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  • Las mujeres de México están alzando la voz. ¿Las escuchará una mujer presidenta?

    Las mujeres de México están alzando la voz. ¿Las escuchará una mujer presidenta?

    Mi madre nació en 1943, en un país donde no se le permitía votar. El gobierno mexicano no le otorgó a las mujeres el derecho a votar en las elecciones nacionales —o el derecho a ocupar cargos públicos a nivel nacional— hasta el 17 de octubre de 1953. Hoy, casi 71 años después, por primera vez dos mujeres encabezan la contienda electoral para ser la próxima presidenta de México: Claudia Sheinbaum, la puntera en las encuestas, y Xóchitl Gálvez. No es una hazaña menor para un país con una larga y compleja relación con el machismo, y donde cada día mueren asesinadas un promedio de 10 mujeres o niñas.

    Y, sin embargo, este logro a menudo se ha sentido como algo secundario en estas históricas elecciones. Sheinbaum, una científica que se presenta en la candidatura del partido gobernante, Morena, y Gálvez, una empresaria que representa a una coalición de partidos convertidos en oposición, han aludido a los logros del feminismo y su influencia en la vida pública mexicana. Pero han sido cautas respecto a detenerse demasiado en los temas de los derechos de las mujeres en sus campañas, abordando muy superficialmente el aborto y los derechos reproductivos, por lo que podría parecer cierta deferencia a los votantes conservadores. Ninguna ha presentado un plan de gobierno sólido para atender a las mujeres que las han llevado adonde están hoy.

    Porque, mientras México se sumía en su pesadilla de violencia generalizada, desde la guerra contra el narcotráfico respaldada por Estados Unidos, pasando por el gobierno de Felipe Calderón y hasta el sexenio del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, han sido las mujeres —su incansable trabajo, su rabia infinita y su dolor cada vez más profundo— quienes le han dado a este país una brújula moral. Las movilizaciones de las mujeres han cobrado más fuerza y estruendo ante la indiferencia y la represión del gobierno; han constituido la única oposición seria contra el statu quo y han convertido las cuestiones de los derechos de las mujeres y la justicia de género en temas centrales de cualquier debate sobre nuestro futuro en común.

    Para ser justos, a los hombres que han aspirado a la presidencia tampoco se les ha exigido históricamente que presenten sus planes para las mujeres. Rara vez se les pregunta al respecto. Sin embargo, las mujeres constituyen algo más de la mitad del electorado mexicano, por lo que es imperativo que Sheinbaum y Gálvez hablen de sus puntos de vista y sus posturas sobre asuntos que afectarán los cuerpos, la seguridad y la vida cotidiana de las mujeres; no porque sean mujeres, sino porque son candidatas a la presidencia que luchan por representarnos a todos y todas en el más alto cargo político del país.

    Casi con toda seguridad, el 2 de junio una mujer recibirá el mandato de gobernarnos a todos. Será la presidenta de unos votantes profundamente preocupados por la inseguridad y la corrupción. La política de seguridad del gobierno actual —conocida como “Abrazos, no balazos”— no ha conseguido reducir la violencia desatada por la fallida y mal llamada guerra contra las drogas, hecho que se pone dolorosamente de manifiesto con el creciente número de desapariciones y los altos índices de violencia de género. Una impactante cifra de colectivos de víctimas, compuestos en su mayoría por madres, esposas, hermanas e hijas de personas desaparecidas, recorren el país con escaso o nulo presupuesto o apoyo institucionales, en ocasiones desenterrando ellas mismas los restos de sus seres queridos.

    Women marching on a street in Mexico City holding placards.
    Las mujeres marcharon para celebrar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en Ciudad de México, el 25 de noviembre de 2023.Credit…Aurea Del Rosario/Associated Press

    Las mujeres de mi familia no cuentan solo la historia del voto en México. También estamos entre las innumerables familias que buscan justicia para sus hijas asesinadas en un país donde la impunidad y la corrupción suelen ponerles obstáculos, sobre todo en los casos de feminicidio. Uno de los muchos casos pendientes hoy en México es el de Liliana Rivera Garza, mi hermana menor, asesinada el 16 de julio de 1990. El presunto feminicida nunca ha sido detenido, a pesar de tener una orden de arresto.

    Pero esto es solo una parte del panorama. Quien llegue a la presidencia de México también gobernará un país que alberga un influyente y activo movimiento de mujeres. En México, el feminicidio es un delito específico; en 2019, en Ciudad de México, cuando Sheinbaum era su jefa de gobierno, se creó una fiscalía especial para el delito de feminicidio. Mientras que la Corte Suprema de Estados Unidos revocaba su fallo en el caso Roe contra Wade en 2022, la Suprema Corte de Justicia de México despenalizaba el aborto en 2023. Queda mucho trabajo por hacer: por la justicia económica, la igualdad de acceso a la educación y los derechos laborales, y contra el racismo, la homofobia y la transfobia. Pero esta generación de mujeres mexicanas jóvenes ha logrado auténticos progresos, al ayudar a encontrar un lenguaje que sea lo bastante preciso, compasivo y contundente para desmantelar los relatos que las han silenciado por la fuerza y normalizado la violencia de género durante demasiado tiempo.

    Su éxito es parte de algo más grande. En toda América Latina, las mujeres han estado a la vanguardia de la lucha contra las dictaduras militares en Chile (el movimiento de las arpilleras, por ejemplo) y Argentina (las Madres de Plaza de Mayo). Hoy responsabilizan de la violencia a sus países y reclaman el espacio público para recordarnos que ellas —que todas nosotras— tenemos derecho a vivir y prosperar con seguridad. El 25 de noviembre de 2019, durante la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el colectivo feminista chileno LASTESIS interpretó la canción protesta “Un violador en tu camino”, convocándonos a miles de nosotras a corear contra nuestros gobiernos. La próxima presidenta de México debe ser consciente de que la energía liberada por estas acciones, que reverbera en América Latina y más allá, ha llegado para quedarse.

    Son estas luchas y reivindicaciones las que han configurado el escenario político en el que Sheinbaum y Gálvez se encuentran ahora. ¿Tendrá la próxima presidenta de México la voluntad y la capacidad de honrar esa historia y de reconocer que la igualdad de las mujeres y la justicia de género no son cuestiones marginales, sino cruciales para el futuro de nuestro país? ¿Estará preparada para enfrentarse al inmenso desafío del crimen organizado, dentro y fuera del gobierno, para garantizar una vida libre de violencia para todas? ¿Preservará y defenderá la seguridad de los periodistas y activistas que arriesgan su vida cuando le hacen preguntas difíciles al poder? A diferencia de los anteriores mandatarios, ¿ella escuchará?

    Creo que las mujeres son seres humanos complejos con “toda una gama de conductas que van desde lo santo a lo demoníaco, incluido lo criminal”, como escribió una vez Margaret Atwood. Y muchas dirigentes mujeres —Margaret Thatcher y Corazón Aquino, por citar solo dos— han demostrado que el hecho de que una mujer gobierne el país no se traduce necesariamente en apoyo a las mujeres. Como todos los presidentes del pasado, y del futuro, la próxima líder de México será juzgada, no por su género, sino por las decisiones y los actos de su gobierno.

    La historia de mi madre forma parte de un México, uno en el que las mujeres han cooperado para llevar a dos candidatas hasta este momento. La historia de mi hermana Liliana nos advierte de otro México, uno donde la violencia acaba con las cosas antes de que empiecen. Dos años antes de su muerte, Liliana ejerció su derecho al voto, el 6 de julio de 1988, y se unió entusiasmada a la multitud que se congregó después en el zócalo de Ciudad de México. Estaba dispuesta a defender nuestra incipiente democracia y a oponerse al omnipresente fraude electoral que mantuvo entonces al Partido Revolucionario Institucional en el poder.

    Ella, como las otras innumerables víctimas de la violencia contra las mujeres en México, no podrá votar esta semana. Solo podemos votar si estamos vivas.

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    ✍🏻 Cristina Rivera Garza es autora de El invencible verano de Liliana, que ganó el Premio Pulitzer este año.

  • Setenta años del voto de las mujeres: México se mira ante el espejo del machismo histórico

    Setenta años del voto de las mujeres: México se mira ante el espejo del machismo histórico

    Amneris Chaparro es doctora y maestra en teoría política. Su campo de estudio son los feminismos y estudios de género. Cuenta que en clase siempre les dice lo siguiente a sus alumnas: “Imagínense. Mi mamá nació en 1953, es decir, lo que tiene de vida es lo que las mujeres en México tenemos de ciudadanas. Eso quiere decir que hace 34 generaciones atrás, las mujeres de mi familia no eran ciudadanas de este país, entonces creo que es importante tener esa perspectiva histórica de lo novedoso que es ser considerada como igual a los hombres”. La académica del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM (CIEG) recalca la importancia de no dar por sentado o asumir que fue “muy fácil” tener a dos aspirantes mujeres a la presidencia de México, al contrario, “ha sido una lucha de muchos años y que ha costado”, aclara.

    La semilla para la culminación de un viaje de 70 años, en el que la República tendrá a la primera presidenta de su historia este domingo 2 de junio, se remonta a la Revolución mexicana con la lucha de las mujeres ante un denominador común: derrocar la dictadura de Porfirio Díaz; y que posteriormente fue tomando forma en Yucatán, en 1916, con el primer Congreso Feminista, hasta materializarse décadas después, en 1953, durante el Gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, quien concedió el sufragio universal a las mujeres y, con ello, su calidad de ciudadanas.

    “Una de las demandas principales para el nuevo gobierno posrevolucionario [en Yucatán, en 1916] fue la del sufragio, que las mujeres puedan votar y ser votadas. Ese es un parteaguas importantísimo del feminismo mexicano”, afirma Chaparro.

    Adela Velarde Pérez, la primer adelita, en una imagen sin datar.
    Adela Velarde Pérez, la primer adelita, en una imagen sin datar.

    Si bien en 1953, con la reforma constitucional, las mujeres adquieren la ciudadanía plena, los obstáculos tanto en el espectro social como en el legal hicieron una sombra incómoda. La docente de la UNAM toma el caso de Matilde Montoya, quien fue la primera mujer egresada de medicina en México en 1879, pero que tuvo que luchar por recibir su título ya que una de las justificaciones por la cual no podía hacerlo, era debido a que este señalaba que era de médico, no de médica.

    Existe una cuestión universal de los derechos humanos, pero que en la práctica es más complicado, a pesar de que ahora se cuenta con un padrón electoral en el que, en promedio, las mujeres votan más. En la contienda anterior, con base a los resultados del Estudio muestral sobre la participación ciudadana en las elecciones federales de 2018, se dio a conocer que las mujeres votan más que los hombres, 66,2% contra 58,1%, una diferencia de ocho puntos porcentuales dentro del 62,3% del total de la ciudadanía que acudió a las urnas.

    Hombres votan en San Gregorio Atlapulco, en la elección de 1958.
    Hombres votan en San Gregorio Atlapulco, en la elección de 1958.ARCHIVE PHOTOS (GETTY IMAGES)

    “También habría que pensar quiénes son esas mujeres que sí pueden votar y quiénes son las mujeres que llegan a puestos de representación. Ahí hay lo que en estudios de género llamamos un cruce que hay pensarlo de manera interseccional. Cuáles son los distintos factores, además del género, que obstaculizan que ciertas personas lleguen a ciertas posiciones de poder”, cuestiona Chaparro.

    Lo que se decía en la época para oponerse al voto femenino era que las mujeres pertenecían al espacio de la casa y no la política, ya que “significaría una corrupción de sus almas y que se desocuparían de sus labores naturales”, complementa la académica del Centro de Investigaciones y Estudios de Género. Sin embargo, no fue hasta dos décadas después, en 1975, cuando Ciudad de México fue elegida por Naciones Unidas para albergar la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer que se comienzan a materializar políticas públicas enfocadas en la mujer.

    Varias disposiciones que se encontraban en el Código Civil de 1928 fueron derogadas, entre las que destacan el permiso del marido para que la mujer casada pudiera tener trabajo remunerado. También se estableció el derecho a las mujeres para ser sujetas de dotación de tierras y convertirse en ejidatarias.

    “El Gobierno mexicano obviamente lo hizo con la presión de saber que iban a ser anfitriones de este gran evento. Es un cambio que no es menor, porque decir ante la ley que hombres y mujeres son iguales tiene mucho significado y eso permite que a partir de los setentas, que también es la década de la segunda ola del feminismo, se comienza a articular planes de acción desde las feministas que exigen formas específicas de representación de las mujeres. Comienza una suerte de concientización sobre cuáles son los temas de la agenda que tienen que ver con representación, con derechos reproductivos, con nombrar a las violencias. Todo eso comienza a suceder a partir de este momento”, dice la docente del CIEG.

    A pesar de ver cierto recelo por parte de Claudia Sheinbaum y de Xóchitl Gálvez a pronunciarse como feministas, porque “sigue siendo un término complicado y que devora la cabeza de mucha gente”, Chaparro aún lo considera una victoria para el movimiento. Aunque se tardó, se pudo llegar a ese momento donde tener a una mujer en la presidencia de la República es real. “El momento extraordinario que estamos viviendo también puede ser entendido no solo como un triunfo de la democracia, sino del movimiento feminista de largo plazo. Tendría que dejar de ser extraordinario. Tenemos que llegar a un momento en este país en que las mujeres dejen de ser las primeras en algo”, afirma.

    Xóchitl Gálvez
    Xóchitl Gálvez con un pañuelo morado contra la violencia de género, el 7 de marzo de 2023 en Ciudad de México.MARIO JASSO (CUARTOSCURO)

    Aunque advierte respecto a un aspecto fundamental: identidad de género no es conciencia de género. Es decir, muchas de las mujeres que están en la política no necesariamente abrazan una agenda a favor de sus similares ni mucho menos una agenda feminista, pero destaca que es importante que estén ahí no porque también demuestra que tienen muy distintas posiciones e ideologías políticas.

    También señala una pregunta que fue recurrente durante esta campaña electoral: “¿está México listo para una mujer presidenta?”. Cuestiona los entredichos a las candidatas sobre su lugar y una supuesta influencia de un hombre tras su protagonismo, ya sea del presidente de México o de un partido político. “Nadie dice detrás de Máynez está Dante Delgado o Samuel [García] o Colosio Riojas [Luis Donaldo] debido a que las mujeres en la política siguen siendo pensadas como que no pertenecen ahí”, añade.

    Claudia Sheinbaum saluda durante un evento del Día de la Mujer, el 8 de marzo de 2023.
    Claudia Sheinbaum saluda durante un evento del Día de la Mujer, el 8 de marzo de 2023.ANDREA MURCIA MONSIVAIS (CUARTOSCURO)

    Lo que más bien le preocupa sobre el cuestionamiento sobre si “México no está preparado”, es que desemboque en reacciones más violentas. Ante cualquier falla de la nueva presidenta, se dirá que es una falla de todas las mujeres, cuando un montón de hombres han gobernado, se han equivocado y estos errores no se han pensado como fallas del género masculino, explica.

    “Tenemos que ver qué pasa después del 2 de junio y de la toma de la presidencia en septiembre. Lo que más me preocupa es que la condición de ser mujer sea un disparador para nuevas formas de violencia o ataques mucho más crueles, más agudos a las mujeres en cualquier puesto de representación pública por razones de género, donde se asoma la misoginia, el sexismo. Creo que eso sí va a pasar porque ningún país o cultura está preparado para tener mujeres en espacios donde no es usual tener mujeres”, concluye la especialista.

    El feminismo ha sido una lucha de siglos. México, con su nueva mandataria, continuará otro sexenio en la batalla por la igualdad y con el desafío de seguir rompiendo nuevas barreras.

  • México: por qué Juchitán de Zaragoza se conoce como “la ciudad de las mujeres”

    México: por qué Juchitán de Zaragoza se conoce como “la ciudad de las mujeres”

    «¿Que cómo vivimos que una mujer pueda presidir el país? Ya era hora, a ver si hace cosas ‘chingonas’ por México».

    La frase es de la comerciante Griselda Martínez, una mujer clásica istmeña, zapoteca: «fuerte, luchadora, aguerrida, independiente, empoderada», es como se describe a sí misma.

    Son adjetivos que se repiten cuando en el Istmo de Tehuantepec, la región interoceánica más angosta de México, pregunto por las cualidades que hacen de la mujer local un objeto de estudio que fascina a investigadores y viajeros.

    A pocos días de unas elecciones en las que dos mujeres candidatas (la oficialista Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez) figuran como las favoritas por primera vez en la historia, en este lugar no se asume como un evento tan revolucionario.

    Durante siglos, y a diferencia de otros grupos étnicos en México, las mujeres aquí se han caracterizado por empoderarse desde pequeñas. Dominan el mercado, el comercio, las ventas, las fiestas. En la toma de decisiones familiares comparten protagonismo con el hombre.

    Han ostentado un poder y un peso político valorados de una forma inusual en un país estereotipado en la cultura del «macho» que por siglos ensombreció a la mujer, pero que en los últimos años ha dado pasos agigantados hacia una mayor paridad de género en la política y la vida pública.

    Lo de las mujeres en el Istmo ha sido un protagonismo tan peculiar que algunos investigadores y periodistas extranjeros construyeron el mito de que allí existía un matriarcado.

    «Es cierto que aquí las mujeres son más valoradas, más fuertes, empoderadas, pero tampoco se puede romantizar; queda mucho por hacer y llamarlo matriarcado no ayuda en absoluto«, le aclara a BBC Mundo Howard Campbell, antropólogo cultural de la Universidad de Texas en El Paso.

    BBC Mundo visitó Juchitán de Zaragoza, también conocida como «la ciudad de las mujeres» en el Istmo.

    Buscamos conocer los orígenes de este poder femenino centenario, pero también despejar mitos como el del «matriarcado», que según locales y expertos ignoran realidades como la violencia de género y la desigualdad que sufren.

    El Istmo

    Istmo de Tehuantepec, la región más angosta de México.

    El Istmo de Tehuantepec toca los estados sureños de Oaxaca y Veracruz.

    Es una zona plana, calurosa, rica en recursos naturales y de ubicación privilegiada. Solo 200 kilómetros separan al océano Atlántico del Pacífico; una joya para el comercio que en los últimos años el gobierno federal explota para impulsar la economía de la zona y por ende la de México.

    Esto hizo que por siglos fuera región de paso abierta al intercambio de culturas.

    Pero también un punto constante de tensión donde la mujer tomó partido.

    «Es una región donde históricamente se produjeron grandes rebeliones y donde la mujer fue siempre muy visible», le explica a BBC Mundo la antropóloga zapoteca Patricia Matus Alonso, de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco en México.

    Aquí conviven varias etnias: zapotecas, huaves, mixes y chontales, aunque los zapotecas son los más influyentes.

    «Bajo el gobierno colonial, los zapotecas mantuvieron su especificidad étnica y resistieron la hegemonía cultural y política española lo mejor que pudieron», narra el antropólogo Campbell en uno de sus estudios.

    Y parte de esa especificidad fue un protagonismo femenino poco habitual en el mundo, con crónicas que cuentan cómo mujeres fueron fundamentales en rebeliones indígenas contra el virreinato español en el Istmo desde el siglo XVII.

    «Lo de ser así de aguerridas nos viene de nuestras ancestras», le cuenta a BBC Mundo la periodista zapoteca Diana Manzo.

    Diana Manzo, durante su entrevista con BBC Mundo.

    FUENTE DE LA IMAGEN,JOSÉ CARLOS CUETO / BBC NEWS MUNDO

    Pie de foto,La periodista Diana Manzo fundó su propio periódico, donde recoge las mejores historias del Istmo de Tehuantepec.

    El mercado

    «Si quieres ver el protagonismo de las mujeres zapotecas, tienes que ir al mercado de Juchitán», me recomienda Matus Alonso.

    En efecto, las mujeres acaparan cada puesto de ventas en este concurrido lugar de la ciudad.

    Desde las 7:00 am hasta las 9:00 pm pregonan, venden, gestionan las finanzas; muchas son las proveedoras familiares de facto mientras el marido descansa porque, según cuentan, es el que se encarga de pescar o recolectar durante la madrugada y entregarles los productos que ellas luego comercializan.

    A diferencia de muchas partes de México, aquí mujeres y hombres contribuyen de una forma más igualitaria a la economía familiar. Muchas se convierten en jefas de familia.

    Aunque en este caso, Manzo pide «no romantizar».

    «Muchas de esas jefas de familia realizan ‘dobles jornadas’ alternando trabajo y crianza de hijos», señala.

    En una de las fondas del mercado encuentro a Griselda Martínez, quien me brinda comida y se ofrece a contarme todo sobre la mujer zapoteca e istmeña.

    Griselda Martínez, en su fonda del mercado de Juchitán.

    FUENTE DE LA IMAGEN,JOSÉ CARLOS CUETO / BBC NEWS MUNDO

    Pie de foto,Cinco minutos de charla distendida con Griselda Martínez dan para una «masterclass» sobre el orgullo de la mujer zapoteca.

    Empieza con algo de historia.

    «Esto de enfrente es la calle 5 de septiembre, en memoria a cuando nosotras las mujeres, en el siglo XIX, agarramos palos, piedras y machetes para repeler a los franceses junto a los hombres».

    En ese mismo siglo, las constantes guerras civiles de la región provocaron que muchos hombres zapotecas fueran reclutados por los diversos ejércitos.

    Así, en el Istmo abundaban viudas y mujeres solas, obligadas a sostener a sus familias. Se convirtieron en viajeras, comerciantes, independientes.

    «El comercio les dio dinero, autoridad, poder de decisión para dirigir un hogar», le dijo a BBC Mundo el historiador Víctor Cata.

    Eso les permitió no depender de nadie ni permitir que fueran explotadas, añade la historiadora Leticia Reina, especializada en las dinámicas del Istmo en el Instituto Nacional de Antropología e Historia en México.

    Martínez, mientras sirve un caldo humeante de mondongo, termina la charla hablando de política actual.

    «Presidenta mujer o no, lo que importa ahora es que lo haga bien. Tenemos mujeres inteligentes que pueden trabajar en pos de México si se les da la oportunidad».

    El hogar

    Tres generaciones de mujeres zapotecas en una imagen.

    FUENTE DE LA IMAGEN,JOSÉ CARLOS CUETO / BBC NEWS MUNDO

    Pie de foto,El empoderamiento de la mujer zapoteca se transmite por generaciones en el hogar.

    El orgullo e independencia de la mujer zapoteca e istmeña también se labra desde casa.

    Entre las entrevistadas para este reportaje hay una historia que se repite: la de una abuela que agarra a su nieta y le dice: «niña, nunca esperes por un hombre. Sal y sé independiente».

    La joven zapoteca Michelle López Alonso lo aprendió a rajatabla.

    La conozco una noche en una fiesta tradicional de la vela, donde las mujeres acaparan el espacio.

    Baila segura de sí misma; paso erguido, mirada altiva. Son cualidades que aparecen con frecuencia en los textos académicos sobre las mujeres en esta región.

    Comparte pista con otras mujeres. Es otra tradición inusual en México: mujeres que bailan con mujeres.

    Todas lucen regias en sus tradicionales vestimentas, el huipil y la enagua, que inspiraron a artistas como la pintora Frida Kahlo al ver en las zapotecas un ejemplo de empoderamiento femenino atípico en su tiempo.

    Michelle López, con su vestimenta tradicional en la fiesta de la vela.

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    Pie de foto,En las fiestas zapotecas, el protagonismo es de las mujeres.

    Al día siguiente, López, de 20 años, reflexiona recostada en una hamaca colgada en medio del salón de casa, escena habitual en las calurosas estancias juchitecas.

    «Mi orgullo y seguridad los aprendí en la familia. Por décadas no tuvimos el apoyo de un hombre. En mi casa las mujeres siempre asumieron los dos roles: el de proveer y cuidar».

    López tampoco cree que una mujer por ser presidenta vaya a hacer la diferencia.

    «En esta sociedad aprendí que no hace falta ostentar un cargo político para tener influencia. Hemos demostrado que la mujer puede movilizar y llevar la batuta sin precisamente tener un cargo«, cuenta.

    Michelle López Alonso, sentada en la hamaca del salón de casa.

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    Pie de foto,A pesar de su juventud y los cambios que las redes sociales provocan en la mujer zapoteca, Michelle López guarda sus tradiciones.

    La escena política

    En México, como en la mayoría de países, las mujeres no contaron con el mismo acceso de los hombres a la arena política hasta décadas recientes.

    “Pero el Istmo fue visto por muchos como una excepción a la falta de poder de las mujeres mexicanas”, según escribió Campbell.

    En los 70, las tehuanas tuvieron un rol clave en uno de los movimientos políticos más revolucionarios de México.

    Conocida como Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI), la organización pretendió derrotar a la hasta entonces hegemonía política que encabezaba el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

    En la coalición, según Matus Alonso, primó la identidad étnica.

    «Se defendió y puso en valor el idioma, los rituales y la fortaleza de la mujer zapoteca, que ocuparon un lugar central en el movimiento coceísta», comenta la antropóloga.

    La COCEI consiguió que en 1981 Juchitán de Zaragoza se convirtiera en el primer ayuntamiento mexicano donde gobernase un movimiento de corte socialista.

    Cartel de campaña electoral de la política zapoteca Gloria Sánchez.

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    Pie de foto,La zapoteca Gloria Sánchez, quien ya fue alcaldesa de Juchitán, se presenta como diputada federal con Morena para las elecciones.

    Según Campbell, las mujeres comprendieron el 50% o más en las manifestaciones, mítines y bloqueos de la COCEI, protagonizaron huelgas de hambre y se arriesgaron físicamente «a diferencia de las mujeres priistas, cuya participación política se reducía a organizar actividades y asistir a los mítines del PRI».

    «El fuerte carácter y voluntad de la mujer zapoteca para pelear (literalmente) por sus intereses en la arena pública son actores clave en este grupo étnico», analiza Campbell.

    Desde entonces, en la región aparecieron las primeras alcaldesas, aunque todavía pocas y en municipios pequeños, según contó en una entrevista con el diario mexicano La Jornada la experta Margarita Dalton.

    «Mucho antes de que en el país se pusiera de moda la cuota de género en la política, en el Istmo esa paridad ya se intentaba practicar«, me dice la periodista Manzo.

    «Para estas elecciones, varias mujeres istmeñas compiten para puestos de diputadas, presidentas municipales e incluso senadoras», añade la reportera.

    Las cuotas de género es una iniciativa introducida en años recientes para “garantizar la efectiva integración de mujeres en puestos o funciones clave dentro de organismos de diversa índole”, según explica la web del gobierno de México.

    Si bien Campbell pide no romantizar y reconocer el carácter político de las mujeres en otras partes del país, sí admite que el activismo de las istmeñas ha sido reconocido de una forma peculiar en el contexto mexicano.

    El debate sobre el matriarcado

    Durante años, varios investigadores, periodistas y artistas, la mayoría extranjeros, describieron las dinámicas del Istmo como matriarcales.

    Muchos viajeros llegaron aquí atraídos por esta idea desechada por otros investigadores y, sobre todo, las mujeres locales.

    «Si hubiera matriarcado, no existirían los altos niveles de violencia contra la mujer que se dan en el Istmo. Sigue habiendo machismo», me cuenta Beatriz Ramos, de la fundación de planificación familiar MexFam.

    Beatriz Ramos, frente al mercado principal de Juchitán.

    FUENTE DE LA IMAGEN,JOSÉ CARLOS CUETO / BBC NEWS MUNDO

    Pie de foto,Beatriz Ramos lidera una fundación que protege la salud sexual de las mujeres en Juchitán de Zaragoza.

    La violencia contra la mujer es uno de los grandes males que azotan México.

    Solo entre enero y marzo de 2024 se contabilizaron 184 presuntos delitos de feminicidio en todo el país. En los últimos años se cuentan por miles.

    El Istmo de Tehuantepec es uno de los focos con alerta de género.

    Para desmontar el mito del matriarcado, Campbell también recuerda que, a pesar del protagonismo político y de defensa de derechos de la mujer zapoteca, todavía debe traducirse en más puestos de liderazgo con capacidad real de toma de decisiones, por mucho tiempo en manos de hombres locales que las «han oprimido».

    Muchas narrativas que ensalzan a la mujer zapoteca no mencionan la forma en que han estado «subordinadas y sido maltratadas por los hombres», aclara el investigador.

    «Sí, somos fuertes, valientes y empoderadas, pero tampoco romantizamos. Que llegue una mujer no va a marcar la diferencia. Lo que queremos es que se respeten nuestros derechos como mujer, mejorar el acceso a la salud, la educación y que se acabe la violencia», dice Manzo.

    El viejo feminismo zapoteca

    «¿Entonces, qué opinas tú del poder feminista actual teniendo en cuenta la tradición zapoteca»?

    La artista textil Natividad Amador se piensa la respuesta.

    Para ella, al igual que muchas mujeres con las que converso aquí, el feminismo que tantos avances consigue en el mundo no es una novedad, sino algo innato, un valor de comunalidad que siempre practicaron.

    Mientras borda uno de sus textiles en su taller de su casa en Juchitán, Amador reflexiona: «creo que aquí el feminismo es más auténtico».

    Aunque la mujer zapoteca se considera independiente, la artista aclara que eso no implica que busque la soledad o que la idea del matriarcado sea algo que las haga sentir cómodas.

    «Es un feminismo que guarda mucho respeto por el hombre. Compartimos. Es importante que las decisiones se tomen en conjunto», dice.

    Natividad Amador trabajando en su taller en casa.

    FUENTE DE LA IMAGEN,JOSÉ CARLOS CUETO / BBC NEWS MUNDO

    Pie de foto,Natividad Amador es unas de las principales exponentes de la promoción de la cultura zapoteca a través de sus textiles.

    Juchitán está de fiesta los días que visita BBC Mundo.

    Son celebraciones donde la mujer es el centro, la cara más visible, el símbolo más puro del feminismo zapoteca que ha sido usado en México por artistas, intelectuales y políticos para mostrar una cara más liberadora de la mujer, a veces bajo una mirada elitista e idealizadora.

    Es una sociedad inspiradora, pero ya se ve que no está libre de los machismos y desigualdades que afectan a todo el territorio.

    Hay una incógnita: cuánto tiempo tomará erradicarlos.

    También una certeza: las zapotecas y el resto de mujeres del Istmo no pararán de luchar. Va en los genes.

  • Muere Nora Cortiñas, la madre de Plaza de Mayo que luchó contra todas las injusticias

    Muere Nora Cortiñas, la madre de Plaza de Mayo que luchó contra todas las injusticias

    La argentina Nora Morales de Cortiñas no dejó de buscar ni un sólo día de su vida a su hijo mayor, Gustavo, desaparecido por el terrorismo de Estado el 15 de abril de 1977. Norita, como era conocida en Argentina la presidenta de Madres de Mayo-Línea Fundadora, falleció este jueves a los 94 años sin encontrarlo. Preguntó por él junto a otras madres en despachos oficiales y comisarías durante la dictadura. Después, ya en democracia, se presentó ante la Justicia para intentar sin éxito encontrar respuestas en los militares sentados en el banquillo de los acusados. Nunca logró saber siquiera dónde lo tuvieron secuestrado y qué hicieron con él. Pero esa mujer de estatura diminuta y sonrisa inmensa llevó siempre la imagen de Gustavo sobre su pecho. Era su forma de recordarlo y también de reivindicar la memoria del pueblo argentino sobre una de las páginas más oscuras de su historia.

    Cortiñas fue operada de una hernia la semana pasada y permaneció durante días en terapia intensiva. “¡Fuerza Norita!”, decían los miles de mensajes que inundaron las redes mientras esta psicóloga social y docente luchaba por su vida. Murió un jueves, ese día que durante 47 años ha sido la cita fija de todas las Madres de Plaza de Mayo para transformar su dolor en una lucha colectiva que ha dado la vuelta al mundo.

    “Cuando era niña soñaba con princesas, soñaba con llevar a mis hijos a la calesita. No era una revolucionaria como ahora. Mi nombre es Nora Morales de Cortiñas, pero todos me conocen como Norita”, le gustaba presentarse ante las nuevas generaciones a esta luchadora incansable, presente en cualquier movilización donde los derechos humanos fuesen atacados.

    Nació en Buenos Aires, en 1930, como la tercera hija de una familia de clase media. “Era graciosa, muy pizpireta, tipo Mafalda. Dicen que tenía salidas divertidas”, se describió a sí misma al recordar ese momento feliz de su vida en la biografía Norita, la madre de todas las batallas que escribió Gerardo Szalkowicz. A los 19 años se casó con su primer y único novio, Carlos Cortiñas, y pronto llegaron sus dos hijos: Gustavo y Marcelo. Aunque había estudiado el oficio de modista, su máxima aspiración en las décadas siguientes fue ser “una ama de casa perfecta”, como tantas otras mujeres argentinas.

    Su vida dio un giro de 180 grados el día de la desaparición de Gustavo. Dejó ese mundo doméstico que dominaba y se abrió paso en otro desconocido, dominado por una dictadura atroz. Había pasado sólo un año desde el golpe de Estado y los militares secuestraban decenas de personas por día, como parte de un plan sistemático de exterminio al que ella y otras madres le plantaron cara sin pensárselo: estaba en juego la vida de sus hijos.

    Nora Cortiñas grita al represor Alfredo Astiz antes de un juicio en el que testificó, en diciembre de 1986.
    Nora Cortiñas grita al represor Alfredo Astiz antes de un juicio en el que testificó, en diciembre de 1986.GETTY IMAGES

    “Me llamaban a mi casa, me amenazaban, me pintaron todo el barrio con el nombre “madre terrorista”, recordaba al hablar de los primeros jueves en los que las Madres se reunieron en la Plaza de Mayo, frente a la sede del Gobierno argentino. Ante la prohibición de quedarse quietas, comenzaron a dar vueltas alrededor de la Pirámide para exigir la aparición de sus hijos. Cortiñas mantuvo el ritual hasta el final de su vida. Iba a la Plaza de Mayo cada jueves, a excepción de aquellos en los se lo impedía algún viaje o enfermedad. El único paréntesis prolongado fueron los meses de encierro forzoso de la pandemia.

    Compromiso feminista

    En esas marchas, lucía siempre sobre su cabeza el pañuelo blanco que las Madres de Plaza de Mayo convirtieron en un símbolo mundial contra la dictadura. “El pañuelo blanco lucha contra la injusticia, contra el silencio, contra el olvido”, lo definió Cortiñas. En los últimos años, comenzó a atar otro alrededor de su muñeca, al que consideraba heredero de esa tradición de lucha de las mujeres argentinas: el pañuelo verde que las feministas enarbolaron a favor del aborto legal, seguro y gratuito.

    Cuando Argentina recuperó la democracia, en 1983, Cortiñas se entusiasmó con la posibilidad de ver a los militares condenados por los crímenes de lesa humanidad. “El juicio a las Juntas nos sacó de la incertidumbre de que nunca iba a haber justicia”, sintetizó Nora Cortiñas al hablar sobre el histórico proceso judicial que tuvo lugar en 1984.

    Nora Morales de Cortiñas en una protesta en la Plaza de Mayo, en 2016.
    Nora Morales de Cortiñas en una protesta en la Plaza de Mayo, en 2016.GETTY IMAGES

    Dos años después, sin embargo, las divisiones internas llevaron a Cortiñas a marcar distancia de la titular de la agrupación de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y crear otra organización más horizontal y menos dogmática: Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora. Sus integrantes, como Cortiñas, aceptaron dar testimonio ante a la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (Conadep), aprobaron la exhumación de cadáveres enterrados como NN y las medidas de reparación ofrecidas por el Estado argentino, entre otras diferencias.

    Dueña de una vitalidad increíble, Cortiñas apoyó numerosas causas tanto dentro como fuera de Argentina. “Esa ausencia, ese dolor que siento todos los días, es el motor de mi compromiso. Por eso estoy en cualquier lado acompañando las luchas contra todas las opresiones; porque, sencillamente, quiero cambiar este mundo injusto”, argumentó esa mujer valiente, cuando ya caminaba con ayuda de un bastón, al ser preguntada de dónde sacaba fuerzas.

    Su última aparición en público tuvo lugar el 24 de marzo pasado, cuando marchó para conmemorar el aniversario del último golpe de Estado y gritar “Nunca Más” al lado de una multitud preocupada por el auge de los discursos de reivindicación del terrorismo de Estado desde el entorno del presidente argentino Javier Milei. Ni siquiera así bajó los brazos. Invitó a los jóvenes a mantener viva la memoria y la lucha contra las injusticias. “Dentro de muchos años me gustaría ser recordada con una sonrisa y con ese grito que significa todo lo que siento adentro mío: ¡Venceremos!”, expresó. Símbolo de una resistencia inclaudicable, Cortiñas supo crear un puente entre la memoria y la utopía.

  • ‘Purple washing’, cuando las empresas usan al feminismo para su beneficio

    ‘Purple washing’, cuando las empresas usan al feminismo para su beneficio

    ¿Ser feminista está de moda? Todas hemos visto un sinfín de publicidad de muchísimas marcas hablando sobre el movimiento y la lucha por la igualdad de género para vender sus productos. Pero, ¿te has preguntado si realmente son empresas comprometidas con el feminismo? Esto es el ‘purple washing’.

    Sabemos la importancia del feminismo, la latente lucha de las mujeres a nivel internacional durante las últimas décadas y que va mucho más allá de usar el color morado. Por medio de la página oficial de la ONU, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, menciona que la igualdad de género, así como el empoderamiento a mujeres y niñas, es uno de los mayores desafíos en materia de derechos humanos de nuestra época.

    Qué es el ‘purple washing’

    La expresión ‘purple washing’ se puede traducir como lavado violeta, tomando la idea del color morado como representativo del movimiento feminista.

    A grandes términos, el ‘purple washing’ es cuando alguna empresa, marca, institución o celebridad ocupa el movimiento feminista para sacar provecho en ventas, números o simplemente crear marketing que los beneficie de alguna manera. Es decir, cuando una marca no se compromete realmente con el movimiento sino limita sus acciones a, por ejemplo, cambiar el logo de sus redes sociales para usar un tono morado.

    El término ‘purple washing’ se atribuye a la escritora y activista Brigitte Vasallo, de acuerdo con La Gaceta del CUSur, publicación de la Universidad de Guadalajara.

    Foto: Pexels. Diego Salamanca

    Este concepto también se relaciona con la incongruencia. Una entrada de blog de la Universidad de La Coruña pone el ejemplo de una “carrera de la mujer” que se hizo en Madrid donde el premio fue un robot de cocina (es decir, una herramienta para labores “de mujeres”) y donde te dan como cortesía una comida light (asumiendo que todas las mujeres queremos perder peso).

    Otro ejemplo bastante claro es cuando se acerca el 8M, Día Internacional de la Mujer, mes donde vemos infinidad de publicidad o productos de distintas marcas, instituciones o influencers dando a conocer su apoyo y compromiso con las mujeres y su movimiento. Muchas de ellas tal vez realmente apoyan el movimiento todo el año o en diversas maneras, pero también son muchas las que no lo llevan a la práctica.

    ¿Cómo ayudar a disminuir el ‘purple washing’?

    Foto: Pexels. Rubí Salgado

    La forma más sencilla y directa en la que podemos ayudar a combatir esta práctica es cuestionar qué están ofreciendo al movimiento las marcas o instituciones que dicen apoyarlo. También puedes basarte en esta información para adquirir o no productos.

    Como mujeres sabemos la importancia de la lucha que vivimos día con día, debemos ser más conscientes con nuestro movimiento y no dejar que acciones como el ‘purple washing’ retrocedan los logros que con esfuerzo se han obtenido, además de las luchas que siguen.

    POR  MIRANDA MATA

  • Women Who Won the War: una voz para mujeres de Medio Oriente

    Women Who Won the War: una voz para mujeres de Medio Oriente

    La guerra civil siria se ha cobrado la vida de más de 500.000 personas desde que las protestas contra el gobierno durante la Primavera Árabe desencadenaron el conflicto en 2011. Casi 7 millones de sirios se han ido del país en un éxodo masivo, y la misma cifra cuenta para los desplazados internos: en total, más de la mitad de la población siria de antes de la guerra.

    El conflicto ha desaparecido de la atención mundial, pero los periodistas sirios siguen informando sobre él, al tiempo que dan testimonio de los crímenes cometidos en la que ha sido una de las guerras más mortíferas en lo que va del siglo XXI.

    Mais Katt, periodista siria afincada en los Países Bajos, ha cubierto la guerra durante más de 10 años y escribió sobre las vidas de tres periodistas sirias que también informaron sobre el conflicto gracias a la beca Jim Hoge.

    La pieza que publicó la inspiró para fundar un nuevo medio de comunicación, Women Who Won the War (Mujeres que ganaron la guerra), dedicado a crear un espacio para que las mujeres cuenten sus historias fuera de las lentes tradicionales de esposas, madres y víctimas. También ofrece apoyo, formación y orientación a las periodistas que trabajan en zonas de conflicto, con especial atención a Medio Oriente y el Norte de África.

    Hablé con Katt sobre Women Who Won the War, el futuro que ve para el periodismo en la región y mucho más.

    Háblanos de tu medio. ¿De dónde surgió la idea de este proyecto?

    La idea comenzó con la beca que me concedió Jim Hoge, un periodista estadounidense que siempre intentaba abrir puertas a sus colegas más jóvenes. Postulé con el proyecto «Tres mujeres que ganaron la guerra«. Quise contar historias personales para narrar la revolución y la guerra desde la perspectiva de mujeres que son fuente de inspiración, agentes de cambio, que pueden hacer del mundo un lugar mejor, y no solo de la forma en que habitualmente se cubre Medio Oriente, con mujeres como víctimas o supervivientes, o como esposas o viudas de los héroes.

    ¿Quiénes son las mujeres que retrataste?

    La primera es Lubna Kanawati, feminista siria y superviviente de un ataque químico. Salió de Damasco hacia la zona controlada por la oposición, luego huyó al norte de Siria y después a Turquía, y de Turquía a Francia.

    En Francia cofundó una organización llamada Women Now for Development. Ella es una hermosa combinación de suavidad, feminidad y fortaleza.

    Otra es Haneen al-Sayyed, una periodista joven que vive en el norte de Siria, en una zona controlada por extremistas. Fue desplazada muchas veces y acabó en Afrin, donde tuvieron que huir todos los kurdos. Tuvo que interrumpir sus estudios universitarios a causa de la guerra, pero ha seguido informando.

    La tercera es Razan Zaitouneh, una abogada que también creció en Damasco. De hecho, estudié con ella. Fue secuestrada por el grupo rebelde islamista sirio Ejército del Islam en 2013 y nunca regresó. No sabemos si está viva o no. Pero ganó su propia guerra. También fue testigo de los ataques químicos y los documentó ante Naciones Unidas.

     

    Mais Katt
    Mais Katt.

    ¿Qué entiendes por «ganar la propia guerra»?

    Si empiezas una guerra, la ganas conquistando territorio o poder político.

    Pero si no elegiste la guerra, también puedes ganarla a tu manera: mejorando la vida de la gente en esos tiempos violentos; ayudando, apoyando e inspirando, y también cambiando el camino de otras personas.

    ¿Cómo surgió «Mujeres que ganaron la guerra» de esta historia?

    Mientras estaba escribiendo sobre Kanawati, al-Sayyed y Zaitouneh, Jim Hoge falleció. Eso me hizo pensar que quería que fuera un proyecto continuo; había mucho que contar, muchas historias increíbles.

    La idea de un proyecto continuo coincidía con la visión del propio Jim Hoge. Encontré una conexión entre esta idea y lo que realmente quiero hacer y el propósito de esa beca. Considero este medio como una plataforma para contar historias más profundas y largas, y poner el foco en las mujeres en zonas de conflicto, no solo la guerra en el sentido literal de la palabra, sino también la guerra social, los retos a los que cualquier mujer puede enfrentarse en la sociedad.

    Por otro lado, me he dado cuenta de que en mi región las mujeres hacen coberturas cortas, se centran más en lo social, pero no en el periodismo de largo aliento o el periodismo de investigación. Esta es la otra misión de la plataforma: ofrecer formación, capacitación y oportunidades a las jóvenes periodistas para que produzcan trabajos de gran repercusión. Significa mucho para mí formar parte del cambio de perspectivas y discursos sobre las mujeres de Medio Oriente.

    ¿Cómo ves el futuro del periodismo en la región?

    Es muy difícil ser optimista. El periodismo forma parte de la democracia, así que las trabas no son solo los conflictos regionales, sino también de las dictaduras. Y también está el tema de la masculinidad en esta sociedad.

    No es nada fácil, el camino está lleno de grandes piedras y rocas, pero también quiero transmitir a la gente que no se rinda. Y por eso es muy importante seguir haciendo el trabajo que hacen organizaciones como el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ), ofreciendo modelos de periodismo, desarrollando capacidades y apoyando a individuos y a pequeños medios independientes para que construyan sus propios caminos teniendo en cuenta los principios en los que creen. Eso es lo que me hace ser más optimista.

    Fuiste finalista del Premio Europeo de Periodismo 2024. ¿Qué significó para ti?

    Como inmigrante que vive en Europa, esta nominación significó mucho para mí. Fue por un reportaje sobre la discriminación de género dentro del sistema europeo de migración. Ser nominada me impulsó a comprometerme más con el proyecto Women Who Won the War, y a estar más decidida que nunca a seguir adelante con él.


    Foto cortesía de Mais Katt.

    porDEVIN WINDELSPECHT

  • «Sin Sostén», el nuevo podcast feminista que contará con varias celebridades

    «Sin Sostén», el nuevo podcast feminista que contará con varias celebridades

    El día de mañana el primer episodio de “Sin Sostén”, un pódcast de Agencia EFE muy desenfadado con mirada feminista que aborda temas que afectan a las mujeres de Latinoamérica con invitadas como la cantante Greeicy o la actriz Zharick León.

    Este nuevo espacio, el cual tendrá 10 episodios y una frecuencia semanal, aborda asuntos como la realidad que viven decenas de miles de ‘webcamers’ en el continente, qué hay detrás de los concursos de belleza y de un título de Miss o por qué las dietas controlan la vida de tantas mujeres, que incluso exponen su salud por unos cánones de belleza inalcanzables.

    «Hoy, desde esta mujer que nunca soñó con ser madre y hoy está viviendo la maternidad, les digo que es lo más hermoso que me ha pasado porque es lo más retador», confiesa la colombiana Greeicy en el primer episodio del pódcast, que está presentado por las periodistas Laia Mataix y Angélica Rodríguez y estará disponible en Spotify, Apple Pódcast, Amazon, Youtube y otras plataformas digitales.

    La Agencia EFE lanzará este martes el primer episodio de
    La Agencia EFE lanzará este martes el primer episodio de «Sin Sostén», un pódcast desenfadado con mirada feminista que aborda temas que afectan a las mujeres de Latinoamérica con invitadas como la cantante Greeicy o la actriz Zharick León. EFE/ Carlos Ortega 

    Junto a Greeicy y León («Pasión de gavilanes» o “Romina poderosa”), la actriz y finalista de Miss Universo Paola Turbay, la influencer Carolina García (@nosoycarolina) y otras seis invitadas de gran renombre se tratará de dar respuestas a varias dudas de sexualidad femenina, en un formato abierto también a las voces de decenas de mujeres de todo el continente americano.

    «La innovación en el periodismo es posible y necesaria. Se pueden ofrecer contenidos con toda la profesionalidad y el rigor informativo que exige el servicio público, y hacerlo de una forma atractiva para todas las audiencias», explica la directora de Estrategia de la agencia, Soledad Álvarez, quien subraya la apuesta de esta agencia por los nuevos formatos y por temas sociales como la igualdad. 

    “Sin Sostén”, la primera gran producción de audio de EFE en América Latina, está dirigido por Javier Marín. En la producción y realización han participado Irene Escudero, Raquel Godos, Maurén Barriga, Victoria Cárdenas, Daniela Cubillos y Esteban Novillo.

    Con información de EFE. 

  • Mujeres presas utilizan la realidad virtual para la reinserción después de ser liberadas

    Mujeres presas utilizan la realidad virtual para la reinserción después de ser liberadas

    En su primera semana de capacitación laboral, Tiffany Joseph Busch aprendió a realizar un cambio de aceite. «Si hubiera sabido que era tan fácil, no habría pagado por los cambios de aceite», le dijo a su instructor.

    Pero Busch nunca interactuó con un automóvil real durante el entrenamiento. En cambio, aprendió en un garaje virtual, mediante el uso de un casco de realidad virtual Meta Quest.

    Busch, de 36 años, está encarcelada en la Institución Correccional para Mujeres de Maryland (MCIW, por sus siglas en inglés) y es parte de un grupo inicial de personas que aprenden habilidades con realidad virtual que las prepararán para buscar trabajos como técnicas automotrices cuando sean liberadas. Para Busch, quien espera estar en libertad en junio después de haber estado encarcelada intermitentemente desde los 19 años, el programa le dará una ventaja crucial para reconstruir su vida fuera de prisión.

    «Es urgente que recibamos algún tipo de capacitación», dijo Busch a CNN en una entrevista en la prisión el mes pasado. «Estoy emocionada de poder volver a casa y utilizar lo que hemos (aprendido) aquí».

    Aunque la tecnología de realidad virtual existe desde hace más de una década, todavía se la considera una tecnología relativamente especializada, utilizada principalmente por los gamers. Sin embargo MCIW, en asociación con Vehicles for Change, una organización sin fines de lucro con sede en Baltimore, que desarrolló el programa, explora si los cascos de realidad virtual podrían hacer que las oportunidades de capacitación profesional sean más accesibles dentro de las prisiones. El objetivo final es reducir las tasas de reincidencia para garantizar que las personas encarceladas tengan un camino claro hacia empleos bien remunerados una vez que sean liberadas.

    En todo Estados Unidos, los técnicos automotrices tienen una gran demanda. Los grupos comerciales dicen que la industria ve decenas de miles de puestos de trabajo sin cubrir cada año. Y en Maryland, esos puestos a menudo pagan más que el salario mínimo estatal de US$ 15 por hora.

    “Esto no es ciencia espacial. Se trata de conseguirle a la gente un trabajo que les permita desarrollar una carrera, y podemos evitar que la gente vaya a prisión”, afirmó el presidente de Vehicles for Change, Martin Schwartz. «Si pueden conseguir un trabajo que les pague entre US$ 16 y US$ 20 la hora, podemos cambiar la trayectoria de esa tasa de reincidencia».

    La formación de mecánicos de automóviles se vuelve virtual

    Vehicles for Change se fundó en 1999 para proporcionar automóviles accesibles a familias de bajos ingresos. En 2016, la organización sin fines de lucro desarrolló un programa de capacitación presencial de técnicos automotrices para personas anteriormente encarceladas, donde los participantes recibirían capacitación laboral remunerada mientras reparaban automóviles para ir a los clientes de la organización.

    La organización tiene relaciones con empleadores como Napa Auto Parts y AAA, cuyos representantes forman parte de su junta directiva, para ayudar a los graduados a conseguir un trabajo a tiempo completo después de finalizar el programa.

    Pero durante la pandemia de covid-19, la cantidad de alumnos que Vehicles for Change podía permitir ingresar de manera segura a sus garajes disminuyó, por lo que Schwartz comenzó a explorar formas alternativas de difundir la capacitación.

    Finalmente lo conectaron con la empresa de software HTX Labs, que había creado programas de capacitación en realidad virtual para la Fuerza Aérea de EE.UU. y luego diseñó el programa de capacitación de mecánicos de automóviles para Vehicles for Change.

    Además de MCIW, la organización sin fines de lucro también pone a prueba el programa de capacitación de técnicos automotrices de realidad virtual en instalaciones correccionales de Texas y Virginia.

    Para los líderes del departamento correccional de Maryland, el programa VR proporcionó una manera rápida y sencilla de ampliar la capacitación laboral en el Instituto Correccional de Mujeres para un campo que necesitaba trabajadores. El departamento penitenciario trabaja “muy estrechamente con el Departamento de Trabajo (del estado) para determinar cuáles son las necesidades de la industria y dónde están las vacantes”, según Carolyn Scruggs, secretaria de seguridad pública y servicios penitenciarios de Maryland.

    Tiffany Busch le dijo a CNN que el programa le enseñó rápidamente cómo hacer un cambio de aceite. Crédito: Mackenzie Happe/CNN.

    Varias de las otras prisiones del estado tienen programas prácticos de capacitación mecánica, pero construir un nuevo garaje significa tener que encontrar el espacio y traer equipos costosos, procesos que se complican aún más por las estrictas medidas de seguridad que deben mantener las prisiones. Aunque los cascos cuestan casi US$ 500 cada uno, siguen siendo más accesibles que los programas de capacitación práctica convencionales.

    «Al incorporar la realidad virtual, se elimina todo el espacio o los fondos necesarios para construir un salón de clases completo», dijo Danielle Cox, directora de educación del Departamento de Seguridad Pública y Servicios Correccionales de Maryland, quien supervisa los 26 programas de entrenamiento laboral del departamento correccional.

    “Además, les ofrece algo en un par de semanas que les llevaría más tiempo si hicieran prácticas en el aula”, dijo Cox. «Así que podemos hacer que algunas mujeres (…) aprovechen esta oportunidad y realmente salgan y consigan un trabajo tan pronto como sean liberadas».

    Ahora en su tercera cohorte, el programa de MCIW graduó a 15 mujeres desde que comenzó el año pasado.

    “Hay algo afuera de aquí”

    Las mujeres de MCIW vienen al gimnasio de las instalaciones, que recuerda al gimnasio de una escuela secundaria, para entrenar. Cuando se ponen los auriculares, son transportadas a un taller de reparación de automóviles virtual, donde pueden operar el elevador de automóviles y utilizar varias herramientas.

    Cuando completan el programa, las alumnas están preparadas para trabajos como técnicas en lubricación de neumáticos (funciones disponibles en lugares como Jiffy Lube o Mr. Tire) y para el examen de Excelencia en el Servicio Automotriz, la certificación para mecánicos de automóviles reconocida a nivel nacional.

    “Creo que lo mejor de esto, para las personas encarceladas, es que pueden escapar de este lugar y les recuerda que hay algo fuera de aquí”, dijo Meagan Carpenter, otra de las aprendices de MCIW.

    “Quiero poder mostrarles a mis hijos, especialmente a mi hija, que cualquier cosa que un hombre pueda hacer, nosotras podemos hacerlo mejor o igual”, dijo. «Y quiero ser una buena representante de este programa (…) a veces sólo necesitamos que ese programa tenga fe en nosotros y nos dé una oportunidad».

    Meagan Carpenter y Tiffany Joseph Busch son dos de las mujeres en el programa de capacitación en realidad virtual para mujeres de la Institución Correccional de Maryland. Crédito: Mackenzie Happe/CNN.

    Pero, ¿es realmente posible aprender a reparar un auto en realidad virtual sin tener que interactuar con un vehículo real? Carpenter dijo que se siente «100% segura de mis habilidades».

    Y Schwartz dijo que también está seguro del potencial del entrenamiento en realidad virtual. Añadió que, dada la necesidad de trabajadores automotrices, los empleadores a menudo están felices de mostrar a los aprendices cómo aplicar lo que aprendieron en el mundo digital para operar de manera segura en un taller real.

    «La realidad virtual será la forma número uno en la que entrenemos los oficios en cinco años en todos los ámbitos», afirmó. “Esta tecnología va a cambiar ciertamente la capacitación (en prisión), pero marcará una gran diferencia para las poblaciones marginadas que tenemos en este país que no pueden permitirse el lujo de ir a un colegio comunitario para obtener un título en automoción o una escuela de oficios (…) No sólo vamos a llenar el vacío de oficios, sino que vamos a cambiar la pobreza en este país mediante el uso de la realidad virtual”.

  • Pese a avances, aún hay resistencias a paridad de género: TEPJF

    Pese a avances, aún hay resistencias a paridad de género: TEPJF

    Aunque la paridad de género se ha ido fortaleciendo para garantizar la participación de las mujeres en la mitad de los cargos de decisión política, aún hay resistencias, pues el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) continúa recibiendo impugnaciones en esta materia, aseguró la magistrada presidenta Mónica Soto.

    Indicó que de 2016 hasta el 30 de abril de 2024 se habían resuelto mil 182 expedientes y dictado 6 mil 273 sentencias referentes exclusivamente a asuntos de paridad.

    En el Encuentro Nacional de Observatorios de Participación Política de las Mujeres en México, expuso que si bien hay más consciencia de que las féminas pueden acceder a cargos públicos, todavía “encontramos de forma persistente diversas prácticas estructurales que se necesitan erradicar” y lo cual ha sido enfrentado a través de diferentes estrategias.

    Insistió en que es necesario vigilar constantemente el cumplimiento del principio constitucional de paridad de género para lograr el ejercicio sustantivo de los derechos de participación política y electoral de las mujeres y no solo en términos cuantitativos.

    En su turno, la consejera del Instituto Nacional Electoral (INE), Norma de la Cruz, señaló que desde que empezó el proceso electoral, en septiembre del 2023, este órgano ha recibido alrededor de 150 quejas por conductas que podrían constituir violencia política, de las cuales 98 se presentaron en 2024. “Estamos recibiendo una queja por día, y esto se ha ido incrementando”, sostuvo.

    De la Cruz, quien acudió al encuentro en representación de la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, detalló que en 86 por ciento de las denuncias, “las autoridades judiciales determinaron que la violencia sobre todo es violencia digital, en memes” y otras imágenes, que reflejan “las mismas problemáticas que hemos detectado en otros procesos electorales, el descalificar el cuerpo, de dónde vienes, ridiculizar”.

    Sobre este tema, la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman, expuso que “la respuesta patriarcal a la mayor presencia de mujeres en espacios de decisión es violentarlas, es el mecanismo automático”, el descalificarlas, hacerlas sentir que no pertenecen a determinado lugar, poner en riesgo su integridad física y emocional, hasta atentar contra la vida de las candidatas.

    En este sentido, apuntó que a nivel municipal, aunque han aumentado las presidentas municipales, de 4 a 26 por ciento, “es un espacio de mucha violencia, de mucha descalificación. Según el registro de personas sancionadas en materia de violencia política contra las mujeres, el 75 por ciento de las acciones corresponden a este nivel”.

    No obstante, Gasman resaltó que el actual proceso electoral “es un momento histórico”, porque hay miles de mujeres candidatas. “Ha sido a codazos y sentencias, pero ya estamos y estamos en la víspera de tener una mujer presidenta. No es cualquier cosa, es realmente el trabajo sostenido de las mujeres de este país durante décadas”, enfatizó.

  • Cumplen estudios de género 25 años en la UANL

    Cumplen estudios de género 25 años en la UANL

    La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, marcó un parteaguas en los estudios de género. En la cumbre, 189 naciones se comprometieron por unanimidad a instituir programas en favor del empoderamiento de la mujer desde las instancias gubernamentales como desde la academia.

    Alineada a este compromiso, el 28 de mayo de 1999 la Universidad Autónoma de Nuevo León puso en marcha el Centro Universitario de Estudios de Género (CUEG), espacio que alberga desde hace 25 años la Facultad de Filosofía y Letras.

    Cumplen estudios de género 25 años en la UANL

    Como testigo de honor de la fundación del CUEG estuvo presente Graciela Hierro Dahsa, directora del Programa de Estudios de Género de la UNAM, así como las integrantes del grupo feminista “Las Reinas” y la feminista María Elena Chapa.

    “Ya estaba el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) en la UNAM, en el COLMEX también ya había estudios, aquí nosotros mismos, en la Facultad, tuvimos algunos estudios previos en el área de letras, cuando se investigó a Simón de Beauvoir con la maestra Minerva Margarita, por ejemplo, o con la maestra Alejandra Rangel también hubo algunos seminarios, sí, entonces ya había algo, pero no como un compromiso institucional”, explicó Lídice Ramos Ruiz, coordinadora de este espacio desde su creación.

    Cumplen estudios de género 25 años en la UANL

    Nosotros nos formamos en 1999, entonces, para la Universidad esto representó un éxito y también un éxito para las mujeres de Nuevo León. Las mujeres políticas dijeron ‘tiene que ser en la universidad pública, la que tiene más prestigio en este contexto’. Aquí felices. Tú me puedes decir una Lupita Rodríguez, una María Elena Chapa, la que quisieras de la política, encantadas de que aquí estuviera, y entonces eso fue un éxito”.

    Lídice Ramos

    Coordinadora del Centro Universitario de Estudios de Género de la FFyL

    Durante 25 años, la visión de este centro ha sido la de contribuir en la formación científica de personas universitarias comprometidas con la equidad de género y con expectativas de un porvenir donde la tolerancia, la diversidad y la dignidad humana configuren el mundo.

    Figuras feministas como Amelia ValcárcelAlicia MiyaresDulce María SauriMaría Elena Chapa y Marta Lamas han contribuido en la configuración de este espacio en el que han transitado muchas generaciones de estudiantes, mujeres y hombres.

    Cumplen estudios de género 25 años en la UANL

    El CUEG es un espacio interdisciplinario de estudio, análisis y reflexión que utiliza la perspectiva de género como herramienta de trabajo científico.

    Mediante conferencias, mesas de discusión, presentaciones de libros y artículos con perspectiva de género, talleres, actividades de concientización, entre otras, el Centro Universitario de Estudios de Género ha impulsado cambios dentro y fuera de la Universidad.

    “Se empezó a abrir dentro de la Universidad, más profundamente, la transversalización de la perspectiva de género, tanto que se crea una materia a nivel del plan curricular en todas las facultades, que se llamaba Equidad de Género y luego se transformó en Cultura de Género”, explicó Ramos Ruiz.

    Cumplen estudios de género 25 años en la UANL

    CUEG abre paso a la cultura de género

    Tras 15 años de trabajo y como resultado de los estudios de género, en 2014 la Universidad impulsó la Maestría de Género y Políticas Públicas.

    Este programa de posgrado fue el primero a nivel nacional, fuera de la Ciudad de México, en abordar dicho tema, cuya función primordial fue entender los problemas y promover los cambios necesarios para alcanzar la igualdad y una vida libre de violencia contra las mujeres.

    “Fue la primera maestría de estudios de género que ha tenido la Universidad”, recordó la universitaria.

    Cumplen estudios de género 25 años en la UANL

    El estudio y reconocimiento de las desigualdades de género a través de estos espacios ha abierto camino a otras acciones institucionales como la puesta en marcha de la Maestría en Estudios de Género y Diversidad Sexual, en 2024.

    Asimismo, este 2024 la UANL dio a conocer la Secretaría de Igualdad e Inclusión, a fin de reforzar la educación en la cultura de género dentro y fuera de la Universidad.

    “El avance nacional ha sido que las mujeres cada vez nos hemos ido capacitando más, a lo mejor no en perspectiva de género, pero sí en perspectiva de derechos”.

    Cumplen estudios de género 25 años en la UANL

    Por: Blanca Medina Viezca y Eduardo Loredo Rivera   Fotografía: Patricia Rosales