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  • Harriet Lerner: “La sociedad desalienta la ira de las mujeres y cultiva su culpa, así dudamos de nosotras y nos quedamos en nuestro sitio”

    Harriet Lerner: “La sociedad desalienta la ira de las mujeres y cultiva su culpa, así dudamos de nosotras y nos quedamos en nuestro sitio”

    Hay libros para los que no parece pasar el tiempo. Harriet Lerner (Nueva York, 1944), psicóloga clínica, publicó allá por 1985 ‘La danza de la ira’ (editorial Gaia), un manual especialmente dirigido a mujeres, para comprender y utilizar eficazmente la ira como motor de cambio. ¿Por qué a mujeres? Porque Lerner identificó la ira como una emoción casi prohibida para la población femenina o, al menos, como una emoción que tiende a paralizar, frustrar y asfixiar a las mujeres en lugar de empujarlas hacia el cambio, personal e incluso político, hacia la vida que quieren o necesitan. No obstante, muchas reflexiones de Lerner sobre la ira son universales, y apelan a hombres y mujeres. 38 años después de su publicación, el libro sigue siendo un bestseller traducido a más de 35 idiomas cuya lectura resulta abrumadoramente reveladora. Harriet Lerner atiende a elDiario.es desde Kansas, donde reside.

    Usted dice en su libro algo que sigue siendo de actualidad: que mucha gente empatiza y cree en la causa de la igualdad y entiende las demandas feministas, y sin embargo sigue señalando o cuestionando de alguna manera a las mujeres que se enfadan, a las que se muestran firmes o se plantan. ¿Siguen teniendo las mujeres enfadadas una mala reputación?

    Efectivamente, las mujeres enfadadas no tienen buena reputación. Además, la ira no tiene buena reputación, las mujeres la consideran una emoción negativa. Pero la ira es una emoción esencial por dos razones. En primer lugar, nos ayuda a definirnos a nosotros mismos, a decir lo que pensamos y sentimos, a lo que nos sentimos con derecho, lo que queremos y lo que no queremos, lo que haremos y lo que no. La ira nos ayuda a aclarar quiénes somos de lo que los demás quieren y esperan que seamos. Igual que el dolor físico nos dice que quitemos la mano del fuego, el dolor de la ira preserva la dignidad y la integridad del yo.

    En segundo lugar, la ira es un poderoso vehículo para el cambio personal y político, como se ha visto en las últimas décadas de feminismo y otros movimientos sociales. Puede que a la gente no le gusten “esas mujeres enfadadas”, pero esas mujeres enfadadas han cambiado y desafiado la vida de todos nosotros.

    El problema es que, a menudo, las mujeres no utilizan su ira de estas dos formas esenciales -para definirse a sí mismas y para convertirse en una fuerza de cambio-, sino que tienden a gestionarla mal de dos formas principales.

    La ira es un poderoso vehículo para el cambio personal y político, como se ha visto en las últimas décadas de feminismo. Puede que a la gente no le gusten «esas mujeres enfadadas», pero esas mujeres enfadadas han cambiado y desafiado la vida de todos

    ¿Cuáles son esas dos maneras?

    Inicialmente había titulado mi libro como ‘Mujeres agradables y zorras: una guía de la ira para mujeres’. En la categoría de “mujeres amables”, las mujeres ceden, siguen la corriente, se acomodan y evitan la ira a toda costa. En la categoría de “zorra”, las mujeres se enfadan con facilidad, pero se ven entre peleas y quejas que no llevan a ninguna parte, o incluso empeoran las cosas. Estos dos grupos de mujeres pueden parecer tan diferentes como la noche y el día, pero son la otra cara de la misma moneda. Después de todo lo dicho y hecho (o no dicho y hecho), los verdaderos problemas no se identifican ni se abordan, la mujer se siente indefensa e impotente y nada cambia.

    La lucha ineficaz, la queja y el reproche protegen en lugar de protestar por el statu quo. Las mujeres que luchan de manera ineficaz sufren tan profundamente como las mujeres que no consiguen enfadarse en absoluto.

    ¿Nos es más fácil a las mujeres llorar o vulnerabillizarnos que mostrarnos enfadadas?, ¿eso es lo que nos han enseñado?

    Durante mucho tiempo se ha negado a las mujeres la expresión franca de una ira y una protesta que son sanas. A las mujeres se las socializa para que sean las cuidadoras, las pacificadoras y las timoneras de los barcos que se tambalean. Podemos mantener unidas las relaciones como si nuestras vidas dependieran de ello. Nuestras definiciones de la feminidad han perpetuado el mito de que la mujer verdaderamente femenina carece de ira, especialmente hacia los hombres.

    Nuestras definiciones de la feminidad han perpetuado el mito de que la mujer verdaderamente femenina carece de ira, especialmente hacia los hombres. Podemos mantener unidas las relaciones como si nuestras vidas dependieran de ello

    ¿Por qué la ira femenina resulta tan amenazadora, para los demás y para nosotras mismas?

    Mientras la sociedad desalienta la ira femenina, se anima a las mujeres a cultivar la culpa como un pequeño jardín de flores. Si somos culpables y dudamos de nosotras mismas, nos quedamos en nuestro sitio. No actuamos, salvo contra nosotras mismas, y es poco probable que seamos agentes del cambio personal y social. Por el contrario, las mujeres enfadadas pueden cambiar y desafiar la vida de todos nosotros, como atestiguan las últimas décadas de feminismo. Y el cambio es un asunto difícil y que provoca ansiedad a todo el mundo, incluso a quienes lo impulsamos activamente. Así pues, las mujeres aprendemos a temer nuestra propia ira no solo porque provoca la desaprobación de los demás, sino también porque señala la necesidad del cambio.

    La ira femenina también se desalienta porque ambos sexos tienen profundas fantasías inconscientes sobre el poder femenino, como si la ira femenina fuera todopoderosa y los hombres totalmente vulnerables a esta fuerza. A las mujeres se nos ha enseñado que debemos ser compañeras no amenazadoras y constructoras de ego para los hombres, para que no se sientan castrados.

    A las mujeres se nos ha enseñado que debemos ser compañeras no amenazadoras y constructoras de ego para los hombres, para que no se sientan castrados

    ¿La revuelta feminista de los últimos años ha cambiado esto en algún sentido?

    Sí, ha cambiado porque las mujeres se han unido como una poderosa fuerza social y política a tener en cuenta. Las mujeres son más capaces de reconocer cuando reciben un trato injusto. Sin embargo, en su vida personal, la ira sigue siendo una emoción difícil para las mujeres. El problema no es solo nuestro condicionamiento femenino. En primer lugar, seguimos disipando nuestra energía de ira en esfuerzos ineficaces por cambiar a la otra persona. En nuestros esfuerzos por cambiar a la otra persona, perdemos la oportunidad de observar y cambiar nuestra propia parte en el problema que nos mantiene atascadas. Además, la ira es una emoción engañosa que nos mete en problemas, porque la ira señala un problema, pero no nos dice cuál es el verdadero problema, o incluso con quién o qué hacer al respecto.

    La ira femenina suele dirigirse hacia otras mujeres -suegras, madrastras, etc. Por ejemplo, una mujer acude a terapia enfurecida con su “suegra imposible”, que es crítica, dominante o lo que sea. El verdadero problema que ella no ve es que se trata de un problema conyugal. En realidad está enfadada con su marido, que no adopta límites con su propia madre. Siempre que encuentres a dos mujeres peleándose, encontrarás a un hombre pasivo que no es capaz de hablar con su propia madre. O mujeres en terapia que expresan su enfado con la nueva mujer de su padre: “¡Ella no le deja estar cerca de mí!”. Es difícil para la mujer ver que su padre es quien tiene la responsabilidad de proteger su relación con ella, con su hija.

    El silencio de los hombres es a menudo un factor clave que lleva a las mujeres a culparse unas a otras.

    El cambio se produce sólo cuando podemos identificar y cambiar nuestra parte del patrón que nos causa dolor y tomamos una acción nueva y diferente en nuestro propio nombre. Aunque la ira señala un problema, desahogarse no resuelve el problema

    ¿Deberíamos las mujeres asumir también que mostrar nuestra ira tiene consecuencias? ¿Hasta qué punto el mandato de agradar, de complacer y de gustar nos retrae a la hora de mostrar nuestra ira?

    Es importante comprender las consecuencias de nuestra ira. No recibiremos elogios ni aplausos… También es importante comprender las consecuencias negativas de los enfrentamientos airados que, sencillamente, no funcionan. Las personas estamos programadas para estar a la defensiva. Cuando nos enfrentamos a otra persona, por ejemplo un familiar, puede que nos alivie temporalmente. Pero el resultado es que se envolverán en un manto de racionalización y negación, y verán a la otra persona como una amenaza. Eso es un enfado en lugar de una protesta contra el statu quo. El cambio se produce solo cuando podemos identificar y cambiar nuestra parte del patrón que nos causa dolor y tomamos una acción nueva y diferente en nuestro propio nombre. Aunque la ira señala un problema, desahogarse no resuelve el problema.

    Habla mucho de que la ira se malgasta cuando la usamos para intentar cambiar a los demás. ¿Deberíamos utilizar la ira más para dejar relaciones que no nos hacen bien, donde no somos bien tratadas o que ya no nos hacen felices en lugar de para intentar constantemente cambiar la situación o la persona y así quedarnos como estamos?

    Sí, y esto implica definirnos claramente en la relación y conocer nuestra posición final, a qué nos sentimos con derecho y qué podemos aceptar y tolerar para sentirnos bien con nosotros mismos, con la relación y con la otra persona.

    Habla de un patrón muy habitual en las relaciones heterosexuales: los hombres tienden a expresar más el deseo de separación, las mujeres de unión; las mujeres tienden más a perseguir y los hombres a distanciarse. ¿Es así?, ¿por qué?, ¿cómo podemos cambiar esa dinámica?

    El patrón de distancia y persecución es especialmente relevante para las parejas hetero. Perseguir y distanciarse son formas normales en que los humanos navegan las relaciones bajo estrés. Aunque hay muchas excepciones a la regla, las mujeres persiguen más frecuentemente bajo estrés, los hombres se distancian. En las parejas heterosexuales, el problema surge cuando este patrón se consolida y el perseguidor y el distanciador se polarizan de forma dolorosa. Cuando esto ocurre, el comportamiento de cada uno provoca y mantiene el comportamiento del otro.

    Obviamente, las relaciones van mejor cuando ninguno de los miembros de la pareja se encierra en los extremos, y ambos tienen flexibilidad para modificar su estilo. El perseguidor es el más angustiado por el distanciamiento y, por tanto, el más motivado para cambiar. El distanciador puede sentirse infeliz por cómo van las cosas, pero tiende a mantener el statu quo en lugar de acercarse a una pareja que está en modo de búsqueda.

    Es natural considerar que nuestro estilo es el correcto. Si nuestra forma de manejar un problema es ir a terapia, podemos estar convencidos de que nuestra pareja tiene que hacer lo mismo, aunque proceda de una fuerte tradición de resolver los problemas por uno mismo. Salir del modo de persecución puede significar bajar el nivel de intensidad, lo que incluye hablar alto, interrumpir, y ofrecer ayuda o consejos que no se piden. Por otro lado, muchos distanciadores son visceralmente alérgicos a la intensidad, y lo son cada vez más con el tiempo. Puede que digan “no me gusta hablar”, pero en realidad han dejado de hacerlo porque temen quedar atrapados en la conversación.

    Mantenerse centrado en uno mismo requiere valor, motivación, buena voluntad y una relación mejor, ya sea con la pareja, con un familiar o con cualquier persona clave. Siempre es más fácil culpar a la otra persona que aclararnos a nosotros mismos

    ¿Y cómo se resuelve esa dinámica?

    Cuando la distancia pone peligro la relación de pareja, hay que hablar de ello. ¿Cuándo es la distancia una señal de peligro? Puede que tu pareja se niegue a hablar sobre un aspecto esencial de la convivencia, como la forma de administrar y gastar el dinero, o cómo se reparten las tareas domésticas. O quizá su distanciamiento se deba a una depresión o a un comportamiento disfuncional. O puede que la distancia se haya convertido en evitación, es decir, que básicamente no puedes llegar a la relación y no consigues comunicarte con la otra persona. Tienes que usar la sabiduría y la intuición para saber cuándo no puedes vivir cómodamente con ese statu quo. Cuando sientas que no puedes, es vital hablar de tus preocupaciones y mantener la conversación a lo largo del tiempo sin volver al modo persecución.

    Si nada cambia tras un periodo de tiempo razonable, es hora de resolver tus problemas. Es el patrón, no la persona, quien es “el problema” y el cambio se produce cuando podemos cambiar nuestra propia parte en él, aunque tengamos un 20% de culpa. Cuando cambiamos nuestros propios pasos de baile en una relación, el viejo patrón no puede continuar como siempre. Mantenernos centrados en nosotros mismos (lo que no significa culparnos) es nuestro mayor reto contra la ira.

    ¿Por qué?

    Lo que importa es que cuando lo que estamos haciendo con nuestra ira nos mantiene estancados, no ayuda hacer más de lo mismo. Esto nos remite al desafío más importante, que es estar implacablemente centrado en uno mismo. Enfocarnos en nosotros mismos significa que dejamos de usarla para cambiar a otra persona y dedicamos esa energía a observar y cambiar nuestra propia parte en el patrón que nos está causando dolor.

    Mantenerse centrado en uno mismo requiere valor, motivación, buena voluntad y una relación mejor, ya sea con la pareja, con un familiar o con cualquier persona clave en nuestras vidas. Siempre es más fácil culpar a la otra persona (“mi madre es demasiado exigente”, “mi marido no quiere recibir tratamiento para su adicción”) que aclararnos a nosotros mismos y adoptar una nueva postura en nuestro propio nombre, una que también nos dé la mejor oportunidad de ser escuchados y a la relación la mejor oportunidad de tener éxito. Centrarse en uno mismo y utilizar la ira de forma eficaz no es fácil.

    ¿Y cuáles serían los retos o consejos para intentar utilizar la ira de forma eficaz?

    Podemos calmarnos y controlar nuestra propia ansiedad, intensidad y reactividad. Nadie piensa con claridad en medio de un tornado. Podemos aprender a sintonizar con las verdaderas fuentes de nuestra ira y aclarar nuestra posición: “¿Cuál es el verdadero problema aquí?”, “¿quién es responsable de qué?”, “¿qué quiero conseguir concretamente?”, “¿cuáles son las cosas que haré y las que no haré?”, “¿cuál es mi esencia, es decir, cuáles son mis objetivos, prioridades, creencias y valores que no son negociables bajo la presión de una relación?”.

    Podemos estar poniendo nuestra energía de ira en intentar cambiar o controlar a una persona que no quiere cambiar, en lugar de aclarar nuestra posición y nuestras opciones. Gestionar la ira con eficacia va de la mano de desarrollar un “yo” más claro y convertirnos en mejores conocedores de nosotros mismos. Podemos aprender habilidades de comunicación. Por un lado, puede que no haya nada malo en descargar nuestra ira espontáneamente, tal y como la sentimos. Hay circunstancias en las que esto es útil y otras en las que simplemente es necesario. Muchas veces, sin embargo, la lucha puede ofrecer un alivio temporal, pero cuando la tormenta pasa, nos damos cuenta de que nada ha cambiado realmente.

    Además, hay ciertas relaciones en las que mantener la calma y no culpar a nadie es esencial para un cambio duradero. Nos va mejor con la ira cuando podemos tomar decisiones meditadas sobre cómo y cuándo decir qué a quién. Incluso las cosas más duras que tenemos que decir se pueden decir con amabilidad. Podemos aprender a observar y cambiar nuestros pasos en la vieja danza que nos produce dolor. Aprender a observar y cambiar nuestra parte en los patrones de relación va de la mano con un mayor sentido de la responsabilidad personal en cada relación.

    Con “responsabilidad” no me refiero a culparnos a nosotros mismos o a etiquetarnos como la como la “causa” del problema, sino centrarnos en nuestra capacidad de observarnos a nosotros mismos y a los demás en la interacción y responder a una situación familiar de una manera nueva y diferente.

    «Si eres infeliz en una relación y no tomas la iniciativa de cambiar tu propia parte en el patrón que te está causando dolor, nadie lo hará por ti

    Probablemente mucha gente piense ‘¿por qué tengo que ser yo quién haga el cambio si siento que es la otra persona quien debería hacerlo?’.

    Mi respuesta es tan sencilla como difícil: no tienes por qué hacerlo. Pero si eres infeliz en una relación y no tomas la iniciativa de cambiar tu propia parte en el patrón que te está causando dolor, nadie lo hará por ti. No podemos hacer que otra persona cambie sus pasos en un viejo baile, pero si cambiamos nuestros pasos, el baile ya no seguirá el mismo patrón predecible.

    Explica en su libro que cuando empezamos a cambiar, cuando la gente realmente modifica sus patrones de comportamiento en cualquier tipo de relación, suelen surgir ‘contraataques’ de esas personas para que abandonemos ese camino y volvamos al viejo esquema, aún cuando eso no sea bueno para ninguna de las partes.

    Si empezamos a cambiar nuestras viejas pautas de silencio o culpabilización, no recibiremos aplausos. En su lugar, inevitablemente encontraremos una fuerte resistencia o contraataques. Es la reacción de ‘¡vuelve a cambiar!’ de otras personas importantes que nos rodean. Al igual que la voluntad de cambio, esta resistencia al cambio es un aspecto natural y universal de todos los sistemas humanos.

    Puede que te acusen de egoísmo, deslealtad, estupidez o desprecio por los demás. Si nos tomamos en serio el cambio, podemos aprender a anticipar y gestionar la ansiedad y la culpa que nos provocan las reacciones contrarias de los demás. Podemos hacerlo sin ponernos a la defensiva, atacar o criticar y sin retroceder y volver al viejo patrón. Nunca es fácil pasar de la sumisión silenciosa o la lucha ineficaz hacia una afirmación serena pero firme de quiénes somos, cuál es nuestra posición, qué queremos y qué no, qué es y no es aceptable para nosotros. A medida que nos volvemos directos, otras personas pueden ser igual de claras y directas sobre sus sentimientos o sobre lo que no van a cambiar. Esa claridad asusta, y suele ser más sencillo volver a nuestras viejas formas familiares de gestionar mal la ira. Está muy claro que no podemos controlar las reacciones de nuestra pareja. Pero la elección de no cambiar nosotros mismos es una forma segura de mantenerla en el mismo punto o empeorar la relación.

  • Activistas piden declarar emergencia en Costa Rica por la violencia a las mujeres

    Activistas piden declarar emergencia en Costa Rica por la violencia a las mujeres

    Activistas y grupos de colectivos feministas marcharon este sábado (22) en Costa Rica para exigir la declaración de emergencia nacional debido a la ola de violencia contra las mujeres en el país.

    El objetivo de la actividad es crear consciencia sobre la situación de inseguridad que en los últimos meses se ha incrementado en el país y, al mismo tiempo, exigir la declaración de emergencia nacional por violencia contra las mujeres para que el Estado y el Gobierno destinen los esfuerzos y recursos necesarios para detener la escalada de este flagelo y ejecutar justicia pronta y en tiempo real para las víctimas.

    Con la consigna “No sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”, las asistentes marcharon de forma pacífica en la Fuente de la Hispanidad en San José, sitio emblemático para este tipo de actividades.

    “Este es un llamado a la consciencia y autoridades del país, el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, porque no están tomando en cuenta los protocolos de género a la hora de dictar sentencia contra los hombres que han asesinado a mujeres y niñas (…). Pedimos justicia porque estamos hartas de la violencia estructural, no solo de quienes comenten los asesinatos, sino de la estructura estatal, necesitamos un cambio de leyes”, afirmó a EFE la vocera parte del colectivo feminista, Kattia López Alvarado.

    Datos del Observatorio de Violencia de Género del Poder Judicial indican que, durante el 2022, un total de 12 mujeres fueron víctimas de feminicidios, mientras que al 13 de febrero del 2023 hay 17 asesinatos de mujeres que están pendientes de clasificar por parte de la Subcomisión Interinstitucional de Prevención de Femicidios.

    El colectivo feminista pidió justicia por el caso especial de la bebé de 9 meses que fue secuestrada el pasado 9 abril y cuyo paradero hasta la fecha se desconoce y también por la mamá de esa bebé, una niña de 13 años, víctima de la negligencia del Estado, según el grupo.

    Un hombre de apellido Cassasola, quien se encuentra detenido es el principal sospechoso del secuestro. El Organismo de Investigación Judicial reveló que, tras una prueba de ADN, se confirmó que el sujeto es el padre de la bebé y que, por consiguiente, se le atribuye también el delito de violación en perjuicio de la menor de edad.

    “Buscamos generar consciencia de género, porque todas juntas somos más unidas y todas podemos. Si todas nos unimos lograremos derribar barreras del patriarcado. Costa Rica parece un país de paz y democracia, pero sabemos que una gran mayoría no vive así”, expresó López.

    Con información e imágenes de EFE

  • Mujeres buscan más libros de autoayuda que los hombres, revela el Inegi

    Mujeres buscan más libros de autoayuda que los hombres, revela el Inegi

    En el último año, las mujeres leyeron más libros de autoayuda que los hombres, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi).

    Al presentar el Módulo sobre lectura (MOLEC) 2023, el organismo expuso que al menos cuatro de cada 10 mujeres buscaron este tipo de libros en los últimos 12 meses, mientras que la proporción en hombres fue de aproximadamente dos de cada 10.

    Además, ellas también fueron más asiduas a los títulos de literatura que los hombres, una actividad que realizaron por mero entretenimiento, al igual que por alguna cuestión laboral o escolar.

    Sobre ello, destaca que las mujeres dedicaron en promedio 43 minutos al día para una lectura, y los hombres solamente 42 minutos.

    El Inegi precisó que este tiempo pudo ser influenciado porque no todas las personas se dedican exclusivamente a leer, es decir, hay quien suele hacerlo mientras escucha música, come, espera alguna junta, entre otras actividades.

    Según el organismo que encabeza Graciela Márquez Colín, los libros físicos se posicionaron como el formato preferido para leer de las mujeres, con cerca de 7.3 millones, mientras que 1.4 millones usaron algún medio electrónico.

    Sin embargo, se detectó que al menos 516 mil 228 mujeres leyeron algún libro en ambos formatos, debido a su comodidad o por la disponibilidad de las obras en el país.

    Otros géneros en donde destacó la participación femenina, aunque en menor medida frente a los hombres, fueron los textos universitarios, de cultura general, o los relacionados a guías, manuales o recetarios. Prefieren libros, revistas o periódicos regalados.

    El MOLEC 2023 presentado por el Inegi reveló que los mexicanos suelen leer con más frecuencia cuando les regalan libros, revistas o periódicos.

    De acuerdo con los datos presentados, en el último año solamente poco más de 6.5 millones de mexicanos pagaron un libro para leerlo, mientras que 10.5 millones leyeron gracias a que les regalaron el material.

    Si se considera la población que pagó por una revista o un periódico, las cifras ascienden a 2.8 millones y 3.9 millones, respectivamente. Por el contrario, 9.7 millones obtuvieron y leyeron una revista gratuita, y 3.6 millones un periódico.

    El Inegi indicó que de manera general, en los últimos 12 meses la población lectora en el país se redujo de 71.8 a 68.5 por ciento, el nivel más bajo desde que se tiene registro en 2016.

    Durante este periodo, se estima que los mexicanos leyeron un promedio de 3.4 libros, cifra menor respecto a los 3.9 libros registrados en 2022.

    Quienes no leyeron algún libro o revista en el último año declararon que no lo hicieron ante la falta de estímulos, ya sea porque sus padres o tut

  • ¡Campeonas del mundo! Aída Román, Alejandra Valencia y Ángela Ruiz ganan copa de tiro con arco en Turquía

    ¡Campeonas del mundo! Aída Román, Alejandra Valencia y Ángela Ruiz ganan copa de tiro con arco en Turquía

    El equipo femenino mexicano de recurvo formado por Alejandra Valencia, Ángela Ruiz y Aída Román conquistó la medalla de oro en la final de la especialidad de la Copa del Mundo de tiro con arco que se ha disputado en Antalya (Turquía).

    México venció a China por 6-0 con parciales de 55-51, 55-54 y 57-53 que hicieron innecesario el cuarto turno de lanzamientos.

    Las arqueras mexicanas se consagraron campeonas, después de aplastar con marcador de 6-0 al representativo de China, compuesto por las dos medallistas mundiales Zhang Mengyao y An Qixuan, así como Hai Ligan.

    https://twitter.com/CONADE/status/1650155555107774465?s=20

    Previamente, las arqueras aztecas derrotaron 5-3 en octavos de final al anfitrión Turquía, mismo marcador por el que derrotaron a su similar de Italia en cuartos de final; ya en semifinales, superaron 6-0 a las representantes de España.

    “Esperábamos un primer lugar desde hace dos años, y ahora que lo tenemos se siente muy bien. Es un buen comienzo de temporada, y tenemos mucha confianza en que nuestro nuevo equipo es bueno y funciona bien”, comentó Alejandra Valencia.

    Con este resultado, México concluyó su participación con dos preseas, después de que Ana Hernández León, Andrea Becerra Arizaga y Dafne Quintero García se hicieron con bronce en equipo femenil de arco compuesto.

    La segunda Copa del Mundo de la especialidad 2023, se realizará en Shanghái, China, del 16 al 21 de mayo.

  • Mexicanas Jessica Salazar, Daniela Gaxiola y Yuli Verdugo, ganan medalla de oro en Copa de Naciones de Ciclismo de Pista en Canadá

    Mexicanas Jessica Salazar, Daniela Gaxiola y Yuli Verdugo, ganan medalla de oro en Copa de Naciones de Ciclismo de Pista en Canadá

    El equipo femenil que representó a México en la Copa de Naciones de Ciclismo de Pista 2023, que se realiza en Milton, Canadá, consiguió una medalla de oro histórica para el país luego de que Jessica SalazarDaniela Gaxiola y Yuli Verdugo superaran al equipo local en la final de velocidad por equipos.

    Con un tiempo de 47.001 segundos superaron a Lauriane Genest, Kelsey Mitchell y Sarah Orban, quienes terminaron la prueba en 47.414 segundos. Además del triunfo, las mexicanas consiguieron valiosos puntos en el ranking mundial previo al Campeonato Mundial de Ciclismo de Pista de la UCI en Glasgow, Escocia, que se llevará a cabo entre el 3 y el 13 de agosto.

    Además, les sirve de preparación para los Juegos Olímpicos de París 2024. Recordemos que en Tokio 2020 Salazar decidió bajarse de la contienda debido a que la Federación Mexicana de Ciclismo la inscribió en otra categoría.

    El bronce fue para Polonia (47.569) quienes vencieron a Gran Bretaña (48.095). Salazar, Gaxiola y Verdugo tuvieron que dejar atrás a Malasia para llegar a la última prueba, con la que lograron su primera presea dorada en este evento internacional.

    Salazar afirma que deben mejorar

    Aunque se mostró emocionada por el logro, la jalisciense Jessica Salazar sabe que deben tomar buen ritmo para llegar a París 2024. “Estamos felices por ganar la medalla de oro y por este lugar, fue muy difícil conseguirlo”, expresó.

    “Nos sentimos increíbles, tenemos que mejorar varias cosas con el equipo, pero creo que lo haremos mejor el próximo año. Pienso que estar en el Mundial será genial, algo grande, porque estaremos los mejores ahí, por lo que nos prepararemos para eso”, añadió ante CODE Jalisco quien ostenta el récord mundial en los 500 metros contrarreloj.

    La competencia seguirá esté sábado 22 de abril. En otros resultados, Yarely Acevedo terminó octava lugar en la eliminación individual femenil, mientras que el oro fue para Noruega.

  • Ocupan mujeres seis de cada diez plazas laborales generadas en el último año

    Ocupan mujeres seis de cada diez plazas laborales generadas en el último año

    En los últimos 12 meses, seis de cada 10 plazas laborales generadas fueron para el sexo femenino: solamente en marzo de 2023, se registraron 3 mil 694 empleos para mujeres y 2 mil 083 para hombres, acorde a datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

    La Plataforma de Inteligencia Competitiva del Sector Privado (PICsp), presentó un comportamiento histórico de empleo formal, con datos del IMSS, detallando que en enero de 2022 se contabilizaron 2 mil 848 empleos para mujeres, y 2 mil 446 en hombres; en abril fueron 261 plazas para mujeres, mientras que mil 306 hombres perdieron su empleo.

    En mayo del año pasado, se registraron 68 empleos en mujeres, y se dio la pérdida de 952 empleos en hombres en la entidad; aunque en junio se alcanzaron 533 puestos laborales para mujeres y 843 de hombres; sin embargo, en julio se tuvieron pérdidas en ambos sexos.

    Para agosto se generaron 5 mil 027 empleos en mujeres, y 3 mil 764 en hombres; para septiembre, 3 mil 136 mujeres consiguieron trabajo y 2 mil 340 hombres; en octubre, se registraron 2 mil 916 empleos para mujeres y 3 mil 397 en hombres; no obstante, para diciembre se presentó la pérdida de 7 mil 837 y 11 mil 291 empleos en mujeres y hombres, respectivamente.

    En tanto que para enero de 2023, fueron 4 mil 158 plazas para mujeres y 7 mil 208 para hombres; un mes después, 3 mil 351 empleos en mujeres y 4 mil 051 en hombres; y en marzo se alcanzaron más de 3 mil 600 empleos en mujeres, y arriba de 2 mil para hombres.

    Las mujeres en el estado de Chihuahua tienen participación en todos los sectores económicos, la mayoría se encuentran en el sector manufacturero con un 56 por ciento, siendo este sector el que enfrenta una mayor brecha salarial de género.

    Y es que según un comparativo creado por la PICsp, al primer trimestre de 2023, por cada 100 pesos que ganan los hombres, las mujeres ganan $108.1 en la construcción; 100.8 pesos en el sector primario, y 100.4 pesos en transportes.

    Pero en servicios, por cada 100 pesos que obtiene un hombre, una mujer gana 92.8 pesos; en la industria extractiva son 88.1 pesos; en la industria eléctrica, 85.4 pesos; en comercio, 84.5 pesos; y en la industria manufacturera, 69.9 pesos.

  • ONU Mujeres y la Defensoría para Mujeres en México

    ONU Mujeres y la Defensoría para Mujeres en México

    Las Naciones Unidas (ONU) cuenta con una agencia especializada en temas de género ONU Mujeres dedicada, entre otros rubros, a desarrollar una serie de programas, diversas políticas y hasta la generación de esquemas de normas dirigidas a los Estados miembros que tienen por objeto el establecimiento de bases sólidas para arribar a la igualdad de género a través del reconocimiento pleno de los derechos humanos de mujeres y niñas que implique, además, que logren su potencial para su pleno desarrollo en su sociedad y libre de toda violencia de género que se ha impregnado como un cáncer en nuestras comunidades.

    Por ello, ONU Mujeres ha establecido cinco áreas prioritarias para alcanzar la participación de mujeres y niñas en igualdad de condiciones en todos los ámbitos de la vida destacando el aumento del liderazgo y participación de las mujeres; erradicar la violencia contra las mujeres; involucrar a las mujeres en todos los aspectos de los procesos relacionados con la paz y seguridad; mejorar el empoderamiento de las mujeres, así como “hacer de la igualdad de género un aspecto central de planificación y la elaboración de presupuestos nacionales para el desarrollo”.

    México como parte integrante de esta organización está obligado a incorporar estas áreas prioritarias a efecto de garantizar los derechos humanos de todas las mujeres. En este sentido, uno de los aspectos que ha implicado un camino difícil y tortuoso para las mujeres ha sido la incorporación en igualdad de condiciones que los hombres sobre todo en el ámbito de la política, ya que durante largo tiempo hemos sido marginadas y discriminadas en la arena pública a pesar de las reformas constitucionales y legales que en la última década el Legislativo ha aprobado para garantizar nuestra participación y de iniciativas regresivas que desafortunadamente se han presentado en los últimos meses, que ponen en riesgo el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres en nuestro país.

    Desde el Instituto Nacional Electoral (INE) se han impulsado diversos acuerdos, lineamientos, criterios y protocolos para garantizar a las mujeres su participación igualitaria generando, además, directrices que para prevenir, atender, sancionar, reparar y erradicar actos que se tipifican como violencia política contra las mujeres en razón de género.

    No obstante, hay una propuesta que en su oportunidad presenté cuando presidí la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación, instancia auxiliar del Consejo General del INE, su máximo órgano de dirección, que se refiere a la creación de una Defensoría Pública para Mujeres, área que estaría encargada de prestar de forma gratuita los servicios de defensa jurídica y asesoría legal en materia administrativa electoral y jurisdiccional en favor de las mujeres bajo dos esquemas: mujeres aspirantes, precandidatas y candidatas, así como mujeres que ocupan algún espacio en la esfera pública.

    Bajo este contexto, la Defensoría Pública del INE tendría el enorme reto de buscar garantizar los derechos políticos y electorales de las mujeres en igualdad de condiciones, libres de cualquier tipo de violencia o de cualquier tipo de discriminación que, además, es congruente con las obligaciones internacionales previstas en los artículos 3 y 7, inciso b) de la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) que disponen que los Estados parte deberán tomar todas las medidas que aseguren el pleno desarrollo y adelanto de las mujeres en todas las esferas, y en particular en la política, social, económica y cultural, que garantice el ejercicio y goce de los derechos humanos y libertades fundamentales en igualdad de condiciones.

    En razón de lo que he referido hasta el momento, reiteraré mi planteamiento de crear la Defensoría Pública para Mujeres y lo propondré en su oportunidad de cara a la construcción de los ejes rectores, planes y proyectos que se estarán integrando en los próximos días en el anteproyecto de presupuesto para el ejercicio 2024, año en el que tendremos la elección más grande de nuestra historia, en la que la participación activa de las mujeres en igualdad de condiciones y libres de violencia política en razón de género resultará fundamental, sobre todo en un sistema democrático como el nuestro, cuyos principios son, entre otros, la igualdad, la equidad, la paridad y la justicia.

    Carla Humphrey
  • Alumna propone crear categoría ‘Desaparición por género’ para visibilizar a mujeres víctimas

    Alumna propone crear categoría ‘Desaparición por género’ para visibilizar a mujeres víctimas

    • Ivonne Roldán, quien estudia el Doctorado en Estudios Críticos de Género en la IBERO, desarrolla esta categoría socio-jurídica, equiparable a lo que el feminicidio es al homicidio
    • Sostiene que las prácticas estatales, comunitarias-familiares y mandatos sociales, las invisibilizan como víctimas de desaparición y, por ende, se deja de lado su búsqueda

    La Mtra. Ivonne Roldán León, alumna del Doctorado en Estudios Críticos de Género de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, propone crear la categoría socio-jurídica ‘Desaparición por género’, la cual busca que la desaparición de mujeres se tome como una violencia específica contra ellas, equiparable a lo que el feminicidio es al homicidio.

    En el registro oficial de personas desaparecidas 70 por ciento son hombres y 30% mujeres, porcentajes que pudieran no ser del todo certeros, debido a que las instituciones no registran todas las desapariciones de mujeres, al catalogar erróneamente algunas como ausencias voluntarias o al no denunciarse por haberse suscitado en lugares con mucha impunidad –donde opera el crimen organizado–, dijo la doctorante.

    Al desaparecer las mujeres no sólo a manos de criminales, sino también por ideas arraigadas en la cultura y en la sociedad mexicana, Roldán desarrolló la ‘Desaparición por género’, con el fin de comprender, en tres dimensiones, qué tan involucradas están en sus desapariciones las instituciones, comunidades y familias, y las pautas patriarcales.

    En la primera, la dimensión estatal, si bien el Estado ha tenido avances con la implementación de mecanismos búsqueda inmediata cuando una mujer desaparece, como la Alerta Alba, algunas instituciones gubernamentales no registran la desaparición de mujeres, por ejemplo, al argumentar que se fue con el novio y al rato regresa; omisión que trae consigo “una doble desaparición”.

    A esto se añade la pérdida de expedientes y el traer a las y los familiares de las desaparecidas –hijas, esposas y madres– en un ir y venir entre instituciones, por lo que, si bien el Estado no cometió la desaparición, hace que ésta permanezca y, peor aún, “expulsa a las familias de la búsqueda”, al agotarlas con sus omisiones en el registro y atención de la posible comisión de un delito, y su falta de eficacia en la investigación.

    En la segunda y tercera dimensiones, la comunitaria-familiar y la de mandatos sociales, cuando una mujer no cumple con los roles que le imponen la sociedad y su familia, y en lugar de quedarse en su casa decide, por ejemplo, trabajar, su sanción está en decir que desapareció porque ella se lo buscópues para qué salía a trabajar si en su hogar tenía a su esposo e hijos. Así también, la comunidad, sociedad y familia generan que esa mujer se mantenga desaparecida.

    “Esto lo pude observar en un caso específico, el de una chica de 17 años que desapareció en 2008 en el Estado de México. Se presumía que ella había empezado a trabajar en bares, y cuando desapareció, su comunidad contribuyó con su desaparición al empezar a decir: es una consecuencia de, ella se lo buscó, estaba en malos pasos”.

    Esto pasa mucho también con las mujeres que desaparecen como consecuencia de relaciones de pareja violentas. Entonces se suele decir: a lo mejor se cansó y se fue con otro; eso implica que ya no son buscadas y las razones por las que hayan desaparecido ya no importan, “sólo importa que es una sanción social”.

    A través de su investigación ‘Desaparición por género: una categoría a revisión’, la estudiante de posgrado de la IBERO encontró que la mayoría de las mujeres que desaparecen son jóvenes, de entre cinco hasta 30 años de edad. El cometido de su desaparición es para ser víctimas de adopciones ilegales o de redes de explotación sexual o laboral, aunado a las que son desaparecidas por sus parejas sentimentales.

    Texto y foto: PEDRO RENDÓN / JCM

  • La presencia de mujeres en la ciberseguridad

    La presencia de mujeres en la ciberseguridad

    En 2013, las mujeres ocupaban el 11% de los puestos de trabajo en el ámbito de la ciberseguridad, mientras que el informe Women in Cybersecurity de 2020 aseguraba que las mujeres ya constituyen casi una cuarta parte de la fuerza laboral. Sin embargo, las cifras de la presencia femenina dentro del sector se quedan escasas, según los últimos datos, tanto en España como en resto del mundo.holdbarhet nespresso kapsler
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    Publicado en 2022, el informe Women in IT and Cybersecurity de Standard Chartered con la colaboración con Cyber Women Community presentaba los resultados de una exhaustiva investigación basada en encuestas realizadas a mujeres que trabajan en tecnología y ciberseguridad en todo el mundo. Sus datos mostraron que todavía las mujeres se enfrentan a diferentes desafíos, como la ausencia de oportunidades de desarrollo de carrera, la falta de representación femenina en puestos de liderazgo y la discriminación de género en el lugar de trabajo.

    Los datos del informe de Standard Chartered

    El informe de Standard Chartered evidencia que solo el 24% de los puestos de trabajo en tecnología y el 11% en ciberseguridad son ocupados por mujeres. Además, la brecha salarial de género en estas áreas es significativa, con una diferencia salarial del 25% en la industria de la tecnología y del 21% en la ciberseguridad.

    El documento revela también la situación de las las mujeres en TI: sus competencias son altas y no hay ningún área en la que no puedan desenvolverse. El 80% de las mujeres en TI están satisfechas su lugar de trabajo y 9 de cada 10 mujeres repetirían su carrera, mientras que sólo una de cada 20 encuestadas volvería a considerar una carrera fuera de las TI.

    Dos tercios de las mujeres que trabajan en TI ven la ciberseguridad como una especialización atractiva y más del 90% de las mujeres que trabajan en este sector recomiendan esta especialización a otras personas, especialmente en lo que se refiere al cumplimiento de normativas, la privacidad de los datos, la auditoría y la gestión de riesgos.

    El informe también destaca el impacto empresarial de la falta de diversidad de género en la industria de la tecnología y ciberseguridad, incluyendo la disminución de la creatividad, la innovación y la competitividad de las empresas. Por tanto, se sugiere la implementación de políticas de inclusión y diversidad en la contratación y el desarrollo de carreras, así como la promoción de modelos femeninos en la industria de la tecnología y la ciberseguridad para abordar estos desafíos y mejorar la representación femenina en estas áreas.

    «Nuestro objetivo es demostrar que la ciberseguridad es un ámbito en el que las mujeres pueden realizarse profesionalmente y que no es una industria típicamente masculina», aclara Agnieszka Wielądek, Community Manager de Cyber Women Community (CWC). Por su parte, Magdalena Skorupa, Data Privacy & Compliance Director en Reckitt, destaca que «cada vez más mujeres encuentran el valor para explorar áreas que antes reservadas a los hombres».

    Mujeres y ciberseguridad en España

    Según el Análisis y Diagnóstico del Talento en Ciberseguridad en España del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), del total de estudiantes especializándose en materia de ciberseguridad, sólo el 18% corresponde a alumnas. Desde INCIBE evidencian, por tanto, «la gran diferencia por género entre el número de profesionales en el mundo de la ciberseguridad».

    Respecto a las iniciativas para incrementar la presencia de mujeres en posiciones de ciberseguridad, INCIBE destaca los programas de impulso de mujeres en investigación, «aunque se pone de manifiesto la necesidad de implementar programas a medidas con orientación de género de manera que se potencie la presencia femenina en estas disciplinas».

    Charo Pinilla Cabo, Program Manager de Women4Cyber Spain, aclaraba en un artículo publicado en 2022, la importancia de «poner en marcha proyectos de captación de talento tanto en las aulas, a temprana edad, como en las empresas, que permitan despertar vocaciones y desarrollar habilidades en el amplio abanico de las posibilidades que ofrece la ciberseguridad».

  • Esta empresa busca a mujeres para enseñarles sobre tecnologías de información

    Esta empresa busca a mujeres para enseñarles sobre tecnologías de información

    En México urge reducir la brecha entre la disponibilidad de talento masculino y femenino en el sector de tecnologías de la información (TI) para favorecer a la industria y al mercado laboral, de acuerdo con Vladimir Mendoza, country manager de la compañía de tecnología SoftServe.

    Según el directivo, la brecha entre hombres y mujeres en el ramo de las TI, donde se atiende el tratamiento de datos en computadoras, alcanza una diferencia de 4 mujeres por cada 6 hombres presentes en el campo de trabajo.

    Y si se trata de tecnologías de la información y comunicación (TIC), que es un campo en constante evolución porque va sumando nuevos canales, la brecha se amplía hasta contar con la presencia de menos de 2 mujeres por cada 8 hombres presentes.

    “Y la industria pierde con la amplia brecha, porque la diversidad es importante”, advirtió Mendoza en entrevista.

    Todos aportan diferentes puntos de vista, diferentes ideas y diferentes soluciones a los problemas que se presentan, y los grupos de hombres y mujeres suman a la hora de otorgar soluciones a los clientes, explicó.

    Recordó además que “la industria de tecnologías de la información está basada en ideas, creatividad y la mentefactura” que bien puede nutrir una población diversa.

    Oportunidades en las TI

    De acuerdo con un reciente estudio presentado por la empresa de recursos humanos Deel, es en América Latina donde más personal se contrata desde otras regiones del mundo, principalmente de Asia, y son Ingenieros y Desarrolladores de software el talento más requerido.

    Así, no solo el abasto de talento masculino y femenino capacitado en TI es un beneficio para la industria, sino una buena oportunidad en el campo de trabajo.

    En su caso, para reducir la brecha de género, Softserve entabla acuerdos con universidades de México y el mundo, para otorgar becas y capacitar a mujeres y otros grupos vulnerables, en el tema de Tecnologías de la Información.

    Actualmente la compañía busca a 30 mujeres estudiantes de la UNAM para becarlas y capacitarse con un curso que se impartirá en un plantel de la casa de estudios en la Ciudad de México.

    “Las TI representan una tendencia importante para cambiar la situación en México, por lo cual, tener talento disponible y sin brecha de género se vería reflejado en una mejor calidad de vida, una mejor profesionalización, y un mejor balance vida y trabajo”, completó Mendoza.