapacidad, la tasa es incluso mayor: el 72,6% han sufrido violencia al menos una vez en su vida. La encuesta contempla cinco categorías de violencia: psicológica, física, sexual, económica y patrimonial, que en el último caso se refiere a cualquier acto u omisión que afecte la supervivencia de la víctima. Y para cada forma de violencia, salvo la violencia sexual, el porcentaje de encuestadas que habían experimentado violencia en el año precedente era mayor entre las mujeres y niñas con discapacidad.

    Durante la vida de las encuestadas, los índices de violencia sexual son muy similares entre quienes tienen alguna discapacidad y quienes no la tienen. Sin embargo, en las demás categorías, las tasas son sustancialmente más altas para quienes tienen alguna discapacidad. Incluir este tipo de información resulta esencial para establecer y desarrollar adecuadamente políticas que prevengan la violencia contra las mujeres y niñas con discapacidad. Y si bien esto hace que la nueva edición de la encuesta sea muy valiosa, todavía hay margen para mejoras.

    Por ejemplo, la encuesta no captó en forma suficiente información sobre mujeres y niñas con discapacidades psicosociales o condiciones de salud mental. El organismo de estadísticas de México y otras autoridades gubernamentales que recaban datos sobre violencia contra las personas con discapacidad deberían realizar un esfuerzo coordinado para reunir información sobre niñas y mujeres con discapacidad psicosocial, a fin de comprender cabalmente la magnitud del problema.

    Otra área que no está presente son las mujeres que se encuentran institucionalizadas, lo cual de por sí representa un abuso contra las personas con discapacidad. No se dispone de datos nacionales acerca de las personas con discapacidad que viven en instituciones, donde es improbable que se denuncien la mayoría de los eventos violentos. Debido a las dificultades que implica recabar datos de personas que se encuentran en instituciones, es posible que al INEGI no le resulte fácil obtener esta información crucial para la próxima encuesta nacional. Pero otro tipo de instrumento, como un censo general de personas que viven en instituciones, y que ha sido implementado en otros países, como Brasil, podría permitir conocer cómo afecta la violencia a las personas con discapacidad que viven en esas condiciones. Habíamos instado al INEGI a que recabara información desglosada sobre la violencia que sufren las mujeres con discapacidad. Incluso con la información que falta, ahora tenemos un panorama mucho más preciso de cuál es la situación y qué políticas deben establecerse.

    Los organismos públicos en todos los niveles deberían analizar estos nuevos datos y reconsiderar sus políticas y prácticas con el propósito de contribuir a la seguridad de las mujeres y niñas con discapacidad.

    Ya está en trámite un proyecto legislativo para que las mujeres con discapacidad cuenten con servicios accesibles que las protejan frente a la violencia. El año pasado, una coalición de organizaciones de mujeres con discapacidad y otras organizaciones no gubernamentales, entre ellas Human Rights Watch y Yo También, presentaron una propuesta para reformar la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia estableciendo la exigencia de que los albergues para mujeres hagan accesibles sus servicios a las mujeres con discapacidad y, entre otras cosas, presten los servicios de apoyo necesarios para que puedan escapar de la violencia. Si bien el Senado aprobó la propuesta en noviembre de 2021, esta se encuentra detenida en la Cámara de Diputados.

    Ahora que cuenta con evidencias concretas sobre los altos índices de violencia contra las mujeres y niñas con discapacidad que surgen de la encuesta del INEGI, el poder legislativo debería capitalizar esta oportunidad de impulsar el proceso legislativo y asignar los fondos que sean necesarios. Estas reformas ofrecerían protecciones largamente postergadas a mujeres y niñas con discapacidad que llevan tiempo sufriendo, sin ninguna ayuda ni posibilidad de recurso.

  • En un año se integraron poco más de 150,000 mujeres al trabajo del hogar: ENOE

    En un año se integraron poco más de 150,000 mujeres al trabajo del hogar: ENOE

    Aunque el mercado laboral en México se ha recuperado, esta reestructuración tiene matices en términos de género, de sector económico y de calidad de los empleos. El trabajo remunerado en hogares, en el que se emplean mayoritariamente mujeres, fue uno de los más golpeados por la pandemia y en los que la reactivación fue más lenta.

    Al corte de agosto del 2022, había 2 millones 047,639 mujeres ocupadas en este sector. Esto implicó que en comparación con el mismo mes del año pasado, ahora hay 153,983 mujeres más ocupadas en estas actividades, de acuerdo con cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi.

    Las mujeres representan el 91% del total de trabajadores remunerados de los hogares y este sector, además, es significativamente importante en el mercado laboral femenino general: 2 de cada 10 mujeres trabajan de manera remunerada en los hogares.

    Aunque la recuperación de empleos en este sector ha tomado fuerza en lo que va del 2022, todavía queda pendiente la tarea de formalizar estos trabajos. En México cerca del 97% de los y las trabajadoras del hogar están en alguna modalidad de informalidad.

    Según cifras del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social), el programa piloto de registro de trabajadores del hogar apenas tiene poco más de 50,000 afiliados.

    Otras tareas pendientes

    Además de los derechos laborales básicos, las trabajadoras del hogar también enfrentan otros tipos de violencia y vulnerabilidad en sus empleos.

    La discriminación, el acoso y las agresiones dentro de sus espacios de trabajo son prácticas comunes que han reportado algunas organizaciones como el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH).

    Estas violencias se presentan en situaciones que van desde el hecho de que no cuenten con horarios o días laborales fijos, despidos injustificados, paros temporales sin goce de sueldo; hasta que las insulten o les impidan la salida de sus centros de trabajo.