Los departamentos que más registran casos son Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico y Bogotá, según la Red Feminista Antimilitarista.
Si algo ha demostrado 2020 es que las mujeres no están seguras en sus hogares. Para algunas, el año transcurrió en medio de un dilema: salir de casa y arriesgarse al contagio del covid-19 o guardar la cuarentena y someterse a ser violentadas. Incluso, en el peor de los casos podían morir a manos de sus atacantes.
Esta situación fue prevista desde el inicio de la pandemia. En abril, la representante de ONU Mujeres en Colombia, Ana Güezmes, explicó que “los impactos de las epidemias acentúan las desigualdades de género y el riesgo de violencia se incrementa en espacios de aislamiento”, sin embargo la alerta no evitó el desenlace fatal. Según el Observatorio de la Red Feminista Antimilitarista, 598 mujeres colombianas han muerto de enero a noviembre victimas de feminicidios. Esta situación dejó al menos a 198 menores huérfanos y en el momento en el que se cometió el delito, 12 de las mujeres estaban embarazadas.
La organización reveló que esta cifra indica un incremento del 9,4% en este tipo de delito en comparación con 2019. Estefanía Rivera, coordinadora del Observatorio, afirmó que la mayoría de casos se presentaron en septiembre, cuando se registraron 86 feminicidios y 25 feminicidios en grado de tentativa, es decir, que las mujeres no murieron pero quedaron en un estado de salud delicado. Según la vocera, esta es la cifra más alta registrada en un mes desde que se creó la Red en 2017.
Los departamentos en los que más se registran feminicidios son Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico y la capital nacional, Bogotá. De igual forma, la organización aclaró que no tiene reportes de casos en San Andrés, Providencia y Santa Catalina, pero no es seguro que no se haya presentado este delito, sino que la falta de registro se puede deber a que no fueron denunciados.
Aunque se sabe que los principales victimarios son sicarios, bandas narco-mafiosas, compañero y excompañeros sentimentales de las mujeres asesinadas, menos del 10 por ciento de los feminicidios que han ocurrido este año se han esclarecido completamente, según informó el sitio ‘No Es Hora De Callar’, iniciativa de la periodista Jineth Bedoya.
Estos casos no solo han acabado con la vida de mujeres adultas colombianas. 51 niñas y adolescentes han muerto y la la Red Feminista Antimilitarista aseguró que esto demuestra una decadencia dela sociedad muy fuerte.
“El feminicidio de niñas es un fenómeno recurrente en el país, donde concurre con frecuencia la violencia sexual. Este acto de poder y discriminación hacia las niñas, <b>enciende alarma para la sociedad colombiana, porque asiste a una extensión de la violencia contra las niñas,</b> que implica entre otras consecuencias el desvalor como humanidad. La protección, el cuidado de la vida no se encuentra en el centro de la sociedad colombiana” – se lee en el informe.
Así mismo, 13 mujeres trans fueron víctimas de feminicidios y al menos 28 casos involucran a mujeres migrantes venezolanas que habitan en Colombia. Esto ejemplifica cómo las mujeres pueden ser doblemente violentadas.
Cabe aclarar que la Red Feminista Antimilitarista basa sus estudios en noticias de medios de comunicación nacionales, locales y comunitario y aseguró que el gobierno no tiene un reporte confiable de los casos de feminicidios. La organización denunció que las autoridades nacionales ni siquiera tienen en cuenta los protocolos internacionales para investigar y hacerle seguimiento a delitos de esta naturaleza.
La violencia de género se disparó en el país
Desde el inicio de la cuarentena, el 25 de marzo, y hasta el 10 de septiembre de este año, las llamadas por violencia de género crecieron un 121,7 %. Durante 2019 la cifra registrada fue de 6561 llamadas mientras que solo en este periodo se recibieron 14.545 llamadas, según la organización Sisma Mujer.
Además, según el informe ‘Ranking PAR de Equidad de Género LATAM 2020’ realizado por la firma Aequales, el acoso a las mujeres también se dio por medios virtuales. En el país el 60 por ciento de las mujeres entre los 18 y 40 años son acosadas a través de internet. Esta cifra se disparó gracias al teletrabajo, ya que las relaciones tuvieron que entablarse a través de canales virtuales y muchos aprovecharon para enviar contenidos inapropiados por ese medio.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, al ritmo actual le llevaría 150 años al mundo lograr la paridad de género en ingresos. La persistencia de esta brecha de género genera pérdidas económicas de 172,000 millones de dólares.
Aun cuando diversas empresas impulsan el empoderamiento empresarial de la mujer, la pandemia del Covid-19 amplió la brecha de género y la desigualdad entre las mujeres y los hombres, al obligarlas a renunciar o reducir su jornada laboral para atender a su familia, admitió el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín.
Al presentar el estudio Igualdad de género en el sector privado: Una mirada a las empresas mexicanas, realizado por la ONU Mujeres, el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el dirigente empresarial reconoció que en el país existe una deuda histórica con el género femenino en el ámbito laboral.
Salazar Lomelín dijo que con la llegada de la enfermedad del Covid-19 al país, la desigualdad entre mujeres y hombres en las empresas no solo quedó exhibida, sino que se amplió, debido a que muchas mujeres tuvieron que renunciar a sus puestos laborales o reducir sus horas de trabajo para dedicarse a los cuidados familiares y a la educación de los hijos en un modelo educativo con resultados aún desconocidos.
“El rol del sector privado en la respuesta a la crisis es crucial para colocar a las mujeres en el centro de la respuesta para promover una mayor resiliencia y estabilidad en el largo plazo. La igualdad de género constituye una oportunidad de acelerar la recuperación de las empresas”, consideró, por lo que abundó, 38 de 44 empresas nacionales e internacionales que participan en el programa de empoderamiento de las mujeres cuentan con estrategias para avanzar en dicho aspecto.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, los países del planeta podrían llevar 150 años lograr la paridad de género en los ingresos; mientras que por esta brecha de género se pierden 172,000 millones de dólares.
En el contexto de la crisis por Covid-19, se recomienda establecer procesos consultivos con el personal acerca de sus experiencias con el trabajo remoto para entender efectos diferenciados de la crisis y para diseñar estrategias de balance de vida personal y laboral.
También se recomienda a las empresas abogar por la igualdad de género en las relaciones y comunicaciones de la empresa; invertir en programas y proyectos de desarrollo a nivel comunitario que promuevan la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, así como en iniciativas que atiendan la profundización de las brechas de género como consecuencia de la crisis de Covid-19.
Belén Sanz, representante de ONU Mujeres en México, destacó que la tasa de participación laboral de las mujeres fue de 39.2% durante julio, es decir, la pandemia del Covid-19 provocó una reducción de 5.8% respecto al mismo mes del año pasado.
La participación económica de las mujeres mexicanas es una de las más bajas en América Latina, que es de 45% contra el 77% de los varones, lo cual arroja que únicamente el 7.5% de los integrantes de los consejos directivos sean mujeres.
El maratón de lectura Guadalupe-Reinas es una iniciativa de la colectiva mexicana «Librosb4Tipos». Con ella buscan visibilizar el trabajo de las mujeres escritoras en los 26 días que dura la temporada.
La colectiva mexicana «Librosb4Tipos» invita a su maratón de lectura Guadalupe-Reinas, que consiste en leer 10 libros escritos por mujeres en el periodo del 12 de diciembre al 6 de enero, temporada de distintas celebraciones en México.
Aquí te presentamos diez escritoras californianas que podrías incluir en tu lista para el Guadalupe-Reinas:
1. Karen Thompson Walker
Originaria de San Diego, Thompson se graduó en lengua inglesa y escritura creativa en la Universidad de California. Mientras estaba en la universidad escribió para el diario escolar «Daily Bruin» y después inició como periodista en un periódico de San Diego. Más tarde estudió una maestría en Columbia. Libros recomendados: The Age of Miracles, The Dreamers.
2. Ursula K. Le Guin
Nació en Berkeley en 1929 y falleció en Oregón en 2018. Ursula es recordada por sus obras de ficción y fantasía. Su carrera duró casi siete décadas, escribió más de veinte novelas y un centenar de relatos cortos. Obras más notables: Terramar, La mano izquierda de la oscuridad y Los desposeídos.
3. Amy Tan
Amy nació en East Bay, aunque actualmente vive en Sausalito. Su trabajo gira en torno a las relaciones madre-hija y la lucha entre el lugar de donde vienes y el lugar donde estás. El trabajo más famoso de Tan es The Joy Luck Club, lectura común en la escuela secundaria y en las clases de análisis universitario.
4. Kate Braverman
Nativa del área de la Bahía, ambienta la mayoría de sus textos en la ciudad de Los Ángeles. En sus trabajos aborda temas como el abuso sexual, las drogas y la bebida con fuertes protagonistas femeninas. Sus novelas más famosas son Lithium for Medea y San Francisco Noir.
5. Karen Joy Fowler
Creció en Palo Alto y asistió a la Universidad de Berkeley. Gran parte de su trabajo se centra en el siglo XIX. Aborda temas del feminismo, aunque también incursiona en los géneros de fantasía y cuentos. Obras memorables: The Jane Austin Book Club, Recalling Cinderella y Black Glass.
6. Daphne Gottlieb
Gottlieb es una poeta y escritora contemporánea con mucho que decir. La mayor parte de su trabajo es la culminación de experiencias femeninas fantásticas y atrevidas. Ha impartido talleres de escritura creativa en todo el país, desde escuelas secundarias y universidades hasta centros comunitarios. Algunas de sus obras más reconocidas son: Pretty Much Dead, 15 Ways to Stay Alive y Final Girl.
7. Michelle Gagnon
La escritora de ascendencia irlandesa escribe emocionantes historias de crímenes. Forma parte del Taller de Escritores de San Francisco y ganó el premio Daphne du Maurier por «Excelencia en Misterio/Suspenso». Libros recomendados: Don’t Look Now y Boneyard.
8. Katia Noyes
Tres generaciones de su familia provienen de California y actualmente reside en el vecindario Glen Park de San Francisco. Su escritura ha sido elogiada por la comunidad LGBT. Su novela debut, Crashing America, ha recibido elogios en todo el mundo.
9. Ariel Schrag
Mientras asistía a Berkeley High School, Schrag publicó su primera serie de cómics llamada Awkward. Es una autora catalogada como irreverente y divertida. Además es profesora en The New School en Manhattan, donde enseña en el programa de escritura. Adam es otra de sus obras notables.
10. Joan Didion
Didion nació en Sacramento en 1934 y escribe desde los cinco años, aunque ella ha afirmado que no se vio como escritora hasta que editaron sus obras. Desde joven fue una voraz lectora, incluso necesitó un permiso especial de su mamá para pedir libros en la biblioteca. Algunos de sus trabajos más reconocidos son: Slouching Towards Bethlehem y El año del pensamiento mágico.
Como ves, estas mentes femeninas son fabulosas e innovadoras. ¿Crees que faltó incluir a alguna?
Se firmó el pacto He For She, con el que las compañías se comprometen a políticas afirmativas de género.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la cúpula del empresariado mexicano, se comprometió este martes ante ONU Mujeres a reducir la brecha al presentar el primer estudio conjunto de “Igualdad de género en el sector privado”.
Carlos Salazar, presidente del CCE, reconoció que México ocupa el tercer lugar de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en mayor brecha de género en empleo y uno de los puestos más bajos en el índice de inclusión laboral del Foro Económico Mundial (WEF, en inglés).
“Tenemos rezagos muy importantes, pero este reporte muestra una disposición del sector privado, de ya por fin tomar cartas en el asunto”, manifestó el representante del CCE, que agrupa a las 12 asociaciones cúpula empresariales, más de 2,000 asociaciones y cerca de 80% del PIB de México.
La representante de ONU Mujeres en México, Belén Sanz, presentó los resultados del primer estudio, en el que participaron 44 empresas.
La representante de ONU Mujeres en México, Belén Sanz, presentó los resultados del primer estudio, en el que participaron 44 empresas. (Foto: Cuartoscuro)
Menos de la mitad de las compañías de la muestra cuentan con una estrategia de igualdad de género, comentó la funcionaria internacional.
Además, solo una de las compañías ofrece servicios de cuidado de menores de edad en las instalaciones o proporciona subsidios para el cuidado de los hijos fuera del lugar de trabajo.
Por otro lado, 84% de las empresas poseen una política de cero tolerancia a todas las formas de discriminación en el trabajo, aunque solo 40% ofrece capacitación del tema a sus empleados.
Asimismo, solo 45% de las compañías realizan estudios de mercado sobre las necesidades específicas de las mujeres.
Menos de la mitad de las compañías de la muestra cuentan con una estrategia de igualdad de género, comentó la funcionaria internacional. (Foto: Reuters)
Ante este panorama, la representante de ONU Mujeres exhortó a las compañías a tomar medidas para la reactivación económica después de la pandemia, cuya crisis las ha afectado de forma desproporcionada.
“Asegurar que los planes de recuperación de la crisis de covid-19 consideren los efectos diferenciados de la pandemia en hombres y mujeres, así como la creación de planes que cuenten con la participación de las mujeres”, recomendó Sanz.
Salazar recordó que el CCE firmó el pacto He For She, con el que las compañías se comprometen a políticas afirmativas de género.
“La igualdad de género y el rol de la mujer en la economía, y en este caso el rol de las mujeres en las empresas que operan en nuestro país, es un tema prioritario que debe seguirse estudiando a la máxima profundidad”, aseveró.
En la presentación y elaboración del reporte también participaron el Pacto Mundial México, que vigila el cumplimiento de la Agenda 2030, y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN), integrado por 59 empresarios “comprometidos con promover el bienestar social y el desarrollo económico”.
Luchadoras.mx surgió hace nueve años a partir de un acto de violencia que leyó Lulú, una de las fundadoras, a la fotógrafa Zanele Muholi, que hacía retratos a parejas de lesbianas. Nunca más encontró la nota y se dio cuenta que debería existir un lugar donde se concentrara este tipo de información pues “si nosotras no hacemos algo por cambiar las circunstancias, nadie más lo iba a hacer”, que solo uniendo esfuerzos y apoyándonos entre todas es que las situaciones, las cifras de violencia, la imagen de la mujer en medios, en redes y en general, no va a cambiar.
Luchadoras.mx es una fundación con un objetivo muy actual y revolucionario: la mujer empoderada en Internet, la mujer que pelea por sus derechos en la red, la mujer que usa la tecnología para dar un mensaje positivo de ella y ayudar a otras mujeres.
Parece algo que podemos dar por sentado, que en siglo XXI las mujeres tienen asegurada la igualdad en todos los ámbitos, pero ¿en realidad es así? Si tan solo checamos las cifras de feminicidios en nuestro país de 10 mujeres asesinada al día en 2019 (según Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, SESNSP) vemos que no es así y es cuando estos colectivos se hace más que necesarios.
Hablamos sobre estos temas y sobre la función de Luchadoras.MX en una encrucijada que vive el feminismo en nuestro país y a nivel internacional. Desde el movimiento #MeToo hasta el actual #YoSíTeCreo o #NiUnaMenos, y cómo el defender los derechos a seguridad, a caminar tranquilas, a tener un internet libre de misoginia ha bastado para catalogar los movimientos como violentos, mientras las cifras de muertes y otro van en aumento. Por ello, las integrantes de Luchadoras.mx nos pidieron guardar su identidad mientras pasa esta ola en las que han recibido amenazas.
Nuestra intención, nos cuenta Itzel (se unió a Luchadoras para apoyar en la creación del discurso), es crear narrativas de mujeres guerreras, para mujeres guerreras. Es decir, tomar aquellos discursos en la red que empoderan a la mujer, aquellas historias que nos sirven de inspiración”.
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¿Es como observar y participar de cómo se ven las mujeres en las redes y en los medios en general?
“Sí, es justamente que usamos las redes y las plataformas digitales para transmitir y construir también estas narrativas. La idea de estas historias que tenemos es derrumbar estereotipos, todos los estereotipos que como mujeres cargamos y contar historias de otras mujeres para crear comunidad”.
Y, ¿cómo luchar contra esta idea que se está generalizando de que las protestas son violentas y ya no se habla de por qué se están manifestando?
Esa es otra área que va de la mano que es ciber feminismo, que es “apropiarnos de las tecnologías y hacerlas nuestras. El pensar desde ahí en cómo construir un internet libre de violencia. De ahí es que decimos que Luchadoras habita el espacio físico y el espacio virtual, porque es pensar y dar herramientas a las mujeres, para que puedan habitar internet y construyan discursos o simplemente que tengan la libertad de poder expresarse en la red, tanto como fuera de la red”, comenta Ixchel, una de las 8 chicas que integran este colectivo,
Pero supongo que llegar hasta este punto tan definido de sus objetivos tardó, ¿Cuáles fueron sus primeros casos o sus primeras luchas?
Lulú: Fue un cúmulo de aspectos. Pero simplemente darse cuenta, que las mujeres tienen que ayudarse entre sí porque hay muchos abusos, porque si eres mujer y además tienes en contra otros aspectos como ser indígena, niña, nacer en determinado lugar y muchos otros, el sistema entero parece estar en tu contra. Entonces ante eso, había que unirse.
Ixchel: Es como estar cansada del mismo discurso hegemónico en los medios. Afortunadamente eso ha cambiado mucho porque ya hay muchos medios que tienen equidad y que hablan de nosotras de otra manera. Pero hace nueve o diez años no los había.
Ahora tratamos de mostrar historias inspiradoras, de Luchadoras, las que no se cuentan, las que se dejan de lado y también dándole herramientas para que ellas mismas las puedan contar y se sientan seguras, puedan habitar y hacer suyos los espacios tecnológicos que hay, dice Ixchel, segura de su labor.
En estos momentos de pandemia, Luchadoras también ha recopilado investigación y data sobre el acceso de las mujeres al internet y derechos básicos a la información…
Ixchel: Justo ese es el tema que hemos abordado de investigación sobre violencia digital, justo estamos trabajando con un informe de acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia digital, donde hicimos solicitudes de información para ver si estaban funcionando los filtros para verificar el acceso y datos sobre violencia digital en los Estados.
Así como una cifra muy concreta fue la que sacó la ENDUTIH (Encuesta Nacional sobre Disponibilidad e Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares, 2019) dice que alrededor de 9 millones de mujeres han sufrido alguna forma de acoso o violencia a través de las tecnologías, la mayoría de son de carácter sexual o difusión de imágenes íntimas.
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En la investigación que nosotras estamos haciendo, levantando solicitudes de información a 23 estados de la República Mexicana, pero como se atravesó la pandemia no se han respondido con la prontitud que esperábamos, pero lo lo que hemos visto es eso, que la mayoría de la agresiones a través de tecnologías son mujeres, calculamos que un 80 por ciento. Y por ejemplo, en los tres años recientes solo hemos encontrado una sentencia.
El Congreso de Yucatán en 2018 tipificó como delito el difundir imágenes íntimas y con agravante si es alguien conocido, luego de las propuestas de Ana Baquedano, que sufrió ciber bulling durante años
¿Ustedes saben de alguna propuesta o creen que sobre todo las diputadas deberían trabajar en una ley general sobre esto?
Ixchel: Hay un boom, se están creando más reformas y al menos es mucho más visible el tema. Actualmente 28 estados tienen alguna reforma que sancionan estos delitos de violencia digital. Pero justo es eso, que no importa si están las leyes si los órganos de impartir justicia revictimizan, o hacen mal los procesos o tienden a considerar de menor importancia la violencia digital, cuando es algo que atraviesa la vida de las mujeres y las personas que lo experimentan. Por ejemplo, en la Ciudad de México, se hicieron 4 modificaciones al Código Civil, incluido ese de castigar la difusión de imágenes íntimas pero aunque la mujeres estén denunciando hay un cuello de botella en la resolución de los casos, la mayoría de las denuncias se mantienen en carpetas de investigación en trámite.
Tenemos una línea de apoyo y ahí nos hemos dado cuenta que cada vez las mujeres y, ahora incluso adolescentes y niñas, están expuestas más tiempo en internet por la pandemia son víctimas de esto. Muchas menores están siendo agredidas y también por menores como ellas, lo que hace todo mucho más complicado.
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Y también se han creado estas herramientas que nosotras brindamos, se han creado formas con ayuda de tecnología de cuidarnos entre nosotras en la red. Tenemos un proyecto especial que se llama La Clika, en donde damos herramientas para navegar seguras y libres en internet.
También muchos apoyos en cuanto a temas discursivos porque con este tipo de amenazas en cuanto a difusión de la intimidad siempre la narrativa es echarle la culpa a quien envía ese tipo de fotos y ese no es el tema, porque eres libre, estamos castigando la libertad y de eso se habla ahí en ese espacio, dando tips y sobre todo reconociendo el derecho dentro de este espacio.
¿Entonces ustedes están más encaminadas a promover los derechos en el ámbito de la red y las tecnologías?
Ixchel: Pues sí, parece algo muy distante pero si hay alguien que está siendo víctima de estos abusos siempre puede acudir de manera puntual con nosotras. Tenemos una línea de apoyo o si necesita asesoría de otro tipo también se canaliza. También tenemos aliadas en cuestiones jurídicas, además nos gusta que las mujeres escriban y cuenten sus experiencias”.
Todos los días nos enteramos de un caso de injustica, ¿cómo hacen una división de sus tareas para participar en todo?
Itzel: Nosotras no damos un acompañamiento como tal porque no tenemos una área jurídica, o una área de atención sicológica, pero sí podemos encaminar, asesorar en cuestiones de acceso a información o derechos”.
¿Cuáles creen que han sido sus mayores logros en estos años?
Ixchel: Pues en el área de Internet feminista la creación de la tipología de las distintas clases de agresión a las mujeres. Eso se creó con otros colectivos y con mujeres activistas y periodistas que habían sido víctimas de violencia digital.
“Y es que no existía una tipología para nombrarlas o un termómetro de cuál era más grave, y eso fue algo que creamos desde cero y es algo muy poderoso ponerle nombre a las agresiones, lo cual utilizamos en los talleres y en los círculos con otras mujeres y cambia completamente la manera de percibir lo que sufrieron.
También podrían ser la creación de mecanismos para protegernos entre nosotras que están en la clika, que es más para jóvenes y se hizo un cómic que tuvo un gran alcance y se ha replicado en grupos de amigas y chicas para cuidarse.
Hace dos años, para las elecciones, hicimos una investigación de agresiones virtuales contra candidatas. Logramos identificar las agresiones de mujeres que estaban por ser postuladas o postuladas. Pudimos encontrar algunas graves y su mecanismo, es decir, de cómo van aumentando, escalando y cómo afectaba la carrera de la candidata o posible candidata y además no solo se vio la cuestión en lo cuantitativo, sino lo cualittivo, ver cómo afectaba a las mujeres.
¿Alguna llegó a renunciar a su candidatura por amenazas virtuales?
Itzel: Pues más bien tenían a veces qué cambiar de estrategia o a veces las trasladaban a otro candidatura o puesto, pero como se trata de estrategias y de violencia no podemos nombrarlas para no revictimizar.
En cuanto a narrativas hay un montón de materiales que se han generado y que paulatinamente van logrando cambios. Crean comunidad. Recientemente lanzamos una monografía en donde festejamos la vida y la lucha desde las sufragistas, hasta las revolucionarias y de manera más actual al bloque negro a la marea verde, las madres de víctimas de feminicidio, es un material que hace que todas las mujeres nos veamos reflejadas, logró unirnos no solo como feministas sino comunidad. Son pequeños grandes pasos que se dan y que posibilitan eliminar el estigma del feminismo y hacernos fuertes a través de este conocimiento.
¿Qué tan difícil es construir una narrativa que una, cuando después de las marchas a través de los medios son las más criticadas?
Itzel: Es muy complejo pero afortunadamente cada vez hay más medios, más colectivos que entienden que el objetivo es otro, y todas estas se están apropiando de las redes como para acuerparnos para hacernos más fuertes. Y sí, los medios siguen tergiversando lo que sucede, criminalizando la protesta, criticando la defensa de nuestros derechos, siguen creando perspectivas y narrativas que generan un estigma al feminismo al movimiento, a las protestas, lo vimos recientemente todas las fotografías se usan para decir que todas las que acudieron a la protesta fueron violentas y hay que tomar en cuenta que todas estas narrativas y estigmas también generan violencia, y que no solo ocurren en el momento de la marcha, se llevan más allá hasta el ámbito digital y personal. Hay un debate fuerte e incluso amenazas por el estigma que se tiene por la defensa de nuestros derechos e incluso a las intenciones de vivir en el mundo digital libre de violencia.
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¿Creen que fundaciones, asociaciones, colectivos están tomando la tarea que le corresponde al gobierno?
Ixchel: Es complicado pensar en que el gobierno pueda resolver estas problemáticas, pues al final, piensa, siempre existirán intereses de por medio y que la seguridad y la violencia que viven las mujeres en todos los ámbitos no es lo que más preocupa o que esté en las agendas: “no sé si les corresponda, pero es algo que nos debemos entre nosotras”.
Itzel: La idea de un gobierno paternalista no es lo ideal: “Yo creo en los espacios de resistencia comunitaria, autogestivos.
Ambas coinciden en que su labor, fuera del ámbito entorno inmediato siempre será criticado, y lo ven todos los días cuando reciben desde críticas hasta insultos en las redes sociales de Luchadoras.
Pese a todos los contras, ¿por qué dedicarse a esto?
Para Ixchel fue un paso natural, siempre se recuerda desde pequeña teniendo consciencia social, siente que hace algo que impacta en el mundo de las mujeres.
Itzel desde la prepa comenzó a incursionar en el activismo, sobre todo a partir de que comenzó a colaborar en Amnistía Internacional y así fue perfilando sus intereses y ver que de repente estas acciones que tienes hacia las demás generan cosas importantes: “El feminismo transforma vidas”, concluye segura.
Las organizaciones presentaron un informe sobre las brechas y oportunidades para el mejoramiento continuo de la igualdad e genero en empresas mexicanas.
Con la colaboración en conjunto entre ONU Mujeres, la Red Mexicana del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), presentaron la publicación Igualdad de Género en el sector privado con el fin de conocer el panorama de la igualdad de género en las empresas.
En videoconferencia los representantes de los organismos explicaron que la publicación ofrece información con base en respuestas de las empresas mexicanas que han utilizado la Herramienta Empresarial de Género WEP, y que recomienda acciones puntuales para la formulación de políticas de igualdad de género desde sus operaciones.
La WEP es una herramienta de autodiagnóstico de uso gratuito y confidencial, que fue elaborada por ONU Mujeres, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mismo que permite a las empresas identificar brechas y oportunidades para el mejoramiento continuo en cuatro áreas: liderazgo, lugar de trabajo, mercado y comunidad.
La publicación analiza las respuestas de 44 empresas que utilizaron la Herramienta Empresarial de Género WEP en México, entre las cuales se encuentran empresas mexicanas y filiales de empresas multinacionales.
El informe brinda una guía al sector privado en un contexto en el que la pandemia por covid-19, ha planteado grandes retos para la igualdad de género. El rol del sector privado en la respuesta a la crisis, es crucial para colocar a las mujeres en el centro de la respuesta, para promover una mayor resiliencia y estabilidad en el largo plazo.
El presidente del CMN, Antonio del Valle, señaló que esta herramienta sirve para mejorar lo que hoy se tiene. “La publicación que hoy nos reúne, en cuya elaboración nos congratula participar, es un material de lectura obligatorio, estoy seguro que hemos tenido un interés en el tema, y esto nos da el enfoque necesario para tener empresas incluyentes”.
El titular del CCE, Carlos Salazar Lomelín, dijo que la inclusión es un tema prioritario que debe seguirse mejorando, “la importancia de reportes como el de hoy, es que en la medida que estos estudios e investigaciones se hagan públicos, podemos tener una radiografía de la problemática y tomar acciones de acuerdo que se puedan corregir”.
De acuerdo con los resultados, las empresas mexicanas impulsan la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres desde el más alto nivel de dirección, al contar con una estrategia de igualdad de género, que abarca toda la organización y que identifica áreas prioritarias específicas donde se pueden realizar mejoras adicionales.
Las empresas cuentan con políticas y mecanismos que contribuyen a crear entornos laborales más incluyentes y seguros; 38 de las 44 empresas, cuentan con una política de no discriminación e igualdad de oportunidades.
A quienes trabajamos por que se garanticen los derechos humanos de las mujeres frecuentemente nos preguntan ¿es posible acabar con la violencia hacia las mujeres? La respuesta es sí, pero es necesario que todos y todas seamos factor de cambio para erradicarla.
Hace unos días, en México y el mundo nos movilizamos en 16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres y las niñas, un problema realmente grave, una violación a todos y cada uno de los derechos humanos de las mujeres; un flagelo que destruye familias y frena las oportunidades y el desarrollo de nuestro país; que implica un costo muy alto para nuestra economía y rompe el tejido social, es un obstáculo para lograr la paz y el bienestar al que todas y todos aspiramos.
Los 16 días de activismo fueron el gran telón de fondo para propiciar el diálogo, una profunda reflexión y, sobre todo, un llamado a la acción colectiva para poner todo nuestro esfuerzo en poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.
Desde los movimientos feministas, las instituciones de todos los sectores, de los tres poderes y órdenes de gobierno hasta el sector privado, llamamos la atención sobre este problema: las mujeres con manifestaciones virtuales y presenciales; se pintaron los edificios de naranja; se organizaron eventos culturales y muestras de cine; también foros, conversatorios, campañas en redes sociales; se suscribieron compromisos y mucho más.
En estos espacios reflexionamos y debatimos: ¿cómo transformar a México si siete de cada 10 mujeres sufren violencia en sus propias casas y ocho de cada 10 sienten que no pueden transitar libremente por las calles por temor a ser agredidas? ¿cómo aspirar a un mejor futuro si diariamente 32 niñas de entre 10 y 14 años se convierten en madres, víctimas de la violencia sexual? ¿cómo lograr el bienestar y el desarrollo de nuestro país si el hostigamiento y el acoso sexual están presentes en las escuelas y en los trabajos? ¿cómo alcanzar una auténtica democracia si con violencia se frena la participación política y la toma de decisiones de las mujeres?
Colocamos en el debate que esta situación es aún más compleja a partir de la pandemia por el covid-19, que ha exigido redoblar esfuerzos para contribuir a resolver “la pandemia en la sombra”. Y por ello, el gobierno de la Cuarta Transformación refrendó su compromiso para colocar en el centro de las políticas y programas a las mujeres y las niñas para prevenir la discriminación, exclusión y las violencias contra ellas.
Porque prevenir es invertir en infraestructura para que los espacios públicos sean seguros; es brindar oportunidades para la independencia económica de las mujeres para que tengan ingresos propios que les permitan enfrentar la violencia y salir de ella; es asegurar que las mujeres estén en la toma de decisiones, para que su voz sea escuchada y tomada en cuenta; es trabajar con los poderes y órdenes de gobierno para que en el marco de sus competencias prevengan atiendan y sancionen la violencia contra las mujeres y las niñas.
Poner fin a la violencia contra las mujeres sí es posible, pero se requiere un profundo cambio cultural por la igualdad y la acción de todas y todos para combatirla. Hagamos lo que a cada quien nos toca.
NADINE GASMAN ZYLBERMANN
*Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres. @wgehgg
Porfiria de 66 años es mujer ikojts y madre de 10 hijos. Todos los días elabora tortillas y totopos con 12 litros de maíz zapalote chico y su ilusión era reconstruir su cocina que se colapsó con el sismo del 7 de septiembre.
Desde las cocinas tradicionales -elaboradas con techo de palma, paredes de arcilla, troncos de madera seca y piso de tierra- que fueron reconstruidas después del terremoto de 8.2 grados por la organización Mexiquemos A.C a través del “Fondo semillas” y en alianza con Fundación Comunitaria Oaxaca, las mujeres ikojts de San Dionisio del Mar han reforzado su identidad y su vida comunitaria. Para ellas este espacio no significa un demérito a su género, al contrario es identidad cultural y ejemplo de colectividad.
A tres años del sismo de 8.2 grados que les dejó tristeza y dolor porque perdieron su patrimonio, las mujeres beneficiadas de este proyecto aseguran que la cocina tradicional representa “un respiro” y al mismo tiempo un “empoderamiento colectivo” que les brinda mayores oportunidades.
Son seis las beneficiarias de este proyecto. Porfiria Castellanos es una de ellas. Con alegría y agradecimiento recorre un espacio de 5 por 3 metros cuadrados y explica cómo el Comité de Mujeres de San Dionisio junto con los representantes de la Organización “Mexiquemos” llegaron a su hogar y le construyeron una cocina que adaptará para poder elaborando sus tortillas de comixcal, que es su fuente principal de ingreso.
Porfiria de 66 años es mujer ikojts y madre de 10 hijos. Todos los días elabora tortillas y totopos con 12 litros de maíz zapalote chico y su ilusión era reconstruir su cocina que se colapsó con el sismo del 7 de septiembre. Nunca recibió un apoyo gubernamental ni para su cocina ni para su casa, pues no fue censada por la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu), dependencia que dirigió en ese momento, Rosario Robles.
“Los únicos que llegaron a verme fueron los representantes de Mexiquemos, sin conocerme y sin saber nada de mí, me dijeron que me construirían mi cocina y cumplieron. Ahora solo falta adaptarla y comenzar de nuevo, ese respiro me tiene contenta, porque personas solidarias llegaron y apoyaron, y aunque han pasado tres años, no olvidan, porque para nosotras, una cocina es parte de nuestra identidad”.
El proyecto “Reconstrucción de cocinas tradicionales Ikojts” se inserta dentro del programa “Mujeres reconstruyendo sus comunidades”, lanzado a finales de 2017 por parte de la organización pro derechos de las mujeres Fondo Semillas.
Mexiquemos A.C. acompañó en esta convocatoria a un grupo de féminas de la comunidad Ikojts de San Dionisio del Mar, Oaxaca, para que ellas pudieran acceder a estos fondos y fortalecer sus procesos organizativos, pues se trata de oaxaqueñas que están social y políticamente activas en su comunidad y que se reconocen como Comité de Mujeres de San Dionisio del Mar.
Laura Montesi, representante de Mexiquemos A.C., explica que construir una cocina tradicional quizá para otros pueblos o comunidades no sea representativo, sin embargo, para las mujeres de San Dionisio del Mar significó descubrir y revalorizar su capacidad organizativa, el involucramiento de las mujeres en tareas tradicionalmente masculinas (construcción) y la visibilización y valoración de la arquitectura local y, por extenso, de la cultura Ikojts.
“El trabajo de estos años ha tenido un enfoque de género, buscando el empoderamiento de las mujeres como actoras sociales clave en la vida comunitaria, y ha buscado valorar a la cocina como un espacio integral en donde las tecnologías culinarias, los alimentos sanos y la arquitectura permiten la reproducción tanto física como cultural y social de un pueblo”, recalcó.
Una cocina tradicional es más que un espacio, es nuestro legado cultural
Lleny Osorio, Onesima Juárez y Xóchitl Rodríguez son las coordinadoras del Comité de Mujeres de San Dionisio del Mar y reconocen que el terremoto les trajo tristezas y mucha angustia, sin embargo, la llegada de organizaciones civiles solidarias les forjó un aprendizaje en colectivo y ahora están más unidas para apoyarse mutuamente.
Dijeron que para los pueblos ikojts , la cocina representa “todo” y es un legado cultural porque además de que la mujer desarrolla la gastronomía tradicional, es un espacio que le da identidad y poder.
“Son seis mujeres las que salieron beneficiadas del proyecto y eso nos da mucho gusto, por que lo perdieron todo hasta sus viviendas. No recibieron apoyo del gobierno y ahora a partir de este espacio han reconstruido su vida económica y familiar. Eso da gusto porque la cocina es parte de nuestra vida”.
Lleny Osorio, coordinadora general, explicó que involucrarse en el proceso de construcción como mujeres, conocer los materiales naturales y trabajar en colectivo significó un desafío pero que por fortuna cumplieron y ahora la finalidad es que las mujeres sigan impulsando la vida desde esos espacios tradicionales.
“Reunirnos para elaborar alimentos, conocerlos, dialogar, aprender y mejorar la vida es lo que nos dejó este sismo. Muchas perdimos todo, pero en colectividad entendemos que las penas son menos. Seis mujeres recibieron su cocina tradicional, en seis hogares la vida regresa para continuar y seguir luchando para que los espacios sean vida y amor”, concluyó.
El resolutivo echó atrás los lineamientos avalados previamente por el INE que buscaban subsanar la ausencia de una normativa que reglamentara la paridad en las gubernaturas.
La Sala Superior del Tribunal Electoral federal ordenó a los partidos políticos postular a candidatas mujeres en 7 de las 15 gubernaturas que se renovarán en los comicios del próximo año.
Por cuatro votos contra tres, la mayoría acordó “vincular” a los partidos a que cumplan este criterio de paridad de género, de modo que la medida tiene carácter obligatorio.
Mientras que los magistrados José Luis Vargas -presidente de la Sala Superior-, Indalfer Infante y Felipe Fuentes optaron por el exhorto, Janine Otálora, Mónica Soto, Felipe de la Mata y Reyes Rodríguez apoyaron vincular obligatoriamente a los partidos a cumplir el criterio de paridad en las gubernaturas.
La propuesta de vinculación obligatoria fue del magistrado Felipe de la Mata, que recibió el respaldo de otros tres de sus colegas.
“No estoy a favor del exhorto propuesto, y sí estoy a favor de vincular obligatoriamente, de manera directa, a los partidos políticos nacionales a tener siete candidatas a gobernadora”, sostuvo.
La sentencia aprobada supuso una modificación al proyecto original de la magistrada ponente, Janine Otálora, que proponía ordenar al INE y a los Institutos Electorales locales (Oples) que garantizaran que los partidos postularan a candidatas mujeres en 8 de 15 gubernaturas.
El resolutivo echó atrás los lineamientos avalados previamente por el INE que buscaban subsanar la ausencia de una normativa que reglamentara la paridad de género en las gubernaturas.
La Sala Superior señaló que el árbitro electoral no tenía facultades para emitir dicho reglamento, pues se trata de una facultad exclusivamente legislativa.
La sentencia también ordena a los Congresos locales y al Congreso federal a normar este vacío tras los comicios de 2021.
A regañadientes
Aunque la Sala Superior avaló la paridad de género en 7 de 15 gubernaturas, hubo resistencias manifiestas durante la sesión de ayer, incluso del propio magistrado De la Mata, que asentó el criterio que finalmente fue aprobado.
Cuatro magistrados varones -Vargas, Infante, Fuentes y De la Mata- votaron inicialmente contra el proyecto de Otálora. De la Mata argumentó que la Sala Superior no puede asumir la facultad de atracción del INE para garantizar la paridad en comicios locales, pero sí que puede obligar a los partidos nacionales a cumplirla.
Durante la votación, las magistradas Otálora y Soto, así como el magistrado Rodríguez, se apresuraron a respaldar la propuesta de De la Mata, con lo que lograron que dicho criterio se volviera parte de la sentencia.
Al darse cuenta de que el criterio aprobado tendría efectos semejantes al proyecto inicial -de Otálora-, Vargas, De la Mata y Fuentes intentaron maniobrar para aplazar la consumación del asunto.
Por un lado, Vargas dijo que sólo podía votarse el proyecto original “en sus términos”, sin posibilidad de incorporarle el criterio de De la Mata; sus colegas le hicieron notar que es usual que el ponente de un proyecto haga modificaciones al calor del debate, a fin de ganar el respaldo de la mayoría.
Luego, De la Mata dijo que sus colegas no podían adherirse a su propuesta de vincular a los partidos a cumplir la paridad; finalmente, el magistrado pidió que se revisara la versión estenográfica de la sesión para determinar cómo habían quedado los votos entre la “exhortación” y la “vinculación” que él planteó.
Durante la votación, 4 magistradas y magistrados votaron por obligar a los partidos a cumplir la paridad de género, contra 3 votos -de Vargas, De la Mata e Infante- que se decantaron por hacerles una mera recomendación.
Wikimedia México promueve #WikiClavesVioletas para que más editoras participen en la erradicación del lenguaje sexista.
No es lo mismo “Elena Garro escritora y esposa de Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990”, que “Elena Garro guionista, periodista, dramaturga, cuentista, novelista y precursora del movimiento de la literatura fantástica en México”, esta modificación es resultado de los esfuerzos de Editatona y #WikiClavesVioletas, dos proyectos de Wikimedia México que buscan la eliminación del lenguaje sexista y la ruptura de la brecha de género.
“Editatona” se encarga de modificar las biografías de mujeres en cuyos artículos se prioriza su situación sentimental o su apariencia física (en el caso de artistas), en lugar de sus descubrimientos y logros por mérito propio; además de visibilizar los nombres de aquellas que han hecho historia y que aún no aparecen en la enciclopedia.
“En 2005, cuando nació “Editatona”, uno de cada 10 artículos de personajes mexicanos pertenecía a mujeres; cinco años después, el número es dos de cada 10”, contó Claudia García, miembro de Wikimedia México, quien enfatizó que aún existe un largo camino por recorrer.
ESPAÑOL. 16% de los artículos de Wikipedia son de mujeres. Foto: CC BY-SA 4.0 por Wotancito / Editatona Ciencia 2005
Más editoras
De dichas estadísticas nació #WikiClavesVioletas, una campaña que inició en el marco del Día Internacional por la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas en 2020 y que busca sumar editoras a Wikipedia.
“Sabemos que las barreras que impiden la participación de las mujeres son muchas; al ser un trabajo voluntario es que cuenten con internet, tiempo y que pierdan el miedo. En lo que se refiere al tiempo, muchas son madres o mujeres con dobles y hasta triples jornadas laborales, por lo que les ofrecemos servicio de guardería y, en lo que tiene que ver con “perder el miedo”, les ofrecemos cursos para que aprendan a hacerlo con los criterios necesarios”, explicó García.
Fruto de estos proyectos que alcanzan a la cultura y las artes, se han incluido los nombres de mujeres como Amparo Dávila,Nellie Campobello, Guadalupe Nettel y Guillermina Ortega, por mencionar algunos.
Además de eliminar el lenguaje sexista en las biografías que ya existían, como en las de Frida Kahlo y Remedios Varo. En el caso de la creadora de “Las dos Fridas” se descartó la palabra “musa” y se priorizó sus obras y sus aportaciones al feminismo, mientras que en el caso de la autora de “ Planta insumisa”, su artículo reúne cada logro profesional y momento de su vida, sin enfatizar en su situación sentimental.
GÉNERO. Uno de cada 10 wikipedistas en el mundo, es mujer. Foto: CC BY-SA 4.0 por Wotancito / Editatona Chihuahua 2018
Clases violetas
“Wikipedia es una enciclopedia libre y voluntaria, pero eso no quiere decir que se pueda editar a tajo y destajo. Siempre debemos considerar los pilares de ésta y ser objetivas, por eso realizamos cursos y talleres que las ayuden a editar con conciencia, priorizando el conocimiento”, dijo Claudia García.
Los talleres y cursos que se llevaron a cabo como parte de la campaña de #WikiClavesVioletas contaron con la participación de Carmen Alcázar, presidenta de Wikimedia México; Elvira Hernández Carballido, investigadora y profesora de la UNAM; Danae Silva, creadora del proyecto
“La Corregidora”; Celerina Sánchez, poeta, narradora oral y promotora cultural; e Irene Soria, académica y activista por el uso de software libre.
Los datos
Los cursos y talleres de #WikiClavesVioletas permanecen en la cuenta de YouTube de Wikimedia México.
Las ediciones de “Editatona” se realizaron en línea.
De 2005 a la fecha se ha incluido la biografía de más de 100 mujeres en el deporte, la cultura, el activismo, los derechos humanos y la ciencia.
En México sólo existen dos bibliotecarios, quienes deciden si un artículo cumple con las normas.
Numeralia
43 Editatonas se han realizado desde 2005.
7 Editatonas se realizaron este año.
1 de cada 10 wikipedistas en el mundo, es mujer.
16 por ciento de los artículos en español de Wikipedia, son de mujeres.
“Hace falta la representatividad de las mujeres en la narrativa digital, pero la verdad es que las mujeres de habla hispana de los diferentes capítulos de Wikipedia somos muy unidas”. Claudia García.