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  • En 2021 hubo menos películas dirigidas por mujeres en comparación con 2020

    En 2021 hubo menos películas dirigidas por mujeres en comparación con 2020

    La inclusión y representación en la industria del cine es cada vez más una realidad entre conversaciones que se han dentro y fuera de la pantalla grande con mayor presencia de minorías y grupos vulnerables para escribir y protagonizar sus propias hisorias. Pero falta un largo camino por recorrer… bastante largo.

    Prueba de eso es que en el último reporte Celluloid Ceiling del Center for the Study of Women in Television and Film de la Universidad Estatal de San Diego (ACÁ), se encontró que el número de películas taquilleras dirigidas por mujeres, bajó en 2021 en comparación con 2020. Sin embargo, no todo está perdido, pues aumentó la presencia femenina en espacios de producción, guionismo y demás.

    Jane Campion filmando 'The Power of the Dog'

    Phil Jones y Jane Campion / Foto: KIRSTY GRIFFIN/NETFLIX © 2021

    De acuerdo con este reporte, sólo 12 por ciento de las 100 películas más exitosas en taquilla de 2021, fueron dirigidas por mujeres. La cifra es lamentable, pues bajó 4 por ciento en comparación con 2020 donde las mujeres tuvieron representación de 16 por ciento.

    Esto también se traduce en que más de 80 por ciento de todos los filmes que salieron en 2021, fueron dirigidos por hombres. 2021 fue un muy buen año para la industria, pues con la salida de varios filmes y la apertura de salas de cine en todo el mundo, se recuperaron algunos números.

    Maggie Gyllenhaal en las filmaciones de 'The Lost Daughter'

    Maggie Gyllenhaal en las filmaciones de ‘The Lost Daughter’ / Foto: iMDB

    Y es extraño. Pues algunas de las mejores películas del año, fueron dirigidas por mujeres (ACÁ la lista completa). Pero no recibieron la atención en taquilla que merecían. Entre algunos filmes destacados dirigidos por mujeres está Mia Hansen Løve con Bergman Island; Emma Seligman con Shiva BabyTatiana Huezo con Noche de fuego; Audrey Diwan con L’Evenement Julia Ducournau con Titane.

    Estas dos últimas ganadoras de la edición de 2021 del Festival de Cannes y el Festival de Venecia, respectivamente. A estos títulos, se les suma aquellos que llamaron más la atención como Promising Young Woman de Emerald FennellCandyman de Nia DaCosta (AQUÍ la noticia de sus números) o los últimos estrenos que suenan para la temporada de premios como Jane Campion con The Power of the Dog y Maggie Gyllenhaal con The Lost Daughter.

    'Titane': Julia Ducournau, la segunda mujer en llevarse la Palma de Oro en Cannes

    Vincent Lindon, Julia Ducournau y Agathe Rousselle en Cannes. / Foto: Getty Images

    Las buenas noticias

    A pesar de que el número de películas con directoras bajó, hay buenas noticias respecto a otras áreas que han ocupado las mujeres dentro de una producción. Este 2021 se contó 17 por ciento de mujeres para participar en el guion26 por ciento de productoras ejecutivas en comparación con el 21 de 2020.

    Subió dos porciento (a 32) para las productoras22 por ciento para las editoras; y 6 por ciento para las directoras de fotografía. Algunos de estos números se mantuvieron igual que en 2020, tal es el caso de las fotografía, pero algunos aumentaron en gran medida, lo cual es una buena señal.

    Audrey Diwan en Venecia

    Audrey Diwan gana Venecia por ‘L’Evenement’ / Foto: Getty Images

    ¿Qué esperar para 2022 y 2023?

    Algunas de las películas más esperadas para este año y 2023, son dirigidas por mujeres. Está Nia DaCosta con The Marvels (17 de febrero de 2023) dentro del MCU para dirigir a Brie Larson en la segunda entrega de Capitana Marvel. También el regreso de Greta Gerwig con Barbie programada ‘ara 2023 con Margot Robbie.

    Para 2022, está el esperado estreno de Don’t Worry Darling de Olivia Wilde para el 23 de septiembre o Turning Red de Domee She para el 11 de marzo de 2022, la primera película de Pixar dirigida por una mujer.

    Pero las películas que se esperan dominen la taquilla serán dirigidas por hombres con Damien Chazelle, Guillermo del Toro, Martin Scorsese, David Fincher, los hermanos Russo, Yorgos Lanthimos, David Lowery, James Wan, Andy Muschietti, James Cameron, Alejandro González Inárritu, Ryan Coogler, Jordan Peele, Taika Waititi y más.

    Esta nota fue realizada por SOPITAS/ Greta Padilla.
    Aquí puedes leer la original: https://www.sopitas.com/entretenimiento

  • Los Reyes Magos buscan juegos de empatía y entendimiento que sirvan para niñas y niños

    Los Reyes Magos buscan juegos de empatía y entendimiento que sirvan para niñas y niños

    Se acerca la noche más mágica del año. Miles de niñas y niños esperan ansiosos la mañana del 6 de enero para abrir los regalos que los Reyes Magos les han dejado. Juguetes, libros, ropa… (y quizás un poco de carbón) son algunos de los presentes que sus majestades de Oriente repartirán por las casas.

    La tarea de escoger regalos no siempre es fácil. La mayoría de las tiendas de juguetes todavía presentan una clara segregación. En el pasillo pintado en rosa aparecen muñecastareas domésticas, accesorios de belleza o disfraces de princesas, mientras que en el pasillo azul hay superhéroes, vehículos, dinosaurios o juegos de acción.

    Este comportamiento está tan interiorizado, que a veces pasa inadvertido que asociar un determinado juguete a una niña o a un niño perpetúa los estereotipos de género ya existentes. Para lograr una sociedad más igualitaria se debería tener en cuenta la perspectiva de género en todo aquello que condicione el desarrollo de los más pequeños.

    Por eso, este año los Reyes Magos apuestan por regalar juguetes no sexistas, ya que éstos forman parte del aprendizaje y de la adquisición de cultura de los niños.

    Construir el mundo a través del juego

    Cada tipo de juego estimula diferentes tipos de habilidades. A través del juego las niñas y los niños construyen su identidad y los roles para los que se consideran aptos. Los juguetes sobre actividades domésticas, asociadas al ámbito privado, favorecen el desarrollo de la inteligencia emocional y los cuidados, mientras que los de construcción o experimentos favorecen la curiosidad y las habilidades matemáticas o científicas.

    Si una niña o un niño juega con un juguete concreto asociado socialmente a su género no pasa nada, «el problema es que todos los juegos estén tan diferenciados por sexos», explica a Efeminista Clara Merín, creadora de Educaiguales. «El mensaje que les estamos mandando es que las niñas y los niños son muy diferentes», añade.

    El encasillamiento de unos juguetes u otros con un determinado género sí puede afectar a la elección de sus estudios. Regalar a las niñas aquellos relacionados con el ámbito privado refuerza los estereotipos implantados y las ponen en situación de desventaja. Así, las niñas de 6 años son menos propensas a pensar que los miembros de su género son «muy, muy inteligentes» y tratan de evitar aquellas actividades asociadas con la brillantez intelectual, lo que se conoce como «dream gap».

    Por otra parte, María Cervera, gestora cultural y agente de igualdad, sostiene también que debe de evitarse «el mito de la libre elección», pensar que la elección de juguetes por los mismos niños es una decisión tomada por «libertad propia», cuando en realidad está «condicionada por el contexto social y cultural» en el que vivimos.

    «Antes de que la niña diga lo que quiere o lo que le gusta ya le hemos puesto una muñeca en la mano. De alguna manera estamos definiendo sus gustos», expresa Merín.

    Mirar el mundo a través de las gafas violetas

    Es cierto que en los últimos años se ha visto un cambio en el comportamiento de las familias y, gracias a la presión que estas ejercen, en el de los catálogos de juguetes también.

    Un 45% de los españoles todavía compra juguetes basándose en estos estereotipos.

    No obstante, estudios recientes muestran que los estereotipos de género en este ámbito continúan siendo una realidad muy presente. Un 45% de los españoles todavía compra juguetes basándose en estos estereotipos y, aunque supone menos de la mitad de los encuestados, «todavía sigue siendo un porcentaje muy alto«, según María Gijón, agente de igualdad, experta en género y creadora de «Educar Sin Estereotipos».

    Este cambio no se refleja igual en las empresas. Gijón afirma que los «juguetes están más sexualizados» que hace 40 años. Algo tan sencillo como el huevo Kinder Sorpresa que ahora viene en un envoltorio de dos colores diferentes, rosa y azul, con diferentes juguetes para cada uno.

    La sociedad ha crecido con unos valores muy integrados que no ha cuestionado. Merín explica que «reproducimos ese sistema sin darnos cuenta y pensando que es lo mejor para nuestros hijos e hijas», cuando en realidad todo es cultural. Por eso, “hasta que no te pones las gafas violetas no lo ves”, explica María Gijón en alusión a lo interiorizado que está este comportamiento.

    Cualquier juguete sirve para niña o niño

    Lo más importante a la hora de escoger es «tener claro que cualquier juguete sirve para niña o niño«, explica María Cervera. A partir de ahí se intentará regalar aquellos juguetes o juegos que trabajen los valores a los que no están acostumbrados.

    Las expertas recomiendan regalar a las niñas juegos de construccióncoches o cohetes para que adquieran la confianza en que pueden realizar esas tareas, así como juegos que las inviten al movimiento. Para los niños recomiendan juegos de manualidades o muñecos «que les enseñen que cuidar también es una responsabilidad de ellos», explica Merín.

    Las muñecas pueden ser un arma de doble filo. Las que tienen profesiones como ingenieras científicas pueden construir un referente, pero muchas aún representan estereotipos físicos. María Gijón habla de las Lottie como ejemplo de muñeca que no perpetúa los clichés. Son muñecas y muñecos con proporciones reales, looks y escenarios inspirados en la gente real.

    Es recomendable priorizar aquellos juegos de empatía y entendimiento frente a los que fomenten la violencia y la agresividad, así como los juegos colaborativos y de trabajo en equipo.

    Los cuentos que promuevan la igualdad también son un pilar fundamental de la educación.

    «Nos sirven para transmitir valores positivos, para fomentar la imaginación y la creatividad, para socializar, para inculcar ideas y para ofrecer modelos de comportamiento», explica Cervera.

    El juego es parte del aprendizaje de los niños. Los comportamientos y las habilidades se ven moldeadas por los diferentes juguetes que tienen a lo largo de su infancia. Si fomentamos el uso de juegos violentos y estereotipados, los pilares de la sociedad se asentarán sobre esas actitudes. En cambio, si fomentamos el uso de juguetes que desarrollen actitudes de cuidado en niños y la creatividad en las niñas lograremos que adquieran valores para una sociedad más igualitaria.

    Esta nota fue realizada por EFEMINISTA/ Myriam Canal.
    Aquí puedes leer la original: https://efeminista.com/reyes-magos-juguetes-ninas-ninos/

  • Madres maestras de hace más de mil años

    Madres maestras de hace más de mil años

    Poco conocidas y apreciadas, autoras, maestras y elaboradoras de libros contribuyeron a la difusión del saber desde inicios de la Edad Media. Siguiendo el ejemplo de santa Ana, las madres medievales tuvieron a su cargo la educación de quienes, con el tiempo, llegarían a ser importantes figuras políticas.

    Pero hay también, al lado de estos generosos y frecuentemente exagerados visionarios, un coro de hombres cuerdos que permanecen en las playas y que desde allí sentencian la imposibilidad absoluta de que monstruos tan extraordinarios como las serpientes marinas y las mujeres cultas o creadoras de cultura, sean algo más que una alucinación, un espejismo, una morbosa pesadilla.

    Rosario Castellanos

    Continuamente escucho decir que las mujeres no eran eruditas, escritoras, lectoras o elaboradoras de libros sino hasta hace unas décadas e impulsadas por la liberación femenina. Antes de ello sabemos de unas cuantas mujeres “excepcionales” que contra corriente se apropiaron de la palabra escrita para expresarse y resistir la marginalización patriarcal en la producción de conocimiento. Ignorar al sinnúmero de mujeres que han participado en la expansión de la cultura del libro tiene quizá más que ver con cómo hemos estudiado la historia, qué preguntas se han hecho y quiénes las han hecho. Hace varios años empecé a cuestionarme sobre lo que nos han enseñado en las escuelas respecto a la historia de la mujer y cómo estos prejuicios moldean nuestra cultura del saber y nuestro sentido del presente. Por supuesto que una vez que profundicé en la historia de la escritura encontré a muchísimas mujeres que desde hace miles de años participan en la producción literaria. Los y las estudiosas se han dedicado durante décadas a desenterrar las múltiples experiencias de mujeres con la cultura escrita, el alfabetismo, la enseñanza y el intercambio de conocimiento. Sin embargo, en el conocimiento popular se ignoran aún muchos de sus nombres.

    Gracias al trabajo meticuloso de historiadoras y arqueólogas, se ha encontrado un gran número de mujeres autoras, maestras y elaboradoras de libros desde inicios de la Edad Media en el contexto de los reinos cristianos en Europa. Las formas en que las mujeres participaron en la elaboración y circulación de libros no se limitaron a su papel como autoras o escribas, sino que sus funciones fueron múltiples: financiaron a historiadores y poetas, comisionaron libros para su estudio o para donaciones a instituciones de aprendizaje y a través de cartas circularon conocimiento. Hasta hace poco, una mujer lectora y escritora durante este periodo se consideraba un “caso único” o una mujer “excepcional” en la historia, pero poco a poco comprendemos que debemos mirar el pasado con otros ojos para descubrir a todas las mujeres que hasta ahora han sido ignoradas o pasadas por alto.

    Si nos remontamos a los primeros siglos de la Edad Media –cuando se expande a pasos agigantados la cultura de la palabra escrita y la producción de manuscritos– encontramos a mujeres que junto a sus contrapartes masculinas crearon espacios para compartir y preservar conocimiento. Durante toda la Edad Media hubo mujeres que sabían escribir y leer y estaban interesadas en adquirir libros, estudiarlos, intercambiarlos, poseerlos y copiarlos; mujeres que mantuvieron bibliotecas y elaboraron libros. El problema de ignorarlas es más bien de tipo político y metodológico, como reconoce la investigadora medievalista Diana Arauz: “Se ha pretendido prolongar en el tiempo la imagen de una mujer que, por designio divino, debía permanecer casi imperceptible al lado de su compañero y, preferiblemente, en silencio, sin palabra.”

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    A las mujeres se les asocia exclusivamente al espacio doméstico con roles administrativos del hogar, de crianza y cocina, sin reconocerles que precisamente en este espacio podían encontrar ciertas libertades para dedicarse al estudio y la escritura. Durante la Edad Media las madres tenían el papel vital de ser maestras de sus hijas e hijos, es decir, la crianza incluía la enseñanza de la escritura y la lectura, la religión y la moral. Las mujeres debían entonces ser ellas mismas sumamente alfabetizadas y estar involucradas de alguna forma con el círculo de intelectuales y escritores, red por la que circulaban libros. Las madres, inspiradas en las figuras de la Virgen María y santa Ana, enseñaban a sus hijos e hijas a leer y a escribir y los iniciaban en el estudio de las Sagradas Escrituras. Las madres daban también consejos políticos y bélicos. Para ello, debían tener una educación formal en latín y los textos sagrados, lo que requería mucho estudio y conocimiento, pues a pesar de que la mayor parte de la escritura durante estos siglos se realizaba exclusivamente en latín era una lengua que desaparecía rápidamente. Muchas de estas mujeres fueron iniciadas en conventos y casas de retiro seculares, a veces de forma intermitente a lo largo de sus vidas, donde aprendían a leer y compartían e intercambiaban obras de teatro, cartas, anales y hagiografías de santos y santas con otras mujeres.

    En el reino merovingio (siglos V-VII), en lo que hoy es Francia, vivió una madre-maestra: Herchenefreda (m. 630). Se sabe muy poco de ella. Solo sobreviven tres cartas que escribió a su hijo Desiderius con consejos morales y espirituales.

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    La palabra escrita le permitía compartir sus enseñanzas y consejos aun en la distancia. En sus cartas revela que les enseñó a sus tres hijos, Desiderius, Syagrius y Rusticus, a leer y escribir. Desiderius se convirtió en tesorero del palacio del rey Flothar II de Neustria; Syagrius fue gobernador de Marsella y Rusticus se convirtió en obispo de Cahors. Si lo vemos de esta forma, la educación formal de su madre les permitió a sus hijos avanzar en sus posiciones sociales y carreras políticas. Vale la pena entonces reconocer el poder y la influencia de una mujer alfabetizada para proveer a sus hijos de las herramientas necesarias para desempeñarse en un mundo políticamente caótico y en pleno desarrollo, y nos lleva a valorar a tantas otras madres educadoras sin nombre en el archivo, que no quedaron registradas en documentos textuales.

    En la Inglaterra del siglo IX, en este momento dividida en distintos reinos, Osburh (m. 854), la madre de Alfredo el Grande (849-899), era letrada y tenía sus propios libros. En una anécdota narrada en las crónicas sobre la vida de Alfredo –rey de Wessex y célebre por defender su reino de los vikingos–, el autor cuenta que Osburh mostró el libro Carmina Saxonica (poemas sajones) a sus hijos y les dijo que se lo regalaría al primero que lo pudiera leer –es decir, memorizar–. Alfredo, atraído por la belleza de la letra inicial, adornada con tinta de oro, le preguntó: “¿En verdad regalarás este libro al primero de nosotros que lo entienda y te lo pueda recitar?” Osburh sonrió y le contestó que así lo haría.

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    La intención del autor de la crónica era resaltar las inquietudes intelectuales del propio rey en su niñez. Sin embargo, el fragmento es una prueba más de una madre que, además de ser una mujer letrada, era también maestra. A través de la lectura de diferentes libros, es muy probable que Osburh les enseñara a sus hijos a leer. Durante su reino, Alfredo tuvo especial interés en la traducción a lengua vernácula de libros provenientes de otros reinos, la producción de crónicas y la preservación de textos, como lo atestiguan los manuscritos sobrevivientes de su tiempo y las historias sobre su gran biblioteca personal. A partir del fragmento cabe preguntar: ¿qué papel tuvo Osburh en el florecimiento intelectual durante el reino de Wessex en el siglo IX? ¿Cuánto reconocimiento podemos darle por haber instruido a su hijo Alfredo? De nuevo, cualquier intento de negarle a Osburh su contribución a la cultura escrita y la circulación literaria de Wessex revelaría tan solo prejuicios sobre qué consideramos valioso para la memoria colectiva, ya que una pequeña referencia en un libro nos ha vislumbrado la identidad invisibilizada de tantas otras madres que no fueron nombradas de forma explícita en documentos escritos.

    En los reinos francos vivió en el siglo IX otra madre conocida hoy por un libro de enseñanzas que escribió para sus hijos. El Liber manualis fue escrito por la condesa Dhuoda de Septimania (803-843) para su hijo Guillermo y sugiere, de manera similar, que las mujeres estaban a cargo de la educación literaria y espiritual de sus vástagos. Los hijos de Dhuoda fueron enviados a la corte de Carlos el Calvo (823-877) como prueba de la lealtad familiar. A través de la escritura, Dhuoda instó a su primogénito a leer el manual y los “dichos y las vidas de los santos Padres” y pidió que también se lo enseñara a su hermano menor cuando hubiese recibido el bautismo. En la carta escribe: “Y cuando tu hermano pequeño, de quien aún no sé su nombre, haya recibido la gracia del bautismo en Cristo, no dudes en enseñarle, educarlo, amarlo y llamarlo a progresar de bien a mejor. Cuando llegue el momento en que haya aprendido a hablar y leer, muéstrale este pequeño volumen reunido en un manual escrito por mí y escrito en tu nombre.”

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    A Dhuoda le arrebataron a su hijo menor sin aún saber su nombre, probablemente al momento de nacer. Este texto tiene significados múltiples: además de ser un manual educativo para sus hijos, en el que los inicia en los textos sagrados, fue un libro escrito por una madre que vive la peor tragedia. La última herramienta a su alcance para estar cerca de ellos fue un libro, y su proceso de escritura fue quizá también una forma para expresar y vivir su duelo.

    La madre como la figura que educa a sus hijos en la lectura y la escritura se asocia con santa Ana. Hacia finales de la Edad Media, santa Ana comenzó a ser representada mientras enseña a leer a su hija María.

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    Es muy conocida una ilustración en la que santa Ana le entrega a la pequeña María un libro abierto en La leyenda dorada, compilación de relatos hagiográficos reunida por el dominico Santiago de la Vorágine en el siglo XIII. En esta copia del siglo XV, la joven María sostiene el libro mientras santa Ana guía su lectura. Al rastrear imágenes de santa Ana con María a fines de la Edad Media, la historiadora Pamela Sheingorn argumenta que estas imágenes demuestran que las madres medievales fueron las primeras maestras de sus hijos.

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    De nuevo, la iconografía nos habla no solo del simbolismo, de la cultura material y las prácticas sociales, sino también de sus audiencias. En este sentido, podríamos preguntarnos por la interacción entre imagen y audiencia, en el sentido en el que santa Ana, representada como educadora de su hija, probablemente instó a otras madres a tomar el papel de maestras en casa. O, en una dirección contraria, la representación de santa Ana como maestra de su hija responde a que las mujeres medievales iniciaban a sus hijos e hijas en la lectura y la escritura, el estudio de los textos sagrados, la poesía y la literatura. Todo ello resulta fundamental para ayudarnos a comprender la cultura del aprendizaje en el que participaron las mujeres, el cual tiene, por supuesto, una relación directa con otros papeles que jugaron las mujeres en la preservación y circulación de conocimiento desde hace miles de años.

    Esta nota fue realizada por LETRAS LIBRES / Andrea Reed-Leal.
    Aquí puedes leer la original: https://letraslibres.com/revista/madres-maestras-de-hace-mas-de-mil-anos/

  • Productos de higiene menstrual ya están exentos de IVA

    Productos de higiene menstrual ya están exentos de IVA

    Entre los productos que están exentos de IVA en el 2022 se encuentran los de higiene menstrual y los productos de la canasta básica.

    De acuerdo al Paquete Económico 2022 que se aprobó en la Cámara de Diputados, algunos productos dejaron este 2022 de tener IVA, es decir, ya no tendrán el impuesto del 16% y deberán ser más accesibles a los consumidores, a estos se les llama productos exentos de IVA.

    El más destacable es el de los productos de higiene menstrual, el cual fue impulsado por el Colectivo Menstruación Digna en este sentido se habla de toallas femeninas, tampones y copas menstruales.

    https://www.instagram.com/p/CYSPONpKNgm/?utm_source=ig_web_copy_link

    De acuerdo a Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, esta medida permitirá que las empresa puedan reducir los precios de dichos artículo.

    https://twitter.com/GabrielYorio/status/1435672703474847744?s=20

    Esta es la lista de artículos exentos de IVA para el 2022

     

    • Alimento para mascotas ya sea perros, gatos y pequeñas especies
    • Insumos a las actividades agrícolas, tales como fertilizantes.
    • Bienes para actividades agrícolas, tales como tractores, arados, cosechadoras, entre otras.
    • Libros, revistas y periódicos que editen los propios contribuyentes y no tengan una publidad periódica.
    • Venta de animales y vegetales no industrializados, excepto perros, gatos y pequeñas especies
    • Medicamentos de patente y produstos destinados a la alimentación.
    • Joyería, oro, orfebrería , piezas ornamentales y piezas artísticas.
    • Invernaderos para cultivo.

    Servicios que tendrán tasa cero de IVA en 2022

     

    • Agricultura o ganadería.
    • Despepite de algodón.
    • Invernaderos hidropónicos, es decir, aquellos que prescinden de la tierra para su cultivo.
    • Molienda de granos, tales como trigo o maíz.
    • Pasteurización de leche.
    • Sacrificio de ganado y aves de corral.

    ¿Que es la tasa cero de IVA?

    Los bienes o casos en que se establece esta tasa de 0% son los que se encuentran previstos en el artículo 2-A de la Ley al Impuesto al Valor Agregado, es aplicable a todos los productos destinados a la alimentación (con las excepciones que el propio numeral prevé), o únicamente a los alimentos que integran la denominada canasta básica y, en consecuencia, si basta con que un producto aporte ciertos nutrientes al organismo del ser humano, para que dicha tasa le resulte aplicable.

    Esta nota fue realizada por ADN40.
    Aquí puedes leer la original: https://www.adn40.mx/

  • La desigualdad laboral que sufren las mujeres e impide su desarrollo integral

    La desigualdad laboral que sufren las mujeres e impide su desarrollo integral

    En noviembre de 2021 la brecha salarial fue del 13 %; es decir, por cada 100 pesos de pago que recibe un hombre al mes, una mujer recibe 87, sin contar las trabas que existen para que las mujeres reciban un contrato fijo.

    Las estadísticas del Día Internacional del Trabajo Doméstico señaladas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que, actualmente, el campo laboral es una de las esferas donde la desigualdad de género es más fuerte. Basta ver las cifras para corroborar que las mujeres reciben menos paga por igual trabajo, invierten más tiempo que un hombre para ganar lo mismo, y viven inseguridad laboral en servicios de salud y de descanso. Por ejemplo, en noviembre de 2021 la brecha salarial fue del 13%; es decir, por cada 100 pesos de pago que recibe un hombre al mes, una mujer recibe 87, sin contar las trabas que existen para que las mujeres reciban un contrato fijo. Respeto a lo cual se evidencia una segunda cifra importante: el 55% de las mujeres son empleadas de trabajos informales, versus el 50% de los hombres.

    La desigualdad de género es histórica y ha motivado movimientos sociales dirigidos por grandes mujeres. Tan sólo en México se pueden mencionar El movimiento sindicalista de las saperas en Puebla (1984), el de Las cigarreras en la Ciudad de México (1987), o el de La agrupación de admiradoras de Juárez (1906), cuyo objetivo era el sufragio femenino 1. Estos movimientos han procurado visibilizar un problema que la cultura patriarcal se ha encargado de omitir sistemáticamente, y que ha sido el bastión para activismos actuales: la vulnerabilidad de las mujeres —materializada en injusticia, opresión, discriminación, exclusión, etcétera— en esferas que enmarcan el campo laboral, la vida académica, los ámbitos tanto económicos como domésticos, la estructuración familiar, la recreación y los derechos humanos.

    Otro de los aspectos por los que se ha pugnado es evidenciar que los trabajos (domésticos) no remunerados no son una tarea primordial de las mujeres, cuando es un rol que atávicamente se les ha asignado. Si bien es cierto que, en la actualidad, cierto porcentaje de hombres ha incursionado en estas tareas, este tipo de labor sigue siendo realizado primordialmente por mujeres (59%, lo que equivale a seis de cada 10 personas). A ello se suma la brecha de 2% en derechos de salud, que incluyen, según la Organización Mundial de la Salud, el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de atención suficientes y de calidad.

    También se revela la injusticia en el acceso a tiempo libre para realizar actividades recreativas, como la actividad física, donde se presenta una brecha de casi 10% cuyas causas principales son: cansancio excesivo por el trabajo, inseguridad en los lugares donde se desenvuelve la mujer y falta de dinero. A esto se añade otro factor de vulnerabilidad: mayor mortalidad por enfermedades crónico-degenerativas; por ejemplo, el diagnóstico de diabetes mellitus tipo II y el de hipertensión arterial sistémica tienen una brecha de 1.2% y 5.7%, respectivamente, entre hombres y mujeres.

    Simone de Beauvoir ostenta una visión sobre la desigualdad que, desde su tiempo, es evidente: “Basta pasearse con los ojos abiertos para comprobar que la humanidad se divide en dos categorías de individuos (…)”. 2 Esta distinción de géneros indica ya de facto que existe una búsqueda de igualdad y libertad en las mujeres que no es identificada en los hombres (al menos no en el mismo sentido). Pese a ello, pareciera que con tal aspiración de igualdad se pierde la libertad, mientras que con la libertad la igualdad queda vetada; en palabras de Cintia Martínez 3: “combatir la desigualdad de género implica la desaparición de la particularidad que representa. Si las mujeres piden igualdad, anulan la posibilidad de reconocimiento y, viceversa, si piden reconocimiento, anulan la igualdad”. Ante ello, se podría pensar que, para que la libertad cobre sentido, la igualdad debe realizarse por completo, y ello depende de un esfuerzo individual y colectivo. Es decir, se lucha por el cumplimiento de los derechos básicos para llegar a ser libre en un mundo donde la libertad está condicionada por sesgos sociales, raciales, económicos, etcétera.

    El problema de la desigualdad de género ha sido abordado históricamente desde diversas corrientes feministas que lograron organizarse en movimientos estructurados y no estructurados que promueven acciones para su erradicación. Entre ellos destacan el feminismo filosófico, el feminismo liberal, el feminismo abolicionista, el feminismo de la igualdad, el feminismo de la diferencia, el feminismo interseccional, etcétera. Sin embargo, dichos movimientos han sido insuficientes hasta el momento, como manifiestan las estadísticas citadas.

    Un avance importante obtenido en el debate es la inserción de la mujer en los grados académicos superiores y su participación en la ciencia: en los últimos 25 años casi se ha logrado equiparar las oportunidades de alfabetización y la tasa bruta de matriculación a nivel superior. No obstante, se siguen presentando brechas notables en otras circunstancias, relacionadas con el uso del tiempo, el poder y la toma de decisiones, la violencia, la pobreza, el uso de tecnologías, etcétera.

    Se deben mejorar e igualar las condiciones entre mujeres y hombres, para que se cumpla la consigna del artículo cuarto constitucional: “La mujer y el hombre son iguales ante la ley (…)”. Una sociedad que aspira a la democracia debería buscar la igualdad de género; con ello se logrará, además, la libertad de todos, como personas y como sociedad.

    Carlos E. Salinas es estudiante de la licenciatura en Matemáticas de la Facultad de Ciencias de la UNAM y pasante de la licenciatura en Filosofía de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Es becario en programación Web Jr. en VisionSoft y actualmente realiza el servicio social en el área de Difusión Cultural (DC) del Programa Universitario de Bioética (PUB) de la UNAM. Sus temas de interés son el transhumanismo, el posthumanismo, la zooética y la ecoética. Elizabeth Téllez es médica veterinaria zootecnista, maestra en Ciencias por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVyZ) y doctora en Bioética, todo por la UNAM. Es Profesora de Asignatura del Seminario de Bioética en la FMVyZ y responsable de DC del PUB.

    Las opiniones publicadas en este blog son responsabilidad únicamente de sus autores. No expresan una opinión de consenso de los seminarios ni tampoco una posición institucional del PUB-UNAM. Todo comentario, réplica o crítica es bienvenido.

    Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (2014). La Revolución de las mujeres en México. México: SEP.

    2 Beauvoir, Simone (1949). El segundo sexo. Siglo veinte.

    3 Martínez Velasco, Cintia (2019). Identidades visibles, identidades quiásmicas: el cuerpo y la materia en los debates filosóficos del feminismo. Trabajo de grado. Recuperado el 15 d e noviembre de la base de datos del Repositorio de la Dirección General de Bibliotecas y Servicios digitales de información de la Coordinación General de Estudios de Posgrado, UNAM.

    Esta nota fue realizada por ANIMAL POLÍTICO / Carlos E. Salinas Díaz y Elizabeth Téllez.
    Aquí puedes leer la original: https://www.animalpolitico.com/

  • Ministras exigen más mujeres en la Corte

    Ministras exigen más mujeres en la Corte

    Ministras luchan por que la Suprema Corte de Justicia llegue a tener una verdadera paridad de género.

    Sin regatear el avance que representa que en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), cuatro de los 11 espacios sean ocupados por mujeres, las ministras que hoy la integran aseguran que el tribunal requiere de mayor presencia femenina para lograr una verdadera paridad.

    Ayer, la ministra Loretta Ortiz Ahlf recibió su toga y sus credenciales como nueva integrante del pleno, con lo que se completó el proceso por el que, por primera vez, habrá cuatro mujeres participando en los debates judiciales sobre los temas más relevantes del país en el tribunal constitucional de México.

    Las cuatro ministras responden a EL UNIVERSAL preguntas sobre la importancia que implica para la justicia el que exista una mayor participación y presencia femenina en la Corte y coinciden que es de tal magnitud que se requiere continuar con los esfuerzos, pues aún no se logra que ellas tengan una representación de 50% en el pleno.

    La ministra Norma Lucía Piña Hernández señala que aún rigen estructuras patriarcales que impiden garantizar los derechos como los exige la Constitución, por lo que la Corte requiere diversidad de criterios para enriquecer el análisis de los asuntos.

    “La participación de la mujer es un elemento obligado para garantizar el ejercicio de derechos en condiciones de igualdad. Entre más mujeres se desempeñen en la función pública, más rápido se reducen las brechas de género. La integración, no sólo paritaria sino plural de los tribunales garantiza una visión integral de la sociedad, provocando resoluciones acordes al principio de equidad e igualdad.

    “Desgraciadamente nos siguen rigiendo estructuras patriarcales y heteronormativas que impiden garantizar los derechos en los términos que exige nuestra Constitución. La labor del juzgador es de construir esa realidad, cuestionar el derecho aplicable. Sin diversidad no hay cuestionamiento. Celebro el camino hacia la paridad, sin olvidar que es el mínimo de diversidad que requiere un tribunal constitucional”, comenta.

    La ministra Yasmín Esquivel Mossa puntualiza que esta nueva integración da a las mujeres una representación de más de 36% en las discusiones, porcentaje que aunque constituye un avance aún dista de representar la mitad de la población mexicana que está conformada por mujeres y que, por lo mismo, exige de la Corte una visión incluyente.

    “A partir de hoy somos cuatro mujeres que participamos en las decisiones fundamentales que se adoptan en el tribunal constitucional, aportando una nueva visión y mayor pluralidad, para una sociedad plural, conformada en una mitad por mujeres que exigen una visión incluyente, reflejo de que empezamos a desempeñar un papel protagónico en el rumbo y cauce de México”, expone.

    Añade que el hecho de que las últimas tres designaciones para integrar el pleno hayan sido mujeres, demuestra voluntad política para dar a este sector la participación que le corresponde.

    “Este hecho no obedece a ninguna cuota, sino que, atendiendo al proceso constitucional, tales designaciones han sido producto del mérito y la trayectoria profesional reconocida. Lo que pone en primer plano que en nuestro país hay mujeres con preparación y talento para ocupar los más elevados cargos dentro de la Judicatura Federal.

    “El paso que hoy se da, pregona un tiempo nuevo y es un paso adelante en un camino que ya no tiene vuelta atrás. Lo justo es mayor presencia de las mujeres”, dice.

    La ministra Margarita Ríos Farjat reconoce que la SCJN ha arrastrado una deuda con la verdadera igualdad en México que ha comenzado a saldar, pero que hoy ya no se puede pensar en un país sin instituciones públicas integradas con paridad.

    “Las instituciones deben ser reflejo de la sociedad de su tiempo y de sus valores constitucionales. La Suprema Corte ha tenido una larga deuda con la verdadera igualdad, una que ha ido saldando poco a poco en sus decisiones y en su integración. Hace más de un siglo las mujeres ni siquiera participamos en la redacción de la Constitución Política del país, así que han sido varias décadas de lucha contra los estereotipos, contra leyes injustas donde la mujer siempre salía perdiendo porque le tocaba el papel sumiso, renunciando a sus propias alas, a su plena expresión y a sus sueños”, señala.

    “Como país deberíamos estar ya en una etapa donde sean impensables las instituciones, órganos, ramos, empresas que no estén integradas en la misma proporción. Me alegra la histórica llegada de una cuarta ministra. Las cuatro somos mujeres de nuestro tiempo, y como cualquier mexicana somos capaces, valientes y sensibles. Celebro que la Corte vaya erradicando sus propios y arraigados estereotipos”, subraya.

    La ministra Loretta Ortiz fue recibida con afecto por sus pares al llegar ayer al pleno. Foto: Germán Espinosa. EL UNIVERSAL.
    Recién llegada a la Corte, la ministra Loretta Ortiz considera que en los últimos años se han impulsado acciones para desarticular procesos que perpetúan la desigualdad dentro de los espacios de toma de decisiones y liderazgo, aunque advierte que la brecha aún es ancha, por lo que la SCJN requiere de más ministras.

    “Como señaló la exalta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay, la única manera de garantizar que las perspectivas de las mujeres sean tenidas en cuenta en la administración de justicia, es contar con la experiencia vital de las propias mujeres mediante la designación de juzgadoras que, además, representen la diversidad y complejidad de las sociedades contemporáneas.

    “De ahí la necesidad e importancia de contar con una mayor participación y presencia de mujeres en la SCJN, cúspide del Poder Judicial federal. No sólo como un medio compensatorio de la desigualdad histórica, sino como un mecanismo efectivo para incluir la perspectiva de mujeres, en toda su diversidad, dentro de los procesos de administración de justicia”, sostiene.

    Esta nota fue realizada por EL UNIVERSAL.
    Aquí puedes leer la original: https://www.eluniversal.com.mx/

  • Alumnos de IPN crean sistema de alerta y ubicación de mujeres en riesgo; así funciona

    Alumnos de IPN crean sistema de alerta y ubicación de mujeres en riesgo; así funciona

    Con ayuda de un dispositivo rastreador, se envía la ubicación de las usuarias cada cinco segundos a sus contactos de confianza.

    Con el objetivo de contribuir al cuidado y seguridad de las mujeres mexicanas, estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) crearon un sistema de alerta y ubicación para mujeres en riesgo de desaparición, que emite hora y lugar donde fue activado, informa la institución a través de un comunicado.

    ¿CÓMO FUNCIONA?

    Al presionar un botón del dispositivo rastreador, los contactos de confianza de la usuaria recibirán la alerta de activación y podrán visualizar su ubicación en un mapa de su desplazamiento por cinco horas con ayuda de un rastreador y una aplicación PWA (Progressive Web App).

    Cada cinco segundos se envía su ubicación, a la que los contactos pueden acceder por medio de la interfaz. La alerta seguirá activa hasta que la batería del dispositivo se acabe, la usuaria lo desactive ingresando un PIN o cuando alguno de los contactos reporte que está a salvo.

    La alerta seguirá activa hasta que la batería del dispositivo se acabe, la usuaria lo desactive ingresando un PIN o cuando alguno de los contactos reporte que está a salvo. Foto: IPN

    Este sistema requiere de la instalación de una aplicación llamada Eyes On en el celular de la usuaria, donde debe anotar su nombre completo y correo electrónico y señas particulares como color de piel, cabello, estatura, entre otros.

    De igual forma, es necesario ingresar el número de serie del dispositivo rastreador, así como registrar un PIN para la desactivación de las alertas. Luego de esto, el sistema enlaza automáticamente el dispositivo rastreador con la cuenta de la usuaria.

    Este sistema requiere de la instalación de una aplicación llamada Eyes On en el celular de la usuaria. Foto: IPN

    Los desarrolladores del “Sistema de alerta y ubicación para mujeres en riesgo de desaparición”, Jessica Esmeralda Rangel Acosta y José Martín Enríquez Rodríguez, indicaron que este sistema está actualmente enfocado a mujeres del Estado de México, de 17 a 51 años y ya trabajan en un diseño que permita mayor practicidad para portarlo cotidianamente en bolsas, mochilas o la ropa.

    Esta nota fue realizada por SIN EMBARGO.
    Aquí puedes leer la original: https://www.sinembargo.mx/04-01-2022/4096495

  • La desinformación, una temible arma contra las mujeres poderosas

    La desinformación, una temible arma contra las mujeres poderosas

    Brigitte Macron, Michelle Obama o Jacinda Ardern, todas ellas mujeres poderosas, tienen en común haber sido víctimas de informaciones falsas sobre su identidad de género o sobre su sexualidad, con el objetivo de burlarse de ellas o humillarlas.

    Unos actos malintencionados que preocupan a la ONU, que el pasado abril denunció en un informe un número creciente de «campañas de desinformación sexista en línea», especialmente contra «mujeres periodistas, políticas y defensoras de la igualdad de sexos que suelen pronunciarse sobre asuntos feministas».

    Desde hace meses, mensajes en las redes sociales sostienen que Brigitte Macron, esposa del presidente francés Emmanuel Macron, sería una mujer transgénero cuyo nombre de nacimiento era Jean-Michel. Una información falsa que ganó viralidad en diciembre, a unos meses de las elecciones presidenciales del próximo abril.

    La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, y la ex primera dama estadounidense Michelle Obama también fueron objeto de rumores, en 2017 y 2018, que afirmaban que eran varones al nacer.

    Unos rumores que se propagan como la pólvora en internet. Poco importa que nadie o casi nadie crea que Brigitte Macron sea una mujer transgénero, esas informaciones dan lugar a insultos, vejaciones e, incluso, a actos de ciberacoso.

    Esta «desinformación con sesgo de género» afecta en realidad a una población mucho más amplia, más allá de las mujeres poderosas, sobre todo a mujeres pertenecientes a minorías sexuales o de género comprometidas en la vida pública, con mayor o menor grado de responsabilidades.

    Las habladurías buscan «silenciarlas y apartarlas de la esfera política», señala Lucina Di meco, activista feminista y cofundadora de #ShePersisted, una iniciativa mundial de lucha contra la desinformación.

    Además, tienen un «impacto en la vida real», subraya Marylie Breuil, del colectivo feminista francés Nous Toutes, implicado en la lucha contra la violencia sexista, sexual o económica.

    Por culpa de esos rumores, «la carrera de cualquier persona que se exponga públicamente puede quedar totalmente destruida», un fenómeno que suele estar acompañado de actos de acoso, tanto en internet como fuera de la red.

    Estereotipos de género

    En 2013, un rumor que afirmaba que había bailado en ropa interior en televisión le costó a Laura Boldrini, expresidenta de la Cámara de Diputados italiana, miles de insultos sexistas, amenazas de violación y montajes pornográficos.

    Intidhar Ahmed Jassim, candidata a las elecciones parlamentarias de Irak a principios de 2018, tuvo que renunciar a presentarse tras ser acosada por unos internautas que afirmaban haberla reconocido en un video sexual.

    Al impedir que las mujeres participen en la vida pública, o al presionarlas para que dejen de hacerlo, la desinformación con sesgo de género no hace más que favorecer la «erosión de las instituciones democráticas», advierte Lucina di Meco.

    La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, habla con un periodista sobre el cambio climático el 4 de noviembre de 2021 en Wellington
    La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, habla con un periodista sobre el cambio climático el 4 de noviembre de 2021 en Wellington Marty Melville AFP/Archivos

    Este tipo de desinformación, con sesgo de género, suele vehiculizar estereotipos, atacando aquello que «percibe como no conforme respecto a un modelo heteronormativo clásico», explica Réjane Sénac, directora de investigación en el Instituto de Estudios Políticos de París.

    En los rumores sobre Brigitte Macron, la transidentidad se utiliza como un «vehículo» para «quebrar la reputación de alguien con una posición de poder en la jerarquía social» (Emmanuel Macron en este caso), apunta Maud-Yeuse Thomas, antropóloga y cofundadora del Observatorio de Transidentidades.

    Difundir rumores sobre una supuesta transidentidad u homosexualidad refuerza la estigmatización de las personas LGTBI+ (lesbinas, gays, trans, bisexuales, intersexuales y otras minorías de género).

    Al afirmar que Brigitte Macron tiene una «masculinidad escondida», los que propagan el rumor utilizan la transidentidad, que ven como una humillación, como un arma arrojadiza, analiza Marie-Joseph Bertini, profesora de Ciencias de la Información y la Comunicación en la Universidad Nice Sophia Antipolis (sur de Francia).

    Pero, además, aprovechan el chisme para reactivar otro, que circuló enormemente durante la campaña presidencial de 2017, que aseguraba que Emmanuel Macron «esconde» una supuesta homosexualidad.

    En cualquier caso, más allá de cómo han podido afectar a personas influyentes, esas campañas de desinformación probablemente han contribuido «al aumento registrado en los últimos años de los crímenes de odio denunciados contra personas LGTBI+ en Europa», alertó en julio el Parlamento Europeo.

    Esta nota fue realizada por RADIO FRANCIA INTERNACIONAL.
    Aquí puedes leer la original: https://www.rfi.fr/es/

  • Las cifras de la violencia machista #España

    Las cifras de la violencia machista #España

    A las políticas públicas contra los crímenes de género debe sumarse la respuesta social ante situaciones inaceptables.

    Las cifras de la tragedia que sacude a la sociedad española no permiten mirar hacia otro lado: 43 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en España en este 2021. A la última, Yolanda, la mató su pareja en su casa de un tiro en la cabeza el 25 de diciembre, día de Navidad. Tenía 25 años y dos hijos. Cada caso es único y cada vida arrebatada debe comprometer activamente no solo a las mujeres sino también a los hombres, cuyo escándalo ante este goteo lacerante de muertes no siempre se hace audible con la radicalidad y la potencia que la causa exige.

    La serie histórica ha mejorado, sin que haya lugar al optimismo. 2021 cierra como el año con menos asesinatos machistas en el seno de la pareja, lejos de las 71 mujeres a las que arrebataron la vida en 2003, cuando comenzó la estadística oficial. Hablamos de 1.125 mujeres menos. Además, desde que se empezó a contabilizar también a los hijos e hijas menores como víctimas directas de la violencia de género, han sido asesinados 45 menores y 336 han quedado huérfanos. Las cifras resultan insoportables.

    Las condiciones para la denuncia siguen siendo insuficientes e ineficaces porque año tras año se repite un bajo porcentaje. En 2021 apenas había dado la voz de alarma el 20,9% de las asesinadas, una de cada cinco. Muchas mujeres no denuncian porque temen por ellas y por sus hijos, porque no son conscientes del peligro, porque no confían en la justicia o porque ignoran adónde o a quién acudir. Las instituciones implicadas en prevenir y conjurar la violencia machista llevan años buscando caminos alternativos para llegar hasta ellas antes de que sea demasiado tarde. Esas mujeres acuden al médico porque suelen tener dolencias relacionadas con el maltrato, puede que sus hijos tengan algún comportamiento que llame la atención en sus colegios, tienen gente alrededor que puede dar el paso por ellas. El infierno esta vez no son los otros porque de los otros depende en gran medida la llegada del auxilio, de la llamada o de la pista que pueda impedir el mal mayor: el maltrato es un problema oculto, pero no es invisible, ni inaudible ni imperceptible. Un estudio del Instituto Andaluz de la Mujer presentado esta semana estima que seis de cada 10 andaluces conocen en su entorno (familia o amigos) a alguna víctima de violencia machista. Sin embargo, los datos del Consejo General del Poder Judicial revelan que las denuncias de allegados ni siquiera alcanzan al 2% del total.

    La implicación de la sociedad es el mecanismo central que puede reducir el impacto de la violencia machista y lanzar el mensaje inequívoco de que los maltratadores no tienen ni sitio ni complicidad posibles, como tampoco deben tenerlo las conductas sexistas y machistas que están en la base de la violencia contra las mujeres. Por eso son importantes las campañas y los gestos tanto de particulares como de políticos, a pesar del porcentaje de recelosos o negacionistas que asume la extrema derecha: la renovación este año del Pacto de Estado contra la Violencia de Género fue respaldado por todos los partidos de la Cámara, a excepción de Vox.

    Esta nota fue realizada por EL PAÍS.
    Aquí puedes leer la original: https://elpais.com/opinion

  • Por más mujeres en el poder: El reto de la paridad de género en las elecciones de 2022

    Por más mujeres en el poder: El reto de la paridad de género en las elecciones de 2022

    ¿Por qué es importante la paridad de género en la política? ¿Cuál es el reto en las elecciones de 2022?

    Hay mucho que decir sobre la igualdad y paridad de género, sobre todo en la política mexicana, que durante más de 60 años —partamos desde el momento en que fue aprobado el derecho de las mujeres al voto en 1953— se ha viciado y hasta antes de las elecciones de 2021 (y las que vienen en 2022) abrió sus espacios para que sólo nueve mujeres fueran gobernadoras.

    Sí, nueve en toda la historia “moderna” de México.

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    Foto: Mario Jasso-Cuartoscuro.

    Estamos ante un reto mayor: la necesidad de cambiar esos viejos vicios y el mismo sistema para que sea uno verdaderamente democrático, donde tanto hombres como mujeres tengan las mismas oportunidades para competir y ocupar un cargo público. Desde las gubernaturas hasta las curules o ayuntamientos.

     

    ¿Qué es la paridad de género?

    La paridad de género, en pocas palabras es: “se refiere a la participación equilibrada, justa y legal que asegura que, al igual que los hombres, las mujeres en toda su diversidad tengan una participación y representación igualitaria”.

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    Foto: UNAM

    ¿Por qué es importante?

    La paridad de género es el acceso real que las mujeres tienen al poder. Y eso, en principio, es un derecho innegable —y que no ha sido así por las decenas de obstáculos sociales, culturales y políticos que se han construido en el camino.

    De hecho, la paridad en la política es necesaria porque le da vida a una democracia sana, representativa. Eso lo dice ONU Mujeres, al enumerar su importancia:

    • Le da una calidad y legitimidad a la democracia.

    “La experiencia ha mostrado que la participación de las mujeres en espacios donde se decide la agenda política contribuye a que se incorporen temas que repercuten en beneficio de toda la sociedad como la custodia parental, legislación contra la violencia de género, la salud sexual y reproductiva, el empleo y autonomía económica de las mujeres, seguridad en espacios públicos, educación, gestión del agua”.

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    Foto: Pedro Anza-Cuartoscuro.

    • Establece una igualdad real mediante nuevas leyes impulsadas por mujeres.
    • Mejora el desarrollo económico de los países.
    • Y cambia las relaciones de poder.

    Es decir, que haya más mujeres —líderes— en la política ayuda a derribar los viejos roles de subordinación ante los hombres.

    Mujeres gobernadoras en México

    Va un dato difícil de creer: desde 1953 hasta antes de las elecciones de 2021, sólo nueve mujeres han ocupado el cargo de gobernadoras.

    El camino empezó con Griselda Álvarez Ponce de León, quien en 1979 se convirtió en la primera gobernadora de México, allá en el estado de Colima.

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    Foto: Crisanta Aguilar-Cuartoscuro.

    La lista la siguieron Beatriz Paredes (en Tlaxcala), Dulce María Sauri (Yucatán), Martha Érika Alonso (quien gobernó solo 10 días en Puebla), Rosario Robles (DF), Amalia García (Zacatecas), Ivonne Ortega (Yucatán), Claudia Pavlovich (Sonora) y Claudia Sheinbaum (CDMX).

    El fenómeno de las Juanitas

    A finales de los 90, y principios de los 2000, se puso manos a la obra para medio garantizar la participación de las mujeres en la política. ¿Los primeros resultados? El fenómeno de las llamadas “Juanitas”.

    En 2009, en el Congreso de la Unión se presentaron 10 solicitudes para abandonar las diputaciones. Ocho fueron mujeres cuyos suplentes eran hombres.

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    Foto: Alberto Roa-Cuartoscuro.

    Es decir, de todas maneras los partidos veían cómo mover los hilos para colar a los y las representantes de su interés, sin importarles el verdadero impacto y beneficio social de la paridad de género en la política.

    El efecto de las Juanitas —y de Juanito, Rafael Acosta, quien dijo públicamente que si ganaba como delegado en Iztapalapa, cedería su lugar a Clara Brugada— se fue repitiendo hasta 2018, cuando las Manuelitas, apodadas así porque pertenecían al Verde Ecologista, del exgobernador de Chiapas Manuel Velasco, decidieron ceder su lugar a los hombres de su partido.

    Aunque después dijeron que siempre no.

    Lo que viene para 2022

    Gracias a las reformas —los cambios— en la Constitución en 2014 y 2019, además del trabajo del INE, la paridad de género en la política se ha ido entendiendo como lo que es, más allá de juntar una simple cuota de mujeres.

    Fue así como en las elecciones más grandes de la historia de México —por los cargos que se jugaban— en 2021, seis mujeres llegaron a las gubernaturas de Baja California, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero (que fue un caso polémico) y Tlaxcala.

    Aunque lo cierto es que México aún sigue con ese sistema político viciado.

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    Foto: Andrea Murcia-Cuartoscuro.

    Un ejemplo de ello es que si no fuera por el INE —para las elecciones de 2022— algunos estados hubieran dejado que cada alianza o partido hiciera lo suyo.

    ¿Por? A pesar de que los cambios sobre igualdad y paridad de género en la política fueron aprobados en 2019 —y con ello se hizo obligatorio que gobiernos e instituciones garanticen las candidaturas de las mujeres—, cada congreso local tenía que darle luz verde.

    Y pues se tardaron.

    Ante esta situación, el INE reaccionó rápido y ordenó la obligatoriedad de al menos tres candidaturas de mujeres para las elecciones de 2022.

    Además, ordenó que todos los partidos políticos deben postular a una persona del género distinto a la que registraron en las elecciones pasadas. Y en caso de que se trate de un nuevo partido, estos deberán postular —de preferencia— a las mujeres como candidatas.

    Al igual que en 2021, si ven a más mujeres en los spots y las campañas electorales, es por esta razón.

    El reto

    En 2021, en la Cámara de Diputados se logró, por primera vez, una paridad total, con 250 diputadas y 250 diputados —de los 500 lugares disponibles.

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    Foto: Fernando Carranza-Cuartoscuro.

    ¿Otro dato? En CDMX las alcaldías están repartidas entre ocho hombres y ocho mujeres —algo parecido pasó en los distritos electorales indígenas, donde al menos 12 mujeres resultaron electas.

    Se trata de los primeros pasos para alejarnos de la idea de las “cuotas de género” y acercarnos a la construcción de una democracia, donde todas y todos tenemos los mismos derechos para alcanzar un cargo público.

    Esta nota fue realizada por SOPITAS /LUCY SANABRIA.
    Aquí puedes leer la original: https://www.sopitas.com/