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  • Puebla, segunda entidad en México en tipificar la violencia digital y pornovenganza

    Puebla, segunda entidad en México en tipificar la violencia digital y pornovenganza

    Puebla se convirtió en el segundo estado del país en legislar en materia de derechos online para evitar la violencia digital, la pornovenganza y el ciberacoso.

    Este lunes, el Congreso del Estado de Puebla aprobó por unanimidad la iniciativa de decreto mediante la cual se realizan modificaciones al Código Penal del Estado de Puebla, para tipificar los Delitos contra la Intimidad Sexual. El dictamen fue presentado por Nora Merino Escamilla, legisladora del Partido Encuentro Social (PES).

    En la iniciativa se estipula que comete el delito de violación a la intimidad sexual quien, con el fin de causar daño o la obtención de un beneficio, divulgue, comparta, distribuya, publique y/o solicite la imagen de una persona desnuda, parcial o totalmente, de contenido íntimo, erótico sexual, por cualquier medio, ya sea impreso, grabado o digital sin el consentimiento de la víctima.

    De acuerdo con la aprobación por parte de los legisladores, esta conducta se sancionará de tres a seis años de prisión.

    Asimismo, en lo que respecta al artículo 225 Bis., los diputados aprobaron que las mismas sanciones del Artículo 225 se apliquen a quienes obtengan de dispositivos móviles o dispositivos de almacenamiento físico o virtual, cualquier imagen, video, textos o audios sin la autorización del titular.

    Las reformas establecen que en el caso de que esta conducta se realice con violencia, se incrementará la sanción hasta en dos terceras partes.

    En su turno, Vianney García Romero, diputada por Morena, se pronunció en contra de la violencia ejercida hacia las mujeres en el estado de Puebla, mediante la elaboración de campañas en la red digital para vulnerar los derechos de las mujeres o de su pareja.

    En tanto, la diputada del PRI, Rocío García Olmedo, manifestó su preocupación por que la violencia en contra de las mujeres esté alcanzando niveles inesperados en nuestros días, como resulta ahora en las redes sociales.

    Además, expresó que con estas modificaciones al Código Penal, Puebla se pone a la vanguardia en el país al presentar una ley detallada en la materia que supera lo presentado en su momento en el estado de Yucatán.

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    Link original: https://www.poblanerias.com

  • ‘Tejiendo el futuro’: Mujeres violentadas en Ecuador convierten la basura en arte

    ‘Tejiendo el futuro’: Mujeres violentadas en Ecuador convierten la basura en arte

    Olga Deavila nació en Cuenca, en la provincia de Azuay, al sur de Ecuador. Dice que su niñez «fue muy bonita» y lo que más recuerda de ella es su «perro» y una «muñeca de aserrín con trapo» que le regalaron, a la cual le hacía vestidos y se inventaba un desfile de moda.

    A los 12 años, Deavila ya vivía en El Guabo, en la provincia de El Oro, a unas tres horas de su ciudad natal, y a esa edad ya estaba en una relación marital. «Me robó [raptó] y me llevó directamente a donde los papás; desde ahí soy su esposa», dice al referirse a cómo inició la vida en pareja.

    «Para mí no fue nada fácil, ciertas veces él me pegaba […] me pateaba durísimo», cuenta. Su pareja fue tan violenta que, en una ocasión, provocó que abortara a unos gemelos que gestaba. Sin embargo, de esa relación actualmente tiene seis hijos con vida y otros seis que fallecieron.

    La violencia en su hogar terminó con un episodio casi trágico. Harta de los golpes, esta mujer consiguió un arma y disparó a su esposo –con quien sigue hasta hoy– en la que fue su última discusión. «Nunca más me volvió a pegar», dice Deavila, quien no se siente orgullosa de esa acción y, por ello, ahora aconseja a otras mujeres para que denuncien a tiempo, antes de llegar a estos límites.

    «Tejiendo el futuro»

    Hace seis años, esta ecuatoriana, impulsada por una amiga, aprendió a trabajar con material reciclado. Acudió a un taller de tejidos, donde hacían productos de plástico. Ese curso le sirvió de inspiración para innovar: encontró unas bolsas (fundas en Ecuador), las cortó, las convirtió en hilo e hizo una cartera.

    A partir de entonces nació Awashamu, que en lengua Kichwa significa «tejiendo el futuro», con Deavila como pionera. El emprendimiento se estableció en su casa, a la que invitó a otras mujeres, pero con una característica particular: todas habían sido víctimas de violencia en el hogar. «Pasamos por cosas que verdaderamente nos duelen», dice.

    Desde entonces se reúnen todos los miércoles, explica la impulsora, y añade que «es un espacio de mujeres» en el que se cuentan lo que han pasado en la semana y pueden reírse; también, comparten ideas de tejidos y confección de nuevos productos.

    La mayoría de estas mujeres «fue casada entre los 12 y 16 años y no tuvieron acceso a la educación», además de vivir esta experiencia de violencia «que les dejó en una situación de encerramiento fuerte», explica Laetitia Chesseron, coordinadora de proyectos de la Fundación Kasa de Colores, organización que decidió brindar apoyo a Awashamu, luego que sus cofundadoras Alexandra Muñoz y Katherine Muñoz tuvieran contacto con las emprendedoras.

    El Guabo contaminado
    Aunado a la problemática social de estas mujeres está la alta tasa de contaminación ambiental en El Guabo, cuenta Chesseron. En concreto, el cantón es el asentamiento de bananeras, empresas que utilizan gran cantidad de bolsas plásticas para la protección de los racimos de banano, material que luego es desechado.

    A esas compañías se le suman «petroleras, mineras, camaroneras» y los propios pobladores, que desechan en la calle «fundas de uso cotidiano». Los principales espacios afectados son los ecosistemas de los manglares, que abundan en El Guabo.

    Debido a esa contaminación, que el plástico de las bolsas es el que menos se recicla y que las mujeres de Awashamu trabajan con ese material, el proyecto pasó a convertirse en una contribución favorable al medio ambiente de El Guabo.

    Preparación y empoderamiento
    Una vez que la Fundación Kasa de Colores se adentró en Awashamu, comenzó a trabajar con las mujeres en su preparación en temas como finanzas personales o banco comunitario, para que ellas «tengan independencia, puedan manejar su propio dinero y salir de esta situación» de violencia, dice Chesseron. También hubo talleres de gestión de conflictos y cómo enfrentar una situación de violencia.

    El segundo paso —explica— fue crear formalmente el emprendimiento. A las mujeres también se les brindó mayor capacitación en técnicas de tejidos, reciclaje, concienciación sobre el ambiente, en particular la limpieza de los manglares.

    Awashamu, explica Chesseron, ha permitido «transformar lo que fue visto como basura en arte» y «transformar una situación de aislamiento y violencia en un proceso en el que estas mujeres se volvieron líderes de sus familias y de su comunidad».

    Del basurero a la tienda
    Awashamu está conformado actualmente por 15 mujeres, de entre 35 y 68 años; de ellas, cinco llevan el liderazgo del emprendimiento y ocupan los cargos de presidenta, secretaria, tesorera, entre otros.

    Estas mujeres organizan ‘mingas’ (reuniones solidarias) para recoger las bolsas de plástico en los manglares, calles y botaderos de basura. «Con la sensibilidad que han logrado, hay gente que les deja fundas en sus casas, eso es un logro de concienciación», dice Chesseron.

    Esas bolsas luego son sometidas a un proceso de limpieza, que incluye el uso de cloro, se cuelgan en un tendedero y se ponen a secar. Una vez secas, se cortan en tiras y hacen el hilo. Con ese material elaboran sus productos, como carteras, monederos, llaveros, mochilas, entre otros.

    «Una cartera sencilla toma cinco horas» para su elaboración, explica la representante de Kasa de Colores; mientras, «hay otros productos con una técnica tan precisa que lo hacen ver como si fuera de tela, eso toma unos dos días» en su realización. El precio, justamente, varía de acuerdo a su confección.

    Las mujeres venden sus productos en El Guabo, incluyendo participación en ferias. La fundación también apoya la comercialización de los productos fuera de ese cantón, en Quito, principalmente en tiendas amigas, como el espacio sociocultural El Útero, en el centro de la ciudad; pero también han tenido compras desde el exterior.

    Las cifras del reciclaje
    El impacto del reciclaje de estas mujeres es bastante grande. Por ejemplo, según cifras de la microempresa, para la elaboración de una cartera utilizan 30 bolsas, mientras que para la confección de un monedero son necesarias nueve.

    De las 15 mujeres que conforman Awashamu, cada una de ellas elabora 15 carteras y 25 monederos mensualmente, para un total de 225 de las primeras y 375 del segundo producto en todo el emprendimiento. Esa producción se traduce en 10.125 bolsas recicladas cada mes y 121.500 cada año.

    La experiencia de Awashamu le ha dado a Deavila la capacidad para ayudar a otras mujeres que son víctimas de violencia de género, a quienes aconseja: «No dejen que los hombres le peguen, sean duras, fuertes, denuncien, avisen a alguien. No se dejen matar».

    También, tanto ella como otras de las integrantes del emprendimiento, capacitan en el arte del tejido a mujeres en la comunidad e, incluso, en la cárcel.

    Hoy, Olga, mientras sigue tejiendo para Awashamu, sueña con un desfile de moda «a lo grande», con gente que asista desde otros rincones del país e, incluso, del resto del mundo.

    Toda la información e imágenes son de RT.

    Lin original: actualidad.rt.com

  • La sombra machista en la literatura

    La sombra machista en la literatura

    La larga sombra del machismo se extiende sobre el mundo literario en América Latina. Muchas veces es una silueta difuminada, a duras penas perceptible, pero en otras ocasiones tiene un claro contorno, abundante contraste, y se reconoce perfectamente. En algunos momentos menosprecia, en otros arrincona y más de una vez trata de imponer que los temas más banales son para las autoras. “Cuando terminé Leopardo al sol (Alfaguara, 1993) un editor me dijo: ‘Está bien pero parece escrita por un hombre”, cuenta la colombiana Laura Restrepo (Bogotá, 1950) sobre una novela que se adentra en la violencia entre clanes de su país.

    Hace más de cuatro décadas que Margo Glantz (Ciudad de México, 1930), premio FIL Guadalajara 2010, logró que se publicara una de sus obras de ficción. Eran los años 70 y había esquivado en más de una ocasión los desprecios a su obra. “Mis primeros libros nadie los quiso publicar. Era profesora de universidad y solo querían ensayos. Rechazaban los de ficción y en parte se debía a que era mujer. Mi siguiente obra también la tuve que pagar a cuenta de autor”, señala.

    También sonaba extraño que Nona Fernández (Santiago de Chile, 1971) se adentrase en la historia política chilena en sus novelas, en lugar de abarcar los temas que una larga tradición ha adjudicado a las mujeres. “Llegué con uno de mis libros y les gustó pero me dijeron que por qué no escribía sobre la bulimia. Entonces me di cuenta de que estaba entrando en territorio masculino”, cuenta la escritora, galardonada en 2017 con el Premio Sor Juana Inés de la Cruz.

    Las tres han sobrepasado fronteras, han roto con los límites establecidos y se han rebelado frente a los prejuicios de la industria del libro donde también está incrustado el machismo que ha permeado todo desde tiempos remotos. “Hay un cielo [literario] y nosotras estamos en el purgatorio o en el limbo. Se cree que la intelectualidad es para los hombres”, añade la nicaragüense Gioconda Belli (Managua, 1948). La misoginia se resiste a abandonar el mundo de las letras donde sin embargo han ejercido desde hace décadas su poder un buen número de agentes literarias como la ya fallecida Carmen Balcells (1930-2015) y de editoras – Elena Ramírez (Seix Barral), Silvia Sesé (Anagrama) o Beatriz Moura (Tusquets)-. Y que además en este 2018 ha mirado más que nunca a la escritoras. Todos los premios nacionales de literatura en España han sido para ellas, con excepción del de historia. También el Cervantes recayó sobre Ida Vitale quien además se hizo con el FIL de Lenguas romances. Un reconocimiento que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara que en esta edición ha dado más visibilidad que nunca a las escritoras. En el encuentro literario más importante en español se han celebrado más de una decena de mesas para hablar de Me Too, feminismo y letras.

    “No me gustaría que me diesen un premio por ser mujer, ni que me incorporen a una mesa porque necesitan un cupo femenino. No quiero ser la figurita que les arregla la fiesta. Pero tampoco me agradaría no aparecer porque se actúe con pereza y no se busque a mujeres debido a que sus nombres son menos evidentes”, defiende la argentina Leila Guerriero (Junín, Argentina, 1967).

    Se ríe Restrepo de los mecanismos de algunos autores para conservar su fama. “Es la salvación del último mohicano”, cuenta mientras sonríe. Le divierte el juego de traspaso del prestigio en el que entran algunos escritores y del que -asegura- también participan las editoriales. “Proliferan en los libros las carátulas [y las fajas] en las que se dice que un autores el nuevo Franz Kafka, Thomas Mann, William Faulkner, o Ernest Hemingway. Nunca he leído que un hombre herede la literatura de Marguerite Yourcenar, ni que una autora escriba como Goethe”.

    De hecho, el último libro de Belli, Las fiebres de la memoria, que aborda la huida de un noble francés que tiene que crear una nueva identidad en Nicaragua, iba a quedar resumido en la contraportada como “una novela de amor, misterio y aventura”. “Es producto del marketing, al final pudimos cambiarlo”, señala la autora de La mujer habitada. “Se realiza una segmentación de mercado en la que tratan de convertir nuestros libros en un producto para las mujeres, cuando en realidad yo por ejemplo tengo un buen número de lectores. Esto afecta a la visibilidad porque la crítica, casi toda hecha por hombres, compra esa idea y pasa por encima de la literatura de las mujeres”.

    Redescubrir machismo en el pasado

    Guerriero se sabe una excepción, una caso aislado, al no haber sufrido el “peso del género para buscar editores, ni para realizar el trabajo”. “Sé que esto no es lo que pasa en la mayoría de los casos”, añade. No le ocurre lo mismo a Margo Glantz que cuando indaga en su pasado se topa con aquella frase que soltó un crítico poco después de que tradujese Historia del ojo, una obra erótica escrita por George Bataille. “Escribió que había hecho una traducción a pierna abierta y no creo que algo así se lo dijese a un hombre”, concluye. También rastrea en su memoria Fernández y se da de bruces con aquellas mesas sobre literatura rosa en las que fue incluida en más de una feria internacional. “Parece que como soy mujer debo hablar sobre ello aunque mis libros no tengan nada que ver con esos temas”, relata.

    Más reciente en el recuerdo tiene la mexicana Gabriela Jaúregui (Ciudad de México, 1979) a aquel profesor que en una beca para creadores del Gobierno mexicano (Fonca) se dirigía a las mujeres para soltar: “Sus telenovelas para Televisa” o aquella clase en la que el tutor le gritó a una chica: “¡Encuérate! (¡Desnúdate!)”. Vienen a su mente varios exabruptos cargados de misoginia, algunos de los cuales quedan relatados en un libro en el que 13 autoras, entre las que están Margo Glanzt, Brenda Lozano, Cristina Rivera Garza, Verónica Gerber Bicecci o Vivian Abenshushan plasman su visión del feminismo. Tsunami (Sexto Piso, 2018) reúne a escritoras de varias generaciones, que han vivido diferentes etapas del movimiento feminista, para conformar así la más fuerte de las olas, un tsunami de fuerza devastadora.

    “Una de las primeras barreras con las que se encuentra un mujer en la literatura es poder ser escuchada y leída sin la sombra del género. También muchas hemos padecido el coqueteo por parte de escritores. Antes de llegar a lo que escribes llegan a tus cuerpos, a ver si eres guapa. Te revisan las piernas. Tuve algún novio que me dijo: ‘A ti te publican en el suplemento cultural porque vas en minifalda”, cuenta Abenshushan (Ciudad de México, 1972).

    Una carrera de largo aliento para ellas, en la que en muchos casos los obstáculos aparecen disimulados pero en la que también se erige algún que otro muro difícil de sobrepasar. “Existen barreras para las mujeres en la literatura aunque esto no suponga para mí un gran drama”, advierte Restrepo y es que la pelea más cruda contra el machismo se vive en las calles de América Latina, “en aquellos países, como México donde están entre la vida y la muerte. Aquí son asesinadas siete mujeres al día”, recuerda Abenshushan.

    La de la literatura es otra batalla a vencer más del movimiento feminista que en Argentina lucha por el aborto legal, en España inunda las calles y en México crece con cada feminicidio. Pero ante la reivindicación y la lucha contra el machismo, Glantz lanza una advertencia para evitar caer en el dogmatismo: “Es fundamental que las mujeres tomen conciencia y logremos la igualdad pero no debemos caer en otra forma de fundamentalismo. Hay que evitar cosas tan ridículas como tratar de corregir la historia, cambiar el final de la ópera Carmen, dejar de mostrar unos cuadros o no representar algunas obras de teatros”.

    Toda la información e imágenes son de El País.

    Link original: elpais.com

  • Salud y brecha de género: un costo millonario para el Estado

    Salud y brecha de género: un costo millonario para el Estado

    Tanto es así que la brecha de género que se registra en España en el ámbito de la salud representa al menos 9.000 millones de euros al año.

    Esta cifra supone el 0,8% del PIB, según el primer informe de la plataforma ClosinGap, impulsada para generar conocimiento y prácticas que promuevan la igualdad de oportunidades.

    El objetivo de esta plataforma que reúne a ochos empresas líderes en su sector (Merck, MAPFRE, Vodafone, Repsol, Melía Hoteles, L Oreal, Mahou San Miguel y Solan de Cabras y BMW), es analizar el coste de oportunidad que tiene para la economía española la persistencia de desigualdades de género en ámbitos como la salud.

    También en el de la  conciliación, las pensiones, el uso del tiempo libre, el consumo, el turismo, la movilidad o la digitalización.

    Asimismo persiguen generar el debate necesario en la sociedad para poder acelerar el cierre de la brecha global de género que, según el Foro Económico Mundial, al ritmo actual podría llevar alrededor de 170 años.

    Su presidenta Marieta Jiménez, que es además directora Ejecutiva de Merck España, ha explicado al presentar este estudio que el país se encuentra en el puesto 24 dentro de los 144 países estudiados en el Global Gender Gap Report del Foro Económico Mundial.

    Según este Foro, España ha sido capaz de cerrar hasta el momento cerca de un 75% de su brecha de género.

    https://youtu.be/BNugb7CkFh4

    Marieta Jiménez, presidenta de ClosinGap durante la presentación del informe.

    La brecha de la enfermedad
    El informe detalla que a la hora de acudir a un profesional médico en Atención Primaria los hombres presentan, de forma más frecuente que las mujeres, trastornos relacionados con los sistemas cardiovascular (infarto agudo de miocardio, isquemia cardiaca sin angina); respiratorio; endocrino, metabolismo y nutrición (gota) y digestivo y problemas psicológicos derivados del abuso de drogas y alcohol.

    Las mujeres,  además de las consultas relacionadas con aparato genital y mamas, sufren de forma diferencial problemas relacionados con el aparato locomotor; los sistemas endocrino, metabolismo y nutrición; nervioso; sanguíneo; urinario; circulatorio cardiovascular (venas varicosas) y problemas de la piel y psicológicos relacionados con la depresión.

    En Altas Hospitalarias, los hombres destacan en enfermedades del sistema circulatorio cardiovascular y respiratorio, mientras que las mujeres en los diagnósticos relacionados con las complicaciones del embarazo, parto y puerperio.
    Diferencias en la mortalidad
    En relación con la mortalidad, el estudio apunta que las mujeres fallecen con mayor frecuencia que los hombres en situaciones de trastorno mental senil y presenil, alzhéimer y por causas relacionadas con enfermedades hipertensivas.

    Y en mayor proporción por enfermedades cardiovasculares, siendo las enfermedades cerebrovasculares la primera causa de muerte en mujeres.
    Para los hombres, las principales causas diferenciales de muerte con respecto a las mujeres son los tumores, las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, las lesiones autoinfligidas y la cirrosis.

    Mientras que la primera causa de fallecimiento en hombres se debe a los tumores malignos de tráquea, bronquios y pulmón.

    Hábitos y estereotipos
    En lo relativo a hábitos y estilos de vida se observa mayor prevalencia de consumo de tabaco y alcohol en hombres, aunque la incidencia está aumentando en mujeres.

    Además, se detecta mayor obesidad y sobrepeso en hombres, menor actividad física en mujeres y mayor índice de accidentes domésticos en mujeres frente a accidentes laborales en hombres.

    Finalmente, uno de los condicionantes de la salud asociado en parte a los estereotipos sociales de género hace referencia a los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia y la bulimia, enfermedades que afectan más a las mujeres en un ratio 7:1.

    Baja natalidad: pérdidas de 31.000 millones
    Son pues muchas las desigualdades que persisten entre hombres y mujeres, desigualdades que inciden por ejemplo en la baja tasa de natalidad.

    FOTO EFE/ STR
    Así el crecimiento “que pierde España por su menor tasa de natalidad sería de 31.003 millones de euros, un 2,8 % del PIB observado en 2016 y casi el 50% del gasto público anual en sanidad”.
    De esa cantidad, el 9,3 por ciento habría formado parte de la recaudación por cotizaciones sociales de la Seguridad Social, lo que representaría 2.872 millones de euros más en recaudaciones en 2016.

    Un millón de empleos no reconocidos
    Por otro lado, en España 4,3 millones de personas declaran hacerse cargo de los cuidados de personas mayores y enfermas crónicas de forma no profesional.

    En este informe sobre brecha de género en salud se pone de manifiesto que el deterioro de la salud reduce la capacidad de generación de ingresos, produce costes directos, indirectos e intangibles, repercute en la salud demográfica y económica del país y en la calidad del capital humano.

    Por ejemplo, y en relación a los 4,3 millones de personas que declaran hacerse cargo de los cuidados de mayores, el 59% son mujeres (64% en el caso de dependientes) y dedican a este fin el 62% de las horas totales declaradas, lo que supone 1.800 millones al año.

    Se trata – refiere el estudio-  de una dedicación no profesional, que de formalizarse, “equivaldría a más de 977.000 empleos anuales a jornada completa”.
    Según la fuente, el potencial económico de esta mayor dedicación al cuidado que llevan a cabo las mujeres asciende a 7.812 millones de euros al año.

    Brecha de género: ansiedad y depresión
    El estudio demuestra además que los cuidados a mayores incrementan en 3,4 puntos adicionales la probabilidad de sufrir depresión en las mujeres.

    Así, de los cuidadores, el 13,4% de las mujeres y el 7,3% de los hombres declaran haber sufrido depresión en los 12 últimos meses.
    En cuanto a la ansiedad, los cuidados incrementan dicha probabilidad en 2,7 puntos adicionales: los porcentajes de incidencia de este trastorno para este mismo periodo alcanzan al 13,6%de las mujeres y al 7,3% de los hombres.

    La incidencia de depresión y ansiedad en el PIB por la vía de la incapacidad temporal es, en consecuencia, de 345 millones de euros mayor en las mujeres que en los hombres, lo que representa un 0,03% del Producto Interior Bruto.

    Longevidad con salud: un punto del PIB

    Otro dato analizado es el relativo a la longevidad y, si bien las mujeres registran una esperanza de vida al nacer seis años superior a la de los hombres, y  de cuatro años mayor al llegar a los 65 años.

    “Pero si las mujeres pudieran vivir en mejores circunstancias esos cuatro años de más que viven respecto a los hombres, el ahorro potencial sería de 8.945 millones de euros, lo que supone cerca de casi 1 punto del PIB (0,8%)”.
    Esta cantidad, concluye el estudio de ClosinGap, es, además, el 70% de la factura farmacéutica, lo que habría permitido poner en marcha soluciones que ayuden a la innovación y sostenibilidad del sistema sanitario.

    Toda la información e imágenes son de EFE SALUD.

    Link original: https://www.efesalud.com

  • 100 años del voto femenino en Alemania: falta mucho para lograr verdadera equidad

    100 años del voto femenino en Alemania: falta mucho para lograr verdadera equidad

    «Los hombres son demasiado emocionales para votar. Por su tendencia innata a usar la violencia no son aptos para gobernar, luego deben ser excluidos del voto”, ironizaba la escritora y activista estadounidense Alice Duer Miller en 1915, autora del libro ¿Son las mujeres ciudadanas? (Are Women People?), Miller respondía así con ironía a los absurdos argumentos en el duro debate tras el fin de la Primera Guerra Mundial sobre el sufragio femenino.

    Tan agresivo era el debate sobre equidad de género que Olympe de Gouges, quien escribió la «Declaración de los derechos de las mujeres y los ciudadanos» en 1791, fue ejecutada en la guillotina. Una larga lucha que «apenas se convirtió en movimiento político a mediados del siglo XIX”, destaca la historiadora Anna Katharina Mangold.

    La prioridad inicial de la lucha no era el voto, era la inclusión de las mujeres de la vida legal, ya que las mujeres eran consideradas sujetos sin derechos jurídicos. «Las mujeres siempre eran representadas por un hombre, su padre, su marido o, si eran solteras, por un pariente”, agrega Mangold. Pero «las mujeres han sido tan activas en ayudar a los hombres en la guerra y su gerencia, que una vez que estas pasan no hay marcha atrás a la inclusión”, explica Mangold.

    Sufragio femenino en Alemania

    En 1917 el Kaiser Guillermo II presentó reformas democráticas, entre ellas al derecho al voto, pero no para las mujeres. Fue hasta el 12 de noviembre de 1918 que se creó la base legal del sufragio para hombres y mujeres, mayores de 20 años. Un hito para el movimiento femenino.

    Alemania no fue ningún pionero de la equidad. Ya años antes, algunos países escandinavos le habían reconocido el derecho al voto a las mujeres. Pero otra cosa sorprende: «Suiza, tenida por un Estado profundamente demócrata, introdujo el sufragio femenino solo a nivel federal en 1971 y a nivel cantonal, como en 1991”, recuerda Anna Katharina Mangold.

    1918, 1949, 1990, ¿2018?

    La ley de 1918 fue un hito en la lucha de las mujeres por la igualdad, pero la Constitución de Weimar aún era vacilante, y rezaba que «hombres y mujeres tienen, básicamente, los mismos derechos y deberes cívicos”, advierte Mangold. Eso quiere decir que había excepciones que muchos ampliaban al máximo para no reconocerle los derechos a las mujeres. Una salvedad que solo fue eliminada en 1949 por la Ley Fundamental alemana, con la frase más sencilla y lógica del mundo: hombres y mujeres son iguales.

    En la primera mitad de la década de 1990, dicha frase se complementó con una segunda: el Estado promueve la aplicación efectiva de la igualdad de derechos para hombres y mujeres y trabaja para eliminar las desventajas existentes. A lo que concluye Mangold: «Una clara prueba de que no es suficiente otorgar derechos formales sino que tienen implementarse”. Aún así, y hasta hoy, también en Alemania, del dicho al hecho hay mucho trecho.

    Toda la información e imágenes son de DW.

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  • Una mujer al frente de la Universidad de La Habana por primera vez en 290 años

    Una mujer al frente de la Universidad de La Habana por primera vez en 290 años

    La Universidad de La Habana (UH) nombró a Miriam Nicado García como la nueva rectora de esa institución, siendo esta la primera vez que una mujer ocupa el cargo en la casa de altos estudios de la capital desde su fundación hace casi tres siglos. La decisión fue anunciada el lunes en una sesión extraordinaria del Consejo Universitario de la UH, pero no trascendió a la prensa hasta este miércoles.

    Nicado era hasta ahora la rectora de la Universidad de las Ciencias Informáticas, creada por el fallecido dirigente Fidel Castro como centro de tecnología avanzada para estimular la creación nacional de software.

    La ya rectora es miembro del Partido Comunista de Cuba y también del Consejo de Estado desde abril de este año, además de una de las diputadas cubanas de la IX legislatura en la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio de La Lisa, en La Habana.

    Profesora Titular, graduada de Nivel Superior y licenciada en Matemática Aplicada, Nicado es además Doctora en Ciencias de esa especialidad. Con anterioridad fue decana de la Facultad de Matemática, Física y Computación en la Universidad Central de Las Villas y vicerrectora docente de ese mismo centro.

    En la reunión sobre su nombramiento se dio a conocer que el Dr. Gustavo Cobreiro Suárez, rector que ocupaba el cargo al momento del anuncio, «asumirá otras funciones»

    Como profesora ha dado clases en en su campo de estudio en universidades de varios países de la región como México, Chile, Venezuela Ecuador y República Dominicana. Ha sido galardonada con la Vanguardia Nacional y Provincial, una distinción que otorga la Central de Trabajadores de Cuba.

    En la reunión sobre su nombramiento se dio a conocer que el Dr. Gustavo Cobreiro Suárez, rector que ocupaba el cargo al momento del anuncio, «asumirá otras funciones» a partir de ahora, dijo la prensa oficial sin precisar más detalles.

    Fundada en 1728 por frailes dominicos como Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, la UH tiene hoy 19 facultades y 12 centros de investigación.

    Es la principal casa de altos estudios de la isla y recientemente fue incluida en la lista de las 20 mejores universidades de Latinoamérica, según la consultora con sede en Londres Quacquarelli Symonds (QS).

    En septiembre de este año la doctora Orquídea Urquiola Sánchez se convirtió también en la primera mujer que ocupó el cargo de rectora pero en la Universidad de Cienfuegos.

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  • Médicos Sin Fronteras: Hombres armados violan, golpean y azotan a 125 mujeres en Sudán del Sur

    Médicos Sin Fronteras: Hombres armados violan, golpean y azotan a 125 mujeres en Sudán del Sur

    La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que entre el 19 y el 29 de noviembre de este año 125 mujeres y niñas fueron violadas y golpeadas en el condado de Rubkona, al norte de Sudán del Sur.

    Ruth Okello, matrona de MSF en Sudán del Sur, afirmó que durante la última semana decenas de mujeres acudieron a su clínica en la localidad de Bentiu tras sobrevivir a «horribles episodios de violencia sexual». «Algunas son niñas de menos de diez años y otras son mujeres de más de 65. Ni las mujeres embarazadas se han salvado de estos brutales ataques», comentó.

    Según Okello, los médicos de MSF han tratado a 104 víctimas de violencia sexual y de género en los primeros diez meses de este año y solamente en la última semana han prestado asistencia médica y psicosocial a 125 mujeres.

    Además de violadas, estas mujeres y niñas fueron azotadas y golpeadas, incluso con palos y culatas de rifles. Les robaron dinero, ropa, zapatos y todos los objetos de valor que tenían consigo, incluidas las tarjetas de racionamiento para recibir comida.

    El jefe de la misión de Naciones Unidas, David Shearer, señaló que los ataques fueron perpetrados a manos de jóvenes que llevaban uniformes militares y ropa civil, informa AP.

    Por su parte, el ministro de Información en el estado Northern Liech, Lam Tungwar, pone en duda la veracidad de los reportes de MSF sobre las violaciones masivas. «Una violación de tal magnitud no es cierta. Somos un estado que respeta los derechos humanos y los derechos de las mujeres son nuestra prioridad», comentó Tungwar a Reuters.

    Toda la información e imágenes son de RT Noticias.

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  • Si las mujeres están seguras, hombres y niños lo estarán también: Marcela Lagarde

    Si las mujeres están seguras, hombres y niños lo estarán también: Marcela Lagarde

    “El feminismo es una filosofía política, una ética y una interpretación de la sociedad, de la cultura, y del mundo. Todo eso ha hecho el feminismo y lo sigue haciendo”, expresó la etnóloga mexicana, María Marcela Lagarde durante la presentación de la reedición de su primer libro Género y Feminismo. Desarrollo humano y democracia (Editorial España, 1997) ahora bajo el sello de la editorial Siglo XXI, y datos actualizados.

    Lagarde es el mayor referente del feminismo en México. Ha dedicado gran parte de sus investigaciones y publicaciones al estudio de la condición de la mujer, así como la generación de conceptos como la Alerta de Género y la Sororidad. Su libro Los cautiverios de las mujeres. Madresposas, monjas, putas, presas y locas muestra un panorama de las mujeres en el mundo patriarcal.

    Durante la conversación, la investigadora hace bromas, dialoga con quienes asistieron a la presentación y explica de dónde surge la visión feminista de su libro.

    “Introduje elementos feministas, pero no aislados. Se lo aprendí a científicas, filósofas, pensadoras como Simone de Beauvoir quien realiza una crítica enorme con autores con los que está de acuerdo y que no tienen una mirada feminista. Hace, como casi nadie, un proceso de deconstrucción de líneas del pensamiento de su época vanguardista”, comentó.

    Agregó que durante en la época cuando estudió la universidad, a los antropólogos les encantaban las otras culturas, sin embargo, a ella le encantó “su propia cultura”. “Y con una mirada antropológica, miré a mi sociedad y mi estado occidental sobre el tema de mujeres y hombres”.

    Género y Feminismo es el primer libro que le pidieron editar. De 1997 hasta la fecha han habido otras propuestas para construir un paradigma de nuevo desarrollo, para combatir la desigualdad del país. El movimiento feminista, aclaró, tiene que ver con crear alternativas y salidas para esa desigualdad, y cualquier otra forma de opresión.

    “Y ahora que se están movilizando tantas mujeres…¿han visto la cantidad de mujeres y hombres democráticos que apoyan la erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas? Es una de las causas más loables del mundo. Requerimos que millones de mujeres tengan seguridad, porque si las mujeres están seguras también los hombres y los niños lo van a estar”, afirmó.

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  • La brecha salarial es mayor en las ocupaciones más masculinizadas

    La brecha salarial es mayor en las ocupaciones más masculinizadas

    La brecha salarial aumenta en las ocupaciones donde los hombres son una mayoría clara. En estos casos, las mujeres cobran un 14,7% menos de media por hora trabajada. En cambio, baja bastante, cuando hay paridad. Se queda en el 8,4%, es decir, disminuye, pero la brecha no se cierra, sigue ahí, según un estudio de la Fundación BBVA y del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Entre ambos casos, se sitúan las ocupaciones feminizadas. En estas situaciones, la mujeres perciben unas remuneraciones un 11,1% inferiores.

    Al medir la brecha salarial por hora, la diferencia entre las remuneraciones segregadas por sexo se reduce. El dato bruto del sueldo anual muestra que las mujeres cobran un 22,3% menos, según los datos de la encuesta de estructura salarial de 2014, los últimos disponibles y los que sirven de base en esta investigación.

    Esta diferencia bruta de más del 22% en la renta salarial anual se explica por varios motivos que no tienen por qué significar una discriminación legal -pagar menos por hora a una mujer que a un hombre por el mismo trabajo es ilegal- o al menos no lo es de forma muy evidente. Hay factores que influyen como el número de horas trabajadas: muchas más mujeres que hombres tienen empleos de jornada parcial.

    Otro factor es precisamente el de las profesiones y las ocupaciones masculinizadas, ya que hay casos en que los propios convenios colectivos generan situaciones que suponen discriminaciones de facto. Un ejemplo habitual es el de varios convenios provinciales de limpieza en el que las categorías de limpiador (trabajo realizado mayoritariamente por mujeres) tienen retribuciones más bajas que los de limpiacristales o los de conductores.

    A la hora de definir qué es una profesión masculizada, los investigadores de este estudio toman aquellas en las que los hombres representan el 65% del colectivo. En esta definición encajan,  directores ejecutivos, profesionales de nuevas teconologías, mecánicos, pintores, albañiles y obreros, técnicos y supervisores de ingeniería, conductores, electricistas…

    La situación se invierte cuando se habla de un trabajo feminizado, entre los que están sanitarios, maestros y profesores, administrativos, recepcionistas, dependientas, cuidadoras. La paridad, ningún sexo supone más del 60% ni menos del 40%, se alcanza en bibliotecas, especialista en organización en el sector público y privado, profesionales de la cultura o contables y empleados de finanzas.

    «Para lograr disminuir e incluso erradicar las diferencias salariales entre sexos, sería recomendable, entro otras medidas, reducir al máximo la segregación de género que presentan las ocupaciones en la economía», analiza el estudio. La primera que pide para erradicarlo es «diseñar políticas educativas en todas las etapas para que fomenten la igualdad de género, y orienten a las personas hacia su carrera profesional y futura ocupación en base a sus capacidades y no por el género con el que se identifican en la sociedad».

    Los resultados a los que llegan los investigadores del IVIE y la Fundación BBVA suponen un indicio más que apunta en la dirección de que hombres y mujeres no perciben la misma remuneración por un trabajo de igual valor, una de las reivindicaciones del movimiento feminista. Refinar los datos hasta el punto de lograr un resultado incontestable sobre esto es casi imposible con la información existente. No obstante, hay otras investigaciones que también apuntan en esa dirección. Una de las más recientes la dirigió el profesor de Economía José Ignacio Conde-Ruiz, que evidenciaba que las mujeres cobran un 12,7% menos a la hora en «tareas similares».

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  • Universidades en México no garantizan la igualdad de género a estudiantes y trabajadores por falta de mecanismos

    Universidades en México no garantizan la igualdad de género a estudiantes y trabajadores por falta de mecanismos

    Las principales instituciones de educación superior (IES) en México cuentan con muy pocos procesos y marcos normativos institucionales para lograr la igualdad de género en su entorno administrativo y estudiantil.

    Entre 40 universidades públicas y privadas, a nivel nacional, se encontró que la mayoría de ellas no alcanza niveles satisfactorios, si acaso intermedios, en cuanto a legislación; lenguaje; sensibilización; estudios de género y no violencia para alcanzar la igualdad de género.

    El Observatorio Nacional para la Igualdad de Género en las Instituciones de Educación Superior (ONIGIES), colectivo que busca la construcción de espacios libres de sexismo, segregación, violencia, discriminación y cualquier otra desigualdad basada en la condición de género, presentó sistema de medición de avances institucionales, para conocer el panorama real de la igualdad de género dentro de las universidades del país.

    Para esta medición se analizaron ocho ejes: legislación con perspectiva de género; estadísticas con perspectiva de género; lenguaje incluyente y no sexista; sensibilización; investigaciones de género; violencia de género, e igualdad de oportunidades.

    Los ocho rubros se analizaron a nivel administrativo y estudiantil y se estableció una calificación del cero al cinco para medir los avances, donde cero equivale a “nulo” y cinco a “consolidado”. Al resto de los parámetros (del 1 al 4) les corresponden las etiquetas: muy bajo; bajo; intermedio; en vías de consolidación, y significativo.

    Los resultados no fueron nada alentadores. En las principales universidades del país como la UNAM el índice general de igualdad de género alcanza apenas 2.4 de 5 puntos y aunque su calificación mejora  en otros rubros como la no violencia, donde alcanza 3.8 puntos, disminuye en otros como la existencia de estadísticas y diagnósticos con enfoque de género, donde apenas registra un 1.4 puntos. Su nivel es alto también en el uso de lenguaje incluyente (3.3 puntos) y en la sensibilización de género (3 puntos).

    En el caso del Instituto Politécnico Nacional (IPN) el índice general de igualdad de género apenas es de 2 puntos; la legislación con perspectiva de género de 1.3 puntos; la no violencia no alcanza ni un punto, y la sensibilización de género de 1.9. El IPN solo alcanza niveles intermedios o en vías de consolidación en cuanto al uso de lenguaje incluyente (3.3 puntos), y la corresponsabilidad familiar (3.7 puntos).

    Por su parte, la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (IBERO) tiene solo 1.4 puntos en el índice general de igualdad de género; uno en estadísticas y diagnósticos; 1.1 en sensibilización; 1.7 en lenguaje incluyente, y su mejor rubro es la no violencia en el que tiene 2.5 puntos. Así la IBERO es una de las instituciones que alcanza niveles apenas intermedios en alguno de los 8 rubros.

    Entretanto El Colegio de México (COLMEX) tiene 1.6 como índice general de igualdad de género; no alcanza un punto (.7) en la legislación con perspectiva de género; presenta 2.6 en estadísticas y diagnósticos sobre el tema; 1.7 en lenguaje incluyente, y su mejor rubro es el de las investigaciones y estudios de género, donde alcanza 4.2 puntos.

    Chapingo, la universidad con menos avances

    De las 40 instituciones analizadas, la Universidad Autónoma de Chapingo es la que registra los menores índices de igualdad de género. De los 8 ejes estudiados solo tiene calificación numérica en tres, en el resto se encuentra en cero.

    Su índice general de igualdad de género, alcanza apenas el .3, es decir, ni siquiera medio punto; .6 en estadísticas y diagnósticos con enfoque de género, y 1.1 en investigaciones y estudios de género. En el resto de los rubros está en ceros.

    A Chapingo le siguen otras instituciones comola Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATX) con .7  en su índice general de igualdad de género; la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) con .9; la Universidad de Guadalajara (UdeG) también con .9, y la Universidad Autónoma de Nayarit con un punto.

    La UAEH, entre las mejores

    El lado opuesto, lo encabeza la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) con 2.9 en su índice general de igualdad de género; 5 puntos en el uso de lenguaje incluyente; 4 puntos en la generación de estadísticas y diagnósticos con enfoque de género; 2.6 en sensibilización, y 2.5 en no violencia.

    Si bien no todos sus rubros alcanzan los 5 puntos, sí es la institución con mejores puntuaciones, y por ende, la que tiene mayor avance en la atención de la igualdad de género.

    Después de la UAEH se ubican: la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) con 2.6 en su índice general de igualdad de género, y el Tecnológico Nacional de México (TECNM), institución pública que en su mayoría ofrece ingenierías, con 2.3 en su índice general de igualdad de género.

    Aunque más arriba se señala que la UNAM tiene 2.4 en este mismo índice, el resto de sus ejes analizados no alcanza los 5 puntos, mientras que en la UAEH, la UADY y el TECNM tienen de 4.3 a 5 puntos en al menos uno de sus 8 ejes.

    Para lograr esta medición la ONIGIES abordó los ocho ejes antes mencionados a través del análisis de componentes sistemáticos en cada una de las instituciones.

    Esto incluyó la revisión de: la normatividad institucional; los planes de igualdad de género; los recursos destinados para este tema; las bases de datos con perspectiva de género; la  atención de casos de violencia de género y la prevención de ésta.

    Para ello fueron consultados, los estudiantes, el personal administrativo, el personal académico y las autoridades de cada escuela.

    Este índice de igualdad de género, argumenta el ONIGIES, servirá como una herramienta para identificar los niveles de avance en el tema y para comparar la situación de las instituciones de educación superior a nivel regional y nacional.

    El sistema de medición y la situación de las 40 instituciones analizadas está disponible en la página del ONIGIES.  

    El ONIGIES se creó en 2016 a raíz de una iniciativa del el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, hoy en día es coordinado por la UNAM; INMUJERES; la CNDH; la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).

    Toda la información e imágenes son de

    Link original: animalpolitico.com