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  • Las mujeres trabajan doble en tiempos de pandemia

    Las mujeres trabajan doble en tiempos de pandemia

    Hace casi un siglo que Virginia Woolf se preguntó qué hubiera pasado si William Shakespeare hubiera nacido mujer. Lo más probable es que se hubiera dedicado a las tareas domésticas, la limpieza del hogar, a la producción de comida y también al cuidado de los hijos, todo de manera precaria. Ya por la noche, probablemente, y si todavía le restaran fuerzas, hubiera tenido tiempo para escribir una obra teatral tan poderosa como Macbeth o El rey Lear, a la luz de las velas. “Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir ficción”, escribió Woolf en 1929.

    La cuarentena que estamos viviendo por la amenaza del nuevo coronavirus supone un desafío a las actividades laborales en esta era de conectividad. Pero en el caso de las mujeres, el reto es todavía mayor: la pandemia evidencia y acentúa las desigualdades que hay entre mujeres y hombres. Si Shakespeare viviera hoy, y fuera mujer, probablemente se seguiría enfrentando a una inmensa lista de tareas antes de sentarse a escribir.

    Lizbeth, una profesora de secundaria de Monterrey, madre de dos niñas menores de diez años, cuenta que notó el cambio drástico que la cuarentena trajo a su vida. Su esposo no puede hacer homeoffice por lo que ella debe cuidar a sus pequeñas que tiene en casa tras la suspensión de las clases escolares en México. Durante los primeros días, tuvo que tener creatividad con tal de mantenerlas activas. “Ahora que estoy en mi casa dosifico la limpieza, que antes hacíamos los fines de semana. Lo hago con mi esposo para que no se acumule. No ha sido sencillo porque las niñas se aburren. Ayer cocinamos cupcakes, armamos un rompecabezas y les tuve que sacar otro de mil piezas para que les dure más, porque ya estaban aburridas”, dice.

    De 2.2 millones de personas que se dedican al trabajo del hogar de manera remunerada, el 90 por ciento son mujeres, y el 75 por ciento de ellas no cuenta con ningún tipo de prestaciones.

    inequidad laboral

    Antes de la pandemia, ya se hablaba de doble y hasta triple jornada de trabajo que realizan las mujeres. Las medidas y los impactos que tendrá el confinamiento en los hogares recaerá principalmente en ellas, explica Eufemia Basilio, doctora en Economía por la UNAM. Si salen o no a trabajar, ellas tendrán que encargarse de la casa y del cuidado de los hijos al mismo tiempo, estamos hablando del 54.3 por ciento de las mujeres mexicanas con cifras del INEGI.

    El trabajo doméstico y de cuidados consiste en los alimentos, la limpieza del hogar, lavar ropa y calzado, hacer la compra y la administración de víveres; la atención a los niños, las personas enfermas, los adultos mayores o personas con alguna discapacidad. Sin olvidar que también hay que cocinar. Son más mujeres las que realizan estas actividades no remuneradas, al invertir 39 horas de trabajo frente a 14 que dedican los hombres por semana, de acuerdo con cifras de Inmujeres (Instituto de Mujeres).

    La decisión por parte de la Secretaría de Educación Pública de cerrar las escuelas durante un mes, sin una política de trabajo correspondiente para quienes cuidan a los niños durante este periodo, demuestra una preocupante falta de perspectiva de género. “Esta crisis refuerza la necesidad de programas de seguridad social y medidas de conciliación de la vida laboral y personal”, añade Rebeca Ramos, directora de GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida).

    Las mujeres trabajan doble en tiempos de pandemia. Lizbeth ve, sin embargo, el lado positivo de hacer trabajo en casa junto a sus hijas: “En este tiempo de crisis toca enseñar a nuestros hijos sobre resiliencia”.

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    Eli es una joven periodista mexicana y madre de un bebé. Va a su trabajo normalmente de domingo a jueves, pero los domingos le permiten reportear desde casa. Ella y su pareja trabajan, por lo que la abuela los ayuda cuidando al bebé. Con la cuarentena, la rutina de Eli cambió y ahora debe combinar el cuidado de su hijo con su profesión. Su esposo tiene, además, que ir algunos días a la oficina y otros no, de modo que el panorama es complejo. “La ventaja es que estoy con mi hijo hasta un minuto antes de empezar a trabajar y un minuto después de finalizar mi jornada laboral y no una hora más tarde”, dice.

    El 59 por ciento de la población mexicana trabaja en el sector informal y las mujeres representan casi la tercera parte de este grupo. La falta de acceso a los servicios públicos de salud, las licencias por enfermedad, el seguro de desempleo y el acceso a estancias infantiles amplía la brecha de desigualdad de género, sobre todo en tiempos de crisis.

    Eli no cuenta con prestaciones, acceso a una guardería en su lugar de trabajo y únicamente le han permitido hacer homeoffice durante esta cuarentena. Normalmente divide los trabajos de cuidado y domésticos con su esposo, pero a partir de la cuarentena, estas labores se han convertido en el origen de varios problemas (porque además tuvieron que prescindir de la persona que hace trabajo doméstico). “Yo siempre limpio el suelo y mi pareja nunca, yo siempre lavo el baño, lavo ropa y mi pareja jamás. También baño al niño al terminar el día. Aunque mi esposo cocina y a veces cuida al niño, generalmente siempre solicita ‘ayuda’ para llevar a cabo sus tareas”, dice Eli.

    Son más mujeres las que realizan estas actividades no remuneradas, al invertir 39 horas de trabajo frente a 14 que dedican los hombres por semana, de acuerdo con cifras de Inmujeres (Instituto de Mujeres).

    trabajo laborar mujeres

    En México también salta otra cifra. De 2.2 millones de personas que se dedican al trabajo del hogar de manera remunerada, el 90 por ciento son mujeres, y el 75 por ciento de ellas no cuenta con ningún tipo de prestaciones. La mayoría de estas empleadas no pueden seguir las medidas preventivas que dictaminan las autoridades como parte de la Jornada de la Sana Distancia, como evitar desplazamientos, concentraciones masivas en transporte público o higiene si viven en zonas marginadas con poco acceso a agua o luz. Sobre todo porque su paga o salario es percibida por día de trabajo, y no cuentan con un contrato formal.

    Está también el caso del trabajo de cuidados, donde la cifra de mujeres que son enfermeras es mayor a la cifra de hombres que se dedican a esta actividad. Ellos son el primer contacto con pacientes con coronavirus y de 472 mil 281 enfermeros, el 79 por ciento son mujeres.

    Otro indicador que se considera es importante es la violencia doméstica. En México, el 43.9% de las mujeres ha experimentado violencia por parte de su actual o última pareja. La necesidad de permanecer en cuarentena dentro de los hogares agudiza los riesgos tanto para mujeres como para niñas. La ONU coincide en que la disminución de la actividad económica  podría contribuir a aumentar los niveles de violencia en los hogares.

    ***

    Entonces qué se puede hacer. Ante esto, la Doctora Karla Berdichevsky, Directora General del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, hace un llamado a no reproducir desigualdades que enfrentan mujeres y niñas en el hogar, y enlista algunos ejemplos:

    • la distribución inequitativa del trabajo no remunerado.
    • la priorización del cuidado familiar sobre el cuidado personal.
    • la exclusión del mercado laboral formal.
    • la incorporación de niñas y adolescentes en tareas no aptas para su edad o que obstaculizan sus actividades escolares.

    En caso de alguna emergencia y atención inmediata, están a disposición las siguientes líneas de servicios:

    • Línea materna para ofrecer atención a mujeres que estén embarazadas y requieran de emergencia obstétrica o de lactancia: 800 MATERNA (800 628 37 62)
    • Información de métodos anticonceptivos: PlanificaTEL (800 626 64 64
    • Casos de violencia familiar y de género: 911
    • Apoyo por violencia psicoemocional y atención a adicciones: Línea de la vida 800 911 20 00

    Toda la información e imágenes son de GATOPARDO.
    Link original: https://gatopardo.com/noticias-actuales/las-mujeres-trabajan-doble-en-cuarentena-covid/

  • Cómo cuidarme del COVID-19 si estoy embarazada

    Cómo cuidarme del COVID-19 si estoy embarazada

    Las autoridades sanitarias han dado a conocer los lineamientos que debe seguir una mujer que está embarazada para cuidarse del COVID-19. Esto debido a que esta población se considera mucho más vulnerable ante este virus.

    Karla Berdichevsky Feldman, directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, aseguró que no se pueden garantizar espacios libres de COVID-19 para las mujeres embarazadas, por lo que se decidió implementar una serie de recomendaciones para poder brindar la atención adecuada a este grupo y reducir los riesgos de contagio.

    «No podemos asegurar que exista realmente un espacio donde no haya pacientes o mujeres embarazadas que están infectadas reconociendo que gran parte de la población es asintomática y considerando brechas de desigualdad en salud que reconocemos en nuestro país».

    Si bien no se ha comprobado que las mujeres embarazadas diagnosticadas con COVID-19 transmitan el virus al bebé, algunos casos aislados han prendido las alertas en la comunidad científica, por lo que recomiendan extremar medidas sanitarias.

    LAS MEDIDAS

    – Aunque la recomendación sanitaria es salir solo para lo indispensable, en el caso de las mujeres embarazadas esta indicación es obligatoria, por lo que deberás asignar a un responsable para hacer las compras del hogar o algún trámite urgente.

    – Si está disponible en casa, se recomienda la toma semanal de presión arterial y llevar el registro escrito. Únicamente está permitido acudir a la unidad médica si presentas presión arterial mayor a 130/90.

    – Pon atención a los siguientes síntomas: Sangrado vaginal, visión borrosa o como de lucecitas, zumbido de oídos, fiebre, dolor en la boca del estómago, hinchazón de cara, manos y pies. Si los presentas deberás acudir a tu médico.

    – Evita compartir utensilios del hogar con otras personas, supervisa la higiene de alimentos y refuerza el sanitizado de superficies y espacios físicos cerrados.

    – Si presentas síntomas de alguna enfermedad respiratoria, no acudas a tu consulta prenatal durante los siguientes 14 días.

    – Cuando sea el momento de ir al hospital para el alumbramiento, es necesario usar cubrebocas durante el traslado y si te es posible, no utilizar el transporte público.

    – Ya en el hospital, como medida de seguridad, se limitará el número de familiares que pueden acompañar al paciente.

    – Habrá un filtro a la entrada para que puedan tomar tu temperatura para descartar contagio por COVID-19.

    – En todo momento deberá estar disponible, para la paciente y familiar que la acompaña, agua, jabón y gel antibacterial, para el lavado constante de manos.

    CUIDADOS POSPARTO

    Si eres sospechosa de COVID-19 o tienes alguna enfermedad respiratoria sigue estas medidas:

    – Siempre que vayas a tocar al bebé, amantarlo o extraer la leche materna no olvides lavar tus manos adecuadamente.

    – Usa una bata limpia cuando vayas a amamantarlo y lávala constantemente.

    – Usa siempre cubrebocas.

    – Evita cualquier tipo de visita durante el aislamiento obligatorio de 14 días.

    Si tienes dudas sobre los signos de alarma, quieres saber a qué unidad médica acudir o requieres cualquier información sobre todas las etapas del embarazo, puedes llamar al 800 800 6283762.

    Toda la información e imágenes son de NACION 321.
    Link original: https://www.nacion321.com/ciudadanos/como-cuidarme-del-covid-19-si-estoy-embarazada

  • La capacidad de respuesta: a prueba

    La capacidad de respuesta: a prueba

    Nunca en la historia reciente se ha puesto tanto a prueba la capacidad de respuesta del sector público y privado como en la emergencia generada por la pandemia del COVID-19.

    A diario veo con alarma las noticias sobre los sistemas de salud de países desarrollados cuya capacidad se ve desbordada. La crisis también ha afectado el funcionamiento de otros sectores esenciales.  Los servicios de protección social han desplegado respuestas de emergencia a través de transferencias de ingresos temporales, los sistemas educativos han trasladado la instrucción a plataformas virtuales y los mercados hacen malabares para mantenerse abastecidos.

    En América Latina y el Caribe la capacidad de respuesta ha sido heterogénea. Aquellos gobiernos (nacionales y locales) y aquellos servicios (públicos y privados), que antes de la emergencia estaban mejor dotados de recursos financieros y humanos, que tenían procesos más eficientes, que contaban con planes de contingencia, con sistemas de información ágiles y herramientas tecnológicas para su operación, se han adaptado mejor y han respondido de forma flexible y con mayor efectividad.

    ¿Qué ocurre con la asistencia a las víctimas de violencia?

    En aquellos países que han estado luchando contra COVID-19 durante más tiempo, como China, Italia y España, las denuncias de violencia contra las mujeres incrementaron sustancialmente. También empieza a reportarse un alza pronunciada en estas denuncias en Colombia, Brasil, Argentina, Ecuador, México y Chile.

    La violencia contra mujeres, niñas y niños no es una realidad nueva. En la región entre el 25 y 50% de las mujeres reporta haber experimentado alguna vez violencia por parte de su pareja. Detrás de estas cifras hay un sinfín de experiencias personales traumáticas con consecuencias múltiples y de largo plazo. Estas afectan no solo la salud física y emocional de las víctimas, sino también sus decisiones económicas y sus oportunidades. Además sabemos que los niños que crecen en hogares donde hay violencia tienen una mayor probabilidad de reproducir esos comportamientos en su adultez, propagando este ciclo destructivo.

    Aun cuando el problema no es nuevo, es muy importante reconocer que junto con la expansión del COVID-19, aumenta la frecuencia y la intensidad de la violencia en los hogares, poniendo en riesgo la vida y el bienestar de millones de mujeres, niños y niñas de la región. El confinamiento, esencial para prevenir el contagio del COVID-19, no necesariamente conduce a todos a un lugar seguro. Este es el caso de aquellos que se encuentran encerrados en sus hogares con su agresor. Si a esta realidad se suman el estrés económico y la sensación de incertidumbre por la pandemia, se genera un entorno en el cual los factores de riesgo se exacerban. Adicionalmente, el distanciamiento de vecinos, familiares y amigos deja a las víctimas aún más desprotegidas.

    Recientemente, el  BID, la Comisión Interamericana de Mujeres y el Mecanismo de Seguimiento de la Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en la Región de la Organización de Estados Americanos convocamos a las Ministras de la Mujer y a las principales autoridades que lideran estos temas, a un diálogo regional virtual para intercambiar información sobre la situación en cada país y sobre las acciones que se han llevado a cabo para fortalecer los servicios de atención a mujeres víctimas de violencia. Para las autoridades de la región a cargo del manejo de esta crisis, generamos una nota de lecciones y herramientas que les permitirán garantizar que los servicios de asistencia a las mujeres víctimas de violencia continúen operando y respondan a las necesidades cambiantes en contextos de emergencia. Fue alentador conocer que en muchos países estos servicios han sido clasificados como esenciales y que hay planes en marcha para ampliar su capacidad y cobertura.

    Las respuestas de los gobiernos de América Latina y el Caribe

    En la mayoría de los países de la región, los servicios telefónicos que atienden llamadas de violencia doméstica siguen disponibles y continúan operando en modalidades de teletrabajo. En algunos casos, incluso se ha ampliado su capacidad de atender más casos por día con la incorporación de más personal. Un desafío persistente es trasladar a una modalidad virtual otros servicios de atención, tratamiento psicológico o asesoría legal. Si bien las herramientas tecnológicas permiten brindar atención en forma virtual, aún sabemos poco sobre la efectividad de los servicios al trasladarse a estas plataformas.

    Otro espacio clave para la atención a las víctimas de violencia son los albergues o casas de acogida. Para algunas mujeres el temor al contagio del virus supera el miedo a permanecer encerrada con su agresor. Esto es una decisión imposible que nadie debería enfrentar. Por esto es necesario ajustar la gestión de estos albergues para no desincentivar su uso, por ejemplo, a través de protocolos sanitarios estrictos o la oferta de espacios de albergue alternativos, como en el caso de Francia, que incluso ofreció hospedaje en hoteles para las víctimas.

    Las restricciones que enfrentan las usuarias

    No debemos de perder de vista que la pandemia también afecta el comportamiento y decisiones de las usuarias. Existe poca información disponible para ellas sobre qué servicios siguen funcionando y cómo acceder a ellos. Ante el temor del contagio y las presiones económicas, las mujeres víctimas pueden postergar el buscar apoyo. A eso se suman las restricciones de movilidad y de los servicios de transporte que dificultan el acudir a los servicios.

    Las personas al frente de la emergencia

    Un tema que suele pasarse por alto, pero que impacta de manera importante la efectividad de la asistencia a la violencia contra las mujeres es la importancia de cuidar a las personas que proveen estos servicios. El incremento en el número de denuncias, la necesidad de adaptarse a un esquema de trabajo virtual, y la falta de equipamiento para hacerlo, sumado al impacto de la pandemia en sus vidas, afecta su desempeño a la hora de responder con efectividad a la crisis. La tecnología puede facilitar la realización de capacitaciones y dotar herramientas de apoyo a su labor, así como acceso a servicios de auto-cuidado. Cuando sea necesario ampliar la oferta de un servicio en un corto plazo, las plataformas tecnológicas también facilitan la capacitación del nuevo personal.

    Hoy vivimos un momento inédito, en el que enfrentamos retos que jamás hubiésemos imaginado hace apenas unos meses. Es un momento en el cual la creatividad es esencial para generar soluciones a los problemas apremiantes. Todos y cada uno podemos -y debemos- contribuir desde nuestros espacios de acción e influencia a salvaguardar el derecho de cada persona a vivir libre de violencia.

    ¿Cómo puedes tú sumarte al llamado a la acción en este momento histórico?

    Descárgate nuestra nota:

    http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=EZSHARE-1043693673-41

    Toda la información e imágenes son de BLOGS IADB.
    Link original: https://blogs.iadb.org/igualdad/es/la-capacidad-de-respuesta-a-prueba/

     

  • Por qué los países liderados por mujeres parecen haber respondido mejor a la crisis del coronavirus

    Por qué los países liderados por mujeres parecen haber respondido mejor a la crisis del coronavirus

    La crisis abierta por la pandemia del coronavirus en todo el mundo ha puesto a prueba a los líderes políticos y ha mostrado una realidad novedosa: desde Islandia hasta Taiwán y desde Alemania hasta Nueva Zelanda, son las mujeres quienes se están destacando en el manejo de la nueva contingencia.

    Si además sumamos lo que sucede en Finlandia, Islandia y Dinamarca, podemos decir que esta pandemia reveló que las mujeres tienen lo que se necesita cuando las cosas se complican, o cuando, como dice el dicho popular “las papas queman”. Al menos, así lo estableció esta semana un artículo publicado por Forbes.

    Alguien podría objetar que se trata de países pequeños, islas u otras excepciones. Pero Alemania es grande y líder y, si la comparamos con el Reino Unido -gobernado por Boris Johnson- esta última es una isla con resultados muy diferentes.

    Angela Merkel (Markus Schreiber/ Pool vía Reuters/ File Photo)
    Angela Merkel (Markus Schreiber/ Pool vía Reuters/ File Photo)

    Lo cierto es que estas mujeres líderes nos están regalando una forma alternativa y atractiva de ejercer poder. ¿Pero qué nos están enseñando?

    Verdad

    El 11 de marzo pasado, la canciller alemana Angela Merkel se levantó temprano y con calma le dijo a sus compatriotas que estaban ante un problema grave que infectaría hasta el 70% de la población. “Es serio”, dijo, “hay que tomarlo en serio”, insistió. Así lo hizo, y el resto de la población también. Las pruebas se hicieron desde el principio, de forma masiva. Alemania saltó así las fases de negación, ira y falta de sinceridad que hemos visto en otros lugares. Y el resultado está a la vista: los números de muertos y de contagios están por debajo de sus vecinos europeos, y hay indicios de que podrían comenzar a relajar las restricciones relativamente pronto.

    Decisión

    Entre las primeras respuestas ante la crisis estuvo la presidente de Taiwán, Tsai Ing-wen. En enero, a la primera señal de que se asistía a la irrupción de una nueva enfermedad, implementó 124 medidas para bloquear la propagación, sin tener que recurrir a las restricciones totales que se han vuelto comunes en otros lugares. En la actualidad, Taiwán está enviando 10 millones de máscaras faciales a los Estados Unidos y Europa. La gestión de Tsai pasará a la historia como lo que CNN ha llamado “de las mejores respuestas del mundo”, manteniendo la epidemia bajo control y reportando apenas seis muertos.

    Tsai Ing-Wen, presidenta de Taiwán (Reuters/ Ann Wang)

    Tsai Ing-Wen, presidenta de Taiwán (Reuters/ Ann Wang)

    Jacinda Ardern, por su parte, primera ministra de Nueva Zelanda, tomó la decisión de imponer el cierre de forma prematura, y fue muy clara sobre el nivel máximo de alerta al que estaba sometiendo al país, y por qué. Impuso el autoaislamiento a las personas que ingresaban a Nueva Zelanda de manera asombrosamente temprana, cuando solo había 6 casos en todo el país, y prohibió la entrada de extranjeros por completo poco después. Ahora, esa claridad y decisión están salvando a Nueva Zelanda de la tormenta. A mediados de abril habían sufrido solo cuatro muertes, y Ardern acaba de ordenar que todos los neozelandeses que regresan al país estén en cuarentena en lugares designados durante 14 días.

    Mette Frederiksen (Ritzau Scanpix vía Reuters)

    Mette Frederiksen (Ritzau Scanpix vía Reuters)

    La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, también decidió cerrar las fronteras de su país, los jardines de infancia, las escuelas y las universidades de forma temprana, y prohibió las reuniones de más de 10 personas. Seguramente a eso se deba que ha logrado controlar los contagios, y eso se ha reflejado en los números: una encuesta de principios de marzo dice que el 79% de los daneses considera que está haciendo un buen trabajo.

    Jacinda Ardern (Nicolas LandemardLe Pictorium/ Le Pictorium Agency vía Zuma/ Shutterstock)

    Jacinda Ardern (Nicolas LandemardLe Pictorium/ Le Pictorium Agency vía Zuma/ Shutterstock)

    Tecnología

    Islandia, bajo el liderazgo de la primera ministra Katrín Jakobsdóttir, está poniendo a disposición de sus ciudadanos pruebas gratuitas de coronavirus y, en consecuencia, se convertirá en un caso de estudio clave para determinar las verdaderas tasas de propagación y mortalidad de COVID-19. La mayoría de los países tienen pruebas limitadas para personas con síntomas activos. Por el contrario, en relación con su población, Islandia ya ha examinó a cinco veces más personas que Corea del Sur, e instituyó un sistema de seguimiento exhaustivo que los ayudó a ni siquiera tener que cerrar las escuelas.

    Mandatory Credit: Photo by Isopix/Shutterstock (10163780am) Katrin Jakobsdottir EU Summit, Bruselas, Bélgica , 22 de marzo de 2019

    Mandatory Credit: Photo by Isopix/Shutterstock (10163780am) Katrin Jakobsdottir EU Summit, Bruselas, Bélgica , 22 de marzo de 2019

    Sanna Marin se convirtió en la jefa de Estado más joven del mundo cuando fue elegida en diciembre pasado como primera ministra de Finlandia. Puede que hiciera falta una líder política millennial para implementar el uso de influencers de las redes sociales como agentes claves a la hora de combatir la crisis del coronavirus. Partiendo de la base de que no todos los finlandeses leen la prensa tradicional, los influencers de distintas edades se han convertido en voceros a la hora de difundir información científica sobre el manejo de la pandemia.

    Sanna Marin, la premier más joven del mundo (Mandatory Credit, foto: by Isopix/Shutterstock)

    Sanna Marin, la premier más joven del mundo (Mandatory Credit, foto: by Isopix/Shutterstock)

    Amor

    La primera ministra de Noruega, Erna Solberg, tuvo la idea innovadora de usar la televisión para hablar directamente con los niños de su país. Se trató de una conferencia en la que no se permitieron adultos. Con paciencia y calma, la premier respondió a las preguntas de los niños de todo el país, tomándose el tiempo para explicar por qué incluso estaba bien sentir miedo. También la premier danesa, Mette Frederiksen fue ampliamente elogiada por sus discursos francos y con instrucciones claras para la nación. Incluso ha divertido a la población al publicar un video en Facebook en el que ella lava los platos mientras canta junto a los poppers daneses de la década de 1980 Dodo y los Dodos.

    https://www.facebook.com/watch/?v=2629150217332069

    ¿Cuántas otras innovaciones simples y humanas desencadenaría más liderazgo femenino? En general, la empatía y la atención que todas estas líderes femeninas han desplegado parece provenir de un universo alternativo al que nos hemos acostumbrado.

    Ahora, comparemos a estas líderes y sus actitudes, con los políticos-hombres-fuertes, que utilizan la crisis para acelerar una aterradora trifecta de autoritarismo: culpar a “otros”, controlar el poder judicial, y demonizar a los periodistas, entre otras cosas. De acuerdo con Forbes, años de investigación han sugerido tímidamente que los estilos de liderazgo de las mujeres pueden ser diferentes y beneficiosos.

    Erna Solberg (Mandatory Credit: Photo by Isopix/Shutterstock)

    Erna Solberg (Mandatory Credit: Photo by Isopix/Shutterstock)

    En cambio, aún restan demasiadas organizaciones políticas y compañías que creen que para liderar, o alcanzar el éxito, las mujeres deben comportarse más como hombres. Esta pandemia parece haber llegado para demostrar que se equivocan.

    Toda la información e imágenes son de INFOBAE.
    Link original: https://www.infobae.com/america/mundo/

  • Violencia intrafamiliar, con el enemigo en casa

    Violencia intrafamiliar, con el enemigo en casa

    La permanencia de millones de personas en sus hogares para evitar el contagio de coronavirus propicia el aumento de violencia intrafamiliar. Organizaciones de la sociedad civil advierten que no hay políticas públicas para atender esta problemática.

    Con 50 pesos en su bolsillo y su hija de dos años en la espalda, Fernanda salió de su casa. La joven de 27 años abandonó su hogar hace un par de semanas para salvar su vida y la de su pequeña tras ser golpeada y amenazada de muerte por su pareja. Fernanda, cuyo nombre fue modificado por seguridad, es una de las miles de mujeres que son víctimas del aumento de la violencia intrafamiliar en el país.

    María Elena Morera, directora de la organización Causa en Común, afirma que la crisis sanitaria global provocada por el coronavirus vino a exacerbar otras pandemias incluso más graves que se viven en México.

    Para brindar ayuda a las mujeres es necesario tomar en cuenta los contextos que potencializan la violencia en grupos vulnerables

    Durante la mesa virtual El enemigo en casa: Aumento de la violencia intrafamiliar durante la cuarentena, Morera destacó que las agresiones contra mujeres es una problemática que ya estaba presente y que de manera desafortunada va en aumento por el confinamiento que se vive en la actualidad, pues este sector de la población convive más tiempo con su agresor.

    “Se ha documentado que han aumentado las denuncias por violencia en un 60 por ciento desde que se vive el encierro, de igual forma la Red Nacional de Refugios también ha manifestado que aumentaron las solicitudes a refugios por parte de mujeres violentadas, esta pandemia también vino a demostrar que no hay políticas públicas para hacer frente a esta cara del problema”, afirmó la directora de Causa en Comín.

    60por ciento aumentaron las denuncias por violencia intrafamiliar desde el aislamiento social

    Fernanda trabaja como recepcionista en un despacho de contabilidad desde hace cinco años. El 10 de marzo la mandaron a casa como medida de prevención ante la propagación del coronavirus.

    La joven, quien sufría violencia por parte de su pareja desde antes del confinamiento, comenta que a él también le ordenaron trabajar desde casa. Sin embargo, después de la primera semana de cuarentena incrementaron las agresiones contra ella.

    “Me pegaba por todo: porque no lavaba rápido los trastes, que no le gustaba el sazón de la comida, que me tardaba en hacer el quehacer. En la última golpiza que me dio me abrió la frente. Me dijo que si le decía a alguien me iba a matar”, relata.

    Después de todos los actos violentos ejercidos por su pareja, Fernanda decidió huir de su casa junto con su hija. Recibió el apoyo de una amiga quien la canalizó a un refugio para mujeres víctimas de violencia ubicado en una entidad distinta a la suya

    “Él ya me pegaba desde años atrás pero no con tanta frecuencia. Tampoco me había dicho que quería matarme por eso cuando lo mencionó no lo pensé dos veces, no podía quedarme a exponer la vida de mi hija y la mía”, expresa.

    PANDEMIA DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

    Las organizaciones de la sociedad civil sostienen que a pesar de que las autoridades tomaron medidas necesarias para atender la crisis sanitaria, poco hacen para combatir la violencia de género que se vive desde antes de la llegada del coronavirus.

    Rita Muciño Corro, abogada de Círculo Feminista de Análisis Jurídico, explicó que al no contar con políticas públicas o una estrategia para apoyar a las mujeres víctimas de agresiones durante la cuarentena se viola su derecho a una vida libre de violencia.

    Se deben de establecer mejores canales de protección a las mujeres, mientras se conviva más tiempo con el agresor hay que idear medidas que ellas puedan emplear sin ponerlas en riesgo, que no se detengan medidas de justicia como órdenes de protección o pensiones alimenticias, urge que se vean acciones en su favor y no cuando ya haya pasado un feminicidio ni que se llegue al tope de cupo en los refugios. Hasta ahora el Estado no ha tenido esa atención con las mujeres

    – Rita Muciño Corro

    Abogada de Círculo Feminista de Análisis Jurídico

    De acuerdo con Muciño Corro, una de las medidas que se podrían implementar en favor de la seguridad y bienestar de las mujeres violentadas es un frente entre el Estado y organizaciones de la sociedad civil.

    “Si se trabaja de la mano con organizaciones e incluso Refugios se puede actuar de manera conjunta y tener así una respuesta lo más efectiva posible. Otra acción podría ser lo que se implementó en España que si una mujer pedía por ejemplo en una farmacia una mascarilla era señal de que necesitaba ayuda. Que quede claro que esta violencia requiere mayor atención y redoblar los esfuerzos por parte de todos los actores”, añadió.

    Por su parte, la directora de Causa en Común puntualizó que para brindar ayuda a las mujeres es necesario tomar en cuenta los contextos que potencializan la violencia en grupos vulnerables, asegurar la participación de la mujer en posiciones de tomas de decisión así como juzgar bajo una perspectiva de género.

    Es necesario fortalecer los puntos de respuesta ante la violencia sexual e intrafamiliar en el confinamiento por ejemplo a través de un incremento de visitas donde ya han encontrado violencia con anterioridad, tener canales alternativos de comunicación y fortalecimiento de redes comunitarias como un número de emergencia específico ante esta crisis y sobre todo fortalecer sanciones en hechos de violencia intrafamiliar

    – María Elena Morera

    Directora de Causa en Común

    Toda la información e imágenes son de REPORTE ÍNDIGO.
    Link original: https://www.reporteindigo.com/reporte/violencia

  • Alertan por más feminicidios que muertes de mujeres por Covid-19

    Alertan por más feminicidios que muertes de mujeres por Covid-19

    El presidente de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia, Rafael Guerra Álvarez, reconoció que es alarmante la cifra de feminicidios y hay más mujeres muertas por ellos, que por la pandemia de coronavirus.

    El presidente de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia, Rafael Guerra Álvarez, reconoció que es alarmante la cifra de feminicidios y hay más mujeres muertas por ellos, que por la pandemia de coronavirus.

    Con los datos informados este martes, dijo, “hay más feminicidios que la muerte de mujeres por coronavirus, es alarmante realmente. En conclusión: la mujer no está muriendo por el contagio sino por lo que estamos viviendo todas las familias (la cuarentena en casa) en esta contingencia”, agregó.

    El Comunicado Técnico Diario sobre la pandemia de Covid-19 en México, emitido por la Secretaría de Salud, reflejó al corte del martes, que desde que se detectó el primer caso de coronavirus en el país, el 27 de febrero pasado, han fallecido 406 personas; el 30% de ellas mujeres (122).

    En cambio, “cada día 10 mujeres mueren, cada 2 horas y media una mujer es asesinada”, recordó la titular del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman, quien expuso que la tendencia se mantiene y por la cuarentena obligada por la pandemia de coronavirus se ha incrementado además la violencia de género.

    Con esas cifras, hasta hoy, a 49 días de que iniciara la presencia de coronavirus en el país, las mujeres víctimas de feminicidio serian ya alrededor de 490.

    Ambos funcionarios participaron hoy en el Foro nacional virtual “Combate al feminicidio, a 8 años de su incorporación en el sistema de justicia: experiencias y desafíos”, que se difunde  en las redes sociales de la Cámara de Diputados, y en el que legisladores y autoridades judiciales dialogan sobre la homologación del tipo penal de feminicidio.

    En febrero pasado, el titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, acordó con la Cámara trabajar en modificaciones en el Código Penal Federal, para “perfeccionar” el tipo penal de feminicidio y homologar la redacción en todos los códigos penales de las entidades, pues de lo contrario se obstaculiza llevar los casos de feminicidio ante los jueces y que concluyan con sentencias condenatorias.

    Hoy, en el foro, Gertz expuso la voluntad de esa institución en el combate a ese tipo de delitos que, recordó, generalmente son del fuero común, es decir, la responsabilidad de judicializar, investigar y sancionar esos casos es del ámbito de las entidades.

    Por eso “donde tenemos el problema es en tratar de homologar un tipo penal de orden común que pueda ser aplicado y recibido por las legislaturas locales, para que hagamos un esfuerzo de homologación a nivel de todo el país, tomando en cuenta ¿cuáles son los requerimientos que tiene ese delito y las capacidades que tienen quienes lo combaten y quienes lo previenen?”.

    La presidenta de la Comisión de Justicia, Pilar Ortega (PAN), una de las organizadoras del foro, expuso que el legislativo buscará ver cuáles son las áreas de oportunidad para poder garantizar una mejor investigación, persecución y sanción de ese tipo de delito, y esbozar los mecanismos institucionales necesarios para mitigar sus efectos.

    Toda la información e imágenes son de EL UNIVERSAL.
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  • Coronavirus, una oportunidad para desmitificar la romantización de la maternidad

    Coronavirus, una oportunidad para desmitificar la romantización de la maternidad

    La contingencia por el coronavirus no solo exhibe deficiencias en áreas como salud, economía y seguridad, sino también socioculturales, pues gracias al sistema patriarcal, las mujeres son uno de los grupos más vulnerables ante una emergencia sanitaria como esta.

    Dicho modelo ha impuesto al sexo femenino actividades no remuneradas y el cuidado de la niñez; incluso, lo han hecho responsable de la formación de buenos o malos ciudadanos.

    Por ello, cuando se habla de aislamiento social, son las mujeres quienes lo resienten más, ya que sus labores se ven saturadas: deben cumplir con actividades económicas, mantenimiento del hogar y atención a niños, adultos mayores, personas enfermas o con alguna discapacidad.

    Por lo anterior, María Flores, miembro de la colectiva Crianza Feminista, refiere que una situación como esta permite concientizar sobre la corresponsabilidad e implementar políticas públicas con perspectiva de género, pues el aislamiento no es igual para hombres y mujeres.

    En entrevista para Mujer México, María Flores señala que la romantización de la maternidad ha creado una idea falsa sobre la crianza.

    El discurso pinta a las madres como mujeres entregadas, amorosas y sacrificadas; como si fueran ‘supermujeres’ que, además del cuidado y educación de la familia e hijos, pueden hacer otras actividades sin renegar de la maternidad, porque si lo hacen, son malas.

    María Flores recuerda que, en México, la figura materna incluso está ‘santificada’, lo cual impide hablar de la otra cara de la crianza, pues siempre se menciona que ‘ser mamá es lo mejor que le puede pasar a una mujer’ y en caso de no procrear, jamás te sentirás realizada.

    Hablar solo de lo bueno de la maternidad hace que las mujeres que ‘la están pasando mal’ crean que el problema está en ellas; sin embargo, lo que en realidad sucede es que no conocen todo lo que implica ser madre.

    La activista subraya que no se debería hablar de maternidad, sino de maternidades, pues el contexto no es el mismo para todas las mujeres. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que hasta 2014, 33 de cada 100 mujeres, de 15 a 55 años, son madres solteras y de ellas, el 53 por ciento no cuenta con un nivel escolar máximo de secundaria.

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    Además del entorno social y económico, también las cuestiones físicas son distintas. Por ejemplo, hay quienes se sienten mal por no poder dar pecho a sus hijos; sin embargo, datos indican que es una situación más común de lo que parece, ya que la misma organización refiere que el 33.4 por ciento de las mujeres que no alimentó con leche materna a sus bebés fue porque no tenía y esto no significa que sean mejores o peores madres.

    Flores también menciona que la crianza se complica cuando no hay una red de apoyo, no solo por parte de la familia, sino del Estado.

    En ese sentido, comentan que justo en momentos como el de la contingencia por el coronavirus, las autoridades deberían iniciar campañas en las que se fomente la corresponsabilidad, además de implementar políticas públicas para que las madres estén mejor insertadas a la vida laboral, ya que el 72.9 por ciento de la población femenina económicamente activa en México es madre trabajadora.

    No todas las mujeres tienen una red de apoyo, no pueden estar en aislamiento en casa y tampoco tienen en dónde dejar a sus hijos si las guarderías y escuelas están cerradas.

    María sugiere que las empresas sean más flexibles con los horarios laborales, incluso con y sin contingencia, ya que, durante el año, deben asistir a juntas escolares, llevar y recoger a los niños de la escuela, acudir a citas con el médico, hacer tarea con ellos, entre otras cosas.

    Finalmente, cuenta que de forma personal, la romantización de la maternidad le afectó bastante, porque creía que era la única que no podía ser madre y profesionista al mismo tiempo, sentía que la frustración y el cansancio le afectaban más de lo que le habían dicho.

    Por lo anterior, se vio en la necesidad de hablar más sobre el tema y buscar a otras mujeres que compartieran con ella sus experiencias.

    De esta forma, se dio cuenta de que la romantización de la maternidad invisibiliza todo el trabajo que hay detrás de la crianza y actualmente forma parte una organización de mujeres que combina su función materna con el feminismo.

    Si pasas por una situación similar, recuerda que no está mal decir de vez en cuando que te sientes cansada, molesta o que tengas pena de expresar cualquier sentimiento que te provoque la maternidad, pues hay más mujeres como tú  y que además trabajan para brindarte información y apoyo.

    Fuentes: Inegi

    Portada: Archivo Cuartoscuro

    Interiores: Facebook/Crianza Feminista y Pixabay

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    Link original: https://mujermexico.com/mama-guru/

  • México abandona a las mujeres violentadas en esta contingencia

    México abandona a las mujeres violentadas en esta contingencia

    Laura Castellanos es reportera feminista y autora del libro Crónica de un país embozado 1994-2018

    Durante la contingencia del COVID-19 en México se han incrementado las violencias contra las mujeres, adolescentes y niñas: más asesinatos, llamadas telefónicas de auxilio, denuncias por violencia familiar y sobrecupo en algunos refugios para víctimas. También ha quedado expuesta la omisión del Estado para atender esta otra pandemia, la de violencia de género, como la considera la Organización de las Naciones Unidas.

    Las instancias federales y estatales han puesto en mayor vulnerabilidad a las mujeres en riesgo de violencia en esta contingencia sanitaria: el gobierno federal retiene los 405 millones de pesos del presupuesto anual de la Red Nacional de Refugios (RNR) por burocracia, el poder Legislativo no intervino antes para garantizarle a esa red un presupuesto de carácter permanente, el poder Judicial paró parcialmente la atención de denuncias en 27 de los 32 estados del país, y los gobiernos estatales escatiman las medidas de protección.

    La pandemia de violencia de género, hasta el 13 de abril, ha cobrado más vidas de mexicanas que el COVID-19: 100 mujeres han muerto por el coronavirus desde que irrumpió en el país el 28 de febrero, mientras que 367 han sido asesinadas en ese lapso, según el reporte diario de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la fuente más actual de información oficial.

    Si bien previamente —desde enero y febrero de este año— el Estado se preparó para responder al brote del coronavirus, no hizo nada ante el agravamiento de la otra pandemia, el aumento de homicidios y feminicidios —que promediaron diez casos al día—, y las 40,910 llamadas de emergencia al 911 por incidentes de violencia contra la mujer hechas en el mismo período, la mayor cifra bimestral registrada desde 2016.

    Tampoco reaccionó ante las 33,645 carpetas de investigación por violencia familiar abiertas durante esos dos meses, lo que significa que mujeres violentadas interpusieron 23.3 denuncias por hora, de acuerdo a un estudio de la organización Equis Justicia para las mujeres. Lo anterior evidenciaría un aumento de la violencia, pero quizá también de la disposición a denunciar, porque 78.6% de las mujeres violentadas no denuncian ni buscan apoyo institucional, según las últimas cifras oficiales. Es un indicador de la dimensión oculta de esta pandemia.

    La suspensión de actividades escolares y laborales ha multiplicado la carga doméstica y de cuidados familiares de las mujeres, ya estimada en tres veces más que la de los hombres. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha reforzado esta situación inequitativa al responsabilizar a las hijas de la atención de las personas adultas mayores porque esa es la costumbre nacional “y los hombres somos más desprendidos”.

    La instrucción de quedarse en casa obliga a muchas mujeres a permanecer en un aislamiento crispado con su agresor durante esta contingencia. La RNR reportó que a partir de la implementación de la segunda fase, el 23 de marzo, las llamadas de auxilio recibidas crecieron 60% y que sus 69 refugios están entre el 80% y el 110% de su capacidad.

    Pese a ello, el gobierno federal determinó entregarles su financiamiento 30 días después de que cada uno de estos concrete el usualmente complicado papeleo burocrático. Aunque la doctora Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, me dijo que el gobierno tiene voluntad política para agilizar su entrega.

    Wendy Figueroa, la directora de la RNR, advirtió que, por la contingencia sanitaria, el sector salud comenzaba a evadir atender a mujeres golpeadas, pues a tres de ellas que fueron a espacios de salud del Estado de México “les dijeron que no eran lesiones graves, que lo importante era el coronavirus y que se fueran porque se podían contagiar”.

    El Estado mexicano tampoco garantiza a las mujeres violentadas que sean socorridas al pedir auxilio al 911. Figueroa manifestó que la atención no es expedita y que el servicio no cuenta con geolocalización de llamadas, por lo que se pierde tiempo valioso en los salvamentos. La organización Causa en Común señala que el personal que atiende las llamadas puede carecer de una coordinación con las policías estatales, además de que no monitorea el proceso de la emergencia y su cierre.

    La doctora en sociología, Irma Saucedo, una de las feministas precursoras en la investigación de la violencia de género en el país, analizó la base de datos de la Línea Mujeres del Gobierno de Ciudad de México, de 2017 al 31 de marzo de 2020, que se hizo pública por vez primera el pasado 6 de abril.

    Ella encontró que 55% de las llamadas eran de mujeres solteras, seguidas por 34% de casadas y 0.7% en unión libre. Las mujeres casadas denuncian menos que las solteras, expone, porque su movilidad o contacto social están controlados por parte del agresor, porque temen a las consecuencias familiares, carecen de un teléfono o desconocen que pueden hacerlo.

    El Estado mexicano ha centrado todos sus recursos en su campaña “Quédate en casa” mientras apenas difunde sus medidas para las mujeres en riesgo de violencia: el servicio del 911, recurrir a la RNR o a las Casas de Justicia estatales. Además, la poca difusión la ha enfocado en las mujeres urbanas que cuentan con internet, excluyendo a las rurales, de lenguas indígenas y de capacidades diferentes.

    Saucedo me dice que esto sucede porque los gobiernos carecen de estrategias para atender la avalancha de casos de violencia de género que recibirían: “Saben que serían rebasados”.

    Su propuesta para salvar las vidas de mujeres durante esta contingencia retoma un proyecto ya en marcha en Ciudad de México, donde el gobierno creó un número para que la ciudadanía envíe mensajes SMS si cree ser un posible caso de contagio y, a partir de identificar ciertos síntomas, envía personal médico a verificar el estado de salud. Ese mecanismo también se podría usar para detectar casos graves de violencia familiar.

    Considera que el gobierno capitalino —o los de los otros estados— también podría ubicar las zonas con más llamadas de auxilio y cruzarlas con las denuncias interpuestas de mujeres por violencia familiar, para socorrer los casos más graves y prevenir posibles asesinatos. En su opinión las llamadas de auxilio y las denuncias se hacen cuando ya hay serios antecedentes pues “un feminicidio es una crónica de una muerte anunciada”.

    La pandemia del COVID-19 en algún momento será superada en México. Pero la pandemia de la violencia de género, ya crónica, provocará a la larga más mortandad y destrucción de vidas si el Estado mexicano la sigue ignorando durante esta contingencia sanitaria, la cual ni siquiera está aún en su tercera fase de seis que avizora hasta ahora.

    Nota del editor: En una versión previa de este artículo aparecían las cifras sobre el número de víctimas de homicidio y contagios de COVID-19 al 11 de abril, las cuales se actualizaron al 13 de abril.

    Toda la información e imágenes son de Washingtonpost.
    Link original: https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2020/04/13/mexico-abandona-las-mujeres-violentadas-en-esta-contingencia/?fbclid=IwAR0o8NrSHA6sb60TVBc5TwdoFmFA4sbcKcZWSNgf-UPYCEvFa9kF-jQpEJQ

  • “Me gritaron ‘traes el Covid’ y me escupieron”, las enfermeras en México sufren ataques por miedo al contagio

    “Me gritaron ‘traes el Covid’ y me escupieron”, las enfermeras en México sufren ataques por miedo al contagio

    Mientras México vive inmerso en una emergencia sanitaria sin precedentes por el coronavirus, algunos médicos, enfermeras y enfermeros están viviendo ataques en su contra por llevar el uniforme en la calle. Durante la primera semana de abril, una enfermera fue rociada con agua y cloro [lejía] en Guadalajara, Jalisco, según la Comisión de Enfermeras del Estado, quien dio la voz de alarma sobre cinco ataques más contra su personal. También en Sinaloa se produjo una agresión parecida contra una enfermera que salía de trabajar, tal y como contó la prensa local. En Sabinas Hidalgo, Nuevo León, lanzaron material inflamable contra las instalaciones del Hospital General, uno de los centros para tratar a los pacientes de Covid-19.

    Las agresiones físicas o verbales se producen en el transporte público, los supermercados, la calle o a la salida de los hospitales. En México llevar el uniforme sanitario fuera del trabajo es una práctica común de todos estos profesionales. Yucatán, Tamaulipas, Ciudad de México, Veracruz, Puebla, Estado de México y Morelos han registrado al menos un caso en las dos últimas semanas.

    A diferencia de en otros países donde se rinde homenaje a los que están en primera línea para combatir la enfermedad, decenas de testimonios -principalmente de enfermeras- comienzan a surgir en redes sociales sobre agresiones en su contra por miedo al contagio. El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, pidió a la población que respete y proteja a médicos y enfermeras, más todavía en esta situación. “Es indignante, insólito y alarmante que las personas canalicen el temor y el enojo hacia el personal que les protege”, dijo López-Gatell.

    México llega a los 332 fallecimientos, los 5.014 casos positivos y encara la peor fase del contagio con falta de camas de hospital, de insumos para aislamiento y con su personal de salud mermado. Recientemente, el Gobierno abrió una convocatoria para contratar 45.000 médicos y enfermeras en mitad de la pandemia.

    Estos son algunos testimonios de enfermeras y enfermeros que hablaron con Verne sobre la violencia y discriminación que han vivido estos días:

    Luis Gerardo Ramos, Tamaulipas. “Me vaciaron una botella de cloro en la cabeza”

    Así quedó el uniforme de Luis Gerardo tras el ataque con cloro. Facebook

    “Hoy en la mañana [jueves 9 de abril] a las 8.00 de la mañana salí de mi casa para mi trabajo. Iba en mi auto con cubrebocas, guantes y paré en una tienda para hacer algunas compras. Cuando salía de la tienda una señora que llevaba una bolsa en el brazo me empieza a decir que nosotros el personal de salud estamos contaminando la ciudad de Reynosa, Tamaulipas. No le hice caso y cuando estoy abriendo la puerta de mi coche empezó a gritarme más fuerte. En ese momento siento que me avienta una botella de agua y se acerca hacia mi con otra botella de cloro y me la vacía en la cabeza. No pude ver quien era porque me cubrí la cara. Con los químicos del cloro sufrí irritaciones en la cara, el pecho, el abdomen, el cuello y la espalda. Denuncié ante el Ministerio Público, es un acto de cobardía lo que me hicieron. Me dejó el uniforme todo desteñido. Tengo 33 años y cinco como enfermero. Estudié esta carrera convencido de ayudar a los demás cuando más lo necesiten. La única forma de no contaminarse es quedarse en casa, el personal de salud no lo podemos hacer porque es cuando más trabajo tenemos. Por favor, no hagan caso a todo lo que leen en redes sociales, lean y escuchen lo que dice la Organización Mundial de la Salud. Por miedo voy a dejar de usar el uniforme en la calle, pero mi compromiso con la sociedad sigue en pie”.

    Brenda Salomón, Estado de México. “Me gritaron ‘traes el Covid’ y me escupieron”

    “Me toca atender a todos los pacientes con enfermedades respiratorias, desde una simple gripa hasta enfermos por Covid-19. La situación está bastante fea. Antes de lo que me sucedió, había leído algunas notas en internet y en redes sociales de lo que le había sucedido a algunas compañeras. Los primeros días de la contingencia usaba el uniforme, pero ya no lo uso por miedo. Un día estaba esperando mi transporte y al hacer la parada hizo como que se detenía, pero al final cuando me vio, avanzó. También, una tarde que iba de regreso a mi casa, unos tipos en un auto me gritaron ‘traes el Covid’ y me escupieron. Nuestra sociedad muestra mucha ignorancia hacia el trabajo de otras personas, porque a final de cuentas nosotras como personal de salud estamos arriesgando a nuestras familias. Yo he estado aislada desde que comenzó la fase 2 y he dejado muchas cosas de lado. No puedo abrazar ni besar a mi hijo porque ya no tengo la seguridad de no estar contagiada sin presentar síntomas. Siento también mucha impotencia porque las autoridades no están tomando medidas para que las personas se queden en su casa”.

    Sandra Alemán, San Luis Potosí. Contusiones y un dedo roto por llevar uniforme

    A Sandra Alemán le rompieron un dedo y le dañaron los tendones de la mano. Facebook

    “Trabajo en la guardia nocturna del Hospital General de Zona nº1 en San Luis Potosí. Hace una semana pasé a comprar un café al Oxxo y al salir unos niños desde una minivan estacionada junto a mi coche empezaron a tirarme refresco y gritar ‘tiene Covid’ cuando les dije que no hicieran eso, su madre salió molesta de la tienda porque llamé la atención a sus hijos. Le dije que educara a los niños y ella respondió que se estaban defendiendo de mí porque soy propensa a infectarles. Esa señora no sabe que cuando salgo de mi área de servicio nos bañamos, vestirnos con ropa de civil y rociamos con el germicida con el que se desinfectan los quirófanos. La mujer me da una bofetada y me agarra de mi uniforme. Yo meto las manos, nos tropezamos y caemos al suelo mientras me sigue golpeando. Me fracturé un dedo y me dañé un tendón de la mano derecha. Llegué con la ropa del trabajo rota, tengo contusiones en todo el cuerpo y golpes en la cara. Estoy de baja laboral 15 días porque no puedo trabajar así. Por favor, entiendan que todos tenemos miedo pero trabajamos con vocación para sacar el país adelante. No somos sus enemigos, somos los que estamos al frente de la batalla para servirlos y atenderlos, no somos un riesgo”.

    Sofía Cortés, Ciudad de México. “Me gritaron ‘sucia irresponsable’ por andar con uniforme”

    “Lo que más me ha pasado desde que empezó la contingencia son las agresiones verbales. El otro día en el pesero, una señora me gritó que me levantara, que se iba a bajar, que yo estaba contaminada y me llamó ‘sucia irresponsable’. No supe cómo reaccionar, me quedé callada. El resto de los pasajeros se me quedaron viendo feo. Hace unos días, una compañera y yo fuimos por un café y el cajero no le quiso cobrar, le gritó que se fuera y yo vi todo desde fuera. Nos sentimos muy avergonzadas y desde entonces ya no hemos vuelto a ese lugar».

    Ligia Kantun, Yucatán. “¿Y si la próxima vez es una piedra?”

    Ligia Kantun fue atacada con café muy caliente por la espalda. Facebook

    “Pasó un coche y me gritó ‘¡Infectada!’, desde la ventanilla un hombre me tiró un café muy caliente que me alcanzó la espalda. Intenté meter las manos debajo de la blusa para despegarla de la piel. ¿Sabe lo que más me duele? Más que el daño físico, el daño moral. La gente está psicótica por este virus. Ahora fue un café pero, ¿y si la próxima vez es una piedra? Siempre he portado mi uniforme con mucho orgullo soy enfermera quirúrgica en Mérida desde hace 40 años y ahora resulta que me tengo que esconder. Jamás me había pasado algo así. Esta es una de las ciudades más tranquilas de mi país y mire lo que me pasó. Le diría a la gente que piense que si estuviéramos infectadas no saldríamos a la calle. Antes que proteger a los de la calle, protegería a mi familia. Por suerte he recibido apoyo moral de mucha gente que me han hecho llegar cubrebocas, caretas, comida, fruta. También, el respaldo del Gobierno para darnos protección. Tengo 59 años y pese a mi artritis reumatoide quiero y puedo ayudar a mi gente, a mi tierra. Mis pacientes me obligan moralmente a ponerme doblemente la camiseta”.

    Isabel (nombre ficticio), Veracruz. “No puedo subir enfermeras al pasaje”

    “Prefiero no decir mi nombre porque tengo miedo y esto apenas empieza. Tengo 35 años y llevo tres de enfermera y trabajo en el Hospital Covadonga de Córdoba, en Veracruz. Todos los días voy a trabajar en camión al hospital porque mi colonia queda un poco retirada. El otro día cuando me iba a subir [al autobús] el chofer extendió las manos y me dijo: ‘No, no se suba. Tengo indicaciones de no subir enfermeras al pasaje’. Llevaba el uniforme clínico blanco y un cubrebocas. Le dije, ‘¿Es en serio?’. Cerró la puerta y me dejó en la calle junto con otras personas. Me dio mucha pena, me incomodé por el resto de pasajeros. Tuve que esperar hasta que pasó el siguiente camión que sí me dejó subir. Es algo injusto, deberían de respetarnos y apoyarnos. No entiendo por qué las personas reaccionan de esa manera, deberían de ponerse a pensar que si nos agreden, por temor, no vamos a querer ir a trabajar y si ellos o sus familiares se enferman, ¿quién les va a tratar? En el hospital tenemos medidas para protegernos y nos cambiamos de ropa al salir, porque yo pase junto a alguien no lo voy a contagiar. Ni siquiera atiendo a pacientes que tienen coronavirus”.

    Abdel de la Rosa, Estado de México. “Al ver que era enfermero, se bajaban del camión”

    “Decidí dejar de usar el transporte público porque, a pesar de que los camiones si me dejaban subir. Algunos al abordar, me veían muy feo, se cambiaban de lugar y muchos se subían y al ver que era enfermero, de inmediato se bajaban. Fueron tres veces en las veces que me dirigía al hospital. Aunque no he recibido ninguna agresión, preferí contratar el servicio de un taxi de confianza para ir y venir del trabajo. Prefiero no arriesgarme. Estoy a cargo del piso de medicina interna, tenemos varios casos sospechosos de Covid-19 y tengo treinta pacientes a mi cargo. No espero ningún aplauso, pero tampoco que me vean como un foco de contagio. Quiero pensar que las personas están saturadas de información y por eso desconfían. Nosotros estamos para servir a los pacientes. Que no quepa duda que cuando alguien requiera de nuestros cuidados, no dudaremos en atenderlos”.

    Toda la información e imágenes son de VERNE.
    Link original: https://verne.elpais.com/verne/2020/04/13/

  • Confinamiento dispara violencia contra mujeres

    Confinamiento dispara violencia contra mujeres

    La violencia de género en América Latina y otras partes del mundo se elevó ante las medidas de aislamiento y cuarentena impuestas por la pandemia del Covid-19, que han dejado a las víctimas confinadas con sus agresores.

    En países como Brasil, Colombia, Argentina, Francia y Australia las líneas de atención ciudadana reportaron denuncias en aumento.

    Según The Associated Press, las llamadas a servicios por internet y los casos de violencia doméstica han crecido en Estados Unidos; los casos de violencia de género se han multiplicado por dos en India; los asesinatos de mujeres se han disparado en Turquía desde el 11 de marzo y en Sudáfrica se reportaron casi 90 mil incidentes de violencia de género en la primera semana de cuarentena.

    El gobierno de Australia reportó un alza de 75% en las búsquedas en internet de ayuda ante violencia doméstica, y la gestión gala aseveró que los reportes de violencia doméstica habían subido 32% en Francia y 36% en París en una semana.

    En Colombia, las denuncias de agresiones en contra de las mujeres crecieron 250%, según el observatorio colombiano de las mujeres. La línea púrpura para la protección y orientación sicológica y jurídica a mujeres en situación de violencia recibió más de mil 300 llamadas y atendió mil 197 solicitudes en las dos primeras semanas de aislamiento. Según El Tiempo, en las llamadas recibidas hubo 214 casos que requirieron atención profunda. El 50% de los casos reportó violencia sicológica; 23%, física; 19%, económica; 4%, patrimonial; 1%, verbal, y sexual, 4%. “La violencia a las mujeres se perpetúa en muchas ocasiones por la falta de determinación de los Estados de generar mecanismos para la atención y protección a las mujeres violentadas, lo que ha generado desconfianza en las víctimas para la denuncia”, expresó a EL UNIVERSAL Marcela Acevedo, representante del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

    Ante el alza de los reportes en el país, la Red Nacional de Mujeres desarrolló la aplicación Ellas, la cual incluye un botón de pánico para alertar a contactos de emergencia designados. Su versión web cuenta con información educativa sobre la prevención de violencia de género. Por parte del Estado colombiano se decidió liderar campañas como Juntos por ellas, la cual alienta a las víctimas a denunciar en los teléfonos.

    En marzo, la directora regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres, la uruguaya Maria-Noel Vaeza, comentó que la situación “es algo preocupante. La seguridad alimentaria y la violencia intrafamiliar, la violencia contra la mujer son asuntos de políticas públicas que hay que atender en estos momentos (…) [pues] la situación de violencia doméstica aumentará”.

    La Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera “un tema de salud pública que puede llevar a un número mayor de feminicidios y de violencia contra la mujer”. António Guterres, secretario general de la organización, subrayó que “para muchas mujeres y niñas, la amenaza es mayor allí donde deberían estar más seguras, en sus propios hogares (…) de modo que hago una nueva llamada a la paz en casa”. El Papa también pidió apoyo para ellas.

    Múltiples denuncias por violencia doméstica en Brasil se registraron en el periodo de confinamiento, donde de acuerdo con cifras de las autoridades, el aumento fue de 18%. La Defensoría del Pueblo del Ministerio de la Familia, la Mujer y los Derechos Humanos refirió que hasta el 25 de marzo el número de llamadas diarias en la línea de atención a la violencia doméstica aumentó a 3 mil 303, frente al promedio de 3 mil 45 registrado entre el 1 y 16 de marzo, para un alza de 8.47%.

    En Argentina, casos de homicidio en los primeros días de aislamiento como el de Cristina Iglesias y su hija Ada, de siete años, en Buenos Aires, despertaron las alertas de movimientos en pro de las mujeres.

    Según el Ministerio de la Mujer, Políticas de Género y Diversidad Sexual de Buenos Aires, las llamadas a la línea 144 se elevaron 60% del 20 al 26 de marzo, con 279 denuncias por violencia de género. “En Argentina lo que podemos ver son las estadísticas; sin embargo, hay muchas que no podemos ver, que no salen a la luz”, dijo Noé Costas, representante de Feministas Humanistas.

    “Con las colectivas empezamos las denuncias a través de las redes sociales y estas denuncias llegaron a organismos públicos como el Ministerio de la Mujer. Estamos ofreciendo voluntariamente nuestros teléfonos a quienes están sufriendo esto para comunicarse con nosotras, poder escucharlas y darles una orientación hacia un organismo que pueda atenderlas. Es el hecho de sentir que hay una persona del otro lado, que alguien te escuche”, expresó.

    Añadió que “así como se está brindando alojamiento en diferentes hoteles para personas en situación de calle, que se tengan en cuenta alojamientos para mujeres que están en situación de violencia”. Se espera que las medidas de aislamiento continúen en Latinoamérica ante la emergencia sanitaria, por lo que los reportes por violencia intrafamiliar se desplazarán hacia arriba.

    Toda la información e imágenes son de EL UNIVERSAL.
    Link original: https://www.eluniversal.com.mx/mundo/confinamiento-dispara-violencia-contra-mujeres