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  • Mujeres mexicanas pueden retomar el control de sus finanzas: El potencial del Open Finance

    Mujeres mexicanas pueden retomar el control de sus finanzas: El potencial del Open Finance

    En México, solo el 40% de las mujeres tiene una cuenta bancaria propia esto significa que el 60% son invisibles para el sistema, estas cifras reflejan el camino que se lleva recorrido en búsqueda  por la igualdad de género en el país y comprueba que las mujeres aún tienen de frente desafíos significativos cuando se trata de alcanzar la libertad financiera.

    Hablemos entonces de ¿qué es libertad financiera? Este término supone la escena de levantarte cada mañana sin preocupaciones financieras, con deudas al día, con el estilo de vida que te gusta y sin estar sujeto a pagos obligados.

    ¿Suena bien, no? Pues este término según diversos estudios enfocados en materia de economía y finanzas sugieren que es posible, sobre todo enfocado en mujeres. Una de las respuestas a este panorama idílico tiene que ver con el Open Finance, una modalidad de finanzas abiertas que permitirá crear productos financieros personalizados y enfocados en obtener la libertad financiera.

    La sugerencia es simple. Concentrar en un espacio único toda la información, bancarizada y no bancarizada, pero que respalde la capacidad de pago de cada persona. Todo esto, bajo un estricto control de seguridad de la información.

    El elefante en la sala: La seguridad de la información 

    Es curioso el comportamiento de los mexicanos, cada vez que va a rentar un inmueble o que sencillamente quiere aplicar a un crédito departamental, considera sin chistar la idea de otorgar alguna identificación oficial, estados de cuenta y si así lo sugieren hasta selfie y rúbrica, todo esto lo comparten de manera regular por vía como whatsapp o correo electrónico, sin cuestionar la política de resguardo de información, pero al hablar del Open Finance, esta es la primera señal de alerta.

    ¿Qué pasa con mi información?¿Se vulnera?¿Quién la puede ver? Resulta que nadie salvo tú como usuario y dueño de tu información, eres el único con las facultades para decidir quién puede tener acceso a esto, pero en un marco en el que la innovación en seguridad permite tener un respaldo blindado de tu data.

    A dónde apunta el camino de las mujeres de cara a la libertad financiera

    Según cifras recabadas por Decididas Summit 2024, en 2023, la brecha de ingresos por género fue de 15%, es decir, por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer gana 85 pesos. Esta brecha salarial no solo afecta la capacidad de las mujeres para acumular riqueza, sino que también limita su acceso a productos financieros y capacidad de inversión no solo de las mujeres, sino de sus hijos.

    También según un reporte del Banco Mundial, indicó que en México, una de cada cuatro mujeres no cuentan con ingresos propios, además dependen 2.2 veces más de ingresos de terceros en comparación con los hombres, es decir, programas gubernamentales, remesas o transferencias familiares.

    Actualmente solo el 14% de las Instituciones Financieras tienen un producto con perspectiva de género, recordando que es fundamental tener un producto a la medida porque tenemos como brecha digital y desconfianza ante la tecnología.

    Según cifras del INEGI las mujeres presentan un menor índice en materia de deuda vencida en préstamos que tienen que ver con sus activos o su reputación, a la vez en donde presenta menor índice de cartera vencida, presenta mayor capacidad de pago.

    ¿Esto qué revela? Que en materia de género y la economía, las mujeres estamos preparadas ante el reto que supone tener acceso a más y mejores productos financieros, que nos acerquen a la libertad financiera.

    Para ello, las instituciones financieras y las autoridades gubernamentales deben trabajar juntas para garantizar seguridad en las soluciones y lograr que todas las mujeres tengan acceso a servicios financieros adecuados y la capacitación necesaria para capitalizar estas oportunidades.

    La libertad financiera para las mujeres en México es un objetivo alcanzable, pero requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad, el gobierno y el sector privado. Con el avance de conceptos como Open Finance y un compromiso renovado con la igualdad de género, creando productos de género no solo porque es inclusivo, sino porque es rentable, así es cómo podemos construir un futuro donde todas las mujeres tengan el poder de controlar su destino financiero y alcanzar sus sueños.

    “Trabajo para generar un México con las mismas oportunidades para hombres y mujeres, en el que las mujeres tomemos decisiones de impacto económico”

  • En China, un país gobernado por hombres, las mujeres reclaman su propia identidad

    En China, un país gobernado por hombres, las mujeres reclaman su propia identidad

    En bares escondidos en callejones, y en salones y librerías de Shanghái, las mujeres debaten su lugar en un país donde los hombres hacen las leyes. Algunas llevaban vestidos de novia para comprometerse públicamente consigo mismas. Otras se reunieron para ver películas hechas por mujeres sobre mujeres. Las bibliófilas acudieron en masa a librerías femeninas para leer títulos como “La mujer rota” y “Vivir una vida feminista”.

    https://vanguardia.com.mx/noticias/internacional/en-china-un-pais-gobernado-por-hombres-las-mujeres-reclaman-su-propia-identidad-GJ11903775

  • La inteligencia artificial que analiza casos de violencia contra las mujeres

    La inteligencia artificial que analiza casos de violencia contra las mujeres

    En los últimos años, la inteligencia artificial ha hecho una aparición en cada vez más aspectos de la vida. Incluso la justicia podría ver cambios significativos gracias a tecnologías como AymurAI.

    A continuación NOSOTRAS te contamos sobre este software que creó una organización feminista latinoamericana.

    Qué es AymurAI, el software que analiza casos de violencia de género

    Como lo explica mediante The Conversation la investigadora Yaritza Pérez-Pacheco, coordinadora de investigación en la Universidad Internacional de La Rioja, AymurAI es un software que se basa en inteligencia artificial para analizar casos de violencia de género.

    Es capaz de procesar en minutos grandes volúmenes de información que abarcan documentos judiciales, estadísticas y libros, con la finalidad de hallar patrones específicos. Todo esto lo hace con perspectiva de género y protegiendo los datos de víctimas.

    Este sistema organiza la información de manera fácil y accesible para que investigadores, abogados y otros profesionistas puedan utilizarla.

    El software de AymurAI tiene varios propósitos, como facilitar la investigación sobre violencia de género, agilizar procesos, formular políticas públicas y contribuir a la concientización.

    En su creación se involucra Yasmín Belén Quiroga, abogada feminista y especialista en datos que radica en Buenos Aires, Argentina. Ella cofundó DataGénero, el primer observatorio de datos con perspectiva de género en Latinoamérica.

    Yasmín Belén Quiroga explicó en qué consiste el software para ONU Mujeres. “A través de tecnologías de inteligencia artificial, se recolecta y se pone a disposición datos sobre violencia de género a partir de sentencias judiciales. Es una aplicación de escritorio que lee la resolución, detecta la información relevante (tipos de violencias presentes, modalidad, frases que le refieren los agresores a las personas víctimas de violencia o si había algún tipo de relación entre víctima y agresor, entre otras), se la muestra a la persona usuaria y ésta tiene que validarla como correcta o corregirla”.

    Los retos de la inteligencia artificial en servicio de la justicia

    La utilización de inteligencia artificial en ámbitos como la justicia implica algunas dificultades que deben superarse y dilemas éticos que se enfrentarán en un futuro cercano. Por ejemplo, ¿podría un software tomar una decisión que hoy en día toma una persona?

    Yaritza Pérez-Pacheco pone el ejemplo de una madre desempleada que enfrenta un juicio por la custodia de su hija pequeña, y cuyo historial crediticio es negativo. Si un algoritmo analizara el caso sin tomar en cuenta la perspectiva de género o sesgos en los datos, podría influir negativamente.

    Aun con estos retos que sin duda deben considerarse, la investigadora opina que la IA puede transformar positivamente la justicia y reducir los tiempos de respuesta.

  • Es momento de ya no idealizar la maternidad

    Es momento de ya no idealizar la maternidad

    Visto desde la perspectiva de género, el Día de las Madres que celebramos en México cada 10 de mayo es una oportunidad para resignificar el papel de las madres, quitar esa idealización de la figura materna, nombrar las violencias que enfrentan estas mujeres y reivindicar sus actividades en la familia, opinó Alejandra Collado Campos, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.

    “El reconocimiento a las madres debería ser todos los días, y expresarse compartiendo con ellas tareas y responsabilidades como la crianza y educación diaria de los hijos, la economía familiar y respetando su autonomía e identidad como personas”, afirmó.

    En ocasión del Día de las Madres, la especialista recordó que la celebración data de 1922, cuando se institucionalizó después de una campaña en escuelas y medios de comunicación, encabezada por el periódico Excélsior, en la cual se preservaban los estereotipos de la madre.

    “Nació como reacción a un primer congreso feminista de 1916 realizado en Yucatán. Ahí se habían hecho propuestas sobre la obtención de derechos sexuales por parte de las mujeres, hablando específicamente de la maternidad como una decisión libre, consciente y deseada.”

    Collado Campos agregó que la institucionalización del 10 de mayo es una respuesta opuesta al feminismo, se basa en normas morales y religiosas que buscaron reiterar esos roles impuestos a las mujeres y reforzar la idea de que ellas existen para ser mamás.

    Explicó que, desde la perspectiva de género, se intenta resignificar ese día y la idea de la maternidad. “Se trata de quitarle esta idealización que hay alrededor de la figura de la maternidad y nombrar todas las violencias que nos atraviesan como madres: la presión social para serlo, la negación del derecho al aborto, la violencia obstétrica, las dobles jornadas laborales, la explotación, los obstáculos que hay para conseguir un trabajo o puestos más altos por cuidar a los hijos, limitaciones en el desarrollo profesional y violencia por feminicidio o desaparición de ellas o sus hijas”, sostuvo.

    Collado Campos dijo que en el 10 de mayo las feministas denuncian estas violencias y toda la mercantilización que se da en torno de la figura de la madre, y aprovechan para destacar otras formas de serlo que están invisibilizadas, como las migrantes, las que tienen alguna discapacidad, están en situación de calle, presas, o las no heterosexuales, comentó.

    “También reivindicamos en ese día otras maternidades, como las autónomas (llamadas madres solteras) con todo el trabajo que hacen, y un tipo de maternidad libre y deseada, así como las maternidades activistas”, agregó.

    Poco a poco, “la efeméride es ocasión para denuncias de madres buscadoras y para nuevas representaciones donde el rol de la madre gana autonomía y libertad. No pensamos en no celebrar el día, sino aprovecharlo para reflexionar sobre el papel de ellas y empezar a generar cambios”, aclaró.

    Otra postura

    Collado Campos aseguró que hay grupos sociales que rechazan este punto de vista y otros que lo aprueban. “A algunos no les gusta y dicen que no queremos que celebren, porque continúa la imagen de la madre mexicana que cuida, protege, resuelve todo, nunca se enferma y es omnipresente”.

    La experta reconoció que el papel tradicional de madre abnegada y explotada está muy arraigado aún en el país, asociado incluso a una figura religiosa (la Virgen de Guadalupe, un modelo materno “que todo lo puede solucionar)”.

    Sin embargo, cada año en este día hay más protestas por los feminicidios que ocurren frecuentemente en la nación y manifestaciones de madres buscadoras cuyas hijas e hijos están desaparecidos.

    “Desde el feminismo no queremos abolir este día, sino hacerlo una jornada de reflexión y un acto de conciencia en el que valoremos el trabajo de las madres y su derecho a ganar autonomía y libertad”, finalizó.

  • Vive sin una pareja 33% de madres mexicanas: Inegi

    Vive sin una pareja 33% de madres mexicanas: Inegi

    El estudio Estadísticas a propósito del Día de las Madres del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reporta que, sobre su situación conyugal, el 33 por ciento de las mujeres de 15 años y más que son madres en México vive sin pareja.

    ​El Inegi apunta que en lo referente al estado civil de madres mayores de 15 años que viven con su pareja, menos de la mitad dice estar casada, es decir, solo 46.5 por ciento tiene contrato civil de matrimonio.

    En tanto que el 20.5 por ciento de las madres en el país de 15 años y más declaró su situación como de unión libre.

    Según el instituto de estadísticas, de los cuatro rubros denominados “sin pareja”, el que tiene más porcentaje de mujeres en esa situación es el de viudas, con 12 por ciento.

    Le sigue el de las madres solteras, con 10.4 por ciento; luego el las madres que están separadas, con 7.5 por ciento, y finalmente las divorciadas, con 3.1 por ciento.

    Mamás estudiosas
    Por otra parte, según el Inegi, 6.7 por ciento de las madres de 15 a 24 años va a la escuela, es decir, combinan sus estudios con la crianza de sus hijos. Otro dato indica que más de la mitad de las madres que trabajan señalaron que si pudieran trabajarían menos para poder convivir más con sus hijos.

    “Respecto a la convivencia familiar, la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (Enasic) proporciona datos sobre las relaciones de convivencia que las mujeres con hijas e hijos menores de edad tienen en su entorno familiar”.
    “En 2022, de las mujeres de 15 a 60 años con al menos una hija o hijo con menos de 18 años que vive con ella en el hogar, 87.6 por ciento declaró que son ellas quienes más tiempo dedicaban al cuidado de los hijos e hijas”.
    “Y 50.2 por ciento dijo que trabajaría menos para convivir más tiempo con sus hijas e hijos; 27.8 por ciento era responsable de mantener económicamente su hogar; 27.1 por ciento regularmente convive poco tiempo con sus hijas o hijos debido al trabajo o quehaceres domésticos, y 5.3 por ciento creía que perdería el contacto con sus hijas o hijos si la relación con su pareja terminaba”, señala la fuente oficial.
    En cuanto a las actividades de convivencia que tuvieron las mujeres con sus hijas e hijos menores de 18 años, 98.6 por ciento manifestó que lo hacía mediante demostraciones de afecto.

    El 97.2 por ciento de mujeres declaró que comparten alguna comida durante el día con sus hijos; 89.6% dijo que platica con sus hijos e hijas, y 89.4% realizó actividades de esparcimiento en ellos.

  • 4 libros para regalar en el Día de las Madres

    4 libros para regalar en el Día de las Madres

    Si aun no sabes cómo consentir a mamá, echa mano de la literatura Vuelve a librerías una de las primeras novelas de Chimamanda Ngozi Adichie. La flor púrpura, es una novela sobre la rebeldía y la juventud, una novela que merece ser leída y releída. Un libro bello sin duda es El tiempo de la mariposa, donde la traductora mexicana Selma Ancira muestra un relato sobre la pasión y el amor que imprime en su oficio. Vamos ahora con Berta Mongé Dar a sombra, una suerte de bitácora relacionada con el intento de una mujer por quedar embarazada. Cerramos las recomendaciones con la reedición de La fórmula preferida del profesor, una poderosa novela de la japonesa Yoko Ogawa.

    Chimamanda Ngozi Adichie. La flor púrpura. Literatura Random House. Trad. Laura Lins Calahorra. 303 pp.

    La joven Kambili, de quince años, y su hermano mayor Jaja llevan una vida privilegiada en la ciudad de Enugu. Viven en una hermosa casa y frecuentan un elitista colegio religioso, pero su vida familiar dista mucho de ser armoniosa. Su padre, un poderoso y respetado hombre de negocios, es un fanático católico que alienta expectativas de cariño imposibles de cumplir. Cuando los jóvenes visitan durante unos días a la cariñosa y atrevida tía Ifeoma en su humilde apartamento, descubren un mundo totalmente nuevo. Al regresar a su hogar, transformados por la libertad conquistada, la tensión familiar crece de forma alarmante.

    Selma Ancira. El tiempo de la mariposa. Gris tormenta. 107 pp.

    ¿Cuál es el proceso de creación de un traductor? ¿Cómo se adentra en el cruce de lenguas? En este ensayo —mitad bitácora de trabajo, mitad diario de viaje—, Selma Ancira documenta y reflexiona su oficio mientras traduce del griego al español la novela más conocida de Nikos Kazantzakis: Zorba el griego. Para poder traducir el texto, emprende un viaje tras los pasos de su autor: explora los paisajes de Creta, busca los vestigios de los escenarios de la novela y conversa con los locales para encontrar palabras y significados.

    Berta Mongé. Dar a sombra. Malpaso. 288 pp.

    La autora entrega una crónica fragmentaria, formada por episodios de su vida cotidiana, ideas, recuerdos, preguntas y sueños, que son el testimonio vital de una mujer que ama y sufre mientras intenta dar a luz un sueño: el de ser madre. La reproducción asistida no consigue generar el latido deseado, lo frustra con su luz artificial, invade los rincones de lo cotidiano con ilusiones postergadas. Cuatro años de incertidumbre y dolor han servido, sin embargo, como fuerza de inspiración creadora para elaborar esta bitácora emocional sin artificios.

    Yoko Ogawa. La fórmula preferida del profesor. Tusquets. Trad. Juan Francisco González Sánchez. 308 pp.

    Un mes de marzo, una agencia de colocación envía a una joven empleada del hogar a casa de un huraño profesor retirado. Sin embargo, no es un profesor cualquiera: antaño fue un reconocido matemático pero, tras un trágico accidente, solo recuerda lo ocurrido en los últimos ochenta minutos. Aunque siguen apasionándole los números, debe apuntar las cosas importantes en papelitos para repasarlas todos los días, incluida la identidad de quienes lo rodean; una situación que lo convierte en alguien muy vulnerable. Sin embargo, el profesor irá aceptando en su vida la irrupción de la asistenta y de su hijo de diez años, con quien comparte una afición: el béisbol. Poco a poco se fraguará entre los tres una hermosa relación fundada en el afecto y en la transmisión del saber.

  • Un Día de las Madres, opacado por los altos precios y el alza de la inflación en México

    Un Día de las Madres, opacado por los altos precios y el alza de la inflación en México

    Se dice que el amor de una madre no tiene precio, y en épocas de inflación al alza, mucho menos. Para buena parte de los mexicanos, agasajar con obsequios para las mamás de la familia será mucho más costoso y en algunos casos, inaccesible debido al pronunciado aumento de precios que han tenido los regalos tradicionales, aunado a la inflación general que en abril llegó a 4,65% a tasa anual.

    “Este año yo creo que lo mejor será bailar El ratón vaquero en la casa”, bromea Ricardo Contreras, un comerciante de 31 años en Ciudad de México. Debido a sus actividades, le ha quedado claro que este año será mucho más complicado hacer un regalo a su mamá. “Vamos a cocinar mi hermana y yo en vez de darle flores caras y que se marchitan”, dice en consulta.

    Y no solo se trata del efecto estacional: aunque unos chocolates pueden costar el doble y hasta el triple en la víspera de este importante festejo, la inflación focalizada en ciertos productos como las flores y los alimentos destinados a una comida o cena familiar pasan factura a los interesados.

    Según un sondeo de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) regalar una docena de rosas y una bolsa de chocolates, en 2022 tenía un costo promedio de 230 pesos y en 2023 de al menos 286 pesos y en 2024 es de 450 pesos, un aumento de 57,3% tan solo respecto al año pasado. “Los consumidores hacen elecciones de compra más inteligentes, son más cautelosos en cuanto al endeudamiento: entre un arreglo floral y un ramo de rosas, eligen este último; entre festejar en un restaurante o en casa, eligen quedarse en casa”, refiere la asociación.

    En promedio, los obsequios más buscados por los mexicanos para consentir a las mamás serán 34,31% más caros que el año pasado, mientras que en 2023 el aumento fue de 30%, por lo que alrededor de 20% de los mexicanos no llevará a cabo ningún tipo de festejo por el costo que refleja a su bolsillo.

    Aunque se trate de un festejo modesto, la mayoría sí que piensa destinar un monto al Día de las Madres. De acuerdo con un estimado de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), este feriado en México dejará una derrama económica de más de 80.000 millones de pesos a lo largo del territorio, aunque el presupuesto personal sea bajo.

    Un sondeo de la firma HelloSafe muestra que el presupuesto más popular de los mexicanos para esta celebración es de entre 500 y 1.000 pesos (entre 30 y 60 dólares, aproximadamente). El promedio de presupuesto de los participantes en esta celebración es de 1.480 pesos por cada mexicano, tomando en cuenta los gastos de regalos y gastos de celebración.

    Para comprar flores, uno de los estandartes típicos del feriado, los mexicanos planean destinar entre 100 y 200 pesos (entre 6 y 12 dólares), aunque la variedad de ofertas es variopinta. Según el análisis, un arreglo pequeño de una a tres rosas pueden ir de 160 y 290 pesos, y el precio promedio de un ramo de flores es de 505 pesos. Por otro lado, el precio de ramo de flores en supermercados puede ir de 75 a 150 pesos, mientras que en la central de abasto van desde los 40 y hasta los 100 pesos por una docena de flores.

  • Día de las Madres: 7 de cada 10 mexicanas son mamás

    Día de las Madres: 7 de cada 10 mexicanas son mamás

    Cada 10 de mayo se celebra en México el Día de las Madres; una fecha que conmemora y visibiliza la importancia de las mamás en el desarrollo social, económico y político del país.

    En México hay un total de 38.5 mujeres de 15 años o más que son madres, de acuerdo con cifras del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).

    Esto implica que, entre la población económicamente activa, 7 de cada 10 mujeres son madres. Se observa que en los años recientes la tendencia de la tasa de fecundidad y la de hijos por mujer han descendido de manera importante.

    En 1970, la tasa era de 7 hijos por mujer, mientras que para el corte del 2020 la tasa fue de 1.8 hijos por mujer. Los cambios en el mercado laboral, en el ámbito político y en las estructuras familiares han impulsado esta caída en los nacimientos. Adicionalmente, las mujeres que deciden ser madres, optan casa vez más por serlo más adultas.

    En el grupo de adolescentes y jóvenes de 15 a 19 años, apenas 6% son madres. Mientras que en el grupo de 40 años y más cerca del 90% de las mujeres son madres.

    Madres y jefas de familia

    En México, 3 de cada 10 mujeres que son madres son también madres son, también, el sustento principal de sus hogares.

    En términos absolutos son cerca de 11.5 millones de mujeres que son madres y jefas de familia.

    Poco menos de la mitad (46%) de las mamás que residen en el país están casadas; 22% viven en unión libre; 12% son viudas; 10% son solteras; 7% son separadas y el 3% restante son divorciadas.

    Lo cierto es que sin importar la situación civil de las mujeres que tienen hijos, siempre son quienes más se involucran en los trabajos de cuidados.

    Las mujeres dedican tres veces más tiempo al mantenimiento del hogar, la limpieza, la cocina y el cuidado y asesoramiento de los menores de edad.

    Madres que trabajan dentro y fuera de casa

    En esta distribución desproporcionada que recarga a las mujeres casi todo el trabajo de la crianza y el hogar, también se dificulta que las mujeres que son madres se integran y se mantengan dentro del mercado laboral.

    Al corte del 2023 se observa que la tasa de participación de las mujeres que son madres es de 46%, de acuerdo con cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi.

    Para los hombres que tienen hijos, la tasa de participación es de 97%; esto refleja que para los hombres la paternidad no representa un obstáculo para tener un empleo y desarrollarse profesionalmente, mientras que para las mujeres la maternidad puede transforma en la principal barrera.

    La sobrecarga de trabajo en el hogar impacta negativamente en el desarrollo laboral de las mujeres es el que contabiliza; otra de las cifra que lo muestra es la razón de no trabajo entre las mujeres que son madres.

    Entre las mujeres que no trabajan, pero quieren hacerlo, la mitad dice que la razón principal es que no tienen a nadie que cuide a sus hijos pequeños, adultos mayores o enfermos del hogar.

    ¿Cuánto ganan las madres que trabajan?

    La mayoría de las madres que trabajan ganan, como máximo, un salario mínimo; independientemente de los hijos que tengan. Un salario mínimo, en 2024, es equivalente a 7,468 pesos mensuales.

    Las cifras de la ENOE muestran que cerca del 47% de las madres ocupadas está en este nivel de ingresos laborales.

    El 31% de las madres trabajadoras percibe entre uno y dos salarios mínimos; 7% percibe entre dos y tres salarios mínimos y 4% gana más de tres salarios mínimos. El 1.4% restante corresponde a las mujeres que tienen una ocupación pero no reciben ingresos monetarios por ella.

    Las mamás cuidan

    El papel de las madres es fundamental en la sociedad, no sólo son las que realizan más tareas de cuidado, sino también las que más cariño y afecto demuestran en sus familias.

    Según cifras de la Enasic (Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados) 2022, 8 de cada 10 menores de edad que recibieron atención por parte de un integrante del hogar, la recibieron de sus madres.

    El 99% de las madres, además, declaró que tiene demostraciones explícitas de afecto (abrazos y palabras) con sus hijos menores de 18 años.

    Un 97% de las mujeres que son madres también dijeron compartir, al menos, una comida con sus hijos al día. Cerca de 90% también dijo compartir y hablar con las amistades de sus hijos y realizar actividades de esparcimiento con ellos. Estas cifras son significativamente más bajas para los hombres que son padres; incluso se observa que los menores reciben más cuidados de sus abuelas o hermanas en comparación con sus padres.

    También se observa que las mamás, en comparación con los papás, son de más confianza para quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad o disidencia.

    Por ejemplo, entre las personas que pertenecen a la comunidad LGBT+, las mamás son la persona a la que más confianza le tienen para hablar sobre su identidad o sexualidad.

    El porcentaje madres que saben sobre las disidencias de sus hijos dobla el de los padres que lo saben.

    Por estas desigualdades en la estructura de cuidados es fundamental la creación de un sistema en donde participe el Estado, las organizaciones privadas y las familias de manera integral.

    México trabaja en la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, pero los retos todavía son grandes para garantizar a las mujeres condiciones de igualdad y justicia en materia social, política y económica.

  • Las madres mexicanas, en constante olvido por el Estado

    Las madres mexicanas, en constante olvido por el Estado

    En México los abusos, ausencias y violencias que sufren las mujeres día con día exponen las carencias que tienen los Poderes del Estado para protegerlas, situación que se agrava si se trata de madres de familia.

    Especialistas en derecho analizaron en el foro “Maternidades ante el poder punitivo del Estado” las dificultades que las madres mexicanas enfrentan para tener acceso a vivienda, educación y salud, entre otros servicios básicos, y para proveerlos a quienes dependen económicamente de ellas, como suspadres, esposos, concubinos e hijos.

    La magistrada Taissia Cruz Parcero, directora del Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP); Corina Giacomello, profesora investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de Chiapas, e Irene Spigno, directora de la Academia Interamericana de Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de Coahuila, coincidieron en que el papel de las mujeres en la sociedad mexicana y latinoamericana es constantemente olvidado por los órganos del Estado.

    Vieron con preocupación que, de cara a las elecciones de junio próximo, ningún aspirante presidencial, dos de ellas mujeres, ha mostrado la intención de hacer propuestas de políticas públicas encaminadas a proteger al sector femenino del país.

    Alertaron que la agenda común de los candidatos presidenciales apunta al punitivismo, con la defensa de medidas como la prisión preventiva oficiosa, pues esto no acaba con las problemáticas que aquejan a la sociedad y específicamente a las mujeres.

    Maternidades en prisión

    Taissia Cruz abordó los problemas que viven las mujeres privadas de la libertad y destacó que desde hace 150 años se tiene conocimiento de que las cárceles no están pensadas para las mujeres con hijos, por lo que la pena de prisión no es una medida adecuada cuando se trata de ellas.

    “Los componentes de género tienen impactos diferenciados en las mujeres privadas de la libertad, pues a la sanción legal, como consecuencia jurídica del delito, se suma el estigma de la sanción social que para ellas resulta trascendente, en especial cuando tienen a su cargo la responsabilidad primaria de la crianza o de las labores de cuidados de niños y adolescentes, personas adultas mayores y personas con discapacidad”, señaló.

    Afirmó que las políticas públicas para combatir la pobreza han sido insuficientes, pues la desigualdad económica, la brecha salarial y la falta de acceso a la seguridad social afectan de manera desproporcionada a las mujeres, pues, según datos de OXFAM Internacional, son ellas quienes asumen entre dos y 10 veces más el trabajo de cuidados no remunerado, así como las tareas del hogar en comparación con los hombres.

    Sheinbaum y Gálvez. Política punitiva. Foto: Especial

    Refirió que la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (Enpol) 2021 contaba 12 mil 568 mujeres en prisión en México, entre ellas dos mil 326 recluidas en centros penitenciarios ubicados en entidades distintas a su lugar de origen y 5.8% de ellas, con sus hijos viviendo en prisión.

    Reconoció que desde la academia se han documentado problemas estructurales en el encarcelamiento de mujeres, pues los centros penitenciarios no visibilizan sus necesidades especiales, no tienen espacios dignos y adecuados para embarazadas, el posparto, la lactancia y la crianza; hay falta de productos de gestión menstrual; falta de protección de los derechos reproductivos de las mujeres en prisión, en particular el de interrupción legal del embarazo.

    De acuerdo con la juzgadora, las estadísticas apuntan a que 50% de los hijos de madres en prisión están al cuidado de sus abuelas maternas, mientras que sólo 20% están a cargo de sus padres biológicos.

    Citó el informe Mujeres privadas de la libertad en las Américas, publicado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 2023, que señala que el encarcelamiento de mujeres a escala mundial ha crecido en 6.9%, debido, sobre todo, al endurecimiento de las políticas antidrogas y a la falta de enfoque de género en la justicia.

    Otros factores identificados por la CIDH sobre qué lleva a una madre de familia o mujer cuidadora a delinquir son la pobreza, el patriarcado, los estereotipos sexistas, la discriminación histórica y la violencia de género.

    “El sistema penal claramente se ensaña con las mujeres, los avances legislativos y los focos de carácter institucional siguen planteando más retos que realidades. En tanto no se logre que los enfoques de género e interseccionalidades estén en el centro de la toma de decisiones tanto administrativas como jurisdiccionales, al visibilizar las violencias que ocurren en los casos de madres criminalizadas e identificar las vulnerabilidades que las intersectan, podemos avanzar hacia un sistema punitivo penitenciario con enfoque de derechos humanos en los que la maternidad no sea un factor que agrave la, de por sí presente, violencia institucional; desde mi punto de vista, ninguna madre con niños y adolescentes a su cuidado debería de estar en prisión”, apuntó.

    La directora del IFDP refirió que la CIDH hizo énfasis en la carga psicológica adicional que representa para las madres o cuidadoras no poder seguir manteniendo a las personas que dependen de ellas ni poder aportar económicamente ante las escasas y precarias oportunidades laborales que tienen dentro de las prisiones mexicanas, problemática que fue reportada por Proceso en su edición mensual (número 11) y que se evidencia por el incremento de muertes de mujeres dentro del Centro Federal de Readaptación Social 16 (Cefereso 16) CPS Femenil de Morelos, en un periodo de seis meses, que han sido catalogadas como suicidios sin que hasta el momento las autoridades hayan entregado a las familias o sus representantes legales alguna evidencia de que tuvieran algún problema de salud mental que las llevara a quitarse la vida.

    En cambio, el IFDP y organizaciones como CEA Justicia han documentado que, dentro de este penal femenil federal, único en su tipo, existen diversas violaciones a los derechos de las internas, incluidas las que murieron en estas condiciones, y malos tratos que llegan a ser considerados como tortura, entre otros.

    Maternidad y adicciones

    Corina Giacomello analizó las barreras que enfrentan las madres que padecen de una adicción a las drogas, víctimas de diversas formas de discriminación, estigma y autoestigma.

    “El uso dependiente de sustancias sí implica una relación de pérdida de control, de pérdida de poder sobre la sustancia y puede comprometer, no en todos los casos, la posibilidad del autocuidado y del cuidado de otras personas”, comentó.

    De acuerdo con el trabajo de investigación que ha realizado la profesora en 11 países del mundo, las mujeres en tratamiento contra la adicción a las drogas reconocen que su situación se agrava más por razón de su género.

    Madres de familia, un sector que requiere apoyo. Foto: Daniel Augusto/Cuartoscuro.

    “De los riesgos identificados de las mujeres que consumen drogas hay dos que se diferencian de los de los hombres: el miedo a perder a los hijos, por lo que prefieren no decir que usan sustancias y, por otro lado, el riesgo a involucrarse en criminalidad y en trabajo sexual”, explicó.

    “Son situaciones de mucha vulnerabilidad y violencia y también de mucho autoestigma, autoasco y autodenigración, de considerar que se lo merecen, que eso les pasa, porque eso es lo que ellas valen”.

    En el caso de las mexicanas, también se agrega el miedo a ser asesinada o desaparecida.

    La especialista indicó que, en la mayoría de los países, incluido México, una constante es que los lugares destinados a albergar o apoyar mujeres víctimas de violencia no dan espacios a aquellas mujeres que consumen drogas.

    “Para que una mujer llegue a tocar la puerta de un refugio, ésto hay detrás: décadas de violencia, cantidad de barreras superadas, miedos, conseguir el dinero para llegar al lugar y que una vez que llegue a ese lugar la respuesta institucional sea ‘vete a tratar y luego regresas’; es una violencia simbólica institucional que pone en riesgo la vida de las personas”, reprochó.

    Giacomello indicó que en los estudios que ha realizado en México sobre los sitios dedicados a dar tratamiento para las adicciones, los más comunes son los conocidos como “anexos”, lugares que la especialista calificó como terribles por las condiciones en las que viven las personas que van a tratarse ahí e indicó que, afortunadamente, en estos sitios no aceptan a las mujeres con sus hijos.

    “Hay que tratar de romper estigmas sobre quiénes tenemos derecho a ser madres y quiénes no, preguntarse qué quiere decir elegir ser madre y si hay maternidades más válidas que otras y la respuesta por supuesto es no, no la hay cuando miramos a las prisiones ni la hay cuando miramos a las mujeres que usan sustancias”, enfatizó.

    “Si un día dejamos de ser mamás, el Estado penal se cae, no hay comida en las prisiones, se acaba la atención a hombres que usan sustancias, a mujeres que usan sustancias, se acaba la búsqueda de personas desaparecidas, se cae el país, se cae el mundo y es por eso que la economía del cuidado es un tema que debería de estar en la agenda de aquí en adelante en nuestro país y en la agenda, por supuesto, que nos espera después de junio”.

    Madres buscadoras

    Irene Spigno detalló las barreras, estereotipos y estigmas que enfrentan las madres buscadoras en México, mismos que son perpetuados por el Estado.

    “La mayoría de las personas que buscan a sus seres queridos desaparecidos son mujeres y son mamás que obviamente se enfrentan todas las barreras, estereotipos, perjuicios estigmas que el Estado se encarga de perpetuar”, dijo.

    Expuso que, desde el momento en que una madre denuncia la desaparición de su hija joven, las autoridades suelen responder que ‘seguramente se fue con el novio’, pese al contexto de violaciones graves de derechos y de violencia generalizada contra las mujeres; y si la madre denuncia la desaparición de su hijo joven, la respuesta es que seguramente estaba metido en el crimen organizado.

    Por ello, la abogada indicó que las fiscalías deben mejorar el trabajo que realizan sobre este tema para dar debido seguimiento a las investigaciones que se inician cuando una persona es víctima de desaparición, pues la situación ha llegado al punto en el que desde la academia los familiares de personas desaparecidas han recibido capacitación para conocer sus derechos y cómo hacerlos valer ante las autoridades.

    “Es grave que las víctimas tengan que impulsar y hacer el trabajo que corresponde a las instituciones en materia de desapariciones”, agregó.

    Maternidad pese a todo

    Gabriela Cruz, mujer de origen oaxaqueño, es uno de los miles de ejemplos de las diferentes barreras que tienen que librar las mujeres que deciden ejercer su maternidad pese a sus propias circunstancias.

    Gabriela estuvo presa por delitos contra la salud en la modalidad de transporte, de 2012 a 2019, cuando entró a la cárcel era madre de una niña y un bebé que nació con parálisis cerebral y afirma que por el delito por el que fue procesada “no tenía derecho a casi nada”.

    Su historia parece fragmentos de la vida de diferentes mujeres que han sufrido violencia institucional y el repudio social como consecuencia de sus decisiones.

    “Me negaron la apelación, me negaron el amparo directo por no haber ‘pensado antes de cometer un delito’”, lamenta.

    Gabriela Cruz vivía en una comunidad de Oaxaca en la que se dedicaba a las labores del hogar, trabajo por el que no ganaba mucho.

    Era madre soltera y cuando se dio cuenta de que su bebé no sostenía su cabeza, no comía ni se movía se dio cuenta de que necesitaría ayuda.

    “Busqué medios de apoyo, medios de ayuda y me fueron negados por ser madre soltera y entonces el único apoyo supuestamente que pude encontrar fue cuando me dijeron ‘transporta algo y yo te pago para que puedas llevar a tu hijo al médico’”, contó.

    “Lamentablemente me detuvieron, estuve en prisión, mi hijo quedó al cuidado de mi mamá, pero después de un tiempo ella tuvo una situación similar a la mía y también estuvo en prisión, entonces yo tuve que mantener a mi hijo en prisión conmigo”.

    Cuando Gabriela fue procesada su hija mayor ingresó a una casa hogar cristiana ubicada frente al reclusorio donde ella estaba, mientras que su hijo de tres años se quedó a vivir con ella en la celda que compartía con otras seis mujeres y que sólo tenía una cama de concreto de tamaño individual.

    “Al principio el director no quería que mi hijo estuviera ahí, pero quien se había quedado con él después de que detuvieron a mi mamá me lo regresó ya muy mal porque no lo podía cuidar adecuadamente ya que por su enfermedad se le tenía que dar de comer en la boca, cambiarle los pañales; como su enfermedad es progresiva se le tenían que hacer varios movimientos en el cuerpo para retrasar el avance”, relató.

    “El director me dijo que no quería niños que además ni siquiera había nacido ahí y tenía más de tres años y yo le dije que a menos que él me dijera quién lo iba a cuidar y hacerse cargo de él, yo no iba a dejar que el niño se fuera”.

    Mujeres en reclusión. Foto: José Manuel Jiménez

    Este enfrentamiento con el director del reclusorio ocasionó que éste ordenara que su hijo no recibiera atención médica pese a que el niño requería de terapias de rehabilitación a las que Gabriela intentó, por todos los medios, que le permitieran acudir custodiada o con cualquier otra medida de seguridad.

    “Mandé escrito al juez donde le decía que estaba arrepentida, pero que mi hijo necesitaba atención y que me pusieran en arraigo domiciliario o alguna alternativa para llevar a mi hijo a sus rehabilitaciones y me respondió: ‘Eso debiste haber pensado antes de estar en la cárcel’.

    “Me negaron todas las instancias, mi hijo estuvo conmigo sin buena alimentación, sin atención médica porque ahí si te enfermas, nada más te pueden dar analgésicos y si necesitas otro tipo de atención, tú la tienes que financiar”, detalló.

    Dentro de la cárcel las mujeres del penal donde estaba Gabriela no podían recibir cualquier alimento porque las autoridades se cuidaban de que no fueran productos que pudieran fermentarse para hacer bebidas alcohólicas, esta medida también afectaba a las que tenían hijos pequeños ahí dentro.

    “De la ropa también estábamos restringidos, no podíamos tapar las puertas; aunque estuviera calando el frío mi hijo se dormía aquí pegado a mí para que no nos fuéramos a caer de la camita”, comentó.

    “No podía pasar ningún juguete, carreola, nada, una vez una institución que daba equinoterapias fue a la cárcel y me acerqué a comentarles de mi hijo y me donaron una silla de ruedas, pero el director hizo que esas personas se quedaran afuera esperando porque no les permitía el paso con la silla de ruedas.

    “Una de las compañeras tenía el número del secretario de Seguridad Pública y tuve que hablar con él para que dejara pasar la silla porque mi hijo estaba creciendo, yo lo tenía en un portabebé en el que ya no cabía”.

    Cuando el reclusorio cambió de director, la situación para los niños que vivían ahí con sus madres cambió, pues les permitieron ingresar frutas que debían consumir en un horario asignado y en un área específica.

    “Si tu hijo no tenía hambre, tenías que darle a la fuerza porque era el único momento para darle de comer una fruta”, recordó.

    El DIF estatal le ofreció apoyo para su hijo, esto significaba que Gabriela debía dejarlo ir con personal de la institución y volver a verlo hasta que ella recuperara su libertad.

    “Fue un momento difícil porque nunca sabes cómo ser madre, no sabes cuál es lo bueno para tu hijo y cuál es lo malo, en mi cabeza pasaron un montón de cosas, pero también ves la situación que está viviendo y digo ‘mi hijo no está preso, yo soy la que está presa, yo soy la que está viviendo en una situación pagando un delito y como no es un preso y necesita la atención, ser libre, que lo lleven al médico’, no sé si hice bien o mal, fueron momentos de confusión, hubo tiempos que no podía ni comer por estar pensando en eso y tomé la decisión de liberar a mi hijo, que él se fuera y yo me quedara ahí, fue cuando nació el insomnio”.

    El hijo de Gabriela permaneció cerca de un año en el DIF Oaxaca, pues su madre obtuvo la libertad anticipada de la condena de 10 años que había recibido.

    Al salir de la cárcel Gabriela se enfrentó a otras dificultades con las que ella no contaba, la falta de dinero, un lugar donde vivir, alimentos, falta de papeles.

    Se tardó un mes en recuperar a su hijo, pero al buscar lugares para vivir fue discriminada por ser madre soltera y por el tipo de delito por el que fue sentenciada, pues la gente de su pueblo tenía miedo de que utilizara los inmuebles como lugar de almacenamiento de drogas o como casa de citas.

    “Tuve que irme del pueblo un tiempo para encontrar un lugar donde no me conocieran”, explicó.

    Para que sus hijos pudieran ir a la escuela o para conseguir un trabajo, Gabriela debía tener actas de nacimiento e identificación oficial. Sin embargo, cada acta costaba 300 pesos, dinero que no tenía y el Instituto Nacional Electoral (INE) le negaba expedir su identificación porque aún tenía suspendidos sus derechos político-electorales (votar y ser votado).

    “Batallé mucho para tener mi identificación, el INE le mandó un oficio al juez de mi caso y éste respondió que yo todavía no era apta para tener INE porque tenía suspendidos mis derechos políticos, así que me fui para las oficinas del Instituto y exigí que me dieran mi identificación sólo para eso, para identificarme, sin derecho a votar y sólo así me la dieron”, relató.

    Su mamá obtuvo un cambio de medida y en 2020 se convirtió en la primera mujer indígena en portar un brazalete electrónico.

    Aunque el juez ordenó que la renta del dispositivo debía correr a cuenta del Estado, las autoridades lo rechazaron.

    Fue la empresa privada la que decidió otorgarlo libre de costo, pero las condiciones del poblado en el que viven provocaron diversos problemas con el dispositivo, pues se enfrentaron a cortes de electricidad o sobrecalentamiento del mismo por las malas instalaciones en las que lo conectaban para cargarlo.

    Para evitar sufrir discriminación, la madre de Gabriela tenía que envolver el dispositivo en una venda, lo que causó que cuando se lo quitaron, su pierna quedó reducida.

    Actualmente Gabriela intenta seguir con las terapias de su hijo en casa, pues llevarlo a Oaxaca implica pagar entre 800 o mil pesos dos veces por semana, dinero que no tiene.

    Sin embargo, la mujer ha utilizado su experiencia para colaborar con EmeEquis Justicia para realizar diversos estudios por los que recibe un pago, aunque éste no es un sueldo constante.

  • ONU reconoce tenacidad y amor de madres buscadoras en México

    ONU reconoce tenacidad y amor de madres buscadoras en México

    La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) pidió a actores políticos que participan en el proceso rumbo a las elecciones del 2 de junio realizar propuestas para madres buscadoras e impulsar políticas de Estado en materia de desaparición.

    “En poco más de tres semanas se celebrarán elecciones federales, estatales y municipales en México, por lo que alentamos a todos los actores políticos a escuchar con atención y respeto la voz de las madres buscadoras, realizar propuestas e impulsar una política de Estado en materia de desaparición de personas”, señaló el organismo en un comunicado.

    El pronunciamiento de la ONU-DH ocurre días después de la polémica que surgió porque el Gobierno de la Ciudad de México descalificó a Cecilia Flores, líder de madres buscadoras de desaparecidos, por denunciar una presunta fosa clandestina en la capital mexicana.

    En ocasión del Día de las Madres, el organismo de Naciones Unidas reconoció la “tenacidad y amor” que impulsa a las mamás que buscan a las hijas y los hijos y expresó su respeto y admiración a las hija e hijos que exigen reencontrarse con su madres que ha sido desaparecida.

    “Para ellas y ellos, el Día de las Madres ha adquirido un significado distinto, que precisa de respuestas puntuales, tangibles, certeras e impostergables”, acotó la ONU-DH.

    Recordó que este es un tema “doloroso y complejo” que amerita la convergencia de voluntades y abandonar de forma inequívoca toda pretensión de instrumentalizar el dolor de las familias.

    Reafirmó el derecho a la participación de las madres buscadoras en los procesos de búsqueda, investigación, memoria y reparación.

    No obstante, señaló que para una efectiva participación, “resulta crucial garantizar plenamente los derechos de las madres buscadoras a la seguridad y al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”.

    Flores, considerada por la BBC de Londres entre las 100 mujeres más influyentes del mundo, denunció la semana pasada el hallazgo de un presunto crematorio clandestino en una ladera del volcán Xaltepec, entre las alcaldías Iztapalapa y Tláhuac, en el suroriente de Ciudad de México.

    El jefe de Gobierno capitalino, Martí Batres, aseveró que “se encontraron algunos restos óseos”, pero “de acuerdo con los peritos, pertenecientes a animales caninos”, mientras que los documentos de identidad abandonados en el predio pertenecen a personas vivas.

    El hecho representó un nuevo choque entre madres buscadoras y el Gobierno de López Obrador, a quien acusan de minimizar la crisis de desapariciones en México, con más de 110 mil personas no localizadas desde que hay registro, según el censo oficial, cuestionado por el mandatario.

    Con información de EFE