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  • Tríada lunar: Artemis, Selene y Hécate

    Tríada lunar: Artemis, Selene y Hécate

    Érase una vez una sociedad en la que dieron a Dios por muerto y algunas mujeres se apropiaron de símbolos viejos. Querían establecer una genealogía femenina, un orden simbólico independiente, posirónico, basado en la risa, la complicidad y el lenguaje propios, así como en cierta espiritualidad.

    Dentro de estos símbolos, está el de la Triple Diosa, que se remonta a la prehistoria europea. Estas culturas tenían cosmovisiones relacionadas con los ciclos de la vida y la muerte, las estaciones y la luna. En el mundo griego se refleja en forma de tríada lunar, compuesta por las diosas ArtemisSelene y Hécate.

    Artemis, diosa virgen de la caza, representa la virginidad y se relaciona con la luna creciente. Selene se asocia con la madre y con la luna llena. A Hécate se la relaciona la luna menguante y la vejez. Es una diosa de origen arcaico y sus atributos fueron cambiando con el tiempo. Inicialmente, fue la Gran Diosa. También se relaciona su sabiduría y vejez con la brujería; de ahí que se la presentara como reina de las brujas. De ella descienden todas las brujas, como Circe o Medea.

    Hécate, de William Blake.

    En las sociedades tribales, con una fuerte conexión con la naturaleza y el ciclo lunar, el inicio de un nuevo ciclo solía coincidir con la luna creciente; la ovulación, con la luna llena; la menstruación, con la menguante. Del mismo modo, esta tríada lunar sirve para interpretar a una escala mayor los ritos de paso de la primera regla, el parto y la menopausia. Representan los ritmos y momentos vitales.

    La reapropiación de este relato comienza en los años setenta. Aquella es la época del feminismo de la diferencia, una rama del feminismo que aboga por “buscar la medida en nosotras mismas” (este es uno de los lemas de la comunidad filosófica Diotima) y por la creación del orden simbólico de la madre, en palabras de Luce Irigaray. Precisamente, lo específico de la medida materna tradicional consiste en su carácter periódico y cíclico que tan bien representa la luna.

    Actualmente, la recuperación y apropiación de símbolos sigue su curso en diversas formas. De aquellos símbolos, estos horóscopos. De una reivindicación de la diferencia basada en el sexo, como la de la historia que acabamos de contar, se pasa, poco a poco, a la reivindicación de símbolos que no aluden al sexo, pero sí a la exaltación de la diferencia basada en una idea de feminidad. Se trata de reivindicar aquello que, por femenino, es sistemáticamente despreciado.

    Artemis/Diana cazadora, de Pierre-Auguste Renoir.
  • Ella es Joanna Prieto, una latina que asesora a Arabia Saudita en su política pública de género

    Ella es Joanna Prieto, una latina que asesora a Arabia Saudita en su política pública de género

    Desde LatinoaméricaJoanna Prieto, es una de las personalidades que ha encabezado el liderazgo de tecnología y ciencia con mujeres y ahora, su trabajo llegó hasta el Banco Mundial donde es parte de la mesa técnica que asesora al Reino de Arabia Saudita en la construcción de su política pública de género para 2023.

    La colombiana es una líder del sector tecnológico en la región, siendo una de las directoras generales de Geek Girls LatAm, una empresa social que se encarga de apoyar a las niñas y mujeres para impactar en cambios sociales, culturales y económicos desde la educación.

    Desde ese proyecto está aportando para “ayudarles a resolver retos que tienen en Arabia Saudita con la equidad de género”, una lucha que ella ha dado en Latinoamérica desde hace más de 10 años.

    La colombiana es una de los dos únicas latinas que está trabajando con el Banco Mundial para la constucción de políticas públicas de género para Arabia Saudita.La colombiana es una de los dos únicas latinas que está trabajando con el Banco Mundial para la constucción de políticas públicas de género para Arabia Saudita.

    Mujeres latinas y árabes trabajando juntas

    Desde el inicio de la carrera de Prieto la tecnología jugó un papel fundamental, primero como el canal de estudio a través de la universidad a distancia y luego, como la herramienta de comunicación para hablar con sus hijos mientras hacía la maestría en España.

    En medio de ese paso, fue consolidando su perfil en favor de las luchas constantes de la mujer para establecer su lugar en la industria. De ahí nació Geek Girls y con el tiempo su rol como líder la llevó en 2022 al Banco Mundial para ocupar un lugar en la construcción de políticas públicas de equidad de género en Arabia Saudita.

    “Mi función dentro de la mesa técnica es recoger todas estas buenas prácticas de la cultura y la mujer latina, de lo que están haciendo las empresas y las sociedades y ponerlas sobre la mesa para evaluar cuáles podemos transferir a Arabia”, aseguró la colombiana, que es una de las dos únicas latinas en este proyecto, a Infobae.

    La primera fase del proyecto con el Banco Mundial consiste en recolectar toda esa información para conocer la situación en ambas regiones y desde ahí iniciar la construcción de las políticas.

    La colombiana es una de los dos únicas latinas que está trabajando con el Banco Mundial para la constucción de políticas públicas de género para Arabia Saudita. (Foto: LinkedIn)La colombiana es una de los dos únicas latinas que está trabajando con el Banco Mundial para la constucción de políticas públicas de género para Arabia Saudita. (Foto: LinkedIn)

    De momento, lo que se ha mostrado desde nuestra región son “los resultados de iniciativas con comunidades con alta vulnerabilidad y que a partir de buenas prácticas en los sectores privado, público y social han ayudado a que ellas mejoren su productividad”.

    Teniendo en cuenta las diferencias culturales que hay entre ambos lados, “porque lo que en Occidente consideramos normal para ellos no lo es”, y lo mismo sucede desde ese lado.

    “En temas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) para ellos no hay diferencias entre hombres y mujeres, se habla de ciencia y tecnología para ambos géneros y tienen buenos indicadores de presencia de mujeres en estas áreas. Hay cosas que con la mirada de uno pensaría que es un tipo de discriminación, pero son temas culturales que hay que respetar y ese es el marco con el que estamos trabajando”, afirmó a Infobae.

    Otra gran diferencia que han encontrado es el acercamiento entre las organizaciones públicas y las empresas privadas, abriendo una puerta grande para que las mujeres tengan el espacio, tiempo y dinero para su desarrollo profesional.

    “Aunque esto puede verse como una intervención es más un aporte del sector privado para que incremente la productividad y el bienestar de las mujeres en el país y por lo tanto suba su contratación”, contó Joanna Prieto.

    Por ejemplo, las entidades asumen los gastos de transporte de las mujeres y de los hijos al trabajo, lo que hace que se “liberen tiempos, responsabilidades o gastos que normalmente eso no lo vemos en Latinoamérica”, lo que para la líder es una oportunidad de aprendizaje importante para la región.

    Todo esto con el objetivo de entender que las oportunidades no dependen de géneros y que desde el punto de vista técnico ambos pueden crear tecnología pero también, teniendo claro que hay diferencias como por ejemplo, que la mujer tiene “mucho más desarrollado el tema social, el componente humano y liderazgo, que puede servir para escuchar al usuario y tener más empatía”.

  • Norma Piña se convierte en la primera mujer presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

    Norma Piña se convierte en la primera mujer presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

    La ministra Norma Piña ha sido elegida este lunes como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Con este nombramiento, la jueza se ha convertido en la primera mujer en presidir el máximo tribunal de México. En sus primeras palabras como presidenta, Piña ha agradecido a sus compañeros, los otros 10 ministros del pleno de la SCJN, “la congruencia”: “Reconozco la determinación por romper lo que parecía un inaccesible techo de cristal”. En solo tres rondas de votación, Piña ha conseguido los seis votos necesarios. En segundo lugar ha quedado el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, con cinco. Yasmín Esquivel, envuelta en el escándalo del plagio de tesis, quedó descartada tras la segunda ronda, donde solo alcanzó uno.

    Este lunes, la SCJN ha hecho historia. En un país con una inmensa deuda de justicia hacia sus mujeres, el tribunal más importante de México va a estar dirigido por una de ellas. Norma Piña lleva 34 años de carrera judicial y desde el 2015 en la Suprema Corte. Lo adelantó en noviembre en una entrevista con EL PAÍS antes de que se desvelaran los demás candidatos: “Quiero ser la primera mujer presidenta de la Suprema Corte. Y, si los ministros son congruentes con las resoluciones que han aprobado, deberían votar por una mujer”. Hoy esas palabras se han hecho realidad.

    Piña ha dicho, tras recibir el aplauso de sus pares, que asume una doble responsabilidad: por un lado, hacia sus colegas, los ministros, y por otro, hacia las mujeres. “Al ser la primera mujer que preside este máximo tribunal, represento también a las mujeres. Me siento acompañada, respaldada por todas ellas y nosotras. Me siento muy fuerte, porque sé que estamos todas aquí demostrando que sí podemos. Agradezco a las que siempre han creído, a las que no se han cansado de luchar para arrinconar a nuestra cultura patriarcal, honro a las que ya no están”, ha dicho y ha asegurado: “Nos esforzaremos todos los días por crear una sociedad más justa, más igualitaria, sin violencia para las mujeres”.

    La llegada de Piña a la cúspide del poder judicial abre a las mujeres una puerta a la que nunca habían tenido acceso. Aunque en estos últimos cuatro años se han nombrado a 227 juezas de distrito —que equivale al 50% de las nombradas desde 1995—, ellas siguen siendo solo el 40% de las titulares de los juzgados. Y la brecha se hace todavía más amplia cuanto más se sube en los escalones. Por ejemplo, de los 11 ministros del pleno, solo cuatro son mujeres. Ahora una de ellas va a presidir el tribunal y otra, Yasmín Esquivel, una de las salas de la Corte. Tanto Esquivel como la ministra Loretta Ortiz han felicitado en sus cuentas de Twitter a Piña calificando la decisión de “histórica”.

    Una votación de minutos

    La votación para renovar la presidencia de la Suprema Corte y del Consejo de la Judicatura Federal —la misma persona ocupa ambos puestos— ha estado precedida por una presión sin antecedentes. La polémica con la ministra Yasmín Esquivel terminó de tensar el período de campaña y negociación. Sin embargo todo se ha resuelto en una rapidísima elección de tan solo unos minutos. En la segunda ronda, los candidatos más apoyados han sido Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, con cuatro votos, y Norma Piña, con tres. Por lo que solo ellos han pasado a la siguiente tanda, mientras han quedado descartados Javier Laynez, que obtuvo dos, Yasmín Esquivel y Alberto Pérez Dayán, ambos con solo un voto. En esa última ronda, Piña ha logrado sumar seis, frente a los cinco de Gutiérrez Ortiz.

    Piña representa la meritocracia, una cualidad muy valorada dentro del gremio judicial. La ministra es funcionaria de carrera: empezó como secretaria de Estudio y Cuenta en la misma Suprema Corte en 1992, y desde ahí fue escalando —tras una oposición— a jueza en Morelos, después a Ciudad de México en materia administrativa, y en el año 2000 ya se convirtió en magistrada. Quienes la han tratado la definen como una abogada inteligente y sensible.

    Es contundente en las discusiones, como por ejemplo la que permitió la despenalización del aborto: “Cuando se trata de violación, permiten el aborto, en cambio, cuando es libre, no lo permiten. ¿A qué voy? Cuando tiene carácter de víctima no lo limitan, en cambio, cuando otorga consentimiento no le permiten abortar en ningún tiempo. Entonces, la norma lo que castiga es la conducta sexual de la mujer, lo que a mi juicio también la hace inconstitucional”. Y clave en otras, como la que llevó al caso conocido como Laguna del Carpintero a la Corte en 2016 y que permitió a partir de entonces denunciar la violación del derecho a un medio ambiente sano.

    Contrapeso a López Obrador

    Norma Piña es identificada como el principal contrapeso a Andrés Manuel López Obrador dentro de la Suprema Corte. Votó en contra de la reforma eléctrica, del padrón telefónico y varios temas relacionados con la austeridad del Ejecutivo. Aunque, por ejemplo, dio su voto a favor de la reciente militarización. En total, el periódico Reforma ha calculado que de 18 asuntos claves para el Gobierno de López Obrador, Piña solo ha estado en tres en la misma posición que el presidente, la que menos de todos los ministros.

    Piña fue tajante, por ejemplo, en la discusión sobre la prisión preventiva oficiosa, la figura legal protegida por el presidente y considerada como inconstitucional por los tribunales internacionales. De hecho, la ministra propusó uno de los proyectos para eliminarla, que no se llegó a discutir, y la definió como “violatoria a los derechos humanos”: “Es incompatible con nuestra propia constitución y con el derecho internacional”.

    La relación con el presidente en un factor que marcará el rumbo de los próximos años de la Corte. Especialmente frente a un poder Ejecutivo invasivo en muchas ocasiones. Hoy mismo antes de la votación, López Obrador ha presionado al poder judicial señalando que estaba “secuestrado”.

    Los abogados no olvidan que en 2019, el presidente lanzó la advertencia de crear una tercera sala en la Suprema Corte, lo que implicaría el nombramiento de cinco nuevos ministros por su Gobierno y por tanto un mayor control sobre las decisiones, o la conformación de un tribunal constitucional, es decir, de otro órgano por encima de la SCJN. Con ese panorama, el jurista Luis Tapia explicaba la importancia de cuidar las relaciones institucionales ante la posible vuelta de esas amenazas: “Estamos en una guerra de baja intensidad. Tener una buena relación con el Ejecutivo es importante porque al final son poderes que tienen que dialogar”.

    Beatriz Guillén

  • México comienza 2023 con el primer feminicidio del año

    México comienza 2023 con el primer feminicidio del año

    El primer asesinato machista del año en México ha sucedido solo a unas horas de que diera comienzo 2023. Una mujer fue golpeada y degollada en un departamento de la colonia Playa Sol, en el municipio de Coatzacoalcos, en el Estado de Veracruz. Las autoridades investigan el asesinato de acuerdo al protocolo del delito de feminicidio ya que por ley toda muerte violenta de mujer debe ser investigada como tal.

    De acuerdo a las primeras informaciones publicadas por la prensa local, la mujer conocida como “Queta”, fue asesinada en la tarde del 1 de enero. Una llamada de emergencia al 911 alertó sobre el cadáver de la mujer. La policía municipal que llegó al lugar de los hechos acordonó la zona. Horas después, agentes de la Fiscalía del Estado detuvieron a dos hombres como presuntos responsables del asesinato. El cuerpo que fue levantado por peritos criminalistas, ha sido llevado al Servicio Médico Forense (Semefo) donde espera a ser reconocido por los familiares de la mujer.

    Pocos datos más han trascendido sobre el asesinato de “Queta” en Coatzacoalcos, una tónica que se repite en la mayoría de los casos que no alcanzan a hacerse mediáticos. 2022 cerró como un año sangriento para las mujeres en México. De acuerdo al Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) entre enero y noviembre fueron asesinadas en el país 3.450 mujeres, de los que 858 casos se clasificaron como feminicidio y 2.592 como homicidios dolosos. El caso de “Queta” se convierte en el primero del año en Veracruz, sin embargo, se trata del tercero de la semana que sucede en el Estado. El pasado 24 de diciembre, una mujer llamada María del Pilar ‘N’, de 52 años y trabajadora de Petróleos Mexicanos, fue asesinada a manos de su hijo en Minatitlán, quemada y arrojada a la basura. El 27 de diciembre otra mujer, María Yahaira Oxte, de 41 años, fue asesinada a puñaladas en Coatzacoalcos. La policía detuvo a su pareja como principal sospechoso del feminicidio. Su cuerpo, igual que el de “Queta” espera en la mesa del forense a que su familia, originaria de Yucatán, acuda a reconocer el cadáver.

    Veracruz es el cuarto Estado que más feminicidios registró el año pasado con 63 casos, solo por delante del Estado de México con 131 feminicidios; Nuevo León con 85 y Ciudad de México con 70. En cuanto a homicidios dolosos de mujeres, Guanajuato pasó a ser la entidad más peligrosa con un un total de 382 entre enero y noviembre, seguido de Baja california con 252; Estado de México con 241; Michoacán con 228 y Chihuahua con 181. En México, en promedio son víctimas de feminicidios 10 mujeres al día.

    Otras violencias también mostraron datos alarmantes, 251.159 mujeres sufrieron violencia familiar en sus hogares. Los expertos señalan que este tipo de maltrato puede llegar a ser la antesala de un feminicidio, su manifestación más cruda. En más del 50% de los casos, este tipo de delitos son cometidos por la pareja sentimental, el marido o el novio de la víctima. Los datos de violencia sexual también resultaron alarmantes, en total 21.615 mujeres denunciaron haber sido víctimas de violencia sexual, según las autoridades, mientras que las llamadas al 911 por esta cuestión se duplicaron respecto a 2016.

    Las fiestas decembrinas junto con el periodo de verano y vacaciones es la época de mayor incidencia de violencia machista debido a varios factores de riesgo: más tiempo conviviendo con los agresores, mayor agresividad de los maltratadores, mayor consumo de alcohol y otras sustancias y un aumento de los conflictos familiares, entre otros.

  • Mujeres mayores cuidando a mayores: de lo que casi nadie habla

    Mujeres mayores cuidando a mayores: de lo que casi nadie habla

    Uno de los principales problemas no atendidos, tanto en términos de política pública, formación/capacitación profesional, como en generación de conocimiento desde la academia, es el sistema de cuidados construido por y para personas mayores en México, ante una situación emergente como lo es la transición demográfica en el país. De acuerdo con información censal del INEGI (2020), en 1990 la población de 60 años y más representaba 6.4% de la población total, proporción que aumento´ a 9.9% en 2010 y alcanzará un 21.5% en el año 2050, es decir, más de 32.4 millones de mexicanos serán personas mayores.

    Sin embargo, ¿qué se entiende por sistema de cuidados? Consideramos pertinente precisar que lo definimos como un conjunto de acciones articuladas que buscan la autonomía, el desarrollo integral y bienestar de todas las personas que necesitan cuidados, pero también de quienes los otorgan. Pautassi (2007) en este sentido refuerza que el acto de cuidar, recibir cuidados y también “cuidarse” es un derecho universal ineludible, independientemente de la situación, condición de dependencia, o el estatus laboral (formal, remunerado, informal, no remunerado) en el que se realicen.
    No obstante, aunque el tema debería de colocarse al centro del debate público y ser de interés generalizado, ante el incremento en la esperanza de vida, así como de la vulnerabilidad e interdependencia en cualquier momento del curso de nuestra existencia, los cuidados se han pensado como un asunto exclusivo de las personas que hoy cursan su vejez, con una responsabilidad exhaustiva que recae completamente sobre sus familias y, al interior de ellas, sobre las mujeres.
    Dicha exclusividad deviene de la concurrencia simultánea de una serie de factores como el viejísmo encarnado que imposibilita reconocernos en ese o esa adulta mayor que seremos y la división sexual del trabajo que ha condicionado a las mujeres a la esfera privada y no remunerada a través del imaginario colectivo en el que se ha construido la creencia de que poseen cualidades naturales superiores a los hombres para cuidar, amar y atender.

    Esta naturalización contribuye a la escasa valoración social y a la falta de estrategias gubernamentales y ciudadanas para erradicar el modelo desigual en el que se realizan los cuidados intensos, extensos y/o especializados.

    La invisibilización de la mujer mayor como persona que otorga cuidados

    Desde una mirada interseccional se vislumbra que las mujeres que otorgan cuidados al interior de las familias no son un grupo homogéneo y sobre ellas recaen importantes dimensiones de la opresión, por ejemplo, la edad que las coloca en condiciones de mayor vulnerabilidad. Villagómez y Vera (2013) refieren que la población de personas mayores en México representa uno de los grupos poblacionales más vulnerados junto a la población infantil, las personas con alguna discapacidad, las personas de pueblos originarios y, sobre todo, las mujeres que, aunque presenten una esperanza de vida mayor a los hombres, las condiciones en las que cursan su propia vejez son inciertas.

    Por tanto, el sistema de cuidados que construyen las familias no solo debe pensarse bajo una perspectiva de género, sino desde una perspectiva de vejez, porque estos escenarios se recrudecen cuando pensamos en ¿quién cuida hoy? Ya que la demanda de estas mujeres mayores al interior de los hogares (como esposas, hijas, nueras, etc.) ha aumentado considerablemente.

    La incorporación de mujeres jóvenes/adultas en el mundo de lo público-remunerado, las crisis de los cuidados, es decir, los arreglos familiares anteriores que actualmente son insostenibles ante la existencia de una mayor población que requiere atención y una menor disponibilidad de las personas para hacerse cargo 24/7, y los cambios demográficos que visibilizan un envejecimiento acelerado con altas tasas de dependencia de la población que necesita cuidados, son algunos de los factores que posibilitan vislumbrar la alta participación de ellas.

    Ante este panorama, se reconoce que la situación de las mujeres mayores cuidadoras de personas mayores refleja una realidad insuficientemente valorada en la familia, en la sociedad, en las instituciones y en la política social. La práctica del cuidado que otorgan se realiza en condiciones de desigualdad y falta de reconocimiento, independientemente de que ellas lo vivan como una respuesta de afecto y obligación moral hacia sus familiares. La acción de cuidar lleva implícitas prácticas de invisibilidad (Arroyo, 2010).

    Por lo tanto, consideramos urgente subrayar que las personas mayores no solo se posicionan como receptoras del cuidado, sino que son ellas, las mujeres mayores, quienes se edifican como un pilar fundamental que otorga bienestar dentro del contexto familiar ante la reservada corresponsabilidad del Estado-comunidad-mercado y las condiciones cada vez más frágiles y limitadas de los servicios sociales.

    La invitación gira en torno a visibilizar y repensar la apropiación desigual del cuidado, pero también a detenernos a escuchar y entrever las múltiples experiencias de un colectivo que ha permanecido en el anonimato experimentando múltiples exclusiones: por ser mujer, por ser mayor y por ser una persona que otorga cuidados.

    Referencias

    • Arroyo, M. (2010). El cuidado en la vejez avanzada: escenarios y tramas de violencia estructural y de género. Iberofórum, (10), 1-21.
    • INEGI (2020). Índice de envejecimiento por entidad federativa, serie de años censales de 1990 a 2020. https://www.inegi.org.mx/app/tabulados/interactivos/?pxq=Poblacion_Poblacion_05_da611615-0bef-4433-933d-d6746c924ad4&idrt=123&opc=t.
    • Pautassi, L. (2007). El cuidado como cuestión social desde un enfoque de derechos. CEPAL – Serie Mujer y Desarrollo, (87), 3-50.
    • Villagómez Váldes, G. y Vera Gamboa, L. (Coords.) (2013). Vejez. Una perspectiva sociocultural. Universidad Autónoma de Yucatán-Universidad Autónoma de Campeche.

    Denisse Díaz

    Doctoranda en Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de Yucatán, maestra en Estudios Culturales por la Universidad Autónoma de Chiapas y licenciada en Gerontología por la misma universidad. Colaboradora del cuerpo académico consolidado Educación y Desarrollo Humano UAChis 038 PRODEP.

    Gina Villagómez

    Dra. en Antropología Social, profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán. Autora de libros sobre estudios de género y vejez. Activista feminista. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel II del Conacyt.

    @GinaVillagomez1

  • Ocho libros sobre maternidad para pedir a los Reyes Magos

    Ocho libros sobre maternidad para pedir a los Reyes Magos

    La incorporación de la maternidad como tema en el discurso cultural y literario no responde a una moda sino a una necesidad. Así lo afirmaban distintas autoras en un reciente reportaje publicado en Mamas & Papas sobre el supuesto boom de la literatura sobre maternidad. Con la intención de seguir sumando títulos con los que aproximarnos a una cuestión tan compleja y universal, ofrecemos una recopilación de ocho libros publicados en los últimos meses, que pueden ser un estupendo regalo que incluir en la carta a los Reyes Magos.

    Portada de '¿Ha muerto mamá?' (Nórdica).

    ‘¿Ha muerto mamá?’ (Nórdica)

    Repudiada por su familia tras abandonar a su marido y su carrera para iniciar una nueva vida en Estados Unidos con su profesor de Arte, Johanna, ya madre y consagrada como artista, regresa tres décadas después a su ciudad noruega natal para preparar una exposición retrospectiva de su carrera. Allí, mientras intenta con escaso éxito crear una obra nueva que ejerza como pieza central de la exhibición, la artista deberá enfrentarse a un pasado marcado por la figura de un padre autoritario —ya fallecido— y una madre y una hermana que se niegan a verla. Una obsesión casi enfermiza por encontrarse con su madre que la escritora Vigdis Hjorth narra con maestría, en un monólogo en primera persona que mezcla recuerdos y reflexiones presentes, cordura y delirio, y que llevará a Johanna a dar con una imagen de su pasado capaz de explicar el presente y de liberarla de su obsesión por recuperar lo irrecuperable.
    Portada de 'Estás muy callada hoy' (Seix Barral).

    ‘Estás muy callada hoy’ (Seix Barral)

    Este título supuso en 2019 el debut en la novela de la escritora bonaerense Ana Navajas. Ahora, Seix Barral edita en España este relato, a veces ligero y a veces profundo, confeccionado a través de recuerdos y pequeños fogonazos de vida cotidiana. A partir de ellos, mezclando hábilmente biografía y ficción, la autora argentina, a modo de caleidoscopio, se cuenta desde diferentes prismas. Sobre todo lo hace como madre y ama de casa con inquietudes literarias (presente), y como hija (pasado) de una madre muerta que, sin embargo, Navajas convierte en protagonista omnipresente de la novela.
    Portada de Antes del salto (Libros del Asteroide).

    ‘Antes del salto’ (Libros del Asteroide)

    Cuando emprende una mudanza a Lisboa, la escritora Marta San Miguel se da cuenta de que entre el equipaje ha olvidado meter la foto de ‘Quessant’, el caballo que montó durante su infancia. Esa foto juega un papel central en ‘Antes del salto’, una personalísima novela que hace que el lector se plantee hacia dónde mira y a qué se agarra antes de cada uno de los saltos que da en su vida. Además, nos invita a mirar hacia los márgenes de las fotos, hacia esas cosas, personas y sensaciones que quedan fuera del encuadre y, con el tiempo, también fuera de nuestro imaginario. La maternidad y la ‘hijidad’ comparten protagonismo en esta emotiva y poética novela con los recuerdos y la memoria, que aprovechan el parón laboral que supuso para la periodista su traslado a Lisboa para abrirse paso a dentelladas en mitad de su nueva realidad portuguesa.
    Portada de 'Dar a sombra'.

    ‘Dar a sombra’ (Malpaso)

    La búsqueda de la maternidad de Berta Mongé queda plasmada en las páginas de ‘Dar a sombra’, un libro fragmentario en el que conviven el agotamiento y la desesperanza de quien desea ser madre pero los hijos no llegan. “Me pinchas las hormonas como cuando me haces el amor: con firmeza, con ternura, con la luz encendida. Entenderemos que esto no es lo que pensamos ni lo que nos dijeron. Ahora no sabes si la suerte existe o si se acaba. Entenderás que querer no es poder”, escribe. Mongé habla desde la propia vivencia, pero su experiencia es también colectiva: la de aquellas mujeres que cuando llega el momento de querer o poder ser madres se encuentran de bruces con el monstruo de la reproducción asistida.
    Portada de 'La belleza en la infancia' (Eolas Ediciones).

    ‘La belleza en la infancia’ (Eolas Ediciones)

    La escritura bellísima de Elisa Martín Ortega hace justicia al título de este título. Este es un libro homenaje de una amante de la niñez a las primeras veces, a la llegada del lenguaje y el pensamiento, a la intensidad de las primeras experiencias vitales, al amor y el respeto como único sustento posible. En poco más de 100 páginas nos encontramos con agudas reflexiones sobre la infancia, esa etapa de la vida que queremos abandonar cuanto antes, pero que en realidad siempre permanece en nosotros en forma de nostalgia, silencios e imágenes. En ‘La belleza en la infancia’ no hay un lenguaje académico, pero sí un trasfondo filosófico al que Elisa Martín acerca a través de fábulas, vivencias personales y referencias a otros autores.
    Portada de 'La familia' (Anagrama).

    ‘La familia’ (Anagrama)

    Sara Mesa vuelve a introducir al lector en un espacio asfixiante y que remueve. Si en ‘Un amor’ ese espacio asfixiante era una pequeña aldea de la España vaciada, en su nueva novela ese lugar lo ocupa la familia, un ente que, más allá de la idealización, posee un potencial enorme para la opresión. Ese potencial lo capta y lo refleja a la perfección la escritora en las páginas de ‘La familia’, una inquietante novela coral que hace ‘zoom’ sobre las grietas de una familia en apariencia —y de puertas para afuera— perfecta, pero envenenada por dentro por la figura de un padre —también perfecto de puertas para afuera— autoritario y fanático de unos ideales pedagógicos que se convierten en una cárcel para su mujer y sus hijos.
    Portada de 'Un hijo cualquiera' (Libros del Asteroide).

    ‘Un hijo cualquiera’ (Libros del Asteroide)

    El último libro de Eduardo Halfon alimenta la gran novela personal por entregas que el escritor guatemalteco inició con ‘El boxeador polaco’. Mezclando con maestría biografía y ficción, ‘Un hijo cualquiera’ se emparenta también con el primer libro del autor, ‘Saturno’. Aquel era la carta de un hijo a un padre déspota y ausente, un ‘matar al padre’ en toda regla. En ‘Un hijo cualquiera’, sin embargo, el padre es Halfon y su experiencia paterna empapa unos relatos por los que sobrevuelan sus temas predilectos: la identidad, el desarraigo, la infancia o la muerte.
    Portada de 'Los reyes de la casa' (Anagrama).

    ‘Los reyes de la casa’ (Anagrama)

    La autora francesa Delphine de Vigan da forma a un fascinante ‘thriller’ que pone el foco de atención sobre la sobreexposición en redes sociales a la que son sometidos muchos niños por parte de sus progenitores, en un lucrativo negocio aderezado con filtros y emoticonos del que son cómplices marcas y espectadores. Una apasionante novela sobre un mundo, el nuestro, en el que la intimidad es un bien escaso. Sammy y Kimmy, dos hermanos convertidos en estrellas de YouTube por su madre, son los desafortunados protagonistas de esta historia con la que De Vigan permite reflexionar sobre este presente de exhibicionismo y asomaros a un futuro al que difícilmente muchos menores llegarán indemnes.
  • Las mujeres piloto que surcan los cielos de Alaska

    Las mujeres piloto que surcan los cielos de Alaska

    En el terreno enorme y escasamente poblado de Alaska hay un sonido que se escucha en casi cualquier lugar: el zumbido distante de una aeronave. Solo un 20% de Alaska es accesible por vía terrestre. Docenas de sus comunidades aisladas —predominantemente aquellas de pueblos nativos— dependen del transporte aéreo para servicios esenciales como el correo, los suministros y la atención médica. Alaska tiene seis veces más pilotos per capita que cualquier otro lugar en Estados Unidos, con unos 8.000 pilotos registrados. Crecí en Anchorage, la ciudad más grande del Estado, y todos los pilotos que conocí eran hombres. Cuando era niña, volar era tan normal para mí como andar en coche o en barco, pero nunca pensé en ser piloto, en parte porque nunca había visto a una mujer como yo comandando una avioneta. Leighan Falley, la primera mujer piloto que fotografié, describió volar como una forma de conectarse espiritualmente con las montañas del campo alaskeño. Cuando la conocí, ella trabajaba como piloto de glaciares en las afueras de Talkeetna y sobrevolaba esas mismas montañas donde alguna vez había guiado a escaladores. Conocer a Falley me llevó a encontrar a otras. Como Heidi Reuss, de 87 años, que había sido instructora de vuelos comerciales durante más de 60 años, o a Jamie Klaes, de un pueblo remoto del Ártico, quien entrenó a jóvenes nativos alaskeños para convertirse en pilotos. Dolena Fox, de 26, acababa de convertirse en la primera mujer piloto yupik de su región. Cada una de estas mujeres me hacía sentir como si volar fuese algo que yo también podía aprender. Los hombres que se hicieron famosos décadas antes no tenían nada que ver con estas pilotos que yo conozco y admiro.

    La instructora de vuelo Heidi Reuss, de 87 años, sentada en el asiento de su Taylorcraft, una avioneta que ella describe como “parte de su propio cuerpo”. Reuss lleva volando desde hace más de seis décadas. “Incluso a mis 80 años lo sigo amando, no puedo dejarlo”, explica.
    La instructora de vuelo Heidi Reuss, de 87 años, sentada en el asiento de su Taylorcraft, una avioneta que ella describe como “parte de su propio cuerpo”. Reuss lleva volando desde hace más de seis décadas. “Incluso a mis 80 años lo sigo amando, no puedo dejarlo”, explica.ACACIA JOHNSON
    Una avioneta-taxi atraviesa el alga en un lago del sur de Alaska.
    Una avioneta-taxi atraviesa el alga en un lago del sur de Alaska.ACACIA JOHNSON
    Tosha Cypher, de 38 años, prepara su Piper Pacer de 1956 en la localidad de Hatcher Pass. Ella fue antes piloto de helicóptero, pero ahora vuela su avioneta como parte de una creciente comunidad de mujeres piloto en el valle de Matanuska-Susitna. “La aviación es parte de nuestra comunidad y de nuestro estilo de vida”, señala.
    Tosha Cypher, de 38 años, prepara su Piper Pacer de 1956 en la localidad de Hatcher Pass. Ella fue antes piloto de helicóptero, pero ahora vuela su avioneta como parte de una creciente comunidad de mujeres piloto en el valle de Matanuska-Susitna. “La aviación es parte de nuestra comunidad y de nuestro estilo de vida”, señala.ACACIA JOHNSON
    El río Knik, cerca de Anchorage, la ciudad más poblada del Estado de Alaska.
    El río Knik, cerca de Anchorage, la ciudad más poblada del Estado de Alaska.ACACIA JOHNSON
    Mary Creighton, de 35 años, y Tosha Cypher, de 38, posan junto a un Pacer de 1956 en la superficie congelada del lago George, en Alaska. Ellas son parte de la comunidad de mujeres piloto que crece cada vez más en el valle de Matanuska-Susitna. “Cuando pienso en la aviación, pienso en los valores familiares y en enseñar estas habilidades a la próxima generación. Esto es amor por tu tribu”, explica Creighton.
    Mary Creighton, de 35 años, y Tosha Cypher, de 38, posan junto a un Pacer de 1956 en la superficie congelada del lago George, en Alaska. Ellas son parte de la comunidad de mujeres piloto que crece cada vez más en el valle de Matanuska-Susitna. “Cuando pienso en la aviación, pienso en los valores familiares y en enseñar estas habilidades a la próxima generación. Esto es amor por tu tribu”, explica Creighton.ACACIA JOHNSON
    Un río glacial en Cook Inlet, Alaska.
    Un río glacial en Cook Inlet, Alaska.ACACIA JOHNSON
    La piloto de glaciares Leighan Falley lleva una escalera en medio de la bruma para poner una cobertura a las alas de su Turbine Otter. "Creo que el aviador moderno de hoy tiene muy poco que ver con los pilotos que volaron y estrellaron un montón de aviones en los años 60, 70 e incluso 80", dice. "Somos más conscientes del riesgo, tenemos mejor equipo y mejor información. Podemos caminar cerca del límite sin pasarlo".
    La piloto de glaciares Leighan Falley lleva una escalera en medio de la bruma para poner una cobertura a las alas de su Turbine Otter. «Creo que el aviador moderno de hoy tiene muy poco que ver con los pilotos que volaron y estrellaron un montón de aviones en los años 60, 70 e incluso 80», dice. «Somos más conscientes del riesgo, tenemos mejor equipo y mejor información. Podemos caminar cerca del límite sin pasarlo».ACACIA JOHNSON
    La piloto Phyllis Tate, de 82 años, en la cabina de su Cessna 206 en Fairbanks, Alaska (EE UU). Tate, quien ha pasado gran parte de su vida en las zonas rurales del Estado, es ahora la líder de una organización de mujeres piloto. “Me siento muy satisfecha de haber logrado esto. Amo la aventura, conocer a otras mujeres y que haya camaradería”.
    La piloto Phyllis Tate, de 82 años, en la cabina de su Cessna 206 en Fairbanks, Alaska (EE UU). Tate, quien ha pasado gran parte de su vida en las zonas rurales del Estado, es ahora la líder de una organización de mujeres piloto. “Me siento muy satisfecha de haber logrado esto. Amo la aventura, conocer a otras mujeres y que haya camaradería”.ACACIA JOHNSON
    Dolena Fox, de 25 años, fotografiada con el Cessna 182 que utiliza
para dar clases de vuelo en Palmer, Alaska. Originaria de Kipnuk, un pequeño pueblo, Fox es la única mujer piloto de la comunidad yupik en su región. “Yo quería ser parte de ese estilo de vida tan importante para Alaska”.
    Dolena Fox, de 25 años, fotografiada con el Cessna 182 que utiliza para dar clases de vuelo en Palmer, Alaska. Originaria de Kipnuk, un pequeño pueblo, Fox es la única mujer piloto de la comunidad yupik en su región. “Yo quería ser parte de ese estilo de vida tan importante para Alaska”.ACACIA JOHNSON
    Un grupo de aviones vuela sobre el valle Knik River cerca de Palmer, Alaska. Los vuelos sociales son una forma para que los pilotos jóvenes aprendan de sus amigos más experimentados y al mismo tiempo acumulen las horas que necesitan para certificarse.
    Un grupo de aviones vuela sobre el valle Knik River cerca de Palmer, Alaska. Los vuelos sociales son una forma para que los pilotos jóvenes aprendan de sus amigos más experimentados y al mismo tiempo acumulen las horas que necesitan para certificarse.ACACIA JOHNSON
    Una avioneta en medio de una tormenta en el lago Hood Seaplane en Anchorage, Alaska.
    Una avioneta en medio de una tormenta en el lago Hood Seaplane en Anchorage, Alaska.ACACIA JOHNSON
  • Síndrome de la Cenicienta: El fenómeno vinculado a los roles de género que afecta más a las mujeres

    Síndrome de la Cenicienta: El fenómeno vinculado a los roles de género que afecta más a las mujeres

    “Ser una persona independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes”, así lo postuló el famoso pensador del S.XIX Nietzsche.

    La independencia no solo es hacer lo que deseas sin depender de nadie, sino que también son aspiraciones, objetivos, hacer uso de tus propias habilidades, hacer tus propias tareas sin precisar constantemente ayuda de los demás, creer en tu manera de mirar el futuro…

    Podría decirse, que la independencia o la autonomía es esa capacidad de una persona de tomar sus propias decisiones, definiendo así su propio rumbo.

    En definitiva, una forma de tomar las riendas de tu propia vida, en la que no hay cabida para aptitudes como las que incluye el denominado Síndrome de la Cenicienta.

    ¿Aún no sabes de qué trata este fenómeno social? El síndrome de la Cenicienta es precisamente lo contrario a la independencia y también se encuentra relacionado con el conocido síndrome de Wendy, ya que afecta precisamente a aquellas personas incapaces de tomar el control en cada uno de los ámbitos de su vida.

    Un síndrome mucho más frecuente en las mujeres y basado en los roles de género tradicionales. Así es cómo podrás reconocerlo y evitarlo.

    ¿Qué es el Síndrome de la Cenicienta?

    El Síndrome de la Cenicienta es un fenómeno psicológico, que habitualmente hace que las mujeres se valoren a sí mismas o tomen las decisiones en su vida dependiendo de una persona ajena a ellas mismas, y que habitualmente tiene que ver con una figura protectora, como puede ser la pareja.

    Este síndrome favorece el pensamiento de que esa persona o esa pareja da sentido a su vida y alimenta la creación de una dinámica de relaciones basadas en la dependencia emocional con esa otra persona.

    Normalmente, se trata de un síndrome que afecta a mujeres con cierto temor a la independencia y que habitualmente relacionan su propia felicidad con esa búsqueda del ‘príncipe azul’, por ese deseo inconsciente y tan arraigado durante años en la sociedad de ser cuidadas, rescatadas y atendidas constantemente por otras personas.

    Un tipo de actitud y pensamiento que, aunque poco a poco va superándose y abriéndose paso cada vez más a la independencia personal, lo cierto es que aún sigue alimentándose a través este tipo de roles de género todavía presentes incluso desde una etapa tan temprana como la infancia.

    Características del Síndrome de la Cenicienta

    Lejos de tratarse de un trastorno mental, el Síndrome de la Cenicienta se trata más bien de un concepto bautizado así en Psicología para describir un patrón de conducta, alimentado precisamente por esa diferencia entre hombres y mujeres que promueven este tipo de estereotipos. A continuación, destacamos algunas de las características principales de este síndrome:

    • Dependencia constante de otras personas
    • Miedo a la independencia y a tomar decisiones
    • Baja autoestima
    • Temor a salir de tu zona de confort
    • Idealización de la pareja

     ¿Cómo ser una persona independiente?

    Una de las mejores formas para favorecer tu independencia y de encontrar la felicidad en tí misma, sin duda consiste en aprender a disfrutar de tí misma y de tus propios momentos a solas.

    Aprende a reencontrarte con tus propios sentimientos, escúchate y enfréntate también a tus miedos o dudas. Solo aprendiendo a estar bien contigo misma y valorando tus momentos de soledad, conseguirás invertir en tu propia felicidad y disfrutar realmente de tus momentos con otras personas.

    Otro aspecto igual de importante consiste en invertir tiempo en trabajar tu propia autoestima. Aprende a amarte sin caer en la arrogancia, cuídate, cultívate y respétate. También deberás analizar dónde terminan realmente tus capacidades reales y donde se hace realmente necesaria la colaboración de personas ajenas como amigos, familia, compañeros de trabajo o pareja.

    Si aún así, ves que huir de la dependencia se hace demasiado cuesta arriba, no dudes en recurrir a la ayuda de un psicólogo o psicóloga profesional que pueda darte las herramientas necesarias para empezar a luchar por tu felicidad y para tomar las riendas de tu propia vida.

  • Resumen del año 2022: Homenaje a las mujeres que luchan por sus derechos

    Resumen del año 2022: Homenaje a las mujeres que luchan por sus derechos

    Defender los derechos de las mujeres suele implicar una gran valentía. La ONU, que está comprometida con el empoderamiento de las mujeres y las niñas, trabaja sin descanso con activistas y organizaciones de todo el mundo para protegerlas de los abusos, apoyar iniciativas sanitarias y mejorar sus vidas.

     Translation results Select target language. Currently selected: Spanish Automatic Estudiantes afganos realizan sus promesas de graduación durante la ceremonia de entrega de diplomas en una universidad de Herat, Afganistán.
    UNAMA/Fraidoon Poya

    Las mujeres que viven bajo el régimen talibán en Afganistán

    El pasado mes de agosto se cumplió un año desde que los talibanes retomaron el control del poder en Afganistán desatando un temor generalizado por los derechos de las mujeres, gravemente mermados durante la anterior etapa del régimen en el poder, a finales de la década de 1990.

    Doce meses después, ONU Mujeres anunció su compromiso de continuar la lucha por los derechos de las mujeres en Afganistán, el único país del mundo donde las niñas no pueden ir a la escuela secundaria y tienen vetada de hecho la participación política.

    Con motivo del primer aniversario del regreso del régimen talibán, presentamos las historias de algunas mujeres que decidieron quedarse en el país, a pesar de los cambios que han sufrido en sus vidas.

    Entre ellas se encuentran Zarina*, una de las empresarias más jóvenes de Afganistán, que se vio obligada a cerrar su panadería en medio de las crecientes restricciones impuestas a las empresarias; Nasima*, pacifista y activista por los derechos de las mujeres, que se vio obligada a paralizar la mayoría de sus proyectos, aunque consiguió reiniciar alguno de ellos posteriormente; y Mahbouba Seraj, una veterana activista que eligió quedarse  en Afganistán y presenciar lo que está ocurriendo en su país.

    El aleccionador mensaje de Seraj para quienes piensan que Afganistán es un caso excepcional, es el siguiente: “Lo que les está ocurriendo a las mujeres de Afganistán puede ocurrir en cualquier parte del mundo».

    Añadió que el litigio judicial «Roe contra Wade [el caso propició el derecho nacional al aborto en Estados Unidos y que fue anulado por el Tribunal Supremo de ese país en 2022] destruyó años de progreso, arrebatando a las mujeres el derecho a decidir sobre su propio cuerpo. En todas partes se están arrebatando derechos a las mujeres y, si no tenemos cuidado, les ocurrirá a todas las mujeres del mundo».

    *Nombres modificados para proteger las identidades.

    Manifestantes reunidos en Estocolmo, Suecia, tras la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, bajo la custodia de la policía iraní de la moral.
    Unsplash/Artin Bakhan

    Mahsa Amini: la fuente de inspiración de las protestas en Irán

    La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos condenó en noviembre la respuesta del régimen iraní a los manifestantes que protestaban por la muerte de Mahsa Amini, una joven que murió bajo custodia policial en septiembre, tras ser detenida por llevar el hiyab de forma incorrecta, según la llamada policía de la moralidad.

    Su muerte provocó manifestaciones en muchas ciudades e incluyó las protestas de chicas en edad escolar. El gobierno iraní respondió deteniendo a miles de manifestantes, entre ellos mujeres, niños, jóvenes y periodistas.

    El 22 de noviembre, la Oficina liderada por Volker Türk cifró en más de 40 el número de muertos, entre ellos dos adolescentes, durante la primera semana de protestas. Dos días después, el Consejo de Derechos Humanos creó una misión de investigación en relación con las manifestaciones.

    «Me duele ver lo que está ocurriendo en el país», afirmó Türk a los asistentes a la sesión en la que se votó en favor de la creación de la misión. «Las imágenes de niños asesinados. De mujeres golpeadas en las calles. De personas condenadas a muerte», detalló.

    La creciente repulsa internacional a la represión iraní se plasmó el 14 de diciembre cuando los miembros del Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC) decidieron excluir a Irán de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, el principal órgano internacional intergubernamental dedicado exclusivamente a la promoción de la igualdad de género.

    La resolución presentada por Estados Unidos recibió 29 votos a favor, ocho en contra y 16 abstenciones.

    Integrantes de una cooperativa agrícola de mujeres en Chipata, Zambia
    © UNICEF/Karin Schermbrucker

    Las mujeres y la crisis climática

    Se ha demostrado que la crisis climática afecta de manera desproporcionada a mujeres y niñas. En las semanas previas al Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 6 de marzo, Noticias ONU destacó este año la manera en que las mujeres activistas mejoran su entorno local y ayudan a su comunidad a adaptarse a un clima cada vez más hostil.

    Una de estas mujeres es la violinista mexicana Martha Corzo, la “maestra Pati”, quien lideró e inspiró a un grupo de unos 17.000 activistas ambientales locales dedicados a proteger la Sierra Gorda. También hay un grupo de mujeres en Níger que ha integrado a refugiados y migrantes en su intento de evitar la desertificación mediante la creación de un próspero mercado de huertas; y una ingeniera en Kenya que tuvo que luchar contra la discriminación de género para desarrollar soluciones energéticas prácticas y asequibles.

    En mayo, se reconocieron los esfuerzos de la activista camerunesa Cécile Ndjebet para mejorar la vida de quienes dependen de los bosques, cuando se le otorgó el premio Wangari Maathai Forest Champions 2022, presidido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

    En Camerún, cerca del 70% de las mujeres viven en áreas rurales y su sustento depende, al menos en parte, de la cosecha de productos forestales silvestres. Sin embargo, en algunas comunidades, las mujeres no pueden ser propietarias de tierras forestales, heredarlas si muere su esposo, no pueden siquiera plantar árboles en tierras degradadas.

    “Los hombres generalmente reconocen el gran papel que juegan las mujeres en la mejora del nivel de vida de las familias”, dijo en la ceremonia, “pero es importante que también estén de acuerdo en que, para que las mujeres sigan desempeñando ese papel, e incluso lo mejoren, necesitan un acceso seguro a la tierra y los bosques”.

    Mujeres integrantes de las fuerzas de paz de la ONU interactúan con las habitantes de una comunidad en Beni, República Democrática del Congo.
    TANZBATT 7/Ibrahim Mayambua

    Fuerzas de paz

    Las mujeres de las fuerzas de mantenimiento de la paz y la policía de ONU continuaron sirviendo con gran dedicación en algunos de los lugares más peligrosos del mundo, enfrentando desafíos como amenazas de ataques terroristas y violencia alimentada por un aumento de desinformación, en medio de crecientes tensiones políticas y el deterioro de las situaciones de seguridad.

    En el Día Internacional del Personal de Paz de la ONU, en mayo, la Mayor Winnet Zharare de Zimbabue recibió el Premio a la Militar Defensora de Género del Año en reconocimiento a su trabajo con la Misión de la ONU en Sudán del Sur, (UNMISS), donde fue una firme defensora de la igualdad de género y las mujeres como líderes y responsables de tomar decisiones.

    “Su diligencia y habilidades diplomáticas ganaron rápidamente la confianza de los comandantes militares locales que buscaron su consejo sobre los derechos y la protección de las mujeres”, dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres, en la ceremonia. “Su enfoque ayudó a la UNMISS a fortalecer los lazos con las comunidades locales y cumplir con su mandato”.

    En julio, en una ceremonia histórica en Sudán del Sur, los miembros del primer despliegue de personal de mantenimiento de la paz de la ONU de Liberia, incluidas varias mujeres, fueron honrados con la prestigiosa Medalla de la ONU.

    Su logro simbolizó el gran cambio en la suerte de Liberia, que sufrió una brutal guerra civil en la década de 1990 y principios de la de 2000, antes de alcanzar un alto el fuego, supervisado por la Misión de la ONU en el país (UNMIL), que también apoyó actividades humanitarias y de derechos humanos y ayudó en la reforma de la seguridad nacional, incluido el entrenamiento de la policía nacional y la formación de un ejército nuevo y reestructurado.

    “Nuestra experiencia de una guerra civil de 14 años y el impacto que tuvo el personal de mantenimiento de la paz de la ONU es real y tangible para las personas a las que servimos sobre el terreno”, dijo la oficial de policía de la ONU (UNPOL) Elfreda Dennice Stewart. “Nos beneficiamos mucho de las fuerzas de mantenimiento de la paz y es un honor para nosotros servir ahora en esta joven nación bajo la icónica bandera azul”.

  • 10 libros con mirada feminista e inclusiva que deja este 2022

    10 libros con mirada feminista e inclusiva que deja este 2022

    El año que nos deja, 2022, ha tenido una buena cosecha en el mundo del libro con mirada feminista, plural e inclusiva. Novelas, ficción, ensayos, filosofía, pensamiento y novelas gráficas han buscado dar respuesta o, mejor aún, plantearse preguntas sobre los muchos debates y retos que propone este siglo: la violencia, la igualdad, la memoria, el género, la identidad, la inclusividad, las crisis o las migraciones.

    Temas, todos ellos, tratados desde distintos ángulos y desde diferentes rincones del mundo. Efeminista ha hecho una breve selección con 10 títulos.

    2022, El año de Annie Ernaux

    2022 ha sido el año de la escritora francesa Annie Ernaux, de 84 años. Recibió el Premio Nobel de Literatura con un discurso emocionante en el que no faltó su eterno compromiso social y su defensa del feminismo. “Hay hombres en el mundo, incluso en los círculos intelectuales occidentales, para quienes los libros escritos por mujeres simplemente no existen, nunca los citan”, señaló.

    Su origen humilde y la lucha y la mirada de las mujeres están desde sus primeros libros. Con su escritura directa, con la pluma como bisturí, Ernaux toma su propia vida como material para hacer el retrato de un mosaico de mujeres en un mundo complejo.

    Los armarios vacíosLa ocupaciónPura Pasión, El acontecimientoUna Mujer, El lugarLa vergüenzaPerderseMemoria de chica o La mujer helada, son algunos de sus títulos. En 2023 se publicará La escritura como cuchillo, un ensayo publicado por Annie Ernaux en Francia en 2003, Cabaret Voltaire, la editorial que publica a la escritora junto con Tusquets.

    La sala de los espejos, Liv Strömquist

    La historietista y filósofa sueca Liv Strömquist regresó, tras No siento nada, el libro con el que consiguió 10 mil lectores en España, con otro ensayo gráfico en el que hace un repaso histórico de la mano de filósofos como Zygmunt Bauman o Naomi Wolf para abordar cómo la dictadura de la belleza siempre ha estado ahí; pero, sobre todo, cómo en la actualidad las redes sociales creadas por empresas de Sillicon Valley la han convertido en una “obsesión”.

    ¿Nos estamos convirtiendo en la madrastra de Blancanieves? ¿Nuestro espejo mágico es la pantalla y la belleza la dictaminan los likes?

    Estas y muchas otras cuestiones las aborda la autora sueca (Lund, 1978) en el libro La sala de los espejos, este nuevo cómic (Penguin Random House y Editorial Finestres en catalán) en el que esta referente del ensayo gráfico analiza cómo la “era Instagram» ha traído una “dictadura de la imagen”.

    “Hay muchas situaciones donde uno puede olvidarse de su cara; sin embargo, de repente, estamos en un momento en el que nuestro rostro se refleja en todas partes, como en una sala de espejos. Incluso cuando nos reunimos con amigos pensamos en hacer una foto, hacer un contenido para redes, es como si tuviéramos un ojo que nos mira siempre y nuestra apariencia nos preocupa todo el tiempo”, explicaba la autora en Madrid durante su presentación.

    Antología feminista, LasTesis

    El colectivo chileno LasTesis, conocido por su exitosa performance Un violador en tu camino, cree que es importante que las mujeres y disidencias estén “constantemente atentas, revisando el pasado y el presente” para garantizar que “el futuro sea feminista”. Y esa es la invitación que han hecho con su libro Antología feminista, una selección de obras que datan de 1610 y que para ellas son fundamentales dentro de la historia de los feminismos.

    El título, publicado en España por la editorial Debate, es un collage de textos en el que Sibila Sotomayor, Paula Cometas, Dafne Valdés y Lea Cáceres entrecruzan las miradas de Mary Wollstonecraft, Judith Butler, Alejandra Pizarnik, Paul B. Preciado, Chimamanda N. Adichie, Simone de Beauvoir, Silvia Federici, Virginie Despentes y Lina Meruane, entre otras. E incluyen fotografías, pinturas y poemas.

    “Es una antología feminista desde nuestro punto de vista, desde nuestra perspectiva como porteñas, de Valparaíso, chilenas, sudamericanas, feministas y también desde la perspectiva interseccional, en diálogo con la teoría queer. Intentamos realizar un camino que no fuera cronológico, sino que respondiera a la metodología que nosotras utilizamos en nuestro trabajo creativo”, relataba a Efeminista Sibila Sotomayor, integrante del colectivo.

    Feminismo de barrio, Mikki Kendall

    Para la activista, ensayista y crítica cultural estadounidense Mikki Kendall “ser feminista es una acción, no es solo una identidad” y así lo explica en su libro Feminismo de barrio. Lo que olvida el feminismo blanco, en el que hace una crítica al feminismo dominante que, asegura, ha fracasado al no integrar a la lucha las cuestiones de raza, clase y orientación sexual.

    En el título, publicado en España por Capitán Swing, Kendall cuenta a través de sus propias experiencias por qué el hambre, la violencia, la hipersexualización, la falta de vivienda y la satisfacción de las necesidades básicas deben tratarse también como una cuestión feminista.

    Foto: Efeminista 

    Maternidades precarias, Diana Oliver

    La pandemia puso en evidencia la desigual carga de cuidados que ha recaído siempre sobre las mujeres, un problema que desde organismos internacionales se busca erradicar, pero que no se logrará sin que los gobiernos se comprometan y destinen dinero para realmente “poner los cuidados en el centro”.

    Así lo aseguraba la periodista y escritora Diana Oliver, quien publicó Maternidades precarias, un libro muy personal sobre el deseo de ser madre, las exigencias sociales, la idealización de la maternidad, y sobre cómo el traer hijos al mundo y cuidarlos se ha convertido en un privilegio que muchas mujeres, aunque quieren, no pueden asumir.

    La ciudad, Lara Moreno

    Un edificio de la Plaza de la Paja, en el barrio madrileño de La Latina, es el punto de encuentro de tres mujeres de distinto origen cuyas vidas están atravesadas por la violencia, pero que, aunque se cruzan en el camino, nunca se ven. Es el reflejo de lo que se vive y se oculta en Madrid y que la escritora Lara Moreno diseccionó bajo el manto de la ficción en su última novela La ciudad.

    “Quise contar de forma milimétrica cómo es una relación de maltrato, cómo una relación de maltrato es una cárcel para las mujeres que la viven, independientemente del nivel cultural, económico y de la raza de esas mujeres”, aseguraba Moreno (Sevilla, 1978) en una entrevista con Efeminista.

    Y aunque el origen de las violencias es distinto, las tres la sufren por el hecho de ser mujer. En el caso de dos de las protagonistas, Damaris y Horía, las desigualdades de género se perpetúan porque son migrantes y pobres.

    Mira a esa chica, Cristina Araújo Gámir

    Después de sufrir una violación, las sobrevivientes recorren un “larguísimo camino» cuesta arriba del que poco se habla y en el que además de la salud física y sicológica hay situaciones mucho más “profundas” que les pueden afectar, así lo aseguraba la escritora Cristina Araújo Gámir, quien decidió explorar en detalle ese recorrido en su ópera prima Mira a esa chica.

    Ganadora del Premio Tusquets de Novela 2022, Mira a esa chica cuenta la historia de Miriam, una joven que es violada por un grupo de hombres en el portal de un edificio después de salir de una fiesta y que tras el crimen se enfrenta a los constantes cuestionamientos de la sociedad, de sus amigos, de los medios de comunicación y los suyos propios al transitar por experiencias desconocidas de la mano del miedo y del desconcierto que, a decir de la autora, deberían abordarse más.

    El fin de la novela de amor, Vivian Gornick

    El amor romántico ha dejado de ser el foco central de las mujeres en la literatura y en la vida, es la premisa bajo la cual la escritora Vivian Gornick reúne once ensayos de 1997 bajo el título El fin de la novela de amor, que publica Sexto Piso.

    Simone Veil, amanecer en Birkenau

    Cinco años después de la muerte de Simone Veil (1927-2017), superviviente del Holocausto, figura clave en la política francesa y primera presidenta del Parlamento Europeo, la editorial Pre-textos publica una recopilación de sus escritos en Simone Veil, amanecer en Birkenau.

    El libro recoge los textos recopilados por el cineasta David Teboul, durante más de 40 horas de grabación, quien dice que este volumen, plagado de testimonios gráficos sobre la infancia, la vida y legado de Veil, entre ellos su visita a Auschwitz, “permite leer su voz”.

    Dysphoria mundi, Paul B. Preciado

    El filósofo español Paul B. Preciado, escritor, crítico de arte y una de las figuras contemporáneas más influyentes por su trabajo sobre las políticas del cuerpo, el género y la sexualidad, especialista en teoría queer, publicó Dysphoria mundi (Anagrama), un libro en el que plantea las «mutaciones» y convulsiones que vive el planeta y que ofrecen una oportunidad de cambio de paradigma menos “opresor”.