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  • ‘Ruido’, un retrato de las miles de mujeres desaparecidas y asesinadas en México

    ‘Ruido’, un retrato de las miles de mujeres desaparecidas y asesinadas en México

    “México feminicida”, “Si tocan a una, respondemos” o “Dejen de matarnos”. Son los lemas que decoran la entrada de una de las sedes de la Fiscalía General de Justicia del país norteamericano, a la que acude Julia a reconocer un cuerpo. Al menos, para eso la han llamado. Julia Velázquez, el personaje interpretado por Julieta Egurrola (la madre de la directora de la película, Natalia Beristáin), lleva nueve meses buscando a su hija Ger, desaparecida tras un viaje con sus amigas. La historia de Ruido es la de muchas otras mujeres que siguen buscando a sus desaparecidos en México tras años de odiseas burocráticas, amenazas e inacción de las administraciones.

    Los miles de mujeres que “aprendieron a buscar” por sí mismas a sus familiares desaparecidos en México

    El periplo de Julia está inspirado en las historias de miles de personas que buscan por sí mismas a sus desaparecidos en México ante la inacción de las instituciones. Al inicio de la película, su personaje acude a una asociación de mujeres que “aprendieron a buscar” a sus familiares, como ellas comentan, organizando batidas a lo largo de todo el país en las zonas donde creen que pueden encontrar alguna pista.

    La idea de la directora, que roza el documental con esta película, fue introducir “los rostros y las voces de aquellas mujeres que viven esto fuera de la ficción”, como explica en una entrevista con el Instituto Mexicano de Cinematografía.

    De hecho, en la película aparecen mujeres que integran en la realidad colectivos de búsqueda de personas desaparecidas como la asociación Voz y Dignidad por los Nuestros, que invitan al personaje de Julia a las batidas que organizan siguiendo el rastro de alguna pista o analizando hasta el último recoveco de un zulo para encontrar restos de algún desaparecido. En la cinta también aparecen la activista trans Kenya Cuevas, la fundadora del primer albergue para mujeres trans en México, o la poeta Jimena González, como explica la directora en el Instituto Mexicano de Cinematografía.

    La asociación Voz y Dignidad por los Nuestros lleva años perfeccionando estos dispositivos de rastreo de forma incansable: “Nueve años, dos semanas de búsqueda al mes. Quisiéramos que el mes tuviera más semanas”, cuenta en una de las escenas Edith Pérez, una de sus miembros.

    Otros colectivos como Movimiento por nuestros desaparecidos en México llevan años organizando este tipo de búsquedas. En 2016 “surgieron las primeras dos brigadas nacionales, impulsadas por colectivos de familiares en las que lograron localizar cuerpos y restos de personas, además de fosas clandestinas”, como explican en su web.

    Más de 22.000 mujeres desaparecidas en México desde que hay registros

    El objetivo de estas asociaciones es dar respuesta a la necesidad de las familias de desaparecidos de encontrar alguna esperanza, construyendo comunidad y tejiendo una red de apoyo para ofrecerles recursos y herramientas en momentos complicados.

    En ese sentido, la realidad del país es cada año más dura para estas familias, ya que el número de desaparecidos en México ha ido en aumento en los últimos años. En mayo de 2022, la cifra superó los 100.000 y “el 24,7% de los casos corresponde a niñas y mujeres”, según el último Diagnóstico de mujeres desaparecidas del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, que analiza casos de feminicidios, trata y desapariciones de niñas y mujeres en el país, “entendiendo que los tres fenómenos son parte de la máxima expresión de violencia contra las mujeres”.

    “Haciendo el trabajo de otros”: cuerpos sin identificar, corrupción y odiseas burocráticas

    La película también retrata los fallos del sistema a la hora de acompañar a las familias que buscan a sus desaparecidos. En una de las escenas, Julia acude a una comisaría en busca de pistas del paradero de Ger y se encuentra con la pasividad de los agentes de policía, que solo le ofrecen documentos e informes desactualizados.

    Sin embargo, consigue que la policía la lleve hasta un camión en el que almacenan decenas de cuerpos sin identificar para ver si alguno pertenece a su hija y hacer “el trabajo de otros”, gracias a que Julia soborna a una de las agentes. En otra de las escenas se ve en qué condiciones de insalubridad están (cubiertos con mantas con los brazos colgando).

    En ese sentido, la organización Movimiento por nuestros desaparecidos lleva tiempo denunciando las deficiencias a la hora de contabilizar a los fallecidos sin identificar y conservar los cuerpos. En un informe de 2021, la asociación elevó la cifra a 52.000, la mayoría inhumados en “fosas comunes de cementerios públicos” con “registros deficientes y alta probabilidad de extravío de cuerpos”.

    Todo enmarcado en una “crisis forense” por el “personal insuficiente, bajos sueldos y contratos temporales” con bastantes carencias “de sistemas de supervisión y control de calidad”, además de unas “bases de datos subutilizadas”, como apunta el documento.

    Otras referencias a hechos reales: el homenaje a Marisela Escobedo y la oleada de protestas contra los feminicidios

    Otro de los personajes que aparecen en la película es el de Abril Escobedo, una periodista que acompaña a Julia en su búsqueda para documentar su historia. Abril, como explicó en la presentación del filme la actriz que le da vida, Teresa Ruiz, se inspira en Marisela Escobedo, “una madre que se convirtió en activista social para reclamar justicia en el caso de su hija Rubí”, asesinada en 2008, todo un símbolo de la lucha contra los feminicidios.

    Además, en la última parte de la película, la directora retrata la oleada de protestas contra los asesinatos de mujeres, un problema estructural en el país, que inundaron de morado en los últimos años las calles de México y gran parte de América Latina. Solo en 2022, el Gobierno de México registró 947 feminicidios en todo el país.

  • Una mujer indígena “valiente” que sueña con un espacio digno para trabajar y sobrevivir

    Una mujer indígena “valiente” que sueña con un espacio digno para trabajar y sobrevivir

    En la vereda Villanueva, en el departamento colombiano de Nariño, frontera con Ecuador, hay una mujer de apariencia “menuda”, baja estatura, piel morena y mirada delicada. Todos le dicen Anita y dedica sus días a enaltecer el papel de la mujer indígena en la sociedad.

    Quién mejor que una mujer como ella para hacerlo. Ana Lucía Yamá nació hace 37 años en el resguardo indígena Tatag y creció, como todas las demás niñas de su comunidad, bajo un modelo de educación patriarcal, en el que las mujeres solo se dedican a las labores del hogar y la familia.

    Esto no es culpa de los hombres. Ellos también han recibido siempre la misma educación. Por siglos nuestro sistema de crianza ha sido patriarcal y la mujer ha sido relegada. No hay empoderamiento femenino y se nos limita a actividades de la casa”, dice Ana Lucía

    Sin embargo, desde muy pequeña Anita supo que había algo diferente en ella.

    “Yo sentía que podía hacer más, (sabía) que quedarme únicamente en el hogar no era una opción. Fui siempre muy soñadora y quería ayudar a salir adelante a las mujeres de mi comunidad”, recuerda.

    Ana Lucía Yama lleva años trabajando en defensa de las mujeres indígenas de su comunidad en Colombia. A través del programa Valientes, ayuda a otras mujeres en situación de vulnerabilidad.
    UNHCR/Colombia

    Estudiar para liderar

    Impulsada por las ideas liberales de su abuela, Ana Lucía decidió estudiar y prepararse para algún día guiar a otras integrantes de su comunidad hacia un modelo más igualitario de sociedad.

    Ahora es una lideresa destacada en Villanueva. Todas y todos en su comunidad la reconocen como la indígena que tiende puentes y construye lazos solidarios con aquellas mujeres víctimas de delitos como discriminación, maltrato o abuso.

    Por años los saberes de nuestras mayoras fueron menospreciados. No se reconocía su trabajo y su sabiduría. Pero yo me propuse a que eso cambiara y que ellas tuvieran un rol mucho más activo dentro y fuera de la comunidad”, explica Ana Lucía.

    Día y noche, Ana concentra su esfuerzo en darles una mano a las mujeres no solo de cabildo, sino de su región en general. Ha visibilizado sus historias a través de programas de radio y televisión comunitaria, liderado talleres para capacitarlas en artes, dictado charlas sobre sus derechos y deberes, y cuanta cosa se le ocurre para destacar el poder femenino.

    Mi vocación de vida es presentarles esas vías alternas que buscan las mujeres en el ámbito psicológico, jurídico, y humanitario”, afirma Ana Lucía Yamá.
    UNHCR/Colombia
    Mi vocación de vida es presentarles esas vías alternas que buscan las mujeres en el ámbito psicológico, jurídico, y humanitario”, afirma Ana Lucía Yamá.

    Una “valiente”

    Porque una cosa tiene clara: “Mi vocación de vida es presentarles esas vías alternas que buscan las mujeres en el ámbito psicológico, jurídico, y humanitario”.

    Fue justamente su entrega y convicción por el empoderamiento femenino lo que la llevó a hacer parte del Programa Valientes’ de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y ONU Mujeres.

    Su objetivo, el de Ana y el de las agencias de la ONU, es sensibilizar a la población sobre la situación que enfrentan cientos de mujeres colombianas y venezolanas, que tienen que salir de sus comunidades y hoy enfrentan una dura realidad como refugiadas y migrantes.

    “Mujeres colombianas y venezolanas nos unimos para transformar las realidades de nuestras comunidades. Si nos unimos y nos apoyamos podemos sacar adelante más fácilmente lo económico y lo social”, dice Ana.

    La campaña se da en las calles, portando camisetas que les recuerda que son ‘Valientes’ y hablando con otras mujeres y también con hombres, sobre la importancia de reconocer el papel femenino en todos los ámbitos de la sociedad.

    “Al principio, a los hombres de mi comunidad no les gustaba mucho. Sentían raro que una mujer decidiera hablar de temas que para muchos son prohibidos. Tenía temor a ser rechazada, pero con el tiempo todo ha ido mejorando y tanto hombres como mujeres son más receptivos a hablar. Definitivamente ayudar a sanar y ser un puente para mis mayoras es un regalo divino”, señala.

    Paradójicamente, aunque en su día a día está rodeada siempre de mujeres, en casa Ana Lucía solo comparte su día a día solo con hombres; es madre de tres jovencitos, uno de 18 y un par de gemelos de 13.

    “Yo sueño con que algún día todas las mujeres, y en especial nosotras las indígenas, tengamos un espacio digno para trabajar y sobrevivir. Mi propósito de vida es ver mujeres empoderadas y con una sonrisa en su corazón”, concluye.

    Programa Valientes

    El programa Valientes entrega información útil a las mujeres en 12 ciudades del país, para que conozcan los centros de atención a los que pueden acudir, en caso de ser víctimas de violencia.

    La iniciativa nació como resultado de la llegada de centenares de mujeres venezolanas al país, lo que ha representado desafíos específicos para ellas. Muchas han sufrido manifestaciones de xenofobia, estigmatización, violencias y explotación.

    Valientes busca que comprendan que, sin importar su situación migratoria, tienen derecho a la atención, la protección y la orientación.

    Reportaje producido por Paola Rojas Camacho

  • Fomentan con cursos reinserción de mujeres excarceladas

    Fomentan con cursos reinserción de mujeres excarceladas

    Rocío Carrasco y Hermelinda Martínez recuperaron su libertad hace dos años, tras egresar del penal de Santa Martha Acatitla. Ahora, buscan reinsertarse socialmente al tomar un curso de maquillaje.

    Desde ayer, forman parte de la primera generación del taller que es impartido por el Instituto de Reinserción Social de la CDMX y Karina Cavazos, dueña de la marca de maquillaje.

    «Ya empezamos con las clases, aunque esta es la primera vez que voy a tener un maquillaje de este tipo para poder empezar mi negocio», destacó Rocío, de 40 años.

    En el 2016, la mujer fue acusada por ser cómplice de violación sexual, acto por el cual se declaró inocente y cinco años después pudo recobrar su libertad.

    «La ex pareja de mi hermano me acusó de ese delito, yo no tenía nada que ver y ella decidió que yo era cómplice de un delito del que nunca supe, hasta que me acusaron. Me costó cinco años comprobar mi inocencia», detalló.

    Además, estos cursos representan una oportunidad para retomar las actividades laborales, como es el caso de Hermelinda Martínez, de 66 años, quien estuvo recluida por 13 por el delito de homicidio.

    «No sé cómo acabé en una situación así, mi esposo me había dejado un negocio de combis, tenía un chofer que tuve que despedir por cosas laborales y de hostigamiento», explicó.

    «Después, su familia me acusó de su asesinato, porque lo encontraron en la calle. No pude comprobar mi inocencia, porque no había cámaras en donde lo encontraron y me costó 13 años comprobar que yo no fui».

    Tras haber recibido la capacitación, planea ofrecer sus servicios a amigas que ha conocido en un grupo de la tercera edad al que asiste y a sus vecinas.

    «Lo que estamos buscando es generar cursos de maquillajes profesionales a las mujeres liberadas del sistema penitenciario (…) que puedan generar un nuevo proyecto de vida después de recuperar su libertad», explicó Arturo Morell, director del Instituto de Reinserción Social.

  • ¿Quién es Luz Jiménez y por qué Google dedica su doodle hoy 28 de enero?

    ¿Quién es Luz Jiménez y por qué Google dedica su doodle hoy 28 de enero?

    Este 28 de enero se conmemoran 126 años del natalicio de Julia Jiménez González, mejor conocida como Luz Jiménez y como en cada fecha importante en nuestro país, Google dedica su doodle a grandes personalidades con el objetivo de conocer y reconocer su historia.

    ¿Quién es Luz Jiménez y por qué el doodle de Google le rinde homenaje?

    Luz Jiménez también fue conocida ‘como la mujer más pintada de México’ ya que fue retratada por reconocidos artistas mexicanos a inicios del siglo XX, como Diego Rivera Fernando Leal, David Alfaro Siqueiros, entre muchos otros.

    Luz nació el 28 de enero de 1987 en el seno de una familia nahua de Milpa Alta bajo el nombre de Julia Jiménez González. Fungió como educadora para algunos artistas enseñándoles su lengua natal mientras la retrataban, además de ser escritora y traductora de algunas obras importantes.

    Google dedica su doodle en este día en el marco de su natalicio, además de mostrar la importancia de la representación indígena a lo largo de la historia de nuestro país.

    ¿Cómo es el doodle dedicado a Luz Jiménez y qué detalles se encuentran?

    Google muestra una reseña de la vida de la artista mexicana en donde da a conocer parte de su historia en su cumpleaños número 126.

    ¿Cuáles son las obras de arte más reconocidas, inspiradas en Luz Jiménez?

    Las obras más reconocidas de Luz Jiménez son ‘De Porfirio Díaz a Zapata: Memoria náhuatl de Milpa Alta’ y ‘Los Cuentos en Náhuatl de Doña Luz Jiménez’. Además es recordada en varias esculturas y murales de la Ciudad de México, como La Creación, la Fuente de los Cántaros y Cortés y la Malinche.

    ¿En qué países tiene alcance el Doodle de Luz Jiménez?

    Este Doodle de Luz Jiménez tiene un alcance en toda la República Mexicana.

  • Editatona: Así es como un grupo de mujeres busca reducir la brecha de género en Wikipedia

    Editatona: Así es como un grupo de mujeres busca reducir la brecha de género en Wikipedia

    Hasta hace unos días, la biografía de Ángeles Cruz, una actriz, guionista y directora de cine mexicana, no era parte del amplio repositorio de Wikipedia. Quizá su destacada trayectoria no hubiera sido publicada hasta mucho después de no haber sido por las alumnas de la Editatona, una iniciativa de Wikimedia México enfocada en reducir la brecha de género presente en internet.

    La Editatona es una versión feminista de los editatones, los maratones de edición temáticos que congregan a un grupo de personas para editar o crear artículos en Wikipedia. Ahí las participantes aprenden a editar la plataforma, se familiarizan con sus reglas y conocen los ejes básicos de la redacción con perspectiva de género.

    “Consiste en un espacio, en una actividad de todo un día en la que damos un taller sobre edición básica de Wikipedia en español y trabajamos en una lista que previamente fue curada con la institución, organización o asociación con la que estemos colaborando”, comenta la directora ejecutiva de Wikimedia México, Carmen Alcázar, en entrevista para EL FINANCIERO.

    “Generalmente estas listas se componen de biografías de mujeres, pero también pueden incorporarse asociaciones, movimientos históricos, episodios emblemáticos o temáticas relacionadas a las mujeres por ejemplo la interrupción legal del embarazo, la menstruación, etcétera”.

    Desde la primera edición en 2015 hasta la fecha, se han editado más de 600 artículos, entre nuevos y existentes, sobre mujeres, lo que ha llevado a un incremento de este tipo de contenidos en la enciclopedia digital. En febrero de 2020, las biografías de mujeres representaron el 20 por ciento del total de biografías escritas en español, ocho por ciento más que las registradas en 2014.

    Aunque el avance es loable, Alcázar reconoce que sigue siendo más difícil para las mujeres participar en la creación de artículos en Wikipedia debido a cuestiones como la falta de tiempo libre. De acuerdo con la encuesta del uso del tiempo (ENUT) 2019 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), las mujeres dedican 39.7 horas en promedio por semana a labores del hogar, mientras que los hombres solo ocupan 15.2 horas.

    Esta diferencia de ocupaciones entre hombres y mujeres se refleja en la estadística de colaboradores de Wikipedia. Un estudio de la Fundación Wikimedia elaborado en 2012, reveló que, de cada 10 wikipedistas en el mundo, solo una es mujer.

    “Empezamos a analizar los factores, por qué las mujeres no regresaban a los eventos [editatones] o por qué no participaban tan activamente, y pues llegamos a la conclusión de que necesitábamos un espacio más seguro, amoroso, paciente y comprensivo para aprender entre todas”, cuenta Alcázar sobre el inicio de las Editatonas.

    El proyecto que surgió en Ciudad de México de la mano de integrantes de SocialTIC y Luchadoras ya se ha extendido a 13 estados de la República y se ha replicado en 11 países de América Latina. Hasta la fecha se han realizado más de 60 ediciones dentro y fuera del territorio.

    ¿Cuándo será la próxima Editatona?

    Este sábado 28 de enero las integrantes de Wikimedia México realizarán una Editatona en colaboración con el Instituto de la Mujer de Mexicali para publicar artículos sobre mujeres destacadas de Baja California. Para colaborar es necesario haber asistido a la reunión virtual del pasado 21 de enero.

    Si no te presentaste en la reunión o no vives en Baja California, no te preocupes, habrá más actividades a lo largo del año. En febrero, organizarán una serie de talleres enfocados en artistas guatemaltecas y en marzo trabajarán en más ediciones de Editatona en Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León, además de colaborar con Memórica para redactar biografías de mujeres activistas, entre otras cosas.

    Para saber más sobre el proyecto y las fechas de las próximas Editatonas puedes consultar sus cuentas de Twitter e Instagram.

  • Nace en Oaxaca un laboratorio para visibilizar a las mujeres en el arte

    Nace en Oaxaca un laboratorio para visibilizar a las mujeres en el arte

    Pese a que el trabajo de las artistas plásticas oaxaqueñas se conoce un poco más, aún permanecen en este sector prácticas de invisibilización, machismo y acoso contra las mujeres que muestran interés en desarrollar sus habilidades plásticas, expresa Alejandra Canseco, creadora de Alalimón Laboratorio de Arte.

    “Oaxaca es muy machista y creo que muchas prefieren no ser frontales, pero sí me parece que la lucha de las mujeres y el trabajo que se ha dado desde los feminismos en Oaxaca hoy está dando resultado, es visible en el trabajo creativo de chicas jóvenes, pues abordan de manera directa la condición de las mujeres y la necesidad de plantearse otros modos de ser”.

    Sentada en una mesa al aire libre, frente a su taller de Libres #800 en la ciudad de Oaxaca, explica que en este espacio se trata de enfocar el trabajo de las mujeres y de “equilibrar la balanza”, pues los lugares en donde se aprende y se exhibe arte siguen siendo “asimétricos”.

    whatsapp_image_2023-01-27_at_08.24.21.jpegConvaleciente tras enfermar de Covid-19, pese al cual sigue trabajando, detalla que el laboratorio funciona para abrazar los proyectos de mujeres y rehacer sinergias con ellas, que sirva para que algunas de ellas den talleres o sea una ventana para la visibilidad de su obra.

    “Algo pasa en el trayecto de producción a la exhibición y la venta que muchas mujeres se quedan en el camino. Para varias, es complicado y muchos de los espacios de gráfica en Oaxaca están dirigidos por hombres y la mayoría de los que están ahí son chicos”.

    Canseco recuerda las dificultades y violencias que ha vivido a lo largo de 10 años, desde que estudiaba la instructoría en Artes Plásticas y posteriormente la licenciatura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).

    En ese tejido, trabajando entre maestros reconocidos de las artes gráficas en el estado, afirma que le fue posible entender cómo funciona el “pacto patriarcal”, pues atravesó situaciones de acoso, que no se le reconociera su trabajo en proyectos en los que participó o, incluso, recibir o escuchar comentarios sexistas de profesores hacia ella y otras mujeres.

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    “Yo me molestaba mucho y no entendía por qué mis compañeras se reían, que hicieran esta complicidad, yo me enojaba y confrontaba. En ese tiempo quizá mis compañeras no eran conscientes de eso, era raro que se lo cuestionaran”.

    El mantener el dedo sobre el renglón en su trabajo como artista plástica le develó la necesidad de tener un espacio físico, algo parecido al libro de Virginia Woolf, Una habitación propia, y abrirlo al público, en un sentido de profesionalizar su trabajo.

    Fue así como nació el laboratorio en el que ahora ofrece talleres de grabado, expone su obra personal y de otras mujeres, además de vender cuadros, playeras y objetos diversos intervenidos con alguna obra.

    “A lo largo de mi camino me he dado cuenta que hacen falta muchos espacios para mujeres, sigue predominando mucho el machismo, la estructura patriarcal, esta idea de los maestros, la idea de las mujeres como secretarias, como musas y solamente se puede contrarrestar esa parte con el trabajo”.

    Además, alterna su labor en el laboratorio con talleres que ofrece a defensoras de derechos humanos, quienes canalizan el desgaste de su labor mediante el ejercicio de la gráfica, como una forma de sanación.

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    Con su mandil de trabajo manchado de tinta y pintura, y las manos entrelazadas sobre la mesa de madera en la que da sus talleres, Alejandra habla de la importancia de la educación artística en las niñas, pues afirma que es fundamental para el desarrollo de su creatividad, autoconocimiento, canalizar sus inquietudes y aptitudes.

    “Es muy difícil acercar el arte a las mujeres en Oaxaca, pero pienso que son herramientas que te pueden dar la posibilidad de caminar hacia otros lugares, sobre todo si desde más pequeñas empiezan a acceder a talleres de grabado, de pintura, de mural, eso les ayuda a canalizar mucha energía, porque hay mucha violencia que no pueden expresar en casa o en la escuela. El acceso a las artes y/o procesos estéticos debería ser un derecho humano”.

  • Año 2022, más violento para mujeres en la historia reciente

    Año 2022, más violento para mujeres en la historia reciente

    Ni las crecientes expresiones de protesta de mujeres contra la violencia de género ni los esfuerzos de gobiernos federales y locales han sido suficiente para frenar la incidencia delictiva contra las mujeres en México.

    Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revelan que 2022 es el año más violento desde 2015, año en que se comenzó a contabilizar el número de víctimas.

    Antes de 2022, fue 2019 el año de mayor violencia contra la mujer, con 111 mil 553 víctimas de delitos.

    Entre enero y diciembre pasado las autoridades contabilizaron 122 mil 11 mujeres que fueron víctimas de algún delito. Se trata de una cifra 12.5 por ciento mayor a la registrada en 2021, cuando hubo 108 mil 411 víctimas.

    Según las cifras oficiales, se trata de un promedio de 334 víctimas por día, 14 víctimas por hora o una víctima cada cuatro minutos.

    Por metodología, el SESNSP no incluye la totalidad de tipos penales para el caso de víctimas del delito. Por ello, el número de mujeres víctimas del delito es mayor.

    Así, por ejemplo, la cifra no incluye los casos de mujeres víctimas de robo, en sus diversas modalidades. Dicho ilícito es el de mayor incidencia a nivel nacional, ya que concentra 30 por ciento del total de delitos en el país.

    De los 14 tipos penales que contempla el SESNSP, en 10 hubo incremento en 2022 con relación a 2021. El más moderado fue el homicidio doloso, con 2.1 por ciento, y el más virulento, la violencia de género, que se incrementó 32 por ciento.

    En tanto, la trata de personas se incrementó 24.8 por ciento; lesiones culposas, 23.4 por ciento; la corrupción de menores, con alza de 23.4 por ciento; homicidio culposo, que se elevó 18.5 por ciento, y la extorsión, 12.1 por ciento.

    Finalmente, la violación subió 9 por ciento, mientras que las lesiones dolosas se incrementaron 7.9 por ciento y la violencia familiar tuvo un repunte de 6.6 por ciento.

    Los delitos que registraron una baja en su incidencia fueron el tráfico de menores (33.3 por ciento), rapto (26.7 por ciento), secuestro (17.7 por ciento) y feminicidio (4.8 por ciento).

    Al analizar las cifras por delitos totales contra la mujer, por estado, se muestra que 24 entidades tuvieron alza. Destaca Campeche, gobernado por Layda Sansores, que tuvo, en 2022, alza de 421.1 por ciento, en relación con 2021.

    Nayarit registró 92.5 por ciento de incremento, seguido de Baja California, con 28.1 por ciento; Aguascalientes, 25.2 por ciento; Guerrero, 18.8 por ciento; Sinaloa, 17.9 por ciento, y el Estado de México, con 16.9 por ciento.

  • ¿Qué delitos impusieron récord de violencia contra las mujeres en 2022?

    ¿Qué delitos impusieron récord de violencia contra las mujeres en 2022?

    El año pasado se ubicó como uno de los más violentos para las mujeres en México, con seis delitos de alto impacto que alcanzaron niveles récord de incidencia delictiva.

    Las víctimas mujeres de lesiones dolosas, de corrupción de menores, extorsión y los casos de violencia familiar, violación y violencia de género en todas sus modalidades distinta a la violencia familiar registraron máximos históricos, que perfilan el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, como el más inseguro para las mujeres en la historia reciente.

    Según el último reporte sobre violencia contra las mujeres, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESSNP), al menos 67 mil 315 mujeres fueron víctimas de lesiones dolosas, la cifra más alta desde 2015 que se tiene registro.

    Agreden a 184 mujeres al día en 2022

    Lo anterior significa que en promedio 184 mujeres fueron agredidas diariamente en el país durante 2022, principalmente en Campeche, Guanajuato, Michoacán, Estado México y Baja California Sur, entidades con más víctimas por cada 100 mil habitantes.

    Aunque los asesinatos de mujeres no impusieron récord de víctimas el año pasado, las víctimas mujeres de homicidio culposo sí, con un total de 3 mil 892, lo que para algunos expertos en seguridad significa una manipulación de las cifras reportadas al Sistema Nacional de Seguridad Pública por las fiscalías o procuradurías estatales, con base en las carpetas de investigación abiertas.

    También las víctimas mujeres de corrupción de menores alcanzaron cifra histórica de mil 910, con la incidencia de víctimas por cada 100 mil habitantes concentrada en Quintana Roo, Guanajuato, Baja California, Baja California Sur y Campeche, según el informe anual.

    En tanto, las víctimas mujeres de extorsión sumaron 3 mil 765 el año pasado, en números absolutos, superando las 3 mil 359 de 2021, que mantenía el récord de víctimas de este delito de alto impacto, con incidencia en Zacatecas, Baja California Sur, Estado de México, Colima y Nuevo León, en tasa por cada 100 mil habitantes.

    La violencia familiar cerró con un máximo histórico de 270 mil 546 carpetas de investigación, con Colima, Ciudad de México, Nuevo León, Coahuila y Baja California a la cabeza en casos por cada 100 mil habitantes.

    El año pasado se registraron 23 mil 102 denuncias por el delito de violación en el país, principalmente en Quintana Roo, Chihuahua, Baja California Sur, Campeche e Hidalgo.

    En 2022, las fiscalías o procuradurías estatales abrieron al menos 63 carpetas de investigación diariamente por el delito de violación.

    La violencia de género en todas sus modalidades distinta a la violencia familiar alcanzó un récord de 5 mil 525 carpetas de investigación, la mayoría abiertas por fiscalías o procuradurías de Querétaro, Veracruz, Estado de México y Guerrero, de acuerdo las estadísticas del reporte sobre violencia contra mujeres publicado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

  • MC Millaray, la rapera adolescente mapuche que pide derechos indígenas con su música

    MC Millaray, la rapera adolescente mapuche que pide derechos indígenas con su música

    Justo antes de subir al escenario, la rapera, una adolescente indígena, tenía los ojos cerrados, respiró hondo y se tranquilizó.

    Su padre se acercó para sacar una lentejuela del párpado de su hija, pero ella, de 16 años, se encogió de hombros avergonzada. Entonces, Millaray Jara Collio, o MC Millaray, como se hace llamar la joven rapera, se volteó e irrumpió en el escenario con un rap vibrante sobre la presencia del ejército chileno en el territorio de los mapuches, el grupo indígena más numeroso del país.

    La actuación apasionada de MC Millaray sucedió durante un acto de campaña en Santiago, la capital de Chile, hace unos meses, y justo una semana antes de que el país votara sobre la adopción una nueva Constitución. De aprobarse, la carta magna habría garantizado algunos de los derechos de mayor alcance para los pueblos indígenas en todo el mundo.

    Aunque era demasiado joven para votar en el referéndum, MC Millaray fue una de los cientos de artistas que hicieron campaña a favor de la nueva ley fundamental.

    “Soy dos personas en una”, dijo tras su actuación. “A veces me siento como una niña pequeña; juego, me divierto, me río. Pero en el escenario todo lo que digo, lo digo rapeando. Me libera. Cuando tengo un micrófono en la mano, soy otra persona”.

    La nueva Constitución —que habría facultado a los más de dos millones de indígenas de Chile, el 80 por ciento de los cuales son mapuches, para gobernar sus propios territorios, tener más autonomía judicial y ser reconocidos como naciones autónomas dentro de Chile— fue rechazada de forma contundente en septiembre.

    Pero tras esa derrota, MC Millaray, una estrella en ascenso con más de 25.000 seguidores en Instagram, está más decidida que nunca a transmitir cinco siglos de lucha mapuche contra los colonizadores europeos.

    “Aquí no acaba el proceso”, dijo desafiante tras la votación. “Aquí empieza algo nuevo que podemos construir juntos”.

    MC Millaray actuando con su padre, Alexis Jara, durante un mitin político en agosto en apoyo de una nueva Constitución.
    MC Millaray saluda a una mujer mapuche tras su actuación en el mitin.
    Entre el español y el mapudungun, la lengua indígena que hablaba con su bisabuela materna, MC Millaray articula esa historia con una furia lírica trepidante.

    Sus canciones denuncian las injusticias medioambientales, anhelan la protección de la inocencia infantil y honran a los mapuches caídos. Por encima de todo, pide la devolución de las tierras ancestrales mapuches, conocidas como Wallmapu, que se extienden desde la costa del Pacífico chileno y sobre los Andes hasta la costa atlántica argentina.

    Su canción “Mi ser mapuche”, que salió el año pasado, combina trompetas con el “afafán”, un grito de guerra mapuche. Canta:

    Más de 500 años sin parar de luchar; hay tierras recuperadas pero son nuestras, nuestro hogar; seguimos resistiendo, no nos van a derrotar.

    Desde la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI, la tierra que una vez controlaron los mapuches se ha visto sustancialmente mermada a lo largo de siglos de invasiones, traslados forzosos y compras. La pérdida de tierras ancestrales se aceleró en el siglo XIX, cuando Chile atrajo a emigrantes europeos para que se establecieran en el sur, prometiéndoles tierras que, según afirmaba, estaban desocupadas, pero que a menudo estaban pobladas por mapuches.

    Para algunos, es la mayor deuda pendiente de Chile. Para otros, es un impasse de siglos sin solución clara.

    “Para mí, sería un sueño recuperar el territorio”, dijo MC Millaray. “Quiero dar mi vida al weichán”, dijo, refiriéndose a la lucha por recuperar el Wallmapu y los valores tradicionales mapuches. “Quiero defender lo que es nuestro”.

    Millaray, que significa “flor de oro” en mapudungun, creció con su hermano y su hermana menores en La Pincoya, un barrio marginal de la periferia al norte de Santiago, donde las paredes están salpicadas de grafitis vibrantes y el hip-hop y el reguetón resuenan en las casas que se extienden por las laderas.

    La representación de una danza tradicional mapuche, el “purrún”, en un mitin político en agosto
    Portando una bandera con la estrella mapuche en Santiago.
    La zona tiene una fuerte tradición rapera. En la década de 1980 se formaron en el cercano poblado de Renca las Panteras Negras, uno de los primeros grupos de hip-hop de Chile, y Andi Millanao, más conocido como Portavoz, una de las estrellas del hip-hop más conocidas de Chile, escribió por primera vez su incendiario rap político en la vecina Conchalí.

    Millaray dice que cuando era niña lo que más esperaba era viajar todos los veranos al sur, a la comunidad de Carilao, en el municipio de Perquenco, para visitar a su bisabuela materna, y pasar las tardes nadando en un río cercano o recogiendo bayas de maqui en un tarro.

    “Cuando llego al Wallmapu, me llena de libertad y paz”, dice. “Aprendía acerca de lo que soy y represento, lo que corre por mis venas”, añadió, refiriéndose al tiempo que pasaba con su bisabuela. “Me di cuenta de lo poco que conocía a mi lucha”.

    En su casa en su barrio de Santiago, era la música lo que más captaba su atención, y acudía a los talleres de hip-hop que sus padres —dos raperos que se conocieron en un concierto en La Pincoya— organizaban para los niños del barrio. “Crecí en una familia rapera” , dijo Millaray. “Ellos fueron mi inspiración”.

    Una tarde, cuando tenía 5 años, su padre, Alexis Jara, quien ahora tiene 40, estaba ensayando para un evento, y su hija, a su lado en la cama, cantaba con él. Cuando actuó esa noche, Jara vio a su hija llorando entre el público, sintiéndose excluida.

    La subió al escenario y, lloriqueando y con los ojos hinchados, “Y se transformó —¡pah, pah!— empezó a rapear con tanta fuerza que me robó el protagonismo”, recuerda su padre. Cuando se le pasaron las lágrimas, la niña de 5 años se dirigió al público: “Represento a La Pincoya, ¡quiero ver manos en el aire!”.

    “Desde entonces nunca pudimos bajarla del escenario”, dijo su padre. “Ahora está todo al revés: ¡Yo le pido a mi hija que cantemos juntos!”.

    A la espera de los resultados del referéndum constitucional de septiembre. La nueva Constitución fue rechazada por el 62 por ciento de los votantes.

    Una protesta en Santiago tras conocerse los resultados.

    A los 7 años, Millaray ya había escrito y grabado su primer disco, Pequeña femenina, que grababa en CD para venderlos en los autobuses públicos mientras cantaba en los buses con su padre.

    Cuando ganaban suficiente dinero, los dos bajaban por la escalera trasera del autobús y se lo llevaban para jugar con máquinas de videojuegos o comprar dulces.

    Siguen actuando juntos: Jara, un enérgico torbellino de trenzas y ropa holgada, su hija, más tranquila y precisa con sus palabras. “Tic Tac”, la primera canción que escribieron juntos, sigue en su repertorio.

    Fue cuando aún estaba en primaria cuando recibió la sacudida que reforzaría su decisión de retomar la lucha de sus antepasados en su música, y en su vida.

    En noviembre de 2018, su profesora de historia le dijo a la clase que Camilo Catrillanca —un mapuche desarmado que murió ese mes por disparos de la policía en la comunidad de Temucuicui, en el sur del país— había merecido su destino.

    “No podía quedarme callada”, recuerda. “Me paré, llena de rabia, y dije: ‘No, nadie merece morir y menos por defender a su territorio’. En aquel momento defendí mis convicciones, y me cambió”.

    A finales de 2021 y en la primera parte de 2022, el conflicto en los territorios mapuches, donde el estado de excepción ha sido renovado periódicamente por gobiernos tanto de derecha como de izquierda, se encontraba en uno de sus periodos más tensos en décadas.

    Además de las sentadas pacíficas de activistas mapuches en terrenos de propiedad privada y en edificios del gobierno regional, se produjeron decenas de casos de incendios provocados, cuya autoría fue reivindicada por grupos de resistencia mapuches, así como ataques contra empresas forestales.

    En 2022 se registraron al menos siete muertes en la zona del conflicto, entre cuyas víctimas estaban activistas mapuches, un hombre que se dirigía a una ocupación de tierras y trabajadores forestales.

    En marzo, cuando la ministra del Interior de Chile visitó la comunidad de la que era oriundo Catrillanca, fue recibida con un crepitar de disparos y rápidamente sacada de allí en una furgoneta.

    Cuando no actúa, MC Millaray es Millaray Jara Collio.
    MC Millaray, vestida con el traje tradicional mapuche, habla con su madre, Claudia Collio, antes de subir al escenario en un mitin político.

    En las protestas a veces violentas contra la desigualdad económica que estallaron en todo Chile en octubre de 2019 —desencadenadas por un aumento de 30 pesos chilenos (4 centavos de dólar) en las tarifas del metro—, los símbolos y lemas mapuches eran omnipresentes.

    En la plaza principal de Santiago, los manifestantes fueron recibidos por un chemamüll, una estatua de madera tradicionalmente tallada por los mapuches para representar a los muertos. En las protestas, Millaray rapeaba o paseaba entre los manifestantes con su bandera azul pintada a mano con el Wünelfe, una estrella de ocho puntas sagrada en la iconografía mapuche.

    “Ahora somos más visibles que en cualquier momento de mi vida”, dijo Daniela Millaleo, de 37 años, una cantautora de Santiago a la que MC Millaray cuenta entre sus mayores inspiraciones. “Antes eran los mapuche que marchaban por nuestros derechos, pero ahora tanta gente siente nuestro dolor”.

    Tras su agotadora agenda de actuaciones en actos de campaña a favor del fallido esfuerzo constitucional —así como un viaje a Nueva York para cantar en Times Square como parte de la Semana del Clima de la ciudad de Nueva York— MC Millaray se centra ahora en grabar nuevo material.

    “Quiero llegar a un público más amplio, pero quiero que cada rima tenga un mensaje; no quiero hacer música solo por hacer música”, dijo. “No importa el estilo, siempre me pregunto qué más puedo decir”.

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    “Quiero llegar a un público más amplio, pero quiero que cada rima tenga un mensaje; no quiero hacer música solo por hacer música”, dijo MC Millaray.
  • ¿Cómo afecta el sesgo de género al analizar y otorgar un ascenso en las empresas?

    ¿Cómo afecta el sesgo de género al analizar y otorgar un ascenso en las empresas?

    El potencial para desempeñar un cargo directivo no es el mismo en hombres y mujeres, en ellos es mayor, aunque sus calificaciones sean menores. Al parecer, eso piensan las personas que deciden a quién darle un puesto y lo ha comprobado Kelly Shue, investigadora en la Escuela de Administración de la Universidad de Yale.

    “Mostramos que las evaluaciones subjetivas ampliamente utilizadas del ‘potencial’ de los empleados contribuyen” a atrapar a las mujeres en los puestos de base o cargos medios, donde el salario es menor, explica Shue en el reporte Potencial y la brecha de promoción de género.

    Para la investigación, en la que también participaron Alan Benson, de la Universidad de Minnesota, y Danielle Li, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), utilizaron datos de 29,809 trabajadores y trabajadoras de gestión “de una gran cadena minorista” de Estados Unidos.

    El resultado fue que en el nivel inicial, el 56% de la plantilla la conforman mujeres y a partir de ahí se van desvaneciendo. En las gerencias de departamento son el 48%; en las gerencias de tienda, el 35%; y en las gerencias de distrito, 14 por ciento.

    Cuando las mujeres se presentan para un cargo superior “reciben calificaciones de potencial sustancialmente más bajas a pesar de recibir calificaciones de desempeño laboral más altas”, señala el estudio.

    Una investigación del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) destaca que en las empresas listadas en las bolsas de valores en el país, las mujeres ocupan el 21% de las direcciones de áreas jurídicas, 10% de las direcciones de finanzas y 4% en la dirección general.

    Según el informe Women In Business 2022, de la auditoría Grant Thornton “el porcentaje de

    mujeres en puestos directivos en México disminuyó dos puntos con respecto al año pasado y se sitúa en 33%”.

    El camino que no va al ascenso
    Una guía para elegir a quién ascender a un puesto de mayor responsabilidad es usar información sobre el desempeño laboral anterior de un trabajador o una trabajadora. Sin embargo, el pasado “es un predictor imperfecto” porque las personas podemos cambiar “y porque los roles de nivel superior pueden requerir un conjunto de habilidades diferentes”, se destaca en la investigación académica.

    Entonces, lo que muchos empleadores le piden a quienes ocupan las gerencias es que infieran el potencial del personal, explican las investigadoras. Pero es donde entra un mayor grado de subjetividad, prejuicios y machismo.

    Por ejemplo, según la teoría de la congruencia de roles, de Alice Eagly y Steve Karau, “a las personas les resulta difícil imaginar a las mujeres como líderes porque las cualidades estereotípicamente asociadas con líderes efectivos, como asertividad, competitividad, ambición y orientación hacia la ejecución se asocian con los hombres”.

    Y hay otro problema en esta forma de definir quién asciende: la elección deliberada de elegir al favorito. “Tal ‘acaparamiento de talentos’ conduce a tasas de promoción desproporcionadamente más bajas para las mujeres, posiblemente porque las subordinadas tienen una mayor aversión a la confrontación con sus gerentes”.

    ¿Y si mejor se deconstruyen los directivos?

    Luego de estudiar las promociones entre 29,809 trabajadores y trabajadoras, son tres los hallazgos más relevantes que destacan las investigadoras en su reporte.

    “Primero, las mujeres reciben calificaciones de potencial más bajas y calificaciones de desempeño más altas que los hombres”. Esto provocó que menos de la mitad de las trabajadoras hayan sido ascendidas.

    Segundo, “las calificaciones potenciales subestiman sistemáticamente las contribuciones futuras de las mujeres”. Aunque ellas tuvieron calificaciones de desempeño futuro más altas y es más probable que permanezcan en la empresa, les siguen dando menor puntuación en el potencial que los hombres hacia el año siguiente.

    “De hecho, proporcionamos evidencia sugestiva de que estas brechas son impulsadas en parte por motivos de retención: es más probable que los hombres se retiren, especialmente cuando se les ha pasado por alto para una promoción”, dicen las investigadoras.

     

    Así, en lugar de ver la renuncia de los hombres como una señal negativa de sus contribuciones futuras, “las calificaciones potenciales parecen recompensar a los hombres por tener menos apego a la empresa”.

    Las investigadoras proporcionan “evidencia de mala asignación en las promociones: las mujeres con promociones marginales se desempeñan mejor que los hombres con promociones marginales”.

    El tercer hallazgo son las posibles soluciones. No es que se deban abandonar las evaluaciones del potencial, pero las empresas podrían invertir en capacitar, informar, sensibilizar y deconstruir “los sesgos de los gerentes”.

    Las calificaciones de potencial más bajas de las mujeres pueden estar justificadas si ellas contribuyeran menos a la empresa en el futuro. Pero la investigación encontró “que éste no es el caso. Entre los empleados con el mismo desempeño actual y calificaciones potenciales, las mujeres superan a los hombres en las evaluaciones de su desempeño futuro y es menos probable que abandonen la empresa”.

    La brecha de género en las promociones no se cierra automáticamente teniendo más gerentes mujeres, destacan las investigadoras. Sí la atenúa, “pero, en general, las mujeres gerentes aún otorgan calificaciones de potencial más bajas a las mujeres”. Por eso, las políticas deben abordar cuestiones organizacionales más amplias “en lugar de simplemente cambiar el género del evaluador”.

    Para esto, es mejor sustituir los indicadores de potencial por uno “menos propenso a los estereotipos de quién puede ser un líder efectivo”.