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  • El 2019, un año de pesadilla para las mujeres mexicanas

    El 2019, un año de pesadilla para las mujeres mexicanas

    El 2019 se convirtió en un año de pesadilla para las mujeres, ya que en los 12 meses se registraron 1,006 víctimas de feminicidio que, en comparación con los registros del 2018, significó un aumento de 10%, cifra por arriba incluso del aumento en homicidios dolosos en general que fue de 2.5% en los mismos años de comparación.

    En el 2019, no hubo entidad, de las 32 en total, que no registrara feminicidios de acuerdo con los datos de víctimas de delito del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

    No obstante, la violencia homicida hacia el género no es nueva; se disparó en los últimos años del sexenio de Enrique Peña Nieto y alcanzó un nuevo máximo en el primer año de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador.

    Si se comparan las víctimas de feminicidio del 2015 (426) con el 2019, hay un aumento de 136.1 por ciento. Durante el año pasado se registraron diferentes casos de feminicidios que conmocionaron a la opinión pública. Uno de los más recientes tuvo como sede el Estado de México, entidad que lleva años como puntero entre los más mortales para las mujeres y que para el 2019 se ubicó en segundo lugar con más víctimas a nivel nacional.

    Se trata de Óscar “N”, a quien se le relaciona con el asesinato de al menos seis personas, cuatro eran mujeres, y una de ellas era su novia.

    Óscar, sobre quien incluso se ofreció en su momento una recompensa por su captura, que posteriormente se concretó, amenazó en diversas ocasiones mediante sus redes sociales que seguiría asesinando mujeres, al tiempo que se burlaba de la incapacidad de las autoridades para capturarlo.

    A nivel nacional, las cinco entidades con más víctimas de feminicidios en el 2019 fueron Veracruz (163), Estado de México (125), Ciudad de México (68), Nuevo León (67) y Jalisco (56); en éstas se cometieron en promedio uno de cada dos homicidios de mujeres el año pasado.

    Deficiencias en la estrategia contra inseguridad

    La organización Causa en Común criticó que ante las cifras de incidencia delictiva del 2019 se evidenció que “hay una falta de estrategia integral de las autoridades para combatir la inseguridad”.

    La ONG cuestionó también que se ha mantenido la estrategia de militarizar la seguridad pública sin que esto haya tenido efectos relevantes en el número de asesinatos, extorsiones y secuestros.

    La ONG añadió que los datos de incidencia del SESNSP son apenas una aproximación a los niveles de inseguridad, por lo que llamó a esperar los datos de asesinatos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), “cuyas cifras suelen ser más fieles a la realidad, ya que se basan en actas de defunción y no en carpetas de investigación, como lo hacen las fiscalías”.

    Ante este panorama, la ONG recomendó designar más recursos a seguridad pública, fortalecer a las policías locales, crear mecanismos civiles de vigilancia a la Guardia Nacional, entre otras acciones.

    hector.molina@eleconomista.mx

  • Relegan a mujeres para dirigir universidades

    Relegan a mujeres para dirigir universidades

    Ciudad de México. De las 34 universidades públicas estatales del país, 27 no han tenido una sola rectora en las seis administraciones pasadas. En otras siete –Campeche, Tabasco, Veracruz, Querétaro, Quintana Roo, Oaxaca y Michoacán– sólo ha habido una o dos, según un análisis del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

    En el estudio –en curso– se advierte que si se toma en cuenta el sexo de las personas que han dirigido las universidades, en total 11 son mujeres y 193 hombres. El dato es alarmante no sólo por la actual ausencia de éstas en cargos de toma de decisión, sino porque es una constante histórica en las instituciones de educación superior, destaca.

    De acuerdo con la información, las universidades Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y de Quintana Roo, han tenido por lo menos una rectora. Las autónoma de Campeche, de Querétaro; la Juárez Autónoma de Tabasco, y la Veracruzana en dos ocasiones han sido dirigidas por mujeres.

    El centro académico resaltó que la falta de representatividad femenina tiene que ver con obstáculos como la presunción de que tienen menos capacidades para liderar y con barreras sociales en sus trayectorias profesionales que se traducen en menos oportunidades.

    Para Janette Góngora Soberanes, especialista en temas de género del departamento de relaciones sociales de la UAM Xochimilco, esa escasa participación en las rectorías no se vincula con sus capacidades, sino con una cultura de segregación y discriminación.

    En una investigación en la que participó la especialista, se encontró que en 2018 sólo 16 por ciento de las secretarías generales de universidades públicas y autónomas eran ocupadas por mujeres, y 24 por ciento tenían el cargo de abogado general.

    Nos rige una normatividad que viene de la historia casi de las universidades. Las leyes orgánicas con que fueron creadas son las mismas; no se han tocado, dijo.

    Indicó que la paridad de género en el país no se ha generado como un cambio cultural, sino ha sido jurídico, como sucedió en el Senado y la Cámara de Diputados. Por ello, apuntó, se requieren medidas específicas en las universidades para incorporar a más mujeres en los espacios de toma de decisión.

    Ana Lau Jaiven, coordinadora de la maestría en estudios de la mujer de la UAM Xochimilco, destacó que las instituciones de educación superior desde su fundación son masculinas y a las mujeres les ha costado mucho trabajo subir de categoría. Todavía, dijo, se considera que ellas tienen que estar en las casas realizando el trabajo doméstico.
    Toda la información e imágenes son de La Jornada.
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  • Así se convirtió la bici en un símbolo de libertad para la mujer

    Así se convirtió la bici en un símbolo de libertad para la mujer

    Durante siglos las bicicletas fueron fundamentales en la lucha de la mujer por la igualdad. Hoy el ciclismo femenino vive un auténtico boom.

    La madrileña editorial Impedimenta reeditaba en 2014 una de las primeras guías para mujeres ciclistas de la época victoriana publicada en 1897, Damas en Bicicleta: Cómo vestir y normas de comportamiento, escrita por la señorita F. J. Erskine, un libro de “una mujer ciclista para mujeres ciclistas”. Un manual que a día de hoy resulta de lo más pintoresco pero que supuso un paso más en la lucha de la mujer por la igualdad. Lo que hoy vemos como un simple vehículo de dos ruedas fue toda una revolución para el hombre moderno, pero todavía más para la mujer. La bicicleta en el siglo XIX se convirtió en todo un símbolo de libertad para el sector femenino y muchas veces estuvo asociada a movimientos sufragistas. Montar en bici para las mujeres suponía todo un desafío ya que los hombres lo consideraban poco decoroso, peligroso para la unidad familiar y hasta argumentaban que podía causarles daños físicos. De hecho, existieron no pocos argumentos médicos que avisaban que su uso podía provocar en la mujer daño como esterilidad o aborto, y morales, como excitación sexual. Pronto la bicicleta se convirtió en una forma de desafiar a la sociedad machista de la época y surgieron mujeres que enarbolaron el uso de la bicicleta como símbolo para luchar por la igualdad. Susan Anthony, líder estadounidense por los derechos civiles opinaba que la bicicleta era el objeto que más que ninguna otra cosa había contribuido a la emancipación de la mujer: “Le proporciona sensación de libertad y seguridad en sí misma. Cada vez que veo una mujer sobre una bicicleta me alegro, porque es la imagen de la libertad”, afirmaba en una entrevista realizada en 1896. Precisamente así es como las mujeres empezaron a llamar al vehículo de dos ruedas: “la máquina de la libertad”.

    En el Siglo XIX existían argumentos médicos para que la mujer no fuera en bicleta.

    También la moda cambió gracias a las primeras mujeres que se atrevieron a usar una bicicleta. Los trajes victorianos no eran los más adecuados para experimentar la libertad que producía pedalear, tampoco el corsé, que fue desapareciendo poco a poco. La mujer empezó a utilizar ropa masculina y hasta inventó nuevas prendas, como los bloomer, unos pantalones bombachos fruncidos en la rodilla, mucho más cómodos para moverse en bicicleta. Un cambio que, mucho más allá de la estética, supuso una victoria en la lucha por la igualdad. Todavía hoy las mujeres de países como Afganistán, Arabia Saudí o Irán siguen luchando por un derecho tan básico como es montar en bicicleta. Películas como La bicicleta verde de Haifaa Al-Mansour, la primera película dirigida por una mujer en Arabia Saudí, trata este tema a través de la historia de una niña que quiere montar en bicicleta, algo que en ese país se considera un peligro para el honor de la mujer.

    En nuestro país, en los últimos años, hemos visto como la bicicleta ha traspasado la barrera del deporte para pasar a formar parte del entramado urbano de nuestras ciudades. Una práctica que va unida a la concienciación con el medioambiente y a las políticas que promueven el uso de la bicicleta en la ciudad. En cuanto al ciclismo como deporte, sobre todo de forma profesional, sigue estando mucho más ligado a hombres que a mujeres, a pesar de que en los grandes acontecimientos deportivos, como por ejemplo en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, se disputaron las mismas pruebas ciclistas para hombre y mujer: 9 masculinas y 9 femeninas, o que en el Campeonato Mundial de Ciclismo, donde se consigue el ansiado maillot arcoíris, existen prácticamente las mismas categorías para los dos sexos. Aún así, las noticias que nos llegan, los grandes triunfadores, las carreras que se retransmiten… siguen siendo principalmente masculinas. Poco se sabe de grandes pruebas de ciclismo femenino como el Giro Rosa, o de mujeres ciclistas que no paran de acumular premios, como la estadounidense Megan Guarnier.

    La bicicleta ha sido para las mujeres un sinónimo de libertad.

    Pero algo está cambiando, ya que no paran de surgir interesantes iniciativas que fomentan la práctica del ciclismo para mujeres, como mujeresenbici.es, un proyecto de una apasionada de la bici, Erkuden Almagro, que ha creado en Pamplona un club ciclista para mujeres. Un proyecto que incluye también una bici escuela donde imparten cursos prácticos para que las mujeres aprendan a manejar la bici o para que mejoren su técnica. Erkuden es también autora de: La guía definitiva para la mujer ciclista, un libro con información básica sobre entrenamientos, alimentación, equipamiento, o consejos para elegir la bicicleta que mejor se adapte a las necesidades de cada mujer. Más activistas y guerreras se muestran, desde Zaragoza, Las Bielas Salvajes, un colectivo con un carácter reivindicativo que realiza un gran número de actividades relacionadas con la mujer y la bicicleta. En su segundo aniversario, por ejemplo, realizaron un paseo en bici bajo el título: Mujeres y bicicleta: una historia de libertad, donde homenajearon a mujeres que hicieron historia con los pedales. También organizan paseos ciclolunares (paseos en bici con luna llena), paseos urbanos en bici entre mujeres, rutas cicloturistas… Su base de operaciones está en La Ciclería, un espacio dedicado por entero al mundo de la bicicleta, donde la mujer es también protagonista. En Madrid las seguidoras del movimiento global She Rides, que nació en Australia para fomentar la igualdad en la práctica ciclista entre hombres y mujeres, tiene su base de operaciones en la She Rides Women Academy donde imparten cursos, organizan jornadas técnicas, marchas cicloturistas… También tratan temas como la nutrición o el vestuario. Desde el año 2014, Murcia también tiene su club femenino: el Club Ciclista Chicas Bikers impulsado por cinco mujeres con la idea de fomentar la modalidad mountain bike e iniciar a otras mujeres en este deporte. La vicepresidenta del club, Áurea Ruiz, fue campeona de España de mountain bike sub-23 en el año 2013. Oviedo también cuenta con su club ciclista femenino, Una a Una, una iniciativa que surgió en el año 2011 de la mano de la alpinista Rosa Fernández, quien tras recorrer el Camino de Santiago en bici decidió poner en marcha este club cuyo objetivo es combinar ocio y deporte y fomentar el ciclismo de montaña entre las mujeres, además de recaudar fondos para fines solidarios.

    Una mujer en bicicleta por las calles de Londres.

    Todos estos clubs, escuelas y asociaciones muestran el interés de las mujeres por el ciclismo en nuestro país. Realizar una actividad en compañía siempre resulta gratificante, pero montar en bicicleta también puede ser un deporte solitario, así es como lo vive Cristina Spínola, que recorre el mundo en bicicleta y documenta sus aventuras en el blog solaenbici.com. Su objetivo, además de viajar por el placer de hacerlo, es fomentar en los países que visita el empoderamiento de la mujer, y de inspirar a otras mujeres a ser autónomas e independientes económicamente.

    Este boom asociado al ciclismo femenino no ha pasado desapercibido para los fabricantes de bicicletas, y cada vez hay más marcas que diseñan sus modelos teniendo en cuenta la anatomía de la mujer y sus necesidades específicas. El físico de la mujer no es igual al del hombre, y por ello en estas bicicletas adaptadas al público femenino se ha tenido en cuenta la musculatura de la mujer, la distribución del peso… Por ejemplo, partes de la bicicleta como el sillín son diferentes en una bicicleta diseñada para la mujer, más ancho en la parte trasera y más corto en la punta, así se carga menos peso sobre la zona genital y la postura es más cómoda. También es importante el peso de la bicicleta, algo que los fabricantes de bicis para mujeres tienen muy en cuenta, intentando que sean lo más ligeras posibles. Marcas como Giant, un gigante de las bicicletas, ha lanzado ya una marca específica para mujeres: Liv Cycling, y otras marcas líderes en el sector como Canyon o Specialized tienen también modelos para mujer.

    Una de las bicicletas para mujeres de Specialized.

    Una vez seleccionado el modelo de bicicleta adecuado, solo hará falta invertir un poco más en algunas prendas específicas, como las zapatillas, un culote ciclista femenino, preferiblemente de licra, y un buen casco. Siendo un poco constante pronto serán visibles los beneficios que proporciona hacer un deporte como el ciclismo. Solo una hora de bicicleta quema más de 500 calorías. Además, montar en bici ayuda a que el ritmo cardiaco mejore, aumenta la capacidad pulmonar, mejora nuestra resistencia y, por supuesto, ayuda a quemar grasa localizada y a estilizar la figura. Hay que tener en cuenta otra cuestión importante, y es que montar en bici es un deporte de bajo impacto, es decir, que no se ejerce presión sobre las articulaciones como ocurre por ejemplo al correr. Y por si fuera poco hay estudios que indican que las personas que practican ciclismo tienen más energía y que este deporte alarga la vida. Todo son ventajas para este vehículo de dos ruedas que es sinónimo de libertad, salud y vida.

    Lara Saint Paul (Silvana Savorelli) en bicicleta en 1960.
    Una voluntaria de Cruz Roja se desplaza en bicicleta en 1943.

    Toda la información e imágenes son de EL PAÍS SMODA.
    Link original: https://smoda.elpais.com

  • Firmas instaladas en WeWork Guadalajara son lideradas por mujeres

    Firmas instaladas en WeWork Guadalajara son lideradas por mujeres

    A diferencia de lo que ocurre a escala nacional y en Latinoamérica, en Guadalajara 51% de las empresas instaladas en WeWork —comunidad global de espacios de trabajo para conectar empresas— son dirigidas por mujeres.

    Guadalajara, Jal. A diferencia de lo que ocurre a escala nacional y en Latinoamérica, en Guadalajara 51% de las empresas instaladas en WeWork —comunidad global de espacios de trabajo para conectar empresas— son dirigidas por mujeres.

    “En conjunto, en los tres edificios que tenemos en Guadalajara, 51% de las empresas que ocupan un espacio de oficinas son dirigidas por mujeres, contra 30% a nivel México y 17% a nivel Latinoamérica”, dijo a El Economista el director de WeWork Guadalajara, Rigoberto Vega.

    “Estamos buscando cómo seguir motivando esa situación, porque lo más interesante de esto es que dentro de estas directoras que tenemos hay empresas desde artesanías hasta de tecnología muy grandes”, comentó el directivo, quien destacó que la compañía busca aprovechar el trabajo y la convivencia que se da en un mismo espacio laboral para impulsar el crecimiento y desarrollo de otros empresarios y emprendedores.

    Precisamente, con el objetivo de impulsar la cultura del ecosistema empresarial, en esta comunidad de espacios de trabajo llevará a cabo el Talks by We.

    Se trata de un encuentro cuyo objetivo es generar contenidos a través de la visión de diferentes actores en el ecosistema de los negocios, quienes presentan enfoques totalmente diferentes.

    Justamente en éste, que es el primero del año, se abordará el tema de los ecosistemas de negocios, por lo cual los panelistas serán directivos de organismos empresariales y de gobierno.

    “Un ecosistema lo conforman todos, desde freelancers, startups, pymes y empresas medianas hasta empresas con presencia mundial. Todas somos empresas que trabajamos en un mismo ecosistema y el impacto que llegamos a tener, ya sea positivo o negativo, con las cosas que llegamos a hacer o dejamos de hacer”, detalló Rigoberto Vega.

    En el encuentro que se realizará mañana miércoles en WeWork Américas se espera una asistencia de 100 personas, quienes sólo requieren preregistrarse en línea a través de la página: we.co/ecosistemasdenegocio.

    Toda la información e imágenes son de EL ECONOMISTA.
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  • Hollywood: el oscuro panorama para las mujeres en Hollywood pese a haber protagonizado un récord de películas taquilleras

    Hollywood: el oscuro panorama para las mujeres en Hollywood pese a haber protagonizado un récord de películas taquilleras

    Zellweger, Jolie y Larson. Las tres actrices tienen en común haber protagonizado el año pasado películas taquilleras en Estados Unidos.

    Y son por ello en parte responsables del récord de representación de protagonistas femeninas en filmes exitosos que se dio en 2019, algo que concluye una investigación del Centro para el Estudio de la Mujer en la Televisión y el Cine (Center for the Study of Women in Television and Film) de la Universidad de San Diego en California.

    Según el informe, el 40% de los filmes más taquilleros en EE.UU. tenían mujeres en un papel protagónico, 9% más que el año anterior.

    Pero las mujeres negras y otras minorías raciales y étnicas del país están siendo relegadas del sector, aclara el reporte.

    Brie Larson en su papel como «Capitana Marvel»

    Los largometrajes que aparecen en el listado incluyen a Avengers: Endgame, Captain Marvel («Capitana Marvel»), Joker y Maleficent: Mistress of Evil («Maléfica, dueña del mal»).

    Con información compilada por la web especializada Box Office Mojo, el estudio indica que el 43% de las películas más taquilleras tenían a un hombre protagonista, mientras que los títulos con protagónicos equitativos (una mujer y un hombre, o un grupo) constituyeron el 17%.

    La crítica de cine Rebecca Harrison le dijo a la BBC que el aumento de mujeres protagonistas es «maravillosa» para megaestrellas como Larson, Jolie y Zellweger, quien se hizo este domingo con el galardón a la mejor actriz por «Judy» en los premios del Sindicato de Actores de Estados Unidos.

    Y también para Scarlett Johansson y Margot Robbie, quienes recibieron el 7 de enero dos nominaciones cada una a los premios de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y Televisivas (Bafta).

    Pero «para las mujeres de color», añadió, «la representación es todavía pésima».

    Awkwafina ganó un Globo de Oro por «The Farewell», pero Cynthia Erivo (d) quien interpretó a una esclava convertida en abolicionista en «Harriet» no fue considerada para una nominación a los Bafta.

    Las mujeres que interpretaron protagónicos fueron 68% blancas, comparado con las colegas negras (20%), las asiáticas con un 7% y en lo último las latinas, con un 5%.

    La encuesta, que se empezó a hacer en 2002, cuando solo el 16% de los papeles protagónicos era para mujeres, se publicó después de una semana de críticas a la baja presencia de las mujeres y minorías a ambos lados de la cámara.

    El estudio registró que en las películas con al menos una escritora y/o directora, el 58% de los personajes principales eran mujeres. El porcentaje decrecía al 30% cuando se trataba de filmes hechos por hombres.

    «Muy decepcionada»

    El pasado 5 de enero, fue un hombre el que se volvió a llevar el premio al mejor director en los Globos de Oro. Resultó ganador el británico Sam Mendes con su épica de guerra, «1917».

    Y una semana después, ninguna mujer fue nominada en esa misma categoría por el séptimo año consecutivo en los Bafta.

    Amanda Berry, directora de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y Televisivas, admitió estar «muy decepcionada» ante la falta de diversidad.

    El subdirector de la academia, Krishnendu Majumdar señaló que la ausencia de directoras nominadas constituía «un problema amplio en la industria» y que la institución «está intentando intensamente hacer algo al respecto» con programas como Elevate, que apoya el talento de «grupos subrepresentados».

    En 2018, la academia anunció nuevas cuotas de diversidad o «criterios de elegibilidad» para dos de las categorías de premiación; mejor película británica y mejor debut de un guionista británico, director o productor, con el fin de «apoyar a una industria abierta, accesible e inclusiva».

    Harrison, la crítica de cine, cree que aunque está bien que las instituciones expresen su decepción, ahora tienen que «trabajar activamente para cambiar las reglas» de cómo opera la industria. «De otro modo, son solo titulares sin contenido».

    Sam Mendes ganó el premio al mejor director en los Globos de Oro de este año en una categoría que excluyó a las mujeres.

    «Uno de los argumentos es que la representación frente a cámara mejora cuando la diversidad detrás de cámara mejora también», señaló.

    Y dijo: «Así que si más mujeres acceden al puesto de director y a los roles de producción, eso es fantástico. Pero eso no se traducirá en una mejor representación de mujeres y minorías».

    «Un aspecto que me sorprendió un poco fue el dato de que los estudios cinematográficos son los que han visto incrementos en la diversidad y que en los filmes independientes ha sucedido lo opuesto», advirtió.

    Harrison se refiere a al estudio de la Universidad de San Diego, que registró un 45% de protagónicos para mujeres por parte de estudios grandes y un 55% en películas independientes. Un giro a 2018, cuando la representación fue del 68% para independientes y el 32% para estudios.

    La autora y académica cree que los grandes estudios a menudo «son criticados justificadamente» por el hecho de que «solo piensan en la representación de una forma corporativa», al usar las mismas caras blancas, familiares y taquilleras.

    Los personajes femeninos con diálogos, y de acuerdo al informe, cayeron en un 1% con respecto al año pasado, al registrar un 34%.

    ¿Se mueren al final?

    Las nuevas estadísticas solo analizan las interpretaciones de actrices de una forma cuantitativa y no cualitativa, y por ello deberían tomarse con cautela.

    Según el reporte, de los protagonistas, el 26% fueron personajes femeninos y el 74% masculinos.

    El test Bechdel es otro método utilizado para analizar la representación de la mujer en el cine, con preguntas como: ¿tiene la pieza artística al menos a dos mujeres con su debido crédito, que hablan entre ellas sobre algo que no sea un hombre?

    Quentin Tarantino y Margot Robbie trabajaron juntos en ‘Once Upon a Time… In Hollywood’, una de las grandes ganadoras en los Globos de Oro.

    En el Festival de Cannes del año pasado, el director Quentin Tarantino reaccionó con «rechazo tu hipótesis» ante la pregunta de una periodista sobre el hecho de que la actriz Margot Robbie tuviese pocos diálogos en la galardonada película Once Upon A Time… In Hollywood.

    «Todo está bien al decir ‘ok, las mujeres fueron protagonistas en el 40% de los filmes más taquilleros’ pero, sin analizarlos cualitativamente, en realidad no sabemos cómo fueron sus papeles en esos filmes», apuntó.

    «¿Fueron estas mujeres protagonistas representadas de manera positiva?¿murieron al final? ¿sobrevivieron a algún tipo de horrendo abuso sexual en pantalla? ¿tuvieron muchos diálogos?», continuó.

    «Creo que en todas estas conversaciones se trata de encontrar un balance entre celebrar lo positivo pero también asegurarnos de que estamos constantemente prestando atención a las áreas que pueden mejorar», concluyó.

    Toda la información e imágenes son de BBC MUNDO.
    Link original: https://www.bbc.com

  • Trabajo no remunerado en mujeres, eleva desigualdad en México: Oxfam

    Trabajo no remunerado en mujeres, eleva desigualdad en México: Oxfam

    Ciudad de México. La histórica desigualdad no cede en México. Seis de las personas más acaudaladas del país listadas en Forbes concentran más riqueza que los 62.5 millones más pobres. Esta brecha gira en torno a un sistema económico «injusto y patriarcal» que recarga el trabajo no remunerado en las mujeres, denunció Oxfam México.

    La mayor parte del trabajo gratuito como el cuidado de niños, adultos mayores, personas enfermas o con alguna discapacidad, así como el mantenimiento del hogar se deja a las mujeres mientras los hombres se dedican a actividades que conllevan alguna remuneración, destaca el informe Tiempo para el Cuidado que presentó este lunes la organización.

    En México, el trabajo no remunerado –del que las mujeres realizan cuatro horas más que los hombres- equivale a 1.7 billones de pesos “casi dos veces la producción minera anual”, mientras que en todo el mundo este costo es de 10.8 millones de dólares. “Estamos ahorrándole al Estado millones de pesos que tendría que invertir en gasto social para poder crear mejores sistemas de seguridad”, exhibió Rocío Stevens, directora de campañas y comunicación de la sede mexicana de Oxfam.

    La organización recalcó que es necesario un Sistema Nacional de Cuidados para frenar el trabajo que se recarga en las mujeres y que se financie con impuestos progresivos a la riqueza. Sólo con gravar con 0.5 por ciento los bienes del 1 por ciento de la población con más ingresos se podrían obtener 92 mil millones de pesos. Dicho monto, podría duplicar los recursos presupuestarios para el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), explicó Milena Dovalí, coordinadora de investigación.

    La negligencia del Estado para procurar sistemas de seguridad más justos parten de un fundamento fiscal, abundó Diego Vázquez, gerente de investigación del organismo. México aporta 7.7 por ciento del producto interno bruto (PIB) a gasto social. Es el promedio más bajo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, incluso Chile y Turquía duplican la proporción, pero también tiene que ver con una debilidad fiscal que al final se recarga en las mujeres.

    “Ni invirtiendo todos los impuestos que recauda el Estado mexicano podríamos llegar a un nivel satisfactorio (de gasto social) porque México recauda alrededor del 16 por ciento del PIB”, acotó. Así que es necesaria una reforma fiscal –que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador descartó para la primera mitad de su gobierno.

    “No se va a poder resolver el tema de la salud ni de las estancias si no hay una mayor recaudación”, zanjó. Las necesidades de rediseño no parten sólo de quitar intermediarios en las transferencias de gobierno, sino revisar todo el sistema.

    En ese sentido, las políticas impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador para dar garantías son mínimas frente a las necesidades, explicaron los investigadores. Por ejemplo, el eliminar las guarderías por un lado, pero duplicar las transferencias a personas con discapacidad o promover un sistema universal de salud con el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) por el otro, no ven el problema central: ingreso y gasto de gonierno.

    “No estamos en contra de la austeridad en términos de ahorros, de evitar despilfarros, de hacer eficiente la actividad del Estado y del gasto público, pero fundamentalmente las mujeres que están en los ingresos más bajos son más altamente dependientes de los servicios del Estado. Las mujeres que están en el 10 por ciento más alto no son las que se vieron afectadas por el cierre de las guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social”, acotó Stevens.

    Toda la información e imágenes son de LA JORNADA.
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  • ¿Quién era Isabel Cabanillas? promotora de los derechos de las mujeres asesinada

    ¿Quién era Isabel Cabanillas? promotora de los derechos de las mujeres asesinada

    La artista y activista promotora de los derechos de las mujeres, Isabel Cabanillas de la Torres, fue asesinada en Ciudad Juárez familiares y colectivos feministas exigen justicia.

    Tras pasar varias horas desaparecida, Isabel Cabanillas de la Torres, fue asesinada en Ciudad Juárez, la joven aún tenía un futuro por delante, era artista y activista promotora de los derechos de las mujeres.

    Durante la mañana del pasado domingo 19 de enero, la Fiscalía Especializada de la Mujer (FEM) dio a conocer que fue encontrada muerta una mujer en la zona centro de Ciudad Juárez, por lo que a través de redes sociales empezaron a circular mensajes que informan que se trataba de la joven activista.

    La desaparición


    El pasado sábado, los familiares y amigos de la joven informaron a las autoridades, pues no aseguraron que no sabían nada de ella desde la noche del viernes, además el lugar donde se le fue visto por última vez era en el centro de Ciudad Juárez.
    Fue en ese mismo lugar donde la madrugada del viernes fue encontrado sin vida y con múltiples heridas de impactos de bala su cuerpo.

    ¿Quién era Isabel Cabanillas?


    La joven de apenas 26 años de edad, era diseñadora de ropa, pintora y además miembro activo del colectivo “hijas de Nuestra Maquilera Madre” además con anterioridad había participado en la Red Mesa de Mujeres, aparte de ser artista Isabel era activista promotora de los derechos de las mujeres.

    Exigen justicia para la artista y promotora

    Luego que la Fiscalía informara sobre el cuerpo encontrado, familiares y amigos de Isabel, así como miembros de otros colectivos feministas se hicieron presentes en las calles, donde exigen justicia por Isabel. Los asistentes demostraron su enojo ante estos actos criminales que le arrebataron la vida a una mujer y a un niño pequeño en la orfandad, pues era madre de un menor.
    Fue así que con tantas, fotos y letreros, colocados alrededor del monumento a Benito Juárez, se exigió justicia por el asesinato de Isabel Cabanillas y se le hizo un homenaje a la artista.

    Toda la información e imágenes son de LA VERDAD NOTICIAS.
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  • Natacha Lopvet realiza colecta por la dignidad en prisión

    Natacha Lopvet realiza colecta por la dignidad en prisión

    ¡Móchate con las mujeres de Santa Martha! es la colecta que inició Natacha Lopvet, quien estuvo 10 años en el penal de Santa Martha; mediante esta iniciativa, apoyada por asociaciones civiles, busca donar artículos para estudiar, comunicarse y de cuidado personal.

    Eran las vacaciones de Semana Santa en el mes de abril de 2007 y Natacha Lopvet viajó de Francia a Perú. En el vuelo de regreso, hizo escala en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde fue detenida por delitos contra la salud.

    Cumplió una condena de 10 años en el Centro Femenil de Readaptación Social (CeferesoSanta Martha Acatitla, al oriente de la Ciudad de México.

    La ciudadana francesa considera que las mujeres en prisión cultivan a diario el no ser víctimas, pues de otra forma no podrían sobrevivir al encierro. Así, durante la década en la que no pudo obtener la libertad anticipada, aprovechó las actividades culturales de la penitenciaría.

    Todo reto es grande, pero si todos los esfuerzos se suman van a dar un apoyo y una alegría a esas mujeres

    – Natacha Lopvet

    Fundadora del colectivo LaBoussole

    “Olor a libertad, expansión y velocidad. Olor a abundancia, a frescura; olores de perfumes, cremas, jabones y esencias. Olor a múltiple, mucho mejor”, menciona en el texto Olores de afuera, el cual trata sobre su sentir al salir de prisión.

    Lopvet asegura que las mayores preocupaciones en el centro femenil son: uno, salir; dos, sobrevivir y tres, cambiar ese mundo. Por ello, a raíz de su experiencia, busca apoyar a sus compañeras.

    Pero ¿cómo hacerles llegar estos aromas a las más de mil mujeres que viven en el penal de Santa Martha? ¿Cómo contribuir a que continúen con su educación? ¿Cómo ayudarles a que se comuniquen con el exterior?

    En redes digitales, Lopvet inició ¡Móchate con las mujeres de Santa Martha!, una colecta de alimentos, artículos escolares y de higiene, ropa de cama y de vestir, zapatos y tarjetas de teléfono.

    “Tengo este proyecto en mente desde que salí, hace dos años y medio. La gente se suma, ha podido dar y me entusiasma”, menciona Lopvet en entrevista con Reporte Índigo.

    Al dejar la cárcel se desempeñó como Oficial de Proyecto en la organización feminista EQUIS Justicia para las Mujeres, donde sigue colaborando.

    A la campaña de donación se sumaron integrantes del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y Balance A.C., que estará recolectando los productos hasta el 10 de febrero en Huatusco 39, colonia Roma Sur, de 10:00 a 18:00 horas. La pulquería María Pistolas, en el Centro Histórico, recibirá donaciones en su horario de servicio

    LOPVET AYUDA CON DONACIONES QUE ALIENTAN

    Natacha Lopvet sigue acudiendo a la cárcel de mujeres dos veces a la semana a visitar a su esposa, pues se casó en prisión. Regresará para entregar las donaciones de manera directa con ayuda de voluntarios que también se encarguen de hacer los paquetes.

    “Siempre terminamos autoabasteciéndonos, no hay mejor momento que cuando uno recibe una ayudita. Yo lo he vivido dentro, es alentador”, dice.

    Para Lopvet, la dignidad de la las internas en el penal de Santa Martha empieza cuando comienzan a sentirse bien con ellas mismas para después continuar con sus actividades educativas o de trabajo penitenciario, el cual consiste en renovar ropa, zapatos, sábanas y cobijas.

    “Lo que mueve a la gente es poder ser una persona de pie y eso empieza con tener la posibilidad de asearse o de ir al espacio donde vives. Decir ‘ya me bañé, ya mi estancia está limpia y entonces me siento mejor para seguir y hablar por teléfono con un familiar o amigos’”, comenta.

    Ella sabe que es un gran reto, pero confía en que puede lograrlo gracias al aliento y las reacciones de sus compañeras.

    “El reto es grande, pero si todos los esfuerzos se suman van a dar un ánimo, un apoyo y una alegría a esas mujeres. Lo sé de antemano, cuando te viene un donativo es dar un margen de respiro para poder cubrir una necesidad y saber que alguien piensa en nosotras desde afuera, nos ayuda en estas cosas tan básicas”, expresa.

    La convocatoria también invita a donar botes de pintura blanca para renovar las celdas y los espacios comunes.

    Lopvet sigue acudiendo a la cárcel de mujeres a visitar a su esposa

    TEATRO CON CAUSA

    ¡Móchate con las mujeres de Santa Martha! también es posible gracias a Minerva Valenzuela, artista egresada de la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) que escribió, dirigió y protagonizó Los caballeros las prefieren presas.

    “Una amiga mía, que es ‘la del cabaret’, me propuso hacer una colecta con su obra de teatro y la gente venía a hacer una donación a cambio de una reducción en la taquilla”, explica.

    El título de la representación teatral hace referencia a la película Los caballeros las prefieren rubias, que protagonizó Marilyn Monroe en 1953. Así, Valenzuela usa una peluca rubia y viste un uniforme azul.

    La puesta en escena aborda la problemática penitenciaria. Son historias reales de mujeres presas actualmente o que han estado en la cárcel, contadas por una mexicana que se llama Marylinares. El personaje está preso en el penal de Santa Martha Lamitas, en alusión a la antropóloga Marta Lamas.

    “Hemos concluido que los caballeros no nos prefieren rubias: nos prefieren calladas. Nos prefieren presas o muertas”, versa la reseña de este show.

    Valenzuela tiene dos décadas de trayectoria y a través de asociaciones civiles realiza espectáculos de cabaret con estrategias educativas, centrándose en los derechos humanos, principalmente en los de las mujeres.

    “Les encanta que una les cuente las historias de lo que pasa adentro del penal, como si fuéramos diferentes a ustedes”, pronuncia caracterizada como Marylinares desde el Foro A poco no.

    Toda la información e imágenes son de REPORTE ÍNDIGO.
    Link original: https://www.reporteindigo.com/

  • Maternidad forzada: embarazos en niñas y adolescentes muestran la otra cara de la violencia contra las mujeres en México

    Maternidad forzada: embarazos en niñas y adolescentes muestran la otra cara de la violencia contra las mujeres en México

    Por María José Martínez, Jesenia Freitez Guedez, María José Puente, Montserrat Peralta, Nancy Ramírez Duarte, Rosario Lucas y Yelly Bernal. Mentora: Daniela Guazo*

    Una niña de 13 años es entregada a un “amigo cercano” de su padre para aminorar los gastos en casa; tiempo después tiene a su primer hijo. Dos niñas de 12 años descubren que están embarazadas en una revisión normal del médico; una de ellas tiene discapacidad intelectual. Una joven de 17 es golpeada por su segunda pareja después de quedar embarazada. Una niña de 14 decidió abortar tras soportar múltiples abusos a manos de su tío. Estos casos son sólo una pequeña muestra de la realidad que viven miles de niñas y adolescentes en México: el embarazo adolescente.

    De 2008 a 2018, cada año, en promedio, 14 mil 568 menores de 10 a 14 años se convirtieron en madres, de acuerdo con los datos del Subsistema de Información sobre Nacimientos (SINAC) de la Secretaría de Salud. Y contrario a la creencia popular de que un embarazo adolescente es el resultado de la falta de información y el poco acceso a métodos anticonceptivos, en gran parte de los casos se esconden situaciones en donde la niña es víctima de abusos e incluso uniones forzadas.

    Embarazos adolescentes en México. Infografía: Chicas Poderosas.

    En el Instituto Nacional de Perinatología, ubicado en la Ciudad de México, se encuentra la Clínica de Medicina de la Adolescente, lugar en el que es común ver a menores de edad con pequeñas barrigas que denotan su embarazo y que van de la mano de sus madres. Ahpi, desde el primer acercamiento se investiga la edad de la pareja. “Nosotros muchas veces podemos sospechar, pero no podemos tener una certeza de esta situación”, explica Norma Velázquez jefa de salud reproductiva del Instituto Nacional de Perinatología.

    “Se les pregunta intencionadamente [a la menores de edad] si hubo actos de violencia [sexual], porque la actitud de estas chicas cuando ocurre esto es estar retraídas, no hablar y tienen una actitud diferente cuando nosotros les preguntamos “bueno, ¿tú querías?”, dice la doctora, quien añade que esta información se revela únicamente en entrevistas individuales.

    Aunque no es una situación que se replique de manera tan cotidiana, la complejidad de los casos es algo que requiere de especialistas. “Algunas mamás de estas chicas ya habían interpuesto denuncias previas al llegar con nosotras a la institución y, obviamente es una condición muy difícil para ellas porque las chicas no saben qué pasa con su cuerpo, entonces sí requieren mucha atención de psicología y de psiquiatría para intentar mejorar su condición psicoafectiva”, dice la doctora.

    En 2015 el gobierno federal lanzó la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo Adolescente; una de las metas principales que se plantearon fue reducir para 2030 a la mitad la actual tasa de fecundidad entre las adolescentes mexicanas, y erradicar el embarazo en niñas menores de 15 años. Estas metas se ven muy poco probables tomando en cuenta que desde el año en el que se lanzó la estrategia hasta 2018, la cifra de embarazos en donde la madre tenía entre 10 y 14 años bajó apenas 1.815 casos.

    En el caso de las menores de 15 a 19 años la situación no es muy diferente: cada año, en promedio, de 2015 a 2018, se registraron 381.000 nacimientos en donde la madre entraba en este rango de edad. Los datos han tenido una disminución apenas del 14%. Esto ha hecho que México se posicione como el país con la tasa de fecundidad más alta dentro de esta población entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con 64 nacimientos por cada 1.000 adolescentes en este rango de edad.

    Una deuda pendiente

    La puesta en marcha de esta estrategia del gobierno federal fue un punto de partida para analizar e intentar reducir el embarazo adolescente y el número partos que se registran dentro de esta población. Pese a esto, tener una estadística confiable que ayude a crear verdaderas políticas públicas que contengan y logren reducir esta problemática y que además generen información acerca de los abusos de los que son víctimas estas nuevas madres no se ha conseguido.

    Intentar medir la situación del embarazo adolescente a través de un censo sería muy costoso. Hay aproximaciones para medir este fenómeno a partir de las respuestas básicas de las personas, en donde se pueden saber las edades y las vinculaciones, pero sería demasiado vasto, aseguró Edgar Vielma Orozco, director general de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi.

    Además, asegura que las cifras sobre embarazo adolescente que se tienen varían mucho dependiendo del organismo que las recabe, la metodología empleada, la calidad de los procesos y el tiempo en que se llevan a cabo. Los datos son tan ambiguos que “la cifra más certera es la de 2011 […] la metodología nos dice que se debe dejar una ventana de diez años”, asegura Vielma Orozco.

    Pero un dato que sobresale es que el número de menores de entre 12 y 11 años que han sido madres no se ha podido reducir de manera significativa. Del mismo modo que ocurre con los casi 100 casos anuales en el que la madre es una niña de 10 años y representa “una clara violación” si se consulta cualquier legislación vigente para las 32 entidades del país.

    Marcadas por la violencia

    El Inegi es uno de los organismos que cuenta con las estadísticas más cercanas sobre embarazo adolescente y del número de menores que se convierten en madres cada año en México. Con estos datos han podido analizar el perfil de las mujeres que integran esta estadística y como sus características se encuentran definidas por un ciclo de violencia, marginación y pobreza que les impide salir de él.

    “Son personas que van a enfrentar un ciclo de violencia y pobreza, intergeneracional. Ellas están ahí porque su madre, su abuela y tatarabuela estaban ahí y romper con esos ciclos es muy complejo. Los estados deben entender que crear una política para controlar las tasas de fecundidad es una prioridad de urgencia […] y la importancia de que a estas niñas se les atiendan como víctimas cuando denuncian un abuso”, afirma Vielma Orozco.

    Convertirse en madres a una edad tan pequeña les impide tener una educación de calidad, oportunidades de superación y en ocasiones son obligadas a casarse bajo coacción sexual.

    En 2016, por ejemplo, más de la mitad de las menores de entre 10 y 14 años que fueron madres no tenían la primera completa, de acuerdo con datos publicados por el Consejo Nacional de Población (Conapo).

    Abuso sexual: el origen de todo

    Lo que se esconde detrás de un embarazo adolescente (de niñas menores de 18 años y en especial de niñas entre 10 y 14 años), son innumerables historias de abuso que ejemplifican los niveles de violencia a los que están sometidas las mujeres en México. La última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de Relaciones en los Hogares (ENDIREH) señala que el cuatro de cada diez adolescentes de 15 años sufrió violencia sexual en algún momento de su vida y que 9%, es decir 4,4 millones, fueron víctimas de abuso sexual durante la infancia.

    Estas situaciones se reproducen en un país donde se cometen al menos 600 mil delitos sexuales cada año y en el que nueve de cada 10 víctimas son mujeres y el 40 por ciento tienen menos de 15 años, explica María Antonieta Alcalde, directora de IPAS México: “25 niñas de 10 a 14 años de edad dan a luz todos los días. Es un problema alarmante y estas son solo las que están embarazadas, pues el problema de violencia es mucho más amplio”, asegura.

    El lado más oscuro de las estadísticas de embarazo adolescente es que el padre, por lo general, es mucho mayor que la madre. “No son dos niños teniendo relaciones sexuales. Este es un adulto que muchas veces con coerción, con violencia, con amenazas, está teniendo relaciones con una niña”, añade Alcalde.

    Este tipo de datos no se reflejan únicamente en los análisis que han hecho en IPAS, sino también en la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016, documento en el que se muestra que en el 20 por ciento de los casos los agresores sexuales son tíos y en un 14 por ciento, primos. Y de acuerdo con las cifras que publica el Secretariado Ejecutivo se ha determinado que en ocho de cada 10 casos los agresores sexuales son conocidos o personas cercanas a la víctima.

    A esto se le tiene que sumar los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2012, que muestra que el 92% de las menores que iniciaron su vida sexual antes de los 12 años tuvieron una pareja masculina que tenía entre 15 y 19 años. En el caso de las adolescentes, entre los 12 y 14 años, 65% detalla que su pareja tenía entre 15 y 19 años y 24% que sus parejas eran mayores de 20 años, incluyendo hombres de más de 30. Para el estado mexicano esto constituye violencia sexual, ya que se genera un abuso de parte de un adulto que cuenta con mayor experiencia y habilidades de manipulación, engaño, “seducción” o incluso fuerza física por parte del hombre hacia la niña o adolescente con el fin de obligarla a tener relaciones sexuales abusivas, aseguran las autoridades.

    Desde la intimidad, y pese al miedo que aún las acompaña, estos son los testimonios de quienes siguen sobreviviendo a una violencia que las forzó a ser niñas madres. 

    Colgada del guamúchil

    La mudanza a una nueva casa significó una gran cambió en la vida de Enriqueta Salas. A sus 13 años su padre, con el consentimiento de su mamá, la entregó a un “buen amigo” que quiso hacerse cargo de ella para aliviar las cargas del hogar y de su familia, en Culiacán.

    Pronto Enriqueta quedó embarazada del primero de sus seis hijos, un bebé que no estaba en los planes del “buen amigo” de su padre y quien en ese momento tenía como único objetivo emigrar a los Estados Unidos. “Yo en ese tiempo era una niña inexperta, de rancho”, recuerda.

    Con un ser creciendo en su vientre, la menor tuvo que regresar al hogar del que la habían “sacado” como un favor. Pero eso duró poco, pues meses después conoció a su segundo marido, un vendedor de tortillas.

    “Yo pensaba que era bueno, pero él me dio una vida muy mala. Me golpeaba, yo no le podía decir nada”, dice Enriqueta, quién para ese momento tenía 16 años.

    A pesar de que también fue víctima de abuso por parte del “amigo” de su padre, ella lo ve como “el bueno”, por haber recibido al hijo que ambos tuvieron en Estados Unidos. Pero sobre todo porque nunca la golpeó ni la ofendió como si lo hizo su segunda pareja.

    En ese segundo matrimonio no tuvo nada más que maltratos. “Durante el bautizo de unos de mis hijos me desmayé y al llegar a la casa me golpeó, qué porque lo había dejado en ridículo. Una vez me pegó en la cabeza y no supe de mí y cuando volví en sí me volvió a golpear. Le pedí que me llevara al médico […] Como pude me regresé a la casa y me dijo que, si me estaba haciendo pendeja”, relata entre lágrimas.

    Enriqueta es una mujer amable, de dulce hablar y mirada triste. Sobre su larga melena se dejan ver sus canas que despintan su cabello rubio tintado, al que le gusta recoger con una gruesa trenza, similar a la de una bailarina. Los surcos que marcan su rostro, junto a la blancura atrevida su cabello, revelan los años de dolor que ha vivido esta sinaloense a manos de la violencia de su pareja.

    Una mañana, adolorida por los golpes y embarazada por cuarta ocasión, aprovechó la ausencia de su esposo y corrió a resguardarse a la casa de sus tíos, donde se reencontró con su mamá después de 10 años. Con dolores de parto y “bañada en sangre” la llevaron a una de las habitaciones de la vivienda. Después de un doloroso parto le dijeron que su hija estaba muerta. La única salida que encontró fue regresar con su agresor. “Volví otra vez con él para no andar rodando otra vez con mis hijos y salí embarazada otra vez”. Sin embargo, esperar un nuevo bebé no la salvó de seguir recibiendo golpizas su pareja.

    Días después llevó a sus hijos con su mamá y le contaron que su pareja la había colgado de un Guamúchil, (un árbol de frutos). “Mi mamá no lo podía creer, ya desde ahí podía ni verlo […] ´Te acuerdas cuando te tenía colgada´ me dijo una vecina, pero yo no lo recuerdo. Solo sé que estaba desmayada y embarazada de esa niña que me dijeron que perdí. ´Yo fui y te bajé´”, fue lo que su mente borró.

    Muñecas rotas

    Sin conocerse, Ámbar y Sofía comparten algo además de su edad. Ambas llegaron a los 12 años al centro de salud de urgencia y descubrieron que esperaban un bebé. La noticia sobre el embarazo adolescente también sorprendió a sus familias.

    La diferencia de Ámbar con Sofía, nombres que usaremos para proteger sus identidades, es que la primera sufre de un retraso mental severo y sus padres padecen serios problemas con el consumo alcohol.

    La madre de Sofía, en cambio, trabajaba como lavandera. Esto impidió que cuidara de Sofía y la tuviera que dejar al cuidado de sus abuelos, pero al poco tiempo quedó embarazada de nuevo. Sofía regresó a casa, solo para hacerse cargo de su nuevo hermanito. Poco después la menor también quedó embarazada. La familia sospecha que el padre podría ser la pareja de su madre, pero Sofía se niega a dar esa información.

    Hoy Ámbar vive en un refugio y Sofía no tuvo otra opción más que regresar a casa de su madre.

    Mariana: un nombre que su suma a la lista de víctimas de violencia sexual, económica y verbal

    Mariana Gómez quedó embarazada a los 14 años. Apenas comprendía los procesos de su cuerpo: tuvo su primera menstruación a los 12. Un año antes conoció a Pablo, quien vivía a dos casas de la suya y le llevaba 11 años de edad.

    Pablo constantemente le hablaba de sexo y un día la convenció de tener relaciones sexuales con él. “Yo no sabía nada de esas cosas, luego de la primera vez que estuvimos juntos lloré una semana”, recuerda.

    Residente del Barrio Independencia, de Monterrey, Nuevo León, una colonia popular conocida por los altos niveles de violencia y tráfico de droga, Mariana entró en pánico cuando supo que esperaba un hijo. Sus padres la forzaron a casarse “para que tuviera un hombre que se encargara de ella y de su niño”.

    El día que le dijo a Pablo lo que ocurría fue el peor. “Me dijo que él no quería hijos, que se iba a casar conmigo porque no le quedaba opción, pero que de ahora en adelante debía estar en casa, me prohibió trabajar porque él se encargaría de todo y también me exigió dejar los estudios para que no anduviese de ofrecida en la calle”, relata.

    Mariana mide 1.56, pesa 42 kilos y apenas puede verbalizar su historia. Sufre desnutrición y estuvo en riesgo de morir cuando dio a luz. Pablo no la acompañó en el parto, tenía miedo de que lo denunciarán ante las autoridades por embarazar a una menor de edad.

    Lo poco que cuenta Mariana sobre su embarazo adolescente tiene una carga de dolor. Sufrió depresión postparto, no solo porque no estaba preparada para tener un bebé, sino porque tuvo complicaciones: desgarros y hemorragias. De acuerdo con los datos de Ipas México, las niñas y adolescentes que salen embarazadas tienen cinco veces más riesgo de presentar complicaciones en el embarazo y en el parto.

    Además, su pareja es constantemente violento con ella, aunque no sabe reconocerlo. “Él no es malo conmigo, se molesta si salgo a hablar con las vecinas, pero siempre hace la despensa y dice que no tengo nada que buscar en la calle. Habla fuerte, pero así es desde que lo conocí. Ya yo estoy acostumbrada a su carácter, porque ya son cuatro años juntos”, relata la joven.

    El hijo de Mariana tiene ya cuatro años y ella alcanzó la mayoría de edad, pero eso no quita la timidez arraigada a raíz del miedo que le tiene a Pablo. Pide que en la entrevista se resguarde su nombre y aunque estaba dispuesta a contar su testimonio en video, finalmente decidió no hacerlo por miedo a que Pablo tome represalias contra ella.

    Un embarazo que no supo ocultar

    Idalia entró a la recámara de su hija de 17 años y un olor extraño le llamó la atención. En una mesa de noche encontró un licuado que olía tan fuerte que podría hacer vomitar a cualquiera. La mezcla de ramas era para inducir el aborto, pero Kimberly, su hija, no fue capaz de tomarlo.

    Esto apenas era el inicio del viacrucis para esta joven. El padre del niño siempre negó su paternidad e incluso amenazó con golpearla. La depresión se apoderó de ella. Dejó de salir de casa y cuando dio a luz no pudo darle pecho a su hijo. “Hasta decía que no era suyo”, cuenta Idalia.

    Cuatro meses después Kimberly conoció a un hombre que le aseguró que la apoyaría con su bebé y se fue a vivir con él. Nada fue real. Lo único que vivió dentro de esa nueva casa fueron golpes y malos tratos que con el tiempo ya le parecían normales.

    Kimberly abandonó a la pareja que la golpeaba, se fue de su casa y dejó a su hijo al cuidado de la abuela. Tiempo después se involucró con un muchacho que la llevó a consumir drogas. Sus amigas la hicieron a un lado y dejó los estudios. Ahora se encuentra en un proceso de desintoxicación.

    “Ella sale el 8 de abril de 2020 y yo creo que le ha servido estar ahí. Ella dijo que esa vida no era para ella”, asegura su madre.

    ***

    *Este reportaje fue creado de forma colaborativa en el Mediatón #VocesEnAlza de Chicas Poderosas, donde 100 mujeres que trabajan en medios provenientes de 17 estados se reunieron en noviembre en Ciudad de México para contar historias sobre el acoso contra las mujeres y niñas.
    Este mediatón fue posible gracias al apoyo de Google News Initiative, la Embajada de Estados Unidos en México, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Centro Cultural de España en México. Para ver todos los proyectos creados en el Meditan #VocesEnAlza, visita bit.ly/vocesenalza.

    El texto, la infografía y el video fueron realizados por Serendipia digital de forma colaborativa en el Mediatón #VocesEnAlza, organizado por Chicas Poderosas .

    Toda la información e imágenes son de LUCHADORAS.
    Link original: https://luchadoras.mx/maternidad

  • Mujeres de 15 a 19 años, las que más desaparecen en México

    Mujeres de 15 a 19 años, las que más desaparecen en México

    Las jóvenes que tienen entre 15 y 19 son las que con mayor frecuencia son reportadas como desaparecidas. Datos de la Secretaría de Gobernación señalan que en ese rango de edad se ubica 28% de las mujeres de las que no se tiene entre 1960 y 2019. Las autoridades federales registraron ilocalizables en ese periodo a 15 mil 835 personas de ese sector , de las cuales 4 mil 433 tenían entre 15 y 19 años. Las desapariciones de mujeres se han agravado desde 2008 y alcanzaron el pico más alto en 2017.

    Especialistas y colectivos de víctimas consultados señalaron que el delito de trata, el combate al crimen organizado y la falta de prevención de este ilícito son algunos factores que las vuelven más endebles.

    Aunque las mujeres de ese rango de edad han resultado las más afectadas, eso no significa que el delito no dañe al resto de la población femenina. El reporte de Gobernación revela que hay desapariciones de quienes son mayores de 80 años y menores de cuatro.

    Otra prueba más del daño que han sufrido las mujeres de 15 a 19 años es la cantidad de personas que se consideraron desaparecidas y al final fueron localizadas: las estadísticas indican que 20 mil 110 de ellas han estado en una situación así.

    El Informe sobre fosas clandestinas y registro nacional de personas desaparecidas o no localizadas, de la Segob, también aclara que aunque el registro de mexicanos y mexicanas ilocalizables contempla la década de los 60, 97% de los casos se presentaron a partir del año 2006.

    La inseguridad que padecen las mujeres ha estado en el ojo público en los últimos meses, debido a las marchas y protestas que la población femenina realiza en búsqueda de garantizar sus derechos.

    De igual forma se han dado a conocer feminicidios y desapariciones que marcaron el rumbo de 2019, año en el que el gobierno federal anunció diversas medidas para contener la vulneración de los derechos de este sector poblacional. En la estrategia participan desde el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) hasta la Secretaría de la Función Pública (SFP).

    En los datos presentados de la Segob se observa cómo los hechos también impactaron a otros grupos femeninos; por ejemplo, las mujeres de 20 a 24 años forman parte del segundo rango de edad más afectado, pues ha habido mil 945 casos; le siguen las niñas de 10 a 14 años (mil 850); las de 25 a 29 (mil 699); las de 30 a 34 (mil 227); las de 35 a 39 (940), y las de 40 a 44 (670).

    De igual forma se detallaron las entidades federativas donde ocurrieron las 15 mil 835 desapariciones de mujeres en los últimos 60 años: en el Estado de México ocurrieron 3 mil 216 incidentes; en Tamaulipas, 2 mil 245; en Puebla, mil 445; en Jalisco, mil 188; en Nuevo León, mil 65, en Coahuila, 746; en Sonora, 642; mientras que en Veracruz, 572, y en Chihuahua, 548.

    Trata e inacción de gobierno, la causa

    Sin hacer un desglose preciso, la dependencia dirigida por Olga Sánchez Cordero también dio a conocer que las desapariciones de mujeres se han agravado desde 2008. El momento en el que se registró el pico más alto en los incidentes fue 2017, y posteriormente la tendencia volvió a la baja.

    Detalló que, en general, 97% de los registros, tanto de hombres como de mujeres, en los últimos 60 años se han presentado desde 2006, momento en el que inició la llamada guerra contra el narcotráfico.

    Martín Villalobos, familiar de una mujer desaparecida de 21 años y coordinador de la Red de Eslabones por los Derechos Humanos, expresó que la pugna emprendida contra grupos delictivos estimuló la desaparición de jóvenes, quienes podrían caer en manos de bandas dedicadas a la trata.

    “Este tema se acentúa en mujeres de 19 a 22 años y tiene que ver con el aumento en la inseguridad desde 2006. Por los casos que hemos conocido, calculamos que alrededor de 90% de las que desaparecen no vuelven a casa”, lamentó.

    Aseveró que la desaparición también está relacionada con el pacto que existe entre gobierno y delincuentes, además de que algunos ministerios públicos pierden horas clave para encontrar a las víctimas.

    “Aunque hay muchos instrumentos que no se tenían antes, observamos cómo las autoridades de todos los niveles se coluden con grupos delictivos y eso dificulta más la búsqueda. También existe el problema de que los mecanismos no son activados inmediatamente, sino que pasan al menos 72 horas para que las autoridades busquen”, dijo.

    Situación sin freno

    Los datos presentados por la Segob la semana pasada demostraron que en el primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador desaparecieron 5 mil 184 personas, de las cuales mil 277 eran mujeres.

    Al conocer estas cifras, Grace Fernández, integrante del colectivo Buscando Desaparecidos México, reiteró que la desaparición de mujeres de entre 15 y 19 años de edad se debe al negocio nacional e internacional que representa la trata de personas con fines de explotación sexual.

    Sin embargo, añadió que otros factores que influyen en este delito son la violencia de género, así como una cultura de las autoridades de no iniciar de inmediato las búsquedas al pensar que las víctimas podrían regresar por su propia cuenta.

    “El enfoque que toman las autoridades en las desapariciones de menores de edad agrava el problema. Si se les pregunta, podrían decir que éstas derivan de complicaciones intrafamiliares o son culturales porque ‘la muchacha de hoy en día sale’.

    “Eso provoca que las primeras horas después de cometer el delito se pierdan, a pesar de que son clave”, detalló la activista.

    Por ello, hizo un llamado para que las mujeres se interesen por lo que sucede y actúen de forma conjunta: “Si bien es responsabilidad del Estado, deben protegerse entre ellas, no podemos esperar a que les suceda algo para tomar acciones. Esto lo van a lograr si se interesan en saber qué sucede y por qué, además de que se unan a la lucha de quienes ya padecen esto para que no les pase”

    Toda la información e imágenes son de El Universal.
    Link original: https://www.eluniversal.com.mx