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  • Madres con hijas desaparecidas y asesinadas buscan consuelo con miles de mujeres y acusan abusos

    Madres con hijas desaparecidas y asesinadas buscan consuelo con miles de mujeres y acusan abusos

    En el movimiento de mujeres hay un punto de inflexión claro y es uno conformado por las madres de las mujeres víctimas de feminicidio, violencia o de desaparición. Varias de ellas, no todas ni muchas, fueron hasta Chiapas al Encuentro de Mujeres que Luchan organizado por las zapatistas y ahí fueron el rostro de quien busca afrontar la muerte para empezar a buscar justicia.

    Del Centro Histórico de la Ciudad de México partió uno de los camiones en los que viajaron familias de mujeres víctimas de feminicidio y desaparición rumbo al Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, que tuvo como sede el semillero zapatista “Huellas del caminar de la Comandanta Ramona”.

    Fue un viaje de 24 horas en camiones sin baño, con poco espacio entre unos y otros, sin aire acondicionado. Sin ningún tipo de comodidad.

    Muchas de esas mujeres, madres, llevan ya años en mítines y marchas cargando un solo mensaje: el de la exigencia de justicia para sus hijas. ¿Por qué venir hasta este punto del país? La respuesta a esa pregunta que nadie hizo en el Encuentro la obtuvimos cerca de 50 mujeres que asistimos a la proyección de dos videos sobre Dianey, que lleva dos años desparecida, y de Diana Velázquez Florencia, víctima de feminicidio (ambos casos ocurridos en el Estado de México).

    “Venimos a este punto para buscar consuelo y al mismo tiempo fuerza. En un país en donde cada fiscalía de justicia es un martirio. Yo le digo a mi hija, aquí, ‘no fue tu culpa’. Y les digo a ustedes que sé que gané muchas hijas, pero yo a cada mujer que veo ruego por ver en ella el rostro de mi hija, una vez más”. Esas fueron las palabras de la señora Lidia Florencio, mamá de Diana, que se consuela con ya saber dónde está su hija.

    Muchas de esas mujeres, madres, llevan ya años en mítines y marchas cargando un solo mensaje: el de la exigencia de justicia para sus hijas. Foto: Daniela Barragán, SinEmbargo.

    El Encuentro ocurrió en Chiapas. Foto: Daniela Barragán, SinEmbargo.

    ¿Por qué venir hasta este punto del país? Foto: Daniela Barragán, SinEmbargo.

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    Durante los tres días de Encuentro, es ya fácil advertir que las madres de las mujeres que ahora no están, son uno de los referentes de amor y fuerza para cualquiera que las rodee. La mamá de Lesvy, Araceli; la mamá de Mariana, Irinea; la mamá de Estefanía, Laura; la mamá de Dianey, Lourdes; la mamá de Diana, Lidia. Ellas representan a miles de madres, hijas, abuelas que hoy tienen en sus ojos una lágrima permanente y un gramo de esperanza que, dicen, les han dado las mujeres que las abrazan y reconocen a la menor oportunidad.

    Ellas ven hijas, las otras ven a sus madres. Esta relación provocada por los altos y crecientes índices de violencia contra las mujeres la resume la frase que una joven dijo: “si algo me pasa no dejen sola a mi mamá”.

    ELLAS TOMAN EL MICRÓFONO

    En la dinámica para contar los dolores que se instauró desde el día de la inauguración del Encuentro, las madres estuvieron ahí. Entonces quien habló y quien escuchó compartieron lágrimas.

    Sacristana, habitante de Ecatepec, Estado de México, fue la primera que habló. Ella es la mamá de Karen y Erick.

    Contó el caso: como ella era la única responsable del hogar, tenía que trabajar todo el día; sus dos hijos se quedaban solos. Los encontró muertos el 4 de agosto.

    “Ya no los pude ver despiertos, regresé y estaban muertos. No pude volver a escucharlos, a decir ‘mamá, te quiero’. Pero siguen vivos porque cuento su historia y ustedes escuchan”.

    El asesino de Karen y Erick fue su primo que entonces tenía 16 años. Sacristana contó que él ultrajó el cuerpo de Karen durante todo un día, mató a Erick y al final le dieron 5 años de prisión.

    Doña Irinea Buendía es ya un ícono dentro del movimiento de mujeres, desafortunadamente por la lucha que ha emprendido para obligar que las autoridades investiguen la muerte de su hija Mariana como feminicidio.

    A Mariana la asesinó su marido –Julio César Hernández Ballinas, un policía judicial mexiquense–, que dijo que ella se había ahorcado. De acuerdo con doña Irinea, él la violentó “de toda forma posible durante 18 meses” e incluso le tatuó su apellido en la espalda.

    Al final dijo que Mariana se había ahorcado con un cordón; doña Irinea camina con uno con las mismas características que aquel hombre dice que ocupó Mariana. Es imposible, dice ella.

    El 24 de marzo de 201, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) otorgó un amparo para reabrir el caso, una sentencia que ha sido reconocida a nivel Latinoamérica como referente para exigir que las muertes violentas de mujeres se investiguen como feminicidio bajo una perspectiva de género.

    Doña Irinea pidió a las asistentes dar difusión de la sentencia de la Corte, porque aunque se trata de un caso de su hija, es ya una herramienta para todas las mujeres.

    Luego, la señora Areceli, mamá de Lesvy habló. No ahondó mucho en la narrativa del asesinato de su hija, sino de que no se siente sola, ni ella ni las otras madres.

    “Decir que no les creemos a las autoridades, fue lo que permitió que el caso de mi hija no fuera un suicidio. Estos [el Encuentro] son espacios reparadores; estamos seguras y nos abrazamos. De aquí nos llevamos compromiso y luz”, dijo.

    ***

    “Y, como mujeres zapatistas, queremos mandar un abrazo especial a las familias y amistades de las mujeres desaparecidas y asesinadas. Un abrazo que les haga saber que no están solas, que, con nuestro modo y en nuestro lugar, acompañamos su demanda de verdad y justicia. Porque para eso nos reunimos, hermana y compañera, para gritar nuestro dolor y nuestra rabia, para acompañarnos y animarnos, para abrazarnos, para sabernos que no estamos solas, para buscar caminos de apoyo y ayuda”.

    Esas palabras fueron el abrazo zapatista para ellas, aunque durante tres días, y durante cualquier evento, en cualquier lugar de México, reciben hoy ya abrazos de todas sus nuevas hijas.

    Madres con hijas desaparecidas y asesinadas buscan consuelo con miles de mujeres y acusan abusos. Foto: Daniela Barragán, SinEmbargo.

    Toda la información e imágenes son de SINEMBARGO.
    Link original: https://www.sinembargo.mx/04-01-2020/3706226

  • Estudio de Profeco revela que el ‘impuesto rosa’ es real

    Estudio de Profeco revela que el ‘impuesto rosa’ es real

    Pese a la negación de productores y consumidores del sexo masculino un estudio realizado por Profeco comprobó que mujeres pagan ‘impuesto rosa’ por productos iguales o similares.

    al es el caso de la ropa, los servicios y productos financieros, y artículos de higiene personal en donde solo cambia el color de la etiqueta o el personaje de la marca.

    Este “impuesto rosa” o “pink tax” no es una práctica generalizada, pero se puede encontrar en algunos productos y servicios. Se trata de un sobreprecio final para las consumidoras y no un impuesto como tal, lo cual causa desventaja frente a los hombres.

    Por su parte, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros, (CONDUSEF) dio a conocer que también existe un sobre precio, en el ámbito de los servicios y productos financieros, específicamente en los seguros.

    Ante esta situación, el Senado de la República solicitó a la Profeco poner en marcha acciones que promuevan y protejan los derechos de las consumidoras ante las variaciones de los precios de productos dirigidos a mujeres y niñas.

    Señaló que se debe propiciar la equidad y seguridad jurídica en las relaciones entre proveedores y consumidores, a través del fortalecimiento del consumo inteligente, ya que el margen de acción de la Procuradora aun es limitado debido a que la Profeco no tiene facultades para sancionar el aumento de precios o el sobreprecio de productos y servicios por razón de género.

    En el acuerdo, la Cámara Alta señala que esta práctica no existe solamente en México, pues en países como Canadá, Estados Unidos y Colombia la diferencia entre los productos de mujeres con relación a la de los hombres, puede llegar a ser hasta de un 43 por ciento.

    En Canadá, la CBC News refirió que en 2016 y de acuerdo con un informe de la empresa Parse Hub las mujeres pagaron 43 por ciento más que los hombres por productos de cuidado personal, mientras el Departamento de Asuntos del Consumidor de Nueva York, Estados Unidos, un estudio realizado en 2015 reveló que los precios de los productos vendidos a consumidores femeninos y masculinos, y encontró una diferencia de 13 por ciento más para productos de cuidado personal; y ocho por ciento más para ropa para adultos.

    Toda la información e imágenes son de REPORTE ÍNDIGO.
    Link original: https://www.reporteindigo.com/
  • La diferencia entre violencia de género y violencia doméstica

    La diferencia entre violencia de género y violencia doméstica

    En los últimos días, estamos asistiendo de nuevo a un debate que creíamos superado en nuestro país hace más de una década: el de si la violencia que se ejerce contra las mujeres se debería denominar “violencia de género” o “violencia doméstica”. Aunque podría parecer una simple cuestión de lenguaje, elegir una u otra palabra no es una cosa banal, puesto que, en este caso, las palabras sirven para respaldar también posiciones ideológicas.

    Por mucho que ambos términos quieran referirse al mismo problema, no son sinónimos, básicamente porque ponen el foco del problema en diferentes aspectos. Mientras que la violencia de género es un término que se centra en la violencia que sufrimos las mujeres por el hecho de serlo (de ahí que se califique como “de género”, aunque hay quienes consideran más correcto que llamarla “violencia machista” o “violencia contra las mujeres“, para no entrar en el espinoso asunto del género), la “violencia doméstica” o “intrafamiliar” alude a aquella que se ejerce dentro del seno de la familia y no engloba únicamente a las mujeres, sino también a los hijos e hijas, abuelos y abuelas, etc. La violencia doméstica no requiere de una ley específica, puesto que ya está contemplada en el artículo 173.2 del Código Penal.

    El término violencia de género reconoce que existe una violencia estructural que se ejerce contra las mujeres y que, por tanto, constituye una herramienta fundamental para seguir perpetuando la desigualdad y la discriminación, mientras que la violencia doméstica pone al mismo nivel la violencia contra las mujeres y la que se ejerce contra cualquier otro miembro de la familia. El Convenio de Estambul, que entró en vigor en 2014 y está dedicado a la lucha y a la prevención de la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, diferencia estos términos de la siguiente manera:

    por “violencia contra las mujeres” se deberá entender una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación contra las mujeres, y designará todos los actos de violencia basados en el género que implican o pueden implicar para las mujeres daños o sufrimientos de naturaleza física, sexual, psicológica o económica, incluidas las amenazas de realizar dichos actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, en la vida pública o privada;

    por “violencia doméstica” se entenderán todos los actos de violencia física, sexual, psicológica o económica que se producen en la familia o en el hogar o entre cónyuges o parejas de hecho antiguos o actuales, independientemente de que el autor del delito comparta o haya compartido el mismo domicilio que la víctima;

    por “violencia contra las mujeres por razones de género” se entenderá toda violencia contra una mujer porque es una mujer o que afecte a las mujeres de manera desproporcionada.

    Por su parte, el Instituto de la Mujer, define así la violencia de género:

    La violencia de género ha sido y sigue siendo una de las manifestaciones más claras de la desigualdad, subordinación y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. Este tipo de violencia se basa y se ejerce por la diferencia subjetiva entre los sexos. En pocas palabras, las mujeres sufren violencia por el mero hecho de ser mujeres, y las víctimas son mujeres de cualquier estrato social, nivel educativo, cultural o económico.

    La violencia de género es aquella que se ejerce sobre las mujeres por parte de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones de afectividad (parejas o ex-parejas). El objetivo del agresor es producir daño y conseguir el control sobre la mujer, por lo que se produce de manera continuada en el tiempo y sistemática en la forma, como parte de una misma estrategia.

    Desde que en 2004 entró en vigor en España la Ley de Violencia de Género, existía una especie de consenso general acerca de la forma a la que había que referirse a este tipo de violencia. De hecho, conseguir que esta ley se llamara así, fue uno de los logros de las asociaciones de mujeres, que pelearon porque el termino “género” estuviera presente, de manera que se reconociera la opresión histórica que han experimentado las mujeres por el hecho de serlo. La batalla actual está centrada más bien en que esta ley sirva para amparar la violencia machista en general, más allá de los límites de la pareja.

    Todas las violencias son malas, pero no todas las violencias son iguales ni se pueden combatir de la misma manera, porque sus causas son diferentes. No se trata de decir que un tipo de violencia sea más grave que otro, pero decir que todas las violencias son iguales, evita tener que profundizar en las motivaciones y en las consecuencias de cada una de ellas, así como en las medidas concretas que se deben tomar para combatirlas de forma específica.

    Toda la información e imágenes son de FREEDAMEDIA
    Link original: http://freedamedia.es/2019/01/09/

  • Los deseos de las mujeres que luchan para 2020

    Los deseos de las mujeres que luchan para 2020

    Poner fin a la violencia hacia las mujeres es una de las muchas exigencias alrededor del mundo. El 2019 se caracterizó por las movilizaciones feministas. Protestas como la de “un violador en tu camino”, interpretada en distintos rincones del planeta, mostraron que es una exigencia globalizada.

    Las mujeres que luchan piden justicia para este 2020, como es el caso de las madres de víctimas de feminicidio o de mujeres desaparecidas. Piden seguridad, más organización, educación y autonomía. Todos los deseos encaminados a un mismo fin: que las mujeres puedan vivir libres. Que las próximas generaciones no se enfrenten a las violencias que hoy le rompen el corazón a miles de mujeres que se ven obligadas a salir a las calles a exigir sus derechos.

    Esta es una recopilación de 12 deseos para el 2020 de mujeres que desde distintas latitudes, y distintas trincheras, se movilizan por la misma lucha.

    Lourdes, Chimalhuacán

    “Que no haya desaparecidas ni más feminicidios. Que las autoridades trabajen y no se hagan tontos”.

    Patricia, Italia

    “Todo. Que no seamos más asesinadas en ningún lugar del mundo. Que seamos libres de estereotipos, verdaderas hermanas, que nos amemos y la posibilidad de vivir dignamente con nuestros propios recursos. Que las niñas y niños vivan en una sociedad diferente. Que lo logremos”.

    Yoli, Cauca

    “Que la lucha de las mujeres nos una más y que no haya más muertes de lideresas en Colombia y el mundo entero”.

    Irinea, Nezahualcóyotl

    “Voluntad política para crear políticas públicas que terminen con la violencia feminicida. No queremos a ninguna mujer asesinada. Es lo que exijo, pido y deseo”.

    Mónica, Caracol 4 Morelia / Chiapas

    “Que el siguiente año la lucha feminista y la lucha que hacen las mujeres podamos decir: nos ha costado pero ahí vamos. Es un sueño pero sí se puede”.

    María de la Luz, Querétaro

    “Ver a mis mujeres caminar libres. Que nos aceptemos como somos, nos veamos hermosas como somos. Ver florecer a las mujeres con cada paso que dan”.

    Sayuri, Ciudad de México

    “Que cuando cualquier mujer denuncie siempre cuente con sus amigas, que la apoyen y estén ahí. Que conozcamos la justicia porque no conocemos la justicia. No se trata de personas privadas de la libertad, se trata de mucho más”.

    Corali, Tijuana/LA

    “Recuperar el placer. Autonomía y sanación”.

    Alexandra, Chile

    “Un ministerio de la mujer que realmente acompañe a las mujeres en su lucha. Que tome su mando una mujer realmente feminista, que realmente haga algo por las mujeres chilenas. Que junto con esto se sancione y no haya más impunidad ante todas las violaciones que han sucedido durante la llamada democracia que no existe”.

    Araceli, Ciudad de México

    “Mayor autogestión. Que sea autosostenible el movimiento de las mujeres”.

    Edna, Colombia

    “Que pudiéramos dejar de luchar. Dejar de gastar mi vida luchando, peleando, enfrentando. Levantarme, ver el sol y saber que tengo el alimento, la vivienda, el agua, una comunidad que me cuida y que puedo usar todo eso, toda mi fuerza, para crecer y llegar a un nivel exponencial como ser humano”.

    Colleen, Filipinas/Oakland

    “Que los movimientos sociales logren resultados y progreso en sus comunidades. Quiero que se sepa que en Filipinas los activistas y las organizaciones están muy bien organizadas pero se enfrentan a violencias letales”.

    Texto y fotos: María Ruiz

    Toda la información e imágenes son de PIE DE PÁGINA.
    Link original: https://piedepagina.mx/

  • En fotos: así fue el segundo encuentro internacional de mujeres zapatistas

    En fotos: así fue el segundo encuentro internacional de mujeres zapatistas

    Durante tres días, alrededor de 4 mil mujeres de distintas nacionalidades denunciaron prácticas y conductas violentas machistas y compartieron ideas para combatirlas.

    Del 27 al 30 de diciembre, en Altamirano, Chiapas, se realizó el Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, organizado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en el cual más de 4 mil mujeres de diferentes nacionalidades llamaron a otras mujeres a luchar por sus derechos y a no dejarse violentar por ningún ser humano.

    Durante el primer día del encuentro las mujeres denunciaron prácticas y conductas violentas machistas de las que han sido víctimas, para el segundo se compartieron ideas, experiencias y soluciones a la violencia contra las mujeres y el tercero se dedicó a actividades artísticas.

    A continuación las imágenes de las mujeres que participaron en este encuentro internacional.

  • Un mundo donde quepan todas las mujeres 

    Un mundo donde quepan todas las mujeres 

    Prohibido entrar hombres. Solo para mujeres. Es la primera petición que se lee al entrar a territorio zapatista. Del pasado 26 al 29 de diciembre, las mujeres que viven en autonomía y desde hace casi 25 años, convocaron al Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan para denunciar la violencia de género que se vive en el mundo y sobre todo, para dar propuestas sobre cómo frenarla y enfrentarla.

    Más de tres mil mujeres provenientes de países como Argentina, Brasil, Guatemala, Canadá, Chile, decidieron recorrer miles de kilómetros para entrar a territorio seguro, para verse y abrazarse con esa digna rabia que tanto han proclamado las zapatistas desde su levantamiento en 1994.

    Porque ser mujer no debería ser una condena de muerte, las mujeres decidieron que durante los tres días se abrazarían porque se saben unidas por la misma violencia, se apoyarían porque bien han gritado más de una vez que si tocan a una responden todas, pero también se sanarían porque se sabrían sobrevivientes, se dirían que han sido capaces de tener el valor suficiente para hablar y gritar en el mundo El violador eres tú y reconocerían que cualquier agresión cometida en su contra no fue su culpa, ni dónde estaban, ni cómo vestían.

    Bajo la misma exigencia de luchar por su derechos como mujeres, las asistentes recordaron en más de una ocasión a todas aquellas que la violencia machista se llevó. Lesvy, Mariana, Diana, Mara, Fátima estuvieron presentes en tierras zapatistas y fueron recordadas por mujeres de diferentes nacionalidades. Con el grito Lesvy no ha muerto, Lesvy somos todas, cada una de las asesinadas y arrebatadas de sus familias, fue nombrada y sentida, abrazada y respetada.

    Para enseñarles a crecer sin miedo, algunas mujeres llevaron a sus hijos. Los pequeños jugando, corriendo en la explanada, llenándose de lodo, raspándose las rodillas, jugando con los perros del lugar, tomándose las manos fue lo que las madres añoraron para ellos y sobre todo para las niñas. “Quiero que sepa que es libre, que su madre, su abuela, sus ancestras, no tuvumos muchas cosas pero luchamos porque ella tenga todo lo que no tuvimos y más” fueron las palabras de una madre argentina.

    Saberse libres, seguras de poder amamantar a los bebés sin miedo a miradas lascivas o prohibiciones, las mujeres hicieron suyo el espacio zapatista, pintaron murales de lucha, hicieron talleres de defensa personal en los que también las milicianas de Chiapas quisieron participar de espectadoras.

    La comandanta Amada, quien fue la encargada de dar la bienvenida, dirigió su discurso mientras sostenía en sus brazos a su niña no mayor de tres años. Así, con su cría pegada al corazón, mencionó que si bien las mujeres luchan de diferentes modos, la diferencia es fuerza y no debilidad.

    “Tenemos que defendernos, organizarnos y tenemos que empezar ya porque sabemos que no estamos solas, porque tenemos que enseñar a las niñas a que puedan crecer, las tenemos que proteger y defender con todo lo que tengamos y si ya no tenemos nada pues con palos y piedras, y si no tenemos eso pues con nuestro cuerpo”, comentó.

    Aceptarse, perdonarse, acompañarse y reconocerse unas con las otras fueron algunas etapas que vivieron las mujeres que luchan, resisten y viven, aquellas que, al igual que los zapatistas, quieren un mundo donde quepan todos lo mundos, un mundo que no vaya nunca más sin sus mujeres.

    Toda la información e imágenes son de REPORTE ÍNDIGO.
    Link original: https://www.reporteindigo.com/reporte

  • Irma Estela Aguirre: La pasión por la pedagogía y la vida

    Irma Estela Aguirre: La pasión por la pedagogía y la vida

    En 1982, unos profesores que soñaban con una educación diferente, fundaron en la Sierra Norte de Puebla el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural. Irma Estela Aguirre, una apasionada de la pedagogía de Paulo Freire y fundadora del CESDER, comenzó a empoderar a las mujeres de la sierra. Aprendió con ellas que sin salud, alimentación sana e ingresos dignos no es posible educar y formar a las poblaciones rurales.

    Toda la información e imágenes son de DW.
    Link original: https://www.youtube.com/watch?v=Rj0zYg7I2jk&feature=share&fbclid=IwAR1OHOs7oZ0veNJw1gUeLm5CXQUGlRWNP2y2SINkwvR1TW98vSQoRI_IVu4

  • 2019, el año en que la ‘ola feminista’ sacudió a México

    2019, el año en que la ‘ola feminista’ sacudió a México

    Las mexicanas impulsaron un movimiento sin precedentes en el país por una vida libre de violencia y por sus derechos reproductivos.

    La “cuarta ola del feminismo” irrumpió con fuerza en México durante este 2019. El movimiento ya venía recorriendo otras partes del mundo desde hace aproximadamente cinco años, pero el aumento significativo de asesinatos y desapariciones de niñas y mujeres en el país reafirmó las consignas de: “¡Ni una más!”, “‘¡Justicia!” y “¡Nos están matando!”.

    Miles de mujeres manifestaron su enojo contra los tipos de violencia que ponen en riesgo su vida e integridad: desde acoso y agresiones sexuales hasta las narrativas en los medios de comunicación. Este año, las mexicanas también marcharon por sus derechos reproductivos y la despenalización del aborto; y así, las calles de distintas ciudades del país se tiñeron de morado y verde, con un toque de diamantina rosa.

    Las protestas feministas realizadas a lo largo del año se convirtieron para muchas mujeres en el único lugar donde no se sentían inseguras ni violentadas. Aquí te presentamos un recorrido por los hechos este “terremoto feminista” que cimbraron al país.

    “México feminicida”

    Esa es la leyenda que en agosto de 2019 fue inscrita con aerosol en el Ángel de la Independencia. Para ese entonces, el país acumulaba 675 feminicidios; hoy son 916, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

    Las mismas cifras muestran que la violencia contra las mujeres fue generalizada, pues no hubo un solo estado en el que no se registraran casos de feminicidio, colocándose en los primeros cinco lugares:

    • Veracruz (158 feminicidios).
    • Estado de México (109 feminicidios).
    • Nuevo León (61 feminicidios).
    • Ciudad de México (60 feminicidios).
    • Puebla (58 feminicidios).

    La ONU ha alertado que en México, cada día, son asesinadas entre nueve y 10 mujeres, lo que lo convierte en el país con mayor número de feminicidios per cápita en América Latina.

    Abril Pérez Sagaón, Ana Daniela Vega, Raquel Padilla, Sonia Pérez Rodea, Jacqueline Alba (y sus dos hijas de cuatro y un año de edad), Giselle Garrido (de 11 años), Itzayana López (mujer transexual), Dulce Ivana Núñez y Nazaret Bautista son algunas de las víctimas de feminicidio en México en 2019.

    #MeToo

    Aunque el movimiento hizo eco a nivel internacional en 2017 gracias al tuit “Si has sido acosada o violentada, responde con un #MeToo”, fue hasta este año que cobró fuerza en México, donde miles de mujeres alzaron la voz para denunciar las violencias que sufrieron en distintos ámbitos.

    La primera denuncia fue contra el escritor Gersón Varona, pero la lista de acusados fue larga, por lo que se crearon en Twitter distintas cuentas en las que las mexicanas compartieron sus experiencias de acoso, abuso y violencia: #MeTooEscritoresMexicanos, #MeTooCine, #MeTooPeriodistas, #MeTooCreativos, #MeTooFotógrafos, #MeTooMúsicaMX, #MeTooArtesMX, #MeTooEmpresarios…

    Los señalados y sus conocidos salieron en su defensa, lo que motivó una nueva etiqueta entre las feministas: #YoTeCreo. Pero el movimiento fue más allá de una red social, y pronto se conocieron las denuncias por acoso en las aulas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

    #NoMeCuidanMeViolan

    El 12 de agosto, decenas de mujeres protestaron en la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina, donde gritaron -y pintaron con aerosol en las paredes- las consignas “¡Violadores!”, “¡Justicia!” y “No me cuidan, me violan”. También rompieron puertas y ventanas de cristal, y arrojaron diamantina rosa al entonces titular de la dependencia, Jesús Orta Martínez, cuando salió a dar un mensaje. ¿La razón? Dos jóvenes habían señalado como sus violadores a policías.

    Las autoridades tildaron estos actos de “provocación” y señalaron a “un grupo” contra el que emprendería acciones legales, por lo que cuatro días después -el 16 de agosto- las feministas decidieron protestar una vez más en la capital del país, dejando a su paso diamantina rosa, pintas en monumentos y vidrios rotos. “Fuimos todas”, refutaron al gobierno de la ciudad, sin dejar de lado la razón principal de su movimiento: “¡Ni una más!”.

    “¡Aborto legal ya!”

    La “marea verde” también fue impulsada con fuerza en México este año con las consignas “¡Aborto legal ya!”, «Aborto sí, aborto no, lo decido yo» y “Por nuestro derecho a decidir”. El 28 de septiembre, las feministas aprovecharon el Día de Acción Global por la Despenalización del Aborto para teñir de verde la Ciudad de México, donde exigieron que se respete su derecho a decidir sobre su cuerpo.

    Al mismo tiempo, algunos congresos estatales -como el de Hidalgo – discutieron legislaciones en esta materia; pero solo el de Oaxaca logró dar el paso y convertirse en la segunda entidad en despenalizar el aborto al igual que la Ciudad de México, que lo hizo hace 12 años.

    La lucha por la interrupción legal del embarazo ocurrió en el año en que más carpetas de investigación se abrieron por aborto : 622, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que ubica a la Ciudad de México como la que acumula más indagatorias (123).

    #ENFOTOS | MUJERES «TIÑEN» DE VERDE LA CDMX POR LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO

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    Decenas de mujeres de todas edades se reunieron en la calle Madero de la CDMX para realizar un a favor del aborto en el marco del Día de Acción Global por la Despenalización del Aborto.
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    El acto fue organizado por el colectivo feminista Marea Verde México; que también convocó a una movilización en el centro de la Ciudad.
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    A la filmación del video de la Marea Verde asisitieron integrantes del Frente Nacional por la Familia, que formaron una «valla» alrededor de la calle Madero.
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    Al grito de «Aborto sí, aborto no, lo decido yo», las manifestantes caminaron por una de las calles principales del Centro Histórico de la Ciudad de México.
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    Este acto ocurre a tres días de que el Congreso de Oaxaca aprobara reformas en favor de la interrupción legal del embarazo, conviritiéndose en la segunda entidad (después de CDMX) en despenalizar el aborto.
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    “Un violador en tu camino”

    El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, feministas de todo el mundo protestaron a su manera: en México, con marchas y portando las fotos de víctimas de feminicidio; en Chile -por ejemplo-, con el performance “Un violador en tu camino”, creado por el grupo Las Tesis y que rápidamente se convirtió en un himno de la “cuarta ola del feminismo”.

    En cuestión de días, la estrofa “Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía” hizo eco en el país, principalmente en la capital, en el Estado de México, en Puebla, en Veracruz, en Michoacán, en Guanajuato y en Yucatán, donde las mexicanas se vendaron los ojos, usaron colores negro, morado y verde, símbolos de la lucha contra la violencia y por la despenalización del aborto.

    Este performance y las otras formas en las que las mujeres protestaron para exigir una vida libre de violencia fueron criticadas en redes sociales, donde algunos opinaban cuál era la mejor forma de manifestar su enojo ante las violaciones, el acoso, las desapariciones y los feminicidios.

    Toda la información e imágenes son de POLÍTICA. EXPANSIÓN
    Link original: https://politica.expansion.mx/

  • Segob revela perfil de agresores de mujeres en el país

    Segob revela perfil de agresores de mujeres en el país

    Según información recabada, por el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (BANAVIM); se sabe que la edad promedio de los agresores es de 36 años y su escolaridad es de secundaria.

    La edad promedio de las mujeres víctimas de cualquier tipo del violencia es de 33 años, mientras que el 93 por ciento de las agresiones se dan en el ámbito familiar sin importar el nivel de escolaridad; no obstante, aumenta de manera significativa cuando las mujeres pertenecen a alguna comunidad indígena.

    Los principales tipos de violencia contra las mujeres son psicológicos en un 44%, mientras que la violencia física es del 26% y la violencia económica es del 16% del total de casos registrados.

    Derivado de estas cifras la Secretaria de Gobernación (SEGOB) señaló este domingo 29 de diciembre, que el involucramiento de Fiscalías locales y jueces en el registro de las casi 50 mil órdenes de protección emitidas para las mujeres víctimas de violencia, es fundamental para garantizar la integridad de las mujeres y sus familias.

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    La SEGOB, destaca que el desafío que enfrenta el país para erradicar esta problemática exige la participación activa y permanente de todas las autoridades responsables de garantizar que las mujeres accedan a una vida libre de violencia, así como el fortalecimiento del “BANAVIM”, es fundamental para la aplicación de estrategias.

    La Secretaria; aseguró que el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (BANAVIM); es un esfuerzo encabezado por la Secretaria Olga Sánchez Cordero y afirma que se trata de una herramienta que permitirá que el Gobierno de México conozca el perfil de las mujeres víctimas de violencia, así como de las personas agresoras, para delinear políticas públicas a nivel federal, estatal y municipal.

    Y detalla que para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador es una prioridad contar con información sobre casos de violencia contra las mujeres para diseñar las políticas públicas necesarias, a fin de erradicar este problema.

    Toda la información e imágenes son de REPORTE ÍNDIGO.
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  • Mujeres zapatistas enseñan que otro mundo sin feminicidios es posible

    Mujeres zapatistas enseñan que otro mundo sin feminicidios es posible

    Florinda es una niña zapatista que nunca ha sentido miedo por ser mujer y en sus 15 años de vida jamás ha escuchado que una compañera del movimiento haya sido víctima de feminicidio.

    Nació en una familia zapatista y creció en el Caracol de Jolja en la zona de Palenque, donde trabaja en una radio comunitaria difundiendo el pensamiento anticapitalista y antipatriarcal en la lengua chol.

    Desde el pasado 26 de diciembre realiza transmisiones para las mujeres y hombres de su comunidad sobre el Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, en el semillero “Huellas del Caminar de la Comandanta Ramona” del Caracol de Morelia en Altamirano, organizado por sus compañeras zapatistas para las mujeres del mundo.

    Con el rostro cubierto con un pasamontañas y un paliacate rojo amarrado a su cuello, Florinda cuenta que en los territorios zapatistas no hay mujeres asesinadas por motivos de género, pero que todavía existen diversas formas de machismo que buscan eliminar.

    “En los Caracoles no hay mujeres maltratadas por sus esposos, ni asesinadas, porque entre todas nos apoyamos”, dice la niña en español.

    “Está prohibido tomar en nuestra organización. En caso de que haya mujeres violentadas zapatistas, a los compas se les castiga, porque nosotras no podemos ser violadas, violentadas, ni nada”, cuenta a esta reportera.

    Florinda es de una generación de zapatistas que fueron educados bajo principios de horizontalidad e igualdad entre hombres y mujeres. Su experiencia y la de sus compañeras es la excepción en este encuentro de más de 4 mil mujeres de 49 países, tan diversos como Chile, Alemania, India o Kurdistán.

    La mayoría de los testimonios son relatos desgarradores de abusos, violaciones, desapariciones y violencia feminicida, como los de Araceli Osorio, madre de Lesvy Berlín, asesinada en Ciudad Universitaria e Irinea Buendía, madre de Mariana Lima, también víctima de feminicidio.

    El objetivo de este campamento zapatista, en el que está prohibido el acceso a los hombres, es que las mujeres del mundo, activistas, familiares de víctimas, colectivos feministas, organizaciones y movimientos sociales, se escuchen, compartan testimonios y estrategias de organización para combatir al sistema patriarcal.

    Las mujeres zapatistas pusieron la casa y vigilan el campamento para que no ingrese ningún hombre. Ellas escuchan atentas. Solo tomaron la palabra en la inauguración, cuando la Comandanta Amada dijo que nunca en la historia de la humanidad se había registrado una época tan mortal para las mujeres y que lo más peligroso en el mundo es ser mujer. Por eso convocaron a este encuentro.

    Elizabeth, coordinadora zapatatista del segundo encuentro, coincide en que aunque las mujeres pertenecientes al EZLN no sufren la violencia feminicida. Organizan estos encuentros de manera solidaria, porque son mujeres y saben que las mujeres están siendo asesinadas en el mundo por el siempre hecho de ser mujeres.

    “Después del primer encuentro nos preguntamos: ¿Será que siguen ahí lascompañeras con su lucecita? Para eso convocamos a este encuentro, para ver si ahí sigue o no, porque nos enteramos que sigue la matazón, sigue la violencia en contra de las mujeres. Por eso decimos, volvamos a encontrarnos y definir algo o sacar propuestas”, explica en la entrada del semillero donde un letrero anuncia: “Aquí no se aceptan hombres”.

    “Ayer se dijo de que no nos distingamos, de qué no importa de qué uno sabe más, otra sabe más, lo importante es coordinarnos y organizarnos. Por parte de las mujeres zapatistas, como decimos, no estamos al 100, pero no es porque no están participando las mujeres, no, sí están participando y ya estamos acá, ya están en diferentes cargos. ¿Cómo lo logramos? A través de pláticas, de reuniones, de asambleas, hablando y explicando que como mujeres tenemos los mismos derechos de salir a participar, a organizar, a proponer cómo queremos cambiar este mundo, ese otro mundo posible”, añade.

    Sobre si en el movimiento zapatista cabe el feminismo, Elizabeth, quien lleva una palestina morada debajo de los ojos para tapar la mitad de su rostro, dice que ella y sus compañeras han escuchado del movimiento feminista, pero que no puede responder todavía porque están aprendiendo de las otras formas de lucha y que estos encuentros también son para que ellas aprendan de las asistentes.

    “Pero aquí estamos en este encuentro porque queremos escucharlas también. Pero dentro de la organización, desde el inicio de este movimiento armado, hubo mujeres que lucharon. De por si el sistema capitalista, patriarcal nos estuvo sometiendo como mujeres y hombres indígenas, por eso nos levantamos. Claro qué hay machismo, pero ¿quién lo trajo? Pues el capitalismo, el que nos quiso imponer. Por eso estamos tratando de que también los hombres entiendan que no haiga ese machismo, que hay que caminar entre las dos partes porque nos seguimos necesitando”, asegura.

    “Estamos aquí, la mayoría estamos aquí. Algunas casadas, otras que no, pero aquí estamos y los hombres se quedaron en la casa cuidando a los niños”, dice Elizabeth.

    Patricia, base de apoyo zapatista, explica que de cierta forma este encuentro es una réplica de las asambleas en las que las mujeres del movimiento se preguntan cómo están y si están sufriendo algún tipo de violencia para apoyarse entre ellas y denunciar al agresor. Para esta joven de 21 años la clave es que en el zapatismo no hay impunidad y si alguien daña a una mujer recibirá un castigo, como por ejemplo trabajar en alguno de los caracoles en cualquier actividad.

    Mientras tanto las asistentes se abrazan, conviven, cantan y bailan, comparten clases de defensa personal, talleres de bordado y de yoga. Lloran juntas con cada testimonio de los abusos que han sufrido y se aplauden cuando mencionan que rompieron el silencio y que nunca más van a callar.

    En las noches caminan libremente por el campamento, se bañan al aire libre y duermen en casas de campaña sin miedo. Las zapatistas siguen vigilando.

    Toda la información e imágenes son de PROCESO.
    Link original: https://www.proceso.com.mx/612470