Es una verdad mundialmente conocida que las mujeres destacan en el liderazgo. Los estudios, encuestas y estadísticas acumulan evidencia probatoria.
Para muestra basta revisar el informe de ONU Mujeres COVID-19 y liderazgo de las mujeres (2020), en el que las Jefas de Estado y de Gobierno, aunque son minoría, obtuvieron las mejores calificaciones en cuanto al control de la crisis sanitaria generada por el coronavirus: a las Jefas de Gobierno de Alemania, Dinamarca, Eslovaquia, Etiopía, Finlandia, Islandia y Nueva Zelandia se les reconoció la rapidez de respuesta, la transparencia y la comunicación compasiva de la información sobre salud pública.
Si observamos a la iniciativa privada, nos encontramos algo muy similar. Según la encuesta The business case for change (2019), de la Organización Internacional del Trabajo, en la que participaron empresas de todos los tamaños a escala global, la diversidad de género ayuda a una mayor rentabilidad y productividad: hay 60% más de probabilidades de tener mejores ganancias y casi 60% más de probabilidades de conseguir una mejor reputación, más facilidad para atraer y retener talento, así como una mayor creatividad e innovación. De hecho, también se ha demostrado que aumentar la participación de las mujeres en la fuerza laboral impulsa el producto interno bruto a nivel nacional.
Educación para el liderazgo
Otro buen augurio para el liderazgo femenino es la educación. Se sabe que los países con mujeres más educadas tienen niveles más bajos de violencia y mayores probabilidades de aspirar a gobiernos democráticos, al tiempo que la educación de las mujeres reduce la desigualdad económica y conduce a un desarrollo más sostenible.
Una parte importante de la historia de éxito de Latinoamérica en las últimas décadas tiene que ver con la educación de las mujeres. Latinometrics informa que en los últimos 50 años la proporción de latinoamericanas que van a la universidad se ha multiplicado 14 veces.
Más de 6 de cada 10 mujeres de la región van a la universidad, en comparación con menos de la mitad de los hombres. Millones de mujeres están cursando carreras universitarias en derecho, economía, STEM y más. Esta tendencia se inició desde 1993, el primer año en que ellas comenzaron a centrarse en la educación superior más que los hombres, y continúa en ascenso.
La educación puede mejorar las vidas de las mujeres, las de sus familias y sus comunidades. Por ello, hace falta que las empresas las visibilicen y les den las oportunidades profesionales que merecen para que puedan acceder a puestos de liderazgo acordes a sus capacidades y habilidades.
La mujer es la clave
Es necesario reconocer que, al interior de cada compañía, la presencia y participación de las mujeres es clave para el éxito y el crecimiento. Y viendo a futuro, las organizaciones que se preocupen por tener una cultura inclusiva de género serán más prósperas, más sostenibles y tendrán un mejor desempeño. Esto ayudará, además, a reducir la brecha de género, que de acuerdo con el Foro Económico Mundial, aún faltan 132 años para cerrarla.
En una empresa, las mujeres en puestos directivos pueden inspirar a otras mujeres, darles confianza, el reconocimiento que merecen por su trabajo e impulsarlas a dar más de sí mismas. Cuando las mujeres son líderes hay una mayor paridad en la fuerza laboral, es decir, se contrata a más mujeres. En concreto, el liderazgo femenino puede llevar a la empresa a un nuevo nivel.
Estrategias de una empresa diversa
Las empresas diversas, inclusivas y equitativas tienen ya una serie de estrategias para hacer honor a estos valores, desde la contratación hasta la retención de su personal:
– Valoran a todos sus colaboradores en la misma medida, independientemente de su raza, género, etnia, nacionalidad, edad, orientación sexual, creencias religiosas, capacidad física o forma de pensar. Esto les permite tener un personal diverso que aporta creatividad, innovación y productividad.
– Buscan vincularse con organizaciones que apoyen causas sociales e involucren a los trabajadores en ellas para que todos compartan una misma visión de apoyo y solidaridad, que va más allá de un empleo bien remunerado.
– Organizan foros, talleres, eventos para promover estos valores y enseñan a su personal a detectar y denunciar acoso, micromachismos y conductas que promuevan la discriminación y la violencia de género. Mientras mejor informados estemos, más podremos avanzar en reducir la brecha.
– Brindan sueldos equitativos y prestaciones a los empleados de un mismo cargo, sin diferenciar según su género. Es más, procuran que estas prestaciones estén enfocadas en las necesidades de cada uno, por ejemplo, los beneficios que requiere una mujer que acaba de ser madre. Y también brindan capacitación continua para todos, así pueden adquirir conocimientos y habilidades que les permitan escalar en su carrera profesional.
Una compañía que elige a directivas mujeres, refuerza su liderazgo corporativo, un liderazgo de impacto, activo y responsable.
Nota del editor: Gabriela Cabrera es VP de Marketing, Commercial Excellence y S&OP de Whirlpool LAR North y Sponsor de Women´s Network. Síguela en LinkedIn. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.
Todas aquellas personas embarazadas que laboren y cuenten con Seguro Social pueden acceder a nuevos beneficios. Ello luego de que fueran publicadas dos modificaciones a la Ley del Seguro Social en el Diario Oficial de la Federación (DOF), mismas que entraron en vigor el pasado 25 de marzo.
Se trata de la adición de un tercer párrafo al Artículo 101 y un Artículo 102 Bis de dicha ley, mismos en los que se aborda tanto el subsidio así como al periodo de incapacidad.
Según lo establecido previamente en el Artículo 101, la persona asegurada tiene derecho —durante el embarazo y el puerperio (es decir el periodo que va del parto a la primera menstruación)— a un subsidio en dinero que equivale al cien por ciento de su salario diario de cotización.
Dicho monto se recibe durante cuarenta y dos días previos al parto y dos días posteriores al mismo.
“En caso de que la fecha fijada por los médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no concuerde exactamente con la del parto, deberán cubrirse a la asegurada los subsidios correspondientes por cuarenta y dos días”, se lee en el segundo párrafo del artículo.
Cabe señalar que el 25 de marzo el Poder Legislativo sumó un párrafo más, mismo en el que se estableció que:
“El subsidio en dinero a que se refiere el presente artículo (…) se pagará mediante la emisión de un certificado único de incapacidad por ochenta y cuatro días, el cual deberá ser entregado en una sola exhibición, desde el inicio de la incapacidad”.
Ello sólo a solicitud expresa de la asegurada que se encuentre certificada de su estado de embarazo por el Instituto o bien con atención médica institucional o externa.
En caso de solicitarlo y se aprobado, las mujeres embarazadas que laboran y se encuentran afiliadas al Seguro Social pueden recibir un pago único de incapacidad por 84 semanas. (Foto: Cuartoscuro)
A la par, se añadió un artículo 102 Bis con el que se permite a las mujeres embarazadas transferir hasta cuatro de las seis semanas de descanso a las que tiene derecho previas al parto para utilizarlas después del mismo.
Para hacer uso de esa transferencia, se requiere una solicitud que deberá contar con la autorización escrita de un médico del IMSS (o bien de aquel especialista que lleve el control y vigilancia prenatal), asimismo se deberá tomar en cuenta la opinión del patrón y la naturaleza del trabajo que la mujer desempeñe.
Para solicitar la incapacidad por maternidad se requiere la interpretación del estudio de ultrasonido con una antigüedad no mayor a 5 semanas (sólo en caso de que el seguimiento del embarazo se esté llevando de manera externa) (Foto: archivo)
Cabe señalar que de acuerdo con la información emitida por el propio IMSS, para llevar un embarazo sano se requiere el cuidado de diferentes aspectos, como la alimentación, el descanso y el ejercicio.
En este sentido, los especialistas recomiendan que durante el embarazo las futuras madres caminen a diario por al menos 30 a 40 minutos, evitando siempre realizar actividades muy extenuantes.
Asimismo, se les exhorta a no cargar objetos pesados y a no permanecer mucho tiempo de pie. Bajo este contexto también se hace énfasis en los periodos de descanso de al menos tres veces al día y en periodos de entre 10 a 15 minutos.
Cómo solicitar incapacidad por maternidad
Hay dos formas por las cuales es posible solicitar la incapacidad por maternidad a través del IMSS, el primer caso se da cuando la persona atendió la evolución del mismo en un servicio médico externo.
En esta situación, la mujer podrá acudir con un médico familiar del IMSS asignado en cualquier día dentro de la semana 34 de gestación. Ahí el especialista la evaluará y emitirá el certificado.
El segundo caso se presenta cuando la evolución del embarazo se llevó a cabo desde el instituto, el médico familiar asignado desde la vigilancia prenatal será quien emita el documento respectivo.
En cualquiera de ambos casos se expedirá un certificado único de incapacidad que ampara tanto el periodo prenatal como postnatal que corresponde a 84 días.
Los documentos necesarios para este trámite son:
-Identificación oficial vigente con fotografía: INE, pasaporte, cédula profesional
-Documento oficial que muestre el Número de Seguridad Social
-Interpretación del estudio de ultrasonido con una antigüedad no mayor a 5 semanas (sólo en caso de que el seguimiento del embarazo se esté llevando de manera externa)
Cuarenta y cinco minutos antes de recorrer en su bicicleta plegable los 4,4 kilómetros que la separan de su oficina, Carolina Guevara se maquilla. Viste formal, como cada día, y carga una pequeña mochila con documentos y su computadora personal. Cada mañana, pedalea durante 30 minutos por una larga ciclorruta hasta llegar a su trabajo, en el centro de Bogotá. Lo hace a paso calmado ”contando flores”, dice, para no sudar más de la cuenta, y demora exactamente lo mismo que el bus de transporte público. Es en la noche cuando siente la diferencia: “Al salir del trabajo, si tomo un bus puedo demorarme una hora y media o incluso más. En cambio, en bici, hago los 30 minutos de siempre y llego a casa mucho más relajada”, cuenta Carolina, quien hace cinco años que utiliza la bicicleta para ir y volver del trabajo.
En sus viajes diarios, Carolina ve a cientos de mujeres y hombres surcar la ciclorruta, y se sorprende al conocer que en Latinoamérica apenas una cuarta parte de los viajes en bicicleta son realizados por mujeres. “Entiendo que hay un tema de percepción de inseguridad que puede ahuyentar a las mujeres de la bicicleta, pero en zonas donde existen ciclorrutas, creo que la cosa se vuelve mucho más pareja”, comenta.
Para Shila Alvarado, artista plástica de Lima, Perú, en cambio, manejar bicicleta en su ciudad es un deporte de alto riesgo, sobre todo para las mujeres. “Yo voy siempre a la defensiva, porque no solo es cuestión de cuidarte del tráfico y del resto de ciclistas, que muchas veces manejan irresponsablemente, sino también de los peatones, de los conductores y de las ciclovías, muchas de las cuales están en un estado lamentable”, explica. Según cuenta, a estas dificultades hay que sumar el machismo y el prejuicio.
“Veo a muchas chicas que van en la bicicleta con audífonos enormes, y cuando les pregunto, me dicen que es para no escuchar las cochinadas que les gritan”, refiere Shila, quien cree que este tipo de problemas desincentiva a que más mujeres se suban a una bicicleta. “Nos recortan la ciudad. Porque ya no solo tienes que preocuparte por los autos y los peatones, sino por qué ropa te vas a poner o qué te van a decir; entonces pasa que muchas prefieren no utilizar la bici. Es una mezcla de falta de educación, machismo y mil cosas más que hacen que una se sienta impotente”.
Mientras para Carolina, los trayectos hacia y desde su oficina en bicicleta suponen un importante ahorro de tiempo y dinero, y una opción más cómoda y segura de movilizarse por Bogotá, para Shila la determinación de transportarse en bicicleta es un riesgo que asume con algo de terquedad y resignación.
Carolina Guevara en Bogotá.DIEGO CUEVAS
Esta divergencia de opiniones puede tener que ver con las diferencias propias de cada ciudad y su política de movilidad. Por un lado, Bogotá es, de acuerdo al índice INRIX, la octava ciudad del mundo con mayor congestión vehicular y, al mismo tiempo, es considerada la capital de las bicicletas en América Latina, con más de 600 kilómetros de infraestructura exclusiva para bicicletas y un promedio de 880.000 viajes diarios en bicicleta. De acuerdo con el más reciente estudio en Bogotá realizado por la Secretaría de Movilidad en 2019, las mujeres realizan el 34% de los viajes diarios en bicicleta en la ciudad.
Por su parte, la capital de Perú cuenta con apenas 200 kilómetros de ciclorrutas, la mayoría de las cuales están fragmentadas y no llevan a ninguna parte. Además, la ciudad no cuenta con un sistema de transporte público masivo integrado y, según un estudio de la Fundación Thomson Reuters de 2019, Lima es la metrópoli más insegura para las mujeres en Latinoamérica, y la quinta en el mundo. Realidades diferentes que muestran cómo la cultura ciclista en la región es dispar y obedece a diversos factores sociales y urbanísticos.
Ciclorrutas para cerrar la brecha de género
Para Elizabeth Añaños, arquitecta y exviceministra de Vivienda y Urbanismo de Perú, las diferencias entre Bogotá y Lima en cuanto a la madurez de la cultura ciclista es evidente. “En Bogotá se hizo un sistema de movilidad integrado y se priorizó la periferia, donde la ciclorruta era el transporte principal. En Lima, en cambio, no existe un sistema de transporte masivo ordenado e integrado ni una infraestructura ciclista que conecte a la ciudad”, refiere Añaños.
Para la arquitecta, más allá de los esfuerzos de alcaldes y autoridades de las ciudades latinoamericanas, y de casos emblemáticos como el de Bogotá y Santiago de Chile, existen grandes dificultades estructurales que impiden que el uso de la bicicleta, impulsado desde hace una década por los gobiernos y acelerado por la pandemia, se consolide como una real opción de movilidad para gran parte de la población de la región.
“Para que pueda funcionar la bicicleta en una ciudad, tiene primero que funcionar todo el sistema de transporte. No se puede ver un solo tipo de movilidad en forma aislada, porque en los recorridos que hace por la ciudad, un ciudadano debería poder utilizar diferentes tipos de transporte”, explica Añaños, quien cree que en las ciudades de Latinoamérica existen temas que deben atenderse primero para poder masificar el uso de la bicicleta. “Estamos muy rezagados en la construcción de espacio público, que está completamente relacionado con la movilidad”, explica la exviceministra peruana, quien sospecha que las grandes brechas de uso de bicicleta entre hombres y mujeres tiene mucho que ver la infraestructura disponible y las políticas de planificación urbana.
Bicicletas dispuestas para alquiler en el parque El Virrey en Bogotá.DIEGO CUEVAS
“Los patrones de viaje de los hombres son pendulares, de la casa al trabajo, del trabajo a la casa. En cambio, los patrones de las mujeres son encadenados. De la casa a la tienda, de la tienda a llevar a los niños, de los niños al trabajo, y así. Más viajes, pero más cortos. Si tú te imaginas esos viajes mínimos en Lima en bicicleta, con un sistema de transporte peligroso, en donde tienes que llevar al hijo o donde tienes que llevar bultos, pues es muy probable que no elijas la opción de un sistema de movilidad como la bicicleta, porque tienes un sistema de infraestructura vial que no está completo y que no se adapta a tus desplazamientos”, explica Añaños.
El caso de Buenos Aires
Para Germán Bussi, exsecretario de planificación del transporte de la República Argentina, la poca participación de mujeres en la movilidad en bicicleta está asociada a la creación de infraestructura ciclista. “Cuando todavía no existe infraestructura adecuada o no se observa un gran desarrollo de la movilidad ciclista, el perfil de los usuarios de la bicicleta suele venir de la actividad más deportiva, y esto produce un sesgo hacia la población más joven y una mayor tendencia de varones. Sin embargo, en la medida que la bicicleta se va convirtiendo en un modo de movilidad urbano para actividades cotidianas, el perfil cambia y se van incorporando mujeres y personas mayores, que son más prudentes y tienen mayor aversión al riesgo”, refiere el experto en movilidad.
Bussi pone como ejemplo el proceso que vivió la ciudad de Buenos Aires. “En el año 2008 teníamos alrededor del 1% de los viajes urbanos en bicicleta, de los cuales apenas el 7% eran realizados por mujeres. Poco a poco, a medida que fue creciendo la cantidad de ciclistas, también se incrementó el porcentaje de mujeres, que llegó alrededor de un 22%. Eso quiere decir que, si bien en algo más de 10 años se triplicaron los ciclistas en la ciudad, en el caso de las mujeres esta cifra creció muchísimo más, de forma exponencial. En esa línea, también aumentó el promedio de edad de los ciclistas”.
Una ciclista circula sobre una avenida en Bogotá, el pasado 22 de septiembre.VANNESSA JIMENEZ
Sin embargo, Bussi explica que, aunque nuestras ciudades necesitan de inversión en infraestructura ciclista, esta debe ser funcional y adaptada a los usos de la población. “El cambio cultural empieza por cambios objetivos, materiales. Se necesita infraestructura adaptada y profesional para que por lo menos el 80% del desplazamiento de los usuarios en bicicleta sea sobre infraestructura protegida. Lamentablemente, en las ciudades latinoamericanas vemos mucha infraestructura ciclista construida por compromiso o por seguir una agenda, pero no necesariamente en una mirada que asuma el desafío de quitarle espacio al estacionamiento de vehículos para crear un nuevo espacio que sirva para la movilidad”, comenta Bussi.
Aunque queda claro que la región está lejos de ver a la bicicleta como un medio de movilidad masiva, también es cierto que existen avances importantes en la materia. De acuerdo con el estudio Cycling Across the World de 2022 de Ipsos, los países latinoamericanos registran cifras cercanas al promedio mundial de personas que utilizan la bicicleta como principal medio de transporte para distancias de aproximadamente 2 kilómetros (14%). El estudio destaca a Colombia como el líder de la región en este apartado, con un 16%. Le siguen Argentina y Perú (13%), Chile (12%), México (11%) y Brasil (10%).
Cifras que marcan un primer asomo de cómo la bicicleta podría llegar a ser una real opción de movilidad en la región. Mientras tanto, Carolina seguirá surcando Bogotá en su bicicleta plegable cada mañana, y Shila continuará tomando los recaudos necesarios para que la voraz Lima y su todavía incipiente cultura ciclista no terminen por engullirla.
La brecha salarial también se manifiesta en el trabajo doméstico remunerado, actividad en la que los hombres ganan 632 pesos más al mes en comparación con las mujeres, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Las cifras muestran que los hombres tienen un ingreso mensual promedio de 4 mil 399 pesos, mientras que las mujeres perciben 3 mil 767 pesos, señaló el instituto en el marco del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar que se conmemora el 30 de marzo desde 1988.
“Lo anterior se relaciona con que las ocupaciones en las que hay más participación de hombres que de mujeres —como la jardinería, vigilancia, choferes y cuidados de personas— tienen, en promedio, mayores ingresos mensuales”, dijo el INEGI.
Hasta el cuarto trimestre del año pasado, las personas de 15 años y más que estaban ocupadas en el trabajo doméstico remunerado ascendió a 2.5 millones, de los cuales 90.2 por ciento eran mujeres y 9.8 por ciento hombres.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, define a las personas ocupadas en el trabajo doméstico remunerado como aquellas que prestan su servicio en labores de aseo,asistencia y los relacionados al hogar de una persona o de una familia, a cambio de una remuneración económica.
De las mujeres que están ocupadas en este tipo de actividades, el 69.2 por ciento gana hasta un salario mínimo, que contrasta con el 43.5 por ciento de los hombres.
Con ingresos de más de uno hasta dos salarios mínimos está el 22.7 por ciento de mujeres, por debajo del 37.6 por ciento de los hombres.
Mientras que con ingresos superiores a dos salarios mínimos está el 2.2 por ciento de mujeres y 7.9 por ciento de hombres.
Los datos también revelan que el 97.5 por ciento de las y los trabajadores domésticos no tiene una relación laboral formalizadapor un contrato escrito y 2.5 por ciento sí tenía uno.
En cuanto a prestaciones laborales, el 72.6 por ciento de las y los ocupados indicó no tener acceso a alguna, de ese total, el 74 por ciento correspondió a mujeres y 59.6 por ciento a hombres.
Muchas de las herramientas o tecnologías que hoy en día se usan tienen un pasado femenino, por ello reconocer lo que se aporta en las distintas herramientas de la ingeniería, ciencia y las matemáticas ayuda a visibilizar la relevancia de cerrar la brecha de género en este tipo de disciplinas, pero también a reconocer la labor que ya se está realizando.
Una de las empresas que lleva tres ediciones haciendo este tipo de reconocimiento, a través de su programa Mujeres en la ciencia, es 3M, quienes reconocieron a ocho mexicanas y 17 mujeres latinas por ser parte de esta generación 2023.
El State of Science Index 2022 muestra que en los países latinoamericanos el 72% de las mujeres están abandonando las carreras STEM por no contar con suficiente apoyo, razón por la que este tipo de encuentros y diálogos apoyan a mantener vínculos para no salirse de este sector.
Los sectores que se reconocieron en el caso de México, van desde tecnología e innovación, hasta ingeniería y medicina. Por ejemplo Esmeralda Zúñiga, profesora investigadora en el programa de Ingeniería Biomédica de la UACJ, diseñó un prototipo de dispositivo médico que permite el análisis de fármacos personalizados.
Mientras que Erika del Carmen Sevilla, profesora investigadora de la UPAEP, es parte del proyecto AztechSat-1, el primer nanosatélite mexicano que es desplegado en la Estación Espacial Internacional, y que contó con la evaluación de la NASA.
“Una de las claves para mantenerse en este sector es el apoyo que familia y amigos han tenido a lo largo de mi carrera”, señaló Zúñiga, al ser cuestionada sobre la principal clave para dedicarse a una carrera STEM.
Otros de los perfiles que fueron reconocidos fue el de María Luisa del Prado, quien ha trabajado en el estudio de nanopartículas poliméricas para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, quemaduras y estimular la cicatrización. Así como
María Saavedra Ríos de la UASLP, quien desarrolló un alimento funcional en polvo mediante microencapsulación con propiedades antioxidantes y probióticas, que puede ser aprovechado para poblaciones de escasos recursos.
Rocío Aguirre, del CIQA, generó una alternativa a los plásticos sintéticos para la industria alimentaria que podría ayudar a la disminución de plásticos de un solo uso. Por su parte Carmen Sánchez Hernández empleó hongos para biodegradar aditivos de plásticos tóxicos y contaminantes.
La relevancia de este tipo de reconocimientos
A nivel mundial, la matrícula de estudiantes mujeres en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) es de tan solo 3%; en las áreas de ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, 5%; y en ingeniería, manufactura y construcción, solo el 8% de los estudiantes son mujeres, sin embargo las carreras STEM brindan los mejores salarios y tienen la menor brecha salarial, pero sólo 13.5% de quienes egresan son mujeres.
Roberto Saint Martín, director general de Robotix, indicó que “en los 16 años que tenemos de impulsar vocaciones en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, vemos un enorme avance en la inclusión de las niñas y las jóvenes; hoy en día logramos que más del 49% de nuestros estudiantes en más de 1,000 escuelas sean mujeres y nos sentimos muy emocionados de aportar así a la construcción de un país donde haya mayor equidad de oportunidades para todas y todos.”
Ana Laura Rendón, mejor conocida en TikTok por su cuenta Science with Ana, mencionó que “las niñas no pueden soñar con convertirse en algo que simplemente no conocen. Espero que mis redes sociales sirvan como una ventana para todas las niñas y jóvenes que me siguen y sueñan con convertirse en científicas, que sepan que empresas como 3M están dándole voz y reconocimiento a mujeres en el área STEM y al mismo tiempo invitan a las niñas a seguir soñando.”
La inteligencia artificial representa una nueva revolución industrial que toca prácticamente cada parte de nuestras vidas.
Esta tecnología también está empezando a usarse para dar a conocer el legado y contribución de mujeres destacadas en la ciencia.
Las mujeres están teniendo un papel fundamental en el desarrollo de la IA y es muy importante visibilizarlo.
Estamos viviendo una nueva revolución industrial que algunos llaman industria 5.0. En esta era, tecnologías como la inteligencia artificial (IA), el internet de las cosas (IoT) y la robótica trabajan más estrechamente con los humanos. Esto busca equilibrar la eficiencia productiva y la calidad de vida de los trabajadores.
La inteligencia artificial ha desarrollado sistemas que pueden conversar con humanos, crear código automáticamente o traducir texto en imágenes. Esto ha llevado a una mayor automatización de procesos, lo que ha generado preocupación en algunos profesionales, que temen perder sus trabajos. También en algunos centros educativos, que temen su uso poco ético por parte de los estudiantes.
A pesar de estos sanos debates es innegable que la tecnología tiene mucho potencial y tendrá un impacto significativo en nuestra sociedad. Debemos aprender a utilizarla para nuestro beneficio, al igual que hicimos cuando se popularizó internet hace algunas décadas.
¿En qué campos se pueden aplicar estas tecnologías y cuál es su límite?
El potencial de la inteligencia artificial no tiene límite. Gracias al aprendizaje profundo, puede aprender a través de la experiencia y la práctica, alcanzando cotas inimaginables. Esto ya está ocurriendo en el diseño de videojuegos, donde las IA pueden crear nuevas experiencias de juego en nuevos mundos virtuales con personajes diferentes.
Estos nuevos desarrollos son especialmente útiles en sectores empresariales y están revolucionando el mundo entero, incluyendo la recuperación histórica y cultural, ya que se pueden reinterpretar y actualizar fotografías y retratos de personajes históricos, acercando su legado a las nuevas generaciones de una forma atractiva y novedosa.
Imagen reinterpretada en el proyecto ‘Mujeres de vanguard-IA’ de Mary Jackson y Valentina Tereshkova, referentes en la exploración espacial. Paula Lamo / Mujeres de vanguard-IA
Las nuevas generaciones tienen diferentes hábitos de vida y formas de relacionarse en comparación con las anteriores, como el uso de redes sociales y la preferencia por contenido visual atractivo y rápido. Esto hace que puedan no sentirse interesadas o reflejadas por fotografías o retratos antiguos de personajes relevantes en sus disciplinas.
Sin embargo, hay herramientas como Midjourney bot que pueden ayudar a reinterpretar y actualizar el legado de estos referentes de forma fresca y moderna, lo que puede fomentar vocaciones. Un ejemplo de ello es el proyecto “Mujeres de vanguard-IA” en el Museo Virtual de UNIR, donde se presentan imágenes de mujeres destacadas en ciencia y tecnología para dar a conocer su legado y contribución.
Retrato de Marie Curie junto a su imagen reinterpretada en el proyecto Mujeres de vanguard-IA. Paula Lamo / Mujeres de vanguard-IA
En un mundo global y digital, las empresas buscan formar equipos con personas de distintas disciplinas para plantear soluciones completas de forma eficiente y creativa. Esto significa que se buscan personas con diferentes perspectivas y habilidades para que, trabajando juntas, puedan resolver retos complejos y cambiantes de forma flexible. Por ello, es importante fomentar las vocaciones para que tanto hombres como mujeres puedan desarrollarse en los ámbitos que les interesen y contribuir desde su propia perspectiva en estos equipos multidisciplinares.
La importancia de reconocer los legados de las mujeres
En este contexto, reconocer el legado de mujeres tecnólogas y científicas es clave para reflexionar sobre su papel en la historia industrial de nuestra sociedad. Aunque en menor número que sus compañeros hombres, ellas han contribuido al desarrollo científico y tecnológico que disfrutamos hoy. Si ese legado no ha llegado a nuestros días es debido al efecto Matilda.
Este fenómeno desacredita las contribuciones de las mujeres en este ámbito y ha hecho que su legado no sea conocido en su justa medida. Por lo que es importante fomentar las vocaciones CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) entre las mujeres, no solo para el avance y la innovación, sino también por razones de justicia social.
¿Por qué mirar hacia el pasado cuando también podemos mirar hacia el presente? Además de rescatar las historias de mujeres pioneras en la ciencia y tecnología, es importante destacar el papel fundamental que las mujeres están teniendo actualmente en estos campos y mostrar su ejemplo. Reconocer a las mujeres que están liderando compañías importantes y haciendo contribuciones relevantes puede inspirar a otros a seguir sus pasos hacia un futuro más inclusivo y equitativo para todos.
*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.
Son mujeres que se encontraron en el camino de la lucha por recuperar a sus hijos de la sustracción ilegal por parte de sus ex parejas. Pelean contra la violencia vicaria y toda clase de agresiones físicas y psicológicas, además de la falta de apoyo de autoridades para resolver sus casos.
Se trata de Tania Fabiola Sánchez, quien tiene 7 años 4 meses sin ver a su hijo, se lo llevaron cuando tenía 3 años 8 meses; Jazmín Pérez, tiene 1 año 8 meses sin ver a su hijo, el cual se lo arrebataron a los 6 años; Arlenne Hernández, tiene dos años 1 mes sin ver a su hijo, el cual se llevaron cuando tenía 9 años 11 meses; Alejandra Torres, tiene 680 días sin ver a sus dos hijos de 10 y 14 años de edad y Vianney Vargas, quien tiene cinco años sin ver a su hija.
¿Cuál es la principal traba que ha atorado sus casos?
Tania Sánchez: El influyentismo que hay, la falta de empatía de las autoridades, que el padre de mi hijo usa todos los recursos legales e ilegales para alargar el proceso.
Jazmín Pérez: La mía es el dinero, el poder, sueltan dinero a jueces, a los licenciados, compran para tener más tiempo.
Arlenne Hernández: En mi caso hace amparos para alargar el proceso, pudiendo arreglar la situación inmediata, para él obtener una pensión más alta que ya que él le daba a mi hija.
Alejandra Torres: En mi caso es el poder económico de mi ex pareja, tiene más solvencia y además lo apoya su familia directa, que es su mamá y hermana, le dan dinero para que se retrase.
Vianney Vargas: Mi caso es una venganza porque rehice mi vida y denunció falsamente a la persona que ya no es mi pareja actual y se ha hecho de muchas denuncias falsas para poder alejar a mi hija.
Comentaron lo difícil que es llevar su vida al día, para no deprimirse, han formado grupos de apoyo, pero ¿cómo le hacen para no dejarse caer?
TS: Para no deprimirme me refugio en mi familia, y cuando mi hijo cumple años o en Navidad, día del niño, le hago como un set de cumpleaños y en eso saco toda mi ansiedad y estrés por no ver a mi hijo, lo festejo aunque no esté.
JP: Yo trabajo, tengo que hacer actividad, hacer algo para estar bien, de lo contrario no puedo estar sola porque me deprimo y me voy muy feo para abajo.
AH: Yo ya estaba casada, me volví a casar y tengo otra hija y trabajo, pero es difícil porque aunque tengas una vida bonita, que las cosas fluyan y que todo esté bien en tu trabajo, con mi actual esposo y mi hija, esto cuesta mucho trabajo tratar de aceptar las cosas buenas que la vida te está ofreciendo porque uno siente que no lo merece, porque falta una personita más.
AT: En mi día a día, yo soy estilista, trato de hacer terapias, voy a la psicóloga, me gusta bailar y mis hijos lo saben, voy a clases de salsa, de cumbia; estamos en una colectiva a nivel nacional donde nos apoyamos las mujeres con lo mismo y tratamos de ayudar a más personas a que no se sientan solas, a lo mejor no les vamos a resolver su caso pero sí nos apoyamos en lo emocional y gracias a eso no nos volvemos locas; yo ya tengo 4 días con ansiedad, pero soy fuerte porque me apoyan mujeres que tienen el mismo dolor que yo.
VV: La mejor manera en que enfrento esto es pensando en que esto no está pasando y que mi hija está como en un tipo de limbo donde no está sufriendo, donde es feliz, donde no padece esta situación tan complicada, también hago terapia y enfocarme en mi otra hija.
¿Qué mensaje le das a tu hijo?
TS: A mi hijo Carlitos, que es la persona que más amo en este mundo, que jamás voy a dejar de luchar por él y porque se respeten sus derechos, que siempre lo espero con los brazos abiertos y con todo el corazón.
JP: Yo a mi hijo Kevincito él sabe que lo amo y en todo este proceso estoy aprendiendo a ser más fuerte, yo no sabía que soy así de fuerte; hijo, te amo, en algún momento se va a acabar esta pesadilla y todo volverá a ser como antes, regresarás a ser ese niño feliz, alegre que eras antes.
AH: Yo le digo a mi hijo que mamá siempre lo va a esperar, que las mentiras siempre salen a la luz y que yo nunca le he dicho ninguna mentira. Que él ya está creciendo, es un adolescente y se va a dar cuenta que todas las cosas que mamá hizo fueron con amor.
AT: A mi Mayito y a mi Etan, a mis hijos hermosos, les quiero decir que son lo más hermoso que la vida me ha dado, son los amores de mi vida, jamás me daré por vencida, ustedes son mi motivación para seguir luchando y por los hijos de otras mujeres para que esto no vuelva a pasar.
VV: Yo a mi Alisson Fernanda le digo que ella es el motivo de que todas las mañanas me despierte y de seguir luchando por esta situación tan complicada, sé que en un futuro va a crecer y le voy a mostrar todo lo que hice por ella
Karen Vergara Sánchez es periodista, Magíster en estudios de género y cultura, y actualmente es vicepresidenta de Amaranta, organización de la sociedad civil dedicada a investigar, formar, capacitar, asesorar y producir conocimiento en temáticas de género, tecnología, diversidades y derechos humanos.
A finales del 2020, ONU Mujeres junto a Amaranta y Datos Protegidos realizaron un estudio conjunto que refleja cómo afecta la violencia digital a niñas, niños y jóvenes y cómo esta afecta mayormente al género femenino.
Karen releva la importancia de motivar a las mujeres para que se apropien de su propia tecnología y no delegarla a terceros, la necesidad de legislar proyectos que garanticen un mundo digital libre de violencia y por qué las niñas y jóvenes deben estar al centro de la toma de decisiones en miras de construir un futuro digital igualitario e inclusivo.
Cuéntanos acerca de Amaranta, ¿cómo surge y qué las motivó a crearla?
Amaranta es una ONG que surge en la ciudad de Concepción, Chile, a principios del 2018. Es un espacio feminista, conformado por mujeres provenientes de distintas áreas de las Ciencias Sociales, Humanidades y del activismo. Nace de una inquietud que tenían muchas de sus integrantes por crear un espacio que nos permitiera investigar, accionar y trabajar en herramientas de prevención de violencia de género. Amaranta tiene una mirada permanente y crítica hacia las temáticas de Género, Tecnología, Diversidades y Derechos Humanos.
Antes de la creación de Amaranta junto a mi socia, Cecilia Ananías, ya llevábamos desde el 2010 trabajando en distintos proyectos que involucraban internet y nuevas tecnologías, incluso nuestra tesis de pregrado fue este tema; después empezamos a estudiarlo de forma académica y nuestra idea era poder tener las cifras que no existían en Chile para poder visibilizar la violencia de género en línea.
¿Por qué es importante visibilizar la violencia de género en línea?
Nosotras nos habíamos dado cuenta, tanto al vivir esa violencia como al investigarla, que en Chile se ha hablado muy poco del tema y las cifras estaban muy invisibilizadas. Solo se hablaba de ciberbullying o ciberacoso, pero eso no permitía ver el detalle de los tipos de ataque que más se recibían las mujeres.
No es lo mismo decir violencia de género en línea que ciberbullying porque este último concepto despolitiza todo el tema. Entonces, nuestra misión era poder tener las cifras, que además es algo que siempre nos pedían.
Sumado a esto, era importante que las personas pudieran identificar si habían sido víctimas de esta violencia. Para ello tratamos de castellanizar todos los términos a fin de tratar de superar las brechas del lenguaje, porque la mayoría de los contenidos siempre estaban en inglés. También buscamos superar algunos estereotipos, como por ejemplo, cuando en los medios de comunicación se habla de este tipo de violencia, aparece un hacker con pasamontañas, en definitiva alguien desconocido, pero nosotras, a lo largo de la investigación, nos fuimos dando cuenta de que esta violencia cuando es más fuerte y es más personal porque generalmente está ejercida por personas que conocemos; entonces el primer paso fue tratar de darle esa connotación intima para que en el fondo tuviéramos más mecanismos de defensa y de contención también.
Foto: Cortesía de Karen Vergara
¿Qué acciones lidera Amaranta para prevenir y erradicar la violencia de género?
Partimos con un proyecto que se llamaba Aurora, el cual nos permitió sacar el primer informe sobre violencia de género en línea, específicamente hacia mujeres cis y trans. Fue un estudio donde nos interesaba conocer la experiencia de mujeres en entornos cotidianos. Ahí descubrimos que más del 73% de las mujeres había sufrido violencia desde algo muy común como el control de los dispositivos. Por ejemplo, a algunas, sus parejas les controlaban el celular, la ubicación, hasta acciones como que alguien se hiciera una cuenta en redes sociales con su foto o que divulgaran contenido íntimo.
Este proyecto también nos permitió brindar talleres de prevención sobre esta violencia; trabajamos para agrupaciones con scouts, agrupaciones religiosas, universidades, colegios, y hasta empresas, porque cuando pasó la pandemia, muchas de las cosas que nosotras veníamos denunciando comenzaron a ocurrir más frecuentemente. Con este contexto y el contexto de virtualidad, pudimos desarrollar talleres desde Concepción para todo Chile.
Después de esto, a finales del 2021, iniciamos el proyecto “Lo digital es real” y desde ahí lo que hemos hecho es incidencia para la creación de legislación que aborde la violencia digital, con un proyecto que todavía está en la comisión de seguridad de la Cámara de Diputados. También hemos desarrollado campañas comunicacionales, con insumos que no transmiten miedo porque siempre este tipo de campañas hablan de una persona indefensa frente a este espacio digital, y lo que nosotras buscamos es motivar a las personas para que se apropien del espacio digital, fortalecer las comunidades para que sepan escuchar cuando alguien vive violencia de este tipo, aunque no conozcas mucho de tecnología.
¿Porque las mujeres y niñas deben participar de manera activa en espacios digitales?
Si más mujeres y niñas entran en la tecnología de diversa forma, ya sea creándola, investigándola o accionándola, podemos cambiar reglas que hasta el momento han sido muy machistas o masculinizadas. Por ejemplo, hay hombres blancos en Silicon Valley decidiendo qué aplicaciones o redes sociales vamos a usar y cuál va a ser el uso que le vamos a dar a internet; por eso nosotras, con este trabajo colaborativo que hemos venido desarrollando, trabajamos en esta reapropiación de las tecnologías por parte de mujeres, niñas, disidencias y diversidad, porque creemos que podemos cambiar estas reglas tan arbitrarias.
Algo que comúnmente vemos en nuestros talleres es que cuando las mujeres ingresan a la tecnología o al mundo digital, como ocurrió durante la pandemia, que de un momento para otro tuvieron que teletrabajar, algunas mujeres estaban muy acostumbradas a delegarle su tecnología a otra persona, a un servicio técnico, a una pareja o a un amigo con esta idea preconcebida y este estereotipo que tenemos tan arraigado de que las mujeres en tecnología no tenemos todas las herramientas o habilidades. Por eso es tan importante que las mujeres se apropien de su propia tecnología, irla conociendo paso a paso, se familiaricen con sus dispositivos, pierdan este miedo abrumador que muchas veces se tiene cuando estamos frente a la tecnología.
Y esto también permite que muchas más niñas estén interesadas en programar, crear sus propias plataformas, en las que ellas puedan crear un mundo distinto para poder interactuar con sus amistades.
¿Qué opinas de la brecha digital en Chile?
En Chile, a pesar de que es uno de los países más conectados de América Latina, existe igual una brecha muy grande, en especial la brecha de genero digital. Por ejemplo, los hombres pueden utilizar la tecnología mucho más para el ocio, tienen tiempo para eso; sin embargo, las mujeres usualmente usan o aplicaciones o plataformas que les permiten estar en contacto con su familia o con los cuidados. Esto se acrecienta cuando te das cuenta de que Chile es un país geográficamente difícil con muchos lugares que no tienen acceso completo a la tecnología o al internet, entonces hay varias dimensiones que se conjugan ahí.
Lo principal, más a allá de la forma que podemos concretar esta conexión local, es identificar las formas en que las comunidades pueden irse reapropiando de esta tecnología. Probablemente en una comunidad lejana, pertenecer a una red social no es una necesidad, pero si lo es contar con una comunicación mucho más rápida o que no dependa del clima, por ejemplo. Yo creo que es primordial pensar en las generaciones que vienen, cómo van a poder ir incorporando eso en sus comunidades. Esa idea va también muy de la mano con que existan más niñas y más mujeres en ciencia para que sean comunidades mucho más democráticas, mucho más igualitarias.
¿Qué deberían saber las personas sobre derechos digitales?
Lo principal es entender que también son derechos humanos, en el sentido de que la gente piensa que se tiene que preocupar de unos derechos nuevos y decidir si los quiere o no, debería ser parte de nuestra extensión como personas. Como Amaranta hemos tratado de trabajar junto a otras colectivas precisamente en abordar este conocimiento desde la sociedad civil para que la ciudadanía sepa como incorporar estos derechos digitales en su vida cotidiana y cómo exigirlos.
En la actualidad, la policía, el ministerio público y las fiscalías no tienen todas las herramientas para trazar este tipo de violencias o vulneraciones que se viven a través de lo digital, porque en el fondo no tienen manera de registrarlas y también porque hay una falta de voluntad al respecto.
Nosotras hemos acompañado muchas veces a mujeres a denunciar, pero la falta de legislación y formación son una barrera a la cual nos debemos enfrentar; muchas veces la policía manda a las mujeres de vuelta a la casa, desestiman los relatos o las hacen sentir inseguras. Ahí, claro, me imagino una sociedad civil, y una ciudadanía y también las autoridades familiarizadas con lo que son los derechos sociales y también lo que significa la violencia social en estos espacios.
¿Por qué es importante que la juventud participe en espacios de toma de decisiones en torno al mundo digital?
Hemos trabajado tanto en colegios rurales como en establecimientos mucho más grandes, situados en urbe. Nos hemos dado cuenta de que cada comunidad tiene sus estrategias para abordar la violencia digital. Por ejemplo, más allá de censurar o de ejercer esos controles parentales, que tanto se promueven y que son muy estrictos o agresivos , tenemos mucho que aprender de los nativos digitales, en este caso de las juventudes y de las generaciones que vienen, porque también tienen estrategias para abordar estas violencias y podemos crear un trabajo conjunto, pero por sobre todo escucharles sin ejercer un rol censurador.
A veces las personas adultas, por el desconocimiento de la tecnología o por no querer involucrarse, sentían la tecnología como algo lejano y creo que las juventudes pueden ayudar mucho a que ese transito sea mucho más amable. En este caso me imagino también a las juventudes tomando mejores decisiones que nosotros y nosotras y creando nuevos espacios para confluir libres de violencia digital.
¿Como te imaginas un futuro digital basado en la igualdad?
Me imagino un futuro basado en la igualdad donde las mujeres puedan reapropiarse de la tecnología. Me imagino otra forma de reunirnos, de comunicarnos en estos espacios, que sean espacios más amorosos, más diversos e inclusivos.
Siento que cuando las mujeres y niñas se apropian de la tecnología ocurren cambios fundamentales en su entorno. Cuando mujeres y niñas se involucran en carreras STEM ocurren cambios significativos en los que se incorpora una nueva visión, una nueva forma de hacer las cosas, que permite crear una tecnología mucho más consciente.
Me imagino plataformas más inclusivas, más seguras y sobre todo me imagino un futuro donde las mujeres no tengan que delegar su tecnología a otras personas; me lo imagino con servicios técnicos feministas; me encanta poder crear centros donde mujeres te puedan acompañar si tu teléfono o computadora falla, sin miedo a que te roben las fotos o que alguien te espíe.
¿Qué consejo le darías a otras mujeres que, como tú, están promoviendo los derechos digitales de las mujeres y niñas en Latinoamérica?
Creo que lo primero es compartir las experiencias, esto es fundamental para poder cambiar de estrategias que aborden las diferentes aristas de un problema. Siento que cuando hablamos de ciberseguridad con otras colectivas podemos encontrar otros puntos que quizá nosotras no habíamos considerado, herramientas que se han utilizado en otro lado, y que quizá puedan funcionar aquí.
Y, por otro lado, el autocuidado en todo momento. Usualmente, cuando somos activistas que abordan temas relacionados con violencia, hay un desgaste propio porque tenemos que escuchar todos los días manifestaciones de esta violencia; muchas veces sentir esta frustración por no poder hacer nada más o por cargar con una gran cantidad de denuncias o relatos y saber que no hay nadie más que las pueda abordar. Creo que ahí el trabajo de cuidado y de autocuidado colectivo en comunidad es fundamental porque o si no terminamos con activistas cansadas, agotadas, sin tiempo para ellas mismas y es algo que hemos estado trabajando en Amaranta y el acompañarnos entre nosotras mismas en ese tránsito hacia el autocuidado, porque a veces es momento de parar, respirar para después seguir.
A pesar de que las mujeres representan el 41% de la fuerza laboral, apenas una de cada tres pequeñas y medianas empresas son manejadas por mujeres, mientras que el 82% de las mujeres económicamente activas trabajan en la informalidad, una diferencia de 18 puntos con respecto a quienes sí trabajan en la formalidad, informaron Esperanza Ortega, líder nacional de La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) y Verónica Barrera de Magallanes, Presidenta de la Comisión de Mujeres y Voluntariado de Canacintra-Querétaro.
Al respecto, Ortega consideró que se debe luchar por la igualdad y además, pidió compromiso para reducir la brecha salarial y garantizar igualdad de oportunidad y relaciones de respeto, esto para construir una sociedad igualitaria también en el sector empresarial e industrial.
“Gracias a la lucha de muchas mujeres hoy gozamos de muchos derechos y, por eso hoy estoy aquí como presidenta de Canacintra. La participación de la mujer en la fuerza laboral ocupa el 40% de la población económicamente activa, sin embargo, la brecha salarial aún continúa. No sólo se trata de conmemorar sino de hacer evidente la participación de las mujeres”, sostuvo.
Verónica Barrera de Magallanes alertó que la brecha de género en Latinoamérica tardará tres décadas para que se igualen las condiciones entre hombres y mujeres, agregando que esto se debe a que apenas una de cada tres empresas es manejada por mujeres (dueñas).
“Estamos a 60 años de romper la brecha de género en América Latina. Estos foros de acompañamiento son los que nos ayudarán a seguir creando. Tenemos que cambiar el hecho de que una de cada tres pymes son manejadas por mujeres”, sostuvo.
Finalmente, Barrera agregó que estos foros ayudan a que se discutan estas dificultades que viven las mujeres, quienes a penas trabajan en 18% en la formalidad. Asimismo, recordó que el apoyo entre mujeres aumenta la posibilidad de que las empresas sobrevivan.
“18% del total de mujeres trabajando en la formalidad y que el 82% trabajen en la informalidad. Está demostrando que el apoyo entre mujeres aumenta las posibilidades de supervivencia empresarial”, subrayó.
A este evento acudieron como invitadas también Marisol Kuri, titular del Instituto Queretano de las Mujeres; Esaú Magallanes, presidente de Canacintra Querétaro; y Felifer Macías, diputado federal por Querétaro.
Debido a que la inseguridad y la violencia de género son dos factores que “ponen freno a la economía mexicana”, el Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias (CCME) urgió a los gobiernos, empresarios y organismos de la sociedad civil en todo el país, a generar políticas públicas y establecer condiciones de “piso parejo” para impulsar el desarrollo económico femenino.
“La violencia de género impacta directamente en la economía de nuestro país en tres sentidos; el primero es el costo de la atención médica. La violencia de género puede y tiene un impacto significativo en la salud física y mental de las mujeres y en México, esto llega a representar más del 1.6% del PIB”, comentó la presidenta nacional del CCME, Sofía Pérez Gasque Muslera.
Añadió que la violencia de género también repercute en la pérdida de ingresos toda vez que perjudica la capacidad de las mujeres para trabajar y generar ingresos.
Según estadísticas del Instituto Nacional de las Mujeres, 43.9% de las mexicanas que trabajan, han sufrido violencia laboral y 21.5% ha padecido violencia económica.
“El tercer punto de incidencia económica de la violencia de género es la disminución de la participación económica. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la participación laboral de las mujeres es del 43%, mientras que la del hombre es del 73%, y la violencia de género puede y es uno de los factores que contribuye a esta brecha”, sostuvo la presidenta nacional del CCME.
“Las mujeres no contribuyen a la participación económica cuando se sienten violentadas e inseguras”, puntualizó.
Pérez Gasque Muslera citó una proyección del Banco Mundial del año 2018 -antes de la pandemia de Covid-19, que señalaba que si hubiera una reducción de la violencia y la inseguridad de comercios y transportes, México podría subir hasta 7% su PIB para el año 2030.
Foro nacional
Para sumarse, desde su ámbito, a las estrategias de combate a la inseguridad y erradicación de la violencia de género en el país, y construir una agenda común con los distintos órdenes de gobierno, las mujeres empresarias afiliadas al CCME llevarán a cabo en Jalisco el Primer Foro Nacional de Seguridad con Perspectiva de Género el próximo 30 de marzo en el Centro de la Amistad Internacional de Guadalajara.
A este encuentro asistirán el titular de la Coordinación Nacional Antisecuestros, Marco Antonio Vargas; la titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, Fabiola Alanís Sámano; el director de Estadísticas de Gobierno, Seguridad Pública y Justicia del Inegi, Óscar Jaimes Bello; la secretaria Ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública de Colima, Aída Palmera Caldera; y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de México, Rodrigo Sigfrid Martínez.
Destaca, asimismo, la participación de la Comisión Nacional de Alerta de Género que estará representada por Jacqueline García quien, además, es presidenta de la Comisión de Seguridad del Consejo de Cámaras y Asociaciones del Estado de México (Concaem), así como los presidentes de consejos ciudadanos de seguridad de 10 estados de la República y los fiscales de 15 entidades del país.
El Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias representa a 554 organismos empresariales en 20 estados de la República e incide en más de 4.7 millones de mujeres.