México se ubica en el número 54, entre 187 economías, en cuanto al reconocimiento de derechos laborales a la mujeres, expone un informe del Banco Mundial. De acuerdo con el organismo, en el mundo de cuatro derechos legales que gozan los hombres en materia laboral, a las mujeres se reconocen tres.
“El cambio está ocurriendo, pero no lo suficientemente rápido, y a 2 mil 700 millones de mujeres se les sigue limitando legalmente el acceso a los mismos empleos que los hombres”, comentó al respecto Kristalina Georgieva, directora general del Banco Mundial.
En el informe Mujer, Empresa y el Derecho 2019: Una Década de Reformas se analiza el avance realizado por los países en la cobertura de derechos y oportunidades laborales, desde que comienza su vida laboral, hasta su jubilación.
Se miden ocho indicadores para dar una puntuación de 0 a 100, donde 100 registra las mejores condiciones de igualdad para el trabajo independientemente del género. La media mundial avanzó de 70 a 75 puntos a lo largo de 10 años.
En dicho indicador, México se ubica en 86.25 puntos. El Banco Mundial destaca que un avance en esta década fue la puesta en ley de proteger del despido a trabajadoras embarazadas y los permisos de paternidad. Pero persisten rezagos en la igualdad salarios, el acceso a una pensión.
De acuerdo con el informe del Banco Mundial, únicamente seis economías de las 187 evaluadas —Bélgica, Dinamarca, Francia, Letonia, Luxemburgo y Suecia— obtuvieron un marcaje de 100 puntos, que significa una cancha pareja en materia legal para el trabajo de hombres y mujeres. En perspectiva, eso significa que en solo 3.2 de los países que integran la economía global, las oportunidades y derechos laborales son equitativas para todos.
Pese al dato, para el Banco Mundial el consuelo es que “Hace una década, ninguna economía podía otorgarse ese logro”. Aunque el mismo reporte indica que en varias partes del mundo, las mujeres aún enfrentan leyes y reglamentaciones discriminatorias en cada una de las etapas de su vida laboral.
En 56 países —pertenecientes a todas las regiones y niveles de ingreso del mundo— no se adoptó ningún tipo de reforma para mejorar la igualdad de oportunidades de las mujeres durante el periodo de 10 años. El ritmo de reformas más lento fue registrado en la categoría de Gestión de activos, que examina las diferencias de género en los derechos de propiedad.
El Banco Mundial indica que el cierre de las brechas laborales entre hombres y mujeres aún dista de lograrse, pero las reformas legales y regulatorias pueden ayudar.
En enero de este año, al menos 304 mujeres fueron asesinadas en el país, con un promedio de 10 crímenes por día, y de ese total sólo 75 casos fueron catalogados como presuntos feminicidios, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
El reporte Información sobre violencia contra las mujeres, del SESNSP, indica que el Estado de México, Jalisco, Guanajuato, Chihuahua, Baja California Sur y la Ciudad de México son las entidades que concentraron la mayor incidencia de presuntos feminicidios y homicidios dolosos, cuyas víctimas son del sexo femenino.
En un desglose entidad por entidad, el Estado de México sumó 37 casos; Jalisco, 33; Guanajuato, 24; Chihuahua, 22, mientras que Baja California y la Ciudad de México registraron 21 cada uno.
A estos estados le siguen Oaxaca, con 19; Guerrero, 13; Puebla y Michoacán, con 12, así como Veracruz, con 11. En contraste, según el Secretariado, sólo en Campeche, Durango y Yucatán ninguna mujer fue asesinada en el primer mes de 2019.
Asimismo, el SESNSP destaca que de las 304 mujeres asesinadas, 28 tenían entre cero y 17 años.
Tendencia al alza. En un comparativo con enero del año pasado, los asesinatos de mujeres se incrementaron 9%. Así, en el primer mes de 2018 se reportaron 279 presuntas víctimas de feminicidio y homicidios dolosos contra mujeres, es decir, 25 menos que este 2019.
Pero la tendencia al alza no es cuestión de un año o un mes, al menos desde 2015 —fecha más antigua registrada en el reporte— los asesinatos de mujeres se han incrementado.
Por ejemplo, según el SESNSP, en enero de 2015 se registraron 150 homicidios dolosos de mujeres y feminicidios; en el mismo mes pero de 2016 hubo 189, y en 2017 fueron 199. Al hacer un recuento de las cifras totales por año, de enero de 2015 a enero de 2019, 12 mil 193 mujeres han sido asesinadas en el país, es decir, un promedio de ocho por día. De estos crímenes, sólo 2 mil 753 han sido considerados en carpetas de investigación como probables delitos de feminicidio, lo que representa 22%.
Al respecto, el SESNSP precisa que “la contabilidad del delito de feminicidio se realiza conforme a su tipificación en las entidades federativas, la cual se ha dado de forma gradual durante los últimos siete años, completándose las 32 entidades federativas en octubre de 2017”.
En ese sentido, llama la atención que Jalisco y Guanajuato, que ocupan el segundo y tercer lugar en asesinatos de mujeres en enero de 2019, no reporten la apertura de ninguna carpeta de investigación por feminicidio.
El Secretariado precisa que todos estos casos de víctimas mortales han sido catalogados de manera temporal como homicidio doloso o feminicidio, pero esto podría cambiar conforme avancen las investigaciones.
Señalan subregistro de casos. Las estadísticas que publica el SESNSP tienen un problema: un subregistro que te deja sin saber realmente cuántos homicidios dolosos de mujeres están ocurriendo. “Las autoridades muchas veces están dejando [muchos asesinatos] como crimen organizado y simplemente no investigan (…), entonces su cifra va bajando”, asegura María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.
“Además hace falta un dato relevante, quién está privando de la vida a las mujeres. Al final aparecen asesinatos, pero ¿quiénes son los victimarios? Las autoridades sólo los identifican cuando son cercanos a la mujer”, señala la experta.
Esta organización ha detectado como focos rojos a Jalisco, Estado de México, Veracruz y Guerrero. Ahí han identificado a grupos delictivos que ponen en riesgo a las mujeres; sin embargo, “la misma autoridad no se siente en condiciones para enfrentar estos contextos criminales. No tienen el equipo, las herramientas ni la protección de la propia fiscalía”, indica Estrada.
Diferenciar entre homicidios dolosos y feminicidios es una cuestión sin sentido para las organizaciones civiles, pues derivado de la sentencia de Mariana Lima, “toda muerte violenta debe iniciarse con la investigación con perspectiva de género, y al final es investigarlos como feminicidios”.
Pero lo que falta es voluntad política. La autoridad no está dispuesta a entrar en un tema en el que las mujeres son asesinadas en un contexto criminal, afirma la experta. Además de que la impunidad es otra de las barreras. “Nos enfrentamos a sistemas de justicia que están colapsando por la corrupción”, ya sea por los peritajes o las malas diligencias, dice.
Destaca que la relevancia de visibilizar los feminicidios en el país es que al entender quién está asesinando a las mujeres se van a poder crear políticas de prevención del delito para evitar esta violencia extrema. “Estamos teniendo un contexto de estructuras criminales que secuestran a mujeres, las matan, las violan, las obligan a vender droga y que trafican con sus cuerpos, es un contexto muy grave”, dice Estrada.
En tanto, todos los días se suman casos a estas estadísticas macabras. Ayer, en Aguascalientes decenas de personas marcharon para exigir justicia para Laura Angélica Lozano, una estudiante de 17 años que estaba embarazada y que fue asesinada presuntamente por su novio el viernes pasado. Su familia quiere justicia y que su caso no quede sólo en un registro para las cifras de febrero. Con información de Xóchitl Álvarez.
Hace dos años Olivia Moultrie fascinó a algunas personas, y conmocionó a otras, en la industria de los deportes femeninos cuando, a sus 11 años, anunció que había aceptado una beca para jugar futbol en la Universidad de Carolina del Norte.
Ahora Moultrie, la futbolista estadounidense más joven en aceptar públicamente una oferta para el deporte colegial, se convirtió en la futbolista más joven en renunciar a esa posibilidad universitaria para enfocarse en jugar a nivel profesional.
Moultrie, de 13 años, anunció el 25 de febrero que firmó un acuerdo de representación con Wasserman Media Group, una agencia deportiva, y un patrocinio multianual con Nike. Con esas decisiones, Moultrie comenzó de manera formal su carrera profesional.
El agente de la joven deportista, Spencer Wadsworth, se rehusó a divulgar los términos del acuerdo con Nike, aunque mencionó que tenía un valor económico superior al de una beca de cuatro años en una universidad estadounidense con un destacado programa deportivo, las cuales suelen estar valuadas en unos 300.000 dólares.
“Es un giro en el mundo del deporte femenino”, comentó Wadsworth. “Cada vez es más frecuente ver que el futbol femenino esté al parejo del masculino, y que haya más oportunidades para ellas”.
Moultrie ya ha llamado la atención por sus prodigiosas habilidades técnicas y el enfoque poco tradicional con el que su familia ha tratado su naciente carrera. Desde hace tiempo, Moultrie ha jugado con futbolistas de mayor edad en la selección juvenil femenina de Estados Unidos así como con clubes masculinos cerca de la casa de su familia en Canyon Country, California.
En 2018 Moultrie realizó varios viajes a Europa para reunirse y entrenar con algunos de los clubes más grandes de ese continente: Olympique de Lyon y Paris Saint-Germain, en Francia, y el Bayern Munich, en Alemania. La deportista, con ayuda de su padre K. C., también es activa en sus cuentas de redes sociales en las que publica videos con sus mejores jugadas y solo en Instagram ya tiene más de 90.000 seguidores.
“Me siento mal por casi todas las niñas que practican futbol, pues cuando juegan al nivel de universidad después no hay un millón de dólares al final del arcoíris”, comentó K. C. Moultrie en entrevista con The New York Times el año pasado. “Creo que si en verdad eres una jugadora de élite —si tu meta es ser una futbolista de talla mundial y una profesional y, en el caso de Olivia, ser la mejor jugadora del mundo— practicar futbol universitario jamás será mejor que hacerlo a tiempo completo”.
El siguiente paso de Moultrie no está claro. Mudarse a Europa para jugar en esas ligas femeninas será casi imposible hasta dentro de varios años; las reglas de la FIFA, con contadas excepciones, por lo general no permiten que los jóvenes prospectos firmen con clubes extranjeros antes de cumplir los 18 años.
Una posibilidad más realista sería que Moultrie se integrara como jugadora en desarrollo a un equipo en la máxima liga femenina de Estados Unidos, la NWSL. Sin embargo, ese camino tiene sus propios obstáculos: la liga tendría que crear nuevas reglas de asignación para la situación particular de Moultrie y las normas actuales establecen que una futbolista debe tener 18 años para jugar en la NWSL.
Moultrie ha recorrido un camino inusual desde hace años. Comenzó un intenso entrenamiento específico para futbolistas cuando tenía 7 años: recibe su educación en casa desde el quinto año de primaria, a fin de tener un horario más flexible para practicar futbol, y fue la primera niña en jugar para un equipo masculino juvenil en el sistema de la Academia de Desarrollo de Estados Unidos. Moultrie tenía 10 años cuando comenzó a asistir a los campamentos de reclutamiento universitarios y a los 11 aceptó la oferta de la Universidad de Carolina del Norte.
Su renuncia a la beca no fue una gran sorpresa. Empresas como Nike y Adidas han tenido a Moultrie en la mira desde hace tiempo (técnicamente a los atletas de nivel colegial se les prohíbe tener un acuerdo de patrocinio oficial). En 2018, cuando ella aún no era una jugadora profesional, Nike la incluyó en una campaña local para uno de los zapatos deportivos de la empresa. Y el domingo 24 de febrero Moultrie apareció, por un breve instante, en un comercial de Nike sobre atletas femeninas.
https://youtu.be/whpJ19RJ4JY
Por medio de un vocero, Nike se rehusó a dar comentarios sobre su acuerdo con Moultrie.
Anson Dorrance, el entrenador de la Universidad de Carolina del Norte y la persona que le ofreció la beca a Moultrie, mencionó en una entrevista el 25 de febrero que le daba gusto que Moultrie hubiera firmado un acuerdo por la que él suponía era una cantidad significativa de dinero y destacó que la mayoría de las futbolistas siguen luchando por tener un ingreso que les permita tener una vida estable como profesionales. Dorrance señaló que el anuncio de Moultrie fue una buena noticia para el futbol femenino.
“Perdimos a una gran jugadora que optó por las filas profesionales, y la apoyamos por completo si los incentivos económicos son buenos”, dijo Dorrance.
Aunque desde hace tiempo es común que en Estados Unidos los chicos se salten la universidad para buscar carreras en el futbol, es una maniobra que hasta ahora era complicado excepto para algunas chicas.
Por ejemplo, tan solo dos jugadoras de la selección mayor femenina estadounidense han rechazado ofertas de becas universitarias a cambio de probar suerte como profesionales. Mallory Pugh tenía 19 años cuando se unió a las filas del Washington Spirit de la NWSL en 2017, antes de siquiera ponerse el uniforme de la Universidad de California en Los Ángeles. En 2012, Lindsey Horan ingresó al Paris St.-Germain a los 18 aunque antes había aceptado una oferta de beca de la Universidad de Carolina del Norte.
Sin embargo, Moultrie es un caso atípico en extremo debido a que lo hizo desde los 13, aunque lo más probable es que pasen años antes de que tenga una oportunidad para probarse ante una mayor audiencia.
Dorrance comentó que las habilidades de la adolescente son más que suficientes para prosperar y dijo que la única duda es cuánto más puede madurar en su desempeño físico.
“Ese es el riesgo para cualquier joven que tenga la ambición de jugar a un alto nivel”, opinó Dorrance, “o para una empresa de zapatos, o un equipo profesional, que firme contratos con ellas desde muy jóvenes”.
Islandia se convirtió en el primer país del mundo en obligar a las compañías y empresas a pagar a hombres y mujeres de forma equitativa.
Eso fue el año pasado tras décadas de reclamo. Y es que el pago equitativo -es decir, mismo salario para mujeres y hombres que hacen igual trabajo- ha sido un reclamo de larga data en la lucha por la igualdad de género que se ha reflejado incluso en leyes no solo de Islandia sino de otros países europeos.
Y este paso es coherente con el dato de que Islandia, una nación de poco más de 350.000 habitantes, es considerado el mejor país del mundo en cuestiones de igualdad de género.
Pero, ¿es posible que otros países se beneficien de su estrategia?
Pago equitativo vs cierre de la brecha salarial
En Europa se ha hecho un esfuerzo para que las empresas publiquen las diferencias entre lo que le pagan a los hombres y a las mujeres.
A esa diferencia se la llama brecha salarial.
Y esa brecha salarial se puede ver en cada país en el mundo.
Por ejemplo, en la Unión Europea y otros 35 países en 2014 se pagaba un 13,8% más por hora de trabajo a los hombres que a las mujeres, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
En ese entonces, entre los países relevados por la OCDE, la brecha en Rumania era del 1,5% -la menor- y la de Corea del Sur era 34,6%, la mayor.
La brecha salarial en Corea del Sur es del 34,6%.
Que esta brecha salarial esté extendida por el mundo significa que la equidad laboral está lejos de conseguirse.
Pese a una serie de avances en los últimos años, en muchos países las leyes o los Estados no obligan a las empresas a pagar lo mismo a hombres y mujeres.
En Reino Unido, a pesar de la presión de la opinión pública para que las compañías paguen lo mismo, no están legalmente obligados a hacerlo.
¿Funcionará el caso islandés?
¿Servirá el ejemplo de Islandia para que el pago equitativo se haga efectivo alrededor del mundo?
En esa isla europea, ubicada al norte del continente, las grandes empresas deben probar que cumplen con los requerimientos de un pago equitativo acordado con el gobierno, los empleados y los sindicatos. Y deben confirmar también que el pago no están influenciado por las “características sociales” de sus trabajadores, en especial su género.
Los empleadores tienen permitido pagar salarios de acuerdo al desempeño de sus empleados, pero solo si pueden demostrar que están pagando igual valor por igual trabajo.
Islandia es considerado el mejor país para ser mujer.
Sin embargo, esa frase “igual salario por igual trabajo” no logra abarcar todos los problemas que contribuyen a crear la brecha salarial en primer término, en compañías que muchas veces concentran a muchos hombres en los puestos mejor remunerados.
En Islandia, lo que se intenta es que los empleadores entiendan por qué le pagan a la gente por lo que hacen y qué significa hacer ese trabajo.
Los primeros estudios de casos sobre esta decisión en el país nórdico muestran que los empleados comenzaron a revisar sus salarios, a mirar si la diferencia entre unos y otros era justa, lo que acrecentó la confianza en el sistema de pago y trajo beneficios tanto para hombres como para mujeres.
¿Cómo es la brecha salarial en América Latina?
De acuerdo a la Comisión de Estudios para América Latina (CEPAL), en América Latina las mujeres ganan un 84% de lo que ganan los hombres.
“Desde la década de los 90 hasta la actualidad, esta brecha ha ido disminuyendo. En números, representa una disminución del 12% entre 1990 y 2014″, le explicó a France 24 Nieves Rico, la directora de Asuntos de Género de la CEPAL.
Sin embargo, contrario a lo que ocurre con la brecha en el mercado laboral, en Latinoamérica el número de años de instrucción de la población activa femenina (9,6 en promedio) es superior al de la población masculina
¿Por qué seguimos viendo diferencias?
Aunque en varios países se han sancionado leyes para el pago equitativo y antidiscriminatorio, lo cierto es que no se han implementado de forma adecuada.
Por ejemplo, en Reino Unido, las cadenas de supermercados Asda, Tesco y Morrisonsestán afrontando reclamos de mujeres que señalan que no están recibiendo el mismo sueldo que sus colegas hombres por hacer el mismo trabajo.
Un problema corriente es que generalmente recae en un empleado, o en su sindicato, la responsabilidad de desafiar las prácticas salariales de las empresas y este movimiento puede resultar costoso y riesgoso para una sola persona.
En promedio, los hombres siguen ganando más que las mujeres.
Una investigación publicada recientemente halló que los estándares para establecer un salario -especialmente en el sector privado- fallan en la transparencia y tienden a enfocarse en los parámetros del mercado y el desempeño.
Eso significa que estas prácticas salariales pueden variar bastante de una persona a otra y no siempre están basadas en el valor del trabajo cumplido.
Luchando contra el sistema
Pero incluso, si se aplicaran las leyes que existen para igualar los salarios, persistirían otros problemas.
Existen varios factores históricos y estructurales detrás de la brecha salarial.
Por siglos, los hombres fueron los proveedores y las mujeres las que se encargaban del trabajo doméstico y todavía hoy, de acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas, las mujeres hacen 10 horas más de trabajo sin remuneración que los hombres a la semana.
Por contraste, los hombres tienden a recibir más horas remuneradas que las mujeres. Y las leyes para un pago equitativo tampoco cambian la distribución del trabajo.
Una marcha en Londres con un cartel que dice “cierren la brecha”.
Actualmente, es posible que los hombres tengan más opciones de trabajar para empresas y sectores con mejores salarios, mientras que las posibilidades de las mujeres están más orientadas a trabajar en sectores donde ya hay más mujeres, típicamente con salarios menores, particularmente si trabajan medio tiempo.
Un rayo de luz
Todo esto para decir que la equidad salarial es difícil que ocurra simplemente con la ejecución de una ley o la orden de un gobierno.
Ahora, eso no significa que la aplicación de estas políticas no tengan un efecto positivo.
Primero, sirven para que se hable de que la brecha salarial existe y se abra el debate sobre cómo se retribuye a los trabajadores.
Y la conversación pública hará que algunas empresas importantes comiencen a mejorar la forma en que se remunera a las mujeres por su trabajo y a revisar los estándares en los que se basan esas decisiones.
Ahora, eso no es garantía de éxito. El reporte salarial es algo bueno, pero en la mayoría de países se debería no solo exigir que se reporte la brecha salarial, sino que se adopten medidas que la reduzcan.
Si bien apenas arranca, la estrategia de igualdad salarial de Islandia se ve promisoria. Los primeros indicios sugieren que obligar a las empresas a demostrar que compensan a los empleados de manera justa puede ser más eficaz que una exigencia de transparencia que luego no tenga ninguna consecuencia.
La exposición Desde Nosotras nos muestra una mirada al oficio del fotoperiodismo en México a través de el ojo de 59 fotógrafas que buscan retratar desde su lente historias desde lo cotidiano. La exposición se exhibirá del 26 de febrero de 2019 hasta el 30 de marzo del 2019 en las Galerías Abiertas de las Rejas de Chapultepec (Museo de Antropología- Auditorio Nacional).
“No puedo creer que una película sobre la menstruación ganó un Oscar”. Con esas palabras recibía el Oscar a Mejor Corto Documental Rayka Zehtabchi por su Period. End of sentence.
La directora también ironizó señalando que “no estoy llorando porque tenga el periodo ni nada por el estilo”, ya que su trabajo, que se puede ver en Netflix, habla sobre la lucha que llevan un grupo de mujeres de la aldea rural de Hapur, en las afueras de Delhi, en India, contra la estigmatización de la menstruación.
“Están empoderando a mujeres de todo el mundo para que luchen para la libertad menstrual”, continuó la realizadora del documental que apoya las demandas de estas mujeres por conseguir que la provisiones de higiene femenina sean de fácil acceso, ya que ayudaría a que ellas no sean apartadas del sistema educacional.
Melissa Berton, quien ha sido reconocida junto a su compañera, también apuntó que “el ciclo menstrual debería ser un punto, pero no el final de la educación”. Period. End of sentence se impuso a Black Sheep, End of game (Final de partida), Life Boat y A Night at the Gardens.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó que, para finales de marzo o principios de abril, podría arrancar la prueba piloto de afiliación de las y los trabajadores del hogar.
Se trata de un esquema distinto a la afiliación voluntaria, en el que los empleados del hogar tendrán una cobertura total igual que la de cualquier trabajador de empresas, con derecho al servicio de incapacidad, pensiones, guarderías y de velatorios, entre otros.
Actualmente el programa se encuentra en la segunda fase luego de que el 30 de enero pasado, el Consejo Técnico de la dependencia aprobara el plan que presentó el director general, Germán Martínez Cázares, para dar cumplimiento a la sentencia de amparo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
En esta etapa se actualizan los sistemas para que el patrón o alguna otra persona que apoye a la trabajadora doméstica, solicite el trámite y éste aparezca en pantalla de registro. La adecuación de los mismos puede llevar de cuatro o seis semanas, informó Norma Gabriela López Castañeda, directora de Incorporación y Recaudación del IMSS.
“Estamos trabajando muy duro para que salga en los plazos que estamos planeando, hay una gran voluntad del Seguro Social de abrir esta modalidad de aseguramiento y poner las condiciones de igualdad y equidad que corresponden para las trabajadoras del hogar”, subrayó.
En entrevista con Notimex, detalló que el proyecto ha sido muy cuidado, pues debe tomar en cuenta si las y los trabajadores del hogar tienen uno o varios patrones, si trabajan unas horas o están de planta, y otras variantes que no se presentan en la afiliación ordinaria ni en la voluntaria.
De igual forma, se busca que sea un sistema financieramente viable y sencillo para los patrones, pues se entiende que al contratar a este tipo de empleadas no se busca una ganancia, sino un bien personal.
De acuerdo al registro con que cuenta el Seguro Social de estas trabajadoras afiliadas voluntariamente, podrían ser tres mil 700 las que pasarían al nuevo esquema.
La afiliación será un tipo prepago, mediante una línea de captura que emitirá el IMSS para que el interesado pague en el banco vía ventanilla o vía electrónica.
Contra el pago del aseguramiento, la dependencia podrá saber que esa persona es susceptible de estar registrado, y lo único que tendrá que hacer después el beneficiado es asistir a la clínica que le corresponda según su domicilio, para darse de alta u recibir los servicios.
López Castañeda precisó que en este sistema de prepago, el interesado tendrá los primeros 20 días de cada mes para cubrir la cuota y el IMSS tendrá los restantes 10 días para identificar el pago.
Destacó que es importante saber que “el servicio se brindará a partir del primer día del mes, inmediato posterior al pago”.
Las cuotas que podrán pagar en forma tripartita (una parte el patrón, otra la trabajadora y una el gobierno) o como acuerden entre el empleador y el trabajador, y el monto será el de un salario mínimo con un tope de 25.
Esto quizás podría modificarse según lo que resulte de la prueba piloto que se estima durará 18 meses, que es el plazo establecido por la SCJN para hacer obligatoria la afiliación de las trabajadoras domésticas.
Una vez que inicie la prueba piloto que estará disponible en cualquier parte del país, la Dirección de Incorporación y Recaudación del IMSS presentará un informe cada mes y posteriormente cada seis meses.
En esta etapa de prueba se evaluará también, si fuera necesario, diseñar mecanismos para que aquellos patrones que se nieguen a asegurar a sus empleadas del hogar cumplan con esta obligación.
Las mujeres permanecen muy poco representadas en carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, o STEM.
En el campo de la ingeniería, por ejemplo, las mujeres en Estados Unidos obtuvieron menos del 20 por ciento de los doctorados en el 2014. En México, el 89% de investigadores de alto nivel en las universidades publicas son hombres.
Tales brechas no son el resultado de diferencias en la capacidad intelectual. Las niñas actualmente conforman más de la mitad de la población estudiantil superdotada de EEUU, por ejemplo.
Si las niñas tienen la inteligencia necesaria para tener éxito en carreras STEM, ¿qué factores explican por qué no se interesan en las carreras relacionadas con estos campos?
Hay dos tipos de criterios que desalientan a las niñas a estudiar carreras STEM a temprana edad:
a) estereotipos negativos sobre sus habilidades intelectuales
b) estereotipos sobre las personas que trabajan en carreras STEM que son calificadas como “nerds.”
Como investigadores que analizan cómo estereotipos y otros factores psicológicos podrían desviar a las niñas de estudiar carreras relacionadas con las matemáticas y las ciencias en general, creemos que los padres y los educadores pueden ayudar a cambiar las cosas y aminorar las diferencias de género en lo referente a carreras STEM.
1. Enséñeles una mentalidad de crecimiento
Ya desde el primer grado, las niñas tienen menos probabilidades que los niños de asociar su género con las habilidades intelectuales.
Teniendo en cuenta cuán generalizados son estos estereotipos, ¿cómo pueden padres y profesores intervenir para proteger a las niñas de la suposición de que son menos capaces intelectualmente – por tanto, menos idóneas para estudiar carreras STEM – que los niños?
Una posible estrategia es convencerlas a las niñas de que sus habilidades académicas pueden desarrollarse.
Los estereotipos negativos se basan en la suposición de que las niñas carecen de la capacidad innata necesaria para el éxito. Al enfatizar en cómo las habilidades cambian y se desarrollan en la medida que pasa el tiempodesafiamos esta convicción.
Al promover un concepto de crecimiento, es esencial transmitir el esfuerzo y la capacidad de crear estrategias, y que esta es una verdad para todos, no solo para las niñas.
Por ejemplo, un maestro o padre podría decir: “Cualquier persona que quiera ser buena en matemáticas debe resolver muchos problemas, en especial, los más difíciles para entrenar su capacidad de aprendizaje”. A menos que se haga un esfuerzo para que esto sea normal para todos, padres y profesores podrían sugerir de manera involuntaria que las niñas tienen que hacer un esfuerzo extraordinario para compensar sus bajas habilidades.
2. Enséñeles a valorar los errores
Otro componente para fomentar una mentalidad de crecimiento es enmarcar el fracaso como una oportunidad de aprendizaje en lugar de algo que debe evitarse u ocultar de la vista de todos cuando sucede.
Esto se logra centrándose en el proceso de aprendizaje – por ejemplo, descubrir de dónde provienen los errores y crear nuevas estrategias para la próxima vez. Cuando los niños vean cómo sus esfuerzos han sido fructíferos, es más probable que observen las habilidades para estudiar carreras STEM desde una perspectiva de crecimiento.
3. Hábleles sobre mujeres exitosas
Los estereotipos también pueden cuestionarse dándoles a las niñas ejemplos de mujeres que han tenido éxito en carreras STEM.
Al describir a estas mujeres es clave decir que tienen algo en común con ellas; es importante destacar cómo se convirtieron en científicas, lo que ayudará a las niñas a visualizarse a sí mismas recorriendo un camino de éxito.
4. Bríndeles oportunidades de éxito
Otra estrategia es darles a las niñas oportunidades para que logren éxito en tareas relacionadas con carreras STEM para comenzar a construir su confianza.
Por ejemplo, un maestro podría enmarcar una asignación de programación como un juego, lo que podría ayudar a las niñas a sentirse más motivadas y capaces del éxito.
5. Combata falsos estereotipos sobre carreras STEM
Cuando los niños se imaginan a sí mismos realizando trabajos diferentes en el futuro, podrían preguntarse si tienen algo en común con las personas que desempeñan esos trabajos. Un desajuste entre el concepto que tiene un niño y su impresión sobre los individuos de determinada esfera puede hacer que esta carrera no le parezca atractiva.
Desafortunadamente, la forma en que los medios describen a las personas que estudiaron carreras STEM son a menudo estrechas y perpetúan falsos estereotipos, como que los científicos son excéntricos, “nerds” o “geeky” (obsesivos de las computadores y desvinculados de la realidad).
Del mismo modo, el trabajo de los científicos se asume como solitario y aislante. También se considera que persiguen objetivos egocéntricos, como satisfacer su propia curiosidad, y que procurar el bien ajeno no está entre sus objetivos.
Estas imágenes sociales actúan como una barrera para las niñas en particular: a las niñas se les educa para que se adapten a las necesidades comunes de determinado grupo social y se consideren a sí mismas diferentes del científico promedio y esto las lleva a inclinarse a esferas en las que se puedan encontrar a personas con las que se identifiquen con facilidad y que tienen objetivos más altruistas.
Sin embargo, muchos científicos modernos no se ajustan a la imagen de “geeky,” excéntrico solitario, y tienen un gran sentido de la colaboración y el apoyo a otras personas.
6. Presente ejemplos de personas que hicieron carreras STEM
Para contrarrestar los efectos de estas imágenes, los padres y maestros pueden presentar a los niños ejemplos diversos y fáciles de identificar de personas que han seguido una carrera STEM. Pueden hacerlo online, como Así luce un científico y Skype a Scientist.
Los padres y maestros también pueden decirles a los niños que los científicos a menudo trabajan en equipo e inventan cosas que ayudan a las personas en su vida cotidiana. Es probable que este tipo de mensajes ayude tanto a las niñas como a los niños porque revelan propósitos más profundos para aprender temas relacionados con carreras STEM.
7. Cree un ambiente que promueva las ciencias
Algunos han atribuido la baja representación de las mujeres en carreras STEM a sus preferencias inherentes. Sin embargo, la evidencia científica indica que estas preferencias están determinadas por conceptos culturales; y no por diferencias innatas.
Los padres y educadores se encuentran en una excelente situación para ayudar a eliminar los estereotipos que desestimulan a las niñas a convertirse en científicas. Y creemos que una de las mejores maneras de hacerlo es concebir entornos que promuevan la idea de que las carreras científicas están a su alcance.
Toda la información e imágenes son de Foro económico mundial.
Link original: https://es.weforum.org
El pasado mes de junio, las Academias Nacionales de Estados Unidos de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NAS) publicaron un informe que analiza el acoso sexual que sufren las mujeres que estudian o trabajan en el ámbito científico. Según los resultados, más del 50 % del profesorado femenino en ciencias, ingeniería y medicina ha sufrido acoso sexual o laboral.
Para Julie Libarkin, científica del Departamento de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad Estatal de Michigan, las cifras son muy relevantes, pero cuando se trata de pasar a la acción y denunciar a los agresores no solo basta con conocer los porcentajes.
Por eso, poco antes de que la llama del #MeToo prendiera en Hollywood, creó una base de datos de acceso abierto sobre el comportamiento sexual inadecuado en el ámbito académico. Nombres, apellidos, cargos, instituciones y un enlace para que el usuario pueda verificar los hechos. Su documento, que empezó con una docena de casos, ya suma más de 700.
“Para que un caso aparezca en la base de datos debe ser información pública que previamente ha sido publicada en los medios de comunicación o en documentos legales, y debe haber evidencias que lo prueben”, declara a Sinc Libarkin.
Por ejemplo, tiene que constar en los informes públicos del Título IX, la ley federal estadounidense que establece la protección a estudiantes víctimas de acoso, hostigamiento sexual y agresión sexual dentro o fuera del campus, en cualquier actividad académica, educativa, extracurricular y atlética avalada por la institución. “Si algún caso es revocado o si se produce una absolución legal, se retira inmediatamente”, añade.
La idea de crear la plataforma surgió a partir de una experiencia personal. En una fiesta de jubilación en el campus donde trabaja, un profesor emérito la acosó físicamente. Aunque la ley falló a favor de la científica, en el trabajo todo se mantuvo como si nada hubiese ocurrido.
“Mi acosador tiene una silla con su nombre en mi departamento y tener que ver u oír su nombre es traumático. Mis compañeros no entienden exactamente cuánto tiempo y energía he tenido que dedicar para superar lo que pasó y no parecen estar preocupados porque pesan más los logros académicos”, cuenta la investigadora.
“Uno de los mayores problemas con la mala conducta sexual es que no hay manera de saber si alguien pasó por eso antes que tú”, sostiene. “Por eso publiqué la base de datos como una fuente de acceso abierto”.
El movimiento #METOO llega a la ciencia
Con el mismo objetivo –que las historias personales no se pierdan en un mar de cifras– Libarkin creó también en 2018 la estructura de la web de la campaña #MeTooSTEM, fundada por Beth Anne McLaughling, profesora de neurología en la Universidad de Vanderbilt.
“El objetivo de este sitio es que sea más difícil para las personas en el poder, las sociedades científicas, los compañeros y los becarios vernos como simples números durante este período crítico para las mujeres en STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés)”, se lee en la plataforma al acceder.
Se trata de un espacio para que las mujeres compartan su historia de acoso en primera persona. Una red de apoyo en la que las usuarias pueden hablar de su experiencia pero no pueden mencionar a otras personas o instituciones para evitar que se hagan acusaciones infundadas.
Fuera de la página web, el #MeTooSTEM sí ha alzado la voz para pedir responsabilidades, siguiendo la estela del movimiento que le da nombre. En los últimos meses, consiguió que la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia no conceda honores a los hombres declarados culpables de conducta sexual inapropiada. También logró organizar bajo su hashtag a miles de científicos para que los Institutos Nacionales de Salud dejaran de financiar a personas culpables de agresión sexual o conducta sexual inapropiada.
Por llevar el #MeToo a las instituciones STEM, por dar voz y fuerza a las mujeres y ayudar a las organizaciones a actuar contra el acoso, McLaughlin recibió en 2018 el Premio Desobediencia 2018 del MIT Media Lab, un centro de investigación interdisciplinar dentro del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
La investigadora comparte el galardón con Tarana Burke, fundadora del movimiento #MeToo, y la científica Sherry Marts, que ayuda a las organizaciones académicas y sin fines de lucro a ser más justas e inclusivas.
“El movimiento #MeToo representa un cambio radical en la cultura estadounidense, en nuestras instituciones, en todos los ámbitos profesionales, académicos y políticos. Estas tres mujeres están en primera línea de este movimiento, y su negativa a retroceder o a ser silenciadas es lo que seguirá impulsando el movimiento hacia adelante frente a todo tipo de oposición. Tenemos que apoyar ese tipo de heroísmo”, afirmó Joi Ito, director del Media Lab y cofundador del premio
El #MeTooSTEM también ha sido reconocido como uno de los hitos del ámbito científico más importantes de 2018 por la revista Science. Según la publicación, “el acoso sexual en el ámbito científico ha sido poco denunciado y, en gran medida, ignorado. Pero este año ha habido señales de cambio”. McLaughling ha sido una de las figuras determinantes al presionar a las instituciones para que impulsen políticas contra el sexismo.
La misma revista Science relata cómo la neurocientífica comienza sus charlas en público con 46 segundos de silencio, uno por cada año que los institutos Nacionales de Salud (NIH) han financiado a científicos y médicos sin comprobar si han violado el Título IX –el estatuto que prohíbe el acoso sexual a los estudiantes–. Con ese silencio, McLaughling quiere “honrar a los cientos de mujeres expulsadas de nuestros campus”.
No son casos aislados
Mientras que la base de datos de Libarkin y el movimiento #MeTooSTEM liderado por McLaughling han logrado personalizar las experiencias de acoso y agresión en el ámbito académico, nuevos estudios revelan la magnitud del problema y demuestran que no son casos aislados.
Según el citado informe de las Academias Nacionales de Estados Unidos de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NAS), entre el 20 % y el 50 % de las estudiantes, un porcentaje que varía dependiendo del curso y la rama científica a la que pertenecen, ha sido víctima de violencia sexista tanto verbal como no verbal –como el desprecio o la venganza–.
“La investigación demuestra cuán común y significativo es el problema del acoso sexual en la educación superior”, declara Frazier Benya, encargada del Comité de Mujeres en Ciencia, Ingeniería y Medicina, División de Políticas y Asuntos Globales de NAS y una de las participantes en la investigación. “En concreto, revela que el acoso de género (comportamientos que transmiten hostilidad, objetivación, exclusión o estatus de segunda clase) es el tipo más común de acoso sexual”, añade.
Entre el 20 % y el 50 % de las estudiantes estadounidenses ha sido víctima de violencia sexista tanto verbal como no verbal
Estos datos, basados en centenares de entrevistas, encuestas, estadísticas e informes recogidos durante más de dos décadas, demuestran que los empleados de instituciones académicas tienen la segunda tasa más alta de acoso sexual en Estados Unidos solo por detrás de los militares.
“Las áreas en las que predominan los hombres –en las que el número de hombres supera al de mujeres, en las que el liderazgo está dominado por los hombres o en los que los empleos u ocupaciones se consideran atípicos para las mujeres– tienen más incidentes de acoso sexual”, afirma la investigadora.
“La investigación también indica que en los entornos de trabajo jerárquicos, como el militar y el académico, donde existe una gran diferencia de poder entre los empleados y donde no se cuestiona a los altos cargos, tienden a tener tasas más altas de acoso sexual”, añade.
Según Benya, esto influye en el número de mujeres que se deciden por una carrera científica. “Cuando los estudiantes experimentan acoso sexual, hay mayor ausentismo escolar, abandono de clases, calificaciones más bajas y mayor tasa de abandono”, sostiene. Un aspecto aún más relevante si se tiene en cuenta que la ausencia de investigadoras repercute sobre la calidad de la ciencia, como se describía en un estudio publicado en 2017 Nature Human Behaviour.
Aunque el informe concluye con una serie de recomendaciones para hacer frente a este problema sistémico, algunos científicos han subrayado que la propia NAS debería empezar la oleada de cambios desde dentro. Tras analizar la base de datos de Libarkin, el periódico The Washington Postreveló que cinco hombres sancionados por acoso sexual siguen siendo miembros de las Academias y tres de ellos investigan con financiación pública.
Toda la información e imágenes son de Tercera Vía.
Link original: http://terceravia.mx
Los videojuegos han sido considerados durante años un pasatiempo para hombres.
Pero es un hecho que cada vez más mujeres están incluyendo a los videojuegos, no solo en una de sus actividades para pasar el rato, sino en una actividad profesional.
Un estudio de Entertainment Software Asociation realizado en 2017 arrojó que 48% de las personas que juegan en Estados Unidos son mujeres.
Durante años, vimos en los videojuegos a mujeres en roles estereotípicos como la “damisela en peligro» o en personajes hipersexualizados.
Hemos escuchado comentarios como “oye, juegas bien para ser mujer” o “seguro no sabes jugar porque eres niña”.
Pero este gran porcentaje de mujeres que juegan, no solo ha influido en revertir personajes estereotipados y actitudes sexistas al momento de jugar, también se ha abierto paso —y con éxito— en el mundo de los videojuegos a nivel profesional.
Y aquí tenemos 9 ejemplos de mujeres mexicanas que la han roto en esta industria, platicamos con ellas sobre cómo han derribado las barreras de la discriminación, subestimación y sexismo para tener éxito en el campo y qué falta para que más mujeres se sumen a los videojuegos.
1. ‘Me gustaría ver que los equipos mixtos sean norma’. —Alina Varela
Es productora en SkyBox Labs, un estudio de videojuegos que trabaja en franquicias como Halo y Minecraft.
Su primer acercamiento profesional con la industria de los videojuegos fue a través de editorial, escribió y condujo para el sitio especializado Level Up.
“Tiempo después tuve la oportunidad de mudarme a Vancouver en Canadá y me obsesioné con buscar un trabajo en esta industria que me apasiona tanto. Por mi experiencia anterior, pude posicionarme como tester de videojuegos en SkyBox Labs, y ahora soy productora en la misma empresa”, dijo.
Con respecto a si ha sufrido discriminación por ser mujer en el área laboral o al momento de jugar, dijo:
«Sí, en Level Up ocasionalmente recibía comentarios de usuarios diciendo que la única razón por la que me contrataron fue por ser mujer y que seguramente no jugaba nada. Afortunadamente eran pocos los mensajes del estilo comparados con los positivos.
“Actualmente, en el desarrollo de videojuegos no he experimentado ningún tipo de discriminación, aunque eso no quiere decir que no suceda en otros estudios”.
Con respecto a la paridad de género en empleos relacionados con videojuegos, Alina Varela admite que pese a que hay un avance visible, el camino por recorrer aún es largo.
“Sigue siendo común que las mujeres sean minoría en estudios de desarrollo, y en eSports la escena femenina es extremadamente pequeña. Me gustaría ver que los equipos mixtos sean norma”, comentó.
2. ‘’Siempre creen que vas a jugar mal’. —Litzia Beltrán
Litzia Beltrán es jefa de redacción Capital Gaming, también produce y conduce un programa de videojuegos, cine y anime.
“Empecé a jugar a los 4 años, porque mi papá me regaló un Atari, también me regaló mi primer Nintendo: un NES», cuenta Litzia.
Cuando le preguntamos si había experimentado machismo en el mundo de los videojuegos, esta fue su respuesta:
«Primero, siempre creen que vas a jugar mal por alguna razón, y por otro lado te admiran, como si fuera una virtud ser mujer y jugar videojuegos. Si juegas mal, se burlan más y si lo haces bien te dicen ‘juegas bien para ser mujer’.
“El machismo está en toda la sociedad, pero más en la industria de los videojuegos. Cuando yo entré, la tendencia era que hubiera muchísimos más hombres que mujeres y entonces los compañeros de trabajo me interrogaban de todo lo que tenías que saber, pero les demostré que sí sabía”.
Sin embargo, cree que en México esto está cambiando, que ahora hay menos machismo y las oportunidades para mujeres y hombres en los videojuegos se está balanceando.
“Ya tenemos a más mujeres en puestos importantes en todo: futbol, videojuegos… Ya hay también audiencia masculina que está agarrando la onda, es cuestión de tiempo”.
3. ‘Exponer las historias de las mujeres que trabajan en videojuegos fomenta que las niñas se visualicen en ellas’. —Pamela Lima
Pamela estuvo cerca de los videojuegos desde la infancia. Fue coordinadora editorial en Atomix y su primer empleo relacionado con este mundo fue en GameMaster, dos medios especializados en videojuegos en México.
“Algo que me benefició fue que en mi casa nunca nos inculcaron los roles de género: ‘de esto es para niñas y esto para niños’. Desde que éramos pequeños, a mi hermano y a mí nos regalaron un NES y a partir de ahí me involucré mucho con los videojuegos”, relata.
Sobre la disparidad de género en trabajos relacionados con los videojuegos, Pamela Lima destacó que la industria está haciendo un esfuerzo por revertir la tendencia.
«Cuando entré al medio me di cuenta de que las mujeres somos minoría. Algunas veces creen que no podemos ser tan profesionales. Se tiene la creencia de que en temas de tecnología o videojuegos, los hombres son quienes siguen marcando la pauta, pero la industria ha cambiado mucho en los últimos años: ya hay mujeres involucradas en Relaciones públicas de videojuegos, desarrolladoras, líderes de estudios de videojuegos, mujeres que le enseñan a otras a programar videojuegos. Se requiere todavía mucho trabajo, pero sí ha ido cambiando la percepción de la figura femenina en el mundo de los videojuegos”, explica.
Cuando hablamos de las manifestaciones de machismo en el momento de jugar, Pamela destacó que a los hombres les sorprende que una mujer juegue bien.
“En el mundo laboral he sido muy afortunada, nunca han demeritado mi trabajo por mi género. Pero jugando, las personas daban por hecho que era hombre, luego me escuchaban un año o dos años después de que jugábamos (en línea) y se sorprendían de que fuera mujer porque jugaba bien.”
A Pamela Lima le parece importante que el papel de las mujeres en este ámbito sea cada vez más visible.
“Las mujeres sí estamos jugando y hay que dar ese mensaje, eso debería ser un punto de partida para alcanzar la paridad. Hay que darle validez y crédito a la participación de las mujeres en este ámbito. Exponer las historias de las mujeres que trabajan en videojuegos fomenta que las niñas se visualicen en estas figuras”, finalizó.
4. ‘¿Cómo una mujer puede reseñar un juego tan violento?’. —Cristina Urrutia
Es editora y presentadora de IGN Latinoamérica, uno de los medios especializados en videojuegos más grandes del mundo.
Cristina Urrutia no es ninguna improvisada, inició su carrera a los 19 años escribiendo artículos relacionados con videojuegos. El año pasado presentó a nivel internacional Overooked 2 y el videojuego mexicano, inspirado en la comunidad rarámuri: Mulaka.
“Hay mucha gente conocida y consagrada —la mayoría de ellos hombres— de modo que entrar como una nueva voz fue la parte más difícil”, cuenta.
“Mi primera consola fue un GameCube», compartió, y desde entonces no se ha despegado de este mundo.
Cuando habla de su experiencia como mujer en el mundo de los videojuegos, reconoce que sus compañeros la aceptaban bien, pero quizá no todo el mundo creía que podía destacar.
“Mis colegas nunca me trataron mal, en el medio solo había cierto escepticismo, tuve que trabajar para ganarme mi lugar y fue difícil”.
Pero el sexismo se expresa más en la comunidad.
“El año pasado hice una reseña de God of War y uno de los comentarios que recibí por parte de un lector fue: ‘Yo no soy quién para juzgar, pero ¿cómo una mujer puede hacer una reseña de un juego tan violento?’. Se armó una discusión, la mayoría me apoyó, pero su argumento fue que una mujer no debería reseñar un juego tan violento”, dijo.
La parte en la que aún falta un camino gigante para recorrer y erradicar las expresiones violentas hacia las mujeres, al parecer, es la comunidad de videojuegos en línea.
“Jugar en línea es más complicado para una chica que para un chico, generalmente. Yo lo que hago es juntarme con un grupo de chicas para jugar en línea porque con hombres el ambiente es más hostil”, cuenta.
En cuanto a la disparidad en la proporción de jugadores y jugadoras, Cristina ve un asunto de educación y publicidad antigua.
“Tiene que ver con educación, yo tenía roces con mi mamá de adolescente porque decía que los videojuegos eran para niños. Es una cuestión educacional y de mercadotecnia que los niños fueran el público objetivo de los videojuegos y a las mujeres nos hicieron a un lado”.
5. ‘No me ascendieron porque al que tomó la decisión le pareció que una mujer no debería estar en ese puesto’. —Paulina Sánchez
Es directora de TierraGamer, un medio especializado en juegos de video, también traduce videojuegos y tiene 12 años de experiencia en medios especializados en el tema.
“Mi papá vio los videojuegos como un caballo de Troya para que me interesara por las computadoras y el inglés. Es un tema en México, porque muchas personas aprendieron inglés para jugar videojuegos, sobre todo en las décadas de los 80 y 90, porque antes no los traducían», explicó en entrevista.
Paulina estudió Diseño Interactivo, su idea era hacer videojuegos, pero surgió una oportunidad para entrar a un medio especializado como redactora.
“La mayoría de la gente que hace contenido de videojuegos lo hace por amor al arte, lo difícil es vivir de esto. Es un medio lleno de gente muy buena y preparada peleando por los pocos puestos bien remunerados”, contó.
En cuanto a si ha sufrido discriminación por ser una mujer que juega esto fue lo que nos contó:
“Me ha ido muy bien en realidad, casi no juego en línea, pero nunca me han molestado. Lo que he notado es que si eres mujer creen que juegas muy mal”.
“Si vas a un evento como mujer, sí llamas mucho la atención, por lo menos en E3, no sé, una de cada 15 personas es mujer, es una diferencia brutal. En mi caso esto ha sido positivo, por que los desarrolladores te ubican más fácil”.
E3 (Electronic Entertainment Expo o Expo 3 es la convención de videojuegos más importante de la industria en el mundo.
Paulina Sánchez relató que en el campo laboral sí ha sufrido discriminación por su género:
“Hace varios años no me ascendieron porque al que tomó la decisión le pareció que no debería estar en ese puesto una mujer. Y es que los videojuegos siguen viéndose como algo muy para hombres», relató.
“Hay estudios que indican que las mujeres tendríamos más potencial para jugar videojuegos porque somos mejores en movimientos pequeños”.
Destacó que la industria ha cambiado mucho y señala que se han roto muchos esquemas.
“Cada vez la industria es más incluyente y piensa más en las mujeres, desde el marketing hasta el desarrollo: mete más personajes femeninos. Se están haciendo las cosas mejor, es cuestión de tiempo para que el equilibrio llegue”, opinó.
“Las involucradas en la industria cada vez están más metidas en todo lo que implica la realización de videojuegos”.
6. ‘Es importante que haya más chicas que se involucren porque les nace y les gusta’. —Captain Lunna
Lunna estudió fotografía y edición de video. Lleva la página oficial de Just Danceen México. También es streamer y forma parte del club de Ubisoft, una compañía francesa desarrolladora y distribuidora de videojuegos.
“No necesitas ser streamer bonita para jugar videojuegos, todo el mundo puede jugar lo que sea”, cuenta Lunna al hablar de cómo su canal de Twitch pretende enseñarle a las niñas que ellas también pueden jugar.
La creencia de que el mundo de los videojuegos es predominantemente masculino ha llevado a la invisibilización de las jugadoras.
“Hay muchas mujeres, pero por pensar que ‘las niñas no juegan’ es que no se dan cuenta de que aquí estamos«, cuenta.
“Es importante que haya más chicas que se involucren porque les nace y les gusta”.
Sobre cómo la industria puede hacer que haya más paridad, Lunna sugirió que haya más eventos y pláticas inclusivos.
Su experiencia con las expresiones machistas en el mundo de los videojuegos se remonta a años atrás:
“Tenía 20 años y estábamos en un evento de videojuegos mis amigos y yo. Recuerdo cómo un chico estaba diciendo que era el mejor, yo quería jugar y él me dijo: ‘No, ni juegues porque no sabes jugar porque eres niña’. Recuerdo que le gané y se enojó, dijo que su control no servía”.
7. ‘Tenemos que dejar de decir que los videojuegos son para niños y las muñecas para niñas’. —Mariana Maus
Lleva relaciones publicas y redes sociales de Bethesda Softworks para Latinoamérica.
“Primero empecé trabajando como editora de contenido y conductora paraGame Planet, luego realicé mismas labores para Gamers y conducción enAtomix”, contó.
Empezó a jugar desde los 9 años sin saber que los videojuegos se convertirían en el trabajo de sus sueños.
Maus relató a mexico.com que ha sufrido discriminación por ser mujer, tanto en el mundo profesional como en el juego.
“En ambos he experimentado muchísima discriminación y machismo, tanto jugando como en el mundo laboral. Es triste que por ser mujer crean que te pueden hablar mal o te quieran condicionar la entrada a los eventos para que salgas con la gente involucrada en ellos”, contó.
Pero no solo eso, cuando habló de su experiencia jugando en línea, dijo que recibe ciertas agresiones.
“Suelo recibir comentarios ofensivos cuando juego en línea. A veces mi voz parece de niño de 12 años y es cuando no se meten mucho conmigo. En la industria ya no sufro de que hombres intenten sorprenderme para ‘ofrecerme un trabajo’, ya que estoy posicionada de alguna forma, pero aún sucede que cuando tienes proyectos para trabajar con hombres, ellos normalmente intentan ligarte en el proceso, lo cual encuentro desagradable y poco profesional”, señaló.
En cuanto a las oportunidades laborales que ofrece este sector se mostró optimista.
“Me da mucho gusto ver en posiciones importantes a muchísimas mujeres. En el caso de Bethesda, puedo decir que hay tanto hombres como mujeres en posiciones directivas. Por parte del desarrollo de videojuegos, ahí es donde sí encuentro un desbalance donde los hombres definitivamente dominan esa área”, dijo.
A la pregunta, ¿cómo hacer para que las niñas se involucren más en los videojuegos?, respondió:
“Introducirlas de la misma forma que a los niños, solo tenemos que dejar de decir que los videojuegos son para niños y las muñecas para niñas”.
8. ‘Los videojuegos te muestran historias increíbles, es algo que todos merecemos conocer’. —Carla Relloso
Es streamer, gamer y madre. Lleva 9 años trabajando en el mundo de los videojuegos.
“He trabajado en agencias que llevan marcas de videojuegos conocidas a nivel mundial, y lograrlo ha sido todo un reto para mí. También hago transmisiones en vivo en la plataforma de Twitch por el canal de Sopa de Murloc”, relató.
Señaló que, al menos en México, es difícil colocarse en un trabajo relacionado con los videojuegos.
«En un inicio, cuando me puse a investigar qué podría hacer para trabajar en la industria desde México, me di cuenta de que acá las oportunidades eran muy pocas, lo único para acercarme era ser prensa especializada en videojuegos, pero no fui muy buena.
“Quise estudiar programación de videojuegos, pero no existía la carrera en el país e irme al extranjero no era costeable. Al final decidí estudiar gastronomía, pero justo cuando la estaba cursando vi una oportunidad de ganar dinero y trabajar con videojuegos; me hice promotora de una compañía popular de videojuegos, en ese momento sentí que podría lograr mis sueños, aunque tuviera que comenzar desde abajo, y no estuve muy equivocada”, relató.
Cuando hablamos sobre el machismo en el mundo laboral y a nivel de juego Carla opinó que impacta en todos los ámbitos laborales, no solo en los juegos.
“Sí, el machismo laboral está presente como en cualquier oficina. Lo viví más por parte de la agencia, no tanto por el lado de la compañía de videojuegos.
“También dentro de los juegos existe discriminación, y la verdad es un poco más marcado, ya que ahí los jugadores no tienen que dar su cara real, creen que sus acciones no tendrán ninguna consecuencia. Algo así como en redes sociales”, señaló.
Para Carla Relloso es importante señalar que debemos cambiar algo en nuestra mentalidad, dejar de pensar que los videojuegos son cosas de chicos.
“Es una gran manera de convivir, de sentirse parte de una comunidad, hasta hay estudios que respaldan que nos ayudan a mejorar habilidades mentales. Creo que los videojuegos también son una excelente manera de convivir en familia, no importando si eres hombre o mujer. Te muestran historias y escenarios increíbles, creo que es algo que todos merecemos conocer por igual”, puntualizó.
9. ‘Te encuentras con comentarios como: Las mujeres sirven solo para la cocina’. —Karla Dorantes
Es publirrelacionista de Square en México, una empresa japonesa dedicada al desarrollo de videojuegos.
Karla destaca que en el ámbito laboral no ha sufrido discriminación por ser mujer, sin embargo, todo cambia al momento de jugar en línea.
“Sacan comentarios como ‘las mujeres solo sirven para la cocina’, es un comentario muy común», señaló.
Karla es también especialista en eSports, y resaltó que en este tipo de videojuegos la brecha entre hombres y mujeres sigue siendo muy marcada.
“Actualmente toda la escena competitiva de eSports está dominada por hombres. Apenas esta semana se dio a conocer que en Rusia habrá un equipo integrado solamente por mujeres, es la primera vez que esto sucede.
“Poco a poco las mujeres se están haciendo un lugar. Estamos probando que podemos hacer el mismo trabajo que los hombres”, puntualizó.