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  • Siete de cada 10 mujeres mayores de 15 años en México han sido víctimas de violencia machista

    Siete de cada 10 mujeres mayores de 15 años en México han sido víctimas de violencia machista

    La violencia machista no para de crecer en México. Alrededor de 50 millones y medio de mujeres y niñas mayores de 15 años han atravesado algún tipo de violencia a lo largo de su vida, según estima el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esta cifra representa más del 70% de la población y muestra un aumento de cuatro puntos porcentuales con relación a los datos de 2016, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2021, presentados este martes.

    Sumado a la violencia feminicida, que cada día deja más de 11 mujeres asesinadas en México, la violencia psicológica es la más predominante, con un 51,6%, seguida de la sexual, con 49,7%; la física, 34,7%, y la económica y patrimonial, 27,4%, según los datos de la encuesta realizada del 4 de octubre al 30 de noviembre de 2021. Con respecto a los resultados de 2016, el organismo destaca que el cambio entre las dos encuestas es estadísticamente significativo.

    La violencia sexual es la que más ha crecido, en 8,4 puntos porcentuales. La mitad de las mujeres y niñas mayores de 15 años la han sufrido. Además, al menos el 41% de las mujeres encuestadas fue víctima de agresiones sexuales en la infancia. Los principales agresores han sido los tíos y los primos.

    Las entidades más violentas para las mujeres son el Estado de México, con más del 78%, Ciudad de México, 76%, y Querétaro, 75%. Por otro lado, el ámbito en el que las mujeres han experimentado más violencia a lo largo de la vida, es el comunitario, en más del 45% de los casos; le sigue la relación de pareja, en 39%, el ámbito escolar, 32%, y el laboral, un 28%. En los dos últimos, los principales agresores son los compañeros.

    El informe también genera resultados sobre la prevalencia de la violencia en los últimos 12 meses previos al levantamiento de la encuesta. Entre octubre de 2020 y octubre de 2021, más del 42% de las mujeres enfrentó, al menos, una situación de violencia. La más alta fue la psicológica, con un 29,4 %, seguida de la sexual, con un 23,3%.

    En el mismo periodo, la violencia se presentó en mayor porcentaje en el ámbito comunitario, en un 22%; en el laboral, 20,8%, en la relación de pareja, 20,7%, y en el escolar, 20.2%. Además, un 5% de las encuestadas percibió que los conflictos en su relación de pareja iniciaron o aumentaron durante la pandemia de coronavirus. En el ámbito familiar, la cifra ascendió a 8,5%.

    En cuanto a los grupos vulnerables, un 41% de las mujeres con algún tipo de discapacidad, y un 14% de las mujeres mayores 60 años atravesaron un episodio de violencia. Mientras que alrededor de 3,3 millones de mujeres que hablan alguna lengua indígena, ha vivido violencia a lo largo de la vida. En este año también se observa un aumento en la prevalencia de violencia contra las mujeres que se consideran indígenas y en las que hablan una lengua indígena, destaca el reporte.

    El objetivo de la encuesta que el Inegi realiza periódicamente desde 2000, es estimar la extensión y gravedad de la violencia contra las mujeres, con la finalidad de apoyar en el diseño y seguimiento de políticas públicas orientadas a atender y erradicar la violencia contra las mujeres por razones de género, de acuerdo con el organismo.

    Entre otras novedades, en esta edición se analiza la violencia en el ámbito digital, a raíz de la publicación en junio del 2021 de diversas disposiciones en la materia a la ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. Otras temáticas abordadas por primera vez en la Endireh son las violencias contra las mujeres con discapacidad y la percepción del impacto sobre la violencia de pareja y dentro de la familia durante la emergencia sanitaria por la covid-19.

    María Julia Castañeda

  • El uso de anticonceptivos en América Latina

    El uso de anticonceptivos en América Latina

    Te mostramos, de acuerdo con un estudio publicado por la revista médica The Lancet, cuáles son los anticonceptivos más utilizados en América Latina.

    Poco a poco, la pandemia va quedando atrás, aunque no en el olvido, pues, si algo hemos aprendido en este periodo es que, en definitiva, el Covid-19 se convirtió en un punto de inflexión en todo el mundo, dejando a su paso una crisis severa en muchos rubros: salud, economía, política, empleo, etcétera.

    De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en un periodo que comprende entre octubre del 2020 y julio del 2021, se estima que en México 1.6 millones de negocios se vieron obligados a cerrar a causa de la emergencia sanitaria.

    Esto es sólo un ejemplo de cómo el confinamiento que se vivió a escala global logró sacudir a una gran parte de la población, la cual, en muchos casos, encontró un refugio e ingresos en las distintas plataformas digitales.

    Por otro lado, uno de los hecho que más se evidenciaron fue el de los problemas familiares, tales como la violencia doméstica, que, durante el confinamiento, tuvo un crecimiento importante e, incluso, sucedieron embarazos no deseados en medio del periodo más álgido de la pandemia.

    Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), tan sólo en México, el Covid-19 trajo consigo 1,4 millones de embarazos no deseados en 2020 al provocar la suspensión de los servicios de planificación familiar para centrarse en el combate al coronavirus.

    Estos son los anticonceptivos más usados en América Latina

    Recientemente, un estudio publicado por la revista médica The Lancet, dio a conocer cómo y cuáles son los hábitos en América Latina respecto al uso de anticonceptivos.

    De entrada, la información revela que, en dicha región, la mayor parte de la responsabilidad para prevenir embarazos recae en las mujeres.

    Echando una mirada en la gráfica depositada arriba, The Lancet revela que la esterilización femenina y las pastillas son los principales métodos en países como República Dominicana, México, Venezuela, Colombia, Guatemala, Brasil, Argentina, Bolivia, Perú y Chile.

    De hecho, en México y en República Dominicana, casi el 50 por ciento de las mujeres de un rango de edad de 15 a 49 años, tiene como principal método anticonceptivo la esterilización femenina, lo cual incluye la ligadura de trompas y la extirpación del útero o de los ovarios.

    En contra parte, dicho estudio señala que sólo el 1,2 por ciento de los mexicanos se somete a métodos como la vasectomía, mientras que en Venezuela, Perú, Argentina y Chile no llega ni al 1 por ciento.

    Sin duda, esto habla de cómo, de acuerdo con el análisis de The Lancet, en pleno 2022 la responsabilidad para prevenir embarazos sigue recayendo en las mujeres.

  • Persiste brecha salarial en México

    Persiste brecha salarial en México

    A pesar de los intentos por alcanzar la igualdad de género en México, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI), advirtió que, en promedio, las mujeres todavía tienen un salario 12.2 por ciento menor que el de los hombres a pesar de que la brecha salarial disminuyó en los últimos tres años.

    Este fenómeno está presente en todas las edades comprendidas en el periodo de la vida laboral, pero se vuelve mucho más común a partir de los treinta años, asegura Magalí Riera, académica en EAE Business School.

    “Son muchos los factores por los que se genera una brecha salarial, una de las variables que impactan de forma directa en esta realidad son las jornadas a tiempo parcial.

    “Pues son mayoritariamente las mujeres todavía las que, con la finalidad de conciliar vida personal, familiar y laboral, optan por trabajos a tiempo parcial o solicitan una reducción de jornada durante los primeros años de vida de los hijos. Las mismas, asumen mayoritariamente también si hay que cuidar de personas mayores o discapacitadas”, puntualiza.

    Por su parte, el Observatorio de Igualdad de Género (OIG) de América Latina y el Caribe, señala que en el país, 28.7 por ciento de las mujeres de 15 años y más no tienen ingresos propios, es decir, casi un tercio de esta población depende de otras fuentes para subsistir. Mientras que el porcentaje de hombres en esta situación es mucho menor con el 6 por ciento.

    “Las mujeres que se insertan en el mercado laboral lo hacen en condiciones desfavorables: son ellas quienes suelen interrumpir su carrera profesional o estudios para asumir la carga del trabajo no remunerado”

                             Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe

    “Aunado a esto, una gran parte de las mujeres en México trabajan en el mercado informal, lo que implica una escasa o nula protección social; la proporción de mujeres que estudia o se incorpora en el ámbito de la ciencia y la tecnología, así como ingeniería continúa siendo inferior a la proporción de hombres; y los puestos de alta dirección son ocupados mayoritariamente por ellos. Además, los avances en el acceso a la educación para las mujeres no se han traducido en una mejora comparable en su posición en el trabajo”, explica el organismo internacional.

    Pandemia amplía las desigualdades

    Datos de “El Informe Mensual sobre el Comportamiento de la Economía del segundo trimestre de 2022”, de la CONASAMI, muestran que la brecha se agudizó tras la pandemia de COVID-19, sobre todo en algunos ámbitos como el sector salud o el de las tecnologías.

    “El 73.2 por ciento de los trabajadores de la salud en Latinoamérica son mujeres, sin embargo, estas llegan a percibir un sueldo de hasta un 23.7 por ciento menos que el de sus pares hombres a pesar de que realizan las mismas actividades.

    Mientras que en el ámbito de las tecnologías el Foro Económico Mundial menciona que, hace tres años, para acabar con la diferencia salarial en este sector, se necesitarían recursos y esfuerzos sostenidos y coordinados durante 36 años, ahora, tras la crisis sanitaria, serán necesarios 136 años para acabar con estas diferencias.

    Otros de los sectores donde las mujeres frecuentemente son víctimas de esta realidad son: el energético, donde apenas el 20 por ciento recibe las mismas remuneraciones que sus pares hombres, la industria con 19 por ciento y el de infraestructuras con 16 por ciento.

    Temas pendientes ante la brecha salarial

    Para abordar este problema que existe en materia salarial entre hombres y mujeres, la organización México, ¿cómo vamos?, recomienda garantizar la igualdad salarial, reforzar la inclusión laboral y ampliar la cobertura de la seguridad social, entre otros.

    “México necesita políticas públicas con enfoque de género para acotar las brechas, un gobierno que realmente se tome en serio el problema y no solo se autodenomine feminista al mismo tiempo que minimiza las exigencias de las mujeres y cancela programas que contribuían a aminorar la carga de cuidados en vez de mejorarlos y corregir sus fallas”, dice la organización en su publicación “La brecha salarial en México sí existe”.

    Por último, México, ¿cómo vamos? señala como una de las medidas más importantes la creación de espacios donde las mujeres puedan dejar a sus hijos o a los adultos mayores mientras ellas laboran.

    “Dentro de las políticas más urgentes para lograr ese piso parejo destaca la necesidad de establecer una infraestructura de cuidados. Las familias mexicanas requieren la opción de recurrir a estancias infantiles, escuelas de tiempo completo, asilos y otros centros de cuidado para que las mujeres tengan la oportunidad de participar en el mercado laboral, si así lo desean, y tengan mayores posibilidades de hacerlo en un empleo formal y acceder a mayores ingresos”.

  • 7 de cada 10 mujeres en México han experimentado alguna situación de violencia

    7 de cada 10 mujeres en México han experimentado alguna situación de violencia

    Las mujeres experimentan agresiones en todos los ámbitos de su vida: el comunitario, en sus relaciones de pareja, en la escuela y en el trabajo. Y la llegada de la Covid-19 y la crisis que provocó sí incrementó los niveles de violencia que perciben las mujeres en México.

    En México 7 de cada 10 mujeres mayores de 15 años han enfrentado, al menos, situación de violencia a lo largo de sus vidas. La violencia psicológica y la violencia sexual son las más prevalentes entre la población.

    Las mujeres experimentan agresiones en todos los ámbitos de su vida: el comunitario, en sus relaciones de pareja, en la escuela y en el trabajo. Y la llegada de la Covid-19 y la crisis que provocó sí incrementó los niveles de violencia que perciben las mujeres en México.

    De acuerdo con cifras de la ENDIREH (Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares), en el 2016 el 66.1% de las mujeres dijo haber sido víctima de algún tipo de violencia a lo largo de su vida y para el levantamiento de 2021, esta cifra escaló a 70.1 por ciento.

    Las mujeres percibieron que sí hubo un impacto de la pandemia en sus dinámicas y relaciones; 8.5% de las mujeres mayores de 15 años dijo que los conflictos en el ámbito familiar iniciaron o se intensificaron desde que inició la emergencia sanitaria. Y el 5.2% percibió este cambio en el ámbito de pareja.

    Esta perspectiva de las propias mujeres confirma otros indicadores que se han analizado desde el inicio de la pandemia en México, como las llamadas de emergencia, las solicitudes en refugios para víctimas de violencia, los homicidios dolosos de mujeres y los feminicidios, que no han logrado ceder.

    Ana Karen García

  • Mujeres de entre 15 y 19, las que más desaparecen

    Mujeres de entre 15 y 19, las que más desaparecen

    Las mujeres entre 15 y 19 años son las que más han desparecido en lo que va de la administración federal, pues una de cada tres (el 33.2 por ciento del total de desparecidos) corresponde a este grupo, principalmente por temas relacionados a la trata de personas con fines de explotación sexual.

    “La desaparición forzada de personas es considerada una de las más graves violaciones a los derechos humanos. Vulnera no sólo a las víctimas, en su mayoría mujeres, sino también a su familia, y afecta también a la sociedad, ya que crea una incertidumbre casi permanente sobre el paradero y seguridad de las mujeres”, destacó Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios (RNR).

    “Por ello, desde el feminismo, una de las consignas es que, al salir a la calle, no queremos ser valientes, queremos ser libres y llegar a casa”, señaló.

    La activista detalló que las propias víctimas y sus familiares en México tienen que enfrentarse a una “total impunidad e inacción” de las autoridades y aparatos de justicia, porque, dijo, los gobiernos de México han sido renuentes a aceptar la existencia de esta crisis de derechos humanos, la cual tiene un carácter sistemático y generalizado.

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    .Gráfico: La Razón de México

    De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de la Secretaría de Gobernación (Segob), de los 31 mil 385 reportes de mujeres desaparecidas del 1 de diciembre del 2018 al 27 de agosto de 2022, 61.5 por ciento corresponden a tres sectores etarios: de 10 a 14 años son cinco mil 539; de 15 a 19 están registrados 10 mil 434, y de 20 a 24, tres mil 330 casos.

    Respecto a los delitos, la trata de personas cuenta con mil 781 carpetas de investigación iniciadas, lo que significa que, por cada 17.6 desapariciones, se abre una por ese delito, en promedio, respecto al total de desapariciones del género femenino a nivel nacional.

    En torno al secuestro, hay 972 carpetas, lo que significa que por cada 32.2 desapariciones, hay una por plagio, con datos del reporte especializado de violencia contra las mujeres del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

    Además, por tráfico de personas se tiene un registro de 38 carpetas iniciadas, lo que también representa que por cada 826 mujeres que desaparecen, en promedio se inicia una averiguación.

    Berenice Macías Zamora desapareció el 14 de septiembre del 2016 en la alcaldía Venustiano Carranza, cuando tenía 22 años, luego de que salió de su hogar para presentarse en su trabajo; sin embargo, nunca llegó y hasta ahora su madre sigue buscándola.

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    .Gráfico: La Razón de México

    “No me importa hasta dónde llegue, incluso dar mi vida, porque como madre es un dolor muy fuerte perder a una hija. He estado esperando hasta la madrugada algún reporte en la fiscalía, pero hasta el momento no hay nada. La lucha va a ser hasta que yo muera; tengo mucha fe y seguiré tocando puertas hasta encontrarla; esa es mi lucha en la vida”, explicó María Zamora, madre de Berenice, a La Razón.

    Al salir de su casa, camino a su trabajo, Berenice Macías pasó primero a comprar una placa para arreglarse los dientes, pero horas después le llamaron a su mamá para informarle que ese día no se presentó a laborar.

    A pesar de las denuncias presentadas, dijo que los policías que investigaban su caso la criminalizaron, al indicar que se había ido a una fiesta, pero al paso de los meses el caso se fue olvidando por la falta de interés de las autoridades, de acuerdo con la madre de la víctima.

    Ante las sospechas de la mamá de Berenice sobre el novio de su hija, a éste nunca se le investigó, a pesar de que se les pidió a los agentes encargados del caso, como parte de la indagatoria.

    Teresa Ulloa directora de la Coalición Nacional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, explicó que no hay políticas para combatir la trata de personas, ya que no está en la agenda del Gobierno federal, pues ya casi se cierra el cuarto año de la administración actual y aún no se tiene avance en esta materia.

    Sólo 21% de tratantes tiene sentencia

    Durante los últimos cuatro años, sólo 20.7 por ciento de las personas que han sido sujetas a un proceso penal por el delito de tráfico de personas han recibido sentencia.

    De acuerdo con la información que dio a conocer el titular de la Fiscalía Especializada de Control Regional, Germán Adolfo Castillo Banuet, durante la II Conferencia Nacional de Migración, dos mil 286 personas han sido sometidas a un proceso judicial por este delito entre 2018 y lo que va de 2022.

    Precisó que mil 653 han sido vinculadas a proceso, 729 están sujetas a prisión preventiva y 475 han sido sentenciadas.

    De igual forma, dio a conocer que de diciembre de 2018 hasta el mes en curso se han iniciado cuatro mil 707 carpetas de investigación.

    En cuanto a la clasificación geográfica, detalló que el mayor número se concentraron en los estados de Nuevo León con 858; Chiapas, 729; Veracruz, 649; Tabasco, 510; Oaxaca, 315; Tamaulipas, 251, y Coahuila, 236.

    Castillo Banuet también detalló que en el mismo periodo se ha logrado el rescate de 77 mil 498 personas de las redes de traficantes, aunque no precisó si las víctimas pertenecían a la comunidad migrante.

    Especificó que en 2018 se rescató a 533 personas; en 2019, 22 mil 189; en 2020, seis mil 249; en 2021, 28 mil 804, y en lo que va de 2022 suman 19 mil 723.

    El evento fue organizado por el Instituto Nacional de Migración, con el objetivo de intercambiar propuestas en temas migratorios junto a países como Guatemala, Honduras, El Salvador y Cuba, así como con la sociedad civil.

    El fiscal subrayó la necesidad de acciones legislativas para agilizar las investigaciones desde la detención, puesta a disposición y hasta obtener una sentencia contra los probables responsables, por lo que propuso reformas a la Ley de Migración.

  • Síndrome de la impostora: qué es, causas y cómo superarlo

    Síndrome de la impostora: qué es, causas y cómo superarlo

    ‘El síndrome de la impostora. Por qué las mujeres siguen sin creer en ellas mismas’ (Península), de la periodista Elisabeth Cadoche y la psicoterapeuta Anne de Montarlot, es un libro que ahonda en las causas psicológicas del fenómeno, explica cómo líderes y creadoras –Michelle Obama, Angela Merkel o Margaret Atwood- lo han sufrido, y da herramientas para aprender a creer en una misma.

    ¿Por qué carecemos de tanta confianza en nosotras mismas?

    Esta es precisamente la pregunta que dio origen al libro de estas dos autoras. Cadoche y Montarlot focalizan este fenómeno en las mujeres porque, por desgracia, nosotras lo sufrimos más. Una falta de confianza que no sólo abarca la vida profesional, sino que también implica que dejemos de ser personas seguras en el plano personal.

    Así lo explican en el libro: “Para obtener un puesto de responsabilidad, en general, un hombre se posiciona como experto y aprende después. No hay escrúpulos; más bien tiende incluso a sobrestimar sus capacidades y su rendimiento. Por el contrario, la mayoría de las veces, una mujer habrá reflexionado mucho antes de lanzarse, de enviar su currículum o manifestar su interés por el puesto. Luego deberá sentirse sumamente ‘preparada’ para atribuirse a sí misma tan solo el derecho de atreverse a solicitarlo».

    Pero como dicen las dos expertas, “cuando se instala la duda, empieza el trabajo de zapa, incluso si la mujer está demasiado cualificada. La idea de no merecer totalmente el puesto de responsabilidad que desea u ocupa, debérselo a la suerte, temer en todo momento que la descubran y la juzguen perpetúa estas creencias limitadoras”. Algo que nos lleva a la importancia actual de la figura del ‘coach’ en el ámbito de trabajo para encontrar el equilibrio entre las diferentes áreas de nuestra vida.

    ¿Te suena? Por desgracia, a nosotras también. Por eso quisimos hablar con estas dos mujeres para ahondar en este “síndrome de la impostora” y, sobre todo, para saber cómo controlarlo y poder disfrutar sin miedo, sintiendo que sí los merecemos, de nuestros éxitos laborales y personales.

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    Qué es el síndrome de la impostora

    “¿Por qué en el colegio las chicas creen que no han estudiado lo suficiente y en cambio los chicos piensan que «el examen era muy difícil»? ¿Por qué en la actualidad, aunque las estadísticas continúen mostrando que ellas sacan mejores notas, sigue faltándoles confianza (cosa que además influirá profundamente en su desarrollo profesional)? ¿Por qué la mayoría de mujeres sienten que son un fraude en su trabajo y que sus éxitos son solo fruto de la buena suerte?”, se preguntan Cadoche y Montarlot en su libro. Y, como añaden, “esto es lo que se conoce como el síndrome de la impostora: una falta de autoestima que te lleva a dudar constantemente de tu potencial”. “La mujer con un sentimiento de impostora tiene la impresión de no merecer su éxito, que atribuye a la suerte o al azar. Nunca a sus propios méritos”. Y el problema, es que este síndrome puede durar toda la vida.

    El síndrome de la impostora, como nos cuentan las autoras, gira en torno a la falta de autoestima. ¿Por qué? “La autoestima está ligada al sentimiento de armonía, a la forma en que nos vemos, a cómo nos evaluamos. Esta es la base sobre la que reposa la confianza en uno mismo, que es la confianza en sus habilidades, en sus competencias”, nos explican. “Si tienes una baja autoestima, estás por supuesto más expuesto a tener falta de confianza y a sufrir el síndrome de la impostora”, dicen.

    Como apuntan las dos autoras, “cuando una carece de confianza en sí misma, aún puede recuperarla a través de la buena voluntad, la diligencia y la acción. Por contra, el síndrome de la impostora es un sentimiento paralizante, una falta particular de confianza en nosotros por la cual vivimos constantemente con miedo a ser expuestos. Al sufrir el síndrome, la imagen que tenemos de nosotros mismos está distorsionada. Nos percibimos como incompetentes, somos incapaces de interiorizar el éxito”.

    Como cuentan en el libro las autoras, en 1978 las psicólogas estadounidenses Pauline Rose Clance y Suzanne Imes bautizan este fenómeno particular y extremo de duda de uno mismo como “síndrome del impostor”. Pero, como aclaran, “la experiencia de la impostura no es un trastorno mental (no forma parte del manual psiquiátrico de trastornos mentales, el DSM-5). Revela, sin embargo, una forma de pensar paralizadora que solo favorece unas determinadas creencias sobre uno mismo”.

    Respecto a este sentimiento tan terrible, llama mucho la atención un testimonio del libro: “Aún tengo algo de síndrome de la impostora; no se acaba nunca, ni siquiera en este instante en que ustedes me van a escuchar; no me abandona, este sentimiento de que no deberían tomarme en serio. ¿Qué sé yo? Lo comparto con ustedes porque todos dudamos de nuestras capacidades, de nuestro poder y de qué es ese poder”. Como cuentan Cadoche y Montarlot, esta frase fue pronunciada por la mismísima ¡Michelle Obama! durante la presentación de su libro ‘Mi historia’ en una escuela a rebosar del norte de Londres.

    Como subrayan las autoras, “al final, la falta de confianza en sí mismas es común en muchas mujeres. Todas la hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas. Especialmente durante los períodos de transición”.

    el síndrome de la impostora
    CARLOS CIUDAD PHOTOSGETTY IMAGES

    Este síndrome parece tener su origen en la infancia. Como explican las autoras de ‘El síndrome de la impostora’, “hay que tener en cuenta que los niños están ‘condicionados’ por buscar la aprobación de sus padres. Si uno ha recibido duras críticas, indiferencia, frialdad, una mirada condicional sujeta a criterios de valor (te querremos si lo logras), un estilo de apego que no es realmente tranquilizador, será complicado: porque en el fondo, vamos a sentirnos personas poco válidas, no tan buenas, personas que se dicen a sí mismas ‘si me trataron así… es porque en cierto modo… ¡me lo merecía!’”.

    También influye a veces el hecho, como explican las dos autoras, de “ser etiquetado dentro de la familia como ‘el inteligente’, ‘el habilidoso’, etc., lo que también afecta a la integridad del niño y lo encierra en una definición que lo frena y puede llevarlo a dudar de sí mismo”.

    “Además, alternar críticas negativas con elogios crea un desajuste que luego hará que a ese niño o niña le sea difícil atribuirse el mérito de los éxitos e internalizar sus habilidades”, afirman. “25 años después, la misma persona tendrá dificultades para creer que su jefe pueda considerarla para tal o cual promoción y se dirá a sí misma: ‘él cree que soy capaz, pero no es así; ¡es solo cuestión de tiempo para que se dé cuenta!’», añaden.

    ¿Por qué este síndrome afecta más a las mujeres? Como argumentan Cadoche y Montarlot, “las mujeres tienen una herencia histórica y social muy importante. Han sido criadas durante siglos en la fragilidad, bajo la dominación masculina. Durante mucho tiempo han estado confinadas al ámbito privado: a cuidar de sus familias, casarse, tener hijos. Y la sociedad las bombardea con un mandato a la belleza, al rendimiento, a la perfección”.

    Así, según las autoras, “hemos internalizado todos los estereotipos vinculados a esta herencia. A pesar de que las cosas han cambiado en los últimos cincuenta años, los clichés tardan en morir, están casi escritos en nuestro ADN. Por supuesto, también puede haber razones familiares: así como la sociedad otorga a las mujeres esta mirada condicional, integrada sin su conocimiento, el papel de las creencias educativas y parentales también ayuda a establecer un terreno fértil para la inseguridad crónica”.

    síndrome de la impostora
    JOERG STEFFENSGETTY IMAGES
    Cómo nos afecta en el trabajo el síndrome de la impostora

    Como cuentan Cadoche y Montarlot en su libro, hay una variante “delicada y perversa” del síndrome de la impostora que describen de la siguiente forma: “Cuanto más éxito tiene la persona, más duda de lo que ha conseguido. Es ahí donde reside el dolor de este fenómeno: persiste y se alimenta, paradójicamente, de los logros que la persona puede acumular. Cuanto más presente está el éxito, más crece el sentimiento de ansiedadTriunfar aprisiona a la persona en un círculo vicioso y la incita a pensar de forma sesgada: ‘¡Uf! He engañado de nuevo a todo el mundo sin que me hayan descubierto; me he salido con la mía esta vez’”.

    “Para quienes tienen un sentimiento de impostura, las causas del éxito son solo externas (por consiguiente, inestables y que escapan a su control). Estas causas externas pueden ser la suerte, la gentileza de los demás o sus errores de juicio. Nunca sus propios méritos”, dicen las expertas.

    Este síndrome, como añaden Cadoche y Montarlot, “es una combinación de autocrítica, de duda de uno mismo y de miedo al fracaso, unido a unos cambios constantes y extraños que nos hacen dudar entre sobrecargarnos de trabajo y procrastinar”.

    ¿Te ocurre algo similar respecto a tu trabajo? Como explican las expertas, “en el caso del perfeccionismo, trabajaremos en exceso, no contaremos nuestras horas y si tenemos éxito, ‘culparemos’ de nuestro éxito a este arduo trabajo, no a nuestras habilidades. Y trabajaremos aún más en la próxima misión, lo que nos podría conducir al agotamiento”. La otra estrategia compensatoria, como añaden, será la de postergar las cosas y el autosabotaje. “Como nos sentimos incapaces de tener éxito, hacemos todo lo posible para fracasar”.

    ¿Y en lo personal, cómo se manifiesta este síndrome? “En nuestra vida personal, el síndrome de la impostora puede manifestarse como un aborrecimiento de uno mismo o del propio cuerpo. Si no nos amamos y alguien nos ama, no le creeremos, no nos sentimos a la altura y nos imaginamos que el otro se dará cuenta de su error y nos abandonará. Así que estamos haciendo todo lo posible para acelerar la separación y sabotearemos nuestra relación”, cuentan.

    síndrome de la impostora
    WESTEND61GETTY IMAGES

    “A veces no nos damos cuenta de que estamos sufriendo el síndrome de la impostora, no logramos poner nombre a este sufrimiento, a esta duda crónica”, dicen Cadoche y Montarlot. “Desarrollamos una especie de vergüenza que hace que no podamos hablar de ello con nadie, y por tanto que no podamos salir de él”, añaden.

    Según las autoras de ‘El síndrome de la impostora’, identificarlo, hablar de él es muy liberador y nos permite sacudirnos la culpa. “Entender lo que nos afecta directamente nos ayudará a mejorar. Luego, si una está lista para deconstruir, revisar ciertas creencias limitantes, es probable que logre deshacerse de ellas”. Cadoche y Montarlot dan buenas pistas en esta dirección en el libro. Pero, si el sentimiento es demasiado destructivo, subrayan la importancia de buscar ayuda psicológica.

    ¿Cómo superarlo? Como dicen Cadoche y Montarlot “creemos firmemente en la política de los pequeños pasos: si es difícil desafiar ciertos comportamientos de la noche a la mañana, una puede intentar salir de su zona de confort dando un paso detrás de otro”. También puede ser interesante, como apuntan, anotar todos tus logros, todos tus éxitos en un cuaderno. “Cuando comenzamos a perder la confianza en nosotros mismos, podemos releer nuestras ‘hazañas’ y darnos cuenta de todo lo que hemos logrado”, añaden. Las autoras de ‘El síndrome de la impostora’ también recalcan lo importante que es “rodearse bien, tener mujeres cariñosas a tu alrededor y modelos a seguir que nos inspiren y nos potencien”.

    Para terminar, una última reflexión extraída de ‘El síndrome de la impostora’: “No podemos vivir en una sociedad en la que una minoría de las mujeres accede a cargos importantes, donde la gran mayoría se atiene a sus funciones, sus salarios y sus puestos totalmente resignadas y en profesiones menos valoradas -erróneamente-, como la salud, la educación, lo social…”. Ciertamente, no lo tenemos fácil… por eso es el momento de romper con clichés, techos de cristal y estereotipos para demostrar nuestra valía y de una vez por todas creer en nosotras mismas, sin peros ni autosabotajes.

  • Inegi: hombres predominan sobre mujeres también en bienes y empleo

    Inegi: hombres predominan sobre mujeres también en bienes y empleo

    La propiedad privada es predominantemente masculina. Entre las viviendas habitadas por sus dueños, hasta 57.9 por ciento son de hombres. También son ellos quienes ocupan una mayor proporción de los empleos formales y, casi en automático, los que tienen un mayor acceso a créditos hipotecarios, muestran datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

    La construcción de la pobreza alrededor de las mujeres viene de siglos, explica en entrevista Nelly Lara Chávez, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG). Desde que se conforma la posibilidad de acceder a la propiedad privada, se cimienta esta primera desigualdad a favor de los hombres.

    El Inegi reporta que entre los hogares habitados por la persona propietaria, 40.6 por ciento es de mujeres, en otro 1.6 por ciento no se especifica el género, y en el resto los dueños son hombres. Una vez que se consulta por escrituras a su nombre, estas proporciones no se modifican de manera importante, con 40.9 por ciento, 0.6 y 58.4 por ciento, respectivamente.

    El cambio se vuelve más notorio cuando se consulta a las personas propietarias si las escrituras están a nombre de otra persona, donde esta proporción escala a 45.1 por ciento en el caso de las mujeres, a 7.6 por ciento en las personas que no especificaron un género y sólo se reduce en el caso de los varones, a 47.4 por ciento.

    “Hay mujeres que consiguen hacerse de una casa o de un departamento, pero en México nos encontramos con que hombres cercanos terminan por disponer de ese espacio”, comenta Lara Chávez.

    La investigadora explica que desde finales del siglo XVIII se permite a los hombres ser propietarios y esta posibilidad queda vedada para las mujeres, quienes en el marco de una familia “terminaban siendo parte de la propiedad de los hombres”.

    Uno de los cuestionamientos más importantes a estos esquemas vino con el movimiento sufragista, y las vertientes a su alrededor, detalla Lara Chávez. El que una mayor cantidad de mujeres lograran acceder al divorcio evidenció que al separarse “no tienen absolutamente nada, ningún bien, que la casa no les pertenece”.

    En el caso mexicano, con la Revolución, el reparto agrario y una división sexual del trabajo que tenía a las mujeres replegadas en el hogar, la consigna “la tierra es de quien la trabaja” terminó por dejar el territorio en manos de los hombres. “Esto agravó mucho más la situación en cómo construir la autonomía vinculada a la ciudadanía de las mujeres y cómo se iba acentuando la desigualdad”.

    Información recuperada por el Instituto Nacional de las Mujeres refleja que sólo tres de cada 10 personas ejidatarias son mujeres. Y aún es menor su participación en los espacios de representación. Datos de 2019 evidencian que de los 14.6 mil ejidos y comunidades con órganos de ese tipo sólo 7.4 por ciento fue presidido por una mujer.

  • Este es el primer vehículo en el mundo fabricado 100 % por mujeres. Y sí, fue hecho en México

    Este es el primer vehículo en el mundo fabricado 100 % por mujeres. Y sí, fue hecho en México

    El primer automóvil en el mundo que fue fabricado al 100% por mujeres, fue hecho en México, en la planta de Ford, en Cuautitlán.

    El Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, compartió una fotografía del vehículo a través de redes sociales.

    “Este es el primer vehículo en el mundo fabricado al 100 % por mujeres. Sí, en la planta Ford, Cuautitlán, a iniciativa de las trabajadoras que también son las más eficientes del mundo. Son orgullo de México”, escribió en Twitter.

    El vehículo, ensamblado en la planta de Cuautitlán en el Estado de México, es un Ford Mustang Mach-E, una camioneta SUV completamente eléctrica.

    Tiene un batería de 91 kWh que proporciona una autonomía de hasta 402 kilómetros. Asimismo, alcanza una velocidad de 0 a 100 kilómetros en 3.6 segundos.

    El coche que aparece en la fotografía compartida por el diplomático es una edición conmemorativa que fue ensamblada, pintada e intervenida por mujeres artistas.

    En sus laterales, cuenta con un diseño que tiene tres elementos principales que buscan transmitir un mensaje del poder de las mujeres y su fuerza colectiva, detalló la artista a Ford.

    Por un lado, hay una mujer, que retoma el traje del ‘caballero águila’ pero reinterpretado que representa la importancia de este sector en la planta.

    Igualmente, hace un guiño y reconocimiento a todas las mujeres que luchan todos los días contra el cáncer de mama. Por último, tiene unos girasoles, que representan fortaleza.

    El canciller también celebró que en Cuautitlán también se manufacturan las baterías de los Fords Mustang eléctricos. Esta fue la primera planta en fabricar un vehículo eléctrico de manera masiva en México, según la compañía.

    De acuerdo con Ford, desde 2020 se producen hasta 305 unidades Mustang por día, que se exportan a más de 20 países.

    “Son un gran éxito en Noruega, Suecia y Alemania”, subrayó el diplomático.

  • Las mujeres cargan el mundo

    Las mujeres cargan el mundo

    Millones de mujeres cargan millones de kilos a lo largo de millones de kilómetros. Desde hace siglos, día tras día, cumplen esa labor titánica y esencial, jamás reconocida como tal y por lo tanto invisible.

    En medio del verano parisino canicular, sin embargo, el Museo del Homme de esta ciudad les rinde el homenaje que merecen con la exposición Les Femmes Portent le Monde, un conjunto de 50 retratos de mujeres que “nadie ve, de las que nadie habla y que no le importa a nadie…”, realizados en Bután, India, Kenia, Mongolia, Namibia, Ruanda y Tanzanía por Lekha Singh, fotógrafa, cineasta y productora estadunidense nacida en la India.

    “Cada mujer a su manera carga una parte del mundo, pero nadie se percata de ello”, escribe la artista en el texto de presentación de la muestra que, inexplicadamente, no incluye una sola mujer de América Latina.

    Kenia 2004. Fotos de: Lekha Singh / Musée de l’Homme

    “A lo largo de mis viajes por el mundo me di cuenta de que todas esas mujeres son vistas como ‘maquinitas’ capaces de desplegar suficientes esfuerzos para transportar cargas sumamente pesadas a muy largas distancias –agrega–. Es ‘ese modo de transporte’ sin ruedas ni motor que se utiliza lo más a menudo para el trabajo pesado en la India, en Vietnam o en Kenia, entre otros tantos países…”

    Lekha Singh evoca mujeres de la India levantadas al alba para ir a trabajar en hornos de ladrillos que transportan su producción sobre la cabeza hasta bodegas. Menciona las miles de mujeres marroquíes, muchas de avanzada edad, recorriendo llanos y dunas bajo un sol aplastante soportando en sus espaldas bultos de mercancías de varias decenas de kilos entre sus casas y el enclave español de Melilla. Habla de las africanas que atraviesan zonas áridas llevando pesados fardos de leña, gruesas ramas de árboles e inclusive arbustos.

    Kenia 2006

    “En total, las mujeres del planeta transportan anualmente un mínimo de 900,000,000 de metros cúbicos de madera”, recuerda citando datos de la ONU.

    Pero más que los comentarios de la artista, son sus impecables fotos a color las que devuelven existencia, identidad y dignidad a cada una de las retratadas, y a través de ellas a las millones de mujeres “invisibles”.

    India 2005

    La inextinguible energía vital que emana de las 50 protagonistas de la muestra hace vibrar el Atrium Paul Rivet, espacio de 400 metros cuadrados dedicado a las exposiciones temporales del museo.

    India 2005

    Tan fuerte es la presencia de estas mujeres adolescentes, ancianas, de  horizontes distintos, caminando por senderos estrechos, a la orilla de carreteras polvorientas y ríos lodosos, subiendo montes y bajando colinas, atravesando paisajes desérticos, llegando y saliendo de mercados, fábricas, campos, ciudades, pueblos, aldeas, cargando en la cabeza, en los hombros, en la espalda, en los brazos, niños, agua, leña, piedras, ladrillos, racimos de plátanos, enormes, bolsos de limones, cebollas, yucas, jitomates, cajas, baúles, canastos, ollas de barro…

    Tan impresionante es su determinación, tan inagotable parece ser su resistencia, que los visitantes recorren la sala a pasos lentos, en silencio, absortos, meditabundos.

    Ruanda 2004

    Fotografiadas con sumo respeto y honda empatía, pero sin concesiones estetizantes ni sentimentalismo impropio por Lekha Singh, todas esas mujeres, cualquiera que sea su edad, son de una belleza singular, a menudo luminosa, a veces austera, en ciertos casos trágica o hermética, y siempre de una autenticidad abrumadora.

    Muy pocas se fijan en la cámara. Están en lo suyo, pero es obvio que la fotógrafa sabe acercarse a ellas con tacto y sencillez. De vez en cuando se asoma una complicidad sigilosa entre la artista y sus “efímeros modelos”. Pero en ningún momento desaparece lo esencial: el peso descomunal del mundo que van cargando.

    Rajasthan 2010

    Destaca una extraña foto totalmente negra en medio de los colores vivos de los saris o de los largos vestidos de las africanas y de sus paños artísticamente atados en la cabeza.

    En un cartelito firmado por Lekha Singh se lee:

    “Esa fotografía monocromática rinde homenaje a todas las mujeres cuya labor agotadora rompe espalda y nuca. A las mujeres cuyos cuerpos se doblegan cada día más bajo cargas inconmensurables. A las mujeres olvidadas,  menospreciadas, tan a menudo explotadas, cuya labor nunca fue ni será plasmada en fotografías.”

  • #Data | El 30% de las mujeres asesinadas están en sus 20

    #Data | El 30% de las mujeres asesinadas están en sus 20

    En 1990 el 22% de las mujeres que fueron asesinadas tenían entre 20 y 29 años, esta proporción se ha duplicado desde entonces y en 2021 representó el 30%. Mientras los asesinatos de mujeres adultas jóvenes son más comunes, los de niñas y ancianas han ido descendiendo. El Inegi reporta casi 4 mil asesinatos de mujeres en 2021, el dato en sus registros en los últimos 30 años.