Para garantizar la participación política de las mujeres en un contexto libre de violencia, el INE cuenta con el Protocolo para la Atención a Víctimas y la Elaboración del Análisis de Riesgo en los Casos de Violencia Política Contra las Mujeres en Razón de Género. Conócelo.
En México, la participación de las mujeres en la Administración Pública Federal aún es baja y se concentra en puestos de menor nivel, lo que genera una brecha de ingresos; la diferencia de ingresos en las secretarías oscila entre 2% y 38%, de acuerdo con un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Con el fin de saber cuánto ha mejorado la participación de mujeres en puestos del sector público, el IMCO analizó el puesto y el nivel de ingreso de más de 168 mil funcionarios y funcionarias públicas con datos de la Nómina Transparente de la segunda quincena de junio de 2023.
Los datos recabados y analizados por el Instituto revelan que a tres años de la primera edición, las brechas de género al interior de las secretarías de Estado se mantienen.
Así, el ingreso promedio de las mujeres es de 43 mil 660 mensual, mientras que para los hombres asciende a 49 mil 148, lo que se traduce en que una mujer gana 89 pesos por cada 100 que gana un hombre.
¿Qué puestos ocupan las mujeres en las secretarías de Estado?
El Instituto informó que en la Administración Pública Federal, la participación de las mujeres se concentra en los puestos de menor rango y disminuye conforme aumenta el nivel jerárquico, sin contar los puestos titulares de las secretarías.
Mientras que las mujeres ocupan 47% de los puestos de enlace –nivel de menor jerarquía–, esta proporción se reduce a 33% en los puestos de mando superior, que incluyen a las subsecretarías de Estado, jefaturas de unidad y direcciones generales.
Detallan que en los puestos titulares de las secretarías de Estado existe paridad de género, pues en la mitad de ellos son ocupados por una mujer.
Estas son las secretarías encabezadas por una mujer: Bienestar, Cultura, Economía, Educación, Energía, Gobernación, Medio Ambiente y Relaciones Exteriores.
Mientras que los puestos de mando superior tienen menor participación de mujeres: subsecretarías (30%), jefaturas de unidad (28%) y direcciones generales (34%).
De acuerdo con el IMCO, el objetivo de medir las brechas de género y establecer acciones para cerrarlas no necesariamente significa alcanzar la paridad en todos los puestos, sino generar las condiciones para que las mujeres puedan ascender y permanecer en los puestos de liderazgo sin enfrentar barreras adicionales a sus pares hombres.
Así ha cambiado la participación de las mujeres en el sector público
El IMCO dio a conocer que la representación femenina en las secretarías de Estado no ha cambiado significativamente en los últimos tres años. Por el momento la mitad de las secretarías no cuentan con ninguna subsecretaria, si bien la participación femenina en este nivel de puesto aumentó con respecto a 2022, al pasar de 28% a 30%.
Por otro lado, la participación de mujeres en las direcciones generales tiene una tendencia al alza, con un incremento de 13% respecto a 2021. El tercer puesto de mando más alto en las secretarías, las jefaturas de unidad, no ha incrementado su proporción de mujeres; además permanece como el nivel con menor representación femenina.
Respecto a los puestos de mando medio, destaca el aumento de mujeres en subdirecciones de área, cuya proporción incrementó de 40% a 43% entre 2022 y 2023. En tanto que las direcciones de área y jefaturas de departamento disminuyeron ligeramente la participación femenina con respecto al año anterior en uno y dos puntos porcentuales, respectivamente.
Participación de mujeres en puestos de mando superior
Los puestos de mando superior son los puestos de mayor nivel jerárquico en las secretarías de Estado, siendo el escalón donde se pierde el mayor liderazgo de las mujeres.
Las secretarías con mayor participación de mujeres en puestos de mando superior son: Trabajo (44%), Cultura (43%) y Agricultura (43%), en contraste con Turismo, donde las mujeres ocupan solo 4% de estos puestos.
El aumento más relevante en la participación femenina en puestos de mando superior respecto a 2022 corresponde a la Secretaría de Educación Pública (SEP), ya que subió de 25% a 37%.
Y cuánto ganan las mujeres en las secretarías de Estado
Uno de los puntos más polémicos es el sueldo que reciben las mujeres al estar en un alto puesto de trabajo. Los tabuladores de ingresos, que estipulan el sueldo base y la compensación garantizada para cada puesto, evitan diferencias en el ingreso entre los y las funcionarias públicas que ocupan el mismo nivel de puesto dentro de las secretarías.
No obstante, los tabuladores no impiden que existan brechas de ingresos por género, ya que no contrarrestan la distribución desigual de mujeres en la estructura laboral.
La menor participación de mujeres en puestos de mayor jerarquía, se traduce en menores ingresos para las mujeres que trabajan en las secretarías de Estado a nivel agregado.
La brecha de ingreso por género en los puestos de mando es de 11%, la cual aumentó en tres puntos porcentuales respecto a 2022. Es decir, por cada 100 pesos que recibe un hombre, una mujer recibe, en promedio, 89 pesos en los puestos de mando en las secretarías.
En comparación con 2022, las secretarías de Economía y la de Bienestar redujeron su brecha de ingresos debido al incremento de mujeres en puestos de mando superior. La brecha de ingresos en la Secretaría de Turismo alcanza 38%, lo que la posiciona como la secretaría con mayor brecha de ingresos.
El IMCO señaló que pese a los avances hacia la igualdad de género en las secretarías de Estado, estos no han sido suficientes para ver un cambio sustantivo en la representación de las mujeres al interior de las secretarías. Las principales mejoras se mantienen en aquellas secretarías que ya reportaban avances, mientras que las secretarías con los niveles más bajos de representación femenina muestran menor progreso.
¿Qué propone IMCO para enfrentar brechas de género y salarial en sector público?
Ante los datos obtenidos en el estudio, el Instituto planteó que es necesario que las secretarías de Estado identifiquen las brechas de género que existen en su estructura jerárquica, pero sobre todo profundizar en sus causas, para lo cual propuso al gobierno federal:
Medir y transparentar las brechas de género en el portal de la Secretaría de la Función Pública, así como ampliar la medición para toda la Administración Pública Federal.
Aprovechar el nivel de detalle de la nómina federal para realizar un autodiagnóstico con perspectiva de género al interior de las instituciones de gobierno.
Compartir buenas prácticas de inclusión de mujeres entre las secretarías de Estado.
Evaluar los horarios y jornadas de trabajo, sobre todo en modalidades de trabajo híbrida y para los puestos de mayor jerarquía dentro de las secretarías de Estado.
La mexicana Cristina Gamero tenía 35 años y era directiva de una empresa multinacional cuando la arrestaron en Ciudad de México, la retuvieron dentro de una patrulla dando vueltas por toda la capital durante más de ocho horas y cuando, finalmente, la llevaron directo al penal femenil de Santa Martha Acatitla, supo la razón por la que estaba pasando todo. La habían acusado de un fraude por 33 millones de pesos (cerca de dos millones de dólares). Momentos antes de llegar, ya entrada la noche, ella todavía creía que estaba ahí por un adeudo en su tarjeta de crédito; nada más le pasaba por la cabeza, no entendía lo que sucedía. En la oscuridad y con el llanto desconsolado de su madre y del resto de su familia, miró aquella puerta metálica gigantesca y gris y pensó para sí misma: “ojalá que todo esto sea por la tarjeta”.
Fue en 2008. En México se hablaba entonces de una “alternancia política” que hasta hace poco había parecido imposible. El partido hegemónico, la fuerza política con más poder de entonces, el PRI, había sido derrotado en las elecciones presidenciales del año 2000, cuando Vicente Fox Quesada, el abanderado del Partido Acción Nacional (PAN), ganó la presidencia. No solo empezó un nuevo camino en la vida democrática del país, casi como algo sintomático, también se inauguró una política de seguridad que marcó línea en los sexenios siguientes. Ciudad de México fue el escenario de un modo muy particular de operar por parte de las corporaciones policiales y en un abrir y cerrar de ojos la televisión se llenó de detenciones en vivo, transmisiones de operativos y demás espectáculos que estaban muy lejos de aquello que repetían hasta el hartazgo en las pantallas: justicia.
Gamero estaba en la cima de su carrera, era una mujer muy joven que ocupaba un puesto directivo en la empresa multinacional en la que trabajaba, viajaba a varias ciudades del mundo constantemente y se sentía “todopoderosa”, menciona con cierto humor. Hasta que ya no lo fue. Durante más de un año, en su empresa —que se estaba fusionando con otra— la mantuvieron al margen mientras investigaban un supuesto desfalco del que ella, asegura, no tenía conocimiento. Tan segura estaba de que no sucedería nada y de su inocencia, que no se preocupó demasiado y tampoco consultó con abogados o con alguien que le brindara orientación.
Su caso está repleto de irregularidades y de violaciones al debido proceso. Mientras estaba dentro de la patrulla, por ejemplo, recuerda haber escuchado a uno de los hombres que la custodiaban contar por llamada telefónica que no estaba en servicio y que se encontraba “haciendo una chambita” (un trabajo). Los policías tampoco le mostraron una orden de aprehensión —después descubriría que no la tenían en el momento del arresto y que fue por eso que la tuvieron recorriendo la ciudad durante horas—, y tampoco pasó por un Ministerio Público, su caso era tan “extraordinario” que la llevaron directamente al Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla. Una vez dentro, un abogado le confirmó que ella había sido un chivo expiatorio para que la empresa con la que se fusionaba en su compañía eludiera algunas responsabilidades económicas y legales. Quizá el recuerdo más emblemático de esta forma de actuar de las autoridades mexicanas esté en el caso de la ciudadana francesa Florence Cassez, acusada de secuestro junto con quien era su pareja, el mexicano Israel Vallarta, y cuya detención se dio en directo en la televisión mexicana.
Cristina Gamero en el aniversario de MGE Systems.CORTESÍA
“Siempre hay un hombre detrás de cada mujer presa en Santa Martha”
Cristina Gamero recuerda que desde su llegada al penal llovió todos los días. No lo olvida, es imposible. La lluvia y la noche le devuelven todavía el sentimiento de soledad, impotencia y desesperación que experimentó cuando la detuvieron. Durante el tiempo que permaneció encarcelada, Gamero que desde muy pequeña había sido una alumna con calificaciones excelentes y trayectoria ejemplar, se refugió nuevamente en los libros y comenzó a estudiar la carrera de derecho solo unos meses después de haber ingresado. Los casos empezaron a llegar a sus manos como si ya fuera una abogada en funciones. Sus compañeras en el penal supieron pronto de ella y así pudo conocer los expedientes de muchas mujeres que llevaban años, incluso décadas encerradas, sin haber recibido siquiera una sentencia.
Así conoció los testimonios de presas con las que convivía todos los días y se dio cuenta de que, la gran mayoría de ellas, estaban injustamente encarceladas o se les había juzgado sin perspectiva de género. “Siempre hay un hombre detrás de cada mujer que está presa en Santa Martha, siempre, sin temor a equivocarme. En todos los casos que he visto en estos casi 13 años, el común denominador es un hombre: el esposo, el papá, el amigo, que las obligó a delinquir incluso indirectamente”, asegura. “No digo que no sean delincuentes algunas de ellas, pero la gran mayoría están ahí porque tuvieron un proceso injusto”.
La abogada, que ahora ronda los 50 años de edad, hace un recuento de solo algunos de los casos que ejemplifican lo que dice: el caso de María Catalina, uno de los primeros que le llegó cuando acababa de recibir su título profesional ya fuera de la cárcel, y del que logró la absolución. Luego, el caso de Betty, que le llegó a las manos a través de la cineasta mexicana Diana Garay, quien había realizado el documental Mi amiga Betty, de 2013, sobre una mujer condenada a 30 años de prisión por el asesinato de su madre, todo por un proceso lleno —también— de irregularidades y violaciones a sus derechos. O los testimonios de dos mujeres indígenas también presas en Santa Martha, Angélica y Reina, quienes no dominan el español y, sin embargo, nunca tuvieron, de principio, a un intérprete. Ambas mujeres habían caído presas y fueron juzgadas por delitos que sus parejas habían cometido.
También le llegó el testimonio de Cristina Flores, quien fue acusada de secuestro por estar en el lugar y el momento equivocado. Fue instruida por un amigo cercano para acudir a un domicilio donde, sin saberlo, mantenían a una persona secuestrada. Flores permaneció en la cárcel pese a que se comprobó que las circunstancias en torno al delito del que se le acusaba la exoneraban de toda responsabilidad.
Además de mujeres, Santa Martha Actitla, como tantas cárceles y penales en México, están llenas de gente sin recursos económicos: “las mujeres son abandonadas por sus esposos, por sus hijos… No tienen dinero, hacen lo que sea para salir adelante. Me parece que en México hacen falta buenos abogados que defiendan a las personas que no tienen dinero. También debe de haber justicia para ellos”, asegura Gamero.
Como cuando era muy pequeña, la abogada, que ya tenía la carrera de Administración de empresas, se había refugiado nuevamente en el estudio y en todas las actividades académicas que pudo. Eso la llevó a desarrollar en el futuro, y cuando quizás más lo necesitó, una carrera alterna que ahora ejerce como un compromiso. “Estudiar derecho para mí significó un camino a la libertad personal, moral, un camino a la libertad de pensamiento, espiritual y una manera de poder ayudar a la gente que no tiene recursos para poder allegarse de una buena defensa”, dice. Por eso, Gamero creó la sociedad civil Firmeza y Justicia S.C., “para que la gente pueda sentirse confiada de que va a tener una defensa adecuada, una defensa penal que no les va a costar cara y que va a ser efectiva”.
Todos los casos de las mujeres en prisión que llegaron a manos de Cristina Gamero, como los de María Catalina, Betty, Angélica y Reina, fueron llevados por ella cuando iniciaba su carrera como abogada, como pro bono, es decir, no cobró nada para sacarlas de la cárcel.
Ocurre a plena luz del día, en espacios públicos y a la vista de todos, el acoso callejero es un tipo de violencia y no discrimina, pero es más común hacia una mujer sin importar su edad.
“Sí es horrible, me ha pasado en el ruta, en la calle. Yo grabé cuando me tocaron el trasero en el ruta, lo subí a twitter y me llegaron muchos comentarios horribles pero pues así es esto, tenemos que seguir cuidándonos”, dijo Paola Juárez, víctima de acoso callejero.
El 45.6% de las mujeres han sido agredidas en el espacio público al menos una vez en su vida en México, esto de acuerdo a la encuesta nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares del INEGI, este reporte indica que el 64.8% de las víctimas han sido violentadas en la calle o el parque y un 17.8% en sus traslados en el transporte público.
Aunque en Puebla no hay un registro específico para mujeres, la Fiscalía General del Estado informó a través de su portal oficial que en lo que va del año, se han registrado 185 casos de acoso sexual y 39 de hostigamiento sexual.
El complicado contexto socioeconómico unido a la progresiva normalización de la expresión de las emociones ha colocado a la salud mental en el centro del debate público, acabando así con los estigmas que tradicionalmente tenía asociados y provocando un auge de la demanda de psicólogos on line. Al menos esto es lo que se desprende de las conclusiones del i Estudio del Impacto Social en el Bienestar Emocional realizado por TherapyChat.
Según este informe, sólo en 2022 hubo un incremento del 70% de personas que decidieron empezar un proceso terapéutico on line con respecto al año anterior. Además, de todos los pacientes que solicitaron terapia, más del 50% pertenecen al grupo de edad de entre 25 y 34 años, seguidos por los más jóvenes (menores de 25 años), con un 22% y por el grupo de los que se encuentran en el rango de entre 35 y 45 años, con un 20%. Los mayores de 45 años son los más reacios a solicitar servicios psicológicos on line, si bien los datos del informe revelan que poco a poco van superando la barrera social que históricamente han tenido en torno a este asunto.
En todos los casos fueron las mujeres las que registraron una mayor demanda de terapia en 2022, un total de 68,9% de mujeres frente a un 31,1% de hombres. Si bien los autores del informe explican que a pesar de este dato, los pacientes masculinos aumentaron 3 puntos porcentuales con respecto al año pasado.
Sobre estos datos, la psicóloga sanitaria y Chief Content Officer de TherapyChat, Isabel Aranda, apunta que deben hacerse algunas consideraciones culturales en el hecho de que las mujeres estén más sensibilizadas por cuidar su salud psicológica: «Siempre se ha permitido a las mujeres ser más expresivas con respecto a sus sentimientos y estados de ánimo, mientras que ha habido un fuerte prejuicio a favor de que los hombres sean más racionales y menos expresivos», apunta.
Además, según matiza, es cierto que se dan factores neurofisiológicos que hacen que las mujeres tiendan a darse cuenta de esta información con más facilidad y a ponerle atención, lo cual, según aclara Aranda, no significa que no sean perfectamente racionales, sino que simplemente ponen más atención a la información que tiene que ver con las relaciones y los estados personales.
Problemas que se tratan
Entre las cuestiones más tratadas, según revela el estudio, destacan la autoestima, cuya demanda ha aumentado en un 24% en comparación con 2021; la ansiedad, que lo ha hecho en un 21,7% y la terapia de pareja, cuyo porcentaje de demanda asciende ya al 17,4%.
«Siempre se ha permitido a las mujeres ser más expresivas con respecto a sus sentimientos y estados de ánimo, mientras que ha habido un fuerte prejuicio a favor de que los hombres sean más racionales y menos expresivos»
Isabel Aranda / Psicóloga sanitaria
Esta última cuestión, la terapia de pareja, está liderada por las edades más adultas, de 35 años en adelante, que acuden en busca de ayuda empujados por varias cuestiones que desvela Aranda: «En primer lugar por la aversión que las personas maduras pueden tener el cambio. Prefieren mantenerse, si es posible en lo mismo, no están tan predispuestos como los jóvenes al cambio. Si la pareja lleva tiempo junta, es fácil que se den la oportunidad de resolver los problemas en vez de huir de ellos», comenta. Aunque también hace referencia a factores culturales pues han tenido como modelos sociales prioritarios las parejas estables y también se ven influidos aún por factores económicos que les lleven a trabajar por el mantenimiento de la pareja. Y a esto habría que sumar el hecho de que tengan hijos en común, pues ese es un factor de mucho peso a la hora de apostar por gestionar las diferencias y encontrar la forma de manejar la relación lo mejor posible, no tanto para seguir juntos sino para separarse con una buena calidad relacional.
En el caso de los más jóvenes son la ansiedad y la autoestima los temas más demandados y esto podría deberse, según analiza Aranda, a esta cuestión de fondo: «Entre la generación Z y los millennial es frecuente encontrar personas a las que no han enseñado a lidiar con la incertidumbre y la frustración, entre los que existe la costumbre de conseguir lo que quieren de forma inmediata y de evitar que una negativa les perturbe«, señala. Y no solo eso sino que, como apunta la experta, son más críticos con la autoridad y experimentan un mayor desacuerdo con los deberes laborales, que entran en colisión con los mensajes de libertad e independencia que reciben de las redes sociales. Además, son generaciones que cuentan con la ventaja de desarrollarse en un entorno en el que cada vez existe más concienciación sobre la salud mental y la importancia de cuidarla.
Profesiones con más impacto en la salud mental
El trabajo y el entorno social son las principales fuentes de riesgo psicosocial que afectan al bienestar psicológico, además de ser los principales causantes de alteraciones como el estrés y la depresión. En este sentido, el sector de la educación (profesores, maestros y educadores), así como el de managment & executive (directivos, consultores, analistas, gestores, gerentes…) se sitúan en la parte alta de la lista, pues son los que más demandan terapia, con un 13% en ambos casos. A ellos les sigue el sector sanitario, con un 9%, seguidos del sector de atención al cliente (recepcionistas, operadores, camareros…) y administración, con un 8% en ambos casos.
Así, como explica Aranda, ciertas profesiones en las que la exigencia de la tarea requiere una alta carga cognitiva o una alta carga relacional tienen más propensión a provocar estrés y, en algunos casos, burnout. «La ansiedad puede tener el origen en las condiciones del trabajo o verse agravada por estas cuando su origen se debe a otros factores, como son las dificultades con la pareja, los hijos, los padres, una enfermedad, etc», afirma Aranda.
Por eso la experta incide en la necesidad de diferenciar claramente entre la felicidad como balance que hacemos de sensaciones positivas y negativas y el bienestar emocional y mental, que se consigue cuidando nuestra mente, aprendiendo a pensar en positivo, relativizando los pensamientos y autogestioándonos emocionalmente.
Quizá nos parezca extraño, pero muchas empresarias no tienen acceso a apoyos financieros por el simple hecho de ser mujeres. Lo cierto es que esta es una enorme falta de visión, porque los estudios demuestran que más de 90% de las mujeres cumplen sus compromisos financieros en tiempo y forma, además de caracterizarse por su alto grado de responsabilidad.
Ser más razonables en sus decisiones estratégicas, más empáticas y más comprometidas con la realización de aportaciones de valor a sus comunidades son cualidades distintivas del género femenino, por no hablar de su capacidad para prestar atención a múltiples tareas al mismo tiempo, de su resiliencia, de su flexibilidad y de su disposición para resolver conflictos de muy diversa índole.
Por razones incomprensibles, las instituciones tradicionales suelen ser más accesibles con sus clientes masculinos que con las mujeres empresarias, independientemente de lo interesantes, sólidos y potencialmente rentables que puedan ser sus proyectos, de su historial crediticio, de su trayectoria profesional y de su experiencia.
¿Por qué seguimos creyendo que el mundo de los negocios es y debe seguir siendo preponderantemente masculino? Quizá se deba a cuestiones culturales, prejuicios, discriminación y otros motivos que es preciso dejar al cálido abrigo de la historia, porque ya no son operantes en la actualidad. Tampoco es operante la brecha salarial entre hombres y mujeres profesionistas que desempeñan los mismos cargos y que destaca El Financiero en un artículo de septiembre de 2022.
Por increíble que parezca, esto sigue sucediendo y es una de las razones por las que hasta 60% de las mujeres profesionistas intentan abrir sus propios negocios, en lugar de buscar empleo a cambio de un sueldo insuficiente y en total desventaja con sus colegas masculinos.
Asombrémonos un poco más: según reporta la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE), solo 10% de las compañías mexicanas tiene una mujer a la cabeza, pero la realidad es otra: muchas mujeres empresarias, con el fin de facilitarse la solución para sus necesidades de financiamiento y otros trámites, han optado por incluir hombres en los consejos directivos de sus compañías o por contratar representantes legales masculinos, sean necesarios en su operación diaria o no.
Como cabe esperar, este fenómeno altera las estadísticas ya que, en la realidad, son mujeres las líderes de seis de cada diez empresas nuevas. Este es un dato del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias (CCME), con fecha 5 de julio de 2023, que ya no podemos pasar por alto.
De igual manera, en su mayoría son mujeres quienes toman la decisión de transformar un negocio familiar en una empresa, cuando se dan cuenta de su potencial de crecimiento y dan los pasos necesarios para su formalización. Una vez que lo logran, generan más empleos y se someten a las conocidas obligaciones fiscales, como cualquier otro negocio establecido. Además, motivan a otras mujeres emprendedoras a formalizar sus actividades a través de redes de apoyo mutuo y ecosistemas interoperantes con beneficios expansivos.
Dicho todo lo anterior, ¿por qué el camino de las mujeres empresarias hacia el financiamiento y su acceso a los programas de fomento económico que requieren para expandir sus actividades están tan llenos de obstáculos? Mejor aún, ¿qué puede hacer el sector financiero para revertir esta obsoleta situación e impulsar al sector empresarial femenino con productos y servicios financieros a la medida de sus necesidades?
Consideremos que las instituciones financieras gubernamentales, tradicionales y no tradicionales que persistan en privilegiar a su clientela masculina verán cómo su mercado se reduce gradualmente, porque las mujeres empresarias avanzan con paso firme y se convertirán en clientes leales y permanentes de aquellas entidades que sí les abran las puertas y les ofrezcan la atención profesional que se merecen.
El cumplimiento de los planes de crecimiento económico y de proyección internacional de México depende de la participación de todos los sectores productivos, sin importar el género de las personas que ocupen los puestos directivos. Lo que sí importa es la materialización de ideas rentables, la creación de cadenas productivas de valor verdadero, el impacto positivo en el entorno natural, urbano y humano y el esfuerzo conjunto y sostenido.
Es imposible imaginar el logro de todos estos objetivos sin la participación femenina. Por eso, en DiSí sí damos crédito al poder de las mujeres empresarias.
Claudio Kandel es director general de DiSí Operaciones Empresariales, SAPI de CV SOFOM ENR. Su amplia experiencia en el ámbito financiero internacional ha consolidado su propósito profesional: atender las necesidades de liquidez de los empresarios para impulsar su desarrollo por ser los principales motores de la economía mexicana.
Con más de doce años de presencia en el mercado, DiSí Operaciones Empresariales (www.disioperaciones.com) es una Fintech mexicana que confía en los empresarios y los apoya con factoraje electrónico y crédito simple para que operen sus negocios con bienestar financiero.
De acuerdo con el Índice Global de Brecha de Género realizado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), en 2023, la brecha de género en México cerró en 76.5 por ciento, lo cual, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) un retroceso, pues el país retrocedió dos posiciones a nivel global en comparación con 2022, al quedar en el lugar 33 de 146 países que fueron evaluados en el estudio.
Desde 2006, el Foro Económico Mundial publica este índice en el que mide las desigualdades entre hombres y mujeres, basándose en cuatro áreas: Participación y oportunidades económicas, logros educativos, salud y supervivencia, y empoderamiento político.
Foto: Cortesía Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM
“Si empezamos a adentrarnos en las temáticas de igualdad de género, vamos a ir observando que es como un gran rompecabezas, en donde los indicadores de desigualdad van a variar desde un enfoque interseccional”, aseveró en entrevista la maestra Sandra Barranco, directora de Transversalización y Evaluación de Políticas de Igualdad de Género de la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) de la UNAM.
La edad, el territorio geográfico, el origen étnico, la lengua y el sexo son variables que influyen en el tema de la igualdad de género.
Cortesía Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM
“En ese sentido, si partimos de un indicador de igualdad de oportunidades y de derechos, podríamos decir que tenemos un avance en el acceso a los puestos de toma de decisión, particularmente a nivel legislativo”, señaló Barranco, pues cabe recordar que, en 2018, el Senado de la República estuvo compuesto en 51% por mujeres y 49% por hombres, mientras que la Cámara de Diputados tuvo un 49.2% de representación femenina y 50.8% de presencia masculina.
“También, en 2019, vino este establecimiento a la reforma constitucional en el que se incorpora el principio de paridad en todos los cargos de toma de decisión”, recordó.
Cortesía Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM
“Sin embargo, cuando volteamos a observar la igualdad sustantiva, es decir, buscamos otros indicadores, como por ejemplo la participación en la economía a través del mercado remunerado, los indicadores se caen”, un ejemplo de ello es que, al término del año pasado, tan sólo en la Ciudad de México, sólo 53 de cada 100 mujeres eran económicamente activas, esto de acuerdo con el boletín “Ciudad de México, las mujeres y su contexto”, emitido por la Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México.
“Entonces, de ser un país en el que tenemos una gran participación política, tenemos una baja en la tasa de participación en el mercado laboral”, recalcó la también experta en Administración Pública y Política Pública.
Cortesía Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM
DESDE LA ACADEMIA
De unos años a la fecha, en los planes de estudio de diversas universidades, se han implementado materias con perspectiva de género. Un claro ejemplo de ellos es la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la cual, en marzo de 2020 creó la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU), encargada de diseñar, impulsar y coordinar las políticas universitarias en materia de igualdad de género en la institución.
“La universidad ha centrado su trabajo en incrementar el número de materias obligatorias con perspectiva de género o sobre género que están incluidas en los planes de estudio”, destacó la maestra Sandra Barranco.
Cortesía Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM
Actualmente, la institución cuenta con 75 planes de trabajo, los cuales cuentan con una materia obligatoria de este tema. “Es decir, andamos casi en un 38% de planes de estudio con materias obligatorias de género. En materias optativas tenemos un 39%”.
En lo que se refiere a la importancia de que, en las universidades y escuelas, se comiencen a implementar materias relacionadas con la perspectiva de género, la académica aseveró: “Por una parte, la Ley de Educación Superior ya lo mandaba. Todas las instituciones de educación superior tienen la obligación de incorporar la perspectiva de género en sus planes de estudio”. Mientras que, por otro lado, esta importancia radica directamente en el impacto que se tiene en la sociedad. “Tememos anualmente más de 300 mil estudiantes que pasan por las aulas de la universidad y que al final se convierten en aquellas personas que se insertan en el mercado laboral, que producen conocimiento científico, innovación y el que lo hagan incorporando la perspectiva de género es sumamente importante”.
Además de las aulas, la UNAM, a través de la página web de la coordinación coordinaciongenero.unam.mx, ofrece cursos y talleres para profesores y el público en general sobre perspectiva de género.
Datos
25 de Noviembre, día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres
76.5 el porcentaje de la brecha de género en México
10 mil 204 pesos ganaba más el hombre que la mujer en 2022 (ENIGH)
4 de cada 10 mujeres en el país tienen un empleo o están en búsqueda de uno (IMCO)
45% de las mujeres en edad de trabajar estaban incorporadas al mercado laboral en 2022 (ENOE)
1 de cada 4 mujeres ocupadas tiene un negocio (IMCO)
83% de las emprendedoras se encuentra en el negocio informal
11% en los Consejos de Administración, es representado por ellas
3 de cada 10 mujeres ha enfrentado violencia laboral
7 de cada 10 mujeres y niñas mayores de 15 años han sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida (INEGI)
Historias de mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos en México en un clima de incertidumbre y desasosiego dan forma al libro Las Rastreadoras. Mujeres sabueso en el infierno de un país que siembra cuerpos, texto que será presentado el jueves 10 de agosto a las 17:30 horas en el Centro Cultural Tijuana (Cecut).
Será la Sala Federico Campbell el espacio que recibirá al público y a la autora Tania del Río, quien hará la presentación de este volumen en compañía de Mónica Gabriela Mariscal Rodríguez, fundadora y presidenta del “Colectivo Madres Hasta Encontrarte Tecate” y de la directora general del Cecut, la Dra. Vianka Robes Santana.
Las Rastreadoras reúne crónicas, testimonios, datos duros y relatos de indignación sobre personas desaparecidas en diversos estados de la República mexicana, mayormente se trata de las vivencias de madres y esposas que consumen buena parte de su existencia tratando de hallar a un familiar que ha sido arrebatado de su lado.
Una pala, un zapapico o una varilla acompañan la perseverante vocación de estas mujeres al salir a buscar a quien ha sido sustraído de sus vidas, en un caos nacional instigado por factores como el aumento de organizaciones criminales, la reorganización de los carteles y la militarización, que devienen en el desplazamiento de comunidades enteras debido a la violencia imperante.
“Muchas de ellas son madres, abuelas que se hacen cargo de los nietos y son sustento de las familias, pero además se tienen que dar tiempo para buscar a sus hijos” expone Tania del Río, socióloga de profesión autora de este documento, entendido como una compilación de datos y testimonios, que “busca ser un repositorio de memoria a través del cual honrar el recuerdo de las personas desaparecidas y comprender el dolor que representa su búsqueda”.
“Cuando ellas buscan, las mujeres, madres, hermanas, parejas, de las personas que han desaparecido, se vuelven desobedientes, transgresoras no les ha quedado de otra, porque el Estado les ha fallado” afirma categórica la autora de Las Rastreadoras, quien ofrecerá al público una exhaustiva reflexión sobre este flagelo que marca las vidas de muchas familias mexicanas.
Sofía tiene una rutina muy marcada. Todos los días, se despierta poco antes de las 7:00 de la mañana para preparar el desayuno de la familia. Se despide de su esposo e hija, que se van al trabajo y a la escuela, respectivamente, y se queda en casa en compañía de su madre Andrea, quien pese a ser una persona de la tercera edad, le ayuda a los quehaceres domésticos: lavar, trapear, barrer, así como hacer de comer y cenar para cuando regresen los demás. Sofía, al igual que otro 33% de la población femenina, se dedica exclusivamente a las tareas del hogar.
La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022 muestra la desigualdad que existe entre hombres y mujeres, así como la necesidad de impulsar un Sistema Nacional de Cuidados. De acuerdo con los datos, de la población femenil en México, 32.7% se dedica únicamente a las tareas del hogar, mientras que 0.6% se dedica sólo al cuidado de algún miembro del hogar, que por lo general es una persona de la tercera edad o un niño.
En total, las mujeres dedican 54.3 horas de su vida a la semana a tareas del hogar y cuidado de algún miembro. Los hombres que se dedican únicamente a ello pasan 30.2 horas a la semana.
Desgaste
La situación de desgaste para las mujeres empeora al momento de tener un trabajo y dedicarse, al mismo tiempo, a las tareas del hogar o de los cuidados, aún contando con más integrantes en la familia.
Melissa, quien es una adulta joven con una pequeña niña que va al kinder, termina sus semanas agotada. Entre semana no sólo debe cumplir un horario de oficina de seis horas en una importante empresa de ventas, sino que también debe hacerse cargo de la mayor parte de las cosas que tienen que ver con su hija –prepararle las comidas, bañarla, llevarla a la escuela, y atenderla si se enferma– y con la limpieza del hogar, esto a pesar de contar con una “pequeña” ayuda de su esposo.
“Los fines de semana aprovecho más para terminar el quehacer o cosas que no pude acabar en la semana, como lavar ropa, arreglar cosas en casa, y demás. Y eso lo tengo que conciliar con mi descanso y con intentar pasar tiempo de calidad con mi familia”.
En este sentido, la ENIGH 2022 mostró que las mujeres que trabajan y al mismo tiempo se ocupan de alguien y de los cuidados del hogar dedican 76.8 horas a la semana a ello, contra las 70.7 horas que dedican los hombres.
Sistema Nacional de Cuidados y desigualdades
La desigualdad de horas ocupadas en cuestiones del hogar o cuidados es uno de los grandes obstáculos para que las mujeres continúen con su desarrollo profesional y puedan acceder a mejores fuentes de ingresos, señalaron analistas.
“Ya no podemos esperar más a que haya una redistribución de los trabajos domésticos y de cuidados. Ya no puede ser que sólo las mujeres se ocupen de estas tareas. Debe haber una redistribución entre los integrantes del hogar, la familia y el gobierno”, dijo hace algunos días Laura Flamand, coordinadora de la Red de Estudios sobre Desigualdades del Colegio de México (Colmex).
Recordó que en el 2020, cuando empezó la pandemia del Covid-19 en el país, en la mayoría de los casos las mujeres se quedaron al cuidado de las personas enfermas o del hogar, perdiendo así fuentes de ingresos.
“Una de las razones por las que muchas mujeres no se incorporan al mercado laboral es que la mujer mexicana invierte más tiempo en el cuidado de menores que los hombres. Esta situación se agravó con la pandemia de Covid-19”, reconoció en su momento Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
De acuerdo con datos de la dependencia, impulsar un Sistema Nacional de Cuidados tendría un costo al erario público de hasta 1.4% del Producto Interno Bruto (PIB). “Pareciera que es poco, pero en realidad es bastante, se necesita eso anualmente y lo que tenemos es un limitante de los recursos presupuestales”, señaló Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda.
Sin dar mayores detalles, el subsecretario ha dicho que desde la dependencia en donde está se ve al sistema nacional de cuidados como el de pensiones, es decir, que sea tripartita en donde el gobierno, el empleador y el empleado contribuyan.
Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) organizó un panel de expertos regionales para debatir el tema de este año: «Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género», que se centró en el papel transformador que tiene la salud digital para mejorar la vida de las mujeres y las niñas.
Los panelistas analizaron el impacto de la brecha digital de género en el aumento de las desigualdades económicas y sociales y la importancia del acceso y los conocimientos digitales.
La doctora Mary Lou Valdez, Directora Adjunta de la OPS, y Jessie Schutt-Aine, Jefa de la Oficina de Equidad, Género y Diversidad Cultural (EGC) de la OPS, dieron la bienvenida a los panelistas y a los más de 300 asistentes en línea y destacaron que uno de los mandatos clave de la OPS es contribuir a la igualdad de género en la salud en la Región de las Américas.
Al abordar el tema de la inclusión digital de las mujeres, Ana Estela Haddad, Secretaria de Información y Salud Digital del Ministerio de Salud de Brasil, resaltó «la importancia de romper barreras y reducir las desigualdades, mientras que fortalecemos los avances logrados”.
Antonia Benito, periodista y miembro de la Red de Jóvenes Indígenas de América Latina, subrayó el problema del acceso digital en Guatemala. «Aunque estemos en plena revolución digital, todavía hay comunidades que no cuentan con energía eléctrica o acceso a Internet. Esto limita el acceso a la información que puede empoderar a mujeres y niñas».
Benito destacó el papel vital que desempeñan muchas mujeres indígenas en el sector de salud de Guatemala, como las comadronas, que a menudo carecen de conocimientos digitales. «Las comunidades remotas se benefician de la atención que brindan las comadronas, pero algunas no saben leer ni escribir y, sin embargo, se esfuerzan por aprender a utilizar un teléfono inteligente», añadió.
Jennifer Nelson, especialista en Salud Digital del Banco Internacional de Desarrollo (BID), habló de incluir «un enfoque diferencial en la transformación digital de la salud, considerando las necesidades de poblaciones específicas y cocreando soluciones con ellas con intencionalidad”. Nelson fomentó la participación de más mujeres en el diseño de soluciones de telesalud, avanzando así en la transformación digital al mismo tiempo que se contribuye a salvar vidas.
Marcelo D’Agostino, Asesor Senior del Departamento de Evidencia e Inteligencia para la Acción en Salud (EIH) de la OPS, hizo un llamado a la acción: «Esta no es solo una acción de un día, este es el primer paso hacia el establecimiento de una red y comunidad de práctica que operará de forma permanente, monitoreando temas sobre el empoderamiento de las mujeres en el campo de la transformación digital en el sector salud con la idea de analizar posibles sesgos, así como oportunidades de capacitación”. Entre los socios para este esfuerzo se encuentran el Ministerio de Salud de Brasil, el BID, USAID, los CDC así como la Red de Jóvenes Indígenas de América Latina, entre otros.
«El avance de la telemedicina y otras tecnologías tienen mucho potencial para la salud tanto individual como colectiva», añadió Haddad, de Brasil, «esto quedó claro en el contexto de la pandemia de COVID-19».
El Director de la OPS, doctor Jarbas Barbosa, concluyó el debate destacando los logros alcanzados hasta ahora y aplaudió el interés por hacer realidad la transformación digital para empoderar a las mujeres, pero llamó a todos a recordar uno de los mayores desafíos que aqueja a la región: «Es muy importante saludar a todas las mujeres, pero también hago una invitación a un día de reflexión sobre la lucha contra todas las formas de violencia contra las mujeres.»
Sobre la Estrategia Mundial de Salud Digital de la OMS
La Estrategia Mundial de Salud Digital de la Organización Mundial de la Salud (OMS), adoptada en 2020 por la Asamblea Mundial de la Salud, establece que la salud digital puede mejorar los resultados de salud y contribuir a que los sistemas de salud sean más eficientes y sostenibles, permitiéndoles prestar una atención de buena calidad, asequible y equitativa para todos. Por ello, bajo el liderazgo de la OPS, la Región de las Américas fue la primera en aprobar la Hoja de Ruta para la Transformación Digital del Sector Salud en la Región de las Américas para acelerar los procesos de transformación digital del sector salud en todos los países y territorios del continente, y desde 2020 promueve el posicionamiento de mujeres líderes en salud digital.
Ponentes de «DigitALL: Innovación y tecnología para la igualdad de género»:
Doctor Jarbas Barbosa, Director, OPS
Doctora Mary Lou Valdez, Directora Adjunta de la OPS
Ana Estela Haddad, Secretaria de Información y Salud Digital del Ministerio de Salud de Brasil
Jennifer Nelson, especialista en Salud Digital del Banco Internacional de Desarrollo
Antonia Benito, Red de Jóvenes Indígenas de América Latina y el Caribe
Marcelo D’Agostino, Asesor Principal, Departamento de Evidencia e Inteligencia para la Acción en Salud (EIH) de la OPS
Jessie Schutt–Aine, Directora, Equidad, Género y Diversidad Cultural (EGC) en la OPS
Sebastián García Saiso, Director del Departamento de Evidencia e Inteligencia para la Acción en Salud (EIH) de la OPS