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  • Madres Soñadoras en Tijuana: las mujeres deportadas y encadenadas a un teléfono

    Madres Soñadoras en Tijuana: las mujeres deportadas y encadenadas a un teléfono

    Yolanda Varona fundó Madres Soñadoras hace cinco años en Tijuana. Son mujeres deportadas que añoran regresar para reencontrarse con sus hijos. Muchas sufrieron violencia de género o fueron víctimas de un delito, lo que les permitiría regresar con visas especiales.

    Patricia Legua, de 53 años, vio la boda de su hija Stephanie a través de una pantalla.

    El matrimonio se celebró en Chandler, Arizona Estados Unidos, el 17 de noviembre de 2017. Pero Legua, originaria de Jalisco, en Guadalajara, fue deportada en 2011. Así que no pudo estar presente en esa fecha en la que todas las madres quieren estar presentes.

    Mientras su hija se casaba a 365 kilómetros de distancia de Tijuana, Patricia Legua miraba la pantalla de un celular, llorando.

    No sería la última ocasión en la que la separación golpearía a esta familia.

    Dos años después, en 2019, Legua pasó por el mismo el mismo proceso con su hija Andrea Mariana, que se casó en Tampa, Texas. Esta vez tuvo que ver la boda por fotografías. La celebración fue por lo civil y ella se encontraba trabajando.

    “Todo esto ha sido muy difícil. Me ha tocado ver crecer a mis nietos por videollamada, las bodas, las graduaciones. Ha sido muy complicado”, dice.

    Patricia Legua fue deportada desde Estados Unidos el 4 de mayo de 2011.

    Por eso lleva mucho tiempo perdiéndose los grandes eventos de la vida de sus tres hijos, Andrea Mariana, Stephanie y Aarón. La primera es residente legal, ya que nació en México, pero llegó a Estados Unidos cuando siendo muy niña. Los otros dos son ciudadanos norteamericanos. Su madre lleva una década sin pisar el norte. Estuvo ausente en las bodas. En los nacimientos de sus dos nietos. En las graduaciones. Es más que probable que se pierda la llegada de su tercer nieto.

    “Espero que pronto pueda recuperar el tiempo perdido”, dice.

    Patricia se seca las lágrimas al hablar con su hija. Foto: Alberto Pradilla.

    Mujeres que se apoyan

    Desde hace más de un año, Legua forma parte del grupo Madres Soñadoras, que se estableció en 2014 y que reúne a madres expulsadas de Estados Unidos y separadas de sus familias. Actualmente son doce mujeres en Tijuana, aunque a lo largo de su historia han pasado por el colectivo más de 200, según Yolanda Varona, su presidenta y fundadora.

    Organizan actos de protesta para reclamar la reunificación familiar, realizan celebraciones como el “Thanksgiving”, recolectan fondos para apoyar a sus integrantes y participan en talleres de autocuidado. También asesoran a otras deportadas, y a migrantes centroamericanas, y apoyan en los albergues de esa ciudad fronteriza cuyo muro simboliza la separación entre el próspero norte y el sur que aspira a dar el salto.

    Son como una familia alternativa que les permite sobrellevar el destierro.

    En la última década, la unidad de política migratoria de la Secretaría de Gobernación registró tres millones 365 mil 890 deportaciones de mexicanos que se encontraban en Estados Unidos. De ellas, 325 mil 767 eran mujeres mayores de 18 años.

    En 2011, un total de 405 mil 457 mexicanos que se encontraban en situación irregular fueron repatriados desde Estados Unidos. De ellos, 351 mil 601 eran hombres mayores de 18 años y 38 mil 332, mujeres. Legua era una de ellas.

    No hay datos sobre cuántas de ellas son madres que se vieron forzadas a dejar atrás a sus hijos. Según Yolanda Varona, “somos miles”.

    Solo tres mujeres lo han logrado

    Animal Político consultó sobre los programas de apoyo a este colectivo al Instituto Nacional de Migración (INM), a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y al Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME). En ninguno de los casos hubo respuesta.

    Tampoco hay estadísticas sobre cuántos de estos deportados logran regresar a Estados Unidos.

    De los dos centenares de mujeres que se asociaron al colectivo únicamente tres lo lograron: son Emma Sánchez, Alicia Fraustro y una tercera que prefiere mantener su identidad en el anonimato.

    Patricia Legua espera ser la siguiente. Su hija Stephanie dice, en llamada telefónica, que ya tiene una casa preparada para cuando la madre obtenga sus documentos.

    Su historia es la de miles de mujeres mexicanas: vulnerables y sin papeles en regla, lo que incrementa el riesgo de sufrir abusos.

    Entró a Estados Unidos con visa de turista en 1991. Se casó en 1994 con un hombre con permiso de residencia que la maltrató psicológicamente hasta su separación en 2005. Regresó a México en 1999 debido a la muerte de su madre y trató de regresar con documentación falsa, por lo que fue interceptada y obligada a dar la vuelta.

    Logró entrar nuevamente a través de otro paso fronterizo e hizo su vida. Vivió en California y Arizona. Tuvo tres hijos. Tuvo diversos trabajos. Tuvo una vida en el norte.

    En 2006 interpuso una denuncia por violencia de género y, posteriormente, solicitó su visa VAWA (Violence Against Women Act, por sus siglas en inglés). Se trata de un documento que busca proteger a las mujeres que han sufrido agresiones a manos de sus parejas que tienen los papeles en regla.

    Es habitual que estas personas utilicen su estatus legal para controlar y chantajear. Algo así como “si te vas, te denuncio por ilegal”. Así que esta visa está pensada para que las víctimas accedan a la residencia sin tener que depender de sus agresores.

    A Legua, sin embargo, no le protegió.

    Pidió su visa VAWA pero en el 9 de noviembre de 2009 fue arrestada por agentes del ICE (Serivicio de Inmigración y Control de Aduanas de EUA) que se presentaron en su puesto de trabajo en una empresa aeronáutica de Temple, Arizona.

    La encerraron en Eloy Detention Center, una cárcel privada en la que se mantiene bajo custodia a migrantes indocumentados. Ella, trabajadora y madre de familia, víctima de la violencia machista, sin cuentas con la justicia, era encerrada por haber intentado entrar en Estados Unidos con documentación falsa tras la muerte de su madre.

    Según explica, ahí permaneció durante año y medio, tratando de pelear su caso de asilo. Hasta que el abogado que tenía en ese momento decidió no pagar una fianza de cien dólares que le hubiese permitido seguir luchando en la corte y fue deportada.

    Desde entonces reside en México. Primero en Tijuana. Después, en Jalisco. Y, de nuevo, a Tijuana, para poder estar más cerca de sus hijos.

    La mujer relata que entró en contacto con Madres Soñadoras casi por casualidad, por un recorte de periódico que le mostró un hermano que vive en Tijuana. Una casualidad que le llevó conocer a un abogado, Filex Sánchez, especialista en materia de migración.

    Ahora tiene esperanza.

    Deberá pagar mil dólares, que es lo que cuesta el “perdón” en Estados Unidos, un trámite por el que se olvidan “pecados” como el cometido por la mujer cuando intentó entrar con documentación falsa.

    También tendrá que realizar diversas gestiones en el consulado de Ciudad Juárez, en Chihuahua. Finalmente, espera poder reencontrarse con sus hijos. Todo el proceso, calcula Yolanda Varona, podría costar unos 7 mil 500 dólares.

    “¿Qué es ese dinero en comparación con reunir a una familia?”, se pregunta la fundadora del colectivo.

    El grupo que nació de un “acto desesperado”

    Yolanda Varona dice que fundó Madres Soñadoras “como un acto desesperado”.

    A sus 50 años, esta mujer proyecta energía y determinación.

    Cuenta que se convirtió en líder del movimiento un poco por casualidad. Había entrado con visa de turista en 1994 y, posteriormente, en 1997. Ahí hizo su vida hasta que todo se truncó en la noche de fin de año de 2010.

    Lo que iba a ser una salida rápida para hacer un mandado se transformó en la pérdida de la visa y el alejamiento de sus dos hijos por una década.

    Yolanda, fundadora de Madres Soñadoras. Foto: Alberto Pradilla.

    Aquel día se encontraba con su exprometido, un ciudadano norteamericano que olvidó su documentación. Al acercarse a la frontera, el policía de aduana quiso comprobar los papeles del vehículo. Y todo se vino abajo. El carro estaba a su nombre y alguien que no tiene residencia legal no puede tener vehículos inscritos a su nombre.

    “Te vamos a cancelar la visa”, le dijo.

    Y Yolanda Varona quiso que se la tragara la tierra.

    “No sabía cuándo iba a volver a ver a mis hijos”, dice.

    Una crueldad: el último beso fue de trámite, sin la trascendencia de saber que la separación se iba a alargar en el tiempo.

    Por eso, Varona repite insistentemente que hay que decir “te quiero”, que hay que abrazar, que “no se pueden dar las cosas por sentadas” y pensar que tus seres queridos van a estar ahí siempre.

    Explica la mujer que pasó aquella noche en un centro de detención ya que le arrestaron lo suficientemente tarde como para no expulsarla de inmediato.

    Mientras todo el mundo celebraba el inicio de 2011, ella se encontraba en un círculo con otras detenidas, hablando de su caso y de las injusticias de las leyes migratorias.

    A partir de entonces, se convirtió en una deportada.

    “Nunca he intentado regresar, he tenido paciencia, porque van a ser diez años de espera. Solo Dios, que es tan grande, y el amor de mis hijos, me ha hecho levantarme”, explica.

    Tres años después fundó Madres Soñadoras. Aunque en la primera reunión estaban ella, otra mujer deportada y Héctor Barajas, un veterano del Ejército norteamericano que también fue expulsado, aunque ya logró regresar.

    Yolanda Varona habla desde la tamalería “La Antigüita”, propiedad de Esther Morales. Ahí se reúne el grupo todos los viernes para realizar una venta de garaje que les permita obtener fondos.

    Ahí está Esther, una mujer de Oaxaca con nueve cruces al otro lado y otras tantas detenciones en su historial. También Ana Lorena, maltratada en EUA y que rompe a llorar cuando recuerda al malnacido que le pellizcaba por debajo de la mesa para humillarla y le daba golpizas cuando nadie miraba. O Ana Lidia, una mujer de Zacatecas que nunca quiso cruzar al gabacho desde que fue con su familia a Disneyland pero que terminó casada con un mexicano con papeles al que siguió porque no se fiaba de tener una relación a ambos lados de la frontera.

    Esta tamalería es una especie de cuartel general, el lugar en el que se reúnen, planifican actividades, organizan eventos. Doña Esther, la dueña, tiene por costumbre contratar a sus iguales, migrantes o solicitantes de asilo que esperan su cita al otro lado.

    Por aquí han pasado guatemaltecas, hondureñas, mexicanas. Actualmente está como empleada una cubana que prefiere no hacer una entrevista: sus abogados le han recomendado que no hable sobre su caso de asilo.

    Aquí es donde buena parte de las actividades del grupo se planifican.

    Explican, por ejemplo, las dificultades que pasan las mujeres a las que se obliga a estar separadas de sus hijos. Cómo hombres sin escrúpulos llegan a cortar la comunicación con hijos que no saben por qué su madre ya no está. O cómo las autoridades norteamericanas llevan a los menores a centros de acogida tras expulsar a la madre por no tener papeles.

    También explican las opciones existentes para las madres deportadas. Por ejemplo, la visa U, pensada para personas que colaboraron con las autoridades estadounidenses en la resolución de un delito.

    Ese es el caso de la propia Yolanda Varona, víctima de una agresión sexual en el norte y que ayudó a la policía a identificar al delincuente. Por ejemplo, la visa VAWA, de la que podría beneficiarse Ana Lidia, maltratada en Estados Unidos.

    Desde que en 2015 Yolanda Varona se plantó en una protesta en San Ysidro, la frontera con Estados Unidos, con un cartel que preguntaba si alguien había visto a su hijo, el número de mujeres que se acerca a este colectivo se ha multiplicado.

    Cuenta Patricia Legua que la distancia le obligó a que el celular fuese el intermediario para actos cotidianos como, por ejemplo, enseñar recetas a su hija. Relata cómo ha pasado horas explicando, a través de videollamada, cómo se preparan unas enchiladas de pollo con champiñones, o unas albóndigas, o un ceviche de camarones. Se emociona cuando, al otro lado del teléfono, su hija le explica que la mudanza va bien y que ya tiene su habitación disponible para cuando las autoridades norteamericanas tengan a bien facilitarle documentos.

    Esta escena es aplicable a todas las madres que Yolanda Verona reunió en un colectivo.

    Todas esperan.

    Todas dejaron una vida al otro lado.

    Todas confían en que, algún día, regresarán.

    Toda la información e imágenes son de ANIMAL POLÍTICO.
    Link original: https://www.animalpolitico.com/2019/12/madres-sonadoras-tijuana-mujeres-deportadas/

  • Mujeres usan el Big Data para cerrar brecha de género en las empresas

    Mujeres usan el Big Data para cerrar brecha de género en las empresas

    Una empresa creada por dos mujeres latinoamericanas quiere usar el big data para realizar diagnósticos que ayuden a empresas a cerrar la brecha de género.

    Dos mujeres, Mia Perdomo, psicóloga colombiana, y Andrea de la Piedra, periodista peruana, se unieron en 2013 para crear una empresa que ayudara a otras compañías a cerrar la brecha de género.

    El tamaño de su reto es continental. En América Latina, sólo una de cada cinco empresas tiene una mujer en puestos de alta dirección, y sólo 7% de las posiciones de los consejos directivos son ocupados por mujeres, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

    El problema no termina ahí, pues, en lo general, las mujeres de la región ganan una quinta parte menos de lo que ganan los hombres y, en México, esa brecha es mayor: de 34%. Mia y Andrea se conocieron en la Universidad de Georgetown, Estados Unidos, y crearon una metodología para diagnosticar y medir la brecha de género al interior de las empresas.

    De acuerdo con datos de la consultora McKinsey, el PIB de América Latina podría incrementarse 34% para 2025, si se cerraran las brechas de género en el mercado laboral.

    Aequales nació, entonces, como una empresa de consultoría que ayudaba a las organizaciones a identificar las áreas de oportunidad.

    “Al principio, se recopilaban datos en hojas de Excel y se daba una consultoría muy personalizada, pero la brecha de género es un problema sistémico. Es por ello que se utilizaron herramientas tecnológicas para dar más escalabilidad al proyecto”, relata Stephanie Rodas, directora operativa (coo) de la plataforma en México.

    El Ranking PAR fue la primera aplicación que usó la tecnología y la data a favor de la equidad. Se trata de un cuestionario de medición que ofrece un diagnóstico gratuito con un informe de resultados.

    Éste es sólo el punto de partida para realizar una medición comparativa a nivel de industria, país y región, y para dar visibilidad a las empresas que hayan realizado mayores avances en este aspecto.

    Hasta el momento, han recopilado datos de 800 empresas en América Latina. Colombia, Perú y México son los países con mayor participación, aunque también figuran datos de organizaciones en Guatemala, Costa Rica, Ecuador, Perú, Chile, Panamá, Colombia, Brasil y Argentina.

    El ranking mide gestión de objetivos, estructura organizacional, cultura y gestión de las empresas. Las 10 firmas mejor “rankeadas” en cada país reciben un reconocimiento público por parte de Aequales.

    En México, éste se otorgó en septiembre. Entre los galardonados estuvieron Kellogg’s, AT&T, DuPont y Accenture.

    “Hemos detectado una mayor participación de empresas trasnacionales, porque tienen principios adquiridos en los países desarrollados. En el caso de las empresas nacionales en la región, hemos visto que el interés, generalmente, es promovido por un líder joven”, detalla Rodas.

    Durante el evento del 60 aniversario del BID, el presidente del banco, Luis Alberto Moreno, explicó que la incorporación de la mujer al mercado laboral es un tema crucial en materia económica, debido a que, en la región, existe todavía un rezago en materia de equidad y acceso al mercado laboral.

    “Estamos listos para apoyar los grandes proyectos en México, sobre todo los que contribuyan al cierre de brechas de género”, asegura Moreno.

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    La importancia de la data

    Stephanie Rodas explica que los datos permiten visibilizar dónde tienen que fortalecerse las acciones.

    “Muchas empresas asumen principios de igualdad de género en sus políticas y en su visión filosófica, pero, al llegar a las acciones, se dan cuenta de que hace falta trabajar [más en ello]”, dice Rodas.

    Aequales cuenta hoy con dos productos que incorporan data para la identificación de áreas donde la brecha de género es más marcada: el primero es la Plataforma PAR.

    Si bien, la realización del cuestionario y la evaluación de cada empresa puede ser gratuito, el comparativo a nivel industria, país y región sí tiene un costo. Este comparativo concentra los datos estadísticos de las empresas participantes y permite observar cómo se encuentran las empresas con respecto de otras compañías y qué tan avanzadas están, comparativamente, en su país y región.

    Otra de las aplicaciones es el acceso a la Plataforma PAR, que contiene herramientas para hacer cruces con la propia información de la empresa.

    “Un ejemplo simple es [hacer el cruce] con un filtro de ‘empresas con comité de diversidad’; la segunda variable sería ‘cuántas mujeres han ascendido’; entonces, si el resultado en este caso es cero, podemos decir, con hechos y estadísticas, que esta buena práctica no está surtiendo efecto”,  explica Rodas.

    Además de facilitar el cruce de información entre prácticas y resultados, la Plataforma PAR contiene un banco de buenas prácticas con información sobre prácticas implementadas en las diferentes empresas, así como un contacto para poder consultar con el responsable en esas compañías cómo llevar a los hechos iniciativas similares.

    La idea es generar una red de empresas de alcance regional que puedan orientarse unas a otras.

    “En nuestra escala de equidad identificamos cuatro niveles. Las empresas que llegan al nivel más alto, ya tienen un ambiente de equidad y deben pasar a ser agentes de cambio para impactar su cadena de valor. Uno de los pasos a seguir por una empresa equitativa es establecer un cuestionario de diversidad e inclusión para proveedores y generar una política de apoyo para que esos proveedores también trabajen [en pro de] una mayor inclusión”.

    Otro de los servicios ofrecidos por la empresa es el acceso a la comunidad Aequales, donde, con el pago de una anualidad, las empresas forman parte de una red de organizaciones privadas y públicas que gestionan la equidad desde el aprendizaje, compartiendo prácticas y generando un impacto social.

    Al pertenecer a la comunidad, las compañías obtienen seis sesiones para realizar networking especializado en temas ligados a enfoque de género, un taller de planeación estratégica inhouse y un seguimiento virtual semanal.

    “No queremos ser una consultoría boutique que sólo opera en un país o zona determinada; queremos que esta información y estos datos se utilicen para mejorar las condiciones de hombres y mujeres en las empresas. Crear una herramienta tecnológica accesible es una forma en la que podemos escalar”, afirma Rodas.

    El riesgo de un ‘mal diagnóstico

    Los planes de Aequales en la región son ambiciosos, pues, si bien no planean abrir oficinas en todos los países, sí pretenden llegar a 2,000 organizaciones en la próxima medición del Ranking PAR, que se realizará entre febrero y mayo de 2020.

    Entre los mayores retos, explica la coo para México, está la propia cultura de las empresas, pues tiende a minimizarse el problema o a recurrir a una negación y asumir que sí existe un clima de equidad cuando, en realidad, no es así.

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    “Es importante que se visibilice la brecha de género [porque], cuando asumes que tienes una empresa equitativa entre hombres y mujeres, y no es el caso, los colaboradores se dan cuenta de la falta de inclusión y eso provoca mucha rotación. [En cambio], cuando las empresas escuchan a sus colaboradores y, de hecho, los tratan como humanos, entonces dichos colaboradores permanecen [en la compañía]”, concluye Rodas, la coo de esta firma que está haciendo mucho por la equidad.

    Toda la información e imágenes son de FORBES.
    Link original: https://www.forbes.com.mx/mujeres-usan-el-big-data-para-cerrar-brecha-de-genero-en-las-empresas/

  • Un ‘tinder’ para unir a mujeres y empresas

    Un ‘tinder’ para unir a mujeres y empresas

    La plataforma SheWorks! gana el premio Equals in Tech 2019 por acortar la brecha de género. Así funciona en una de las regiones más desiguales del mundo.

    Cuenta Silvina Moschini (Argentina, 47 años) que una aplicación como Tinder fue la inspiración para crear la plataforma que cuenta con 20.000 usuarias y por la que acaba de recibir un premio internacional. Para entrar en ella hace falta completar un perfil y pasar unos tests. “Funciona como las aplicaciones de encontrar pareja. Las empresas buscan los perfiles y todo es cuestión de matches. Es un juego”, bromea. «Y hay más posibilidades de encontrar pareja de trabajo o de vida con 20.000 mujeres que con tan solo cuatro».

    La emprendedora creó hace dos años y medio SheWorks! Academy una plataforma de educación en línea para mujeres que ofrece entrenamiento en habilidades de la economía digital para la inserción en el mercado laboral. El proyecto activo en 65 países de todo el mundo, acaba de recibir el premio EQUALS in Tech 2019.

    “Hija, tú puedes ser princesa, astrofísica, ingeniera, o lo que quieras. Pero si eliges la princesa, tienes que ser de las que construyen castillos”. Esto le dijo su padre a Silvina Moschini cuando era tan solo una niña. El galardón que acaba de recibir reconoce proyectos innovadores para reducir la brecha de género a través de la tecnología. Apoyada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), compañías como Facebook, Microsoft y Google participan en esta iniciativa junto a Naciones Unidas para cumplir con la Agenda de Desarrollo Sostenible de la ONU.

    Silvinia Moschini recogiendo el premio Equals in Tech 2019, el 27 de noviembre en Berlín.
    Silvinia Moschini recogiendo el premio Equals in Tech 2019, el 27 de noviembre en Berlín. ITU/K. HELLER EQUALS IN TECH

    La princesa que quería construir castillos también quiso resolver un misterio. “No entendía por qué las mujeres se iban del mercado por culpa de una falta de flexibilidad y conciliación. El 51% abandonan su oficio al tener hijos y tienen que elegir entre familia y trabajo. Me pareció una absoluta paradoja en este mundo actual donde todo se mueve con tecnología”, explica Moschini. Por lo tanto, para solventar este problema “absurdo”, ofrece un sistema transparente de trabajo remoto para todas, con o sin hijos, en las grandes ciudades o en un pueblo perdido de Argentina. La academia educa a quienes no tienen la suerte de nacer en una ciudad llena de posibilidades o medios para ir a universidades. “Hacemos un análisis exhaustivo de datos para saber qué necesita el mercado y las preparamos para ello”, añade la experta.

    Graciana Ricci, especialista en mercado laboral del BID destaca la necesidad de ofrecer a todo el mundo las mismas habilidades y apoyar particularmente aquellos colectivos vulnerables, en los cuales se encuentran las mujeres, que no tienen la posibilidad de acceder a una educación digital. «Lo que más nos preocupa son los grupos rezagados que no han podido aprender a utilizar la tecnología. Se abren nuevas oportunidades y es necesario que latinoamericanas sepan también venderse al resto del mundo y en el nuevo mercado», argumenta Ricci.

    A Maricruz Tabbia le preguntaban siempre lo mismo. “¿Tiene hijos?”. Ella contestaba que sí, una niña pequeña. “¿Y cómo pretende ocuparse de ella mientras estará trabajando?

    A Maricruz Tabbia (Argentina, 34 años) le preguntaban siempre lo mismo. “¿Tiene hijos?”. Ella contestaba que sí, una niña pequeña. “¿Y cómo pretende ocuparse de ella mientras esté trabajando? ¿Tiene alguien para cuidarla?”. Le acechaban con este interrogatorio en cada entrevista a la que se presentaba. “Nunca me volvían a llamar y sé que es porque acababa de tener un bebé”, argumenta. Tabbia vive en un pueblo pequeño “donde hay más vacas que personas”, cuenta con humor. Nunca había ni siquiera soñado con poder trabajar en recursos humanos en empresas como Pepsi y Mastercard viviendo en ese punto diminuto del mapa llamado Franck. “Es verdad que echo de menos el aspecto social de la oficina, pero me encanta poder trabajar con mi hija sentada al lado, poder llevarla al colegio y estar presente. Y sobre todo poder elegir donde vivo”, concluye.

    En Colombia, el paro en mujeres menores de 25 años es del 24,1%, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Natalia Vargas vive en Bogotá y tiene 24 años. Solo tuvo una experiencia laboral antes de utilizar la plataforma de Moschini. En ese empleo le obligaban a llevar uniforme y no podía desarrollarse ni como profesional ni como persona. “Hacía un trabajo rutinario y, aunque no me haya sentido jamás discriminada por ser mujer, sí que me he sentido marginada por ser joven”, asevera. La mujer hacía fotocopias, trabajaba de ocho a cinco sintiéndose inútil porque, según relata, “era más importante aparentar que hacer realmente algo”. La trabajadora, ahora especializada en marketing y redes sociales, asegura que los hombres de su antigua empresa tendían a limitarle y que las mujeres en SheWorks! le hacen crecer. Su familia no entiende el concepto. «Pero se equivocan porque ahora sí que hago cosas y ayudo”, concluye.

    Yyannu Cruz, especialista en desigualdad de género del BID, asegura que en algunos países la brecha de género se ha incrementado. La mayor preocupación que resalta la experta es que las mujeres de su continente solo trabajan en oficios rutinarios y por lo tanto destinados a la automatización. «La tecnología les sustituirá. Es necesario mejorar sus capacidades digitales para que no se queden fuera», explica. Cruz insiste que las mujeres no han tenido acceso a una formación adecuada y en armonía con el desarrollo de la tecnología. «Hay que romper con los estereotipos de que las mujeres no son tan buenas que los hombres en el mundo digital. SheWorks! es una iniciativa que entra en esta dinámica, es el camino a seguir», concluye.

    La senda para acabar con la brecha de género

    La brecha salarial en América Latina es uno de los principales desafíos para lograr la equidad de género. Este índice puede llegar a un 30%, según han alertado expertos que participaron en el Women Economic Forum (WEF) el pasado mes de agosto. Argentina entra en esta línea con un 27,5% mientras la media mundial no supera el 19% y España no alcanza el 15, según los últimos datos de la OIT.

    “Somo peores negociando porque tenemos el síndrome de la impostora”, opina Moschini. Para ella, su «Amazon de talento femenino» va a romper con las fronteras, impactar el mercado y disminuir esta brecha profunda. El secreto de este éxito, según cuenta, es la transparencia de datos. “Poco a poco será más sencillo luchar por lo que es nuestro porque tenemos pruebas. Ya no merecerá la pena ni siquiera entrar en debates”, comenta.

    La mujer hacía fotocopias, trabajaba de ocho a cinco sintiéndose inútil porque, según relata, “era más importante aparentar que hacer realmente algo”

    Tabbia, que lleva trabajando con Moschini más de cinco años, ha visto mucho mundo, como dice, y oído muchos comentarios. “En mi día a día sigo viendo que se prioriza al hombre para los puestos de liderazgo y que ellos saben negociar más y mejor sus salarios que nosotras”, precisa. También oye cómo muchas y demasiadas veces se busca a un hombre antes que a una mujer. “Ella es excelente, pero ¿has visto? Está embarazada. Mejor un hombre”, es uno de los comentarios reiterados contra los cuales lucha.

    Una de las películas favoritas de la emprendedora a la cabeza de SheWorks! es Figuras Ocultas, de Theodore Melfi (2016) y la utiliza como base para argumentar. “En esa obra fantástica se ve claramente que no teníamos sitio en las reuniones ni en el mercado laboral. Ahora todos tenemos que actuar, incluidos los hombres, para que ya no sea necesario hablar de ello. Nosotras hemos estudiado, luchado y avanzado, pero las reglas se han quedado atrás. Hace falta un poco más de tiempo”, concluye.

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  • Es mexicana y desarrolló un material para que la NASA construya hábitats en la Luna

    Es mexicana y desarrolló un material para que la NASA construya hábitats en la Luna

    Su nombre es Xóchitl Verónica Silvestre Gutiérrez, es alumna de Ingeniería del Tecnológico Nacional de México (TecNM), campus Durango, y junto a un grupo de jóvenes desarrolló un plan para construir hábitats para astronautas que les aseguró el primer lugar en el Programa Internacional del Aire y del Espacio (IASP) de la NASA. 

    El resultado logrado por el equipo fue con la propuesta del uso de ferritas hexagonales de tipo M., material cerámico químicamente estable cuya función pretende darse en un hábitat lunar.

    “En su primera fase, se ha investigado el uso de la cerámica de tipo hexaferrita para la protección de la radiación ultravioleta (UV), así como su comportamiento en condiciones extremas de temperatura y presión atmosférica”, explicó Silvestre Gutiérrez, quien viajó al U.S. Space & Rocket Center, en Alabama, para participar.

    El equipo desarrolló diversas actividades a lo largo de la competencia, entre las que destacaron, una capacitación de parte de la empresa AEXA, la participación en el Space Camp y en la competencia muestra.

    La propuesta será analizada el año próximo en una misión de pruebas del programa MISSE (Módulo de Experimentación Espacial); se acoplará en la estación espacial internacional por un plazo de 6 a 12 meses.

    Toda la información e imágenes son de Entrepreneur.
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  • Quién fue Bertha von Suttner, la novelista y primera mujer nobel de la Paz que Google homenajeó con un doodle

    Quién fue Bertha von Suttner, la novelista y primera mujer nobel de la Paz que Google homenajeó con un doodle

    114 años después de que se convirtiera en la primera mujer galardonada con el Premio Nobel de la Paz, la escritora y pacifista austriaca Bertha von Stuttner fue homenajeada con un doodle de Google.

    Fue la primera mujer en esta categoría, y la segunda en recibir un Nobel después de que la científica Marie Curie recibiera uno en 1903.

    Nacida en Praga en 1843 como Bertha Kinsky, estudió idiomas y música en sus años de juventud.

    Llegó a dominar con fluidez el francés, el inglés y el italiano.

    A los 30 años se trasladó a Viena para trabajar como institutriz en la casa de la familia Von Suttner, donde conoció a quien sería su futuro esposo, el barón Arthur Gundaccar von Suttner.

    Como su familia se oponía a la relación, la joven se marchó a París, donde comenzó a trabajar como secretaria privada de Alfred Nobel, el químico e inventor sueco que creó los premios que llevan su nombre.

    Su trabajo allí no duró mucho, pero ambos continuaron en contacto.

    Dibujo de Bertha von SuttnerDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
    Image caption Bertha von Suttner fue también la primera austriaca en recibir un Nobel.

    En vistas de la oposición familiar, la pareja se casó en secreto y se instaló temporalmente en lo que actualmente es Georgia.

    Allí, comenzó a escribir cuentos y novelas centradas en el pacifismo y en problemas sociales.

    De regreso en Austria, fue entrando en contacto con distintos movimientos pacifistas de Europa.

    Y en 1889 publicó la que sería su obra más reconocida, «¡Abajo las armas!», que cuenta los horrores de la guerra desde el punto de vista de una mujer.

    Esta obra se convirtió en un clásico del movimiento pacifista. Fue traducida a más de 10 idiomas.

    La escritora falleció el 21 de junio de 1914, poco antes de que comenzara la I Guerra Mundial, tras una extensa batalla contra el cáncer.

    Toda la información e imágenes son de BBC.
    Link original: https://www.bbc.com/mundo

  • Micromachismo: 20 formas de violencia de género que suelen pasar desapercibidas en la vida cotidiana

    Micromachismo: 20 formas de violencia de género que suelen pasar desapercibidas en la vida cotidiana

    El micromachismo es una forma sutil de la violencia de género.

    Suele pasar desapercibido, lo naturalizamos como algo normal, inocuo, que no causa ningún efecto.

    Lo cierto es que esta forma invisivilizada de machismo lo que hace es perpetuar y profundizar las desigualdades de género.

    Vivimos el micromachismo todo el tiempo, en todos lados: en la calle, en el trabajo, en la escuela, con nuestros amigos, nuestros familiares y hasta en nuestro propio hogar.

    El micromachismo, al igual que toda forma de violencia de género, no es algo propio solamente de los hombres ni de todos los hombres. Son actitudes y pensamientos tan naturalizados en la sociedad que a veces surgen, incluso, desde las propias mujeres.

    Son cientos, miles, las formas en que el machismo se expresa en nuestra vida cotidiana. Hoy aquí queremos destacar solo algunas de las formas más sutiles de machismo que suelen pasar desapercibidas.

    Toda la información e imágenes son de VIX.
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  • Bañan en ácido a mujer saxofonista; tras 90 días el agresor sigue libre

    Bañan en ácido a mujer saxofonista; tras 90 días el agresor sigue libre

    María Elena Ríos fue agredida con ácido; familia exige justicia; señalan como autor intelectual a “un poderoso empresario”

    Lo único que María Elena Ríos Ortiz pide es justicia. Hace 90 días, la vida de esta talentosa saxofonista mixteca, de 26 años, se fracturó cuando, estando en su casa en la ciudad de Huajuapan de León, un hombre le roció ácido en el cuerpo. Se trata del primer ataque de este tipo documentado en Oaxaca y el cuarto a nivel nacional.

    Desde aquel 11 de septiembre, el mundo de María Elena está contenido en las paredes blancas del Hospital Civil Aurelio Valdivieso, en la capital del estado. Ahí ha sido sometida a diversas intervenciones quirúrgicas, pues el ataque le dejó graves secuelas en varias partes del cuerpo.

    Antes del ataque, María Elena dedicaba su vida a la música. Es egresada del Conservatorio de Puebla y participante en el Primer Encuentro de Directores de Bandas de Oaxaca 2019. Ese fue el último evento al que asistió antes del atentado.

    María Elena está segura de quién es el autor intelectual de su ataque. Se trata de un poderoso empresario y exdiputado local, quien formó parte de su vida en otro tiempo y quien la ha amenazado de muerte tras los hechos. Todo eso se le ha dicho a la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), pero a tres meses, nadie ha sido detenido.

    Luego de los señalamientos, el empresario identificado por María Elena inició una campaña de desprestigio hacia ella. A través de las redes sociales, usuarios se esfuerzan por desvincular al exlegislador de las acusaciones.

    “Hemos estado buscando ayuda en el caso, pero debido al poder que ejerce el empresario, nadie ha querido ayudarnos. A pesar de que hay pruebas suficientes en poder de las autoridades que vinculan al autor intelectual con la persona que cometió la agresión”, lamentan familiares de la joven.

    Para la familia Ríos Ortiz, el ataque fue el inicio de una pesadilla que no termina. Primero, se negaban a darle atención médica a María Elena, por lo que iba a ser trasladada al estado de Puebla; sin embargo, a través de presiones, finalmente la joven fue trasladada al Hospital Civil de la capital. Ahí, María Elena vive con el temor de recibir un mensaje de texto del empresario, pues así es como han llegado las amenazas de muerte, evidencias que también están en poder de la fiscalía.

    La desesperación de su familia es tanta que, cuando el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, visitó Huajuapan, acudieron ante él para pedirle ayuda.

    El Mandatario federal los escuchó, dejó una promesa y turnó el asunto a una funcionaria de gobierno federal en la entidad, quien hasta ahora no ha atendido la instrucción presidencial, argumentando que se trata de un asunto que compete al gobierno local, a pesar de que la violencia de género y su erradicación es un compromiso de la Federación. Después, bloqueó a la familia de su teléfono celular.

    Así han sido estos meses, una serie de puertas que se cierran una tras otra. La familia de María Elena, por ejemplo, tiene contacto directo con el fiscal general, Rubén Vasconcelos, y con el titular de los Servicios de Salud de Oaxaca, Donato Casas Escamilla, funcionarios que le han prometido un apoyo que llega a cuentagotas.

    “No estamos recibiendo ayuda legal, ni médica apropiada”, dicen los familiares a EL UNIVERSAL y aseguran que, desde el día del ataque, la joven no ha abandonado el hospital. Hasta hoy, no hay fecha para que sea dada de alta.

    La desesperación aumenta porque para atenuar las heridas que el ácido dejó en gran parte de su cuerpo, María Elena requiere atención especializada que no llega.

    Aunque la familia reconoce que el fiscal se comprometió en una intermediación con la titular de la Secretaría de la Mujer, Ana Vásquez Colmenares, a darle celeridad a la investigación, su temor es que les han dicho que el empresario y exdiputado se mueve en los más altos círculos del poder.

    Su temor, repiten, es que las autoridades locales ignoren las pruebas que se acumulan para demostrar la responsabilidad del señalado. Y que sean incapaces de impartir justicia para María Elena.

    Ante ese miedo y por la gravedad de las lesiones, la familia pide que el caso sea turnado a instancias federales, para que se atienda con perspectiva de género.

    Los familiares de la joven insisten en que incluso existe un retrato del agresor material, cuya identidad también fue captada en cámaras de vigilancia: “Tememos por nuestra seguridad y la de María Elena. Hemos recibido llamadas y sabemos que estamos luchando contra alguien cuyo poder se mueve con el dinero. Por eso pedimos ayuda, que no olviden el caso, que atiendan a nuestro llamado”, suplican.

    “¿Qué se ha hecho al respecto, para atender a María Elena y garantizar su seguridad y la de su familia, así como la de las mujeres que están expuestas a un ataque similar?”, cuestiona la familia.

    Aunque el ataque a la saxofonista es el único perpetrado con ácido en el estado de Oaxaca, las cifras de violencia de género indican que su historia se repite. De finales de 2016 a la fecha, organizaciones civiles contabilizan 370 mujeres asesinadas y otras mil 754 agredidas.

    La fiscalía de Oaxaca no dio su postura sobre el caso.

    Toda la información e imágenes son de EL UNIVERSAL.
    Link original: https://www.eluniversal.com.mx/

  • Hallan sin vida a estudiante de UPN desaparecida en Chiapas

    Hallan sin vida a estudiante de UPN desaparecida en Chiapas

    Una jovencita de 19 años, estudiante de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), fue encontrada sin vida en el interior de una vivienda donde vivía sola. Al parecer fue violada y ahorcada. Los hechos ocurrieron en la comunidad Revolución Mexicana, del municipio de Villacorzo.

    De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia del Estado de Chiapas, se trata de Yucenia Jacquelín Gómez Nucamendi, de 19 años de edad. El cuerpo de la occisa fue trasladada al servicio Médico Forense donde se le practicará la necropsia de ley.

    Asimismo, la Fiscalía General de Justicia, informó que por estos hechos la Fiscalía de Distrito inició a la correspondiente carpeta de investigación, de acuerdo con el protocolo de actuación para la investigación del feminicidio en el marco de la Alerta de Violencia de Género en Contra de las Mujeres.

    Toda la información e imágenes son de EXCELSIOR.
    Link original: https://m.excelsior.com.mx/

  • INSP: embarazo adolescente en México se triplicó en los últimos 12 años

    INSP: embarazo adolescente en México se triplicó en los últimos 12 años

    El número de embarazos en adolescentes mexicanas pasó de 5.4% a 15.4% tan sólo de 2006 a 2018.

    Un estudio hecho por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) reveló que el número de embarazos en adolescentes de México se triplicó en los últimos 12 años.

    El  ‘Estudio Nacional de la Salud y la Nutrición (ENSANUT), reveló que el embarazo adolescente en México se triplicó en los últimos doce años y que éstos casos se dieron más en localidades con menos de 100 mil habitantes.

    » alt=»» aria-hidden=»true» />Embarazo adolescente en México se triplica en los últimos 12 años.

    INSP: Embarazo adolescente en México se triplica en los últimos 12 años. (Imagen: Vanguardia)

    De acuerdo con información de El Universal, el estudio encontró que hubo una prevalencia de embarazos entre las mujeres de 15 a 19 años. Además, la investigación reveló que éstas eran quienes menos atención prenatal reciben.

    La atención prenatal fue una de las cosas que las adolescentes de entre 15 y 19 años no recibieron durante su embarazo, tampoco métodos de anticoncepción posterior al parto. Esto, en comparación con las mujeres adultas que pasan por un embarazo.

    La prevalencia de embarazo de estas mujeres de 15 a 19 años es de 15.4%. Esta cifra pasó de 5.4% a dicha cantidad tan sólo de 2006 al 2018.

    » alt=»» aria-hidden=»true» />Embarazo adolescente en México se triplica en los últimos 12 años.

    INSP: Embarazo adolescente en México se triplica en los últimos 12 años. (Imagen: Desinfórmemonos)

    Según refiere el INSP, este estudio indicó que este caso de embarazos adolescentes está ligado a un ‘inicio más temprano de la vida sexual’ y a una ‘baja utilización de métodos anticonceptivos’.

    Además, el INSP señaló que el embarazo y la maternidad en la adolescencia están asociados a los riesgo de salud, pues estos aumentan la posibilidad de mortalidad en la madre y en el bebé. Señaló también que esto implica el aumento en el abandono de estudios y el rezago en el nivel escolar en el que las adolescentes se encuentren.

    “Estas situaciones reducen las oportunidades de progreso social y profesional de las madres, que a muy temprana edad ven limitado su proyecto de vida”, indica el INSP.

    Finalmente, el Instituto refirió que se debe reconocer el embarazo y la maternidad adolescente como un problema de salud pública, pues a pesar de las estrategias que se han implementado para reducirle, no ha sido suficiente.

    Toda la información e imágenes son de PLUMAS ATOÓMICAS.
    Link original: https://plumasatomicas.com/noticias/mexico/embarazo-adolescente-triplica-mexico/

  • ¿Quién es Obtilia, la indígena galardonada con el Premio Nacional de Derechos Humanos?

    ¿Quién es Obtilia, la indígena galardonada con el Premio Nacional de Derechos Humanos?

    Eugenio Manuel es integrante de la Organización del Pueblo Indígena Me’ Phaa (OPIM) y el 12 de febrero de este año desapareció.

    Eugenio Manuel es integrante de la Organización del Pueblo Indígena Me’phaa (OPIM) y el 12 de febrero de este año desapareció junto Hilario Cornelio Castro en el tramo carretero Tierra Colorada- El Ocotito, en el municipio de Ayutla de los Libres.

    Tras cuatro de no conocer de su paradero ambos activistas fueron localizados con vida.

    La indígena me´phaa desde los 11 años edad comenzó a defender a su comunidad, el pueblo Ayutla de los Libres, en Guerrero. Como dirigente de la OPIM, Obtilia se ha distinguido por denunciar abusos cometidos por personal del Ejército Mexicano contra los pueblos indígenas, de manera particular contra las mujeres, lo que le ha valido estar en constante situación de riesgo, ante múltiples amenazas recibidas.

    Una de las primeras luchas en las que se involucró fue por la exigencia de castigo a empleados del sector Salud que esterilizaron de manera forzada a 14 hombres indígenas de El Camalote, comunidad me´phaa de Ayutla, municipio de la Costa Chica.
    Con engaños, presiones y amenazas, personal de Salud, según la documentación hecha por organizaciones, esterilizaron a estos hombres; a 13 en 1998 y uno más en 2001.
    Casi 10 años después, en diciembre de 2007, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) llamó a las autoridades responsables a pagar reparaciones a las víctimas.
    En 2002, Eugenio Manuel tuvo un papel muy activo en la denuncia de violaciones sexuales cometidas por personal militar contra las mujeres indígenas, Valentina Rosendo Cantú e Inés Fernández Ortega.
    Ambo casos, litigados por el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, fueron elevados ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), que emitió dos sentencias contra México por la tortura sexual cometida en agravio de las mujeres.
    La lucha de Inés y Valentina logró que el Estado mexicano les ofreciera disculpas públicas durante la administración del presidente Felipe Calderón Hinojosa, y el compromiso a que les repararan el daño.
    Combatir el caciquismo en zonas de Ayutla es otro de los movimientos liderado por Obtilia Eugenio. En esa tarea hizo una mancuerna con miembros de la Organización para el Futuro del Pueblo Mixteco (OFPM), a quienes también han atacado; en 2009 mataron a dos de sus dirigentes, Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas.
    En 2004, Obtilia recibió amenazas de muerte y para 2017, la CoIDH decidió mantener medidas provisionales para Eugenio Manuel, para su familia, así como para 41 integrantes de la OPIM y de otras organizaciones, como el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, debido a las «amenazas, seguimientos, interceptaciones telefónicas, entre otras acciones» de las que fueron víctimas por dar seguimiento al caso.
    Amnistía Internacional describe a la OPIM como una iniciativa que ha fomentado proyectos de desarrollo económico y social para mejorar las condiciones de vida de las comunidades me´ phaa.
    Toda la información e imágenes son de LA SILLA ROTA.
    Link original: https://lasillarota.com/